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Durante la mayor parte de mi vida, nunca me imaginé que me casaría. Pero Taehyung logró
lo imposible: cambiarme. Creo que todos estamos de acuerdo en que antes ya era
jodidamente impresionante, pero ahora soy incluso mejor.
El camino hasta este día no ha sido arco iris y erecciones. Hubo errores y malentendidos
dignos de una tragedia Griega. Pero Taehyung y yo sobrevivimos con nuestra inagotable
lujuria, infinita admiración y amor eterno intactos.
Dicho eso, hubo algunos incidentes inesperados la semana pasada en Las Vegas que
pudieron haber sido un problema. Fue un tipo de…prueba final.
Sé lo que estás pensando: “¿Qué demonios hiciste esta vez?” Relájate. No juzgues, o pidas
mi castración, hasta que hayas oído toda la historia.
Y agárrate bien, porque estás por subirte a un paseo salvaje. ¿Esperabas algo menos?
PROLOGO
Hay momentos en la vida que sueñas, que planeas. Te imaginas todos los detalles en vivos
colores brillantes y sonidos de alta definición. Y cuando ese momento perfecto finalmente
llega, rezas para que la realidad se acerque a la fantasía que has construido en tu mente.
Y luego están esas preciosas pocas veces, cuando la realidad hunde tu fantasía en la jodida
agua.
Eso es lo que es esto para mí.
Debido a que el hombre endiabladamente guapo, en el perfectamente equipado esmoquin
de Armani, de pie en el altar de la Catedral St. Patrick’s, soy yo.
Jeon Jungkook.
Y Kim Taehyung acaba de entrar en la iglesia. Esperando en la parte posterior, una
impresionante visión en blanco, listo para tomar su primer paso por el pasillo.
Hacia mí.
La mayoría de los chicos no sueñan con su boda, no necesitas que te diga eso. Pero esta
no es cualquier boda. Se trata de un acontecimiento histórico.
Revolucionario. Debido a que durante la mayor parte de mi vida, no albergue la más mínima
posibilidad de que terminaría aquí.
Arena a la playa, libros a la biblioteca, esto no era lo que yo quería, ¿recuerdas?
Pero Tae hizo lo imposible. Él cambió todo eso, me cambió. Creo que todos estamos de
acuerdo en que ya era jodidamente impresionante antes… pero ahora soy incluso mejor.
El camino hasta este día no ha sido arco iris y erecciones. Hubo errores y malentendidos
dignos de una tragedia Griega. Pero Tae y yo sobrevivimos con nuestra inagotable lujuria,
infinita admiración y amor eterno intactos.
Dicho eso, hubo algunos incidentes inesperados la semana pasada en Las Vegas que
pudieron haber sido un problema. Fue un tipo de… mi prueba final.
Sé lo que estás pensando: “¿Qué demonios hiciste esta vez?”
Relájate. No juzgues —o pidas mi castración— hasta que hayas oído toda la historia. Sólo
recuerda: a pesar de que las intenciones más nobles pueden salir mal, y lo hacen, esta
historia tiene un final feliz.
CAPITULO 1
Toma mi mano,
Vamos a la tierra de nunca jamás. . .
—Whaaaaaaaaaaaaaaa.
Cuando eso no ayuda, me siento en el sofá. Recuesto a Jihoon en mis muslos y
apoyo su cabeza en mi mano. Miro su pequeña cara y aunque todavía está
berreando, no puedo evitar sonreír. Luego, en voz baja y tranquila, hablo con él.
—Lo entiendo, sabes. Por qué eres tan infeliz. Un minuto estás flotando en el líquido
amniótico, que es oscuro y cálido y tranquilo. Luego, un minuto más tarde, te estás
congelando y hay luces brillantes y algún imbécil te pincha el talón con una aguja.
Todo tu mundo se pone patas arriba.
La marea de lágrimas comienza a retroceder. Aunque hay un gemido esporádico, en
su mayor parte sus grandes ojos marrones mantienen contacto con los míos.
Interesado en lo que estoy diciendo. Conozco la teoría aceptada de que los bebés
no tienen conocimiento de la lengua en esta etapa, pero —como los hombres que
tratan de salir de las tareas del hogar— creo que ellos saben más de lo que dicen.
—Me sentí de la misma manera cuando conocí a tu padre. Allí estaba yo, cruzando
a lo largo, haciendo la mayor fan-jodida-tastica vida y tu papi vino y mando todo al
infierno. Yo no sabía dónde estaba, con el trabajo, con mis noches de sábado. Esta
es una conversación para otro momento, pero es verdad lo que dicen: gastas nueve
meses tratando de salir, y el resto de tu vida tratando de trabajar tu camino de
regreso.
Me río de mi propia broma.
—Es probable que no quieras oír esto, pero tu papi es una preciosidad, el mejor culo
que he visto jamás. Aun así, me gustaba mucho mi antigua vida y no podía imaginar
nada mejor. Pero estaba equivocado, Jihoon, enamorarme de él, ganarme su
confianza, tenerte a ti, son las mejores cosas que he hecho.
No está llorando más, simplemente me observa con tranquila atención.
—El ajuste puede ser difícil... pero vale la pena. Así que ¿podrías darnos un poco
de cuerda, por favor? Te queremos mucho, yo no puedo esperar para mostrarte
cómo de cojonuda es la vida en el exterior. Y no tienes que tener miedo, porque
vamos a mantenerte caliente y alimentado. Y te prometo que nunca, nunca dejaré
que nada malo te suceda.
Su pequeña boca se abre en un bostezo. Y sus ojos parpadean lentamente.
Me pongo de pie y paseo por la habitación de nuevo, lentamente.
La voz baja de Taehyung viene del otro lado de la habitación.
—Ciertamente tiene la facilidad de la palabra, Sr. Jeon. —Su cabello es salvaje,
desordenado; mi camiseta de la universidad holgada sobre él y casi le llega a las
rodillas.
—¿Qué estás haciendo despierta? —pregunté.
Se encoge de hombros.
—No pude volver a dormir. Y te oí susurrando allí. —Él se acerca a nosotros y
descansa su cabeza en mi brazo, bajando la vista al bebé—. Está dormido.
Y así es.
—¿Me arriesgo a ponerlo abajo, o debo aprender a dormir de pie como un maldito
caballo?
Taehyung une su brazo con el mío y me guía hacia el sofá. Él se sienta y acaricia el
lugar junto a él. Como un miembro de la brigada de explosivos manipulando un
dispositivo con un detonante, muevo a Jihoon por lo que está en mi pecho, con la
cabeza apoyada en el ritmo constante de mi corazón. Entonces me siento, pongo
mis pies sobre la mesa, la cabeza contra el acolchado respaldo y mi brazo alrededor
de los hombros de Taehyung.
Suspiro
—Dios, esto se siente bien.
Todavía no es mejor que el sexo. No me importa una mierda lo que digan las
revistas de nuevos padres. Dormir es bueno, pero follar siempre será mejor.
Taehyung enrosca sus pies debajo de él y descansa su cabeza en mi brazo.
—Seguro que lo es.
Unos momentos más tarde, estamos los tres profundamente dormidos.
Es posible que Jihoon comprendiera mi oferta de soborno, porque esa noche durmió
allí en mi pecho durante tres horas enteras. Antes de que se despertara y empezara
de nuevo.
Pero tengo una teoría. Creo que todo es deliberado. Creo que Dios planea que los
primeros días en casa con un nuevo bebé apesten a las bolas de burro. ¿Por qué
después? Todo lo demás, los pañales cagados, la regurgitación, el constante
cambio de ropa y ropa de cama, la dentición, todo eso se siente como un paseo por
el parque.
Después de unos días, me di cuenta de que mi madre no estaba siendo una perra.
Ella realmente nos estaba dando buenos consejos. Porque juntos, Taehyung y yo
fuimos capaces de entender todo esto.
Sabes cómo los perros tienen un ladrido que dice: Déjame salir o voy a mear en tu
sillón reclinable. Y otro que dice: Sólo dame el juguete chillón, maldito sádico hijo de
puta. Y aún otro que dice, no estoy jugando. Literalmente voy a masticar tu cara
ahora.
Los bebés no son muy diferentes de los perros. Lloran cuando tienen hambre.
Cuando están cansados. Uno cuando se aburren, o cuando tal vez la nariz les pica y
simplemente no tienen la destreza manual para eso. En cualquier caso, ¿una vez
que averiguas el lenguaje del llanto del bebé? La vida es mucho más dulce. Y más
tranquila.
Además —aquí viene lo bueno— ¿a pesar del cansancio? ¿La frustración? ¿El
llanto que te hace querer perforar tus jodidos tímpanos con un termo de carne?
Los amas de todos modos. Totalmente. Ferozmente.
Intensamente.
No cambiarías nada acerca de ellos, no los negociarías por todos los malditos
iPhones en China. Suena extraño, lo sé. Pero eso es sólo la forma en que es. Que
se joda el Cuerpo de Paz. La paternidad es el trabajo más duro que amarás nunca.
***
***
Así fue como empezó. Todo era increíble. Estábamos hablando. Riendo.
Comunicando.
Joder.
Era como un cuento de hadas, por el amor de Cristo.
¿Has notado cómo en los cuentos de hadas todo comienza a lo grande? ¿La bella
princesa, el reino feliz? Entonces todo se vuelve mierda. Un minuto Hansel no
sentía ningún dolor, masticando una ventana hecha de azúcar, y al minuto siguiente
cierta vieja bruja estaba tratando de meter su culo en un horno.
¿Para cualquiera que todavía piensa que soy un indigno e idiota ensimismado?
Tengo la sensación de que vas a disfrutar esto.
Mucho
CAPITULO 2
La habitación de Jihoon es tenue. Las sombras se dibujan y la única iluminación
proviene de una luz nocturna Buzz Lightyear en la esquina. Es la madre de todas las
habitaciones de niño. ¿Amarillo y verde? No, gracias. Las paredes son azul marino y
crema, los muebles de madera de cerezo oscuro. Una canasta de baloncesto
del-tamaño-de-un-niño está contra una pared, y un tren de tamaño completo contra
el otro. Una cómoda mecedora se encuentra entre dos ventanas de arco, con una
copia gastada de Goodnight Moon en el asiento. Fotos enmarcadas de la familia —y
del nuevo estadio de los Yankees— cuelgan en las paredes. Un cartel de Metallica
está pegado en la parte posterior de la puerta.
Yo lo quería al frente y en el centro, pero Taehyung me derribó.
Los grandes y oscuros ojos de Jihoon se iluminan cuando entro. Es la perfecta
miniatura-de-mí, el mentón, la boca, el pelo negro que se eleva hacia arriba en
todos los ángulos. Pero tiene los ojos y la naricita de su papá.
—Buenos días, amigo.
Él se aferra a la barandilla de su cuna y rebota como un chimpancé revestido en
algodón.
Sus palabras son cuidadosamente pronunciadas, con tensión en las consonantes.
Algo así como un robot.
—Hol-la, papá-paa.
Tan jodidamente lindo.
Lo recojo, manteniéndolo en alto, y mordisqueando su vientre, haciéndolo chillar.
Entonces lo traigo de vuelta abajo y le doy un apretón. Su cabeza gira y se apoya en
mi hombro, y su aliento me hace cosquillas en el cuello. Le beso el pelo otra vez,
simplemente porque puedo.
Nunca entenderé esos tipos que se niegan a abrazar y besar a sus hijos,
especialmente a sus hijos varones. Insensibles bastardos, si me preguntas. La idea
de que demasiado afecto puede hacer a un chico suave es una gran pila humeante
de mierda.
¿Si quieres que tu hijo sea confiado y seguro? Tienes que darle una buena base, un
correcto ejemplo. Tomemos a mi viejo, por ejemplo. Crecí sabiendo que era
totalmente capaz de patear mi culo cada vez que me pasaba de la línea. Así lo hizo.
Frecuentemente. Pero también me mostró todos los días que me cuidaba la
espalda. Que me amaba, estaba orgulloso de todo lo que yo hacía o intentaba
hacer.
Jihoon va a crecer de la misma manera.
Un rancio aroma invade mi nariz.
—Jesús, Jihoon. —Lo recuesto sobre la mesa para cambiarlo.
Pareces sorprendida. No deberías estarlo. Los hombres de verdad cambian
pañales.
Estoy pensando en poner eso en una camiseta.
De hecho, cualquier cosa que Taehyung puede hacer, la hora del baño, la hora de
acostarse, la alimentación a medianoche, yo también puedo hacerlo. Como que
tengo que hacerlo.
Taehyung sólo tenía veintiocho años cuando nació Jihoon. Para un profesional en
nuestro campo, es joven. Y tan feliz como él estaba por hacer la cosa de papá —y a
pesar de un barco cargado de culpa— simplemente no estaba listo para cambiar en
la escalera corporativa para ser papá y las malditas canciones de Wiggles.
Una niñera o guardería estaba fuera de la cuestión. Cuando yo era joven, ni siquiera
me gustaba abandonar a nuestros perros. De ninguna manera iba a entregar a mi
hijo a unos desconocidos, esperando cada día que ellos no le causaran daño.
Pero le prometí a Taehyung —érase una vez— que haría que todos sus sueños se
volvieran realidad. Así que llegamos a un acuerdo. Así es como se desarrollaron las
cosas. Encontrarás el final de este intercambio particularmente gratificante. . . o por
lo menos yo lo hice:
____________________
Son las diez treinta cuando entro por la puerta de nuestro apartamento.
Estas pueden parecer horas de retraso para ti, pero en el campo de la banca de
inversión, es más o menos el par del campo. Una reunión de siete en punto
atropella y luego una conferencia telefónica con Indonesia, un par de horas
dedicadas a la revisión de los contratos, y aquí estamos.
Cuando Jihoon nació primero, me tomé dos semanas de licencia de paternidad,
pero ahora estoy de vuelta en la oficina con velocidad. Taehyung está haciendo la
cosa de papá-en-casa. Solíamos alternar los turnos de alimentación en mitad de la
noche, pero porque es difícil formar una frase coherente y mucho menos manejar
millones de dólares, cuando la mitad de tu cerebro está dormido, ahora caen sobre
él, así que puedo conseguir un descanso de noche decente y no diezmar la fortuna
de mis clientes.
Lanzo mis llaves en la mesa y cierro la puerta con el pie. Entro en la sala de estar,
Taehyung está en el sofá con una cesta de ropa sucia a sus pies, doblando
diminutos pantalones que se unirán a sus hermanos apilados sobre la mesa. Su
brillante y suave cabello —el cual disfruto cuando está acariciando mi pecho— está
desperdigado por todo su rostro. Él lleva pantalones cortos de pijama y una
camiseta azul marino.
En una voz más alta de lo que me proponía, le digo:
—Oye, hermoso.
—¡Shhh! —ataca él—. Si despiertas a ese bebé, voy a arrancarte cada vello púbico
que tengas la próxima vez que te quedes dormido.
Mis ojos se abren. Ha estado pasando demasiado tiempo con Jimin estos días.
Bajo mi voz:
—Lo siento. —Me siento a su lado en el sofá y me inclino más cerca por un beso.
Mis labios sonsacan una sonrisa de Tae, como de costumbre.
—Hola —me saluda con un tono mucho-más-feliz-de-verme—. ¿Quieres que te
caliente un plato?
—No, sólo voy a prepararme un plato de cereal.
Taehyung bosteza mientras recoge el babero “my dad is more hot than your mom” y
sigue doblando.
—¿Un día duro? —pregunto.
—No tanto. Él solo estaba de muy mal humor sobre las seis y me llevó una
eternidad ponerlo a dormir.
Asiento con la cabeza. Luego inclino mi cabeza hacia el pasillo.
—Voy a ir a verlo.
Taehyung me derriba.
—No, no, no vas.
—Seré muy silencioso.
—Jungkook…
—Ni siquiera voy a tocarlo.
Irónicamente él señala:
—Los dos sabemos que eres incapaz de ver a Jihoon y no tocarlo.
Touché.
—Y entonces él se va a despertar y voy a tener que darle de comer para volver a
acostarlo. Y todo su horario de dañará por la noche.
Veo la sabiduría de lo que está diciendo. No significa que tenga que malditamente
gustarme.
—¡No lo he visto en todo el día! —Tuve que salir corriendo por la puerta antes de lo
habitual esta mañana, para hacer una reunión con un cliente de la parte alta—. No
es sano para un bebé pasar días sin poner los ojos en el hombre que lo engendró.
No sé si esto es un hecho, pero suena bien, así que me quedo con ello.
Una vez más, Taehyung no lo está aceptando.
—Tiene cuatro semanas. Necesita un horario más de lo que necesita ver a su papá.
Frunzo el ceño. Creo que mis sentimientos están heridos.
—Eso es una cosa jodida que decir.
Se encoge de hombros.
—No por eso es menos cierto.
Suspiro. Y decido un curso de acción más subversivo.
—Entonces me iré a preparar ese plato de cereal.
Taehyung me observa levantarme. Entonces llama suavemente a mi espalda en
retirada:
—Aléjate del cuarto del bebé, Jungkook, ni siquiera mires la puerta.
Ni siquiera acepto o me niego. A pesar de que Taehyung y yo hemos estado juntos
durante años, aún se aplican las lagunas. Entro en la cocina, agarro la leche de la
nevera, y me sirvo un bol de Lucky Charms. Tomo dos bocados y…
¿Has oído eso? Sonaba como el llanto de un bebé, ¿no?
¿No?
Entonces te recomiendo una revisión auditiva, porque yo definitivamente lo oí.
Me deslizo a través de la puerta de la cocina y sigilosamente hago mi camino por el
pasillo hasta el cuarto del bebé. La puerta está semi abierta, lo suficiente ancha para
meter la cabeza. La luz de noche arroja un cálido resplandor en los muebles de
madera oscura, en la mecedora y los animales de peluche apilados en la esquina.
Escucho. Y todo lo que oigo es el sonido de la respiración profunda y rítmica de
Jihoon.
Supongo que no era un llanto lo que oí, después de todo. Pero... ya que estoy aquí
y todo, no hará daño echar un vistazo, ¿verdad? Cierto.
Como un niño bajando a escondidas las escaleras antes de la salida del sol en la
mañana de Navidad, entro suavemente en la habitación. Me detengo al lado de la
cuna y bajo la mirada a mi pequeño dormido. Una sonrisa instantánea aparece en
mi cara. Porque es tan malditamente adorable.
Él está sobre su espalda, la cabeza vuelta hacia la derecha, una pequeña mano
empuñada doblada en el codo por encima de su cabeza de pelo oscuro. Está
vestido con un mameluco de algodón que cubre sus pies de color verde oscuro. No
me resisto a correr mi dedo por su regordeta y suave mejilla-de-bebé.
Él no se inmuta ni se mueve. Así que sigo mirándolo, y es una locura lo entretenido
que es simplemente observarlo respirar.
Después de que me he hartado, doy un paso hacia la puerta.
Entonces algo jodidamente terrible sucede.
Tenías que haberlo visto venir.
Sí, la cabeza de Jihoon gira a la izquierda, y sus pies patalean y sus dulces
facciones se arrugan. Entonces, como un pajarito recién salido del huevo deja
escapar un grito.
—Whaaaaa.
Mis ojos corren a la puerta, y luego de nuevo a él, cuando el segundo graznido deja
sus labios.
—Whaaaaaaa.
—Mierda. Shhh —susurro—. Jihoon... —Froto su vientre—. Shhh, vuelve a dormir.
Por supuesto, eso hace un montón de nada.
—Whhaaaaaaaaa.
A la mierda. Lo recojo y reboto contra mi hombro.
—Tienes que estar calmado, amigo. Si tu papi me encuentra aquí, va a cerrar su
agujero como una caja fuerte de acero. Me llevará horas romper ese chico malo de
nuevo abierto.
Técnicamente, la caja fuerte está cerrada por mantenimiento de todos modos. Aún
nos quedan dos semanas para que el médico nos dé la luz verde.
Hasta entonces, hay una estricta política de “No pasarás”. Ni siquiera se me permite
hacerle llegar con mi boca, o el método
siempre-tan-popular-entreadolescentes-de-bluyinear. Roberta dijo que su útero
necesita recuperar, lo que significa que no hay espasmo orgásmico permitido.
Dicho esto, entiendes mi analogía. Mi hijo, por otra parte, no lo hace. O simplemente
no le importa una mierda.
—Whaaa, whaaa, whaaaaaaaa.
Entonces Taehyung está de pie en la puerta, pareciendo justamente cabreado.
—Despídete del vello púbico, Jungkook.
Me río.
—¿Qué? Le oí llorar, solo llegue antes.
No cuenta como una mentira si la persona a la que le estás mintiendo sabe que es
mentira.
Tae deja escapar un suspiro de exasperación y extiende las manos por el bebé.
—Entrégamelo.
Lo empujo en mi contra y giro mi cuerpo, como un jugador de fútbol tratando de
evitar que la pelota sea arrebata.
—No, yo lo tengo. Vuelve a lo que estabas haciendo.
—Él no se va a calmar contigo.
—Y nunca se calmará conmigo si eres el único que lo sostiene todo el tiempo.
—Beso la parte superior de su cabeza—. Tengo esto, Taehyung. Ve a tomar un
baño o algo así.
¿No es eso lo que quieren todos los padres primerizos?
—¿Esa es tu manera de decirme que apesto?
Supongo que no.
—No... Estoy diciendo que moví la mierda, voy a tratar con el hedor.
Todavía pareciendo inseguro, él pasa la mano por la espalda de Jihoon.
—Bien. Solo... grita si me necesitas.
Le doy a sus labios un beso.
—Estamos bien.
Finalmente Taehyung sonríe, y luego se va.
La mayoría de los hombres son ineptos cuando se trata de los bebés. Ya sea por la
falta de experiencia o porque tienen miedo de que van a joder algo
irreversiblemente. Danos un aparato que necesita ser arreglado, vamos a
desarmarlo, lo resolveremos, y lo pondremos de nuevo junto, incluso si no estamos
familiarizados con el.
¿Los bebés? No son tan fáciles de volver a armar.
Y están todos estos peligros de los que tenemos que ser conscientes, puntos
débiles, cuellos que no puede apoyar la cabeza, desagradables ombligos a la
espera de caer... no me refiero a la mierda de la circuncisión. No soy bueno con las
multitareas, ¿recuerdas?
Así que para la mayoría, el cuidado de un bebé es una actividad que es mejor dejar
para las madres y padres que lo dieron a luz.
La mayoría, pero no para mí. Porque afilé mis dientes en Jiwoo.
Cuando ella era un bebé, yo no estaba cerca para las cosas de rutina de la noche,
pero aprendí mucho sobre todo lo demás. Si un hombre puede cambiar el pañal de
un bebé, no hay nada que no pueda cumplir. Por lo tanto, porque tengo su infancia
en mi haber, y porque soy bastante impresionante en todo lo que hago, no estoy
intimidado por el llanto de Jihoon. No es una parte divertida de la paternidad, pero
puedo encargarme.
Lo muevo de mi hombro para acunarlo en mis brazos.
—Whaaa, whaaa, whaaa...
—Oye, amigo, ¿qué pasa con las lágrimas? No tienes que llorar, voy a tenerte
durmiendo de nuevo en un momento.
Agarro un chupete de la cómoda y me burlo con él en su boca. Gimiendo, él lo
succiona antes de abrir la boca para chillar. Cojo el chupete antes de que caiga al
suelo.
Luego me siento en la mecedora.
—Sí, sé que no es lo que realmente quieres. Pero. . . tienes que tomar lo que
puedes conseguir. Y ahora mismo, esta pequeña pieza de plástico es la mejor
opción.
Lo deslizo entre sus labios de nuevo, y esta vez no lo rechaza. Chupa rápidamente
y sus ojos se cierran por un momento antes de que los arrastre abiertos de nuevo,
un signo seguro de que está agotado, pero lucha contra ello.
Me balanceo lentamente en la silla y palmeo su culo suavemente en un ritmo
constante.
En un suave susurro le digo:
—¿Quieres oír lo que hizo tu padre hoy? He organizado una adquisición de
cincuenta millones de dólares para un hombre que inventó una nueva aplicación.
Es un poco idiota. Cuando seas mayor, aprenderás que el mundo está lleno de
idiotas. De todos modos, este idiota en particular no creía que el trato era lo
suficientemente bueno, así que papá tuvo que explicarle por qué lo era. Primero le
mostré...
Realmente no quieres oír el resto, ¿verdad? Basta decir que veinte minutos
después, Jihoon estaba inconsciente. Besé su frente y lo tumbé en su cuna. Luego
salí a la sala de estar buscando un poco de tiempo de calidad con mi novio.
Encuentro a Taehyung en el sofá, con una cesta todavía medio lleno de ropa al lado
de él.
No me reconoce de inmediato, y no está doblando más la ropa. Tae sostiene un par
de calcetines de bebé en cada mano, desconcertantemente con la mirada perdida
en el espacio. Pensando profundamente.
Por lo general, ¿cuándo Taehyung está contemplando algo serio? Es una mala
señal.
Cautelosamente me siento a su lado.
—El bebé está dormido.
Su expresión en blanco no cambia.
—Eso es bueno.
—¿Tae? ¿Estás bien?
Saliendo de donde estaba, él se vuelve hacia mí rápidamente y trata de
desestimarlo.
—Oh sí. Sí, estoy bien.
Bien, una bandera roja si alguna vez hubo uno.
No pierdo el tiempo con bromas.
—Jodidamente bien, ¿Qué está mal?
Centra su atención en los calcetines.
—Me acabo de dar cuenta... esta es mi vida ahora.
Me esfuerzo para descifrar el mensaje oculto en esa declaración, y llego a nada de
nada.
—¿Bueno... y...?
—Y doblar la ropa, los platos sucios, los paseos por la tarde, las siestas, cambiar
pañales... esa es mi vida. Eso es lo que tengo que esperar.
—Bueno... cambiar pañales no durará para siempre. Y en dos semanas más voy a
ser capaz de hacer que te corras de nuevo en numerosas e ilícitas formas, eso es
algo que vale la pena esperar con interés.
Eso consigue una risa de él, pero es poco entusiasta.
—Soy una persona terrible.
Froto su hombro.
—Si eres una persona terrible, estoy en alguna seria mierda profunda.
Esta vez su sonrisa es un poco más genuina.
—Amo a Jihoon, Jungkook. Amor… no es ni siquiera una palabra lo suficientemente
fuerte...
Asiento con la cabeza, porque yo y cualquier padre sabe exactamente a qué se
refiere.
—... y sé lo afortunado que soy. Muchas mujeres y hombres matan para poder
quedarse en casa a tiempo completo con sus hijos. Realmente estoy agradecido por
la vida que tengo, pero nunca pensé que esto sería lo único que tendría.
Y las lágrimas empiezan a caer. Unas grandes.
En los días después del nacimiento de Jihoon, él no era el único que era un
vociferante llorón.
Taehyung era un desastre.
Creí comprender que las hormonas pueden causar estragos en la personalidad,
masculina, pero no entendí el aumento. Las hormonas del embarazo son otro
animal completo. Él lloró porque Jihoon era hermoso, lloró porque me amaba tanto,
y debido a lo mucho que yo le amaba. Lloró cuando Jihoon lloraba, y cuando él
dormía o si estornudaba. Lloró porque Tae no había perdido todo el peso del bebé
dos días después de que él nació, de la forma en que esas malvadas celebridades
narcisistas hacen que las personas sienten que no deberían.
Aunque estoy acostumbrado a los ataques de llanto de mi hijo, ver a Taehyung llorar
nunca será algo que me parezca bien.
Mi pecho se tensa, apretando mi corazón mientras se limpia las mejillas.
—Me siento tan culpable por faltar al trabajo, por verte salir por esa puerta por la
mañana y desear que fuera yo. ¿Cómo de jodido es eso?
Froto su espalda y le digo la verdad:
—No es jodido en absoluto.
Taehyung me mira con sorpresa en sus ojos.
—Yo no querría renunciar a mi trabajo tampoco, sería un bastardo miserable si no
pudiera ir a la oficina más. —Entonces pregunto—: ¿Por qué no dijiste algo antes?
—Pensé que esto pasaría, que una vez que me acostumbré a estar en casa, tendría
una nueva rutina que seguir. Pero eso sólo ha empeorado.
Lo extraño es que yo sé exactamente cómo se siente.
—Para ser honesto, no estoy emocionado exactamente con el arreglo que tenemos
ahora, tampoco.
Afortunadamente, sus lágrimas se han secado. La tenaza en mi corazón disminuye.
—¿No lo estás?
Niego con la cabeza.
—Me estoy perdiendo todo lo bueno. Voy por días sin ver a Jihoon despierto ni
siquiera por un minuto. Es una mierda. Como el otro día, cuando sonrío por primera
vez.
Taehyung trata de hacerme sentir mejor.
—Fue sólo un gas, Jungkook.
—Por supuesto que lo fue, porque los chicos piensan que los gases son divertidos.
—Te envié un video.
Niego con la cabeza.
—Eso no es lo mismo. A este ritmo, voy a perderme todo, su primera palabra, su
primer paso, la primera vez que se dé cuenta que puede apuntar y mear en las
cosas, todos los grandes momentos.
Taehyung toma mi mano.
—Así que... ¿de qué estamos hablando aquí? ¿Estás diciendo que deseas quedarte
en casa a tiempo parcial?
Una vez que las palabras son dichas en realidad, me doy cuenta de que eso es lo
que he querido desde el principio.
—Y vamos a trabajar a tiempo parcial. Yo iré a la oficina los lunes, miércoles y
viernes. . . porque sigo siendo el maldito activo en la relación. . . y tú irás los martes
y jueves.
—Algunos de nuestros clientes no van a estar bien con eso. El CEO de Jefferson
Industries es un capullo, tendrá problemas importantes. Como si me importara un
bledo.
—El que no esté de acuerdo con esto, me aseguraré de que se quede en casa. O
se los pasare a Namjoon o Yoongi, y si perdemos algunos, mi padre lo superará. El
nepotismo tiene sus ventajas, Taehyung. Yo digo que malditamente lo explotemos.
—Nuestros bonos tendrán un golpe.
Me encojo de hombros.
—Es sólo dinero.
Si no tienes un bote lleno de dinero en efectivo e inversiones por ahí, yo no
recomendaría que adoptaras esta actitud. Pero como yo lo hago. . . Puedo.
Luego señalo:
—En seis o siete años Jihoon estará en la escuela, entonces ambos podremos
volver a tiempo completo. A menos que tengamos unos cuantos niños más entre
ahora y entonces, y ya que la actividad que los trae aquí está en la cima de nuestra
lista de cosas favoritas por hacer, eso es una clara posibilidad.
Hay una luz en sus ojos que no estaba allí cuando llegué a casa. Saber que ayudé a
poner ese brillo ahí me hace sentir orgulloso de mí mismo, no es que eso sea una
sensación inusual, pero en este caso es especialmente impresionante.
Taehyung me aprieta la mano con entusiasmo.
—Por lo tanto, ¿estamos haciendo esto? ¿Realmente estamos haciendo esto?
—Tú y yo y Jihoon vamos a entrar en la oficina mañana y tener una conversación
con papá, George y Frank.
Taehyung se lanza hacia mí, pecho a pecho, los brazos alrededor de mi cuello, las
piernas a horcajadas en mis muslos.
—¡Estoy tan emocionado!
—¿Tan emocionado cómo estás acerca de conseguir el visto bueno de Roberta en
dos semanas?
Taehyung mira de reojo.
—Ah. . . no así de emocionado, pero muy cerca.
Y luego nos besamos, nuestras lenguas bailando y degustándose. Vuelvo a caer en
el sofá, llevándolo conmigo y manteniéndolo encima.
Sus labios se burlan de camino a mi oído.
—Te amo —exhala Taehyung, antes de lamer alrededor de la concha. Cálida lujuria
se reúne en mis entrañas, luego surca mis muslos y brazos, y mi polla.
Devuelvo el sentimiento:
—Te amo.
La boca de Taehyung baja a mi cuello, tortuosos toques como suaves-plumas
contra mi piel.
—Y amo nuestra vida.
Mi mano se enreda en su pelo.
—Yo también.
Taehyung cae de rodillas en el suelo y yo me enderezo, con las piernas separadas
para que pueda anidar entre mis muslos. Me mira con hambrientos ojos negros y
una sonrisa traviesa, mi combinación favorita.
Taehyung desabrocha mi pantalón y me levanto para acomodarme mientras les da
un tirón. Más despacio, quita mis bóxers y mi impaciente polla rebota hacia arriba
para saludarlo.
—Y amo tu polla. —Él conduce el clavo a casa cuando corre su húmeda lengua
arriba y abajo de mí, y luego girando alrededor de la cabeza.
Observo su hermoso rostro y sonrió.
—Amo mi polla en tu boca.
Sus labios vibran contra mí mientras se ríe y la sensación hace que mis piernas
tiemblen. Luego succiona con sus labios desde la base hasta la punta,
burlonamente, sin llegar a tomarme dentro. Cuando estoy a punto de perder mi
jodida mente, él abre y desliza mi polla en la estrecha, caliente humedad de su
boca.
Mi cabeza rueda hacia atrás y gimo.
Taehyung me traga lentamente, centímetro a centímetro. Es desesperante y
fantásticamente bueno al mismo tiempo. No puedo decidir si quiero que me chupe
duro y rápido o que continúe la dichosa tortura durante horas. Quizá días.
Cuando estoy en la garganta de Taehyung, él hace una pausa, respirando
suavemente.
Y siseo:
—Joder. . .
Taehyung siempre fue hábil dándole a la cabeza, verdaderamente natural. Pero en
estos últimos años, su talento ha alcanzado proporciones épicas. Es un maestro y
yo soy su bien dotado instrumento. Prácticamente entrenó su reflejo vomitivo, y
realmente disfruta tragar y engullir.
Taehyung me dijo una vez que lo hacía sentirse poderoso. Ver mi cara mientras me
trabajaba. Ver los signos de placer que está controlando, dejándome deleitar.
Es una toma bastante precisa de la situación, porque en este momento estoy a
merced total y completa de Taehyung.
Y ese, niños, es el mejor puto asiento de la casa.
Me chupa duro mientras su cabeza se desliza hacia arriba, de modo que la punta se
mantiene entre sus hermosos labios. Hace vueltas con su lengua de nuevo, esta vez
con más presión, menos burla. Luego sube y baja rápidamente — todo negocios—
toda lengua, decadente y descuidada humedad y ásperos roces de dientes. Sus
mejillas están hundidas y su mano masajea mis bolas, dándoles un suave y erótico
tirón.
Me quejo y maldigo y canto su nombre.
Agarro su pelo y lo guio hacia arriba y abajo en mi polla con la suficiente fuerza para
hacer que tataree en aprecio.
—Sí, bebé, justo así. Tan jodidamente bueno —suspiro.
Los labios de Taehyung se contraen y su cabeza se mueve más rápido.
—Jesús, Taehyung, me voy a venir.
Mi mano se aprieta y lo mantengo en su lugar, y todos los músculos de mi cuerpo se
contraen gritando, unánime del placer. Mis dientes chocan y mis caderas empujan, y
con un gemido por su cuenta, Taehyung traga con entusiasmo hasta que me quedo
sin nada.
Mi respiración es áspera mientras él me premia con un último movimiento de su
lengua. Luego se levanta, sonriente y sube a mi regazo. Y estoy débil, totalmente,
sublimemente relajado. Que se joda el vino: una mamada es la mejor manera de
relajarse después de un largo día de trabajo.
Lo único que lo haría mejor es si pudiera devolverle el favor.
Mientras encierro a Taehyung en mis brazos, añado otra barra al total acumulado de
los orgasmos que le debo. Este sería el… quince. Y planeo resolver todo en una
sola noche, la noche que Roberta diga que Taehyung está bien para seguir.
No te preocupes, siempre y cuando lo conserve hidratado, no hay peligro físico de
muchos orgasmos. Pregunté.
—Creo que voy a ir a tomar ese baño que has mencionado —ronronea—. ¿Quieres
unirte a mí?
Dirijo mis nudillos a lo largo de su mandíbula.
—Unirme a ti es sólo una de las cosas que muero por hacer en este momento.
—¿Cosas como lavar mi espalda?
Cepillo mis labios contra los suyos.
—Quiero lavar un montón de lugares, hasta el último rincón.
Desafortunadamente, lavar su espalda y frotar sus hombros es todo lo que voy a ser
capaz de hacer esta noche. Pero será suficiente por ahora. Con sus piernas
envueltas alrededor de mí cuando me pongo de pie y con el culo desnudo, entró al
baño.
***
Tener dos padres que trabajan en la casa no siempre es perfecto, conflicto de
horarios y el estrés laboral puede interponerse en el camino. Pero funciona para
nosotros. Ahora, ¿dónde estábamos de nuevo? ¿Antes de cortar en la escena de la
mamada gratuita?
Así es, con el codo profundo en la masacre que es el pañal de Jihoon. Intentar
respirar por la boca ayuda con el hedor.
—¡Dios mío, chico!. . . ¿qué hiciste anoche? ¿Escapaste furtivamente de la cuna y
te comiste un chuletón de buey?
Lo que me lleva a la invención más grande de nuestro tiempo. Nop, no es la
Internet. O el automóvil. No es el control de natalidad, aunque casi lo sobrepasa. La
mejor innovación del siglo es el pañal Genie.
Es un salvavidas.
Dejo caer la tóxica bola en la santa basura y cierro rápidamente la tapa.
Entonces lo limpió con las toallitas y lo espolvoreo con el polvo de bebé. Luego me
dirijo hacia el armario para escoger su ropa. Una camisa de cuello negro, jeans, y
zapatillas Nike. El hábito hace al hombre y funciona de la misma manera con los
niños. Es todo acerca de las primeras impresiones. ¿Si realmente quieres que tu
hijo sea noqueado sobre su culo en la caja de arena? Ponle uno de esos bobos
chalecos. Eso más o menos lo garantiza. Jihoon es un niño cool, y yo
absolutamente me aseguro que se vista como tal.
Después de ponerle gel para el cabello a Jihoon y cepillar sus dientes, con algunas
útiles sugerencias sobre su técnica de escupir le llevo a la cocina al estilo avión.
Zoom. Y lo ato en su silla alta para que no pueda escapar.
¿El siguiente paso? Desayuno. Te acuerdas de cómo me gusta el cereal,
¿verdad? Eso no ha cambiado. Es Lucky Charms para mí, con malvaviscos
adicionales.
¿Pero para mi hijo? No hay Lucky Charms.
Esos niños del Breakfast Club realmente sabían de lo que estaban hablando.
Y que realmente nos convertimos en nuestros malditos padres. Y frases como “Ya
veremos” y “Porque yo lo digo” simplemente estallan en tu cabeza y vuelan fuera de
tu boca. Es perturbador. Como alguna jodida posesión exorcista.
De todos modos, ¿para el desayuno de Jihoon? Rodajas de manzana orgánica y de
grano entero de Cheerios sin azúcar.
Lo sé, ya es oficial, soy un hipócrita. Puedo vivir con eso. No es que sus papilas
gustativas sepan de lo que se pierden. Y cuando lo hagan, voy a empujarlo debajo
de su garganta de todos modos. Porque es bueno para él. ¿Si un día decide
odiarme por eso? Eso está bien también.
Porque a veces el ser padre es duro. ¿Y si no lo es? No estás haciendo bien las
cosas.
Derramo algunos Cheerios en la bandeja y retrocedo la mitad del camino a través
del cuarto.
—Oye, Jihoon, levanta.
Abre su boca y la mantiene abierta. Tengo un solo Cheerio entre mis dedos
mientras me inclino en mis rodillas y reboto mi mano como si estuviera driblando un
balón de baloncesto.
—Tres segundos en el reloj, por uno, Kook recupera el balón. Finge izquierda,
conduce, remata. . .
Lanzo el Cheerio en un alto arco. Aterriza justo en la boca de Jihoon.
—¡Anota! ¡La multitud se vuelve loca!
Jihoon tiene las dos manos sobre la cabeza.
—¡Nota!
Entonces yo le doy las cinco. Te lo dije. Cool, ¿no? Empujo una cucharada de
cereal en mi boca y me preparo para otra oportunidad. Entonces Taehyung entra en
la cocina, enviando mensajes en su teléfono.
¿Toda esa preocupación por perder el peso del bebé? Fue en vano. Míralo, ceñidos
pantalones de deportivos negros que abrazan sus estrechas caderas, una camiseta
de Penn State que se muestra holgada y brazos tonificados. Su cabello recogido
echado hacia atrás con una bandana, y un toque de brillante, hidratante de labios
con sabor a fresa es su único maquillaje.
Hermoso.
Taehyung todavía tiene esa belleza de tipo simple y de bajo mantenimiento. No
tiene que esforzarse por ser caliente, él sólo lo es. Maniobro junto a la silla alta de
Jihoon y espero a que Taehyung levante la mirada.
Sí, es deliberado. Los niños tienen el poder de succionar el deseo sexual de una
relación como un hambriento agujero negro. Así que es importante avivar la llama,
mantener calientes las brasas ardiendo. Y algo acerca de verme sin camisa con un
bebé enciende a Taehyung.
Confía en mí, no es el único, he sido abordado en la playa suficientes veces como
para saberlo. Es como el maldito Viagra para las chicas y algunos chicos.
Es diferente para mí. No es que un bebé sea negativo, necesariamente, pero el ver
a alguien con uno no hace automáticamente que quiera follarlo. Porque en el fondo,
en el fondo soy todavía un niño pequeño. Quiero toda su atención en mí. Es lo que
es.
Siento los ojos de Taehyung en mí y hago estallar un trozo de manzana en la boca
de Jihoon. Entonces extiendo mis brazos, flexionando los músculos y dándole un
buen espectáculo. Oh, sí, está funcionando. Él está definitivamente excitado. ¿Ves
cómo inclina la cabeza y sus ojos brillan mientras me mira de arriba abajo? ¿Cómo
sus labios se separan y respira un poco más rápido? ¿Ese visible bulto en sus
ceñidos pantalones?
Taehyung está recordando lo que acabamos de terminar de hacer y está pensando
en cuando vamos a llegar a hacerlo de nuevo.
—¡Papíí!
Los ojos de Taehyung se desplazan hacia Jihoon. Su sonrisa cambia, no sexy, más
dulce.
—Hey, pequeño.
Él se acerca y toma una rebanada de manzana para sí mismo.
—¿Cómo están mis dos chicos favoritos?
—Hasta ahora, todo bien. —Asiento con la cabeza hacia el teléfono en la mano—.
¿Qué pasa ahí?
—Estoy enviando mensajes de texto al manager de Bogum con la dirección de
Seung y JaeHwa. Le dieron una para una casa de empeño en medio del Bronx. No
sabes nada de eso, ¿verdad?
Mis padres van a cuidar de todos los nietos para el fin de semana. Desde que
Seung y mi hermana van a nuestra reunión de toda la pandilla en su lugar y a tomar
un coche al aeropuerto juntos.
Juego inocente.
—¿Quién yo? Nop, no sé nada.
Taehyung no parece como si se lo comprara.
—Podría haber perdido el coche en el aeropuerto. Tal vez todo el vuelo.
—Sí, eso hubiera sido una vergüenza.
—Hay que ser agradable, Jungkook.
—Él viene, ¿no? Creo que dejar que tu ex novio nos acompañe a mi despedida de
soltero está por encima y más allá de agradable.
Taehyung hace un gesto con las manos en su intento de defender al idiota.
—Siempre te estás quejando de lo cercano que soy con él, pero tal vez si trataras
un poco más duro, él no dependería tanto de mí. Y, además, Bogum no tiene un
montón de amigos hombres.
—Lo que tiene perfecto sentido. Él es un culo y nadie quiere ser su amigo.
Taehyung rueda los ojos.
Jihoon decide unirse a la conversación.
—Cuulo
Oh, mierda. Eso no es bueno.
Pero aun así, me echo a reír. ¿Cómo no?
Taehyung me frunce el ceño.
—Genial.
La mayoría de los niños dicen su primera palabra alrededor de los once meses.
Debido a que mi hijo es un genio, su primera palabra llegó a los nueve meses. Y no
fue papi o papá o algo típico como eso.
La primera palabra de Jihoon fue “mierda”. Taehyung no estaba contento.
Entre tú y yo, sin embargo, nos salvamos de una. Podría haber sido mucho peor.
Taehyung se vuelve hacia Jihoon y lo amonesta suavemente:
—No, Jihoon.
Él sacude la cabeza, tratando de entender.
—¿No culoo?
Me carcajeo con más fuerza. Ahora Taehyung está fulminándome. Pone sus manos
en las caderas.
—Sí, y eso es exactamente lo que papá va a conseguir si no para de reír en este
momento.
Los ojos de Jihoon se ensanchan y trata de avisarme.
—No cuulo, papá.
Ahora estoy riendo mi culo completamente.
Taehyung lanza sus manos en el aire.
—¡Bueno, eso es simplemente perfecto! Ahora va a pasar los próximos dos días con
tus padres hablando como un pequeño gamberro malhablado. ¿Qué va a pensar tu
madre?
Me sereno ligeramente, sin dejar de sonreír, tomando su mano en la mía y
sosteniéndola contra mi pecho.
—¿Teniendo en cuenta que ella es la mujer que tuvo que criar el primer gamberro
malhablado? Creo que va a tener una enorme cantidad de simpatía por ti.
Taehyung sonríe.
—La cual es totalmente merecida. Lo juro, entre los dos, no sé cómo puedo
mantener mi cordura.
—Es el sexo. Si las uvas pasas son los dulces de la naturaleza, follar es el
antidepresivo. Es la mejor manera de mantener una buena salud mental.
Un orgasmo al día mantiene al psiquiatra a distancia.
Taehyung se cruza de brazos, dudoso.
—Claro que lo es. Eso suena muy parecido a cuando estaba embarazado y me
dijiste que los hombres que realizaban el sexo oral con más frecuencia eran menos
propensos a desarrollar pre-eclampsia.
Señalo con mi dedo.
—¡Eso fue totalmente cierto! Leí un artículo sobre el tema.
¿Cómo de impresionante es eso? Si yo no estuviera seguro antes, después de eso
estaba seguro de que Dios era definitivamente un chico.
—¿En cuál revista? ¿Playboy?
—Men’s Health.
Sintiéndose excluido, Jihoon intenta conseguir otra risa de mí.
—¡Cuuoo!
Despeino su cabello.
—Ahora estás exhibiéndote.
Taehyung lo levanta de la silla y lo sostiene cerca.
—¿Has terminado con el desayuno, bebé? ¿Quieres cantar con papá?
Él aplaude.
La mayoría de los gustos y disgustos de Jihoon asemejan los míos. Odia el brócoli.
Los deportivos femeninos lo ponen de los nervios. Y desprecia el patinaje artístico
televisado. Pero ama la voz de Taehyung.
Oh, y su olor. ¿Ves cómo se inclina para frotar su rostro contra él?
Deleitándose en su delicioso olor.
Le doy un codazo en el hombro.
—Amigo, ya hemos hablado sobre esto, te lo presto. Pero no por mucho.
La carita de Jihoon se arruga, como Damien de La Profecía.
Él agarra los hombros de Taehyung con las dos manos y grita:
—Mío. ¡Es mi papi!
Yo lo jalo un poco más a mi lado.
—Técnicamente, él pertenece a los dos, amigo. Podemos compartir… Olvídalo, es
mío.
Él sube el volumen.
—No. ¡Es mío!
Sigmund Freud tendría un día de campo en esta casa.
Niego con la cabeza.
—No lo creo.
—¡Es mi papá!
Entrar en un enfrentamiento a gritos con un niño de dos años de edad, no es una
buena idea. Esa es una batalla que no se puede ganar.
Taehyung empuja mi pecho.
—Deja de burlarte de él. Y ve a ducharte, vamos a llegar tarde.
Le beso en la frente. Entonces, detrás de su espalda, me señalo a mí mismo y
articulo para Jihoon, Mío.
Me saca la lengua. Listillo.
Cuando camino de nuevo fuera de la cocina, Taehyung empieza a cantar. En esa
voz suave y profunda, sin defectos que todavía me deja débil en las rodillas.
Y duro en la entrepierna.
Conozco la canción “Jet Plane” de Joon Denver, pero él cambia las letras para
adaptarse a la situación.
Taehyung se balancea hacia delante y hacia atrás lentamente, y los profundos ojos
marrones de Jihoon giran con él a solas. Él lo mira con completa adoración.
Abrumadora adoración. Devoción total.
Es de la misma manera en que lo miro. Cada día.
Yo no soy un gran fan de la humildad. ¿Pero verlos a los dos de esta manera?
Me hace sentir humilde. Afortunado. Justo como José debe haberse sentido al ver a
su esposa sosteniendo al bebé Jesús. Tan jodidamente afortunado de llegar a ser
parte de algo tan bellamente sagrado.
CAPITULO 3
Llegamos a casa de mi hermana un poco después de las 7:00 A.M. El apartamento
es un manicomio, los sonidos de niños gritando, adultos hablando, estrepitosas
tazas de café y los ladridos de perros llenan el aire.
Bueno... un perro ladrando. Su nombre es Bear, es un gran danés. Lo conseguí
para Jiwoo en la última Navidad porque AppleNamjoon el pony no funcionó
exactamente como lo había planeado. A pesar de algunos serios ruegos, súplicas y
negociones, La Perra no cedió y acordó dejar vivir con ellos el pony que compré
para Jiwoo para Navidad. La razón principal fue la Asociación de propietarios del
Central Park West.
Si no estás familiarizada con este tipo de organizaciones, te voy a informar.
Son la versión geriátrica de la Gestapo, compuesta en su mayoría por viejos
amargos y arrugados que yacen a la espera de que alguien haga algo que no
aprueban.
Como colgar una corona de flores llamativa en la puerta o tocar música muy
fuerte… o convertir una habitación en un corral.
En lugar de intentar luchar contra el sistema y arriesgarse a los procedimientos de
desalojo, Seung y JaeHwa reubicaron a AppleNamjoon al norte, en la finca de mis
padres, dejando a mi pobre sobrina sin una mascota. Lo cual era absolutamente
inaceptable. Por lo tanto, Bear.
Es increíble. Y grande. Como una especie de primo enano de un pony.
Pero es gentil —con los niños— incluso aunque no tiene idea de lo grande que es
en realidad. Siempre intenta subirse en el bolso de JaeHwa o sentarse en el regazo
de Seung, lo cual puede dificultar la respiración.
Taehyung y yo entramos en la sala de estar con Jihoon sobre mis hombros, y Bear
nos acoge con un profundo ladrido y una babeante lamida. Saludamos a mis
padres, y Taehyung se dirige a la cocina con mi madre, describiendo una lista de
instrucciones y descargando la parafernalia de Jihoon para la noche. Pongo a mi
hijo en sus pies y él se tambalea a la esquina donde su primo Minjoon
silenciosamente está construyendo una torre de bloques.
¿Si Jiwoo es la gemela de mi hermana JaeHwa? Minjoon-chico es todo Seung. Está
un poco bajo de peso para su edad. Pero es alto, desgarbado. Su pelo es oscuro,
sus ojos son azules y pensativos. Minjoon es tolerante. Relajado. El perfecto yin a
yang para un demonio-de-Tasmania como mi hijo.
Con una risa diabólica, Jihoon destruye la torre de Minjoon. Pero él no se queja.
Sólo empieza a construir otra. Lucho con Bear un poco, hasta que mi hermana
aparece con una taza de café caliente para mí. Tomo la taza y hago un gesto hacia
Bear.—¿Cómo va el entrenamiento en casa? —Bear tiene una vejiga débil. Y
aunque no le resta valor a su encanto, no es la herramienta más afilada en el
cobertizo.
—Fantástico, si el objetivo era convertir mí alfombra persa de nueve mil dólares en
su meadero.
Miro la alfombra en cuestión.
—Tiene buen gusto. Esa es una alfombra fea, Jae. Estoy pensando en mearla yo
mismo.
—Gracioso.
Tomo un sorbo de mi café.
—Lo intento.
Me lleva hacia el comedor contiguo.
—Hablé con el planificador de bodas anoche y terminamos con los asientos.
Echa un vistazo.
La boda.
Está bien, la mayoría de los hombres prefieren que les tiren los dientes a participar
de cualquier modo en la planificación de la boda. Siento decírselos, pero nos
importa una mierda los colores o centros de mesa o el estilo grabado en relieve de
las malditas invitaciones. Si actuamos como si lo hacemos, es porque somos
inteligentes, y estamos tratando de mantener a Jae lejos de nuestras espaldas.
¿Mientras Tae se vea bien y los mini perros calientes sean servidos durante la hora
del cóctel? Estaremos ahí.
Al principio, felizmente deje todos los detalles del gran día a Taehyung y a mi
hermana. Pero luego empecé a oír palabras tales como discreta y pequeña, íntima y
nada demasiado ostentoso. Y tuve que intervenir.
Porque cuando un atleta olímpico gana la medalla de oro, ¿ellos tienen una
celebración pequeña e íntima?
Por supuesto que no.
Lanzan un maldito desfile.
Lo cual es lo menos que se merece Taehyung. Porque hizo lo que todos, incluidos
los miembros de mi familia inmediata —creían imposible. Él me marcó. El gran
premio, el inalcanzable— la lotería de mega-millones.
Eso debe celebrarse. En una gran manera.
Además, el día de boda de una persona se supone que sea especial, inolvidable.
Sólo tiene uno. Esto es particularmente cierto en el caso de Taehyung, porque poco
después del nacimiento de Jihoon, tuvimos toda una discusión sobre lo que
haríamos si uno de nosotros estiraba pronto la pata. ¿Has escuchado de eso “Es de
lejos, mucho mejor cosa que yo” del tipo en A Tale of Two Cities? ¿Ese que se
sacrificó para que la mujer que amaba pudiera ir a vivir con otro hombre? Maldito
marica. Merecía ser colgado. Yo no soy él.
Seguro, quiero que Taehyung sea feliz, pero lo quiero feliz conmigo. O nadie en
absoluto. Así que si me muerdo la grandota antes que él. Va a tener que
arreglárselas por su cuenta.
Solo.
Célibe.
¿Porque si se engancha con otro hombre? ¿Haciendo que mi hijo llame papá a un
perdedor?
Voy a perseguirlo. Para siempre. Estilo de The Grudge.
Crees que eso es terrible, ¿no? ¿Egoísta, posesivo, arrogante?
Y esto ¿por qué te sorprende?
De todos modos —la boda. Una vez que tomé las riendas, las cosas aumentaron un
montón de muescas— no ahorre ningún gasto, ni pasé por alto ningún detalle.
JaeHwa y yo trabajamos muy bien juntos. Su planificación hiperactiva y habilidades
organizativas junto con mi micro-gestión y determinación para el día perfecto han
hecho una estupenda combinación. También contamos con la asistencia de Lauren
Laforet, la planificadora de bodas más codiciada de la ciudad, asegurándose de que
todos nuestros planes se conviertan en una realidad.
El príncipe William y Taehyung pueden besar mi trasero. Aficionados. Nosotros
tenemos esa boda-del-siglo en la bolsa.
En la mesa del comedor se encuentra un modelo de baile Four Seasons, con
decenas de mesas en miniatura y cientos de sillas marcadas con los nombres
perfectamente arreglados. Estoy impresionado.
—Esto es increíble.
Ella empuja un mechón de pelo rubio detrás de su oreja, contemplando su obra.
—Lo sé.
Noto que una mesa no se ve bien. Estoy a punto de comentarlo, pero una
conmoción en la sala señala una nueva llegada. Me muevo a la puerta para ver
quién está aquí.
—¡Wooooof! ¡Woooof!
Es Brangelina. También conocidos como Yoongi y Jimin. ¿Curiosa sobre el apodo?
Ya verás.
—¡Suéltame, bestia!
Bear tiene una erección real por Jimin. Literalmente. Él intenta violarlo en todas las
posibilidades que tiene. Quizá está caliente. Tal vez le gusta cómo huele su culo.
Tal vez siente instintivamente que él es un fenómeno y estaría en la bestialidad, no
lo sé. ¿Cualquiera que sea la razón?
Es jodidamente gracioso.
—¡Yoongi, ayuda! ¡Me está lamiendo! ¡Está babeando sobre mí!
—¡Abajo, Bear!
Seung aparece y arrastra al excitado y molesto perro fuera del cuarto. Jimin se
arregla el pantalón. Me recuerda a un pavo real de ojos color avellana con cabello
rubio rojizo.
Yoongi me palmea calurosamente en el brazo.
—Hola, hombre.
—Hola.
Entonces Jiwoo entra en la habitación. Ella está más alta que la última vez que la
viste, es más probable que llegue a un metro con cincuenta y dos centímetros para
el momento en que termine de crecer. Su pelo es todavía largo y castaño con una
ligera ondulación; lleva pantalones vaqueros azules, zapatillas
Converse y una camiseta rosa de los Yankees. En un mes cumple nueve, en esté
día y tiempo eso es prácticamente una preadolescente. Jiwoo es una obra maestra,
y me tomo el crédito completo.
Es amable, brillante, femenina, pero no de una manera chillona y
asustadiza-de-las-arañas. Ve los deportes no para conseguir la atención de algún
pequeño idiota, sino porque sabe que es una conversión de dos puntos y una falta
técnica. Se pinta las uñas y toca la guitarra. Es confiada pero amable. Lo mejor de
todo, no toma la mierda de nadie. Sí, eso es todo de mí.
Aunque tengo mi propio hijo ahora, ella fue la primera. La única chica. Un pedazo de
mi corazón siempre, siempre pertenecerá a ella.
—Oye, cariño.
Ella salta y se arroja a mis brazos. Le doy una vuelta.
—¡Hola, tío Jungkook! No sabía que estabas aquí.
—Acabo de llegar. Me gusta tu camisa.
Entonces, desde el pasillo, escucho a Seung y JaeHwa ir por ello. Y no en el buen
sentido.
—¡Te dije que lo pusieras en su jaula!
—Lo iba a hacer pero…
—¡Iba no está funcionando! Debería haberlo hecho yo misma, como todo lo demás
por aquí.
—¿Puedes darle al complejo de mártir un descanso, por favor?
Han estado así como esto últimamente. Tensos. Sobrecargados. Todos nos hemos
dado cuenta. Esto sucede al vivir con alguien el tiempo suficiente, están obligados a
jalar sus putos nervios. Las regañinas de mi hermana no lo hacen exactamente fácil.
Pero Seung siempre ha sabido cómo es ella, y le adora de todos modos.
Hasta ahora.
Es su tono lo que más me molesta. Suena cansado. Desgastado. Harto.
Jiwoo mira al suelo.
Agarro su barbilla e inclino su rostro hacia arriba.
—¿Cómo ha estado por aquí?
Ella suspira.
—Dramático.
Echo un vistazo por el pasillo.
—Sí, estoy sintiéndolo.
—Esos son los padres para ti. —Ella se encoge de hombros—. No se puede vivir
con ellos, pero la emancipación es un proceso costoso y complicado.
Me río.
—Sabes que mi puerta siempre está abierta, ¿verdad? Hay una habitación libre con
tu nombre en él.
Ella mira a Minjoon.
—Pero eso dejaría a Minjoon manteniendo la fortaleza. No es más que un niño.
—¿Y tú que eres?
Los ojos avellana me observan fijamente, sabios más allá de sus años.
—Soy la hermana mayor.
Me inclino y beso su frente. Luego le susurro:
—Este fin de semana será bueno para ellos, lo prometo. Como unas mini
vacaciones. Y yo voy a hablar con ellos, noquear sus cabezas.
Ella me da una sonrisa suave, como si apreciara mi esfuerzo, pero sin acabar de
creer que vaya a funcionar.
—Está bien, tío Jungkook.
Yoongi se acerca, ajeno a todo excepto a Jiwoo.
—¡Ahí está mi chica!
Ella se gira para mirarlo y la sonrisa cae de su rostro. Levanta la nariz y se cruza de
brazos. ¿Sentiste la caída de la temperatura? Este sería el hombro frío de mi
sobrina.
—Sr. Min, que lindo verlo de nuevo. Tiene buen aspecto.
Yoongi gime y cae de rodillas. Se ve casi diminuto cuando se enfrenta con el
descontento de mi sobrina.
—Jiwoo, me estás matando, bebé.
—Estoy segura de que no sé qué quiere decir.
Él empuja una mano frustrada por su cabello castaño claro.
—¿Nunca vas a perdonarme?
—¿Perdonar? ¿Por qué? ¿Por privarme de crecer con compañía femenina? ¿Por
dejarme revolcándome en un bosque de penes? ¿Eso es lo que debo perdonarle
señor Min?
Tener hijos es contagioso —como el mono. Una vez que un amigo o un familiar
tienen uno, todo el mundo quiere uno igual. En la cena de acción de Gracias, el año
después del nacimiento de Jihoon, Yoongi y Jimin anunciaron que estaban teniendo
un bebé. Que estaban adoptando a un bebé.
¿Brangelina? ¿Lo entiendes ahora?
Después de que proclamaron sus intenciones, todos estaban felices por ellos.
Bueno... casi todo el mundo:
:::::::::::::::::::::::::::::::
—¿Qué quieres decir con que vas a adoptar un bebé? —pregunta Frank, mientras
se sienta a la mesa del comedor en la casa de campo de mis padres en el día de
acción de Gracias.
Yoongi todavía sosteniendo la mano de su esposo, enfrenta a su padre.
—¿Qué quieres decir, con qué quiero decir? Vamos a adoptar a un niño. Ya
presentamos los papeles y estamos esperando la aprobación final, pero la agencia
dice que es sólo una formalidad. Minnie y yo hemos pasado todos los obstáculos
grandes. Tiene casi dos meses, es saludable y hermoso. —Yoongi recurre a
Estelle—. No puedo esperar para que lo veas, mamá.
Estelle sonríe de vuelta a su hijo con incipientes lágrimas de alegría. Pero Frank le
pregunta:
—¿Es que hay algo malo con tu esposo? ¿Es estéril?
La sonrisa de Yoongi vacila. Antes de que pueda responder, Jimin replica:
—No, Frank, no soy estéril. Esto es algo que Yoongi y yo hemos hablado desde que
nos casamos.
Frank limpia su boca con la servilleta de tela, la tira abajo en su plato y se empuja
de la mesa. El aire cambia —como una tarde de verano cuando el sol está brillando,
pero puedes sentir con el viento la tormenta que intenta reventar sobre tu cabeza.
—¿Por qué querrías criar a un niño que no es tuyo, Yoongi?
Mi mejor amigo frunce el ceño.
—Porque él será nuestro.
—No —afirma Frank—. Ese es mi punto, no lo será. No tienes ni idea de donde
viene este chico, qué clase de basura son sus verdaderos padres. Él podría crecer
para tener problemas mentales, problemas de salud y vas a estar lidiando con eso
por el resto de tu vida.
Aunque una parte de mí sospecha que mi padre está de acuerdo con él, aun así
intenta conseguir que Frank se tranquilice.
—Es una visión derrotista, Frank. Casos como ese son raros cuando miras los
millones de niños que son adoptados cada año.
En este momento estoy en mis pies, acercándome a Yoongi. Porque tengo la
sospecha de que esta olla está a punto de malditamente hervir. En apariencia,
Yoongi se asemeja a su padre, pero en personalidad lleva más de Estelle. No
mucho le molesta, tiene un fusible largo. ¿Pero cuando estalla? Es como el final en
el gran espectáculo de fuegos artificiales de Macy.
Luego Frank hace lo único que va a encender la mecha de Yoongi: culpa a Jimin.
—Esto es obra tuya, ¿no? ¡Tú y tu liberal, mentira de la nueva era!
—Frank, por favor —declara Estelle suavemente.
—Eres demasiado egoísta para tomar tiempo de tu carrera y cumplir con tus
deberes como esposo.
—¿Mis deberes? —grita Jimin detrás de Yoongi—. ¿En qué año estás viviendo,
Frank?
—No importa el año, una persona que puede dar a luz, es una persona que puede
dar a luz, y una madre es una madre.
A menos que no puede físicamente, la persona fértil de la relación le da niños a su
marido. Si no estás a la altura de la tarea, jovencito, entonces mi hijo está listo para
reemplazarte con alguien que sí puede.
Hola, mierda. Conoce el ventilador.
Yoongi avanza, el impulso de lanzar a su padre a través del mural profesionalmente
pintado de mi mamá escrito en su cara.
—¡No hables jamás de él así otra vez!
Agarro el hombro de Yoongi, reteniéndolo.
—Vamos, amigo, vamos a dar un paseo.
Se encoge de hombros.
En una voz sin vida Jimin dice:—Me gustaría irme a casa. Yoongi, ¿podemos irnos?
Él mira sobre el hombro a su rostro cabizbajo, y aunque no es su culpa, el
remordimiento está en sus ojos.
—Sí, sí, nos iremos.
Se giró hacia mí —porque Yoongi y Jimin condujeron conmigo, Taehyung y Jihoon
en nuestro nuevo Escalade.
Asiento con la cabeza.
—Taehyung, trae las cosas del bebé. Conseguiré nuestros abrigos.
Luciendo como si quisiera hundir un cuchillo en la frente del suegro-de Jimin,
Taehyung está de acuerdo. Lleva a Jimin para traer a nuestro hijo y sus cosas.
Estelle retuerce sus manos y llora en silencio.
Frank jodidamente no lo deja ir.
—Cuando esto explote en tú cara, Yoongi, no vengas llorando a mí.
Yoongi responde con una mezcla de ira y dolor:
—No te preocupes, nunca malditamente lo considerare. —Mira a su madre—. Lo
siento, mamá. —Entonces sale de la habitación y yo estoy justo detrás de él.
La casa está tranquila. Jihoon se queda dormido antes de llegar a la carretera. Mi
amigo y su esposo están sosteniendo sus manos en el asiento trasero, susurrando
disculpas y consolándose.
Jimin llora.
No me gusta. Le hace parecer tan... humano.
Ofrezco mi opinión sobre la situación.
—Creo que todos coincidimos que apesta a bolas sudorosas. Pero Frank no va a
ser un idiota por siempre. Lo pillaron por sorpresa, y se preocupa por ti. — Hago
contacto visual con mi mejor amigo en el espejo—. ¿Recuerdas cuando compraste
la Ducati?
Incluso aunque Yoongi tenía veintidós en ese tiempo, la forma en que Frank estalló
cuando vio la motocicleta de su hijo, podrías haber pensado que él tenía dieciséis y
había sacado un Lamborghini para dar un paseo. La primera vez que Yoongi fue a
la oficina, Frank sobornó a los tipos de mantenimiento para que le quitaran uno de
los jodidos neumáticos.
Incluso aunque Frank lo hizo todo mal, esto surgía de su preocupación por su hijo.
Intentando protegerlo, desesperado de no querer verlo convertido en un animal
atropellado. Esta situación no es diferente.
—Lo recuerdo —admite Yoongi a regañadientes.
—Es la misma cosa. Él lo superará.
Yoongi aprieta la mandíbula.—Bueno, tal vez yo no. Insulto a mi esposo. Y esto no
es una moto, Jungkook. Este es mi hijo.
Suspiro, porque sabía que iba a decir eso.
—Lo sé. Pero apuesto a que una vez mis padres y Jae lo ablandaran con una dosis
de culpa, él podrá estar besando tu culo el lunes. Frank vera el error de su mano y
se disculpara. A ti también, Jimin. Cuidado.
Solo... que no lo hizo.
Yoongi y Frank no hablaron entre sí por dos semanas enteras.
Entonces llegó el día de adopción.
Volaron a Corea del sur a uno de esos pequeños pueblos, y volvieron con un
precioso niño. Lo raro es, en realidad se parecía a ellos, pequeños y brillantes ojos
color miel y cabello oscuro con reflejos castaños.
Estelle rompió el alejamiento. Amenazó con dejar al terco bastardo si no le decía a
Yoongi y Jimin cómo se arrepentía, cuán equivocado estaba.
Al día siguiente ellos llevaron al bebé a casa, lanzaron una pequeña fiesta familiar
para que todo el mundo pudiera conocer la nueva adición. Observe a Frank desde el
segundo en que entró en el apartamento de Yoongi.
Orgulloso. Distante. Duro.
Hasta que vio a su hijo, sosteniendo a su propio hijo.
Y todos sus orgullosos ideales de cómo las cosas deberían ser sólo se
desvanecieron.
Discovery Channel tiene un programa acerca de los gorilas. Al principio, los gorilas
machos se sienten amenazados por sus hijos. Ellos no los entienden, los ignoran o
golpean sus pechos cuando están cerca. Pero luego, después de un par de días se
acostumbran a ellos. Y Dios maldito ayude a cualquiera que intente meterse con
ellos.
Fue algo así.
Después de esa primera visita, desde el momento que Frank sostuvo al bebé,
decidió que era su nieto en todos los sentidos. Y felizmente le daría una paliza a
quien dijera lo contrario.
Ha sido desde entonces una lisa vela.
***
Ahora, volvamos a Yoongi.
Jimin viene a su rescate y se arrodilla delante de Jiwoo.
—Entiendo por qué estás molesta, Jiwoo. No tengo primas, tampoco.
Jiwoo eleva sus brazos en el aire.—¡Simplemente no lo entiendo! ¡Consiguieron
elegir a su bebé! No fue como el tío Taehyung y con mami, donde tuvimos que
tomar lo que conseguimos. ¿Por qué no pudieron haber elegido una chica?
Jimin sonríe suavemente.
—No elegimos a Rain, cariño. Él nos eligió. Y aunque no creció en mi cuerpo,
creció en mi corazón. Estaba destinado a ser nuestro hijo, realmente no había
opción.
Jiwoo respira profundo.
—Bueno, la próxima vez que decidas crecer a un bebé, ¿podrías por favor decirle a
tu corazón que necesitamos a otra chica por aquí?
Yoongi le jala en un abrazo y le aprieta firmemente.
—Voy a hacer mi mejor esfuerzo.
Personalmente, me siento aliviado de que recibieran un niño. ¿Conoces ese dicho
“Se necesita una aldea para criar a un niño”? Eso está mal. Se necesita una aldea
para criar a una niña. Elige un titular —cualquier titular. Lindsay Lohan, Britney
Spears, Miley Cyrus— no fue culpa de ellas ser trenes descarriados. Es porque no
tenían gente en sus vidas que se preocuparan lo suficiente para enseñarles. Para
prepararla para lo que es aún sobre todo un mundo de hombres.
Aunque Jiwoo va muy bien, una vez que llegue a la pubertad, todas las apuestas
están fuera. Las menos distracciones que tenga cuando vengan esos días, mejor.
Mientras Yoongi y Jimin se levantan del suelo, pregunto:
—¿Dónde está Michael, de todos modos? ¿Con Helga?
A diferencia de Taehyung y yo, Yoongi y Jimin no tenían problemas en contratar a
una niñera. Y Jimin puede estar loco, pero no es estúpido — de ninguna manera iba
a tener una sexy y joven mujer meciendo la cuna. Helga es una niñera profesional
rusa. Es suspicaz y desconfiada de cualquiera que no esté relacionado con
Michael— y a veces incluso de quienes lo están. Ella tiene un gran parecido a
Brutus de los dibujos animados de Popeye. Tiene un mostacho y un ceño
permanente, y probablemente podría patear mi culo con una mano atada a la
espalda.
Me gusta.Porque cree que el sol se pone y eleva con mi sobrino. Ella lo llama su
babushka, y es fácil ver qué mentiría, engañaría, robaría o mataría por él. Eso la
hace bien en mi libro.
Jiwoo suelta una risa.
—Tío Jungkook, el nombre de Rain no es Michael, es Rain.
Los ojos de Jimin se vuelven afilados cuando me miran.
—Tío Jungkook conoce su nombre, Jiwoo. Está siendo un idiota.
Miro a Jimin, sin ceder una pulgada.
—Rain no es un nombre. Es un evento meteorológico. Cada niño merece un nombre
normal. Él siempre será Michael para mí.
Estoy trabajando en lograr cambiar su certificado de nacimiento. Un poco de
falsificación nunca le hace daño a nadie. Dios mío, ¿qué clase de tío sería si dejo
que el niño vaya por la vida con un nombre como Rain? Como si las fichas ya no
estuvieran apiladas contra él con un hombre loco de padre.
—Eres un burro.
—No es su culpa que uno de sus padres esté loco y el otro sea víctima de abuso
conyugal.
Yoongi agrega sus patéticos dos centavos:
—Me gusta el nombre Rain.
Muy triste.
—No, no. —Señalo mi sien—. Ese es el lavado de cerebro hablando. Te tiene bajo
su malvado hechizo. Has sido coño-atrapado por el reloj de oro entre las piernas de
Jimin.
¿Si lo abofeteo lo suficiente, crees que se despierte?
Jimin no se queda callado.
—¿Lavado de cerebro? Mira quién habla. Jihoon es tu reloj de oro. Juro a veces que
eso es lo único que mantiene a Taehyung contigo.
Hace unos años ese comentario me habría molestado. Ahora ya no.
—Por favor. Todos sabemos que es mi pene lo que lo mantiene conmigo. Y eso no
va a ninguna parte en cualquier momento pronto, así que realmente no estoy
preocupado.
Antes de que Jimin pueda tomar represalias, la puerta se abre con una explosión y
el borrón de un niño de ocho años de edad, con cabellos claros viene corriendo a
través de la sala de estar. Le da a mi hermana una sonrisa torcida.
—Hola, señora R.
JaeHwa sonríe.
—Hola, Joonny. —Entonces se vuelve hacia nuestros padres—. ¿Mamá, papá, se
acuerdan de Joonny Fitzgerald de abajo? Amablemente ofreció sus servicios este
fin de semana para ayudar a mantener entretenidos a los más pequeños.
Joonny Fitzgerald. ¿Suena familiar? Piensa de nuevo, bien atrás.
Voy a darte un minuto para flexionar la vieja memoria.
***************************
¿Recuerdas el necio y equivocado niño que le dijo a Jiwoo que los penes eran
mejores que las vaginas, hace una eternidad? Sí, ese Joonny Fitzgerald.Vive un
piso abajo. Desde preescolar, Jiwoo y él han estado conectados de la cadera. Su
padre es un idiota con dinero, su mamá es una alcohólica funcional. JaeHwa lo
recibe tan a menudo como sea posible para que él pueda exponerse a una unidad
familiar normal.
Jiwoo pulla con dedo a Joonny.
—Puedes ayudar, pero tienes que hacer lo que digo. Yo estoy a cargo.
Le lanzo una sonrisa de mi hermana.
—Vaya, eso suena familiar.
Justo en ese momento, Jihoon grazna desde la esquina.
—¡Mío! ¡Es mío!
JaeHwa levanta una ceja.
—Eso también. Debe ser genético.
Entonces la nueva batalla de sexos de Jiwoo y Joonny comienzan.
—Espera un segundo, Jiwoo—dice—. Yo debería estar a cargo. Soy un chico y ellos
son chicos.
—¿Entonces?
—Entonces, yo les puedo mostrar cómo hacer cosas que tú no puedes.
Las manos de mi sobrina caen a sus caderas, imitando perfectamente la postura de
mi hermana. Hablando de genética.
—¿Cómo qué?
—Puedo enseñarles a lanzar una pelota de béisbol.
—Yo puedo.
—Puedo jugar coches con ellos.
Jiwoo se burla:
—Yo también puedo.
Joonny va a matar.
—Puedo mostrarles cómo mear de pie.
Hay una pesada pausa. Jiwoo frunce el ceño.
Joonny comienza a pensar que ha ganado. Tan joven, tan tonto. Hasta que Jiwoo
sonríe. Triunfalmente.
—Usan pañales, todavía no usan el inodoro.
Joonny baja la cabeza en sumisión. Bien podrías acostumbrarte a ello ahora, chico.
—Está bien, puedes estar a cargo.La sonrisa de Jiwoo se hace más amplia.
Entonces une sus dedos juntos, no diferente al Sr. Burns de Los Simpsons.
—Excelente.
CAPITULO 4
Diez minutos más tarde, Kim Namjoon apareció. Lleva unos pantalones
casuales y una elegante cazadora azul. Su pelo rojo corto y gelificado
dentro de una pulgada de vida. Namjoon es el último de mis amigos
solteros. El lobo solitario. Un forajido. Vive la vida que siempre pensé que
tendría. Espontánea. Irresponsable.
Ella se ríe como una animadora hablando con el jugador estrella. Ewww.
Mi padre no parece apreciar este hecho, sin embargo. ¿Ves cómo se
mueve más cerca de mi mamá? ¿Cómo frunce el ceño en la dirección de
Namjoon?
—No, señor.
Mi viejo puede estar entrado en años, pero aún sabe que está en la parte
superior de la cadena alimenticia. Lo último que Namjoon quiere es ser
masticado y escupido. Divide la conversación hacia algo más seguro.
—Entonces, Sr. Jeon, ¿no viene con nosotros este fin de semana?
—Ajá.
En ese momento el viejo desvía la atención negativa de mi madre hacia un
objetivo más evidente. Ese sería yo, por supuesto.
—Lo he dicho una y mil veces, papá, no sabía que él era el hijo del
Embajador. —Deberían tener placas o tatuajes en sus frentes o algo así.
Ruedo mis ojos y le digo a nadie en particular—: Un incidente
internacional y nunca lo olvidan.
—¿Quiero saber?
Taehyung lo aprobó.
—Gracias. Tenía que hacerlo ayer. Estoy tirando todo, este es mi fin de
semana para conocer al hombre ideal. Los hombres de Nueva York están
irremediablemente defectuosos. Creo que Nevada ofrecerá opciones más
adecuadas.
Erin sale mucho, pero por lo que sé, nunca ha estado en una relación
seria. Las Vegas no es el lugar más inteligente para encontrar a un novio
estelar, sin embargo. También puede probar suerte en AA o jugadores
anónimos.
Las reuniones de adictos al seco son siempre una apuesta segura. Seung
se aleja.
—Mi consejo, Erin, quédate soltera. La vida es menos complicada así.
—Sí, soy optimista. Tienes que besar a muchas ranas antes de encontrar
a un príncipe.
JaeHwa responde:
—Todos son ranas, Erin. Sólo trata de encontrar uno con la menor
cantidad de verrugas.
Codeo a Namjoon.
Él me muestra el dedo.
Taehyung dice:
—Jeon.
Levanto mi barbilla.
—Park.
Jihoon ríe. Para el observador casual, podría parecer que mi hijo está en
realidad encariñado con el hijo de puta. Pero lo conozco mejor. Los
animales pueden sentir cuando una persona está a unas cartas de una
baraja. Cuando están en el extremo inferior de la campana de Gauss. Los
niños también pueden hacerlo.
—Siete días más. A esta hora la semana que viene, voy a estar
poniéndome mi traje.
—¿No puedo tener una pista? ¿Es satén? ¿Encaje? —Muevo mis cejas—.
¿Látex?
Sacude la cabeza.
—Dime que no elegiste un atuendo anticuado, con cosas que te hacen ver
como un yeti.
Él ríe.
Me giro a Jimin.
—Otra vez con tu familia. ¿Qué pasa con esta gente? Eres como el rey
Midas a la inversa, todo lo que tocas se convierte en mierda.
Él argumenta:
—Sungwoon no es mi familia.
—Oh, sí, lo es. Su padre se casó con tu padre, así que lo hace tuyo. Si
tenemos que reclamar a tía abuela Clara, tienes que reclamar este payaso.
El caso es —desde que nació un siglo atrás, cuando las mujeres no
podían votar o mostrar la piel del tobillo— Clara es una gran fan de la
liberación femenina.
Nunca.
¿En el bautizo de Jihoon? Clara estaba bajando en la pista de baile con la
última canción de Rihanna. Levantó sus brazos, dio una vuelta... y golpeó
al hijo adolescente de mi mejor cliente en la cabeza con su teta izquierda.
—Está bien, todo el mundo, den un paso atrás. Jimin, llama a tu padre
para que hable con Sungwoon.
Su tacto es suave, piel sobre piel. Se siente como una doble dosis de
Valium: calmando al instante. Mi voz es considerablemente menos
acalorada cuando le digo:
—Ese día va a ser muy mágico. De ninguna manera voy a permitir que un
Él se alza en sus dedos de los pies y sus labios cepillan los míos. Una.
Dos veces.
—Mi padre dice que Sungwoon viene, pero no va a traer una cita.
Entonces sonríe.
Él le da unas a mi madre.
—Aquí tienes, Anne. Sólo porque no estás participando en la fiesta no
significa que no puedas disfrutar de un placer. —Y luego añade con un
guiño—. Vainilla y chocolate. Ñam.
Mi madre gira la confección con una sonrisa pícara y un juguetón brillo en
sus ojos. Luego lo pone en el mostrador.
Maldito Jimin.
Bien, la erección es una exageración, pero aún así, ¿ves por qué no lo
soporto? Él y su todo diabólico árbol genealógico. Mi mejor amigo no
podía casarse con una persona normal, ¿verdad? No, tenía que caer
enamorado de la novia encarnada de Chucky, version con pene y pelo
corto.
—No.
CAPITULO 5
No soy un gran fan de los viajes aéreos. Por varias razones. En primer
lugar, hay un piloto. Nunca puedes estar seguro de sí sabe lo que está
haciendo. Tal vez obtuvo su licencia en una caja de cereales. Tal vez su
padre hizo una generosa donación a su escuela de vuelo.
Ahora dime ¿cuántas personas conoces que hayan escapado ilesas de un
accidente de avión?
Exactamente.
—Lo siento, señor, tendrá que mantener el cinturón abrochado hasta que
el capitán apague la señal.
Sonrío.
—Supongo.
—Un pajarito me dijo que te diriges a las Vegas para una fiesta de
despedida de soltero, y tú eres el novio.
—Felicitaciones.
—Gracias.
—Bellagio.
Y sí, esta chica sólo se pasó de la raya. Sus palabras sonaron como una
proposición, porque lo eran. Lo cual es jodidamente irrespetuoso,
teniendo en cuenta que mi novio está al alcance del oído.
Pero no me sorprende. ¿Incluso aún se supone que los hombres son los
audaces perseguidores? Las mujeres pueden ser mucho peores. Son
descaradas.
Algunos hombres, como Namjoon, acogerían con agrado estas cosas con
los
No estoy por encima de usar esto para mi ventaja, por supuesto. ¿Ves ese
diablo en mi hombro? Sí, está dispuesto a hacerlo. Observa.
Me inclino a Taehyung.
—Así que... ¿simplemente vas a dejar que ella se salga con eso?
—Con ese pase Hail Mary que hizo. Tratando de comer de tu plato. ¿Si un
hombre se acercara a ti así delante de mí? Comería acera.
—No soy un adolescente, Jungkook. Mis días de pelear por un tipo están
acabados.
Qué no daría yo por haber visto esos días. Con gelatina encima.
—No estoy diciendo que debes tirar su cabello o arrancarle la ropa. —Me
reí—. Aunque eso sería increíble. Creo que deberías darle una lección.
Mostrarle que yo te pertenezco.
Taehyung cierra la revista, sacudiendo su cabeza ligeramente. Sus ojos
están brillantes con diversión.
Atrapado.
Me quejo:
—¿Y qué?
—Nos escucharan.
Miento:
—No, no lo harán.
—Podrían.
—Te taparé la boca, no oirán nada.
—Jungkook...
Susurro en su oído:
—Sólo dame un beso. Eso es todo lo que quiero, bebé. Sólo un beso.
Estas son las famosas últimas palabras habladas por los adolescentes
hombres en todas partes, en el asiento trasero del auto de sus padres. ¿Si
hay algún joven ahí? Estás advertida y advertido, nunca es solo un beso.
No lo llaman robar bases por nada. Antes de que lo sepas, él estará
rodeando segunda, cayendo en tercera, y un home run a sólo unos
centímetros.
Tan agradable.
hacerlas.
ojos.
Maldita sea.
—No lo creo.
Tomo una respiración profunda. Entonces cierro mis ojos e inclino mi
cabeza hacia atrás. Esperaré a que Jimin salga. Tendrá que salir en algún
momento. O puedo usar la almohada gratuita y manchada de semen para
asfixiarlo.
Los regalos son importantes para las personas. Pero he llegado a notar
que — al menos para algunos— no es el regalo real lo que importa. O
incluso cuánto dinero gastaste en él. Se trata del esfuerzo. El simbolismo.
Cuánto empeño pones en conseguirlo.
Por ejemplo, ¿si yo fuera a cazar una servilleta del bar donde Taehyung y
yo nos
De todos modos, con leve curiosidad abro mis ojos y pregunto a Jimin:
—Sólo el mayor regalo que un chico le puede dar al hombre que ama.
—¿Anal?
Taehyung aclara:
—Gracias, Jungkook.
—De nada. Ahora que hemos arreglado eso, por favor y digo esto de la
mejor manera posible: ¿Vete a la mierda?
Ya no sonríe.
—Jungkook, tal vez deberías irte con los chicos por el resto del vuelo.
Jimin responde:
—You suck**.
—Sí, Jungkook voy a frotar tu estómago, y cualquier otra parte del cuerpo
que quieras... cuando lleguemos al hotel.
Así es. Creo que las cosas se pondrán realmente locas —muy rápido— de
aquí en adelante. ¿Porque nuestra siguiente parada? Es las Vegas, nena.
Y hay una razón por la que se llama la ciudad del pecado.
CAPITULO 6
Cuando se trata de habitaciones ostentosas, podrías pensar que el penthouse es lo
mejor de lo mejor. En la mayoría de los casos, estaríamos en lo cierto.
Pero el Bellagio tiene el top. La villa. Es el tipo de lugar donde sólo la realeza, jefes
de Estado y actores altamente sobrevalorados llegan a quedarse. Cinco dormitorios,
comedor formal, oficina, biblioteca, y una enorme cocina —todo adornado en
elegante madera y mármol— cubierto con los mejores electrodomésticos,
accesorios y telas italianas. Incluso viene con un personal de limpieza de servicio
completo y un mayordomo.
El dinero no puede comprar la felicidad, pero hace que sea un infierno mucho más
fácil para quedarse feliz.
Ya que somos los invitados de honor, Taehyung y yo estamos en la suite principal.
Nuestro cuarto de baño contiguo tiene una ducha de vapor y un jacuzzi enorme que
definitivamente planeo poner a buen uso más tarde. Seung y Jaehwa, Jimin y
Yoongi, cada pareja consigue una habitación completa con chimenea y una cama
extra grande. Erin reclama una habitación un poco más pequeña con una reina,
mientras que Namjoon y Bogum se quedan juntos en el último cuarto.
Es una buena cosa que su habitación tenga dos camas dobles, porque si hay una
cosa que Namjoon nunca va a hacer, es compartir la cama con idiota Park.
¿Dormir desnudo sobre grava afilada? Totalmente aceptable, cuando se enfrenta
con el riesgo de despertar con un rifle cargado en la espalda.
Después de que el mayordomo —al que nosotros llamamos Sr. Belvedere— da una
vuelta y las mucamas toman nuestro equipaje para desempacar, nos relajamos en
la sala de estar, hablando de la agenda del día.
Sentado en el sofá de dos plazas color marrón oscuro, con Jimin en su regazo,
Yoongi va primero:
—Hay un torneo de voleibol de agua abajo en la piscina en veinte minutos. Pensé
que podríamos empezar por ahí. Y están teniendo un asado de cerdo. Ya sabes
cómo me encanta un buen cerdo.
Todos los chicos asienten con su consentimiento.
Jimin comienza así:
—Nuestra fiesta empieza a las cinco...
Su fiesta… Al igual que la legendaria olla de oro al final del arco iris, o la pelea de
almohadas en topless en una fiesta de pijamas. Según la leyenda, hay una amplia
gama de juguetes para la venta, consoladores, vibradores, juego de cuerdas, y
lencería. Y hay lecciones — son instruidos en todo tipo de habilidades adquiridas,
como garganta profunda, masturbación, striptease.
—... pero antes de eso, tenemos citas en el spa, para conseguir embellecernos por
esta noche.
Paso la mano por el cabello oscuro de Taehyung ya que él está sentado a mi lado
en el sofá.
—Eso es una pérdida de tiempo —le digo—. No se puede mejorar la perfección.
Tae se sonroja un poco. Todavía tan jodidamente adorable.
Jimin comenta:
—Eso dices ahora, pero espera hasta que nos veas después. Vamos alisarnos,
depilarnos con cera, perfilarnos las cejas y a recibir unos masajes. Lo juro,
Taehyung, ¿después de que Ricardo trabaje sobre ti? Nunca serás el mismo. Es
como ser tocado por un orgasmo.
Mi curiosidad saca lo mejor de mí.
—¿Quién es Ricardo?
—El terapeuta de masaje de Taehyung.
Eh.
—Ricardo es un nombre raro para una mujer.
Jimin rueda los ojos.
—Bueno, sí, lo sería, pero Ricardo es todo hombre. Tiene el cuerpo de un dios
griego, como Arnold Schwarzenegger en sus días de esteroides. Y él sabe cómo
usarlo, especialmente sus manos.
Algunos chicos estarían bien con esta situación. Los hombres relajados como
Yoongi o comprensivos como Seung. Ellos besan a su pareja en la mejilla y dicen
“Que te diviertas, cariño”. Pero a pesar de mi crecimiento emocional de estos
últimos años, así no es como yo funciono.
Y eso es lo que digo:
—Sí, esa mierda no va a suceder.
Taehyung pone su mano en mi pierna.
—Jungkook, es sólo un masaje.
—Estoy al tanto de eso. Dos palabras: final feliz. Otras dos palabras: no hay
manera.
Jaehwa trata de ser útil.
—Relájate, hermanito. No hay razón para estar celoso.
Abro mis brazos ampliamente.
—¿Quién está celoso? No estoy celoso porque esta mierda no va a pasar. — Me
dirijo a Taehyung y explico con calma—: ¿De verdad crees que voy a ser capaz de
sentarme aquí sabiendo que estás ahí, con tus bienes sólo cubiertos por una fina
toalla de algodón mientras Ricardo-Jodido-Montalbán tiene sus manos sobre ti?
¿Haciéndote gemir? ¡Que se joda eso! Todos tus gemidos me pertenecen; están
pagados en su totalidad con la roca en tu dedo.
Jimin extiende la mano hacia Yoongi.
—Yo sabía que él no sería capaz de manejarlo. Págame.
Él saca su billetera y le pone un billete de veinte en su palma. Sacudo la cabeza con
decepción hacia él.
—¿Pensaste que estaría de acuerdo con esto?
Se encoge de hombros.
Mis ojos se estrechan.
—Ni siquiera te reconozco.
—Ricardo es un hombre impresionante, sus manos son mágicas. Sin duda estaría
en una unión civil con él.
Desde el sillón reclinable, Seung se une a la discusión.
—¿Dejaste que un tipo te diera un masaje? ¿Y aún conservas las bolas? No creí
que Jimin te diera tanta… libertad.
—Chúpamela.
Seung ríe.
Jimin rueda los ojos.
Bogum y Namjoon se ríen a carcajadas, y Seung choca las cinco. Yoongi le da el
dedo. Lo cual no ayuda mucho a su caso.
Taehyung nos lleva de nuevo al tema.
—¿Este es realmente un problema para ti?
Asiento con la cabeza.
—Absolutamente. Va a estar contaminando mi memoria de todo el fin de semana.
Él suspira. Y se vuelve hacia Jimin.
—Cambia mi cita.
Jimin parece horrorizado.
—¿No hablas en serio? —Eleva sus manos en el aire—. Y así comienza. Aún no
estás casado y él ya está controlando y dictando lo que puedes y no puedes hacer.
Salto en defensa de Taehyung.
— Está respetando mis malditos sentimientos. Así es como funciona una relación
madura y sana. Deberías probarlo alguna vez.
—¡Soy extremadamente considerado de los sentimientos de Yoongi!
Taehyung salta.
—Jimin estamos aquí para divertirnos, no para torturar a mi novio.
Jimin hace pucheros.
—Pero torturarlo es mi idea de diversión. Aguafiestas. —Aun así, agarra el teléfono
y llama al spa.
Taehyung se acurruca en mi costado, apoyando la cabeza en mi hombro. Lo jalo
más cerca y beso la parte superior de su cabeza.
—Gracias.
—De nada.
Sonrío.
—Cuando regreses de tu acicalamiento, quiero un poco de ese tiempo Taehyung
que me debes.
Tae levanta la cabeza y susurra:
—Esto, por casualidad, ¿implica terminar lo que empezamos en el avión?
Asiento con la cabeza lentamente.
—Lo hace y te garantizo que será una final espectacular.
—Siempre lo es. —Se inclina hacia adelante, besándome juguetonamente, su
lengua pasea y se burla.
Cuando se aleja, lamo mi labio inferior, probando su sabor.
—Apuesta tu culo que lo es.
Park interrumpe nuestro caliente momento.
—Entonces, antes de que nos separemos, ¿alguien quiere… colocarse?
Yo no soy un gran fan de las drogas, incluso del tipo recreativo. Con el alcohol,
puedo mantener un ritmo, tomar una copa o dos, y luego reducir la velocidad y
disfrutar del bullicio. O puedes acelerar a fondo y cinco chupitos rápidos. En
cualquier caso, hay control sobre cómo de jodido quieres estar.
Pero las drogas son como un tren sin conductor. Una vez estás subido, te vas de
paseo, sin disminuir la velocidad, sin bajar si cambias de opinión. Jimin no comparte
mis sentimientos. Sin sorpresa.
Él se sienta al lado de su primo en el brazo del sofá.
—Gracias a Dios, pensé que nunca lo preguntarías.
Park busca en su bolsillo y saca una bolsa de plástico transparente que contiene
unos pocos porros sueltos, un poco de marihuana, y una pequeña pipa de color
brillante.
Erin le pregunta:
—¿De dónde sacaste eso?
—Lo traje de Nueva York. —Él arruga la frente y luego aclara—: Bueno,
técnicamente, me lo traje desde California hasta Nueva York, y luego hasta aquí. Es
mierda buena, alto nivel y de tipo medicado. El conserje en mi estudio de música
tiene glaucoma.
—Pero, ¿cómo conseguiste pasarlo por la seguridad del aeropuerto? — pregunta mi
hermana.
Park explica con orgullo:
—Lo guarde en mis bóxers. De esa manera, si pasaba por una de esas cosas de
escáner, sólo parecería que las rastas de abajo necesitaban un ajuste.
Levanto mis cejas.
—Ahora ese es un plan B. Si fallas en tu carrera musical, siempre puedes llegar a
ser una mula de drogas. —Los traficantes de drogas tienen una muy alta tasa y una
muerte violenta. Impresionante.
Park le pasa a Jimin un porro y él lo prende. Yoongi se acerca a ellos.
—Podría ir por un golpe de hierba.
Erin está indecisa.
—Yo nunca he fumado marihuana antes.
Park intenta ser tranquilizador.
—Entonces has venido al lugar correcto. Somos todos amigos en el show de la
droga.
Ella todavía se ve nerviosa, así que le digo:
—Sólo di no, Erin. Sólo los perdedores se drogan. —Señalo con mi pulgar a Park—.
¿De verdad quieres terminar como el Anexo A de allí?
Jimin sostiene las manos arriba como garras.
—¡La presión de grupo! Vamos, Erin tienes que probarlo al menos una vez. Vive un
poco, chica.
—Y ese sería el Anexo B.
Erin toca un gran aliento y me mira con ojos grandes en búsqueda de aprobación.
—Creo que voy a probarlo. Quiero decir... a veces sólo tienes que decir: “¿Qué
carajos?” ¿No es así, Jungkook?
No puedes discutir con una frase de Risky Business. Me encojo de hombros en
señal de rendición, y Erin se suma al resto porreros.
A Namjoon no le interesa.
—No, gracias, hombre. Soy todo acerca de mantener las toxinas fuera de mi
sistema en estos días.
Jaehwa declina con un gesto de la mano. Seung, sin embargo, dice:
—Claro, ¿por qué no? Voy a revivir mi juventud desperdiciada.
Jaehwa espeta:
—¿Qué quiere decir revivir? Eres un hombre, estás aun viviendo tu juventud
perdida.
Mi hermano-en-ley le tiende la mano a Park.
—Haz el mío doble.
Park le pasa a Seung un cuenco lleno y un encendedor, mientras que Yoongi le
ofrece a Taehyung un canuto. Él niega con la cabeza.
—Tal vez más tarde.
Yo camino por la habitación, abro una ventana, y enciendo el ventilador del techo.
Park pregunta:
—¿Y tú, Jeon? ¿Vas abajo?
Resoplo:
—Como si yo alguna vez pusiera algo en mi boca que me enganchara en un paseo
junto a tus bolas sudorosas. Prefiero besar el culo de un elefante de la selva.
Park toma una larga calada, y sopla el humo que escapa de sus labios mientras él
se burla de mí.
—Estupa.
—Sí, ese soy yo. En mis días libres salgo con Joonny Depp de 21 Jump Street.
Ya sintiendo los efectos de la marihuana, Yoongi se ríe. Y anuncia a toda la
habitación:
—Nah, Kook es genial. Pero él y Maria Juana no se llevan bien. Lo intento una vez
en la universidad. Pero no funcionó.
Taehyung se inclina hacia adelante.
—Nunca he oído esa historia.
—No fue exactamente uno de mis mejores momentos
Yoongi se ríe más fuerte.
—Tomo cuatro golpes, luego comenzó a correr alrededor de la casa, cerró todas las
puertas y ventanas. Pensó que su viejo iba a aparecer, o el equipo SWAT iba a caer
del cielo. Luego tuvo un ataque de pánico.
—Yo no tuve un maldito ataque de pánico.
Los ojos de Yoongi se encuentran con los míos.
—Amigo, pensé que iba a tener que arrastrar tu culo a la sala de emergencias.
Parecías que ibas directo a un puto paro cardiaco.
Todo el mundo tiene una buena risa a mi costa, incluso Taehyung.
Park asiente con la cabeza alegremente.
—Jeon no puede manejar la hierba. Es bueno saberlo. Ahora, si quiero meterme
contigo, sé exactamente cómo hacerlo.
Los amigos se suponen que se ayudan entre sí. Es uno de los beneficios de
conocer todo sobre una persona, todos sus logros, sus actos embarazosos y sucios
secretos.
Pero eso es un martillo que se balancea en ambos sentidos.
—Sigue caminando por el carril de la memoria, Yoongi. Hay algunos baches que yo
podría sacar para ti también.
Él extiende sus brazos ampliamente.
—Soy un libro abierto.
Sonrío diabólicamente.
—¿Estás seguro de eso?
—Dispara, tonto.
Me vuelvo hacia su esposo.
—Oye, Jimin, ¿Yoongi te dijo alguna vez sobre la vez que estaba tan borracho, que
se orinó en la boca de Kelly Macallister mientras ella le estaba dando una mamada?
Yoongi se espabila inmediatamente, mientras que Seung se dobla de risa.
—Ewwwwwwwwwww —chilla Erin—. Eso es tan repugnante.
—Así es como él consiguió su apodo en nuestra fraternidad “Ducha Dorada Min”.
Jaehwa parece enferma y divertida a la vez.
Namjoon resopla:
—Asqueroso.
Taehyung hace una mueca y se tapa los oídos. Jimin se ríe al principio, luego se
gira a su marido y confiesa:
—Estoy arruinado. Nunca seré capaz de chupártela de nuevo sin pensar en esa
historia.
Yoongi me fulmina con buen humor.
— Eres un imbécil hombre.
Yo sólo sonrío.
—Para eso es que son los amigos, amigo.
***
Diez minutos más tarde, Erin se encuentra pies arriba en el sillón con los párpados
pesados. Levanta un brazo lentamente, luego el otro.
—Esto es muy bueno. Estoy muy relajada.
La cara de Seung está floja mientras hace un gesto hacia el piano de cola brillante
en la esquina.
—Oye, Bogum, ¿por qué no tocas algo?
Sí, idiota también puede tocar el piano. Solo mantén en mente, él puede ser una
herramienta multifacética, pero sigue siendo una puta herramienta. Jimin se levanta.
—Buena idea. Nada va mejor como una melodía suave. Que sea suave, primo.
Mierda-para-cerebros se levanta, se instala a sí mismo en el banco del piano, hace
crujir sus nudillos, y comienza a tocar. Tras unos compases de instrumental, él
comienza a cantar “Someone Like You” de Adele. Imagine que elegiría una canción
de chicas.
Mientras él canta la última línea antes del coro, esa donde las cosas no están
terminadas entre él y su antiguo amor, mi buen humor se deteriora como la leche
que se queda fuera de la nevera demasiado tiempo. Es por esto que siempre tengo
y siempre tendré que odiar las tripas de Park, porque a pesar de la historia de
Yoongi sobre mi experiencia con la marihuana, yo no soy un tipo paranoico. Soy
atento. Inteligente. Malditamente inteligente para saber por qué —de entre todas las
jodidas canciones que él podría haber tocado— escogió ésta.
Y más importante, sé a quién se la está tocando.
No hay accidentes. El lenguaje corporal y actos fallidos tienen significado.
Son la forma en que nuestro subconsciente muestran cómo nos sentimos
realmente. Lo que realmente queremos. Y en algún lugar, en el fondo del
insignificante cerebro de Park e inadecuado corazón, creo que él todavía quiere a
Taehyung.
Observa el rostro de Tae ahora. Es la misma mirada que siempre le sale cuando lo
ve cantar. La cabeza ligeramente inclinada, una pequeña sonrisa se sienta en sus
labios, y sus ojos nadan con una mezcla de orgullo y asombro.
Admiración. Y, posiblemente, recordado afecto. A pesar de que sé que él no tiene
esos sentimientos por Bogum nunca más, aunque sé que él me eligió —que me
ama más a mí— eso me molesta. Mucho.
Porque a la única persona que he mirado así en toda mi vida es a él.
Mientras Park toca la nota final, me trago mi resentimiento. Yoongi, Seung, Erin,
Jimin y Taehyung aplauden. Jaehwa realmente se limpia una lágrima de los ojos.
Namjoon dice:
—Maldita sea, eres bueno. Esa mierda de música debe hacerte bueno con los
ligues. Esta noche, Bogum, eres mi compañero de ala.
Park asiente tímidamente.
—Claro, hombre.
Entonces me pongo de pie.
—Ahora que he conseguido mi dosis de estrógenos durante el día, ¿qué tal si nos
dirigimos a la piscina y comprobamos la barbacoa? Yo no sé ustedes, pero estoy
más que listo para la primera de muchas rondas.
Todo el mundo está de acuerdo.
Yo mantengo a Taehyung cerca de mí mientras todos nos dirigimos a nuestras
respectivas habitaciones para un cambio de ropa rápido. Y para prepararnos para ir
por caminos separados.
CAPITULO 7
La barbacoa en la piscina sólo para adultos está en pleno apogeo. Hay música, sol,
bikinis tan lejos como el ojo puede ver, y algunos que me gustaría no tener que ver.
Recuerden, mujeres, los trajes de baño de dos piezas son un privilegio, no un
derecho.
Alquilamos una cabaña cerrada cerca de la barra y nos acomodamos en la mesa
circular, cubierta con un paraguas delante de él. Nuestra ronda de cervezas llega y
pasamos el rato esperando nuestro turno en el torneo de voleibol. Para los hombres,
los deportes en equipo tienen el poder de inspirar una mentalidad guerrera,
nosotros-contra-ellos. Es como pasar la noche en una trinchera —una instantánea
experiencia vinculante. Incluso si no se gustan —infiernos, incluso si no se pueden
soportar unos a otros— cierras las filas, aceleras el ritmo donde debes. Porque
estás en el mismo pelotón y quien no esté contigo está en tu contra.
Ellos son el enemigo.
¿Por qué te estoy diciendo esto? Lo comprenderás pronto.
Por ahora, tomo un sorbo de mi cerveza y me centro en la cara hosca de mi cuñado.
Decido ir directo al grano:
—¿Qué está pasando contigo y con mi hermana?
Él no está sorprendido por la pregunta. Pero está reacio.
—No quiero hablar de eso.
—¿No quieres hablar de ello? ¿Qué? ¿Te creció una vagina en la caminata aquí?
¿Supongo que ahora lo siguiente que me vas a decir es que estás bien? No seas
una perra, Seung, habla. ¿Qué pasa?
Frota con la mano su cara y observa la piscina por un minuto. Deliberando.
Luego se vuelve hacia nosotros y se inclina hacia adelante, los codos sobre la
mesa.
—Muy bien. Comenzó hace unas dos semanas. Durante un par de días, Jaehwa
había estado de mal humor. Pero yo no estaba preocupado, se pone así a
veces. Y entonces encontré algo en la papelera del baño. . . una prueba de
embarazo.
Comprensivos gemidos rodaron sobre la mesa como la onda en un partido de fútbol.
—Nunca te va a dejar salir de casa otra vez.
—Tienes que darle espacio a los niños, Seung. Si los tienes muy cerca uno del otro,
uno está atado a caer en el olvido.
—Ahora van a ser tres contra dos, estás jodido.
Seung sostiene su mano.
—Fue negativo. Jaehwa no está embarazada. —Toma un trago de su cerveza—.
Pero cuando le pregunté sobre esto, se puso balística. Gritándome sobre cómo no
la entiendo, cómo no me debería preocupar por los niños porque puedo tenerlos
hasta que llegue a los setenta. Y cómo los hombres en general apestan.
Desde entonces, ha estado insoportable. Es como si estuviera buscando cualquier
excusa para estar enojada conmigo.
Yoongi informa:
—Tal vez necesita un descanso. Ya sabes, ¿una noche para sentirse como una
mujer y menos como una mamá?
Seung sacude su cabeza.
—Ya pensé en eso. Arregle una salida a los Hamptons, tenía a mi papá listo para
llevar a los niños y todo. Me rechazó, no deseando nada de eso. Entonces me
regaño por hacer planes sin consultarle.
Namjoon resopla:
—No puedo decir que estoy sorprendido. Sin ofender, amigo, pero Jaehwa siempre
ha sido una persona fría.
No tomo excepción a su comentario porque veo por qué él creería algo así.
La voz de Seung adquiere un tono suave, triste. Nostálgico.
—Pero no lo es, para nada. Es sólo una fachada que pone. La Jaehwa real es
cálida... y divertida... e iría a los extremos de la tierra por la gente que ama.
Hasta hace dos semanas, eso me incluía. Pero últimamente. . . no. Y no sé por qué.
Me pellizco el puente de la nariz y suspiro.
—Tienes que arreglar esto, Seung. No puedes hacerme esto, no ahora.
No se lo toma bien.
—¿Qué diablos tiene esto que ver contigo, Jungkook?
Lo señalo con mi dedo acusadoramente.
—Tú y Jaehwa son mi patrón de oro. Son la única razón por la que no me estoy
cagando en los pantalones sobre la idea de casarme con Taehyung la semana que
viene. Porque son mi prueba de que el matrimonio puede funcionar.
La frente de Seung se arruga.
—Tus padres han estado casados durante cuarenta años.
Sacudo mi mano.
—Ellos no cuentan. Son viejos, nadie más los tendría.
Yoongi pregunta:
—¿Y Jimin y yo?
—Te doy otro año, topo.
Yoongi sólo se encoge de hombros. Porque le importa un bledo lo que piensen los
demás, incluso yo.
Ahora, Jaehwa puede ser mi hermana, pero Seung es más que mi cuñado.
Es un amigo, uno de los mejores. Lo que pone las lealtades en una situación
peliaguda. ¿Así que si tengo que tomar partido? Me voy con Mackenzie y Minjoon.
—De ninguna maldita manera voy a dejar que mi sobrina y sobrino crezcan en un
hogar roto. Tienes que hablar con ella, Seung. Solucionarlo.
Él empuja su silla atrás, frustrado.
—¡Lo he intentado! ¿No crees que lo haya intentado? Durante las últimas dos
semanas he besado su culo. . . .
Cierro mis ojos y levanto la mano.
—Por favor, ahórrame las imágenes mentales.
—He intentado todo lo que puedo pensar... pero no voy a intentarlo. Si ella quiere
resolverlo, cuando quiera hablar, va a tener que venir a mí. Voy a poner mi pie
abajo. Tengo un poco de orgullo, ya sabes.
Parece como si tendré que tomar las cosas en mis propias manos.
—Voy a tener una reunión con mi hermana cuando regresemos, averiguar cuál es
su jodido problema.
Seung es vehemente.
—No, Jungkook. Esto es entre mi esposa y yo. No te metas.
Me retracto.
—Muy bien. Relájate, no tengas un ataque al corazón.
Pero aún pienso en hablar con Jaehwa. Si quieres algo bien hecho, debes hacerlo
tú mismo.
Estamos en silencio durante un minuto.
Seung dice:
—Mira, no quiero que esto nos baje el ánimo a todos. Sólo guárdalo. Por esta
noche, tengamos un buen rato. Como en los viejos tiempos. Lo único que quiero
pensar es en emborracharme y divertirme. BTC todo el camino.
Yoongi se ríe. Porque, como yo, no ha escuchado esas letras en años. Y traen
recuerdos muy impresionantes.
Choca el puño con Seung.
—Malditamente correcto, BTC.
Park pregunta:
—¿Qué es BTC?
Sonrío.
—Fue nuestro monograma en su día.
—¿Qué quiere decir?
Muevo mis cejas.
—Buen tiempo chicos.
***
Más tarde, entrando en la cuarta ronda del torneo de voleibol de agua, estamos en
primer lugar. Pateando traseros. Con sólo tres partidos más hasta el campeonato.
Es divertido. Físico. Podemos ejercer nosotros mismos pero tenemos suficiente
tiempo entre juegos para relajarnos, socializar y bajar un par de tragos.
Seung actualmente está en la pista de baile improvisado “Blurred Lines”.
¿Lo ves ahí? ¿Apuntando sus dedos estilo John Travolta y empujando sus caderas
al tiempo con el ritmo? No es suave o genial, pero de alguna manera Seung aún
sale como el maldito hombre. Las chicas aplaudiendo, sacudiendo la cadera y
riéndose, lo rodean lo aman.
En el extremo opuesto de la piscina se está celebrando un divorcio, al cual Namjoon
se sumó, y acabó recibiendo un poco de acción en el jacuzzi de la divorciada
misma.
Ahora volvió a la mesa conmigo y Yoongi. Nosotros hemos estado jugando suave. A
pesar de algunas ofertas, hemos hecho claro que nuestros intereses se encuentran
en salir, no ligar. Sorprendentemente, Park ha resultado ser el peso pesado en el
Departamento de coños.
Bueno... algo. Después de nuestra segunda victoria, desapareció con una chica en
la cabaña. Salieron media hora más tarde, recolocando sus trajes de baño. Quince
minutos, volvió de nuevo, con chica número dos.
No estoy impresionado porque... ¿cómo decirlo sin hacer que quieran cortarme las
bolas con un par de tijeras de jardín? ... chica número uno fue... de rotunda
persuasión. Una chica alegre. La clase que tiene que transmitir una personalidad
divertida porque está careciendo severamente en el Departamento de forma. No me
malinterpretes, las chicas gordas también tienen su lugar en la sociedad. Las chicas
con culo gordo, hacen el mundo redondo y todo eso.
Y cada uno tiene un tipo. La vaca de un hombre es la belleza de otro. Siempre he
preferido a mis amantes en el lado pequeño —son fáciles de girar y maniobrar en la
posición adecuada. Pero no creo que Park tenga una pasión por las carnes. Es
decir, él mantuvo a Taehyung durante una década, y él nunca pasó por una fase de
gordito— he visto las fotos.
Además, la chica número dos de Park estaba totalmente en el otro extremo del
espectro. Super-delgada, con unas tetas planas como una tabla de surf y un gancho
de nariz que sugería una relación fuerte con el águila calva. Imbécil emerge de la
cabaña con una sonrisa satisfecha. Se sienta en la mesa y toma un largo trago de
su cerveza. Yoongi, Namjoon y yo lo observamos. Él nos mira de regreso de ida y
vuelta.
—¿Qué?
Muevo la barbilla hacia la chica número dos mientras ella camina hacia su mesa de
amigas igualmente poco atractivas. Ellas tienden a permanecer juntas.
—¿Qué pasa contigo y las hermanas miedo?
—¿Qué quieres decir?
—Es decir, tu primer ligue hizo que Snooki luciera como Miss America. Y esa última
chica probablemente es la pariente más próxima a la malvada bruja del oeste.
Defensivamente él resopla.
—Ella no estaba tan mal.
Yoongi y Namjoon tosen.
—Cara de arrepentimiento… cara de arrepentimiento.
Park pregunta:
—¿Qué es una cara de arrepentimiento?
Ruedo mis ojos ante su ignorancia.
—Significa que todo está caliente-excepto. Su. Cara. ¿Lo entiendes? Y creo que es
bastante generoso, considerando que no hay nada atractivo acerca de una mujer
con las caderas de un niño de diez años. Porque es el jodido punto de estar con una
mujer.
Namjoon sugiere:
—Tal vez es un fetiche. ¿Te gusta hacer el feo con los feos, Bogum?
—No tengo nada por las personas feas.
Me permito disentir. Aun así, le doy la oportunidad de explicarse.
—Entonces, ¿por qué son las únicas a las que le estás cayendo?
Park se retuerce incómodamente.
—Son sólo... más fáciles. Me gusta algo seguro.
Yoongi dice:
—Acabaste la boletería del Estadio de los jodidos Gigantes hace seis meses. Para ti
todas deben ser cosa segura.
Park evita el contacto con los ojos y jala la etiqueta de su cerveza.
—No lo sé. Es como... Estuve mucho tiempo con Taehyung...
Como si yo pudiera malditamente olvidarlo.
—... y nunca tuve la oportunidad de practicar mis habilidades, ¿saben? ¿Y las
chicas y chicos en los Ángeles? Son perras, hombre. Están calientes y lo saben.
Entonces, es menos intimidante si me quedo con las puntuaciones fáciles. Hay una
historia en la Biblia acerca de un tipo que era un verdadero cabrón.
Un día estaba caminando por la vereda, y Dios lo noqueó en el culo. Esta luz
cegadora vino desde el cielo, y una voz gritó desde el cielo, diciéndole lo que tenía
que hacer. Cómo arreglar su vida.
Así es este momento para mí. Una epifanía. Una revelación divina.
Si puedo encontrarle a Park una chica, o bueno… a alguien, si le enseño los
secretos de cómo ganar finos pedazos de culo... tal vez va a estar tan distraído, que
finalmente dejará de husmear sobre Taehyung. Y tal vez —solo tal vez— podré
deshacerme de él. Para siempre.
He visto el camino hacia la tierra prometida, chicos y chicas. Y está alineado con
coños.
Energizado por la perspectiva de una existencia sin Park, propongo:
—Puedo ayudarte con eso, sabes.
—¿Con conseguir ligues?
Cabeceo.
—Conseguir a mejores chicas... chicos… La clase que sólo has visto en revistas y
sueños húmedos. Puedo enseñarte a hacerlo. Una vez que degustes lo gourmet,
nunca podrás masticar comida basura otra vez.
Namjoon le dice a Park:
—Salta sobre esto, hombre. Podrías aprender del mejor. Jeon es el maestro, antes
de que esté casado, deberían broncear su polla, como los guayos de DiMaggio.
La alabanza de Namjoon es halagadora. Y un poco inquietante.
Aun así, Park sospecha.
—¿Por qué querrías ayudarme?
Me encojo de hombros.
—Soy un tonto por una causa perdida, St. Jude siempre fue mi santo favorito.
Además, eres amigo de Taehyung. Si te ayudo, consigo puntos con él. Y eso
siempre es una buena cosa.
Él parece satisfecho con mi respuesta, así que empiezo por lo básico.
—¿Cuál es tu juego?
—¿Mi qué?
—Tu plan de juego. ¿Cómo te acercas a estas personas de LA? ¿Qué dices?
Se rasca la cabeza, como el mono idiota que es.
—Bueno, a veces me apresuro, pareciendo sorprendido, y le digo “¿Estás bien?
¿Te lastimaste? Esa caída del cielo fue lejos”.
Los chicos y yo empezamos a reír inmediatamente. Pero Park no. Luego nos
detenemos.
Pregunto:
—Lo siento, ¿hablas en serio?
Mira lejos, pareciendo un poco molesto.
—Olvídalo.
Le imploro:
—No, ya no nos reiremos más. Quiero ayudar. ¿Qué más?
Él se debate respondiendo por un segundo.
—A veces cuento un chiste.
Yoongi parece perplejo.
—Un chiste.
—Sí, sabes “Un tipo entra en un bar...” mierda como esa.
Asiento lentamente.
—Cierto. Puedo ver por qué piensas que funcionaría... porque toda persona quiere
follar con Bozo el payaso.
Empezamos a reír otra vez.
Park gruñe:
—¡Váyanse a la mierda! Me voy de aquí. —Comienza a levantarse.
—Espera, no te vayas. Venga, hombre, nosotros estamos molestándote las pelotas.
A regañadientes Park se sienta de nuevo.
Empiezo mi tutorial.
—Primer error, te estás esforzando demasiado. Las mujeres y hombres pueden oler
la desesperación como un perro huele el miedo. Y para ellos, eso huele a mierda.
Tienes que estar tranquilo. Confiado. Como cuando éramos niños, el tío de Yoongi
solía llevarnos a acampar. En el campamento había un lago con todos estos
pescados nadando, todos los niños trataban de alcanzarlos. Había un pequeño y
molesto idiota que quería atrapar más peces, asi que trajo una red. Él la lanzaba al
agua una y otra vez, pero nunca pescaba un pez. Sólo los asustaba. Yo, por el
contrario, llevaba una bolsa de pan rallado. Soltaba unas pocas migajas a la vez,
una pequeña muestra. Entonces me sentaba y esperaba. Después de un minuto o
dos, todos los peces venían a mí. ¿Ves lo que te estoy diciendo?
Chico-mono asiente con la cabeza.
—Sí... —Luego se detiene—. No, en realidad. No realmente.
Esto va a ser más difícil de lo que pensaba. ¿Y lo que realmente me asusta?
¿Si Taehyung y yo morimos juntos en una ardiente colisión? Este idiota es el tercero
en la línea para criar a mi hijo.
Olvida el calentamiento global, este pensamiento es lo que me mantiene despierto
por la noche.
—Estás pensando demasiado. —Tomo un trago de cerveza—. Olvídate de las
líneas. Olvídate de las malditas bromas. Las personas no son tan complicadas. Sólo
tienes que averiguar lo que quieren oír. Entonces, díselo. Haz eso, e incluso las
piernas de los más hermosos se abrirán como el mar rojo.
Digiere mis palabras por un momento.
—¿Entonces debería decirles que voy a escuchar su cinta demo? ¿Tal vez
conseguirle un contrato de grabación?
Niego con la cabeza.
—No. Regla número uno: no hagas promesas que no puedas o no tengas la
intención de mantener. Juega directo, todo lo demás es sólo un movimiento basura.
Y es la forma más fácil de convertir a una persona casi normal en un acosadora.
Después de que el trato está sellado, si estás atrapado y necesitas una estrategia
de salida, pides su número de teléfono, pero no le digas que vas a llamar. Lo
asumirá, pero ese no es tu problema. —Tomo otro trago de cerveza—. Se trata del
momento, que se joda el mañana. Descifras lo que quiere, justo ahí y entonces.
Algunos quieren un capullo, se excitan en ser tratados como basura.
No pienses en decirme que me equivoco. ¿De dónde crees que la completa cosa de
“Los chicos buenos terminan de últimos” vino? Porque en el fondo, algunas
personas viven para el drama.
—Algunas sólo quieren un hombro para llorar, o un buen momento. Escucha lo que
dicen, observa cómo lo dicen, y demuéstrales que, al menos por la noche, eres
exactamente lo que están buscando.
Yoongi dice:
—Parece que está confundido, Jungkook. ¿Tal vez una pequeña demostración está
en orden?
—Buena idea.
Escaneo el área de la piscina y una camarera corretea por el concreto. Tiene pelo
oscuro y rizado, piel pálida con un toque de pecas. Llena su uniforme bien, una
blusa blanca atada con un nudo en la cintura, alta y unos apretados, pantalones
negros cortos que lucen como si fueron robados de Hooters y tacones negros.
Bingo.
La señalo.
—¿Qué opinas de ella?
Namjoon comenta:
—Yo se lo haría.
Park está de acuerdo:
—Sí. Es linda.
Ondeo mi mano y llamo a la camarera. Con libreta y pluma lista dice:
—Hola, chicos, ¿qué puedo hacer por ustedes?
Nunca entenderé por qué las mujeres dicen cosas como esas. Traten de pensar
como un hombre, por amor de Dios. ¿Cuándo un hombre de sangre roja oye esa
pregunta? Inmediatamente piensa en al menos ocho diferentes cosas que tú podrías
“hacer” para él, en unas diez posiciones diferentes.
Le doy mi sonrisa encantadora.
—¿Podrías traernos una botella de Jäger, cariño? Y cinco copas por favor. Tómate
tu tiempo, te ves ocupada. No estamos apurados.
—No hay problema. Enseguida.
Ella se da vuelta lejos y camina hacia el bar.
Namjoon la mira fijamente.
—Odio cuando se van, pero me encanta verlas irse.
Park está mirando su culo también.
Entonces lo golpeo. Slap. Para llamar su atención... y... porque es divertido.
—Enfócate. Mírala.
—¡Estaba mirando!
—No sólo su culo, mira el paquete entero.
Él me fulmina con la mirada, tocándose la mejilla. Entonces observa a la camarera.
—¿Ves cómo se está frotando la parte baja de la espalda? ¿Y secándose el sudor
de su frente? ¿Cómo cambia su peso de un pie al otro? ¿Qué crees que necesita en
este momento?
Su rostro se arruga con concentración.
Después de un minuto, no puedo resistirme.
—No te concentres tanto, podrías quemar al roedor.
Suspira.
—No sé, parece que podría necesitar una siesta.
Sonrío.
—Aún hay esperanza para ti. Una siesta estaría bien, pero no puedes darle eso. Lo
que puedes hacer es hacerla sentir importante. Valorada. Demostrarle que le
aprecias como mujer, no sólo una camarera. Las chicas comen esta mierda.
Chica camarera empieza dirigirse en nuestro camino, equilibrando una botella y
unas copas en una bandeja con una mano. Antes de que llegue, susurro una
advertencia a Park, sólo para estar seguros.
—Y ni siquiera pienses en contarle cuentos a Taehyung de que yo estoy molestando
por ahí. Esto es sólo con fines puramente educativos. No significa nada para mí.
Esa es la verdad absoluta. Es como… actuar. Yo habría sido un gran actor.
Del tipo de Broadway. Porque no importa lo que sienta un actor por su protagonista
en la vida real, cuando la cortina se levanta, él actúa.
Convincentemente.
Ella llega a nuestra mesa.
—Aquí tienen muchachos.
Mientras prepara las copas, le pregunto:
—¿Esto siempre está así de loco por aquí?
—No siempre. Hay una Convención de podólogos en la ciudad este fin de semana,
así que estamos desbordados. —Se cepilla el cabello de la cara—. Las propinas
son buenas, así que no me puedo quejar.
—Claro que sí. Todo el mundo merece renegar de vez en cuando. Soy todo oídos.
Ella sonríe y sirve nuestras bebidas.
—Mejor aún: ¿por qué no te sientas por unos minutos? Descansa. ¿Toma una copa
con nosotros? Pareces necesitarla.
Ella está tentada. Pero entonces mira sobre su hombro al hombre calvo, corpulento,
detrás de la barra.
—Gracias por preguntar, pero no puedo. A mi jefe no le gustará.
—Dulce es mi segundo nombre. —Señalo con el pulgar hacia la barra—. ¿Ese es tu
jefe?
Ella frunce el ceño.
—Es él. Harry es un negrero total.
Me paro y levanto un dedo.
—No te vayas.
Troto hacia Harry.
—Oye, tío, mis amigos y yo estamos buscando tener una copa con nuestra
camarera.
Él observa la mesa.
—¿Con Felicia?
—Sí, Felicia. —O lo que sea—. Y estamos dispuestos a pagar por su tiempo. ¿Un
descanso de diez minutos cuánto me va a costar?
—Cincuenta dólares.
—Hecho. —Dejo el dinero sobre la barra y me vuelvo rápidamente a la mesa, antes
de que el precio suba. Entonces pongo mi cara sexi.
Saco una silla y le hago señas a la camarera para sentarse.
—Todo listo.
Parece sorprendida.
—¿En serio? —Observa a Harry, quien le da un guiño, luego se sienta con
gratitud—. Vaya, ¿has convencido a Harry para darme un descanso? Debes ser
muy bueno.
Me rió malvadamente.
—Cariño, no tienes idea.
Me siento en mi silla y levanto mi copa de chupito. Todo el mundo sigue y lo
bajamos juntos. Luego sirvo otro para la camarera. Conversamos informalmente
durante unos minutos. Me cuenta sobre sus sueños de convertirse en una bailarina,
que fueron aplazados a causa de un enfisema de su madre. Escucho “oh tan atento”
y cabeceo en todos los momentos correctos.
Entonces excavo un poco más profundo.
—Eso es mucho para que una dama lo tenga sobre sus hombros. ¿Tu esposo te
ayuda?
Ella bebe su segundo chupito y sacude la cabeza.
—Sin marido.
—Un novio, ¿entonces?
—Ninguno de ellos, tampoco. ¿Quién tiene el tiempo?
Luego entrar a matar.
—¿Una gran chica como tú no tiene novio? Es una lástima. Aun así, deberías hacer
tiempo para desahogarte un poco. Soltarte. Tener un buen rato con un buen tipo.
Ella lame el alcohol fuera de sus labios.
—Consigo un buen tiempo aquí y allá. Cuando vale la pena.
¿Ves su sonrisa sugestiva? La invitación en sus grandes ojos color avellana.
Esa es la señal, me dice que ella cree que yo valgo la pena. Que si me ofrezco a
ayudarla a desahogarse en cualquier manera que puedo pensar, ella está lista para
ello.
También con esto concluye nuestra presentación del día.
Miro mi reloj.
—Los diez minutos terminaron. No quiero que te metas en problemas con tu jefe.
Parpadea.
—Oh, correcto.
Luego se levanta, pero no se va de inmediato.
—Salgo de aquí en pocas horas. ¿Van a quedarse un rato? —Nos pregunta a todos,
pero me está mirando a mí.
Le dejo ir fácilmente. Porque esa es la clase de caballero que soy.
—Desafortunadamente, no. Saldremos pronto y estamos ocupados toda la noche.
Pero fue un placer hablar contigo.
En otro tiempo, habría besado su mano por si acaso. Pero en estos días mis labios
son solo para Taehyung.
Los hombros se hunden.
—Está bien... bueno... gracias por la bebida.
—En cualquier momento, cariño. No te esfuerces demasiado.
Ella camina lejos, robando unas cuantas miradas a nuestra mesa mientras se va.
Giro mi atención a Park y extiendo mis brazos.
—Y así es cómo se hace.
Me trago mi chupito. Mi voz es tensa después de que quema en mi garganta.
—Si estuviera interesado, me quedaría un rato. Y si no se presentan otras
oportunidades, podría llevarla a su casa, follarla por unas horas y dejarla sonriendo.
Park sugiere, con una pizca de asombro:
—Sí. O puedes llevarla a tu habitación para un rapidito.
Namjoon, Yoongi y yo simultáneamente exclamamos:
—¡Noooo!
—¿Con los que vas a estar anotando? Vas a querer tomarte tu tiempo. Y, regla
número dos: siempre ten una ruta de escape. Nunca lleves a nadie a tu casa. Podría
tomar una carretilla elevadora para sacarlos.
Namjoon se estremece.
—Una vez tuve que llamar a la policía. Y cuando la sacaron, la mujer todavía se
aferraba a las sabanas de mi cama. Ese es un error que haces sólo una vez.
Park asiente con la cabeza.
—Lo haces parecer tan fácil.
—Echar un polvo se supone es fácil —le dije—. Ninguno de nosotros estaría aquí si
no lo fuera. Dios les dio a los hombres unos instintos, incluso a ti. Relájate y deja
que te guíe.
Lo palmeo en la espalda. Más duro de lo que debo.
—Ahora, joven Skywalker, tu formación está completa. Esta noche, vas a convertirte
en un Jedi.
Sonríe.
—Genial. Gracias, hombre —Luego señala con el pulgar hacia el baño—. Tengo
que ir al baño.
Namjoon se levanta.
—Y yo veo a una nueva dama afortunada. Volveré.
Después de que se van, los ojos de Yoongi queman un agujero en mi cara.
Le devuelvo la mirada.
—¿Qué?
—Hace unas horas apenas podías soportar estar en la misma habitación con el
hombre, y ahora le estás dando consejos sobre cómo conseguir una follada. ¿Por
qué realmente lo ayudas, Jungkook?
—Yo soy un chico amable.
Sigue mirándome fijamente, esperando que me explique.
—Y… si Park está ocupado con su propio coño, pene, lo que sea... estará lejos de
Taehyung. La cabeza de Yoongi rueda atrás con un gemido.
—Amigo, ¿todavía estás obsesionado con eso? Déjalo, hombre.
—¿No escuchaste la misma canción que yo?
Su voz se levanta con exasperación.
—¿Joder entonces qué? Era una canción. Taehyung se está casando contigo,
tienen un hijo juntos. —Ahueca sus manos alrededor de su boca como un
megáfono—. Supéralo.
Froto la parte posterior de mi cuello.
—Lo hago. Lo he superado. Pero cuando lo veo... cuando los veo juntos, me vuelve
loco.
—¿Por qué?
—Porque creo que él todavía tiene sentimientos por Taehyung.
—Otra vez, ¿por qué?
Rechino mis dientes. Y aprieto las manos. Cuando abro la boca, la verdad sale
agitadamente.
—Porque yo nunca lo dejaría ir, Yoongi. Jamás. Pase lo que pase, sin importar lo
que yo haga, seguiría esperando, intentando, hasta que Tae vuelva a mí.
Yoongi asiente con la cabeza compasivamente.
—Y es por ello que tú te estás casando con Taehyung, y Park no. Porque él fue
capaz de dejarlo ir. No era el tipo de relación para siempre, era la clase de-justo
ahora. Y él lo supero. Es de la misma forma para Taehyung. Así que deja de
torturarte, y al resto de nosotros, y sólo disfruta malditamente de ello. Ganaste. Él es
tuyo.
Pienso en sus palabras por un momento. Y entonces me encojo de hombros.
—De cualquier manera, no hay daño, no hay falta. Tengo tranquilidad, Park
consigue unas líneas para ligar actualizadas y Taehyung estará agradablemente
sorprendido de que yo no estoy saltando a la oportunidad de enterrarlo en una
tumba poco profunda. Todo el mundo gana, ¿no?
Yoongi asiente con la cabeza pensativamente y se acaba su bebida.
Sobre el sistema de altavoces, el socorrista llama a nuestro número de equipo, y
nos alistamos para clavar el juego.
CAPITULO 8
Para el momento en que nos dirigimos de nuevo a la villa —como los campeones de
voleibol de agua que somos— la tarde se ha deslizado en la oscuridad. Es mi
momento favorito del día. El sol se pone y el aire huele a verano, una mezcla de
tierra, cloro y hierba recién cortada. Utilizo mi tarjeta en la puerta de seguridad que
rodea la casa y camino hacia la puerta principal.
Algo en la ventana llama la atención de Namjoon, y se congela.
—Qué demonios. . .
Sigo su mirada a través de la ventana. Veo a los chicos en la biblioteca, sentados en
una formación circular en sillas arrastradas desde el comedor. Llevan largas batas
satinadas de color rosa. En el centro del círculo se encuentra una rubia alta, de unos
cincuenta años en un atuendo de dominatrix de cuero. Es algo caliente —como una
prostituta mayor, que
ha-estado-alrededor-del-bloque-y-su-coño-probablemente-es-tan-grande-como-eltún
el-Lincoln.
Susurro emocionado:
—Fiesta de la diosa.
¿Ves? Los sueños se hacen realidad.
Yoongi levanta el puño.
—¡Sí!
Como el SEAL Team Six, sigilosamente invadimos la villa de uno a uno. Una vez
dentro, nos alineamos —estilo tótem— delante de las puertas dobles de caoba de la
biblioteca. Sin hacer ruido, abro la puerta sólo un poco. Sólo lo suficiente para ver y
escuchar. En una mano, la dominatrix sostiene un mini vibrador purpura, en la otra,
un mando a distancia correspondiente.
—A este lo llamamos el Maestro. Insertas el vibrador en tu ropa interior, y tu
caballero toma posesión del controlador. Es silencioso y discreto, pero poderoso.
Con el mando a distancia, se puede alternar la velocidad y la presión a su
discreción. . . .
Yoongi susurra:
—Tengo que conseguir uno de esos.
Murmuro:
—Voy a conseguir cinco. —Me imagino que nuestras reuniones semanales de
personal en la sala de conferencias van a tomar un nuevo significado.
La dominatrix continúa:
—Y ahora, continuemos nuestra instrucción oral. Sus bananas, por favor.
Al instante y sin vergüenza, cada uno de los chicos recoge un gran banano que ha
estado descansando en su regazo. Y lo ponen en su boca.
Santa María, Madre de Dios.
—Recuerden que deben relajar la mandíbula... respirar cuando lo saquen. Cuidado
con sus dientes...
Mis ojos están pegados a Taehyung mientras la banana se desliza suavemente
dentro y fuera de entre sus perfectos labios rosados. Estoy tan excitado, que puedo
enterrar unos clavos en un dos por cuatro con mi polla. Quiero decir, he estado
donde esa banana está muchas veces antes, pero hay algo acerca de ver a
Taehyung darle cabeza desde este punto de vista que es una locura erótica. Es
como. . . porno en vivo.
—Usen su otra mano. Los testículos son el hijastro olvidado de los genitales
masculinos. Amasen, masajeen, acaricien, ellos también necesitan su amor.
Sí. Sí, lo hacen.
En voz baja, Namjoon pone en palabras lo que todos están pensando.
—¿Alguien más está a punto llegar en su traje de baño? Esto es... esto es como
todas las fantasías que he tenido todo en uno.
No puedo evitar estar de acuerdo.
—Yo también, excepto la parte sobre mi hermana estando allí. Y Jimin.
Yoongi está insultado.
—Oye, mi esposo es magnífico.
¿Quieres saber qué más es magnífico? Una pantera negra, deslizándose a través
de un valle, apunto de matar. Eso no significa que quiero montar una.
Arranco mis ojos del show y miro a Yoongi.
—Tu esposo es un psicópata. Yo no lo cogería con tu polla. Probablemente se meta
algún tipo de trampa explosiva de mierda y empuje hojas de afeitar por su ano para
tratar de cortar mi polla.
¿Fue demasiado crudo?
—Eso es una cosa jodida que decir.
Escoge una conspiración, cualquier conspiración —el asesinato de JFK, el Área 51.
..
—La verdad suele serlo.
El código de hombres restringe la cantidad que puedes burlarte de la pareja de un
amigo. Hay una línea imaginaria. ¿Y si la reacción de Yoongi es alguna indicación?
Acabo de cruzarla. Aterriza un golpe furioso en mi pierna derecha. En el punto por
encima de mi rodilla y un eco de dolor sube y baja por mi fémur.
—¡Ay! ¡Maldita sea!
Cambio mi peso a la otra pierna para evitar caer, pero piso la mano de Park y creo
un efecto dominó no tan silencioso.
—¡Oye! ¡Esos son mis dedos, imbécil!
—¡Amigo, deja de empujar!
—¡Cállense de una puta vez, no puedo oír!
—¡Estás arruinándolo!
—¡Joder, deja de pegarme!
Sabes lo que va a ocurrir a continuación, ¿no? Si, la puerta se abre. Y los cinco de
nosotros caemos en la habitación como una pila —parecido a un choque en cadena.
Por supuesto.
Hay un jadeo colectivo por nuestra intromisión, el tipo de sonido que un bañista
haría después de ser rociado con un cubo de agua helada. Mientras tanto, la
pila-de-hombres hace todo lo posible por desenredarse.
—OmpF...
—Ow..
—¡Quita tu rodilla de mis bolas!
—¡Quita tus bolas de mi rodilla!
Soy el primero en recuperarse. Me elevo a mis pies y destello a los chicos y chicas
una sonrisa gallarda.
—Hola. —Levanto mis manos con las palmas hacia fuera—. Perdón por la
interrupción. Adelante, finjan que ni siquiera estamos aquí.
Pero el hechizo de lujuria se ha roto. Con una mirada significativa, Jimin pela su
plátano, luego toma un gran y fuerte mordisco.
Me estremezco.
Mi hermana resopla:
—Están de vuelta antes de tiempo.
Erin continúa analizando el control remoto del vibrador. Taehyung es el único que
pareciera no haber sido perturbado por nuestra llegada. Él se inclina hacia atrás en
su silla y me mira soñadoramente, sus ojos oscuros grandes y brillantes.
Entonces suspira.
—Hola, cariño.
—Hey, cariño.
El resto de los chicos ahora están de pie, y Namjoon se acerca a la dominatrix,
quien está ocupada empacando su traviesa parafernalia.
Su línea es un cruce entre James Bond y Rico Suave.
—Kim. Kim Namjoon. Si estás en necesidad de un asistente o un modelo para
demostrar la técnica correcta... Sería un honor para mí cumplir esa función. Estoy
disponible hasta mañana por la noche. —Él extiende su tarjeta y susurra—.
Llámame... el número de teléfono está en la parte posterior.
Ella lo mira de arriba abajo con aprecio, manoseando la tarjeta con una uña roja.
—Voy a mantener tu oferta en mente.
Pero Yoongi, como yo, no está listo para que la fiesta termine.
—Espera, no tienes que irte ahora.
Jimin se levanta y sostiene una revista en alto.
—Tengo un catálogo, Yoongi. Veámosla juntos en nuestra habitación, puedes hacer
una lista para Navidad.
Sus ojos lo siguen mientras sale, entonces él corretea tras Jimin como un perrito
que persigue un hueso. Erin anuncia que va a tomar una siesta, y mi hermana y
Seung desaparecen sin decir una palabra el uno al otro, o a cualquier otra persona.
Mis ojos nunca dejan a Taehyung. Sólo han pasado un par de horas. . . pero aun
así. . . Lo extrañaba.
—Te ves relajado —comento—. ¿Tuviste una buena tarde?
Taehyung se levanta y roza con sus palmas mi pecho y hombros, sintiéndome.
—Fue agradable. Pero sé cómo hacer que sea aún mejor. —Tae envuelve sus
brazos alrededor de mi cuello y desliza su lengua alrededor de mi oreja. Es suave al
principio, burlón. Luego se sumerge en el interior con la cantidad perfecta de presión
para hacer que mis rodillas quieran ceder.
Cada tipo tiene un lugar. Un lugar muy sensible que, al ser estimulado, va derecho a
su polla. Para algunos, es el cuello o el estómago. Para algunos monstruos son los
dedos de los pies. ¿Pero para mí? Son mis oídos. Taehyung lo sabe.
Succiona suavemente el lóbulo de mi oreja, sus manos moviéndose por mis
costados a la parte trasera, antes de apostarse en mi culo con un apretón firme. No
me quejo, este soy yo aquí, un pequeño apretón en el culo nunca es una mala cosa.
Pero Taehyung generalmente está en el lado conservador. Menos abierto con sus
avances sexuales, especialmente cuando otras personas están cerca. Inclino mi
cabeza hacia atrás para mirarlo a la cara. Su sonrisa es perezosa, y ¿no dije que
sus ojos estaban brillantes? No es así. Están vidriosos. Hay una diferencia.
—¿Has estado fumando el alijo de la entrepierna de Park?
Se muerde el labio. Culpable de los cargos. Levanta dos dedos, pellizcándolos
juntos, y cierra un ojo.
—Sólo esto. —Entonces me da una mirada inocente, adorable—. ¿Estás enojado?
Como he dicho antes, no estoy en las drogas. No son sólo un vicio —son una
muleta. Un soporte químico para las personas de mente débil que no pueden hacer
frente a la mierda que todos los días da la vida. Pero no es como que Taehyung
está tomando los pequeños ayudantes de mamá tres veces al día. Desde que lo
conozco, se ha drogado exactamente dos veces —ambas ocasiones con Jimin,
mientras que los cuatro de nosotros estábamos de vacaciones juntos. Taehyung no
compra o siembra su propio material. Ciertamente no se droga alrededor de nuestro
hijo.
Así que si quiere descansar y fumar una vez en una luna azul, yo no voy a ser el
idiota arrogante que le da mierda por ello.
—Por supuesto que no estoy enojado.
Su sonrisa crece.
—Oh. . . eso es bueno. Porque no tengo planes. . . planes que requieren que no
estés enojado. —Se ríe maliciosamente—. Bueno. . . tal vez un poco enojado
estaría bien.
Luego presiona sus labios a mi cuello, chupando, besando y gimiendo suavemente.
¿He mencionado que la hierba hace que Taehyung se excite? Oh, sí, lo hace.
Lo cual es otra razón por la que estoy perfectamente feliz con su condición actual.
Lo levanto en mis brazos, estilo princesa. Él chilla. Entonces le digo a Namjoon:
—Vamos a estar en nuestra habitación. No toques en la puerta a menos que el lugar
está incendiándose.
Ahora que la diosa anfitrión ha dejado el edificio, Namjoon se siente necesitado.
—¿Pensé que íbamos a jugar Xbox?
—Los planes cambian. —Giro y hago mi camino hacia nuestra habitación.
—Eso no está bien, hombre. Hermanos antes... —Mi mirada lo interrumpe.
Debido a que no hay manera de que lo deje terminar la frase cuando él está
hablando de mi prometido.
Toma la indirecta.
—Bien. Pollas antes que chicos, entonces.
—Es posible que desees volver a pensar eso. Porque mientras estás aquí afuera
jugando con Park, voy a estar allí, con Taehyung. No hay competencia, amigo.
Camino a través de nuestra puerta y la pateo hasta cerrar detrás de mí.
Entonces dejo a Taehyung en sus pies, ahueco su cara con las manos y lo beso
hasta dejarlo sin aliento. Tiro de la bata rosa por su brazo, dejando al descubierto la
cremosa carne de su hombro. Saboreo con mi lengua, y luego lentamente hago mi
camino hasta su cuello.
Su cabeza rueda a un lado con un gemido. Mis manos hacen un rápido trabajo con
la bata y sus calzoncillos, deslizándolo fuera del cuerpo de Taehyung en una pila de
raso alrededor de sus pies. Después de besar sus labios profundamente por última
vez, me arrodillo delante de él, disfrutando de la vista de su hermosa desnudez.
Es perfecto. No me debería sorprender, sé cómo se ve. Pero aun así, cada una de
las visiones la cintura plana de Taehyung, sus tonificadas piernas, y su esponjoso
trasero me acelera como un niño que consigue su primer vistazo de porno.
Porque él es mío. Porque es increíble. Porque me quiere tanto como yo lo quiero. Y
esta es la forma en que se supone que es —la forma en que se supone que se
siente. La forma en que siempre lo hará— una intensa bruma de lujuria y calor y
adoración.
Sus pesados párpados miran hacia abajo mientras me inclino hacia delante y beso
la piel alrededor de su polla. Su piel está completamente lisa y suave, recién
encerado. Taehyung se aleja un poco ante el contacto.
—¿Sensible? —pregunto.
Es en momentos como este que estoy particularmente sorprendido del esfuerzo que
le pone Taehyung. Debido a que afeitarse con una maquinilla eléctrica es una cosa.
¿Arrancar los vellos con una gran cantidad de cera caliente? No, gracias. Suena
como una maldita técnica de tortura, ¿no es así?
Aunque los resultados son impresionantes.
Él exhala.
—Sólo un poco sensible.
—Voy a ser cuidadoso.
Ahueco su culo y atraigo su polla a mi boca. Le acaricio con mi lengua como un
artista acariciando un lienzo fresco. Lentamente al principio. Entonces más
profundo, con más presión y más propósito. Y estoy abrumado por la textura, la
vista, el gusto y el aroma. Es una sobrecarga sensorial sublime.
Los santos pueden conservar el cielo, porque este lugar entre las piernas de Kim
Taehyung es malditamente mejor. El paraíso en la tierra.
Nos detendremos aquí por un segundo. No queremos arruinar el ambiente, pero
deberíamos hablar de un tema “muy especial”. Un tema que la juventud masculina
de hoy está trágicamente mal informada. Me gusta llamarlo la astuta lingüística.
Puedes saber cómo es ir abajo. Comer en la Y. Saborear mofeta. Tener un
almuerzo en caja. El punto es, hacer una mamada es una habilidad adquirida. Toda
esa mierda de hacer-el-alfabeto-con-tu-lengua es para idiotas perezosos que no
pueden encontrar un punto G con una maldita linterna y un dispositivo de
navegación.
Hay que perfeccionar tu arte —desarrollar tu técnica. Es muy parecido al…
baloncesto. El hecho de saber los movimientos correctos no es una garantía de que
vas a anotar. Porque tienes que saber con quién estás jugando— el tipo de
movimientos en los que están incompletos. Demasiada atención a un glande
sensible mata el impulso. Insuficiente atención y el chico estará revisando su reloj
pensando, ¿no ha terminado todavía? El lenguaje corporal es crucial. Leer las
señales, tomar las pistas.
Por el momento, la polla de Taehyung está goteando, húmedo deseo aferrándose a
sus muslos. Y es jodidamente glorioso. Las personas nunca deben avergonzarse de
estar excitadas. Incluso si te corres como una pistola de agua de alta potencia o un
chorro del Viejo fiable, orgullezcanse. Los chicos lo aman.
Porque no puede ser fingido.
Para algunos, cada jadeo, arañazos, y chillido pueden ser sospechosos. ¿Está
realmente llegando? ¿O simplemente está cansado de ser clavado? Pero sentir, ver,
ese húmedo deseo le dice a los hombres que en realidad estás en ello. Que están
haciendo las cosas bien. Y eso hace que nosotros queramos hacerlo más.
Ahora que mi buena obra del día está terminada, regresemos al dormitorio.
Las caderas de Taehyung comienzan a girar contra mi cara. Mis manos ayudándole.
En algún punto mi otra mano se ocupó de su agujero, penetrándolo con mis dedos.
Él recuesta su torso hacia atrás contra la pared. Sus respiraciones salen más rápido
y su rostro se vuelve hacia arriba. Sus ojos se cierran. Luego viene la explosión.
Taehyung coge la parte de atrás de mi cabeza, sosteniéndome en su lugar mientras
muele en mi contra. Abre la boca, pero ningún sonido sale. Jodidamente precioso.
Después de un minuto, su agarre se afloja, y sus ojos se abren. Me mira con una
sonrisa de satisfacción, y yo beso un camino por su cuerpo mientras me levanto.
Sus brazos flácidos suben lentamente hacia arriba y alrededor de mi cuello, y justo
antes de que presione su boca a la mía, susurra:
—Tan bueno.
Pensaba lo mismo, pero siempre es bueno escucharlo. Mientras él me besa,
mis manos encuentran su culo de nuevo. El culo de Taehyung me recuerda al
peluche favorito de un niño. Una vez que está a mi alcance, me parece que no
puedo dejarlo ir.
La arrastro hasta mi cuerpo y sus piernas se encierran alrededor de mi cintura.
Ahora que he conseguido hacer llegar a Taehyung, mi plan es retrasar las cosas.
Tomo nuestro tiempo. Porque una vez que tienen niños, el tiempo nunca es tu
amigo. Incluso en la oscuridad de la noche, siempre hay una idea, una puta
posibilidad, de que el tiempo se acabará. Pero ese no es el caso ahora. Jihoon —a
quien amo con todo lo que soy— es el problema de mis padres.
Tengo la intención de sacar el máximo provecho de ello. Al pasar las próximas
horas haciendo todas las divertidas y traviesas cosas —ruidosas— que no me
arriesgaría a hacer cuando él está cerca.
—Te debo un masaje —le susurro.
Pero Taehyung tiene otras ideas. Él se agacha entre nosotros y saca mi polla dura
como una roca fuera de mis pantalones cortos de natación. Acaricia con pericia,
hasta que mis ojos se cruzan.
—Puedes darme un masaje más tarde. Necesito que me folles en este momento.
Cristo. Me encanta cuando se pone mandon. Con una mano, empujo mis
pantalones cortos el resto del camino. Con la suficiente dilatación está listo.
Entonces nos alineamos y me deslizo lentamente adentro.
—Maldita sea. —Su cuerpo se hincha a mí alrededor. Tomándome y sosteniéndome
apretado.
Puede sonar estúpido —demasiado romántico— decir que el cuerpo de Taehyung
fue hecho para el mío. Pero eso no lo hace menos cierto. Mis caderas tiran hacia
atrás, y sus músculos se aprietan más duro, sin querer dejarme ir. Empujo más
profundo hasta que el culo de Taehyung golpea la pared detrás de él. Bombeo
dentro suyo con movimientos cortos y duros, golpeando contra la pared en un ritmo
de tambores. Jadeamos y gemimos juntos —maldiciendo y tatareando— con cada
embestida.
No es suave. O silencioso. Somos lo suficientemente ruidosos como para que el
resto de la casa nos escuche. Diablos, somos lo suficientemente ruidosos como
para que Indonesia nos oiga. Sosteniéndolo contra mí, me doy la vuelta así mi
espalda está apoyada contra el marco de la puerta del cuarto de baño. Lo levanto
arriba y abajo sin problemas. Mi brazos tensos con la acción, y una capa de sudor
cubre nuestra piel.
Entonces tomo unos pasos en el cuarto de baño, hacia el lavado. Lo apoyo en la
parte superior, golpeando unas botellas de perfume y cremas para la cara al suelo.
Lo beso profundamente, y su lengua baila contra la mía. Taehyung se aleja y agarra
mis caderas con sus manos, asumiendo el ritmo.
Gime, suplica y ordena:
—Lento.
Hago como él me ordena, girando mis caderas en círculos lentos sensualmente.
Chocando contra él, acercándonos a ese poderoso pináculo con cada aliento que
tomamos.
—Mierda. . . —siseo, porque se siente demasiado bueno para no hacerlo.
—Jungkook. . . —él responde con un conmovedor gemido.
Las piernas de Taehyung tiemblan, se sacuden bajo mis firmes manos. Me muevo
más rápido, bombeando contra él más duro, ávido de la sensación de sus apretados
y calientes músculos pulsantes y su contracción a mí alrededor. Con su mano
masturba su polla, gimiendo de forma más ruidosa, mientras empareja el dar y
recibir de mis caderas con las suyas.
Entonces se aferra a mí, pecho a pecho: sus dientes mordiendo mi hombro mientras
grita.
—Sí. . . Sí. . .
Cuando has tenido tantos orgasmos como yo, ellos tienden a mezclarse entre sí,
formando una feliz memoria general. Pero de vez en cuando, uno se destaca del
resto. Es un momento en el que pensaré más tarde, reviviéndolo en mi próximo viaje
de negocios cuando la masturbación es mi único recurso.
Este es uno de los orgasmos.
Éxtasis rasga a través de mí como un misil submarino desgarrando el océano. Me
inclino hacia delante sobre Taehyung, apretándolo contra mí. Tratando de
acercarme y absorber cada gramo de felicidad que me está dando. Creo que grito
su nombre, pero no estoy seguro.
Momentos después, después de que el sonido de mi sangre golpeando en mis
oídos ha disminuido, miro los ojos sonrientes de Taehyung. Él empuja mi pelo
húmedo fuera de mi frente. Entonces besa el tatuaje del nombre de nuestro hijo en
mi pecho.
Y me abraza, sosteniéndome, descansado su mejilla contra mi corazón.
—Te amo, Jungkook.
Debe ser raro tener esas palabras dulces y tiernas acciones después de la áspera y
cruda follada que acabamos de disfrutar. ¿Pero para nosotros? Nada raro en ello.
Para nosotros, es perfecto.
CAPITULO 9
Finalmente le doy a Taehyung el masaje. No es que lo necesitara, relajado como
estaba, pero frotar aceite de bebé caliente en el cuerpo de Taehyung es mi idea de
un buen tiempo. No hace falta ser un genio para darse cuenta de cómo las cosas
fueron a partir de allí. Razón por la cual, por el momento, Taehyung está fuera de
combate en la cama.
Lo dejaré dormir veinte minutos más o menos antes de tener que despertarlo.
Porque es bien sabido que Tae tarda una eternidad y un día para prepararse para
una noche en la ciudad. Salgo de la habitación a la cocina, en busca de algún
alimento. Un hombre no puede vivir únicamente de sexo, tan genial como esa idea
sería. La casa está en silencio. Namjoon y Park probablemente salieron para
escapar de los sonidos de golpes y sexo a su alrededor.
Me hago un sándwich de pavo con pan de centeno en la cocina, y luego miro a las
puertas del balcón y descubro a mi hermana. Sentada sola en el patio de ladrillo
privado en la parte trasera de la villa.
Mentalmente sacudo la cabeza y paso a través de las puertas. Jaehwa me mira
rápidamente, luego gira sus ojos hacia el follaje que rodea el patio.
Abandonada no es una mirada que estoy acostumbrado a ver en mi hermana. Es
inquietante.
Me siento en la silla de césped junto a ella y pongo mi sándwich en la mesa.
Debo comenzar amablemente. Sin acusar. Considerado. Debería ser diplomático.
—¿Qué demonios, Jae?
Ella toma un sorbo de la copa de martini en su mano antes de colocarla en la mesa.
—Vete, Jungkook. Me gustaría estar sola.
—Me gustaría comprar una isla privada en el Pacífico Sur y nombrarla Kookland,
pero eso no va a suceder a corto plazo. No siempre podemos tener lo que
queremos.
Cojo la copa llena con un brebaje color rosa y olfateo. Mi cabeza se sacude de
nuevo y mi nariz se arruga. Lo que sea que mi hermana ha estado bebiendo huele a
amoníaco afrutado, con aroma de fresa batida con orines.
—Si vas a envenenar tu cuerpo, por lo menos ten la decencia de utilizar una toxina
premium de marca. —El licor barato está estrictamente reservado para los
borrachos y los universitarios que no conocen nada mejor.
Su rostro es impasible. Sombrío y triste. Ella niega con la cabeza ligeramente.
—No entiendes.
Lanzo su bebida sobre la hierba.
—Resiento eso. Tendré, sabes que yo entiendo todas las perspectivas, hombre,
mujer o niño. Dios y yo somos muy parecidos en esa manera. —Hago una pausa
por un segundo y mi voz se suaviza—. ¿Qué pasa, Jaehwa? Sea lo que sea, tal vez
puedo ayudar.
Su tono es plano. Sin vida.
—Seung se va a divorciar de mí.
Resoplo.
—Con la forma en que has estado actuando últimamente, yo no lo culpo.
Preparo mi mano para bloquear el cristal que estoy bastante seguro está a punto ser
arrojado en mi cara. Pero nada es tirado a mí. En vez de eso, algo más impactante
—más horripilante— pasa.
La perra se cubre el rostro con las manos y solloza en ellas.
Trago saliva. Luego miro a mi alrededor. A la espera de que la basura de Ashton
Kutcher salte y grite: “¡Punked!” Porque Jeon Jaehwa no es una llorona. Ella es un
hacedor, arregla cosas.
Y a lo largo de la historia de la humanidad, el llanto nunca ha arreglado una mierda.
Tartamudeo. Y hago la segunda pregunta más estúpida jamás.
—¿Estás. . . estás llorando?
En mi cabeza hace eco la voz de Tom Hanks: “¡No hay lágrimas en el béisbol!”
¿Acaso Cleopatra lloro cuando Egipto fue saqueado? ¿Acaso Juana de Arco lloro
cuando la Iglesia Católica la llamó bruja? Son homólogos de mi hermana.
Jaehwa niega con la cabeza, pero las lágrimas siguen fluyendo.
—Es mi culpa. Le he empujado lejos. He sido miserable para estar alrededor. Lo he
tratado terriblemente.
—Bueno, si sabes eso, ¿por qué no solo. . . te detienes? —Parece sencillo,
¿verdad?
Equivocado.
—No puedo evitarlo. Estoy tan triste. Y enojada. No es justo. ¡Soy demasiado joven
para ser una ciruela seca!
Ahora realmente está yendo a ello. Sollozando y moqueando por todo el lugar. Yo
no tengo un pañuelo de papel, así que me quito la camiseta, incluso aunque es una
de mis favoritas y se la entrego. Jaehwa sopla su nariz en ella.
Suena como un ganso muriendo.
A pesar de que no tengo ni puta idea de lo que está hablando, sé que tengo que
decir algo.
—Bueno. . . las ciruelas tienen su utilidad. Hace unos meses, las tuberías de Jihoon
estaban tapadas. Y nosotros lo alimentamos con unos pocos de esos chicos malos
e hicieron el truco. Fue como un limpiador comestible, aclaro todo. Las ciruelas
pasas son geniales.
Ella se detiene. Y me mira con perplejos ojos enrojecidos.
—¿De qué demonios estás hablando?
—¡No tengo ni puta idea! Estoy tratando de ser reconfortante.
—Bueno, es una buena cosa que no te busque por confort a menudo. ¡Apestas en
ello! —Ella vuelve a berrear en mi camiseta.
Me pellizco el puente de la nariz y respiro profundo. Vamos a intentar de nuevo.
—Dijiste que estabas enojada. Triste. ¿Por qué estás enojada y triste, Jaehwa?
Se seca la cara y habla rápidamente.
—Yo podía poner mi reloj con mi periodo. Cada veintisiete días en punto. Así que
cuando no llegó, pensé, Oh, mierda, ¿sabes? Y a pesar de que la prueba dio
negativo, asumí que era demasiado temprano. Así que fui al doctor y estaba tan
segura de que iba a decirme que estaba embarazada. Y a pesar de que no fue
planeado, empecé a acostumbrarme a la idea de otro. Estaba emocionada. Pero
entonces. . . entonces él me dijo que no estaba embarazada.
Una bola fría de hielo se asienta en mi estómago.
—No estás. . . no estás enferma, ¿verdad?
Ella niega con la cabeza.
—No. No estoy enferma. —Toma una respiración profunda—. Él dijo que es la
menopausia. Menopausia de aparición temprana. No puedo tener más hijos nunca.
Soy infértil.
Llora en silencio durante un minuto.
Froto su hombro suavemente.
—¿Tu y Seung querían muchos más niños?
Su frente se surca levemente.
—Bueno. . . no. Siempre habíamos planeado dos. Después del nacimiento de
Minjoon, yo incluso hablé con Seung de conseguir una vasectomía. Él no estaba
interesado en la idea.
Trato de entender el problema. Cuando fallo, pregunto:
—Pero, si no querían tener más hijos, entonces ¿por qué estás tan devastada por
no poder tener más hijos?
—¡Porque soy una mujer, Jungkook! Creamos vida. Nutrimos, eso es lo que
hacemos.
Nop, todavía no lo entiendo.
—Pero eso no es todo lo que hacen. Quiero decir, Jesús, Jaehwa, no es como que
tu fueras Handmaid’s Tale criando aquí. ¿Qué si la cesta de huevos está vacía?
Gran cosa. Tienes dos hermosos hijos, sean felices con ellos. Tal vez esta es la
manera natural de decirte que no debes tener más. He visto lo que el embarazo le
hace a tu cuerpo. No es bonito.
Ahora ella me está fulminando con la mirada. Lo cual es una buena señal.
Una Jaehwa cabreada la puedo manejar.
—Estoy contenta con los dos que tengo. Es sólo. . . tener la opción de tener más era
agradable. . . aunque nunca lo hiciera. Me siento. . . engañada. Y vieja.
Tengo el interior de una mujer de sesenta años de edad, Jungkook. ¿Cuánto tiempo
antes de que el exterior refleje eso? ¿Y has mirado a Seung últimamente? Cada año
se pone más guapo, más distinguido. ¡Pronto alguna bimbo caza fortunas va a tratar
de poner sus garras en él, y él va a tener que cargar con una esposa que se parece
a Barbara Bush!
Ella entierra su cara en mi camisa de nuevo, y no puedo evitar reír. Sólo un poco.
—Jae... no eres Barbara Bush. Yo diría que es más de la variedad de Christie
Brinkley. Y, además, Seung te ama. A ti. No a tus malditos ovarios. Eres la perra
jefe centro de su universo. Siempre lo has sido. Cuando el resto de nosotros nos
estábamos masturbando con pensamientos de la Hermana B, Seung estaba
masturbándose con pensamientos de ti. —Y no creo que me sienta cómodo
sabiendo eso—. Nunca te cambiaría por una bimbo flacucha que sólo está
interesada en el tamaño de su cuenta bancaria. Seung es demasiado inteligente
para eso.
Ella levanta la mirada. Casi esperanzadoramente.
—¿Cómo te sentirías si Taehyung te dijera que no puede tener más hijos?
Me tomo un momento para reflexionar. Para imaginar las posibilidades.
—¿Si Taehyung me dijera que puedo follarlo todo lo que quiera y nunca
preocuparme por embarazarlo? Yo haría lo giga irlandesa por la jodida Quinta
Avenida. Sería como Navidad todos los días. No más PMS, no más abstención de
tres a cinco días cada mes. . . ¿a menos que tu dejes a Seung vadear en la marea
carmesí? Lo cual, si lo haces, por favor miénteme.
Sexo durante el periodo es una ofensa para muchos. Lo cual nunca voy a entender.
Somos cazadores, damas. Nos gusta la sangre. Es parte de la razón que las
películas de acción y de guerra tengan tanto de ella. No creemos que sea
asqueroso. No creemos que sea sucio. Es sólo. . . más lubricación.
No me mires así. Sólo estoy siendo honesto.
Las lágrimas casi se han secado. Jaehwa moquea e hipa.
—Pero ¿no quieres más hijos?
—Claro, quiero más. Jihoon es el mejor. Tendría veinte con Taehyung. En teoría. La
realidad es una historia diferente. Los niños son difíciles.
Jaehwa asiente.
—Necesitas hablar con Seung. Estás torturando al chico. Es un castigo cruel e
inusual.
—¿Qué pasa si me mira de forma diferente?
—No lo hará.
—¿Cómo puedes estar seguro?
Me inclino hacia delante y trato de encontrar las palabras adecuadas.
—Porque. . . porque ¿cuándo Taehyung estaba embarazado de Jihoon? Él era tan
grande como una casa, y yo todavía quería follar cada pedacito suyo tanto como
quiero en este momento. ¿Porque cuando lo miro? Solo veo a Taehyung. . . el
hombre que entró en mi vida hace cinco años y mandó todo a la mierda. Quién me
sacudió, me dio vuelta al revés, y me hizo. . . más. ¿Así que incluso cuando se
ponga arrugado o gris? Todavía va a ser Taehyung. Todavía me hará reír y
enloquecer. . . y todavía me amará más de lo que merezco. Y sé que Seung siente
lo mismo por ti.
Jaehwa se seca los ojos con mi camisa por última vez. Empieza a parecerse más a
sí misma.
—Así que. . . ¿estás diciendo que estoy haciendo un drama más grande de lo
necesario?
—Te estoy diciendo que si le cuentas a Seung, no se sentirá tan grande nunca más.
Ella me da una pequeña sonrisa.
—Tienes razón. Sé que tienes razón. Voy a hablar con él esta noche.
—Bien.
Jaehwa se pone de pie, se inclina, y me abraza. La abrazo de regreso, haciéndole
saber que estoy aquí para ella. Para escuchar y darle una patada en el culo cada
vez que la rara oportunidad se presenta.
—Y que no se vaya haciendo un hábito esta cosa de desmoronarse —regaño— .
Tengo una exclusiva sobre el comportamiento autodestructivo en esta familia.
Ella se ríe y se dirige hacia la casa. Luego se detiene y se vuelve hacia mí.
—¿Oye, Jungkook?
—¿Sí?
—¿Cuándo te volviste tan inteligente?
Eso es fácil.
—Hace unos cinco años.
***
Su voz flota alrededor del cuarto de baño y hace eco en las baldosas. Es una
canción cursi —Carly Simon— de alguna película setentera de James Bond. Pero el
placer todavía se eleva desde mis entrañas y se extiende a través de mi pecho ante
el sonido. Porque tan cierto como sé que Jimin un día será admitido en un hogar
para criminales dementes, sé que Taehyung está cantando sobre mí. Doblo mis
brazos, me recuesto contra la puerta, y miro a través del empañado cristal.
Taehyung inclina la cabeza hacia atrás bajo el chorro de agua caliente. Sus pezones
sobresalen altos y orgullosos, más tentador que cualquier corista de las Vegas. Su
culo empinado, dando un vistazo del tatuaje de mariposa en su espalda baja.
Taehyung apaga el agua y sale de la ducha. Sonríe cuando me ve.
—Eh, tú. ¿Dónde has estado?
Probablemente debería entregarle una toalla. Sería la cosa agradable de hacer. Los
azulejos del baño están frescos, y si sus pezones puntiagudos son una indicación, él
tiene un poco de frio. Pero en realidad no crees que yo vaya a hacer eso, ¿verdad?
Venga.
Como si yo algún día dejara pasar la oportunidad de admirar a Kim Taehyung en
todo su húmedo, hermoso culo desnudo. Y los pezones puntiagudos son
impresionantes. Así, como la risueña, pervertida parte colegial de mí que todavía lo
es, no me muevo una pulgada cuando Taehyung se escabulle a través del cuarto de
baño y agarra una bata del gancho en la pared del fondo, luego cubre mi placer
visual favorito.
—Yo estaba en el patio con Jaehwa.
Frunce el ceño con preocupación.
—Realmente no ha sido ella misma últimamente. Espero que hable conmigo esta
noche sobre lo que está pasando entre ella y Seung.
—Estoy muy delante de ti. Todo está cuidado.
—¿Qué ha pasado?
Me meto en la ducha y enciendo el agua de nuevo a todo volumen. Entonces me
deslizo fuera de mis boxers. A pesar de la gravedad de la conversación, Taehyung
hace un poco de admiración por su cuenta.
Genial.
—Su fábrica de bebés recibió un aviso de ejecución hipotecaria antes de tiempo.
—¿Qué significa eso?
—El doctor le dijo que ella está menopáusica.
La mano de Taehyung fue a su pecho con un suspiro simpático.
—¡Pero es tan joven!
Asiento con la cabeza.
—Sí. Ella es un lío caliente por ello. Ha estado asustada de decirle a Seung, pero la
convencí de hablar con él más tarde. Van a volver a la pista.
Los ojos de Taehyung se ensanchan.
—¿Tú la convenciste para hablar con Seung?
—Sí.
—¿Cómo lo lograste?
—Habló, lloró a lágrima viva, y yo. . . la consolé. . .
Ahora Taehyung se ve confundido.
—¿Tú la consolaste?
—¿Qué eres, un maldito loro? Sí, la consolé, ¿por qué te sorprende?
Taehyung cruza los brazos sobre su pecho.
—Bueno, vamos a ver. ¿Podría ser porque tu idea de reconfortar a Jiwoo cuando su
gato murió fue decirle que no estuviera triste porque ahora Snowball estaba con
todos sus otros amigos felinos en el infierno?
Posiblemente podría haber redactado eso mejor.
—¿O tal vez es porque cuando mi madre se perdió el bautizo de Jihoon por esa
tormenta de nieve, la consolaste diciendo que cuando él fuera grande, apenas
sabría quién es ella de todos modos?
Algunas personas simplemente no pueden manejar la verdad.
—Luego estaba esa vez…
Pongo mi mano sobre su listilla boca. Sus ojos oscuros y profundos miran hacia mí
con calidez y burlón afecto.
—Lo admito, no todo el mundo es capaz de absorber mi marca particular de confort.
Pero en este caso, Jaehwa lo hizo. Gracias a mí, ella y Seung están en camino de
regreso a la felicidad conyugal. Por eso, me merezco una palmadita en la espalda.
Un trabajo de mano también sería agradable.
Taehyung estalla en risa. Envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello, presiono
su polla cubierta con la toalla contra la mía. Inclino la cabeza hacia arriba.
—Es agradable ser la pareja estable en el grupo por una vez. ¡Vamos, nosotros!
—Él sostiene una palma en alto—. Choca esos cinco.
Fulmino su mano, luego sacudo mi cabeza con desdén.
—Yo no choco las cinco. —Muevo mis dedos—. Pero si estás interesado en estos
dedos, estoy feliz de hacerlo.
Taehyung se ríe.
—Eres tan pervertido.
Le doy un beso.
—¿Por ti? Siempre. Ahora deja de intentar seducirme, y déjame tomar una ducha.
A medida que se aleja, palmeo su culo por una buena medida. Entonces me meto
en la ducha y cierro la puerta de cristal detrás de mí. Meto la cabeza bajo el agua
ardiente y dejo que el calor relaje los músculos de mi cuello y espalda.
A través del cristal un Taehyung borroso se mueve alrededor, comenzando el largo
ritual de preparación.
—Llamé a tus padres para ver cómo estaban haciéndolo los niños.
—¿Qué dijeron?
—Tu madre sonaba medio muerta, pero todos los niños sonaban bien.
Justo como lo esperaba.
Cinco minutos más tarde, estoy fuera de la ducha. Me seco y me pongo un nuevo
par de boxers. Entonces me paso hasta el lavado y aplico crema de afeitar en mi
cara. Taehyung vuelve a entrar en el cuarto de baño y está a mi lado, poniéndose
crema y un montón de cosas más. Su cabello está húmedo, pero la toalla se ha ido.
Quedando solo en calzoncillos Calvin Klein.
Son de negros con una gran banda elástica. Son con un corte alto estilo bikini y se
ve sexy-como-todo-el-infierno. Él quita la mascarilla y palmea sus mejillas mientras
le echa un vistazo.
—¿Nueva ropa interior? —Guardo un catálogo mental de todas las prendas
interiores de Taehyung, organizadas por color y estilo. Nunca he visto esto antes.
Sin duda alguna lo recordaría.
Él gira sus caderas, mostrándome las mercancías.
—¿Sí, no son lindos?
¿Lindos? No. ¿Induce erecciones? Definitivamente.
—Hay una tienda en la planta baja. Los compré antes de nuestros tratamientos de
spa.
No puedo evitar sino contemplar lo que estaba pensando cuando los compró.
Quiero decir, una tórrida noche en casa después de que Jihoon está dormido es una
cosa, un nuevo conjunto siempre hace que sea más interesante. Pero esta noche ni
siquiera vamos a estar pasando el rato juntos. Dependiendo en qué estado estemos
cuando volvamos a la habitación, tendremos suerte si incluso nos desmayamos al
lado del otro.
—Eh.
Esa sílaba le hace pararse. La mano que estaba aplicando producto se detiene y me
mira.
—¿Qué?
Sigo afeitándome.
—¿No tienes ninguna. . . otra. . . ropa interior contigo?
Su frente se arruga.
—Claro que sí. ¿No te gusta este?
Enjuago mi maquinilla de afeitar en el lavabo.
—No... está bien. Sólo pensé que tal vez podrías usar algo diferente. Algo más
blanco, algodón, más completa cobertura.
Un cinturón de castidad con triple candado también sería genial.
Su cabeza se inclina, tratando de averiguar a dónde voy con esto.
—No, Jungkook, no traje ningunas bragas de abuela conmigo.
Se burló.
Crees que estoy loco, lo sé. Pero no lo estoy. Te lo dije hace mucho tiempo yo juego
ajedrez. No sólo pienso en el próximo movimiento; pienso en el movimiento cinco
movimientos a partir de ahora. Así que no puedo evitar preguntarme ¿por qué
diablos iba Taehyung a comprar nuevos calzoncillos que harían que cualquier
hombre con la mitad de un pulso quisiera caer de rodillas delante de él? Es como. . .
cuando alguien se afeita las piernas antes de la primera cita, incluso si está usando
pantalones. Tal vez esa persona no se da cuenta, tal vez no quiera admitirlo, pero la
única razón por la que está haciendo eso es porque alguna parte de su cerebro
tiene la esperanza de follar.
—Eh.
Taehyung sólo me mira de reojo. Me seco la barbilla con una toalla de mano
mientras él termina su rutina facial. Mientras suaviza el brillo en sus suculentos
labios, no puedo dejar de hablar.
—Brillo de labios con sabor, ¿eh?
—Bueno, eso es todo. —Él pone la tapa en el brillo con un chasquido y lo deja caer
en el tocador. Luego se vuelve hacia mí rápidamente—. Tienes que detenerte.
Ahora mismo.
—¿Dejar qué? Yo no he dicho nada.
—No tienes que hacerlo. Yo sé lo que está pasando en esa desviada cabeza tuya.
Cruzo los brazos.
—¿Eso crees?
—Lo sé. Estás teniendo toda esta conversación contigo mismo acerca de por qué
compre ropa interior nueva y a quien voy a dejar que la vea. Entonces estás
pensando, ¿por qué estoy poniéndome brillo de labios con sabor? ¿Por qué no solo
brillo de labios simple a menos que yo quiera que alguien lo pruebe?
Dios, él es bueno.
—Pero la verdad es que me he comprado la ropa interior para mí. Porque tener ropa
interior nueva me hacen sentir más feliz. Y debes saber, Señor Yo Lo Veo Todo, el
brillo de labios con sabor es el único brillo que yo uso. Todos los días.
—Suenas muy defensivo, Taehyung.
—Esto no es defensivo. Esta es una reacción natural a tener que lidiar con tu
retorcida manera de ver el mundo.
Nos miramos el uno al otro durante unos segundos, con los brazos cruzados, sin
ceder un ápice. Hasta que Taehyung lo hace. Él arranca un pañuelo de la caja en la
parte posterior de la taza del baño y se limpia el brillo de sus labios. Con un tono de
sarcasmo en su voz pregunta:
—Listo. ¿Feliz ahora?
Eso debería estarlo. Quiero decir, he ganado, ¿no? Pero es un poco difícil estar feliz
cuando estás actuando como un imbécil.
—Y puesto que los calzoncillos te preocupan tanto… —desliza el trozo de algodón
por sus piernas y me lo arroja—. No voy a usarlos.
Se mueve para salir del cuarto de baño, pero doy un paso delante suyo.
—¡Vaya! Espera, detengamos esta locura para hablar por un segundo.
Sostengo la mirada de Taehyung durante unos segundos. Entonces, completamente
contrito, me hundo de rodillas frente a él.
Sus brazos todavía están doblados, pero sus ojos se suavizan. A Taehyung le gusta
que yo esté de rodillas.
—Tu punto es bien recibido.
Sus cejas se levantan con fingida inocencia.
—¿Qué sentido tiene eso?
Sonrío.
—Que debo confiar en ti. Que yo confío en ti. —Beso su muslo, antes de deslizar a
través de su pierna a Calvin Klein. Taehyung deja caer sus brazos, usando mis
hombros para mantener el equilibrio, cuando repito la acción con el otro pie. Subo
los calzoncillos por sus piernas, besando cada muslo reverentemente mientras voy.
—Cada brillo-labial-con-sabor, cada-follable-y-caliente-conjunto-cubriendo los
centímetros de ti, confío.
Taehyung sonríe indulgentemente cuando recupero el brillo y vuelvo a colocarlo en
esos perfectos labios. Los frota, luego suspira.
—Ya te dije que esta cosa de la despedida de soltero no vale la pena si va a causar
problemas entre nosotros. Se honesto si no puedes manejarlo. ¿Quieres que le diga
a Jimin que cancelemos esta noche?
¿Eso no sólo me hace sentir como el mayor coño inseguro que ha pisado la faz de
la tierra? Pero debemos examinar este momento más de cerca por un segundo.
Porque en la vida, tomamos decisiones, las que parecen completamente inofensivas
y totalmente insignificantes.
Hasta que juegan fuera.
Sólo en retrospectiva nos damos cuenta del monumental efecto que tienen nuestras
decisiones. Es el empresario que decide ir a trabajar unos minutos tarde y pierde
una colisión fatal por segundo. El adolescente que elige guardar rencor contra su
madre, y esa resulta ser la última conversación que alguna vez tuvieron.
El chico de la calle que se encuentra un dólar y lo utiliza para comprar un billete de
lotería premiado.
Las pequeñas decisiones pueden dar lugar a enormes consecuencias.
Yo estaba tratando de no ser egoísta. Quería hacer lo correcto.
Puedes apostar tu culo que no voy a cometer ese mismo error.
—Nada de cancelar las cosas —digo con confianza—. Tuve una convulsión de
celoso-imbécil completamente temporal. El monstruo de ojos verdes se quedará en
su jaula el resto del fin de semana. El monstruo de un solo ojo querrá jugar contigo
más tarde.
Tae se ríe y toma mi cara entre sus manos.
—Mi ropa interior es sólo para tus ojos.
—Lo sé.
Taehyung se estira y me besa. Y saboreo fresa.
—Tú vas a salir con los chicos y ser asaltado por strippers hambrientos de dinero, y
yo estoy bien con eso.
Asiento con la cabeza.
—Y tú vas a salir y estar rodeado con cachondos hombres medio desnudos, y eso
no me molesta.
—Somos la pareja estable en el grupo ahora.
—Vamos a tener un buen momento sin problemas.
¿Cuándo le dije eso? Sinceramente lo creí.
CAPITULO 10
Algunos hombres usan trajes caros porque quieren actuar como si
tuvieran dinero, aun cuando no lo tengan. Otros los usan porque quieren
mostrar a las personas cuánto dinero de verdad tienen. En mi caso, todo
tiene que ver con la actitud. Nunca tuve problemas de confianza, pero
para aquellos que lo tienen, un traje hecho a medida te hace caminar
como si fueras más alto y pararte más erguido. Hace tus pelotas más
grandes y desprende la idea de “no jodas conmigo”.
—Si hubiera sabido que iríamos al parque de skates, habría traído mi
patineta.
—Me gusta estar cómodo. Ustedes, chicos, se ven como si fueran a un
funeral. Yo me veo relajado.
—Luces como un perdedor —le digo—. Y eso es inaceptable esta noche.
Sólo mi guía te ayudará a llegar lejos. ¿Quieres atraer un algo de calidad?
Necesitas salirte de tu juego. Eso significa un traje medianamente
decente, o por lo menos, un par de pantalones planchados,
preferentemente unos no hechos del mismo material que los trajes de
prisioneros. —Me tomo el resto de mi bebida—. ¿Y qué rayos sucede con
tu cabello?
—Me olvidé el gel. Pero está bien; a ellos les gustan los rizos.
Namjoon interviene.
—Y yo llamaré al encargado del edifico. Haré que le envíen algo desde la
boutique Armani. —Mira a Park de arriba a abajo—. Debes ser un 30,
quizá un 32 de cintura, para usar un saco con mangas. Una corbata
celeste definitivamente hará resaltar tus ojos.
Bienvenidos, damas y caballeros, a otra edición de Consejos
homosexuales para Chicos Heterosexuales. Y Yoongi empeora las cosas.
Une las puntas de sus dedos delicadamente y exclama en un tono de voz
alto:
—¿Es demasiado?
—Definitivamente.
Veinte minutos después, Park está vestido con un traje azul marino,
camisa negra y zapatos brillantes de Prada. Su cabello tiene un prolijo
aspecto mojado, corto en la parte de arriba, peinado en los costados. Se
ve… pasable.
—Me pica.
—¡Deja de moverte!
—Es nuevo, se supone que es así. Párate derecho. —Jesús, ¿sueno como
mi padre o qué?
Pongo una corbata azul alrededor de su cuello para mostrarle cómo se
debe atarla. Pero luego, lo pienso mejor. Hay una alta probabilidad de que
termine ahorcándolo con la maldita cosa. Y un viaje al desierto para
enterrar un cuerpo sería un gran inconveniente en este momento. Seung,
que ha transformado la paciencia en un arte, toma mi lugar.
Puedes decir mucho acerca de un hombre o una mujer a través del juego
que elige en un casino. La adrenalina se siente en el ambiente, aquellos
más emocionados por obtener un premio mayor están alrededor de las
mesas de dados.
Los únicos que juegan las máquinas tragamonedas son los ancianos, los
mentalmente inestables y los estúpidos.
—¿Qué montaña?
—Hola de vuelta.
—Pero vi la mirada que me lanzaste. Sé que dijiste eso para que tu novio
no se molestara. Para que pensara que no estabas interesado.
Está bien, estoy de acuerdo con las mujeres que son seguras. Ustedes
son seres con necesidades sexuales. Admítelo. Disfrútalo. Pero acercarte
a un hombre que abiertamente no te desea no va a hacer que cambie de
opinión. Sólo te hace ver patética.
—¿Qué dijo?
—Oh, sheet**.
—Mi amigo aquí es cantante. ¿Park Bogum? Debe guardar su voz para el
próximo concierto. Órdenes del doctor.
—¡Mi horóscopo me dijo que hoy conocería alguien famoso! Park Bogum,
no te reconocí. Amé totalmente tu último single.
Yoongi me llama.
—De acuerdo.
¿Puedes imaginar los hijos que estos dos tendrían? Quizá la selección
genética no es tan malvada, después de todo.
—¿Disculpa?
Apunta a Yoongi.
—Sip.
—No tenemos que jugar este juego. Tengo una habitación de hotel
esperando a dos cuadras de aquí. Te deseo. Es obvio que tú también me
deseas. Deja de luchar.
Se ríe. Suena parecida a Norman Bates, ¿no es así? Durante mis años de
libertino anteriores a Taehyung, adquirí mi miedo a Atracción Fatal,
nunca-te-follaré-
incluso-aunque-estés-caliente-porque-obviamente-eres-el-tipo-de-person
a-con-algunos-tornillos-sueltos. Están fuera de sí y no son difíciles de
identificar. Yo era un maestro en evitar, desertar y escapar de su intento
de atraparme.
Pero parece que estoy fuera de práctica. Porque antes de que la pueda
detener, me saca el teléfono de la mano y retrocede unos pasos.
—Ven y quítamelo.
¿Alguna vez viste Flash Gordon? ¿Recuerdas esa escena donde Flash
tiene que poner su mano en la roca? ¿Aquella con la grotesca y espinosa
serpiente dentro, sólo esperando a que lo muerda? Eso es bastante
parecido a lo que estoy sintiendo ahora.
Ruedo mis ojos e intento encontrar un lugar feliz. Luego, la cosa más
improbable sucede. O una certeza absoluta, dependiendo de tu punto de
vista.
—¡Taehyung!
—Toleré tu mierda en el avión porque se supone que eres una chica y no
quería pasar las primeras horas de mis vacaciones bajo custodia de la
policía aeronáutica. Pero no estamos en el avión ahora.
—Este.
La psicópata se ríe, y no la culpo. Incluso en tacones, Erin es más baja
que Taehyung cerca de dos pulgadas. Juntos, no son precisamente
intimidantes.
Mufasa.
Tiemblo.
Su acompañante rubia puede que no tenga dos células que funcionen en
su cerebro, pero es una amiga fiel.
Y entonces…
¡Slap! Le da una bofetada en la cara. Le pega tan fuerte que le deja una
marca carmesí.
Sacudo mi mano.
—No estés avergonzado. Estoy muy orgulloso de ti. Sólo por curiosidad:
estamos hablando de una brújula monstruosamente enorme, ¿no?
Él también la toca.
—Mucho.
—Jimin me la consiguió.
—Bien por ti. Recuerda que la próxima vez que tengas ganas de jugar al
fotógrafo lujurioso y al modelo desnudo, y te digo que sí, ajusta la lente de
tu cámara.
Sonríe orgullosamente.
Con eso dicho, besa a Yoongi y empieza a alejarse. Antes de que pueda
dar dos pasos, él lo agarra, lo tira hacia él y lo besa por más tiempo y más
salvajemente.
Pongo mis manos en los hombros de Taehyung para asegurarme que está
prestando atención.
—No dejes que nadie te compre un trago. Y por el modo en que estás
vestido, alguien definitivamente lo intentará.
Él sonríe indulgentemente.
—Está bien.
—Y no dejes tu trago una vez que te lo den. Alguien podría ponerte algo
en la bebida cuando no estés mirando.
Sí, mierda que eso sucede. Cuando has estado en bares lo suficiente,
tienes una clara imagen de qué malditamente jodido está el mundo (y la
gente que está en él).
—Sí, papá.
Cuando se trata de follar, no hay nada que no admita. Excepto eso. Toda
esa cosa de “¿Quién es tu daddy?” No me gusta. Es extraño, me hace
pensar en Jihoon o mi padre, y en cualquier caso… no gracias.
Asiento.
—Bien.
Le habla en un tono bajo a Seung, después Jaehwa se sube a la limo.
Bromeo:
—Te amo.
Actu hoy porque el jueves me cortan la luz por mantenimiento ;-; recen
por mi alma xdd
Eeen fin, qué tal va? Ya tienen teorías locas? Jajaja, actu el viernes o
sábado uwu (todo queda en las mano de los señores electricistas xdd)
CAPITULO 11
Después que el carro rosa se aleja, Yoongi dice:
—Nuestro camino es por allá, chicos.
Señala con su pulgar hacia una gran limusina negra y brillante al final de la cuadra.
Mientras caminamos, le pregunto a Seung:
—¿Tú y Jaehwa lograron resolver su mierda?
—Ehh… No todavía pero su actitud está definitivamente mejorando. Nunca estuve
realmente preocupado. Tu hermana cree que es ella quien tiene el control, pero
todos sabemos quién es realmente el que está a cargo.
Sí, esa es mi hermana. Él se golpea el pecho.
—Yo soy el hombre.
No tengo el corazón para destruir las ilusiones de Seung, así que sólo le doy un
golpecito en la espalda y le digo:
—Sí, Seung, tú eres el hombre.
***
Nuestra primera parada es Carnevino, la mejor casa de bistecs de las Vegas, donde
nos regalamos una estupenda cena acompañada de un vino tinto de primera
calidad. El ambiente es impresionante, techos altos, pisos de mármol italiano,
muebles antiguos. Luego, nos dirigimos hacia Havana Club, un club de élite donde
se fuman cigarros.
Allí es donde nos encontramos ahora. ¿Nos puedes ver? En ese pequeño cuarto
privado de atrás, sentados en esas cómodas sillas de cuero. Un cigarro en una
mano mientras giramos un vaso lleno de un líquido ámbar en la otra, al mismo
tiempo que un gran círculo de humo rodea nuestras cabezas.
Park emite una tos afónica por tercera vez.
—Deja de inhalar —le advierto.
—No puedo evitarlo —me dice—. Inhalar el humo es un acto reflejo.
—Mejor que lo evites o pronto estarás vomitando un pulmón.
Hablo desde la experiencia. Cuando Yoongi y yo teníamos 12 años, nos robamos
unos cuantos cigarros cubanos de mi padre y nos los fumamos en el techo de la
casa de los padres de Yoongi.
Park da un sorbo a su brandy y hace una mueca.
—Es un gusto que se adquiere con el tiempo —le dice Seung—, te acostumbrarás.
Park mira dentro de su vaso.
—¿Por qué quiero hacerlo?
—Porque —digo estirando mis brazos y señalando la habitación a nuestro
alrededor—, esta es la buena vida, amigo.
Él arruga su nariz.
—Creo que me gusta más la vida común y corriente.
Vuelvo a poner el cigarro en mi boca y asiento.
—Una vez más, no me sorprende.
Namjoon se echa hacia adelante.
—Antes de meternos de lleno en el principal motivo por el que estamos aquí, ¿por
qué no hacemos un brindis?
Seung levanta su vaso.
—Estoy de acuerdo con esa propuesta.
Sonrío y me pongo de pie.
—De acuerdo. Sólo quiero decir gracias, a todos ustedes, por tomarse tiempo de
sus ocupados horarios para compartir esta ocasión muy importante para mí. Si
decido salir a divertirme, no elegiría otras personas que no fueran ustedes, chicos.
—Doy un vistazo a Park—. Más o menos.
Luego, levanto mi vaso.
—De todas formas, brindo por los mejores amigos que alguien puede tener.
Gracias.
Tomamos y todos aplauden y hacen hurras, luego tomo asiento.
Park se pone de pie.
—Si vamos a decir algunas palabras, el primero debo ser yo.
Los otros chicos le ceden la palabra. Se endereza, aclara su garganta y con una
expresión seria, nos mira a cada uno.
—Siempre me consideré el único lobo grande en mi manada.
Todos estallan en risas. ¿Quién iba a pensar que Park tenía la suficiente capacidad
cerebral para tener sentido del humor?
Yoongi le arroja una servilleta.
—Te robaste mis palabras, idiota.
Park se ríe también.
—Hablando en serio, yo siempre fui el único lobo dentro de mi manada… con dos
lobeznos que necesitaban mi protección. Y aunque las cosas eran un desastre
cuando Taehyung y Jeon empezaron a salir, al final todo resultó bien. Tae es feliz, y
eso es todo lo que siempre he querido para él. Y ahora, nuestras manadas se han
unido. Hay más lobos, y lobas, y lobitos… los lobitos son geniales. Lo que trato de
decir es que nunca he tenido una familia grande… pero… ahora sé lo que se siente
formar parte de una. Es lindo.
Levanta su vaso en mi dirección.
—Así que quiero brindar por el matrimonio de Jungkook y Taehyung. Si alguna vez
rompes su corazón, te sostendré colgado boca abajo mientras Jimin rompe tus
pelotas.
¿No es esa una hermosa imagen? Aun así, asiento en dirección a Park y él toma
asiento. Da un buen trago a su bebida y me devuelve el gesto.
Luego, Namjoon se pone de pie y, por un momento, muerde su cigarro
pensativamente.
—Nunca me casare. Pensé que Jungkook y yo pensábamos igual. Los amantes son
como los Kleenex, suaves, descartables, un buen lugar donde acabar. —Todos ríen
por lo bajo—. Luego Kim Taehyung entró en nuestra oficina. Y como Jungkook es
un tipo listo, se dio cuenta de algo que los demás no supimos ver. Taehyung no es
un pañuelo sencillo y ordinario. Él es del tipo de pañuelos que uno guarda, al que se
le graba las iniciales de tu nombre. Taehyung es la meta. —Namjoon mira en mi
dirección—. Y como tú eres uno de mis mejores amigos, me alegro que vayas a
pasar el resto de tu vida a su lado. —Levanta el vaso—. Por Jungkook. Un suertudo,
miserable hijo de puta.
Levantamos nuestros vasos y riéndonos, bebemos por el brindis poco convencional,
y aún preciso, de Namjoon.
El que sigue es Seung. Se tambalea un poco cuando se para, toma un gran suspiro
y se detiene por un momento.
—Cashamientoooo, cashamiento… es lo que nos reunió… hip hip… aquí… esta
noche.
Todos nos reímos, excepto Namjoon. No creo que haya visto La princesa prometida.
Es la película favorita de Taehyung, así que la he visto unas cuantas veces.
Definitivamente, una película suave, aunque ese tipo Iñigo Montoya es genial.
—Y nosotros, todos nosotros, te apoyaremos siempre… —Seung sonríe y aclara su
garganta—. Pero hablando en serio, siendo el hombre más casado de todos, es mi
deber advertirte. Las personas cambian después del matrimonio. No todo es cena a
la luz de las velas o sexo, no importa lo que Vogue diga. Y el sexo cambia también.
A veces es rutinario, a veces ni siquiera existe… y a veces es más extraño de lo que
pudieras imaginar posible.
Cubro mis oídos. Usualmente, Seung mantiene sus actividades de alcoba con mi
hermana para sí mismo. Y definitivamente lo prefiero de esa manera.
—Cuando estas casado, lo más importante no es estar enamorado. Es asegurarte
de que te casas con tu mejor compañero. Un compañero, una persona con la que
quieres pasar buenos momentos, los momentos de mierda, y todo lo que haya en el
medio. Has encontrado ese compañero en Taehyung. Eres mi mejor amigo,
Jungkook, y te quiero, amigo. Pero ¿ahora? También estoy orgulloso de ti. De veras
que estoy malditamente orgulloso. Felicitaciones.
Levanto mi vaso en dirección a Seung.
—Gracias, amigo, significa mucho para mí. —Y de veras que es así.
Finalmente, Yoongi se pone de pie en el centro del salón.
—Probablemente, soy el que más agradecido está de que Jungkook y Taehyung
estén juntos. Gracias a Taehyung, conocí a mi angelical esposo, Jimin. Y aunque
muchas veces es un dolor en el trasero, por encima de eso… él me completa.
—Yoongi mira su vaso por un momento, moviendo el líquido en su interior, antes de
mirarme nuevamente—. He conocido a Jungkook durante toda mi vida. Éramos
mejores amigos, incluso antes de nacer. Así que he visto muchos de sus éxitos.
Estuve ahí cuando obtuvo las mejores calificaciones, cuando consiguió los mejores
clientes, cuando pilló a las chicas y chicos más calientes. Durante todo ese tiempo,
Jungkook se veía… satisfecho, pero no sorprendido. Como si todos esos logros
fueran… esperados. Trabajó duro por ellos, siempre se los mereció, y eso, él lo
sabía.
Los ojos de Yoongi se encuentran con los míos, y me habla directamente.
—Pero ¿cuándo miras a Taehyung? Te ves… agradecido. Como si, aunque
supieras que eres una mierda, no puedes terminar de creer que eres el afortunado
bastardo que lo tiene. Y… de verdad que se te ve muy bien, amigo.
Yoongi levanta su vaso.
—No voy a desearte la felicidad, porque ya la tienes. Así que sólo diré: que la ruta te
acompañe, que el viento esté siempre a tu espalda, que el sol siempre brille
cálidamente en tu cara, que vivas todo el tiempo que desees, que después de tus
hijos, vengan muchas generaciones más, que vivas 100 años con un año extra para
que puedas arrepentirte de tus errores. Y que el día más triste en tu vida y en la de
Taehyung no sea peor que el día más feliz que hayan experimentado.
Cuando Yoongi termina su discurso, estoy emocionado hasta las lágrimas.
Tomo mi bebida hasta el final para ocultarlo. Luego, me pongo de pie y lo abrazo.
Un abrazo del tipo borracho, levanta-del-suelo-sus-pies.
Buenos momentos.
***
Después del brandy y los cigarros, nos dirigimos hacia afuera. Yoongi desea un
cigarrillo. Aparentemente, los cigarros no aumentaron nuestras probabilidades de
contraer cáncer de pulmón como él deseaba. Nos quedamos en la esquina mientras
él enciende uno. Cruzando la calle, hay un moderno y elegante bar. Una música
estridente sale de sus ventanas esmeriladas y enmarcadas con luces de neón, y su
estacionamiento está lleno de autos deportivos de último modelo. Al lado de la
entrada del bar, en una banca, está sentado un rubio platinado de cabello lacio y
cuerpo de infarto. Lleva puesto una camisa de seda y unos jens apretados, con
unas botas negras al tobillo que resalta todo su cuerpo. Es un hombre caliente y
está solo. Es una gran oportunidad para Dipshit** de probar las habilidades que
generosamente le estoy tratando de enseñar. Quizá meterse bajo sus pantalones. O
posiblemente que le den un puñetazo en la cara. Ambos escenarios serían un juego
de ganar-ganar en mi opinión.
—Hey Park —le digo—. Echa un vistazo. Chico solo a las nueve, en las calles de las
Vegas, un joven en apuros. ¿Tal vez deberías ir a ver si necesita ayuda e iniciar una
conversación?
Namjoon está de acuerdo.
—La carta de caballerosidad siempre funciona.
—Comportarse como un caballero es, de hecho, muy importante para mí — le digo.
—Sí, eres un caballero de armadura blanca, amigo —bufa Namjoon.
Con el coraje corriendo por sus venas gracias al alcohol, Park cruza la calle y se
detiene a unos pasos de él, lo cual es muy inteligente. No hay que ponerlo nervioso
invadiendo su espacio personal. Se presenta con la clásica forma de acercarse a
alguien.
—Eres precioso.
Él mira hacia arriba rápidamente, luego emite una risita y mira hacia otro lado.
—Gracias.
Park se acerca más.
—Así que… ¿necesitas que te acerque a algún lado? No somos asesinos seriales ni
nada, solo un grupo de chicos saliendo a tomar algo. Tenemos una limo. Puedes
venir con nosotros, o si prefieres, puedo llevarte a donde quieras ir.
Su cabeza gira hacia el bar, un poco nerviosamente.
—Se supone que estoy esperando a mi novio.
Park se sienta a su lado en la banca.
—No sé qué clase de hombre deja a un chico tan hermoso solo esperando afuera
en la calle. Si fueras mi chico, nunca haría eso.
Buen chico. Debería palmearlo en la cabeza.
Hasta que…
—¡¿Qué demonios acabas de decir?!
Esa pequeña exquisitez de chico está acompañado por un hombre rubio y
musculoso que sale por un costado del bar, con otros cuatro hombres iguales que
él. Lo que les falta de altura lo compensan con sus contexturas sólidas, lo que mi
madre llamaría “grandes huesos”. Probablemente estén rondando los 20 años de
edad. Uno de ellos tiene una gorra de la Universidad de Nevada, otro tiene una
sudadera con letras griegas.
Chicos de fraternidad.
Aunque alguna vez fui uno de ellos, no me daba cuenta cuán repulsivos y molestos
puede ser este particular grupo de gente, hasta que me gradué.
Representan las palabras joven, tonto y lleno de semen. Como siempre van en
grupo, tienen esa mentalidad de mafiosos, envalentonados, ruidosos y
constantemente tratando de impresionar a los demás con lo que hacen.
Y Park Bogum está en la mira de ellos. Nada bueno.
Park comienza a responder.
—Decía que…
Me acerco rápidamente con Namjoon, Yoongi y Seung pegados a mis talones, para
asegurarme que no asesinen a Park. A Taehyung no le gustaría.
El simio rubio #1 empuja a Park en el pecho. Lo verdaderamente extraño es que eso
de verdad me rompe las pelotas.
—¿Le estás hablando a mi novio, perdedor? —Agarra al chico por el brazo— . Te
dije que esperaras, perra, no que pudieras hablar.
Me paro enfrente de Bogum.
—Hey, amigos, creo que ha habido un pequeño malentendido.
—Creo que esto no es de tu incumbencia.
—No tienes idea de cuánto me gustaría que eso fuera verdad, pero
desafortunadamente, no lo es. Mi amigo pensó que el chico necesitaba ayuda.
Estaba cuidando de él, eso es todo. Ningún daño, ningún problema.
—Tu amigo cometió un grave error al tratar de ligar con mi novio. Voy a patearle el
trasero.
Luego, me escupe en el zapato. ¡Qué clase! Ya no tengo muchas ganas de resolver
esto diplomáticamente.
—Bueno, si te vas a comportar como un imbécil…
El pequeño rubio intenta intervenir, le pone una mano en el pecho al tipo mientras
con la otra le frota el brazo para tratar de calmar la bestia salvaje en él.
—No hizo nada, sólo déjalo ir, Blair.
No puedo evitar reírme entre dientes.
—¿Blair? ¿Tu nombre es Blair? Cristo, no me sorprende porqué estás tan enojado.
Me compadezco de ti.
Manteniendo la mirada en el grupo de retardados que lo acompaña, me dirijo a
Yoongi:
—¿Ves lo que sucede cuando a los padres no les importa el nombre de sus hijos?
Este es tu futuro, amigo.
En caso de que no lo notes, no me siento intimidado por el bocazas del chico de
fraternidad. Porque él, al igual que la mayoría de los machos, son unos maricas.
¿Los hombres verdaderamente duros? ¿Hombres realmente peligrosos? Son los
que se mantienen silenciosos. No necesitan montar un show o anunciar todo el
dolor que piensan infligirte. Simplemente lo hacen sin que siquiera tengas tiempo de
llegar a tener miedo. O lo veas venir.
Blair se para frente a mí, pero Park se interpone entre nosotros, levantando sus
manos.
—Detente, espera un segundo. Esto es entre tú y yo, imbécil. Mantén a mis amigos
fuera del problema.
Miro a Park como si hubiera perdido la cabeza, porque estoy casi seguro que la
perdió.
—¿Estás loco?
Me mira por encima de su hombro.
—Tae nunca me perdonará si te pierdes la boda por estar en el hospital. Y crecí con
Jimin-, si hay algo que sé, es cómo dar una paliza.
A partir de ese momento, mi opinión sobre Park cambia por completo para siempre.
Sigue siendo un idiota, como lo acaba de demostrar. Y por su historia con Tae,
nunca me gustará. Pero ¿exponiéndose de esta manera al peligro? ¿Tratando de
proteger a los chicos y a mí? Se necesitan pelotas… de metal. Se acaba de ganar
mi respeto.
Yoongi, Seung y Namjoon están alineados detrás de mí, tensos y listos. Tomo un
respiro y pregunto:
—Yoongi, ¿estás de acuerdo con el plan?
—Absolutamente.
—¿Qué hay de ti, Namjoon? ¿Te anotas?
Se ríe entre dientes tenebrosamente.
—Siempre me anoto, amigo.
—¿Seung?
—¿Por qué no? A la mierda con ellos.
Esas son las únicas respuestas que necesito. Camino alrededor de Park, cerca de
Blair.
—Bien, puedes patearle el trasero. El resto de nosotros nos sentaremos a mirar.
Su rostro se muestra confuso.
—¿En serio?
Sonrío.
—No, idiota. Estoy bromeando.
Hasta que mis palabras son registradas en su confuso cerebro, mi puño ya está
volando a la nariz del bastardo, quebrándola ampliamente. Luego, el infierno se
desata.
***
CAPITULO 12
Creo que deberíamos dar un paso atrás y tomar nota de la cantidad de alcohol que
los chicos y yo hemos consumido hasta el momento. Allí estaban los chupitos y las
cervezas en la piscina, los escoceses en la habitación y en el casino, el vino con la
cena, el coñac después, y ahora el vodka que estamos pasando alrededor como
borrachos acurrucados cerca de un cubo de basura en llamas.
No soy un peso ligero, pero eso es un montón de jodido alcohol. Estamos
fuera-y-fuera de los salones, por el amor de Dios. A pesar de que se ha extendido a
lo largo de la hora, eventualmente esa mierda se pone al día contigo. Un minuto lo
tienes todo bajo control, luego de tomar el último chupito. Las escaleras se inclinan,
y te encuentras en el piso, incapaz de caminar o formar una frase coherente sin
babear.
Recuerda este hecho.
Tengo la sensación de que va a jugar un papel importante en lo que queda por
delante.
***
**//C arpe diem: es una locución latina que literalmente significa “toma el día” o “aprovecha el momento”, en el sentido de no
malgastarlo.//**
Resoplo.
—No estás más que borracho. No te vayas a deprimir ahora. Si comienzas a llorar,
te lanzó del carro mientras aún está en movimiento.
Seung no reconoce mi advertencia. Se inclina hacia la partición que nos separa del
conductor y murmura:
—Te voy a dar cien dólares si puedes acercarte a ellas.
Sin tráfico en sentido contrario, el conductor cruza la doble línea y se hace a la par
con el Lincoln.
Las palabras de Seung salen atropelladamente cuando él se pone de pie.
—Cruzando ésta la lista por hacer. —Luego se desabrocha el cinturón y agarra la
cintura de los pantalones, bajándolos hasta los tobillos, con boxers y todo.
Todos los chicos en el auto levantan sus manos para tratar de bloquear el
espectáculo. Gemimos y nos quejamos.
—¡Mis ojos! ¡Se queman!
—Pon la boa constrictor de nuevo en su jaula, hombre.
—Ese no es el culo que planeé ver esta noche.
Nuestras protestas caen en oídos sordos. Seung es un hombre en una misión. Sin
palabras, se pone en cuclillas y empuja su culo blanco-como-un-lirio por la ventana,
deslumbrando a la pandilla de abuelitas en el coche junto a nosotros.
Apuesto a que pensaste que este tipo de cosas sólo ocurren en las películas.
Él sonríe mientras su culo es acariciado por el viento por unos buenos noventa
segundos, asegurando la óptima vista. Entonces tira de sus pantalones arriba, se da
la vuelta, y se inclina por la ventana, riendo.
—¿Disfrutaron de la luna llena, señoras?
Guauu. Seung no suele ser el tipo que asalta visualmente a las ancianas. Sin previo
aviso, su loco carcajeo se corta. Está en silencio durante un segundo, luego lo
escucho exhalar una sola palabra estrangulada.
—¿Abuela?
Entonces se agacha de nuevo en la limusina, con el rostro grisáceo, aturdido, y
totalmente sobrio. Se queda mirando al suelo.
—No hay manera de que eso acabe de suceder.
Yoongi y yo nos miramos el uno al otro esperanzadoramente, entonces nos
apresuramos a la ventana. Efectivamente, en el asiento del conductor de ese gran y
viejo coche no es otra que Loretta P. Reinhart. Mamá de George; abuela de Seung.
Cuáles son las jodidas probabilidades, ¿eh?
Loretta siempre fue una vieja perra de mal humor. No tiene sentido del humor.
Incluso cuando yo era un niño me odiaba. Pensaba que yo era una mala influencia
para su precioso nieto.
No sé de dónde sacó esa idea.
Ella se mudó a Arizona hace años. Como muchas mujeres de su edad, todavía
disfruta de un buen tirón en la máquina traga monedas, razón de sus frecuentes
viajes a la ciudad del pecado. Al parecer, este es uno de esos viajes. Yoongi y yo
saludamos y sonreímos, en un similar y armonioso sonsonete cantarín llamamos:
—Hola, señora Reinhart.
Ella sacude un arrugado puño en nuestra dirección. Entonces su compañera de
cabello esponjado en el asiento trasero nos da el dedo. Estoy bastante seguro de
que es la maldita cosa más divertida que he visto nunca.
Los dos colapsamos de nuevo en nuestros asientos, riendo histéricamente.
Seung sale de su estupor y le grita al conductor:
—¡Por el amor de Dios, hombre, acelere!
Aceleramos en la noche, aullando como Mad Hatters con gas de la risa.
Todos nosotros, excepto Seung. Conoces el dicho ¿“Lo que pasa en Las Vegas se
queda en Las Vegas”? No creo que mi cuñado vaya a ser tan afortunado.
***
El nombre del club de striptease es el Paraíso. Un edificio sin ventanas de dos
pisos, color arena rodeado de frondosos árboles, estatuas de piedra, un estanque, y
varias fuentes. El ambiente como-un-oasis destaca en marcado contraste con el
árido desierto a su alrededor. A pesar de que la señal ilumina un moderno neón,
casi espero ver personas en togas, llevando grandes hojas de palma y malditas
uvas, paseando por el exterior.
Llegamos a la puerta principal. Es posible que desees prepararte. No quiero que
nadie se desplome de la conmoción. Porque, tienes que entender, los hombres son
esencialmente cerdos en ropa humana. Lo admito. No hay fin a las pervertidas
travesuras, fetiches, puntos fuertes y fantasías que somos capaces de soñar.
Y esté antro abastece a todos y cada uno de ellos.
La puerta se abre con una pelirroja como de unos cuarenta años en un camisón
verde oscuro con zapatos de tacón a juego. Tiene facciones aristocráticas, piel
pálida, labios carnosos, pómulos altos, muy bien acentuados por una costosa
cirugía plástica muy sutil.
—Bienvenidos al Paraíso, caballeros. Hemos estado esperándolos.
Paredes de color crema, baldosas de mármol, y una chimenea de piedra blanca
hacen que el vestíbulo se siente acogedor y cálido. Casi hogareño. Profunda, sexy
música martillea detrás de una puerta de caoba oscuro en el lado opuesto de la
habitación.
—Mi nombre es Carla; voy a ser su anfitriona esta noche. Si hay algo que pueda
hacer por ustedes durante su estancia, cualquier cosa, por favor no duden en
preguntar.
La boca de Park cuelga abierta, como un pez que ha visto el rostro de Dios. Yoongi
y Namjoon están risueños con anticipación, mientras que Seung todavía se ve
aturdido por mostrarle el culo a su abuela.
Pero apuesto a que va a olvidar todo eso en breve. Entramos en la habitación de al
lado. Las luces son bajas, como siempre en lugares como este, pero la habitación
es enorme para un club de striptease. Un escenario principal se encuentra en el
centro, con dos escenarios más pequeños al lado de él, cada uno con un poste
plateado estándar. Un largo bar de cristal se alinea en una pared, con dos bailarines
en tanga balanceándose en la parte superior.
Hombres y mujeres de todas las edades se encuentran dispersos por todas partes,
en pequeñas mesas, cabinas, y taburetes. Y cada uno de ellos tiene al menos dos
chicas o chicos a su lado. Por el rabillo de mi ojo veo a un tipo de cabello color
pimienta amasando las tetas de una rubia con coletas y un uniforme católico de
colegiala. Detrás de ellos, un hombre de pelo negro se levanta desnudo en una
mesa, deslizando un chupete en su ano. Luego se inclina y lo mete en la boca de un
tipo universitario salivando frente a él.
Te recuerda a algo de Sodoma o Gomorra, ¿no es así? Y todos sabemos cómo
terminaron.
Traté de advertirte.
Carla explica:
—A la izquierda está nuestra sala de juegos. He reservado una mesa de póquer
para su fiesta como usted pidió, Yoongi. Los dardos y billar están también
disponibles. Por ese pasillo están las cabinas para bailes privados, y arriba tenemos
habitaciones totalmente equipadas, incluso para unas interacciones más privadas, si
ustedes desean.
Ella nos conduce al bar.
—La primera ronda va por la casa. Esta es Jane. —Carla señala a una chica de
cabello oscuro detrás de la barra, con una chaqueta de traje y nada más—. Ella va a
ser su servidora privada.
Los ojos de Park siguen las largas piernas de la rubia con el culo al aire mientras
camina cerca.
—Pensé que era contra la ley tener personas desnudas y alcohol en el mismo lugar.
Yoongi niega con la cabeza.
—Eso es sólo en Nueva York y Jersey. Esta es la tierra de la prostitución legalizada.
Levanto un dedo.
—Pero todas las demás reglas se aplican. Lo que significa no tocar, a menos que
alguien te diga lo contrario.
La boca de Park todavía está colgando abierta. Se la cierro contundentemente.
—Contrólate, hombre. No nos avergüences o te haré ir a sentarte en el coche.
Él obliga a su rostro a relajarse. Luego menea la cabeza y deja caer sus hombros.
—No, está bien. Estoy bien. Soy. . . ¡Mierda! ¡¿Ves esa chica con la piruleta?!
Desesperado.
Me aparto.
—Jane, voy a tomar un whisky en las rocas, por favor.
Recibo una sonrisa.
—Ya mismo, señor Jeon.
Carla se despide.
—Voy a estar cerca por si necesitan mi ayuda. Disfruten de la velada, señores.
—Tan pronto como ella se aleja, dos chicas y dos chicos convergen sobre nosotros,
cada uno más impresionante que el anterior.
Me tomo mi whisky mientras un stripper cubierto en una minúscula tanga-azul de
encaje se encuentra con mis ojos.
—¿Así que esta es una despedida de soltero? ¿Y tú eres el novio?
Sonrío.
—Ese soy yo.
—Me encantan los novios.
La pequeña charla con los strippers en realidad no es la norma. Por lo general, es
más una transacción: frotar y girar a cambio de unos cuantos billetes.
Pero este no es tu típico club de striptease. Y yo soy un tipo muy amable.
—¿Y eso?
—Siempre son los más salvajes.
—Yo no. Esta noche es más para mis amigos. Sólo soy un espectador inocente.
Se ríe y pellizca mi mejilla.
—No pareces inocente. —Le da a mi cara una mini bofetada—. Te ves más como el
tipo malo.
—Culpable de los cargos.
Una chica de pelo rizado con caderas anchas, vistiendo un bikini púrpura y estando
junto a Namjoon, compite por mi atención.
—¿Quieres ver un truco de magia?
—Claro.
De la nada, ella sostiene un gran pepino.
—Voy a hacer que este pepino desaparezca. Presta especial atención. —Ella
despega su bikini, extiende las piernas, e inserta el extremo del pepino en su coño.
Entonces levanta las manos sobre su cabeza. Sus músculos abdominales se
aprietan, y por arte de magia el pepino se desliza hacia arriba, desapareciendo en
su coño.
Ahora todas nuestras bocas están colgando abiertas como Park.
Entonces, el pepino se asoma y se desliza hacia abajo. Ella lo agarra y dice
dulcemente:
—¡Ta-da!
Aplaudo.
—Eres una chica muy talentosa.
Sí, yo voy al infierno. Pero por lo menos voy a estar en buena compañía.
Namjoon levanta sus manos, los dedos separados.
—Le doy un diez por creatividad.
Yoongi añade:
—Serías una perfecta candidata para ese show Factor X.
Ella sólo me sonríe.
—¿Qué tal un baile privado, te puedo mostrar todos mis talentos?
Me encojo de hombros.
—Tal vez más tarde.
***
CAPITULO 13
Después de que las luces del escenario se apagan y soy desatado de la
silla, no puedo salir del escenario con la suficiente rapidez. Hago una línea
recta hacia mi lugar feliz, también conocido como el bar.
Los chicos me rodean, palmeándome en la espalda y riéndose como los
chimpancés en el zoológico.
—Me quedo con esos segundos cualquier día. . . . ¡No había nada
descuidado sobre ese moreno!
Jesús.
Voy de mirar mi bebida a tragarla en 0,5 segundos. No hay manera de que
le cuente a Taehyung.
No me mires así. Quien dijera que la honestidad era la mejor política nunca
vivió con nadie. A veces, lo mejor es mantener la boca cerrada. Existen
ciertas cosas que las personas no quieren saber, cosas, como esto, que
lograrán nada más que molestarlas.
—Hola.
—Hey.
—Soy Baek.
La revelación me sorprende.
Su sonrisa se ensancha.
—Vaya, eres tan dulce. —Su voz se reduce a un susurro, como si
estuviera a punto de derramar información de alto secreto—. Pero en
realidad no soy un stripper, ya sabes.
Él se ríe.
Comento secamente:
—¿Un estudiante haciendo strippers en su camino a través de la
universidad? Qué tan estereotipado.
—¿Qué?
—Tú... no te pareces en nada a los otros novios que he visto en este lugar.
Ellos actúan como si yo fuera su última comida antes de la ejecución. Pero
tú eres diferente. Es agradable.
—¿Qué tal si vamos a la parte de atrás para un baile privado? Incluso te lo
haré gratis. Será un placer.
—No puedo.
—¿Tienes uno de esos locos y controladores novios? ¿Del tipo que te
hace prometer no bailes privados, incluso en tu despedida de soltero?
—De ningún modo. No creo que él estaría cabreado. Pero. . . Creo que
estaría herido.
Eso es lo que nadie te dice sobre estar enamorado. Claro que es
magnífico y sorprendente y se siente jodidamente fantástico. Pero hay
estrés también.
Sonrío.
Antes de que llegue a su destino, tengo una idea. La práctica hace al
maestro, y no hay mejor práctica que un stripper nuevo de mente abierta.
Llamo a su espalda.
—Bueno.
Sólo estoy acumulando buenas acciones hoy, ¿no? Toco en sus hombros.
—¡Diviértanse niños!
No se trata sólo de los bailarines, se trata de hacer que los clientes se
sientan como reyes. Anticipándose a sus necesidades y deseos.
Sonrío.
Mi pene tiene fabulosas ideas, sucias sobre cómo pasar cada minuto de
esas horas.
agarran su vaso de agua, la forma en que lame sus labios y desliza el
tenedor en su boca.
Cristo.
No es mi mejor idea.
Mi polla se sacude, como un toro salvaje con muchas ganas de salir de su
jaula.
Me inclino hacia delante en la silla y corro mi dedo hacia arriba y abajo de
su brazo desnudo.
Esta es una de esas preguntas hipotéticas difíciles que a las personas les
encanta hacer, sólo para joder tu cabeza .
—Después, hubiera pagado tu tarifa del taxi y me hubiera ido por mi feliz,
satisfecho sexualmente camino a casa. —Guiño—. Y hubiera clasificado
nuestra noche como la mejor de mi vida. Hasta aquí.
—Yo no he dicho eso. Al igual que la mayoría de los genios, mis epifanías
toman un poco de tiempo para instalarse. Me hubiera pasado la mayor
parte del domingo recordando, pero para el domingo a la noche, estaría
comenzado a buscar la manera de encontrarte de nuevo.
Me gusta el paisaje.
—He demostrado más allá de toda duda razonable que cuando se trata
de ti, mis reglas fueron siempre hechas para ser rotas. Si fueras la
montaña en cuestión, hubiera comprado todo el parque de atracciones de
mierda y te hubiera montado hasta que no pudiera verte bien.
La mano libre de Taehyung se desliza hacia arriba de mi muslo,
avanzando cerca de la tierra santa. Su voz está bromista. Juguetona.
—Nop.
—Y yo te dejaría.
Es en momentos como este que deseo que Dios hubiera hecho a la gente
más como los pulpos —seis manos extra serían convenientes en este
instante.
Esto me recuerda a la primera vez que nos besamos, esa noche en mi
oficina años atrás. Se siente igual que aquella noche, deseaba a
Taehyung, fantasee con él durante semanas después también. La
diferencia ahora es que, sé exactamente lo que he estado jodidamente
extrañando. Así que estoy más hambriento, bordeando totalmente fuera
de control.
y él continúa temblando con las réplicas. Todavía dentro de él, levanto mi
cabeza y cepillo el pelo de la cara.
—Alucinante.
La tomo.
Literalmente.
Resoplo.
—No puedo creer que esperamos tanto tiempo para tener sexo en un
callejón. ¿Qué estaba pensando?
—¿Qué dices, Reinhart, tú y yo y dos de las damas más flexibles del club?
Yoongi sonríe.
Yoongi se ríe.
—No creo que los hombres casados pertenezcan a una cabina privada. Si
quiero un espectáculo de striptease, voy a comprarle a mi esposa
lecciones de pole dancing. —Su rostro se ilumina—. De hecho, ese va a
ser el regalo del día de la madre. Boom-tacha eso de la lista.
Entonces, los cinco fuimos de nuevo a la sala de juegos para un torneo de
dardos. ¿Nos ves allí? Namjoon está tomando su turno, Seung ve a otro
miembro del Stripper Lollipop Guild jugando al escondite con el Blow
Pop** a través de la habitación, mientras que Yoongi, Park, y yo nos
apoyábamos contra la pared cuidando nuestras bebidas.
—¿Qué es gracioso?
—Nada.
Ooomph.
Lo ignoro.
Namjoon dice:
Algo dentro de mí se agrieto. Quebró. Yoongi —el único que siente cuán
peligrosamente cerca del borde estoy— intenta detenerme.
—Jungkook...
Park interrumpe:
—¿Podrías dejar de ser un maldito hipócrita? —Él sostiene sus manos a lo
ancho—. ¿Ves a dónde estamos en este momento?
Por qué, ¿volviendo a los días del hombre de las cavernas? No tenían
tiempo para considerar las ramificaciones de sus acciones cuando un
mamut lanudo se dirigía hacia ellos. Lo único que podían hacer era
reaccionar. Ese mismo instinto primario me está empujando ahora. Me
conduce a hacer algo, cualquier cosa, para deshacerme de los celos que
queman a través de mi pecho.
Érase una vez un hombre, y él era increíble. Tenía la vida perfecta, buena
apariencia, un gran trabajo, dinero para quemar, y mujeres y hombres
tropezándose entre ellos para dejarse follar por él. Él era el as en la
manga. Un número uno. Sr. Sin Disculpas, sé exactamente lo que quiero y
lo consigo, si no estás conmigo, estás contra mí, súbete a bordo o lárgate.
Me gustaba ese tipo. Él llamaba por tragos. Él estaba en control. Y nunca
hubo un momento en que se sintiera tan mal como lo hago ahora. Sobre
cualquier cosa.
Sé lo que habría dicho en un momento como este: Stella puede lamer las
bolas de Chomper; Jungkook es el que necesita conseguir su ritmo de
vuelta. Entonces él habría agarrado a una stripper y pagaría por un baile
privado lascivo, tal vez pagaría por más. Para igualar el marcador.
¿Cómo la mierda que esto es, como lo enfermo y celoso que ver esas
fotos me hacen sentir? Sé de algo que se siente aún peor.
dado por amor, no valía. Y eso es lo que Taehyung siempre será para mí.
Él es mi misericordia.
Me froto los ojos y respiro. Los chicos me miran mientras camino al bar y
me siento.
Me encojo de hombros.
Además, tú sabes tan bien como yo que Taehyung no consiguió ese baile
privado porque él lo quería, más de lo que yo quería un maldita tanga en
mi boca. Las
Aún apesta, sin embargo. Qué es el por qué cuando Namjoon repite la
pregunta de Park, le digo:
—Voy a hacer lo que cualquier hombre en mi lugar haría. Voy a follar a la
bebida.
Me encojo de hombros.
He aquí un hecho para ti, los hombres harán prácticamente cualquier cosa
por una camiseta. Tiros libres hasta que nuestras espaldas se rindan,
comer hotdog hasta que nuestros estómagos se rompan. ¿Si existe la
posibilidad de adquirir una prenda de algodón barato que proclame
nuestro logro? Somos incapaces de resistir.
CAPITULO 14
La capacidad de tu cuerpo para absorber el alcohol y aún funcionar depende de
varios factores: el peso, la salud del hígado, los patrones pasados de consumo. La
mayoría de los adultos tienen ya esto resuelto, pero por si acaso eres uno de
aquellos que no lo saben, voy a decirte. Hay diferentes niveles de intoxicación.
En primer lugar, está esa caliente, feliz sensación que la persona promedio obtiene
después de una bebida o dos. La mayoría todavía podría conducir un coche con
seguridad y, a menos que tengas un índice de masa corporal bajo, probablemente
pasar un alcoholímetro. Llamamos a esto, estar mareado.
Luego, en el rango de tres a cinco bebidas, algunas personas se ponen un poco
tontas. Habladoras. Posiblemente molestas. Eres más allá de feliz en este
momento, y hasta los acontecimientos más mundanos parecen hilarantes. Esto se
conoce a menudo como estar alegre.
A continuación, hay embriaguez real. Para ahora, has perdido la cuenta del número
de bebidas que has bebido. Podría morder a un agujero a través de tu lengua, pero
no sentirlo. Estás arrastrando tus palabras, y balanceándote sobre tus pies.
Llamaremos a esto estar en pedo.
El último nivel de intoxicación es total y jodidamente destruido. El pensamiento
coherente está más o menos ido. La coordinación es inexistente. Y tu conciencia de
ti mismo es igual a la de una mosca de la fruta.
Alrededor de una hora después de estallar el corcho de la boca de Pandora, estoy
jodidamente destruido. Moverse es un poco un desafío. Es similar a esas pesadillas
cuando el asesino del hacha te persigue, y no importa cuánto te esfuerces, ¿no
puedes hacer que tus piernas se muevan? Se siente como un grueso, campo de
fuerza invisible de Jell-O que está encerrando mi cuerpo, cada acción es lenta y
extenuante.
El tiempo no tiene significado. Al parecer, las células cerebrales están muriendo tan
jodidamente rápido, sólo breves momentos inconexos, lo hacen en mi memoria real.
Al igual que las fotografías tomadas con una vieja cámara Polaroid.
Por lo que puedo decir, la mayoría de los clientes en el Paraíso se han ido y mi
despedida de soltero ha asumido más o menos el control del club.
Está el rostro de Namjoon, a escasos centímetros del mío, con la boca abierta, la
lengua fuera, gritando, "¡¿Qué ondaaaaaaaaaaaa?!" Están Seung y Yoongi, detrás
de la barra, tirándole botellas al otro, haciéndose pasar por Tom Cruise haciendo el
Hippy Hippy Shake**. Está Park, obteniendo lecciones de striptease de una
bailarina-tratando de girar alrededor del poste y cayendo.
Como si ese chico necesitara otro golpe en la cabeza.
**//The Hippy Hippy Shake" es una canción escrita y grabada por Chan Romero en 1959.//**
Luego estamos todos nosotros, en el escenario, mi brazo echado sobre los hombros
de Park mientras cantábamos a viva voz “Making Love out of Nothing at All” por Air
Supply, mientras que Seung, Yoongi, y Namjoon cantan en el fondo.
Cristo Todopoderoso.
Cuando la niebla se despeja, estoy en el bar, mi mejilla apoyada descuidadamente
en mi mano. Sentado a mi lado se encuentra el stripper de pelo oscuro que me
montó al escenario. Sé que debería saber su nombre, pero no puedo recordarlo. Él
está hablando animadamente: sus manos se mueven tan rápido como su boca. Sólo
oigo cada tres palabras o menos.
Miro a la botella que está en la barra junto a mí. Esta tres cuartos vacía. Me encojo
de hombros, llevo la botella a los labios y sólo manejo tomar una copa. Un poco del
líquido rojo gotea por mi barbilla y empapa mi camisa. Esto es vergonzoso, nunca
he sido un borracho descuidado.
—… así que, estás de acuerdo con eso, ¿verdad, Jungkook?
El escuchar mi nombre llama mi atención, y me dirijo hacia el sonido. Como un
perro.
—¿Eh?
Él sonríe.
—No suelo hacer esto, pero ustedes son un montón de diversión.
Estoy de acuerdo.
—Sips….. sssomoss nosoros. Somos el GT**… sí….
**//Gran Turismo.//**
***
Algún tiempo después, podrían ser tres horas o treinta minutos, me doy cuenta de
que estoy sentado en una silla, en una de las mesas de póker del fondo.
Cinco cartas en la mano y una pila de fichas a mi lado.
No puedo sentir mi cara y por un momento, me temo que podría haber caído en la
mierda. Bofeteo mis mejillas.
Aún allí. Impresionante.
Al otro lado de la mesa, Yoongi tiene sus propias cartas en la mano. Detrás de él,
una rubia escultural en un body negro de malla le frotaba los hombros, dándole un
masaje mientras juega. Al lado de Yoongi esta Seung. Él también tiene cartas en su
mano... y una chica asiática caliente en su regazo.
Ambos parecen estar en el nivel en pedo, por lo que... eso explica muchas cosas.
En el escenario, Park Bogum rasguea una guitarra que debe haber sacado de su
culo, cantando “Mandy”, de Barry Manilow.
Mi teléfono vibra, pero cuando trato de sacarlo fuera de mi bolsillo, salta fuera de
mis manos y al suelo. Empujo mi silla hacia atrás y me pongo de rodillas bajo la
mesa para buscarlo. Encuentro al bastardo escurridizo, pero cuando empiezo a
ponerme de pie, mis ojos aterrizan en el bar.
Y es una de las vistas más gloriosas que jamás he visto.
Es Taehyung.
Él está en pantalones vaqueros y una camiseta de espaldas a mí, pero todavía
sé-estoy seguro-que es él. Estoy jodidamente tan aliviado, que medio consigo a un
pequeño nudo en la garganta. No puedo explicar por qué, pero se siente como que
ha pasado tanto desde que lo he visto, malditos años. Al igual que ha sucedido
mucho.
Lo he echado de menos. Y ahora él está aquí.
Deben de haber venido aquí para sorprendernos. ¡Qué gran sorpresa! Me pongo de
pie a mí mismo y tropiezo hacia adelante. Envuelvo mis brazos alrededor de él
desde atrás, acercándolo contra mi pecho. Entierro mi cara en su pelo, y lo respiro,
disfrutando de la maravilla relajante de estar rodeado de todas las cosas de
Taehyung.
En algún lugar, en mi cerebro marinado de Pandora, reconozco que Taehyung
huele… diferente.
Mal.
Pero lo rechazo. Porque estoy demasiado estúpidamente feliz de dar una mierda
por algo tan trivial.
Lamo mis labios y pongo toda mi energía en no arrastrar mis palabras cuando le
susurró al oído:
—Estoy tan contento de que estés aquí. Solo vamos a... irnos. Tú y yo. Ellos no se
darán cuenta que nos hemos ido. No me importa nada de estas cosas, yo sólo
quiero estar contigo. Quiero ir de regreso al hotel e inventar nuevas maneras de
hacerte llegar.
Mis ojos se cierran, y rozo mi nariz contra su mejilla. Mi mano encuentra la barbilla
de Taehyung y giro su cara hacia mí. Así puedo saborearlo, así puedo presionar mis
labios con los de él y demostrarle lo mucho que lo deseo, lo mucho que lo necesito.
Pero antes de que nuestros labios se encuentren…
Hay un estruendo en la distancia. Una conmoción. Y una maliciosa voz dice en voz
alta:
—Oh, infiernos no....
Mis ojos están todavía cerrados, y sin previo aviso, mi equilibrio hace un 180.
Entonces me estoy cayendo. En la oscuridad total.
CAPITULO 15
¿Ven a ese chico en la cama? Aquel con la grisácea, piel fría y húmeda, ¿vistiendo
ropa arrugada de la noche anterior? No, no es un cadáver. Soy yo, Jeon Jungkook.
No es mi mejor pinta, lo admito. Pero es la mañana siguiente. El momento en el que
se paga los platos rotos. Alguien debería tomarme un foto, haría una gran cartelera
anti beber. “Así es como un estúpido luce, niños”.
Cuando se piensa en ello, las resacas son bastante interesantes. Son la forma en
que tu cuerpo te llama imbécil. O de decir “te lo dije.” Sabes cómo me siento.
Todos hemos estado allí. Mi estómago está rodando, mi cabeza está golpeando, mi
boca está seca, y mi aliento huele como si acabara de comer un sándwich mierda
de perro. Yum.
La alarma del reloj sobre la mesa de noche se enciende, música resuena de los
altavoces, y estoy bastante seguro de que mi cráneo se rompió en dos. Ruedo de mi
lado y exhalo un gemido. No se sienten mal por mí, ¿verdad? Lo entiendo. Si
quieres jugar, tienes que pagar. No cometas el crimen si no puede hacerte el
tiempo. Bla, bla, bla. Doy una palmada en el botón de la alarma y la música se
desvanece a un zumbido bajo.
Abro los ojos lo suficiente para ver que Taehyung no está en la cama junto a mí.
Mi mano se mueve a través de las sábanas donde se supone que debería estar,
pero están frías, lo que significa que él no ha estado aquí por un tiempo.
Me incorporo lentamente y preparo mis pies en el suelo. Mi estómago se agita como
un bote en el mar durante una tormenta. Me froto las sienes para tratar de aliviar el
dolor golpeteando. Y tal vez desalojar a un recuerdo. Porque yo no sé ustedes, pero
no recuerdo absolutamente nada de anoche. Está sólo… en blanco.
Como una esponja mojada en una pizarra limpia por el limpiaparabrisas.
Raro. No soy normalmente de los que se desmayan. Esa semana que Taehyung me
dejó ahogando mis penas mientras él salía pitando de regreso a su ciudad natal en
Ohio fue la única excepción. Pero no hablemos de eso.
Supongo… que no debería estar sorprendido. Los chicos son competitivos.
Pongan a un montón de nosotros en una habitación y podemos convertir cualquier
cosa en un concurso. Quién puede eructar por más tiempo, mear lo más lejos
posible, la polla de quién es más grande, quien pega más fuerte.
Quién puede beber más.
¿Es eso lo que pasó?
Me paro con rigidez y tropiezo hacia el cuarto de baño contiguo. Abro la puerta. Una
espesa nube de vapor flota fuera. El baño es enorme, tan grande como una
pequeña habitación, de pared a pared con mármol italiano. El sonido del agua
corriendo hace eco de la ducha desde el triple surtidor de la esquina.
Detrás de la falta de definición de la puerta esmerilada, veo la silueta de un hombre
con la cabeza inclinada hacia atrás bajo el chorro mientras se enjuaga su cabello
oscuro. Él es pequeño. Piel bronceada y tonificado, con un culo inequívocamente
exquisito.
Técnicamente, todavía soy católico, pero si no se han dado cuenta para ahora,
Taehyung es mi deidad. Su cuerpo es mi tierra santa, sus palabras son mi escritura,
su polla es el altar al que me arrastro sobre brasas ardientes a la adoración.
Mis ojos están pegados a las manos de Taehyung, mientras corren por su piel
resbaladiza para un enjuague final. Lamo mis labios y me imagino como sabe.
Limpio y húmedo. Vainilla y lavanda. Eso es todo lo que necesita. Mi región sur se
eleva por atención.
Atención.
Es la mente sobre la materia. O en este caso, calentura sobre resaca. Parece que a
pesar de mi frágil estado físico, el chico de abajo aún esta viril y listo para la acción
mañanera.
Ha, ha,… viril...
De todos modos, tomo dos pasos hacia el lugar, totalmente decidido a unirme a mi
prometido irresistible. Pero entonces el agua se apaga. Se abre la puerta de la
ducha; la belleza de pelo oscuro sale.
Y mi corazón cae a mis pies, como una puta bomba atómica de un avión de
combate de la Segunda Guerra Mundial. ¿Puedes oírlo silbar?
Grandes ojos marrones se encuentran con los míos mientras él llega por una toalla.
—Oye, guapo, ¿cómo te sientes? Estabas bastante loco anoche.
Él está sonriendo.
Yo no.
¿Ya saben cuándo, para algunas personas, sólo un tufillo de maní puede hacer que
inmediatamente su garganta se cierre, cortando las vías respiratorias?
No tengo una alergia al maní, pero ahora sé lo que se siente.
Dicen que cuando te estás muriendo, tu vida pasa ante tus ojos. Y te puedo decir,
con toda certeza, que tienen razón. Veo imágenes de Taehyung... de nuestro hijo
pequeño perfecto. Ellos parpadean en mi cabeza como una película muda en blanco
y negro. Son imágenes de los momentos que tuvimos, de la vida que compartimos.
Una vida que, sin lugar a dudas, ha terminado ahora. Tan muerta como los peces de
colores que Jiwoo tenía hace unos años. El que ella insistió en llevar a la playa, en
el bolsillo, para que pudiera visitar a todos sus amigos pescados. RIP Nemo.
Cenizas a las cenizas, polvo al polvo.
Sé lo que estás pensando. ¿Cuál diablos es tu problema? ¿Por qué todo el drama?
¿Por qué un pequeño arbusto desnudo está haciéndome ir todo Naranja Mecánica
psicópata con el sombrero bombín?
—¿Jungkook? ¿Estás bien?
Los problemas, chiquitos, es que el hermoso chico, mojado de pie delante de mí,
¿quién obviamente está muy familiarizado conmigo y lo que demonios haya pasado
anoche?
Él no es Kim Taehyung.
Conoces ese dicho, “¿Pellízquenme… debo estar soñando?” Bueno, patéenme
en las bolas… estoy teniendo una maldita pesadilla.
***
En una carrera todo vuelve a mí, como un montaje en avance rápido. El juego con
los chicos, la cena, la pelea, la tanga en mi boca, las caricias al stripper-Baek-en el
bar. Pero eso es todo lo que hay. Después de ese último momento, no hay más que
un vacío.
Un agujero tan negro como la bala que estoy tentado a poner justo entre mis putos
ojos en el momento.
Pensé que era él. Jesucristo. Pensé que era Taehyung. Cuando estaba
abrazándolo, tratando de besarlo. Pensé que era Taehyung.
Pero no fue así.
Me siento en la tapa del inodoro cerrada mientras Baek envuelve una toalla
alrededor de sí mismo, líneas de preocupación se graban en su cara mientras me
mira. Respiro duro, rápido, y mi corazón late como si quisiera saltar fuera de mi
pecho y correr lejos, muy lejos de este último lío.
¿Qué pasó? ¿Los chicos me recogieron y me arrastraron de regreso al hotel?
Daría mi huevo izquierdo para poder creer que es así como fue. Pero si ese es el
caso, ¿por qué este chico está en mi maldita ducha, hablando de lo loco que estaba
anoche?
Madre…
Por primera vez en mi vida, no puedo pensar en una exclamación apropiada.
Ni una maldición existente es lo suficientemente potente como para adaptarse a
esta situación. ¿Me escapé del bar con él, secuestré la limusina, y volví aquí? Eso
suena como algo que podría lograr.
Taehyung… mi estómago se retuerce… ¿Taehyung nos vio aquí?
Joder Dios Todopoderoso.
Mi corazón se acelera aún más, y creo que puedo realmente estar teniendo un
ataque al corazón. ¿Tener treinta y dos es demasiado temprano para tener un
ataque al corazón? Espero que no lo sea.
Porque él nunca me va a perdonar.
No esta vez. Todas mis cartas de sácame-de-la-cárcel ya están utilizadas.
Corro a través de todos los escenarios besa-culos que se me ocurren, todos los
métodos rastreros conocidos por el hombre.
Y no descarto ni uno.
Ninguna flor o regalo o gran gesto va a arreglar esto. Hallmark no hace una
SIENTO HABER FOLLADO A OTRO, PENSANDO QUE ERAS TÚ tarjeta.
Incluso si me explico… Taehyung nunca lo dejará pasar. Nunca lo superará. Nunca
me verá o se sentirá acerca de mí de la misma manera que lo hacía ayer.
Y no lo culpo.
Cierro los ojos y dejo caer mi cabeza en mis manos.
Él se merece más que esto, mucho más. Taehyung merece a alguien mejor que un
tipo que va a hacerle un agujero en el alma cada dos años más o menos.
Mejor que yo.
—Jungkook, ¿estás bien? ¿Debo llamar a alguien?
Antes de que pueda tartamudear las preguntas de las que no quiero saber las
respuestas, se abre la puerta del baño. Y Park Bogum asoma la cabeza. Sus ojos
se
desvían de mí, a Baek, y de nuevo a mí.
—¿Todo bien por aquí?
—No —responde él. Creo que Jungkook está realmente enfermo, boo-boo.
Enfermo.
Eso es precisamente lo que soy.
Hay algo mal en mí. Estoy jodido en la cabeza. Tú lo sabes, probablemente se
dieron cuenta hace mucho tiempo. Continuó…
Esperen.
¿Acaba de llamarlo boo-boo?
Park entra en el cuarto de baño, se detiene junto a Baek, y pone su mano en mi
hombro.
—¿Tienes que vomitar, hombre? Hazlo, te sentirás mejor. Te dije que no bebas esa
mierda anoche.
Miro a la cara de Park, tratando de recordar, de averiguar. Una pequeña chispa de
esperanza despierta en mi pecho.
—¿Ustedes…. Ustedes se acostaron anoche?
Y el idiota mea toda mi pequeña llama de esperanza.
—No, no nos acostamos.
Mierda.
Pero entonces El chico de la ducha sostiene su mano izquierda y añade
vertiginosamente.
—¡Nos casamos!
Mi cabeza se mueve bruscamente hacia arriba y el movimiento rápido hace que el
golpee de vuelta con saña aguda.
Park se endereza y pone un brazo alrededor de sus hombros-ambos luciendo
enormes sonrisas coincidentes.
Señalo entre ellos.
—¿Ustedes dos… se casaron?
Él asiente con la cabeza.
—Pensé que si las Vegas era un buen lugar suficiente para que mi primo até el
nudo, era lo suficientemente bueno para mí. —Su mirada se desplaza a Baek con
adoración—. Cuando encuentras a alguien es increíble, cuando sabes que es la
cosa verdadera, no dejas que se te pase.
Hecho una mirada.
—¿Te casaste?
Baek asiente con entusiasmo.
—En la Capilla de Boda Drive-Through. Tomamos algunas fotos. Y ahora soy
el sr. de Park.
No, todavía no puedo envolver mi cabeza alrededor de ello.
—¿Casados? ¿En serio?
La expresión de Park va de sensiblera a molesta.
—Sí, larga como la jodida polla de un pato, casados. ¿Cuál es tu problema?
Por fin lo entiendo. Donkey Dick se casó casó con el Chico Ducha. Pero lo más
importante:
No.Me.Revolqué.Con.Él.
Denle la entrada al coro de ángeles. Ahhh-le-luia, ahhh-le-luia, aleluya, aleluya,
ah-leee-luia…
No la jodí. No traicioné a Taehyung o arruiné la vida de nuestro hijo o destruí todo lo
que tenemos. Abrumado por la emoción, puedo realmente llorar de alivio.
Pero no lloro. Hago algo mucho, mucho peor. Me levanto y abrazo a Park Bogum.
—Te quiero, tío.
Sí, el estrés de los últimos minutos finalmente me ha impulsado por el borde. Nos
abrazamos por un segundo antes de que él me empuje hacia atrás, me sostenga
con el brazo extendido, y me mire con ojos marrones confusos.
—Amigo —pronuncia con disgusto.
Vuelvo a mis sentidos. Y sacudo mi cabeza confusa.
—Lo siento, yo sólo… Estoy tan feliz por ti.
¿Traducción? Estoy sobre-jodidamente-alegre-por mí. ¿Y que se casara con un
hombre que se parece extrañamente idéntico a Taehyung?
Nop, no me importa incluso.
Le doy a su espalda un golpe de felicitación.
—Tú y… Yo... —acaricio la cabeza de Baek—. Ustedes dos. Felicitaciones.
Entonces me doy cuenta de que todavía no tengo ni idea de dónde diablos esta
Taehyung. Engancho mi pulgar hacia la puerta.
—Me tengo que ir.
Tan rápido como mis pies me pueden llevar, me lanzo a la puerta.
***
EPILOGO
Así que… ¿qué hemos aprendido de esta historia?
Primero y principal, ¿fiestas de despedidas de solteros? Terrible idea.
Una vez que estás en una relación comprometida, ir a bares o clubes de striptease
sin tu media naranja es sólo buscar problemas. Quien quiera que haya iniciado la
tradición de las fiestas de despedidas de solteros, debería ser enterrado vivo en una
fosa común con el chico del karaoke y con… bueno… iba a decir Park Bogum.
Pero supongo que podemos dejarlo vivir. Ya lo he aceptado – es inofensivo.
También es tonto, molesto y… decente. Un tipo correcto, un buen amigo.
Eso ya lo sabías, ¿no es así? Nunca seremos los mejores amigos, pero las pocas
veces que tenga que verlo en el año estará bien conmigo. ¿Qué más?
Ten fe en ti mismo, de hecho, es posible aprender de tus propios errores. Yo lo hice.
Y esta vez, cuando estuve en aprietos, no lo arruiné. Creí en Taehyung, confié en lo
que teníamos e hice lo correcto. Malditamente al final lo hice.
Ahora volvamos a la parte que de verdad te interesa.
La boda.
***
***
***
***
Luego de eso, la fiesta realmente comienza. Las luces se mantienen bajas,
acentuando el alumbrado con velas de los centros de mesas, intercalados con flores
blancas. Bebemos, nos reímos y devoramos las sorprendentes delicias culinarias.
Una vez que Taehyung y yo logramos conversar con cada uno de nuestros invitados
y agradecerles por acompañarnos en nuestro “día especial”, una pareja se nos
acerca.
Park Bogum y su esposo stripper vestido de negro.
Sip, todavía siguen casados, seis días completos hasta ahora. Eso es más tiempo
de lo que hubiera apostado. Estrecho la mano de Park.
—Gusto en verte.
Miro a su acompañante de cabello oscuro.
—Y con ropa puesta, mucho mejor.
Le conté todo a Taehyung acerca del encuentro post ducha que tuvimos con el
stripper. Pensó que fue graciosísimo.
Park sonríe.
—¿Te molesta si te pido prestado a tu esposo para un baile?
Porque lo llama mi esposo, no me importa en absoluto.
—Sólo si prometes devolverlo.
Taehyung me besa en la mejilla y se va.
Su esposo se va al bar. Me quedo solo, viendo a las parejas mecerse en la pista de
baile. Hasta que Yoongi viene, con los brazos cruzados, se para a mi lado y acapara
mi atención. Señala en dirección a Taehyung y Park.
—¿Estás bien con eso?
—Por extraño que parezca, sí lo estoy.
Estamos en silencio por un momento. Quizá es por la importancia de este día, pero
me estoy sintiendo malditamente sentimental.
—¿Alguna vez te agradecí por ser mi mejor amigo?
Yoongi sonríe.
—No hace falta agradecer. Es un beneficio mutuo que hemos mantenido.
—Sí pero… gracias por sacar mi trasero del fuego, y por patearlo cuando fue
necesario. O por lo menos… hacer que Jaehwa hiciera el trabajo sucio por ti. No sé
qué haría sin ti, amigo.
—Siento lo mismo.
Después, abre sus brazos ampliamente.
—Démonos un abrazo, perra.
Me río y hacemos justamente eso, dándonos palmadas en la espalda.
Hasta que Jimin se acerca a nosotros, llorando, sosteniendo el cuchillo con el que
se supone que después cortaremos el pastel.
—¡Hijo de puta!
Algo me dice que no está hablando con Yoongi.
—Voy a apuñalarte en el escroto.
Esto suena serio.
Mientras Yoongi sujeta a su esposo, le pregunto calmadamente:
—¿Hay alguna razón para tu repentina urgencia de mutilarme sexualmente?
Le dice a su esposo:
—Helga acaba de llamar. Los documentos fueron enviados a la casa donde ella
tenía que firmar. Los documentos legales, ¡él cambió el nombre de nuestro hijo,
Yoongi!
Maldita sea. Se suponía que no tenían que llegar hasta que Taehyung y yo
estuviéramos en nuestra luna de miel, lejos, en medio del Mediterráneo por tres
maravillosas desnudas semanas.
Yoongi me mira por encima de su hombro.
—¿En serio?
Lanzo mis brazos en el aire.
—Me lo agradecerás algún día. Y Michael también.
Jimin levanta el cuchillo.
—Si no los quisiera a ustedes dos y a su hijo, no me molestaría. —Me callo por un
momento para que se entiendan mis palabras—. Y tú no tienes nada que decir.
¿Qué hay de ese mensaje que le enviaste a Bogum desde la fiesta de despedida de
soltero? Eso podría realmente haber arruinado las cosas entre Taehyung y yo. Y…
lastimó mis sentimientos.
¿Fue realmente así? No, pero tienes que jugar con las cartas que tienes.
Mis palabras calman un poco a Jimin. Tengo la sensación que él y Yoongi ya han
discutido sobre esto.
—Eso fue una broma, Jungkook. Si realmente te odiara… no pondría mucho
esfuerzo en torturarte. Simplemente te ignoraría por completo.
Yoongi interrumpe.
—Cambiaremos su nombre al que tenía. Fue una metida de pata de tu parte,
Jungkook, aunque un lindo gesto, pero volveremos al nombre que tenía.
Dudo que lo hagan. Y si lo hacen… tendré que ser más sutil en mi próximo intento.
Taehyung regresa, mostrándose solo un poco preocupado. Pero aun así, se para
protectoramente enfrente de mí.
—¿Jiminnie? ¿Recuerdas que dijimos que no habría derramamiento de sangre el
día de la boda? Es de mala suerte.
Jimin suspira y lanza el cuchillo en la mesa.
—Necesito un trago.
Yoongi asiente.
—Te acompaño.
Después de que se van, Taehyung se da vuelta a mirarme.
—Los papeles llegaron antes, ¿no es así?
—Así es.
Niega con su cabeza.
—Te dije que era una mala idea.
Envuelvo mis brazos a su alrededor porque es encantador cuando tiene razón.
—Debí haberte escuchado.
Me sonríe.
—Quizá debimos mantener el “obedecer” en los votos.
Está en lo correcto.
***
Bailamos. Despacio y dulce, sucio y pegajoso. En algún momento, mientras estoy
masajeando el trasero de Taehyung, Jihoon entra disparando en la pista de baile
con la caliente Hermana Beatrice Dugan en sus tacones. Lo recojo en mis brazos, y
la monja por la que alguna vez sentí lujuria, me sonríe con aprecio.
—¿Estás disfrutando de la celebración, Taehyung?
—Lo estoy, hermana, mucho.
—Rezaré por ustedes dos, por una larga y fructífera unión.
Hago dar saltitos a Jihoon y él chilla.
—Todas nuestras plegarias han sido escuchadas, hermana B. Guarde las suyas
para alguien que de verdad las necesite.
Hace un chasquido con su lengua.
—Todos los recién casados necesitan de la gracia del Señor, Jungkook.
Disgustado por no ser el centro de atención, Jihoon rectifica la situación.
—¡Culo! —grita, riéndose mecánicamente—. ¡Culo!
Me congelo, y los ojos de Taehyung se entrecierran.
La hermana B sonríe con suficiencia.
—Y este pequeño parece tener el carácter de Jungkook.
Taehyung abre sus ojos.
—Muy parecido, sí, parece que lo es.
La hermana B le da una palmadita en el brazo a Taehyung con simpatía.
—Entonces, rezaré el doble por ustedes.
Se dirige a nuestro hijo.
—¿Te gustaría un refresco, pequeño Jihoon?
Sus ojos se abren sorprendidos y asiente rápidamente. Lo coloco en el suelo, y
agarrando la mano de la Hermana B, se van caminando.
La música cambia a una canción más lenta, “All of me” de John Legend. Sin decir
una palabra, Taehyung coloca sus brazos en mis hombros, descanso mis manos en
su espalda baja, y nos balanceamos a ritmo con la música.
Ese es el momento cuando noto otra pareja bailando a mi derecha, no tan pegados
como lo estamos Taehyung y yo, pero aun así me sorprendo.
Porque son Jiwoo y Maldito Fitzgerald.
Una de las manos de ella está en su hombro, la de él en su cintura, mientras sus
otros brazos están doblados por el codo con las manos agarradas en la clásica pose
de baile de salón.
Casi me compadezco de él. Porque ¿aun cuando no sea intencional? Mi niña nació
para ser una rompecorazones.
Mientras los miro en silencio, Joonny hace su movimiento. Sorprendiendo a Jiwoo
con la guardia baja, el pequeño bastardo presiona sus labios sobre los de ella y le
arranca un beso. Su primer beso, supongo. Es sólo un toque y termina tan rápido
como empezó.
Joonny se vuelve hacia atrás y la mira esperanzadamente. Pero Jiwoo… parece
confundida… hasta que deja de estarlo. Luego, arranca su mano de la suya.
Y le da un puñetazo en el estómago.
—Ufff —se dobla agarrándose el estómago, y Jiwoo sale de la pista dando fuertes
pisadas.
Ayudo al chico a salir de la pista.
—Tienes que trabajar más en aprender a leer las señales que te dan las chicas, o te
van a golpear seguido, Casanova.
—Woo golpea fuerte para ser una chica —dice con voz ronca.
—Patea más fuerte. Tuviste suerte.
Una vez que está sentado en una silla, lo palmeo en el hombro.
—Que tengas mejor suerte la próxima vez.
Luego, regreso a los brazos que me esperan de mi esposo.
***
Una hora después, llega la hora de los discursos. Totalmente distendido, Yoongi da
unos golpecitos a su copa con una cuchara y se dirige al silencioso público.
—Como el padrino de bodas, podría pararme y contarles historias de Jungkook y
Taehyung. Cómo se conocieron, sus logros y batallas en la oficina, los maravillosos
padres que son, su devoción a la familia y amigos. Pero eso llevaría mucho
tiempo… y el postre ya está llegando. —La audiencia se ríe por lo bajo—. Así que lo
resumiré así: Jungkook es único en su especie en el mejor de los sentidos. Cuando
Dios lo creó, rompió el molde. Pero no quiso que estuviera solo. Así que creó a
Taehyung, y entonces también rompió el molde con él. —Yoongi eleva su copa y la
multitud también lo hace—. Si alguna vez existió una persona perfecta el uno para el
otro, quienes se merecen el uno al otro y sacan lo mejor de cada uno, son ustedes
dos. Felicitaciones por su matrimonio. Que sea largo, divertido y dinámico. Y que
siempre se miren el uno al otro de la misma manera que se miran hoy. Por
Jungkook y Taehyung.
Tengo que admitirlo, Yoongi sabe cómo dar un maldito discurso.
Después de nuestro brindis, la multitud pide que nos demos un beso, el cual estoy
más que feliz de dar.
Más tarde, después que Jimin quedó agotado y arrastró a Taehyung y a Bogum al
escenario para cantar “That’s What Are Friends For”, después que se cortó el pastel
y lamí la cobertura de los labios de Taehyung y después que Taehyung arrojara su
ramo de flores a los brazos abiertos de Erin.
El lugar está lleno con toda nuestra familia y amigos. En el centro estamos
Taehyung y yo. Sostengo a un dormido Jihoon en un brazo, con su cabeza
descansando en mi hombro. El otro brazo está alrededor de la cintura de Taehyung,
sujetándolo apretado contra mí, su cabeza en mi pecho, mis labios descansando en
su cabello.
Si tienes una cámara fotográfica, sácala rápidamente ahora, porque esa es la toma
que más dinero te dará. La imagen que querrás recordar para siempre.
***
***
***
Barajo los papeles en una pila ordenada y los coloco entre nosotros.
Fingiendo indiferencia, me inclino hacia atrás, lejos de la mesa de conferencias.
—Lo único que queda por hacer es elegir un tutor para Jihoon.
Mis palabras se encuentran con un pesado silencio. Taehyung se inclina hacia atrás
también, su sonrisa serena pero sus ojos agudos.
Listo para la batalla.
—Bueno, eso debería ser fácil.
Debería serlo —pero no lo será.
Porque cuando se trata de situaciones como esta —cada padre quiere que su hijo
sea criado por su familia.
Su lado.
Y el compromiso no es una opción. Al igual que en Highlander, sólo puede haber
uno.
—Por supuesto. —Comento—. Sólo hay una opción aceptable.
Taehyung se levanta.
—Obviamente.
Yo también me levanto.
—Así que estamos de acuerdo, ¿entonces?
—Parece que sí.
Mantenemos contacto —ninguno de los dos parpadea— como dos espadachines
expertos, esperando que el otro haga su movimiento.
Hasta que Taehyung arrebata los papeles de la mesa de conferencias.
—Genial. Entonces voy a llenar los nombres y pasarlos ante el notario. —
Enérgicamente, se dirige hacia la puerta.
Examen de sociología —cuando se es rescatado de un naufragio— ¿En qué
momento reportan las víctimas sentirse más aterrorizadas? Eso sería antes de que
sean sacadas fuera del agua. Cuando el escape está tan cerca que pueden
saborearlo —y todo lo que tienen que hacer es esperar su turno.
La razón detrás de esto es simple: con la salvación tan cerca, es mucho más
horrible perder.
Juego con Taehyung. Dejando que piense que me ha sobrepasado, hasta que
alcanza el pomo de la puerta.
—Sólo por mierdas y risitas... —Propongo: —¿Por qué no escribes a quien
elegiste, y yo hago lo mismo? Entonces compartimos.
De espaldas a mí, hace una pausa, digiriendo mi sugerencia. Y tomo un
momento para admirar los hermosos contornos de su culo bajo su suave pantalón
blanco.
Todavía jodidamente hermoso.
Taehyung se da la vuelta, con una expresión neutral.
—¿Cómo un juego? ¿Para mostrar que tan en sintonía están nuestros
pensamientos?
Sonrío.
—Exactamente.
Por ahora, Taehyung y yo podemos leer prácticamente la mente del otro. Por lo
cual se precisamente -que él sabe- qué no vamos a escribir los mismos nombres.
Arranco un pedazo de papel del bloc amarillo delante de mí, y se lo entrego con un
bolígrafo. Entonces, cojo un bolígrafo y anoto mi elección. Doblamos nuestras tiras
de papel y las colocamos sobre la mesa. Deslizo la mía hacia Taehyung,
manteniendo el dedo en la parte superior.
Justo como un intercambio de rehenes, nos aferramos a nuestros papeles
rápidamente. Taehyung sonríe mientras yo abro el de él y bajo la vista. Al mismo
tiempo, leo lo que ha escrito.
—¡Has perdido tu jodida cabeza!
—¡Lo sabía! —grita él, señalándome con el papel en la mano.
—¿Cómo puedes pensar que Park Jimin sería un tutor adecuado para mi hijo?
Taehyung frunce los labios, eligiendo cuidadosamente sus palabras.
—Amo a tu hermana, sabes que lo hago.
Obviamente no la ama mucho, si está dispuesto a escoger al diablo sobre mi propia
carne y sangre.
Sacudo mi mano.
—Sí, si continua.
Taehyung se cruza de brazos.
—Es una matona. No me gusta la forma en que trata a Seung, ese no es el ejemplo
que quiero para Jihoon.
Me río. Debido a que su lógica es malditamente absurda.
—Jaehwa no es una matona, es una mujer fuerte e independiente. Jimin es un
matón. Y un jodido loco al cual le falta una tuerca debo añadir. Yoongi está
claramente aterrorizado de él.
Taehyung resopla.
—¡Eso es ridículo! Jimin y Yoongi son iguales, el ying-yang del otro. Se
complementan entre sí. Lo cual no es el caso de tu hermana.
Taehyung no se mueve un centímetro, pero puedo verlo mentalmente enterrar sus
talones.
—No seas terco acerca de esto, Taehyung.
—No estoy siendo terco, estoy declarando mi opinión y respaldando esa opinión con
hechos.
—Seung escoge sus batallas. Él sabe cómo manejar a mi hermana, siempre lo ha
sabido.
Su voz se eleva, despojada del barniz de civismo, dejando con el culo al aire la
verdad desnuda.
—No quiero que Jihoon crezca en una casa donde alguien tiene que ser
“manejado”, quiero que sea criado como yo crecí. Jimin se asegurará de que eso
suceda. Sin todos los fondos fiduciarios, el dinero viejo, la mierda de la alta sociedad
de Nueva York.
Mi voz se levanta un poco también.
—Noticia de última hora, él es mí hijo. ¡El fondo fiduciario, el dinero viejo, la mierda
de la alta sociedad de Nueva York viene con el nombre!
Por un golpe de gran sincronización, Seung pasa por delante de la puerta abierta de
la sala de conferencias. Intentando un enfoque diferente, lo llamo:
—Oye Seung, ¿Quién recibe los niños si mi hermana y tu mueren?
Él no pierde el ritmo.
—Tú y Taehyung.
—Gracias. —Seung sigue y yo extiendo mi brazo hacia su forma en retirada—. Quid
pro quo Clarice —le digo a Taehyung—. Quid pro quo.
Obviamente Taehyung nunca ha visto el Silencio de los Inocentes.
—¡No voy a dejar a nuestro hijo con tu hermana para devolver el favor, Jungkook!
Toma un respiro para continuar pero lo interrumpo, jugando mi carta ganadora.
—La conclusión es: Jaehwa es sangre. Yoongi y Jimin son nuestros amigos, como
familia, pero no lo son. Es un hecho probado que el mejor tutor para cualquier niño,
es un pariente de sangre.
Taehyung empieza a contrarrestar de nuevo, pero levanto mi mano.
—No pierdas tu respiración, Taehyung. No hay regreso a esa declaración. Yo gano,
fin.
Sus ojos se estrechan peligrosamente. Él se pasea, como un león en una jaula en
busca de un eslabón débil. Lo observo... y consigo una erección.
De hecho, podría haber algo mal en mí.
Después de un momento, Taehyung se detiene frente a mí.
—Está bien, te voy a dar eso. Tenemos la lista de tutor primario y secundario. Así
que... estoy de acuerdo con que Jaehwa y Seung sean el guardián principal, con
Jimin y Yoongi como respaldo.
La terquedad de Taehyung es legendaria. La mayoría del tiempo, tendría una mejor
oportunidad haciendo que una montaña de mierda se moviera, a conseguir que él
cambie de opinión. Que ceda tan temprano en el argumento es inusual, y estoy
inmediatamente sospechando.
—Está bien... —Asiento con cautela.
—Si... —Levanta un dedo—. Aceptas que Bogum sea el respaldo de Jimin y Yoongi.
Las palabras cuelgan en el aire durante varios segundos. Ninguno de nosotros
habla. Ninguno de los dos se mueve.
Entonces pregunto: —¿Bogum quién?
Porque él no puede decir... no hay manera de que esté sugiriendo...
Rueda los ojos sutilmente, la exasperada inclinación de su cabeza me dice que
totalmente lo haría.
Prácticamente me trago mi lengua.
—¿Estás jodidamente delirante?¿Tienes un tumor cerebral?¡Porque no puedo
pensar en ninguna otra razón por la que contemples por un solo segundo que yo
dejaría que mi hijo sea criado por tu ex-novio!
—Bogum no es sólo un ex novio, es parte de la familia. Él es...
—¡Es un maldito idiota! ¡Y eso es ser amable!
Taehyung suspira.
—Si dejarás de gritar durante dos segundos yo...
—No estoy gritando, ¡maldición! —Yo... bueno... grito.
Taehyung golpea su palma sobre la mesa, y sus palabras salen apresuradas pero
firmes.
—Nosotros seis siempre estamos juntos, trabajamos juntos, salimos a cenar juntos.
Y vivimos en la ciudad de Nueva York, si hay un ataque terrorista, una horrible
catástrofe masiva, Bogum es la única persona fuera del estado en quien confío para
cuidar de Jihoon. Sin él, Jihoon podría terminar en hogares de acogida.
Taehyung y yo gobernamos el juego de padres temprano. Ellos están entrados en
años, por lo que hay una posibilidad muy real de que estiren la pata antes de que
Jihoon llegue a los dieciocho. Lo que traería aún más inestabilidad en su vida.
Ninguno de nosotros quería eso.
Pero esto...
—¡Prefiero rodar los dados con los hogares de acogida! Park Bogum apenas puede
cuidar de sí mismo, ¿o se te olvida cuando nos detuvimos en su lugar en Los
Ángeles el año pasado y lo encontramos saltando en el sofá con unas tijeras en la
mano, y una maldita piruleta en la boca?
No estoy exagerando. Estaba intentando desenroscar una lámpara en el techo con
unas malditas tijeras.
—¡Estaba arreglando algo! —replica Taehyung.
—¡Eso no lo hace mejor!
Taehyung toma un gran respiro. Y su voz se vuelve irremediablemente helada.
—Mira, Jungkook, no se trata de ti o tu aversión a Bogum. Se trata de Jihoon, y lo
que es mejor para él, lo que me dará paz mental, a pesar de lo poco probable de la
posibilidad. Esta es mi última oferta.
Apoyo mis manos sobre la mesa, inclinándome hacia él, nariz contra nariz.
Mi voz amenazadoramente calmada.
—Y yo te digo que la respuesta es no.
Taehyung se endereza, sus ojos brillando con furia frustrada.
—Entonces supongo que no estamos nombrando a un tutor.
Veo su mirada, y levanto mi mandíbula apretada.
—Supongo joder, que no lo estamos haciendo.
—Entonces no vamos a estar viajando juntos tampoco. Vamos a tener que reservar
vuelos separados para asegurarnos de que alguien sobreviva para cuidar de
nuestro hijo. —espeta Taehyung.
—Parece que sí. —Gruño... en realidad no pensando en ello.
Taehyung me señala.
—¡No más club millas de altura para ti!
Es un golpe bajo. Pero no vacilo. Le grito: —¡Ese es el precio que estoy dispuesto a
pagar!
—¡Culo egoísta!
—¡Tonto irrazonable!
Tonto. Le dije tonto, no perra.
Aunque... en este caso este último encajaría tan bien.
Antes de que Taehyung pueda chillar de nuevo, el sonido de mi padre aclarando su
garganta, desde donde permanece en la puerta abierta de la sala de conferencias
atrapa nuestra atención.
—Ejem...
Frunce el ceño con desaprobación.
—Me doy cuenta de que ustedes dos tienen dificultad para recordar que esté
es un lugar de negocios... pero lo es. Bajen la voces hijos, o no les gustarán las
consecuencias.
Él baja la mirada al perfecto paquete que se retuerce en sus brazos y su ceño se
derrite.
—Además, mi nieto tiene hambre y está empezando a darse cuenta de que no va a
conseguir leche de mi dedo.
Taehyung camina hacia mi papá.
—Gracias, Joon, me lo llevaré. He terminado aquí.
—Esta discusión no ha jodidamente acabado. —Gruño, manteniendo mi volumen
abajo.
Taehyung levanta una exasperante ceja en mi dirección.
—¿No?
Él toma a Jihoon y sale de la habitación.
***
Después de la salida de Taehyung, recojo la pila de papeles y las tiro en la mesa —
dispersándolos por toda la habitación.
—¡Maldita sea!
Sin inmutarse, mi padre pasea en la habitación y toma asiento.
—¿Problemas en el paraíso?
Me dejo caer en la silla de al lado y me froto los ojos.
—No es problema, exactamente... más bien... una tormenta. Pasará, pero,
Taehyung es tan jodidamente frustrante. Si me convierto en un alcohólico, no dudes
en culpar a Taehyung.
Mi padre recupera una página del testamento del suelo. La comprensión ilumina su
rostro cuando lee el documento. Entonces se ríe de mí.
—Bueno, esto explica los gritos. Cuando tu madre y yo tuvimos que decidir sobre un
tutor para Jaehwa y para ti, no nos hablamos durante una semana.
Es gratificante saber que no estoy solo. La miseria hace una cariñosa compañía.
—¿Qué hizo que pelearan? —Pregunto—. ¿A quién habían elegido?
Mis abuelos fallecieron años antes de que yo naciera. Mi madre era hija única, mi
padre tenía una hermana que murió cuando él estaba en la universidad — uno
pensaría que con tan pocas opciones su elección hubiera sido fácil.
Pero como he dicho, ¿este tipo de situación? Nunca es fácil.
Mi padre se inclina hacia atrás en la silla y mira al techo. Una pequeña sonrisa tira
en sus labios y sus ojos castaños se entrecierran con el recuerdo.
—Yo quería que se quedaran con Frank y Estelle. Tu madre, sin embargo,
consideró que Frank era demasiado duro y prefirió a George y Janey. —Sacude la
cabeza.
—Tuvimos tal riña, que terminamos diciendo mil cosas que ninguno de nosotros
quería decir.
Me inclino hacia él, con ganas de aprender de su experiencia.
—¿Qué fue lo que finalmente decidieron?
—Les dejamos a los cuatro de ellos.
—¿Los cuatro de ellos?
Él asiente con la cabeza.
—Nosotros imaginamos que ellos compartirían la custodia la mitad del año en una
casa, la mitad en otra, lo mejor de ambos mundos. Era o bien escoger a los cuatro,
o a ninguno de ellos. Tu madre y yo sabíamos que los amaban tanto como para
hacer funcionar ese arreglo.
Desafortunadamente esa estrategia no va a funcionar para mí. Mi viejo tuvo suerte
—mi madre no tiene ningún idiota esqueleto que se negara a permanecer en el
armario.
Él ve la mirada abatida en mi cara, porque me llama la atención.
—Las relaciones son sobre compromiso, Jungkook.
—Ya lo sé. —murmuro.
—Y en los mejores compromisos, todo el mundo recibe un poco de lo que quiere y
acepta un poco de lo que no quiere. Nadie camina lejos de la mesa completamente
feliz.
Sé eso también.
La clase continúa.
—La pregunta que te tienes que hacer hijo, es ¿quieres ganar o quieres una casa
pacifica?
Me froto la parte de atrás de mi cuello.
—Quiero ambos.
Su profunda risa llena la habitación.
—Por supuesto que sí, pero hay momentos en los que no se puede tener ambas
cosas. Prioridades, Jungkook. —Se levanta y agarra mi hombro—. Eres bienvenido
al dormitorio de invitados en caso de que lo necesites, en mi experiencia es mucho
más cómodo que un sofá.
Resoplo.
—¡Qué generoso de tu parte! Gracias, papá.
Golpea mi hombro cariñosamente, luego sale de la sala de conferencias, dejándome
contemplando mi próximo curso de acción.
Uno que espero que no me deje durmiendo en el maldito sofá.
***
Una hora más tarde, camino a la oficina de Taehyung sin llamar. Está trabajando
en su escritorio, nuestro hijo profundamente dormido en ese artefacto Pack & Play
colocado detrás de él.
Pienso en ello como una jaula portátil.
Me lanza una rápida mirada cuando entro, entonces, vuelve a mirar los papeles
sobre su escritorio haciendo un maldito show para demostrarme que estoy siendo
ignorado.
Pongo el testamente delante de él y cito el texto revisado.
—Guardianes Primarios, Jaehwa y Seung Reinhart. En caso de que fallezcan
cuando el niño sea menor de edad, la tutela pasará a Yoongi y Jimin Min. En caso
de que caduquen o fallezcan junto con los tutores principales, la custodia será
asumida por... Park Bogum P.
No levanta la cabeza, pero veo las comisuras de su boca levantarse unas pulgadas
hacia arriba. Por fin, Taehyung me mira.
—¿P? Bogum no tiene un segundo nombre.
Sonrío.
—P es para Pendejo, lo considere apropiado dadas las circunstancias.
Se ríe y niega con la cabeza hacia mí.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Camino alrededor de su escritorio, jalando su silla con ruedas, pegando mis manos
en los brazos.
—Prioridades, Taehyung. Yo... quiero que seas feliz más de lo que quiero ganar.
Para ser honesto, fue una jodida llamada cerrada, pero Taehyung finalmente llegó a
la cima.
Me gusta cuando está encima.
Sus palmas se deslizan por mi pecho. Él se levanta para darme un beso rápido, con
sabor a fresa.
—Esto me hace feliz, Jungkook. Gracias por ser razonable. Ahora que el testamento
está hecho, espero que no tengamos que pensar o hablar de ello de nuevo.
Le doy un tirón a su mano y lo jalo de la silla. Sus brazos se envuelven alrededor de
mi cuello y su cuerpo se moldea al mío.
—De acuerdo. No más hablar de testamentos o tutores o morir. Tú y yo tenemos
demasiada vida que hacer.
CON AMOR
Tae,
¿Te acuerdas de nuestro primer dia de San Valentín juntos?
Yo si, vívidamente. Las flores, los chocolates, el oso que me observaba... la pieza
de arte que pintamos con nuestros cuerpos y que enmarca la pared de mi oficina (la
mejor jodida distracción, es un milagro que consiga hacer el trabajo en absoluto).
Superar eso no es un desafío, pero ambos sabemos que siempre se presenta un
reto.
Así que, he aclarado tu horario para el resto del dia. Hay un coche esperándote en
la planta baja, te llevará al Empire State (si, en realidad estaba prestando atención
cuando me obligaste a ver Sleepless in Seattle, aun siendo una película terrible).
Al llegar, nosotros tres vamos a disfrutar de una deliciosa cena privada y ver la
puesta de sol en Nueva York.
Pero eso no es todo.
Después de una dura negociación (y algunos sobornos) nuestro hijo de cuatro años
se ha comprometido a dormir toda la noche en su propia cama - así que puedes
apostar tu dulce culo que te mantendré despierto toda la noche.
Jungkook
Papi,
¡Feliz día de San Valentín!
Mañana voy a hacer para el desayuno los cereales de papá.
Te amo.
Tu valentín favorito,
Jihoon