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SINOPSIS

Durante la mayor parte de mi vida, nunca me imaginé que me casaría. Pero Taehyung logró
lo imposible: cambiarme. Creo que todos estamos de acuerdo en que antes ya era
jodidamente impresionante, pero ahora soy incluso mejor.
El camino hasta este día no ha sido arco iris y erecciones. Hubo errores y malentendidos
dignos de una tragedia Griega. Pero Taehyung y yo sobrevivimos con nuestra inagotable
lujuria, infinita admiración y amor eterno intactos.
Dicho eso, hubo algunos incidentes inesperados la semana pasada en Las Vegas que
pudieron haber sido un problema. Fue un tipo de…prueba final.
Sé lo que estás pensando: “¿Qué demonios hiciste esta vez?” Relájate. No juzgues, o pidas
mi castración, hasta que hayas oído toda la historia.
Y agárrate bien, porque estás por subirte a un paseo salvaje. ¿Esperabas algo menos?

PROLOGO
Hay momentos en la vida que sueñas, que planeas. Te imaginas todos los detalles en vivos
colores brillantes y sonidos de alta definición. Y cuando ese momento perfecto finalmente
llega, rezas para que la realidad se acerque a la fantasía que has construido en tu mente.
Y luego están esas preciosas pocas veces, cuando la realidad hunde tu fantasía en la jodida
agua.
Eso es lo que es esto para mí.
Debido a que el hombre endiabladamente guapo, en el perfectamente equipado esmoquin
de Armani, de pie en el altar de la Catedral St. Patrick’s, soy yo.
Jeon Jungkook.
Y Kim Taehyung acaba de entrar en la iglesia. Esperando en la parte posterior, una
impresionante visión en blanco, listo para tomar su primer paso por el pasillo.
Hacia mí.
La mayoría de los chicos no sueñan con su boda, no necesitas que te diga eso. Pero esta
no es cualquier boda. Se trata de un acontecimiento histórico.
Revolucionario. Debido a que durante la mayor parte de mi vida, no albergue la más mínima
posibilidad de que terminaría aquí.
Arena a la playa, libros a la biblioteca, esto no era lo que yo quería, ¿recuerdas?
Pero Tae hizo lo imposible. Él cambió todo eso, me cambió. Creo que todos estamos de
acuerdo en que ya era jodidamente impresionante antes… pero ahora soy incluso mejor.
El camino hasta este día no ha sido arco iris y erecciones. Hubo errores y malentendidos
dignos de una tragedia Griega. Pero Tae y yo sobrevivimos con nuestra inagotable lujuria,
infinita admiración y amor eterno intactos.
Dicho eso, hubo algunos incidentes inesperados la semana pasada en Las Vegas que
pudieron haber sido un problema. Fue un tipo de… mi prueba final.
Sé lo que estás pensando: “¿Qué demonios hiciste esta vez?”
Relájate. No juzgues —o pidas mi castración— hasta que hayas oído toda la historia. Sólo
recuerda: a pesar de que las intenciones más nobles pueden salir mal, y lo hacen, esta
historia tiene un final feliz.
CAPITULO 1

Una semana antes

El apartamento está en silencio. Tranquilo. El tipo de tranquilidad que sólo se puede


encontrar en las horas previas al amanecer, cuando el cielo está oscuro y gris. El
lugar ha cambiado desde que lo viste por última vez. Echa un vistazo alrededor. Hay
tazas esterilizadas para bebés al acecho en un mostrador; una silla alta de madera
verde acolchado se sienta en la esquina de la cocina. Fotografías enmarcadas
desordenan las paredes y estanterías.
Algunos son de Taehyung y de mí, pero la mayoría de las imágenes capturadas son
de un niño de dos años de edad, de cabello oscuro, con conmovedores ojos
marrones y una sonrisa diabólica.
Corta a la habitación. Dos cuerpos se retuercen en la cama, parcialmente cubiertos
por sábanas de seda arrugadas; mis caderas rotan en largos y lentos círculos. Creo
que la posición del misionero ha pagado los platos rotos. No es aburrida. Permite al
individuo tomar un ajustado control del ritmo. Para llegar a todos esos lugares
secretos que hacen que los hombres giman y entierren sus uñas en nuestros
hombros.
Algo así como lo que Taehyung está haciendo en este momento.
Mi cabeza se sumerge y agarro un alegre pezón con mis labios, succionando con
fuerza y chasqueando la lengua. Taehyung arquea la espalda. Su barbilla se levanta
y abre la boca, pero ningún sonido sale. Sus muslos se aprietan más duro, su
agujero me aprieta con más fuerza.
Mis caderas aceleran y cambian su trayectoria, empujando hacia adelante y atrás en
rápidas y duras estocadas. Cuando sé que no puede aguantar más, tapo su boca
con la mía, ahogando su grito de felicidad. Por mucho que me encante el sonido de
la voz de Taehyung, en estos días tratamos de mantenernos callados.
Cubiertos.
¿Por qué? preguntas.
Detengámonos aquí un minuto y lo explicare.
Es nuestra regla de oro. Nuestro primer mandamiento: no despiertes al jodido bebé.
Voy a repetir eso, en caso de que lo perdieras:
NO DESPIERTES AL JODIDO BEBÉ.
Como... nunca.
¿Todavía no lo entiendes? No debes tener hijos, entonces. Veras, los niños son
hermosos. Preciosos. Angelicales. En particular, cuando están dormidos. Si son
perturbados a mediados de su ciclo de sueño, ¿sin embargo? Son monstruos.
Pequeñas bestias enojadas e irritables que tienen un parecido sorprendente con los
gremlins alimentados después de la medianoche.
Y la fría verdad es, incluso cuando están bien descansados, los bebés son bastante
malditamente egoístas. Egocéntricos y exigentes. No les importa lo que estabas
haciendo antes de que te necesitaran, o más importante, a quien estabas tratando
de hacer. Sólo se preocupan de sí mismos. Están hambrientos. Están mojados.
Quieren que los recojas porque la vista desde la cuna se ha vuelto vieja.
¿Para todas esas felices parejas allá fuera a la espera de la llegada de su propio
pequeño y querido interrumpe erecciones? Les voy a decir cómo es realmente, no la
mierda utópica con las que le alimentan en esos libros “Qué esperar”.
Aquí va: En los días después de que ellos han nacido, cuando tú todavía estás en el
hospital, todo lo que los niños hacen es dormir. Creo que los números son como
veintitrés de un día de veinticuatro horas. Creo que están deslizándoles algo en
esas botellas en la unidad neonatal. De todos modos, después de un día o dos, si
todo va bien, el hospital les envía a casa. Y ahí es cuando el bebé decide que ha
dormido lo suficiente. Y encuentra algo que hacer para pasar el tiempo.
¿Sabías que el llanto de un bebé es de veinte decibelios más alto que un silbato de
tren? No te estoy cagando. Búscalo si no me crees.
Al tercer día, yo estaba convencido de que algo andaba mal con Jihoon. Tal vez
tenía un trastorno gastrointestinal. Tal vez era alérgico al tapizado.
Tal vez simple y jodidamente no le gustamos.
Cualquiera que sea la razón, él no era un campista feliz. Y estaba demasiado
ansioso por dejárnoslo saber. Por la mañana. Por la tarde. Y, su favorito, durante
toda la noche.
De vez en cuando, sólo para joder con nosotros, lo mezclaba y pasaba por un rato.
¿Pero si estaba despierto? Sí, él estaba berreando. Y no estoy hablando de
gemidos de labios temblorosos, tampoco. Por supuesto que no. Estoy hablando de
un banshee, chillando con los pulmones expandidos y los brazos y piernas
pataleando.
¿Síndrome de sacudida del bebé? Lo entiendo totalmente ahora.
No es que nos pongamos nucleares en su culo, ¿pero la verdad? No fue divertido.
Mi madre se acercó mucho, y al principio me sentí aliviado. Me imaginé que como
había hecho esto dos veces antes, ella sabría cómo arreglarlo. Las mamás siempre
hacen todo mejor.
Sólo que. . . no lo hizo.
Todo lo que hizo fue sonreír de esa manera exasperantemente calmada mientras
rebotaba a nuestro chillón recién nacido en su hombro. Entonces nos contaba que
era normal. Que todos los bebés lloraban. Que Taehyung y yo solo teníamos que
averiguar nuestra propia manera de hacer las cosas.
Nunca antes había tenido el impulso de estrangular a mi madre. Nunca había
entendido psicópatas como los hermanos Menéndez o Jim Gordon. Pero en esos
días oscuros cuando el sueño y las mamadas, eran un recuerdo lejano, siento decir
que el matricidio estaba luciendo muy malditamente atractivo.
Porque yo estaba seguro de que mi madre conocía los secretos de un bebé feliz,
que ella sostenía las llaves del reino en su mano. Pero por alguna malvada y
vengativa razón no quería entregármelas. Y la falta de sueño puede volverte loco.
Incluso las ideas más absurdas de repente se ven como opciones viables.
Una vez, eran alrededor de las cuatro de la mañana y yo. . .
En realidad, tal vez sería mejor si te lo mostrara, para que puedas obtener el efecto
completo. Sí, es un flashback dentro de un flashback, pero eres inteligente, puedes
manejarlo. Voy a hablar lentamente, por si acaso:

Jihoon, a los cinco días de edad:


—Whaaa, whaaa, whaaa, whaaa.
En el tiempo que toman mis ojos abrirse en una grieta e interpretar los números en
el reloj de alarma, Taehyung ya está sentado, dispuesto a saltar de la cama y
recoger a la enojada pelota envuelta en la cuna junto a la cama.
4 a.m.
Mentalmente, me quejo, porque ha pasado menos de una hora desde que se quedó
dormido. Aunque mi primer instinto egoísta es cerrar los ojos y dejar que Taehyung
trate con él, la parte de mí quiere que ayudarle mientras puede —porque no quiero
que pierda su mente— bloquea la parte egoísta.
—Whaaaaaaaa, whaaaaaaaa.
—Lo tengo, Taehyung. —Lanzo las sabanas a un lado y me pongo una sudadera—.
Vuelve a dormir —Estoy medio esperando que me riña por eso… pero no lo hace. Él
se da la vuelta contra la almohada.
Recojo a Jihoon y lo sostengo contra mi pecho desnudo. Su mejilla acaricia mi piel
antes de que desate un grito desconsolado. Salgo de la habitación con él a la
cocina. De la nevera agarro una botella de leche de fórmula. Sosteniendo a Jihoon
con una mano, corro la botella sobre agua caliente de la forma en que el asesor de
lactancia en el hospital nos instruyó a hacer.
Después de que está caliente, me dirijo a la sala de estar con los ojos legañosos y
cansados, las piernas temblorosas. Me siento en el sofá, sosteniendo a Jihoon en
mis brazos, y corro el pezón en sus labios.
Sé que es una mala idea darle de comer cada vez que se despierta. Lo sé todo
sobre la importancia de un programa de alimentación y eructos y enseñarle a
“auto-calmarse”. Entiendo que no debería tener realmente hambre, ya que acaba de
comer una hora antes. Pero la falta de sueño es una técnica de tortura por una
razón. Así que toda esa basura se va derecho por la ventana, con la esperanza de
hacer que él —y yo— regresemos a dormir lo más rápido posible.
Toma dos caladas de la botella, luego la rechaza, volviendo la cabeza con un
graznido boquiabierto:
—Whaaaaaaa.
Levanto la vista hacia el techo y maldigo a Dios.
—¿Qué quieres, Jihoon? —Mi voz tiene un borde frustrado—. Estás seco, te estoy
sosteniendo, estoy tratando de alimentarte, ¿qué demonios quieres? — Camino de
vuelta a la cocina y agarro la chequera de la encimera.
—¿Será que el dinero te hace feliz?
Ridículo, sí, lo sé. No me juzgues.
—Te voy a dar diez mil dólares por cuatro horas de sueño. Voy a escribir el cheque
justo en este momento. —Saludo con la mano la chequera en frente de su cara, con
la esperanza de distraerlo.
Sólo le molesta más.
—Whaaaaaa...
Lanzo la chequera en el mostrador y vuelvo a la sala de estar. Luego recorro el
suelo, meciéndolo suavemente en mis brazos, palmeando su culo. Debes saber que
estaba realmente desesperado, porque trate de cantar:
Silencio, pequeño bebé, no digas una palabra
Papá te va a comprar. . ​.
Me detengo, porque ¿por qué carajos cualquier bebé quiere un ruiseñor?
Ninguna de esas malditas canciones de cuna tiene ningún sentido. No conozco
ninguna otra nana, así que me voy por la segunda mejor opción, “Enter Sandman”
de Metallica:

Toma mi mano,
Vamos a la tierra de nunca jamás. . .

—Whaaaaaaaaaaaaaaa.
Cuando eso no ayuda, me siento en el sofá. Recuesto a Jihoon en mis muslos y
apoyo su cabeza en mi mano. Miro su pequeña cara y aunque todavía está
berreando, no puedo evitar sonreír. Luego, en voz baja y tranquila, hablo con él.
—Lo entiendo, sabes. Por qué eres tan infeliz. Un minuto estás flotando en el líquido
amniótico, que es oscuro y cálido y tranquilo. Luego, un minuto más tarde, te estás
congelando y hay luces brillantes y algún imbécil te pincha el talón con una aguja.
Todo tu mundo se pone patas arriba.
La marea de lágrimas comienza a retroceder. Aunque hay un gemido esporádico, en
su mayor parte sus grandes ojos marrones mantienen contacto con los míos.
Interesado en lo que estoy diciendo. Conozco la teoría aceptada de que los bebés
no tienen conocimiento de la lengua en esta etapa, pero —como los hombres que
tratan de salir de las tareas del hogar— creo que ellos saben más de lo que dicen.
—Me sentí de la misma manera cuando conocí a tu padre. Allí estaba yo, cruzando
a lo largo, haciendo la mayor fan-jodida-tastica vida y tu papi vino y mando todo al
infierno. Yo no sabía dónde estaba, con el trabajo, con mis noches de sábado. Esta
es una conversación para otro momento, pero es verdad lo que dicen: gastas nueve
meses tratando de salir, y el resto de tu vida tratando de trabajar tu camino de
regreso.
Me río de mi propia broma.
—Es probable que no quieras oír esto, pero tu papi es una preciosidad, el mejor culo
que he visto jamás. Aun así, me gustaba mucho mi antigua vida y no podía imaginar
nada mejor. Pero estaba equivocado, Jihoon, enamorarme de él, ganarme su
confianza, tenerte a ti, son las mejores cosas que he hecho.
No está llorando más, simplemente me observa con tranquila atención.
—El ajuste puede ser difícil... pero vale la pena. Así que ¿podrías darnos un poco
de cuerda, por favor? Te queremos mucho, yo no puedo esperar para mostrarte
cómo de cojonuda es la vida en el exterior. Y no tienes que tener miedo, porque
vamos a mantenerte caliente y alimentado. Y te prometo que nunca, nunca dejaré
que nada malo te suceda.
Su pequeña boca se abre en un bostezo. Y sus ojos parpadean lentamente.
Me pongo de pie y paseo por la habitación de nuevo, lentamente.
La voz baja de Taehyung viene del otro lado de la habitación.
—Ciertamente tiene la facilidad de la palabra, Sr. Jeon. —Su cabello es salvaje,
desordenado; mi camiseta de la universidad holgada sobre él y casi le llega a las
rodillas.
—¿Qué estás haciendo despierta? —pregunté.
Se encoge de hombros.
—No pude volver a dormir. Y te oí susurrando allí. —Él se acerca a nosotros y
descansa su cabeza en mi brazo, bajando la vista al bebé—. Está dormido.
Y así es.
—¿Me arriesgo a ponerlo abajo, o debo aprender a dormir de pie como un maldito
caballo?
Taehyung une su brazo con el mío y me guía hacia el sofá. Él se sienta y acaricia el
lugar junto a él. Como un miembro de la brigada de explosivos manipulando un
dispositivo con un detonante, muevo a Jihoon por lo que está en mi pecho, con la
cabeza apoyada en el ritmo constante de mi corazón. Entonces me siento, pongo
mis pies sobre la mesa, la cabeza contra el acolchado respaldo y mi brazo alrededor
de los hombros de Taehyung.
Suspiro
—Dios, esto se siente bien.
Todavía no es mejor que el sexo. No me importa una mierda lo que digan las
revistas de nuevos padres. Dormir es bueno, pero follar siempre será mejor.
Taehyung enrosca sus pies debajo de él y descansa su cabeza en mi brazo.
—Seguro que lo es.
Unos momentos más tarde, estamos los tres profundamente dormidos.
Es posible que Jihoon comprendiera mi oferta de soborno, porque esa noche durmió
allí en mi pecho durante tres horas enteras. Antes de que se despertara y empezara
de nuevo.
Pero tengo una teoría. Creo que todo es deliberado. Creo que Dios planea que los
primeros días en casa con un nuevo bebé apesten a las bolas de burro. ¿Por qué
después? Todo lo demás, los pañales cagados, la regurgitación, el constante
cambio de ropa y ropa de cama, la dentición, todo eso se siente como un paseo por
el parque.
Después de unos días, me di cuenta de que mi madre no estaba siendo una perra.
Ella realmente nos estaba dando buenos consejos. Porque juntos, Taehyung y yo
fuimos capaces de entender todo esto.
Sabes cómo los perros tienen un ladrido que dice: Déjame salir o voy a mear en tu
sillón reclinable. Y otro que dice: Sólo dame el juguete chillón, maldito sádico hijo de
puta. Y aún otro que dice, no estoy jugando. Literalmente voy a masticar tu cara
ahora.
Los bebés no son muy diferentes de los perros. Lloran cuando tienen hambre.
Cuando están cansados. Uno cuando se aburren, o cuando tal vez la nariz les pica y
simplemente no tienen la destreza manual para eso. En cualquier caso, ¿una vez
que averiguas el lenguaje del llanto del bebé? La vida es mucho más dulce. Y más
tranquila.
Además —aquí viene lo bueno— ¿a pesar del cansancio? ¿La frustración? ¿El
llanto que te hace querer perforar tus jodidos tímpanos con un termo de carne?
Los amas de todos modos. Totalmente. Ferozmente.
Intensamente.
No cambiarías nada acerca de ellos, no los negociarías por todos los malditos
iPhones en China. Suena extraño, lo sé. Pero eso es sólo la forma en que es. Que
se joda el Cuerpo de Paz. La paternidad es el trabajo más duro que amarás nunca.

***

Así que ahora, dos años después, de nuevo en el digno sexo-porno...


Deslizo mis manos debajo del culo de Taehyung —amasado y levantando—
acercándonos más. Nos mecemos más rápido. Mi frente se sitúa cerca de la suya y
abro los ojos. Así puedo ver.
Soy así de codicioso. Quiero disfrutar de cada jadeo, cada destello de placer que
baila en su exquisito rostro. El placer que yo le estoy dando.
Conozco el cuerpo de Taehyung también como conozco el mío. Hay una alegría,
una confianza, un poder, en ese conocimiento que no puedo explicar. Estamos
totalmente en sincronía. Unidos en cuerpo y alma. Una máquina bien lubricada,
trabajando en conjunto hacia ese momento de puro y caliente paraíso que sólo he
experimentado con él.
La respiración de Taehyung cambia. Resulta jadeante y desesperado, y sé que está
cerca. El sudor escurre por mi pecho. Me muevo más duro, moliendo en su contra
—dentro de él— con cada empuje hacia adelante. Cálidas chispas cosquillean por
mi columna vertebral y aprietan mis bolas. El calor se extiende hacia abajo y hacia
fuera hasta que cada nervio de mi cuerpo se está sacudiendo. Temblando. Rogando
por explotar.
Dulce Jesús.
Mis caderas se mecen de regreso, y salgo casi todo el camino. Entonces, por un
segundo, me congelo. Nos balanceamos justo en el borde. Juntos. Saboreando la
sensación de ese momento perfecto —justo antes de llegar— donde se siente tan
jodidamente bueno. Pero sabes que estás a punto de sentirte aún mejor.
Golpeo mi polla dentro de él, enterrándome profundamente mientras las caderas de
Taehyung se elevan hacia arriba. Él aprieta duro a mí alrededor, agarrándome
apretadamente una y otra vez, mientras que el éxtasis desgarra mi cuerpo,
haciéndome estremecer.
Me aferro al culo de Taehyung como si mi vida dependiera de ello. Aprieto los labios
contra su cuello para suavizar los sonidos que no puedo controlar.
—Taehyung. . . Taehyung. . . mierda. . . Taehyung. . .
Es asombroso. Fantástico. Pero no es inusual. Porque somos así de malditamente
buenos juntos.
Exhalo con dureza contra la piel de Taehyung cuando regreso a la tierra. Pero no
me muevo todavía. No tengo la voluntad. Estoy pensando en volver a dormir.
Encima de él.
No le importará.
Al menos eso es lo que pienso, hasta que Taehyung realiza el movimiento que
parece divertirle. Y hace que todos los hombres en la tierra quieran chillar como un
cerdo empalado. Sin previo aviso, usa sus poderosos músculos para exprimir mi
extremadamente sensible polla.
Los chicos odian eso. Nosotros no pensamos que es divertido. Taehyung lo sabe.
Doy un tirón hacia atrás, saliendo, y rodando fuera de él.
Trato de parecer molesto, pero no termino de concretarlo. Porque los ojos de
Taehyung están relucientes. Y está riendo. Y él se ve con el pelo tan desordenado,
la cara enrojecida, hermosamente recién follado, que es imposible no sonreír a
cambio.
Él también lo sabe.
Le susurro:
—Hola.
—Hola.
Giro sobre mi espalda y Taehyung se acerca más, apoyando la cabeza en mi pecho
y su mano en mi estómago.
¿Mi tatuaje? Notaste eso, ¿verdad? Sí, conseguí otro justo después del nacimiento
de Jihoon. Es sencillo, nada llamativo. Pero es tan significativo como el nombre de
Taehyung en mi brazo derecho.
Simplemente dice Jihoon. Justo por encima de mi corazón.
—Así que —comienza Taehyung—. Gran día hoy, ¿eh?
Paso los dedos por su cabello.
—No. La semana que viene es un gran día. Hoy es sólo un tecnicismo. Ciento
sesenta y ocho horas. Ocho mil seiscientos cuarenta minutos.
No es que este contando ni nada.
Ahí es cuando va a ser oficial. Es entonces cuando Kim Taehyung va a casarse
conmigo. Cuando no sólo va a dormir en mi cama porque quiere, sino porque está
legalmente obligado a estar allí.
Esposos. Carne de mi carne. Lo que Dios ha unido, que no le permita a nadie que
quiera mantener su brazo unido tratar de separarlo.
Taehyung se muerde el labio.
—¿Los chicos te dijeron cuál es el plan?
Él se está refiriendo a la despedida de soltero. Mi despedida de soltero.
Mi Las Vegas despedida de soltero.
La despedida de soltero es una noche para celebrar la desaparición de la soltería de
un hombre, en el nivel y la manera más depravadamente posible. Sexo y alcohol
son los grandes temas. Has visto las películas —The Hangover, Bachelor Party. . .
es el último hurra. Como la noche antes de ser enviado a la guerra o, si eres una
mujer, iniciar una dieta.
Se espera que el novio se harte de todas las cosas que supuestamente no va a
conseguir más, una vez que desliza el anillo en el bonito dedo de su novio o novia.
Por supuesto, Taehyung no es un novio corriente. Y debido a nuestra relación y
nuestra vida sexual, es mejor ahora que nunca, en un principio no quería una fiesta.
Simplemente no le veía el punto.
Para algunos hombres, como yo, una vez que estás enamorado, el resto de tetas y
culos en el mundo sólo parecen. . . mezclarse juntos. Es como. . . los coches en la
ciudad, los bocinazos, las revoluciones, el chirrido de los neumáticos sobre el
asfalto. Los escucho, sé que están ahí, pero simplemente me importan una mierda.
No miro en su dirección, no me detengo para contemplar. Ya no más, porque tengo
un clásico por-encima-de-la-línea en mi garaje, a la espera de que vuelva a casa y
lo monte.
Taehyung es la única persona que deseo.
Pero con el tiempo, los chicos me convencieron. Namjoon, Yoongi y Seung me
arrinconaron en la sala de conferencias y explicaron que la despedida de soltero en
realidad no era para mí. Era para todos los otros chicos, que en realidad tenían que
trabajar para tener sexo.
Queriendo decir los chicos solteros y. . . ya sabes. . . los que ya están casados.
Después de escucharlos defender su causa, estaba a bordo. Entre el trabajo,
Taehyung, y el pequeño adorable dictador que es nuestro hijo, no he tenido mucho
tiempo de calidad con los chicos. Me imaginé que sería un buen momento —una
noche de unión— una forma de hacer algunos recuerdos para toda la vida con mis
amigos más cercanos.
Así que cuando Taehyung pregunta si los chicos me han dicho cuál es el plan,
contesto:
—No realmente. —Las palabras exactas de Yoongi fueron “Cuanto menos
sepas, mejor. Negación plausible”. Pero yo no quiero decirle eso a Taehyung. Solo
va a hacerlo preocupar.
Él no lo deja ir, sin embargo.
—Bueno, si tuvieras que adivinar, ¿qué crees que van a hacer?
Me encojo de hombros otra vez.
—Cena del filete, casino, beber. . .
—¿Strippers?
¿Has oído el cambio en su voz? ¿La ira preventiva? ¿La mordida?
Mis cejas se levantan.
—Una visita a un club de striptease, probablemente estará en el itinerario, sí.
Resopla. De esa eres-tan-idiota forma. Luego se sienta y cruza sus brazos.
—Por supuesto. Figúrate. Debido a que no has pasado suficiente tiempo en
compañía de strippers, tienes que sacarle el jugo una noche antes de nuestra boda.
¿Alguna vez has oído hablar del Sistema de Defensa de Misiles MDS? Iniciado por
Reagan en los años ochenta, su único objetivo es la defensa contra el ataque de
otro país. Para destruir sus misiles antes del impacto. Para desviar daños. El
sistema no analiza el argumento de la oposición. No se toma un momento para
considerar que tal vez tienen una razón válida para atacar. Simplemente reaccionan.
Inmediatamente. Defensivamente.
—No te enojes, es una despedida de soltero. ¿Estás tratando de decirme que Jimin
no va a tener un chico. . . o diez. . . sacudiendo sus genitales en tu cara?
¿No he mencionado que los chicos de parte de Taehyung van a venir con nosotros
en nuestra aventura de fin de semana? Lo están. Jimin pensó que sería divertido
que fuera una excursión en grupo, entonces dividir nuestras noches separadas de
libertinaje.
Pensé que era una fabulosa sugerencia —e hizo que casi me agradara Jimin.
—Eso es diferente y lo sabes —argumenta Taehyung.
—Excepto que no es verdad.
—¿Te molestaría si Jimin contratara strippers?
Durante años, la hermana B nos dijo que no había preguntas estúpidas.
Chico, ella estaba llena de mierda.
¿La simple idea de que un hombre medio desnudo que no soy yo esté moliendo en
Taehyung? Me hace querer destruir algo similar a una cara. Ir todo Fight Club y
romper a alguien en destrozados, sangrientos pedazos hasta que nunca parezca un
ser humano de nuevo.
Tal vez es hombre de las cavernas. Tal vez es irracional y sexista e injusto.
Pero es lo que soy.
—¡Por supuesto que jodidamente me va a molestar!
—Jimin dice que lo que es bueno para el ganso es bueno para la gansa.
—Yoongi necesita aprender cómo ponerle un bozal a su maldito gansa.
—¿Al igual que me lo pones a mí?
Puedo ser cortante también.
—No, cariño, me gusta tu boca demasiado para ponerle un bozal. La prefiero muy
abierta y esperando.
Taehyung jadea, y espero que se vuelva a mí, armas de fuego ardiente. Porque esto
es lo que hacemos. Has estado alrededor el tiempo suficiente, conoces la rutina. Es
el juego previo, preliminares, es puñetazos y puntada. Son sólo palabras, una forma
de desahogar nuestras frustraciones o girar unos a otros.
No significan una mierda. Sólo en raras ocasiones existe alguna ira real o
sentimientos heridos detrás de ellos. Y esta no es una de esas veces.
Sólo. . . aparentemente lo es.
—Ves, esto es exactamente lo que me temía. Ni siquiera hemos salido todavía, y ya
estas siendo un bastardo. Yo sabía que esto iba a suceder de nuevo.
Taehyung se gira un poco lejos de mí, sacudiendo la cabeza con rigidez. Fue
entonces cuando las vi. Lágrimas. Llenando sus ojos, listas para caer, refrenadas
solamente por su pura terquedad.
Estoy sorprendido. Y dolido. Como si acabaran de dispararme en el corazón con
una bala de goma del tamaño de una roca.
Taehyung lanza las sábanas a un lado y se mueve para salir de la cama. Pero soy
más rápido —Flash Gordon puede comer mi polvo. Antes de que sus pies toquen el
suelo, estoy delante de él, con las manos hacia arriba. Arrepentido y pesaroso.
Y desnudo.
¿Cuando estás tratando de abogar por tu caso? Estar desnudo no duele.
—Taehyung. . . espera. . . simplemente reduce la velocidad. Retrocede un minuto.
—Agarro su muñeca.
Pero él se aleja.
—¡Deja de tocarme!
Claro —como si eso fuera a pasar.
Pero no tengo la oportunidad de decirle eso. Un sonido temido hace eco a través de
la habitación y detiene toda acción, acaparando toda nuestra atención.
Debido a que está llegando desde el monitor de bebé.
Es un ruido, el sonido de algodón rozando algodón. Al igual que los francotiradores
en la selva, no movemos ni un músculo. No decimos una palabra.
Esperamos. Hasta que el susurro se detiene. Y todo está en calma de nuevo.
Esa fue una señal de peligro —un tiro a través de nuestra proa. Un “¡Cállense,
maldición!”
No tienen que repetirlo dos veces.
Lo que sigue a continuación es un cómico argumento sin sonido que únicamente los
verdaderos padres pueden entender. Todo es articulando y gesticulando,
expresiones faciales y manos agitándose. Hasta que finalmente, Taehyung me
voltea el dedo.
Entonces sonrío. Y artículo:
—Está bien.
Quiero decir, si él está listo para la segunda ronda, ¿quién soy yo para negárselo?
Tacleo. Rodamos alrededor en la cama por un minuto hasta que lo inmovilizo,
sentado en su cintura y atrapando sus manos sobre su cabeza. El esfuerzo físico
apacigua un poco la tensión, y Taehyung se ve un poco menos devastado.
Cuando estoy seguro de que no va a tratar de escapar, agarro el edredón y tiro de el
sobre nosotros dos, así estamos protegidos en un calmado capullo para conversar.
Me recuesto sobre mi lado para enfrentar a Taehyung, y en un tono medio
susurrado voy directo al punto.
—Si la idea de que strippers sean parte del entretenimiento te molesta tanto, ¿por
qué demonios dijiste que estaba bien tener mí despedida de soltero en Las Vegas?
Las strippers en Las Vegas son como el maíz en Iowa. Son un poco por lo que la
ciudad es conocida.
Taehyung se retuerce. Entonces suspira.
—Porque todo el mundo estaba tan emocionado de ir a Las Vegas. No quería
molestar. Las fiestas de soltero en Las Vegas son como. . . tradición, ¿no?
No hace mucho tiempo, sacrificar cabras era una tradición también. No significa que
sea una buena idea.
—No todas las tradiciones tienen que ser seguidas. Si estás realmente tan
incómodo al respecto, les diré a los chicos que no. Nos atenemos a los juegos de
azar, cigarros y alcohol.
Se detiene un momento, pensando.
—¿Harías eso por mí?
Me río. Porque por ahora, ¿cómo puede no saberlo?
—Por supuesto que lo haría.
Taehyung mete las manos bajo su mejilla. Eso lo hace parecer más joven,
vulnerable.
Mi pecho se aprieta con el deseo de protegerlo. De cualquier cosa —todo—lo que
podría causar su dolor.
Incluyendo mi propia lengua.
—Realmente no me preocupo por los strippers, Jungkook.
Ahora estoy confundido.
—¿Estás diciendo eso porque realmente no te importa, o porque crees que es lo
que yo quiero que digas?
Tengo que preguntar, porque en mi experiencia, Taehyung dice que hagas una cosa
y luego raja tu maldita garganta cuando en realidad lo haces. Dado que se supone
que sabes que en realidad él no quiere que lo hagas. Que él en realidad no quería
decir lo que dijo.
A excepción de los momentos en los que lo hacen.
Es como una forma desconocida de esquizofrenia. Dios les dio una boca por una
razón, señoras. Bueno. . . varias razones en realidad.
Pero el punto es usarlo. Sea franca. Nos ahorrará todo un montón de tiempo
y energía.
—No, estoy siendo honesto. Ahora que sé que no quieres ir a un club de striptease,
no me molesta tanto si lo haces.
—¿Entonces por qué estabas molesto?
—Creo que, en el fondo, sólo estoy. . . asustado.
—¿Por qué?
—Tú.
Ouch. Tengo que decir, eso duele algo. Como una vieja lesión en la rodilla que se
hace sentir con tan poca frecuencia, que casi te olvidas que está ahí. Hasta que te
recuerda. Y estás en cama durante una semana.
Taehyung ve mi expresión y elabora:
—Me temo que vas a hacer algo. . . que vas a ver algo, o escuchar algo, y que vas a
tomarlo de la forma equivocada. Que habrá un malentendido, y que vas a
reaccionar. . . mal.
Me froto los ojos. Y suspiro.
—Pensé que ya habíamos pasado todo eso, Taehyung.
Él agarra mi mano y aprieta.
—Estamos más allá de eso. Nos perdonamos mutuamente, y estamos muy bien
ahora. Pero. . . tienes que admitir. . . hay un patrón.
Rose Kennedy una vez declaró: “Se ha dicho, “El tiempo cura todas las heridas”. No
estoy de acuerdo. Las heridas permanecen. Con el tiempo, la mente, protegiendo la
cordura, las cubre con el tejido cicatrizante y el dolor disminuye. Pero nunca se van.
Predicando con el coro, Rosie. Predicando con el coro. . .
Mi mano se arrastra fuera y ahueco la mejilla de Taehyung para tranquilizarlo.
—Yo no soy ese tipo nunca más, Taehyung.
Bueno, tienes razón: en el fondo sigo siendo ese chico. Pero soy más inteligente
ahora. Más. Soy un padre. En una semana, voy a ser un marido. Y me gustaría
cortarme el pene antes de lastimar a Taehyung así de nuevo.
He crecido, maldita sea.
—Te quiero, Taehyung. Y confío en ti. Confío en nosotros. Hablamos de cosas, no
sólo reacciono ahora. Así que no voy a arruinar esto. No este fin de semana; no
nunca más.
Oh, la ironía. Tu fea puta.
La mano de Taehyung cubre la mía. Él mira fijamente en mis ojos, en busca de la
verdad o sinceridad o no sé qué. Sea lo que sea, lo encuentra. Porque sonríe. Y me
besa suavemente.
—Te creo.
Luego se aleja y pregunta:
—¿Te sentirías mejor si le digo a Jimin que cancele cualquier plan de stripper que
pudo haber hecho para nosotros?
Sí.
—No.
Diablos, sí.
—Bueno. . . puede ser.
Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí.
—No. No. Quiero que te diviertas con los chicos. Ya sabes, hacer lo que las
gansas hacen.
¿Ves? Si esa no es evidencia de jodidamente crecí, no sé qué demonios es.
Cuando nos sentamos, Taehyung me dice:
—Ver a un tipo engrasado sacudiendo su culo no es mi idea de diversión, Jungkook.
—Él menea sus cejas en mi camino—. Ahora, tú engrasado y bailando, por otra
parte, suena como un buen momento.
Es por eso que lo quiero.
—Tú eres el hombre perfecto.
Lo jalo por un beso, más largo que el anterior. Pero justo como nuestras lenguas
salen a jugar, una pequeña voz chilla desde el monitor.
—¿Mamii? ¿Papii? Arribaa. Ariba.
Me alejo.
—La bestia ha resucitado. Dúchate primero, voy a él.
—Bueno.
Me deslizo en un par de sudaderas mientras Taehyung saca algo de ropa de cajón.
—¡Paapii! ¡Mamii! ¡Aribaa. Ariba. Ariba!
Mi hijo no es un gran fan de la paciencia. ¿Me pregunto de dónde sacó eso?
—¿Oh, y Jungkook?
Me vuelvo hacia Taehyung.
—¿Sí?
—Mi abuela solía decir, “Mira con los ojos, no con las manos”. ¿Cuando estés en
ese bar de striptease? Asegúrate de hacer eso.
Asiento con la cabeza.
—Lo tengo, jefe. —Doy un paso adelante y agarro su barbilla, liberando su labio de
las garras de sus dientes. Luego, lo beso —dejándolo un poco aturdido y confuso—.
Deja de preocuparte, joder. Vamos a tener un buen rato con nuestros amigos este
fin de semana. Nada malo va a suceder. Lo prometo.
Las famosas últimas palabras, ¿no? ¿Cómo es eso para una maldición?
Idiota.
Le doy una vuelta y palmeo ambas mejillas con una mano.
—Ahora lleva ese culo en la ducha antes de que decida atacar de nuevo.
Taehyung se ríe, porque piensa que estoy bromeando. Solo…
—¡Paaapiiiiiii! ¡Ariba-a! ¡Ariba-a!
Claro. El deber llama. Taehyung se dirige al cuarto de baño, y yo voy a liberar a
Jihoon de su jaula.

***

Así fue como empezó. Todo era increíble. Estábamos hablando. Riendo.
Comunicando.
Joder.
Era como un cuento de hadas, por el amor de Cristo.
¿Has notado cómo en los cuentos de hadas todo comienza a lo grande? ¿La bella
princesa, el reino feliz? Entonces todo se vuelve mierda. Un minuto Hansel no
sentía ningún dolor, masticando una ventana hecha de azúcar, y al minuto siguiente
cierta vieja bruja estaba tratando de meter su culo en un horno.
¿Para cualquiera que todavía piensa que soy un indigno e idiota ensimismado?
Tengo la sensación de que vas a disfrutar esto.
Mucho

CAPITULO 2
La habitación de Jihoon es tenue. Las sombras se dibujan y la única iluminación
proviene de una luz nocturna Buzz Lightyear en la esquina. Es la madre de todas las
habitaciones de niño. ¿Amarillo y verde? No, gracias. Las paredes son azul marino y
crema, los muebles de madera de cerezo oscuro. Una canasta de baloncesto
del-tamaño-de-un-niño está contra una pared, y un tren de tamaño completo contra
el otro. Una cómoda mecedora se encuentra entre dos ventanas de arco, con una
copia gastada de Goodnight Moon en el asiento. Fotos enmarcadas de la familia —y
del nuevo estadio de los Yankees— cuelgan en las paredes. Un cartel de Metallica
está pegado en la parte posterior de la puerta.
Yo lo quería al frente y en el centro, pero Taehyung me derribó.
Los grandes y oscuros ojos de Jihoon se iluminan cuando entro. Es la perfecta
miniatura-de-mí, el mentón, la boca, el pelo negro que se eleva hacia arriba en
todos los ángulos. Pero tiene los ojos y la naricita de su papá.
—Buenos días, amigo.
Él se aferra a la barandilla de su cuna y rebota como un chimpancé revestido en
algodón.
Sus palabras son cuidadosamente pronunciadas, con tensión en las consonantes.
Algo así como un robot.
—Hol-la, papá-paa.
Tan jodidamente lindo.
Lo recojo, manteniéndolo en alto, y mordisqueando su vientre, haciéndolo chillar.
Entonces lo traigo de vuelta abajo y le doy un apretón. Su cabeza gira y se apoya en
mi hombro, y su aliento me hace cosquillas en el cuello. Le beso el pelo otra vez,
simplemente porque puedo.
Nunca entenderé esos tipos que se niegan a abrazar y besar a sus hijos,
especialmente a sus hijos varones. Insensibles bastardos, si me preguntas. La idea
de que demasiado afecto puede hacer a un chico suave es una gran pila humeante
de mierda.
¿Si quieres que tu hijo sea confiado y seguro? Tienes que darle una buena base, un
correcto ejemplo. Tomemos a mi viejo, por ejemplo. Crecí sabiendo que era
totalmente capaz de patear mi culo cada vez que me pasaba de la línea. Así lo hizo.
Frecuentemente. Pero también me mostró todos los días que me cuidaba la
espalda. Que me amaba, estaba orgulloso de todo lo que yo hacía o intentaba
hacer.
Jihoon va a crecer de la misma manera.
Un rancio aroma invade mi nariz.
—Jesús, Jihoon. —Lo recuesto sobre la mesa para cambiarlo.
Pareces sorprendida. No deberías estarlo. Los hombres de verdad cambian
pañales.
Estoy pensando en poner eso en una camiseta.
De hecho, cualquier cosa que Taehyung puede hacer, la hora del baño, la hora de
acostarse, la alimentación a medianoche, yo también puedo hacerlo. Como que
tengo que hacerlo.
Taehyung sólo tenía veintiocho años cuando nació Jihoon. Para un profesional en
nuestro campo, es joven. Y tan feliz como él estaba por hacer la cosa de papá —y a
pesar de un barco cargado de culpa— simplemente no estaba listo para cambiar en
la escalera corporativa para ser papá y las malditas canciones de Wiggles.
Una niñera o guardería estaba fuera de la cuestión. Cuando yo era joven, ni siquiera
me gustaba abandonar a nuestros perros. De ninguna manera iba a entregar a mi
hijo a unos desconocidos, esperando cada día que ellos no le causaran daño.
Pero le prometí a Taehyung —érase una vez— que haría que todos sus sueños se
volvieran realidad. Así que llegamos a un acuerdo. Así es como se desarrollaron las
cosas. Encontrarás el final de este intercambio particularmente gratificante. . . o por
lo menos yo lo hice:

____________________

Jihoon —cuatro semanas de nacido.

Son las diez treinta cuando entro por la puerta de nuestro apartamento.
Estas pueden parecer horas de retraso para ti, pero en el campo de la banca de
inversión, es más o menos el par del campo. Una reunión de siete en punto
atropella y luego una conferencia telefónica con Indonesia, un par de horas
dedicadas a la revisión de los contratos, y aquí estamos.
Cuando Jihoon nació primero, me tomé dos semanas de licencia de paternidad,
pero ahora estoy de vuelta en la oficina con velocidad. Taehyung está haciendo la
cosa de papá-en-casa. Solíamos alternar los turnos de alimentación en mitad de la
noche, pero porque es difícil formar una frase coherente y mucho menos manejar
millones de dólares, cuando la mitad de tu cerebro está dormido, ahora caen sobre
él, así que puedo conseguir un descanso de noche decente y no diezmar la fortuna
de mis clientes.
Lanzo mis llaves en la mesa y cierro la puerta con el pie. Entro en la sala de estar,
Taehyung está en el sofá con una cesta de ropa sucia a sus pies, doblando
diminutos pantalones que se unirán a sus hermanos apilados sobre la mesa. Su
brillante y suave cabello —el cual disfruto cuando está acariciando mi pecho— está
desperdigado por todo su rostro. Él lleva pantalones cortos de pijama y una
camiseta azul marino.
En una voz más alta de lo que me proponía, le digo:
—Oye, hermoso.
—¡Shhh! —ataca él—. Si despiertas a ese bebé, voy a arrancarte cada vello púbico
que tengas la próxima vez que te quedes dormido.
Mis ojos se abren. Ha estado pasando demasiado tiempo con Jimin estos días.
Bajo mi voz:
—Lo siento. —Me siento a su lado en el sofá y me inclino más cerca por un beso.
Mis labios sonsacan una sonrisa de Tae, como de costumbre.
—Hola —me saluda con un tono mucho-más-feliz-de-verme—. ¿Quieres que te
caliente un plato?
—No, sólo voy a prepararme un plato de cereal.
Taehyung bosteza mientras recoge el babero “my dad is more hot than your mom” y
sigue doblando.
—¿Un día duro? —pregunto.
—No tanto. Él solo estaba de muy mal humor sobre las seis y me llevó una
eternidad ponerlo a dormir.
Asiento con la cabeza. Luego inclino mi cabeza hacia el pasillo.
—Voy a ir a verlo.
Taehyung me derriba.
—No, no, no vas.
—Seré muy silencioso.
—Jungkook…
—Ni siquiera voy a tocarlo.
Irónicamente él señala:
—Los dos sabemos que eres incapaz de ver a Jihoon y no tocarlo.
Touché.
—Y entonces él se va a despertar y voy a tener que darle de comer para volver a
acostarlo. Y todo su horario de dañará por la noche.
Veo la sabiduría de lo que está diciendo. No significa que tenga que malditamente
gustarme.
—¡No lo he visto en todo el día! —Tuve que salir corriendo por la puerta antes de lo
habitual esta mañana, para hacer una reunión con un cliente de la parte alta—. No
es sano para un bebé pasar días sin poner los ojos en el hombre que lo engendró.
No sé si esto es un hecho, pero suena bien, así que me quedo con ello.
Una vez más, Taehyung no lo está aceptando.
—Tiene cuatro semanas. Necesita un horario más de lo que necesita ver a su papá.
Frunzo el ceño. Creo que mis sentimientos están heridos.
—Eso es una cosa jodida que decir.
Se encoge de hombros.
—No por eso es menos cierto.
Suspiro. Y decido un curso de acción más subversivo.
—Entonces me iré a preparar ese plato de cereal.
Taehyung me observa levantarme. Entonces llama suavemente a mi espalda en
retirada:
—Aléjate del cuarto del bebé, Jungkook, ni siquiera mires la puerta.
Ni siquiera acepto o me niego. A pesar de que Taehyung y yo hemos estado juntos
durante años, aún se aplican las lagunas. Entro en la cocina, agarro la leche de la
nevera, y me sirvo un bol de Lucky Charms. Tomo dos bocados y…
¿Has oído eso? Sonaba como el llanto de un bebé, ¿no?
¿No?
Entonces te recomiendo una revisión auditiva, porque yo definitivamente lo oí.
Me deslizo a través de la puerta de la cocina y sigilosamente hago mi camino por el
pasillo hasta el cuarto del bebé. La puerta está semi abierta, lo suficiente ancha para
meter la cabeza. La luz de noche arroja un cálido resplandor en los muebles de
madera oscura, en la mecedora y los animales de peluche apilados en la esquina.
Escucho. Y todo lo que oigo es el sonido de la respiración profunda y rítmica de
Jihoon.
Supongo que no era un llanto lo que oí, después de todo. Pero... ya que estoy aquí
y todo, no hará daño echar un vistazo, ¿verdad? Cierto.
Como un niño bajando a escondidas las escaleras antes de la salida del sol en la
mañana de Navidad, entro suavemente en la habitación. Me detengo al lado de la
cuna y bajo la mirada a mi pequeño dormido. Una sonrisa instantánea aparece en
mi cara. Porque es tan malditamente adorable.
Él está sobre su espalda, la cabeza vuelta hacia la derecha, una pequeña mano
empuñada doblada en el codo por encima de su cabeza de pelo oscuro. Está
vestido con un mameluco de algodón que cubre sus pies de color verde oscuro. No
me resisto a correr mi dedo por su regordeta y suave mejilla-de-bebé.
Él no se inmuta ni se mueve. Así que sigo mirándolo, y es una locura lo entretenido
que es simplemente observarlo respirar.
Después de que me he hartado, doy un paso hacia la puerta.
Entonces algo jodidamente terrible sucede.
Tenías que haberlo visto venir.
Sí, la cabeza de Jihoon gira a la izquierda, y sus pies patalean y sus dulces
facciones se arrugan. Entonces, como un pajarito recién salido del huevo deja
escapar un grito.
—Whaaaaa.
Mis ojos corren a la puerta, y luego de nuevo a él, cuando el segundo graznido deja
sus labios.
—Whaaaaaaa.
—Mierda. Shhh —susurro—. Jihoon... —Froto su vientre—. Shhh, vuelve a dormir.
Por supuesto, eso hace un montón de nada.
—Whhaaaaaaaaa.
A la mierda. Lo recojo y reboto contra mi hombro.
—Tienes que estar calmado, amigo. Si tu papi me encuentra aquí, va a cerrar su
agujero como una caja fuerte de acero. Me llevará horas romper ese chico malo de
nuevo abierto.
Técnicamente, la caja fuerte está cerrada por mantenimiento de todos modos. Aún
nos quedan dos semanas para que el médico nos dé la luz verde.
Hasta entonces, hay una estricta política de “No pasarás”. Ni siquiera se me permite
hacerle llegar con mi boca, o el método
siempre-tan-popular-entreadolescentes-de-bluyinear. Roberta dijo que su útero
necesita recuperar, lo que significa que no hay espasmo orgásmico permitido.
Dicho esto, entiendes mi analogía. Mi hijo, por otra parte, no lo hace. O simplemente
no le importa una mierda.
—Whaaa, whaaa, whaaaaaaaa.
Entonces Taehyung está de pie en la puerta, pareciendo justamente cabreado.
—Despídete del vello púbico, Jungkook.
Me río.
—¿Qué? Le oí llorar, solo llegue antes.
No cuenta como una mentira si la persona a la que le estás mintiendo sabe que es
mentira.
Tae deja escapar un suspiro de exasperación y extiende las manos por el bebé.
—Entrégamelo.
Lo empujo en mi contra y giro mi cuerpo, como un jugador de fútbol tratando de
evitar que la pelota sea arrebata.
—No, yo lo tengo. Vuelve a lo que estabas haciendo.
—Él no se va a calmar contigo.
—Y nunca se calmará conmigo si eres el único que lo sostiene todo el tiempo.
—Beso la parte superior de su cabeza—. Tengo esto, Taehyung. Ve a tomar un
baño o algo así.
¿No es eso lo que quieren todos los padres primerizos?
—¿Esa es tu manera de decirme que apesto?
Supongo que no.
—No... Estoy diciendo que moví la mierda, voy a tratar con el hedor.
Todavía pareciendo inseguro, él pasa la mano por la espalda de Jihoon.
—Bien. Solo... grita si me necesitas.
Le doy a sus labios un beso.
—Estamos bien.
Finalmente Taehyung sonríe, y luego se va.
La mayoría de los hombres son ineptos cuando se trata de los bebés. Ya sea por la
falta de experiencia o porque tienen miedo de que van a joder algo
irreversiblemente. Danos un aparato que necesita ser arreglado, vamos a
desarmarlo, lo resolveremos, y lo pondremos de nuevo junto, incluso si no estamos
familiarizados con el.
¿Los bebés? No son tan fáciles de volver a armar.
Y están todos estos peligros de los que tenemos que ser conscientes, puntos
débiles, cuellos que no puede apoyar la cabeza, desagradables ombligos a la
espera de caer... no me refiero a la mierda de la circuncisión. No soy bueno con las
multitareas, ¿recuerdas?
Así que para la mayoría, el cuidado de un bebé es una actividad que es mejor dejar
para las madres y padres que lo dieron a luz.
La mayoría, pero no para mí. Porque afilé mis dientes en Jiwoo.
Cuando ella era un bebé, yo no estaba cerca para las cosas de rutina de la noche,
pero aprendí mucho sobre todo lo demás. Si un hombre puede cambiar el pañal de
un bebé, no hay nada que no pueda cumplir. Por lo tanto, porque tengo su infancia
en mi haber, y porque soy bastante impresionante en todo lo que hago, no estoy
intimidado por el llanto de Jihoon. No es una parte divertida de la paternidad, pero
puedo encargarme.
Lo muevo de mi hombro para acunarlo en mis brazos.
—Whaaa, whaaa, whaaa...
—Oye, amigo, ¿qué pasa con las lágrimas? No tienes que llorar, voy a tenerte
durmiendo de nuevo en un momento.
Agarro un chupete de la cómoda y me burlo con él en su boca. Gimiendo, él lo
succiona antes de abrir la boca para chillar. Cojo el chupete antes de que caiga al
suelo.
Luego me siento en la mecedora.
—Sí, sé que no es lo que realmente quieres. Pero. . . tienes que tomar lo que
puedes conseguir. Y ahora mismo, esta pequeña pieza de plástico es la mejor
opción.
Lo deslizo entre sus labios de nuevo, y esta vez no lo rechaza. Chupa rápidamente
y sus ojos se cierran por un momento antes de que los arrastre abiertos de nuevo,
un signo seguro de que está agotado, pero lucha contra ello.
Me balanceo lentamente en la silla y palmeo su culo suavemente en un ritmo
constante.
En un suave susurro le digo:
—¿Quieres oír lo que hizo tu padre hoy? He organizado una adquisición de
cincuenta millones de dólares para un hombre que inventó una nueva aplicación.
Es un poco idiota. Cuando seas mayor, aprenderás que el mundo está lleno de
idiotas. De todos modos, este idiota en particular no creía que el trato era lo
suficientemente bueno, así que papá tuvo que explicarle por qué lo era. Primero le
mostré...
Realmente no quieres oír el resto, ¿verdad? Basta decir que veinte minutos
después, Jihoon estaba inconsciente. Besé su frente y lo tumbé en su cuna. Luego
salí a la sala de estar buscando un poco de tiempo de calidad con mi novio.
Encuentro a Taehyung en el sofá, con una cesta todavía medio lleno de ropa al lado
de él.
No me reconoce de inmediato, y no está doblando más la ropa. Tae sostiene un par
de calcetines de bebé en cada mano, desconcertantemente con la mirada perdida
en el espacio. Pensando profundamente.
Por lo general, ¿cuándo Taehyung está contemplando algo serio? Es una mala
señal.
Cautelosamente me siento a su lado.
—El bebé está dormido.
Su expresión en blanco no cambia.
—Eso es bueno.
—¿Tae? ¿Estás bien?
Saliendo de donde estaba, él se vuelve hacia mí rápidamente y trata de
desestimarlo.
—Oh sí. Sí, estoy bien.
Bien, una bandera roja si alguna vez hubo uno.
No pierdo el tiempo con bromas.
—Jodidamente bien, ¿Qué está mal?
Centra su atención en los calcetines.
—Me acabo de dar cuenta... esta es mi vida ahora.
Me esfuerzo para descifrar el mensaje oculto en esa declaración, y llego a nada de
nada.
—¿Bueno... y...?
—Y doblar la ropa, los platos sucios, los paseos por la tarde, las siestas, cambiar
pañales... esa es mi vida. Eso es lo que tengo que esperar.
—Bueno... cambiar pañales no durará para siempre. Y en dos semanas más voy a
ser capaz de hacer que te corras de nuevo en numerosas e ilícitas formas, eso es
algo que vale la pena esperar con interés.
Eso consigue una risa de él, pero es poco entusiasta.
—Soy una persona terrible.
Froto su hombro.
—Si eres una persona terrible, estoy en alguna seria mierda profunda.
Esta vez su sonrisa es un poco más genuina.
—Amo a Jihoon, Jungkook. Amor… no es ni siquiera una palabra lo suficientemente
fuerte...
Asiento con la cabeza, porque yo y cualquier padre sabe exactamente a qué se
refiere.
—... y sé lo afortunado que soy. Muchas mujeres y hombres matan para poder
quedarse en casa a tiempo completo con sus hijos. Realmente estoy agradecido por
la vida que tengo, pero nunca pensé que esto sería lo único que tendría.
Y las lágrimas empiezan a caer. Unas grandes.
En los días después del nacimiento de Jihoon, él no era el único que era un
vociferante llorón.
Taehyung era un desastre.
Creí comprender que las hormonas pueden causar estragos en la personalidad,
masculina, pero no entendí el aumento. Las hormonas del embarazo son otro
animal completo. Él lloró porque Jihoon era hermoso, lloró porque me amaba tanto,
y debido a lo mucho que yo le amaba. Lloró cuando Jihoon lloraba, y cuando él
dormía o si estornudaba. Lloró porque Tae no había perdido todo el peso del bebé
dos días después de que él nació, de la forma en que esas malvadas celebridades
narcisistas hacen que las personas sienten que no deberían.
Aunque estoy acostumbrado a los ataques de llanto de mi hijo, ver a Taehyung llorar
nunca será algo que me parezca bien.
Mi pecho se tensa, apretando mi corazón mientras se limpia las mejillas.
—Me siento tan culpable por faltar al trabajo, por verte salir por esa puerta por la
mañana y desear que fuera yo. ¿Cómo de jodido es eso?
Froto su espalda y le digo la verdad:
—No es jodido en absoluto.
Taehyung me mira con sorpresa en sus ojos.
—Yo no querría renunciar a mi trabajo tampoco, sería un bastardo miserable si no
pudiera ir a la oficina más. —Entonces pregunto—: ¿Por qué no dijiste algo antes?
—Pensé que esto pasaría, que una vez que me acostumbré a estar en casa, tendría
una nueva rutina que seguir. Pero eso sólo ha empeorado.
Lo extraño es que yo sé exactamente cómo se siente.
—Para ser honesto, no estoy emocionado exactamente con el arreglo que tenemos
ahora, tampoco.
Afortunadamente, sus lágrimas se han secado. La tenaza en mi corazón disminuye.
—¿No lo estás?
Niego con la cabeza.
—Me estoy perdiendo todo lo bueno. Voy por días sin ver a Jihoon despierto ni
siquiera por un minuto. Es una mierda. Como el otro día, cuando sonrío por primera
vez.
Taehyung trata de hacerme sentir mejor.
—Fue sólo un gas, Jungkook.
—Por supuesto que lo fue, porque los chicos piensan que los gases son divertidos.
—Te envié un video.
Niego con la cabeza.
—Eso no es lo mismo. A este ritmo, voy a perderme todo, su primera palabra, su
primer paso, la primera vez que se dé cuenta que puede apuntar y mear en las
cosas, todos los grandes momentos.
Taehyung toma mi mano.
—Así que... ¿de qué estamos hablando aquí? ¿Estás diciendo que deseas quedarte
en casa a tiempo parcial?
Una vez que las palabras son dichas en realidad, me doy cuenta de que eso es lo
que he querido desde el principio.
—Y vamos a trabajar a tiempo parcial. Yo iré a la oficina los lunes, miércoles y
viernes. . . porque sigo siendo el maldito activo en la relación. . . y tú irás los martes
y jueves.
—Algunos de nuestros clientes no van a estar bien con eso. El CEO de Jefferson
Industries es un capullo, tendrá problemas importantes. Como si me importara un
bledo.
—El que no esté de acuerdo con esto, me aseguraré de que se quede en casa. O
se los pasare a Namjoon o Yoongi, y si perdemos algunos, mi padre lo superará. El
nepotismo tiene sus ventajas, Taehyung. Yo digo que malditamente lo explotemos.
—Nuestros bonos tendrán un golpe.
Me encojo de hombros.
—Es sólo dinero.
Si no tienes un bote lleno de dinero en efectivo e inversiones por ahí, yo no
recomendaría que adoptaras esta actitud. Pero como yo lo hago. . . Puedo.
Luego señalo:
—En seis o siete años Jihoon estará en la escuela, entonces ambos podremos
volver a tiempo completo. A menos que tengamos unos cuantos niños más entre
ahora y entonces, y ya que la actividad que los trae aquí está en la cima de nuestra
lista de cosas favoritas por hacer, eso es una clara posibilidad.
Hay una luz en sus ojos que no estaba allí cuando llegué a casa. Saber que ayudé a
poner ese brillo ahí me hace sentir orgulloso de mí mismo, no es que eso sea una
sensación inusual, pero en este caso es especialmente impresionante.
Taehyung me aprieta la mano con entusiasmo.
—Por lo tanto, ¿estamos haciendo esto? ¿Realmente estamos haciendo esto?
—Tú y yo y Jihoon vamos a entrar en la oficina mañana y tener una conversación
con papá, George y Frank.
Taehyung se lanza hacia mí, pecho a pecho, los brazos alrededor de mi cuello, las
piernas a horcajadas en mis muslos.
—¡Estoy tan emocionado!
—¿Tan emocionado cómo estás acerca de conseguir el visto bueno de Roberta en
dos semanas?
Taehyung mira de reojo.
—Ah. . . no así de emocionado, pero muy cerca.
Y luego nos besamos, nuestras lenguas bailando y degustándose. Vuelvo a caer en
el sofá, llevándolo conmigo y manteniéndolo encima.
Sus labios se burlan de camino a mi oído.
—Te amo —exhala Taehyung, antes de lamer alrededor de la concha. Cálida lujuria
se reúne en mis entrañas, luego surca mis muslos y brazos, y mi polla.
Devuelvo el sentimiento:
—Te amo.
La boca de Taehyung baja a mi cuello, tortuosos toques como suaves-plumas
contra mi piel.
—Y amo nuestra vida.
Mi mano se enreda en su pelo.
—Yo también.
Taehyung cae de rodillas en el suelo y yo me enderezo, con las piernas separadas
para que pueda anidar entre mis muslos. Me mira con hambrientos ojos negros y
una sonrisa traviesa, mi combinación favorita.
Taehyung desabrocha mi pantalón y me levanto para acomodarme mientras les da
un tirón. Más despacio, quita mis bóxers y mi impaciente polla rebota hacia arriba
para saludarlo.
—Y amo tu polla. —Él conduce el clavo a casa cuando corre su húmeda lengua
arriba y abajo de mí, y luego girando alrededor de la cabeza.
Observo su hermoso rostro y sonrió.
—Amo mi polla en tu boca.
Sus labios vibran contra mí mientras se ríe y la sensación hace que mis piernas
tiemblen. Luego succiona con sus labios desde la base hasta la punta,
burlonamente, sin llegar a tomarme dentro. Cuando estoy a punto de perder mi
jodida mente, él abre y desliza mi polla en la estrecha, caliente humedad de su
boca.
Mi cabeza rueda hacia atrás y gimo.
Taehyung me traga lentamente, centímetro a centímetro. Es desesperante y
fantásticamente bueno al mismo tiempo. No puedo decidir si quiero que me chupe
duro y rápido o que continúe la dichosa tortura durante horas. Quizá días.
Cuando estoy en la garganta de Taehyung, él hace una pausa, respirando
suavemente.
Y siseo:
—Joder. . .
Taehyung siempre fue hábil dándole a la cabeza, verdaderamente natural. Pero en
estos últimos años, su talento ha alcanzado proporciones épicas. Es un maestro y
yo soy su bien dotado instrumento. Prácticamente entrenó su reflejo vomitivo, y
realmente disfruta tragar y engullir.
Taehyung me dijo una vez que lo hacía sentirse poderoso. Ver mi cara mientras me
trabajaba. Ver los signos de placer que está controlando, dejándome deleitar.
Es una toma bastante precisa de la situación, porque en este momento estoy a
merced total y completa de Taehyung.
Y ese, niños, es el mejor puto asiento de la casa.
Me chupa duro mientras su cabeza se desliza hacia arriba, de modo que la punta se
mantiene entre sus hermosos labios. Hace vueltas con su lengua de nuevo, esta vez
con más presión, menos burla. Luego sube y baja rápidamente — todo negocios—
toda lengua, decadente y descuidada humedad y ásperos roces de dientes. Sus
mejillas están hundidas y su mano masajea mis bolas, dándoles un suave y erótico
tirón.
Me quejo y maldigo y canto su nombre.
Agarro su pelo y lo guio hacia arriba y abajo en mi polla con la suficiente fuerza para
hacer que tataree en aprecio.
—Sí, bebé, justo así. Tan jodidamente bueno —suspiro.
Los labios de Taehyung se contraen y su cabeza se mueve más rápido.
—Jesús, Taehyung, me voy a venir.
Mi mano se aprieta y lo mantengo en su lugar, y todos los músculos de mi cuerpo se
contraen gritando, unánime del placer. Mis dientes chocan y mis caderas empujan, y
con un gemido por su cuenta, Taehyung traga con entusiasmo hasta que me quedo
sin nada.
Mi respiración es áspera mientras él me premia con un último movimiento de su
lengua. Luego se levanta, sonriente y sube a mi regazo. Y estoy débil, totalmente,
sublimemente relajado. Que se joda el vino: una mamada es la mejor manera de
relajarse después de un largo día de trabajo.
Lo único que lo haría mejor es si pudiera devolverle el favor.
Mientras encierro a Taehyung en mis brazos, añado otra barra al total acumulado de
los orgasmos que le debo. Este sería el… quince. Y planeo resolver todo en una
sola noche, la noche que Roberta diga que Taehyung está bien para seguir.
No te preocupes, siempre y cuando lo conserve hidratado, no hay peligro físico de
muchos orgasmos. Pregunté.
—Creo que voy a ir a tomar ese baño que has mencionado —ronronea—. ¿Quieres
unirte a mí?
Dirijo mis nudillos a lo largo de su mandíbula.
—Unirme a ti es sólo una de las cosas que muero por hacer en este momento.
—¿Cosas como lavar mi espalda?
Cepillo mis labios contra los suyos.
—Quiero lavar un montón de lugares, hasta el último rincón.
Desafortunadamente, lavar su espalda y frotar sus hombros es todo lo que voy a ser
capaz de hacer esta noche. Pero será suficiente por ahora. Con sus piernas
envueltas alrededor de mí cuando me pongo de pie y con el culo desnudo, entró al
baño.

***
Tener dos padres que trabajan en la casa no siempre es perfecto, conflicto de
horarios y el estrés laboral puede interponerse en el camino. Pero funciona para
nosotros. Ahora, ¿dónde estábamos de nuevo? ¿Antes de cortar en la escena de la
mamada gratuita?
Así es, con el codo profundo en la masacre que es el pañal de Jihoon. Intentar
respirar por la boca ayuda con el hedor.
—¡Dios mío, chico!. . . ¿qué hiciste anoche? ¿Escapaste furtivamente de la cuna y
te comiste un chuletón de buey?
Lo que me lleva a la invención más grande de nuestro tiempo. Nop, no es la
Internet. O el automóvil. No es el control de natalidad, aunque casi lo sobrepasa. La
mejor innovación del siglo es el pañal Genie.
Es un salvavidas.
Dejo caer la tóxica bola en la santa basura y cierro rápidamente la tapa.
Entonces lo limpió con las toallitas y lo espolvoreo con el polvo de bebé. Luego me
dirijo hacia el armario para escoger su ropa. Una camisa de cuello negro, jeans, y
zapatillas Nike. El hábito hace al hombre y funciona de la misma manera con los
niños. Es todo acerca de las primeras impresiones. ¿Si realmente quieres que tu
hijo sea noqueado sobre su culo en la caja de arena? Ponle uno de esos bobos
chalecos. Eso más o menos lo garantiza. Jihoon es un niño cool, y yo
absolutamente me aseguro que se vista como tal.
Después de ponerle gel para el cabello a Jihoon y cepillar sus dientes, con algunas
útiles sugerencias sobre su técnica de escupir le llevo a la cocina al estilo avión.
Zoom. Y lo ato en su silla alta para que no pueda escapar.
¿El siguiente paso? Desayuno. Te acuerdas de cómo me gusta el cereal,
¿verdad? Eso no ha cambiado. Es Lucky Charms para mí, con malvaviscos
adicionales.
¿Pero para mi hijo? No hay Lucky Charms.
Esos niños del Breakfast Club realmente sabían de lo que estaban hablando.
Y que realmente nos convertimos en nuestros malditos padres. Y frases como “Ya
veremos” y “Porque yo lo digo” simplemente estallan en tu cabeza y vuelan fuera de
tu boca. Es perturbador. Como alguna jodida posesión exorcista.
De todos modos, ¿para el desayuno de Jihoon? Rodajas de manzana orgánica y de
grano entero de Cheerios sin azúcar.
Lo sé, ya es oficial, soy un hipócrita. Puedo vivir con eso. No es que sus papilas
gustativas sepan de lo que se pierden. Y cuando lo hagan, voy a empujarlo debajo
de su garganta de todos modos. Porque es bueno para él. ¿Si un día decide
odiarme por eso? Eso está bien también.
Porque a veces el ser padre es duro. ¿Y si no lo es? No estás haciendo bien las
cosas.
Derramo algunos Cheerios en la bandeja y retrocedo la mitad del camino a través
del cuarto.
—Oye, Jihoon, levanta.
Abre su boca y la mantiene abierta. Tengo un solo Cheerio entre mis dedos
mientras me inclino en mis rodillas y reboto mi mano como si estuviera driblando un
balón de baloncesto.
—Tres segundos en el reloj, por uno, Kook recupera el balón. Finge izquierda,
conduce, remata. . .
Lanzo el Cheerio en un alto arco. Aterriza justo en la boca de Jihoon.
—¡Anota! ¡La multitud se vuelve loca!
Jihoon tiene las dos manos sobre la cabeza.
—¡Nota!
Entonces yo le doy las cinco. Te lo dije. Cool, ¿no? Empujo una cucharada de
cereal en mi boca y me preparo para otra oportunidad. Entonces Taehyung entra en
la cocina, enviando mensajes en su teléfono.
¿Toda esa preocupación por perder el peso del bebé? Fue en vano. Míralo, ceñidos
pantalones de deportivos negros que abrazan sus estrechas caderas, una camiseta
de Penn State que se muestra holgada y brazos tonificados. Su cabello recogido
echado hacia atrás con una bandana, y un toque de brillante, hidratante de labios
con sabor a fresa es su único maquillaje.
Hermoso.
Taehyung todavía tiene esa belleza de tipo simple y de bajo mantenimiento. No
tiene que esforzarse por ser caliente, él sólo lo es. Maniobro junto a la silla alta de
Jihoon y espero a que Taehyung levante la mirada.
Sí, es deliberado. Los niños tienen el poder de succionar el deseo sexual de una
relación como un hambriento agujero negro. Así que es importante avivar la llama,
mantener calientes las brasas ardiendo. Y algo acerca de verme sin camisa con un
bebé enciende a Taehyung.
Confía en mí, no es el único, he sido abordado en la playa suficientes veces como
para saberlo. Es como el maldito Viagra para las chicas y algunos chicos.
Es diferente para mí. No es que un bebé sea negativo, necesariamente, pero el ver
a alguien con uno no hace automáticamente que quiera follarlo. Porque en el fondo,
en el fondo soy todavía un niño pequeño. Quiero toda su atención en mí. Es lo que
es.
Siento los ojos de Taehyung en mí y hago estallar un trozo de manzana en la boca
de Jihoon. Entonces extiendo mis brazos, flexionando los músculos y dándole un
buen espectáculo. Oh, sí, está funcionando. Él está definitivamente excitado. ¿Ves
cómo inclina la cabeza y sus ojos brillan mientras me mira de arriba abajo? ¿Cómo
sus labios se separan y respira un poco más rápido? ¿Ese visible bulto en sus
ceñidos pantalones?
Taehyung está recordando lo que acabamos de terminar de hacer y está pensando
en cuando vamos a llegar a hacerlo de nuevo.
—¡Papíí!
Los ojos de Taehyung se desplazan hacia Jihoon. Su sonrisa cambia, no sexy, más
dulce.
—Hey, pequeño.
Él se acerca y toma una rebanada de manzana para sí mismo.
—¿Cómo están mis dos chicos favoritos?
—Hasta ahora, todo bien. —Asiento con la cabeza hacia el teléfono en la mano—.
¿Qué pasa ahí?
—Estoy enviando mensajes de texto al manager de Bogum con la dirección de
Seung y JaeHwa. Le dieron una para una casa de empeño en medio del Bronx. No
sabes nada de eso, ¿verdad?
Mis padres van a cuidar de todos los nietos para el fin de semana. Desde que
Seung y mi hermana van a nuestra reunión de toda la pandilla en su lugar y a tomar
un coche al aeropuerto juntos.
Juego inocente.
—¿Quién yo? Nop, no sé nada.
Taehyung no parece como si se lo comprara.
—Podría haber perdido el coche en el aeropuerto. Tal vez todo el vuelo.
—Sí, eso hubiera sido una vergüenza.
—Hay que ser agradable, Jungkook.
—Él viene, ¿no? Creo que dejar que tu ex novio nos acompañe a mi despedida de
soltero está por encima y más allá de agradable.
Taehyung hace un gesto con las manos en su intento de defender al idiota.
—Siempre te estás quejando de lo cercano que soy con él, pero tal vez si trataras
un poco más duro, él no dependería tanto de mí. Y, además, Bogum no tiene un
montón de amigos hombres.
—Lo que tiene perfecto sentido. Él es un culo y nadie quiere ser su amigo.
Taehyung rueda los ojos.
Jihoon decide unirse a la conversación.
—Cuulo
Oh, mierda. Eso no es bueno.
Pero aun así, me echo a reír. ¿Cómo no?
Taehyung me frunce el ceño.
—Genial.
La mayoría de los niños dicen su primera palabra alrededor de los once meses.
Debido a que mi hijo es un genio, su primera palabra llegó a los nueve meses. Y no
fue papi o papá o algo típico como eso.
La primera palabra de Jihoon fue “mierda”. Taehyung no estaba contento.
Entre tú y yo, sin embargo, nos salvamos de una. Podría haber sido mucho peor.
Taehyung se vuelve hacia Jihoon y lo amonesta suavemente:
—No, Jihoon.
Él sacude la cabeza, tratando de entender.
—¿No culoo?
Me carcajeo con más fuerza. Ahora Taehyung está fulminándome. Pone sus manos
en las caderas.
—Sí, y eso es exactamente lo que papá va a conseguir si no para de reír en este
momento.
Los ojos de Jihoon se ensanchan y trata de avisarme.
—No cuulo, papá.
Ahora estoy riendo mi culo completamente.
Taehyung lanza sus manos en el aire.
—¡Bueno, eso es simplemente perfecto! Ahora va a pasar los próximos dos días con
tus padres hablando como un pequeño gamberro malhablado. ¿Qué va a pensar tu
madre?
Me sereno ligeramente, sin dejar de sonreír, tomando su mano en la mía y
sosteniéndola contra mi pecho.
—¿Teniendo en cuenta que ella es la mujer que tuvo que criar el primer gamberro
malhablado? Creo que va a tener una enorme cantidad de simpatía por ti.
Taehyung sonríe.
—La cual es totalmente merecida. Lo juro, entre los dos, no sé cómo puedo
mantener mi cordura.
—Es el sexo. Si las uvas pasas son los dulces de la naturaleza, follar es el
antidepresivo. Es la mejor manera de mantener una buena salud mental.
Un orgasmo al día mantiene al psiquiatra a distancia.
Taehyung se cruza de brazos, dudoso.
—Claro que lo es. Eso suena muy parecido a cuando estaba embarazado y me
dijiste que los hombres que realizaban el sexo oral con más frecuencia eran menos
propensos a desarrollar pre-eclampsia.
Señalo con mi dedo.
—¡Eso fue totalmente cierto! Leí un artículo sobre el tema.
¿Cómo de impresionante es eso? Si yo no estuviera seguro antes, después de eso
estaba seguro de que Dios era definitivamente un chico.
—¿En cuál revista? ¿Playboy?
—Men’s Health.
Sintiéndose excluido, Jihoon intenta conseguir otra risa de mí.
—¡Cuuoo!
Despeino su cabello.
—Ahora estás exhibiéndote.
Taehyung lo levanta de la silla y lo sostiene cerca.
—¿Has terminado con el desayuno, bebé? ¿Quieres cantar con papá?
Él aplaude.
La mayoría de los gustos y disgustos de Jihoon asemejan los míos. Odia el brócoli.
Los deportivos femeninos lo ponen de los nervios. Y desprecia el patinaje artístico
televisado. Pero ama la voz de Taehyung.
Oh, y su olor. ¿Ves cómo se inclina para frotar su rostro contra él?
Deleitándose en su delicioso olor.
Le doy un codazo en el hombro.
—Amigo, ya hemos hablado sobre esto, te lo presto. Pero no por mucho.
La carita de Jihoon se arruga, como Damien de La Profecía.
Él agarra los hombros de Taehyung con las dos manos y grita:
—Mío. ¡Es mi papi!
Yo lo jalo un poco más a mi lado.
—Técnicamente, él pertenece a los dos, amigo. Podemos compartir… Olvídalo, es
mío.
Él sube el volumen.
—No. ¡Es mío!
Sigmund Freud tendría un día de campo en esta casa.
Niego con la cabeza.
—No lo creo.
—¡Es mi papá!
Entrar en un enfrentamiento a gritos con un niño de dos años de edad, no es una
buena idea. Esa es una batalla que no se puede ganar.
Taehyung empuja mi pecho.
—Deja de burlarte de él. Y ve a ducharte, vamos a llegar tarde.
Le beso en la frente. Entonces, detrás de su espalda, me señalo a mí mismo y
articulo para Jihoon, ​Mío.
Me saca la lengua. Listillo.
Cuando camino de nuevo fuera de la cocina, Taehyung empieza a cantar. En esa
voz suave y profunda, sin defectos que todavía me deja débil en las rodillas.
Y duro en la entrepierna.
Conozco la canción “Jet Plane” de Joon Denver, pero él cambia las letras para
adaptarse a la situación.

Porque nos vamos en un avión.


Estaremos de regreso el domingo de nuevo.
Oh, Jihoon, te amamos tanto.

Taehyung se balancea hacia delante y hacia atrás lentamente, y los profundos ojos
marrones de Jihoon giran con él a solas. Él lo mira con completa adoración.
Abrumadora adoración. Devoción total.
Es de la misma manera en que lo miro. Cada día.
Yo no soy un gran fan de la humildad. ¿Pero verlos a los dos de esta manera?
Me hace sentir humilde. Afortunado. Justo como José debe haberse sentido al ver a
su esposa sosteniendo al bebé Jesús. Tan jodidamente afortunado de llegar a ser
parte de algo tan bellamente sagrado.

Porque nos vamos en un avión.


Estaremos de regreso el domingo de nuevo.
Oh, Jihoon, te amamos tanto.

Arrastro mis ojos lejos y me dirijo a la ducha.

CAPITULO 3
Llegamos a casa de mi hermana un poco después de las 7:00 A.M. El apartamento
es un manicomio, los sonidos de niños gritando, adultos hablando, estrepitosas
tazas de café y los ladridos de perros llenan el aire.
Bueno... un perro ladrando. Su nombre es Bear, es un gran danés. Lo conseguí
para Jiwoo en la última Navidad porque AppleNamjoon el pony no funcionó
exactamente como lo había planeado. A pesar de algunos serios ruegos, súplicas y
negociones, La Perra no cedió y acordó dejar vivir con ellos el pony que compré
para Jiwoo para Navidad. La razón principal fue la Asociación de propietarios del
Central Park West.
Si no estás familiarizada con este tipo de organizaciones, te voy a informar.
Son la versión geriátrica de la Gestapo, compuesta en su mayoría por viejos
amargos y arrugados que yacen a la espera de que alguien haga algo que no
aprueban.
Como colgar una corona de flores llamativa en la puerta o tocar música muy
fuerte… o convertir una habitación en un corral.
En lugar de intentar luchar contra el sistema y arriesgarse a los procedimientos de
desalojo, Seung y JaeHwa reubicaron a AppleNamjoon al norte, en la finca de mis
padres, dejando a mi pobre sobrina sin una mascota. Lo cual era absolutamente
inaceptable. Por lo tanto, Bear.
Es increíble. Y grande. Como una especie de primo enano de un pony.
Pero es gentil —con los niños— incluso aunque no tiene idea de lo grande que es
en realidad. Siempre intenta subirse en el bolso de JaeHwa o sentarse en el regazo
de Seung, lo cual puede dificultar la respiración.
Taehyung y yo entramos en la sala de estar con Jihoon sobre mis hombros, y Bear
nos acoge con un profundo ladrido y una babeante lamida. Saludamos a mis
padres, y Taehyung se dirige a la cocina con mi madre, describiendo una lista de
instrucciones y descargando la parafernalia de Jihoon para la noche. Pongo a mi
hijo en sus pies y él se tambalea a la esquina donde su primo Minjoon
silenciosamente está construyendo una torre de bloques.
¿Si Jiwoo es la gemela de mi hermana JaeHwa? Minjoon-chico es todo Seung. Está
un poco bajo de peso para su edad. Pero es alto, desgarbado. Su pelo es oscuro,
sus ojos son azules y pensativos. Minjoon es tolerante. Relajado. El perfecto yin a
yang para un demonio-de-Tasmania como mi hijo.
Con una risa diabólica, Jihoon destruye la torre de Minjoon. Pero él no se queja.
Sólo empieza a construir otra. Lucho con Bear un poco, hasta que mi hermana
aparece con una taza de café caliente para mí. Tomo la taza y hago un gesto hacia
Bear.—¿Cómo va el entrenamiento en casa? —Bear tiene una vejiga débil. Y
aunque no le resta valor a su encanto, no es la herramienta más afilada en el
cobertizo.
—Fantástico, si el objetivo era convertir mí alfombra persa de nueve mil dólares en
su meadero.
Miro la alfombra en cuestión.
—Tiene buen gusto. Esa es una alfombra fea, Jae. Estoy pensando en mearla yo
mismo.
—Gracioso.
Tomo un sorbo de mi café.
—Lo intento.
Me lleva hacia el comedor contiguo.
—Hablé con el planificador de bodas anoche y terminamos con los asientos.
Echa un vistazo.
La boda.
Está bien, la mayoría de los hombres prefieren que les tiren los dientes a participar
de cualquier modo en la planificación de la boda. Siento decírselos, pero nos
importa una mierda los colores o centros de mesa o el estilo grabado en relieve de
las malditas invitaciones. Si actuamos como si lo hacemos, es porque somos
inteligentes, y estamos tratando de mantener a Jae lejos de nuestras espaldas.
¿Mientras Tae se vea bien y los mini perros calientes sean servidos durante la hora
del cóctel? Estaremos ahí.
Al principio, felizmente deje todos los detalles del gran día a Taehyung y a mi
hermana. Pero luego empecé a oír palabras tales como discreta y pequeña, íntima y
nada demasiado ostentoso. Y tuve que intervenir.
Porque cuando un atleta olímpico gana la medalla de oro, ¿ellos tienen una
celebración pequeña e íntima?
Por supuesto que no.
Lanzan un maldito desfile.
Lo cual es lo menos que se merece Taehyung. Porque hizo lo que todos, incluidos
los miembros de mi familia inmediata —creían imposible. Él me marcó. El gran
premio, el inalcanzable— la lotería de mega-millones.
Eso debe celebrarse. En una gran manera.
Además, el día de boda de una persona se supone que sea especial, inolvidable.
Sólo tiene uno. Esto es particularmente cierto en el caso de Taehyung, porque poco
después del nacimiento de Jihoon, tuvimos toda una discusión sobre lo que
haríamos si uno de nosotros estiraba pronto la pata. ¿Has escuchado de eso “Es de
lejos, mucho mejor cosa que yo” del tipo en A Tale of Two Cities? ¿Ese que se
sacrificó para que la mujer que amaba pudiera ir a vivir con otro hombre? Maldito
marica. Merecía ser colgado. Yo no soy él.
Seguro, quiero que Taehyung sea feliz, pero lo quiero feliz conmigo. O nadie en
absoluto. Así que si me muerdo la grandota antes que él. Va a tener que
arreglárselas por su cuenta.
Solo.
Célibe.
¿Porque si se engancha con otro hombre? ¿Haciendo que mi hijo llame papá a un
perdedor?
Voy a perseguirlo. Para siempre. Estilo de The Grudge.
Crees que eso es terrible, ¿no? ¿Egoísta, posesivo, arrogante?
Y esto ¿por qué te sorprende?
De todos modos —la boda. Una vez que tomé las riendas, las cosas aumentaron un
montón de muescas— no ahorre ningún gasto, ni pasé por alto ningún detalle.
JaeHwa y yo trabajamos muy bien juntos. Su planificación hiperactiva y habilidades
organizativas junto con mi micro-gestión y determinación para el día perfecto han
hecho una estupenda combinación. También contamos con la asistencia de Lauren
Laforet, la planificadora de bodas más codiciada de la ciudad, asegurándose de que
todos nuestros planes se conviertan en una realidad.
El príncipe William y Taehyung pueden besar mi trasero. Aficionados. Nosotros
tenemos esa boda-del-siglo en la bolsa.
En la mesa del comedor se encuentra un modelo de baile Four Seasons, con
decenas de mesas en miniatura y cientos de sillas marcadas con los nombres
perfectamente arreglados. Estoy impresionado.
—Esto es increíble.
Ella empuja un mechón de pelo rubio detrás de su oreja, contemplando su obra.
—Lo sé.
Noto que una mesa no se ve bien. Estoy a punto de comentarlo, pero una
conmoción en la sala señala una nueva llegada. Me muevo a la puerta para ver
quién está aquí.
—¡Wooooof! ¡Woooof!
Es Brangelina. También conocidos como Yoongi y Jimin. ¿Curiosa sobre el apodo?
Ya verás.
—¡Suéltame, bestia!
Bear tiene una erección real por Jimin. Literalmente. Él intenta violarlo en todas las
posibilidades que tiene. Quizá está caliente. Tal vez le gusta cómo huele su culo.
Tal vez siente instintivamente que él es un fenómeno y estaría en la bestialidad, no
lo sé. ¿Cualquiera que sea la razón?
Es jodidamente gracioso.
—¡Yoongi, ayuda! ¡Me está lamiendo! ¡Está babeando sobre mí!
—¡Abajo, Bear!
Seung aparece y arrastra al excitado y molesto perro fuera del cuarto. Jimin se
arregla el pantalón. Me recuerda a un pavo real de ojos color avellana con cabello
rubio rojizo.
Yoongi me palmea calurosamente en el brazo.
—Hola, hombre.
—Hola.
Entonces Jiwoo entra en la habitación. Ella está más alta que la última vez que la
viste, es más probable que llegue a un metro con cincuenta y dos centímetros para
el momento en que termine de crecer. Su pelo es todavía largo y castaño con una
ligera ondulación; lleva pantalones vaqueros azules, zapatillas
Converse y una camiseta rosa de los Yankees. En un mes cumple nueve, en esté
día y tiempo eso es prácticamente una preadolescente. Jiwoo es una obra maestra,
y me tomo el crédito completo.
Es amable, brillante, femenina, pero no de una manera chillona y
asustadiza-de-las-arañas. Ve los deportes no para conseguir la atención de algún
pequeño idiota, sino porque sabe que es una conversión de dos puntos y una falta
técnica. Se pinta las uñas y toca la guitarra. Es confiada pero amable. Lo mejor de
todo, no toma la mierda de nadie. Sí, eso es todo de mí.
Aunque tengo mi propio hijo ahora, ella fue la primera. La única chica. Un pedazo de
mi corazón siempre, siempre pertenecerá a ella.
—Oye, cariño.
Ella salta y se arroja a mis brazos. Le doy una vuelta.
—¡Hola, tío Jungkook! No sabía que estabas aquí.
—Acabo de llegar. Me gusta tu camisa.
Entonces, desde el pasillo, escucho a Seung y JaeHwa ir por ello. Y no en el buen
sentido.
—¡Te dije que lo pusieras en su jaula!
—Lo iba a hacer pero…
—¡Iba no está funcionando! Debería haberlo hecho yo misma, como todo lo demás
por aquí.
—¿Puedes darle al complejo de mártir un descanso, por favor?
Han estado así como esto últimamente. Tensos. Sobrecargados. Todos nos hemos
dado cuenta. Esto sucede al vivir con alguien el tiempo suficiente, están obligados a
jalar sus putos nervios. Las regañinas de mi hermana no lo hacen exactamente fácil.
Pero Seung siempre ha sabido cómo es ella, y le adora de todos modos.
Hasta ahora.
Es su tono lo que más me molesta. Suena cansado. Desgastado. Harto.
Jiwoo mira al suelo.
Agarro su barbilla e inclino su rostro hacia arriba.
—¿Cómo ha estado por aquí?
Ella suspira.
—Dramático.
Echo un vistazo por el pasillo.
—Sí, estoy sintiéndolo.
—Esos son los padres para ti. —Ella se encoge de hombros—. No se puede vivir
con ellos, pero la emancipación es un proceso costoso y complicado.
Me río.
—Sabes que mi puerta siempre está abierta, ¿verdad? Hay una habitación libre con
tu nombre en él.
Ella mira a Minjoon.
—Pero eso dejaría a Minjoon manteniendo la fortaleza. No es más que un niño.
—¿Y tú que eres?
Los ojos avellana me observan fijamente, sabios más allá de sus años.
—Soy la hermana mayor.
Me inclino y beso su frente. Luego le susurro:
—Este fin de semana será bueno para ellos, lo prometo. Como unas mini
vacaciones. Y yo voy a hablar con ellos, noquear sus cabezas.
Ella me da una sonrisa suave, como si apreciara mi esfuerzo, pero sin acabar de
creer que vaya a funcionar.
—Está bien, tío Jungkook.
Yoongi se acerca, ajeno a todo excepto a Jiwoo.
—¡Ahí está mi chica!
Ella se gira para mirarlo y la sonrisa cae de su rostro. Levanta la nariz y se cruza de
brazos. ¿Sentiste la caída de la temperatura? Este sería el hombro frío de mi
sobrina.
—Sr. Min, que lindo verlo de nuevo. Tiene buen aspecto.
Yoongi gime y cae de rodillas. Se ve casi diminuto cuando se enfrenta con el
descontento de mi sobrina.
—Jiwoo, me estás matando, bebé.
—Estoy segura de que no sé qué quiere decir.
Él empuja una mano frustrada por su cabello castaño claro.
—¿Nunca vas a perdonarme?
—¿Perdonar? ¿Por qué? ¿Por privarme de crecer con compañía femenina? ¿Por
dejarme revolcándome en un bosque de penes? ¿Eso es lo que debo perdonarle
señor Min?
Tener hijos es contagioso —como el mono. Una vez que un amigo o un familiar
tienen uno, todo el mundo quiere uno igual. En la cena de acción de Gracias, el año
después del nacimiento de Jihoon, Yoongi y Jimin anunciaron que estaban teniendo
un bebé. Que estaban adoptando a un bebé.
¿Brangelina? ¿Lo entiendes ahora?
Después de que proclamaron sus intenciones, todos estaban felices por ellos.
Bueno... casi todo el mundo:

:::::::::::::::::::::::::::::::

—¿Qué quieres decir con que vas a adoptar un bebé? —pregunta Frank, mientras
se sienta a la mesa del comedor en la casa de campo de mis padres en el día de
acción de Gracias.
Yoongi todavía sosteniendo la mano de su esposo, enfrenta a su padre.
—¿Qué quieres decir, con qué quiero decir? Vamos a adoptar a un niño. Ya
presentamos los papeles y estamos esperando la aprobación final, pero la agencia
dice que es sólo una formalidad. Minnie y yo hemos pasado todos los obstáculos
grandes. Tiene casi dos meses, es saludable y hermoso. —Yoongi recurre a
Estelle—. No puedo esperar para que lo veas, mamá.
Estelle sonríe de vuelta a su hijo con incipientes lágrimas de alegría. Pero Frank le
pregunta:
—¿Es que hay algo malo con tu esposo? ¿Es estéril?
La sonrisa de Yoongi vacila. Antes de que pueda responder, Jimin replica:
—No, Frank, no soy estéril. Esto es algo que Yoongi y yo hemos hablado desde que
nos casamos.
Frank limpia su boca con la servilleta de tela, la tira abajo en su plato y se empuja
de la mesa. El aire cambia —como una tarde de verano cuando el sol está brillando,
pero puedes sentir con el viento la tormenta que intenta reventar sobre tu cabeza.
—¿Por qué querrías criar a un niño que no es tuyo, Yoongi?
Mi mejor amigo frunce el ceño.
—Porque él será nuestro.
—No —afirma Frank—. Ese es mi punto, no lo será. No tienes ni idea de donde
viene este chico, qué clase de basura son sus verdaderos padres. Él podría crecer
para tener problemas mentales, problemas de salud y vas a estar lidiando con eso
por el resto de tu vida.
Aunque una parte de mí sospecha que mi padre está de acuerdo con él, aun así
intenta conseguir que Frank se tranquilice.
—Es una visión derrotista, Frank. Casos como ese son raros cuando miras los
millones de niños que son adoptados cada año.
En este momento estoy en mis pies, acercándome a Yoongi. Porque tengo la
sospecha de que esta olla está a punto de malditamente hervir. En apariencia,
Yoongi se asemeja a su padre, pero en personalidad lleva más de Estelle. No
mucho le molesta, tiene un fusible largo. ¿Pero cuando estalla? Es como el final en
el gran espectáculo de fuegos artificiales de Macy.
Luego Frank hace lo único que va a encender la mecha de Yoongi: culpa a Jimin.
—Esto es obra tuya, ¿no? ¡Tú y tu liberal, mentira de la nueva era!
—Frank, por favor —declara Estelle suavemente.
—Eres demasiado egoísta para tomar tiempo de tu carrera y cumplir con tus
deberes como esposo.
—¿Mis deberes? —grita Jimin detrás de Yoongi—. ¿En qué año estás viviendo,
Frank?
—No importa el año, una persona que puede dar a luz, es una persona que puede
dar a luz, y una madre es una madre.
A menos que no puede físicamente, la persona fértil de la relación le da niños a su
marido. Si no estás a la altura de la tarea, jovencito, entonces mi hijo está listo para
reemplazarte con alguien que sí puede.
Hola, mierda. Conoce el ventilador.
Yoongi avanza, el impulso de lanzar a su padre a través del mural profesionalmente
pintado de mi mamá escrito en su cara.
—¡No hables jamás de él así otra vez!
Agarro el hombro de Yoongi, reteniéndolo.
—Vamos, amigo, vamos a dar un paseo.
Se encoge de hombros.
En una voz sin vida Jimin dice:—Me gustaría irme a casa. Yoongi, ¿podemos irnos?
Él mira sobre el hombro a su rostro cabizbajo, y aunque no es su culpa, el
remordimiento está en sus ojos.
—Sí, sí, nos iremos.
Se giró hacia mí —porque Yoongi y Jimin condujeron conmigo, Taehyung y Jihoon
en nuestro nuevo Escalade.
Asiento con la cabeza.
—Taehyung, trae las cosas del bebé. Conseguiré nuestros abrigos.
Luciendo como si quisiera hundir un cuchillo en la frente del suegro-de Jimin,
Taehyung está de acuerdo. Lleva a Jimin para traer a nuestro hijo y sus cosas.
Estelle retuerce sus manos y llora en silencio.
Frank jodidamente no lo deja ir.
—Cuando esto explote en tú cara, Yoongi, no vengas llorando a mí.
Yoongi responde con una mezcla de ira y dolor:
—No te preocupes, nunca malditamente lo considerare. —Mira a su madre—. Lo
siento, mamá. —Entonces sale de la habitación y yo estoy justo detrás de él.
La casa está tranquila. Jihoon se queda dormido antes de llegar a la carretera. Mi
amigo y su esposo están sosteniendo sus manos en el asiento trasero, susurrando
disculpas y consolándose.
Jimin llora.
No me gusta. Le hace parecer tan... humano.
Ofrezco mi opinión sobre la situación.
—Creo que todos coincidimos que apesta a bolas sudorosas. Pero Frank no va a
ser un idiota por siempre. Lo pillaron por sorpresa, y se preocupa por ti. — Hago
contacto visual con mi mejor amigo en el espejo—. ¿Recuerdas cuando compraste
la Ducati?
Incluso aunque Yoongi tenía veintidós en ese tiempo, la forma en que Frank estalló
cuando vio la motocicleta de su hijo, podrías haber pensado que él tenía dieciséis y
había sacado un Lamborghini para dar un paseo. La primera vez que Yoongi fue a
la oficina, Frank sobornó a los tipos de mantenimiento para que le quitaran uno de
los jodidos neumáticos.
Incluso aunque Frank lo hizo todo mal, esto surgía de su preocupación por su hijo.
Intentando protegerlo, desesperado de no querer verlo convertido en un animal
atropellado. Esta situación no es diferente.
—Lo recuerdo —admite Yoongi a regañadientes.
—Es la misma cosa. Él lo superará.
Yoongi aprieta la mandíbula.—Bueno, tal vez yo no. Insulto a mi esposo. Y esto no
es una moto, Jungkook. Este es mi hijo.
Suspiro, porque sabía que iba a decir eso.
—Lo sé. Pero apuesto a que una vez mis padres y Jae lo ablandaran con una dosis
de culpa, él podrá estar besando tu culo el lunes. Frank vera el error de su mano y
se disculpara. A ti también, Jimin. Cuidado.
Solo... que no lo hizo.
Yoongi y Frank no hablaron entre sí por dos semanas enteras.
Entonces llegó el día de adopción.
Volaron a Corea del sur a uno de esos pequeños pueblos, y volvieron con un
precioso niño. Lo raro es, en realidad se parecía a ellos, pequeños y brillantes ojos
color miel y cabello oscuro con reflejos castaños.
Estelle rompió el alejamiento. Amenazó con dejar al terco bastardo si no le decía a
Yoongi y Jimin cómo se arrepentía, cuán equivocado estaba.
Al día siguiente ellos llevaron al bebé a casa, lanzaron una pequeña fiesta familiar
para que todo el mundo pudiera conocer la nueva adición. Observe a Frank desde el
segundo en que entró en el apartamento de Yoongi.
Orgulloso. Distante. Duro.
Hasta que vio a su hijo, sosteniendo a su propio hijo.
Y todos sus orgullosos ideales de cómo las cosas deberían ser sólo se
desvanecieron.
Discovery Channel tiene un programa acerca de los gorilas. Al principio, los gorilas
machos se sienten amenazados por sus hijos. Ellos no los entienden, los ignoran o
golpean sus pechos cuando están cerca. Pero luego, después de un par de días se
acostumbran a ellos. Y Dios maldito ayude a cualquiera que intente meterse con
ellos.
Fue algo así.
Después de esa primera visita, desde el momento que Frank sostuvo al bebé,
decidió que era su nieto en todos los sentidos. Y felizmente le daría una paliza a
quien dijera lo contrario.
Ha sido desde entonces una lisa vela.

***
Ahora, volvamos a Yoongi.
Jimin viene a su rescate y se arrodilla delante de Jiwoo.
—Entiendo por qué estás molesta, Jiwoo. No tengo primas, tampoco.
Jiwoo eleva sus brazos en el aire.—¡Simplemente no lo entiendo! ¡Consiguieron
elegir a su bebé! No fue como el tío Taehyung y con mami, donde tuvimos que
tomar lo que conseguimos. ¿Por qué no pudieron haber elegido una chica?
Jimin sonríe suavemente.
—No elegimos a Rain, cariño. Él nos eligió. Y aunque no creció en mi cuerpo,
creció en mi corazón. Estaba destinado a ser nuestro hijo, realmente no había
opción.
Jiwoo respira profundo.
—Bueno, la próxima vez que decidas crecer a un bebé, ¿podrías por favor decirle a
tu corazón que necesitamos a otra chica por aquí?
Yoongi le jala en un abrazo y le aprieta firmemente.
—Voy a hacer mi mejor esfuerzo.
Personalmente, me siento aliviado de que recibieran un niño. ¿Conoces ese dicho
“Se necesita una aldea para criar a un niño”? Eso está mal. Se necesita una aldea
para criar a una niña. Elige un titular —cualquier titular. Lindsay Lohan, Britney
Spears, Miley Cyrus— no fue culpa de ellas ser trenes descarriados. Es porque no
tenían gente en sus vidas que se preocuparan lo suficiente para enseñarles. Para
prepararla para lo que es aún sobre todo un mundo de hombres.
Aunque Jiwoo va muy bien, una vez que llegue a la pubertad, todas las apuestas
están fuera. Las menos distracciones que tenga cuando vengan esos días, mejor.
Mientras Yoongi y Jimin se levantan del suelo, pregunto:
—¿Dónde está Michael, de todos modos? ¿Con Helga?
A diferencia de Taehyung y yo, Yoongi y Jimin no tenían problemas en contratar a
una niñera. Y Jimin puede estar loco, pero no es estúpido — de ninguna manera iba
a tener una sexy y joven mujer meciendo la cuna. Helga es una niñera profesional
rusa. Es suspicaz y desconfiada de cualquiera que no esté relacionado con
Michael— y a veces incluso de quienes lo están. Ella tiene un gran parecido a
Brutus de los dibujos animados de Popeye. Tiene un mostacho y un ceño
permanente, y probablemente podría patear mi culo con una mano atada a la
espalda.
Me gusta.Porque cree que el sol se pone y eleva con mi sobrino. Ella lo llama su
babushka, y es fácil ver qué mentiría, engañaría, robaría o mataría por él. Eso la
hace bien en mi libro.
Jiwoo suelta una risa.
—Tío Jungkook, el nombre de Rain no es Michael, es Rain.
Los ojos de Jimin se vuelven afilados cuando me miran.
—Tío Jungkook conoce su nombre, Jiwoo. Está siendo un idiota.
Miro a Jimin, sin ceder una pulgada.
—Rain no es un nombre. Es un evento meteorológico. Cada niño merece un nombre
normal. Él siempre será Michael para mí.
Estoy trabajando en lograr cambiar su certificado de nacimiento. Un poco de
falsificación nunca le hace daño a nadie. Dios mío, ¿qué clase de tío sería si dejo
que el niño vaya por la vida con un nombre como Rain? Como si las fichas ya no
estuvieran apiladas contra él con un hombre loco de padre.
—Eres un burro.
—No es su culpa que uno de sus padres esté loco y el otro sea víctima de abuso
conyugal.
Yoongi agrega sus patéticos dos centavos:
—Me gusta el nombre Rain.
Muy triste.
—No, no. —Señalo mi sien—. Ese es el lavado de cerebro hablando. Te tiene bajo
su malvado hechizo. Has sido coño-atrapado por el reloj de oro entre las piernas de
Jimin.
¿Si lo abofeteo lo suficiente, crees que se despierte?
Jimin no se queda callado.
—¿Lavado de cerebro? Mira quién habla. Jihoon es tu reloj de oro. Juro a veces que
eso es lo único que mantiene a Taehyung contigo.
Hace unos años ese comentario me habría molestado. Ahora ya no.
—Por favor. Todos sabemos que es mi pene lo que lo mantiene conmigo. Y eso no
va a ninguna parte en cualquier momento pronto, así que realmente no estoy
preocupado.
Antes de que Jimin pueda tomar represalias, la puerta se abre con una explosión y
el borrón de un niño de ocho años de edad, con cabellos claros viene corriendo a
través de la sala de estar. Le da a mi hermana una sonrisa torcida.
—Hola, señora R.
JaeHwa sonríe.
—Hola, Joonny. —Entonces se vuelve hacia nuestros padres—. ¿Mamá, papá, se
acuerdan de Joonny Fitzgerald de abajo? Amablemente ofreció sus servicios este
fin de semana para ayudar a mantener entretenidos a los más pequeños.
Joonny Fitzgerald. ¿Suena familiar? Piensa de nuevo, bien atrás.
Voy a darte un minuto para flexionar la vieja memoria.

***************************
¿Recuerdas el necio y equivocado niño que le dijo a Jiwoo que los penes eran
mejores que las vaginas, hace una eternidad? Sí, ese Joonny Fitzgerald.Vive un
piso abajo. Desde preescolar, Jiwoo y él han estado conectados de la cadera. Su
padre es un idiota con dinero, su mamá es una alcohólica funcional. JaeHwa lo
recibe tan a menudo como sea posible para que él pueda exponerse a una unidad
familiar normal.
Jiwoo pulla con dedo a Joonny.
—Puedes ayudar, pero tienes que hacer lo que digo. Yo estoy a cargo.
Le lanzo una sonrisa de mi hermana.
—Vaya, eso suena familiar.
Justo en ese momento, Jihoon grazna desde la esquina.
—¡Mío! ¡Es mío!
JaeHwa levanta una ceja.
—Eso también. Debe ser genético.
Entonces la nueva batalla de sexos de Jiwoo y Joonny comienzan.
—Espera un segundo, Jiwoo—dice—. Yo debería estar a cargo. Soy un chico y ellos
son chicos.
—¿Entonces?
—Entonces, yo les puedo mostrar cómo hacer cosas que tú no puedes.
Las manos de mi sobrina caen a sus caderas, imitando perfectamente la postura de
mi hermana. Hablando de genética.
—¿Cómo qué?
—Puedo enseñarles a lanzar una pelota de béisbol.
—Yo puedo.
—Puedo jugar coches con ellos.
Jiwoo se burla:
—Yo también puedo.
Joonny va a matar.
—Puedo mostrarles cómo mear de pie.
Hay una pesada pausa. Jiwoo frunce el ceño.
Joonny comienza a pensar que ha ganado. Tan joven, tan tonto. Hasta que Jiwoo
sonríe. Triunfalmente.
—Usan pañales, todavía no usan el inodoro.
Joonny baja la cabeza en sumisión. Bien podrías acostumbrarte a ello ahora, chico.
—Está bien, puedes estar a cargo.La sonrisa de Jiwoo se hace más amplia.
Entonces une sus dedos juntos, no diferente al Sr. Burns de Los Simpsons.
—Excelente.

CAPITULO 4
Diez minutos más tarde, Kim Namjoon apareció. Lleva unos pantalones 
casuales y una elegante cazadora azul. Su pelo rojo corto y gelificado 
dentro de una pulgada de vida. Namjoon es el último de mis amigos 
solteros. El lobo solitario. Un forajido. Vive la vida que siempre pensé que 
tendría. Espontánea. Irresponsable. 

Desinhibido. Toma gran placer en tomarnos el pelo acerca todas las 


fantásticas noches — y las salvajes folladas —que nos estamos 
perdiendo. 
No voy a mentir; consigo una patada de sus historias, porque recuerdo lo 
divertido que puede ser un ligue de una noche. Pero no cambiaría lugares 
con él en un millón de años. La hierba no puede ser más verde que Kim 
Taehyung. 

Estamos todos reunidos en la cocina, donde mi mamá y mi hermana han 


presentado un desayuno continental. Namjoon mastica un croissant recién 
horneado y charla con mi madre. 

—Se ve hermosa como siempre, señora Jeon. 

Ella se ríe como una animadora hablando con el jugador estrella. Ewww. 

—Gracias, Namjoon. Es muy amable de tu parte. 

—Solo soy honesto. Ahora dígame: ¿con qué frecuencia es confundida 


con la niñera cuando sale con estos pequeños? Porque es imposible que 
alguien crea que es la abuela. 

Parece que estuviera cayéndole a mi mamá, pero no lo está. Cuando eres 


un jugador, así es cómo hablas, a todas las mujeres. Recuerda eso la 
próxima vez que un personaje te esté deslumbrando con su diarrea verbal. 
No eres especial, él no tiene intención. Es su naturaleza. 

Mi padre no parece apreciar este hecho, sin embargo. ¿Ves cómo se 
mueve más cerca de mi mamá? ¿Cómo frunce el ceño en la dirección de 
Namjoon? 

—No le hables a mi esposa, Kim. 

Namjoon instantáneamente se volvió serio y dió unos pasos atrás. 


—Sí, señor. 

—No mires, tampoco. 

—No, señor. 

Mi viejo puede estar entrado en años, pero aún sabe que está en la parte 
superior de la cadena alimenticia. Lo último que Namjoon quiere es ser 
masticado y escupido. Divide la conversación hacia algo más seguro. 

—Entonces, Sr. Jeon, ¿no viene con nosotros este fin de semana? 

Mi padre niega con la cabeza, y su tono está lleno de remordimientos. Y 


anhelo. 

—No, no esta vez. Aunque me gustaría ir con ustedes. Mucho. 

La cabeza de mi madre gira. 

—Oh, ¿de verdad, Joon? 

Él tose. Y se aclara la garganta. 

—Sí... bueno... ya sabes... las apuestas deportivas. Sabes cómo disfruto 


las apuestas deportivas, Anne. Y no tenemos eso... aquí... en Nueva York. 

Buena salida, Pa. Buena salida. 

Mi madre asiente con escepticismo. 

—Ajá. 
En ese momento el viejo desvía la atención negativa de mi madre hacia un 
objetivo más evidente. Ese sería yo, por supuesto. 

—Chicos diviértanse este fin de semana, pero con seguridad. ¿Recuerdas 


la última vez que estuvimos en las Vegas, Jungkook? No hagamos una 
repetición. 

Cuando tenía diecisiete años, mi padre tenía negocios en las Vegas. Él y 


mi madre pensaron que sería una maravillosa idea hacer un viaje familiar 
allá. Pero yo tenía diecisiete años. Una época en la vida de un chico 
cuando no quiere admitir que él conoce su familia, mucho menos pasar 
tiempo con ellos. Así que mientras mis padres, JaeHwa y Seung estaban 
de visita en la Represa Hoover, me vi obligado a ocuparme con otras... 
actividades. 

—Lo he dicho una y mil veces, papá, no sabía que él era el hijo del 
Embajador. —Deberían tener placas o tatuajes en sus frentes o algo así. 
Ruedo mis ojos y le digo a nadie en particular—: Un incidente 
internacional y nunca lo olvidan. 

Taehyung aparece a mi lado. Su hermoso rostro es contemplativo, 


digiriendo lo que oyó. 

—¿Quiero saber? 

Ni siquiera tengo que pensar en esto. 

—Es mejor si no lo haces. 

Él asiente con la cabeza. 

—Suficiente para mí. 


La siguiente en llegar es Erin Burrows. Sigue siendo mi secretaria, pero en 
los últimos dos años se ha vuelto mucho más. A veces mi agenda está tan 
llena, que Taehyung le habla más a Erin de lo que me habla a mí. En otras 
ocasiones, cuando los clientes quieren ambos integrantes del dúo 
dinámico en la mesa de conferencia, Erin asume el deber de Jihoon. 
Aunque es técnicamente una empleada, Erin lo llama como es. En otras 
palabras, es una amiga. Una de la banda. Y genial para pasar el rato. Así 
que cuando esta velada fue organizada, Taehyung y yo no podíamos 
imaginar no invitarla a venir. 

Después de saludar a Jihoon, Erin se une al resto de nosotros junto a la 


mesa de la cocina. Se ha cambiado el cabello. Es más corto y recto y 
tiene unas buenas vetas de color miel. 

Taehyung lo aprobó. 

—Tu cabello se ve bien, Erin. 

Ella cepilla su cabellera. 

—Gracias. Tenía que hacerlo ayer. Estoy tirando todo, este es mi fin de 
semana para conocer al hombre ideal. Los hombres de Nueva York están 
irremediablemente defectuosos. Creo que Nevada ofrecerá opciones más 
adecuadas. 

Erin sale mucho, pero por lo que sé, nunca ha estado en una relación 
seria. Las Vegas no es el lugar más inteligente para encontrar a un novio 
estelar, sin embargo. También puede probar suerte en AA o jugadores 
anónimos. 

Las reuniones de adictos al seco son siempre una apuesta segura. Seung 
se aleja. 
—Mi consejo, Erin, quédate soltera. La vida es menos complicada así. 

JaeHwa se estremece. Aunque él es uno de mis amigos más antiguos y 


queridos, tengo ganas de alcanzar dentro de su boca y arrancar su 
lengua. Eso no es malo, ¿cierto? 

Lo dejé pasar. Por el momento. 

Yoongi ofrece sabiamente: 

—Conserva la cabeza arriba, Erin. Va a pasar. Cuando el tiempo es 


correcto, cuando menos te lo esperes. 

—Sí, soy optimista. Tienes que besar a muchas ranas antes de encontrar 
a un príncipe. 

JaeHwa responde: 

—Todos son ranas, Erin. Sólo trata de encontrar uno con la menor 
cantidad de verrugas. 

Codeo a Namjoon. 

—Si estamos hablando de la variedad genital, deberías hablar con Nam. 


Es el amable experto interno sobre aquellos, ¿cierto hombre? 

Él me muestra el dedo. 

Entonces llega el último miembro de nuestro circo ambulante. ¿Quieres 


aventurar una respuesta? 

—¡Oye, fiesta en la casa! ¿Quién está listo? 


Sí —es el capullo. Por el amor de Taehyung, intento no odiarlo tanto como 
solía hacerlo, pero algunas cosas simplemente no se pueden evitar. 

Es Park Bogum. Mi personal y molesta bola de flema. 

Taehyung y Jimin chillan y abrazan al idiota. 

Él los abraza de regreso. 

—Los he extrañado chicos. 

Taehyung dice: 

—Pero no tenías que volar todo el camino hasta aquí. Podrías 


simplemente encontrarte con nosotros en las Vegas. 

—¿Y perderme la pre-fiesta? De ninguna manera. 

Yo esperaba que su avión fuera secuestrado por terroristas sanguinarios. 


El tipo que quiere cortar partes del cuerpo y devolverlos por FedEx a la 
familia, uno por uno. Ah, bueno. Siempre hay el vuelo de regreso. Es 
importante mantener una actitud positiva acerca de estas cosas. 

Su atención se vuelve hacia mí. Sus ojos me miran de arriba abajo 


rígidamente. 

—Jeon. 

Levanto mi barbilla. 

—Park. 

Se da la vuelta y se acerca a Jihoon. Park le alza y exclama: 


—¿Con que estás alimentando a este chico, Taehyung? Está mucho más 
grande que la última vez que lo vi. 

Sí. Impactante. Porque los bebés no suelen crecer o algo. Imbécil. 

—Te he traído regalos, renacuajo. Un juego brillante y ruidoso de 


tambores. Vas a enloquecer cuando lo veas. 

Jihoon ríe. Para el observador casual, podría parecer que mi hijo está en 
realidad encariñado con el hijo de puta. Pero lo conozco mejor. Los 
animales pueden sentir cuando una persona está a unas cartas de una 
baraja. Cuando están en el extremo inferior de la campana de Gauss. Los 
niños también pueden hacerlo. 

A Jihoon no le gusta Park, él lo compadece. Porque sabe que, incluso con 


dos años de edad, es más inteligente de lo que puede llegar a ser el 
idiota. Mientras la charla aumenta en crescendo, Taehyung y yo 
observamos las mesas una vez más. Pongo mi brazo alrededor de él, 
porque él es mío. Sus ojos son suaves y su voz es terciopelo cuando 
suspira: 

—Siete días más. A esta hora la semana que viene, voy a estar 
poniéndome mi traje. 

Es lo único que ha mantenido confidencial. Estrictamente prohibido. 

—¿No puedo tener una pista? ¿Es satén? ¿Encaje? —Muevo mis cejas—. 
¿Látex? 

Sacude la cabeza. 
—Dime que no elegiste un atuendo anticuado, con cosas que te hacen ver 
como un yeti. 

Él ríe. 

—Nunca te lo diré. Pero... no dudes en intentar y torturarme por la 


información. Por cualquier medio necesario. 

Varias ideas vienen a mi mente. Cada una tiene el potencial de hacerme 


ganar un asiento en primera fila en el infierno. Posiblemente una celda en 
la cárcel. 

—Me encanta tu manera de pensar. 

La voz de mi hermana me arrastra desde mis pensamientos pecaminosos. 

—Oh, he estado queriendo decirles esto, tenemos un problema con la 


mesa 45. Un invitado no ha respondido todavía. 

Recojo su fiel portapapeles. 

—Él es... Ha Sungwoon... Hermanastro de Jimin. Puede o no puede traer 


un acompañante. 

La madre de Jimin se casó el verano pasado con un policía de su ciudad 


natal. Parece que sólo un hombre capacitado profesionalmente en armas 
y defensa personal sería lo suficientemente valiente para hacer el nudo 
con Park JiHyun. 

Me giro a Jimin. 

—Otra vez con tu familia. ¿Qué pasa con esta gente? Eres como el rey 
Midas a la inversa, todo lo que tocas se convierte en mierda. 
Él argumenta: 

—Sungwoon no es mi familia. 

Por primera vez mi hermana y yo estamos en la misma página. Ella agita 


su dedo en la cara de Jimin. 

—Oh, sí, lo es. Su padre se casó con tu padre, así que lo hace tuyo. Si 
tenemos que reclamar a tía abuela Clara, tienes que reclamar este payaso. 

Tía abuela Clara es hermanastra de mi abuela, por parte de mi madre. Ella 


tiene como mil años. El tipo de pariente que sólo sale de la residencia una 
vez o dos veces al año para grandes eventos. A Clara le encanta bailar, e 
incluso para una anciana puede moverse muy bien. 

El caso es —desde que nació un siglo atrás, cuando las mujeres no 
podían votar o mostrar la piel del tobillo— Clara es una gran fan de la 
liberación femenina. 

Así que se niega a usar un sostén. 

Nunca. 

Y sus pechos son masivamente enormes. Pesados, como globos rellenos 


de cemento seco. Deberían estar clasificados como armas mortales. 

¿En el bautizo de Jihoon? Clara estaba bajando en la pista de baile con la 
última canción de Rihanna. Levantó sus brazos, dio una vuelta... y golpeó 
al hijo adolescente de mi mejor cliente en la cabeza con su teta izquierda. 

El chico estuvo inconsciente durante diez minutos. Afortunadamente, sus 


padres decidieron no demandar. 
Taehyung se interpone entre nosotros, manos arriba, en la línea de fuego. 

—Está bien, todo el mundo, den un paso atrás. Jimin, llama a tu padre 
para que hable con Sungwoon. 

Jimin hace lo que le dicen. Pero yo sigo: 

—Sí, háblale con fuerza. O él podrá estar cenando en el estacionamiento 


con el ayuda de cámara. 

La mano de Taehyung se curva alrededor de mi espalda, trazando 


calmantes líneas bajo mi camiseta. 

—Relájate, Jungkook. No es un problema tan grande. 

Su tacto es suave, piel sobre piel. Se siente como una doble dosis de 
Valium: calmando al instante. Mi voz es considerablemente menos 
acalorada cuando le digo: 

—Ese día va a ser muy mágico. De ninguna manera voy a permitir que un 

honorario Park eche las cosas a perder, incluso si es sólo la disposición 


de los asientos. 

Él se gira a mí, y sube sus brazos alrededor de mi cuello. 

—¿Vas a aparecer en la iglesia? 

Inclino mi cabeza hacia atrás, así puedo mirarlo a los ojos. 

—Los leones salvajes no podrían mantenerme lejos. 

—Y... en algún momento... ¿nos convertiremos en esposos? 


—Ese es el plan. 

Él se alza en sus dedos de los pies y sus labios cepillan los míos. Una. 
Dos veces. 

—Entonces va a ser perfecto. 

Jimin cierra su celular y anuncia: 

—Mi padre dice que Sungwoon viene, pero no va a traer una cita. 

JaeHwa modifica su lista y quita la silla con el signo de interrogación. 

Entonces sonríe. 

—Allí. Se evitó la crisis. Sólo es necesario ajustar el número de 


recordatorios y estamos listos. 

Los ojos de Jimin se amplían. 

—¡Ah, me olvidaba! — Hurga alrededor en su brillante bolso metálico de 


hombro, luego levanta los brazos en la victoria—. ¡Recordatorios de la 
fiesta! 

Empuñados en las manos de Jimin están una docena de piruletas. Cada 


una de aproximadamente 10 pulgadas de largo. 

En forma de una polla. 

Él le da unas a mi madre. 
—Aquí tienes, Anne. Sólo porque no estás participando en la fiesta no 
significa que no puedas disfrutar de un placer. —Y luego añade con un 
guiño—. Vainilla y chocolate. Ñam. 

Mi madre gira la confección con una sonrisa pícara y un juguetón brillo en 
sus ojos. Luego lo pone en el mostrador. 

—Gracias, Jimin. Ahorraré éstos para después de la cena. 

Mi padre sonríe. Ampliamente. 

Genial. Ahora estoy atrapado con la imagen de mi dulce y santa madre 


chupando una polla-piruleta mientras mi viejo observa. Hay una excelente 
oportunidad de que nunca consiga una erección otra vez. 

Maldito Jimin. 

Bien, la erección es una exageración, pero aún así, ¿ves por qué no lo 
soporto? Él y su todo diabólico árbol genealógico. Mi mejor amigo no 
podía casarse con una persona normal, ¿verdad? No, tenía que caer 
enamorado de la novia encarnada de Chucky, version con pene y pelo 
corto. 

El teléfono suena. Es el portero dejándonos saber que la limusina está 


aquí. 

Todos caminamos fuera la puerta mientras mis padres nos abrazan y 


desean buen viaje. 

Robo a Jihoon lejos de Park para un último adiós. 


Somos afortunados, Jihoon no es uno de esos pequeños bastardos 
pegajosos, llorones que pierden su mente cuando mamá sale por la 
puerta. Aun así, nunca han sido divertidas las despedidas. 

Taehyung besa su mejilla y empuja su cabello detrás de sus ojos. 

—Te amamos, bebé. Estaremos pronto en casa. 

Beso su cabeza. Entonces hago la pregunta más estúpida jamás. 

—¿Vas a ser bueno con la abuela y el abuelo? 

Él me mira de lado. Y sonríe maliciosamente. 

—No. 

Me encojo de hombros hacia Taehyung. 

—Bueno, al menos es honesto. 

CAPITULO 5
 

No soy un gran fan de los viajes aéreos. Por varias razones. En primer 
lugar, hay un piloto. Nunca puedes estar seguro de sí sabe lo que está 
haciendo. Tal vez obtuvo su licencia en una caja de cereales. Tal vez su 
padre hizo una generosa donación a su escuela de vuelo. 

¿Si quiero poner mi vida en peligro? Le preguntaría a mi hermana si ha 


subido de peso. 
Luego está la farsa de ello. No importa cuántos agentes de seguridad 
revisen a las personas, no importa cuántas bolsas de esos ex empleados 
de McDonalds busquen. ¿Si alguien realmente quiere hacer daño? 
Eventualmente, lo hará. Las líneas aéreas deben enfrentar la posibilidad. 
Como esas señales de NADE BAJO SU PROPIO RIESGO en la playa. 
Cuando el agente entregue la tarjeta de embarque, él o ella deberían decir: 
"Agárrese, rece que su culo no vuele por los aires y tenga un buen vuelo". 

¿Eso sería realmente tan terrible? 

Finalmente, existe la pesimista certeza que si algo —incluso 


accidentalmente— ¿sale mal? Estas frito. Sé lo que dicen las estadísticas 
—que es más probable que tengas un accidente de coche, bla, bla blah. 
Pero la cosa es así— un montón de personas han tenido choques de 
autos y han salido sin un rasguño. 

Ahora dime ¿cuántas personas conoces que hayan escapado ilesas de un 
accidente de avión? 

Exactamente. 

De todos modos —yo no dejo que esas preocupaciones interfieran en mi 


vida. No se meten en mi camino. En absoluto. Porque el miedo no hace a 
un cobarde— son las acciones. Soy un montón de cosas, pero una de 
ellas no es un cobarde. Y tengo que admitir, aunque no es mi pasatiempo 
favorito, solían haber beneficios al volar. 

Lo que significa la verdadera mezcla heterogénea de buenas folladas 


disponibles que se pueden encontrar en los aeropuertos y aviones. Está la 
solitaria ama de casa, el empresario con exceso de trabajo, los 
despreocupados estudiantes graduados buscando soltarse un poco... la 
azafata. 
En los últimos años, el control de calidad en la última década ha decaído 
mayormente. Érase una vez, el atractivo sexual estaba en la descripción 
del trabajo. 

Ese ya no es el caso. Pero me parece que las compañías aéreas tienden a 


programar al menos una mujer follable en cada vuelo. En mis días de 
hombre soltero, eran la presa más fácil. Siempre tan ansiosas de ser 
serviciales. 

Una vez, en un viaje de negocios a Singapur, tres impresionantes 


asistentes de vuelo estaban listas, dispuestas y capaces de mostrarme 
todos los lugares dignos de ver, dentro de su habitación de hotel. 
Teníamos toda la escala. Eso es lo que yo llamo algunos cielos amistosos. 

Hablando de eso, una se dirige ahora a nosotros. Ella es atractiva, 


delgada, alta, con largo y oscuro cabello recogido en los lados y 
profundos ojos azules con un sesgo exótico. Sus manos están cuidadas 
—delicadas— el tamaño perfecto para una decente masturbada. 

Sí, los tipos notan cosas como esa. 

—Lo siento, señor, tendrá que mantener el cinturón abrochado hasta que 
el capitán apague la señal. 

Bajo la vista hacia el cinturón en cuestión, entonces la vuelvo a levantar. 

—Cierto. ¿Porque si estamos cayendo en picada desde unos veinte mil 


pies, este pequeño pedazo de tela va a interponerse entre una muerte 
segura y yo? 

Como he dicho, hipócritas. 


Ella se ríe. Y la señal de cinturones amarillos sale con un ding. 

Sonrío. 

—Supongo que me escuchó. 

Me da una completa sonrisa de labios rosa. 

—Supongo. 

Esos ojos azules miran alrededor de la cabina de primera clase. 

—Un pajarito me dijo que te diriges a las Vegas para una fiesta de 
despedida de soltero, y tú eres el novio. 

—Ese soy yo. 

Me entrega una mimosa. 

—Felicitaciones. 

—Gracias. 

Le entrega una copa a Taehyung, luego vuelve su atención a mí. 

—Así que... ¿dónde te estás quedando? 

Tomo un sorbo del brebaje naranja. 

—Bellagio. 

—Genial. —Ella se inclina un poco, lo suficientemente cerca que puedo 


oler su perfume barato, demasiado dulce. Y deja caer la bomba—. Estoy 
fuera de servicio una vez que aterricemos en Nevada. Me voy a quedar 
con unas amigas.... ¿Tal vez nos pasaremos esta noche por el casino 
Bellagio? ¿Parece que estás en la sección de los apostadores? 

Mis amigos y yo no somos llamativos sobre nuestro dinero, la mayoría de 


la gente que lo tiene no lo es. Pero las señales están ahí si sabes lo que 
estás buscando: equipaje de calidad, relojes RoJae, clásico pero ropa de 
marca cara. 

Y sí, esta chica sólo se pasó de la raya. Sus palabras sonaron como una 
proposición, porque lo eran. Lo cual es jodidamente irrespetuoso, 
teniendo en cuenta que mi novio está al alcance del oído. 

Pero no me sorprende. ¿Incluso aún se supone que los hombres son los 
audaces perseguidores? Las mujeres pueden ser mucho peores. Son 
descaradas. 

Desvergonzadas. Se apuñalan mutuamente la espalda más rápido que 


Jason Jodido Voorhees. 

Pregúntale a Seung. ¿Cuándo él y JaeHwa estaban saliendo? 

Prácticamente cada una de sus supuestas amigas se ofrecieron a escalar 


su cara y darle un paseo de prueba. Porque eran mezquinas. Celosas. 
Porque querían lo que JaeHwa tenía. 

Algunos hombres, como Namjoon, acogerían con agrado estas cosas con 
los 

brazos abiertos, siempre queriendo mantener abiertas sus opciones. Pero 


yo no, ya no. Juego amable pero firme. Reverentemente, recojo la mano 
de Taehyung y beso sus nudillos, asegurándome de que el anillo esté a la 
vista. 
—Vamos a estar muy ocupados esta noche. Gracias de todos modos. 

Ella retrocede con un ofendido encogimiento de hombros. 

—Haz lo que quieras. 

No es la primera vez que esto ha sucedido, y probablemente no será la 


última. Taehyung se comporta bien, aunque en el fondo sé que molesta la 
mierda fuera de él. 

No estoy por encima de usar esto para mi ventaja, por supuesto. ¿Ves ese 
diablo en mi hombro? Sí, está dispuesto a hacerlo. Observa. 

Me inclino a Taehyung. 

—Así que... ¿simplemente vas a dejar que ella se salga con eso? 

Él continúa mirando su revista, pasando las páginas duramente. 

—¿Se salga con qué? 

—Con ese pase Hail Mary que hizo. Tratando de comer de tu plato. ¿Si un 
hombre se acercara a ti así delante de mí? Comería acera. 

—No soy un adolescente, Jungkook. Mis días de pelear por un tipo están 
acabados. 

Qué no daría yo por haber visto esos días. Con gelatina encima. 

—No estoy diciendo que debes tirar su cabello o arrancarle la ropa. —Me 
reí—. Aunque eso sería increíble. Creo que deberías darle una lección. 
Mostrarle que yo te pertenezco. 
Taehyung cierra la revista, sacudiendo su cabeza ligeramente. Sus ojos 
están brillantes con diversión. 

—Sé lo que estás haciendo. 

—¿Qué estoy haciendo? 

—Estás tratando de hacerme tener sexo contigo en el baño. 

Atrapado. 

—Una mamada funcionará también. Eres muy bueno en esas. 

Tae reabre la revista. 

—La adulación no te llevara a ninguna parte, Jeon. Y menos en mis 


pantalones. 

Me quejo: 

—¿Por qué no? 

—Porque todos nuestros amigos están aquí. 

—¿Y qué? 

—Nos escucharan. 

Miento: 

—No, no lo harán. 

—Podrían. 
—Te taparé la boca, no oirán nada. 

Resopla. Y se mantiene fuerte. 

—Suena romántico. Aun así... no va a pasar. 

Sí que va a suceder. ¿Pero lo admito — esta charada? ¿La tensión 


sexual? ¿Tener que trabajar para ello de vez en cuando? Es divertido 
todavía. Emocionante. 

Mantiene afiladas mis habilidades como una navaja. 

¿Saber que eventualmente lo tendré a mi manera? Eso también ayuda. 

Trato una táctica diferente. Culpabilidad. 

—Es una tradición, Taehyung. Como tocar el símbolo de la mascota al 


salir de los vestuarios antes de un partido de fútbol. Es mala suerte 
romper la tradición, puede 

ocurrir algo terrible. ¿Cómo te sentirías si este avión choca y se quema, 


todo porque no quisiste ceder? 

—Creo que voy a tomar mis posibilidades. 

Espero y suspiro. Este es un vuelo de cinco horas. No hay manera de que 


Taehyung pueda aguantar por mucho tiempo. ¿Porque, cuando sabes 
cómo tocar una guitarra de la manera correcta? Ese tipo juega. 

Le doy unos minutos, hasta que esta desprevenido. Entonces me giro 


lateralmente en mi asiento. Y empiezo despacio. Sutil. Una mano en su 
muslo, dibujando círculos tranquilamente. Mi otra mano se une finalmente, 
acariciando su brazo y su hombro, relajándolo. Abrumando sus sentidos. 
Noten que Taehyung no me empuja lejos. ¿Porque aunque una cabeza 
está diciendo que no? La otra está siempre lista para pasar un buen rato. 

Me inclino y mi boca acaricia suavemente su mejilla, moviéndose 


suavemente a través de su línea de la mandíbula a su cuello. Mi mano se 
desliza hacia abajo, en dirección a su entrepierna, apretando y frotando. 
Tocando y provocando. 

La respiración de Taehyung se recoge. La revista cae de sus manos. Me 


advierte: 

—Jungkook... 

Susurro en su oído: 

—Sólo dame un beso. Eso es todo lo que quiero, bebé. Sólo un beso. 

Estas son las famosas últimas palabras habladas por los adolescentes 
hombres en todas partes, en el asiento trasero del auto de sus padres. ¿Si 
hay algún joven ahí? Estás advertida y advertido, nunca es solo un beso. 
No lo llaman robar bases por nada. Antes de que lo sepas, él estará 
rodeando segunda, cayendo en tercera, y un home run a sólo unos 
centímetros. 

Taehyung presiona su boca en la mía, permitiéndome seducirlo con mi 


lengua. Tan cálido. Tan húmedo. 

Tan agradable. 

Caliente, duro, el verdadero deseo baja en mis entrañas y mis pantalones 


se aprietan como era de esperarse. Pongo mi atención en el lóbulo de su 
oreja, chupando y mordiendo. Luego le susurro palabras tiernas, sucias, 
necesitadas palabras que no vas a oír. Acerca de cuánto lo deseo, de lo 
hermoso que es, sobre todas las cosas que quiero hacer con él y las 
posiciones detalladas en que quiero 

hacerlas. 

Las caderas de Taehyung se mueven hacia arriba, buscando la fricción 


contra mis dedos que están firmemente colocados entre sus piernas. 
Cuando él está en el apogeo y jadeando —justo donde lo quiero— 
retracto mis manos. Y lo miro a los 

ojos. 

—Terminemos con esto en la otra habitación. 

Taehyung muerde su labio inferior. Sus ojos ligeramente aturdidos se 


lanzan de izquierda a derecha, asegurándose de que no hay testigos. Está 
a punto de ceder... Hasta que un cuerpo extraño cae entre nosotros, en la 
mitad de nuestras rodillas. Mis ojos están cubiertos de cabello rubio fresa. 
Y el sabor de spray de cabello llena mi boca. 

Maldita sea. 

—Espero que consiguieras una buena noche de sueño anoche, TaeTae. 


Por lo que he planeado, vas a necesitar mucha energía. 

Jimin. Como si hubiera alguna duda. 

Él mueve su culo fuera de mi muslo, obligándome a mí y a Taehyung a 


movernos así puede apretarse entre nosotros. 

Taehyung se recupera rápidamente. 

—Sí... um... me conoces. Soy todo sobre estar descansado. 


Mi cuerpo crepita con energía carnal no aprovechada. Me pone de mal 
humor. 

—¿Te importa joder? Estábamos en medio de algo. 

Jimin se vuelve hacia mí con conocido desdén claramente en su rostro. 

—No, no me importa en absoluto. —Me espanta lejos con su mano—. 


Puedes perderte, Taehyung y yo tenemos cosas que hacer. 

—No lo creo. 

—¿Hola? Esta es una despedida de soltero, y empieza ahora. No estás 


invitado. Ve y compara pollas con los chicos, habla de la masiva descarga 
que cogiste anoche o lo que sea que ustedes hagan cuando nosotros no 
estamos alrededor. 

Rechino mis dientes. Aprieto mi mandíbula. Para evitar llamarlo y decirle 


cómo está actuando. ¿Demasiado? Mi error. Culpa al bueno de Dr. Seuss, 
lo hemos estado leyendo mucho en mi casa. 

Tomo una respiración profunda. Entonces cierro mis ojos e inclino mi 
cabeza hacia atrás. Esperaré a que Jimin salga. Tendrá que salir en algún 
momento. O puedo usar la almohada gratuita y manchada de semen para 
asfixiarlo. 

Ese pensamiento me hace sonreír. 

Jimin y Taehyung hablan. Y hablan. Después de unos minutos, los sonidos 


se mezclan en los oídos masculinos como la del profesor sin rostro de 
Charlie Brown. 
"... wa wa wah wah wanh... Regalo de cumpleaños de Yoongi... wa wa 
wanh... no estaba seguro... wah-wah wa wa... llego de último minuto... wa 
wa wah wanh... vieras su cara... wa wa wah... tan sorprendido... wa 
wanh..." 

Los regalos son importantes para las personas. Pero he llegado a notar 
que — al menos para algunos— no es el regalo real lo que importa. O 
incluso cuánto dinero gastaste en él. Se trata del esfuerzo. El simbolismo. 
Cuánto empeño pones en conseguirlo. 

Por ejemplo, ¿si yo fuera a cazar una servilleta del bar donde Taehyung y 
yo nos 

conocimos? Luego, ¿si lo enmarco y se lo doy como un regalo de 


aniversario? Estoy seguro de que él me dejaría cogerlo hasta llevarme a 
un coma para mostrar su gratitud. 

Es sólo una servilleta. Pero para Taehyung, significa mucho más. 

De todos modos, con leve curiosidad abro mis ojos y pregunto a Jimin: 

—¿Qué le vas a dar? 

Él sonríe con aire de suficiencia. 

—Sólo el mayor regalo que un chico le puede dar al hombre que ama. 

Tomo mi mejor suposición. 

—¿Anal? 

Taehyung cubre sus ojos. 


La sonrisa de Jimin se convierte en una mueca. 

—No, cerdo. Voy a darle el regalo de la salud. Mi acupunturista despejó su 


agenda. Ella va a trabajar sobre Yoongi todo el día. 

Me río. Porque esto explica muchas cosas. 

—¿Ese es tu regalo? ¿De verdad? ¿Es el cumpleaños de un tipo y vas a 


hacer que le pongan agujas en la cara todo el día? ¿Qué vas a conseguirle 
para Navidad, una colonoscopia? 

Taehyung aclara: 

—Jungkook, la acupuntura es para que Yoongi deje de fumar. 

Sí, Yoongi es un fumador. Estadísticamente, si no comienzas a la edad de 


dieciocho años, nunca lo harás. Pero mi amigo es la excepción a esta 
regla. Su hábito comenzó en la Universidad, durante una partida 
particularmente estresante de Madden NFL football. 

Yoongi lo mantiene guardado, sin embargo. Sus padres no lo saben. 

Porque Frank fuma dos paquetes al día, y como cualquier fumador, 


rompería cada uno de los dedos de su hijo si se entera de que él también 
lo estaba haciendo. Levanto mis manos en señal de rendición. 

—Lo retiro, Jimin. Es un regalo estupendo. Algo que ayude a Yoongi a 


patear el cáncer es una cosa buena. 

Prácticamente él se palmea en la espalda. 

—Gracias, Jungkook. 
—De nada. Ahora que hemos arreglado eso, por favor y digo esto de la 
mejor manera posible: ¿Vete a la mierda? 

Ya no sonríe. 

—Te dije que no. Este es mi tiempo. Mi tiempo de Taehyung. 

Fast Times at Ridgemont High aparece en mi cabeza. 

—Lo que sea, Sr. Hand. 

Taehyung se estira y toca mi pierna. 

—Jungkook, tal vez deberías irte con los chicos por el resto del vuelo. 

Estampo mi pie. Y apunto a Jimin. 

—¿Por qué él consigue tiempo Taehyung? ¿Dónde está ​mi tiempo 


Taehyung​? ¡Yo también quiero mi tiempo Taehyung! 

Jimin responde: 

—Estarás recibiendo un montón de tiempo Taehyung la semana que 


viene. Se llama luna de miel, estúpido. 

La fulmino con la mirada. 

—You suck**. 

Jimin frota un dedo sobre sus labios lascivamente. 

—Lo hago. Con frecuencia. Yoongi no se queja. 


**//You suck: Es un juego de palabras ya que suck en inglés también es 
(succionar, chupar) en este caso mamar.//** 

Hago una mueca. 

—Ahora tengo náuseas. Taehyung, ¿frotarías mi estómago? 

Taehyung sonríe. Su voz adquiere un paternal y condescendiente tono 


que pone cuando quiere que Jihoon se comporte. 

—Sí, Jungkook voy a frotar tu estómago, y cualquier otra parte del cuerpo 
que quieras... cuando lleguemos al hotel. 

Suspiro y me resigno a no tener sexo. Como empiezo a hundirme en una 


depresión profunda, la voz de Namjoon hace eco a lo largo de la cabina. 

—¡Viejo! ¡Echa un vistazo! ¡Tengo porno en mi sistema de entretenimiento 


durante el vuelo! 

Alguien gritando "porno" en un espacio cerrado es parecido a una alarma 


en una estación de bomberos a la medianoche. Cuatro pares de pies 
trotan en dirección a Namjoon, incluidos los míos. Tal vez el tiempo con 
los chicos no será tan malo después de todo. 

Sé lo que estás pensando. Deja de hacerme perder mi tiempo. ¿Podemos 


omitir la mierda y llegar a las cosas buenas ya? 
Estoy trabajando en ello. 

Además, creo que deberías disfrutar los buenos momentos mientras 


duran. 

Así es. Creo que las cosas se pondrán realmente locas —muy rápido— de 
aquí en adelante. ¿Porque nuestra siguiente parada? Es las Vegas, nena. 
Y hay una razón por la que se llama la ciudad del pecado. 

CAPITULO 6
Cuando se trata de habitaciones ostentosas, podrías pensar que el penthouse es lo
mejor de lo mejor. En la mayoría de los casos, estaríamos en lo cierto.
Pero el Bellagio tiene el top. La villa. Es el tipo de lugar donde sólo la realeza, jefes
de Estado y actores altamente sobrevalorados llegan a quedarse. Cinco dormitorios,
comedor formal, oficina, biblioteca, y una enorme cocina —todo adornado en
elegante madera y mármol— cubierto con los mejores electrodomésticos,
accesorios y telas italianas. Incluso viene con un personal de limpieza de servicio
completo y un mayordomo.
El dinero no puede comprar la felicidad, pero hace que sea un infierno mucho más
fácil para quedarse feliz.
Ya que somos los invitados de honor, Taehyung y yo estamos en la suite principal.
Nuestro cuarto de baño contiguo tiene una ducha de vapor y un jacuzzi enorme que
definitivamente planeo poner a buen uso más tarde. Seung y Jaehwa, Jimin y
Yoongi, cada pareja consigue una habitación completa con chimenea y una cama
extra grande. Erin reclama una habitación un poco más pequeña con una reina,
mientras que Namjoon y Bogum se quedan juntos en el último cuarto.
Es una buena cosa que su habitación tenga dos camas dobles, porque si hay una
cosa que Namjoon nunca va a hacer, es compartir la cama con idiota Park.
¿Dormir desnudo sobre grava afilada? Totalmente aceptable, cuando se enfrenta
con el riesgo de despertar con un rifle cargado en la espalda.
Después de que el mayordomo —al que nosotros llamamos Sr. Belvedere— da una
vuelta y las mucamas toman nuestro equipaje para desempacar, nos relajamos en
la sala de estar, hablando de la agenda del día.
Sentado en el sofá de dos plazas color marrón oscuro, con Jimin en su regazo,
Yoongi va primero:
—Hay un torneo de voleibol de agua abajo en la piscina en veinte minutos. Pensé
que podríamos empezar por ahí. Y están teniendo un asado de cerdo. Ya sabes
cómo me encanta un buen cerdo.
Todos los chicos asienten con su consentimiento.
Jimin comienza así:
—Nuestra fiesta empieza a las cinco...
Su fiesta… Al igual que la legendaria olla de oro al final del arco iris, o la pelea de
almohadas en topless en una fiesta de pijamas. Según la leyenda, hay una amplia
gama de juguetes para la venta, consoladores, vibradores, juego de cuerdas, y
lencería. Y hay lecciones — son instruidos en todo tipo de habilidades adquiridas,
como garganta profunda, masturbación, striptease.
—... pero antes de eso, tenemos citas en el spa, para conseguir embellecernos por
esta noche.
Paso la mano por el cabello oscuro de Taehyung ya que él está sentado a mi lado
en el sofá.
—Eso es una pérdida de tiempo —le digo—. No se puede mejorar la perfección.
Tae se sonroja un poco. Todavía tan jodidamente adorable.
Jimin comenta:
—Eso dices ahora, pero espera hasta que nos veas después. Vamos alisarnos,
depilarnos con cera, perfilarnos las cejas y a recibir unos masajes. Lo juro,
Taehyung, ¿después de que Ricardo trabaje sobre ti? Nunca serás el mismo. Es
como ser tocado por un orgasmo.
Mi curiosidad saca lo mejor de mí.
—¿Quién es Ricardo?
—El terapeuta de masaje de Taehyung.
Eh.
—Ricardo es un nombre raro para una mujer.
Jimin rueda los ojos.
—Bueno, sí, lo sería, pero Ricardo es todo hombre. Tiene el cuerpo de un dios
griego, como Arnold Schwarzenegger en sus días de esteroides. Y él sabe cómo
usarlo, especialmente sus manos.
Algunos chicos estarían bien con esta situación. Los hombres relajados como
Yoongi o comprensivos como Seung. Ellos besan a su pareja en la mejilla y dicen
“Que te diviertas, cariño”. Pero a pesar de mi crecimiento emocional de estos
últimos años, así no es como yo funciono.
Y eso es lo que digo:
—Sí, esa mierda no va a suceder.
Taehyung pone su mano en mi pierna.
—Jungkook, es sólo un masaje.
—Estoy al tanto de eso. Dos palabras: final feliz. Otras dos palabras: no hay
manera.
Jaehwa trata de ser útil.
—Relájate, hermanito. No hay razón para estar celoso.
Abro mis brazos ampliamente.
—¿Quién está celoso? No estoy celoso porque esta mierda no va a pasar. — Me
dirijo a Taehyung y explico con calma—: ¿De verdad crees que voy a ser capaz de
sentarme aquí sabiendo que estás ahí, con tus bienes sólo cubiertos por una fina
toalla de algodón mientras Ricardo-Jodido-Montalbán tiene sus manos sobre ti?
¿Haciéndote gemir? ¡Que se joda eso! Todos tus gemidos me pertenecen; están
pagados en su totalidad con la roca en tu dedo.
Jimin extiende la mano hacia Yoongi.
—Yo sabía que él no sería capaz de manejarlo. Págame.
Él saca su billetera y le pone un billete de veinte en su palma. Sacudo la cabeza con
decepción hacia él.
—¿Pensaste que estaría de acuerdo con esto?
Se encoge de hombros.
Mis ojos se estrechan.
—Ni siquiera te reconozco.
—Ricardo es un hombre impresionante, sus manos son mágicas. Sin duda estaría
en una unión civil con él.
Desde el sillón reclinable, Seung se une a la discusión.
—¿Dejaste que un tipo te diera un masaje? ¿Y aún conservas las bolas? No creí
que Jimin te diera tanta… libertad.
—Chúpamela.
Seung ríe.
Jimin rueda los ojos.
Bogum y Namjoon se ríen a carcajadas, y Seung choca las cinco. Yoongi le da el
dedo. Lo cual no ayuda mucho a su caso.
Taehyung nos lleva de nuevo al tema.
—¿Este es realmente un problema para ti?
Asiento con la cabeza.
—Absolutamente. Va a estar contaminando mi memoria de todo el fin de semana.
Él suspira. Y se vuelve hacia Jimin.
—Cambia mi cita.
Jimin parece horrorizado.
—¿No hablas en serio? —Eleva sus manos en el aire—. Y así comienza. Aún no
estás casado y él ya está controlando y dictando lo que puedes y no puedes hacer.
Salto en defensa de Taehyung.
— Está respetando mis malditos sentimientos. Así es como funciona una relación
madura y sana. Deberías probarlo alguna vez.
—¡Soy extremadamente considerado de los sentimientos de Yoongi!
Taehyung salta.
—Jimin estamos aquí para divertirnos, no para torturar a mi novio.
Jimin hace pucheros.
—Pero torturarlo es mi idea de diversión. Aguafiestas. —Aun así, agarra el teléfono
y llama al spa.
Taehyung se acurruca en mi costado, apoyando la cabeza en mi hombro. Lo jalo
más cerca y beso la parte superior de su cabeza.
—Gracias.
—De nada.
Sonrío.
—Cuando regreses de tu acicalamiento, quiero un poco de ese tiempo Taehyung
que me debes.
Tae levanta la cabeza y susurra:
—Esto, por casualidad, ¿implica terminar lo que empezamos en el avión?
Asiento con la cabeza lentamente.
—Lo hace y te garantizo que será una final espectacular.
—Siempre lo es. —Se inclina hacia adelante, besándome juguetonamente, su
lengua pasea y se burla.
Cuando se aleja, lamo mi labio inferior, probando su sabor.
—Apuesta tu culo que lo es.
Park interrumpe nuestro caliente momento.
—Entonces, antes de que nos separemos, ¿alguien quiere… colocarse?
Yo no soy un gran fan de las drogas, incluso del tipo recreativo. Con el alcohol,
puedo mantener un ritmo, tomar una copa o dos, y luego reducir la velocidad y
disfrutar del bullicio. O puedes acelerar a fondo y cinco chupitos rápidos. En
cualquier caso, hay control sobre cómo de jodido quieres estar.
Pero las drogas son como un tren sin conductor. Una vez estás subido, te vas de
paseo, sin disminuir la velocidad, sin bajar si cambias de opinión. Jimin no comparte
mis sentimientos. Sin sorpresa.
Él se sienta al lado de su primo en el brazo del sofá.
—Gracias a Dios, pensé que nunca lo preguntarías.
Park busca en su bolsillo y saca una bolsa de plástico transparente que contiene
unos pocos porros sueltos, un poco de marihuana, y una pequeña pipa de color
brillante.
Erin le pregunta:
—¿De dónde sacaste eso?
—Lo traje de Nueva York. —Él arruga la frente y luego aclara—: Bueno,
técnicamente, me lo traje desde California hasta Nueva York, y luego hasta aquí. Es
mierda buena, alto nivel y de tipo medicado. El conserje en mi estudio de música
tiene glaucoma.
—Pero, ¿cómo conseguiste pasarlo por la seguridad del aeropuerto? — pregunta mi
hermana.
Park explica con orgullo:
—Lo guarde en mis bóxers. De esa manera, si pasaba por una de esas cosas de
escáner, sólo parecería que las rastas de abajo necesitaban un ajuste.
Levanto mis cejas.
—Ahora ese es un plan B. Si fallas en tu carrera musical, siempre puedes llegar a
ser una mula de drogas. —Los traficantes de drogas tienen una muy alta tasa y una
muerte violenta. Impresionante.
Park le pasa a Jimin un porro y él lo prende. Yoongi se acerca a ellos.
—Podría ir por un golpe de hierba.
Erin está indecisa.
—Yo nunca he fumado marihuana antes.
Park intenta ser tranquilizador.
—Entonces has venido al lugar correcto. Somos todos amigos en el show de la
droga.
Ella todavía se ve nerviosa, así que le digo:
—Sólo di no, Erin. Sólo los perdedores se drogan. —Señalo con mi pulgar a Park—.
¿De verdad quieres terminar como el Anexo A de allí?
Jimin sostiene las manos arriba como garras.
—¡La presión de grupo! Vamos, Erin tienes que probarlo al menos una vez. Vive un
poco, chica.
—Y ese sería el Anexo B.
Erin toca un gran aliento y me mira con ojos grandes en búsqueda de aprobación.
—Creo que voy a probarlo. Quiero decir... a veces sólo tienes que decir: “¿Qué
carajos?” ¿No es así, Jungkook?
No puedes discutir con una frase de Risky Business. Me encojo de hombros en
señal de rendición, y Erin se suma al resto porreros.
A Namjoon no le interesa.
—No, gracias, hombre. Soy todo acerca de mantener las toxinas fuera de mi
sistema en estos días.
Jaehwa declina con un gesto de la mano. Seung, sin embargo, dice:
—Claro, ¿por qué no? Voy a revivir mi juventud desperdiciada.
Jaehwa espeta:
—¿Qué quiere decir revivir? Eres un hombre, estás aun viviendo tu juventud
perdida.
Mi hermano-en-ley le tiende la mano a Park.
—Haz el mío doble.
Park le pasa a Seung un cuenco lleno y un encendedor, mientras que Yoongi le
ofrece a Taehyung un canuto. Él niega con la cabeza.
—Tal vez más tarde.
Yo camino por la habitación, abro una ventana, y enciendo el ventilador del techo.
Park pregunta:
—¿Y tú, Jeon? ¿Vas abajo?
Resoplo:
—Como si yo alguna vez pusiera algo en mi boca que me enganchara en un paseo
junto a tus bolas sudorosas. Prefiero besar el culo de un elefante de la selva.
Park toma una larga calada, y sopla el humo que escapa de sus labios mientras él
se burla de mí.
—Estupa.
—Sí, ese soy yo. En mis días libres salgo con Joonny Depp de 21 Jump Street.
Ya sintiendo los efectos de la marihuana, Yoongi se ríe. Y anuncia a toda la
habitación:
—Nah, Kook es genial. Pero él y ​Maria Juana​ no se llevan bien. Lo intento una vez
en la universidad. Pero no funcionó.
Taehyung se inclina hacia adelante.
—Nunca he oído esa historia.
—No fue exactamente uno de mis mejores momentos
Yoongi se ríe más fuerte.
—Tomo cuatro golpes, luego comenzó a correr alrededor de la casa, cerró todas las
puertas y ventanas. Pensó que su viejo iba a aparecer, o el equipo SWAT iba a caer
del cielo. Luego tuvo un ataque de pánico.
—Yo no tuve un maldito ataque de pánico.
Los ojos de Yoongi se encuentran con los míos.
—Amigo, pensé que iba a tener que arrastrar tu culo a la sala de emergencias.
Parecías que ibas directo a un puto paro cardiaco.
Todo el mundo tiene una buena risa a mi costa, incluso Taehyung.
Park asiente con la cabeza alegremente.
—Jeon no puede manejar la hierba. Es bueno saberlo. Ahora, si quiero meterme
contigo, sé exactamente cómo hacerlo.
Los amigos se suponen que se ayudan entre sí. Es uno de los beneficios de
conocer todo sobre una persona, todos sus logros, sus actos embarazosos y sucios
secretos.
Pero eso es un martillo que se balancea en ambos sentidos.
—Sigue caminando por el carril de la memoria, Yoongi. Hay algunos baches que yo
podría sacar para ti también.
Él extiende sus brazos ampliamente.
—Soy un libro abierto.
Sonrío diabólicamente.
—¿Estás seguro de eso?
—Dispara, tonto.
Me vuelvo hacia su esposo.
—Oye, Jimin, ¿Yoongi te dijo alguna vez sobre la vez que estaba tan borracho, que
se orinó en la boca de Kelly Macallister mientras ella le estaba dando una mamada?
Yoongi se espabila inmediatamente, mientras que Seung se dobla de risa.
—Ewwwwwwwwwww —chilla Erin—. Eso es tan repugnante.
—Así es como él consiguió su apodo en nuestra fraternidad “Ducha Dorada Min”.
Jaehwa parece enferma y divertida a la vez.
Namjoon resopla:
—Asqueroso.
Taehyung hace una mueca y se tapa los oídos. Jimin se ríe al principio, luego se
gira a su marido y confiesa:
—Estoy arruinado. Nunca seré capaz de chupártela de nuevo sin pensar en esa
historia.
Yoongi me fulmina con buen humor.
— Eres un imbécil hombre.
Yo sólo sonrío.
—Para eso es que son los amigos, amigo.

***

Diez minutos más tarde, Erin se encuentra pies arriba en el sillón con los párpados
pesados. Levanta un brazo lentamente, luego el otro.
—Esto es muy bueno. Estoy muy relajada.
La cara de Seung está floja mientras hace un gesto hacia el piano de cola brillante
en la esquina.
—Oye, Bogum, ¿por qué no tocas algo?
Sí, idiota también puede tocar el piano. Solo mantén en mente, él puede ser una
herramienta multifacética, pero sigue siendo una puta herramienta. Jimin se levanta.
—Buena idea. Nada va mejor como una melodía suave. Que sea suave, primo.
Mierda-para-cerebros se levanta, se instala a sí mismo en el banco del piano, hace
crujir sus nudillos, y comienza a tocar. Tras unos compases de instrumental, él
comienza a cantar ​“Someone Like You”​ de Adele. Imagine que elegiría una canción
de chicas.
Mientras él canta la última línea antes del coro, esa donde las cosas no están
terminadas entre él y su antiguo amor, mi buen humor se deteriora como la leche
que se queda fuera de la nevera demasiado tiempo. Es por esto que siempre tengo
y siempre tendré que odiar las tripas de Park, porque a pesar de la historia de
Yoongi sobre mi experiencia con la marihuana, yo no soy un tipo paranoico. Soy
atento. Inteligente. Malditamente inteligente para saber por qué —de entre todas las
jodidas canciones que él podría haber tocado— escogió ésta.
Y más importante, sé a quién se la está tocando.
No hay accidentes. El lenguaje corporal y actos fallidos tienen significado.
Son la forma en que nuestro subconsciente muestran cómo nos sentimos
realmente. Lo que realmente queremos. Y en algún lugar, en el fondo del
insignificante cerebro de Park e inadecuado corazón, creo que él todavía quiere a
Taehyung.
Observa el rostro de Tae ahora. Es la misma mirada que siempre le sale cuando lo
ve cantar. La cabeza ligeramente inclinada, una pequeña sonrisa se sienta en sus
labios, y sus ojos nadan con una mezcla de orgullo y asombro.
Admiración. Y, posiblemente, recordado afecto. A pesar de que sé que él no tiene
esos sentimientos por Bogum nunca más, aunque sé que él me eligió —que me
ama más a mí— eso me molesta. Mucho.
Porque a la única persona que he mirado así en toda mi vida es a él.
Mientras Park toca la nota final, me trago mi resentimiento. Yoongi, Seung, Erin,
Jimin y Taehyung aplauden. Jaehwa realmente se limpia una lágrima de los ojos.
Namjoon dice:
—Maldita sea, eres bueno. Esa mierda de música debe hacerte bueno con los
ligues. Esta noche, Bogum, eres mi compañero de ala.
Park asiente tímidamente.
—Claro, hombre.
Entonces me pongo de pie.
—Ahora que he conseguido mi dosis de estrógenos durante el día, ¿qué tal si nos
dirigimos a la piscina y comprobamos la barbacoa? Yo no sé ustedes, pero estoy
más que listo para la primera de muchas rondas.
Todo el mundo está de acuerdo.
Yo mantengo a Taehyung cerca de mí mientras todos nos dirigimos a nuestras
respectivas habitaciones para un cambio de ropa rápido. Y para prepararnos para ir
por caminos separados.

CAPITULO 7
La barbacoa en la piscina sólo para adultos está en pleno apogeo. Hay música, sol,
bikinis tan lejos como el ojo puede ver, y algunos que me gustaría no tener que ver.
Recuerden, mujeres, los trajes de baño de dos piezas son un privilegio, no un
derecho.
Alquilamos una cabaña cerrada cerca de la barra y nos acomodamos en la mesa
circular, cubierta con un paraguas delante de él. Nuestra ronda de cervezas llega y
pasamos el rato esperando nuestro turno en el torneo de voleibol. Para los hombres,
los deportes en equipo tienen el poder de inspirar una mentalidad guerrera,
nosotros-contra-ellos. Es como pasar la noche en una trinchera —una instantánea
experiencia vinculante. Incluso si no se gustan —infiernos, incluso si no se pueden
soportar unos a otros— cierras las filas, aceleras el ritmo donde debes. Porque
estás en el mismo pelotón y quien no esté contigo está en tu contra.
Ellos son el enemigo.
¿Por qué te estoy diciendo esto? Lo comprenderás pronto.
Por ahora, tomo un sorbo de mi cerveza y me centro en la cara hosca de mi cuñado.
Decido ir directo al grano:
—¿Qué está pasando contigo y con mi hermana?
Él no está sorprendido por la pregunta. Pero está reacio.
—No quiero hablar de eso.
—¿No quieres hablar de ello? ¿Qué? ¿Te creció una vagina en la caminata aquí?
¿Supongo que ahora lo siguiente que me vas a decir es que estás bien? No seas
una perra, Seung, habla. ¿Qué pasa?
Frota con la mano su cara y observa la piscina por un minuto. Deliberando.
Luego se vuelve hacia nosotros y se inclina hacia adelante, los codos sobre la
mesa.
—Muy bien. Comenzó hace unas dos semanas. Durante un par de días, Jaehwa
había estado de mal humor. Pero yo no estaba preocupado, se pone así a
veces. Y entonces encontré algo en la papelera del baño. . . una prueba de
embarazo.
Comprensivos gemidos rodaron sobre la mesa como la onda en un partido de fútbol.
—Nunca te va a dejar salir de casa otra vez.
—Tienes que darle espacio a los niños, Seung. Si los tienes muy cerca uno del otro,
uno está atado a caer en el olvido.
—Ahora van a ser tres contra dos, estás jodido.
Seung sostiene su mano.
—Fue negativo. Jaehwa no está embarazada. —Toma un trago de su cerveza—.
Pero cuando le pregunté sobre esto, se puso balística. Gritándome sobre cómo no
la entiendo, cómo no me debería preocupar por los niños porque puedo tenerlos
hasta que llegue a los setenta. Y cómo los hombres en general apestan.
Desde entonces, ha estado insoportable. Es como si estuviera buscando cualquier
excusa para estar enojada conmigo.
Yoongi informa:
—Tal vez necesita un descanso. Ya sabes, ¿una noche para sentirse como una
mujer y menos como una mamá?
Seung sacude su cabeza.
—Ya pensé en eso. Arregle una salida a los Hamptons, tenía a mi papá listo para
llevar a los niños y todo. Me rechazó, no deseando nada de eso. Entonces me
regaño por hacer planes sin consultarle.
Namjoon resopla:
—No puedo decir que estoy sorprendido. Sin ofender, amigo, pero Jaehwa siempre
ha sido una persona fría.
No tomo excepción a su comentario porque veo por qué él creería algo así.
La voz de Seung adquiere un tono suave, triste. Nostálgico.
—Pero no lo es, para nada. Es sólo una fachada que pone. La Jaehwa real es
cálida... y divertida... e iría a los extremos de la tierra por la gente que ama.
Hasta hace dos semanas, eso me incluía. Pero últimamente. . . no. Y no sé por qué.
Me pellizco el puente de la nariz y suspiro.
—Tienes que arreglar esto, Seung. No puedes hacerme esto, no ahora.
No se lo toma bien.
—¿Qué diablos tiene esto que ver contigo, Jungkook?
Lo señalo con mi dedo acusadoramente.
—Tú y Jaehwa son mi patrón de oro. Son la única razón por la que no me estoy
cagando en los pantalones sobre la idea de casarme con Taehyung la semana que
viene. Porque son mi prueba de que el matrimonio puede funcionar.
La frente de Seung se arruga.
—Tus padres han estado casados durante cuarenta años.
Sacudo mi mano.
—Ellos no cuentan. Son viejos, nadie más los tendría.
Yoongi pregunta:
—¿Y Jimin y yo?
—Te doy otro año, topo.
Yoongi sólo se encoge de hombros. Porque le importa un bledo lo que piensen los
demás, incluso yo.
Ahora, Jaehwa puede ser mi hermana, pero Seung es más que mi cuñado.
Es un amigo, uno de los mejores. Lo que pone las lealtades en una situación
peliaguda. ¿Así que si tengo que tomar partido? Me voy con Mackenzie y Minjoon.
—De ninguna maldita manera voy a dejar que mi sobrina y sobrino crezcan en un
hogar roto. Tienes que hablar con ella, Seung. Solucionarlo.
Él empuja su silla atrás, frustrado.
—¡Lo he intentado! ¿No crees que lo haya intentado? Durante las últimas dos
semanas he besado su culo. . . .
Cierro mis ojos y levanto la mano.
—Por favor, ahórrame las imágenes mentales.
—He intentado todo lo que puedo pensar... pero no voy a intentarlo. Si ella quiere
resolverlo, cuando quiera hablar, va a tener que venir a mí. Voy a poner mi pie
abajo. Tengo un poco de orgullo, ya sabes.
Parece como si tendré que tomar las cosas en mis propias manos.
—Voy a tener una reunión con mi hermana cuando regresemos, averiguar cuál es
su jodido problema.
Seung es vehemente.
—No, Jungkook. Esto es entre mi esposa y yo. No te metas.
Me retracto.
—Muy bien. Relájate, no tengas un ataque al corazón.
Pero aún pienso en hablar con Jaehwa. Si quieres algo bien hecho, debes hacerlo
tú mismo.
Estamos en silencio durante un minuto.
Seung dice:
—Mira, no quiero que esto nos baje el ánimo a todos. Sólo guárdalo. Por esta
noche, tengamos un buen rato. Como en los viejos tiempos. Lo único que quiero
pensar es en emborracharme y divertirme. BTC todo el camino.
Yoongi se ríe. Porque, como yo, no ha escuchado esas letras en años. Y traen
recuerdos muy impresionantes.
Choca el puño con Seung.
—Malditamente correcto, BTC.
Park pregunta:
—¿Qué es BTC?
Sonrío.
—Fue nuestro monograma en su día.
—¿Qué quiere decir?
Muevo mis cejas.
—Buen tiempo chicos.

***

Más tarde, entrando en la cuarta ronda del torneo de voleibol de agua, estamos en
primer lugar. Pateando traseros. Con sólo tres partidos más hasta el campeonato.
Es divertido. Físico. Podemos ejercer nosotros mismos pero tenemos suficiente
tiempo entre juegos para relajarnos, socializar y bajar un par de tragos.
Seung actualmente está en la pista de baile improvisado “Blurred Lines”.
¿Lo ves ahí? ¿Apuntando sus dedos estilo John Travolta y empujando sus caderas
al tiempo con el ritmo? No es suave o genial, pero de alguna manera Seung aún
sale como el maldito hombre. Las chicas aplaudiendo, sacudiendo la cadera y
riéndose, lo rodean lo aman.
En el extremo opuesto de la piscina se está celebrando un divorcio, al cual Namjoon
se sumó, y acabó recibiendo un poco de acción en el jacuzzi de la divorciada
misma.
Ahora volvió a la mesa conmigo y Yoongi. Nosotros hemos estado jugando suave. A
pesar de algunas ofertas, hemos hecho claro que nuestros intereses se encuentran
en salir, no ligar. Sorprendentemente, Park ha resultado ser el peso pesado en el
Departamento de coños.
Bueno... algo. Después de nuestra segunda victoria, desapareció con una chica en
la cabaña. Salieron media hora más tarde, recolocando sus trajes de baño. Quince
minutos, volvió de nuevo, con chica número dos.
No estoy impresionado porque... ¿cómo decirlo sin hacer que quieran cortarme las
bolas con un par de tijeras de jardín? ... chica número uno fue... de rotunda
persuasión. Una chica alegre. La clase que tiene que transmitir una personalidad
divertida porque está careciendo severamente en el Departamento de forma. No me
malinterpretes, las chicas gordas también tienen su lugar en la sociedad. Las chicas
con culo gordo, hacen el mundo redondo y todo eso.
Y cada uno tiene un tipo. La vaca de un hombre es la belleza de otro. Siempre he
preferido a mis amantes en el lado pequeño —son fáciles de girar y maniobrar en la
posición adecuada. Pero no creo que Park tenga una pasión por las carnes. Es
decir, él mantuvo a Taehyung durante una década, y él nunca pasó por una fase de
gordito— he visto las fotos.
Además, la chica número dos de Park estaba totalmente en el otro extremo del
espectro. Super-delgada, con unas tetas planas como una tabla de surf y un gancho
de nariz que sugería una relación fuerte con el águila calva. Imbécil emerge de la
cabaña con una sonrisa satisfecha. Se sienta en la mesa y toma un largo trago de
su cerveza. Yoongi, Namjoon y yo lo observamos. Él nos mira de regreso de ida y
vuelta.
—¿Qué?
Muevo la barbilla hacia la chica número dos mientras ella camina hacia su mesa de
amigas igualmente poco atractivas. Ellas tienden a permanecer juntas.
—¿Qué pasa contigo y las hermanas miedo?
—¿Qué quieres decir?
—Es decir, tu primer ligue hizo que Snooki luciera como Miss America. Y esa última
chica probablemente es la pariente más próxima a la malvada bruja del oeste.
Defensivamente él resopla.
—Ella no estaba tan mal.
Yoongi y Namjoon tosen.
—Cara de arrepentimiento… cara de arrepentimiento.
Park pregunta:
—¿Qué es una cara de arrepentimiento?
Ruedo mis ojos ante su ignorancia.
—Significa que todo está caliente-excepto. Su. Cara. ¿Lo entiendes? Y creo que es
bastante generoso, considerando que no hay nada atractivo acerca de una mujer
con las caderas de un niño de diez años. Porque es el jodido punto de estar con una
mujer.
Namjoon sugiere:
—Tal vez es un fetiche. ¿Te gusta hacer el feo con los feos, Bogum?
—No tengo nada por las personas feas.
Me permito disentir. Aun así, le doy la oportunidad de explicarse.
—Entonces, ¿por qué son las únicas a las que le estás cayendo?
Park se retuerce incómodamente.
—Son sólo... más fáciles. Me gusta algo seguro.
Yoongi dice:
—Acabaste la boletería del Estadio de los jodidos Gigantes hace seis meses. Para ti
todas deben ser cosa segura.
Park evita el contacto con los ojos y jala la etiqueta de su cerveza.
—No lo sé. Es como... Estuve mucho tiempo con Taehyung...
Como si yo pudiera malditamente olvidarlo.
—... y nunca tuve la oportunidad de practicar mis habilidades, ¿saben? ¿Y las
chicas y chicos en los Ángeles? Son perras, hombre. Están calientes y lo saben.
Entonces, es menos intimidante si me quedo con las puntuaciones fáciles. Hay una
historia en la Biblia acerca de un tipo que era un verdadero cabrón.
Un día estaba caminando por la vereda, y Dios lo noqueó en el culo. Esta luz
cegadora vino desde el cielo, y una voz gritó desde el cielo, diciéndole lo que tenía
que hacer. Cómo arreglar su vida.
Así es este momento para mí. Una epifanía. Una revelación divina.
Si puedo encontrarle a Park una chica, o bueno… a alguien, si le enseño los
secretos de cómo ganar finos pedazos de culo... tal vez va a estar tan distraído, que
finalmente dejará de husmear sobre Taehyung. Y tal vez —solo tal vez— podré
deshacerme de él. Para siempre.
He visto el camino hacia la tierra prometida, chicos y chicas. Y está alineado con
coños.
Energizado por la perspectiva de una existencia sin Park, propongo:
—Puedo ayudarte con eso, sabes.
—¿Con conseguir ligues?
Cabeceo.
—Conseguir a mejores chicas... chicos… La clase que sólo has visto en revistas y
sueños húmedos. Puedo enseñarte a hacerlo. Una vez que degustes lo gourmet,
nunca podrás masticar comida basura otra vez.
Namjoon le dice a Park:
—Salta sobre esto, hombre. Podrías aprender del mejor. Jeon es el maestro, antes
de que esté casado, deberían broncear su polla, como los guayos de DiMaggio.
La alabanza de Namjoon es halagadora. Y un poco inquietante.
Aun así, Park sospecha.
—¿Por qué querrías ayudarme?
Me encojo de hombros.
—Soy un tonto por una causa perdida, St. Jude siempre fue mi santo favorito.
Además, eres amigo de Taehyung. Si te ayudo, consigo puntos con él. Y eso
siempre es una buena cosa.
Él parece satisfecho con mi respuesta, así que empiezo por lo básico.
—¿Cuál es tu juego?
—¿Mi qué?
—Tu plan de juego. ¿Cómo te acercas a estas personas de LA? ¿Qué dices?
Se rasca la cabeza, como el mono idiota que es.
—Bueno, a veces me apresuro, pareciendo sorprendido, y le digo “¿Estás bien?
¿Te lastimaste? Esa caída del cielo fue lejos”.
Los chicos y yo empezamos a reír inmediatamente. Pero Park no. Luego nos
detenemos.
Pregunto:
—Lo siento, ¿hablas en serio?
Mira lejos, pareciendo un poco molesto.
—Olvídalo.
Le imploro:
—No, ya no nos reiremos más. Quiero ayudar. ¿Qué más?
Él se debate respondiendo por un segundo.
—A veces cuento un chiste.
Yoongi parece perplejo.
—Un chiste.
—Sí, sabes “Un tipo entra en un bar...” mierda como esa.
Asiento lentamente.
—Cierto. Puedo ver por qué piensas que funcionaría... porque toda persona quiere
follar con ​Bozo el payaso​.
Empezamos a reír otra vez.
Park gruñe:
—¡Váyanse a la mierda! Me voy de aquí. —Comienza a levantarse.
—Espera, no te vayas. Venga, hombre, nosotros estamos molestándote las pelotas.
A regañadientes Park se sienta de nuevo.
Empiezo mi tutorial.
—Primer error, te estás esforzando demasiado. Las mujeres y hombres pueden oler
la desesperación como un perro huele el miedo. Y para ellos, eso huele a mierda.
Tienes que estar tranquilo. Confiado. Como cuando éramos niños, el tío de Yoongi
solía llevarnos a acampar. En el campamento había un lago con todos estos
pescados nadando, todos los niños trataban de alcanzarlos. Había un pequeño y
molesto idiota que quería atrapar más peces, asi que trajo una red. Él la lanzaba al
agua una y otra vez, pero nunca pescaba un pez. Sólo los asustaba. Yo, por el
contrario, llevaba una bolsa de pan rallado. Soltaba unas pocas migajas a la vez,
una pequeña muestra. Entonces me sentaba y esperaba. Después de un minuto o
dos, todos los peces venían a mí. ¿Ves lo que te estoy diciendo?
Chico-mono asiente con la cabeza.
—Sí... —Luego se detiene—. No, en realidad. No realmente.
Esto va a ser más difícil de lo que pensaba. ¿Y lo que realmente me asusta?
¿Si Taehyung y yo morimos juntos en una ardiente colisión? Este idiota es el tercero
en la línea para criar a mi hijo.
Olvida el calentamiento global, este pensamiento es lo que me mantiene despierto
por la noche.
—Estás pensando demasiado. —Tomo un trago de cerveza—. Olvídate de las
líneas. Olvídate de las malditas bromas. Las personas no son tan complicadas. Sólo
tienes que averiguar lo que quieren oír. Entonces, díselo. Haz eso, e incluso las
piernas de los más hermosos se abrirán como el mar rojo.
Digiere mis palabras por un momento.
—¿Entonces debería decirles que voy a escuchar su cinta demo? ¿Tal vez
conseguirle un contrato de grabación?
Niego con la cabeza.
—No. Regla número uno: no hagas promesas que no puedas o no tengas la
intención de mantener. Juega directo, todo lo demás es sólo un movimiento basura.
Y es la forma más fácil de convertir a una persona casi normal en un acosadora.
Después de que el trato está sellado, si estás atrapado y necesitas una estrategia
de salida, pides su número de teléfono, pero no le digas que vas a llamar. Lo
asumirá, pero ese no es tu problema. —Tomo otro trago de cerveza—. Se trata del
momento, que se joda el mañana. Descifras lo que quiere, justo ahí y entonces.
Algunos quieren un capullo, se excitan en ser tratados como basura.
No pienses en decirme que me equivoco. ¿De dónde crees que la completa cosa de
“Los chicos buenos terminan de últimos” vino? Porque en el fondo, algunas
personas viven para el drama.
—Algunas sólo quieren un hombro para llorar, o un buen momento. Escucha lo que
dicen, observa cómo lo dicen, y demuéstrales que, al menos por la noche, eres
exactamente lo que están buscando.
Yoongi dice:
—Parece que está confundido, Jungkook. ¿Tal vez una pequeña demostración está
en orden?
—Buena idea.
Escaneo el área de la piscina y una camarera corretea por el concreto. Tiene pelo
oscuro y rizado, piel pálida con un toque de pecas. Llena su uniforme bien, una
blusa blanca atada con un nudo en la cintura, alta y unos apretados, pantalones
negros cortos que lucen como si fueron robados de Hooters y tacones negros.
Bingo.
La señalo.
—¿Qué opinas de ella?
Namjoon comenta:
—Yo se lo haría.
Park está de acuerdo:
—Sí. Es linda.
Ondeo mi mano y llamo a la camarera. Con libreta y pluma lista dice:
—Hola, chicos, ¿qué puedo hacer por ustedes?
Nunca entenderé por qué las mujeres dicen cosas como esas. Traten de pensar
como un hombre, por amor de Dios. ¿Cuándo un hombre de sangre roja oye esa
pregunta? Inmediatamente piensa en al menos ocho diferentes cosas que tú podrías
“hacer” para él, en unas diez posiciones diferentes.
Le doy mi sonrisa encantadora.
—¿Podrías traernos una botella de Jäger, cariño? Y cinco copas por favor. Tómate
tu tiempo, te ves ocupada. No estamos apurados.
—No hay problema. Enseguida.
Ella se da vuelta lejos y camina hacia el bar.
Namjoon la mira fijamente.
—Odio cuando se van, pero me encanta verlas irse.
Park está mirando su culo también.
Entonces lo golpeo. Slap. Para llamar su atención... y... porque es divertido.
—Enfócate. Mírala.
—¡Estaba mirando!
—No sólo su culo, mira el paquete entero.
Él me fulmina con la mirada, tocándose la mejilla. Entonces observa a la camarera.
—¿Ves cómo se está frotando la parte baja de la espalda? ¿Y secándose el sudor
de su frente? ¿Cómo cambia su peso de un pie al otro? ¿Qué crees que necesita en
este momento?
Su rostro se arruga con concentración.
Después de un minuto, no puedo resistirme.
—No te concentres tanto, podrías quemar al roedor.
Suspira.
—No sé, parece que podría necesitar una siesta.
Sonrío.
—Aún hay esperanza para ti. Una siesta estaría bien, pero no puedes darle eso. Lo
que puedes hacer es hacerla sentir importante. Valorada. Demostrarle que le
aprecias como mujer, no sólo una camarera. Las chicas comen esta mierda.
Chica camarera empieza dirigirse en nuestro camino, equilibrando una botella y
unas copas en una bandeja con una mano. Antes de que llegue, susurro una
advertencia a Park, sólo para estar seguros.
—Y ni siquiera pienses en contarle cuentos a Taehyung de que yo estoy molestando
por ahí. Esto es sólo con fines puramente educativos. No significa nada para mí.
Esa es la verdad absoluta. Es como… actuar. Yo habría sido un gran actor.
Del tipo de Broadway. Porque no importa lo que sienta un actor por su protagonista
en la vida real, cuando la cortina se levanta, él actúa.
Convincentemente.
Ella llega a nuestra mesa.
—Aquí tienen muchachos.
Mientras prepara las copas, le pregunto:
—¿Esto siempre está así de loco por aquí?
—No siempre. Hay una Convención de podólogos en la ciudad este fin de semana,
así que estamos desbordados. —Se cepilla el cabello de la cara—. Las propinas
son buenas, así que no me puedo quejar.
—Claro que sí. Todo el mundo merece renegar de vez en cuando. Soy todo oídos.
Ella sonríe y sirve nuestras bebidas.
—Mejor aún: ¿por qué no te sientas por unos minutos? Descansa. ¿Toma una copa
con nosotros? Pareces necesitarla.
Ella está tentada. Pero entonces mira sobre su hombro al hombre calvo, corpulento,
detrás de la barra.
—Gracias por preguntar, pero no puedo. A mi jefe no le gustará.
—Dulce es mi segundo nombre. —Señalo con el pulgar hacia la barra—. ¿Ese es tu
jefe?
Ella frunce el ceño.
—Es él. Harry es un negrero total.
Me paro y levanto un dedo.
—No te vayas.
Troto hacia Harry.
—Oye, tío, mis amigos y yo estamos buscando tener una copa con nuestra
camarera.
Él observa la mesa.
—¿Con Felicia?
—Sí, Felicia. —O lo que sea—. Y estamos dispuestos a pagar por su tiempo. ¿Un
descanso de diez minutos cuánto me va a costar?
—Cincuenta dólares.
—Hecho. —Dejo el dinero sobre la barra y me vuelvo rápidamente a la mesa, antes
de que el precio suba. Entonces pongo mi cara sexi.
Saco una silla y le hago señas a la camarera para sentarse.
—Todo listo.
Parece sorprendida.
—¿En serio? —Observa a Harry, quien le da un guiño, luego se sienta con
gratitud—. Vaya, ¿has convencido a Harry para darme un descanso? Debes ser
muy bueno.
Me rió malvadamente.
—Cariño, no tienes idea.
Me siento en mi silla y levanto mi copa de chupito. Todo el mundo sigue y lo
bajamos juntos. Luego sirvo otro para la camarera. Conversamos informalmente
durante unos minutos. Me cuenta sobre sus sueños de convertirse en una bailarina,
que fueron aplazados a causa de un enfisema de su madre. Escucho “oh tan atento”
y cabeceo en todos los momentos correctos.
Entonces excavo un poco más profundo.
—Eso es mucho para que una dama lo tenga sobre sus hombros. ¿Tu esposo te
ayuda?
Ella bebe su segundo chupito y sacude la cabeza.
—Sin marido.
—Un novio, ¿entonces?
—Ninguno de ellos, tampoco. ¿Quién tiene el tiempo?
Luego entrar a matar.
—¿Una gran chica como tú no tiene novio? Es una lástima. Aun así, deberías hacer
tiempo para desahogarte un poco. Soltarte. Tener un buen rato con un buen tipo.
Ella lame el alcohol fuera de sus labios.
—Consigo un buen tiempo aquí y allá. Cuando vale la pena.
¿Ves su sonrisa sugestiva? La invitación en sus grandes ojos color avellana.
Esa es la señal, me dice que ella cree que yo valgo la pena. Que si me ofrezco a
ayudarla a desahogarse en cualquier manera que puedo pensar, ella está lista para
ello.
También con esto concluye nuestra presentación del día.
Miro mi reloj.
—Los diez minutos terminaron. No quiero que te metas en problemas con tu jefe.
Parpadea.
—Oh, correcto.
Luego se levanta, pero no se va de inmediato.
—Salgo de aquí en pocas horas. ¿Van a quedarse un rato? —Nos pregunta a todos,
pero me está mirando a mí.
Le dejo ir fácilmente. Porque esa es la clase de caballero que soy.
—Desafortunadamente, no. Saldremos pronto y estamos ocupados toda la noche.
Pero fue un placer hablar contigo.
En otro tiempo, habría besado su mano por si acaso. Pero en estos días mis labios
son solo para Taehyung.
Los hombros se hunden.
—Está bien... bueno... gracias por la bebida.
—En cualquier momento, cariño. No te esfuerces demasiado.
Ella camina lejos, robando unas cuantas miradas a nuestra mesa mientras se va.
Giro mi atención a Park y extiendo mis brazos.
—Y así es cómo se hace.
Me trago mi chupito. Mi voz es tensa después de que quema en mi garganta.
—Si estuviera interesado, me quedaría un rato. Y si no se presentan otras
oportunidades, podría llevarla a su casa, follarla por unas horas y dejarla sonriendo.
Park sugiere, con una pizca de asombro:
—Sí. O puedes llevarla a tu habitación para un rapidito.
Namjoon, Yoongi y yo simultáneamente exclamamos:
—¡Noooo!
—¿Con los que vas a estar anotando? Vas a querer tomarte tu tiempo. Y, regla
número dos: siempre ten una ruta de escape. Nunca lleves a nadie a tu casa. Podría
tomar una carretilla elevadora para sacarlos.
Namjoon se estremece.
—Una vez tuve que llamar a la policía. Y cuando la sacaron, la mujer todavía se
aferraba a las sabanas de mi cama. Ese es un error que haces sólo una vez.
Park asiente con la cabeza.
—Lo haces parecer tan fácil.
—Echar un polvo se supone es fácil —le dije—. Ninguno de nosotros estaría aquí si
no lo fuera. Dios les dio a los hombres unos instintos, incluso a ti. Relájate y deja
que te guíe.
Lo palmeo en la espalda. Más duro de lo que debo.
—Ahora, joven Skywalker, tu formación está completa. Esta noche, vas a convertirte
en un Jedi.
Sonríe.
—Genial. Gracias, hombre —Luego señala con el pulgar hacia el baño—. Tengo
que ir al baño.
Namjoon se levanta.
—Y yo veo a una nueva dama afortunada. Volveré.
Después de que se van, los ojos de Yoongi queman un agujero en mi cara.
Le devuelvo la mirada.
—¿Qué?
—Hace unas horas apenas podías soportar estar en la misma habitación con el
hombre, y ahora le estás dando consejos sobre cómo conseguir una follada. ¿Por
qué realmente lo ayudas, Jungkook?
—Yo soy un chico amable.
Sigue mirándome fijamente, esperando que me explique.
—Y… si Park está ocupado con su propio coño, pene, lo que sea... estará lejos de
Taehyung. La cabeza de Yoongi rueda atrás con un gemido.
—Amigo, ¿todavía estás obsesionado con eso? Déjalo, hombre.
—¿No escuchaste la misma canción que yo?
Su voz se levanta con exasperación.
—¿Joder entonces qué? Era una canción. Taehyung se está casando contigo,
tienen un hijo juntos. —Ahueca sus manos alrededor de su boca como un
megáfono—. Supéralo.
Froto la parte posterior de mi cuello.
—Lo hago. Lo he superado. Pero cuando lo veo... cuando los veo juntos, me vuelve
loco.
—¿Por qué?
—Porque creo que él todavía tiene sentimientos por Taehyung.
—Otra vez, ¿por qué?
Rechino mis dientes. Y aprieto las manos. Cuando abro la boca, la verdad sale
agitadamente.
—Porque yo nunca lo dejaría ir, Yoongi. Jamás. Pase lo que pase, sin importar lo
que yo haga, seguiría esperando, intentando, hasta que Tae vuelva a mí.
Yoongi asiente con la cabeza compasivamente.
—Y es por ello que tú te estás casando con Taehyung, y Park no. Porque él fue
capaz de dejarlo ir. No era el tipo de relación para siempre, era la clase de-justo
ahora. Y él lo supero. Es de la misma forma para Taehyung. Así que deja de
torturarte, y al resto de nosotros, y sólo disfruta malditamente de ello. Ganaste. Él es
tuyo.
Pienso en sus palabras por un momento. Y entonces me encojo de hombros.
—De cualquier manera, no hay daño, no hay falta. Tengo tranquilidad, Park
consigue unas líneas para ligar actualizadas y Taehyung estará agradablemente
sorprendido de que yo no estoy saltando a la oportunidad de enterrarlo en una
tumba poco profunda. Todo el mundo gana, ¿no?
Yoongi asiente con la cabeza pensativamente y se acaba su bebida.
Sobre el sistema de altavoces, el socorrista llama a nuestro número de equipo, y
nos alistamos para clavar el juego.

CAPITULO 8
Para el momento en que nos dirigimos de nuevo a la villa —como los campeones de
voleibol de agua que somos— la tarde se ha deslizado en la oscuridad. Es mi
momento favorito del día. El sol se pone y el aire huele a verano, una mezcla de
tierra, cloro y hierba recién cortada. Utilizo mi tarjeta en la puerta de seguridad que
rodea la casa y camino hacia la puerta principal.
Algo en la ventana llama la atención de Namjoon, y se congela.
—Qué demonios. . .
Sigo su mirada a través de la ventana. Veo a los chicos en la biblioteca, sentados en
una formación circular en sillas arrastradas desde el comedor. Llevan largas batas
satinadas de color rosa. En el centro del círculo se encuentra una rubia alta, de unos
cincuenta años en un atuendo de dominatrix de cuero. Es algo caliente —como una
prostituta mayor, que
ha-estado-alrededor-del-bloque-y-su-coño-probablemente-es-tan-grande-como-eltún
el-Lincoln.
Susurro emocionado:
—Fiesta de la diosa.
¿Ves? Los sueños se hacen realidad.
Yoongi levanta el puño.
—¡Sí!
Como el SEAL Team Six, sigilosamente invadimos la villa de uno a uno. Una vez
dentro, nos alineamos —estilo tótem— delante de las puertas dobles de caoba de la
biblioteca. Sin hacer ruido, abro la puerta sólo un poco. Sólo lo suficiente para ver y
escuchar. En una mano, la dominatrix sostiene un mini vibrador purpura, en la otra,
un mando a distancia correspondiente.
—A este lo llamamos el Maestro. Insertas el vibrador en tu ropa interior, y tu
caballero toma posesión del controlador. Es silencioso y discreto, pero poderoso.
Con el mando a distancia, se puede alternar la velocidad y la presión a su
discreción. . . .
Yoongi susurra:
—Tengo que conseguir uno de esos.
Murmuro:
—Voy a conseguir cinco. —Me imagino que nuestras reuniones semanales de
personal en la sala de conferencias van a tomar un nuevo significado.
La dominatrix continúa:
—Y ahora, continuemos nuestra instrucción oral. Sus bananas, por favor.
Al instante y sin vergüenza, cada uno de los chicos recoge un gran banano que ha
estado descansando en su regazo. Y lo ponen en su boca.
Santa María, Madre de Dios.
—Recuerden que deben relajar la mandíbula... respirar cuando lo saquen. Cuidado
con sus dientes...
Mis ojos están pegados a Taehyung mientras la banana se desliza suavemente
dentro y fuera de entre sus perfectos labios rosados. Estoy tan excitado, que puedo
enterrar unos clavos en un dos por cuatro con mi polla. Quiero decir, he estado
donde esa banana está muchas veces antes, pero hay algo acerca de ver a
Taehyung darle cabeza desde este punto de vista que es una locura erótica. Es
como. . . porno en vivo.
—Usen su otra mano. Los testículos son el hijastro olvidado de los genitales
masculinos. Amasen, masajeen, acaricien, ellos también necesitan su amor.
Sí. Sí, lo hacen.
En voz baja, Namjoon pone en palabras lo que todos están pensando.
—¿Alguien más está a punto llegar en su traje de baño? Esto es... esto es como
todas las fantasías que he tenido todo en uno.
No puedo evitar estar de acuerdo.
—Yo también, excepto la parte sobre mi hermana estando allí. Y Jimin.
Yoongi está insultado.
—Oye, mi esposo es magnífico.
¿Quieres saber qué más es magnífico? Una pantera negra, deslizándose a través
de un valle, apunto de matar. Eso no significa que quiero montar una.
Arranco mis ojos del show y miro a Yoongi.
—Tu esposo es un psicópata. Yo no lo cogería con tu polla. Probablemente se meta
algún tipo de trampa explosiva de mierda y empuje hojas de afeitar por su ano para
tratar de cortar mi polla.
¿Fue demasiado crudo?
—Eso es una cosa jodida que decir.
Escoge una conspiración, cualquier conspiración —el asesinato de JFK, el Área 51.
..
—La verdad suele serlo.
El código de hombres restringe la cantidad que puedes burlarte de la pareja de un
amigo. Hay una línea imaginaria. ¿Y si la reacción de Yoongi es alguna indicación?
Acabo de cruzarla. Aterriza un golpe furioso en mi pierna derecha. En el punto por
encima de mi rodilla y un eco de dolor sube y baja por mi fémur.
—¡Ay! ¡Maldita sea!
Cambio mi peso a la otra pierna para evitar caer, pero piso la mano de Park y creo
un efecto dominó no tan silencioso.
—¡Oye! ¡Esos son mis dedos, imbécil!
—¡Amigo, deja de empujar!
—¡Cállense de una puta vez, no puedo oír!
—¡Estás arruinándolo!
—¡Joder, deja de pegarme!
Sabes lo que va a ocurrir a continuación, ¿no? Si, la puerta se abre. Y los cinco de
nosotros caemos en la habitación como una pila —parecido a un choque en cadena.
Por supuesto.
Hay un jadeo colectivo por nuestra intromisión, el tipo de sonido que un bañista
haría después de ser rociado con un cubo de agua helada. Mientras tanto, la
pila-de-hombres hace todo lo posible por desenredarse.
—OmpF...
—Ow..
—¡Quita tu rodilla de mis bolas!
—¡Quita tus bolas de mi rodilla!
Soy el primero en recuperarse. Me elevo a mis pies y destello a los chicos y chicas
una sonrisa gallarda.
—Hola. —Levanto mis manos con las palmas hacia fuera—. Perdón por la
interrupción. Adelante, finjan que ni siquiera estamos aquí.
Pero el hechizo de lujuria se ha roto. Con una mirada significativa, Jimin pela su
plátano, luego toma un gran y fuerte mordisco.
Me estremezco.
Mi hermana resopla:
—Están de vuelta antes de tiempo.
Erin continúa analizando el control remoto del vibrador. Taehyung es el único que
pareciera no haber sido perturbado por nuestra llegada. Él se inclina hacia atrás en
su silla y me mira soñadoramente, sus ojos oscuros grandes y brillantes.
Entonces suspira.
—Hola, cariño.
—Hey, cariño.
El resto de los chicos ahora están de pie, y Namjoon se acerca a la dominatrix,
quien está ocupada empacando su traviesa parafernalia.
Su línea es un cruce entre James Bond y Rico Suave.
—Kim. Kim Namjoon. Si estás en necesidad de un asistente o un modelo para
demostrar la técnica correcta... Sería un honor para mí cumplir esa función. Estoy
disponible hasta mañana por la noche. —Él extiende su tarjeta y susurra—.
Llámame... el número de teléfono está en la parte posterior.
Ella lo mira de arriba abajo con aprecio, manoseando la tarjeta con una uña roja.
—Voy a mantener tu oferta en mente.
Pero Yoongi, como yo, no está listo para que la fiesta termine.
—Espera, no tienes que irte ahora.
Jimin se levanta y sostiene una revista en alto.
—Tengo un catálogo, Yoongi. Veámosla juntos en nuestra habitación, puedes hacer
una lista para Navidad.
Sus ojos lo siguen mientras sale, entonces él corretea tras Jimin como un perrito
que persigue un hueso. Erin anuncia que va a tomar una siesta, y mi hermana y
Seung desaparecen sin decir una palabra el uno al otro, o a cualquier otra persona.
Mis ojos nunca dejan a Taehyung. Sólo han pasado un par de horas. . . pero aun
así. . . Lo extrañaba.
—Te ves relajado —comento—. ¿Tuviste una buena tarde?
Taehyung se levanta y roza con sus palmas mi pecho y hombros, sintiéndome.
—Fue agradable. Pero sé cómo hacer que sea aún mejor. —Tae envuelve sus
brazos alrededor de mi cuello y desliza su lengua alrededor de mi oreja. Es suave al
principio, burlón. Luego se sumerge en el interior con la cantidad perfecta de presión
para hacer que mis rodillas quieran ceder.
Cada tipo tiene un lugar. Un lugar muy sensible que, al ser estimulado, va derecho a
su polla. Para algunos, es el cuello o el estómago. Para algunos monstruos son los
dedos de los pies. ¿Pero para mí? Son mis oídos. Taehyung lo sabe.
Succiona suavemente el lóbulo de mi oreja, sus manos moviéndose por mis
costados a la parte trasera, antes de apostarse en mi culo con un apretón firme. No
me quejo, este soy yo aquí, un pequeño apretón en el culo nunca es una mala cosa.
Pero Taehyung generalmente está en el lado conservador. Menos abierto con sus
avances sexuales, especialmente cuando otras personas están cerca. Inclino mi
cabeza hacia atrás para mirarlo a la cara. Su sonrisa es perezosa, y ¿no dije que
sus ojos estaban brillantes? No es así. Están vidriosos. Hay una diferencia.
—¿Has estado fumando el alijo de la entrepierna de Park?
Se muerde el labio. Culpable de los cargos. Levanta dos dedos, pellizcándolos
juntos, y cierra un ojo.
—Sólo esto. —Entonces me da una mirada inocente, adorable—. ¿Estás enojado?
Como he dicho antes, no estoy en las drogas. No son sólo un vicio —son una
muleta. Un soporte químico para las personas de mente débil que no pueden hacer
frente a la mierda que todos los días da la vida. Pero no es como que Taehyung
está tomando los pequeños ayudantes de mamá tres veces al día. Desde que lo
conozco, se ha drogado exactamente dos veces —ambas ocasiones con Jimin,
mientras que los cuatro de nosotros estábamos de vacaciones juntos. Taehyung no
compra o siembra su propio material. Ciertamente no se droga alrededor de nuestro
hijo.
Así que si quiere descansar y fumar una vez en una luna azul, yo no voy a ser el
idiota arrogante que le da mierda por ello.
—Por supuesto que no estoy enojado.
Su sonrisa crece.
—Oh. . . eso es bueno. Porque no tengo planes. . . planes que requieren que no
estés enojado. —Se ríe maliciosamente—. Bueno. . . tal vez un poco enojado
estaría bien.
Luego presiona sus labios a mi cuello, chupando, besando y gimiendo suavemente.
¿He mencionado que la hierba hace que Taehyung se excite? Oh, sí, lo hace.
Lo cual es otra razón por la que estoy perfectamente feliz con su condición actual.
Lo levanto en mis brazos, estilo princesa. Él chilla. Entonces le digo a Namjoon:
—Vamos a estar en nuestra habitación. No toques en la puerta a menos que el lugar
está incendiándose.
Ahora que la diosa anfitrión ha dejado el edificio, Namjoon se siente necesitado.
—¿Pensé que íbamos a jugar Xbox?
—Los planes cambian. —Giro y hago mi camino hacia nuestra habitación.
—Eso no está bien, hombre. Hermanos antes... —Mi mirada lo interrumpe.
Debido a que no hay manera de que lo deje terminar la frase cuando él está
hablando de mi prometido.
Toma la indirecta.
—Bien. Pollas antes que chicos, entonces.
—Es posible que desees volver a pensar eso. Porque mientras estás aquí afuera
jugando con Park, voy a estar allí, con Taehyung. No hay competencia, amigo.
Camino a través de nuestra puerta y la pateo hasta cerrar detrás de mí.
Entonces dejo a Taehyung en sus pies, ahueco su cara con las manos y lo beso
hasta dejarlo sin aliento. Tiro de la bata rosa por su brazo, dejando al descubierto la
cremosa carne de su hombro. Saboreo con mi lengua, y luego lentamente hago mi
camino hasta su cuello.
Su cabeza rueda a un lado con un gemido. Mis manos hacen un rápido trabajo con
la bata y sus calzoncillos, deslizándolo fuera del cuerpo de Taehyung en una pila de
raso alrededor de sus pies. Después de besar sus labios profundamente por última
vez, me arrodillo delante de él, disfrutando de la vista de su hermosa desnudez.
Es perfecto. No me debería sorprender, sé cómo se ve. Pero aun así, cada una de
las visiones la cintura plana de Taehyung, sus tonificadas piernas, y su esponjoso
trasero me acelera como un niño que consigue su primer vistazo de porno.
Porque él es mío. Porque es increíble. Porque me quiere tanto como yo lo quiero. Y
esta es la forma en que se supone que es —la forma en que se supone que se
siente. La forma en que siempre lo hará— una intensa bruma de lujuria y calor y
adoración.
Sus pesados párpados miran hacia abajo mientras me inclino hacia delante y beso
la piel alrededor de su polla. Su piel está completamente lisa y suave, recién
encerado. Taehyung se aleja un poco ante el contacto.
—¿Sensible? —pregunto.
Es en momentos como este que estoy particularmente sorprendido del esfuerzo que
le pone Taehyung. Debido a que afeitarse con una maquinilla eléctrica es una cosa.
¿Arrancar los vellos con una gran cantidad de cera caliente? No, gracias. Suena
como una maldita técnica de tortura, ¿no es así?
Aunque los resultados son impresionantes.
Él exhala.
—Sólo un poco sensible.
—Voy a ser cuidadoso.
Ahueco su culo y atraigo su polla a mi boca. Le acaricio con mi lengua como un
artista acariciando un lienzo fresco. Lentamente al principio. Entonces más
profundo, con más presión y más propósito. Y estoy abrumado por la textura, la
vista, el gusto y el aroma. Es una sobrecarga sensorial sublime.
Los santos pueden conservar el cielo, porque este lugar entre las piernas de Kim
Taehyung es malditamente mejor. El paraíso en la tierra.
Nos detendremos aquí por un segundo. No queremos arruinar el ambiente, pero
deberíamos hablar de un tema “muy especial”. Un tema que la juventud masculina
de hoy está trágicamente mal informada. Me gusta llamarlo la astuta lingüística.
Puedes saber cómo es ir abajo. Comer en la Y. Saborear mofeta. Tener un
almuerzo en caja. El punto es, hacer una mamada es una habilidad adquirida. Toda
esa mierda de hacer-el-alfabeto-con-tu-lengua es para idiotas perezosos que no
pueden encontrar un punto G con una maldita linterna y un dispositivo de
navegación.
Hay que perfeccionar tu arte —desarrollar tu técnica. Es muy parecido al…
baloncesto. El hecho de saber los movimientos correctos no es una garantía de que
vas a anotar. Porque tienes que saber con quién estás jugando— el tipo de
movimientos en los que están incompletos. Demasiada atención a un glande
sensible mata el impulso. Insuficiente atención y el chico estará revisando su reloj
pensando, ¿no ha terminado todavía? El lenguaje corporal es crucial. Leer las
señales, tomar las pistas.
Por el momento, la polla de Taehyung está goteando, húmedo deseo aferrándose a
sus muslos. Y es jodidamente glorioso. Las personas nunca deben avergonzarse de
estar excitadas. Incluso si te corres como una pistola de agua de alta potencia o un
chorro del Viejo fiable, orgullezcanse. Los chicos lo aman.
Porque no puede ser fingido.
Para algunos, cada jadeo, arañazos, y chillido pueden ser sospechosos. ¿Está
realmente llegando? ¿O simplemente está cansado de ser clavado? Pero sentir, ver,
ese húmedo deseo le dice a los hombres que en realidad estás en ello. Que están
haciendo las cosas bien. Y eso hace que nosotros queramos hacerlo más.
Ahora que mi buena obra del día está terminada, regresemos al dormitorio.
Las caderas de Taehyung comienzan a girar contra mi cara. Mis manos ayudándole.
En algún punto mi otra mano se ocupó de su agujero, penetrándolo con mis dedos.
Él recuesta su torso hacia atrás contra la pared. Sus respiraciones salen más rápido
y su rostro se vuelve hacia arriba. Sus ojos se cierran. Luego viene la explosión.
Taehyung coge la parte de atrás de mi cabeza, sosteniéndome en su lugar mientras
muele en mi contra. Abre la boca, pero ningún sonido sale. Jodidamente precioso.
Después de un minuto, su agarre se afloja, y sus ojos se abren. Me mira con una
sonrisa de satisfacción, y yo beso un camino por su cuerpo mientras me levanto.
Sus brazos flácidos suben lentamente hacia arriba y alrededor de mi cuello, y justo
antes de que presione su boca a la mía, susurra:
—Tan bueno.
Pensaba lo mismo, pero siempre es bueno escucharlo. Mientras él me besa,
mis manos encuentran su culo de nuevo. El culo de Taehyung me recuerda al
peluche favorito de un niño. Una vez que está a mi alcance, me parece que no
puedo dejarlo ir.
La arrastro hasta mi cuerpo y sus piernas se encierran alrededor de mi cintura.
Ahora que he conseguido hacer llegar a Taehyung, mi plan es retrasar las cosas.
Tomo nuestro tiempo. Porque una vez que tienen niños, el tiempo nunca es tu
amigo. Incluso en la oscuridad de la noche, siempre hay una idea, una puta
posibilidad, de que el tiempo se acabará. Pero ese no es el caso ahora. Jihoon —a
quien amo con todo lo que soy— es el problema de mis padres.
Tengo la intención de sacar el máximo provecho de ello. Al pasar las próximas
horas haciendo todas las divertidas y traviesas cosas —ruidosas— que no me
arriesgaría a hacer cuando él está cerca.
—Te debo un masaje —le susurro.
Pero Taehyung tiene otras ideas. Él se agacha entre nosotros y saca mi polla dura
como una roca fuera de mis pantalones cortos de natación. Acaricia con pericia,
hasta que mis ojos se cruzan.
—Puedes darme un masaje más tarde. Necesito que me folles en este momento.
Cristo. Me encanta cuando se pone mandon. Con una mano, empujo mis
pantalones cortos el resto del camino. Con la suficiente dilatación está listo.
Entonces nos alineamos y me deslizo lentamente adentro.
—Maldita sea. —Su cuerpo se hincha a mí alrededor. Tomándome y sosteniéndome
apretado.
Puede sonar estúpido —demasiado romántico— decir que el cuerpo de Taehyung
fue hecho para el mío. Pero eso no lo hace menos cierto. Mis caderas tiran hacia
atrás, y sus músculos se aprietan más duro, sin querer dejarme ir. Empujo más
profundo hasta que el culo de Taehyung golpea la pared detrás de él. Bombeo
dentro suyo con movimientos cortos y duros, golpeando contra la pared en un ritmo
de tambores. Jadeamos y gemimos juntos —maldiciendo y tatareando— con cada
embestida.
No es suave. O silencioso. Somos lo suficientemente ruidosos como para que el
resto de la casa nos escuche. Diablos, somos lo suficientemente ruidosos como
para que Indonesia nos oiga. Sosteniéndolo contra mí, me doy la vuelta así mi
espalda está apoyada contra el marco de la puerta del cuarto de baño. Lo levanto
arriba y abajo sin problemas. Mi brazos tensos con la acción, y una capa de sudor
cubre nuestra piel.
Entonces tomo unos pasos en el cuarto de baño, hacia el lavado. Lo apoyo en la
parte superior, golpeando unas botellas de perfume y cremas para la cara al suelo.
Lo beso profundamente, y su lengua baila contra la mía. Taehyung se aleja y agarra
mis caderas con sus manos, asumiendo el ritmo.
Gime, suplica y ordena:
—Lento.
Hago como él me ordena, girando mis caderas en círculos lentos sensualmente.
Chocando contra él, acercándonos a ese poderoso pináculo con cada aliento que
tomamos.
—Mierda. . . —siseo, porque se siente demasiado bueno para no hacerlo.
—Jungkook. . . —él responde con un conmovedor gemido.
Las piernas de Taehyung tiemblan, se sacuden bajo mis firmes manos. Me muevo
más rápido, bombeando contra él más duro, ávido de la sensación de sus apretados
y calientes músculos pulsantes y su contracción a mí alrededor. Con su mano
masturba su polla, gimiendo de forma más ruidosa, mientras empareja el dar y
recibir de mis caderas con las suyas.
Entonces se aferra a mí, pecho a pecho: sus dientes mordiendo mi hombro mientras
grita.
—Sí. . . Sí. . .
Cuando has tenido tantos orgasmos como yo, ellos tienden a mezclarse entre sí,
formando una feliz memoria general. Pero de vez en cuando, uno se destaca del
resto. Es un momento en el que pensaré más tarde, reviviéndolo en mi próximo viaje
de negocios cuando la masturbación es mi único recurso.
Este es uno de ​los​ orgasmos.
Éxtasis rasga a través de mí como un misil submarino desgarrando el océano. Me
inclino hacia delante sobre Taehyung, apretándolo contra mí. Tratando de
acercarme y absorber cada gramo de felicidad que me está dando. Creo que grito
su nombre, pero no estoy seguro.
Momentos después, después de que el sonido de mi sangre golpeando en mis
oídos ha disminuido, miro los ojos sonrientes de Taehyung. Él empuja mi pelo
húmedo fuera de mi frente. Entonces besa el tatuaje del nombre de nuestro hijo en
mi pecho.
Y me abraza, sosteniéndome, descansado su mejilla contra mi corazón.
—Te amo, Jungkook.
Debe ser raro tener esas palabras dulces y tiernas acciones después de la áspera y
cruda follada que acabamos de disfrutar. ¿Pero para nosotros? Nada raro en ello.
Para nosotros, es perfecto.

CAPITULO 9
Finalmente le doy a Taehyung el masaje. No es que lo necesitara, relajado como
estaba, pero frotar aceite de bebé caliente en el cuerpo de Taehyung es mi idea de
un buen tiempo. No hace falta ser un genio para darse cuenta de cómo las cosas
fueron a partir de allí. Razón por la cual, por el momento, Taehyung está fuera de
combate en la cama.
Lo dejaré dormir veinte minutos más o menos antes de tener que despertarlo.
Porque es bien sabido que Tae tarda una eternidad y un día para prepararse para
una noche en la ciudad. Salgo de la habitación a la cocina, en busca de algún
alimento. Un hombre no puede vivir únicamente de sexo, tan genial como esa idea
sería. La casa está en silencio. Namjoon y Park probablemente salieron para
escapar de los sonidos de golpes y sexo a su alrededor.
Me hago un sándwich de pavo con pan de centeno en la cocina, y luego miro a las
puertas del balcón y descubro a mi hermana. Sentada sola en el patio de ladrillo
privado en la parte trasera de la villa.
Mentalmente sacudo la cabeza y paso a través de las puertas. Jaehwa me mira
rápidamente, luego gira sus ojos hacia el follaje que rodea el patio.
Abandonada no es una mirada que estoy acostumbrado a ver en mi hermana. Es
inquietante.
Me siento en la silla de césped junto a ella y pongo mi sándwich en la mesa.
Debo comenzar amablemente. Sin acusar. Considerado. Debería ser diplomático.
—¿Qué demonios, Jae?
Ella toma un sorbo de la copa de martini en su mano antes de colocarla en la mesa.
—Vete, Jungkook. Me gustaría estar sola.
—Me gustaría comprar una isla privada en el Pacífico Sur y nombrarla Kookland,
pero eso no va a suceder a corto plazo. No siempre podemos tener lo que
queremos.
Cojo la copa llena con un brebaje color rosa y olfateo. Mi cabeza se sacude de
nuevo y mi nariz se arruga. Lo que sea que mi hermana ha estado bebiendo huele a
amoníaco afrutado, con aroma de fresa batida con orines.
—Si vas a envenenar tu cuerpo, por lo menos ten la decencia de utilizar una toxina
premium de marca. —El licor barato está estrictamente reservado para los
borrachos y los universitarios que no conocen nada mejor.
Su rostro es impasible. Sombrío y triste. Ella niega con la cabeza ligeramente.
—No entiendes.
Lanzo su bebida sobre la hierba.
—Resiento eso. Tendré, sabes que yo entiendo todas las perspectivas, hombre,
mujer o niño. Dios y yo somos muy parecidos en esa manera. —Hago una pausa
por un segundo y mi voz se suaviza—. ¿Qué pasa, Jaehwa? Sea lo que sea, tal vez
puedo ayudar.
Su tono es plano. Sin vida.
—Seung se va a divorciar de mí.
Resoplo.
—Con la forma en que has estado actuando últimamente, yo no lo culpo.
Preparo mi mano para bloquear el cristal que estoy bastante seguro está a punto ser
arrojado en mi cara. Pero nada es tirado a mí. En vez de eso, algo más impactante
—más horripilante— pasa.
La perra se cubre el rostro con las manos y solloza en ellas.
Trago saliva. Luego miro a mi alrededor. A la espera de que la basura de Ashton
Kutcher salte y grite: “¡Punked!” Porque Jeon Jaehwa no es una llorona. Ella es un
hacedor, arregla cosas.
Y a lo largo de la historia de la humanidad, el llanto nunca ha arreglado una mierda.
Tartamudeo. Y hago la segunda pregunta más estúpida jamás.
—​¿Estás. . . estás llorando?
En mi cabeza hace eco la voz de Tom Hanks: “¡No hay lágrimas en el béisbol!”
¿Acaso Cleopatra lloro cuando Egipto fue saqueado? ¿Acaso Juana de Arco lloro
cuando la Iglesia Católica la llamó bruja? Son homólogos de mi hermana.
Jaehwa niega con la cabeza, pero las lágrimas siguen fluyendo.
—Es mi culpa. Le he empujado lejos. He sido miserable para estar alrededor. Lo he
tratado terriblemente.
—Bueno, si sabes eso, ¿por qué no solo. . . te detienes? —Parece sencillo,
¿verdad?
Equivocado.
—No puedo evitarlo. Estoy tan triste. Y enojada. No es justo. ¡Soy demasiado joven
para ser una ciruela seca!
Ahora realmente está yendo a ello. Sollozando y moqueando por todo el lugar. Yo
no tengo un pañuelo de papel, así que me quito la camiseta, incluso aunque es una
de mis favoritas y se la entrego. Jaehwa sopla su nariz en ella.
Suena como un ganso muriendo.
A pesar de que no tengo ni puta idea de lo que está hablando, sé que tengo que
decir algo.
—Bueno. . . las ciruelas tienen su utilidad. Hace unos meses, las tuberías de Jihoon
estaban tapadas. Y nosotros lo alimentamos con unos pocos de esos chicos malos
e hicieron el truco. Fue como un limpiador comestible, aclaro todo. Las ciruelas
pasas son geniales.
Ella se detiene. Y me mira con perplejos ojos enrojecidos.
—¿De qué demonios estás hablando?
—¡No tengo ni puta idea! Estoy tratando de ser reconfortante.
—Bueno, es una buena cosa que no te busque por confort a menudo. ¡Apestas en
ello! —Ella vuelve a berrear en mi camiseta.
Me pellizco el puente de la nariz y respiro profundo. Vamos a intentar de nuevo.
—Dijiste que estabas enojada. Triste. ¿Por qué estás enojada y triste, Jaehwa?
Se seca la cara y habla rápidamente.
—Yo podía poner mi reloj con mi periodo. Cada veintisiete días en punto. Así que
cuando no llegó, pensé, Oh, mierda, ¿sabes? Y a pesar de que la prueba dio
negativo, asumí que era demasiado temprano. Así que fui al doctor y estaba tan
segura de que iba a decirme que estaba embarazada. Y a pesar de que no fue
planeado, empecé a acostumbrarme a la idea de otro. Estaba emocionada. Pero
entonces. . . entonces él me dijo que no estaba embarazada.
Una bola fría de hielo se asienta en mi estómago.
—No estás. . . no estás enferma, ¿verdad?
Ella niega con la cabeza.
—No. No estoy enferma. —Toma una respiración profunda—. Él dijo que es la
menopausia. Menopausia de aparición temprana. No puedo tener más hijos nunca.
Soy infértil.
Llora en silencio durante un minuto.
Froto su hombro suavemente.
—¿Tu y Seung querían muchos más niños?
Su frente se surca levemente.
—Bueno. . . no. Siempre habíamos planeado dos. Después del nacimiento de
Minjoon, yo incluso hablé con Seung de conseguir una vasectomía. Él no estaba
interesado en la idea.
Trato de entender el problema. Cuando fallo, pregunto:
—Pero, si no querían tener más hijos, entonces ¿por qué estás tan devastada por
no poder tener más hijos?
—¡Porque soy una mujer, Jungkook! Creamos vida. Nutrimos, eso es lo que
hacemos.
Nop, todavía no lo entiendo.
—Pero eso no es todo lo que hacen. Quiero decir, Jesús, Jaehwa, no es como que
tu fueras Handmaid’s Tale criando aquí. ¿Qué si la cesta de huevos está vacía?
Gran cosa. Tienes dos hermosos hijos, sean felices con ellos. Tal vez esta es la
manera natural de decirte que no debes tener más. He visto lo que el embarazo le
hace a tu cuerpo. No es bonito.
Ahora ella me está fulminando con la mirada. Lo cual es una buena señal.
Una Jaehwa cabreada la puedo manejar.
—Estoy contenta con los dos que tengo. Es sólo. . . tener la opción de tener más era
agradable. . . aunque nunca lo hiciera. Me siento. . . engañada. Y vieja.
Tengo el interior de una mujer de sesenta años de edad, Jungkook. ¿Cuánto tiempo
antes de que el exterior refleje eso? ¿Y has mirado a Seung últimamente? Cada año
se pone más guapo, más distinguido. ¡Pronto alguna bimbo caza fortunas va a tratar
de poner sus garras en él, y él va a tener que cargar con una esposa que se parece
a Barbara Bush!
Ella entierra su cara en mi camisa de nuevo, y no puedo evitar reír. Sólo un poco.
—Jae... no eres Barbara Bush. Yo diría que es más de la variedad de Christie
Brinkley. Y, además, Seung te ama. A ti. No a tus malditos ovarios. Eres la perra
jefe centro de su universo. Siempre lo has sido. Cuando el resto de nosotros nos
estábamos masturbando con pensamientos de la Hermana B, Seung estaba
masturbándose con pensamientos de ti. —Y no creo que me sienta cómodo
sabiendo eso—. Nunca te cambiaría por una bimbo flacucha que sólo está
interesada en el tamaño de su cuenta bancaria. Seung es demasiado inteligente
para eso.
Ella levanta la mirada. Casi esperanzadoramente.
—¿Cómo te sentirías si Taehyung te dijera que no puede tener más hijos?
Me tomo un momento para reflexionar. Para imaginar las posibilidades.
—¿Si Taehyung me dijera que puedo follarlo todo lo que quiera y nunca
preocuparme por embarazarlo? Yo haría lo giga irlandesa por la jodida Quinta
Avenida. Sería como Navidad todos los días. No más PMS, no más abstención de
tres a cinco días cada mes. . . ¿a menos que tu dejes a Seung vadear en la marea
carmesí? Lo cual, si lo haces, por favor miénteme.
Sexo durante el periodo es una ofensa para muchos. Lo cual nunca voy a entender.
Somos cazadores, damas. Nos gusta la sangre. Es parte de la razón que las
películas de acción y de guerra tengan tanto de ella. No creemos que sea
asqueroso. No creemos que sea sucio. Es sólo. . . más lubricación.
No me mires así. Sólo estoy siendo honesto.
Las lágrimas casi se han secado. Jaehwa moquea e hipa.
—Pero ¿no quieres más hijos?
—Claro, quiero más. Jihoon es el mejor. Tendría veinte con Taehyung. En teoría. La
realidad es una historia diferente. Los niños son difíciles.
Jaehwa asiente.
—Necesitas hablar con Seung. Estás torturando al chico. Es un castigo cruel e
inusual.
—¿Qué pasa si me mira de forma diferente?
—No lo hará.
—¿Cómo puedes estar seguro?
Me inclino hacia delante y trato de encontrar las palabras adecuadas.
—Porque. . . porque ¿cuándo Taehyung estaba embarazado de Jihoon? Él era tan
grande como una casa, y yo todavía quería follar cada pedacito suyo tanto como
quiero en este momento. ¿Porque cuando lo miro? Solo veo a Taehyung. . . el
hombre que entró en mi vida hace cinco años y mandó todo a la mierda. Quién me
sacudió, me dio vuelta al revés, y me hizo. . . más. ¿Así que incluso cuando se
ponga arrugado o gris? Todavía va a ser Taehyung. Todavía me hará reír y
enloquecer. . . y todavía me amará más de lo que merezco. Y sé que Seung siente
lo mismo por ti.
Jaehwa se seca los ojos con mi camisa por última vez. Empieza a parecerse más a
sí misma.
—Así que. . . ¿estás diciendo que estoy haciendo un drama más grande de lo
necesario?
—Te estoy diciendo que si le cuentas a Seung, no se sentirá tan grande nunca más.
Ella me da una pequeña sonrisa.
—Tienes razón. Sé que tienes razón. Voy a hablar con él esta noche.
—Bien.
Jaehwa se pone de pie, se inclina, y me abraza. La abrazo de regreso, haciéndole
saber que estoy aquí para ella. Para escuchar y darle una patada en el culo cada
vez que la rara oportunidad se presenta.
—Y que no se vaya haciendo un hábito esta cosa de desmoronarse —regaño— .
Tengo una exclusiva sobre el comportamiento autodestructivo en esta familia.
Ella se ríe y se dirige hacia la casa. Luego se detiene y se vuelve hacia mí.
—¿Oye, Jungkook?
—¿Sí?
—​¿Cuándo te volviste tan inteligente?
Eso es fácil.
—Hace unos cinco años.

***

Después de terminar mi sándwich, me dirijo de nuevo a la habitación para despertar


a Taehyung. Pero cuando llego allí, él ya está arriba y en la ducha. Cantando y
lavando el cuerpo que me obsesiona.

Nobody does it half as good as you


Baby, you’re the best

Su voz flota alrededor del cuarto de baño y hace eco en las baldosas. Es una
canción cursi —Carly Simon— de alguna película setentera de James Bond. Pero el
placer todavía se eleva desde mis entrañas y se extiende a través de mi pecho ante
el sonido. Porque tan cierto como sé que Jimin un día será admitido en un hogar
para criminales dementes, sé que Taehyung está cantando sobre mí. Doblo mis
brazos, me recuesto contra la puerta, y miro a través del empañado cristal.
Taehyung inclina la cabeza hacia atrás bajo el chorro de agua caliente. Sus pezones
sobresalen altos y orgullosos, más tentador que cualquier corista de las Vegas. Su
culo empinado, dando un vistazo del tatuaje de mariposa en su espalda baja.
Taehyung apaga el agua y sale de la ducha. Sonríe cuando me ve.
—Eh, tú. ¿Dónde has estado?
Probablemente debería entregarle una toalla. Sería la cosa agradable de hacer. Los
azulejos del baño están frescos, y si sus pezones puntiagudos son una indicación, él
tiene un poco de frio. Pero en realidad no crees que yo vaya a hacer eso, ¿verdad?
Venga.
Como si yo algún día dejara pasar la oportunidad de admirar a Kim Taehyung en
todo su húmedo, hermoso culo desnudo. Y los pezones puntiagudos son
impresionantes. Así, como la risueña, pervertida parte colegial de mí que todavía lo
es, no me muevo una pulgada cuando Taehyung se escabulle a través del cuarto de
baño y agarra una bata del gancho en la pared del fondo, luego cubre mi placer
visual favorito.
—Yo estaba en el patio con Jaehwa.
Frunce el ceño con preocupación.
—Realmente no ha sido ella misma últimamente. Espero que hable conmigo esta
noche sobre lo que está pasando entre ella y Seung.
—Estoy muy delante de ti. Todo está cuidado.
—¿Qué ha pasado?
Me meto en la ducha y enciendo el agua de nuevo a todo volumen. Entonces me
deslizo fuera de mis boxers. A pesar de la gravedad de la conversación, Taehyung
hace un poco de admiración por su cuenta.
Genial.
—Su fábrica de bebés recibió un aviso de ejecución hipotecaria antes de tiempo.
—¿Qué significa eso?
—El doctor le dijo que ella está menopáusica.
La mano de Taehyung fue a su pecho con un suspiro simpático.
—¡Pero es tan joven!
Asiento con la cabeza.
—Sí. Ella es un lío caliente por ello. Ha estado asustada de decirle a Seung, pero la
convencí de hablar con él más tarde. Van a volver a la pista.
Los ojos de Taehyung se ensanchan.
—¿Tú la convenciste para hablar con Seung?
—Sí.
—¿Cómo lo lograste?
—Habló, lloró a lágrima viva, y yo. . . la consolé. . .
Ahora Taehyung se ve confundido.
—¿Tú la consolaste?
—¿Qué eres, un maldito loro? Sí, la consolé, ¿por qué te sorprende?
Taehyung cruza los brazos sobre su pecho.
—Bueno, vamos a ver. ¿Podría ser porque tu idea de reconfortar a Jiwoo cuando su
gato murió fue decirle que no estuviera triste porque ahora Snowball estaba con
todos sus otros amigos felinos en el infierno?
Posiblemente podría haber redactado eso mejor.
—¿O tal vez es porque cuando mi madre se perdió el bautizo de Jihoon por esa
tormenta de nieve, la consolaste diciendo que cuando él fuera grande, apenas
sabría quién es ella de todos modos?
Algunas personas simplemente no pueden manejar la verdad.
—Luego estaba esa vez…
Pongo mi mano sobre su listilla boca. Sus ojos oscuros y profundos miran hacia mí
con calidez y burlón afecto.
—Lo admito, no todo el mundo es capaz de absorber mi marca particular de confort.
Pero en este caso, Jaehwa lo hizo. Gracias a mí, ella y Seung están en camino de
regreso a la felicidad conyugal. Por eso, me merezco una palmadita en la espalda.
Un trabajo de mano también sería agradable.
Taehyung estalla en risa. Envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello, presiono
su polla cubierta con la toalla contra la mía. Inclino la cabeza hacia arriba.
—Es agradable ser la pareja estable en el grupo por una vez. ¡Vamos, nosotros!
—Él sostiene una palma en alto—. Choca esos cinco.
Fulmino su mano, luego sacudo mi cabeza con desdén.
—Yo no choco las cinco. —Muevo mis dedos—. Pero si estás interesado en estos
dedos, estoy feliz de hacerlo.
Taehyung se ríe.
—Eres tan pervertido.
Le doy un beso.
—¿Por ti? Siempre. Ahora deja de intentar seducirme, y déjame tomar una ducha.
A medida que se aleja, palmeo su culo por una buena medida. Entonces me meto
en la ducha y cierro la puerta de cristal detrás de mí. Meto la cabeza bajo el agua
ardiente y dejo que el calor relaje los músculos de mi cuello y espalda.
A través del cristal un Taehyung borroso se mueve alrededor, comenzando el largo
ritual de preparación.
—Llamé a tus padres para ver cómo estaban haciéndolo los niños.
—¿Qué dijeron?
—Tu madre sonaba medio muerta, pero todos los niños sonaban bien.
Justo como lo esperaba.
Cinco minutos más tarde, estoy fuera de la ducha. Me seco y me pongo un nuevo
par de boxers. Entonces me paso hasta el lavado y aplico crema de afeitar en mi
cara. Taehyung vuelve a entrar en el cuarto de baño y está a mi lado, poniéndose
crema y un montón de cosas más. Su cabello está húmedo, pero la toalla se ha ido.
Quedando solo en calzoncillos Calvin Klein.
Son de negros con una gran banda elástica. Son con un corte alto estilo bikini y se
ve sexy-como-todo-el-infierno. Él quita la mascarilla y palmea sus mejillas mientras
le echa un vistazo.
—¿Nueva ropa interior? —Guardo un catálogo mental de todas las prendas
interiores de Taehyung, organizadas por color y estilo. Nunca he visto esto antes.
Sin duda alguna lo recordaría.
Él gira sus caderas, mostrándome las mercancías.
—¿Sí, no son lindos?
¿Lindos? No. ¿Induce erecciones? Definitivamente.
—Hay una tienda en la planta baja. Los compré antes de nuestros tratamientos de
spa.
No puedo evitar sino contemplar lo que estaba pensando cuando los compró.
Quiero decir, una tórrida noche en casa después de que Jihoon está dormido es una
cosa, un nuevo conjunto siempre hace que sea más interesante. Pero esta noche ni
siquiera vamos a estar pasando el rato juntos. Dependiendo en qué estado estemos
cuando volvamos a la habitación, tendremos suerte si incluso nos desmayamos al
lado del otro.
—Eh.
Esa sílaba le hace pararse. La mano que estaba aplicando producto se detiene y me
mira.
—¿Qué?
Sigo afeitándome.
—¿No tienes ninguna. . . otra. . . ropa interior contigo?
Su frente se arruga.
—Claro que sí. ¿No te gusta este?
Enjuago mi maquinilla de afeitar en el lavabo.
—No... está bien. Sólo pensé que tal vez podrías usar algo diferente. Algo más
blanco, algodón, más completa cobertura.
Un cinturón de castidad con triple candado también sería genial.
Su cabeza se inclina, tratando de averiguar a dónde voy con esto.
—No, Jungkook, no traje ningunas bragas de abuela conmigo.
Se burló.
Crees que estoy loco, lo sé. Pero no lo estoy. Te lo dije hace mucho tiempo yo juego
ajedrez. No sólo pienso en el próximo movimiento; pienso en el movimiento cinco
movimientos a partir de ahora. Así que no puedo evitar preguntarme ¿por qué
diablos iba Taehyung a comprar nuevos calzoncillos que harían que cualquier
hombre con la mitad de un pulso quisiera caer de rodillas delante de él? Es como. . .
cuando alguien se afeita las piernas antes de la primera cita, incluso si está usando
pantalones. Tal vez esa persona no se da cuenta, tal vez no quiera admitirlo, pero la
única razón por la que está haciendo eso es porque alguna parte de su cerebro
tiene la esperanza de follar.
—Eh.
Taehyung sólo me mira de reojo. Me seco la barbilla con una toalla de mano
mientras él termina su rutina facial. Mientras suaviza el brillo en sus suculentos
labios, no puedo dejar de hablar.
—Brillo de labios con sabor, ¿eh?
—Bueno, eso es todo. —Él pone la tapa en el brillo con un chasquido y lo deja caer
en el tocador. Luego se vuelve hacia mí rápidamente—. Tienes que detenerte.
Ahora mismo.
—¿Dejar qué? Yo no he dicho nada.
—No tienes que hacerlo. Yo sé lo que está pasando en esa desviada cabeza tuya.
Cruzo los brazos.
—¿Eso crees?
—Lo sé. Estás teniendo toda esta conversación contigo mismo acerca de por qué
compre ropa interior nueva y a quien voy a dejar que la vea. Entonces estás
pensando, ¿por qué estoy poniéndome brillo de labios con sabor? ¿Por qué no solo
brillo de labios simple a menos que yo quiera que alguien lo pruebe?
Dios, él es bueno.
—Pero la verdad es que me he comprado la ropa interior para mí. Porque tener ropa
interior nueva me hacen sentir más feliz. Y debes saber, Señor Yo Lo Veo Todo, el
brillo de labios con sabor es el único brillo que yo uso. Todos los días.
—Suenas muy defensivo, Taehyung.
—Esto no es defensivo. Esta es una reacción natural a tener que lidiar con tu
retorcida manera de ver el mundo.
Nos miramos el uno al otro durante unos segundos, con los brazos cruzados, sin
ceder un ápice. Hasta que Taehyung lo hace. Él arranca un pañuelo de la caja en la
parte posterior de la taza del baño y se limpia el brillo de sus labios. Con un tono de
sarcasmo en su voz pregunta:
—Listo. ¿Feliz ahora?
Eso debería estarlo. Quiero decir, he ganado, ¿no? Pero es un poco difícil estar feliz
cuando estás actuando como un imbécil.
—Y puesto que los calzoncillos te preocupan tanto… —desliza el trozo de algodón
por sus piernas y me lo arroja—. No voy a usarlos.
Se mueve para salir del cuarto de baño, pero doy un paso delante suyo.
—¡Vaya! Espera, detengamos esta locura para hablar por un segundo.
Sostengo la mirada de Taehyung durante unos segundos. Entonces, completamente
contrito, me hundo de rodillas frente a él.
Sus brazos todavía están doblados, pero sus ojos se suavizan. A Taehyung le gusta
que yo esté de rodillas.
—Tu punto es bien recibido.
Sus cejas se levantan con fingida inocencia.
—¿Qué sentido tiene eso?
Sonrío.
—Que debo confiar en ti. Que yo confío en ti. —Beso su muslo, antes de deslizar a
través de su pierna a Calvin Klein. Taehyung deja caer sus brazos, usando mis
hombros para mantener el equilibrio, cuando repito la acción con el otro pie. Subo
los calzoncillos por sus piernas, besando cada muslo reverentemente mientras voy.
—Cada brillo-labial-con-sabor, cada-follable-y-caliente-conjunto-cubriendo los
centímetros de ti, confío.
Taehyung sonríe indulgentemente cuando recupero el brillo y vuelvo a colocarlo en
esos perfectos labios. Los frota, luego suspira.
—Ya te dije que esta cosa de la despedida de soltero no vale la pena si va a causar
problemas entre nosotros. Se honesto si no puedes manejarlo. ¿Quieres que le diga
a Jimin que cancelemos esta noche?
¿Eso no sólo me hace sentir como el mayor coño inseguro que ha pisado la faz de
la tierra? Pero debemos examinar este momento más de cerca por un segundo.
Porque en la vida, tomamos ​decisiones​, las ​que parecen completamente inofensivas
y totalmente insignificantes.
Hasta que juegan fuera.
Sólo en retrospectiva nos damos cuenta del monumental efecto que tienen nuestras
decisiones. Es el empresario que decide ir a trabajar unos minutos tarde y pierde
una colisión fatal por segundo. El adolescente que elige guardar rencor contra su
madre, y esa resulta ser la última conversación que alguna vez tuvieron.
El chico de la calle que se encuentra un dólar y lo utiliza para comprar un billete de
lotería premiado.
Las pequeñas decisiones pueden dar lugar a enormes consecuencias.
Yo estaba tratando de no ser egoísta. Quería hacer lo correcto.
Puedes apostar tu culo que no voy a cometer ese mismo error.
—Nada de cancelar las cosas —digo con confianza—. Tuve una convulsión de
celoso-imbécil completamente temporal. El monstruo de ojos verdes se quedará en
su jaula el resto del fin de semana. El monstruo de un solo ojo querrá jugar contigo
más tarde.
Tae se ríe y toma mi cara entre sus manos.
—Mi ropa interior es sólo para tus ojos.
—Lo sé.
Taehyung se estira y me besa. Y saboreo fresa.
—Tú vas a salir con los chicos y ser asaltado por strippers hambrientos de dinero, y
yo estoy bien con eso.
Asiento con la cabeza.
—Y tú vas a salir y estar rodeado con cachondos hombres medio desnudos, y eso
no me molesta.
—Somos la pareja estable en el grupo ahora.
—Vamos a tener un buen momento sin problemas.
¿Cuándo le dije eso? Sinceramente lo creí.

CAPITULO 10
Algunos hombres usan trajes caros porque quieren actuar como si 
tuvieran dinero, aun cuando no lo tengan. Otros los usan porque quieren 
mostrar a las personas cuánto dinero de verdad tienen. En mi caso, todo 
tiene que ver con la actitud. Nunca tuve problemas de confianza, pero 
para aquellos que lo tienen, un traje hecho a medida te hace caminar 
como si fueras más alto y pararte más erguido. Hace tus pelotas más 
grandes y desprende la idea de “no jodas conmigo”. 

Desabotono mi chaqueta de mi traje gris oscuro de Ermenegildo Zegna y 


me sirvo tres dedos de whisky del mueble bar en el living. Namjoon, 
Yoongi y Seung comparten mi gusto por un traje bien hecho y están 
vestidos con sus Gucci, 

Newman y Armani respectivamente. Nuestra auto-concepción de macho 


es alta, cualquier mujer en un radio de 20 grados seguramente sería 
atrapada. 

Luego, Park sale de su habitación. Lleva puesta una camiseta verde 


arrugada, shorts de carpintero tostados y sandalias. Sí, unas malditas 
sandalias. 

Tomo un sorbo de mi bebida y lo miro. 

—Si hubiera sabido que iríamos al parque de skates, habría traído mi 
patineta. 

Está sorprendido. Luego mira al resto de los chicos y de vuelta a su propio 


atuendo. Se encoge de hombros. 

—Me gusta estar cómodo. Ustedes, chicos, se ven como si fueran a un 
funeral. Yo me veo relajado. 
—Luces como un perdedor —le digo—. Y eso es inaceptable esta noche. 
Sólo mi guía te ayudará a llegar lejos. ¿Quieres atraer un algo de calidad? 
Necesitas salirte de tu juego. Eso significa un traje medianamente 
decente, o por lo menos, un par de pantalones planchados, 
preferentemente unos no hechos del mismo material que los trajes de 
prisioneros. —Me tomo el resto de mi bebida—. ¿Y qué rayos sucede con 
tu cabello? 

Los ligeros cabellos castaños de Park están más salvajes de lo habitual. 

Están crispados, como de una anciana recién salida de la peluquería. Se 


palmea la cabeza a propósito. 

—Me olvidé el gel. Pero está bien; a ellos les gustan los rizos. 

—Sí, si estuviéramos en el año 1998 y fueras Justin Timberlake. 

Namjoon interviene. 

—Te arreglaré, amigo. Siempre traigo mi cortadora de cabello conmigo. 

Recortaremos el mechón de arriba y engominaremos el pelo hacia atrás. 


Ni siquiera tu propia madre te reconocerá. 

Seung asienta su whisky en el posavasos. Luego, se da golpecitos en el 


mentón pensativamente. 

—Y yo llamaré al encargado del edifico. Haré que le envíen algo desde la 
boutique Armani. —Mira a Park de arriba a abajo—. Debes ser un 30, 
quizá un 32 de cintura, para usar un saco con mangas. Una corbata 
celeste definitivamente hará resaltar tus ojos. 
Bienvenidos, damas y caballeros, a otra edición de Consejos 
homosexuales para Chicos Heterosexuales. Y Yoongi empeora las cosas. 
Une las puntas de sus dedos delicadamente y exclama en un tono de voz 
alto: 

—¡Hora de cambio de look! 

Entrecierro mis ojos en su dirección. 

—No vuelvas a hacer eso nunca más. 

—¿Es demasiado? 

—Definitivamente. 

Veinte minutos después, Park está vestido con un traje azul marino, 
camisa negra y zapatos brillantes de Prada. Su cabello tiene un prolijo 
aspecto mojado, corto en la parte de arriba, peinado en los costados. Se 
ve… pasable. 

Extremadamente extraño e incómodo, pero pasable. 

Me paro enfrente de él, limpio sus hombros, inspeccionándolo como si 


estuviera en un campo de entrenamiento. Mientras, él gimotea como una 
perra. 

—Me pica. 

Hace rodar su cuello y se balancea de un pie a otro. 

—¡Deja de moverte! 

Se tira del cuello. 


—Está duro. 

—Es nuevo, se supone que es así. Párate derecho. —Jesús, ¿sueno como 
mi padre o qué? 

Pongo una corbata azul alrededor de su cuello para mostrarle cómo se 
debe atarla. Pero luego, lo pienso mejor. Hay una alta probabilidad de que 
termine ahorcándolo con la maldita cosa. Y un viaje al desierto para 
enterrar un cuerpo sería un gran inconveniente en este momento. Seung, 
que ha transformado la paciencia en un arte, toma mi lugar. 

—Bien, Bogum. El conejo sale de su madriguera, rodea el árbol… 

Puedes decir mucho acerca de un hombre o una mujer a través del juego 
que elige en un casino. La adrenalina se siente en el ambiente, aquellos 
más emocionados por obtener un premio mayor están alrededor de las 
mesas de dados. 

Los dados son un juego que requieren suerte y habilidad. Se necesita 


cierta sutileza, pensar con cuidado y actuar rápido. También está el 
blackjack. A menos que seas un maldito contador de cartas por 
naturaleza, debes ajustarte a las reglas. Asumir que cada carta es un diez, 
quedarte con quince aun cuando te mueras por retrucar, y esperar que el 
repartidor de cartas termine el juego. Si no sabes jugar, mantente alejado. 
Los blackjackers tienden a ser muy emocionales si les sacas “su carta”. 

Después del blackjack, está la ruleta. La ruleta es todo sobre 


probabilidades. Ya sea que juegues negro o rojo, tienes el 50% de 
probabilidad de ganar. Estadísticamente hablando, es tu mejor jugada 
para ganarle a la casa. 

Al final de la mesa de juego, se encuentran las máquinas tragamonedas. 


Un mono puede jugar en ellas. Colocas tu dinero en ellas, tiras de la 
palanca; dinero, palanca, dinero, palanca. No requieren ninguna 
capacidad ni conocimiento y fueron programadas para favorecer al 
casino. Mientras más tiempo juegues, mayores probabilidades hay de que 
caigas en bancarrota. 

Los únicos que juegan las máquinas tragamonedas son los ancianos, los 
mentalmente inestables y los estúpidos. 

—¡Genial! Tragamonedas. Es lo único que juego, soy tan bueno en ellas — 


dice Park. 

Viste eso venir desde hace una milla ¿no es así? 

Lo golpeo en la espalda y lo conduzco hacia el sector de grandes 


apostadores. 

—Esta noche vas a jugar dados. 

—No sé cómo se juega eso. 

—Entonces, siéntate y aprende. Los dados son un juego de hombres. Las 


chicas más calientes se acercan a las mesas de dados porque ahí es 
donde realmente está el dinero. Si la montaña no va a Mahoma, entonces 
Mahoma va a la condenada montaña. 

—¿Qué montaña? 

Por un segundo, olvidé que estaba hablando con un esfínter real y 


verdadero. 

—No importa. Sólo presta atención. 

Yoongi, Park y yo recibimos nuestros dados mientras Namjoon se dirige al 


blackjack. Seung se acomoda en una mesa de ruleta donde se apuesta 
como mínimo 5.000 dólares. Él es toda probabilidad y estadística. En la 
mesa de dados, me pongo manos a la obra mientras Yoongi se encarga 
de las apuestas. Desde el principio, saco un siete, y la gente alrededor 
enloquece. 

Yoongi golpea mi espalda emocionadamente. Quince minutos después, 


hemos triplicado nuestro dinero. El número de espectadores alrededor de 
la mesa se ha duplicado. Park todavía no tiene idea de cómo se juega este 
juego, pero tiene alguna pista de la multitud que lo rodea, y actúa de 
acuerdo a ellos. Todos están riendo, bebiendo y poniendo dinero en la 
mesa, tratando de participar de lo que está pasando. Es salvaje, divertido. 
Como en los viejos tiempos, sólo los chicos y yo pasando un buen 
momento. No hay preocupaciones por niños o casamientos, ningún estrés 
por trabajo ni nada de la mierda de la vida que abruma a las personas. 

Después, la vida real me toca el hombro. Con el dado en la mano, me doy 


vuelta. Y me encuentro cara a cara con la asistente del avión, de pelo 
negro y ojos azules. Tiene puesto un vestido de cocktail negro y unos 
tacos lo suficientemente altos para que nuestros ojos están a la misma 
altura. No está sola. Formando un triángulo detrás de ella, hay dos 
mujeres igualmente atractivas. Una es rubia con cara de bebé, más baja y 
curvilínea. La otra es morena, con mechas rubias, piel oliva y labios 
carnosos. Ojos celestes sonríe ampliamente. 

—Hola de vuelta. 

No quiero ser grosero pero… que se joda, tendré que serlo. 

—¿Qué estás haciendo aquí? 

—Dijiste que aquí te estabas hospedando. 

—También dije que estaríamos ocupados. 

Responde con coquetería: 

—Pero vi la mirada que me lanzaste. Sé que dijiste eso para que tu novio 
no se molestara. Para que pensara que no estabas interesado. 

Está bien, estoy de acuerdo con las mujeres que son seguras. Ustedes 
son seres con necesidades sexuales. Admítelo. Disfrútalo. Pero acercarte 
a un hombre que abiertamente no te desea no va a hacer que cambie de 
opinión. Sólo te hace ver patética. 

Su mano se acerca para acariciarme el pecho, pero agarro su muñeca 


antes de que llegue a hacer contacto. 

—Excepto que realmente no estoy interesado. 

Como un fantasma cachondo, Namjoon aparece a mi lado. 

—Yo, sin embargo, estoy muy interesado. 

Toma su codo y se la lleva lejos. 


—No te preocupes, Jungkook. Es un ciego estúpido. ¿Qué te parece si te 
traemos un trago? 

La amiga morena se desvanece en la multitud, pero la que tiene cara de 


bebé se queda ahí parada, en blanco. Enrosca su cabello en ese gesto de 
“rubia tonta” que me hace sospechar que su coeficiente intelectual es 
más pequeño que el de Park. Pero es caliente, definitivamente un paso 
más alto que el abrevadero del que ha estado comiendo últimamente. Le 
doy un codazo con mi brazo y señalo con mi mentón en dirección a la 
rubia. 

Se limpia nerviosamente las manos en sus pantalones. Luego, le habla: 

—Hey, ¿quieres escuchar un chiste? 

Y todo mi arduo trabajo se va por el maldito tubo. 

—Está bien—dice ella. 

—¿Qué dijo la cobija cuando se cayó de la cama? 

—¿Qué dijo? 

—Oh, sheet**. 

** //Juego de palabras. Sheet: sábana y al pronunciar suena como 


“mierda” en inglés.//** 

Los labios de la rubita hacen una mueca de confusión. 

—No lo entiendo. ¿La cobija está como… computarizada? 

La cara de Park se desdibuja. 


—No… es… déjame contarte otro. ¿Qué dijo el pato…? 

Rodeo su cuello con mi brazo y aprieto, cortando su suministro de aire 


sólo un poquito. 

—Bogum, ¿recuerdas lo que dijo el doctor sobre tu voz? 

Me giro hacia la chica, esperando salvar la operación CPPP. Eso es ​Coño 


Premium para Park​ en caso que no estuvieras segura. 

—Mi amigo aquí es cantante. ¿Park Bogum? Debe guardar su voz para el 
próximo concierto. Órdenes del doctor. 

Sus ojos se abren ampliamente y su tono es de tonta. 

—¡Mi horóscopo me dijo que hoy conocería alguien famoso! Park Bogum, 
no te reconocí. Amé totalmente tu último single. 

Yoongi me llama. 

—Jungkook, te toca a ti rodar los dados. 

—De acuerdo. 

Saco un puñado de monedas de 25 centavos de mi bolsillo y los coloco 


en la mano de Park. 

—¿Por qué no se van chicos a jugar a las máquinas tragamonedas? 


Estarán más a salvo ahí. 

Con una risita, Rubita me informa: 


—La forma en que la rueda da vueltas y vueltas es tan divertido. ¡Adoro 
los tragamonedas! 

—Eso tiene mucho sentido —le digo. 

¿Puedes imaginar los hijos que estos dos tendrían? Quizá la selección 
genética no es tan malvada, después de todo. 

Empujo a Park para que se marche. 

—Y recuerda: no hables nada. Nada. 

Sonríe y me levanta los dos pulgares. Se ve tan agradecido y 


descerebrado, que no puedo evitar reírme cuando se van. 

Veinte minutos después, Yoongi y yo seguimos en juego. Imparables. 

Ahora, él se encarga de hacer rodar los dados, y yo muevo nuestras fichas 


alrededor, apostando alto porque tenemos mucha ventaja. Yoongi saca un 
dos, y la multitud irrumpe en gritos. Le doy un apretón de manos y duplico 
nuestra apuesta. 

En ese momento, la asistente de avión acosadora se para a mi lado. De 


vuelta. 

—¿Puedo darte una tirada? 


Inmediatamente, mis oídos se ponen en alerta. 

—¿Disculpa? 

Apunta a Yoongi. 

—Los dados. ¿Puedo tirarlos por ti? ¿Para traerte suerte? 

¿Por qué no tiras de mí en cambio? Pienso inmediatamente. Porque 


puedo ser un hombre en una relación comprometida, pero sigo siendo un 
hombre. 

Esa es la maldición de la evolución. Instintos. Es la razón por la que los 


hombres tienen tantas dificultades con la monogamia. Porque nuestra 
naturaleza es esparcir nuestra semilla por todos lados, ofrecerla a cuantos 
estén dispuestos a aceptarla. No tenemos que hacer nada, pero el 
impulso siempre está allí. Así que ¿la próxima vez que pienses que tú 
chico está coqueteando con algún o alguna extraña? Trata de no 
decepcionarte demasiado. Está librando una batalla épica interna en 
contra de sus propios instintos internos. 

—No la necesito —le digo—. Estamos de buena racha. Nunca te 


entrometas cuando hay buena racha. Estos dados se están comportando 
bien por su cuenta. 

Mi teléfono vibra en mi bolsillo. El texto de Taehyung dice que ellos 


finalmente están listos y en camino al casino. 

La chica del vuelo se apoya en mi hombro y mira mi teléfono. 

—Que niño dulce. ¿Es tuyo? 


Se está refiriendo a la fotografía de Jihoon en la pantalla principal de mi 
teléfono. Se la tomé unas semanas atrás cuando estaba intentando hacer 
que comiera un plato de pasta. No le agradaba su comida y me lo 
demostró cuando se tiró la maldita comida sobre su cabeza. 

—Sip. 

Se acerca más a mi oído. 

—No tenemos que jugar este juego. Tengo una habitación de hotel 
esperando a dos cuadras de aquí. Te deseo. Es obvio que tú también me 
deseas. Deja de luchar. 

Me echo hacia atrás. 

—¿Nos olvidamos de tomar la medicación esta mañana? 

Se ríe. Suena parecida a Norman Bates, ¿no es así? Durante mis años de 
libertino anteriores a Taehyung, adquirí mi miedo a Atracción Fatal, 
nunca-te-follaré- 
incluso-aunque-estés-caliente-porque-obviamente-eres-el-tipo-de-person
a-con-algunos-tornillos-sueltos. Están fuera de sí y no son difíciles de 
identificar. Yo era un maestro en evitar, desertar y escapar de su intento 
de atraparme. 

Pero parece que estoy fuera de práctica. Porque antes de que la pueda 
detener, me saca el teléfono de la mano y retrocede unos pasos. 

La rabia sale de mi cara y en mi voz. 

—Devuélveme mi maldito teléfono. 


Ella sonríe. 

—Ven y quítamelo. 

Se coloca el teléfono debajo de su puto vestido. 

Tienes que estar bromeando. Me doy vuelta hacia Yoongi. 

—¿Supongo que no me quieres ayudar con esto? 

Mira abajo hacia las fichas, luego me mira a mí. 

—Aquí hay una jugada grande, amigo. 

Por supuesto que la hay. 

¿Alguna vez viste Flash Gordon? ¿Recuerdas esa escena donde Flash 
tiene que poner su mano en la roca? ¿Aquella con la grotesca y espinosa 
serpiente dentro, sólo esperando a que lo muerda? Eso es bastante 
parecido a lo que estoy sintiendo ahora. 

Hago sonar mis dedos y sacudo mis manos. 

—Cúbreme. Voy a entrar. 

Después empujo mi mano debajo del frente de su vestido. Limito el 


contacto físico lo más que puedo, pero el vestido es ajustado. De 
inmediato, me doy cuenta que esta chica lleva un par de tetas falsas. Y un 
anillo en el pezón. 

No me juzgues. ¿Parece como si estuviera disfrutando esto, por el amor 


de Dios? 
La psicópata del avión, por otra parte, parece estar disfrutándolo a lo 
grande: sus gemidos son una indicación de ello. 

—¡¡Ohhh eso se siente bien!! Un poco más a la izquierda, por favor. 

Ruedo mis ojos e intento encontrar un lugar feliz. Luego, la cosa más 
improbable sucede. O una certeza absoluta, dependiendo de tu punto de 
vista. 

—¡¿Qué demonios significa esto?! 

¿Adivinas a quién pertenece esa voz? No tengo ni que darme la vuelta, 


pero lo hago. 

—¡Taehyung! 

Sacudo mi cabeza, tratando de negar que esto esté sucediendo. 

—Esto no es… Yo no… 

Sí, mi brazo está todavía metido hasta el bíceps en el vestido de la chica. 


Lo saco rápidamente. Y la señalo como si fuera una hermana mayor 
acusando a su hermana menor de usar su sweater favorito. 

—Me sacó mi teléfono y no me lo quiere devolver. 

Percibiendo que estoy hundido en la mierda, Park y Namjoon se acercan a 


presenciar el show. Yoongi sólo sigue jugando y apostando. 

Taehyung se pavonea hacia adelante al mismo tiempo que somete a la 


mujer con su mirada de no-jodas-conmigo. 

La psicópata rueda sus ojos y saca el teléfono de su vestido. Taehyung 


saca su siempre lista botella de spray antibacterial de su bolso, rocía el 
teléfono con él, le pasa un pañuelo para secarlo y me lo entrega, rociando 
también mi mano con el spray por si acaso. 

Luego de eso, toda la ira de Taehyung se vuelca sobre la asistente de 


avión. Su voz es baja y endemoniadamente seria. 

—Toleré tu mierda en el avión porque se supone que eres una chica y no 
quería pasar las primeras horas de mis vacaciones bajo custodia de la 
policía aeronáutica. Pero no estamos en el avión ahora. 

Taehyung le muestra su mano izquierda. 

—¿Ves este anillo? Significa que le pertenezco. Y el tatuaje con mi 


nombre en su brazo significa que él me pertenece. Todo él. Su polla es 
una brújula y yo soy su norte: sólo apunta a mí. 

Bueno, eso es algo que no escuchas todos los días. 

—Así que vas a desaparecer ahora mismo. O patearé tu trasero desde 


esta esquina del casino a la otra. Y seguramente querrás ver a tú 
alrededor: es un casino malditamente grande. 

Los ojos de la asistente de vuelo se entrecierran. Mientras responde, su 


cabeza hace ese movimiento que se ve malditamente estúpido pero que 
significa que está lista para la guerra. 

—¿Crees que puedes intimidarme? ¿Tú y cuál ejército, perra? 

Erin camina y se ubica al lado de Taehyung. 

—Este. 
La psicópata se ríe, y no la culpo. Incluso en tacones, Erin es más baja 
que Taehyung cerca de dos pulgadas. Juntos, no son precisamente 
intimidantes. 

Hasta que Jimin aparece en escena. Y aunque su estatura no es muy 


diferente de la de Erin, la mirada trastornada y desequilibrada en sus ojos 
hace la diferencia. 

Mufasa.  

Tiemblo. 

La psicópata se mantiene firme, pero su expresión es menos segura. 


Después viene la cereza del pastel, que vendría a ser mi hermana, parada 
con un pie por delante de las demás como la Amazonas que es. Su 
sonrisa es tenebrosamente siniestra. 

—Por el modo en que mis hormonas se están enfureciendo, no hay nada 


que me gustaría más que arrancarte esas extensiones baratas de tu 
cabeza y ponerlas en mi pared como un trofeo de caza. 

Ahora la psicópata se ve realmente asustada. Echa un vistazo alrededor, 


buscando refuerzos. Mi hermana hace un movimiento con su cabeza. 

—No busques a tus amigas. Se fueron a buscar objetivos más gordos y 


estúpidos. 

Jimin aprieta sus puños. 

—El queso se quedó solo. —Huele el aire a su alrededor—. Y huele muy 


mal. ¿Has oído hablar de toallas femeninas? Quizá te convendría invertir 
en algunas. 
Por más graciosa y cómica que esta situación pueda ser, no quiero que 
Taehyung tenga que lidiar con esto por mi culpa. Ya ha tenido suficiente 
de eso. 

Así que tomo el camino menos difícil y llamo a un guardia de seguridad. 

—Somos huéspedes en la villa principal y esta… persona. —Señalo a la 


psicópata—, está hostigándome a mí y a mi prometido. Quisiera que la 
sacaran de las instalaciones inmediatamente. 

La psicópata no lo toma muy bien. 

—No puedes hacer eso. 

—Estoy seguro de que acabo de hacerlo. 

El guardia de seguridad chequea mi llave. 

—Me disculpo por este inconveniente, señor Jeon. 

Luego le dice con firmeza: 

—Me va a tener que acompañar, señorita. 

—¿Qué? ¡No… Conozco mis derechos! ¡No me toque! 

Cuando más personal de seguridad llega al lugar, ella chilla de vuelta, 


como un jabalí al ataque. Antes de que la saquen, escupe su última 
amenaza contra mí. 

—¡Esto no ha terminado, imbécil! 


Luego, se ha ido. Pero la diversión aún no ha terminado. Esto, justo aquí, 
es mi momento favorito. Porque Park dice: 

—Deberías haber golpeado a la perra, Taetae. No te he visto lanzar un 


golpe en años. 

Su acompañante rubia puede que no tenga dos células que funcionen en 
su cerebro, pero es una amiga fiel. 

—Hey, ella es mi amiga. ¡Bastardo! 

Y entonces… 

¡Slap! Le da una bofetada en la cara. Le pega tan fuerte que le deja una 
marca carmesí. 

La rubita se va dando zancadas dramáticamente. Aun sosteniendo su 


mejilla en llamas, Park me mira y dice: 

—Las chicas feas no golpean tan endemoniadamente fuerte. 

Una vez que el entusiasmo desaparece, todos se dispersan y continúan 


jugando. Dejándonos a Taehyung y a mí relativamente solos. 

—¿Qué estaba diciendo Bogum acerca de las chicas feas? 

Sacudo mi mano. 

—Algo irrelevante. Volvamos a la parte en que mi polla es una brújula y tú 


su norte. 

Se cubre sus ojos. 


—¡No puedo creer que haya dicho eso! 

Le corro sus manos. 

—No estés avergonzado. Estoy muy orgulloso de ti. Sólo por curiosidad: 
estamos hablando de una brújula monstruosamente enorme, ¿no? 

Taehyung me da un empujón en el hombro. 

—Deja de buscar cumplidos. Mejor hablemos de la aeromoza que te 


siguió hasta aquí. ¿Voy a tener que buscarte un guardaespaldas? 

Solo en ese momento me doy cuenta de lo que lleva puesto. Un short 


corto color negro que deja a la vista sus torneadas piernas, unos tennis 
Gucci color blanco, y una camisa blanca que transparenta un poco. 
Simple, pero… deslumbrante. 

Camino a su alrededor como un depredador rodeando un bocado 


apetitoso. 

—No, pero si eso es lo que llevarás puesto, estoy considerando contratar 


todo un grupo de guardaespaldas solo para ti. 

Señalo la corona rosa con lentejuelas en su cabeza. Dice FUTURO 


ESPOSO. 

—Eso es una joya. 

Él también la toca. 

—Me gusta, ¿y a ti? 


Me imagino transformándola en un juego. Ver cuánto tiempo puede 
Taehyung mantenerla en su cabeza mientras le hago cosas inimaginables. 

—Mucho. 

—Jimin me la consiguió. 

Levanto mis hombros. 

—Incluso un reloj roto da la hora correcta dos veces al día. 

El reloj roto da un grito. 

—Ok, señoritas, Tae, ¡nuestro carro ha llegado! 

Yoongi cobra nuestras apuestas ganadas. Sostengo la mano de Taehyung 


mientras todos caminamos por el casino. Yoongi y Jimin discuten 
juguetonamente a medida que nos acercamos al lobby. 

—No me estoy disculpando —le dice en un tono de broma. 

—Bien por ti. Recuerda que la próxima vez que tengas ganas de jugar al 
fotógrafo lujurioso y al modelo desnudo, y te digo que sí, ajusta la lente de 
tu cámara. 

—Sigo… sigo sin disculparme. 

¿Acaso sé sobre qué están discutiendo? No ¿Me importa lo suficiente 


como para preguntar? Realmente no. 

Salimos afuera, a la entrada principal del hotel. Estacionada en el cordón, 


está la limo más grande y rosada que he visto en mi maldita vida. Es como 
una botella de Pepto-Bismol sobre ruedas. Luces de neón titilan en su 
interior, y flashes estroboscópicos salen del techo. Miro a Jimin. 

—¿Una limo rosa? Eso no es muy llamativo. 

Sonríe orgullosamente. 

—Esto es Las Vegas, cariño. Lo llamativo está en todas partes. 


Deberíamos venirnos acá cuando dejemos de trabajar. 

Con eso dicho, besa a Yoongi y empieza a alejarse. Antes de que pueda 
dar dos pasos, él lo agarra, lo tira hacia él y lo besa por más tiempo y más 
salvajemente. 

Cuando está ligeramente aturdido, Yoongi sonríe y lo envía a la limo. Erin 


saluda y lo sigue. 

Pongo mis manos en los hombros de Taehyung para asegurarme que está 
prestando atención. 

—No dejes que nadie te compre un trago. Y por el modo en que estás 
vestido, alguien definitivamente lo intentará. 

Él sonríe indulgentemente. 

—Está bien. 

—Y no dejes tu trago una vez que te lo den. Alguien podría ponerte algo 
en la bebida cuando no estés mirando. 

Sí, mierda que eso sucede. Cuando has estado en bares lo suficiente, 
tienes una clara imagen de qué malditamente jodido está el mundo (y la 
gente que está en él). 
—Sí, papá. 

Hago una mueca. 

—No me llames así. 

Cuando se trata de follar, no hay nada que no admita. Excepto eso. Toda 
esa cosa de “¿Quién es tu daddy?” No me gusta. Es extraño, me hace 
pensar en Jihoon o mi padre, y en cualquier caso… no gracias. 

—No soy un chico de 21 años en su primera salida a un bar, Jungkook. 


Puedo cuidar de mí mismo. 

Mi hermana se une a la conversación. 

—Y solo en el caso que él no pueda, estoy yo aquí. 

Jaehwa saca algunas armas de su gran cartera de cuero. 

—Tengo mi mazo, gas pimienta, mi altamente ilegal pistola Taser, y si 


todo esto falla… 

Saca una barra metálica de cuatro pulgadas, y con un movimiento de su 


muñeca, la transforma en una porra de policía, con púas puntiagudas al 
final. 

—Yo lo llamo el localizador de tarados. ¿Más tranquilo ahora? 

Asiento. 

—Mucho mejor, sí. 

—Bien. 
Le habla en un tono bajo a Seung, después Jaehwa se sube a la limo. 

Envuelvo mis brazos alrededor de Taehyung, tratando de llevarme un 


último contacto de él. Con su cabeza en mi pecho, me promete: 

—Te veré en unas horas. 

Bromeo: 

—Todavía no es tarde para que huyamos. Nunca nos atraparán. 

Emite una risita. Después, ladea su cabeza hacia arriba y presiona 


suavemente sus labios contra los míos. Sobre mis labios, murmura: 

—Te amo. 

Me echo hacia atrás y agarro su mandíbula con mis dedos. 

—Y yo siempre te amaré más. 

Sonríe por última vez y desaparece en las entrañas de la horrible limusina. 

Actu hoy porque el jueves me cortan la luz por mantenimiento ;-; recen 
por mi alma xdd 
Eeen fin, qué tal va? Ya tienen teorías locas? Jajaja, actu el viernes o 
sábado uwu (todo queda en las mano de los señores electricistas xdd) 

Gracias como siempre a k​ ookietaepark​ por checar~ lovee 

CAPITULO 11
Después que el carro rosa se aleja, Yoongi dice:
—Nuestro camino es por allá, chicos.
Señala con su pulgar hacia una gran limusina negra y brillante al final de la cuadra.
Mientras caminamos, le pregunto a Seung:
—¿Tú y Jaehwa lograron resolver su mierda?
—Ehh… No todavía pero su actitud está definitivamente mejorando. Nunca estuve
realmente preocupado. Tu hermana cree que es ella quien tiene el control, pero
todos sabemos quién es realmente el que está a cargo.
Sí, esa es mi hermana. Él se golpea el pecho.
—Yo soy el hombre.
No tengo el corazón para destruir las ilusiones de Seung, así que sólo le doy un
golpecito en la espalda y le digo:
—Sí, Seung, tú eres el hombre.

***

Nuestra primera parada es Carnevino, la mejor casa de bistecs de las Vegas, donde
nos regalamos una estupenda cena acompañada de un vino tinto de primera
calidad. El ambiente es impresionante, techos altos, pisos de mármol italiano,
muebles antiguos. Luego, nos dirigimos hacia Havana Club, un club de élite donde
se fuman cigarros.
Allí es donde nos encontramos ahora. ¿Nos puedes ver? En ese pequeño cuarto
privado de atrás, sentados en esas cómodas sillas de cuero. Un cigarro en una
mano mientras giramos un vaso lleno de un líquido ámbar en la otra, al mismo
tiempo que un gran círculo de humo rodea nuestras cabezas.
Park emite una tos afónica por tercera vez.
—Deja de inhalar —le advierto.
—No puedo evitarlo —me dice—. Inhalar el humo es un acto reflejo.
—Mejor que lo evites o pronto estarás vomitando un pulmón.
Hablo desde la experiencia. Cuando Yoongi y yo teníamos 12 años, nos robamos
unos cuantos cigarros cubanos de mi padre y nos los fumamos en el techo de la
casa de los padres de Yoongi.
Park da un sorbo a su brandy y hace una mueca.
—Es un gusto que se adquiere con el tiempo —le dice Seung—, te acostumbrarás.
Park mira dentro de su vaso.
—¿Por qué quiero hacerlo?
—Porque —digo estirando mis brazos y señalando la habitación a nuestro
alrededor—, esta es la buena vida, amigo.
Él arruga su nariz.
—Creo que me gusta más la vida común y corriente.
Vuelvo a poner el cigarro en mi boca y asiento.
—Una vez más, no me sorprende.
Namjoon se echa hacia adelante.
—Antes de meternos de lleno en el principal motivo por el que estamos aquí, ¿por
qué no hacemos un brindis?
Seung levanta su vaso.
—Estoy de acuerdo con esa propuesta.
Sonrío y me pongo de pie.
—De acuerdo. Sólo quiero decir gracias, a todos ustedes, por tomarse tiempo de
sus ocupados horarios para compartir esta ocasión muy importante para mí. Si
decido salir a divertirme, no elegiría otras personas que no fueran ustedes, chicos.
—Doy un vistazo a Park—. Más o menos.
Luego, levanto mi vaso.
—De todas formas, brindo por los mejores amigos que alguien puede tener.
Gracias.
Tomamos y todos aplauden y hacen hurras, luego tomo asiento.
Park se pone de pie.
—Si vamos a decir algunas palabras, el primero debo ser yo.
Los otros chicos le ceden la palabra. Se endereza, aclara su garganta y con una
expresión seria, nos mira a cada uno.
—Siempre me consideré el único lobo grande en mi manada.
Todos estallan en risas. ¿Quién iba a pensar que Park tenía la suficiente capacidad
cerebral para tener sentido del humor?
Yoongi le arroja una servilleta.
—Te robaste mis palabras, idiota.
Park se ríe también.
—Hablando en serio, yo siempre fui el único lobo dentro de mi manada… con dos
lobeznos que necesitaban mi protección. Y aunque las cosas eran un desastre
cuando Taehyung y Jeon empezaron a salir, al final todo resultó bien. Tae es feliz, y
eso es todo lo que siempre he querido para él. Y ahora, nuestras manadas se han
unido. Hay más lobos, y lobas, y lobitos… los lobitos son geniales. Lo que trato de
decir es que nunca he tenido una familia grande… pero… ahora sé lo que se siente
formar parte de una. Es lindo.
Levanta su vaso en mi dirección.
—Así que quiero brindar por el matrimonio de Jungkook y Taehyung. Si alguna vez
rompes su corazón, te sostendré colgado boca abajo mientras Jimin rompe tus
pelotas.
¿No es esa una hermosa imagen? Aun así, asiento en dirección a Park y él toma
asiento. Da un buen trago a su bebida y me devuelve el gesto.
Luego, Namjoon se pone de pie y, por un momento, muerde su cigarro
pensativamente.
—Nunca me casare. Pensé que Jungkook y yo pensábamos igual. Los amantes son
como los Kleenex, suaves, descartables, un buen lugar donde acabar. —Todos ríen
por lo bajo—. Luego Kim Taehyung entró en nuestra oficina. Y como Jungkook es
un tipo listo, se dio cuenta de algo que los demás no supimos ver. Taehyung no es
un pañuelo sencillo y ordinario. Él es del tipo de pañuelos que uno guarda, al que se
le graba las iniciales de tu nombre. Taehyung es la meta. —Namjoon mira en mi
dirección—. Y como tú eres uno de mis mejores amigos, me alegro que vayas a
pasar el resto de tu vida a su lado. —Levanta el vaso—. Por Jungkook. Un suertudo,
miserable hijo de puta.
Levantamos nuestros vasos y riéndonos, bebemos por el brindis poco convencional,
y aún preciso, de Namjoon.
El que sigue es Seung. Se tambalea un poco cuando se para, toma un gran suspiro
y se detiene por un momento.
—Cashamientoooo, cashamiento… es lo que nos reunió… hip hip… aquí… esta
noche.
Todos nos reímos, excepto Namjoon. No creo que haya visto La princesa prometida.
Es la película favorita de Taehyung, así que la he visto unas cuantas veces.
Definitivamente, una película suave, aunque ese tipo Iñigo Montoya es genial.
—Y nosotros, todos nosotros, te apoyaremos siempre… —Seung sonríe y aclara su
garganta—. Pero hablando en serio, siendo el hombre más casado de todos, es mi
deber advertirte. Las personas cambian después del matrimonio. No todo es cena a
la luz de las velas o sexo, no importa lo que Vogue diga. Y el sexo cambia también.
A veces es rutinario, a veces ni siquiera existe… y a veces es más extraño de lo que
pudieras imaginar posible.
Cubro mis oídos. Usualmente, Seung mantiene sus actividades de alcoba con mi
hermana para sí mismo. Y definitivamente lo prefiero de esa manera.
—Cuando estas casado, lo más importante no es estar enamorado. Es asegurarte
de que te casas con tu mejor compañero. Un compañero, una persona con la que
quieres pasar buenos momentos, los momentos de mierda, y todo lo que haya en el
medio. Has encontrado ese compañero en Taehyung. Eres mi mejor amigo,
Jungkook, y te quiero, amigo. Pero ¿ahora? También estoy orgulloso de ti. De veras
que estoy malditamente orgulloso. Felicitaciones.
Levanto mi vaso en dirección a Seung.
—Gracias, amigo, significa mucho para mí. —Y de veras que es así.
Finalmente, Yoongi se pone de pie en el centro del salón.
—Probablemente, soy el que más agradecido está de que Jungkook y Taehyung
estén juntos. Gracias a Taehyung, conocí a mi angelical esposo, Jimin. Y aunque
muchas veces es un dolor en el trasero, por encima de eso… él me completa.
—Yoongi mira su vaso por un momento, moviendo el líquido en su interior, antes de
mirarme nuevamente—. He conocido a Jungkook durante toda mi vida. Éramos
mejores amigos, incluso antes de nacer. Así que he visto muchos de sus éxitos.
Estuve ahí cuando obtuvo las mejores calificaciones, cuando consiguió los mejores
clientes, cuando pilló a las chicas y chicos más calientes. Durante todo ese tiempo,
Jungkook se veía… satisfecho, pero no sorprendido. Como si todos esos logros
fueran… esperados. Trabajó duro por ellos, siempre se los mereció, y eso, él lo
sabía.
Los ojos de Yoongi se encuentran con los míos, y me habla directamente.
—Pero ¿cuándo miras a Taehyung? Te ves… agradecido. Como si, aunque
supieras que eres una mierda, no puedes terminar de creer que eres el afortunado
bastardo que lo tiene. Y… de verdad que se te ve muy bien, amigo.
Yoongi levanta su vaso.
—No voy a desearte la felicidad, porque ya la tienes. Así que sólo diré: que la ruta te
acompañe, que el viento esté siempre a tu espalda, que el sol siempre brille
cálidamente en tu cara, que vivas todo el tiempo que desees, que después de tus
hijos, vengan muchas generaciones más, que vivas 100 años con un año extra para
que puedas arrepentirte de tus errores. Y que el día más triste en tu vida y en la de
Taehyung no sea peor que el día más feliz que hayan experimentado.
Cuando Yoongi termina su discurso, estoy emocionado hasta las lágrimas.
Tomo mi bebida hasta el final para ocultarlo. Luego, me pongo de pie y lo abrazo.
Un abrazo del tipo borracho, levanta-del-suelo-sus-pies.
Buenos momentos.

***

Después del brandy y los cigarros, nos dirigimos hacia afuera. Yoongi desea un
cigarrillo. Aparentemente, los cigarros no aumentaron nuestras probabilidades de
contraer cáncer de pulmón como él deseaba. Nos quedamos en la esquina mientras
él enciende uno. Cruzando la calle, hay un moderno y elegante bar. Una música
estridente sale de sus ventanas esmeriladas y enmarcadas con luces de neón, y su
estacionamiento está lleno de autos deportivos de último modelo. Al lado de la
entrada del bar, en una banca, está sentado un rubio platinado de cabello lacio y
cuerpo de infarto. Lleva puesto una camisa de seda y unos jens apretados, con
unas botas negras al tobillo que resalta todo su cuerpo. Es un hombre caliente y
está solo. Es una gran oportunidad para Dipshit** ​ ​de probar las habilidades que
generosamente le estoy tratando de enseñar. Quizá meterse bajo sus pantalones. O
posiblemente que le den un puñetazo en la cara. Ambos escenarios serían un juego
de ganar-ganar en mi opinión.

**//Mierda profunda. Se está refiriendo a Park.//**

—Hey Park —le digo—. Echa un vistazo. Chico solo a las nueve, en las calles de las
Vegas, un joven en apuros. ¿Tal vez deberías ir a ver si necesita ayuda e iniciar una
conversación?
Namjoon está de acuerdo.
—La carta de caballerosidad siempre funciona.
—Comportarse como un caballero es, de hecho, muy importante para mí — le digo.
—Sí, eres un caballero de armadura blanca, amigo —bufa Namjoon.
Con el coraje corriendo por sus venas gracias al alcohol, Park cruza la calle y se
detiene a unos pasos de él, lo cual es muy inteligente. No hay que ponerlo nervioso
invadiendo su espacio personal. Se presenta con la clásica forma de acercarse a
alguien.
—Eres precioso.
Él mira hacia arriba rápidamente, luego emite una risita y mira hacia otro lado.
—Gracias.
Park se acerca más.
—Así que… ¿necesitas que te acerque a algún lado? No somos asesinos seriales ni
nada, solo un grupo de chicos saliendo a tomar algo. Tenemos una limo. Puedes
venir con nosotros, o si prefieres, puedo llevarte a donde quieras ir.
Su cabeza gira hacia el bar, un poco nerviosamente.
—Se supone que estoy esperando a mi novio.
Park se sienta a su lado en la banca.
—No sé qué clase de hombre deja a un chico tan hermoso solo esperando afuera
en la calle. Si fueras mi chico, nunca haría eso.
Buen chico. Debería palmearlo en la cabeza.
Hasta que…
—¡¿Qué demonios acabas de decir?!
Esa pequeña exquisitez de chico está acompañado por un hombre rubio y
musculoso que sale por un costado del bar, con otros cuatro hombres iguales que
él. Lo que les falta de altura lo compensan con sus contexturas sólidas, lo que mi
madre llamaría “grandes huesos”. Probablemente estén rondando los 20 años de
edad. Uno de ellos tiene una gorra de la Universidad de Nevada, otro tiene una
sudadera con letras griegas.
Chicos de fraternidad.
Aunque alguna vez fui uno de ellos, no me daba cuenta cuán repulsivos y molestos
puede ser este particular grupo de gente, hasta que me gradué.
Representan las palabras joven, tonto y lleno de semen. Como siempre van en
grupo, tienen esa mentalidad de mafiosos, envalentonados, ruidosos y
constantemente tratando de impresionar a los demás con lo que hacen.
Y Park Bogum está en la mira de ellos. Nada bueno.
Park comienza a responder.
—Decía que…
Me acerco rápidamente con Namjoon, Yoongi y Seung pegados a mis talones, para
asegurarme que no asesinen a Park. A Taehyung no le gustaría.
El simio rubio #1 empuja a Park en el pecho. Lo verdaderamente extraño es que eso
de verdad me rompe las pelotas.
—¿Le estás hablando a mi novio, perdedor? —Agarra al chico por el brazo— . Te
dije que esperaras, perra, no que pudieras hablar.
Me paro enfrente de Bogum.
—Hey, amigos, creo que ha habido un pequeño malentendido.
—Creo que esto no es de tu incumbencia.
—No tienes idea de cuánto me gustaría que eso fuera verdad, pero
desafortunadamente, no lo es. Mi amigo pensó que el chico necesitaba ayuda.
Estaba cuidando de él, eso es todo. Ningún daño, ningún problema.
—Tu amigo cometió un grave error al tratar de ligar con mi novio. Voy a patearle el
trasero.
Luego, me escupe en el zapato. ¡Qué clase! Ya no tengo muchas ganas de resolver
esto diplomáticamente.
—Bueno, si te vas a comportar como un imbécil…
El pequeño rubio intenta intervenir, le pone una mano en el pecho al tipo mientras
con la otra le frota el brazo para tratar de calmar la bestia salvaje en él.
—No hizo nada, sólo déjalo ir, Blair.
No puedo evitar reírme entre dientes.
—¿Blair? ¿Tu nombre es Blair? Cristo, no me sorprende porqué estás tan enojado.
Me compadezco de ti.
Manteniendo la mirada en el grupo de retardados que lo acompaña, me dirijo a
Yoongi:
—¿Ves lo que sucede cuando a los padres no les importa el nombre de sus hijos?
Este es tu futuro, amigo.
En caso de que no lo notes, no me siento intimidado por el bocazas del chico de
fraternidad. Porque él, al igual que la mayoría de los machos, son unos maricas.
¿Los hombres verdaderamente duros? ¿Hombres realmente peligrosos? Son los
que se mantienen silenciosos. No necesitan montar un show o anunciar todo el
dolor que piensan infligirte. Simplemente lo hacen sin que siquiera tengas tiempo de
llegar a tener miedo. O lo veas venir.
Blair se para frente a mí, pero Park se interpone entre nosotros, levantando sus
manos.
—Detente, espera un segundo. Esto es entre tú y yo, imbécil. Mantén a mis amigos
fuera del problema.
Miro a Park como si hubiera perdido la cabeza, porque estoy casi seguro que la
perdió.
—¿Estás loco?
Me mira por encima de su hombro.
—Tae nunca me perdonará si te pierdes la boda por estar en el hospital. Y crecí con
Jimin-, si hay algo que sé, es cómo dar una paliza.
A partir de ese momento, mi opinión sobre Park cambia por completo para siempre.
Sigue siendo un idiota, como lo acaba de demostrar. Y por su historia con Tae,
nunca me gustará. Pero ¿exponiéndose de esta manera al peligro? ¿Tratando de
proteger a los chicos y a mí? Se necesitan pelotas… de metal. Se acaba de ganar
mi respeto.
Yoongi, Seung y Namjoon están alineados detrás de mí, tensos y listos. Tomo un
respiro y pregunto:
—Yoongi, ¿estás de acuerdo con el plan?
—Absolutamente.
—¿Qué hay de ti, Namjoon? ¿Te anotas?
Se ríe entre dientes tenebrosamente.
—Siempre me anoto, amigo.
—¿Seung?
—¿Por qué no? A la mierda con ellos.
Esas son las únicas respuestas que necesito. Camino alrededor de Park, cerca de
Blair.
—Bien, puedes patearle el trasero. El resto de nosotros nos sentaremos a mirar.
Su rostro se muestra confuso.
—¿En serio?
Sonrío.
—No, idiota. Estoy bromeando.
Hasta que mis palabras son registradas en su confuso cerebro, mi puño ya está
volando a la nariz del bastardo, quebrándola ampliamente. Luego, el infierno se
desata.

***

Generalmente, pienso que el golpe de un idiota es un golpe de marica.


Cobardemente. Pero esto es una pelea de calle. No hay reglas. Dedos en los ojos,
patadas en los testículos, todo es un juego justo. Un ensangrentado Blair me arroja
al piso, mientras una multitud nos rodea y alienta.
Trato de proteger mi cara de los golpes. Park tenía razón respecto a la boda. Si mi
cara está toda cosida como Frankenstein, arruinará las fotografías.
Lanzo un gancho izquierdo a la mandíbula del idiota, lo suficientemente cerca de su
nariz lastimada para hacerlo gritar. Todo continúa de esta manera por 5 minutos
más, aunque parece más tiempo. Luego, el chico por el que empezó todo esto, grita
las mágicas palabras.
—¡La policía, la policía!
Todos nosotros respondemos como chicos de secundaria en una pelea por cerveza.
Corremos y nos dispersamos. Nosotros cinco volvemos a los confines de la limo en
tiempo récord, y el conductor arranca rápidamente. Las luces brillantes de las Vegas
no nos siguen. Gracias a Dios.
Puede que no lo entiendas, pero créeme cuando te digo que este fue un desenlace
asombroso para nuestra noche. No importa la edad que un hombre tenga, él
siempre piensa que es divertido tomar, apostar y moler a palos a alguien junto a sus
mejores amigos. Nos pasamos una botella de vodka, presumiendo nuestras heridas
y fanfarroneando acerca de cuán geniales estuvimos.
—¿Viste los dientes de ese tipo explotar? ¡Bam!
—Tenía a ese gran hijo de puta contra las cuerdas. Ya estaba a punto de clamar por
su fea mamá.
—Espero que a ese perdedor le gusten las comidas líquidas, porque eso es lo único
que podrá comer por un largo tiempo.
Tomo un sorbo de Great Goose, luego lo vierto sobre mis nudillos. Park sacude su
cabeza y se lamenta.
—Mi suerte con los chicos es una mierda.
Nadie está en desacuerdo. Pero la conclusión a la que llego es esta: no es su culpa.
De verdad.
Park es más marica que la mierda. Es por cómo fue criado, rodeado de peluche. Es
como una de esas extrañas historias sobre un tigre bebé que es adoptado por una
familia de cerdos. Cuando crece, no muestra sus dientes ni salta ni gruñe.
Hace un maldito ¡oink!
Después de un minuto, pregunta:
—Realmente pensé que los iban a dejar patearme el trasero. ¿Qué cambió?
Yoongi toma un trago de la botella.
—Al diablo con eso. Ningún hombre es abandonado.
Asiento.
—Exacto. ¿Conoces la primera regla de las manadas de lobos?
—¿Cuál?
—​Cuidamos de los nuestros.

CAPITULO 12
Creo que deberíamos dar un paso atrás y tomar nota de la cantidad de alcohol que
los chicos y yo hemos consumido hasta el momento. Allí estaban los chupitos y las
cervezas en la piscina, los escoceses en la habitación y en el casino, el vino con la
cena, el coñac después, y ahora el vodka que estamos pasando alrededor como
borrachos acurrucados cerca de un cubo de basura en llamas.
No soy un peso ligero, pero eso es un montón de jodido alcohol. Estamos
fuera-y-fuera de los salones, por el amor de Dios. A pesar de que se ha extendido a
lo largo de la hora, eventualmente esa mierda se pone al día contigo. Un minuto lo
tienes todo bajo control, luego de tomar el último chupito. Las escaleras se inclinan,
y te encuentras en el piso, incapaz de caminar o formar una frase coherente sin
babear.
Recuerda este hecho.
Tengo la sensación de que va a jugar un papel importante en lo que queda por
delante.

***

Mirando por la ventana al oscuro paisaje del desierto, pregunto:


—¿A dónde vamos otra vez?
Yoongi y Namjoon sonríen el uno al otro. Namjoon dice:
—Vamos al cielo, hermano. No es mentira, este lugar es como un oasis. Topgama
de Mujeres y Hombres que saben cómo cuidar de ti. Nada está fuera de los límites,
los T y C estarán en todas partes. —Él besa sus dedos—. Como el maná del cielo.
Solo me encojo de hombros, nada impresionado. Pero, al parecer Park está
impaciente.
—¿Conductor, amigo? ¿Cuál es la demora? Yo puedo salir y caminar más rápido
que esto.
El conductor levanta la vista hacia nosotros en el espejo retrovisor.
—Lo siento, chicos. Hay un Lincoln Town Car en frente de mí haciéndolo a veinte
por debajo del límite de velocidad. Ni siquiera me deja pasarla.
Me siento y miro por la ventana frontal. Sí: es una cabello-gris. Un coche lleno de
abuelitas, en realidad. ¿Te acuerdas de mis sentimientos acerca de los conductores
ancianos en la ciudad? En caso de que no te acuerdes, sólo voy a decir esto:
amenaza para la sociedad.
Seung sostiene la botella de vodka y toma un trago. No sé si está hablando con
nosotros o con sí mismo, pero de la nada, dice:
—Voy a morir pronto.
Todos los ojos en la limusina se dirigen a él. Yoongi le pregunta:
—¿De qué demonios estás hablando?
—Estoy hablando de que mi vida está a la mitad. Y hay tantas cosas que no he
hecho. No voy a aguantar más, voy a carpe diem​** ​a esta perra de aquí en adelante.

**//C​ arpe diem: es una locución latina que literalmente significa “toma el día” o “aprovecha el momento”, en el sentido de no
malgastarlo.//**
Resoplo.
—No estás más que borracho. No te vayas a deprimir ahora. Si comienzas a llorar,
te lanzó del carro mientras aún está en movimiento.
Seung no reconoce mi advertencia. Se inclina hacia la partición que nos separa del
conductor y murmura:
—Te voy a dar cien dólares si puedes acercarte a ellas.
Sin tráfico en sentido contrario, el conductor cruza la doble línea y se hace a la par
con el Lincoln.
Las palabras de Seung salen atropelladamente cuando él se pone de pie.
—Cruzando ésta la lista por hacer. —Luego se desabrocha el cinturón y agarra la
cintura de los pantalones, bajándolos hasta los tobillos, con boxers y todo.
Todos los chicos en el auto levantan sus manos para tratar de bloquear el
espectáculo. Gemimos y nos quejamos.
—¡Mis ojos! ¡Se queman!
—Pon la boa constrictor de nuevo en su jaula, hombre.
—Ese no es el culo que planeé ver esta noche.
Nuestras protestas caen en oídos sordos. Seung es un hombre en una misión. Sin
palabras, se pone en cuclillas y empuja su culo blanco-como-un-lirio por la ventana,
deslumbrando a la pandilla de abuelitas en el coche junto a nosotros.
Apuesto a que pensaste que este tipo de cosas sólo ocurren en las películas.
Él sonríe mientras su culo es acariciado por el viento por unos buenos noventa
segundos, asegurando la óptima vista. Entonces tira de sus pantalones arriba, se da
la vuelta, y se inclina por la ventana, riendo.
—¿Disfrutaron de la luna llena, señoras?
Guauu. Seung no suele ser el tipo que asalta visualmente a las ancianas. Sin previo
aviso, su loco carcajeo se corta. Está en silencio durante un segundo, luego lo
escucho exhalar una sola palabra estrangulada.
—¿Abuela?
Entonces se agacha de nuevo en la limusina, con el rostro grisáceo, aturdido, y
totalmente sobrio. Se queda mirando al suelo.
—No hay manera de que eso acabe de suceder.
Yoongi y yo nos miramos el uno al otro esperanzadoramente, entonces nos
apresuramos a la ventana. Efectivamente, en el asiento del conductor de ese gran y
viejo coche no es otra que Loretta P. Reinhart. Mamá de George; abuela de Seung.
Cuáles son las jodidas probabilidades, ¿eh?
Loretta siempre fue una vieja perra de mal humor. No tiene sentido del humor.
Incluso cuando yo era un niño me odiaba. Pensaba que yo era una mala influencia
para su precioso nieto.
No sé de dónde sacó esa idea.
Ella se mudó a Arizona hace años. Como muchas mujeres de su edad, todavía
disfruta de un buen tirón en la máquina traga monedas, razón de sus frecuentes
viajes a la ciudad del pecado. Al parecer, este es uno de esos viajes. Yoongi y yo
saludamos y sonreímos, en un similar y armonioso sonsonete cantarín llamamos:
—Hola, señora Reinhart.
Ella sacude un arrugado puño en nuestra dirección. Entonces su compañera de
cabello esponjado en el asiento trasero nos da el dedo. Estoy bastante seguro de
que es la maldita cosa más divertida que he visto nunca.
Los dos colapsamos de nuevo en nuestros asientos, riendo histéricamente.
Seung sale de su estupor y le grita al conductor:
—¡Por el amor de Dios, hombre, acelere!
Aceleramos en la noche, aullando como Mad Hatters con gas de la risa.
Todos nosotros, excepto Seung. Conoces el dicho ¿“Lo que pasa en Las Vegas se
queda en Las Vegas”? No creo que mi cuñado vaya a ser tan afortunado.

***

El nombre del club de striptease es ​el Paraíso​. Un edificio sin ventanas de dos
pisos, color arena rodeado de frondosos árboles, estatuas de piedra, un estanque, y
varias fuentes. El ambiente como-un-oasis destaca en marcado contraste con el
árido desierto a su alrededor. A pesar de que la señal ilumina un moderno neón,
casi espero ver personas en togas, llevando grandes hojas de palma y malditas
uvas, paseando por el exterior.
Llegamos a la puerta principal. Es posible que desees prepararte. No quiero que
nadie se desplome de la conmoción. Porque, tienes que entender, los hombres son
esencialmente cerdos en ropa humana. Lo admito. No hay fin a las pervertidas
travesuras, fetiches, puntos fuertes y fantasías que somos capaces de soñar.
Y esté antro abastece a todos y cada uno de ellos.
La puerta se abre con una pelirroja como de unos cuarenta años en un camisón
verde oscuro con zapatos de tacón a juego. Tiene facciones aristocráticas, piel
pálida, labios carnosos, pómulos altos, muy bien acentuados por una costosa
cirugía plástica muy sutil.
—Bienvenidos al Paraíso, caballeros. Hemos estado esperándolos.
Paredes de color crema, baldosas de mármol, y una chimenea de piedra blanca
hacen que el vestíbulo se siente acogedor y cálido. Casi hogareño. Profunda, sexy
música martillea detrás de una puerta de caoba oscuro en el lado opuesto de la
habitación.
—Mi nombre es Carla; voy a ser su anfitriona esta noche. Si hay algo que pueda
hacer por ustedes durante su estancia, cualquier cosa, por favor no duden en
preguntar.
La boca de Park cuelga abierta, como un pez que ha visto el rostro de Dios. Yoongi
y Namjoon están risueños con anticipación, mientras que Seung todavía se ve
aturdido por mostrarle el culo a su abuela.
Pero apuesto a que va a olvidar todo eso en breve. Entramos en la habitación de al
lado. Las luces son bajas, como siempre en lugares como este, pero la habitación
es enorme para un club de striptease. Un escenario principal se encuentra en el
centro, con dos escenarios más pequeños al lado de él, cada uno con un poste
plateado estándar. Un largo bar de cristal se alinea en una pared, con dos bailarines
en tanga balanceándose en la parte superior.
Hombres y mujeres de todas las edades se encuentran dispersos por todas partes,
en pequeñas mesas, cabinas, y taburetes. Y cada uno de ellos tiene al menos dos
chicas o chicos a su lado. Por el rabillo de mi ojo veo a un tipo de cabello color
pimienta amasando las tetas de una rubia con coletas y un uniforme católico de
colegiala. Detrás de ellos, un hombre de pelo negro se levanta desnudo en una
mesa, deslizando un chupete en su ano. Luego se inclina y lo mete en la boca de un
tipo universitario salivando frente a él.
Te recuerda a algo de Sodoma o Gomorra, ¿no es así? Y todos sabemos cómo
terminaron.
Traté de advertirte.
Carla explica:
—A la izquierda está nuestra sala de juegos. He reservado una mesa de póquer
para su fiesta como usted pidió, Yoongi. Los dardos y billar están también
disponibles. Por ese pasillo están las cabinas para bailes privados, y arriba tenemos
habitaciones totalmente equipadas, incluso para unas interacciones más privadas, si
ustedes desean.
Ella nos conduce al bar.
—La primera ronda va por la casa. Esta es Jane. —Carla señala a una chica de
cabello oscuro detrás de la barra, con una chaqueta de traje y nada más—. Ella va a
ser su servidora privada.
Los ojos de Park siguen las largas piernas de la rubia con el culo al aire mientras
camina cerca.
—Pensé que era contra la ley tener personas desnudas y alcohol en el mismo lugar.
Yoongi niega con la cabeza.
—Eso es sólo en Nueva York y Jersey. Esta es la tierra de la prostitución legalizada.
Levanto un dedo.
—Pero todas las demás reglas se aplican. Lo que significa no tocar, a menos que
alguien te diga lo contrario.
La boca de Park todavía está colgando abierta. Se la cierro contundentemente.
—Contrólate, hombre. No nos avergüences o te haré ir a sentarte en el coche.
Él obliga a su rostro a relajarse. Luego menea la cabeza y deja caer sus hombros.
—No, está bien. Estoy bien. Soy. . . ¡Mierda! ¡¿Ves esa chica con la piruleta?!
Desesperado.
Me aparto.
—Jane, voy a tomar un whisky en las rocas, por favor.
Recibo una sonrisa.
—Ya mismo, señor Jeon.
Carla se despide.
—Voy a estar cerca por si necesitan mi ayuda. Disfruten de la velada, señores.
—Tan pronto como ella se aleja, dos chicas y dos chicos convergen sobre nosotros,
cada uno más impresionante que el anterior.
Me tomo mi whisky mientras un stripper cubierto en una minúscula tanga-azul de
encaje se encuentra con mis ojos.
—¿Así que esta es una despedida de soltero? ¿Y tú eres el novio?
Sonrío.
—Ese soy yo.
—Me encantan los novios.
La pequeña charla con los strippers en realidad no es la norma. Por lo general, es
más una transacción: frotar y girar a cambio de unos cuantos billetes.
Pero este no es tu típico club de striptease. Y yo soy un tipo muy amable.
—¿Y eso?
—Siempre son los más salvajes.
—Yo no. Esta noche es más para mis amigos. Sólo soy un espectador inocente.
Se ríe y pellizca mi mejilla.
—No pareces inocente. —Le da a mi cara una mini bofetada—. Te ves más como el
tipo malo.
—Culpable de los cargos.
Una chica de pelo rizado con caderas anchas, vistiendo un bikini púrpura y estando
junto a Namjoon, compite por mi atención.
—¿Quieres ver un truco de magia?
—Claro.
De la nada, ella sostiene un gran pepino.
—Voy a hacer que este pepino desaparezca. Presta especial atención. —Ella
despega su bikini, extiende las piernas, e inserta el extremo del pepino en su coño.
Entonces levanta las manos sobre su cabeza. Sus músculos abdominales se
aprietan, y por arte de magia el pepino se desliza hacia arriba, desapareciendo en
su coño.
Ahora todas nuestras bocas están colgando abiertas como Park.
Entonces, el pepino se asoma y se desliza hacia abajo. Ella lo agarra y dice
dulcemente:
—¡Ta-da!
Aplaudo.
—Eres una chica muy talentosa.
Sí, yo voy al infierno. Pero por lo menos voy a estar en buena compañía.
Namjoon levanta sus manos, los dedos separados.
—Le doy un diez por creatividad.
Yoongi añade:
—Serías una perfecta candidata para ese show Factor X.
Ella sólo me sonríe.
—¿Qué tal un baile privado, te puedo mostrar todos mis talentos?
Me encojo de hombros.
—Tal vez más tarde.

***

Una hora, un par de copas, y un centenar de billetes de $ 1 después, Carla vuelve a


unirse a nuestro pequeño grupo.
—Espero que ustedes, caballeros, ¿estén disfrutando?
Mientras yo paso el tiempo observando a dos chicos besándose con lengua bajo la
dirección de un cliente de mediana edad, Yoongi responde:
—Lo estamos, gracias. El servicio y las instalaciones son impecables.
—Nuestro objetivo es complacer. Y ahora es el momento de darle al invitado de
honor una verdadera bienvenida al Paraíso. —Ella toma mi brazo—. ¿Si vienes
conmigo, Jungkook?
Eso toma mi atención del Show de los Hombres.
—Estoy bien aquí, gracias.
Ella sonríe persuasivamente.
—Me temo que no es opcional. Tus amigos insistieron.
Frunzo el ceño a los chicos.
—¿Qué hicieron imbéciles?
Yoongi ríe siniestramente.
—Nada que no esperabas.
—Es tu última noche de libertad, hombre. Disfrútalo —añade Namjoon.
Otras dos chicas vienen detrás de mí. Ellas y Carla me jalan de mi taburete y me
guían al escenario mientras Seung grita:
—¡Eso sólo va a doler por un minuto!
Decido ir con la corriente. Era demasiado esperar que los chicos no tuvieran algún
enfermo y retorcido evento planeado. Lo mejor ahora es simplemente acabarlo de
una vez. Una solitaria silla permanece vacía en medio del escenario.
Mientras tres pares de manos femeninas me empujan hacia abajo en ella, las luces
disminuyen un poco más. Los focos bailan alrededor de la habitación, y cuando
“One More Night” de Maroon 5 empieza, el público aplaude.
Dos mujeres salen de detrás del escenario. Llevan tangas negras y unos tops con
botones negros. Después de unas pocas sacudidas de culo y unas patadas altas
para la multitud, se vuelven hacia mí. Una cae de rodillas y se arrastra alrededor de
mis piernas como una sumisa y atractiva gatita
Sus manos se deslizan hacia arriba de mis pantorrillas hasta mis rodillas y empuja
mis piernas abiertas ásperamente. Luego ata cada tobillo a la pata de la silla con
una cinta sorprendentemente gruesa. La chica en mi espalda corre sus uñas rojas
por mi pecho, deteniéndose justo por encima de la zona de peligro.
Luego le da un tirón a mis brazos hacia atrás y ata las muñecas detrás de mí. No es
exactamente agradable. A algunos chicos les gusta ser dominados, pero como ha
demostrado la historia, soy mucho más del tipo dominador.
Pero mi interés se despertó. La multitud se vuelve loca cuando un chico aparece al
frente y en el centro, balanceándose con gracia alrededor del poste, obviamente, la
estrella del espectáculo. Él es pequeño, pero con muslos altos, en botas negras de
tacón increíblemente puntiagudas para hacerlo parecer más alto.
Su cabello está escondido bajo una gorra de cuero negro, un impactante brillo rojo
cubre sus labios, y unas gafas de sol oscuras ocultan gran parte de su rostro. El
resto de su cuerpo, sin embargo, está desnudó para que todos lo vean. Una tanga
negra con apenas un triángulo se cierne sobre sus caderas. Sus pezones están
adornados con borlas y nada más.
De espaldas a mí, él se arranca la gorra y la arroja a la multitud, dejando al
descubierto brillante cabello castaño. Toma unos pequeños giros en el poste, luego
se vuelve hacia mí y se mueve adelante.
Por un momento, juro por mi hijo que era Taehyung. El rostro y las dimensiones
corporales son similares.
Tras una inspección más cercana, me doy cuenta de las diferencias, sin embargo.
Además del hecho de que Kim Taehyung nunca estaría en un escenario su polla y
culo en la cara de extraños, a menos de que en realidad quiera que yo pinche con
un pica hielo los ojos de todos los gilipollas en el lugar.
Y, sí, eso incluiría los imbéciles con los que vine.
Pero también, la piel de este chico es más pálida que la de mi prometido, los labios
y cara más delgados, el pelo más claro, no es exactamente el mismo tono caoba.
Aparte de eso, el parecido es jodidamente aterrador.
Él gira y se inclina contra mí, con la espalda pegada a mi pecho. Su cabello cae
sobre mi cara y me hace cosquillas en la nariz. Él huele. . . genial. Justo como
madreselva y jazmín. Es un incienso almizclado, como el aroma de una habitación
cerrada después de horas de follar fantásticamente. Él no huele casi tan increíble
como Taehyung, pero su bouquet es lo que yo definiría probablemente como
increíble si nunca hubiera tenido el placer sublime del aroma de Taehyung.
Sus brazos se enrollan alrededor de mi cuello y su culo anida perfectamente contra
mi polla. Luego se desliza por entre mis piernas abiertas y se arquea hacia adelante
con elegancia, levantando su culo tentadoramente hacia mi cara. Planta sus pies en
el suelo y endereza las piernas, mientras que todavía se inclina por la cintura. Luego
desliza la tanga por sus piernas y golpea su nalga derecha con fuerza, de la manera
en que estoy seguro que todos los hombres y mujeres en el lugar se muerden las
uñas por hacer.
Se levanta y se vuelve hacia mí de nuevo. Levanta una pierna lentamente hasta que
está alrededor de mi cabeza, dándome una imagen sin obstáculos y detallada de su
polla al descubierto.
Juro que trato de no mirar. De verdad.
Pero lo hago.
Dame un puto descanso, estoy comprometido, no muerto.
Él se sube a mi regazo, frente a mí. Luego mete la tanga que había usado en mi
boca. La multitud ruge en un crescendo ensordecedor.
Creo que el loco tren acaba de saltar la pista. Me gustaría bajar ahora, y no de la
manera feliz. Todo es diversión y juegos hasta que tienes a alguien frotándose
contra tí y los fluidos corporales de otra persona en tu lengua. Taehyung nunca
estaría de acuerdo con esto.
Recuérdame tomar un poco de Listerine cuando volvamos a la habitación.
Sus labios rojos sonríen mientras arrebata el lazo de mi cuello, y yo me las arreglo
para escupir su tanga. Sin inmutarse, él pone sobre mis hombros la corbata y
sostiene cada lado como las riendas de un caballo. Envuelve los extremos alrededor
de sus manos y las utiliza para hacer palanca. Sus caderas se balancean y giran
expertamente, de la forma que sólo un bailarín experimentado o una puta cara,
sabrían.
Para mi horror absoluto, mi polla se endurece. Se mueve rápidamente, listo en
rígida posición.
Desde el día en que Taehyung me dejo follarlo, yo, y mi polla, no le hemos dado a
ninguna otra persona una segunda mirada. No importa qué tan atractiva, atractivo o
disponible esté, no hemos estado interesados. O excitados.
Ni una maldita vez.
Se siente completamente equivocado. Usando las palabras de Taehyung, es como
una brújula apuntando al sur. Si eso llegara a suceder, significaría que el universo
está descentrado. El fin del mundo tal y como lo conocemos. Así es como esto
parece.
Justo como una traición.
Tal vez los sacerdotes tenían razón, después de todo. Quizás los penes son malos.
Fulmino con la mirada mi regazo.
Traidor

CAPITULO 13

Después de que las luces del escenario se apagan y soy desatado de la 
silla, no puedo salir del escenario con la suficiente rapidez. Hago una línea 
recta hacia mi lugar feliz, también conocido como el bar. 
Los chicos me rodean, palmeándome en la espalda y riéndose como los 
chimpancés en el zoológico. 

—¡Eso fue impresionante! 

—Estoy repensando todo este asunto del matrimonio. Si me consigue un 


puto espectáculo así, yo podría hacerlo. 

—Me quedo con esos segundos cualquier día. . . . ¡No había nada 
descuidado sobre ese moreno! 

Un millón pensamientos corren por mi cabeza a la vez, pero pongo un 


frente sólido. 

—Fue genial. —Hablo rápidamente, girándome para unirme al juego de 


póquer en la trastienda. Mientras los demás se abren camino a través del 
cuarto, Yoongi se vuelve hacia mí, donde todavía estoy sentado en el bar. 

—¿Estás bien, hombre? 

Lamo mis labios secos. 

—Sí, estoy bien. Solo voy a terminar mi bebida. 

Él asiente con la cabeza comprensivamente y me deja solo. Tengo que 


admitirlo, estoy un poco inestable. ¿Qué demonios fue eso de la erección? 
¿Sucedió porque el hombre moviéndose sobre mí se parecía tanto a 
Taehyung? Y lo más importante, ¿tengo que contarle a Taehyung al 
respecto? 

Jesús. 
Voy de mirar mi bebida a tragarla en 0,5 segundos. No hay manera de que 
le cuente a Taehyung. 

No me mires así. Quien dijera que la honestidad era la mejor política nunca 
vivió con nadie. A veces, lo mejor es mantener la boca cerrada. Existen 
ciertas cosas que las personas no quieren saber, cosas, como esto, que 
lograrán nada más que molestarlas. 

Me siento cómodo con mi decisión. . . hasta que alguien me toca el 


hombro. 

Me doy la vuelta para encontrar un par de grandes y hermosos ojos 


marrones sonriendo hacia mí. Si mi polla tuviese un codo, me empujaría 
con él. 

Él se ha cambiado desde el espectáculo en el escenario. O, mejor dicho, 


encubierto. Lleva un camisón rojo de encaje hasta la rodilla, a juego con 
zapatos de tacón alto. En realidad es bastante conservador para un lugar 
como este. De cerca, observo que su piel es de color blanco cremoso y 
claro, con casi nada de maquillaje. 

Su pelo aún está liso y brillante, de aspecto suave. 

Él me saluda con un alegre: 

—Hola. 

—Hey. 

—Soy Baek. 

Asiento con la cabeza. 


—¿Se están divirtiendo esta noche? 

Le señalo al camarero por otra. 

—Seguro, esto es. . . súper. 

Baek se sienta —sin ser invitado— en la silla junto a la mía. 

—Me alegro. Quería asegurarme de que habías disfrutado el show, porque 


soy nuevo aquí. Sólo empecé hace unas semanas. 

La revelación me sorprende. 

—Nunca lo hubiera adivinado. Eres natural. 

Su sonrisa se ensancha. 

—Vaya, eres tan dulce. —Su voz se reduce a un susurro, como si 
estuviera a punto de derramar información de alto secreto—. Pero en 
realidad no soy un stripper, ya sabes. 

Miro alrededor de la habitación. Entonces lo observo de arriba abajo. 

—¿Esto es cierto elaborado juego de rol? 

Él se ríe. 

—Soy estudiante, en realidad. Este es mi último año en la Universidad de 


Nevada. 

Comento secamente: 
—¿Un estudiante haciendo strippers en su camino a través de la 
universidad? Qué tan estereotipado. 

Rueda los ojos. No muy diferente de la forma en que frecuentemente lo 


hace Taehyung. 

—Fui mesero en Hooters durante un año. Pero con la economía como 


está, tuvieron recortes. Y fui despedido el mes pasado. 

—Siempre he pensado que las tetas y el culo eran a prueba de recesión. 

Se encoge de hombros y sorbe su bebida. 

—No pensamos todos. 

Juego con la servilleta en el bar, sintiendo los ojos de Baek evaluándome. 

—¿Qué? 

—Tú... no te pareces en nada a los otros novios que he visto en este lugar. 
Ellos actúan como si yo fuera su última comida antes de la ejecución. Pero 
tú eres diferente. Es agradable. 

A pesar de que parece sincero, sospecho del acto del 


agradable-chico-solo-tratando-de-sobrevivir. Los strippers se desnudan 
por dinero, ese es su trabajo. 

Reciben más dinero si a los clientes les gustan, si el stripper puede 


hacerlos sentir que son especiales. Diferentes. "Yo no hago esto por 
cualquier tipo", dicen, y — bam— antes de que el perdedor lo sepa, todo 
su cheque de pago se va por el desagüe. 

O hasta la entrepierna, en este caso. 


Baek pone su mano en mi pierna, y empieza a frotar moviéndose más y 
más arriba. 

—¿Qué tal si vamos a la parte de atrás para un baile privado? Incluso te lo 
haré gratis. Será un placer. 

¿Qué te dije? ¿Puedo llamarlas, o puedo llamar? 

Detengo su mano errante con la mía. 

—No puedo. 

Se inclina hacia mí y lo intenta de nuevo. 

—Claro que puedes. 

Pero yo sostengo mi tierra. 

—Puedo. Pero no lo haré. 

Él se detiene, finalmente, entendiendo el punto. Luciendo un poco 


confundido, pregunta: 

—¿Tienes uno de esos locos y controladores novios? ¿Del tipo que te 
hace prometer no bailes privados, incluso en tu despedida de soltero? 

Niego con la cabeza. 

—De ningún modo. No creo que él estaría cabreado. Pero. . . Creo que 
estaría herido. 
Eso es lo que nadie te dice sobre estar enamorado. Claro que es 
magnífico y sorprendente y se siente jodidamente fantástico. Pero hay 
estrés también. 

Obligación. Responsabilidad. El conocimiento de que la felicidad de 


alguien —de otra persona que significa mucho para ti— puede ser 
producida o destruida por las decisiones que tomas. Por las cosas que 
haces. 

O en mi caso, las cosas que no haces. 

—Lo he hecho antes, tome una mala decisión. Lo herí. Y estoy 


determinado a no hacerlo nunca de nuevo. 

Los ojos de Baek están vidriosos con admiración. Probablemente no está 


acostumbrado a hablar con un tipo que no es un idiota total y absoluto. 
Para él, debe ser como cuando esos científicos en los años sesenta se 
dieron cuenta que los simios eran capaces de aprender el lenguaje de 
señas. Una revelación. 

Él besa la punta de su dedo y lo presiona contra mi mejilla. 

—Espero que tu novio sepa lo afortunado que es, Jungkook. 

Sonrío. 

—Me aseguro de recordárselo todos los días. 

Baek sonríe con nostalgia. Luego su mirada se vuelve hacia el otro 


extremo de la habitación, donde un señor mayor en un costoso traje se 
sienta por sí mismo, luciendo solitario. 
Salta de la silla de la barra. 

—El deber llama. —En una ráfaga de pelo oscuro, se aleja. 

Mis ojos lo siguen cuando se va. Y, gracias a Cristo, mi polla no se mueve 


ni un centímetro. 

Antes de que llegue a su destino, tengo una idea. La práctica hace al 
maestro, y no hay mejor práctica que un stripper nuevo de mente abierta. 

Llamo a su espalda. 

—Voy a pagar para ese baile privado después de todo. 

Sus ojos se iluminan. 

—Bueno. 

—Pero no es para mí. 

Lo guío a la trastienda, donde Park está jugando poker —pobremente— 


con Seung, Namjoon, y Yoongi. 

—Oye, imbécil, ¿alguna vez has tenido un baile privado? 

Sospecha lava su cara, probablemente pensando que lo estoy fijando 


para ser el blanco de una broma. No es que él necesite ayuda en ese 
departamento. 

—No, no lo he hecho. ¿Por qué? 

Sonrío y hago un movimiento entre cada uno de ellos con la mano. 


—Baek, este es Bogum. Bogum-Baek. 

Park se para y Baek enlaza su brazo alrededor de él. 

—Un primerizo, ¿eh? Voy a tomar buen cuidado de ti. 

Sólo estoy acumulando buenas acciones hoy, ¿no? Toco en sus hombros. 

—¡Diviértanse niños! 

Mientras se alejan juntos, escucho a Park preguntar: 

—¿Has escuchado ese uno sobre el sacerdote y el rabino en un bar? 

Cierro los ojos y sacudo la cabeza. Jodido sin esperanza. 

Le digo al distribuidor de póquer que me reparta, a continuación, pongo 


mi dinero en la mesa y coloco las fichas verdes que ella desliza en mi 
camino. Sin preguntar, una chica de tragos coloca un whisky fresco en 
frente de mí, y yo pongo mi propina sobre la bandeja. Paraíso no es un 
club de striptease común y corriente. 

No se trata sólo de los bailarines, se trata de hacer que los clientes se 
sientan como reyes. Anticipándose a sus necesidades y deseos. 

Namjoon cambia dos cartas y comenta: 


—Jeon Jungkook rechazando un baile privado, eso me pone triste. 

—Lo rechacé por respeto a Taehyung. Al igual que él canceló el masaje 


masculino por respeto a mí. 

Seung sonríe y me felicita. 

—Has llegado muy lejos hasta ahora, pequeño saltamontes. 

Sonrío. 

—Taehyung y yo tenemos una relación muy respetuosa. 

Esto es en su mayoría cierto. Aunque, a veces, un poco de falta de 


respeto puede llegar a ser un muy buen tiempo. 

Vamos a examinar más de cerca esa teoría: 

Después de lo que se siente como una eternidad de no estar dentro de 


Taehyung, nuestra prohibición de relaciones sexuales de seis semanas, 
por fin ha llegado a su fin. Mis padres generosos —a quienes amo esta 
noche más que nunca— estuvieron de acuerdo en venir a nuestro 
apartamento y ver a Jihoon durante unas horas. 

Mi pene tiene fabulosas ideas, sucias sobre cómo pasar cada minuto de 
esas horas. 

A pesar de sus intenciones, no fuimos directamente a la habitación del 


hotel que alquilamos para la noche. ¿Por qué no? Te preguntaras. La 
respuesta corta es porque Taehyung es mi dueño, ahora soy un 
pusilánime —y un maldito idiota. La respuesta larga es que Taehyung 
puso esfuerzo extra en vestirse para nuestra noche juntos— se pintó el 
cabello, enrizo su pelo, y compró un pequeño atuendo negro caliente que 
hace que su trasero y cintura se vean fantásticos. Lo que significa que 
quiere pasar al menos parte de la noche en público. Alrededor de otros 
adultos. 

Participando en una conversación que estimulará su mente aguda 


mientras que yo tengo pensado en estimular su polla con mi lengua dentro 
de muy poco. 

Así que... estamos comiendo la cena en Jean-Georges, un restaurante 


ultra chic que también pasa a estar ubicado a una cuadra de nuestra suite 
de hotel. 

Hablar durante la cena era interesante y divertido, como siempre. 


Hablamos de Jihoon, el trabajo, la próxima transición de Taehyung de 
vuelta a la oficina, y mi conversión inminente de que papá se queda a 
tiempo parcial en casa. La comida también era genial. Sin embargo, no ha 
sido exactamente una comida agradable para mí. 

Mi cuerpo se pone nervioso fuertemente con anticipación, y cada cosa 


que Taehyung hace me da ganas de follarlo mucho más. La forma en que 
sus dedos 

agarran su vaso de agua, la forma en que lame sus labios y desliza el 
tenedor en su boca. 

Cristo. 

Es una bendición que no se pueda realmente morir de calentura, porque 


ya sería una fría piedra para ahora. 
A pesar de que Taehyung ha sido estricto en cuanto a lo que come, 
porque está trabajando duro para volver a sus jeans "ajustados", le 
convencí para permitirse algún postre. 

No es mi mejor idea. 

—Mmmm... —Él gime en un bocado de pastel de chocolate. 

Mi polla se sacude, como un toro salvaje con muchas ganas de salir de su 
jaula. 

Me trago el resto de mi vino, recordándome a mí mismo que sólo van a 


ser un par de minutos más hasta que lo tenga todo para mí mismo. 
Desnudo. Sin nadie y nada que nos moleste durante cuatro horas 
dichosas. 

Taehyung empuja su plato hacia atrás y se limpia la boca con elegancia 


con la servilleta. Entonces él me mira pensativo. 

—Me he estado preguntando acerca de algo. 

—¿Qué te estás preguntando? —Me sorprende que mi voz sea en 


realidad nivelada. Teniendo en cuenta la entrepierna de mis pantalones 
que ahora está dolorosamente ajustada. 

—¿Te acuerdas de la noche que nos conocimos, en REM? 

Me inclino hacia delante en la silla y corro mi dedo hacia arriba y abajo de 
su brazo desnudo. 

—Cada detalle de provocación. 

A él le gusta mi respuesta. Sonríe. 


—¿Qué crees que habría pasado si me hubiera ido a casa contigo esa 
noche? 

Fuerzo mi mirada arriba para mirarlo a los ojos. 

—Hubiera hecho exactamente lo que dije, darle a la palabra placer un 


significado totalmente nuevo. 

—Pero ¿qué pasa después? 

Esta es una de esas preguntas hipotéticas difíciles que a las personas les 
encanta hacer, sólo para joder tu cabeza . 

"¿Qué hubiera pasado si conocías a mi hermana primero?" "¿Me hubieras 


respetado si te follaba en la primera cita?" "Si pudieras volver atrás en el 
tiempo, ¿todavía querrías casarte conmigo?" 

Contrariamente a la creencia popular, definitivamente hay una forma 


correcta y una incorrecta de responder. Por desgracia para los hombres, 
la respuesta honesta es por lo general la equivocada. 

Pero como he jurado que nunca le mentiría a Taehyung de nuevo —y 


porque él sabría si soy un puto mentiroso— voy con la verdad. 

—Después, hubiera pagado tu tarifa del taxi y me hubiera ido por mi feliz, 
satisfecho sexualmente camino a casa. —Guiño—. Y hubiera clasificado 
nuestra noche como la mejor de mi vida. Hasta aquí. 

Él no frunció el ceño, exactamente, pero el potencial está ahí. La 


decepción se instala en sus ojos marrones, y los bordes de su sonrisa 
caen un poco. 
—¿Eso es todo? ¿Así que no crees que estaríamos juntos en este 
momento? 

Tomo su mano y la sostengo en la mía, mirando por encima antes de 


besar a cada uno de sus dedos. 

—Yo no he dicho eso. Al igual que la mayoría de los genios, mis epifanías 
toman un poco de tiempo para instalarse. Me hubiera pasado la mayor 
parte del domingo recordando, pero para el domingo a la noche, estaría 
comenzado a buscar la manera de encontrarte de nuevo. 

Justo así, el pre-ceño se desvanece. 

—¿Habrías buscado los segundos? 

—Segundos, tercios, cuartos... ¿y cuando te encontré en mi oficina el 


lunes? Puedes apostar tu culo que mi sofá se habría escandalizó mucho 
antes. 

Taehyung se inclina hacia adelante, a propósito tomándome el pelo con 


su dulce fragancia instalándose en mis sentidos. 

—¿Qué pasa con la regla-Jeon-Jungkook no monta la misma montaña 


rusa dos veces? 

Me gusta el paisaje. 

—He demostrado más allá de toda duda razonable que cuando se trata 
de ti, mis reglas fueron siempre hechas para ser rotas. Si fueras la 
montaña en cuestión, hubiera comprado todo el parque de atracciones de 
mierda y te hubiera montado hasta que no pudiera verte bien. 
La mano libre de Taehyung se desliza hacia arriba de mi muslo, 
avanzando cerca de la tierra santa. Su voz está bromista. Juguetona. 

—¿Está coqueteando conmigo, señor Jeon? 

—Si tienes que preguntar, estoy obviamente fuera de práctica. — Levanto 


mi juego—. Quítate tus calzoncillos. Aquí mismo, ahora mismo. Luego 
dámelos. 

¿Cómo es eso de coquetear? 

Su mano se detiene de su exploración. 

—Me temo que no puedo hacer eso. 

Él no suena tímido o conmocionado. Así que sé que su negativa no es 


porque no quiere. 

La bombilla lasciva se prende por encima de mi cabeza. 

—No llevas ningunos, ¿verdad? 

Taehyung me mira a los ojos. Y sexymente hace estallar la p cuando dice: 

—Nop. 

Al instante mi dedo se eleva hacia el camarero. 

—La cuenta, por favor. 

El camarero trae rápidamente la cuenta, y lanzo un puñado de billetes 


sobre la mesa. En un apuro, me pongo de pie. 
Taehyung se ríe. 

—Ellos van a pensar que estas infeliz acerca de la comida, Jungkook. 

Lo ayudo a salir de su asiento y bajo mi boca a su oído. 

—No me importa una mierda lo que piensen. Si no te saco de aquí ahora 


mismo, voy a tumbarte en esta mesa y darles a los demás clientes un 
espectáculo que nunca olvidarán. 

Él levanta la vista hacia mi cara audazmente. 

—Y yo te dejaría. 

Ajeno a las miradas de los clientes y el personal, Taehyung envuelve sus 


brazos alrededor de mi cuello y me besa. Cuando su lengua demandante 
acaricia la mía, la sensación se va directo a mis pelotas. Con mi brazo 
alrededor de su espalda baja, le digo: 

—Estas toda arreglado-Pensé que querías salir de noche. 

—Jungkook, no me he venido en seis semanas. Lo único que quiero es tu 


polla tan profunda dentro de mí, que pueda saborearla. 

En realidad no recuerdo salir del restaurante después de eso. La 


revelación impresionantemente sucia de Taehyung debe haber frito mi 
cerebro. 

Lo siguiente que sé, es que estamos en la acera y yo lo estoy arrastrando 


a un lado del edificio, a un estrecho callejón lo suficientemente ancho 
como para adaptarse a un contenedor de basura que da a la calle. Tengo 
suficiente conciencia como para llevar a Taehyung a la parte más alejada 
de ello, por lo que estamos a salvo de la vista de los coches y los 
peatones. Mis ojos escanean el camino por intrusos. Al no encontrar 
ninguno, dedico toda mi atención a Taehyung —a compensar todos los 
días sin revolcones que él soportó. 

Mi mano se entierra en su pelo, agarrando las hebras suaves, 


manteniendo cautiva su cabeza mientras saqueo su boca con mi lengua. 
Tae se retuerce y se frota contra mí, tirando de mi camisa de mis 
pantalones y trabajando en mi cinturón. 

Es en momentos como este que deseo que Dios hubiera hecho a la gente 
más como los pulpos —seis manos extra serían convenientes en este 
instante. 

Estamos voraces por el otro— desgarrando y tirando de la ropa molesta, 


con ganas de tocar cada zona erógena al mismo tiempo. 

Esto me recuerda a la primera vez que nos besamos, esa noche en mi 
oficina años atrás. Se siente igual que aquella noche, deseaba a 
Taehyung, fantasee con él durante semanas después también. La 
diferencia ahora es que, sé exactamente lo que he estado jodidamente 
extrañando. Así que estoy más hambriento, bordeando totalmente fuera 
de control. 

Mi mano se desliza por la parte delantera de su camisa. Froto su pezón, y 


un gemido de bienvenida reverbera en la garganta de Taehyung. Mis 
dedos rozan y pellizcan su pezón, haciendo que se endurezca hasta un 
pico perfecto. Taehyung retira su boca de la mía y se mueve a mi cuello, 
chupando y lamiendo-pellizcando la piel sensible con los dientes. Me hace 
débil en las malditas rodillas. 
Cambio de marcha y deslizo mis manos por sus muslos, bajando su 
pantalón. Entonces me arrodillo y me detengo por un momento para 
apreciar la vista de su exquisitamente suave polla. 

Jadeando, Taehyung trata de cubrir su vientre con las manos. 

—Sé que no estoy... 

—Jodidamente no termines la frase. —Agarro sus muñecas, 


manteniéndolas lejos de su cuerpo. 

El embarazo es una experiencia extraña. Tantos cambios 


rápidos-mentales, emocionales, físicos. Y, no, Taehyung no se ve 
exactamente como lo hacía antes. Pero sólo un imbécil total esperaría que 
lo hiciera. 

Sólo al gobernante eminente de todos los estúpidos le importaría. 

—Has hecho a una persona, Taehyung. Una persona perfectamente 


increíble. — 

Entonces miro hacia arriba a sus ojos y le digo honestamente—. Nunca 


has estado más hermoso para mí de lo que lo estás en este momento. 

Una sonrisa tira de sus labios enrojecidos. Libero sus muñecas, 


inclinándome hacia adelante, y presiono mi boca contra la suave carne de 
su miembro. 

Hola, viejo amigo. Te he echado de menos. 

 
 

Minutos más tarde, todavía estoy respirando profundo en el cuello de 


Taehyung, 

y él continúa temblando con las réplicas. Todavía dentro de él, levanto mi 
cabeza y cepillo el pelo de la cara. 

—Eso fue impresionante. 

Él sonríe ampliamente, en esa sonrisa geométrica tan tuya. Tan hermoso. 

—Alucinante. 

Con cuidado, lo puse de nuevo en tierra firme. Entonces ayude a 


acomodar sus ropas en su lugar y a mí mismo y cerré la cremallera. 

—Y todavía tenemos una habitación entera esperando por nosotros. 

—Llévame a mi suite. —Taehyung extiende la mano. 

La tomo. 

—Va a ser un placer. 

Literalmente. 

Volviendo a la acera, la niebla de la lujuria se despeja y Taehyung pone la 


mano que no estoy sosteniendo sobre sus ojos. 
—No puedo creer que tuvimos sexo en un callejón. 

Resoplo. 

—No puedo creer que esperamos tanto tiempo para tener sexo en un 
callejón. ¿Qué estaba pensando? 

Esa es una actividad que, definitivamente, va en mi lista de repetición. 

¿El follar en los callejones es respetuoso? En general...no. Pero en este 


caso, era justo lo que recetó el doctor. 

Ahora, de vuelta a nuestro juego de cartas. 

Namjoon se vuelve a Seung. 

—¿Qué dices, Reinhart, tú y yo y dos de las damas más flexibles del club? 

—Jaehwa me arrancaría la cabeza si me dan un baile privado o de otra 


manera —Seung lamenta. 

Yoongi sonríe. 

—Jimin se uniría, pero sólo si alcanza a ver. 


Seung niega con la cabeza. 

—No quiero darle otra razón para estar enojada conmigo. 

Yoongi se ríe. 

—Pero esa es la forma en que funciona, hombre. Jimin es más feliz 


cuando estoy echándolo a perder, dándole una excusa para gritarme. Él 
se siente necesitado, y me hace apreciar lo afortunado que soy de tenerlo. 
Ese es el círculo de la vida. 

Seung considera la idea, pero todavía le dice a Namjoon: 

—No creo que los hombres casados pertenezcan a una cabina privada. Si 
quiero un espectáculo de striptease, voy a comprarle a mi esposa 
lecciones de pole dancing. —Su rostro se ilumina—. De hecho, ese va a 
ser el regalo del día de la madre. Boom-tacha eso de la lista. 

Al principio fruncí el ceño ante la imagen visual.... pero luego lo superé y 


sonreí. Porque sé exactamente qué regalarle a Taehyung para mi 
cumpleaños. 

Después de que Park salió de la cabina privada luciendo aturdido y 


satisfecho — y caminando con rigidez, porque lo más probable es que se 
haya corrido en sus pantalones— todos nos sentamos en la primera fila 
del escenario principal para disfrutar de otro espectáculo. Esta vez sin mi 
participación. Era una producción temática de fuerza femenina, es decir, 
tres niñas y una variedad de juguetes con pilas. Un espectáculo como ese 
está garantizado para hacer a cualquier hombre esperar por un bis. 

Le di una ovación de pie. 

Entonces, los cinco fuimos de nuevo a la sala de juegos para un torneo de 
dardos. ¿Nos ves allí? Namjoon está tomando su turno, Seung ve a otro 
miembro del Stripper Lollipop Guild jugando al escondite con el Blow 
Pop** a través de la habitación, mientras que Yoongi, Park, y yo nos 
apoyábamos contra la pared cuidando nuestras bebidas. 

**//Caramelo con chicle adentro. Chupetín.//** 

El teléfono de Park suena con un mensaje entrante. Él mira hacia él 


durante unos segundos y se ríe. 

Por ninguna razón en particular, pregunto: 

—¿Qué es gracioso? 

Su reacción despierta mi interés. Deja caer la mano que sostiene su 


teléfono a su lado y limpia la sonrisa de su cara. 

—Nada. 

Me empujo de la pared y me paro delante de él. 

—Déjame ver tu teléfono. 

Lo pone detrás de su espalda. 


—Es una estupidez. Nada que quieras ver. 

—Bueno, ahora malditamente quiero. 

Luciendo como una rata acorralada, él llama a Seung. 

—Reinhart, piensa rápido. —Y lanza el teléfono en el aire. Seung lo atrapa, 


pero porque siempre amaba a un buen jugar al monito, cuando me acerco 
a él, se lo tira a Yoongi. Yoongi incluye a Namjoon en el juego. Tomo tres 
pasos hacia Park, así que estoy justo en frente de él cuando coge su 
teléfono. Entonces termino el juego con un golpe no muy difícil de tripa de 
Park. 

Ooomph. 

Se dobla, sosteniendo su abdomen. El teléfono cae de sus manos y 


traquetea al suelo. Lo recojo y accedo a la pantalla principal. Park 
carraspea. 

—Jeon, te lo estoy diciendo como un amigo, no debes mirar las fotos. 

Lo ignoro. 

Con sólo pulsar un botón, las imágenes aparecen en todo su 


asquerosamente brillantez, en alta resolución, el esplendor de varios mega 
píxeles. Este es un día 

histórico-márcalo en tu puto calendario. Por una vez en su vida, Park 


estaba en lo cierto. 

No debería haber mirado. 


Los chicos se asoman por encima de mi hombro mientras me desplazo a 
través de las imágenes, con claridad de esta noche. La primera es de 
Taehyung sobre los hombros de algunos bastardos sin nombre, con el 
torso desnudo, rodeado de las manos extendidas de varios otros gilipollas 
que tienen un gran parecido a Tarzán. 

No me gusta, pero puedo vivir con ello. 

La siguiente muestra a Taehyung acunado en los brazos musculosos de 


un diferente capullo usando una tanga. Las manos de Taehyung 
descansan sobre sus hombros, y su short se ha elevado en lo alto de sus 
muslos. Ahora planeo quemarlo como residuos tóxicos en cuanto 
volvamos al hotel. 

Mi agarre en el teléfono es apretado. Si fuera un superhéroe, sería polvo 


para ahora. Pero me las arreglo para mantener mi mierda junta. 

Seung comenta detrás de mí. 

—Anímate, pequeño campista, no son tan malas. 

Entonces me deslizo a la imagen final. 

Namjoon dice: 

—Oh, esa es una mala. 

¿Mala? Malo es un chico que se liquida con su bicicleta, quitándose varias 


capas de piel. Malo es Derek Jeter siendo marginado por una lesión 
durante los play-offs. Esta foto no es mala. Es una blasfemia. 
Él está recostado en un sofá tapizado oscuro, con un chico encima de él 
alineado justo para follarlo con la ropa puesta a través de su negra, 
brillante tanga. 

Si él pusiera las piernas de Taehyung sobre sus hombros, estarían en una 


de sus posiciones favoritas. Y él está sonriendo. Taehyung está mirando 
lejos de la cámara, a un lado, pero su boca está abierta. Congelada en 
una amplia, risa sonora. 

No es exactamente la imagen del leal, dedicado prometido ¿no? 

Cada músculo de mi cuerpo exige que meta la mano en el dispositivo, 


agarre al hijo de puta encima de él, y lo asfixie como la mierda. Pero el 
golpe final es cuando veo la escritura debajo de la foto. El mensaje de 
Jimin que probablemente alegremente envió. Eche un vistazo: 

¿Jungkook quién? :D 

¿Recuerdas lo que decía antes? ¿Acerca de cómo cuando estás 


enamorado, las decisiones que tomas pueden tener efectos enormes 
sobre la persona que amas? 

Bueno, no estaba hablando solo acerca de mis decisiones. Me refería a 


las de Taehyung también. 

Algo dentro de mí se agrieto. Quebró. Yoongi —el único que siente cuán 
peligrosamente cerca del borde estoy— intenta detenerme. 

—Es sólo un baile erótico, amigo. Es su despedida de soltero. Mañana 


todo vuelve a la normalidad. 
Me río y mi boca tiene un sabor amargo. Mis movimientos son peligrosos 
y desesperados. Tiro la mano de Yoongi a lo lejos y lanzo el teléfono de 
Park de nuevo a él. 

—Tienes razón, Yoongi, no significa una mierda. Nada de esto es real, 


¿verdad? Es el entrenamiento de mierda de Cenicienta, una sola noche de 
regalo, entonces mañana, será como si nunca hubiera pasado. 

Yoongi frunce el ceño. 

—Jungkook... 

Park interrumpe: 

—¿Podrías dejar de ser un maldito hipócrita? —Él sostiene sus manos a lo 
ancho—. ¿Ves a dónde estamos en este momento? 

No pienso en cómo una vez más está en lo correcto. No pienso en todas 


las cosas malas que he cometido, o de todas las promesas que he hecho. 

Por qué, ¿volviendo a los días del hombre de las cavernas? No tenían 
tiempo para considerar las ramificaciones de sus acciones cuando un 
mamut lanudo se dirigía hacia ellos. Lo único que podían hacer era 
reaccionar. Ese mismo instinto primario me está empujando ahora. Me 
conduce a hacer algo, cualquier cosa, para deshacerme de los celos que 
queman a través de mi pecho. 

Érase una vez un hombre, y él era increíble. Tenía la vida perfecta, buena 
apariencia, un gran trabajo, dinero para quemar, y mujeres y hombres 
tropezándose entre ellos para dejarse follar por él. Él era el as en la 
manga. Un número uno. Sr. Sin Disculpas, sé exactamente lo que quiero y 
lo consigo, si no estás conmigo, estás contra mí, súbete a bordo o lárgate. 
Me gustaba ese tipo. Él llamaba por tragos. Él estaba en control. Y nunca 
hubo un momento en que se sintiera tan mal como lo hago ahora. Sobre 
cualquier cosa. 

Sé lo que habría dicho en un momento como este: Stella puede lamer las 
bolas de Chomper; Jungkook es el que necesita conseguir su ritmo de 
vuelta. Entonces él habría agarrado a una stripper y pagaría por un baile 
privado lascivo, tal vez pagaría por más. Para igualar el marcador. 

Pero si crees que sabes cómo va esto, estás jodidamente mal. 

Porque no voy a hacer nada de eso. 

¿Cómo la mierda que esto es, como lo enfermo y celoso que ver esas 
fotos me hacen sentir? Sé de algo que se siente aún peor. 

Decepcionar a Taehyung. Romper su confianza. Hacerlo llorar. 

Taehyung me ha perdonado mis meteduras de pata y él confía en mí, 


incluso cuando yo no siempre le doy una razón para hacerlo. La 
misericordia es un regalo 

dado por amor, no valía. Y eso es lo que Taehyung siempre será para mí. 

Él es mi misericordia. 

Y seré condenado si pierdo el control y dejo de ser el hombre que él 


adora, el hombre que sé que puedo ser. Para él. Para Jihoon. 

Me froto los ojos y respiro. Los chicos me miran mientras camino al bar y 
me siento. 

—¿Qué vas a hacer? —Park pregunta. 


—¿Qué crees que voy a hacer? 

—¿Tratar de hacerte sentir mejor? ¿Follarte a una stripper? —Yoongi 


ofrece. 

Me encojo de hombros. 

—He estado allí, hecho eso, nunca termina bien. 

Además, tú sabes tan bien como yo que Taehyung no consiguió ese baile 
privado porque él lo quería, más de lo que yo quería un maldita tanga en 
mi boca. Las 

chicas y Jimin lo pusieron en eso, y él simplemente estaba yendo con la 


corriente. 

Aún apesta, sin embargo. Qué es el por qué cuando Namjoon repite la 
pregunta de Park, le digo: 

—Voy a hacer lo que cualquier hombre en mi lugar haría. Voy a follar a la 
bebida. 

La alegre camarera aparece ante mí, sonriendo. 

—¿Qué puedo conseguirle, señor Jeon? 

Me encojo de hombros. 

—¿Tienes algo que borre los últimos cinco minutos de mi cerebro? 

Lo dije como una broma, pero ella sonríe pensativamente. 

—En realidad, creo que tengo justo lo que está buscando. 


Camina hasta el final de la barra y saca una reluciente, brillante botella de 
cuello largo. Alguien es un poco loco con el BeDazzler**. Ella lo sostiene. 

**// Es un aparato de casa que es usada para sujetar strass, broches y 


parches para ropa y otros materiales.//** 

—Esto es Pandora. Es parte de un concurso local. Ochocientos dólares la 


botella. Si es capaz de beber todo el contenido sin desmayarse, vomitar, o 
requerir intervención médica, puede ganar una camiseta YO DOMINE A 
PANDORA EN EL 

PARAISO. Y ponemos su nombre y foto en la Pared de los Sementales. 

Ella señala detrás de la barra, donde PARED DE LOS SEMENTALES está 


colgando en un letrero de neón que brilla intensamente. Sin fotos debajo. 

—Si no puede beber el contenido o participar en cualquiera de las 


conductas antes mencionadas, su imagen y el nombre son relegados a la 
Muralla de Cobardes. 

—Hace un gesto hacia la pared opuesta. Donde un montonal de fotos 


cuelgan. Cada una de ellos con algún pobre diablo que se ha desmayado 
o vomitado, a veces ambos. Un hombre luce como si estuviera teniendo 
una convulsión. 

Me quedo mirando la botella. 

—¿Qué hay en ella? 

—Nuestra propia mezcla. No puedo decirle la graduación alcohólica 


exacta, 
pero debo advertirle, que es bastante alta. Así que, ¿qué dice, señor 
Jeon? ¿Listo 

para el reto de Pandora? 

He aquí un hecho para ti, los hombres harán prácticamente cualquier cosa 
por una camiseta. Tiros libres hasta que nuestras espaldas se rindan, 
comer hotdog hasta que nuestros estómagos se rompan. ¿Si existe la 
posibilidad de adquirir una prenda de algodón barato que proclame 
nuestro logro? Somos incapaces de resistir. 

—Sí, claro. —Golpeo el dinero sobre la barra. Me entrega la botella y 


ofrece una copa, que rechazo. 

Descorcho la parte superior y brindo a los chicos. 

—¡Que la fiesta comience! 

El líquido es dulce, cálido. No es el amargo, sabor que quema de la 


mayoría de los licores fuertes. Estoy seguro de que tengo esto en la bolsa. 
Bien podría poner mi camiseta en estos momentos. 

Miro a Yoongi, que me devuelve la sonrisa. 

—¿Qué es lo peor que podría suceder, ¿verdad? 

 
 

CAPITULO 14
La capacidad de tu cuerpo para absorber el alcohol y aún funcionar depende de
varios factores: el peso, la salud del hígado, los patrones pasados de consumo. La
mayoría de los adultos tienen ya esto resuelto, pero por si acaso eres uno de
aquellos que no lo saben, voy a decirte. Hay diferentes niveles de intoxicación.
En primer lugar, está esa caliente, feliz sensación que la persona promedio obtiene
después de una bebida o dos. La mayoría todavía podría conducir un coche con
seguridad y, a menos que tengas un índice de masa corporal bajo, probablemente
pasar un alcoholímetro. Llamamos a esto, estar mareado.
Luego, en el rango de tres a cinco bebidas, algunas personas se ponen un poco
tontas. Habladoras. Posiblemente molestas. Eres más allá de feliz en este
momento, y hasta los acontecimientos más mundanos parecen hilarantes. Esto se
conoce a menudo como estar alegre.
A continuación, hay embriaguez real. Para ahora, has perdido la cuenta del número
de bebidas que has bebido. Podría morder a un agujero a través de tu lengua, pero
no sentirlo. Estás arrastrando tus palabras, y balanceándote sobre tus pies.
Llamaremos a esto estar en pedo.
El último nivel de intoxicación es total y jodidamente destruido. El pensamiento
coherente está más o menos ido. La coordinación es inexistente. Y tu conciencia de
ti mismo es igual a la de una mosca de la fruta.
Alrededor de una hora después de estallar el corcho de la boca de Pandora, estoy
jodidamente destruido. Moverse es un poco un desafío. Es similar a esas pesadillas
cuando el asesino del hacha te persigue, y no importa cuánto te esfuerces, ¿no
puedes hacer que tus piernas se muevan? Se siente como un grueso, campo de
fuerza invisible de Jell-O que está encerrando mi cuerpo, cada acción es lenta y
extenuante.
El tiempo no tiene significado. Al parecer, las células cerebrales están muriendo tan
jodidamente rápido, sólo breves momentos inconexos, lo hacen en mi memoria real.
Al igual que las fotografías tomadas con una vieja cámara Polaroid.
Por lo que puedo decir, la mayoría de los clientes en el Paraíso se han ido y mi
despedida de soltero ha asumido más o menos el control del club.
Está el rostro de Namjoon, a escasos centímetros del mío, con la boca abierta, la
lengua fuera, gritando, "¡¿Qué ondaaaaaaaaaaaa?!" Están Seung y Yoongi, detrás
de la barra, tirándole botellas al otro, haciéndose pasar por Tom Cruise haciendo el
Hippy Hippy Shake​**​. Está Park, obteniendo lecciones de striptease de una
bailarina-tratando de girar alrededor del poste y cayendo.
Como si ese chico necesitara otro golpe en la cabeza.
**//​The Hippy Hippy Shake" es una canción escrita y grabada por Chan Romero en 1959.//**
Luego estamos todos nosotros, en el escenario, mi brazo echado sobre los hombros
de Park mientras cantábamos a viva voz “Making Love out of Nothing at All” por Air
Supply, mientras que Seung, Yoongi, y Namjoon cantan en el fondo.
Cristo Todopoderoso.
Cuando la niebla se despeja, estoy en el bar, mi mejilla apoyada descuidadamente
en mi mano. Sentado a mi lado se encuentra el stripper de pelo oscuro que me
montó al escenario. Sé que debería saber su nombre, pero no puedo recordarlo. Él
está hablando animadamente: sus manos se mueven tan rápido como su boca. Sólo
oigo cada tres palabras o menos.
Miro a la botella que está en la barra junto a mí. Esta tres cuartos vacía. Me encojo
de hombros, llevo la botella a los labios y sólo manejo tomar una copa. Un poco del
líquido rojo gotea por mi barbilla y empapa mi camisa. Esto es vergonzoso, nunca
he sido un borracho descuidado.
—… así que, estás de acuerdo con eso, ¿verdad, Jungkook?
El escuchar mi nombre llama mi atención, y me dirijo hacia el sonido. Como un
perro.
—¿Eh?
Él sonríe.
—No suelo hacer esto, pero ustedes son un montón de diversión.
Estoy de acuerdo.
—Sips….. sssomoss nosoros. Somos el GT​**​… sí….

**//​Gran Turismo.//**

Con una sonrisa compasiva, él salta de su taburete.


—Tómalo con calma con esa cosa, guapo.
Trato de levantar los dos pulgares, el signo universal de Está todo bien, pero mis
dedos no cooperan. Me levanto todos los diez en su lugar.
Él se ríe, me da los cinco, y se aleja. Me siento por un momento. Luego, porque soy
el puto genio, decido que quiero jugar a los dardos. Me arrastro fuera del taburete
de la barra en busca de un juego.
Esto no va a terminar bien.

***
Algún tiempo después, podrían ser tres horas o treinta minutos, me doy cuenta de
que estoy sentado en una silla, en una de las mesas de póker del fondo.
Cinco cartas en la mano y una pila de fichas a mi lado.
No puedo sentir mi cara y por un momento, me temo que podría haber caído en la
mierda. Bofeteo mis mejillas.
Aún allí. Impresionante.

Al otro lado de la mesa, Yoongi tiene sus propias cartas en la mano. Detrás de él,
una rubia escultural en un body negro de malla le frotaba los hombros, dándole un
masaje mientras juega. Al lado de Yoongi esta Seung. Él también tiene cartas en su
mano... y una chica asiática caliente en su regazo.
Ambos parecen estar en el nivel en pedo, por lo que... eso explica muchas cosas.
En el escenario, Park Bogum rasguea una guitarra que debe haber sacado de su
culo, cantando “Mandy”, de Barry Manilow.
Mi teléfono vibra, pero cuando trato de sacarlo fuera de mi bolsillo, salta fuera de
mis manos y al suelo. Empujo mi silla hacia atrás y me pongo de rodillas bajo la
mesa para buscarlo. Encuentro al bastardo escurridizo, pero cuando empiezo a
ponerme de pie, mis ojos aterrizan en el bar.
Y es una de las vistas más gloriosas que jamás he visto.
Es Taehyung.
Él está en pantalones vaqueros y una camiseta de espaldas a mí, pero todavía
sé-estoy seguro-que es él. Estoy jodidamente tan aliviado, que medio consigo a un
pequeño nudo en la garganta. No puedo explicar por qué, pero se siente como que
ha pasado tanto desde que lo he visto, malditos años. Al igual que ha sucedido
mucho.
Lo he echado de menos. Y ahora él está aquí.
Deben de haber venido aquí para sorprendernos. ¡Qué gran sorpresa! Me pongo de
pie a mí mismo y tropiezo hacia adelante. Envuelvo mis brazos alrededor de él
desde atrás, acercándolo contra mi pecho. Entierro mi cara en su pelo, y lo respiro,
disfrutando de la maravilla relajante de estar rodeado de todas las cosas de
Taehyung.
En algún lugar, en mi cerebro marinado de Pandora, reconozco que Taehyung
huele… diferente.
Mal.
Pero lo rechazo. Porque estoy demasiado estúpidamente feliz de dar una mierda
por algo tan trivial.
Lamo mis labios y pongo toda mi energía en no arrastrar mis palabras cuando le
susurró al oído:
—Estoy tan contento de que estés aquí. Solo vamos a... irnos. Tú y yo. Ellos no se
darán cuenta que nos hemos ido. No me importa nada de estas cosas, yo sólo
quiero estar contigo. Quiero ir de regreso al hotel e inventar nuevas maneras de
hacerte llegar.
Mis ojos se cierran, y rozo mi nariz contra su mejilla. Mi mano encuentra la barbilla
de Taehyung y giro su cara hacia mí. Así puedo saborearlo, así puedo presionar mis
labios con los de él y demostrarle lo mucho que lo deseo, lo mucho que lo necesito.
Pero antes de que nuestros labios se encuentren…
Hay un estruendo en la distancia. Una conmoción. Y una maliciosa voz dice en voz
alta:
—Oh, infiernos no....
Mis ojos están todavía cerrados, y sin previo aviso, mi equilibrio hace un 180.
Entonces me estoy cayendo. En la oscuridad total.

CAPITULO 15
¿Ven a ese chico en la cama? Aquel con la grisácea, piel fría y húmeda, ¿vistiendo
ropa arrugada de la noche anterior? No, no es un cadáver. Soy yo, Jeon Jungkook.
No es mi mejor pinta, lo admito. Pero es la mañana siguiente. El momento en el que
se paga los platos rotos. Alguien debería tomarme un foto, haría una gran cartelera
anti beber. “Así es como un estúpido luce, niños”.
Cuando se piensa en ello, las resacas son bastante interesantes. Son la forma en
que tu cuerpo te llama imbécil. O de decir “te lo dije.” Sabes cómo me siento.
Todos hemos estado allí. Mi estómago está rodando, mi cabeza está golpeando, mi
boca está seca, y mi aliento huele como si acabara de comer un sándwich mierda
de perro. Yum.
La alarma del reloj sobre la mesa de noche se enciende, música resuena de los
altavoces, y estoy bastante seguro de que mi cráneo se rompió en dos. Ruedo de mi
lado y exhalo un gemido. No se sienten mal por mí, ¿verdad? Lo entiendo. Si
quieres jugar, tienes que pagar. No cometas el crimen si no puede hacerte el
tiempo. Bla, bla, bla. Doy una palmada en el botón de la alarma y la música se
desvanece a un zumbido bajo.
Abro los ojos lo suficiente para ver que Taehyung no está en la cama junto a mí.
Mi mano se mueve a través de las sábanas donde se supone que debería estar,
pero están frías, lo que significa que él no ha estado aquí por un tiempo.
Me incorporo lentamente y preparo mis pies en el suelo. Mi estómago se agita como
un bote en el mar durante una tormenta. Me froto las sienes para tratar de aliviar el
dolor golpeteando. Y tal vez desalojar a un recuerdo. Porque yo no sé ustedes, pero
no recuerdo absolutamente nada de anoche. Está sólo… en blanco.
Como una esponja mojada en una pizarra limpia por el limpiaparabrisas.
Raro. No soy normalmente de los que se desmayan. Esa semana que Taehyung me
dejó ahogando mis penas mientras él salía pitando de regreso a su ciudad natal en
Ohio fue la única excepción. Pero no hablemos de eso.
Supongo… que no debería estar sorprendido. Los chicos son competitivos.
Pongan a un montón de nosotros en una habitación y podemos convertir cualquier
cosa en un concurso. Quién puede eructar por más tiempo, mear lo más lejos
posible, la polla de quién es más grande, quien pega más fuerte.
Quién puede beber más.
¿Es eso lo que pasó?
Me paro con rigidez y tropiezo hacia el cuarto de baño contiguo. Abro la puerta. Una
espesa nube de vapor flota fuera. El baño es enorme, tan grande como una
pequeña habitación, de pared a pared con mármol italiano. El sonido del agua
corriendo hace eco de la ducha desde el triple surtidor de la esquina.
Detrás de la falta de definición de la puerta esmerilada, veo la silueta de un hombre
con la cabeza inclinada hacia atrás bajo el chorro mientras se enjuaga su cabello
oscuro. Él es pequeño. Piel bronceada y tonificado, con un culo inequívocamente
exquisito.
Técnicamente, todavía soy católico, pero si no se han dado cuenta para ahora,
Taehyung es mi deidad. Su cuerpo es mi tierra santa, sus palabras son mi escritura,
su polla es el altar al que me arrastro sobre brasas ardientes a la adoración.
Mis ojos están pegados a las manos de Taehyung, mientras corren por su piel
resbaladiza para un enjuague final. Lamo mis labios y me imagino como sabe.
Limpio y húmedo. Vainilla y lavanda. Eso es todo lo que necesita. Mi región sur se
eleva por atención.
Atención.
Es la mente sobre la materia. O en este caso, calentura sobre resaca. Parece que a
pesar de mi frágil estado físico, el chico de abajo aún esta viril y listo para la acción
mañanera.
Ha, ha,… viril...
De todos modos, tomo dos pasos hacia el lugar, totalmente decidido a unirme a mi
prometido irresistible. Pero entonces el agua se apaga. Se abre la puerta de la
ducha; la belleza de pelo oscuro sale.
Y mi corazón cae a mis pies, como una puta bomba atómica de un avión de
combate de la Segunda Guerra Mundial. ¿Puedes oírlo silbar?
Grandes ojos marrones se encuentran con los míos mientras él llega por una toalla.
—Oye, guapo, ¿cómo te sientes? Estabas bastante loco anoche.
Él está sonriendo.
Yo no.
¿Ya saben cuándo, para algunas personas, sólo un tufillo de maní puede hacer que
inmediatamente su garganta se cierre, cortando las vías respiratorias?
No tengo una alergia al maní, pero ahora sé lo que se siente.
Dicen que cuando te estás muriendo, tu vida pasa ante tus ojos. Y te puedo decir,
con toda certeza, que tienen razón. Veo imágenes de Taehyung... de nuestro hijo
pequeño perfecto. Ellos parpadean en mi cabeza como una película muda en blanco
y negro. Son imágenes de los momentos que tuvimos, de la vida que compartimos.
Una vida que, sin lugar a dudas, ha terminado ahora. Tan muerta como los peces de
colores que Jiwoo tenía hace unos años. El que ella insistió en llevar a la playa, en
el bolsillo, para que pudiera visitar a todos sus amigos pescados. RIP Nemo.
Cenizas a las cenizas, polvo al polvo.
Sé lo que estás pensando. ¿Cuál diablos es tu problema? ¿Por qué todo el drama?
¿Por qué un pequeño arbusto desnudo está haciéndome ir todo Naranja Mecánica
psicópata con el sombrero bombín?
—¿Jungkook? ¿Estás bien?
Los problemas, chiquitos, es que el hermoso chico, mojado de pie delante de mí,
¿quién obviamente está muy familiarizado conmigo y lo que demonios haya pasado
anoche?
Él no es Kim Taehyung.
Conoces ese dicho, “¿Pellízquenme… debo estar soñando?” Bueno, ​patéenme
en las bolas… estoy teniendo una maldita pesadilla.

***

En una carrera todo vuelve a mí, como un montaje en avance rápido. El juego con
los chicos, la cena, la pelea, la tanga en mi boca, las caricias al stripper-Baek-en el
bar. Pero eso es todo lo que hay. Después de ese último momento, no hay más que
un vacío.
Un agujero tan negro como la bala que estoy tentado a poner justo entre mis putos
ojos en el momento.
Pensé que era él. Jesucristo. Pensé que era Taehyung. Cuando estaba
abrazándolo, tratando de besarlo. Pensé que era Taehyung.
Pero no fue así.
Me siento en la tapa del inodoro cerrada mientras Baek envuelve una toalla
alrededor de sí mismo, líneas de preocupación se graban en su cara mientras me
mira. Respiro duro, rápido, y mi corazón late como si quisiera saltar fuera de mi
pecho y correr lejos, muy lejos de este último lío.
¿Qué pasó? ¿Los chicos me recogieron y me arrastraron de regreso al hotel?
Daría mi huevo izquierdo para poder creer que es así como fue. Pero si ese es el
caso, ¿por qué este chico está en mi maldita ducha, hablando de lo loco que estaba
anoche?
Madre…
Por primera vez en mi vida, no puedo pensar en una exclamación apropiada.
Ni una maldición existente es lo suficientemente potente como para adaptarse a
esta situación. ¿Me escapé del bar con él, secuestré la limusina, y volví aquí? Eso
suena como algo que podría lograr.
Taehyung… mi estómago se retuerce… ¿Taehyung nos vio aquí?
Joder Dios Todopoderoso.
Mi corazón se acelera aún más, y creo que puedo realmente estar teniendo un
ataque al corazón. ¿Tener treinta y dos es demasiado temprano para tener un
ataque al corazón? Espero que no lo sea.
Porque él nunca me va a perdonar.
No esta vez. Todas mis cartas de sácame-de-la-cárcel ya están utilizadas.
Corro a través de todos los escenarios besa-culos que se me ocurren, todos los
métodos rastreros conocidos por el hombre.
Y no descarto ni uno.
Ninguna flor o regalo o gran gesto va a arreglar esto. Hallmark no hace una
SIENTO HABER FOLLADO A OTRO, PENSANDO QUE ERAS TÚ tarjeta.
Incluso si me explico… Taehyung nunca lo dejará pasar. Nunca lo superará. Nunca
me verá o se sentirá acerca de mí de la misma manera que lo hacía ayer.
Y no lo culpo.
Cierro los ojos y dejo caer mi cabeza en mis manos.
Él se merece más que esto, mucho más. Taehyung merece a alguien mejor que un
tipo que va a hacerle un agujero en el alma cada dos años más o menos.
Mejor que yo.
—Jungkook, ¿estás bien? ¿Debo llamar a alguien?
Antes de que pueda tartamudear las preguntas de las que no quiero saber las
respuestas, se abre la puerta del baño. Y Park Bogum asoma la cabeza. Sus ojos
se
desvían de mí, a Baek, y de nuevo a mí.
—¿Todo bien por aquí?
—No —responde él. Creo que Jungkook está realmente enfermo, boo-boo.
Enfermo.
Eso es precisamente lo que soy.
Hay algo mal en mí. Estoy jodido en la cabeza. Tú lo sabes, probablemente se
dieron cuenta hace mucho tiempo. Continuó…
Esperen.
¿Acaba de llamarlo boo-boo?
Park entra en el cuarto de baño, se detiene junto a Baek, y pone su mano en mi
hombro.
—¿Tienes que vomitar, hombre? Hazlo, te sentirás mejor. Te dije que no bebas esa
mierda anoche.
Miro a la cara de Park, tratando de recordar, de averiguar. Una pequeña chispa de
esperanza despierta en mi pecho.
—¿Ustedes…. Ustedes se acostaron anoche?
Y el idiota mea toda mi pequeña llama de esperanza.
—No, no nos acostamos.
Mierda.
Pero entonces El chico de la ducha sostiene su mano izquierda y añade
vertiginosamente.
—¡Nos casamos!
Mi cabeza se mueve bruscamente hacia arriba y el movimiento rápido hace que el
golpee de vuelta con saña aguda.
Park se endereza y pone un brazo alrededor de sus hombros-ambos luciendo
enormes sonrisas coincidentes.
Señalo entre ellos.
—¿Ustedes dos… se casaron?
Él asiente con la cabeza.
—Pensé que si las Vegas era un buen lugar suficiente para que mi primo até el
nudo, era lo suficientemente bueno para mí. —Su mirada se desplaza a Baek con
adoración—. Cuando encuentras a alguien es increíble, cuando sabes que es la
cosa verdadera, no dejas que se te pase.
Hecho una mirada.
—¿Te casaste?
Baek asiente con entusiasmo.
—En la Capilla de Boda Drive-Through. Tomamos algunas fotos. Y ahora soy
el sr. de Park.
No, todavía no puedo envolver mi cabeza alrededor de ello.
—¿Casados? ¿En serio?
La expresión de Park va de sensiblera a molesta.
—Sí, larga como la jodida polla de un pato, casados. ¿Cuál es tu problema?
Por fin lo entiendo. Donkey Dick se casó casó con el Chico Ducha. Pero lo más
importante:
No.Me.Revolqué.Con.Él.
Denle la entrada al coro de ángeles. ​Ahhh-le-luia, ahhh-le-luia, aleluya, aleluya,
ah-leee-luia…
No la jodí. No traicioné a Taehyung o arruiné la vida de nuestro hijo o destruí todo lo
que tenemos. Abrumado por la emoción, puedo realmente llorar de alivio.
Pero no lloro. Hago algo mucho, mucho peor. Me levanto y abrazo a Park Bogum.
—Te quiero, tío.
Sí, el estrés de los últimos minutos finalmente me ha impulsado por el borde. Nos
abrazamos por un segundo antes de que él me empuje hacia atrás, me sostenga
con el brazo extendido, y me mire con ojos marrones confusos.
—Amigo —pronuncia con disgusto.
Vuelvo a mis sentidos. Y sacudo mi cabeza confusa.
—Lo siento, yo sólo… Estoy tan feliz por ti.
¿Traducción? Estoy sobre-jodidamente-alegre-por mí. ¿Y que se casara con un
hombre que se parece extrañamente idéntico a Taehyung?
Nop, no me importa incluso.
Le doy a su espalda un golpe de felicitación.
—Tú y… Yo... —acaricio la cabeza de Baek—. Ustedes dos. Felicitaciones.
Entonces me doy cuenta de que todavía no tengo ni idea de dónde diablos esta
Taehyung. Engancho mi pulgar hacia la puerta.
—Me tengo que ir.
Tan rápido como mis pies me pueden llevar, me lanzo a la puerta.

***

Salir de la habitación a la zona de estar se siente similar a cuando Dorothy salió de


su casa en ruinas en Oz. Todo es demasiado brillante, demasiado colorido…
demasiado alto.
Yoongi y Jimin se sientan juntos en el sofá, bajo un manto de color beige,
compartiendo un plato de cereal y viendo la Isla de Gilligan en la televisión.
Yoongi se ríe por la televisión antes de que Jimin le de comer una cucharada de
Froot Loops.
Cuando entro en la habitación, la atención de Yoongi se vuelve hacia mí.
—Estás vivo.
Jimin está decepcionado.
—Maldita sea. Tenía la esperanza de que tuviéramos que conseguirte un lavado de
estómago.
Yoongi tira de su cabello rubio rojizo y le dice con firmeza:
—Te dije que seas agradable a partir de ahora. Corta esa mierda.
Cuando él se vuelve hacia mí, Jimin le saca la lengua a él.
El subidón de adrenalina extática de aprender que en realidad no puse mi polla en
un agujero que no era Taehyung está empezando a desaparecer. Mi cabeza y
estómago reanudan la sinfonía nauseabunda de una resaca fuerte.
Me froto los templos y le informo a Yoongi y Jimin.
—¿Saben que Bogum se casó ayer por la noche?
Al unísono, ellos responden con cansancio:
—Sí.
—¿Con un stripper que conoció por menos de veinticuatro horas?
—Sí.
Aunque creo que ya sé la respuesta, pregunto la tercera pregunta más estúpida:
—¿Consiguió firmar un acuerdo prenupcial?
Jimin se burla:
—No estoy seguro de que mi primo sepa cómo se escribe prenupcial.
Thump.
Thump.
Parecen demasiado tranquilos sobre este desarrollo.
—¿Por qué no lo detuviste?
Ahora Jimin me mira.
—¿Estás jodidamente bromeando?
Yoongi explica:
—Jungkook, fue tu idea.
Mi cara se afloja.
—¿Lo fue?
—Lo fue. Después de que te despertaste de tu caída en picada en el club de
striptease, fuiste sin cesar sobre lo grande que es el matrimonio. Cómo todo el
mundo debe jodidamente casarse. Cómo el amor es una preciosa, hermosa flor, y el
matrimonio es el agua y la luz solar que lo ayuda a crecer.
En serio necesito nunca volver a beber. Jamás.
—¿Yo dije eso?
Yoongi asiente.
—Estabas muy poético.
—Mierda. Deberíamos llamar a Wilson, él es mejor abogado de divorcios en Nueva
York. —Y un viejo colega de mi madre—. Tal vez él pueda redactar algo que va a
trabajar en forma retroactiva.
Yoongi da otro bocado de cereal.
—Ya le dejé un mensaje.
Thump.
Thump.
Mis dedos se mueven desde las sienes hasta la frente, sin dejar de frotar el golpeteo
tortuoso.
—¿Qué más me estoy perdiendo?
—¿Qué es lo último que recuerdas? —Yoongi pregunta.
—Um… jugar al póker contigo y Seung en el Paraíso. A Park cantando Barry
Manilow en el escenario.
Mi mejor amigo se ríe.
—Te estás perdiendo mucho. —Él pone el plato de cereal en la mesa de café y
elabora—. Taehyung, Jimin, Jae, y Erin decidieron caer en nuestra fiesta y se
presentaron en el Paraíso. Después salimos de la estación de policía…
Lo corté directamente.
—¿Por qué fuimos a la estación de policía?
—Porque ahí es donde te llevan cuando eres arrestado.
—¿Nos arrestaron?
Él sonríe.
—Oh, no- no nos arrestaron.
Jimin levanta la mano.
—Fue a nosotros.
Mis ojos se abren como platos.
—¿Taehyung estuvo en prisión?
Thump.
Yoongi ondea su mano con calma.
—Sólo por, como, veinte minutos. Liberaron a los chicos a nuestra custodia, no se
presentaron cargos. Suavice las cosas con el club de striptease.
Yendo con la línea habitual sospechosa de pensamiento, me vuelvo hacia Jimin.
—¿Qué hiciste para conseguir que Taehyung fuera arrestado?
Él se ríe.
—Puedes agradecerle a tu hermana por eso, Jaehwa no apreciaba que su marido
consiguiera tanta atención de las strippers. Cuando una de ellas se puso en su cara,
Jae le mostró de lo que estaba hecha y el resto de nosotros cuidaba su espalda.
Voy a decir esto: para un bebé de fondo fiduciario, la perra tiene un increíble gancho
de derecha.
Esto no es nuevo para mí.
—Jesucristo —suspiro—. Muy bien, olviden todo eso, sólo díganme donde se
encuentra Taehyung.
Jimin se ve confundido.
—¿Qué quieres decir? Él está en tu habitación.
Thump.
Antes de que pueda señalar que Taehyung no lo está, de hecho, en nuestra
habitación, una de las puertas de los dormitorios se abre. Erin sale, envuelta en una
bata de baño suave y esponjosa, con el pelo mojado.
—¡Buenos días a todos!
—Ey, chica traviesa. — Jimin le saluda.
Erin se mete en la cocina.
—Mmm…. café.
Y prepárate para volar tu mente-porque en la puerta del dormitorio del que Erin
simplemente salió aparece nada menos que... Kim Namjoon.
Sin camisa. Usando sólo bóxers.
De ninguna manera.
Estira los brazos por encima de su cabeza con un bostezo, luego se rasca el pecho
y ajusta sus bolas.
—Qué maldita gran noche, ¿eh? Estoy realmente triste de que sólo vayas a casarte
una vez, Jeon. Definitivamente podría hacer eso otra vez.
Por favor mira de cerca mi cara. ¿Mis ojos se salieron de mi cabeza? Porque se
siente como si lo hicieran.
Miro a Yoongi. Él sólo asiente con la cabeza y chasquea su mano, en silencio me
dice, ¿qué vas a hacer?
Thump.
Thump.
Thump.
Como Erin asoma la cabeza en el refrigerador detrás de nosotros, Namjoon se
encuentra a mi lado. En voz baja y pregunto:
—Tú has... es esto....
—¿Es esto lo que crees que es? —Él sonríe como un felino bien alimentado—. Lo
es, y lo hice. —Entonces, más suave, dice—. Erin es un gato salvaje, hombre.
Fácilmente hice las mejores tres folladas de mi vida. Te pondré al tanto más tarde.
Si esto termina causando que Erin no sea mi secretaria en el cercano futuro, voy a
tener que matar a Namjoon. En serio. Siempre puedo encontrar más amigos.
¿Encontrar a una secretaria que sepa su mierda, tan bien como Erin lo hace? Eso
va a ser mucho más difícil.
Erin vuelve a entrar en la habitación bebiendo su café. Namjoon agarra un periódico
de la mesa y anuncia:
—Voy a estar en el retrete. —Antes de salir, añade—. Ey, Erin ¿Qué tal si me
alcanzas una taza de café para cuando salga?
Erin sonríe dulcemente.
—Ey, Namjoon ¿Qué tal si te lo consigues por ti mismo? Esta no es la oficina, e
incluso si lo fuera, no trabajo para ti.
Namjoon sólo se ríe y entra en el dormitorio.
Thump.
Me vuelvo para mirar a Erin. Mi voz es de broma horrorizada mientras digo,
—Erin. Yo estoy conmocionado. No puedo creer que dejaras que Namjoon jugara
contigo, pensé que eras más inteligente que eso.
Se aclara la garganta.
—¿Consideró alguna vez la posibilidad de que yo fuera quien jugó con Namjoon?
Toco mi mandíbula, pensativo, porque, no, no había considerado eso.
Thump.
Erin continúa:
—Vine aquí con la esperanza de encontrar al Sr. Correcto, pero no apareció. Nam
es lindo, y, lo más importante, estaba listo, dispuesto y capaz. Haga los cálculos.
—¿Pero no va a ser extraño para ti, trabajando en la misma oficina todos los días?
Él ha visto tu cara al correrte. —Me detengo—. Al menos… Espero que hayas visto
su cara al correrse.
Erin parpadeó.
—Él está bien familiarizado con ella. —Ella bebe un sorbo de café—. Pero, no, no
va a ser incómodo. Somos adultos y lo que pasa en Las Vegas se queda en Las
Vegas, ¿no?
—Supongo que sí.
A menos que seas Park Bogum. En su caso, lo qué pasa en Las Vegas terminar
teniendo un 50 por ciento de su valor neto.
Con eso, Erin vuelve a la cocina, se vierte una segunda taza de café, y vuelve a la
habitación donde Namjoon se retiró, cerrando la puerta detrás de ella.
Niego con la cabeza un poco.
—Guau.
Estoy a punto de preguntarle a Yoongi y a Jimin donde esta Taehyung de nuevo,
pero ese rítmico ruido golpeando empieza a subir. ¿Lo oyes también?
Thump.
Thump.
Thump.
—¿Qué demonios es ese ruido?
Al igual que esos gemelos inquietantes del El resplandor, mi mejor amigo y su
esposo responden en armonía una vez más.
—Seung y Jaehwa.
El ruido parece venir de detrás de su puerta cerrada.
—¿Qué están, clavándose entre sí en una cruz?
Murmura Yoongi:
—Algo de clavarse bien.
Thump.
Con cautela, doy un paso hacia su puerta. Cuando estoy a centímetros de distancia,
alineo mi oído con la costura en la bisagra. Escucho.
—¿Quién es tu papi, bebé? Dilo, di mi nombre.
—Seung, ooohhh, Seung.
Luego, el sonido inconfundible de una palma abofeteando un culo llega a mi oído.
—¡Ahhh! —Salto atrás lejos de la puerta, como si se tratara de una valla
electrificada. Me tapo los oídos, pero es demasiado tarde.
Me agacho y abrazo mis manos sobre mis rodillas, al borde de en realidad vomitar.
Sólo espero que la villa está equipada con peróxido de hidrógeno, para que pueda
esterilizar mis tímpanos.
Después de que el deseo de vomitar pasa, me pongo de pie y les digo a Jimin y
Yoongi.
—A la mierda todo esto. Lo único que quiero saber es… ¿Dónde. Esta. Taehyung?
Jimin responde.
—Te lo dije, idiota, está en tu habitación. Los metimos a ambos en la cama tan
pronto como volvimos ayer por la noche.
—¡Acabo de estar en nuestra habitación! ¡No está allí!
Jimin se encoge de hombros.
—Tal vez decidió largarse de la boda, levanto con una palanca la ventana y le puso
fin a ello. — Entonces sonríe—. Si ese es el caso, bien por Tae.
Yoongi tira del pelo de Jimin de nuevo, pero dice:
—Es cierto, Jungkook; Taehyung no ha salido de la habitación, lo hubiéramos visto.
—Se vuelve de nuevo a su esposo y le advierte—: Si tirar de tu pelo no hace el
trabajo, voy a darte con una pala.
Él se acerca más y se burla.
—Promesas, promesas. —Entonces Jimin lo besa, ignorando completamente
mi dilema. Empujo la mano por mi pelo, luego me apartó y marcho de nuevo a
nuestro dormitorio.
Mis ojos escanean la cama, pero Taehyung no está ahí. Sólo para estar seguro,
recojo la manta y la sacudo.
Nada.
Entro en el vestidor al lado de la puerta del dormitorio. Aunque me doy cuenta de
que es poco probable, verifico detrás de la ropa tendida. No hay ningún signo de
Taehyung. Entonces salgo del armario y doy unos pasos alrededor de la cama...
En el suelo, asomándose desde el otro lado de la cama, hay cinco bonitos
dedos de los pies. Están conectados a un hermoso pie. Mis ojos viajan del pie,
hasta
la pantorrilla deliciosa, al exquisito muslo que se ajusta perfectamente alrededor de
mi cadera.
Todavía en la ropa de la noche anterior, profundamente dormido de costado, con
una pierna extendida, una escondida cerca de su torso, con las manos cruzadas
descansando bajo la mejilla, como una almohada.
Taehyung.
Cada célula de mi cuerpo suspira su nombre con alivio. Me quedo ahí por un
minuto, sólo viéndolo, respirando a la vista de él mientras duerme como un gatito
delante de una chimenea. El amor que todo lo abarca que tengo por él, que siempre
está conmigo, lo siento más profundamente. Porque aunque sea por unos minutos,
había pensado que lo lastimé.
Agarro una almohada y una manta y caigo de rodillas al lado de Taehyung.
Entonces me acuesto en la cama en el suelo improvisada y lo reúno con fuerza
contra mí. Mi pecho siendo almohada de su cabeza.
Taehyung se mueve con un gemido.
—¿Jungkook?
Aliso su pelo.
—Sí, bebé, soy yo.
Sin levantar la cabeza, pregunta en voz soñolienta:
—¿Por qué estás en el suelo?
Le beso la parte superior de la cabeza y susurro contra su pelo.
—Porque ahí es donde estás.
Después de una pausa, él sólo dice:
—Oh.
Mi mano se desliza arriba y abajo de su espalda, su brazo, saboreando cada toque,
disfrutando de la sensación de él a mi lado.
—¿Te divertiste anoche?
Aún acostado en mí pecho, asiente.
—Uh-huh. —Entonces Taehyung respira profundo y sugiere—: Vamos a nunca
hacer nada como eso otra vez.
—No podría estar más de acuerdo con esa afirmación.
Estamos en silencio durante unos momentos. Levanto la vista hacia el techo,
deseando y necesitando conseguir un par de horas más de sueño. Pero tengo que
decirle una cosa más en primer lugar.
—¿Taehyung?—Aprieto su hombro suavemente—. Oye, ¿Taehyung?
—¿Mmmm?
Mi voz es baja y áspera por la emoción, mientras lo confieso.
—Realmente no puedo esperar para casarme contigo.
Levanta la cabeza, me mira con ojos lagañosos adorables. Y sonríe.
—Sí… yo tampoco.
Taehyung apoya la cabeza, y su mano derecha descansa sobre mi corazón. Cubro
su mano con la mía, y juntos volvemos a dormir.

EPILOGO
Así que… ¿qué hemos aprendido de esta historia?
Primero y principal, ¿fiestas de despedidas de solteros? Terrible idea.
Una vez que estás en una relación comprometida, ir a bares o clubes de striptease
sin tu media naranja es sólo buscar problemas. Quien quiera que haya iniciado la
tradición de las fiestas de despedidas de solteros, debería ser enterrado vivo en una
fosa común con el chico del karaoke y con… bueno… iba a decir Park Bogum.
Pero supongo que podemos dejarlo vivir. Ya lo he aceptado – es inofensivo.
También es tonto, molesto y… decente. Un tipo correcto, un buen amigo.
Eso ya lo sabías, ¿no es así? Nunca seremos los mejores amigos, pero las pocas
veces que tenga que verlo en el año estará bien conmigo. ¿Qué más?
Ten fe en ti mismo, de hecho, es posible aprender de tus propios errores. Yo lo hice.
Y esta vez, cuando estuve en aprietos, no lo arruiné. Creí en Taehyung, confié en lo
que teníamos e hice lo correcto. Malditamente al final lo hice.
Ahora volvamos a la parte que de verdad te interesa.
La boda.

***

Yoongi, Namjoon, Seung, mis padres, Jihoon y yo llegamos a la catedral de San


Patricio a tiempo. A pesar de que muy pocas veces cierran la catedral al público,
para nuestro evento, y para acomodar a los miles de invitados en los bancos de la
iglesia, se acordó hacerlo. La donación “importante” que di también sirvió mucho.
Mantengo un ojo sobre mi hijo mientras él corre arriba y abajo en el pasillo,
deteniéndose ocasionalmente para disfrutar de la atención que le da algún invitado.
Luego, estrecho mi mano con el padre Dougherty, el sacerdote que celebrará el
matrimonio.
—¿Cómo te sientes esta tarde, Kook? ¿Estás listo?
—Nací listo, padre.
—Es bueno oír eso. La limusina de tu novio acaba de llegar, así que ya puedes
ocupar tu sitio en el altar.
No hay ansiedad, ningún nerviosismo de que estoy cometiendo un error. No tengo
los pies fríos. Lo único que siento es excitación. Impaciencia.
Mi madre agarra a Jihoon y se dirigen al vestíbulo. Mi padre y yo caminamos por el
pasillo del costado, directo al altar.
Cuando nos encontramos a medio camino, él me detiene colocándome una mano
en el hombro. Sus ojos chocolate, tan parecidos a los míos, están llenos de
emoción.
—Si no te lo dije antes, quiero asegurarme de que lo sepas. Estoy tan orgulloso de
ti, hijo. Eres un buen hombre, eres un padre fantástico, y no tengo ninguna duda de
que serás un marido excepcional. Estoy muy orgulloso, Jungkook.
Luego, me abraza. Firme y seguro, el tipo de abrazo que me dice que a pesar de
que yo sea un hombre casado y padre de un hijo, él todavía es mi papá y yo
siempre seré su hijo.
—Eso significa mucho para mí, papá —le digo emocionado—. Gracias por ser
siempre el mejor ejemplo de lo que debe ser un padre y un esposo.
Nos palmeamos mutuamente la espalda. Luego, me da un golpecito en los bíceps.
—Ahora ve allá antes de que Taehyung cambie de opinión.
Sonrío con suficiencia.
—Altamente improbable de que eso suceda.
Levanta sus hombros.
—Mejor asegurarse que lamentarse. Nunca pensé que tu madre podría echarse
atrás tampoco.
No había escuchado eso antes.
—¿Mamá no quiso casarte contigo?
Me palmea de nuevo la espalda.
—Esa es una historia para otro día, hijo. Ve a casarte y disfruta cada segundo de
ello.
Con eso dicho, se va hasta la parte de atrás de la iglesia. Me encuentro con Yoongi
y Seung en el altar.
—¿Tienes los anillos? —le pregunto a Yoongi.
Se golpea el bolsillo.
—Sanos y salvos.
Cuando el pianista empieza a tocar la música, Los Ángeles Mirando de los
hermanos O’Neill.
Seung dice:
—Esa es nuestra entrada.
Yoongi sonríe en mi dirección e imita a Terminator:
— Estaré de vuelta.
Ambos caminan por el pasillo del costado, hacia la parte trasera de la iglesia.
Me dejan solo. Esperando. Hago una inclinación de cabeza hacia los invitados que
me observan. Una de mis manos está a mi costado, la otra está apoyada en la parte
baja de mi espalda. Tomo una respiración profunda y exhalo lentamente.
El cuarteto de cuerdas de la orquestra empieza a tocar Canon de Pachelbel.
Es la hora del juego.
Los primeros en aparecer en la puerta son nuestros padres. Mi padre se ve
distinguido cuando se para en el medio, mi madre, que lleva puesto un vestido
púrpura, está tomada de uno de sus brazos; la madre de Taehyung, con un vestido
azul profundo, está tomada del brazo del otro lado. Los tres llevan unas amplias
sonrisas en sus caras mientras caminan por el pasillo; antes de que mi madre se
ubique en uno de los asientos, me lanza un beso. Solía hacer lo mismo cuando era
un niño, cuando salía corriendo por la puerta para ir a la escuela, y antes de que
fuera lo suficientemente mayor para decirle que dejara de hacerlo.
Le devuelvo la sonrisa significativamente. Luego, les siguen mi hermana y Seung.
Jaehwa se ve hermosa en su vestido strapless color borgoña que Taehyung eligió
para ella. Un chal marfil cubre recatadamente sus hombros, su cabello castaño está
recogido y ondulado, ni una mecha está fuera de lugar. Su brazo descansa
cómodamente y confiadamente a través del brazo de Seung. Se miran el uno al otro
y sé que ambos están pensando en su propia boda. Cuando llegan al altar, Seung
besa dulcemente a Jae, luego se separan y se ubican cada uno en su lugar.
Namjoon y Erin son los que siguen, unidos por sus brazos. Namjoon le guiña un ojo
a una invitada mientras camina por el pasillo y Erin sonríe alegremente.
Radiantemente. Si quieres un buen ejemplo de cómo debe estar una relación sin
ataduras, Namjoon y Erin son una muestra de ello. Sin malos sentimientos, sin
torpezas, sólo una atracción física amigable.
Después de que llegan al altar, es el turno de Yoongi y Jimin, los padrinos de la
boda. Vistiendo un traje borgoña, en lugar de esos feos conjuntos que suele utilizar,
Jimin se ve realmente bien. Está agarrado del brazo de Yoongi y balancea sus
caderas a ritmo con la música, haciéndolo reír ante su tonta exuberancia. Cuando
llegan al altar, me mira de arriba abajo, luego me levanta el pulgar.
Asiento ante su silencioso cumplido. Jimin se para al lado de mi hermana y Yoongi
toma su lugar a mi izquierda.
Solo queda una pareja antes que Taehyung haga su entrada. Esta pareja se robará
todo el maldito show. Yo lo sabía, Taehyung lo sabía, y a ninguno de los dos nos
importó.
Jiwoo y Jihoon. La niña de las flores y el portador de los anillos. La mina de oro de
cualquier fotógrafo de bodas que jamás haya trabajado. El vestido de Jiwoo es de
encaje blanco con mangas de caperuza. Su largo cabello está recogido en una
corona de trenzas castañas adornadas con margaritas blancas. Ya es lo
suficientemente mayor para que la llamen bonita pero también lo suficientemente
pequeña para ser considerada adorable. Sus ojos cafés brillan mientras me saluda
con la mano desde el final del pasillo.
Le devuelvo el saludo. Agarra la mano de mi hijo y ambos se dirigen hacia mí por el
pasillo. Jihoon se ve impresionantemente adorable en su traje. Se está comportando
sorprendentemente bien, yendo al mismo ritmo que Jiwoo, sosteniendo firmemente
la almohadilla con los anillos, sonriendo a todas las cámaras que los fotografían.
Cuando llegan al altar, Jihoon suelta la mano de Mackenzie, se deshace de la
almohadilla y corre directamente hacia mí.
—¡Papi!
Lo tomo en mis brazos y lo miro a sus grandes ojos marrones.
—¿Estuve bien? —me pregunta.
—Lo hiciste genial, amiguito —lo beso en la sien—. Ve y siéntate con la abuela y el
abuelo, ¿de acuerdo?
—Bien.
Lo pongo en el suelo y mis padres lo reciben en su asiento. Luego, me enderezo.
Las primeras notas de la marcha nupcial comienzan a llenar la catedral.
Todos los invitados se ponen de pie y se giran hacia la puerta doble cerrada.
Las puertas de madera se abren. Y el aire desaparece de mis pulmones.
Porque Taehyung te quita el aliento. Más sorprendente de lo que imaginé, y mi
imaginación está malditamente activa.
La visión de Taehyung vestido de blanco, un traje a medida, resalta su pequeña
cintura. Flameando detrás de él un velo de encaje irlandés cubre su cabeza, y su
cabello cae en oscuros y brillantes mechones enmarcando su cara. Su maquillaje es
liviano, sólo para resaltar su perfecta piel, y esos oscuros y grandes ojos que me
cautivaron desde el momento que los vi.
Traga fuertemente, y mira alrededor de la catedral llena de gente, luciendo
incómodo. Ansioso. Hasta que me ve. En el altar, esperando por él.
Me mantiene la mirada por unos segundos, luego, lentamente y con seguridad, me
sonríe.
Y es perfecto.
Mi visión del mundo se hace borrosa, y me importa una mierda si eso suena a
mariconada. Es verdad. Y lo amerita. Mi pecho se llena de ternura, con la santidad
de este momento.
La música empieza a sonar cuando Taehyung toma el brazo de George, y él lo
escolta a lo largo del pasillo. No puedo sacar mis ojos de él, y su mirada nunca
abandona mi cara. Cuando finalmente llegan, estrecho la mano de George, y se
retira al banco al lado de Solmi.
Taehyung me ofrece su mano, y tal como sucedió cuando nos conocimos por
primera vez, acerco su mano hacia mis labios y la beso con reverencia.
—Estás exquisito —le digo suavemente—. No… tengo… palabras.
Su sonrisa no tambalea.
—Supongo que siempre hay una primera vez para todo.
Parece como si todos los demás, como si toda la maldita iglesia, hubieran
desaparecido. Y estamos solamente nosotros dos. Ahueco su mejilla y rozo su labio
con mi pulgar. Luego me acerco y lo beso, suavemente, lentamente y lleno de
sentimiento.
Luego de unos segundos, el padre Dougherty se aclara la garganta.
Fuertemente.
—Esta parte viene después, hijo.
Termino el beso y me doy vuelta hacia el sacerdote, sin soltar la mano de
Taehyung. Taehyung se sonroja y la risa de los invitados hace eco en las paredes
de la iglesia. Me aclaro la garganta.
—Lo siento, padre. La paciencia nunca ha sido mi punto fuerte.
—Bueno, en este caso, no te culpo. —Se enfoca en Taehyung—. Te ves muy bien.
—Gracias, padre.
Le entrega su ramo de rosas y margaritas blancas a Jimin.
—¿Podemos continuar, entonces? —pregunta el padre Dougherty.
Desde la primera fila, Jihoon grita:
—¡Preparados, listos, ya!
Nuevamente, las risas se extienden por todos lados.
—Tomaré eso como un sí —dice el padre Dougherty.
La ceremonia continúa sin inconvenientes: los rezos, las lecturas, el encendido de la
vela de la unión. Luego, el momento que todos han estados esperando llega.
El padre Dougherty pregunta:
—Jungkook, ¿prometes estar con Taehyung en los buenos y malos momentos, en
la salud y en la enfermedad? ¿Prometes amarlo, honrarlo y quererlo hasta que la
muerte los separe?
Con una voz clara, digo:
—Seguro que lo haré.
Los ojos de Taehyung se mantienen en los míos y su sonrisa es tan brillante, tan
verdadera, mientras el padre Dougherty le pregunta:
—Y tú Taehyung, ¿prometes estar con Jungkook en los buenos y malos momentos,
en la salud y en la enfermedad? ¿Prometes amarlo, honrarlo y quererlo hasta que la
muerte los separe?
Las lágrimas ruedan por su hermoso rostro.
—Sí, sí lo haré.
Toma todo de mí no alzarlo y besarlo de nuevo. Yoongi me pasa los anillos y
Taehyung tiende su mano. Mi garganta se cierra mientras coloco el anillo en su
dedo.
—Te entrego este anillo como símbolo de mi amor y devoción. Me comprometo
contigo con todo lo que soy y lo que seré. Con este anillo, me caso contigo y uno mi
vida a la tuya.
Taehyung sostiene mi mano por un momento más largo. Luego, lágrimas ruedan por
sus mejillas al mismo tiempo que desliza el anillo en mi dedo, diciendo en una voz
plena de emoción:
—Te entrego este anillo como símbolo de mi amor y devoción. Me comprometo
contigo con todo lo que soy y lo que seré. Con este anillo, gustosamente me caso
contigo y uno mi vida a la tuya.
Luego, el padre Dougherty declara:
—Ahora los declaro marido y marido. Que lo que Dios ha unido, ningún hombre lo
separe. Puedes besar al novio.
Sin dudarlo, arrastro a Taehyung a mis brazos. Se ríe y rodea mi cuello con sus
brazos, y nuestras bocas se unen en un beso húmedo y caliente. El beso es largo y
meticuloso, y totalmente inapropiado para una iglesia.
Los aplausos y silbidos irrumpen, la campana de la iglesia comienza a sonar y los
músicos cantan a viva voz el “Himno a la Alegría”.
Finalmente, y con cierta reticencia, vuelvo a dejar a Taehyung sobre sus pies y
caminamos por el pasillo, lado a lado.
Agarrados de la mano.
Esposos.

***

Nos sacamos alrededor de mil malditas fotos en una variedad de locaciones y en


todas las combinaciones posibles. Jihoon soporta todo como un profesional, no se
pone de mal humor ni una vez. El fotógrafo nos tuvo que pedir a Taehyung y a mí
que dejáramos de toquetearnos para poder sonreír a la cámara. Aparentemente, mi
mano en su trasero no es una pose apropiada para un retrato de bodas. Pero creo
que está completamente equivocado sobre eso.
Una vez que todos nos amontonamos en la limo, Yoongi me pasa una botella de
champagne. Le saco el corcho, chorreando burbujas por todos lados.
Algunas salpican en mi cara, Taehyung se aproxima y lentamente las lame. Jimin
lanza un silbido.
—Mmm.. —Taehyung me canturrea—. El champagne sabe muy bien en ti, señor
Jeon.
Me río.
—Puedo pensar en otros lugares donde tendría un sabor mucho mejor, señor de
Jeon.
Lanza una pequeña risita.
—Entonces asegúrate que tengamos una botella en la suite matrimonial esta noche.
—Como tú desees, bebé.
Lleno los vasos y los empiezo a pasar a todos en la limo. Seung le da un sorbo del
suyo a Jiwoo, y su cara se arruga adorablemente con disgusto.
Jihoon se sube al regazo de Taehyung descansa su cabeza en su pecho.
Taehyung acaricia su oscuro cabello.
—No va a aguantar mucho.
Tomo un sorbo de mi vaso.
—¿La forma en que te ves en ese traje? Lo arreglaré por ti.
—Creí que tu traje favorito es el que no llevo puesto.
—Este es la excepción. Aunque debería guardar mi opinión hasta que te vea fuera
de él.
Le doy un beso en la oreja y le susurro:
—Luego de un largo y exhaustivo escrutinio… manifestaré mi preferencia con
claridad.
Me mira tiernamente, con una suave devoción brillando en su hermoso rostro.
—Soy tan feliz, Jungkook.
Misión cumplida.
—Yo también.
Acaricio la espalda de Jihoon y acerco a Taehyung con mi brazo libre. Me olfatea el
cuello y descansa su mejilla en mi clavícula. Con las risas ruidosas de nuestros
amigos alrededor, disfrutamos del momento.
La limo llega al Four Seasons, donde se celebrará nuestra recepción. Yoongi sale
primero, luego ayuda a Jimin, que se lleva consigo su vaso de champagne. Jihoon,
recuperado después de su dosis de abrazos de papi, sale, seguido de Jiwoo,
Jaehwa y Seung. Cuando el chofer le ofrece su mano a Taehyung, le digo:
—Yo me encargo, gracias.
Luego, ayudo a mi esposo a salir de la limo.
Mi esposo.
No creo que nunca me canse de pensar en Taehyung de esa manera.
Definitivamente voy a estar buscando excusas para referirme a Taehyung de ese
modo todo el tiempo.
Lo escolto bajo la iluminada entrada al edificio donde celebraremos nuestra felicidad
marital. Aunque tú y yo sabemos que la verdadera celebración se dará en la suite
matrimonial.
Nuestro grupo llega a la bien amoblada habitación adyacente al salón de baile,
donde la fiesta disfruta del momento del cocktail, lejos de los entrometidos ojos de
los huéspedes, como estrellas de rock en el camerino. Lauren Laforet, nuestra
organizadora de bodas, nos felicita, se asegura que estemos bien, luego se aleja
dando órdenes a través de su walkie—talkie a sus ayudantes. Jimin y Jaehwa
sostienen el velo de Taehyung, para que pueda bailar sin tropezarse y evitar que se
caiga de cara.
Me dirijo al buffet y apilo aperitivos en un plato para Taehyung.
Debo mantenerlo fuerte para más tarde.
Mientras está parado, lo alimento bocado a bocado. Supongo que no comió nada
desde esta mañana porque gime y suspira con cada mordida que da. O quizá sólo
le gusta chupar mis dedos, porque está haciendo eso también.
Con una sonrisa de suficiencia que le conozco, Taehyung me pregunta:
Estás disfrutando de esto, ¿no es así?
Mi semi—erecto pene asiente.
—Inmensamente.
Coloco un pequeño escalope de tocino en sus labios, y su lengua rodea mi dedo.
—Yo también.
Entendí eso.
—Chúpalo más fuerte —le digo medio en broma.
Él me complace.
Cuando alcanzo otro pedazo, Taehyung me dice:
—Ahora, ¿dónde escuché eso antes?
—Acostúmbrate a escucharlo más seguido. Hay una gran probabilidad de que se
convierta en mi mantra por las próximas tres semanas.
—Hola —dice Jaehwa desde atrás de Taehyung—. Los podemos escuchar y…
ewww…
—Sin embargo, nunca llegarás a estar tan dañada como yo cuando te escuché
follando en tu habitación en Las Vegas.
El peróxido no funcionó. Algunas veces, tarde en la noche, aún puedo oírlos.
Estoy considerando ir a terapia. O hipnosis.
Ella solo hace una pequeña sonrisa.
—Esa fue una gran mañana.
—¿Qué fue una gran mañana? —pregunta Seung mientras le trae un cocktail a mi
hermana.
Lo mira de la misma manera en que una niña de 12 años mira un poster de Justin
Bieber.
—Cada mañana contigo.
Él la besa en los labios.
Veo a Jiwoo mirándolos desde la otra punta del salón, le guiño un ojo e inclino mi
cabeza hacia sus padres. Me sonríe, y sé que las cosas han vuelto a la normalidad
en su casa entre Jae y Seung. Luego Jiwoo me dice con señas: Tan asqueroso.
Yo sólo afirmo con mi cabeza.

***

Después de la comida, la música es el segundo ingrediente más importante para


una fiesta de bodas exitosa. Contratamos una banda de doce músicos, y un DJ para
aquellas canciones que suenan estúpidas cuando alguien que no es el artista
original las canta. La cantante de la banda, una voluptuosa mujer de cabello
colorado, nos presenta como el los señores Jeon por primera vez, y mientras
nuestros invitados se ponen de pie para aplaudir, llevo a Taehyung a la pista para el
acostumbrado primer baile de bodas.
El acompañante de la cantante de la banda, un tipo de cabello canoso con una
suave voz, es el que canta. Taehyung, quien tiene mucho mejor oído musical que
yo, es el que eligió la canción, aunque yo di la aprobación final.
“I cross my heart” de George Strait.
La letra, la música, es perfecta para nosotros.
Y tal como en la iglesia, mientras danzamos alrededor de la pista de baile y lo
mantengo cerca de mí, los miles de ojos mirándonos se desvanecen a nuestros
alrededor. Somos sólo él, yo y este momento.
Miro los ojos marrones brillantes de mi esposo, y le canto las partes de la canción
que más significan para mí:
—Siempre serás el milagro que completa mi vida.
Taehyung canta la siguiente línea para mí:
—Y mientras pueda respirar, haré tu vida muy dulce.
Es un momento tremendamente tierno, loco de amor, de esos que no suelen ocurrir
en la vida real y de los que seguramente me burlaría si lo viera en una película o en
la televisión.
Pero porque es real —porque somos nosotros— es malditamente imposible que
suceda eso.
Después, Taehyung baila con mi padre “The way you look tonight” de Frank Sinatra.
Mi viejo es un gran bailarín, y hace sonreír y reír a Taehyung. En algún momento, él
se queda sin palabras cuando mi padre le susurra algo, y hago una nota mental de
preguntarle después sobre lo que le dijo.
Les seguimos mi mamá y yo en la pista, Kenny Rogers cantando “Through the
years”. Sus ojos se llenan de lágrimas cuando me mira.
—No llores, mamá.
Se ríe con una sonrisa nerviosa.
—No puedo evitarlo. Eres mi pequeño bebé y estoy tan contenta por ti, Jungkook.
Las madres son las primeras personas que los hombres amarán en sus vidas, por lo
menos a las buenas madres. Ellas te muestran cómo debe tratarse y cómo no a una
persona.
Mi madre continúa:
—Taehyung es tu complemento, en todo aspecto. Elegiste muy bien.
Le echo una mirada a Taehyung, que está parado junto a su madre y George, tan
malditamente bello que me duele el corazón.
—Sí, de verdad que elegí bien, ¿no es así?
Le doy un beso en la mejilla a mi madre.
—Gracias mamá. Si no fuera por ti, nunca habría conseguido a alguien como
Taehyung.
Mi madre me abraza mientras terminamos nuestro baile. No se necesitan más
palabras.

***
Luego de eso, la fiesta realmente comienza. Las luces se mantienen bajas,
acentuando el alumbrado con velas de los centros de mesas, intercalados con flores
blancas. Bebemos, nos reímos y devoramos las sorprendentes delicias culinarias.
Una vez que Taehyung y yo logramos conversar con cada uno de nuestros invitados
y agradecerles por acompañarnos en nuestro “día especial”, una pareja se nos
acerca.
Park Bogum y su esposo stripper vestido de negro.
Sip, todavía siguen casados, seis días completos hasta ahora. Eso es más tiempo
de lo que hubiera apostado. Estrecho la mano de Park.
—Gusto en verte.
Miro a su acompañante de cabello oscuro.
—Y con ropa puesta, mucho mejor.
Le conté todo a Taehyung acerca del encuentro post ducha que tuvimos con el
stripper. Pensó que fue graciosísimo.
Park sonríe.
—¿Te molesta si te pido prestado a tu esposo para un baile?
Porque lo llama mi esposo, no me importa en absoluto.
—Sólo si prometes devolverlo.
Taehyung me besa en la mejilla y se va.
Su esposo se va al bar. Me quedo solo, viendo a las parejas mecerse en la pista de
baile. Hasta que Yoongi viene, con los brazos cruzados, se para a mi lado y acapara
mi atención. Señala en dirección a Taehyung y Park.
—¿Estás bien con eso?
—Por extraño que parezca, sí lo estoy.
Estamos en silencio por un momento. Quizá es por la importancia de este día, pero
me estoy sintiendo malditamente sentimental.
—¿Alguna vez te agradecí por ser mi mejor amigo?
Yoongi sonríe.
—No hace falta agradecer. Es un beneficio mutuo que hemos mantenido.
—Sí pero… gracias por sacar mi trasero del fuego, y por patearlo cuando fue
necesario. O por lo menos… hacer que Jaehwa hiciera el trabajo sucio por ti. No sé
qué haría sin ti, amigo.
—Siento lo mismo.
Después, abre sus brazos ampliamente.
—Démonos un abrazo, perra.
Me río y hacemos justamente eso, dándonos palmadas en la espalda.
Hasta que Jimin se acerca a nosotros, llorando, sosteniendo el cuchillo con el que
se supone que después cortaremos el pastel.
—¡Hijo de puta!
Algo me dice que no está hablando con Yoongi.
—Voy a apuñalarte en el escroto.
Esto suena serio.
Mientras Yoongi sujeta a su esposo, le pregunto calmadamente:
—¿Hay alguna razón para tu repentina urgencia de mutilarme sexualmente?
Le dice a su esposo:
—Helga acaba de llamar. Los documentos fueron enviados a la casa donde ella
tenía que firmar. Los documentos legales, ¡él cambió el nombre de nuestro hijo,
Yoongi!
Maldita sea. Se suponía que no tenían que llegar hasta que Taehyung y yo
estuviéramos en nuestra luna de miel, lejos, en medio del Mediterráneo por tres
maravillosas desnudas semanas.
Yoongi me mira por encima de su hombro.
—¿En serio?
Lanzo mis brazos en el aire.
—Me lo agradecerás algún día. Y Michael también.
Jimin levanta el cuchillo.
—Si no los quisiera a ustedes dos y a su hijo, no me molestaría. —Me callo por un
momento para que se entiendan mis palabras—. Y tú no tienes nada que decir.
¿Qué hay de ese mensaje que le enviaste a Bogum desde la fiesta de despedida de
soltero? Eso podría realmente haber arruinado las cosas entre Taehyung y yo. Y…
lastimó mis sentimientos.
¿Fue realmente así? No, pero tienes que jugar con las cartas que tienes.
Mis palabras calman un poco a Jimin. Tengo la sensación que él y Yoongi ya han
discutido sobre esto.
—Eso fue una broma, Jungkook. Si realmente te odiara… no pondría mucho
esfuerzo en torturarte. Simplemente te ignoraría por completo.
Yoongi interrumpe.
—Cambiaremos su nombre al que tenía. Fue una metida de pata de tu parte,
Jungkook, aunque un lindo gesto, pero volveremos al nombre que tenía.
Dudo que lo hagan. Y si lo hacen… tendré que ser más sutil en mi próximo intento.
Taehyung regresa, mostrándose solo un poco preocupado. Pero aun así, se para
protectoramente enfrente de mí.
—¿Jiminnie? ¿Recuerdas que dijimos que no habría derramamiento de sangre el
día de la boda? Es de mala suerte.
Jimin suspira y lanza el cuchillo en la mesa.
—Necesito un trago.
Yoongi asiente.
—Te acompaño.
Después de que se van, Taehyung se da vuelta a mirarme.
—Los papeles llegaron antes, ¿no es así?
—Así es.
Niega con su cabeza.
—Te dije que era una mala idea.
Envuelvo mis brazos a su alrededor porque es encantador cuando tiene razón.
—Debí haberte escuchado.
Me sonríe.
—Quizá debimos mantener el “obedecer” en los votos.
Está en lo correcto.

***
Bailamos. Despacio y dulce, sucio y pegajoso. En algún momento, mientras estoy
masajeando el trasero de Taehyung, Jihoon entra disparando en la pista de baile
con la caliente Hermana Beatrice Dugan en sus tacones. Lo recojo en mis brazos, y
la monja por la que alguna vez sentí lujuria, me sonríe con aprecio.
—¿Estás disfrutando de la celebración, Taehyung?
—Lo estoy, hermana, mucho.
—Rezaré por ustedes dos, por una larga y fructífera unión.
Hago dar saltitos a Jihoon y él chilla.
—Todas nuestras plegarias han sido escuchadas, hermana B. Guarde las suyas
para alguien que de verdad las necesite.
Hace un chasquido con su lengua.
—Todos los recién casados necesitan de la gracia del Señor, Jungkook.
Disgustado por no ser el centro de atención, Jihoon rectifica la situación.
—¡Culo! —grita, riéndose mecánicamente—. ¡Culo!
Me congelo, y los ojos de Taehyung se entrecierran.
La hermana B sonríe con suficiencia.
—Y este pequeño parece tener el carácter de Jungkook.
Taehyung abre sus ojos.
—Muy parecido, sí, parece que lo es.
La hermana B le da una palmadita en el brazo a Taehyung con simpatía.
—Entonces, rezaré el doble por ustedes.
Se dirige a nuestro hijo.
—¿Te gustaría un refresco, pequeño Jihoon?
Sus ojos se abren sorprendidos y asiente rápidamente. Lo coloco en el suelo, y
agarrando la mano de la Hermana B, se van caminando.
La música cambia a una canción más lenta, “All of me” de John Legend. Sin decir
una palabra, Taehyung coloca sus brazos en mis hombros, descanso mis manos en
su espalda baja, y nos balanceamos a ritmo con la música.
Ese es el momento cuando noto otra pareja bailando a mi derecha, no tan pegados
como lo estamos Taehyung y yo, pero aun así me sorprendo.
Porque son Jiwoo y Maldito Fitzgerald.
Una de las manos de ella está en su hombro, la de él en su cintura, mientras sus
otros brazos están doblados por el codo con las manos agarradas en la clásica pose
de baile de salón.
Casi me compadezco de él. Porque ¿aun cuando no sea intencional? Mi niña nació
para ser una rompecorazones.
Mientras los miro en silencio, Joonny hace su movimiento. Sorprendiendo a Jiwoo
con la guardia baja, el pequeño bastardo presiona sus labios sobre los de ella y le
arranca un beso. Su primer beso, supongo. Es sólo un toque y termina tan rápido
como empezó.
Joonny se vuelve hacia atrás y la mira esperanzadamente. Pero Jiwoo… parece
confundida… hasta que deja de estarlo. Luego, arranca su mano de la suya.
Y le da un puñetazo en el estómago.
—Ufff —se dobla agarrándose el estómago, y Jiwoo sale de la pista dando fuertes
pisadas.
Ayudo al chico a salir de la pista.
—Tienes que trabajar más en aprender a leer las señales que te dan las chicas, o te
van a golpear seguido, Casanova.
—Woo golpea fuerte para ser una chica —dice con voz ronca.
—Patea más fuerte. Tuviste suerte.
Una vez que está sentado en una silla, lo palmeo en el hombro.
—Que tengas mejor suerte la próxima vez.
Luego, regreso a los brazos que me esperan de mi esposo.

***

Una hora después, llega la hora de los discursos. Totalmente distendido, Yoongi da
unos golpecitos a su copa con una cuchara y se dirige al silencioso público.
—Como el padrino de bodas, podría pararme y contarles historias de Jungkook y
Taehyung. Cómo se conocieron, sus logros y batallas en la oficina, los maravillosos
padres que son, su devoción a la familia y amigos. Pero eso llevaría mucho
tiempo… y el postre ya está llegando. —La audiencia se ríe por lo bajo—. Así que lo
resumiré así: Jungkook es único en su especie en el mejor de los sentidos. Cuando
Dios lo creó, rompió el molde. Pero no quiso que estuviera solo. Así que creó a
Taehyung, y entonces también rompió el molde con él. —Yoongi eleva su copa y la
multitud también lo hace—. Si alguna vez existió una persona perfecta el uno para el
otro, quienes se merecen el uno al otro y sacan lo mejor de cada uno, son ustedes
dos. Felicitaciones por su matrimonio. Que sea largo, divertido y dinámico. Y que
siempre se miren el uno al otro de la misma manera que se miran hoy. Por
Jungkook y Taehyung.
Tengo que admitirlo, Yoongi sabe cómo dar un maldito discurso.
Después de nuestro brindis, la multitud pide que nos demos un beso, el cual estoy
más que feliz de dar.
Más tarde, después que Jimin quedó agotado y arrastró a Taehyung y a Bogum al
escenario para cantar “That’s What Are Friends For”, después que se cortó el pastel
y lamí la cobertura de los labios de Taehyung y después que Taehyung arrojara su
ramo de flores a los brazos abiertos de Erin.
El lugar está lleno con toda nuestra familia y amigos. En el centro estamos
Taehyung y yo. Sostengo a un dormido Jihoon en un brazo, con su cabeza
descansando en mi hombro. El otro brazo está alrededor de la cintura de Taehyung,
sujetándolo apretado contra mí, su cabeza en mi pecho, mis labios descansando en
su cabello.
Si tienes una cámara fotográfica, sácala rápidamente ahora, porque esa es la toma
que más dinero te dará. La imagen que querrás recordar para siempre.

***

Mis padres se llevan a Jihoon a su habitación por esta noche. Taehyung y yo


volamos mañana por la tarde a nuestra luna de miel. Mientras no estemos, Jihoon
estará por una semana con mi hermana y Seung, y otra semana con Yoongi y Jimin.
Luego, mis padres lo llevarán con nosotros cuando estemos en la costa Amalfi en
Italia. Se irán en su propia escapada romántica, y Taehyung, Jihoon y yo
disfrutaremos juntos el último tramo de la luna de miel.
El elevador se detiene en el último piso. Antes de que Taehyung ponga un pie
afuera, lo tomo en mis brazos y lo llevo alzado mientras caminamos a nuestra suite.
—Se supone que me alces mientras caminamos a través del umbral, Jungkook. No
por todo el hotel.
Me encojo de hombros.
—Siempre he sido una persona que se destaca por sobre las demás.
Abro la puerta y lo llevo dentro. La cama es impresionante. Una de tamaño king
gigante, con grandes y mullidas almohadas, sábanas de seda color rojas, y un
cobertor de plumas suaves. Pétalos de rosa están esparcidos en un camino hacia la
cama y sobre el cubrecama, despidiendo un suave pero fragante aroma. Muevo a
Taehyung en mis brazos y lo deslizo por mi cuerpo. Sus ojos bailan traviesamente
mientras me mira.
—Voy a necesitar algo de ayuda para desvestirme.
Hago sonar mis nudillos.
—Tienes al hombre adecuado para el trabajo.
Mis dedos acarician suavemente la sedosa piel de su cara. Me tomo mi tiempo con
los botones de su camisa, desabrochándolos lentamente, dándole tiempo a la
imaginación de Taehyung para que se desenfrene.
Cuando el último botón es desabrochado, doy un paso hacia Taehyung. Miro,
fascinado, cómo su pulso se acelera en su cuello, con anticipación. Lo cubro con mi
boca, mientras chupo gentilmente. Taehyung levanta su cabeza y se echa atrás.
—He pensado en esto todo el día —susurro contra su piel—. Tenerte aquí, tenerte
desnudo.
—Yo también.
Hay asombro en la voz de Taehyung cuando dice:
—Eres mi esposo.
Luego, sonríe ampliamente.
—¿Qué tan maravilloso es eso?
Me río entre dientes.
—Es jodidamente maravilloso.
Me acerco resueltamente a él.
—Y ahora tu esposo quiere hacer el 69 con su esposo—lamo mis labios—. Mucho.
Desajusto mi corbata y me la saco. Pero cuando comienzo a desabrochar los
botones de mi camisa, la mano de Taehyung me detiene.
—Déjame hacerlo.
Él mira sus dedos mientras va descubriendo cada pulgada de mi acalorada
piel. Abre mi camisa, empujándola junto a mi chaqueta, fuera de mis brazos.
Luego, sus manos acarician mis hombros lentamente, alrededor de mi pecho y
abajo en mis abdominales.
En una voz ronca, dice:
—Amo tu cuerpo, Jungkook. Tan fuerte, tan duro… podría pasar toda la noche sólo
tocándote de esta manera.
Mi corazón golpea en mi pecho.
Abre la hebilla del cinturón de mis pantalones. Se agacha y besa el feliz camino.
—Y justo aquí —su lengua traza la V de mi pelvis superior, líneas esculpidas que
muestran cuando el sudor cae por mis caderas—, es mi parte favorita.
Mi respiración se acelera, y cuando su lengua vuelve a provocarme, no puedo evitar
empujar hacia adelante, deseando tan malditamente que fuera él en donde me
estoy empujando.
Su boca, su culo… no soy exigente en este momento.
Arrastra mis pantalones hacia abajo, y por la proximidad a la boca de Taehyung, mi
polla duele. Finalmente desnudo, me siento en la cama y doblo mi dedo hacia
Taehyung.
—Ven aquí.
Se para y, aún con su ropa interior puesta, camina hacia mí. Agarro sus caderas;
coloca una rodilla sobre la cama y se sienta a horcajadas en mi regazo. Mis manos
se mueven a su cara, manteniéndolo quieto, y lo beso salvajemente, succionando
su lengua y haciéndolo gemir.
Mientras venero su boca, las caderas de Taehyung giran, buscando fricción.
Cuando la encuentra contra mi polla, doy un gruñido. Moviéndome a su cuello y
mandíbula, exploro su piel con mis labios y dientes, succionando y mordisqueando,
mientras mis hábiles dedos bajan un poco los calzoncillos. Justo por debajo de sus
nalgas. Sin mostrarlo todo aún.
—Jesús, eres precioso.
Beso sus clavículas bajando hasta los pezones, los cuales tomo en mi boca y chupo
vorazmente.
Taehyung grita palabras sin sentido y sujeta mi cabeza contra su pecho, mientras se
frota contra mí. Subo hasta sus labios, después me acuesto en la cama, llevándolo
conmigo. Desde esta posición, con una mano entre nosotros, bajo sobre su plano
abdomen, hasta encontrar lo que busco. Bingo. Lo acaricio con la palma abierta,
sintiendo la humedad filtrarse aún con sus calzoncillos medio-puestos.
Jadeando fuertemente, Taehyung se echa hacia atrás y sus ojos se encuentran con
los míos. Me estoy quemando, necesitando más, no recuerdo haber estado tan
desesperado por él.
—Sube encima de aquí —le digo. Se supone que es una orden pero parece más
una súplica—. Justo malditamente aquí.
Se coloca sobre sus rodillas y desliza sus calzoncillos todo el camino hacia abajo y
afuera.
Luego gatea sobre la cama, justo a mi lado, coloca sus rodillas a mí alrededor, y se
coloca por encima de mi insaciable boca.
Agarrando sus caderas con mis manos, guió su culo a mi boca.
Está tan preparado, tan caliente, que siento el calor contra mis labios incluso
antes de probarlo. Pero cuando mi lengua se sumerge en él, mis ojos ruedan a la
parte trasera de mi cabeza.
Me deleito con la sensación de estar rodeado por él. Creo que pronuncia mi nombre,
pero el latido de mi corazón es tan fuerte en mis oídos que no estoy seguro.
Mientras me doy un festín con él, preparándolo para lo que viene después.
Taehyung agacha la parte superior de su cuerpo para que esté nivelado con mi
torso.
Siento su cálida respiración en mi polla primero. Luego, la sublime humedad de su
boca me cubre, y juro que mi corazón detiene sus latidos.
La gente que piensa que esto está mal o es depravado, está completamente loca. Si
eso fuera verdad, no encajaríamos tan jodidamente perfecto. Fuimos hechos para
esto.
Mis dedos hurgan en la carne de su perfecto trasero. Sosteniéndolo contra mí,
moviéndolo de izquierda a derecha en un ritmo imparable para hacerlo correr.
Deseo tanto que eso suceda, sentirlo, a mi esposo, vibrando alrededor de mi
lengua, retorciéndose contra mi cara.
Ya no es lento o calmado con su boca ahora. Toma toda mi polla dentro, hasta que
siento la parte de atrás de su garganta, luego succiona duro mientras desliza sus
labios arriba. Una y otra vez, hasta que mis piernas tiemblan.
Trabajamos en conjunto, dando y recibiendo el más lascivo placer. Tiembla a mí
alrededor, y sus vibraciones me empujan más cerca del límite. Siento hormigueos
en mi columna, mis pelotas se encogen.
Pero no me quiero venir con esto, no todavía. Ciertamente, voy a reconsiderar esa
opción más tarde, pero esta primera vez, quiero estar enterrado en Taehyung
cuando explote.
Con un renovado vigor, estímulo su pene con mi lengua. Lo presiono y succiono,
luego empujo dentro de él, estimulando todos sus puntos sensibles.
Cuando Taehyung empieza a sacudirse contra mí, cuando pierde la concentración
en mi polla y tiene que sacarla de su boca para tomar aire, sé que mis acciones
están por surtir efecto.
—Jungkook —gimotea contra mi muslo, agarrándose a mis piernas, tratando de
no dejarse ir porque está a punto de hacerlo. Agarro su trasero más fuerte.
Él llega. Cayendo. Volando. Miles de felices estallidos atravesándolo mientras se
viene en mi cara y grita mi nombre. Una y otra vez.
Después de eso, Taehyung se queda inmóvil, su dura respiración haciéndome
cosquillas en mis muslos. Dándole una última lamida, sostengo sus débiles
extremidades, lo acuesto en la cama y me coloco sobre él.
Me sonríe, luciendo feliz y débil por el orgasmo.
—Eso fue tan bueno… lo mejor de todo.
Sólo puedo sonreír con suficiencia mientras mi pecho se llena de puro orgullo.
—Lo mejor… hasta ahora.
Envuelve sus brazos alrededor de mi cuello, sus rodillas se doblan y descansan
contra mis costillas.
—Ámame, Jungkook. Hazme el amor, por favor.
Rozo la punta de mi polla arriba y abajo de su abertura, saboreando la sensación de
la humedad caliente.
—Mírame, Taehyung.
Me mira fijamente, y juro que parece que estuviera mirando en mi alma.
Empujo dentro de él lentamente, prolongando la acción hasta que la parte baja de
nuestros estómagos se presionan juntos.
Estamos profundamente unidos, en todo aspecto concebible.
Mi cabeza se recuesta y muevo mis caderas, haciéndola girar en rotaciones
ajustadas.
—Estás tan apretado, Taehyung… se siente tan… Cristo, es increíble.
De verdad lo es.
En los últimos cinco años, me he preguntado si el sexo entre Taehyung y yo se
volvería aburrido u obsoleto. Pero hasta el momento, eso no ha sucedido. Al
contrario, se pone cada vez mejor.
Sus músculos internos se contraen y me exprimen. Me empiezo a mover, sacando
mi polla de su celestial agujero, luego volviéndola a meter. Cada vez, gimiendo más
fuerte.
Lo levanto un poco para poder ver. No hay nada más excitante que ver mi polla
desaparecer dentro de Taehyung. Si me volviera ciego, esa sería la última imagen
que me gustaría llevar conmigo a la oscuridad.
—Bésame, Jungkook —me ruega.
Agacho mi cabeza y la lengua de Taehyung lame mis labios, luego se zambulle en
mi boca, enredándose con la mía. Nuestras caderas se mueven juntas, ganando
fuerza y velocidad. Nuestros gemidos y palabras susurradas se mezclan en
nuestras
bocas y a lo largo de nuestros cuellos y hombros.
Esto es más que una magnífica follada.
Más que la expresión física del amor.
Es espiritual.
No sé si existe el Paraíso. Malditamente que no sé si alguna vez llegaré ahí.
Pero si existe… se debe sentir como esto. Perfecta armonía con otra alma, rodeada
de calidez, aceptación y éxtasis sin fin.
Amen.
Las caderas de Taehyung se levantan para encontrarse con las mías mientras
empujo dentro de él una y otra vez. Un placer abrasador sube por mis piernas,
amenazando con explotar, pero lo retengo, porque de ninguna manera me vendré
solo.
Todo lo que puedo decir es:
—Lleguemos juntos.
Taehyung jadea:
—Sí…
Empujo profundamente una última vez y exploto dentro de él con un enérgico latido.
Manchas bailan detrás de mis ojos cerrados, y la euforia se derrama por todos mis
condenados huesos. Taehyung se contrae y mancha de semen nuestros cuerpos
mientras sus uñas se hunden en mi espalda.
Después, ninguno de los dos se mueve por unos minutos. No creo que ninguno de
los dos pueda.
Finalmente, me las arreglo para rodar a un costado, con mis brazos aún alrededor
de él, ambos respirando con esfuerzo y mojados con el sudor más exquisito.
Corre mi cabello mojado de mi frente y me sonríe.
—Santa mierda —respiro—. Eso fue increíble. Deberíamos habernos casado antes.
—Tú lo has dicho. Creo que tuve un derrame cerebral.
Nos reímos.
Hay algunos momentos específicos de mi vida que considero los mejores.
Esa primera noche con Taehyung. El día que me creyó que lo amo y me dijo que
sentía lo mismo. El día que Jihoon nació.
Y este momento… este momento corona la lista.
Lo jalo hacia mí y acaricio su rostro. Mi voz es ronca, cargada de emoción, al tiempo
que las palabras desgarran mis pulmones.
—Te amo, Taehyung. Te amaré siempre. Y todo lo que venga después del “para
siempre”, te amaré entonces también.
Mis palabras llenan de lágrimas sus ojos. Me besa lentamente, suavemente.
Luego, traza mis labios con su dedo.
—Puedes apostar tu trasero que te tomaré la palabra, Jeon Jungkook.

***

Así que esa es la historia. La épica conclusión.


Creo que transitamos un camino largo, ¿no es así? ¿Desde ese primer tipo que
conociste con “gripe”, acampando en el sofá de su living?
Hombre, ese era un jodido desastre.
Gracias por quedarte, por no perder la fe en mí. Sé que hubo momentos que
quisiste hacerlo. Pero… fue genial tenerte cerca para el viaje.
Si esto fuera un cuento de hadas, ahora sería el momento que leerías “Y vivieron
felices para siempre”.
Pero eso es demasiado aburrido para nosotros.
Así que en vez de eso, te diré esto:
Vivimos… de la misma manera que amamos; con pasión, ternura y risas. Y todos
los días —cada maldito día— lo hacemos al máximo.

EXTRA: BATALLA DE VOLUNTADES


—¿Y lo realmente aterrador?
¿Si Taehyung y yo fallecemos en una colisión? Este idiota es el tercero en línea
para criar a mi hijo. Olvídense del calentamiento global, este es el pensamiento
que me quita el sueño.
- Jeon Jungkook, Enredos de una Boda

Cuando te conviertes en un adulto hay ciertas realidades que tienes que


enfrentar. El dinero no crece en los árboles, conducir un coche realmente no es tan
emocionante, y no hay servicio de lavandería que haga que la ropa limpia aparezca
mágicamente en tu armario. Luego está la realidad más dura de todas: no eres
inmortal. Un día te vas a morir.
Así es la vida —nadie consigue salir vivo.
Si eres un adulto responsable, dejas hechos los arreglos para que cuando Dios
decida tirar de tu enchufe, las cosas sean más llevaderas para los seres queridos
que dejas atrás. Esto es especialmente cierto si eres padre.
Número uno en la lista de éxitos para los padres: Seguro de vida. Los niños
son caros y no pueden vivir de amor. Si mueres y dejas atrás a un menor de edad,
alguien va a tener que hacerse cargo de ellos -y van a necesitar una mierda de
dinero en efectivo. La ironía es bastante perra, así que no hay manera más rápida
de conseguir ser golpeado con una rara enfermedad terminal que ser el idiota que
dice: “Soy joven, estoy sano, nada va a pasarme.”
No seas ese tipo.
Después de un seguro de vida, lo siguiente es: El testamento.
Si, necesitas uno. Incluso si eres jodidamente-pobre, alguien tiene que quedarse a
cargo de la poca mierda que posees. Si no eres pobre —entonces realmente
necesitas uno. Un documento legal correctamente escrito puede hacer la diferencia
entre la exención de impuestos y cortar al Tío Sam de hasta un cuarenta por ciento.
Soy un fan del capitalismo, pero incluso yo creo que cobrarle a alguien por morir es
bastante jodido.
De todos modos, poco después del nacimiento de Jihoon, Taehyung y yo
redactamos nuestros testamentos juntos. Tengo dos abogados en mi familia así que
para nosotros, no era complicado. Si yo muero primero, él tiene todo. Si Taehyung...
bueno... entiendes el punto. Si los dos lo golpeamos al mismo tiempo, todo queda
en manos de Jihoon.
Suena bastante sencillo, ¿verdad? Resulta que algunas partes son más sencillas
que otras.

***
Barajo los papeles en una pila ordenada y los coloco entre nosotros.
Fingiendo indiferencia, me inclino hacia atrás, lejos de la mesa de conferencias.
—Lo único que queda por hacer es elegir un tutor para Jihoon.
Mis palabras se encuentran con un pesado silencio. Taehyung se inclina hacia atrás
también, su sonrisa serena pero sus ojos agudos.
Listo para la batalla.
—Bueno, eso debería ser fácil.
Debería serlo —pero no lo será.
Porque cuando se trata de situaciones como esta —cada padre quiere que su hijo
sea criado por su familia.
Su lado.
Y el compromiso no es una opción. Al igual que en Highlander, sólo puede haber
uno.
—Por supuesto. —Comento—. Sólo hay una opción aceptable.
Taehyung se levanta.
—Obviamente.
Yo también me levanto.
—Así que estamos de acuerdo, ¿entonces?
—Parece que sí.
Mantenemos contacto —ninguno de los dos parpadea— como dos espadachines
expertos, esperando que el otro haga su movimiento.
Hasta que Taehyung arrebata los papeles de la mesa de conferencias.
—Genial. Entonces voy a llenar los nombres y pasarlos ante el notario. —
Enérgicamente, se dirige hacia la puerta.
Examen de sociología —cuando se es rescatado de un naufragio— ¿En qué
momento reportan las víctimas sentirse más aterrorizadas? Eso sería antes de que
sean sacadas fuera del agua. Cuando el escape está tan cerca que pueden
saborearlo —y todo lo que tienen que hacer es esperar su turno.
La razón detrás de esto es simple: con la salvación tan cerca, es mucho más
horrible perder.
Juego con Taehyung. Dejando que piense que me ha sobrepasado, hasta que
alcanza el pomo de la puerta.
—Sólo por mierdas y risitas... —Propongo: —¿Por qué no escribes a quien
elegiste, y yo hago lo mismo? Entonces compartimos.
De espaldas a mí, hace una pausa, digiriendo mi sugerencia. Y tomo un
momento para admirar los hermosos contornos de su culo bajo su suave pantalón
blanco.
Todavía jodidamente hermoso.
Taehyung se da la vuelta, con una expresión neutral.
—¿Cómo un juego? ¿Para mostrar que tan en sintonía están nuestros
pensamientos?
Sonrío.
—Exactamente.
Por ahora, Taehyung y yo podemos leer prácticamente la mente del otro. Por lo
cual se precisamente -que él sabe- qué no vamos a escribir los mismos nombres.
Arranco un pedazo de papel del bloc amarillo delante de mí, y se lo entrego con un
bolígrafo. Entonces, cojo un bolígrafo y anoto mi elección. Doblamos nuestras tiras
de papel y las colocamos sobre la mesa. Deslizo la mía hacia Taehyung,
manteniendo el dedo en la parte superior.
Justo como un intercambio de rehenes, nos aferramos a nuestros papeles
rápidamente. Taehyung sonríe mientras yo abro el de él y bajo la vista. Al mismo
tiempo, leo lo que ha escrito.
—¡Has perdido tu jodida cabeza!
—¡Lo sabía! —grita él, señalándome con el papel en la mano.
—¿Cómo puedes pensar que Park Jimin sería un tutor adecuado para mi hijo?
Taehyung frunce los labios, eligiendo cuidadosamente sus palabras.
—Amo a tu hermana, sabes que lo hago.
Obviamente no la ama mucho, si está dispuesto a escoger al diablo sobre mi propia
carne y sangre.
Sacudo mi mano.
—Sí, si continua.
Taehyung se cruza de brazos.
—Es una matona. No me gusta la forma en que trata a Seung, ese no es el ejemplo
que quiero para Jihoon.
Me río. Debido a que su lógica es malditamente absurda.
—Jaehwa no es una matona, es una mujer fuerte e independiente. Jimin es un
matón. Y un jodido loco al cual le falta una tuerca debo añadir. Yoongi está
claramente aterrorizado de él.
Taehyung resopla.
—¡Eso es ridículo! Jimin y Yoongi son iguales, el ying-yang del otro. Se
complementan entre sí. Lo cual no es el caso de tu hermana.
Taehyung no se mueve un centímetro, pero puedo verlo mentalmente enterrar sus
talones.
—No seas terco acerca de esto, Taehyung.
—No estoy siendo terco, estoy declarando mi opinión y respaldando esa opinión con
hechos.
—Seung escoge sus batallas. Él sabe cómo manejar a mi hermana, siempre lo ha
sabido.
Su voz se eleva, despojada del barniz de civismo, dejando con el culo al aire la
verdad desnuda.
—No quiero que Jihoon crezca en una casa donde alguien tiene que ser
“manejado”, quiero que sea criado como yo crecí. Jimin se asegurará de que eso
suceda. Sin todos los fondos fiduciarios, el dinero viejo, la mierda de la alta sociedad
de Nueva York.
Mi voz se levanta un poco también.
—Noticia de última hora, él es mí hijo. ¡El fondo fiduciario, el dinero viejo, la mierda
de la alta sociedad de Nueva York viene con el nombre!
Por un golpe de gran sincronización, Seung pasa por delante de la puerta abierta de
la sala de conferencias. Intentando un enfoque diferente, lo llamo:
—Oye Seung, ¿Quién recibe los niños si mi hermana y tu mueren?
Él no pierde el ritmo.
—Tú y Taehyung.
—Gracias. —Seung sigue y yo extiendo mi brazo hacia su forma en retirada—. Quid
pro quo Clarice —le digo a Taehyung—. Quid pro quo.
Obviamente Taehyung nunca ha visto el Silencio de los Inocentes.
—¡No voy a dejar a nuestro hijo con tu hermana para devolver el favor, Jungkook!
Toma un respiro para continuar pero lo interrumpo, jugando mi carta ganadora.
—La conclusión es: Jaehwa es sangre. Yoongi y Jimin son nuestros amigos, como
familia, pero no lo son. Es un hecho probado que el mejor tutor para cualquier niño,
es un pariente de sangre.
Taehyung empieza a contrarrestar de nuevo, pero levanto mi mano.
—No pierdas tu respiración, Taehyung. No hay regreso a esa declaración. Yo gano,
fin.
Sus ojos se estrechan peligrosamente. Él se pasea, como un león en una jaula en
busca de un eslabón débil. Lo observo... y consigo una erección.
De hecho, podría haber algo mal en mí.
Después de un momento, Taehyung se detiene frente a mí.
—Está bien, te voy a dar eso. Tenemos la lista de tutor primario y secundario. Así
que... estoy de acuerdo con que Jaehwa y Seung sean el guardián principal, con
Jimin y Yoongi como respaldo.
La terquedad de Taehyung es legendaria. La mayoría del tiempo, tendría una mejor
oportunidad haciendo que una montaña de mierda se moviera, a conseguir que él
cambie de opinión. Que ceda tan temprano en el argumento es inusual, y estoy
inmediatamente sospechando.
—Está bien... —Asiento con cautela.
—Si... —Levanta un dedo—. Aceptas que Bogum sea el respaldo de Jimin y Yoongi.
Las palabras cuelgan en el aire durante varios segundos. Ninguno de nosotros
habla. Ninguno de los dos se mueve.
Entonces pregunto: —¿Bogum quién?
Porque él no puede decir... no hay manera de que esté sugiriendo...
Rueda los ojos sutilmente, la exasperada inclinación de su cabeza me dice que
totalmente lo haría.
Prácticamente me trago mi lengua.
—¿Estás jodidamente delirante?¿Tienes un tumor cerebral?¡Porque no puedo
pensar en ninguna otra razón por la que contemples por un solo segundo que yo
dejaría que mi hijo sea criado por tu ex-novio!
—Bogum no es sólo un ex novio, es parte de la familia. Él es...
—¡Es un maldito idiota! ¡Y eso es ser amable!
Taehyung suspira.
—Si dejarás de gritar durante dos segundos yo...
—No estoy gritando, ¡maldición! —Yo... bueno... grito.
Taehyung golpea su palma sobre la mesa, y sus palabras salen apresuradas pero
firmes.
—Nosotros seis siempre estamos juntos, trabajamos juntos, salimos a cenar juntos.
Y vivimos en la ciudad de Nueva York, si hay un ataque terrorista, una horrible
catástrofe masiva, Bogum es la única persona fuera del estado en quien confío para
cuidar de Jihoon. Sin él, Jihoon podría terminar en hogares de acogida.
Taehyung y yo gobernamos el juego de padres temprano. Ellos están entrados en
años, por lo que hay una posibilidad muy real de que estiren la pata antes de que
Jihoon llegue a los dieciocho. Lo que traería aún más inestabilidad en su vida.
Ninguno de nosotros quería eso.
Pero esto...
—¡Prefiero rodar los dados con los hogares de acogida! Park Bogum apenas puede
cuidar de sí mismo, ¿o se te olvida cuando nos detuvimos en su lugar en Los
Ángeles el año pasado y lo encontramos saltando en el sofá con unas tijeras en la
mano, y una maldita piruleta en la boca?
No estoy exagerando. Estaba intentando desenroscar una lámpara en el techo con
unas malditas tijeras.
—¡Estaba arreglando algo! —replica Taehyung.
—¡Eso no lo hace mejor!
Taehyung toma un gran respiro. Y su voz se vuelve irremediablemente helada.
—Mira, Jungkook, no se trata de ti o tu aversión a Bogum. Se trata de Jihoon, y lo
que es mejor para él, lo que me dará paz mental, a pesar de lo poco probable de la
posibilidad. Esta es mi última oferta.
Apoyo mis manos sobre la mesa, inclinándome hacia él, nariz contra nariz.
Mi voz amenazadoramente calmada.
—Y yo te digo que la respuesta es no.
Taehyung se endereza, sus ojos brillando con furia frustrada.
—Entonces supongo que no estamos nombrando a un tutor.
Veo su mirada, y levanto mi mandíbula apretada.
—Supongo joder, que no lo estamos haciendo.
—Entonces no vamos a estar viajando juntos tampoco. Vamos a tener que reservar
vuelos separados para asegurarnos de que alguien sobreviva para cuidar de
nuestro hijo. —espeta Taehyung.
—Parece que sí. —Gruño... en realidad no pensando en ello.
Taehyung me señala.
—¡No más club millas de altura para ti!
Es un golpe bajo. Pero no vacilo. Le grito: —¡Ese es el precio que estoy dispuesto a
pagar!
—¡Culo egoísta!
—¡Tonto irrazonable!
Tonto. Le dije tonto, no perra.
Aunque... en este caso este último encajaría tan bien.
Antes de que Taehyung pueda chillar de nuevo, el sonido de mi padre aclarando su
garganta, desde donde permanece en la puerta abierta de la sala de conferencias
atrapa nuestra atención.
—Ejem...
Frunce el ceño con desaprobación.
—Me doy cuenta de que ustedes dos tienen dificultad para recordar que esté
es un lugar de negocios... pero lo es. Bajen la voces hijos, o no les gustarán las
consecuencias.
Él baja la mirada al perfecto paquete que se retuerce en sus brazos y su ceño se
derrite.
—Además, mi nieto tiene hambre y está empezando a darse cuenta de que no va a
conseguir leche de mi dedo.
Taehyung camina hacia mi papá.
—Gracias, Joon, me lo llevaré. He terminado aquí.
—Esta discusión no ha jodidamente acabado. —Gruño, manteniendo mi volumen
abajo.
Taehyung levanta una exasperante ceja en mi dirección.
—¿No?
Él toma a Jihoon y sale de la habitación.

***
Después de la salida de Taehyung, recojo la pila de papeles y las tiro en la mesa —
dispersándolos por toda la habitación.
—¡Maldita sea!
Sin inmutarse, mi padre pasea en la habitación y toma asiento.
—¿Problemas en el paraíso?
Me dejo caer en la silla de al lado y me froto los ojos.
—No es problema, exactamente... más bien... una tormenta. Pasará, pero,
Taehyung es tan jodidamente frustrante. Si me convierto en un alcohólico, no dudes
en culpar a Taehyung.
Mi padre recupera una página del testamento del suelo. La comprensión ilumina su
rostro cuando lee el documento. Entonces se ríe de mí.
—Bueno, esto explica los gritos. Cuando tu madre y yo tuvimos que decidir sobre un
tutor para Jaehwa y para ti, no nos hablamos durante una semana.
Es gratificante saber que no estoy solo. La miseria hace una cariñosa compañía.
—¿Qué hizo que pelearan? —Pregunto—. ¿A quién habían elegido?
Mis abuelos fallecieron años antes de que yo naciera. Mi madre era hija única, mi
padre tenía una hermana que murió cuando él estaba en la universidad — uno
pensaría que con tan pocas opciones su elección hubiera sido fácil.
Pero como he dicho, ¿este tipo de situación? Nunca es fácil.
Mi padre se inclina hacia atrás en la silla y mira al techo. Una pequeña sonrisa tira
en sus labios y sus ojos castaños se entrecierran con el recuerdo.
—Yo quería que se quedaran con Frank y Estelle. Tu madre, sin embargo,
consideró que Frank era demasiado duro y prefirió a George y Janey. —Sacude la
cabeza.
—Tuvimos tal riña, que terminamos diciendo mil cosas que ninguno de nosotros
quería decir.
Me inclino hacia él, con ganas de aprender de su experiencia.
—¿Qué fue lo que finalmente decidieron?
—Les dejamos a los cuatro de ellos.
—¿Los cuatro de ellos?
Él asiente con la cabeza.
—Nosotros imaginamos que ellos compartirían la custodia la mitad del año en una
casa, la mitad en otra, lo mejor de ambos mundos. Era o bien escoger a los cuatro,
o a ninguno de ellos. Tu madre y yo sabíamos que los amaban tanto como para
hacer funcionar ese arreglo.
Desafortunadamente esa estrategia no va a funcionar para mí. Mi viejo tuvo suerte
—mi madre no tiene ningún idiota esqueleto que se negara a permanecer en el
armario.
Él ve la mirada abatida en mi cara, porque me llama la atención.
—Las relaciones son sobre compromiso, Jungkook.
—Ya lo sé. —murmuro.
—Y en los mejores compromisos, todo el mundo recibe un poco de lo que quiere y
acepta un poco de lo que no quiere. Nadie camina lejos de la mesa completamente
feliz.
Sé eso también.
La clase continúa.
—La pregunta que te tienes que hacer hijo, es ¿quieres ganar o quieres una casa
pacifica?
Me froto la parte de atrás de mi cuello.
—Quiero ambos.
Su profunda risa llena la habitación.
—Por supuesto que sí, pero hay momentos en los que no se puede tener ambas
cosas. Prioridades, Jungkook. —Se levanta y agarra mi hombro—. Eres bienvenido
al dormitorio de invitados en caso de que lo necesites, en mi experiencia es mucho
más cómodo que un sofá.
Resoplo.
—¡Qué generoso de tu parte! Gracias, papá.
Golpea mi hombro cariñosamente, luego sale de la sala de conferencias, dejándome
contemplando mi próximo curso de acción.
Uno que espero que no me deje durmiendo en el maldito sofá.

***
Una hora más tarde, camino a la oficina de Taehyung sin llamar. Está trabajando
en su escritorio, nuestro hijo profundamente dormido en ese artefacto Pack & Play
colocado detrás de él.
Pienso en ello como una jaula portátil.
Me lanza una rápida mirada cuando entro, entonces, vuelve a mirar los papeles
sobre su escritorio haciendo un maldito show para demostrarme que estoy siendo
ignorado.
Pongo el testamente delante de él y cito el texto revisado.
—Guardianes Primarios, Jaehwa y Seung Reinhart. En caso de que fallezcan
cuando el niño sea menor de edad, la tutela pasará a Yoongi y Jimin Min. En caso
de que caduquen o fallezcan junto con los tutores principales, la custodia será
asumida por... Park Bogum P.
No levanta la cabeza, pero veo las comisuras de su boca levantarse unas pulgadas
hacia arriba. Por fin, Taehyung me mira.
—¿P? Bogum no tiene un segundo nombre.
Sonrío.
—P es para Pendejo, lo considere apropiado dadas las circunstancias.
Se ríe y niega con la cabeza hacia mí.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Camino alrededor de su escritorio, jalando su silla con ruedas, pegando mis manos
en los brazos.
—Prioridades, Taehyung. Yo... quiero que seas feliz más de lo que quiero ganar.
Para ser honesto, fue una jodida llamada cerrada, pero Taehyung finalmente llegó a
la cima.
Me gusta cuando está encima.
Sus palmas se deslizan por mi pecho. Él se levanta para darme un beso rápido, con
sabor a fresa.
—Esto me hace feliz, Jungkook. Gracias por ser razonable. Ahora que el testamento
está hecho, espero que no tengamos que pensar o hablar de ello de nuevo.
Le doy un tirón a su mano y lo jalo de la silla. Sus brazos se envuelven alrededor de
mi cuello y su cuerpo se moldea al mío.
—De acuerdo. No más hablar de testamentos o tutores o morir. Tú y yo tenemos
demasiada vida que hacer.

CON AMOR
Tae,
¿Te acuerdas de nuestro primer dia de San Valentín juntos?
Yo si, vívidamente. Las flores, los chocolates, el oso que me observaba... la pieza
de arte que pintamos con nuestros cuerpos y que enmarca la pared de mi oficina (la
mejor jodida distracción, es un milagro que consiga hacer el trabajo en absoluto).
Superar eso no es un desafío, pero ambos sabemos que siempre se presenta un
reto.
Así que, he aclarado tu horario para el resto del dia. Hay un coche esperándote en
la planta baja, te llevará al Empire State (si, en realidad estaba prestando atención
cuando me obligaste a ver Sleepless in Seattle, aun siendo una película terrible).
Al llegar, nosotros tres vamos a disfrutar de una deliciosa cena privada y ver la
puesta de sol en Nueva York.
Pero eso no es todo.
Después de una dura negociación (y algunos sobornos) nuestro hijo de cuatro años
se ha comprometido a dormir toda la noche en su propia cama - así que puedes
apostar tu dulce culo que te mantendré despierto toda la noche.

Feliz día de San Valentin, bebé,

Jungkook

Papi,
¡Feliz día de San Valentín!
Mañana voy a hacer para el desayuno los cereales de papá.
Te amo.
Tu valentín favorito,

Jihoon

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