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SEITEKI SEISHINBYO “KOOKMIN”

PROLOGO

Un psicópata en el ámbito sexual, tiene como fetiche secuestrar personas totalmente


desconocidas entre sí para luego obligarlas a tener relaciones sexuales entre estos mismos,
únicamente para su disfrute.

Los escoge al azar y los junta al azar por igual

Jimin es tan solo un chico universitario de 20 años quien tomo el camino corto para llegar a
tiempo a clases.

Jungkook es un chico de escuela de 17 años cursando su último año, luego de clase sale a comprar
un nuevo videojuego.

Todo bajo la atenta mirada de un simple desconocido que se sienta a tomar un latte mientras
observa a las personas caminar con tranquilidad en la calle, examinando a quienes podrían ser sus
próximas víctimas.

Los obligara a tener sexo sin importar que y con medidas.

01

La brisa fría mañanera mantenía a los transeúntes bajo capas y capas de abrigos, el frio no parecía
conocer sobre la compasión, narices rojas, manos temblantes, suelo con una fina capa de hielo,
personas cayendo contra el pavimento, quejidos de angustia y estornudos matutinos.

La taza de chocolate humeante sobre la mesa, el periódico usado como barrera visual, ojos
brillantes pendiente de los transeúntes, buscando, examinando personas al azar, alguna que
llamase su libido requerido de atención.

Un chico con gabardina oscura, bufanda celeste, gorro que dejaba el color del cabello a la
imaginación, cuerpo oculto bajo el gran abrigo, piernas torneadas saliendo por la apertura de
entre mismo, mofletes rellenos y rosados, labios gruesos y carnosos con destellos de humedad,
ojos entrecerrados, vaho ocultando la expresión de su rostro.

Del otro lado de la calle, sonrió ladino para dejar el pago sobre la mesa, salió a paso lento de la
cafetería abarrotado de personas.

Ya tenía su primera víctima del día de hoy.

02

Oscuridad.

Eso fue los primero que presencio al intentar abrir sus ojos, pesadez en su cuerpo, su respiración
se agito de inmediato, intento mover su cuerpo, pero algo lo tenía sometido.

¿Cuerdas?

No, era demasiado suave al tacto de su piel, como si lo hubiesen atado con seda.
Movió su cara, su sentido de la audición incremento de inmediato, no escuchaba nada a su
alrededor, no podía mover su boca, estaba amordazado, sus piernas inmóviles por ataduras en los
tobillos, no parecía estar acostado, pero si sobre una superficie inclinada.

—Tranquilo — una voz mecánica lo aturdió.

— Mmh — hablo, pero sus palabras quedaron atoradas en su garganta.

—Servirás para hacer mis fantasías realidad — pánico fue lo que lleno su cuerpo, los primero que
surco por su mente fue que sería violado.

Se removió con más fuerza sin lograr moverse ni un milímetro, su respiración se volvió irregular,
sus ojos picaban por dejar salir las lágrimas de frustración y rabia.

¿En qué momento ocurrió?

THEOTHER

De nuevo, la misma rutina, solo calle diferente, un latte de chocolate acompañaba su misión de
secuestrar a un nuevo juguete, sonrió discretamente al recordar su nueva adquisición, ahora su
deber era encontrarle a alguien digno para poder emparejarle.

El problema yacía en que ninguna persona le gustaba, averiguo un poco sobre el chico, observo
entre las pertenencias que traía consigo una billetera, investigo lo más que pudo sobre él, edad,
vivienda, ocupación, estado civil, hasta su número social, el chico era soltero, al parecer salió de
una relación de dos años con una chica que estudia en su misma universidad.

Todas y cada una de las mujeres que cruzaron por su parte le parecieron horribles y de poca
gracia, ninguna parecía cumplir con sus expectativas.

Así que decidió dar un giro inesperado.

Si el chico pudiese llegar estar a gusto, seria con una hermosa chica, pero y si no es una persona
con curvas pronunciadas, ni muslos regordetes o trasero empinado y pronunciado.

¿Qué tal un chico?

Sonrió sádicamente al pensar en ello, podría intentar convertir al chico.

¿Por qué no?

En cuanto decidió observar detalladamente a los chicos, cruzaron varios partidos para él, estaban
bien anatómicamente a pesar de estar bajo capas de abrigos, pero el necesitaba uno especial.

Cuando se estaba dando por rendido en su búsqueda, un chico cruzo caminando con rapidez, iba
con tanto afán que tenía su abrigo a medio colocar dejando ver su cuerpo levemente marcado en
el costado.

Alto, un poco más que el chico, ojos oscuros, mandíbula perfilada, nariz pronunciada pero que
quedaba a la perfección con el resto de su rostro, cabello semioculto gracias al gorro que usaba,
castaño con leves destellos dorados, levemente rizado.
Timberland, jeans ceñidos a sus torneadas piernas, rasgados en varias secciones dejando ver parte
de su piel lechosa, ancha espalda, perfecto para el chico que tenía.

Dejo la paga sobre la mesa, se acomodó la sudadera subiendo la capucha para que su rostro
quedase oculto en la oscuridad

De la misma, siguió al chico el cual entro a una tienda de videojuegos.

Un estudiante, eso significaba que era mucho menos que el chico, su morbo se incrementó al
pensar que este niñato podría someter al chico.

03

— ¡Ayuda! — grito una vez más en vano.

Su garganta quemaba por haber estado gritando a todo pulmón durante la última hora, jadeos
cansinos, respiración errática fue el único resultado que consiguió.

— Demonios — maldijo en voz baja, miraba a su alrededor de nuevo.

El panorama era tan tranquilo que daba miedo, paredes blancas, una puerta al final sin cerradura
interior, y un enorme ventanal al frente, era el tipo vidrio doble que usaban en los interrogatorios
de los criminales, donde puedes ver desde el exterior, pero en el interior es tan solo con un espejo
que muestra tu reflejo.

Perdió la noción del tiempo, tal vez habían pasado una o dos horas desde que escucho la voz
mecánica, un parlante se hallaba en la esquina superior derecha, justo encima de la salida, su
cuerpo se estaba entumeciendo por las ataduras que impedían todos sus movimientos, forcejeo
tan fuerte y por tanto tiempo que comenzó a dañar su piel provocándose pequeños hematomas.

— ¿Ya te cansaste de gritar? Ya era hora — la voz mecánica formo eco en la habitación.

— ¿Qué quiere de mí? — pregunto con la voz ronca producto de tanto gritar.

— Que me entretengas — escucho un sonido metálico proveniente de la parte trasera.

Abrió sus ojos con miedo, en esa posición no podía divisar que había tras suyo.

— Hare esto breve — la voz sonó de nuevo, pero ahora provenía de alguien detrás suyo.

— ¡Maldito! — el grito lo asusto.

Había alguien más con el secuestrador.

— No te preocupes — Jimin escucho atento — El efecto ya pronto acabara — Jimin pudo divisar
algo al lado izquierdo.

Una camilla fue empujada hasta quedar a su costado, en esta yacía una persona, un chico, quien
estaba despierto, pero se les notaba a leguas que quería moverse, pero su cuerpo se movía con
torpeza.

— Bien, les daré un tiempo para que se conozcan — La voz grave del hombre se escuchó lejana, de
nuevo el sonido metálico el cual interpreto como un pasado, sonó.
— ¿Qué demonios está pasando? — Jimin le pregunto al pobre chico quien fruncía el ceño y
maldecía por lo bajo.

— ¡Eso debería preguntar yo! — grito entrando en pánico — ¿Dónde estoy y quien demonios eres?
— pregunto alterándose.

— No lo sé… — contesto en tono bajo — Desperté aquí…atado y desorientado — murmuro para


volver la vista hacia el enorme ventanal donde observo su reflejo.

— ¿Cuánto tiempo llevas aquí? — el castaño lo miro con miedo impregnado en su rostro.

— Un par de… — inhalo mientras pensaba — Horas — bajo la mirada.

— ¿Qué está pasando? — preguntó en voz baja, Jimin giro a verle, su vista estaba fija en el techo
blanco, no había sido una pregunta para el sino una del momento.

— ¿Qué demonios quieres de mí? — pregunto Jimin una vez más.

— Dentro de unos minutos el chico podrá moverse a voluntad — la voz mecánica apareció de
nuevo — y la droga hará efecto — se formó un silencio aterrador.

— ¿¡Droga!? ¿¡Qué clase de droga!? — grito alterado el chico removiéndose sobre la camilla — Oh
Dios, oh Dios… — Jimin cerro sus ojos al escucharlo entrar en pánico.

— Dime algo chico — Jimin abrió un poco sus ojos — ¿Ves al tipo que está a tu lado? — el castaño
giro abruptamente su rostro.

Jimin frunció el ceño, tenía un mal presentimiento.

— ¿No se te hace atractivo? — el castaño frunció el ceño sin saber que intentaba decir.

— ¡Muérete! — bramo enojado Jimin.

— Lo hare como todos los humanos algún día — gruño ante la respuesta — Jimin te presento a
Jungkook — los mencionados se miraron durante un par de segundos.

El castaño se movió una vez más al ya sentir sus músculos, se incorporó hasta quedar sentado
sobre la camilla, jadeo en busca de oxígeno que le faltaba, miro a su alrededor desesperado.

— No intenten escapar pequeños — la voz llamo la atención de ambos — Las cerraduras están al
exterior — se escuchó una risilla burlona.

— Maldito — Jimin se removió una vez más.

— Verán chicos, suelo aburrirme así que necesito que me entretengan — ambos miraron hacia el
ventanal.

— Y una jodida mierda — grito el castaño levantándose de la camilla para correr por donde había
sido ingresado.

Jimin solo pudo escuchar pasos apresurados, la respiración irregular, golpes secos y luego
maldiciones en voz alta.
— ¡Mierda! — otro golpe contra la puerta metálica.

— ¿Hace calor Jungkook? — el mencionado recostó su frente contra la puerta fría metálica.

— ¿Qué droga era esa? — balbuceo sintiéndose mareado, se apoyó contra el muro blanco de
yeso.

— ¿No crees que Jimin es atractivo? — Jimin función el ceño aún más sin entender la situación.

— ¿Qué? — Jungkook levanto su camiseta para moverla intentando darse aire a sí mismo.

— Me divierte ver personas follando en vivo y en directo — aquella confesión congelo a ambos
chicos.

— ¿¡De que estas hablando!? — pregunto desesperado Jimin.

Me van a violar, seré violado, fue lo que pensó.

— La droga que te inyecte es un potente afrodisiaco chico — Jungkook mareado se devolvió sobre
sus pasos hasta acercarse a la camilla y sentarse sobre esta.

— Mal-maldito — su voz se trabo, se encorvo hacia adelante como si sintiese un gran dolor.

Jimin se removió asustado, podía escuchar claramente como la respiración dl menos se agitaba
con el paso del tiempo, como si le costase respirar.

— ¡No! — grito Jungkook asustando a Jimin en el proceso.

— ¿Te sientes caliente niño? ¿Por qué no miras a Jimin y dejas que la droga haga efecto? —
Jungkook negó con su cabeza para pasar las manos sobre su cabeza frustrado.

Su polla estaba totalmente despierta, palpitante y doliendo, exigiendo ser liberada, en cuanto
Jimin observo al chico enderezarse abrió sus ojos asustado al ver la campaña que se formó en el
pantalón del castaño.

— Vamos Jungkook, ayúdame a resolver una incógnita — el castaño miro hacia el ventanal — ¿Un
niñato de diecisiete años puede follarse a un chico de veinte? — ambos abrieron los ojos atónitos.

— ¡Estas enfermo! — grito Jimin sin importar que su garganta quemase.

Jungkook bajo su vista, sus ojos abiertos, sus manos temblando, su cuerpo caliente, como si lava
recorriese por sus venas y arterias, su respiración faltante, la droga recorrió su sistema circulatorio
en cuestión de segundos.

— Digamos que tengo un fetiche algo salido de los estándares que se consideran normal — Jimin
se quejó al no poder zafarse ni un poco.

— ¡Hijo de puta!¡Te matare! — grito Jimin furioso.

— ¡Jodete maldito pervertido de mierda! — grito el castaño para luego tomar su rostro entre sus
manos e intentar regular su respiración.

— Gracias por los halagos, no eran necesarios — Un pitido resonó en la habitación.


Ambos chicos guardaron silencio, Jimin lo escucho demasiado cerca para su gusto, Jungkook miro
la camilla inclinada donde se hallaba Jimin, esta era de metal, aparte de las abrazaderas que
sobresalían un compartimiento se abrió de la nada.

— ¿Por qué no igualamos las condiciones? — pregunto entre risas a través del parlante.

Una pequeña y fina aguja se incrusto en el cuello de Jimin, sus hebras doradas se removieron con
el brusco salto que hizo su cuerpo.

— ¡Agh! — se quejó de inmediato.

— Ahora es cuestión de esperar — Jimin empuño sus manos con fuerza hasta que sus nudillos se
volvieron blancos al sentir que un líquido se le era inyectado, por las amarraderas no podía
separarse lo suficiente de la aguja.

— Hijo de pu-puta — balbuceo sintiéndose mareado, su vista se desenfoco.

Un calor arrasador recorrió su cuerpo, su ingle reacciono bruscamente, jadeo de manera


inconsciente al sentir el dolor por usar pantalones tan apretados, negó con su cabeza mientras
entraba en pánico de nuevo, sus ojos se llenaron de lágrimas, escucho sollozos a su costado, el
chico estaba igual o peor que él.

— Ambos lo necesitan…Necesitan desahogarse — una brusca carcajada los tomo por sorpresa — Y
no va a ser hablando — del ventanal una luz apareció, dejando ver a través de este, se podía ver
un sillón individual oscuro y un ocupante en este.

— ¡Pervertido maricón! — grito Jimin para luego bajar la vista, sentía unas enormes ganas de
querer tocarse hasta llegar al orgasmo.

— ¿Eres homofóbico? No será por mucho tiempo chico — el sujeto frente a ellos del otro lado del
cristal mantenía una posición recta, solo se podía divisar desde su abdomen hacia abajo, la parte
superior estaba sumergida en la oscuridad.

— ¡Joder! — se quejó Jungkook enviando la palma de su mano contra su polla despierta para
luego dejar salir un jadeo que puso nervioso al rubio.

Jimin trago grueso, el chico a su lado parecía pelear consigo mismo, el miedo seguía presente pero
la excitación a causa de la droga se estaba abriendo paso en su mente asustada, se sentía
indefenso estando atado, débil por la droga, en shock por la situación.

— Mal-maldita sea — siseo gruñendo con fuerza cuando una ola de excitación golpeo su cuerpo
cuando el castaño toco su brazo a su lado.

— No hare nada — le dijo el chico, Jimin abrió sus ojos para mirarlo, ambos estaban demasiado
asustados por la situación.

— Sus cuerpos los traicionaran — la voz del hombre se hizo presente — Por cierto, Jungkook, bajo
la almohada esta la llave que libera a Jimin — el castaño deslizo su mano por la camilla — A menos
que te guste el sado y quieras divertirte con Jimin un rato — Jimin miro al sujeto fulminando con la
mirada.
La mano de Jungkook se retiró de la camilla.

Jimin giro su rostro para toparse con los orbes oscuros del chico con un extraño brillo en estos.

— Me estoy sofocando — la mano de Jungkook fue directo a abrir su bragueta.

— Un manual no será suficiente chico — la risilla burlona interrumpió en la habitación.

— Puto — gruño Jungkook apretando sus ojos al dejar libre su erección.

Jimin abrió sus ojos y su rostro se tornó rojo

¿Acaso el chico tenía pensado violarlo?

04

Calor

Calor, sofoco, excitación.

Pronto ambos jóvenes comenzaron a sofocarse, el castaño estaba desesperado, empujo la camilla
para salir de la vista del rubio, inclusive le dio la espalda al enorme espejo.

— Hay cámaras chicos — la voz mecánica hablo — No me perderé ningún detalle — voz burlona.

El castaño gruño con fuerza cuando su mano se envolvió alrededor del eje de su miembro
despierto, palpitante y caliente, quería evitarlo, pero la droga comenzaba a nublar su juicio, su
mano se movió por si sola, gotas de sudor resbalaron por su frente y cayeron al suelo cuando
inclino ligeramente su espalda hacia adelante.

El rubio comenzaba a exasperarse, el estar atado lo hacía sentir aún más sofocado, su erección
apareció, apretada entre las telas de su ropa, odiaba haberse puesto un jean ceñido justo ese día,
empuño sus manos y cerro sus ojos con fuerza, el dolor era palpitante, no era ajeno a su
alrededor, sabía que le niñato se estaba masturbando porque podía escuchar el claro roce de
pieles y sonidos lascivos.

Jadeo en busca de aire, su vista la enfoco en el enorme ventanal, el tipo seguía allí sentado, entre
la oscuridad, ni siquiera sabía a quien se hallaba mirando.

— Ah — un leve gemido por aparte del chico lo puso aún más ansioso.

Él quería hacer lo mismo, sentía la enorme necesidad de tocarse, el calor en su cuerpo comenzaba
a enloquecerlo.

— Maldito, suéltame — exigió furioso.

— No — fue la respuesta que escucho — Pídele a Jungkook que te ayude, vamos, no seas tímido —
una risilla burlona lo hizo exasperar.

— ¡Eres un hijo de puta! — le grito.

— Mmh Agh — el rubio se sonrojo al escuchar como el chico se liberaba.


Frunció su ceño, decidido a aguantar, pero su cuerpo no estaba ayudando, era como si su sangre
fuese reemplazada con lava, el morbo de estar sujeto sin poder moverse, sonidos de gemidos en
sus canales auditivos y una visión borrosa y acalorada.

— O-oye — llamo la atención del chico quien respiraba agitadamente luego de haberse corrido
con fuerza.

— ¡Maldición! — lo escucho gritar.

De nuevo estaba erecto.

— Esa droga es genial ¿No? — el hombre frente a ello solo apoyo la pantorrilla sobre su rodilla
contraria y siguió observándolos.

— Jung…Jungkook — le llamo una vez más.

— ¿Qué quieres? — el tono de su voz salió ronco y Jimin se halló jadeando y temblando con
suavidad.

— Necesito tu a-ayuda — el calor apareció en sus mejillas tiñéndolas de un rosa pastel.

— E-está bien — lo comprensivo que actuó el chico lo asusto momentáneamente.

— So-solo — trago grueso, ni siquiera sabía que pedir.

— Lo abriré para ti — escucho el sonido de una bragueta cerrándose.

A los segundos el castaño apareció frente a su cuerpo, a un par de pasos de distancia, su erección
era demasiado obvia aun si la había escondido tras la ropa, Jimin miro al suelo, sentía tanta
vergüenza, pero en cierta forma algo de morbo sintió al sentirse fijamente observado.

Sabía que su cuerpo era algo que la mayoría de personas no ignoraba al cruzarles por la mirada,
escucho al castaño inhalar con fuerza antes de escuchar pasos acercándose.

— Eso es chicos — la voz formo eco — Así comienza todo, con un poco de ayuda — el castaño
empuño sus manos.

— ¡Cállate malnacido!¡Solo ayudare por esta vez! — Jimin brinco en su puesto al sentir el rudo
toque en su cinturón.

La hebilla fue retirada haciendo un sonido metálico, los dedos finos y largos del castaño
comenzaron a temblar cuando se acercaron al botón, unos segundos lucho contra esta para poder
abrirlo.

— Du-duele — se quejó el rubio.

— L-lo sé — Jungkook entrecerró sus ojos creyendo que así vería menos.

La bragueta fue abierta, como si fuese en cámara lenta, Jungkook bajo el jean con algo de fuerza
en la parte delantera.

— Uhm debo tocar…Tú sabes — Jimin asintió haciendo una mueca.


En cuanto las manos se escabulleron hacia sus espaldas, sintió los leves toques, la respiración
cercana a su rostro, la eminencia de calor del otro cuerpo, sus ojos no pudieron evitar detallar lo
que tenía al frente, mandíbula tensada, un pequeño lunar bajo aquel carnoso, húmedo, rosado
labio inferior, cabello sudado, gotas de sudor bajando por su frente, atravesando parte de su cara,
bajando hacia su cuello, algunas siguiendo vivas para adentrarse bajo la camiseta oscura, porque
las demás tela se estaba pegando dejando ver un torso marcado.

Jimin boqueo con suavidad, inhalo el aroma a colonia que desprendía el chico, un aroma bastante
varonil, más uno más dulce que supuso que venía de su cabello rizado, debía admitirlo, si fuese
una mujer, ese chico seria su tipo, atractivo, amable, varonil y muy jodidamente caliente.

Jungkook al acercarse también olfateo el aroma que desprendía el chico, si bien no era una colonia
fuerte era demasiado atrayente, sus pupilas se dilataron con rapidez, sus manos temblaron al
tocar el inicio del jean en la parte trasera, enterró sus dedos pulgares bajo la tela del jean y encima
del bóxer, empujo de estos hacia abajo sin poder evitar de forma directa los glúteos firmes del
chico.

— Yo…Ahora — el castaño dudo.

— Haz-hazlo, me duele — se quejó una vez más.

Jungkook se relamió sus labios secos, enterró las falanges de sus dedos bajo la tirilla del bóxer, con
las enormes letras de Calvin, ignorando universalmente el glande rosa que sobresalía de esta
misma, cerro sus ojos para no ver más y bajo de un tirón el bóxer para seguidamente enviar sus
manos atrás y bajar la parte trasera.

Pero algo ocurrió.

Un nuevo golpe de excitación en su cuerpo, como si sus hormonas cambiaron su ciclo y activaran
la hipersexualidad en estas, sus grandes manos apresaron los glúteos del rubio, apretándolos al
instante como si aquello fuese un alivio.

— Agh — jadeo Jimin para abrir sus ojos asustados.

El niñato estaba tocando sus nalgas de forma directa, piel con piel.

— ¿Qué ha-haces? — comenzó a hiperventilar.

— Tu piel es tan…Suave — un paso y se vio acorralado entre la camilla de metal y el cuerpo del
chico.

Como si de imanes se tratase, una ola de calor golpeo el cuerpo de Jimin, abrió su boca y dejo salir
un gutural gemido al sentir las manos moverse sobre sus nalgas.

— Por favor, du-duele — una tercera queja.

— ¿Pu-puedo? —pregunto indeciso, aun si ya había enviado su mano alrededor del eje del rubio.

— Oh mierda, si — gimió aliviado al primero bombeo.

— ¿No que eran homofóbicos? — de nuevo la risa lleno la habitación.


— Solo una vez — dijo Jimin.

Jungkook detuvo su mano para bajar su rostro, cerrar los ojos y maldecir en murmullos.

— Me está doliendo bastante, lo siento — Jungkook retiro su mano para enviar a solucionar su
problema.

— ¡No!¡Ayúdame primero! —exigió Jimin.

Los ojos del rubio se fijaron en la erección al aire libre de nuevo, del castaño, alzo la vista y su
aliento se fue.

La mirada del niñato, lo asusto, sus ojos brillaban extrañamente, pupilas dilatadas y fijas sobre su
cuerpo, bajo la mirada luego de unos segundos hacia su propia erección, doliendo, húmeda por el
líquido preseminal, pidiendo ser atendida, el efecto de la droga estaba haciendo añicos su
autocontrol, su moral, sus creencias, todo parecía estar desvaneciéndose y jugando en su contra,
cuando una nueva ola lo ataco y sus piernas temblaron sin poder moverse de todo, supo que no
había más salida.

Cerro sus ojos y dejo su orgullo unos segundos.

— Por favor…Tócame…

05

El castaño se quedó estático, alzo su mirada, el chico había bajado su rostro, sus hombros se
alzaban al mismo tiempo en que su pecho se expandía con pesadez, reconoció el hecho de que, si
él se sentía tan mal luego de haberse corrido, el chico frente suyo debería estar peor, trago
grueso, de nuevo introdujo su mano dentro de la ropa de Jimin quien gimió lastimeramente ante
el rudo contacto.

— Ahh — gimió bajo el rubio.

Jungkook abrió ligeramente sus ojos, sentía la humedad en la palma de su mano, la pesadez de la
polla que estaba sujetando, lo caliente y dura que esta se hallaba, se sintió extraño al tocarle,
intento mantener en la mente que todo esto se debía a la extraña droga que le inyecto el lunático
que los observaba del otro lado del muro, Jimin alzo su rostro, el castaño se quedó estático de
nuevo.

Jimin molía su labio inferior entre sus dientes, tornándolos blancos debido a la presión de la
mordida, sus ojos estaban brillantes, cristalizados, sus mejillas tienen un rosa natural implantado
que llegaba a la parte de cuello y final de las orejas, Jungkook movió su mano derecha sobre el eje
erguido, observando fija las reacciones del mayor, en cuanto hizo el primer halón, Jimin soltó su
labio y abrió ligeramente la boca para dejar salir un sonido morboso de alivio.

— ¿Po-podría hacerlo m-más rápido? — Jungkook solo pestañeo con suavidad y movió su mano
con más rapidez.

Jimin arqueo su espalda, separándola de la camilla de metal donde se hallaba atado, empuño sus
manos con demasiada fuerza, estas se tornaron levemente rojas, sus piernas temblaban a simple
vista, sus caderas se impulsaban hacia adelante lo que el amarre en su cintura se lo permitía.
— ¿Sabes que sería mejor para Jimin? — la voz mecánica sonó de nuevo — Si le hicieras un
blowjob eso funcionaria de inmediato — Jimin abrió sus ojos abruptamente mirando hacia la
ventana.

— ¿Qué? — balbuceo sorprendido, la mano del castaño se separó.

— Oh, olvide decir algo respecto a la droga — se escuchó una leve risilla — Digamos, que esta te
transforma — el silencio que se formó se volvió sofocante e incómodo.

Jimin volvió su vista hacia el frente, el castaño estaba envuelto en una capa perlada de sudor, su
mano derecha tocaba su polla erguida desde el aire libre, con mucha lentitud, desde la base hasta
el glande, lo vio relamerse los labios para luego encontrarse con su mirada, esta vez, sintió pánico,
algo cambio en su mirada, esta era más brillante, más oscurecida, parecía otra persona.

Jungkook se arrodillo en el suelo, el rubio se removió con fuerza intentando en vano soltarse una
vez más.

— ¿Que ha-haces? — el castaño tomo su polla con la mano derecha — Oye no agh — gimió
guturalmente al sentir un lengüetazo en su sensible glande.

La lengua se posó en el glande, dando cortos lengüetazos, Jimin no supo en que pensar, el chico no
parecía el, parecía estar ido, como si su mente no estuviera activa, intento quejarse una vez pero
los labios finos del chico se cernieron alrededor de su glande, chupando suavemente, demasiado
lento, una deliciosa tortura, el rubio negó con su cabeza desviando la vista, quería soltarse, salir de
allí pero al mismo tiempo quería empujar sus caderas y follar la boca del menor.

— Eso es, bien hecho pequeño — hablo la voz mecánica, Jimin sentía mucha furia a la vez sentía
mucho placer.

Jungkook beso la punta, justo en la abertura, paso su lengua allí, luego en círculos en el glande,
llenándolo con su saliva, la polla vibraba conrea sus labios, el líquido preseminal salía en gotas sin
cesar, Jimin bajo su mirada a la vez más movimiento.

Jungkook se estaba masturbando mientras le hacia un delicioso oral.

— Pero que malo eres Jimin — la voz mecánica lo hizo enojar — Mira que no agradecerle al
pequeño — una risa burlona más.

— Jungkook Ahh — lloriqueo cuando este se volvió a meter su polla en la boca.

Jimin se retorcía, lo poco que le permitían las ataduras, el clímax se fue formando en su bajo
vientre.

— Oh Dios — gimió con fuerza ahora, sacando y entrando su polla continuamente de su boca.

Jungkook lo saco de su boca, dejo el glande reposando en su boca, alzo la mirada topándose con la
oscurecida de Jimin, se puso de pie, el rubio pestañeo suavemente al verlo acercarse hacia su
cuerpo, sintió las dos pollas tocarse, ambas húmedas, duras pero calientes.

— Tus labios son bastante gruesos — murmuro Jungkook roncamente — Se verían perfectos
alrededor de mi polla — Jimin echo su cabeza hacia atrás cuando Jungkook se inclinó.
— A-aléjate — su cuerpo tembló.

— Solo quiero probar tus carnosos labios — Jungkook no podía controlar su cuerpo, como si su
vista se fijase en cada detalle del rubio que tenía al frente.

— N-no — balbuceo cuando Jungkook movió sus caderas hacia adelante.

Jimin necesitaba correrse por lo menos una vez.

— Déjame — se inclinó de nuevo.

Sus labios se rozaron.

— Ne-necesito — susurro, pero se detuvo al sentir que al mover sus labios solo rozaba más los del
castaño.

— ¿Correrte? — Jimin no supo en qué momento se relamió sus labios y con la punta de su lengua
todo los de Jungkook quien suspiro suavemente.

— Ya bésense demonios — la voz mecánica irrumpió el silencio — Demasiada tensión sexual entre
ustedes — ambos chicos se miraron fijo — Háganlo, la droga les dará amnesia, es lo que lo hará
más genial — Jimin enarco una ceja.

Si, la droga produce amnesia cuando el efecto se va, los que la usan no recuerda nada, ya que esta
produce sueño, solo hay algo que, si se recuerda, no sus mentes, pero si sus cuerpos.

— Solo hazlo — pidió Jimin, quería correrse.

Jungkook mando sus manos de nuevo, pero sus labios se estrellaron en el cuello blanquecino para
chupar con fuerza, la piel de Jimin ardió unos segundos, el escozor fue desapareciendo
gradualmente cuando la lengua caliente del castaño alivio el ardor, los bombeos fueron rápidos,
certeros.

Jungkook unió sus pollas, masturbándolas ambas con su mano, Jimin bajo su mirada, observando
el movimiento, sus penes sacudiéndose, el líquido preseminal saliendo a grandes borbones,
pechos subiendo y bajando con rapidez, gotas de sudor cayendo algunas a las baldosas blancas del
piso, otras sobre sus pollas, y otras sobre la mano de Jungkook que no dejaba de moverse, la
lengua del castaño lamio otra porción de piel, Jimin había cerrado sus ojos.

Simplemente era demasiado, tantas sensaciones mezclándose al mismo tiempo, el calor


sofocante, la lengua jugando en su cuello sensible, el gimiendo contra la oreja del chico quien
parecía responder ante aquellos estímulos, entre más alto gemía, el más chupaba su piel y más
apresaba las pollas entre sí.

Ambos hombres, pero las sensaciones de placer parecían irreales, su cordura pareció esfumarse,
su moral igual, su orgullo parecía estar tomando un descanso en esos momentos, estaba siendo
pajeado por run hombre, un niñato quien se entretenía tocándole sin pudor y él lo estaba
disfrutando.

Cuando sintió la mejilla sudada del castaño contra la suya misma, fue donde giro su rostro
buscando los labios del chico.
Y se besaron al mismo tiempo en que se corrieron con fuerza.

06

Pesadez.

Dolor de cabeza.

¿Fue un sueño?

Su cuerpo como un resorte se incorporó en la cama cómoda, la habitación de paredes blancas y


cámaras en cada esquina lo volvieron a la realidad.

Sus dedos enterrándose entre sus hebras rubias, su aliento escapándose de sus pulmones, sus ojos
revisando con escrutinio el lugar en busca de la salida, bajo los pies de la cama, aterrizaron sobre
algo suave y medianamente frio, volvió su vista.

Pantuflas de peluche.

Entrecerró sus ojos, inclino su cabeza mirándolas más de cerca.

— Buenos días rubio durmiente — la voz mecánica lo hizo alzar el rostro abruptamente.

— Maldición — se quejó en voz baja.

Los flashes de los acontecimientos previos llegaron a su mente como un espacio siendo usurpado
por una lluvia de meteoritos, uno tras otro sin descanso algo, para el final, sus manos sostenían
con firmeza su cabeza.

Recordó todo antes de la inyección de la droga.

— Come que el desayuno se enfría — Jimin giro su cara.

Su vista se posó en una bandeja de buen aspecto cerca de la puerta.

— Recuerda dejarle a Jungkook — parpadeo con pesadez

— ¿Jungkook? — pregunto entre murmullos.

Su vista recorrió el lugar, no veía al tal Jungkook, un roce de sabanas le dio la respuesta, el chico
estaba acostado detrás suyo, alterado, se levantó sobre sus pies y giro a verle, el niñato se estiro
con pereza mientras abría sus ojos lagañosos y esperaba enfocarlos.

— ¿Quién eres y que haces en mi habitación? — la voz ronca mañanera del castaño provoco algo
en el cuerpo de Jimin.

— ¿Tú quién eres? — Jungkook se incorporó de la misma forma que el rubio cuando al parecer su
mente despertó por completo.

— No, no, no — miro a todos lados asustado.

— Chicos, el desayuno se enfría — ambos miraron la bandeja — Saldré un rato, espero que
terminen conociéndose — un pitido y la transmisión en vivo termino.
Jimin se alejó lo suficiente, no había notado una puerta la cual, si tenía perilla, achico sus ojos,
dudo en revisar, claramente no podría ser la salida, sería demasiado fácil, para cuando quiso
balbucear en su decisión sobre si entrar o no, el chico se le adelanto abriéndola de un manotazo.

Un baño.

Ambos suspiraron resignados.

Jungkook entro a este para luego cerrar la puerta, hasta esos momentos fue que Jimin se percató
que su vejiga estaba llena, sintiendo ganas de orinar, apoyo su peso sobre uno de sus pies
mientras movía incesantemente su otra pierna.

— ¿Qué carajos? — se le escucho gritar al castaño dentro.

Dedo en acercarse, la puerta se abrió dejando salir al castaño, rostro humedecido por agua,
cabello húmedo en las nacientes delanteras, lo más curioso fue verlo con un cepillo de dientes azul
dentro de su boca y espuma en sus labios rosas.

Jimin enarco una ceja, algo estaba más con ese chico definitivamente, o tal vez el creía que seguía
soñando, sin demorarse más en buscar una respuesta positiva, entro al baño para luego poner
pestillo.

Este olía a dentífrico, baldosas blancas, una tina enorme, una ducha a un costado adornada con un
par de piedras, Jimin miraba todo con total desconfianza.

¿Qué clase de lugar era ese?

¿Por qué tantos lujos?

Se acerco al lavabo, en el espejo pudo ver los rastrojos de su rostro, el amanecer parecía odiarlo
en ocasiones, su cabello enredado y hecho un nido, un hilo de baba seca cerca de su comisura
derecha, ojos levemente hinchados, suspiro abriendo el lavabo, remojo su rostro un par de veces
antes de volver a mirar su reflejo.

Expulso el agua que entro en su boca, se veía más decente ahora, exceptuando la cantidad de
gotas de agua que resbalaban por todo su rostro, una toalla blanca colgaba de un tubo, la tomo
secándose, al lado, en un mesón de mármol blanco también, había una pequeña porta con varios
cepillos aun empaquetados, tomo uno rasgando en envoltorio de cartón, lo echo dentro de una
papelera, allí pudo ver el otro envoltorio del chico.

Tomo el dentífrico y saco una cantidad generosa para untarla en el cepillo, se acercó al inodoro, en
cuando bajo la parte delantera del pantalón de chándal que vestía y sus bóxeres oscuros fue que
noto que algo estaba mal.

— ¿Pero qué demonios…? — grito dejando caer el cepillo que reboto contra el suelo

Su miembro estaba pegoteado, lleno de su propia esencia seca, abrió su boca ligeramente, ahora
entendía porque el niñato también grito minutos atrás, tomo la toalla un poco húmeda y se limpió
lo mejor que pudo.

Al ya retirar los restos de su esencia fue que miro la toalla en su mano izquierda.
¿El chico también la habrá usado?

Su rostro se tornó rojo, furia, vergüenza, levanto el cepillo, lo lavo y uso de nuevo el dentífrico, se
cepillo los dientes con tanta furia y desespero que rompió sus encías en más de una ocasión, la
sangre se mezcló con la espuma blanca, luego de lavarse salió del baño.

El castaño no dijo nada, tenía su boca llena de espuma, lo escucho escupir y enjuagarse, Jimin se
acercó hacia la bandeja, su estómago reacciono al ver lo delicioso que se veía y olía el desayuno.

— También te paso lo mismo ¿verdad? — Jimin se tensó sen su lugar, no quería volver la vista.

— ¿De qué hablas? — prefirió esperar.

— No recuerdo lo que paso ayer — se quejó — Tu… ¿Me violaste? — aquella pregunta rompió el
silencio.

— ¿Qué? — abrió sus ojos y encaro al chico — ¡Eso debería preguntar yo! — grito encolerizado.

— Mmm — el chico se rasco la nuca — No me duele el trasero, pero tampoco siento que te la haya
clavado — Jimin se calmó.

A decir verdad, el tampoco sentía aquello.

— Yo tampoco — carraspeo incomodo — Ninguno de los dos — paso su mano por su rostro.

Jimin miro al chico, usaba un pantalón de chándal negro, se notaba que le colgaba desde las
caderas, la camisa blanca que estaba usando se alzó cuando este envió sus manos por su cabello
con frustración, le fue inevitable a Jimin mirar la porción de piel que revelo, trago grueso cuando
su cuerpo reacciono ante ello.

Desvió la vista sonrojándose, Jungkook bajo su vista, el rubio se dio media vuelta de nuevo, los
ojos del castaño repararon en el tamaño del trasero del chico, lamio sus labios, sus manos
hormiguearon, por un momento la sensación de ya haberlos tocado vino a su cuerpo y mente.

Ambos se sintieron extraños, sus cuerpos calentándose sin razón, sus miradas buscándose entre sí,
Jimin se halló mirando los labios húmedos y rosas del chico, Jungkook se halló mirando hacia la
entrepierna del chico.

— Algo tuvo que pasar ayer — murmuraron ambos al encontrar sus miradas.

Ceños fruncidos, labios apretados, manos empuñándose, una sensación de vergüenza creciendo
en ambos, como si sus cuerpos recordaran algo que sus mentes no.

Ambas pollas medio duras fue la respuesta.

07

Podría ignorar la sensación caliente que subía y se arremolinaba en su vientre bajo, también
podría ignorar la mirada que sentía a sus espaldas, movió su vista de manera nerviosa, sintiendo
como a poco su pulso se descontrolaba, recordó la bandeja con el desayuno.

El que ya se debería haber enfriado.


Como si nada, decidió ignorar aquella extraña sensación de pesadez, solo paso por el lado del
chico, se sentó al borde de la cama y alzo la bandeja dejándola descansar sobre sus muslos, su
estómago gruño bajo.

Jungkook imito su acción y tomo asiento a su lado, manteniendo una distancia prudente entre sus
cuerpos, ambos comenzaron a comer, como si ya supiesen lo que el otro escogería de la bandeja,
un poco de café cargado bastaría para mantener sus mentes activas.

— Oh — aquella expresión fue suficiente para sacar a Jimin de sus pensamientos.

— ¿Qué? — no se atrevió a verlo, solo opto por tomar una tostada.

— Acabamos de comer un desayuno que nos dio nuestro secuestrador — la tostada resbalo de sus
dedos hasta caer al piso quebrándose en el proceso.

— ¿Pero qué demonios? — Jimin se levantó dejando caer la bandeja, por suerte los platos eran de
plástico.

— ¡Te sientes fuera de lo común? — pregunto el menor mientras miraba su abdomen esperando
alguna reacción.

— No — Jimin miro sus manos por el revés — ¿Tu? — el menor negó con su cabeza.

Jimin se dirigió al baño, entro dejando la puerta abierta, se miró al espejo, esperando que su
reflejo y el fondo cambiasen, fuese el vestido con su pijama oscuro, fuese la estantería la que se
reflejase a sus espaldas y no a Jungkook mirándole de manera extraña, al volver su vista, se
concentró en la manera en que sus mejillas estaban adquiriendo un tono rosa.

Desvió su vista, el menor estaba allí de pie, su pecho comenzando a subir y bajar con más fuerza,
la nuez de Jimin se balanceo de arriba hacia abajo, sus manos temblaron levemente al igual que
sus piernas cuando el menor se movió hacia adelante, recostó sus manos contra el lavabo.

— ¿Qué estás haciendo? — Jimin envió sus caderas hacia adelante.

Su erección quedo apretada contra el borde del lavabo.

— ¿No te sientes raro? — “Raro”, claro que se sentía raro, solo no supo en qué momento paso.

— N-no — desvió la mirada hacia el lavabo.

Su pecho forzándose a respirar profundamente, sus manos apretando el lavabo de mármol blanco,
con tanta fuerza que sus nudillos ya eran blancos igual que este.

— ¿No?

— Mmh…

La erección oculta del menor estrellándose contra su trasero, sintió la gran necesidad de
restregarse obscenamente, pero no lo hizo, por el contrario, empujo más hacia adelante, con su
erección doliéndole como el mismo infierno.

Pero sus caderas echaron hacia atrás cuando los dedos fríos de Jungkook hallaron la forma de
colarse en su cintura bajo su camiseta holgada que llevaba puesta, la dureza contra su trasero, la
respiración forzosa del menor a sus espaldas, cuando el aliento que salió del suspiro placentero
del castaño impacto contra su nuca, su cuerpo tembló por completo.

— Esto es lo que él quiere — Jimin mantuvo la unión — No pienso dejarle ga-ganar — si tan solo
no le costara tragarse los gemidos que se estaban acumulando en su garganta.

— ¿Qué mierda había en ese desayuno? — Jungkook apretó la cintura del mayor, la piel cremosa
bajo sus yemas, los vellos cubriéndolo.

— Otro excelente afrodisiaco — la voz mecánica formo eco en el baño.

Un maldito parlante en una de las esquinas superiores.

— Marca que falta por patentar — Jungkook trago grueso — De hecho, solo combiné dos frascos
diferentes y los rocié en el desayuno para ver que les pasaba — Jimin chisto.

Jungkook empujo sus caderas hacia adelante, el balanceo hizo que Jimin se inclinara con levedad
hacia adelante en respuesta, su trasero quedando más expuesto, sus pies comenzando a quedar
en punta.

— No — Jimin aun apoyado giro su rostro para intentar verle.

— Tú también los sientes — otro empuje más y Jimin blanqueo sus ojos.

— No sé de qué ha-hablas — aun así, empujo su trasero contra la erección.

— Maldito — Jungkook bajo la parte delantera de su pantalón de chándal, junto con su bóxer.

Jimin retiro las manos y bajo el mismo su pantalón junto con la ropa interior, solo dejando a la
vista su respingón culito bajo la mirada hambrienta del menor, las grandes manos no demoraron
en tocar los glúteos redondos y grandes, el rubio molió su labio inferior entre sus dientes, la
sensación le eran vagamente familiar, pero es que el contraste de su piel caliente y las manos frías
del chico lo estaban enloqueciendo.

Pero su cuerpo se recargo contra el castaño, en busca de más contacto cuando sintió algo duro,
grueso, colarse entre sus carnes, mojando su zona intima, sus ojos buscando el reflejo del chico, el
castaño tenía bajo su rostro, su lengua lamiendo sensualmente sus labios remojándolos, Dios, en
cuanto alzo la vista y sus ojos se encontraron Jungkook empujo su cadera haciendo que el pene
resbalase tocando su entrada directamente.

Jimin mordió su labio, el menor apretó los glúteos y comenzó a masturbarse con estos, el rubio se
dejó hacer, su cuerpo balanceándose hacia adelante y un poco hacia arriba con cada empuje del
chuco, su polla necesitando atención, pero el concentrándose en la expresión de placer del
castaño.

— Perfecto — ignoraron la voz mecánica mientras se miraban por el reflejo en el espejo.

La mano de Jimin se escabullo hacia su polla que gritaba por atención, le dio las caricias justas para
sentir su liquido preseminal untando su mano, Jungkook acelero sus embistes, sintiendo su polla
resbalar entre el calor íntimo del mayor, disfrutando la sensación apresante cuando Jimin
apretaba sus nalgas y gemía bajo, maldiciones a medio decir y gimoteos que erizaban los vellos de
Jungkook.

Demasiado caliente, el ambiente sofocándose, como si estuviese en una sauna, sus cuerpos
botando vapor natural que fue empañando el vidrio junto con un cálido y húmedo aliento que se
escapaba de la boquita jugosa de Jimin, cuando el espejo se empaño, ambos cerraron los ojos
disfrutando por completo los miles de sensaciones recorriendo sus cuerpos.

Sintieron los tirones en sus ingles, sus testículos tensándose, duros, dispuestos a descargar con
furia su contenido, el ritmo tal vez demasiado salvaje, rápido, obsceno y enfermizo, los gruñidos
avisaron que su clímax estaba apareciendo.

— Agh.

— Nhg.

Las descargas del líquido nacarado, cayendo contra la parte baja del espejo y el lavabo, mientras
otra carga cayendo sobre las nalgas del rubio y su espalda baja, justo sobre sus hoyuelos que
avisaban la curvatura final.

— Lo mejor de este, es que no quita el recuerdo…

08

Jungkook recostó su frente sudada contra el hombro izquierdo de Jimin quien seguía jadeando, la
fuerza del orgasmo logro que sus cuerpos se desestabilizaran por completo, el castaño observo su
semen salir y untar las cremosas nalgas y parte de la entrada del mayor, a la sola imagen lo estaba
poniendo duro otra vez, lamio sus labios secos y jadeo cuando Jimin echo hacia atrás sus caderas.

— Estoy duro otra vez — murmuro el menor.

— I-igual yo — susurro de vuelta el rubio.

— Para ser un chico — sus manos se posaron en los enormes glúteos — Te cargas un culo de puta
madre — lo apretó consiguiendo un gemido por parte del mayor.

— Pervertido — Jimin miro el espejo empañado.

La evidencia de su corrida yacía en este y en el lavabo, abrió la llave y dejo que el agua se llevase
su liquido nacarado, sentía la pesada respiración del chico a sus espaldas, también sentía como se
ponía duro de nuevo contra su trasero expuesto, la sensación de haber hecho algo gay, lo estaba
carcomiendo, pero debía admitir que se sintió demasiado bien para su cordura.

— ¿Puedo? — Jimin abrió sus ojos asustado.

— ¿Puedes qué? — interrogo de inmediato.

Pero no tuvo que esperar la respuesta verbal de Jungkook, el chico unto su dedo índice con semen
y se atrevió a meterlo entre las carnes del rubio, retirando su miembro palpitante, el dedo toco la
entrada roma y comenzó a acariciarla.
— No — musito Jimin — No soy g-gay — aguanto la respiración cuando Jungkook intento empujar
dentro.

— Lo sé, yo tampoco lo soy — respondió — Pero no puedo ignorar que eres un chico bastante
caliente — se lamio los labios y empujo de nuevo contra la entrada.

La cual, a fuerza, fue cediendo, sintió el interior húmedo y caliente, Jimin se quedó quieto,
mirando el espejo, no podía ver la expresión del castaño, solo le quedo imaginársela.

Era extraño.

¿Qué clase de expresión tendría un chico heterosexual que le está metiendo el dedo a otro chico
igual?

— ¿Te duele? — por lo menos finge preocupación.

— No, es más molestia que otra cosa — respondió entre dientes.

Jungkook hundió el dedo hasta la base, tanteo en interior, la estrechez que se cernía alrededor de
su dedo lo hizo silbar entre dientes al imaginar reemplazar ese dedo por su polla que necesitaba
atención urgente, pero la morbosidad y curiosidad de hacer algo relativamente nuevo para él, le
llenaba las entrañas de una manera indescriptible.

Podría detenerse y reiniciar su sistema, pero no podía si el hombre frente suyo echaba con
disimulo sus caderas hacia atrás, empalándose contra su dedo, por un segundo dejo de moverlo y
obtuvo la respuesta, vio y sintió un vaivén de las caderas del rubio, aplasto sus labios y en la
travesía que mantenía el chico, introdujo un segundo dedo con un poco más de esfuerzo que el
primero.

— Mmh — un gemido sordo y un fuerte suspiro fue lo que obtuvo como respuesta.

Bien, si la cordura se tratase de una cuerda, esta estaría pendiendo de un hilo, cuando empujo los
dedos los más profundos que pudo y los retiro para hacer lo mismo, sus yemas rozaron algo en el
interior, lo cual parecía ser un botón encendedor ya que el chico por inercia se encorvo y expuso
más su trasero para el castaño, trago grueso, no había manera en el infierno que no interpretase
aquello como una invitación a continuar.

— M-mas — el chico lo pidió, el chico lo tendrá.

Movió sus dedos dentro, cepillando la próstata del chico, el cual estaba acompasando sus
movimientos empalándose en sus dígitos, en la faena que realiza escucho los sonidos
chapoteantes y húmedos, Jimin se estaba masturbando, alzo su vista para ver la camisa del pijama
que usaba el rubio mojarse de sudor, su polla necesitaba atención, pero no podía hacerlo bien con
su mano izquierda dado que era diestro.

Saco los dedos del interior y lo hizo girar abruptamente, con fuerza lo impulso hacia la mesa del
lavabo, le retiro con rapidez la ropa interior y abrió sus piernas obscenamente, antes de que el
chico reaccionase, hundió tres dedos ahora duro y profundo.

— Dios — gimió alto el rubio mientras su cara se deformaba en placer.


— Si quieres que siga — movió los dedos — Tendrás que poner de tu parte — empujo sus caderas
entre las piernas abiertas.

Jimin lo entendió, lo miro a través de las pestañas, arqueo su espalda cuando los dedos tocaron de
nuevo su próstata, con su mano derecha tomo la polla del chico, ese miembro izado y venoso,
extrañamente comenzó a salivar con más rapidez, unto el líquido preseminal en todo el eje con
sus dedos de forma traviesa, le dio un apretón a la base, un gemido ronco por parte del castaño y
uno suyo propio por los dedos en su interior.

— Ven, quiero probar tu boquita — Jimin mansamente se inclinó hacia adelante a la vez que
Jungkook lo hacía.

Al sentir sus respiraciones mezclarse, sus labios se encontraron, los movimientos de los dedos
fueron disminuyendo, así como los halones en el miembro del castaño, sus labios se amoblaron a
la perfección, la cantidad perfecta de succión, de mordiscos, sus labios hormigueando cada que
alguna lengua entraba en la cavidad bucal contraria, Jimin chupo la lengua de Jungkook con
suavidad, luego más fuerte, gruñendo como si no le fuese suficiente.

Jungkook estaba extasiado, la boca de Jimin sabia dulce, ni siquiera llego a considerar que las
bocas tuviesen sabor, pero la de Jimin la tenía, el beso se prolongó tanto como sus pulmones se lo
permitieron, la saliva bajando por sus comisuras, sus labios hinchados, como si le hubiesen puesto
a chupar una polla.

— Demonios — Jungkook inhalo profundo — Tu boquita es la gloria — las mejillas que de por si
yacían encendidas, pasaron por toda la gama de color rojo.

— No besas mal tampoco — mentira, es el mejor puto beso que había recibido en su vida.

— Ven aquí otra vez — Jungkook volvió a un ritmo constante con los dedos.

Jimin movió en pene de lado a lado sacudiéndolo mientras subía y bajaba por el eje, para luego
concentrar su presión en el glande purpura donde la abertura dejaba salir una cantidad generosa
de líquido nacarado, el rubio se encargó de gemir contra la boca del castaño al sentir la
aglomeración de sensaciones en su vientre bajo, el calor que parecía consumir sus cuerpos,
parecía estar llegando a la cúspide final.

Y la sensación al final llego, tan fuerte, tan bueno que sus cuerpos temblaron y sus bocas se vieron
en la mala situación de separarse para dejar salir gemidos guturales de satisfacción, los dedos
siendo exprimidos por los anillos anales de Jimin, el pene de Jungkook siendo sacudido
expandiendo su orgasmo con más potencia.

En el momento en que Jungkook saco sus dedos, fue que observo al rubio, maldición, el chico
parecía haber recibido una buena polla por el culo, como si lo hubiesen estado follando por horas
sin detenerse, su cabello alborotado, aquella expresión de sueño en sus ojos avellana, aquella
boquita hinchada, esas cerezas por labios, Dios, Jungkook quería su lengua de nuevo en ella, como
si no tuviese suficiente de aquel manjar.

— Wow — la voz mecánica tuvo que hacer su aparición — Ustedes follarían de puta madre —
confeso.
Para ese punto ninguno de los dos dijo nada, sus miradas de deseo fueron la respuesta a la
afirmación.

09

Jimin jadeo cuando Jungkook se inclinó de nuevo hacia adelante, la morbosidad que sentía al tener
sus piernas abiertas mientras el menor le miraba con deseo, lo estaban enloqueciendo, los dedos
finos y largos del castaño bailaron por sus muslos haciendo figuras abstractas mientras
recuperaban el aliento, los estragos del orgasmo seguían allí latentes, haciéndoles saber que
podían tocar y alcanzar el cielo si juntaban sus cuerpos de nuevo.

— El efecto de la droga dura muy poco — aquella confesión del hombre que los tenía cautivo puso
alerta a los chicos — Por lo que lo que pase de ahora en adelante, será reacción de sus propios
cuerpos — un pitido y la transmisión en vivo termino.

A Jimin le temblaban las piernas y los brazos, su pecho sudado y pegajoso con su esencia sobre él,
giro su rostro para poder observar la ducha a su costado, como si el menos leyese su mente,
también volteo a ver aquella dirección.

— Vamos a darnos una ducha — ahora que sus cinco sentidos estaban volviendo en sí, por un
momento pensó en desechar la invitación, pero dado que ya se habían visto desnudos, de nada
servía negarse.

Jungkook en cierta forma ayudo a Jimin hasta llegar a la ducha, ambos con las piernas como
gelatinas solo se ubicaron bajo el chorro de agua intercalándose por tiempos, por alguna razón
ellos sentían la droga aun en sus cuerpos, pero la sensación sofocante de antes era muy mínima,
Jimin paseo sus dedos por sus hebras doradas llamando la atención del castaño quien se quedó
viéndolo fijo mientras el agua dibujaba la silueta de Jimin a la perfección.

— ¿Tienes novia? — aquella pregunta hizo que Jimin se tensara.

— ¿Por qué la pregunta? — envió su mano hacia el pequeño estante donde se hallaba un jabón en
líquido.

— Curiosidad — respondió el castaño volviendo a meterse bajo el chorro.

Jimin lo observo por el rabillo del ojo, el castaño cerro sus ojos mientras masajeaba su cuero
cabelludo y el agua hacia las suyas en su cuerpo, Jimin podía girar su vista pero no lo hizo,
mientras se untaba las manos con el jabón líquido observo el cuerpo escultural del menos, tenía
las formaciones justas de músculos en su torso, unos pectorales marcándose, unos bíceps que se
tensaban cuando alzaba sus brazos y para cuando ambos se dieron cuenta Jimin estaba pasando
sus manos llenas de jabón sobre el cuerpo del castaño quien jadeo ante el contacto caliente.

— ¿Qué haces? — susurro ronco.

Jimin ignoro su voz y siguió moviendo sus manos, sus dedos grabándose cada porción de piel del
castaño, Jungkook mirando hacia abajo como aquellas manos lo tocaban con pena y a la vez
sensualidad, como si estuviesen curiosas de encontrarse algo nuevo.
Jungkook gimió quedamente al ver al rubio acercarse aún más hacia el cuerpo, al sentir sus pieles
húmedas tocándose no pudo evitar envolver con sus brazos la cintura del mayor quien alzo su
rostro, joder, parecía haber sido besado minuciosamente, sus labios brillaban, esos cerezos se
veían tan bien para la vista de Jungkook que no podía evitar las ganas de querer atraparlos entre
sus dientes y mordisquearlos hasta que estos solo puedan pronunciar su nombre.

— No me vayas a golpear — fue lo único que escucho Jimin antes de sentir su cuerpo siendo
estampado con brutalidad contra las baldosas frías del baño.

Su boca se abrió para soltar una maldición, pero la lengua traviesa del menos se coló antes de que
las palabras alcanzaran a terminar de formarse, Jesucristo, la lengua del chico estaba haciendo
estragos en su boca, como si Jimin tuviese el néctar más dulce de todos en sus labios y Jungkook
quisiera beberlo todo en esos momentos, sus manos pararon sobre los hombros del menos
mientras las del castaño terminaron sobre la curva pronunciada al final de su espalda, yemas
acariciando los hoyuelos sobre sus glúteos, Jimin hacia ruiditos entre el beso y chupaba
hábilmente la lengua del castaño, la soltaba con un “pop” y volvía al ataque.

Jungkook no hallaba que hacer con la sensación caliente que estaba llenando su cuerpo, esta vez
se sentía diferente a como las drogas lo hicieron hace unos minutos atrás, no, esto no era la droga,
era un deseo carnal y muy masculino de su parte, tener un incentivo como los cerezos chupando
su lengua, aquellas pequeñas manos enredándose en su cabello masajeando su cuero cabelludo
con rudeza, o los gemiditos estancados entre sus bocas, todo lo que estaba sintiendo lo estaba
provocando el chico mayor que él estaba derritiéndose entre sus brazos.

Aquello aumento su virilidad que ya estaba a media asta de nuevo, poco a poco poniéndose más
duro cada que vez sus entrepiernas se rozaban con sus movimientos, sus caderas se mecieron
hacia adelante para acabar con los roces y convertirlos en toques directos, Jimin soltó su lengua y
gimió echando su cabeza hacia atrás apoyándola contra las baldosas, cerrando los ojos y abriendo
su boca dejando salir un gemido glorioso, todo bajo la hambrienta mirada del menor.

Y es que la forma en su cuerpo pareció encenderse a partir de ese pequeño suceso fue como si
encendiesen las mechas de los juegos pirotécnicos de la celebración del 4 de julio, como si todo
explotase en su interior, ahora sintiendo cada toque con más intensidad, cada agarre del rubio
contra su cuerpo, lo pudo sentir mecerse contra su pelvis por igual, manteniendo la misma
necesidad y el mismo ritmo en sus encuentro, era un hombre frotándose contra su propio cuerpo
y le estaba encantando, quería seguir sintiéndolo, quería un poco más, el realmente
quería…Quería.

Por esos sus manos reaccionaron para podarse bajo el trasero del mayor y así impulsarlo para que
este enredase sus piernas calientes en sus caderas, el vaivén que empezó los mantuvo a ambos en
una especie de limbo sexual, donde sus cuerpos se movían con vida propia y buscaban su propio
placer y el de su amante en esos momentos, Jungkook no podía ignorar el hecho de que jamás
creyó que frotarse contra otro hombre lo tendría gimiendo su nombre, ni Jimin pensó que
necesitaría más de aquel niñato que se estaba encargando de hacerlo ver el cielo con solo un par
de toques, mientras el agua se colaba entre sus cuerpos, ambos gimieron roncos y con fuerza al
sentir el clímax formarse en sus vientres bajos.
El jabón fue retirado por el agua, la saliva que los unía al romper el beso se deslizaba por sus
mentones para luego ser arrasada por el chorro de agua por igual, sus bocas calientes buscándose
como consuelo mientras el orgasmo avisaba su aparición, Jimin arqueo su espalda con fuerza
mientras hundía sus dedos en los omoplatos del castaño, y este último hundía sus dedos en las
nalgas del rubio quien gimió agradecido por el apretón

Sus esencias aparecieron, liquido nacarado manchando sus vientres para luego ser borrado por el
agua, Jimin gimió con fuerza como si necesitara expulsar todo el aire de sus pulmones, Jungkook
gruño salvajemente mientras hundía más el cuerpo de Jimin contra las baldosas.

— No creo que pueda ignorar más lo caliente que me pones — murmuro ahogadamente Jungkook.

— Ni yo lo que me pones a mi…

10

Para cuando salieron del baño, yacía una bandeja con comida que se veía realmente apetitosa en
ella, ambos se miraron entre sí para luego dirigir sus vistas hacia la ventana donde pusieron
observar que la silla estaba vacía.

— Saldré a ver a los demás — fue lo único que escucharon antes de que el pitido anunciase el fin
de la transmisión.

— Este tipo realmente esta desquiciado — soltó Jimin acercándose a la cama.

— Lo está — se quejó Jungkook — Es que escoger personas al azar y obligarlas a tener sexo es
tan…Enfermo — sacudió su cabeza con una mueca.

— Esas malditas drogas — miro la comida — ¿Crees que haya puesto de nuevo en la comida? —
pregunto intranquilo.

— Eso creo — formo una mueca.

— Tengo hambre — estiro sus labios.

— Yo igual — rasco su cuero cabelludo aun húmedo por la ducha.

— Ni modo — se encogió de hombros — Igual todo parece tener esos afrodisiacos — tomo un
plato de contenía pastel de pollo.

— De hecho, hasta se ve delicioso — tomo un plato con brochetas de cordero.

Ambos comenzaron a comer para saciar su hambre, mientras lo hacían se miraban entre si
esperando por si había alguna droga en ellos, pero nada ocurrió en el transcurso de la comida, no
fue hasta que Jimin alzo su mirada que noto algo extra en la habitación.

— ¿Siempre hubo un plasma aquí? — señalo hacia el miro que se hallaba a un costado.

— No que recuerde — frunció el ceño.

— Este sitio parece la casa de los horrores — comento Jimin con un escalofrió.

— ¿Te refieres a la que se vincula con el asesino en serie de Chicago? — pregunto.


— Si, el tal Mudget — susurro mirando la pantalla.

A un costado de esta yacía un pequeño estante donde estaba el control remoto, Jungkook con
desconfianza de acerco a examinarlo, parecía un televisor normal a simple vista.

— ¿Crees que explote si lo enciendo? — pregunto al tomar el control.

— Es una buena pregunta — se retiró hasta el umbral de la puerta — Ven aquí y luego lo enciendes
— Jungkook troto hasta llegar al baño.

— A ver — le dio al botón de encendido y el plasma efectivamente solo se encendió.

— Uff — respiro tranquilo Jimin.

Jungkook se acercó hasta sentarse al borde de la cama, Jimin lo siguió para acomodarse a su lado y
cruzar sus piernas, el menor se encargó de saltar canal en canal sin encontrar algo entretenido que
ver,

— ¿Crees que hayamos salido en las noticias como desaparecidos? — pregunto Jimin fijándose en
la pantalla.

— Tal vez — respondió no muy seguro — Desaparecen muchas personas todos los días — formo
una mueca.

— Si, que pena — Jimin suspiro frustrado.

— Hemos estado aquí mucho tiempo — comento Jungkook bajando la mirada.

— La mitad de esos días no los recuerdo por las drogas — se quejó Jimin.

Al parecer llevan varias semanas allí y no lo habían notado.

Las horas fueron pasando en lo que hallaron un par de películas para ver, ambos pendientes de
manera inconsciente por si la voz mecánica hacia acto de presencia de nuevo, el mayor cansado
de estar en la misma posición se recostó de medio lado usando su brazo como almohada, a pesar
de que así no tendría una buena vista a la pantalla, parecía más perdido en sus pensamientos que
concentrándose en el filme.

Jungkook movió sus piernas de forma inquieta, carraspeo incomodo, su garganta se sentía seca, su
mano estaba cerca de una de las piernas del rubio, barrio su vista por el cuerpo de su
acompañante quien observaba distraído la pantalla, mordido el interior de su labio inferior
perdiéndose en sus propios pensamientos, sin que ellos se diesen cuenta, la rendija que yacía en
un muro se abrió, una bandeja con comida fue dejada en el suelo, no fue hasta que el aroma de
comida invadió sus fosas nasales que se percataron de ello.

Jimin se levantó olisqueando el delicioso aroma, se incorporó para acercarse a la bandeja y


observar una variada cantidad de comida diferente, su estómago rugió agradecido, llevo la
bandeja hasta la cama donde la deposito con cuidado, Jungkook tomo parte de la comida, ambos
comieron en silencio hasta dejar vacía la bandeja.

— ¿No te sientes raro? — pregunto Jimin.


— Uhm, no — negó con la cabeza.

Jimin había comido solo un filete de carne de cerdo mientras Jungkook se comía otro pedazo igual
de grande, el que comió el rubio estaba lleno con afrodisiacos naturales que no le cambiaron el
gusto a la comida por lo que pasó desapercibida por el mayor.

— Creo que la comida tenía algo — dijo para abanicarse con su mano al sentir el calor invadir su
cuerpo.

— Oh — Jungkook desvió la mirada al haber visto como el mayor se ponía duro.

— Tengo calor — se quejó Jimin quitándose la camiseta dejando al descubierto su torso trabajado.

Jungkook lo observo por el rabillo del ojo, su manzana de Adán se balanceo con fuerza, entrelazo
sus dedos de manera nerviosa, junto sus piernas para que no se notase la erección que se
asomaba entre ellas, Jimin se siguió quejando y maldiciendo por lo bajo al secuestrador, se echó
aire con la camiseta varias veces, el sudor balo su cuerpo poco a poco, el castaño evitaba a toda
costa acercársele o siquiera mirarlo.

— Bien — le escucho decir — Necesito — carraspeo — Necesito que te vayas al baño o yo me


terminare masturbando frente a ti — le advirtió.

Jungkook se pudo de pie dándole la espalda de inmediato, comenzó a caminar hacia el baño, no
quería hacer las cosas aún más extrañas e incómoda para ambos.

— A menos que quieras tocarme — le escucho jadear, Jungkook apretó sus ojos y sus manos con
fuerza.

— ¿Quieres que te toque hyung? — pregunto.

— Oh joder, si, si quiero — respondió enseguida.

Jungkook giro su rostro, sus mejillas se encendieron, su pene palpito oculto bajo el pantalón, su
corazón bombeo con fuerza, un calor de excitación fue llenando su cuerpo, Jimin yacía acostado
sobre la cama con sus piernas abiertas desnudas y sus manos jugueteando sobre su eje, la mirada
de lujuria que le obsequio aturdió al menor quien jadeo en respuesta al verlo tocarse y gemir
incitadoramente su nombre.

— Jungkook Ahh — Jimin cerro sus ojos.

Para cuando los abrió el menor se hallaba incorporado sobre su cuerpo.

— Lamento si esto es incomodó y gay para ti — se disculpó Jimin — Pero se siente mejor cuando
me tocas — murmuro preso de la vergüenza.

— Es bastante gay pero no por eso menos excitante — respondió para sacar su lengua y adentrarla
en la boca semiabierta de la impresión de Jimin.

Jimin sintió como su piel quemaba donde los nerviosos dedos de Jungkook tocaban, como de su
boca sonidos lascivos e impuros salían gracias a como el menor follaba su boca con la lengua, tan
experta, tan caliente y húmeda que lo hacía arquear la espalda en busca de más contacto.
Y así fue, las manos de Jungkook se adueñaron de su hombría regalando las caricias más sensuales
que alguna vez le hayan dado en su vida.

11

Su espalda se separó del mullido colchón, la palma de la mano de Jungkook apresaba la hombría
del mayor, su lengua era chupada con avidez, preguntándose una y otra vez porque diantres se
sentía tan bien ser besado por ese chico, más allá de la sensación calurosa del afrodisiaco, era el
hecho de que sus labios parecían encajar, como si el menos supiese como encender las
terminaciones nerviosas de su boca.

— M-mas — gimió contra los labios.

Las manos de Jungkook se movían justo y preciso como lo exigía el cuerpo, la yema del pulgar se
movía con rapidez contra la abertura, sentía la necesidad de cerrar al mismo tiempo de abrir las
piernas, las terminaciones nerviosas parecían estar al tope, todo se sentía más real, más profundo,
más bueno.

— Hyung — ronroneo Jungkook contra los labios hinchados y rojos.

— Necesito más — pidió en voz baja.

No paso mucho para que sintiera la cálida y húmeda boca del castaño en su hombría, sus dedos
terminaron entre los cabellos castaños sedosos, la necesidad imponente de elevar sus caderas,
hacer empujar el falo hasta la raíz en la garganta del chico, pero también bastaba con el hecho de
que este chipase la punta y su lengua dibujase contra las venas que se marcaban.

— Jungkook — gimió por lo bajo cuando lo vio sacarse el glande de su boca.

El menor se retiró su camiseta holgada, se subió sobre el mayor y movió sus caderas contra las del
rubio quien ahogo un gemido cerrando sus ojos con fuerza, se acomodó entre las piernas y saco su
propio pene para tomar el de Jimin y juntarlos, la sensación de fricción los ataco a ambos
dejándolos sin aliento.

— Maldición — bombeo los miembros juntos.

— ¿Bueno? — pregunto Jimin entre jadeos.

— Demasiado Hyung — molió sus cuerpos juntos arrancando gemidos de ambos.

Jimin observo las hombrías goteando, sus caderas se movían de forma involuntaria al compás con
las del castaño, la fricción era realmente exquisita, justo lo que su pene sentía como el paraíso
mismo, sus manos fueron a parar a los brazos del chico, apretando con fuerza mientras se
adaptaba al ritmo del menor quien lo había acelerado.

Los besos de Jungkook bajaron por su mentón, su mandíbula, su nuez de Adán y parte de sus
clavículas, no podía concentrarse en una sola sensación, el ser besado por otro hombre aún bajo el
efecto de las drogas no se sentía mal en ningún sentido, por el contrario, quería más, más del
chico que se estaba encargando de hacerlo gemir desesperado por contacto.

— ¿Sería muy gay para ti si vamos más lejos? — pregunto temeroso por la respuesta.
Jungkook pareció pensar la respuesta, aunque la pregunta era demasiado general como para
pensar en una sola situación, avanzar más bien podría ser, con una penetración escarbando em la
próstata, un beso negro, o a la penetración total, no importaba cual fuese, Jimin solo quería algo
más.

— ¿Qué tanto abarca ese más lejos? — Jimin lamio sus labios de manera sensual atrayendo la
atención del menor.

— Lo máximo que tu puedas — ronroneo.

— ¿Seguro? — Jimin asintió mientras se removía inquieto sobre la cama.

Tener a Jimin desnudo bajo suyo lo calentaba de una manera inexplicable, como si su vista
estuviese ardiendo de deseo, sus manos picaban por querer tocar esa piel varonil, sus labios
incluso cosquilleaban con querer besarle todo lo máximo humanamente posible y eso hizo.

Jimin gimió alto al sentir besos repartidos al azar en todo su cuerpo, como si cada beso fuese una
marca hirviente, sobre su abdomen, sus muslos, sus brazos, inclusive lo hizo girar para besarle la
espalda, Jimin elevaba su trasero con cada beso que le fue proporcionado en su nuca, el pene de
Jungkook se amoldo perfectamente entre sus nalgas, el contacto directo contra su entrada lo
estaba enloqueciendo.

— Hay muchos lubricantes en el baño chico — la voz mecánica volvió.

A diferencia de las anteriores veces, esta vez Jungkook hizo caso a sus palabras, se fue directo al
baño a buscar los tubos, Jimin se movió sobre la cama frotando su polla adolorida sobre el colchón
en un intento de bajarse la calentura, Jungkook volvió segundos después con varios tubos en las
manos.

— ¿Fresa? ¿Cereza? ¿Chocolate? — preguntó en voz alta.

— ¿Importa? — respondió ansioso Jimin.

— Realmente no — tomo uno al azar y lo abrió.

Chorreo el líquido de manera generosa sobre dos de sus dedos, movió el tubo y echo entre los
glúteos del mayor quien al sentir el líquido frio brinco en su lugar, los dedos no se hicieron
esperar, Jungkook volvió a ponerse sobre el mayor y siguió repartiendo besos en la espalda con tal
de distraer al rubio.

Un dedo violo el esfínter, Jimin ahogo un quejido al sentir una mordedura en su hombro que lo
distrajo del dolor en su entrada, el castaño lamio la herida que solo dejo marcas unos segundos, su
dedo escarbo en el interior, era como tela aterciopelada, su polla pulso en ese instante, solo
imaginar aquella entrada preparada para recibirlo lo hizo sentir la tensión en sus bolas.

— Ahh — Jimin gimió suavemente.

Señal para Jungkook para incrustar un segundo dedo.

El segundo dedo entro con más presión, podía sentir los anillos anales apretar deliciosamente sus
dedos haciéndolo jadear al imaginarse como se sentiría estar dentro del mayor, saco su lengua y
lamio sobre la curvatura de los glúteos haciendo estremecer al rubio quien se apoyó en el
contacto húmedo.

— ¿Puedes tomar otro? — pregunto moviendo los dedos en forma de tijera para luego curvarlos
un poco.

— Oh Dios — Jadeó.

— Dile hola al placer hyung — embistió con sus dedos en el mismo lugar.

Jimin empuño sus manos, encorvo los dedos de sus pies y elevo su trasero para recibir más de
aquella dulce tortura en su entrada, el sudor había llenado su cuerpo, pero Jungkook se encargaba
de retirar las gotas entre besos y lamidas, el clímax estaba por consumir al mayor quien en un acto
desesperado dejo salir sus pensamientos en alto.

— Follame — pidió — Pon tu maldita polla en mi ahora — Jungkook beso las nalgas — La necesito
— lloriqueo del placer gracias a la atención que le brindaban los dedos, pero necesitaba algo
grande y grueso dentro.

— Lo que digas hyung — sonrió ladino.

Como si ambos hubiesen olvidado que eran observado e incluso grabados, Jungkook se posiciono
sobre el mayor quien al sentir los dedos retirándose se quejó en voz baja por el vacío y placer
disminuyéndose en su cuerpo.

La punta roma del pene toqueteo la grieta que pulsaba con fuerza, burlándose de los pliegues
rosas, Jimin empujo hacia atrás a la vez que Jungkook lo hizo hacia adelante, luego de haber
llenado su hombría con una cantidad generosa de lubricante que resulto siendo de cereza.

El glande violo el esfínter.

12

Jungkook jadeo contra la nuca del mayor, el rubio levanto sus caderas y se apoyó sobre sus codos
logrando que su espalda chocase con el torso del menor, ladeando la cabeza le dio permiso al
menor de pasar la lengua sobre la piel salada.

— ¿Bueno? — fue el turno del preguntar del menor.

— Muy bueno — gimió al sentir un leve movimiento en su entrada.

El menor rozo sus labios por la piel salada, suspirando contra está sintiendo como los anillos
anales apretaban su hombría con sensualidad, demasiado estrecho, su pene se sentía como si
estuviese siendo apresado por terciopelo húmedo y caliente, una buena sensación llenando su
cuerpo.

— No me importaría volverme gay por ti — susurro perdido Jungkook.

— Ni yo porque me la sigas metiendo — su voz ronca delato lo bien que se estaba sintiendo.

— Seré suave — murmuro antes de echar hacia atrás sus caderas sacando su miembro hasta dejar
el glande dentro.
Jimin podía sentir el estiramiento que eso conllevaba y se sentía tan bien.

Su mente se llenó de pensamientos realistas, estaba siendo penetrado por un chico desconocido
por un juego enfermo de algún psicópata, la sensación de llenura en su entrada, un lugar que
jamás pensó que sería profanando, unos labios besando su piel como si quisiesen grabarse en ella,
una hombría haciéndolo sentir tan bien para su cordura que le estaba inclinando la balanza a la
homosexualidad.

Solo había algo extraño allí, y no se trataba de sentirse bien bajo el efecto de las drogas porque la
escena en el baño le hizo surgir más dudas que respuestas.

Era el hecho de que, al imaginarse con otro hombre, su bilis se alteraba al punto de revolver su
estómago, pero al concentrarse en Jungkook, su pene pulsaba de excitación.

Entre las estocadas suaves que le proporcionaba el menor, llego a una conclusión.

Solo era gay por Jungkook.

— Ahh — el gemido suave que se escapaba de sus labios era melodioso para el menor quien
disfrutaba del suave choque entre las nalgas del mayor y su pelvis.

— ¿Te gusta? — pregunto en medio de una estocada.

— Umm si — Jimin mantenía sus ojos entrecerrados.

— Bueno, demasiado bueno — gimió al aumentar un poco el ritmo.

Las embestidas fueron subiendo de ritmo gradualmente al igual que la voz ronca del mayor y los
gemidos guturales del menor, el calor justo en sus vientres bajos, la fricción necesaria entre el
mullido colchón y la erección del rubio, la sensación aplastante entre sus cuerpos y el pistoneo
rítmico entre sus caderas.

— Ahh Jungkook — sus manos empuñándose alrededor de la sabana.

— Hyung ngn — cerro sus ojos y acelero un poco más.

— Ca-cambio — jadeo con fuerza.

Jungkook detuvo sus embestidas, salió del interior cálido y observo al mayor darse la vuelta para
luego abrir sus piernas de manera obscena, no espero a la petición del rubio y se enterró dentro
de nuevo, la espalda de Jimin se arqueo lo más que podía anatómicamente.

— Joder — Jungkook dejo caer su peso hacia adelante.

— Oh Dios, si — gimoteo al sentirlo entrar más profundo.

La capa de sudor que resbalaba por sus cuerpos les permitía moverse un poco más, el aliento
caliente del menor impactaba contra la unión del cuello y el hombro del mayor, Jimin enrollo sus
piernas alrededor de las caderas bailantes del menor.

— M-mas — pidió en medio de un gimoteo incesante.

— Hyung — gimió extasiado al sentir la lengua del mayor contra la piel sensible de su cuello.
Su cuerpo reaccionaba por sí solo, sus caderas habían subido el ritmo sin darse cuenta de ello, sus
manos a cada lado de la cabeza rubia soportando su peso, su espalda tensionándose al igual que
los bíceps, bajo su mirada para ver el torso agitado del mayor, los músculos contrayéndose con
cada embestida, lo vio arquearse en un momento donde los labios carnosos buscaron los suyos
con ansias.

Allí se dio cuenta.

Toco el punto dulce del mayor.

— Mmh-a-ahí — Jungkook sonrió ladino y termino arrodillado para tomar los muslos del mayor y
moverse con más facilidad.

— ¿Ahí? — pregunto socarrón observando el rostro del mayor deformarse de placer puro.

— Dios, si — las manos fueron a parar en la parte trasera de sus muslos para ayudarle a dar
soporte.

La calentura justa entre sus cuerpos los mantuvo a ambos en un limbo de excitación plena.

— Ahh-Ahh — el menor se sorprendió ligeramente al escuchar los gemidos agudos del mayor.

Aquello lo mantuvo cuerdo como para observar al chico delante suyo retorcerse de placer, un
nuevo agregado a su ego masculino, a su virilidad que parecía aumentar al tener semejante
manjar bajo suyo, los cabellos rubios se balanceaban al ritmo de las embestidas, la cama
acompañaba los sonidos lascivos y chapoteantes con los chirridos de las patas en el suelo.

Sintió el clímax formarse en su bajo vientre, de algo estaba más que seguro.

No sería la única vez que se follase al mayor.

— Creo que me volveré adicto a ti — confeso gimiendo.

— Yo ya lo soy por ti — admitió avergonzado el mayor tomando todo lo que el menor le daba.

— Mierda — gimió al sentir al rubio acompañarle en las estocadas moviendo sus caderas en
círculos.

— Bueno Jungkook, demasiado Ahh bueno…

El menor embistió cada segundo con más fuerza, como si no tuviese suficiente de esa apretada
entrada, en la mente de Jimin la petición de que se detuviese porque lo estaba matando de placer
que se repetía una y otra vez como un remolino incesante.

Era simplemente demasiado bueno.

— Oh — abrió su boca en cuanto un golpe fortuito impacto contra su punto dulce.

— Hyung ya ca-casi — bajo su cuerpo para besar con ansias la dulce boquita del mayor.

— Mmh — sus manos pequeñas pararon en el pecho del menor haciendo un recorrido sensual
como en el baño.
— Ji-Jimin hyung — gimió con fuerza sintiendo la tensión en sus testículos.

— Dentro — lloriqueo de placer — Córrete dentro, Ahh de mi — cerro sus ojos al sentir la chispa
disparar en su miembro.

Un par de estocadas más y Jimin sintió su interior ser llenado por algo espeso y caliente, aquello
solo hizo que su orgasmo se alargara, hilos nacarados cayeron entre sus cuerpos y parte de su
rostro por la fuerza del clímax, Jungkook observo un pequeño dedo pasearse sobre el semen que
cayo contra sus pectorales, lo vio untarlo y alzar el mano directo a su boca semiabierta.

Jungkook chupo el dedo bajo la mirada lujuriosa del mayor quien aún sufría los espasmos del
clímax, lo vio boquear por oxigeno unos segundos y luego se precipito contra los cerezos rosas
para chuparlos y mordisquearlos a su antojo, todo aquello aun estando dentro del mayor quien al
sentir los nuevos movimientos jadeo cansino contra la boca del menos quien bebió cada gimoteo
con gusto.

Jimin chupo el labio inferior carnoso del menos mientras este mismo chupaba el superior del
mayor, ambos dejándose llevar por sus instintos carnales primitivos.

Olvidando que todo comenzó por un psicópata sexual.

13

Ambos se habían quedado dormidos, las luces estaban apagadas, pero ellos aun así no podían
diferenciar que hora era a menos que sus cuerpos acostumbrados a las rutinas les exigieran
descanso, Jimin yacía entre los brazos de Jungkook quien lo apretaba contra su cuerpo
manteniendo el calor corporal entre ambos.

Había transcurrido al menos un par de meses de que toda aquella locura comenzó, no quedaba
nada más que refugiarse el uno con el otro, comenzaron a conocerse y descubrieron que tenían un
par de cosas en común, ambos plácidamente dormidos sobre la cama.

No fue hasta que un potente ruido los despertó, asustados ambos tomaron asiento en la cama y
buscaron con rapidez sus ropas, una extraña alarma sonó asustándolos y podrían jurar que
escuchaban agua caer fuera de la habitación, un sonido de clic llamo sus atenciones.

— ¿Eso fue una explosión verdad? — pregunto inquieto Jungkook.

— Eso parece — respondió Jimin formando una mueca con el dolor que sentía en su espalda baja.

— Agua — señalo hacia la puerta donde un charco se infiltro bajo esta.

— Maldición — se terminaron de vestir.

No fue hasta que vieron la puerta moverse abriéndose sola que se percataron de que algo extraño
ocurría, escucharon voces a lo lejos y pasos apresurados.

Pero escucharon claramente un:

¡Alto!¡Policía!
Ambos se miraron entre sí para correr hacia la salida, corrieron descalzos pisando los charcos de
agua, abandonaron la habitación y se toparon con un pasillo lleno de varias puertas donde otras
personas también salían de estas, de dos en dos abandonaban las habitaciones, asombrados
observaron cómo algunos salían tomados de las manos y corrían hacia unas escaleras donde
provenían los ruidos de policías, otros incluso salieron desnudos y semidesnudos.

No eran la única pareja que habían encerrado, pero si la única de dos hombres, Jungkook miro al
rubio por el rabillo del ojo, este se notaba tenso, pero aun así envió su mano hacia la del menor
tomándolo por sorpresa, entrelazaron sus dedos y corrieron hacia las escaleras cuando una
plataforma de board cayo del techo mostrando una potente llama de fuego colarse por el pasillo.

El humo lleno el pasillo provocando a más de uno toser y respirar con dificultad, los chicos se
protegieron con sus brazos para no ser alcanzados por las llamaradas.

Siguieron a los demás que gritaban aterrorizados, subieron las escaleras metálicas provocando que
sus pasos quedasen resonando en cada grada, llegaron hasta un corto pasillo donde había un
corto pasillo donde había una doble puerta siendo empujada por unas parejas, otra potente
explosión se escuchó por todo el recinto, uno de los hombres dio la idea de entre todos empujar la
puerta antes de que el fuego los alcanzase, entre todos comenzaron a empujarla hasta que esta
cedió.

Jungkook no soltó la mano de Jimin en ningún momento, segundos después el pasillo estaba lleno
de policías enmascarados y un equipo de SWAT entre ellos, todos ayudando a las parejas a salir a
salvo del recinto, tuvieron que subir más escaleras ya que el lugar era subterráneo, entre
empujones y gritos salieron a la superficie, la fachada era una vieja bodega abandonada a las
afueras de la ciudad.

— ¡Se les informa a todos que serán transportados de nuevo a la ciudad sanos y salvos!

Jimin apretó el agarre del menor y ambos fueron conducidos por un policía hasta entrar a una
patrulla vacía.

— Maldito, a las afueras de la ciudad y subterráneo — murmuro cabreado el menor.

— Bastante astuto — se quejó Jimin.

Jungkook tosió con fuerza.

— ¿Estas bien? — pregunto preocupado.

— Si, solo inhale un poco de humo, pero no es nada — toda una vez más aclarando su garganta.

Un policía se subió al auto y los miro a través del retrovisor.

— ¿Se encuentran bien? — ambos asintieron — Los llevare al hospital donde se llevarán a los
demás — puso la patrulla en marcha.

Los chicos giraron sus cuerpos para mirar hacia atrás, la bodega estaba siendo consumida por las
llamas, muchas más patrullas junto con sus ambulancias rodeaban el lugar, el camino se llenó de
autos de policías transportando a las víctimas del secuestrador.
El sospechoso al parecer escapo.

Fue lo que escucharon por la radio, el policía mantuvo una charla a través de esta y ambos chicos
se miraron entre sí, con tanta tecnología que había allí no se les hizo extraño que haya logrado
escapar sin ser visto, Jungkook acaricio el dorso de la mano del mayor mientras este dejaba caer
su cabeza contra el hombro del menor.

Fueron llevados al hospital junto con el resto de las víctimas, luego de una revisión general donde
Jimin se avergonzó al sentir el semen aun entre sus muslos ya seco y aun espeso y húmedo en su
interior, el caso había revolucionado las noticias que solo transmitían sobre el éxito en salvar a los
secuestrados pero que la identidad del malhechor seguía siendo anónima.

— Ya llamamos a sus familiares, no deben tardar en llegar — Jungkook asintió.

Estaba en una habitación blanca de hospital, aquello le recordó en la que estuvo horas antes,
balanceo sus piernas mientras miraba las baldosas blancas brillantes del suelo, ya se imaginaba a
su familia gritando de preocupación, un toque ligero en la puerta abierta lo hizo levantar la
cabeza.

— Tuve que decirles a los doctores que un niñato me baño en semen — Jimin sonrió sonrojado.

— Lo siento por eso hyung — bajo la mirada apenada.

— Uhm, no fue nada — recostó su hombro contra el umbral de la puerta — Pero aún me duele el
trasero así que debes compensarlo — el menor alzo el rostro.

— ¿Y cómo? — sintió su corazón acelerarse.

— Creo que… — aclaro su garganta — Un helado o una pizza está bien — se rasco el cuello.

— Oh, está bien — le sonrió amable.

— Pero, contigo — murmuro lo suficiente alto para ser escuchado.

Jungkook sintió su rostro ponerse caliente de manera gradual, un chico mayor que él le estaba
invitando a una cita.

Sería su primera cita.

Porque era una cita ¿Verdad?

— ¿Cómo una cita? — pregunto mirándolo fijo.

— Aish, no lo digas así que suena vergonzoso — lo regaño — Pero si, como una cita…

El corazón de Jungkook salto de alegría.

Y extrañamente su pene también.

— Comerás la mejor pizza del mundo hyung — le sonrió.

— ¿Enserio? Podríamos…
— Oh Dios mío, hijo ¿Estas bien? — una pareja entro de repente haciendo tambalear al mayor
quien abrió sus ojos sorprendido.

Jungkook fue apresado entre abrazos, Jimin sonrió dulcemente y la lanzo un beso al aire para
despedirse y dejar a solas al menor con su familia.

Jimin estaba en Busan solo, su familia vivía en Seúl y, de hecho, los había llamado diciéndoles que
se encontraba bien y evito que estos viajaran de manera innecesaria, aun así, sentía aquel temor
de ser emboscado por el psicópata de nuevo, en el fondo pensó tontamente que no había sido del
todo malo ya que conoció a Jungkook, pero la idea de imaginar ser secuestrado de nuevo, pero
con otro chico hizo que un frio se colara en sus huesos.

Le aterraba pensarlo.

En el pasillo adjunto a donde se hallaba el rubio, un hombre recostado contra el muro observaba a
lo lejos a las víctimas que yacían reunidas con sus familias.

— Fue divertido mientras duro — se encogió de hombros.

Camino por el pasillo con sus manos en los bolsillos, alzo su vista y diviso a un joven pasante de
enfermero atendiendo a una de las víctimas.

— Interesante — sonrió ladino.

— Muchas gracias joven… — escucho hablar a una joven chica.

— Kim Taehyung — contesto el chico.

El Hombre sonrió, ya tenía a su nueva víctima en proceso, a su lado paso un joven doctor, la placa
donde yacía el nombre fue leído con rapidez.

— Con que Jung Hoseok…El sexo gay me resulto bastante gratificante, harán una linda pareja estos
dos — siguió al doctor hasta perderse en el pasillo.

14

Los días fueron transcurriendo, cada una de las víctimas del secuestro fueron interrogadas y
enviadas a protección de testigos, Jimin solo diviso al menor cuando este caminaba por el pasillo
de la estación de policía con sus padres a sus costados, la sensación de que ya no vería más al
menor le fastidio en el pecho.

Después de todo fue inducido por drogas, pero, la vez que lo hicieron solo es estuvo bajo el efecto
de las drogas, pero Jungkook no, solo que el efecto solo logro ponerlo duro y se acabó a los
minutos.

Jamás le dijo al menor que el efecto había acabado incluso antes de comenzar a hacerlo.

— Esto es tan jodidamente ridículo — susurro mientras conducía por el centro de la ciudad.

Sus manos apretando el volante con más fuerza de la necesaria, sus pensamientos barriendo en un
niñato mucho menor que el, cuatro años para ser preciso, un adulto pensando en un menor de
edad, demonios, podría terminar en la cárcel si incluso intentaba acercársele con la familia
estando tan paranoica, pero debía dejar de pensar en ello ya que había sido invitado a la casa de
este.

Solo que no espero que el menor se hallase sola en esta.

— ¿Tus padres? — pregunto al entrar.

— No están — Dios, lo estaba poniendo nervioso.

¿Entonces para que lo había citado?

Oh diablos.

Lo supo en cuanto el menor asalto su boca sin darle tiempo a reaccionar, dejo caer el maletín que
llevaba consigo y sus brazos rodearon el cuello del menor de inmediato, besos codiciosos fueron
repartidos en sus mejillas y luego en su cuello.

— Agh Jungkook — odiaba el cómo cambiaba el ritmo de sus pensamientos de manera drástica de
un segundo para otro.

Su cuerpo fue impactado contra el muro de la sala, sus piernas buscando engancharse en la
cintura del castaño, sus manos aferrándose a la espalda vestida y sus labios chupando con ansias
la lengua del menor, esto estaba mal de una manera buena.

— ¿Qué ha-haces? — pregunto en cuanto sus labios fueron liberados.

— Amarte — tapo su boca con la suya de nuevo.

Solo eso basto para que el cuerpo que tenía aprisionado contra el muro dejara de tensarse y se
volviese receptivo contra sus manos, caricias por encima y debajo de la ropa y terminaron ambos
desnudos sobre el sofá.

— Maldición Jungkook — se quejó cuando su cordura volvió al ver al menor lamer sus dedos y
acercarlos a su entrada.

— Maldición un comino hyung — frunció el ceño y toco los pliegues rosas con cuidado — Tu
también lo quieres — se inclinó tomando un pezón oscuro.

Su lengua danzando alrededor de la aureola, Jimin gimiendo concentrándose en las múltiples


sensaciones, este niño lo traía loco.

— Lo necesitas… — susurro para chupar otro pezón — Yo lo necesito — el rubio cerro sus ojos y
abrió su boca pesada con jadeos.

Y un demonio, si ya lo hicieron antes, porque no hacerlo de nuevo.

— Agh mierda — gimió gustoso al sentir dos dedos haciendo maravillas en su interior.

— Te extrañe — no sonaba lascivo, no se lo decía a su cuerpo.

Se lo decía a él como persona.


— Yo también hyung — susurro antes de besarle de nuevo para distraerlo lo suficiente y alinear su
miembro en la entrada punzante y deseante de presión.

— Joder — siseo de dolor al sentir el glande invadir su esfínter.

Un dolor muy bueno.

Se retorció bajo el menor solo logrando que su cabello rubio se alborotara aún más, maldito el día
en que se decidió dejarse llevar, fue el mejor de su aburrida vida, el cambio perfecto y uno que
deseaba mantener por más tiempo.

Lo asustaba pensar que el chico al ser menor solo pensaba en su sed de sexo, pero luego de
escucharle confesarse, se dio cuenta de que aquel miedo se esfumo.

— Bien Agh — ya estaba dentro — Deberías saber que yo…

— Lo sé — recibió un beso en la frente.

— ¿Lo sabes? — sonrió avergonzado.

— Tus ojos me lo dices y tu cuerpo igual — beso los labios carnosos con ternura — Y creo que tu
corazón lo hace igual — beso entre los pectorales.

— Lo hace, créeme — murmuro empuñando sus manos a los costados de su cabeza — Te amo —
susurro.

Arqueo su espalda recibiendo la primera estocada, terciopelo húmedo envolviendo la hombría


dura y rígida del menor, jadeos escapándose y nombres a medias entre gemidos, rayos, la
sensación de llenura en su cuerpo lo aturdía de una manera tan increíble, ya no estaban bajo el
efecto de afrodisiacos excepto el de sus propios cuerpos que se buscaron como imanes.

Como si mantener distancia entre ellos fuese algún tipo de pecado, Jimin derritiéndose bajo el
cuerpo del castaño, clamando por más, pidiendo más de aquello que los hundió por primera vez,
Jungkook pistoneando en el punto exacto, como si conociese donde y como tocar a su mayor.

Mas.

Ambos necesitaban más.

Y no de la manera carnal.

— Dime que sí, dime que si — repitió el menor contra sus labios.

— Pídelo Jungkook — dos embestidas más directas a su punto dulce y sintió el clímax
chisporroteando en su cuerpo.

— Sal conmigo hyung — Jimin sonrió mientras se corría con fuerza y su cuerpo temblaba.

La esencia del menor llenando su entrada con entusiasmo, ráfagas y sombras de las embestidas
alargando sus orgasmos, se sentía lleno, se sentía bien.

Se sentía amado.
Era lo mejor, lo mejor luego de la unión de sus cuerpos era esa paz que inundaba sus extrañas
hasta el punto de solo querer mimarse entre sí como gatitos afelpados ronroneando el uno contra
el otro.

La risa de Jimin lleno el silencio de la sala, el sonido vibrante en el pecho que lleno de gozo al
menor.

— ¿Qué? — preguntó en voz baja Jungkook.

— Diablos, ese tipo tenía razón — tapo su rostro avergonzado.

— ¿Sobre qué? — ya tenía una idea en la cabeza.

Los múltiples encuentros, las drogas afrodisiacas, el mantenerlos encerrados solo proporciono que
sus mentes y cuerpo descubrieran que podían enamorarse de la persona menos esperada.

Demasiado caótico.

O simplemente demasiado fantasioso.

Pero se ajustaba a la realidad.

Una incógnita resuelta.

¿Un niñato de diecisiete años puede follarse a un chico de veinte?

— Pude hacerlo — rio Jungkook.

— Claro que pudiste — tomo las mejillas del menor — Pero la incógnita cambio hace tiempo — sus
ojos dulces posados en la mirada brillante del menor.

¿Un niñato de diecisiete años puede enamorar a un chico de veinte?

Y la respuesta es afirmativa.

15 final

Pensar en intentar convencer a los padres del menor que lo dejen salir como su pareja es más
complicado de lo que parece, bien podría salir con el cómo amigo mientras el menor cumple la
mayoría de edad.

Maldición, estaba pensando a futuro.

Pero Valia la jodida pena.

Jimin recostó su cabeza contra la parte superior del asiento del piloto, miro a través de la ventana,
en espera de que el castaño saliese de clases, para protegerlo de los rumores inventaron que se
hallaba de vacaciones por que sus padres estaban de viaje de negocios así que la escuela no formo
problemas mientras él se adelantara en todo.

Al ver salir a los chicos se puso nervioso, su mano en el volante tamborileando sus dedos contra
este, diviso al menor salir aprisa revisando su celular, hace unos minutos atrás le aviso que vendría
a recogerlo para tener una cita decente que no incluyera unir sus cuerpos como lo han estado
haciendo en los últimos días, Jungkook al divisar el camaro negro sonrió grande y corrió hasta él.

— Hey bebe — saludo en cuanto subió al auto.

Se inclino para besar dulcemente al mayor quien correspondió feliz el beso.

Jimin puso el auto en marcha, hablando del día de ambos se pusieron al tanto, fueron a un
restaurante a almorzar, no importaba que estuviese aun con el uniforme o que las miradas
cayeran sobre ellos.

— Lo hubieses visto hyung, fue hilarante — ambos rieron mientras comían.

— ¿Este seguro amor? — pregunto Jimin tornando el ambiente serio.

— Si, ¿No quieres? — no se trataba de que no quisiese, era por el riesgo.

El menor quería vivir con él por la proximidad del apartamento del mayor respecto a la
universidad a la cual había enviado la solicitud en cuanto supo que sus calificaciones no se vieron
tan afectadas por sus inasistencias.

— No es que no quiera amor, es por tus papas — formo una mueca.

— Los convenceré hyung — entrelazo sus dedos con los pequeños y regordetes del rubio.

— Si logras hacerlo podrás vivir conmigo — le sonrió.

Sería un tanto difícil en cuanto a las responsabilidades que debían implementarse a la hora de
convivir porque al pasar juntos como pareja ya lo habían vivido mientras estaban secuestrados.

— Lo hare — le sonrió con confianza.

Terminaron de comer, en cuanto salieron del establecimiento decidieron dar un paseo cercano de
allí, caminaron absortos en conversaciones triviales, entre más tiempo pasaba más se conocían y
terminaban siendo compatibles a pesar de que tenían sus diferencias lograban entenderse entre
sí.

Era difícil porque los pensamientos del mayor diferían del menos, pero este era maduro para la
edad que tenía y sabía que su hyung ya no pensaba como un adolescente calenturiento y sediento
de polvos a cada rato.

Polvos que gustoso le daba.

Jimin estaba feliz con la relación que tenía con el menor, claro, no podía olvidar la forma en que se
conocieron, pero agradecía que el menor no hiciese nada en contra de su voluntad cuando
estuvieron secuestrados.

— Te amo — Jimin reía bajo el cuerpo del menor.

— También te amo amor — lo beso dulcemente.

Estaban acostados, solo mimándose y llenándose de besos en todo el rostro, Jimin apoyando su
cabeza contra el pecho del menor quien se entretenía acariciando sus hebras rubias y sedosas, una
sensación de placer que crecía cada vez que estaban juntos, pero a las veces una de ternura que
no parecía tener final.

Jungkook beso la cabellera rubia mientras veían una película, entretenidos Jimin jugaba con los
dedos largos y finos de su novio mientras este reía por las escenas de la película de comedia, Jimin
brincaba con el movimiento del pecho alzándose con cada carcajada, se sentía bien cada vez que
estaba al lado del menor.

— Hable con mis padres — susurro Jimin.

— ¿Enserio? ¿Qué dijeron? — pregunto de inmediato.

— Les sorprendió que no les dijese que soy gay cosa que no es cierta — Jungkook se acomodó
atrayéndolo más hacia su cuerpo.

— ¿No lo eres? ¿Solo te gusto yo? — inquirió.

— Sabes que si — formo un puchero — Solo me gustas tú y nadie más que tu — sonrió.

— Lo se bebe — rio.

— Soy mayor que tu — se quejó.

— Pero te gusta que te diga bebe — refuto el menor.

Jimin abrió la boca mas no dijo nada y solo restregó su mejilla contra el pecho del menor en busca
de calor corporal, Jungkook lo abrazo evitando que al mayor le diese frio en algún momento, se
quedaron dormidos luego de un tiempo.

HE IS BACK

— Solo déjense llevar muchachos…

La voz mecánica hizo acto de presencia.

— Me duele — se quejó Taehyung intentando liberarse de la camilla.

— ¡Maldito! — grito Hoseok observando la habitación blanca.

Taehyung gimió con fuerza, el afrodisiaco llenando su cuerpo de calentura que no podía calmar
por sí mismo, necesitaba ayuda, sus manos atadas a las barras de la camilla, una campaña en sus
pantalones ajustados, apretando su erección de una forma deliciosas.

— Ayúdale, es la única opción — Hoseok giro al ver al menor quien jadeante necesitaba liberarse.

El calor llenando su cuerpo, Hoseok pensó en las victimas, la mayoría de ellas evito hablar sobre lo
sucedido y recordaba al chico rubio que llego al hospital y al ser examinado tenía semen fresco
entre sus muslos y entrada, le pregunto si había sido violado y el chico se sonrojo.

— Yo, uhm, no, el me gusta y yo le gusto.

Aquello se grabó en su mente.

¿Qué habría pasado?


Es lo que se preguntó mientras revisaba a las demás víctimas, pero ahora lo averiguaría en carne
propia.

— El efecto no se ira hasta que no se corran así que…Diviértanse…

El silencio fue reemplazado por gemidos lastimeros por parte del menor, Hoseok negó con la
cabeza y se acercó al menor.

— No soy gay, pero puedo ayudarte si lo necesitas — aclaro su garganta avergonzado.

— Eso fue lo que dijo la última pareja que estuvo aquí — la voz mecánica hablo una vez más.

— No seremos como ellos — aclaro Taehyung.

— Solo será cuestión de tiempo — una risilla lleno la habitación.

— ¡Hijo de puta! — gritaron ambos.

— Gracias, gracias — dijo la voz mecánica.

— ¿Quién demonios eres?...

Tras la ventana un hombre sonrió complacido luego de unos minutos al ver a los chicos dejarse
llevar por la droga, sonrió y se sentó en el cómodo sillón individual.

— Rayos amor, son buenos como los chicos anteriores — una segunda voz apareció en el cuarto de
vigilancia.

— Si…Muy Buenos…

La pareja observo el espectáculo tras el espejo doble, uno era quien buscaba las parejas y el otro
era quien se encargaba de secuestrarlos.

— Joonie amor… ¿Quieres jugar? — pregunto coqueto retirándose la camiseta.

— Con gusto Jinnie — sonrió ladino para quitarse la chaqueta de cuero negra.

¿Quién sospecharía del mejoro abogado de la ciudad quien estuvo a cargo de la protección de
víctimas y del oficial que llevo a la primera pareja homosexual que incluyeron a su juego pervertido
y psicológico?

La respuesta era nadie.

Porque nadie mataría el Seiteki Seishinbyo de ellos dos.

Espíritu Sexual.

Fin.

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