Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Alessandra hazard
Anncouples
Annparkmin
Como un criminal.
JiMin se estremeció.
— Soy JiMin.
Un depredador.
Parecía un depredador.
— No me llames así.
JiMin parpadeó.
— Veintitrés.
YoonGi se burló.
— Jódete.
— Lo haré
JiMin se sonrojó.
— Vete a la mierda.
— Nunca.
Probablemente.
— Espera, no.
JiMin se congeló.
Muy extraño.
— No lo hace.
— No.
Vacío.
— Te odio. — Dijo, volviendo la cabeza para
mirar a YoonGi.
— ¿Cómo crees?
Silencio.
Era lo mejor.
Capítulo seis
Él se alegraba.
CAPÍTULO OCHO
JiMin.
— No.
Una lengua.
— Yo no soy gay.
YoonGi sacó los dedos, y JiMin se quejó, su
agujero palpitando convulsivamente.
Tan vacío.
Se retorció, anhelando.
JiMin sonrió.
— ¿Sí?
— Descarada pequeña mierda. — Dijo YoonGi
entre dientes antes de comenzar a moverse. Él
impuso un ritmo rápido, jodiendo en él sin
restricciones.
No le importaba, no ahora.
Puede ser.
Luego.
CAPÍTULO NUEVE
Se había acabado.
Se había acabado.
No funcionó.
Maldita sea.
Lo era.
Capítulo diez
— Lo siento.
— Veré a un terapeuta.
CAPÍTULO ONCE
Probablemente.
— ¿Gracias?
— Realmente no hay nada de qué
avergonzarse. Los estudios demuestran que
por lo menos el veinte por ciento de los
reclusos son presionados para tener
relaciones sexuales. La cifra es
probablemente mucho más alta, la mayoría
de los reclusos simplemente no lo admiten,
temiendo que los arruinará si alguien se
entera.
— Bien. Preguntame.
— Soy heterosexual.
— No realmente.
— ¿La amas?
JiMin se removió.
— Sí, seguro.
JiMin vaciló.
— Es lo suficientemente bueno. — Dijo
incómodo. — Pero... — La doctora esperó
pacientemente. — Pero se siente raro — JiMin
terminó, sin mirarla.
— ¿Raro?
Ella sonrió.
— Sí.
— Sí.
Silencio.
— ¿Fue satisfactorio?
JiMin vaciló.
— No.
— ¿Para qué?
— Seguro.
— No.
JiMin se burló.
— Bien.
— Bien.
— ¿YoonGi?
Dios.
Él lo necesitaba.
Necesitaba sentirlo.
Lo ansiaba.
Ahora.
— JiMin... Joder.
— No.
Jódeme. Jódeme.
YoonGi inhaló bruscamente.
Como su cosa.
Dios.
No. YoonJi.
Él no lo haría.
No era una cosa de YoonGi, ya no más.
Un chico normal.
CAPÍTULO CATORCE
Todavía hambriento.
Él no entendía.
Suspirando, JiMin apagó el televisor.
— No es eso.
— ¿La verdad?
— Me gustó.
No pudo.
— ¿Qué? — Susurró.
Él se lo merecía.
— ¿Pero?
Silencio.
El constante tic-tac del reloj en la pared, era el
único sonido en la habitación.
¿Amor? ¿YoonGi?
— ¿Y?
Su respiración se enganchó.
— YoonJi me dejó.
— ¿Entonces qué?
Más seguros.
— No a ti.
— Yo no lo soy.
Tú también.
Correcto.
Él gritó.
— ¿Estás loco?
— ¿Qué necesitas?
— ¿Eh?
— Tu polla.
— No seas un idiota.
Perra.
Lo necesitaba.
— ¿Qué?
FIN