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Prólogo

-¿Por que no traes tu uniforme?-Jimin se giró sobresaltado


ante la potente voz de un Alfa azabache.224

-¿Me hablas a mí?12

-¿Acaso ves a alguien más?-El alfa lo miro con enojo y le


aventó un delantal.-Ponte esto al menos. ¡Los nuevos
empleados siempre son un desastre!

Jimin abrió la boca dispuesto a aclarar las cosas hasta que


sus miradas se cruzaron. ¡Ay, por Dios! Se mordió el labio.
¡Pero que alfa más sexy tenía ante sus ojos!35

-Escucha yo no soy...

-Uno de los hijos del presidente Kim está de cumpleaños y


el salón debe estar listo en cuatro horas.-El alfa sonaba
molesto.-Una fiesta de gente rica presumiendo hasta la
marca de sus calzones... será una noche muy larga.143

-¿Tienes algo en contra de los ricos?-Jimin se atrevió a


murmurar la pregunta.

-La mayoría no sabe apreciar lo que tiene. Y son unos


consentidos insoportables y déspotas, despreciando a la
gente trabajadora. Prepárate porque veras a muchos de
ellos está noche.50

Ay no...1
-No todos son así.58

-Si, claro. -Dijo con una risa sarcástica.-Anda, ponte a


trabajar o no hay paga.

-Pero yo no...13

-¡Ah! Casi lo olvido...32

Se acercó tanto al omega que Jimin sintió que su corazón


se le saldría del pecho al percibir un olor a chocolate y
café, la cercanía del Alfa le quitó el aliento. ¿Lo iba a
besar? Porque eso era lo que hacían sus pretendientes
cuando se acercaban de esa forma. Emocionado ante la
idea de que ese Alfa tampoco se resistiera a su encanto
Jimin cerró los ojos y puso carita de beso.219

Ante esto, el alfa frunció el ceño y se alejó un poco.12

-Esta comida no es para ti.-Le quito uno de los canapés que


habia tomado y lo regreso a la bandeja.-Que suerte que el
chef no te vio. Se más cuidadoso.46

El alfa agarro unas botellas de champán y salió de la


cocina.

Segundos después entró un omega de cabello castaño,


vestido con ropa de deporte carísima y lentes oscuros,
joyería brillaba en su oreja izquierda y estaba enfadado.57

-¡Aquí estás! Se supone que me ayudarías a escoger mi


atuendo para la fiesta. ¡Que mal hermano eres!-Taehyung
frunció el ceño.-¿Por que estás usando un delantal?
-Creo que me enamoré.165

-¿Tan buenos están?-Taehyung pensó que hablaba de la


comida así que metió las manos en la bandeja de canapés
y se comió dos de un solo. Gimió de placer.-¡A mis
invitados les van a encantar!25

El chef entró y agrando los ojos al ver al par de herederos


de la familia Kim en la cocina del hotel.

-¡Jóvenes amos, debieron llamar al servicio! No hay


necesidad de que bajen a la cocina...

-¡No te preocupes Jong!-Taehyung empujó a su hermano


fuera de la cocina y se fue sonriendo.-Y por cierto,
deliciosos canapés. ¡Prepara mil más!22

Mientras tanto el omega rubio seguía suspirando por el Alfa


azabache. Hasta que recordó la manera tan despectiva con
la que se expresó acerca de los ricos.1

-¡Taehyung me quiero morir! ¡El nunca me amara!86

-¿Pero que dices? Yoongi está loco por ti.-Taehyung


revisaba su teléfono mientras caminaba de manera
distraída.200

-¡Ni siquiera ha llegado a conocerme bien y ya me


despreció!1

-¡Me tomo al menos media hora encontrarte!-Se quejo Tae


sin prestarle atención a lo que su hermano decía.-¿Por que
tienes la costumbre de mezclarte con los empleados? La
próxima vez quédate en la habitación y llama al servicio...4
-¡Tae quiero morir!

-Ahora vamos a escoger mi atuendo.-Tae lo empujó hasta el


elevador.-¡Mi fiesta será increíble!67

Justo antes de que la puerta del elevador se cerrara, Jimin


tuvo un vista del Alfa azabache pasar en dirección al salón
de fiestas, ahora empujaba un carrito de servicio y pudo
apreciar lo bien que le quedaba aquel uniforme de
camarero.18

El omega se derritió hasta llegar al suelo ante lo guapo que


era el alfa y lo desconsolado que se sentía de que, por
primera vez en su vida, encontraba algo que no podía
comprar con su black card.118

🐾
01
La fiesta estaba en su máximo apogeo, el salón del hotel
Kim Resort fue decorado elegantemente, para recibir a los
invitados del joven Taehyung, que estaba de cumpleaños.3

Los invitados llegaron en sus autos carísimos y vestidos


con ropas finas, eran chequeados en la lista de invitados y
los costosos regalos que llevaban estaban siendo
acomodados en otro salón destinado solo a los
obsequios.84

Los medios de comunicación fotografiaban a cada invitado,


preparando la primera plana del día siguiente. La familia
Kim siempre estaba en el ojo público gracias a sus alianzas
y contratos multimillonarios o girando en torno a la vida
privada del único hijo alfa, Namjoon y de sus jóvenes
hermanos omegas.72

Muchas cosas se rumoreaban acerca de ésta excéntrica


familia. Algunos decían que su linaje era tan antiguo que
tenían entre sus antepasados a reyes. Otros, murmuraban
que hicieron pacto con el diablo, porque sus riquezas
parecían aumentar día tras días.23

Estar en el ojo público de la alta sociedad no era fácil.


Siempre cuidando de una imagen, acatando órdenes, con el
peso del prestigioso apellido familiar sobre sus hombros...
el adorable y tranquilo Jimin estaba cansando de su vida.
Sobretodo porque a lo largo de los años, conoció mucha
gente falsa. Omegas, alfas y betas que fingieron ser sus
amigos o tener buenas intenciones, pero que
lastimosamente, tenían el propósito de aprovecharse de él
y su inocencia.30

El tierno e inocente Jimin, era fácil de engañar, por lo que


para protegerse a sí mismo, optó por alejarse de las
personas. No como su hermano Taehyung, que adoraba
andar llamando la atención. Por esa razón, ahora que
conoció a un alfa al que si quería acercarse, le pareció una
injusticia ser rechazado sin llegar a intentarlo.7

¿Por que la vida era tan injusta?42

—Verte con esa cara me está arruinando la fiesta.—Se


quejo Tae.—Desde que te encontré en la cocina estás
actuando extraño. ¿Que tienes?22

—Nunca pensé que existiera algo que no puedo tener.

—Pero serás tonto, hay muchas cosas que no puedes


comprar con dinero. La amistad, la atención de nuestros
padres, y a tu pareja destinada. Sobre todo esto último.
¡Hasta yo lo sé! ¿Acaso estás enamorado, Minnie?

—¡Él es tan... fuera de mi alcance!—Jimin dejó caer su


cabeza sobre la mesa, sus cabellos dorados metiendose
entre la salsa del cordero.95

—Seguramente no estarás hablando de Yoongi.66

—¡No!—Jimin se lamentó sin levantar el rostro.


—Es una pena, él te quiere y mucho. Entonces, ¿a quien
conociste? ¿Es uno de los americanos que firmó un
contrato con papá?42

—No, él es...

Jimin agrando los ojos al ver al Alfa de sus pensamientos


caminar con una botella de vino hacia la mesa, cubrió su
rostro con sus manos y se quedó recostado,
machacandose el labio de los nervios.

—¿Desea más vino, joven amo?58

Taehyung frunció el ceño ante el comportamiento extraño


de Jimin, asintió al camarero, quien relleno su copa.

—¡Mira eso, que buena calidad de servicio tenemos en


estos días!—Tae le tiro una mordida sexy, el alfa lo ignoró
educadamente y se fue.—Quiero uno de esos como regalo,
gracias.102

—¡No se te ocurra acercarte a él, es mío!64

Taehyung se atragantó con el vino.7

—No me digas que... ¿Ese alfa camarero, de verdad?15

—Dice que no le gusta la gente rica, Tae. ¡Nos desprecia! —


Jimin chillo desconsolado Y se dedicó a contarle su
reciente episodio con el alfa en la cocina.3

—Espera un minuto...—Tae proceso toda la información.—


Creyó que eras un empleado y por eso escondiste tu rostro.
¡Oh, hermanito que travieso!17
—Debo decirle la verdad...

—No lo creo, si nos desprecia como tú dices, ni siquiera se


va a molestar en escucharte.—Tae hizo una cara de horror.
—O peor aún, quizás te acepte por miedo a que, si te
rechaza, sea despedido.42

—¿Crees que eso pueda pasar?

—Si lugar a dudas. Eres el hijo del dueño del hotel, seguro
que todos piensan que si nos hacen mala cara están
muertos. Eso no es cierto. Pero él no lo sabe.1

—¡Damas y caballeros me dan su atención, por favor! —Su


hermano mayor, Namjoon, un apuesto alfa de piel canela,
se levantó para hacer el tradicional brindis de
cumpleaños.47

Jimin salió al jardín en silencio, estaba tan decaído que


decidió retirarse temprano.

—¿Tampoco soportas estar allí adentro?8

Levantó su vista y se encontró con una sonrisa


comprensiva y unos ojos amables.1

—Un descanso no te vendría mal.—El Alfa azabache le hizo


lugar en una de las bancas.—Oye, quiero disculparme por
tratarte tan mal hace unas horas. Es que todos estábamos
tensos con la fiesta. Pero está saliendo bastante bien, ¿no
te parece?55

Jimin se acercó despacio hasta sentarse junto a él.


—Empecemos de nuevo. Me llamó Jeon Jungkook. ¿Y tú?16

—Ki...—Tuvo una milésima de segundo para pensar en otro


apellido.—Park... Park Jimin.106

—Un placer, Jimin.—Jungkook saco algo de sus bolsillos.


Un canapé envuelto en papel aluminio.—Me sentí terrible al
quitarte la comida, así que robe uno para dártelo después.
No le digas a nadie.356

Jimin quizo chillar de la emoción, no importaba cuantos


canapés había devorado a estas horas de la noche. El que
le dio el alfa fue el mejor que había probado en toda su
vida.9

Jungkook se rió.

—¿Qhue?—Jimin tenía las mejillas llenas.34

—Nada es solo que... es refrescante ver a alguien que


disfruta tanto la comida. En dos horas acaba mi turno y si
estás libre me gustaría invitarte a un café, ¿Que dices?143

El lobo de Jimin meneó su larga y esponjosa cola,


encantado de la vida.56

—Me encantaría.

Alto, Jiminie... no es bueno que no le digas quién eres en


realidad. ¿Qué pasará si te descubre?

No, imposible.1

Las cosas entre ellos no pasarían más allá de una salida...


o dos.
02
—¿A dónde vas, Jiminie?—La voz acusadora de Tae lo
detuvo en seco. Eran las nueve de la noche y Jimin iba de
salida.—¡Vas a verte con Jungkook de nuevo!22

—¡No le digas a Nam, por favor!

—Eso tiene que terminar antes de que las cosas se salgan


de control. Hace una semana dijiste que ya no lo verías y
mírate ahora, vas corriendo otra vez a encontrarlo.43

—No pude verlo en toda la semana.—Jimin bajo la cabeza.


—Solo quiero pasar todo el tiempo que pueda a su lado.

—Te dolerá más si no lo terminas pronto, Minnie. Y lo vas a


lastimar si permites que se enamore más de ti.51

—Lo sé.

Pasaron cuatro meses desde la fiesta de cumpleaños de


Tae. Cuatro perfectos meses desde que conoció a su alfa.
Estaban saliendo, llevando las cosas poco a poco. Jimin
era feliz, pero se sentía terrible cada vez que le mentía a
Kookie.48

—Termínalo hoy, Jimin.—Tae no estaba de acuerdo con su


relación, menos si era a base de mentiras. Era un omega
orgulloso y divo, pero no le gustaba la deshonestidad. Y
menos viniendo de su pequeño y tierno hermanito.—Si no lo
haces, le diré a Nam.11
Namjoon era un amor de hermano cuando los omegas lo
necesitaban. Pero se convertía en un diablo estricto
cuando estos se metían en problemas. Le temían más que
a su padre. Si por culpa de Tae se enteraba de que estaba
saliendo a escondidas con un empleado del hotel... era
capaz de despedir a Jungkook. Y su alfa necesitaba su
trabajo, no podía permitirlo.

—¡Que cruel eres! ¡No te atrevas a hacerlo!

—¡Pues no me des motivos!—Tae le dio una nalgada.—Voy a


dejar la ventana de tu habitación abierta, así puedes entrar
por ahí sin que te descubran.19

Enojado por la falta de apoyo, Jimin salió de la casa y se


subió al auto en donde el chofer lo esperaba tras el
volante.

—¿A dónde quiere ir está noche, señor?

—Al lugar de siempre.

Hasta el chofer le dio una mirada de desaprobación.121

—¿Tú también me vas a regañar, Sunying?1

—Claro que no señor.—El agradable anciano le sonrió por el


espejo y puso el auto en marcha.

Cuando estaba a unas cuadras de la cafetería en la que


siempre tenían sus citas, Jimin le pidió al anciano que
detuviera el auto y se bajo, acomodándose el abrigo y la
bufanda. Caminaría a partir de aquí, no quería que
Jungkook viera el liños auto negro en el que iba.
—Señor, no debería salir sin escoltas. Si su hermano se
entera de que lo estoy sacando de la casa tan tarde...

—¡No pasara nada, despreocúpate!—Jimin estaba feliz y


ansioso de ver a Jungkook, su ánimo se transformaba
radicalmente hasta convertirse en un aura radiante.—Ven a
recogerme en dos horas.

—Permítame darle un consejo, señor.—La voz del anciano


era sabía y amable.—El amor es algo frágil, que cuando se
traiciona, nada es capaz de reparar el daño.104

—¿Por que me dices eso?

—Ese joven está muy enamorado de usted. Y se ve que es


un buen alfa, bastante joven y torpe. Si usted no lo quiere
de verdad, no lo ilusione.30

—Yo lo quiero. Y mucho.

—¿Tanto como para enfrentarse a su familia?—Jimin se


quedó mudo.—Eso es lo que pensé.65

—No es como si estuviera jugando con Jungkook. Yo


conozco sus sentimientos y no quiero lastimarlo.

—¿Y que hay de sus propios sentimientos?

—¡Ya no me atormentes, anciano!—Dijo lo último con


cariño.—Tu solo quieres mortificarme. Además yo tengo
claro lo que siento. Me gusta Jungkook y me hace feliz,
pero no me emparejare con él.38

—¿Y él lo sabe?
—¡Sunying!2

—Aclare las cosas, señor. Antes de que sea tarde.

Jimin se fue dando furiosas zancadas. ¿Que pasaba con


todo el mundo que de repente se metían en su vida? El
tenía claro que su relación con Jungkook era por pura
diversión, el alfa era esa correntada de aire fresco que
necesitaba. Lo que tenían no era nada serio y ambos lo
sabían.141

—¡Minnie!—Jungkook lo saludo con un tremendo beso y un


agarrón de nalga.—Moría por verte.229

Jimin sonreía a más no poder, a su lobo le encantaba ser


recibido con mimos y besos. El alfa se veía tan guapo con
ese gorro negro sobre su cabeza y el abrigo gris. Tan alto y
guapo. Y lo mejor era su sonrisa de dientes brillantes.

—¿Tanto me extrañaste?—Jimin se puso de puntillas para


morderle los labios.—No te creo...3

Jungkook gruñó ante la actitud juguetona del omega.

—¿Por que me provocas, Minnie?13

—¡No, me haces cosquillas!

Cerró los ojos mientras frotaba su rostro contra el de


Jimin, haciendo reír al omega, sutilmente lo estaba
marcando con su olor. Algo que había empezado a hacer
últimamente y que el omega no había tomado en cuenta.43

Le dio un beso en la pequeña nariz a Jimin.1


—¿Como van tus clases? ¿Ese profesor dejó de darte
problemas?

Jungkook sabía que Jimin tomaba clases de fotografía,


pero omitir el pequeñísimo detalle de decirle que iba a una
de las más prestigiosas escuelas de arte de Corea.

—Pude entregar mi proyecto, sin problemas.

—Bien. Así que si has terminado el proyecto quiere decir


que estás libre por un par de días. Tengo algo que
preguntarte, Minnie.

—¿Que cosa?7

—Le conté a mi familia sobre nosotros y quieren conocerte.


¿Quieres ir conmigo a verlos la próxima semana?161

Y fue ahí donde Jimin comprendió que las cosas no


estaban tan claras para ambos.
03
—¿¡Conocer a sus padres!?—Grito Tae, incrédulo.—¡Tenias
que romper con él, no comprometerte!6

—¡Es que hubieras visto su mirada, Tae! No podía


negarme.68

—Te lo advertí, se lo diré a Nam.1

—¡No, Tae!

Dos omegas entraron empujándose entre golpes y


maldiciones a la mansión, se gruñían mientras rodaban por
el suelo. Los empleados se miraron entre sí y encogiéndose
de hombros, siguieron con sus trabajos.66

Los omegas siguieron así hasta que terminaron luchando


en el comedor.

—¡Por la sagrada luna!—La estridente y ronca voz de


Namjoon les perforó los oídos.—¿Quieren darme un respiro?
¡Ni siquiera he tomado mi café y ustedes ya están
peleando!39

Tae se quitó a Jimin de encima de un empujón.

—¡Joonie tengo que decirte algo importante! ¡Es acerca de


Jimin!

—¡También tengo algo que decirte de Tae!


—Eso es mentira. Cualquier cosa que le digas no tiene
comparación a lo que YO debo decirle.13

—¿En serio lo crees?—Jimin sonrió como un diablillo y bajo


la voz para que solo Tae escuchara.—¿Que me dices de ese
vídeo de seguridad en el que Hobie está escabulléndose
por tu ventana?156

Tae jadeo indignado.

—¡No lo harías!6

—¡Oye, Namjoon! ¿Sabias que...—De nuevo los omegas


peleaban rodando por el suelo.38

—Es muy temprano para quejas...—Nam soltó un suspiro y


decidió ignorar la discusión de sus hermanos.

Se sentó a la cabecera de la mesa y agradeció al servicio


cuando su desayuno fue puesto ante él. Con la paciencia
de un santo, Nam comió tranquilo mientras sus hermanos
seguían luchando en el suelo.52

Ese día tenía una agenda sumamente apretada, sus


reuniones empezaban a las nueve de la mañana, luego
volaría a Macao para firmar el contrato de adquisición de
unas hermosas tierras, en donde pensaba expandir la
cadena hotelera. Con tantos tratos en puerta era
indispensable que el buen nombre de la familia siguiera
intachable. Necesitaba tener su mente enfocada en los
negocios y a sus pequeños hermanos omegas
controlados.37
—¡Ya dejen de pelear y siéntense!—Les ordenó,
exasperado.—Tengo cosas que hablar con ustedes.2

Aún dedicándose miradas de reproche, los omegas


tomaron asiento en la mesa. Platos de fruta y tortitas
fueron servidos para ellos.

—Debido la delicada condición de papá, me ha cedido la


presidencia por tiempo indefinido, hasta que se recupere.—
El alfa mayor tuvo un infarto hace unos meses y estaba en
el hospital, bajo atención médica.—Tengo muchas cosas de
las debo hacerme cargo y necesito que ustedes colaboren.
Ya no son pequeños cachorros que necesitan vigilancia las
veinticuatro horas del día y necesito que se comporten.2

—No te preocupes, Nam.—Jimin sonrió con aquella


inocencia que lo caracterizaba.—¡No vamos a causar
problemas!18

—Contigo estoy tranquilo. El que me preocupa eres tú,


Taehyung. Hasta que papá se recupere no quiero
escándalos. ¿Está claro?4

El pequeño Tae siempre fue el más problemático de los dos


omegas. A menudo su rostro estaba en las primeras planas,
desde nuevos romances hasta noches de fiesta que se
salieron de control, se mantenía dándole de que hablar a la
prensa.25

—No te prometo nada.—Le hizo un guiño juguetón.—Soy un


espíritu indomable, hermanito.37
Namjoon cerró los ojos, estaba seguro de que se llevaría
más de un dolor de cabeza en los siguientes meses. Al
menos tenía al tranquilo y apacible Jimin, el omega
siempre fue como un pastel de arroz, con el no había
problema. Una razón para estar tranquilo al menos.79

—Te lo advierto, Kim Taehyung. Compórtate.—Terminó su


desayuno y las empleadas le retiraron los platos.—Otro de
los asuntos importantes es que conmigo asumiendo el
cargo de papá, ustedes serán los encargados de llevar la
imagen pública de la empresa. Asistirán a cenas de
caridad, donaciones y demás actos públicos.

—Está bien, hyung.—Tae se encogió de hombros.—Eso es


sencillo, no debes preocuparte.

—Lo que me preocupa es que ahora irán sin mi vigilancia.


No se descontrolen.—Nam revisó su agenda.—La primera
cena de caridad será la próxima semana, el viernes, en el
salón de nuestro hotel. Aquí en Seúl.5

Jimin se encogió ante las noticias.

—¿El viernes?

—¿Por que preguntas?—Se burló Tae, sabiendo que ese día


Jimin había quedado con Jungkook de ir a conocer a los
padres del Alfa.—¿Acaso tienes algo que hacer, Minnie?22

Jimin lo fulminó con la mirada.

—No podré estar presente está vez para dar el discurso de


bienvenida. ¿Quieres hacerlo tú, Tae?
—Claro.

—De acuerdo, todo está en orden. Tengo que irme, pero


confió en ustedes para que juntos podamos solucionar
todos los inconvenientes que se vayan presentando.

—Cuenta con nosotros, Nam.

Cuando su el alfa se fue, Tae le tiro una servilleta a su


hermano en la cara.1

—No le dije solo porque el pobre está bajo mucha presión,


no porque me diese miedo que le dijeras de lo mío con su
socio. Tuviste suerte.—Tae se metió un pedazo de tortita a
la boca.—A todo esto, ¿Cómo haces para que Jungkook
siga creyendo que trabajas en el hotel?23

—Si, respecto a eso...


04
La cocina del hotel era un caos, las órdenes estaban
retrasadas, los platillos que lograban salir terminaban en la
mesa equivocada, los comensales gruñían impacientes y
todo el mundo se gritaba entre sí.

—¡Jimin!

El chef llegó al lado del omega y se contuvo de gritarle


cuando vio la masa recocida en la que su pasta de
mozzarella y brócoli se había convertido.7

—¡Pero mira lo que has hecho! ¡Te ordené específicamente


que la sacaras del horno cuando el queso se derritiera!

El omega estaba demasiado ocupado tratando de despegar


un filete de pescado de una sartén, como para encogerse
ante el todo del chef. Su uniforme de aprendiz tenía
manchas de salsa, sus mejillas regordetas estaba
cubiertas de harina y una gran rama de cilantro se
enredaba en su cabello rubio.63

El omega era un desastre.

—¡Lamento haber arruinado su pasta, chef! Me puse a freír


el filete y olvide sacarla del horno.—El omega ni siquiera lo
miro mientras luchaba con la espátula y la sartén. Del
pescado no quedaba nada más que una mancha marrón.4
No lo mates, se repetía el chef, es el hijo del presidente,
si lo tratas mal te despedirán...75

—Espera, seguramente eso no es...—Unos enormes trozos


de verdura flotaban en una gelatina grasosa. Soltó un grito
horrorizado.—¡Mi guiso de pato y verduras!

Jimin se mordió el labio inferior, inflando sus mejillas y


moviendo su piecito.49

—Cuando recordé que debía quitarle la grasa al pato, ya le


había agregado las verduras.11

Uno de los camareros entró apurado a la cocina.

—¡Los comensales están más impacientes que nunca, chef!

—¿Hay algún plato que esté listo?—Pregunto el viejo alfa,


desesperado.3

—¡Las costillas y el salmón!—Una joven omega llegó


apresurada.—Las órdenes de la mesa 6 y la 8 estarán listas
en diez minutos.

—¡Excelente! Si seguimos así, recuperaremos la noche.


Ahora que alguien lleve esas órdenes a las mesas...

—¡Yo lo hago, chef!

Las cosas sucedieron en cámara lenta, sin que nadie


pudiera evitarlo. Cuando Jimin logró despegar el pescado
de la sartén, este cayó al suelo, justo a tiempo para que el
camarero que llevaba las órdenes resbalara con él.135
Platos, comida y maldiciones volaban en el aire. Hubo un
minuto de eterno silencio, el chef se puso tan rojo que las
venas de su cuello se saltaron. Y toda esa furia iba dirigida
a un pequeño omega rubio.3

—¡Suficiente!—El chef finalmente explotó.—¡Fue una


pésima idea que te aceptará como aprendiz de cocina!
¿Que iba a saber un omega mimado de agarrar un cuchillo
de todos modos?101

Uno de los camareros trató de calmarlo.

—Chef, por favor.—El chico le dio una mirada significativa.


—Es el hijo del presidente...

—¡Y a mi que me importa que sea el hijo del presidente! —


El chef estaba harto.—¡Que me despidan si quieren, pero
ese niño inútil no vuelve a pisar mi cocina!66

Las palabras del Alfa hirieron a Jimin, el chef lo conocía


desde que era un pequeño cachorro y siempre fue paciente
con sus rabietas. Cuando el omega se encaprichaba de que
le hacía falta sal a la comida o si algún ingrediente no le
gustaba, Jong cambiaba su comida por algo delicioso, sin
enfadarse.

—Jong...

—¡No me des esa mirada, cachorro! ¡No puedes andar


haciendo tu santa voluntad, sin pensar en los demás!—
Jong estaba muy molesto con ese cachorro mimado.—Te
auto nombraste mi aprendiz y aunque seas hijo de los
dueños del hotel, debiste pedir permiso antes de venir a
causar problemas.15

En ese momento, Jungkook entró a la cocina y se detuvo


en seco al ver la escena. Jimin cubierto de comida y con
lágrimas en los ojos, uno de sus compañeros en el suelo
con platos quebrados a su alrededor y el chef gritando.40

—¡Fuera de mi cocina y no regreses!

Jimin salió corriendo del lugar, completamente


humillado.100

Segundos después, Jungkook lo estaba consolando


mientras el omega lloraba.

—Tranquilo, no fue culpa tuya.—El alfa estaba tan molesto


porque habían hecho llorar a su precioso omega que, en
cuanto lo tranquilizara, iría a poner en su lugar al imbecil
que le gritó.—Está bien, Jimin, cálmate...33

—¡No puedo hacer nada bien!55

—Eso no es cierto, eres maravilloso en muchas cosas.11

—Se me pegó el filete en la sartén.—Sollozó.155

Jungkook le limpió las lágrimas y le quitó la rama de


cilantro del cabello.

—Freír es complicado.61

—La pasta de pollo y brócoli se hizo una masa en el horno.


—Jimin hizo un puchero.

El alfa le beso la frente.


—Esos benditos hornos, siempre dan problemas.78

El omega entrecerró los ojos, ya sabia a dónde llevaba todo


esto.

—Y convertí el guiso de pato en gelatina con verduras.9

—¡Hey! ¿Sabias que los franceses tienen un platillo


nacional con ese nombre?74

Jungkook no lo dejaría sentirse miserable, a cada fallo que


el omega mencionaba, ponía una excusa. Cuando el llanto
se fue y las risas lo reemplazaron, le dio un beso.49

—Nada de esto fue culpa tuya, fue culpa del chef.26

—¿De verdad lo crees?

—Por supuesto.—Jungkook hablaba con seriedad.—Nunca


debió contratarte, en primer lugar.301

Jimin soltó una carcajada y le dio un golpe.

—¡Tonto!

Estaban en el jardín del hotel, las rosas de múltiples


colores, el pasto muy bien cuidado y el cielo despejado, les
proporcionaron un ambiente cálido y tranquilo. Jungkook
se dedicó a consolar a Jimin por un largo tiempo,
asegurándose de que sus lágrimas fueran borradas por sus
besos. El bienestar de su pareja siempre iba primero. Y se
tomaba esa regla de oro al pie de la letra.62

—Encontraras otro trabajo, todo estará bien.

Jimin se encogió ante la preocupación del Alfa.


—Si, por supuesto.

—Ahora que te sientes mejor, regresa a tu casa, toma un


buen baño con burbujas y más tarde te llevaré a un cenar a
un lugar bonito. ¿que dices?

Esa noche, Taehyung y él debían asistir a una cena de


beneficencia.

—En realidad, no tengo muchas ganas de salir.

—Está bien, siempre podemos hacer algo tranquilo en tu


apartamento. Será la primera vez que voy a tu casa y
mentiría al decirte que eso no me emociona.101

—No creo que sea buena idea... mejor otro día.

Jungkook frunció el ceño, llevaban poco tiempo de


conocerse, y aceptaba que su omega era reservado y
tímido con sus cosas, pero habían momentos en los que
sus negativas le daban mucho en que pensar.

—Tu nunca me has dejado ir a visitarte. Ni siquiera me


dejas pasarte a recoger en nuestras citas. ¿Acaso ya estás
casado y no me lo has dicho?80

A pesar del tono burlón, Jimin sabía que el Alfa estaba un


poco herido.

—No es eso, es solo que...—¿Que podía inventarse?—¡Mi


hermano! Si, mi hermano, vivo con él y es un alfa
sumamente protector. No quiero que te ahuyente y salgas
corriendo.
—¿Crees que pueda pedirle permiso para cortejarte?58

¡Ya déjalo estar, Jungkook!48

—No creo que sea buen momento... quizás en el futuro...


¡Mira que tarde es!—Jimin se levantó de la banca y llevo al
Alfa de vuelta a empujones.—Regresa al trabajo, ya
demoraste demasiado...

—¿Te sientes mejor?

—Completamente.—Jimin se puso de puntillas y le dio un


piquito.—Tu no te preocupes y concéntrate en el trabajo.
¡Te llamo en la noche!

Jungkook negó con la cabeza al ver a su bonito omega


alejarse corriendo. Entró a la cocina en busca del chef.

—¡Que bueno que regresaste! Lleva estás órdenes a las


mes...—Jungkook lo agarró del cuello de la camisa y le
gruñó, no le importaba que lo despidieran.55

—Si vuelves a hacer que mi omega llore, te mato. ¿Está


claro?
05
—¿Ya estás listo para irnos, Jiminie? Quiero que escuches
mi discurso de bienvenida y me digas si está...—Tae se
detuvo en seco al encontrar la habitación de su hermano
vacía.—¿Minnie?1

Lo busco en el baño, en el balcón, salió a preguntarle a las


empleadas de servicio si lo vieron, hasta reviso debajo de
la cama y no lo encontró. Estaba empezando a preocuparse
hasta que vio un sobre reposando en la cama, tenía escrito
su nombre con la caligrafía de Jimin.

Querido hermanito:

Si te lo decía en persona era probable que no me dejarás ir,


así que tuve que irme a tus espaldas. Pasaré el fin de
semana con Jungkook, sus padres viven en una pequeña
comunidad rural, sea lo que sea que eso signifique. No le
digas nada a nuestro hermano, déjame soñar que puedo
tener una vida normal al lado de mi alfa, por última vez.2

Después de este fin de semana dejaré de verlo, me alejaré


para ya no mentirle más, Jungkook no se lo merece.
¿Podrías inventar algo y cubrirme las espaldas, hermanito?
112

Te quiere, Jimin.
Tae pego tremendo grito al cielo, como el experto en
problemas que era, se imagino todas las formas en la que
esto podría salir mal.1

—¡Debiste pedir mi ayuda, estupido!—Estaba molestó y


preocupado.—¿Y que haré si Namjoon vuelve antes? ¿O si
se entera de que no asististe a los eventos en todo el fin de
semana?

Arrugo la nota hasta hacerla una bolita y la tiro al suelo.

—Y lo peor...—Observó todas las comodidades de la


habitación de su hermano y lo imagino en alguna
comunidad en medio del bosque, una de esas en las que las
personas vivían casi como salvajes con tal de estar en
contacto con su lobo interior.—¿Como diablos vas a
sobrevivir en el bosque, Minnie?

57

***

—¿Cuántas maletas trajiste?—Jungkook gruñó mientras


acomodaba una de la pesadas maletas de Jimin en el auto,
era como la cuarta maleta que metía al baúl.—Solo
estaremos fuera un fin de semana.21

—Si, lo sé.—Jimin le ayudó metiendo un pequeño bolso de


cuero.—Por eso traje equipaje ligero.178

La definición de ligero para el omega eran seis maletas, un


bolso de cuero, y un botiquín de primeros auxilios.56
—Esto no es necesario.—Jungkook estaba dejando el
botiquín afuera.—Esto no es una excursión. En el lejano
caso de que necesites algo de medicina, mis padres
seguramente tienen un botiquín, no viven como salvajes.8

Jimin no estaba tan seguro.

Se pasó toda la semana buscando información acerca de


las comunidades rurales en internet. Encontró datos
interesantes, como que por ejemplo, vivían como una gran
manada en territorios extensos, en estos tiempos
modernos en donde las personas habían perdido su
capacidad de conectarse plenamente con su lobo interior,
estás manadas aún eran capaces de transformarse y
conservaban las viejas tradiciones de rendirle culto a la
luna y las carreras en estado salvaje por el bosque.

Jimin era tan exagerado que medio esperaba que los


padres de Jungkook los recibieran en su forma lobuna y le
aullaran en bienvenida.108

—Voy a llevar mi botiquín de todos modos. Ahí traigo todas


mis cosas indispensables, repelente de mosquitos,
bloqueador solar, supresores...

Jungkook se rindió.

—Bien, de acuerdo. Ya está. ¿Feliz?—Termino de meter


hasta la última de las maletas de Jimin en el auto.

—¿Y tu equipaje?
—Todo lo que necesito está aquí.—Jungkook metió una
maleta negra y cerró el baúl.—Ahora si, es hora de irnos.33

—¿Solo una maleta? ¿Seguro que no olvidas nada?19

—Esteremos fuera dos días, Jimin. Lo que pasa es que tú


empacaste más de lo necesario.

Jungkook tomó el rostro del omega entre sus grandes


manos y acaricio sus mejillas. Admiró los bellos rasgos de
Jimin, los ojos avellana tan pequeños que se cerraban
cuando sonreía, esos labios carnosos brillantes que él
adoraba morder, y las mejillas regordetas que se teñían de
rosa en los momentos de placer. Se sentía orgulloso de
presentarle a sus padres a la pareja que el destino le
mandó. Sin duda, estarían complacidos al conocerlo y
cuando vieran que Jimin era tan hermoso por dentro como
por fuera.134

—No sabes lo feliz que me has hecho al aceptar


acompañarme. Mis padres te van a adorar.1

—Estoy bastante nervioso. ¿Y si no les caigo bien?

—Imposible. Te aceptaran al minuto en que se den cuenta


de lo mucho que te adoro. —Le dio un beso para
tranquilizar su alocado corazón.—Sé que fue duro para ti
crecer sin una familia, por eso quiero que te sientas
cómodo y aceptado con la mía.281

Jimin se sentía terrible por mentirle.


No soy huérfano, Kookie. Mis padres son los dueños del
grupo Kim, y tengo dos hermanos. Un alfa sobreprotector y
uno omega, que seguramente querrá arrancarme la cabeza
por haberme escapado. También me gustaría que los
conocieras, pero dudo que eso sea agradable.1

Era egoísta y por primera vez en años había encontrado a


una persona que no lo veía como una oportunidad para
escalar un peldaño social. El amor de Jungkook era
honesto y verdadero, nunca podría comprar su ternura y
sus besos, o la calidez de sus brazos cuando lo consolaba.6

¿Estaba mal por querer conservarlo?45

Se aferraría a Jungkook durante este fin de semana todo el


tiempo que pudiera. Y rogaba para que cuando las cosas no
pudieran continuar, lo perdonara por mentirle.1

—Será mejor que nos pongamos en marcha, son casi ocho


horas de camino. —Con un último beso, Jungkook le abrió
la puerta y lo ayudó a subir al auto.

06
Su móvil no dejaba de sonar, no necesitaba ver el
identificador de llamadas para saber que era Tae quien
estaba al otro lado de la línea. Con un gesto nervioso, lo
puso en silencio. Seguramente su hermano se estaba
volviendo loco de la cólera porque se fue sin avisarle. A
Tae le encantaba ser cómplice en sus travesuras y estaba
seguro de que nunca le perdonaría esto, pero era algo que
Jimin debía hacer solo. Una aventura que guardaría en su
corazón para siempre.8

Jungkook terminó de llenar el tanque de gasolina y asomó


la cabeza por la ventana del pasajero.

—¿Quieres comer algo? Entre a la tienda y el encargado me


dijo que tienen sándwiches o hamburguesas para el
camino. También pueden prepararte algo de ramen.5

Jimin hizo mala cara.

—¿No tienen otra cosa?135

—Estamos en una gasolinera en medio de la nada y son


casi las nueve de la noche.—El alfa se burló de él.—No
queda mucho en el menú.

—Entonces no tengo hambre.—Jimin arrugó la nariz, con


capricho.

No se le antojaba nada de lo que Jungkook estaba


mencionado. Debió pedirle al chef de la mansión que le
preparara algo para llevar. Lo que daría por un sándwich
de ternero, patatas horneadas y una copa de vino. 163

—¿Estás seguro? —Jungkook lo miro, exceptico—Falta


mucho para que lleguemos y dudo que encontremos otra
gasolinera, al menos no hasta el próximo pueblo.

Estaban viajando de noche, lo más seguro era que


durmieran en algún motel de paso y llegarán en la mañana
a la casa de los Jeon, si tenían suerte de encontrar uno. La
otra opción era que Jungkook condujera toda la noche.
Pero eso era injusto, no quería que su alfa se exigiera
demasiado.25

¿Sería capaz de aguantar el hambre hasta llegar al próximo


pueblo? Llevaban en la carretera al menos tres horas y lo
único que habían encontrado era la gasolinera en la que
estaban. Kilómetros y kilómetros de carreteras por
delante. ¿Su pobre pancita soportaría semejante tortura?2

—¿Y el próximo pueblo está muy lejos?

—Al menos a tres horas de aquí.

A Jimin se le fue el alma a los pies.

—No importa. Resistiré.—Se cruzo de brazos con


obstinación e hizo un puchero. Para su vergüenza, su
estómago rugió.8

Traidor.33

Jungkook le pellizco uno de sus regordetes cachetitos y le


dió un beso en la frente.1

—¿Sandwich o hamburguesas? Tal vez ramen y batidos.


¿Qué te apetece?21

—Ramen. —Jimin ni siquiera le dirigió la mirad, estaba


demasiado avergonzado. El quería hacerse el fuerte y su
cuerpo lo puso en evidencia.—Y que sea picante.

—Entonces dos platos de ramen serán.


—¡Espera, Kookie!

Jungkook se detuvo a medio camino.

—¿Si?

—Tambien quiero un postrecito.—Jimin hizo un adorable


puchero y puso ojos de cachorrito.—¡Por favor!57

—¿Y no que no querías comer?17

Con una sonrisa burlona, Jungkook fue por la comida.1

Tiempo después iban de vuelta en la carretera. Debía


admitir que la comida sació su hambre, pero esperaba
nunca volver a probar un ramen tan horrible, los fideos
estaban a medio cocer y demasiado salado. Si el chef Jong
probará semejante cosa, seguramente pegaria el grito al
cielo. Fue una mala experiencia. Ahora cuando el terminara
de comer su pastelito, con el estómago lleno y unas largas
horas de camino por delante, quizás podría dormir un
poco.15

El móvil de Jimin se iluminó como por vigésima vez.

—¿No vas a contestar?

Jimin le dió una mordida a su pastelito.

—No.

Su teléfono no dejaba de iluminarse sobre el tablero del


auto, le dió la vuelta, no lo apagaba porque sabía que el
móvil tenía GPS y si Tae no era capaz de rastrear su
ubicación era probable que enloqueciera de angustia. Y no
tenía deseos de darle explicaciones al omega. Ya pensaría
en las consecuencias más tarde, por ahora quería fingir
que era un Omega promedio que podía darse el lujo de
tener una vida junto al alfa que lo acompañaba.4

—Abre la boca.—Llevo un bocado de pastel a los labios de


su alfa. Con una sonrisa de satisfacción, Jungkook tomo el
bocado y se demoró lamiendo la crema en sus dedos,
haciéndole cosquillas.—¡No, me haces cosquillas!7

—Mmmm...—Jungkook cerró los ojos y gimió.—Delicioso.4

—¡No cierres los ojos que vas conduciendo.

—Tranquilo, todo está bajo control.

El móvil volvio a encenderse con una llamada entrante.

—Minnie, tal vez sea tu hermano. —Jungkook lo reprimió.—


Vas a preocuparlo. Deberías contestar.

—¿Ya te hable de mi hermano?6

—No querías que fuera a tu apartamento porque tu


hermano es sobreprotector contigo. ¿Lo olvidas?—
Jungkook frunció el ceño.— Ahora que lo pienso, dijiste que
eras huérfano. Saber que tenías un hermano me sorprendió.
¿Ambos crecieron en el orfanato?110

Ay por la luna. Tendría que hacer pequeños recordatorios


con todas las mentiras que le había dicho al
alfa. Jungkook llevaba una mano en el volante y la otra
jugueteaba con sus dedos. Jimin se concentró en la calidez
de su piel y pensó en que historia podría inventar, una que
no fuera tan enredada para poderla recordar fácilmente. 20

—¡Si, solo nos teníamos el uno al otro!—Y aquí vamos de


nuevo. Qué la luna me perdone, voy a tener la nariz tan
grande como Pinocho.— Nam es mayor que yo así que
cuando tuvo que dejar el orfanato yo me quedé por un
tiempo más. Se dedicó a trabajar hasta que yo cumplí la
mayoría de edad. Es un buen hermano.44

Lo último no era mentira, Nam podía ser un dolor en el


trasero como hermano mayor, pero siempre se preocupaba
por ellos, ante cualquier problema, acudían a él. Los
defendía en la escuela, les contaba cuentos cuando eran
cachorros y no podían dormir, incluso los rescató de varios
alfas patanes que solo iban detrás de su dinero. Namjoon
era un gran alfa.20

Jimin solo esperaba que algún día, su hermano pudiera


conocer a Jungkook. Hasta en sus noches más oscuras se
atrevía a soñar con que Namjoon le daba permiso para
cortejarlo. Qué las diferencias de clase no le importarían
en tanto Jungkook lo hiciera feliz.

Pero claro, soñar no cuesta nada.9

—Ojala tu hubiera conocido antes. No debió ser fácil para


ambos crecer sin familia.—El alfa llevo la mano de Jimin
hacia sus labios, depositando un cálido beso en ella,
proporcionando el consuelo que creía que Jimin
necesitaba.—Ahora me tienes a mí. Juntos nos haremos
compañía por el resto de la vida. ¿Sabes que haremos al
volver? Tengo que conocer a tu hermano. Le daré las
gracias por cuidar de mi pequeño Jiminie.152

—Eso es imposible, casi nunca está en casa.—Si la


analizaba eso no era mentira. Namjoon se la pasaba
viajando o en reuniones.—Sera difícil que lo conozcas.

—No creo que se niegue a conocer a tu alfa. ¿Le has


hablado de mí?5

—¡Pues claro!—Ni una sola vez.—Le diré que quieres


conocerlo.17

—Bien, tengo que hacer las cosas correctamente y hay


algo que debo preguntarle.

—¿Enserio? ¿Qué cosa?

—Es secreto.—Jungkook le regaló una sonrisita


concienzuda.24

—¡Kookie!

—Tranquilo, te enterarás después.

¿Sería lo que Jimin imaginaba? Dios, ¿Por qué tuvo que


mentirle al alfa? Cuando hablaba de aquella manera tan
bonita, como si todos los planos en su vida lo incluyeran,
se sentía terriblemente mal por no ser honesto.

—¿Qué tal algo de música? 41

Jimin encendió el radio del auto y una agradable canción


lleno el silencio. Necesitaba distraerse, de caer en el
vacío de la culpa, no sería capaz de disfrutar de estos
días con Jungkook.

Entre los bailes y el canto del omega, pasaron dos horas,


Jimin cantaba a todo pulmón y parecía saberse cada uno
de los pasos de las coreografías de las canciones.
Jungkook disfrutó el espectáculo, maravillado con lo
alegre y despreocupado que era su pareja.16

Una hora después, estaba estacionado en un pequeño


motel. Jimin dormía profundamente, así que para no
despertarlo, lo cargó hasta la habitación. Le quitó la ropa y
los zapatos. Hizo lo mismo con sus cosas y se acostó al
lado del Omega. Jimin era todo un ángel cuando dormía.
Pero no se dejaba engañar por las apariencias, lo conocía
perfectamente, también era travieso y desvergonzado.

Tenía al alfa tan enamorado que durante al menos dos


horas, Jungkook no hizo más que acariciar sus rizos
dorados, mientras le cantaba suavemente al oído.88

A Jungkook no le pasó desapercibido que cada vez que


intentaba hablar de la vida de Jimin, su Omega cambiaba el
tema y se olvidaba del asunto por completo. Las primeras
veces trato de ser comprensivo, pero a medida que esa
actitud se fue repitiendo, las alertas empezaron a sonar en
su cabeza.

Hablarían de ello más tarde, Jungkook quería asegurarle


que ya no estaría solo, que de ahora en adelante, podía
contar con él. Que jamás lo abandonaría. Jimin había
pasado por muchas cosas y merecía todo el amor que
Jungkook pudiera darle.111

Lo besó y el Omega sonrió entre sueños.+

—Descansa, Minnie.
07
Llegaron temprano por la mañana, alrededor de las ocho,
madrugaron para ponerse en marcha y llegar lo más rápido
posible. El corazón de Jimin latía desembocado en su
pecho, no sabía con que se encontraría al llegar y, odia
admitirlo, pero la imagen de lobos salvajes dándole la
bienvenida, seguía rondando en su cabeza. Y lo que más le
preocupaba... ¿Y si no le agradaba a la familia de
Jungkook?5

Jungkook notó su nerviosismo, le dió un leve apretón a su


mano, reconfortandolo.

—Tranquilo, ellos te van a amar.53

A medida que iban acercándose a la reserva, el bosque iba


cubriendo las orillas de la carretera, el clima cambio por
una fría humedad, las copas de los árboles estaba cubierta
de niebla, parecía una escena salida de un cuento de
fantasía. Jungkook detuvo el auto frente a una enorme
verja, una cámara enfocó el auto, a una señal de Jungkook,
está se abrió.19

Lo que había detrás de la verja maravilló a Jimin. El lugar


era un pueblito pintoresco, muy bien cuidado. Las casas
eran cabañas de madera, pero muy bien diseñadas.
Parecía un paraíso vacacional.

—¿Enserio creías que vivían cómo salvajes?


Jimin sé sonrojó.

—Es que encontré tantas cosas en internet...


ay, perdóname.57

Llegaron frente a una gran cabaña de dos niveles, con un


bonito jardín frontal. Mucho antes de que el auto se
detuviera, una bonita y madura Omega salió muy
emocionada. Jimin sonrió al reconocer a la madre de
Jungkook. Eran como dos gotas de agua, solo que la
Omega tenía los rasgos más delicados y era un poco bajita,
pero esbelta.

Jungkook bajó del auto y corrió para envolver a su madre


en un abrazo, la levantó del suelo y dió vueltas con ella
alrededor.1

—¡Estoy tan feliz de que estés aquí!—La Omega acunó el


rostro de su hijo entre sus manos.—¡Estás tan guapo!
Aunque muy delgado. ¿Estás comiendo bien? Ya me
imaginaba que estudiar y trabajar te tendría así...9

—Tambien me alegro de verte mamá. —La cortó Jungkook.1

—¡De acuerdo, entendí!—La mujer estaba emocionada.—


Ahora dime dónde está esa hermosa Omega de la que me
hablaste. ¡Muero por conocerla!145

—Ah... Esto...—Jungkook arrugó la nariz y sonrió.—Su


nombre es Jimin.

—¿Jimin? Nunca he conocido a una chica con ese


nombre...50
Jungkook negó con la cabeza, sin duda su madre había
malinterpretado la situación. Pero sin bajar su buen ánimo,
le abrió la puerta a su Omega y lo ayudo a bajar. Le rodeó
la cintura con un brazo y sonrió, orgulloso, hacia su madre.

—Te presento a Jimin, mi Omega.—Le sonrió a su pareja.—


Jimin, ella es mi madre.1

Jimin no se perdió el leve brillo de decepción en los ojos de


la Omega, trato de no sentirse herido por semejante
reacción, así que se inclinó y sonrió.34

—Encantado de conocerla, señora Jeon.

—Ah... ¡Encantada de conocerte, mi cielo!—La señora Jeon


se recompuso y le regaló una brillante sonrisa.—
Perdóname, había asumido que eras una chica... ¡Pero
mírate, eres una belleza!78

Bastante aliviado, Jimin se dejó abrazar, la seño Jeon olía


bastante agradable, como a galletas recién horneadas.
Jimin se dijo que así olía el hogar, algo que él, en aquella
enorme mansión en la que creció, jamás tuvo.15

—¡Pero mira corazón, tienes las mejillas enrojecidas! —La


madre de Jungkook los empujó hacia el interior de la
cabaña.—¡Vamos adentro, nos espera un chocolate
caliente y panecillos!

Jungkook le besó la frente a Jimin.

—¿Lo ves? Te dije que te adoraria.

—¡Pensó que yo era una chica! ¿Por qué creía eso?


—Supongo que solo lo asumió. Qué sé yo. Vamos, tu cara
está demasiado roja por el frío.

Era cierto, Jimin no estaba acostumbrado a semejante


temperatura, el era mas de climas cálidos, como la playa,
no un frío bosque invernal. El Interior de la cabaña era
cálido, con muebles de madera clara y una decoración
acogedora.

—¿Ya está aquí la pareja de Jungkook?—Un alfa bajo las


escaleras a toda velocidad.—¿Ya llegaron?

Era un hombre entre los veintitantos con gran parecido a


Jungkook. Sin duda la Sra. Jeon parecía una impresora. Al
ver a su hermano, el otro alfa sonrió.33

—¡Por fin estás aquí!—Los hermanos se abrazaron. —¡Dios,


ya estás más alto que yo! ¡Oh! ¿Él es tu Omega?

— Jimin él es Jung Hyun.20

—¡Wow! ¡Pareces salido de una revista de omegas


calientes!—Jungkook gruñó.— ¡Estoy bromeando! Guarda
los colmillos. Un gusto conocerte, Jimin.132

Un Omega de cabello negro, alto y de rasgos delicados se


asomó por la puerta que daba a la cocina.

—¡Jungkook!—Jimin sintió que sus oídos sangraban al


escucharlo reír. Por la luna...¿Así era su risa, de verdad? —
¡Dime que no se te olvidó traerme lo que te pedí la otra vez!
67
—¡Diablos, Jin!—Jungkook se quejó.—Deja que respire,
acabamos de llegar.55

A pesar del tono molesto de Jungkook, el Omega se acercó


y le lleno de besos la cara, Jimin se tenso al ver semejante
descaro.2

—¡Mi bebé está en casa otra vez!—Jin se giró hacia Jimin.—


¡Oh por la bendita luna! ¿Tú eres Jimin? ¡Eres una pequeña
cosita preciosa!! Estoy feliz de conocerte, cuando
Jungkook llamo para decir que...—Se cortó abruptamente.
— ¿Esas gafas son las nuevas Dolce y Gabbana?245

Jimin se quedó impresionado, no creía que nadie en ese


lugar conociera acerca de marcas, y no lo decía por
arrogante. Simplemente parecían el tipo de personas que
se preocupaban por el interior y no las cosas materiales.

—Ah...—Se le prendió el cerebro a último minuto. ¿Cómo


podría conseguir un Omega clase media, huérfano y
desempleado, unas gafas tan costosas?—Son imitación.84

—¿Enserio?—Jin frunció el ceño.—Parecen originales.34

Jungkook negó con la cabeza.

—Jin es mi primo, lee demasiadas revistas, perdonalo. A


todo esto... ¿Dónde está papá?55

—Vendrá en unos minutos, cariño. Lo esperaremos para


desayunar todos juntos y celebrar que has venido. Mientras
tanto, aquí tienen chocolate recién hecho. —La Sra. Jeon
llegó con tazas de chocolate y panecillos.—Jung Hyun ve a
la cocina y ayúdame.

—¿Qué? ¡Pero si te estuve ayudando con el desayuno toda


la mañana! ¡Le toca a Jungkook!9

—¡Ya estás grande para esos berrinches! Además mi bebé


está de visita. Sé un buen hijo y ayúdame.

Jimin quiso relajarse, entre el cálido ambiente familiar en


el que se vio rodeado, pero la mirada de halcón de Jin
sobre él lo puso nervioso. Había traído varias cosas que el
otro omega, si era tan observador como sospechaba,
podría encontrar fuera de lugar.42

Jimin trago duro ante la atenta mirada de Jin. Sintió sus


manos sudar, de todas las cosas que esperaba que salieran
mal, nunca imaginó está situación.
08
—¡Y entonces se fue, sin decir...¡Ah!..—Tae encogió los
dedos de los pies y gimió cuando la lengua caliente y
húmeda de Hoseok recorrió su cuello.—... ¡Sin decirme
nada! ¡El muy maldito!91

—Aja...

El alfa estaba tan entretenido saboreando al Omega y


llenandolo de besos que no le prestaba la mínima atención
a sus palabras.

—Y se fue a una de esas comunidades rurales. Mí pobre


Jiminie. ¿Cómo podrá sobrevivir en ese lugar? El satélite
solo me muestra un montón de árboles... ¡Me haces
cosquillas!—Soltó un chillido cuando el alfa le mordió la
oreja.—¿Te imaginas si Namjoon se entera?3

—Sera un desastre...—Murmuro desinteresadamente


Hoseok.11

—¡Nos va a matar! Y lo peor de todo...—Hobi lo interrumpió


con un beso, Tae se alejó.—...es que el pobre Jungkook
está siendo engañando...—Otro beso, el Omega
correspondió por segundos, para luego apartarse y seguir
con sus lamentos.—¡Jimin se está comportando terrible y
el pobre no se lo merece!19
Hoseok bajó la mirada a su regazo. Su excitación tocada
por los encantos de Taehyung, seria ignorada si seguían
así.3

—¡No puedo creer que se comporte así!—Tae se apartó


molesto por la interrupción de otro beso.—¡Ya deja de
besarme y escúchame!8

—¡Y tú deja de hablar cuando quiero hacerte el amor!80

—¡Pero si ya lo hicimos toda la tarde! Normalmente me


gusta que seas así bien machote y activo, pero no estoy de
ánimos, Hobi. ¡Me siento muy preocupado!20

El alfa cerró sus ojos y pegó su frente a la de Taehyung.


Estaban enredados entre las sábanas de la cama, en el
apartamento del alfa.

—Esta bien, mi amor. Te escucharé.3

—¡Toda esta situación me estresa! —Tae hizo un puchero.—


No te imaginas cómo me la pasé anoche en la cena de
beneficencia. Estaba solo y preocupado.

—¿La pasaste mal?—Hoseok acomodó un mechón de


cabello detrás de la oreja de Tae.

—Si. Y tú estabas lejos. No me pude acercar a ti por miedo


a que nos tomarán alguna foto comprometedora. ¿Te
imaginas? Namjoon escupiria su café por la mañana al
enterarse de que su socio se enredó con su hermanito.35
—Taehyung nuestra lejanía es solo culpa tuya. Yo ya te
dije, un millón de veces, que quiero pedirle tu mano a
Namjoon.3

—¿Y mi padre?

El alfa sonrió complacido.

—En realidad hace años me propuso que me emparejara


contigo, así que prácticamente tengo su bendición. El que
me preocupa es tu hermano.19

—¡Namjoon nunca debe enterarse de lo nuestro. Primero te


matará y me obligará a emparejarme contigo de inmediato.
Y además ya te dije que no estoy listo.2

Hoseok suspiro, cansado.

—Si al menos me dejas decirme a Nam que estamos


juntos...

—¡No estábamos hablando de nosotros, sino de Jimin!7

Hoseok guardó silencio, más por temor a decirle algo


desagradable y dejar en evidencia que Tae lo volvía loco
con sus negativas. El lo quería enserio, estaba convencido
de que eran pareja destinada. Desde que el cuerpo de Tae
desarrollo y su olor cambio, Hoseok lo supo. Desde esa día
no fue capaz de reaccionar ante ningún otro. Pero Tae era
demasiado joven para aceptar un compromiso así. De entre
todas las cosas que había para amar de él, la inmadurez no
era una de ellas.10
—Jimin prometió dejar a Jungkook luego de este fin de
semana. Nam volverá hasta el martes. Y cuando viaja lo
único que hace es hacerles algunas vídeo llamadas. No se
va a enterar. Todo saldrá bien en ese aspecto. Tu hermano
por otra parte... Me preocupa.

—Tambien a mí.—Tae hizo un puchero.—Aunque lo niegue,


ese alfa es más que uno de sus caprichos. La nota que me
dejó estaba llena de tristeza. Jimin quiere al alfa. Yo nunca
lo había visto tan feliz.

—Lo lamento, cariño. Pero esta es una trampa que el solo


se construyó. Si Jungkook no lo ha descubierto es porque
tiene mucha suerte. O el alfa es muy estúpido. Ustedes
aparecen en las páginas de sociales y en los noticieros
todo el tiempo. Sin contar que trabaja en el hotel de tu
familia.34

—Jimin me contó que Jungkook tiene algo en contra de la


gente con dinero. Y que evita ver cualquier cosa que
involucre a la alta sociedad.1

—¿Enserio?

—¿Por qué pones esa expresión?

—Es algo extraño que tenga semejante repudio hacia


nosotros.33

—Bueno, como sea. Jimin está metido en un gran


problema. Y me preocupa. Ya sea que Jungkook lo
descubra o Jimin termine su relación, mi hermanito saldrá
lastimado.
Hoseok sintió que su corazón se derretía ante la aflicción
del Omega al que adoraba.1

—Sea como sea, asegúrate de estar ahí para él. Es lo único


que puedes hacer.

—¿Sabes que otra cosa me preocupa? Tu primo Yoongi y su


insistencia de cortejar a Jimin.3

—Yoongi es un buen tipo.

—¡No digo que no lo sea! A mí gusta.—Hoseok gruño, el


omega le dió un beso.—¡No en el sentido morboso que
estás pensando!4

—Bien, porque lo mataría si te gusta. Nadie puede gustarte


más que yo. ¿Está claro?52

—¡Ay, Hobi!—Tae ronroneó cuando su alfa le dió una


nalgadita suave.—Me gusta seas salvaje.30

—Volviendo a mi primo. No dudo que Namjoon este de


acuerdo con sus intenciones. Yoongi es de buena familia,
siempre se ha llevado muy bien con Nam y respeta a Jimin.
¡El tipo es perfecto!

—¿Seguro que no te gusta a ti?—Tae se mordió el labio


ante la mirada poco divertida de Hobi.—Jimin no lo quiere
porque, sin ofender, tu primo es bastante pesado y
arrogante. El típico empresario que lo terminará engañando
con su secretaria.¡Ese alfa es una estatua de hielo
andante!20

—¿Te preocupa que los emparejen por conveniencia?


—A pesar de su carácter capricho y mimado, Jimin siempre
hace lo que le ordenan con tal de complacer a la familia.
Papá y Namjoon no mirarían con buenos ojos que el más
pequeño de la familia salga con uno de los camareros del
hotel. Yoongi es la representación de las expectativas de
Namjoon. Y todo lo contrario a lo que Jimin quiere. Si lo
prometen en matrimonio... Dudo que mi pequeño Minnie
tenga el valor de oponerse.27

—Bueno, supongo que sabremos qué más pasará cuando


Jimin vuelva. Mientras tanto déjalo disfrutar su tiempo con
el alfa. Tal vez es lo único que le quedé después.

Tae bajo la cabeza y abrazo a Hoseok. No le gustaba nada


de esto.

No estaba de acuerdo desde el principio.

Y no quería imaginar cómo terminarían las cosas.+

Ay, Minnie. Te metiste en un lío muy feo.


09
Conocer al padre de Jungkook fue todo un caso. Era un alfa
de lo más alegre y pícaro. Todo un Don Juan. Aunque le
desconcertó el pequeño detalle de que el padre de su alfa
era rubio como el sol y que sus ojos tenían el color de los
zafiros. Ninguno de sus hijos había sacado sus rasgos.126

El desayuno estuvo colmado de risas gracias a él. Jimin


estuvo a punto de atragantarse muchas veces. Le agrado
de inmediato.1

—Debió ser duro para tu hermano y para ti, crecer sin unos
padres que los apoyaran.—El padre de Jungkook lo miro,
interesado en escuchar su historia.—Dime... ¿Tu hermano a
que se dedica?2

Bien, explicar eso no era sencillo.

—Tiene múltiples empleos. A veces trabaja en hoteles,


restaurante, en oficinas...—Ahora mismo anda de viaje
supervisando la compra de unos terrenos en Macao para
expandir nuestra cadena hotelera.11

—Un muchacho trabajador. Debe ser un gran alfa.

—Lo és.

—¿Y tú qué más haces a demás de estudiar fotografía?


—Jimin era ayudante en la cocina del hotel donde yo
trabajo.

—¿Era?—La madre de Jungkook frunció el ceño.—¿Qué


pasó?

—El chef tiene poca tolerancia y yo soy propenso a causar


muchos problemas.—Murmuro Jimin.

—Encontraras algo pronto, te lo aseguro.—La Sra. Jeon le


dió una sonrisa reconfortante.

—Entonces, pequeño....—El alfa alzó la voz, bastante


socarrón.—¿Vas a hacer a mi cachorro alguien respetable?
Mira que muchos han querido tenerme como suegro. ¿Qué
dices? ¿Serás tú el afortunado?10

—Nosotros aún no hemos hablado acerca de eso—Jimin


sentía sus mejillas enrojecidas.

—¿Y porqué diablos no?56

—Papá...

—¡No, Jungkook!—El alfa le dió un puñetazo a la mesa. El


Sr. Jeon tenía la costumbre de emocionarse de más al
hablar.—¡Lo trajiste a conocer a tu familia, más claro no
puede estar!34

—Oye papá....— Jung Hyun intervino.—Dejalos que vayan a


su propio ritmo.
—¿Pero tú de qué me hablas? ¿A qué ritmo tienen que ir?
Te contaré una cosa, Jimin. Cuando yo conocí a la madre
de mis hijos...3

Todos en la mesa, incluida la señora Jeon rodaron los ojos,


como si pensaran "Ahi va otra vez".43

—¡Aunque rueden los ojos, igual lo voy a contar! —El alfa


carraspeó.— Yo vivía en la ciudad, en un pequeño
apartamento, trabajaba como ayudante en un almacén
mientras estudiaba administración por la noche. Uno de
tantos días, la ví.27

—Aqui se vuelve un poeta. —Jungkook se inclinó para


susurrarle al oído—No pierdas detalle.4

—Entrando al almacén, con la luz de media tarde


enmarcando su silueta, entró la criatura más hermosa que
mis ojos habían visto nunca...70

—¡Ahí estaba ella!—Grito Jung Hyun soñador. Para darle


más dramatismo.49

—¡Con su cabello suelto siendo acariciado por la fría brisa


otoñal!—Se unió Jin.75

—¡Mientras sus pasos la llevaban , sique ella pudiera


preverlo, directamente a su nuevo destino, que serían...!—
Jungkook se unió dando una pausa dramática. Luego,
todos en la mesa, incluida la señora Jeon gritaron.—¡Los
brazos de este alfa guapo y encantador!130
Jimin no pudo contener la risa y se deshizo en chillidos
alegres.

—¡Ah pero como molestan! —El padre de Jungkook suspiró.


—Fue un gran día. Y veintitantos años después, aquí
estamos. Lo que te quiero decir pequeñito, es que cuando
el indicado aparece en tu vida, tu simplemente lo sabes y
no hay que dejarlo pasar. Eres la primera pareja que
Jungkook trae a casa. Y yo nunca ví a mi hijo más feliz y
orgulloso. Cómo cabeza de familia, te doy la bienvenida.
Así que cuando esté cachorro te haga la pregunta, porque
sé que lo hará, no lo pienses mucho y acepta. ¿De
acuerdo?106

El corazón de Jimin se quebró ante semajantes palabras,


tan llenas de significado. Estando sentado al lado de
Jungkook, con su familia dandole la bienvenida y
aceptandolo, se sintió terriblemente mal. Les mentía a
todos. Esas maravillosas personas que no tenían reparo en
recibirlo bajo su techo, a pesar de no conocerlo del todo y
que lo aceptaban como la pareja de Jungkook, tenían
frente a ellos a un mentiroso.4

Él no merecía semejante muestra de confianza y afecto.2

—Minnie... No llores.—Jungkook estuvo en segundos


besando sus lágrimas.1

—¡Ya ves lo que has hecho!—La madre de Jungkook le dió


un golpe en la cabeza a su compañero.—¡Ya lo abrumaste!
57
—Yo digo que más bien lo asustó.—Se burló Jung Hyun—¡El
pobre ya siente que lo emparejan con semejante estúpido!
150

—Puede ser algo idiota, pero está guapo.—Lo consoló Jin,


su risa limpiavidrios resonando en el comedor.46

—¿Jimin que pasa?—Jungkook estaba preocupado.—No


llores...

—Lo... siento...—Jimin de obligó a tranquilizarse.—Todo


esto me conmovió, eso es todo.10

Semejante mentiroso.Lo acusó su conciencia. Te están


dando la bienvenida a su familia. Y te parte el corazón
pensar que si se enteran de que estás jugando con los
sentimientos de su hijo, te van a odiar.20

—Aww nuestro Jimin es muy sensible.—La Sra. Jeon miro a


todos en la mesa con severidad. —Ni se les ocurra hacerlo
llorar de nuevo. ¿Está claro?

Las risas volvieron, pero Jimin no pudo levantar la mirada


durante el resto del desayuno.

Nadie lo notó, a excepción de Jin, que no podía apartar sus


ojos de la piel inmaculada del omega, sus mechones rubios
bien peinados y sus facciones delicadas. Sus modales en la
mesa, impecables. Su postura erguida y sus movimientos
fluidos. Había algo que no le terminaba de convencer, no
porque el pequeño no le agradara, era lo contrario. Era
tierno y le hacía querer apretujarlo en sus brazos.32
Es que había algo en Jimin y su historia que simplemente
no cuadraba. Para tener múltiples trabajos, sus manos
parecían más las de alguien que jamás mueve un dedo, con
su manicura perfecta. Se expresaba con palabras
demasiado refinadas y su ropa de diseñador, otro indicio
que lo desconcertaba. Ni uniendo el sueldo de todo un año,
se podría costear el atuendo que Jimin cargaba encima. Y
por las maletas Loui Vuitton, Jin sospechaba que habían
más prendas Gucci y gafas Dolce & Gabanna en el equipaje
del Omega.62

Jin se propuso una tarea.

Averiguar que escondía la pequeña pareja de su primo.


10
Habría una fiesta de bienvenida en la que sólo cincuenta de
los amigos más cercanos de la familia asistirían para
celebrar la visita de Jungkook y para conocer a su pareja.
Fue idea de la Sra. Jeon.21

Jimin sentía revuelto el estómago de los nervios.

Luego del desayuno, Jungkook y su hermano fueron


arrastrados por el Sr. Jeon para ir de pesca, una tarde de
padre e hijos luego de mucho tiempo separados. Mientras
que la madre de Jungkook y Jin se encargaron de arrastrar
a Jimin en los preparativos de la fiesta. Cuando Jimin
comentó educadamente que solo causaría problemas si lo
incluían en sus planes, la Omega se negó a dejarlo afuera.

—Algún día te harás cargo de tu propia casa, Jimin. No


tuviste a una madre para que te enseñara estas cosas, por
lo que lo haré yo. Primero iremos de compras.6

Algo se volvió evidente y fue que la Sra. Jeon era una de


esas omegas tradicionales, de aquellas que pensaba que si
bien los momentos tenían los mismos derechos que los
alfas, sus obligaciones eran diferentes. Aceptaba que los
omegas trabajarán y se superarán intelectualmente, pero
había una cosa que no podía cambiar: ellos debían ser
oficiosos y encargarse del alfa y los pequeños en el
hogar.78
—¡Oh, que suerte!—La Sra. Jeon metió varios paquetes de
Ramen en la canastilla. —Esta es la marca favorita de
Jungkook, cuando se los prepares asegúrate de no
hervirlos demasiado. No le gustan recocidos aunque se los
comerá para no herir tus sentimientos.65

Jimin no dijo nada, solamente sonrió. El jamás preparaba


nada. Nunca tuvo la necesidad de aprender a cocinar, la
única vez que piso una cocina fue cuando pretendió ser el
aprendiz del chef Johng. No le diría que si le daba hambre,
pasaba a un restaurante por sus platillos favoritos o le
pedía a su chef que preparara algo.

—¡Oh! Por allá está el suavizante favorito de Jungkook.121

Se vio arrastrado hacia el área de los suavizantes y


jabones en polvo.

—Este es exactamente lo que necesitas para sacar


manchas. Y este deja la ropa sin arrugas. ¡Es magnífico!—
La Omega le pasó un frasco rosa.—Y cuando pongas las
prendas blancas en la lavadora asegúrate de no hechar
mucho blanqueador o las arruinaras. Y otro detallito, a mi
hijo no le gustan los aromas fuertes, asegúrate de usar
detergentes sin olor.148

El resto de la mañana se la paso escuchando "Cuando le


cocines a mi hijo...", "A Jungkook le gusta esto",
"Asegúrate de conseguir aquello". Jimin trato por todos los
medios de no sentirse ofendido. Se recordó que la madre
de Jungkook no sabía cómo era su estilo de vida y que
estaba llena de buenas intenciones. Entre la gente normal
esos eran los tipos de consejos que se daban de suegras a
yernos y nueras.43

Pero no pudo dejar de enfadarse. ¡El no era un criado!


Además, ¿Acaso el alfa no tenía manos para hacer sus
propias cosas? Según la perspectiva de la señora Jeon
había que alimentarlo, mantener sus ropas limpias y la
casa perfumada cuando se emparejaran. ¿Qué era
Jungkook? ¿Un cachorro? Los omegas eran más que
simples mucamas.130

Ante su ceño fruncido el resto de la mañana, Jin trató a


duras penas de contener la risa al verlo cada vez más
exasperado.

—Mi tía es algo... especial. ¿Verdad?2

—¿Tú opinas igual que ella?—Jimin agrando los ojos,


indignado.—¿Qué los omegas son los esclavos del hogar?

—Aprendí a no pelear con mi tía. Tú solo dile que si.


Además, Jungkook está enamoradosimo de ti. Nunca te
dejaría aunque no le puedas planchar ni una camisa.
Seguro lo que le gusta de ti son tus otras habilidades, y no
hablo de las domésticas.—La risa de Jin era tan linda como
estridente.49

—¡Oh, Jimin!—La Sra. Jeon cantaba su nombre desde el


área de vinos.—¡Te enseñaré a escoger un buen vino tinto
para la velada de esta noche!4
Al fin algo en lo que Jimin no era inútil. Esperaba que en
ese supermercado tuvieran
botellas de Cabernet Sauvignon o algún Merlot.67

🐾
1

Jin se entretuvo en la sección de revistas mientras su tía y


Jimin parecían querer agarrarse de los pelos al no estar de
acuerdo con la elección de vinos. Al parecer una mañana
fue todo lo que les duro el amor y la armonía. Eso se iba a
convertir en una guerra.62

Soltó un chillido de gusto cuando vío que al fin habían


traído a ese pueblo abandonado de la civilización, el nuevo
número de su revista favorita. "Vogue". Esta vez el número
hablaba de la moda de la élite de la sociedad. En la
portada aparecían dos omegas y un alfa con clase y estilo,
hermosos por igual. Sin esperar a llegar a la caja y pagar
por ella, desgarró la envoltura y devoró el contenido. Se le
cortó la respiración al llegar a la nota de la portada. Se
trataba de tres hermanos.120

—El heredero del imperio Kim, Namjoon y sus dos


hermanos omegas. Elegancia, porte y moda en cada
evento, la realeza de la sociedad. —Jin siguió leyendo
hasta que llegó a las fotos. ¡Vaya! Esas personas parecían
las dueñas del mundo. Trajes costosos y rostros perfectos.
¡Lo que daría él por tener la misma suerte! Su rostro era
demasiado redondo, sus hombros demasiado anchos para
considerarse esbelto... Frunció el ceño al ver la foto del
hermano más pequeño de la familia Kim. ¿Por qué le
parecía tan familiar...?54

—¡Jin deja esa revista, corazón! ¡Tendrás tiempo suficiente


para darle una vista en casa!—Su tía lo llamaba desde la
sección de los vinos, donde Jimin tenía los brazos cruzados
y hacia lo imposible por no estallar.+

—Oh... por la luna...—Se río del pobre omega.—¡Ya voy tía!


11
Aquella tarde del sábado, Jimin fue conciente de una cosa
muy importante. La madre de Jungkook y él nunca se
pondrían de acuerdo en nada. El desacuerdo en el
supermercado fue a penas el inicio de una larga lista de
situaciones que tendrían lugar el resto del día. Discutieron
por la elección de vino, Jimin encontró que ninguno de los
que estaban en venta era bueno mientras que la Sra. Jeon
optó por una bebida de uva que nada tenía que ver con vino
tinto.

Para la decoración del salón, Jimin sugirió algo discreto y


elegante, como cambiar las cortinas por unas en
tonalidades crema, arreglos florales para alegrar la
habitación y la chimenea encendida para darle un ambiente
acogedor a la reunión. ¿Qué fue lo que la madre de
Jungkook eligió al final? Dejar sus cortinas florales,
colocar serpentinas y globos, poner música estridente y
una mesa de bocadillos en la esquina. 92

Al ver que estaba tan entretenida en el salón, Jimin decidió


poner la mesa. A escondidas, se tomó la molestia de
comprar unos cubiertos de acero fino inoxidable, aunque el
quería unos de plata, pero no pudo encontrar nada en el
supermercado. Acomodó un bonito y discreto centro de
mesa con flores y velas y puso copas para el vino y
servilletas de tela en cada uno de los lugares. Suspiró,
sintiéndose un poco mejor. Al menos el comedor estaría
medio elegante.20

—¡Wow!—Jin entró justo cuando terminaba de acomodar el


centro de mesa.—¡Me siento como en un restaurante de
cinco estrellas!5

Jimin se sonrojo.

—¿No crees que es demasiado?

—¡Por supuesto que no!—Jin le sonrió, orgulloso.—Esta vez


sí vamos a tener una cena elegante, que se mueran de
envidia los vecinos.56

La madre de Jungkook entró en ese momento y se paró en


seco al ver el arreglo que Jimin le había hecho al comedor.

—¿Quitaste mi centro de mesa?21

—Ah...—Jimin se rasco el cuello, nervioso.—Es que me


pareció que las frutas y el tazón africano no iban con la
decoración...

—¡Pero fue un regalo de mi madre! Es tradición ponerlo de


centro en cada una de las comidas familiares del domingo
y nuestras reuniones.33

—Perdón, no sabía...1

—¡Oh, descuida, mi cielo!—Por un segundo Jimin realmente


pensó que aceptaría sus cambios, hasta que dijo:—¡Ya
mismo voy por él! ¿Dónde lo dejaste?93
¡Esa omega era una tortura! Aguantando las gana de gruñir
de frustración, salió de la cocina. La madre de Jungkook lo
persiguió, sonríendo.4

—¡Jimin! ¿Podrías meter la ropa en la lavadora mientras


termino de arreglar la mesa? El cuarto de lavado está en el
sótano, gracias mi cielito.94

La indignación de Jimin llegó a niveles inalcanzables. No


quería discutir con la Sra. Jeon, pero mientras metía la
carga de ropa en la lavadora, imagino que en lugar de una
camisa sostenía entre sus manos el delicado cuello de la
omega y la retorció con fuerza. Jamás estaría de acuerdo
con esa mujer. ¡Ella era imposible! Lo trataba peor que un
criado, y lo peor de todo, lo hacía sentirse despreciado
cada vez que no aceptaba sus sugerencias. Esperen...
¿También había ropa interior...? ¡Ahh esto era un
asco! Cuando Jungkook volviera le lloraría para que lo
sacará de esta casa del horror. Termino de meter la ropa y
a duras penas programó ese horrible aparato.4

Todo iba de maravilla hasta que grandes cantidades de


espuma empezaron a salir de la lavadora.30

—¿Pero que...?—Jimin intentó apagarla pero, como nunca


en su vida había usado uno de esos aparatos, presionó el
botón que no era y más espuma salió. Chilló de angustia.—
¡Oh por la luna!38

Siguió presionando todos los botones, desesperado, hasta


que se escuchó un pitido estridente por toda la casa, la
señora Jeon llegó corriendo y gritó horrorizada al ver que la
espuma le llegaba hasta las rodillas al omega.1

—¿¡Pero que está pasando aquí!?—Jimin tiró de lo que


creyó que era el cable de corriente.—¡No, mi cielo, esa no
es...!15

Lo que desconecto fue una de las mangueras y ahora


estaban siendo salpicados con gran chorro de agua. Los
dos luchaban por cerrar las llaves hasta que terminaron
resbalando con la espuma y enterraron los traseros en el
suelo.25

Justo en ese momento Jungkook, que recién había


regresado de pescar con su padre y su hermano, se asomó
por la puerta atraído por el escándalo.

—¡Jimin!—Corrió para levantarlo, pero él también se


resbaló.92

—¡Yo estoy bien, gracias! —Chilló su madre, indignada.38

Lo que coronó aquella espantosa tarde fue la carcajada


estridente de Jin, que se doblaba de la risa en el marco de
la puerta.
12
A media tarde, encerrado en su oficina y con ganas de
suicidarse del aburrimiento, el alfa Min Yoongi se quitó el
saco y la corbata. Empujó su silla para atrás y acomodó
sus pies sobre el finísimo escritorio de caoba. Sacó su
celular y buscó entre su galería un vídeo en especial.12

—¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz


cumpleaños Lil Meow Meow, feliz cumpleaños a tiiii!—La
hermosa sonrisa de Jimin llenaba su pantalla, era el vídeo
de felicitaciones que le envío ese año por su cumpleaños.—
¡Hola Yoongie! Trata de que esa montaña de papeles en tu
oficina no se robe todo tu tiempo y disfruta de tu día. ¡Ah y
por favor luce un poco sorprendido cuando llegues a casa,
todos estamos muy emocionados con tu fiesta de
cumpleaños!31

Yoongi sentía que su corazón de hielo se ablandaba cada


vez que veía al omega. Desde cachorro se había
encaprichado con tener a Jimin. Llevaba cortejandolo
desde que tenía memoria, pero la falta de resultados lo
estaba cansando. Le mandaba joyas, sus dulces favoritos,
le regalaba viajes y demás cosas. ¿Qué más necesitaba
Jimin para aceptarlo?68
—¡Pero que vergüenza!—Yoongi se cayó de la silla por el
sobresalto al escuchar la estridente risa del abuelo Min. —
¡Otra vez te encuentro besando la pantalla de esa cosa!84

El poderoso abuelo Min entró sin aviso a su oficina. A pesar


de llevar puesto un gorrito negro de algodón, una bata,
pijama y sus sandalias, el viejo alfa se cargaba un aura de
dueño y señor que nadie se aguantaba. Con la edad,
empezó a cambiar sus trajes por pijamas y nadie pudo
hacer nada al respecto cuando decidió que asistiría así a la
oficina. Lo único elegante que llevaba era su bastón de
madera pulida y mango de oro y diamantes, diseñado
especialmente para él.24

Yoongi se recompuso levantándose del suelo de un


respingo.

—¡Abuelo!

—¡Me gusta atraparlos así, desprevenidos! ¡Cómo ciervos


en el bosque asustados de una escopeta! 33

—Seria bueno que avisarás para preparar tu recibimiento,


Abuelo. —Yoongi se dijo que debía ser paciente.—Y sabes
que todo está en orden.1

—¡Ya te dije que no hables entre dientes, cachorro, que no


te escucho!

—¡Dije que tú sabes que todo está en orden!—Repitió con


fuerza.3
El abuelo se irguió en toda su estatura, blandiendo su
bastón.

—¡Vuelve a gritarme así y te acomodo las ideas de un...!82

La secretaria de Yoongi entró sin tocar, interrumpiendo.

—Señor, la reunión de las siete se canceló...—Al ver al


abuelo Min, agrandó los ojos.—¡Perdón, no sabía que
estaba aquí, Presidente!

—No quiero más interrupciones.—El viejo lobo sonrió con


apreciación.—¿De acuerdo, linda jovencita?11

La beta se sonrojó de los pies a la cabeza.5

—Si, por supuesto, Presidente. Lo que usted diga, yo me


encargo...—Cerro la puerta haciendole reverencias.

Al ver la ceja arqueada de Yoongi, el alfa sonrió.

— Podré estar sordo, pero no ciego.56

—Eres todo un caso, abuelo.

—A lo que vine.—El abuelo se dejó caer en la silla de


Yoongi y palmeo los papeles del escritorio.—Quiero revisar
los estados financieros.

Pasó alrededor de una hora hasta que el abuelo Min tomo


un descanso, satisfecho con el manejo de su nieto sobre la
empresa.

—¿Y como vas con la pedida de mano de Jimin?1


—No creo que sea oportuno. Su padre tuvo un infarto y
Namjoon está demasiado ocupado tratando los asuntos de
la empresa que...

—Estas perdiendo el tiempo.—El abuelo Min se hizo para


atrás y puso sus manos sobre su estómago.—Escúchame
bien, cachorro. Si no te apresuras alguien más tomará tu
oportunidad.

—Ya sé que quieres a Jimin para que te dé bisnietos, pero


debes darme algo de tiempo en lo que formalizo las cosas.
Quiero hacerlo correctamente.42

—Ese omega es una belleza. Pero sigo pensando que no es


el indicado para ti.67

Yoongi negó con la cabeza y se rió.

—¿Y de qué otra manera sería tu nieto entonces?7

Había un asunto que ocupaba la mente del Abuelo y no lo


dejaba tranquilo. Era algo tan importante que ya no podía
esperar pacientemente a que las cosas se dieran por si
solas.13

— ¿Y el asunto que te encargué?

—Estamos igual que siempre.—Yoongi se aturdió por el


cambio tan brusco de tema.—Fue suficiente con vernos a la
fuerza mientras éramos niños. No quiere saber nada de
nosotros.102

—Cítalo de nuevo. Está vez yo hablaré con él.6


—Abuelo, deberíamos dejarlo en paz...

—Basta, Min Yoongi.—Dió un puñetazo en la mesa. Tenía


que solucionar las cosas antes de que la vida le robara la
oportunidad.—Es una orden.1

Yoongi suspiró, cansado mucho antes de tiempo, ante la


semejante tarea que tenía sobre sus hombros. Y es que,
sus dos medios hermanos no querían saber nada de él. En
especial el menor, que lo mandaba al diablo cada vez que
podía. Contactarlo, no sería sencillo.126

Esto va para largo, pensó.


13
Jungkook pasaba una toalla despreocupadamente por su
cabello húmedo, cuando escuchó un chillido que le erizó el
alma. Salió corriendo de su habitación para ir a la de
invitados. ¿Le había pasado algo a Jimin? Abrió la puerta y
recorrió con su mirada la habitación, no encontrandolo, se
dirigió al baño desde donde provenía el sonido de la ducha.
Entró sin llamar. Lo encontró envuelto en una bata de
algodón mirando enfurrañado hacia la tina.1

—¿Jimin estás bien? ¿Qué pasa?

—¡No hay agua caliente!—Chillo, dando un pisotón


encaprichado. Parecía un cachorro enfadado.77

—Solo tienes que girar las llaves, amor.2

—¡Ya lo hice y no funciona! ¡Esas llaves están defectuosas!

Jungkook giró las llaves, en lo que al Omega le pareció la


cosa más complicada del mundo. Rápidamente la tina se
llenó con agua tibia. ¿Porqué todo en esta casa tiene que
ser tan complicado? Primero se sorprendió al ver la
pequeña habitación, poco iluminada, pero acogedora en la
que dormiría. Sus esperanzas de dormir con su alfa se
fueron al drenaje con las reglas tan conservadoras de la
Sra. Jeon.5
Otra decepción fue el cuarto de baño, este era solo una
esquina bien distribuida con puerta. ¡No era ni la cuarta
parte de su baño en la mansión! Se topaba con cajones y
esquinas de muebles cada vez que se movía. Además, el
pequeño lavabo no era lo suficientemente grande como
para acomodar sus productos de higiene. Y ni hablar de la
tina, con esas llaves difíciles de manejar, tan del siglo
pasado. En casa, su tina de hidromasaje se llenaba con una
relajante ducha que caía sobre él como una lluvia delicada.
Y todo controlado por un sistema inteligente que reconocía
su voz y tenía programadas sus preferencias. Todo en la
mansión era así.139

—Listo, ahora puedes tomar tu baño. ¿Algo más su


majestad?

Jimin se tiró a sus brazos.

—Si.—Le hizo un puchero.—Sácame de aquí.

Pensando que bromeaba, su alfa lo cargo y lo llevo de


vuelta a la habitación, se sentó en la cama con él omega
en su regazo.

—¿Tan mal te la estás pasando?22

—No puedo ver a tu madre a la cara después del desastre


con su lavadora.

—Descuida, alguien vendrá a repararla el lunes.

Por supuesto que no, el lunes la señora Jeon estaría


supervisando la instalación de su nuevo centro de lavado.
Era lo menos que podía hacer luego del desastre que
ocasionó. Pero no le diría nada a Jungkook.

Al ver que el puchero no desaparecía, Jungkook decidió


animarlo con besos dulces y lentos. Gimiendo ante los
mimos, Jimin se movió sobre su regazo, impregnado al alfa
y llenando la habitación de su suave olor a manzanas
dulces.3

—No, espera... Aquí no...—Jungkook hablaba entre besos.—


Minnie...

—Te necesito, Jungkookie.—Había una cosa a la que el alfa


no se resistía y eso era el tono meloso de Jimin. Más
cuando le dió besitos en el cuello.—Solo una vez, rapidito,
ni siquiera tienes que quitarte la ropa...86

Jungkook tragó con fuerza, su erección estaba saludando


alegremente en sus pantalones, siempre dispuesta para
cuando Jimin queria jugar un rato.10

—Estamos en la casa de mis padres...—Jungkook


lentamente bajo las manos de la cintura de su omega hacia
sus llenitas y firmes nalguitas, como quién no quiere la
cosa.—No es correcto...19

—¿Te preocupa que grite mucho?—Puchereo Jimin.—Me


morderé los labios, te lo juro.4

—No, Minnie, tu eres muy escandaloso.72

—¡Pero, Kookie...!—Rogó. —¡Se te pusieron rojas las


orejitas y tú amigo está bien durito y calientito!104
La voz cargada de burla de Jung Hyun los interrumpió.16

—¿Se te ponen rojas las orejas cuando te excitas,


hermanito?203

Había una cosa que los demás debian aprender con rapidez
y eso era que el lobo de Jungkook se sentía molesto
cuando interrumpian su tiempo con Jimin. Con un gruñido
posesivo ocultó a su omega de la vista de su hermano,
poniéndolo detrás de su gran y tenso cuerpo.

—¿Qué haces entrando en la habitación de Jimin sin tocar?

—Oye, tranquilo.—Jung Hyun elevó sus manos, en señal de


paz. —Yo estaba buscándote, no te encontré en tu
habitación y al escuchar tu voz aquí, entré para fastidiarte.
Te juro que no venía a buscar a Jimin.2

—Sal de aquí.—Jungkook gruñó, sin poderse controlar.—O


te arrancaré los brazos de un mordisco.

Asustado por su comportamiento, su hermano mayor salió


corriendo.18

Él nunca fue un tipo celoso o de aquellos que dejaba que su


lado animal los controlara. Pero sin poder evitarlo estaba
actuando como un macho posesivo. La idea de que su
hermano estuviese en la misma habitación que un Jimin en
bata y sin nada debajo, liberando su aroma a manzanas, no
le gustó. Es más, no le gustaba que a su omega se le
acercaran otros alfas. Se sentía estúpidamente
amenazado.1
—¿Es normal que me guste que gruñas?104

—Estoy celoso como un estúpido y enfadado por la


interrupción. No es bueno que me toques ahora, Minnie.

—Ahora me gustas más.8

Gruñó solo para complacerlo mientras se le dejaba ir


encima, Jimin chilló de felicidad. Pero fueron interrumpidos
de nuevo. Está vez por Jin, que tocaba la puerta
amenazando con tumbarla.22

—¡Oye pequeño!—Canturreo.—¡La tía Jeon quiere bajes


porque te enseñará a preparar su famosa receta de
Gomguk!

Ahora el del gruñido fue Jimin.

—Yo no me llevo bien con tu madre, Jungkook.—Le dió un


golpe al ver que se estaba riendo.—¡Es enserio! ¡No nos
ponemos de acuerdo en nada! Si permanezco un minuto
más bajo su techo nos vamos a enfrentar muy feo. Ya no
me pienso dejar.2

Jungkook le restó importancia.

—¿Pero de que hablas? ¡Mi madre te adora!2

¿Acaso estaba ciego? Lo adoraba tanto que despreciaba


sus sugerencias en cuanto a la decoración. Y lo trataba
peor que sirvienta poniéndolo a lavar la ropa.16

¿Qué más podría pasarle?


14
Había un par de cosas que a la madre de Jungkook no le
gustaban de su yerno. Llevaba poco menos de un día de
conocerlo y ya había decidido que no era el omega
adecuado para su hijo. Jimin era un encanto, un omega
muy lindo y tierno, pero que no servía más que de adorno.
Por la historia que les contó, asumió que Jimin sería un
poco torpe en cuanto a las tareas hogareñas.135

El pobre estuvo perdido durante las compras en el


supermercado. Agrandaba los ojos ante cada nueva
recomendación que le daba, el pobrecito, sin duda
abrumado con todo lo que desconocía. Con el mejor ánimo
del mundo se dispuso a darle un tour informativo acerca de
productos para el hogar y las mejores marcas de
alimentos. Era su más grande deseo que Jimin supiera
como agradar a Jungkook, no porque tuviera que servirle,
su hijo era un alfa independiente, ella misma lo crío muy
bien. Si no que, como suegra quería pasarle un poquito de
su sabiduría, como muestra de aceptación y cariño. Para
que el omega conociera esas pequeñas cosas que pudieran
agradar a su pareja.68

Pero sus buenas intenciones no eran bien recibidas. Cada


uno pensaba de una manera tan distinta que era imposible
congenear. Jimin era un omega liberal, de esos que hace y
dice lo que le parece. Y a ella le agradaba que fuera
alguien con carácter. Lo que no le gustaba, en lo absoluto,
era que tenía a Jungkook comiendo de la palma de su
mano. Más que liberal, aquel pequeño omega rubio era un
consentido de primera.34

¿Quien cargó todas las maletas a la habitación de


invitados? Jungkook. ¿Jimin tenía frío? ¿Hambre?
¿Quieres un vaso de jugo, amor? Ahí iba su hijo a buscarle
un suéter, un jugo y pasteles al omega. ¿Jimin se cansó
tanto por ir al supermercado que le duele mucho las
piernas? Jungkook lo bajo en brazos por las escaleras. ¿Y
qué le dolían sus manitas por ayudar a cargar las bolsas
del super? Ahí estaba su hijo, aprendiendo a cortar la
carne y las verduras para el Gomguk mientras Jimin se
quedaba sentadito, observando sin hacer nada.197

Y no olvidemos el grito que pegó cuando no pudo abrir las


llaves correctamente para el agua caliente. Lo único que
vio la Señora Jeon fue a su hijo salir despavorido a ver qué
le pasaba al consentido de Jimin. ¡Es que esto era
increíble! Su Jungkook, un alfa alto y orgulloso, reducido a
ser el títere de los caprichos de su omega.75

—¿Todavía te duelen tus manitas, Minnie?—La señora Jeon


rechino los dientes al escuchar el tono tan meloso con el
que hablaba su hijo.20

—Un poquito.—Y para variar, el Omega estaba haciendo


pucheros otra vez. Se le iba a torcer la boca de tanto hacer
muecas.—¡Mira tengo hinchados mis deditos!140
Contuvo un gruñido y rodó los ojos al ver que Jungkook
dejaba de lado las verduras que cortaba y tomaba entre
sus manos las de Jimin.

—¡Oh, los tienes más gorditos y adorables!—Como un


completo estúpido su hijo le llenó la mano de besos.—No
hagas nada más, Minnie. Descansa.62

¡Ah sí, la luna nos libre de que se le caigan las manos!96

—¡Jungkook!—Prácticamente le gruñó. Se obligó a respirar


y a calmarse.—Deja que Jimin aprenda a preparar esta
sopa, quiero que sepa cómo hacerla para que se la prepare
a mis nietos en el futuro.47

Jimin palideció.

—¿Nietos...?

—Creeme, mamá. No quieres que Jimin toque tu cocina.


Estamos muy bien así.51

—¡Pues tiene que aprender algún día!—Sonrió.—¿Y qué


mejor que aprender con su suegra? Anda, Jimin. Pon a
hervir las nervios de res, la huesos de pata...¡Ah! Y qué no
se te olviden las costillas. Con la grasa prepararemos la
sopa.114

La mueca de desagrado de Jimin no le pasó


desapercibida.31

—¿Patas...de...res?19
Debía admitir que le parecía sumamente graciosa la falta
de habilidad de Jimin. Tocaba todo solo con dos dedos, el
índice y el pulgar, sus meñiques levantados. ¡Ay que la
madre naturaleza le diera paciencia!49

Jungkook, quien se negó a abandonar la cocina, en caso de


que Jimin lo necesitara, empezó a parpadear con alguna
molestia en los ojos. Después se frotó la sien. 1

—¿Te duele la cabeza, hijo?

—Si, creo que es por la falta de sueño. —Jungkook gruñó


de dolor.—No he dormido mucho porque conduje hasta
tarde y madrugamos para llegar aquí. Estoy un poco
cansado.

Jimin se giró en su dirección.

—Señora Jeon, ¿De casualidad tiene café, leche y cocoa en


polvo?

—Ah, si. —Señalo hacia la despensa.—Toma todo lo que


quieras, mi cielo.

Durante unos minutos, Jimin se adueñó de la cocina. Hirvio


un poco de agua y luego, con excesiva concentración,
midió el café y la cocoa. Además, encontró un poco de
cardamomo y agregó solo una pizca a la bebida que estaba
preparando. Cuando estuvo lista, la sirvió en una taza e
hizo que Jungkook bebiera.78

—Con esto te sentirás mejor.—Le dijo a Jungkook mientras


le daba un beso en la frente y éste bebía su café.—Mi
hermano, Nam, se inventó está imitación de Mocaccino
cuando éramos pequeños y ningúno de nosotros sabía
como usar la cafetera. Dice que siempre le alivia la
jaqueca.23

—Creo que ya me siento mejor.—Murmuró Jungkook al


cabo de un rato.

La señora Jeon se sintió tan conmovida que todo lo malo


que había pensado acerca de Jimin se desvaneció por unos
minutos. Ver la dedicación con la que preparó la bebida y
el cariño con el que acariciaba los mechones de Jungkook,
realmente le llegó al corazón.30

¿Y qué si Jimin era un consentido y Jungkook un poco


idiota? Tal vez la necesidad de su hijo por consentir a
Jimin se debía a que el omega creció sin muchas muestras
de afecto. Y tampoco es que pudiera culpar a Jimin por
dejarse mimar cuando había un alfa tan guapo como su hijo
queriendo complacerlo. Ella podia aceptar eso siempre y
cuando, el amor de su hijo fuese correspondido de igual
manera.54

—Ven, mi cielo.—Su voz temblaba.—Te voy a enseñar a


cocinar como se debe. Así podré presumir del omega de mi
hijo frente a nuestros invitados esta noche.
15
La familia Jeon era bulliciosa. Jimin no tenía otra palabra
para describir a la gran manada que llegó puntual a las
ocho para cenar. Eran al menos unas treinta personas. Y
con los vecinos, llegaban casi a los cien invitados. Entre la
multitud venían cachorritos de todas las edades, recién
nacidos, los que ya caminaban, los que hablaban y los
mayores de unos diez años que correteaban de arriba para
abajo persiguiendose las colas. Ahora entendía porque la
Señora Jeon puso una mesa de bocadillos y decoró de
forma tan alegre. Esos diablillos prácticamente se
sumergieron en las papitas y chocolates.12

—¡Hye Jin!—Jimin dió un brinco, pegandose a Jungkook,


cuando una lobita negra pasó corriendo despavorida entre
sus piernas. La madre omega la iba persiguiendo. Para la
mala fortuna de Jimin, la omega le grito muy cerca de sus
delicados tímpanos.—¡Ya te dije que no debes cambiar
cuando estamos de visita! ¡Vuelve aqui, malcriada!14

La lobita se sentó sobre sus cuartos traseros y aulló,


moviendo la cola, antes de salir corriendo hacia el patio.

—¡Ah, los cachorros!—El Sr. Jeon suspiró con nostalgia.—


¡Aún recuerdo cuando Jungkook corría desnudo hacia el
bosque, ansioso por recibir sus lecciones de rastreo!50
—¡Aww mi bebé!—Chillo la Sra. jeon.—¡Todavía tengo una
fotografía de él, corriendo con las manos levantadas y las
nalguitas al aire! ¿Quieres verla, Jimin?110

—¡Mamá!—Jungkook tenía rojas hasta las orejas, pero esta


vez de vergüenza. —Por favor, por lo que más quieras, no
saques los álbumes.25

—¡Claro que debemos ver el álbum familiar en las


reuniones!—Se metió la tía Kan Jeon, hermana del padre de
Jungkook.—¡Tu omega tiene que ver lo adorable que eras
de pequeño! Es tradición en cada presentación familiar.11

—Díganme que conservan aquella del día en que mojo la


cama a los seis años.—Jung Hyun estalló en carcajadas.—
¡Lloró toda la mañana porque tuvo que sacar su colchón al
sol! ¡El puerco no tenía donde dormir!113

—Por supuesto, mi cielo.—La Sra. Jeon se levantó,


emocionada, a buscar sus atesorados álbumes.—Tambien
conservo una tuya. Aquella en la que lloras porque no
lograste llegar al baño. Fue el día que te dolió el estómago
en tu práctica de béisbol. ¿Te acuerdas? ¡Ahora vuelvo!25

Jung Hyun se atragantó con su propia saliva y salió


corriendo detrás de su madre.6

—¡No, mami, esa no la enseñes!78

Jimin trataba de contener la risa, pero fracasó


terriblemente.
—No mojé la cama, Jimin.—Jungkook estaba enfurrañado,
tan tiernamente avergonzado como jamás lo había visto.

—Eres adorable.—Le dió un besito en la mejilla.

Era tan natural para ellos estar encima del otro, que se le
olvidó que estaban en presencia de toda la familia y
vecinos. Se alejó con temor de haberlo avergonzado o de
ofender a su familia, pero al contrario, Jungkook lo tomó de
la barbilla y le dió un beso en los labios.

—¡Dejen algo para la luna de miel!—Gritó uno de los


primos.59

Cuando la señora Jeon regresó con los álbumes, pasaron al


menos dos horas viendo fotografías y hablando de cada
recuerdo atesorado. Claro que muchas fotografías eran
vergonzosas para Jungkook, pero adorables para Jimin.

—¡Oh, que adorables!—Jimin extendió la mano hacia una


fotografía en donde Jungkook y su hermano eran abrazados
por un hombre de cabello negro.—¿Quien es él? ¿Algún tío?
37

Decir que la incomodidad reino en el ambiente era decir


poco.4

—Nadie importante. Ni siquiera sé porque está aquí.—


Jungkook le quitó la fotografía y cerró el álbum. —¿Qué tal
va la cena?80

La conversación volvió a la vida mientras todos pasaban al


comedor. Los vecinos se reunieron en el patio a comer en
gran algarabía alrededor de la parrilla y las mesas de
mimbre. La familia, los miembros más cercanos como tíos
y primos mayores se acomodaron en el comedor, los niños
eran criaturas salvajes, seguían corriendo y gritando.2

—Oye, tía...—Un beta elevó la voz, luego de probar la sopa


de Gomguk.—Como que no te quedó igual la sopa.28

—Es que no la preparé yo, querido.

—¡Ya decía yo! Porque está bastante salaaaa ¡Auch!...—Jin,


quién estaba sentado a su lado, le dió un pisotón debajo de
la mesa.—¿Pero que rayos, Jin?42

—Nuestro Jiminie es el responsable del Gomguk. Se


esforzó mucho para agradarles está noche. Y lo logró.
¿Verdad?19

Jungkook quiso darle un premio a Jin por la mirada


amenazante que le dió a todos en la mesa. Cómo
retandolos a decir lo contrario. Fue cómico como todos en
la mesa dieron un bocado y murmuraron como si fuese lo
mejor que habían probado en la vida.35

Jimin infló su pecho de orgullo, sus mejillas sonrojadas y


su hermosa risa avergonzada inundando el comedor.
Jungkook estaba encantado. Satisfecho con que su familia
haya aceptado a su omega, se dispuso a probar la sopa.
Jimin la preparó con sus pequeñas manitas, ya la amaba.30

Se atragantó.168
—¡Se atraganta del gusto! —Se burló Jung Hyun.—¡Que
nadie toque la sopa! Dejensela toda a Jungkook, es
bastante celoso con Jimin. Tengan cuidado, puede ser que
nos arrebate los platos, para que no probemos las delicias
que preparó su omega.201

Los ojos de Jimin brillaban cuando lo miró.3

—¿Enserio te gusto, Jungkookie?2

—Esta...—¡Por la luna, Jimin...! Hasta se le arrugaron los


labios de lo salado. Se las arregló para sonreír.—¡Mmmmm!
152

Jimin aplaudió y se recostó sobre el mientras reía de gozo.


La cena continuó y para alivio de todos, la Sra. Jeon sirvió
más platillo que lograron quitar el impacto de la sopa del
omega. Todo transcurría sin ningún incidente hasta que
una cachorrita se acercó a Jimin. La pequeña traía a su
hermanito llorón en brazos. Era la misma que pasó
corriendo en su forma lobuna. Se detuvo al lado de Jimin y
le jaló el pantalón.

—Oh...—Jimin se congeló, le gustaban los cachorros. Pero


bien lejos de él.—¡Hola, pequeña!108

—Mi hermanito se hizo caca.187

¿¡Y ese era su problema!? ¡Él estaba comiendo, por favor!52

—Ah... Ve con tu mami, entonces.—Sonrió con dulzura,


esperando que la pequeña se alejara.
—Mi mami dice que los omegas emparejados saben cómo
cambiar pañales. ¿Tú vas a emparejarte con Jungkook,
verdad?83

—Ah...yo...

—Porque eso significaba que debes aprender a cambiar


pañales para cuando tengas a tus cachorros.40

¿¡Y a esa renacuaja que le pasa!?83

—¡Hye Jin!—La madre de la lobita apareció. Era una de las


vecinas invitadas a la fiesta. —¡No molestes a tus
anfitriones, maleducada!1

—¡Pero mi hermanito huele mal y no deja de llorar! ¡Se cago


y tú estabas ocupada platicando! —Chillo la pequeña.—¿Por
qué no lo puede cambiar el omega de Jungkook? ¡Tú dijiste
que todos los omegas emparejados saben cambiar pañales!
39

—¡Esta niña!1

Jungkook se levantó de la mesa y tomó al bebé lloroso y


gritón en sus brazos.

—Yo me encargo.11

—¡Qué pena, Jungkook!—La mamá de la cachorra estaba


avergonzada.—Deja, no tienes que...9

—Nos haremos cargo, no es nada.—Jungkook extendió la


mano hacia Jimin. El omega ya se había olvidado del
problema y estaba llevándose una cucharada de comida a
la boca.—Vamos, Minnie.13

—¿Disculpa?—Jimin estaba más que indignado.—¡Yo no


cambio pañales!55

—¡Oh, vamos, mi amor!—Le hizo un guiño, coqueto.—


Debemos practicar para cuando vengan los nuestros...90

Ahora el que se atragantó fue Jimin.


16
—¡Así no se hace, Jimin!—Jungkook en su vida quería
gritarle así, pero por primera vez desde que se conocían,
Jimin lo sacó de quicio.—¡Sostenlo bien o nunca dejará de
llorar!33

—¡Ya te dije que no sirvo para esto!—Le gritó Jimin a su


vez.

El pequeño cachorro que estaba de por medio, gritaba


desesperado porque alguien se apiadara de él y le quitara
su incómodo y apestoso pañal.32

—¡Tienes que acunarlo entre tus brazos con delicadeza!

—¿¡Acaso no lo has olido!? —El Omega hasta dió una


patada al suelo.—¡No me lo voy a acercar tanto!15

—¡Solo es un bebé, Jimin! —El alfa gruñó exasperado. Jimin


sostenía al bebé lo más lejos posible de él, sus piernas y
cabecita colgando en el aire, lo que lo hacía llorar.—
Dámelo, tu termina de acomodar el cambiador.1

Cuando Jimin lo miró como si le hablara en otro idioma,


Jungkook respiro profundamente.

—El talco, los pañales limpios...—¡Por la luna, Park Jimin!


—¿Ves esta enorme maleta? Te la presento, es un
cambiador portátil en el que guardas los pañales, toallitas
y cremas por si necesitas cambiar al bebé cuando se
ensucia.54

Jimin le gruñó.

—No me gusta como me estás hablando, Jungkook.

—¡Pues deja de comportarte como un mimado, carajo! ¿Así


te vas a comportar cuando tengas que cambiar a nuestros
cachorros?136

—En primera... ¡Deja de decir eso!—Chillo Jimin.—Y en


segunda...¿¡Por qué iba a tener que cambiar pañales
cuando me vas a contratar a una niñera!?143

—¡No voy a contratar a una niñera para que cuide de


nuestros hijos!

—¡No estás hablando enserio! ¿Ahora me vas a decir que


también quieres que me ponga amamantar cuando hay
nodrizas!113

—¡Debes hacerte cargo de nuestros cachorros, Jimin!15

—¡Yo lo sabía!—Jimin elevó sus manos al aire.—¡Esos


pensamientos son gracias a tu madre!46

—¡Mi madre no tiene nada que ver en esto!

—¡Por supuesto que lo hace! ¡Ni siquiera han nacido y tú ya


compartes sus ideas acerca de cómo criar a nuestros hijos!
16

El bebé gritaba, no comprendía porque esas personas se


gritaban entre si, pero se parecía mucho a cuando sus
papis peleaban y eso no le gustaba. ¡Solo quería que le
quitarán la caquita de sus nalguitas! ¿Era eso tan difícil de
entender? La vida de un cachorrito a veces podía ser tan
difícil...149

Entre discusiones lograron acomodar el cambiador sobre la


cama y acostaron al cachorro. Jungkook se controló y se
dijo que debía tener paciencia con su omega, Jimin era un
bebé mimado y era en parte su culpa.

—De acuerdo, voy a entrar.— Despegó los bordes del pañal


y arrugó la nariz ante el olor. A su lado, Jimin tuvo arcadas.
—Basta, Jimin!59

—Ya no lo toques, ya no sirve.172

—¿Cómo lo voy a dejar así?—Jungkook tuvo una brillante


idea. —Ven aquí, tu lo vas a cambiar.

—¿Disculpa? ¡Yo no sé hacer eso!—Esa parecía ser la frase


favorita de Jimin desde que habían llegado.

—Pues te voy a enseñar.

Renuente, el omega siguió sus indicaciones, sufriendo de


arcadas en el proceso. Chilló y pataleo más que el bebé
cuando Jungkook le enseñó a pasar las toallitas húmedas
por el culito del cachorro.

—¡Ay, que asco, me embarré!151

Jungkook rodó los ojos y limpió su manita con una toallita


húmeda.
—Ahora tíralo a la basura.37

—¿Y qué le diremos a su madre?—Jimin lucia horrorizado.


Jungkook cerró los ojos y se masajeo la sien.517

—Estaba hablando del pañal.53

—¡Oh!—El omega sonrió hasta que sus ojitos


desaparecieron.—¡Claro que sabía! Era una broma.24

¿Por qué Jungkook tenía la sensación de que no era cierto?


2

—Bien, ahora termina de limpiarlo con la toallita húmeda,


pero ten cuidado porque los niños...—Jimin gritó cuando el
bebé disparo un chorro de pipi que por poco no logra
esquivar.—Suelen hacer eso.31

—Yo creo que ya aprendí.—Jimin lucia asqueado, pero


orgulloso, después de aplicar la cremita aislante de
humedad en las nalguitas del cachorro y abrochar el pañal
limpio.3

Parecía como si hasta el pequeño celebrara el logro del


omega porque ahora reía feliz. Bien dicen que el instinto es
una cosa poderosa porque sin ningún problema, Jimin se
sentó en la cama y arrulló al bebé, haciéndole muecas que
al alfa le dieron un ataque de ternura.28

—Eres un bebé precioso.—Jimin le hablaba en un


hostigante tono agudo.—Eres el primer bebé al que le
cambio el pañal en mi vida. A qué estás orgulloso de mí,
¿verdad? Yo sé que si.26
Jungkook lo contemplaba con tanta adoración que daba
pena ajena ver su cara de alfa enamorado. Jimin era un
desastre andante pero Jungkook quería compartir cada día
de caos con él. ¿Regresar a casa con la imagen frente a él
esperándolo? No había nada que deseara más en la vida.71

—¿Cómo es que eres tan bueno con los niños?

—Con tantos en la familia me tocó aprender.—Jungkook se


arrodilló frente al omega. Contemplandolo con el bebé
entre sus brazos. Fue imposible que no lo imaginara con
sus propios cachorros.—Eres un desastre, Pak Jimin.

—¿Tu quieres esto, Jungkook?—Se refería a la vida


hogareña con visitas familiares, cachorros y el caos diario.

—Si es contigo, si.59

¿Cómo hizo para no llorar frente a él? Fue un milagro.


Porque Jimin, por inadecuado e inútil que era para este
tipo de vida, se encontró deseando que las cosas fuesen
diferentes. Le dolió el corazón al darse cuenta de que
estaba ocupando un lugar que no le correspondía, que un
día Jungkook se emparejaria con alguien que supiera
complacerlo y estar a su lado sin mentiras. Qué esa familia
que le abrió los brazos y lo recibió con tanta calidez haría
lo mismo por esa persona, que sin tener un rostro aún, era
odiada mucho antes de tiempo. Y al pensar en los
hermosos cachorros que Jungkook le daría... el mundo se
le vino encima.
—Vamos, debemos llevar al cachorro con su madre para
que lo alimente y regrese a casa. —Jungkook le dió un
beso llenó de adoración y deseo.—Perdóname por haberte
gritado. Te amo, Minnie.4

Cuando el alfa salió de la habitación, Jimin se agarró el


pecho y sollozo.+

¿Cuando todo esto había dejado de ser un juego?

—Se supone que no debo amarte... No puedo amarte,


Jungkook.
17
La mayoría de invitados se había retirado, la tía Jeon
estaba despidiendo a los últimos miembros de la familia.
Pronto tendrían que limpiar el desastre de la fiesta, pero
por el momento Jin se dejó caer en el sofá con su revista y
una copa de vino.3

Pasó las páginas hasta llegar de nuevo al artículo que dejó


a medias. Los herederos Kim. Vaya, si que eran personas
con clase. Pero lo que capturó su atención fue el hermano
menor. Por absurdo que parecía sentía que lo había visto
en algún lugar.17

—¿Jin ya se fueron todos?

Jin levantó la vista, Jimin venía bajando las escaleras,


acomodando su cabello rubio hacia atrás, un gesto que se
veía tan natural en el omega pero que era tan de diva.3

—Si. Todos estuvieron encantados contigo, Jiminie. ¡Hasta


quieren volver a probar tu sopa! —Se río de su propio
chiste.

—Que bueno. Estaba tan nervioso.—El Omega sonrió,


aunque lucia decaído.—¿Dónde está Jungkook?

—En el patio, hablando con mi tío.

—¡Gracias Jin!—El omega llevo sus manos al rostro y hizo


un gesto tierno.
Jin bebió un sorbo de su copa de jugo de uva, por que esa
cosa era de todo menos vino, y puso su atención en la foto
nuevamente. Tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo,
escupió lo que estaba tomando. Una y otra vez levantó la
vista comparando al omega de la foto con Jimin. La única
diferencia era su color de cabello. El de la revista lo tenia
castaño oscuro, el omega frente a él era rubio.38

¡No era posible! ¿¡Cómo no se había dado cuenta antes!?


Ropa de diseñador, modales impecables, cutis perfecto y
elegancia de nacimiento. Jimin era todo un omega de alta
sociedad.7

—¿El pequeño Kim? ¿En mi casa?11

Jin salió corriendo hacia la habitación de invitados, su lobo


curioso debía saciar sus sospechas. ¡Ya sabía él que esas
Dolce y Gabbana no podían ser de imitación!

—Esto no me gusta, no va a terminar nada bien...38

Llegó a la habitación del omega y rebuscó en sus maletas.


No era correcto husmear en las cosas de los demás, por
supuesto. ¡Pero esto era una emergencia! ¡UNA ALERTA
ROJA! Lo único que encontró fue ropa de marca,
sudaderas finas y suaves para los sensibles de piel, cremas
y perfumes, zapatos, una cámara...Un celular, con varias
llamadas pérdidas.2

—¿Cómo se desblo...?—Para su sopresa el celular no


estaba bloqueado.—¡Oh!8
Varias llamadas de alguien llamado Taehyung, mensajes de
texto (no los leería, estaba espiando pero no llegaría tan
lejos) y varias video llamadas perdidas de un tal Namjoon.
No cabía duda, eran los hermanos Kim.

¡Ay por la madre naturaleza! Jimin era un niño rico. De esos


que Jungkook tanto detestaba y su primo ni siquiera lo
sabía. Eso era claro. Jungkook NUNCA en la vida se
enredaria con personas como el omega.2

¿Pero como habían terminado juntos esos dos? Y lo más


importante... ¿Cómo logró engañar a su primo y porqué
estaba haciendo esto?

Los pies de Jin hormigueaban por bajar y traer a rastras al


omega por una explicación. Pero él era una persona,
además de guapa, inteligente. Le sacaría toda la verdad a
Jimin antes de acusarlo con Jungkook. Si valía la pena la
excusa que el omega tuviera dejaría que fuera él quién le
confesara la verdad a su primo, de lo contrario él mismo se
lo diría. Jungkook no merecía ser engañado de esa forma.
Su Kookie era un alfa tan devoto y leal que merecía solo
felicidad.14

Jin se cruzó de brazos, sentado en la cama y se dispuso a


esperar al omega, que tan hábilmente los había engañado a
todos.

—Yo sabía que había algo raro en tí. —Entrecerró sus


redondos ojos.—Kim Jimin.
18
Jimin atravesó la cocina con la clara intención de llegar a
Jungkook, se sentía decaído, su lobo necesita de mimos.
Pensar en el alfa formando una familia con alguien que no
fuera él, lo puso sumamente triste. La promesa que le hizo
a Tae seguía en pie. Eran casi las once de la noche,
mañana sería el último día que pasaría con el alfa. La
calidez que encontró en la familia Jeon, el tierno amor que
empezaba a sentir por Jungkook, las falsas ilusiones del
alfa, todo tendría fin. Incluso su pequeña rivalidad con la
señora Jeon, ya no importaría.

Cuando volvieran a la ciudad Jimin terminaría con


Jungkook.22

Sintió las lágrimas quemar sus ojos nuevamente. ¿Por qué


la idea de dejarlo era insoportable? Cuando todo empezó
tenía las cosas claras. Sabía que esto no podía durar.
Jungkook era solo una variedad en su vida, una
entretención que disfrutaba. ¿Cómo un fin de semana lo
cambió todo? Ser parte de una verdadera familia, al menos
por una vez, le hizo ver algo de lo que nunca fue conciente.
La mansión en la que vivía era enorme, llena de lujos y
comodidades. Con la fortuna de la familia, podría pasar
tranquilo el resto de su vida, no le hacía falta nada. O eso
pensaba, hasta que la familia Jeon le hizo ver lo que era
realmente importante.
A su padre a penas lo conocía, de su madre no tenía
recuerdos. A Namjoon no lo veía más que unas pocas
veces al mes, si tenía suerte. Y Taehyung, amaba a su
cómplice de aventuras, pero hasta él era distante muchas
veces. ¿Cuando fue la última vez que compartió una cena
con su familia? ¿O cuando su padre lo había abrazado?
Jimin tenía todo lo que alguien podría desear, pero nada
que realmente necesitara.7

Lo que necesitaba era a su alfa, con su tierno y sincero


amor. Pero no lo podía conservar. ¡Esto era tan injusto!

Cuando abrió la puerta que daba hacia el patio, las voces


cargadas de molestia de Jungkook y su padre llegaron a
sus oídos.

—¿Quieres volver a repetir eso, Jungkook?—El alfa rubio


sonaba enfadado.—¿Cómo que abandonaste la universidad?

—No la abandoné, solo congelé los cursos.

—¡Es prácticamente lo mismo! Le prometiste a tu abuelo


que tendrías un título universitario y a cambio te daría
tiempo para prepararte.7

—¡Ese tipo no es mi abuelo! Y jamás me comprometí a


nada.49

—Empieza a tener algo de responsabilidad, Jungkook. ¿Has


pensado en tu futuro? Hace un rato dijiste que quieres
emparejarte con Jimin. ¿Cómo encaja él en tus planes? —
Su padre estaba exasperado.—Jiminie es un buen omega,
tu madre dice que algo torpe, pero que lo adora. ¿Le has
dicho la verdad?

—No tendré está discusión contigo.—Ahora era Jungkook


el que alzaba la voz.—Por si lo olvidas soy un adulto,
aunque todos quieran imponerme su voluntad. Yo decidiré
cuando decírselo.

—No podrás seguir postergando esto por mucho tiempo,


hijo. Algún día tendrás que tomar el lugar que te
corresponde en la familia.— El alfa mayor suspiró, cansado.
—Tu hermano y tú, aunque no quieras aceptarlo, son parte
de ella.

—¡Ya te dije que esa no es mi familia!—Jimin se asustó al


escuchar un gruñido. —Nunca lo será.36

—Lastimas a tu madre, al menos piensa en ella. No se


merece esta actitud de tu parte.

—¡Y yo no merezco ser forzado a nada! Tuve suficiente de


eso en mi niñez. Todos esos años me ví obligado a convivir
con personas que ni siquiera te prestan atención,
preocupados más por...—Jungkook se detuvo
abruptamente al sentir el olor de su omega. Se giró hacia la
puerta. —¿Jimin? ¿Qué haces allí?25

Jimin se tragó una maldición y terminó de abrir la puerta.

—Amm...yo... venía a buscarte.—Retorció sus manitas.—


Perdón, no quería interrumpir.

—No interrumpiste nada, Minnie.


—¿Nos darías unos minutos, Jimin?—El señor Jeon lucía
enfadado, pero todo iba dirigido hacia su hijo.—Aún hay
cosas de las que tenemos que hablar.

Jungkook no parecía estar de acuerdo, pero se tragó sus


maldiciones y sonrió forzadamente hacia Jimin.

—¿Por qué no buscas una de mis sudaderas y te preparas?


Te llevaré a dar un paseo por el bosque. ¿Te gustaría?

Ser entrometido nunca lo había puesto tan incómodo.


Asintió y salió pitando hacia su habitación. El problema de
escuchar a escondidas, es que te enteras de cosas que te
inquietan. Segundos atrás Jimin estaba lleno de culpa y
angustia. Ahora tenía un sensación desagradable en el
pecho. Jungkook también tenía secretos. Algo que le
desconcertó porque siempre lo tomó como alguien
transparente. Hizo un puchero. No podía reclamarle por
esconderle cosas de su vida, era el menos indicado. Pero
se enojó. Y qué decir de su lobo que meneaba su esponjosa
cola, picado de curiosidad.2

Frunció el ceño cuando escuchó música deslizarse por


debajo de su puerta. Abrió y se encontró con la escena de
un saqueo. Sus maletas abiertas estaban regadas por el
suelo. Su ropa cubría la cama, como si la hubiesen
desechado después de probarsela, su maquillaje fue
sacudido de su bolso y la música estridente le perforaba
los oídos.6
Jimin dió una patada al suelo y se cruzó de brazos, viendo
como Jin, envuelto en su bata de algodón egipcio, que le
quedaba pequeña por cierto, bailaba al ritmo de la música
sobre su cama.96

—¿¡Se puede saber que significa esto y porqué estás


usando mi bata!?

—¿Ah, que...?—Jin se giró y lo apuntó con sus uñas recién


manicuradas.—¡A ti te estaba esperando, mentiroso
estafador!61

—¿¡También estás usando mi exfoliante!?

Jin se bajó de la cama y se llevó las manos a la cintura.

—¡Y también tus calzones!114

—¿¡Qué!?

—¡Oh, si! ¿Te acuerdas de los Balenciaga que aún no


sacabas de su empaque? ¡No me arrepiento de nada!100

Jimin estaba indignado y sorprendido. Todo este tiempo Jin


se comportó de una manera tan linda. Era la versión
tranquila de Tae.

—¿Pero que mosca te picó?

—Aqui él único que debe explicaciones eres tú. Kim.—Jin le


dió una mirada mortal.—¿Está disfrutando su estancia en
este sencillo hostal, su majestad?
La sangre abandonó el rostro de Jimin. No era posible...
¡Jin no tenía manera de saber quién era él! Si era cierto,
sus minutos estaban contados.

—¿Cómo lo supiste?

—Solo un tonto vendría a mi casa, con prendas Gucci y


perfumes Chanel sin esperar que lo descubran.—Jin le
mandó un beso volador.—¡Soy un genio!37

—¡No le digas a Jungkook!—Jimin se le colgó de la bata.

—Eso también me lo sospechaba.

—¡Jin, te lo ruego!

—Tienes una única oportunidad, para explicar porqué estás


haciendo quedar como un idiota a mi primo. Medita bien lo
que me vas a decir. Estaré en la tina, me preparé un baño
con tus sales aromáticas.—Camino de manera sensual,
moviendo sus largas y esbeltas piernas. Se giró y le tiró un
beso y un guiño.— ¿No te importa, verdad?67

Jimin estaba taaaan jodido.

Tratar con Jin no sería fácil, la pequeña nariz del lobo de


Jimin podía reconocer a los de su misma especie. Jin lo iba
a chantajear.
19
Cuando el alfa subió a la habitación de invitados, se
encontró a su omega durmiendo, aferrado entre los brazos
de Jin. Al lado de su primo y con una de sus sudaderas
puesta, Jimin lucía muy pequeñito. Jungkook moría de
ternura.9

—Minnie...—Llego a su lado y le apartó los mechones rubios


del rostro.—Te prometí un paseo, vamos.

—No, el bolso Gucci no, ese me lo regaló mi hermano... —


Jimin se movió y murmuró entre sueños.—Ya te di las
Dolce y Gabbana...170

—Jimin despierta.

—¿Ah...que...? —Jimin abrió sus adormilados ojos y suspiró


al sentir su olor.—¿Kookie?

—Lo siento, la charla con mi padre se extendió.

—¿Aún iremos a dar un paseo?—Hizo un puchero.—No


quiero. Tengo frío y sueño. Vamos a dormir...

—Primero quiero llevarte a un lugar. Nos dormiremos muy


calientitos en mi cama cuando regresemos. ¿De acuerdo?

Aún haciendo pucheros, Jimin extendió los brazos hacia el


alfa. Con cuidado, para no despertar a Jin, tomo a su
pequeño Minnie entre sus brazos y lo sacó de la cama. Jin
se dio la vuelta y abrazo una almohada.

—Las Adidas... no olvides las Adidas... Jiminie...184

Jimin bufo al escucharlo.

—¡Pero si hasta los calzones me has robado!56

—¿Qué se traen mi primo y tú?

—Sólo digamos que le dije que podía tener algunas de mis


cosas y se volvió ambicioso porque no me pude negar a sus
ojos de chantaje.

—No me sorprende, Jin sabe cómo usar su ternura para


convencer a todo el mundo. Gracias por ser tolerante con
él. —Jungkook le besó la frente con cariño.—Sé lo mucho
que trabajaste para poder comprarte esas cosas. Te
compraré cosas nuevas, no serán de marca pero tengo algo
de dinero ahorrado y estaré más que feliz de gastarlo en
ti.176

¿Podía estar más enamorado de ese alfa?8

Jimin se despertó por completo cuando salieron de la


cabaña. A pesar de ir muy bien abrigado, pudo sentir el frío
colándose a traves de la sudadera. El invierno nunca le
gustó y su piel era muy sensible. Jungkook lo bajó,
asegurándose de que se pudiera sostener y tomó un par
de botines que descansaban en el porche.

—Siéntate, voy a ponértelos.


Jimin se sentó en los escalones delanteros y dejó que
Jungkook le pusiera los botines de cuero. Eran justo de su
tamaño, lo que significaba que el alfa había planeado
cuidadosamente todo esto.

—¿Los sientes cómodos? ¿Ajuste demasiado las correas?

Jimin se levantó y movió sus pequeños pies.

—Me quedan perfectos.

—Bien. La caminata es larga y no quiero que te lastimes los


pies. Por eso te conseguí el calzado adecuado. Sería más
fácil si cambiáramos, pero debo hacer esto en forma
humana.18

Se internaron en el bosque, Jimin a pesar de su naturaleza


lobuna, no podía orientarse tan bien como Jungkook. Los
omegas no eran tan dotados de sentidos como los alfas.
Así que solo lo siguió. La niebla invernal se sentía fresca
en el aire. Jimin podía ver su aliento formando divertidas
figuras cada vez que respiraba.

—¿A dónde me llevas?

—Quiero mostrarte algo. Bueno... Un lugar.

—¿Acaso es un claro en el bosque o algún borde de un


acantilado desde el que se pueden ver las estrellas?—
Bromeó .—¿O quizás un lugar especial, en donde hay un
árbol con tu nombre y él mío, tallado en un corazón?34

—Lees demasiadas novelas, Minnie.


—¿Entonces no hay un árbol con mi nombre en él?

—Definitivamente hay algo que tiene tú nombre, amor. Pero


es mejor que un árbol.72

Caminaron por lo que, a las piernitas de Jimin, le


parecieron horas hasta que llegaron a una pequeña y
bonita cabaña que estaba oculta de los ojos indiscretos de
todos en ese pequeño pueblo.4

—¡Wow, que hermosa! —Se giro hacia el alfa y no le gustó


cómo sonreía. —¿Es más familia a la que aún no conozco?11

—Ven, entremos.

En honor a la verdad, aunque pequeña, la cabaña estaba


muy bien decorada. Los muebles eran nuevos y bonitos,
todo parecía cuidadosamente colocado. Y el brillo cegador
de todo decía a gritos que nadie habitaba allí. Habían rosas
rojas por todo el lugar, velas le daban un toque cálido al
ambiente y la chimenea estaba encendida. Jungkook
regresó de la cocina con dos copas y una botella de vino. Y
no el que la señora Jeon había comprado. Era uno
exquisito.21

—¿Qué es todo esto, Kookie?

Jungkook lo hizo sentarse en uno de los cómodos sofás


mientras él se sentaba sobre la mesita de centro frente a
él. Sirvió dos copas y le dio una.

—Debo decirte algo y no sé por dónde empezar.68


—¿Todo está bien con tu padre? Me di cuenta de que
discutieron.

—Esta molesto conmigo, pero todo está bien. —Jimin le


acarició el rostro, delineando sus rasgos, los finos labios
del alfa y la pequeña cicatriz de su mejilla. Jungkook cerró
los ojos ante sus caricias y apoyo el rostro entre las
manitas de su omega.

—Te amo, Jimin.—Jungkook tomó la mano de Jimin y


depósito un suave beso en ella. —Te amo demasiado para
mi propio bien.26

—Empiezas a asustarme.

—¿Hace cuánto nos conocemos, Minnie?1

—Cuatro meses.

—Poco tiempo. ¿Verdad?—Jimin asintió.—Pero a mí me


parece que ha sido una vida entera a tu lado. Te traje a
casa a conocer a mis padres. ¿Qué dice eso de mí amor por
ti?

Jimin se puso nervioso, Jungkook tenía el aspecto nervioso


y feliz de un hombre a punto de declararse.16

—Jungkook no creo que...

—Quería pedirle permiso a tu hermano primero, pero la


emoción me pudo. Ensaye todo esto y estoy nervioso.
Perdón si me sudan las manos.—El alfa sonrío tontamente.
—No creí que fuera tan difícil, pero me late muy rápido el
corazón.151
Jimin sintió que sus ojos ardían y su propia respiración se
agitó al sentir bajo su mano el latir rápido del alfa. Cuando
Jungkook sacó del bolsillo de su pantalón una cajita negra
de terciopelo, las lágrimas del omega empezaron a caer.127

—Ahora ninguna de las palabras que preparé me parecen


suficientes. Así que solo voy a decirte esto, Minnie. —Abrió
la caja y un hermoso anillo descansaba en el centro, listo
para ser lucido por un nuevo dueño. —La historia de papá
acerca de cómo conoció a mi madre siempre me pareció
ridícula. Hasta que te vi engullendo los canapés en la
cocina. Lucias tan hermoso que me desconcertaste. No
supe cómo reaccionar y te levante la voz, me sentí como
un estupido, cuando lo único que quería era tomarte entre
mis brazos y admirarte por el resto de mi vida. Nunca
comprendí la historia de papá hasta que te conocí, Jimin. Y
supe que tú eras para mí. Que el destino al fin había puesto
ante mí a la única persona que amaría por el resto de mi
vida.35

—Jungkook no sigas...créeme... no quieres hacer esto...3

—Los Jeon tienen una tradición, con una propuesta los


alfas de la familia ofrecen amor, protección y un techo a
sus parejas. Mi amor ya lo tienes. Sabes que cuidaré de ti
hoy, mañana y hasta el día en que muera. Y esta cabaña,
Minnie... Es tuya. Si me aceptas, te ofrezco todo lo que
tengo y todo lo que soy. Por mucho o poco que esto sea
ante tus ojos.153
Hace mucho que Jimin lloraba y sentía que su pecho se
desgarraba.

—Por favor... Jungkook... No lo hagas...—Jungkook se


arrodilló frente a él y le ofreció el anillo.—Oh, por la luna..
No...7

—¿Estarías dispuesto a compartir tu vida conmigo? —


Todas las emociones posibles cruzaban el rostro del alfa.
Amor, esperanza, inseguridad... Todo se veía reflejado en
su rostro como en un estanque de agua clara.—¿Me harías
el honor de aceptarme como tú alfa, Jimin?161

Por muy enamorado que estaba de Jungkook... No podía


aceptar. Lo que Jungkook amaba de él era una mentira.
Cuando supiera la verdad lo odiaría por engañarlo. Todo
esto no era para él. Esa bella familia de locos que lo acepto
con los brazos abiertos. Un hogar con cachorros de cabello
azabache y mejillas regordetas a los que no sabría cómo
cambiarles el pañal. Esa hermosa cabaña en medio del
bosque, en la que esperaría al alfa con comida salada en la
mesa y un nido calientito para dormir. Todo eso... Jimin no
lo merecía. No era su lugar. Él iba a emparejarse con
Yoongi, un alfa de buena familia y socio de su hermano,
desde pequeño lo sabía. Todos esperaban el momento en
que el compromiso se hiciera oficial, sin importar si se
amaban o no. Las cenas de negocios, un alfa distante al
que jamás vería y cachorros de cabello rubio siendo
cuidados por la niñera. Esa era su vida. Nunca debió seguir
con la mentira. Ahora no había forma escapar sin salir
lastimado o herir al alfa al que llegó a amar.33

No podía aceptar el cálido amor que Jungkook le ofrecía.


No lo merecía. Jungkook no merecía amar a alguien tan
sucio y deshonesto como él.

—¿Jimin?—Jungkook se preocupó al verlo en ese estado


tan alterado.1

—Perdóname... Jungkook. Por favor...no me odies...—El


llanto desgarrador lo cegaba.—No puedo aceptar.55

Dejó a Jungkook arrodillado y desconcertado, mientras


salía corriendo sin ningún rumbo fijo. Lo único seguro para
el omega era su lobo, que aullaba de dolor.
20
Jungkook seguía arrodillado sobre el frío suelo sin
comprender que había pasado. El dolor del rechazo
quemaba en su pecho como dagas encendidas. Pero el
instinto protector salió a la luz sin importar mucho sus
sentimientos. Su omega salió corriendo al oscuro y
solitario bosque, sin saber cómo orientarse en ese lugar
desconocido. Dejó el anillo sobre la mesa de centro. Se
limpió una solitaria lágrima y salió corriendo tras Jimin.35

Siguió el rastro de su aroma y pronto lo encontró, llorando


en la tierra. Su cabello rubio cubierto de hojas secas y sus
manitas maltratadas por detener su caída. Se había
tropezado con una rama. Parecía tan pequeñito e
indefenso, mientras se sacudía por el llanto.5

—Minnie...—A pesar de tener roto el corazón, Jungkook


encontró las fuerzas para consolarlo.—Todo está bien, no
llores.19

Jimin hizo lo posible por alejar las manos del alfa.

—Por favor, no vengas a consolarme después de lo que te


hice.

—Mira cómo estás, Minnie. No voy a dejarte tirado a medio


bosque.—No comprendía esa reacción.—Quiero saber que
te pasa.
—Me pasa que eres malditamente perfecto. ¡Y yo no te
merezco!2

—No soy perfecto.

—¡Por supuesto que lo eres!—Jimin enterró con ira sus


puñitos entre la tierra. —Eres leal, cariñoso y comprensivo.
Yo soy odioso muchas veces, canso a las personas, lo sé. Y
aún así me amas. ¿Qué tanto ves en mí que valga la pena
amar, Jungkook?

—¿Necesito tener una razón para amarte?

Jimin lloraba y negaba con la cabeza, sus ojitos se


hincharon por el llanto.6

—Todo lo que ves es una ilusión de lo que me gustaría ser.


Yo no soy así. Aquí, a tu lado, estoy fuera de lugar.1

—¿Fueron fingidos tus esfuerzos por agradarle a mi familia?


¿La paciencia que le tuviste a mí madre a pesar de como
es? ¿El amor que me tienes, es una actuación?—Jimin bajo
la mirada al suelo. Es algo que hacía a menudo, nunca le
daba una respuesta.—Todo esto es real, Minnie. Tú lugar es
aquí, a mi lado. Es el lugar en donde necesitas estar.

—Yo nunca podré ser lo que tú quieres.

—Eres lo único que deseo.—Incapaz de mantenerse


alejado, Jungkook lo tomó entre sus brazos. —Yo no voy a
presionarte a nada. ¿De acuerdo? Me apresuré. Fue un
error.24
—¿Por qué no estás enfadado conmigo?—Jimin lo miró con
sus ojos llenos de lágrimas.—Te rechacé.6

—Estoy tratando de entenderte.—Limpio las


lágrimas del omega con besos. Cómo hacía siempre.—Al
crecer sin familia es difícil para ti venir y ser parte de la
mía. Es normal que la idea de un compromiso te asuste.
Pero yo estoy aquí y no te dejaré. No me detuve a pensar si
estabas listo o no, para este paso tan grande.5

—¿Enserio nunca vas a dejarme?—Jimin deseaba creer


tanto ese juramento.—¿Sin importar nada?

—Jamás. A menos que tú me lo pidas.3

El amor que Jungkook le tenía era fuerte porque se


alimentaba de esperanzas. Ninguna negativa o rechazo
sería capaz de alejar al alfa, mientras éste creyera que
Jimin lo amaba. ¿Sería posible que lo perdonara por
mentirle? ¿Si le decía la verdad... lo seguiría amando? No,
de todas formas, era inútil. Aunque su alfa lo perdonara, su
padre jamás les daría su consentimiento. Jimin ya tenía
una vida planeada. Una que no incluía a Jungkook.4

—Perdóname... lo siento...—Todo esto se lo decía entre


besos desesperados.—No me odies... por favor, Jungkook.

—Yo jamás podría odiarte, Minnie.—Jungkook negaba entre


besos.—Nada me haría odiarte, amor.42

Jimin lloró más que nunca entre los brazos del alfa
mientras su aroma lo rodeaba. No quedaba ya nada de
tiempo. La calidez de Jungkook, su amor tan sincero e
incondicional, tendría que renunciar a todo muy pronto y se
sintió abrumado ante la perdida. Sus manitas se aferraban
a Jungkook mientras lo besaba con desesperación.2

Quería sentirlo, saber que esa noche, aquí en medio de su


dolor, aún lo tenía.2

—Llévame a casa, Jungkook.

Sin esfuerzo alguno, Jungkook lo cargo de regreso a la


cabaña. El aroma a rosas, los recibió y el calor que
desprendía la chimenea mantuvo sus pieles tibias cuando
la ropa desapareció. Ahí en el sofa, rodeados de velas, sus
sombras dibujando sobre las paredes, se entregaron.
Diciendo con caricias que se amaban. El lazo que
compartían les hacía conscientes de la desesperación del
otro.17

—¡Jungkook!—El omega gritó al ser estocado


profundamente por el alfa. Su piel se erizó al sentir la boca
húmeda de Jungkook dejando un reguero de besos desde la
base de su cuello hasta su barbilla. Sus manos traviesas
estaban alrededor de su pequeña cintura, guiandolo en un
mismo compás.3

—¿Tienes idea de lo mucho que te amo?

Jimin sonrió al sentir los labios del alfa adorando su rostro,


borrando ese feo rastro de lágrimas. Hacer el amor con
Jungkook siempre había sido así, ser devorado
suavemente, adorado con palabras y besos. Su alfa era un
lobo que amaba dar mimos, perezoso, seductor.6
Horas después eran un enredo de piernas y brazos sobre la
suave alfombra. Afuera podía estar nevando incluso, ellos
no serían concientes de nada. Había tanto amor que se
mantenían calientitos entre los brazos del otro. El
chasquido de besos y suspiros era lo único que se
escuchaba.1

—No vuelvas a huir de esa manera, Jimin. —Jungkook se


alejó para contemplar su rostro. Sus ojos adormilados y
saciados eran algo para admirar.—Tu y yo, no hacemos
eso. ¿De acuerdo?1

—¿Estás enfadado conmigo?—Se atrevió a preguntar.—¿Por


no darte la respuesta que esperabas?

—Fue mi culpa. Supongo que verte junto a mi familia, y que


sostuvieras al cachorro, hicieron que mi mente volara y se
llenara de planes. Llevamos poco tiempo juntos y te
abrume. —Jungkook entrelazó sus manos y le dió un beso
en la frente.—No voy a presionarte, pero mi propuesta
estará ahi, esperando hasta que la puedas aceptar.

Jimin había vivido luciendo una máscara tras otra,


pretendiendo que era lo que las demás personas
esperaban. Pero esa noche entre los brazos de Jungkook...
Deseo poder quitarlas todas y ser lo que el alfa merecía.

Lo deseo tanto que, cuando Jungkook se durmió, el


sostuvo la cajita del anillo entre sus manitas y le dió un
suave beso.
—Por favor...—Le rezó a la luna en silencio.—Que la
persona que lo use en el futuro lo merezca. Por favor... qué
le de...—Jimin se quebró.—Que le de... todo el amor y la
honestidad que yo... no puedo darle.144

Lo deseó tanto que dolió.


21
Era media noche y él seguía revisando los contratos para la
expansión de la cadena hotelera. Namjoon soltó un gruñido
mientras se levantaba para estirar sus largas piernas.
Dejando de lado las formalidades, llevaba una camisa
blanca y pantalones de tela holgados. Las reuniones habían
terminado hace horas. Estaba tan cansado que casi no
podía mantener los ojos abiertos.15

Salió al balcón de su oficina en Macao con una copa y su


teléfono celular. La brisa desordenaba sus cabellos
mientras sus pensamientos vagaban entre su familia, el
deber y la gran responsabilidad que cayó sobre sus
hombros. Desde pequeño supo que como el único hijo alfa,
le tocaría llevar el peso de encargarse de la compañía. El
apellido Kim gozaba de prestigio por generaciones, no
podía estropearlo. Las circunstancias lo obligaron a ser la
cabeza de todo, sin estar listo aún.3

Ser el hijo mayor no era fácil. Y menos siendo el único alfa.


Adoraba a sus hermanitos, con el alma, pero mantener a
esos dos en cintura era extremadamente difícil. Más a
Taehyung. Estaba tan dedicado en ser el heredero del
imperio Kim, siempre correcto e intachable, y de cuidar de
sus hermanos que no le quedaba tiempo para ser él mismo.
Siempre andaba con la delicadeza de alguien que caminaba
sobre cristales rotos. Cualquier cosa que dijera o hiciera
podía comprometer el buen nombre de la familia. Tenía una
vida privada, por supuesto. Un amorío no tan serio aquí o
allá, pero siempre cuidando de no formar lazos con nadie.
Todos querían un pedazo de él, ya sea para alardear que
gozaron de su atención o con metas más ambiciosas. Un
compromiso, por ejemplo.19

En tal sentido sus hermanos lo tenían resuelto. No


importaba realmente con quién se emparejaran. Siempre y
cuando los alfas que escogieran vinieran de una familia
distinguida. Taehyung era un alma libre, aún faltaba mucho
para que se encadenara, como solía decir. Y su pequeño
Jimin, su compromiso con Yoongi era un hecho. Su
pequeño omega tuvo suerte, encontró a alguien que lo
amaba. Yoongi era de buena familia, algo difícil de
carácter, pero Jimin viviría como un rey. Además la unión
beneficiaría a ambas familias. La sociedad entre los Kim y
los Min sería un hecho. Asegurando no solo ganancias, si
no también, conservar el estatus social.5

El emparejamiento de Namjoon, eso era algo


completamente diferente. Siendo el heredero, su unión era
de suma importancia para la compañía. Era una carta de
negocios que aún no se debía jugar. Lo más seguro era que
terminara emparejado con alguna omega de buena cuna y
tuviera uno o dos cachorros para asegurar el apellido
familiar. El lobo de Nam tenía la cola entre las patas,
decaído. La vida no era justa. Muchos los envidiaban sin
saber que en realidad, aún pudiendo disponer de dinero
para hacer y deshacer a voluntad, en las decisiones
importantes de la vida, no tenían voz ni voto.27

Era la vida que les tocó.

Y debian aceptarlo.2

Pero si de él dependiera, buscaría a una persona de largas


piernas y piel suave, que supiera como reír con libertad y
sin contenerse. Alguien valiente que no se amedrentara
ante los retos de la vida. El solo quería a alguien que
pudiera cuidar de su corazón. Era un alfa ansioso por dar
amor y consentir. Pero sin nadie a quien entregar
semejante cariño y atención. Lo que él deseaba se
asemejaba a una pareja destinada. Pero en el mundo de los
Kim, tal cosa, no tenía importancia.132

Su celular vibró con un nuevo mensaje en su bandeja de


entrada. Era de Hoseok. A parte de ser su socio, como
arquitecto, su mejor amigo estaba encargado de diseñar el
nuevo hotel. Seguramente le envío los nuevos planos para
la recepción. Sacudió su cabeza y se obligó a volver a los
negocios. Le dió un trago a su copa y abrió el correo.2

No eran los planos que esperaba. Al contrario, un vídeo


empezó a reproducirse. Ruidos obscenos resonaron en sus
oídos mientras en la pantalla de su teléfono brillaba la piel
desnuda de su pequeño Taehyunie. Era un vídeo amateur.
Grabado desde el celular de Hoseok.215
-¡Montame, Tae-Tae!-Hoseok gruñía mientras Taehyung
elevaba las manos y se mordía el labio, envuelto en una
burbuja de lujuria y placer.7

-¿Así te gusta, Hobi?

-¡Oh, si! Así, Tae... Muévete más, amor... Correte para tu


Daddy...81

-¡No me muerdas la orejita que me vengo, Hobi!106

Namjoon vió todo rojo. Su rostro una máscara de ira, sus


colmillos perforando su labio inferior. Apretó tanto los
puños que quebró la copa entre sus manos. Pero ni siquiera
sentía el dolor de los cristales enterrandose en su piel.1

¡La desobediencia de Taehyung había llegado demasiado


lejos! No importaba con quién se enredaba su hermano, a
estas alturas había dormido con media Corea. Pero le había
impuesto una regla. ¡Nada de enredos amorosos con los
socios de la empresa! Eso no solo crearía escándalos,
pondría en riesgo las relaciones comerciales de la familia.
De todos sus socios... ¿Por qué tuvo que enredarse con
Hoseok? Un alfa mucho mayor que él y demasiado noble,
como para ser destruido por los caprichos del omega. Al
menos le quedaba el consuelo de que su pequeño Jiminie
estaría en casa, obediente y tranquilo sin armar
escándalos que avergonzarían a la familia.117

Marcó el número de su asistente y gruñó una orden.

-Prepara el helicóptero.
22
Si la familia notó que los ojos del omega estaban
hinchados y que no había anillo en su dedo, y que
Jungkook lucía un poco pálido y decaído, tuvieron el tacto
de no mencionar nada. Desayunaron tranquilamente, el alfa
Jeon trató de aligerar las cosas con sus bromas. Junghyun
y la señora Jeon le daban miradas curiosas a la pareja de
vez en cuando. ¿Que Jimin estuviera impregnado del olor
del alfa era algo bueno, cierto? Nadie se atrevía a
preguntar si estaban distanciados o no porque
honestamente no lo parecían, pero el ambiente tenso
estaba ahí.1

Ya que era domingo y planeaban ponerse en marcha de


regreso el lunes por la mañana, Jimin empezó a recoger las
pocas cosas que le quedaban. Jin lo contemplaba desde la
cama.

—Tuviste tus razones, ya me las dijiste. Pero, ¿Por qué no


le dices a mi primo la verdad? Jungkook te ama mucho.
Estoy casi seguro de que por ti, podría soportarlo.12

—¿Qué caso tiene Jin? Mi familia no lo aprobará. Además,


tengo obligaciones que cumplir. Yo no soy el indicado para
Jungkook, por mucho que me duela.
—¿Lo único que te separa de Jungkook es el dinero? Si él
fuese de buena familia...—La risa triste de Jimin lo
interrumpió.

—Seria señal de que los milagros existen.

—Quizás no todo esté perdido, Jimin.3

—No quiero seguir hablando de esto.

—¡Escúchame! —Jin bajó la voz


—Tengo que decirte algo muy importante. Verás,
Jungkook...36

El señor Jeon tocó la puerta y empujó, venía vestido como


todo un explorador con ropa térmica.12

—¡Preparen todo, nos vamos a acampar!

—¿Quiénes irán a acampar?

—¡Pues toda la familia!—El Sr. Jeon sonrió.—¿Jungkook no


te lo dijo? ¡Ah, estos jóvenes de hoy en día! Todo lo dejan
de último. ¡En fin! Prepárate para pasar la última noche de
tu visita bajo las estrellas.

—¿Se refiere a acampar?—Jimin tragó—¿En el bosque?

—¡Y no solo eso! Mi hijo te llevará a cazar el conejo para la


cena.43

Jimin lo miró de un solo.

—¿¡Qué!?
—Dile que cosas debe llevar, Jin.—El Sr. Jeon salió de la
habitación. Gritó desde las escaleras.—¡Nos iremos en
media hora!

—No está hablando enserio. ¿Verdad?

—¿Acaso nunca has acampado?

—¡Por supuesto que no! ¡Tampoco he estado en forma


animal desde los diez años! ¿Y a que se refería con que
Jungkook me llevará a cazar conejos?

Jin soltó un carcajada limpiavidrios mientras aplaudía.3

—¡Esto va a ser tan divertido!2

Una de las peores cosas que le pueden pasar a un lobo


entrometido como Jin, es que tenía muchos secretos que
no eran suyos para revelar. Agradeció que su tío los
interrumpiera.6

Jimin llevaba una gran mochila viajera en la espalda que


rebotaba con cada pasito que daba. Tropezó por milésima
vez con una raíz. Enterró las rodillas en la tierra. A pesar de
las capas y capas de ropa que llevaba, previniendo el clima
frío del lugar, se hizo daño2

—¡Ay!

—¡Minnie!—Jungkook llegó en un segundo. Le ayudó a


levantarse y le sacudió las rodillas. —¿Te lastimaste?
—¡Me raspé!9

—¡Oigan, tenemos que parar! ¡Jimin se tropezó!—Jungkook


gritó para que todos lo oyeran. Toda la familia rodó los ojos
y se quejaron.78

—¿Otra vez?—Junghyun hizo un sonido de fastidio.—A este


paso nunca llegaremos. Lo puedes pasar recogiendo
mañana. ¡Ya déjalo y avancemos!81

—¡Junghyun!—La Señora Jeon le dió una mala mirada.2

—¡Pero si Jimin vive en el suelo!—Se quejó.—¡Nos está


atrasando!61

—Mira aquí, Junghyun...—Jungkook enseñó los colmillos.


Nadie hablaba así de su omega. Ni siquiera su hermano.

El alfa Jeon usó su voz de mando.

—¡Basta ustedes dos!—Los dos jóvenes alfas chillaron y


bajaron la cabeza.—¡Si van a pelear háganlo en su forma
animal!63

La señora Jeon lo miró de un solo.

—¡Cariño!1

—Digo...—El alfa bajo sus orejas y metió la cola entre las


patas.—¡Dejen de pelear y que reine la armonía!90

Jimin no era el único omega que iba quejándose. Jin


gimoteaba cada vez que podía.1
—¿Puedo regresar a la casa? —Se sacudió como un
cachorro caprichoso.—Estas hermosas piernas no están
hechas para caminar largas distancias.11

—No, no puedes regresar.—Lo regaño la señora Jeon.—


¡Esto es el colmo! Jungkook carga a tu omega o de lo
contrario nunca llegaremos. Junghyun encárgate de llevar
la mochila de Jimin. Jin deja de quejarte y camina.—Miro a
su alfa como si quisiera arrancarle la cabeza.—¿Y tu que
esperas para poner orden en esta familia? ¡Andando, pero
ya!1

El Señor Jeon suspiró.

—¡Esa es mi hembra!95

La madre de Jungkook se giró.

—¿Qué fue lo que dijiste?17

—Ah... qué hay mala hierba por aquí.—El alfa tragó duro.—
Tengan mucho cuidado, cachorros.68

Jimin parpadeó impresionado. Su suegra era una omega


feroz. Y lo mas chistoso de todo era que su alfa se dejaba
mandar cual cachorro regañado por ella. Sus suegros eran
tan adorables.

—Te pareces mucho a tu padre, Kookie.

Jungkook se agachó y Jimin se subió a su espalda.

—¿Enserio? ¿En qué?2

—Cállate y camina.6
—Si, amor.418

Llegaron a un terreno plano, perfecto para poner las


tiendas y la fogata. Jungkook sacó un montón de varillas
de metal, una lona, estacas y un martillo. Al principio se
mostró paciente con Jimin mientras le explicaba, pero
pronto estaban discutiendo otra vez.

—¡Ya te dije que la metas y empujes, Jimin!80

—¡Es la primera vez que hago esto, no me presiones!

—No es tan difícil.

—¡Es que tu ya tienes experiencia!

—¡Posicionalo bien y mételo!68

Junghyun, quien cortaba leña para la fogata, les gritó.

—¡Ya cállense, maldición! ¡Pareciera que están hablando


suciedades!110

Jungkook bajo la cabeza y negó varias veces. Suspiró.

—Por última vez, Minnie. Mete la varilla en la lona y empuja


para que la tienda se levante.1

Al fin pudieron levantar la tienda. Ya fijada en el suelo,


tenían un lugar para refugiarse por la noche. Jimin aplaudió
feliz.

—De acuerdo, ya está. —Jungkook tomó de la mano a


Jimin.—Ahora tenemos que hacer otra cosa.3
Se alejaron un poco del campamento. Cuando llegaron a
una zona lo suficientemente privada, Jungkook empezó a
desnudarse.13

—Quítate la ropa, amor.23

—¿Quieres hacerlo aquí en el bosque? ¡Nos pueden ver!73

—No es para eso.—Jungkook lo besó y empezó a


desabotonar el abrigo de Jimin.—Te enseñaré a cazar.

—¡Pensé que tu padre estaba bromeando! —Jimin arrugó la


nariz.—No quiero comer un animal salvaje. ¿Por qué no
trajeron algo de carne del supermercado? ¿No es más
fácil?1

—La caza no es solamente por conseguir algo para cenar.


El pleno acto en sí, nos conecta con nuestro lobo interior.—
Jungkook le quitó el abrigo y sonrió con ternura al ver
como temblaba. En cuanto cambiara a su forma lobuna, su
pelaje lo mantendría calientito.—Es para recordar que no
importa cuan civilizados pretendamos ser, también
tenemos esa parte de nosotros que es salvaje. Durante
unas horas somos uno con la madre naturaleza.13

Jungkook se transformó en un gran y poderoso lobo


marrón. Sus fuertes patas se movían confiadas, su postura
desafiante. Todo en él era magnífico, salvaje. Se internó en
el bosque esperando a que su pequeña pareja lo siguiera.4

Jimin respiró profundamente y se recordó a su mismo


como hacer el cambio. Algo que no había hecho desde los
diez años. Una cálida energía recorrió su cuerpo y cuando
abrió los ojos, era un hermoso lobito blanco. Sonrió al ver
su esponjosa cola. ¡Lo había logrado! Hundió sus patitas
entre la húmeda tierra y aulló de placer. ¡Cuánto había
extrañado esto!78

Para la alta sociedad era una verguenza dejarse llevar y


verse reducido a sus instintos animales. Les gustaba
olvidar a su lobo interior. Todos ellos eran unos estúpidos.
Matando cada día una parte de sí mismos.

—¿Qué esperas, Minnie?—Jungkook tenía el hocico


levantado y una postura orgullosa.—La cena no se cazará
sola.

Mañana él volvería a ser parte de ese mundo. Entraría a su


jaula de oro y tiraría la llave muy lejos. Pero esta noche,
tenía su libertad y a Jungkook. Y atesoraria el recuerdo de
su alfa, guiandolo a través del bosque, por el resto de su
vida.2

—¡Atraparé más conejos que tú, alfa orgulloso!


23
Las despedidas nunca eran sencillas. Era lunes por la
mañana. Debido a que viajarian de día y sin detenerse,
estarían de regreso en la ciudad a más tardar a las nueve
de la noche. Mientras metía unas últimas cosas a su
maleta, Jimin tenía las orejas agachadas. Su lobito interior
gimoteaba de tristeza. Su corazón estaba tan mal que
sintió que su pecho estaba abierto y le dejaba ver a todos
sus heridas.5

Una cosa estaba clara. El Jimin que llegó y el que se iba,


eran dos seres completamente diferentes. Aquí en el hogar
de los Jeon encontró algo que no sabía que le faltaba.
Amor, calidez y una familia unida. Bajo ese techo vivían
personas que no debían ser cautelosos con sus
sentimientos. Daban amor con completa libertad sin temor
a salir heridos.3

La suerte le sonrió todo este tiempo para no ser


descubierto. Pero ahora existía un peligro mayor. Jimin se
había entregado en cuerpo y alma a Jungkook. El alfa le dió
un hogar, una propuesta que estaba desesperado por
aceptar. Con cada día que pasaba, su amor por él crecía,
opacando cualquier posible felicidad que no fuera a su
lado. La ruptura sería dolorosa, pero necesaria. Había
empezado a herir a Jungkook con sus negativas, nunca se
perdonaría si le causaba un daño mayor.6
Aunque fuera doloroso, Jimin estaba seguro de que si salía
en este momento de la vida de Jungkook, el alfa podría
superarlo con el tiempo. Jungkook era capaz de dar mucho
amor, encontraría a alguien que si se mereciera su lealtad.
Alguien que no lo estuviera engañando. Qué no tuviera que
cumplir con responsabilidades y cuidar de un apellido
familiar. Ese o esa omega seria el ser más afortunado de la
tierra.1

Jin entró a la habitación.

-¿Terminaste de empacar? Te ayudaré a llevar tus maletas


al...-El corazón de Jin se encogió al ver al otro omega
sentado en la cama, llorando.-Jimin...1

-Perdón por venir a esta casa a mentirles a todos. Soy una


mala persona. No merezco la confianza que me dieron.

-Oye, no digas eso. -Jin corrió y lo abrazó con fuerza.-El


simple hecho de que estés llorando aquí solito, por sentirte
culpable, me dice mucho de tu enorme corazón.

-Perdón por querer engañarte.

-Solo a tí se te ocurrió venir a mi casa con prendas de


diseñador.32

Jimin sonrió a pesar del llanto.

-¿No fue muy inteligente, verdad?-Se dejó consolar por los


tibios y comprensivos brazos de Jin.-Gracias por guardar
mi secreto.
-¿Gracias? Por si lo olvidas me diste la mitad de tu equipaje
como pago por mi silencio.-Jin se rió escandalosamente.-
Aunque después de escuchar tu explicación no pensaba
decirle a nadie, sin importar si me dabas tus cosas o no.1

-¿Y por qué las aceptaste entonces?-Jimin estaba


indignado y divertido a la vez.3

-¡Oye, tú puedes costearte todas esas cosas siempre que


quieras! Yo ni aunque trabaje mil vidas podria compararme
cosas tan bonitas y finas.3

-Ven a visitarme alguna vez. En casa tengo muchas cosas


bonitas que te van a gustar. Y si no te alcanzan las mías
podrás tomar las de Taehyung.63

Los dos omegas se abrazaron. Lo cierto es que Jin era


como un hermano perdido. Era curioso, divo y tenía un
carisma demasiado encantador.4

-¿Guardarás mi secreto cuando ya no esté con Jungkook?

-Él no te dejará ir tan fácilmente. Mi primo te ama, Jimin.


Sé que es un asunto entre ustedes, pero... por última vez...
¿Por qué no te arriesgas y le dices la verdad?3

-Odia a la gente como yo.-Se limpió una lágrima


furiosamente.-Y con más razón. Mira lo que le he hecho. Un
niño adinerado que solo quería pasar un buen rato lo
enamora y lo deshecha como si no significara nada porque
esto ya no es divertido.
-Las cosas no son así. ¡Tú amas a Jungkook! ¡Hasta un
ciego se daría cuenta!

-¿Y de qué me sirve eso, Jin? Aunque él me perdonara, mi


mundo no es un lugar bonito. Las personas te juzgan y
critican. Debes guardar las apariencias y muchos solo
buscan aprovecharse de ti. Nunca arrastraría al alfa que
amo a ese mundo.13

-No envidio la vida de los ricos.-Jin peinó el cabello rubio


de Jimin hacia atrás.-Mi pobre bebé. Yo guardaré tu
secreto y cuidaré de Jungkook, no te preocupes. Pero
prométeme algo. Tú tienes que cuidarte también. ¿De
acuerdo?

Dejó que Jin le limpiara las lágrimas y asintió. Soportaría el


dolor cuando llegara el momento.

Con las maletas en el auto, todos se estaban despidiendo.

-¿Conducirás de corrido, cariño?

-Tengo que volver al trabajo hoy a las once y Jimin ya


perdió un día de clases. No podemos retrasarnos más.

-Regresen con mucho cuidado y por favor, nada de rebasar


autos o manejar a alta velocidad. ¡Ah! Y empaque unos
sándwiches por si les da hambre a medio camino. Esa
comida de carretera no es nada saludable. Llámame
cuando lleguen para saber que todo está bien. ¿De
acuerdo?-El señor Jeon la interrumpió.
-¡Por la luna, mujer! El chico ya no es un cachorro. Ya sabe
lo que hace. No necesita a su madre lloriqueando sobre él.-
Bajo la voz y se cubrió la boca como si contara un secreto.-
Además lo haces quedar mal frente a su omega.1

Junghyun se carcajeo.

-Confia en mí, papá. ¡Si un fin de semana con nosotros no


ahuyentó a Jimin, nada lo hará!38

La señora Jeon abrazó a Jimin.

-¡Oh, cariño! Tú también cuídate mucho. -Le dió un beso en


la mejilla.-Me alegró mucho conocer al precioso omega de
mi hijo. No dudes en volver cuando quieras, las puertas de
esta casa estarán abiertas para ti siempre. ¿Está bien?5

-Gracias, Señora Jeon.

-¡Oh, por favor! Ya dejamos atrás esas formalidades.


¿Cuántas veces debo pedirte que me llames Mamá?12

Nunca podría olvidar a esa hermosa familia. Todos ellos


eran personas tan nobles, tan diferentes a lo que él
conocía.

-Gracias por recibirme de una manera tan cálida durante


este fin de semana. Realmente, por unos días, me sentí
parte de una familia.-Tragándose el llanto hizo una pequeña
reverencia.-Muchas gracias.3

Horas después en la carretera cuando el sol se iba


poniendo, pintando bellas tonalidades naranjas en cielo,
Jimin aún seguía triste.
-¿Te la pasaste bien, Minnie?

-Si.

-Mi madre no es tan terrible al final ¿Verdad?

-Me dió su libro de recetas caseras. Está empeñada en que


aprenda a cocinar.12

-Bueno, si quieres la podrás sorprender la próxima vez que


vengamos. Me ofrezco como voluntario para probar las
delicias que prepares.1

-Ya, admite que la sopa sabía horrible. La comiste solo


para no herir mis sentimientos.

-¡Pero que tonterías dices!

-¡Di la verdad!-Jimin le pellizco una mejilla, mientras ambos


reían.-Anda, admítelo.1

-Estaba deliciosa.

-¡Kookie!

-¡La comeria mil veces más!

Jimin no se aguantó y quitándose el cinturón, se estiró


hasta que pudo darle un beso.

-¡Voy conduciendo, no me distraigas!

-Entonces detén el auto.

Las llantas chillaron por la fuerza con la que el alfa frenó a


un lado de la carretera. Qué suerte que los vidrios fueran
polarizados. En sus prisas, ni siquiera se quitaron la ropa.
En medio de la ola de pasión, mientras Jimin se aferraba al
asiento y gemía, se alarmó cuando los colmillos de
Jungkook rasgaron peligrosamente la piel de su cuello.44

-No... -Su alfa parecía estar en trance porque hasta el color


marrón de sus ojos cambio a un hermoso dorado. -
¿Jungkook?1

-Lo siento, esto es demasiado para mí.-El alfa se apoderó


de su boca, no dándole tregua alguna para respirar. Sus
estocadas se hicieron más rápidas, exigentes. El lobo de
Jungkook estaba cansado de no poder reclamar a su
pareja. Impregnó a Jimin con su aroma. La parte animal lo
estaba dominando esa vez. -Déjame marcarte, Jimin.21

-Te prohíbo... que... lo hagas.43

Jungkook gruñó.

Jimin lloriqueó cuando lo penetró con demasiada rudeza,


los labios de Jungkook adoraban cada porción de piel que
tocaban.2

-Se mío, Jimin...-Jungkook prácticamente ronroneaba en su


oído. Era casi imposible resistirse a su fiereza. Él jamás
había sido así. Cada vez que Jimin decía no, lo penetraba
con fuerza hasta que lo dejaba sin aliento, castigandolo, y
cuando el omega creía que sería el fin, volvía a
mordisquear y a susurrarle al oído.-Di que siempre serás
mío. Tómame como tú alfa, Jimin.25

Después de un buen rato, su piel ardía y estaba marcada


por las caricias de Jungkook. Sus mejillas estaban
enrojecidas. Ya no podía resistir otra ronda. El placer era
demasiado intenso. Jungkook lo había llevado a tocar el
cielo una y otra vez.9

-¡Ah!...¡Jungkook!..¡Ya no!...-Gimió al sentir que lo llenaba y


anudaba en su interior. Escondió el rostro en el hombro de
Jungkook. Sus manitas retorciendo la camisa del alfa.-
¡Oh... lunas...!54

Jungkook respiraba agitado y su cabello estaba húmedo.


Los cristales del auto estaban empañados y el calor era
casi insoportable. Jimin levantó el rostro para encontrarse
con la mirada penetrante de su alfa.

-¿Estás bien, Kookie?-Le dió un suave beso, buscando un


poco de tranquilidad.-Tu nunca fuiste rudo conmigo antes.

-¿Algún día vas a emparejarte conmigo, Jimin?72

-¿A qué viene esa pregunta?

-Respóndeme. ¿Siquiera lo has considerado? Yo... estoy


tratando de no enloquecerme. Me juré que no te
presionaría. Pero...-Su mirada era triste.-Desde que expuse
mi corazón ante tí y solo recibí tu rechazo, cada vez que te
sostengo me pregunto si será la última vez.44

-¿Y por eso esa necesidad de marcarme? Dijiste que lo


comprendias. Qué todo estaba bien.

-Y lo intento, de verdad. Es solo que ahora ya no me siento


tan seguro respecto a nosotros. ¿Tú me quieres, Jimin?

-Sabes que si.


-¿Me amas?

Jimin no respondió por una simple y sencilla razón.


Jungkook era muy apasionado y nunca lo dejaría
marcharse si creía que lo amaba. En respuesta, solo lo
besó. Tratando de tranquilizarlo. Solo había una razón para
el repentino desasosiego del alfa. Jimin tenía miedo,
estaba triste, asustado de regresar a la ciudad. Y
Jungkook, su pareja destinada, sentía esa intranquilidad
también.
24
Esa noche cuando Jungkook lo dejo en la parada de
autobús, en donde un taxi recogería al omega, estaba
molesto. Después de intentar marcarlo mientras hacían el
amor en la carretera, reanudaron la marcha en un
incómodo silencio. ¿Cómo pasaron de ir felices y
sonrientes a estar distantes y heridos? Ellos no eran así.
Ellos no tenían desacuerdos, eran demasiado perfectos
juntos. Y quizás ese era el problema.

-¿Porque te empeñas en quedarte aquí? Puedo llevarte a tu


casa. Ya basta de excusas. No me importa que tu hermano
quiera matarme. Esto me está cansando.

-Será la última vez. Lo juro.55

-Perdóname, es que esto no ha sido fácil para mí. No creas


que paso por alto que no respondiste mi pregunta.

-¿Podemos hablar de eso mañana? Me siento muy cansado


por el viaje.

-De acuerdo, mañana.-Jungkook lo beso, podía darse


cuenta de que trataba de mantenerse tranquilo para no
discutir.-¿En la cafetería? ¿Después de tus clases?

-Si.

Inhaló el aroma dulce de Jimin una última vez y subió al


auto. A los minutos de que el alfa se fue, apareció un
elegante auto negro. Jimin saludó a su viejo chofer y
después de acomodar sus maletas se pusieron en marcha
hacia la mansión.17

-¿Cómo han estado las cosas, Sunying?

-El joven amo, Taehyung, no ha estado en casa desde el


sábado por la tarde. Se fue a casa del amo Hosek.6

-Y me reclama por mi comportamiento.-Jimin negó con la


cabeza.3

-¿Cómo estuvo su viaje con el joven Jungkook?

-Fue magnífico. ¿Alguna vez fuiste a cazar conejos?4

Llegaron a la mansión al mismo tiempo en el que el auto de


Namjoon estacionaba violentamente en la entrada. Eso no
era posible... ¿Qué hacía Nam en casa? ¡Se suponía que
volvería hasta el martes! Jimin temblaba con su vista
puesta en el exterior. Tae bajo del auto con tan solo una
larga camisa cubriendo su desnudez. Namjoon azoto la
puerta, tenía el labio partido y sangre en la camisa.90

-¿Cuando volvió mi hermano, Sunying?

-Volvio hoy por la tarde. Venía molesto por algo y enfureció


aun más al no encontrarlos en casa. Nos ordenó a todos
que no les avisaramos que estaba de regreso. Lo siento,
Joven amo.

-¡Aún así debiste avisarme!

-Es que su hermano es quien me paga.85


Jimin entrecerró los ojos.

-Anciano traidor.6

Sunying le devolvió la mirada por el espejo sin inmutarse.

-Omega malcriado y caprichoso. ¡Yo sé lo advertí!3

-¡Mi muerte pesará en tu conciencia! ¿Oiste? ¡En tu


conciencia!42

Afuera, Tae lloraba y gritaba de rabia mientras le pegaba


en el pecho a Namjoon.2

-¡Deja de meterte en mi vida! ¡Casi matas a mi Hobi de la


paliza que le has dado, bruto animal!78

-¡Entra a la casa, Kim Taehyung y ponte algo de ropa,


maldita sea!-Los ojos furiosos de Nam se enfocaron en el
auto negro.-¡Y ya sé que estás ahí, Jimin! ¡Baja de ese auto
en este instante!19

Cuando el omega bajó del auto, el ancianito bufó al ver al


trío de hermanos.

-En mis tiempos se corregía a golpes. ¡Unas buenas


nalgadas es todo lo que esos dos consentidos necesitan!

62

Mientras tanto, las piernitas de Jimin temblaban mientras


se acercaba a su hermano.1
-¿¡Se puede saber en dónde demonios estuviste todo el fin
de semana!? Y por todos los cielos...-Nam inhaló y al sentir
la marca de olor sobre su hermanito gruñó.-¿¡Porque
apestas a alfa!? ¡Ustedes me están volviendo loco!39

-¡Deja de querer controlar nuestra vida por una maldita


vez!-Chillo Tae.1

-¡Silencio! ¿¡Cómo se te ocurre dejar que Hoseok te grabe


mientras tienen relaciones!? ¡Voy a denunciarlo por eso!
¡Tú eres mucho menor que él!22

Nam se había enterado de todo de la peor manera posible.


Trató de usar su voz melosa, esa con la que Nam les
perdonaba todo.

-Namjoonie te puedo explicar todo...

-¡Suficiente!-Namjoon usó su voz de mando.-Entren a la


casa. Ustedes dos me han decepcionado.

71

La palabra furioso no alcanzaba para describir como se


sentía Namjoon al ver a sus hermanos. No pudo regresar de
inmediato por unos compromisos que no podían ser
cancelados. Pero llegó a tiempo para descubrir que su
pequeño e inocente Jiminie se había ido de escapada de fin
de semana con un alfa con el que, al parecer, llevaba
saliendo un buen tiempo. Lo descubrió gracias a una nota
que Jimin le dejó a Taehyung.Los dos omegas se habían
puesto de acuerdo para mantenerlo engañado. Ahora se
estaban gritando, culpándose entre sí.

-¡Yo te dije que irte con Jungkook todo el fin de semana no


era buena idea! ¿Pero quisiste escucharme? ¡Por supuesto
que no!

-¡Ya basta, cállense de una buena vez! ¡Al siguiente que


hable le arranco la cola! ¿Entendido? Ahora me van a
escuchar.3

Los dos omegas cayeron abrazados en el sofá del salón.

-Les pedí que, por una vez, se comportaran como se debe.


¿Y qué fue lo que hicieron? ¡Arrastrar el apellido familiar
por el lodo! Ahora tienen que hacerce responsables de sus
estupideces. Tú Taehyung, te vas a emparejar formalmente
con Hoseok.41

-¿¡Qué!?-Tae dió un brinco.-¡No me puedes obligar solo


porque descubriste que me acuesto con él!6

-¡Es que no sólo lo descubri yo, maldita sea! ¡Hoseok le


mando el vídeo a más de quinientas personas! ¡Socios y
amigos de la familia incluidos!192

-¡Ya te dijo que fue un accidente!24

-Eso no resuelve el problema. Hoseok es uno de mis


mejores amigos y uno de los socios mayoritarios del grupo
Kim. Por el bien de tu reputación y de nuestra familia
deben casarse. ¿O quieres que todo el mundo crea que
pueden burlarse de nuestra familia y no haremos nada al
respecto?

-No quiero emparejarme con Hoseok. Es mucho mayor que


yo. ¡No congeneamos más que en la cama! Además Hoseok
es muy posesivo y serio.84

-Debiste pensar en eso antes de correr el riesgo de meterte


con él.1

-¡Pues al parecer no me voy a emparejar porque dudo que


sobreviva a la paliza que le has dado! -Tae estaba
histérico.-¡Al menos debiste dejarme acompañarlo al
hospital!2

-Ya terminé de hablar contigo. Siéntate y guarda silencio.-


Namjoon miró a Jimin.-Y en cuanto a ti, estoy muy
decepcionado.

-Namjoonie...

-¡Nada de Namjoonie!-Estallo el alfa.-¿Sabes cuan estúpido


me sentí al descubrir que mi hermanito dorado, al que
siempre consideré un ángel, me hizo quedar como un
idiota?6

-Déjame explicarte...

-No hay nada que explicar. ¿Cómo pudiste involucrarte tan


profundamente con alguien que no es de nuestra clase? Y
sobre todo, sabiendo que no eres libre. Tienes un
compromiso con Yoongi. ¿Qué hubiera pasado si ese alfa te
marca con algo más que su olor? Y roguemos porque no
estés esperando cachorros.70

-Ni siquiera lo conoces. Jungkook es un buen alfa. Me


quiere.

-No es de nuestra clase.71

-Tu realmente no hablas enserio. ¡Nunca has sido tan snob


como para expresarte así!6

-No me creo superior a nadie, pero es la verdad. ¿Te has


puesto a pensar en cuáles eran sus verdaderas
intenciones? ¿Cuántas veces no quisieron aprovecharse de
tí en el pasado? ¿Acaso ya lo olvidaste?

-Jungkook es diferente.

-¿Enserio te creiste eso de que no sabe quién eres? ¡Deja


de ser tan ingenuo, por favor!

-Jamás se aprovecharía de mi, al contrario, yo le mentí.


¡Jungkook no es un interesado, Namjoon! Me abrió su
corazón creyendo que no tengo dinero ni familia. Lo poco
que tiene, está dispuesto a darmelo. Es un gran alfa. Y su
familia... ¡Son tan buenas personas! Las amarías si te
dieras la oportunidad de conocerlas...12

Namjoon se cruzó de brazos, trataba por todos los medios


de no ser una bestia irracional. Se obligó a calmarse.

-Supongamos que Jungkook, es tan bueno como tú crees.


¿Cómo piensas que encajaría a tu lado? Se va a sentir
fuera de lugar cuando lo desprecien nuestros conocidos.
Tú no podrás hacer nada para protegerlo. Lo mires por
donde lo mires, esa relación no tiene futuro.3

-Pero, Namjoon...

-Tu emparejamiento con Yoongi ha estado arreglado desde


que usaban pañales. El grupo Kim y el grupo Min estarán
unidos por un matrimonio y no hay nada más que decir.20

-¡No me voy a emparejar con Yoongi! ¡No lo amo!

-¡Pero tienes la suerte de que él te ama a ti! Y créeme,


Jimin. Es un milagro que rara vez les sucede a los de
nuestra clase.4

-Jungkook es mi pareja destinada.

Namjoon lo miró de un solo.

-¿Qué fue lo que dijiste?

-¡Jungkook es mi pareja destinada!-La desesperación lo


hizo considerar hacer una locura.- Me perdonara si le digo
la verdad, yo...

-¿Realmente crees que eso importa para nosotros?-Nam


lucía tan triste y derrotado que Jimin quiso llorar-¿Sabes
cuántas personas han dejado ir a su pareja destinada
porque no eran la clase de persona a la que debían amar?
¿Qué te hace creer que será diferente para ti? ¿Para
Taehyung? O incluso para mí.35

Jimin se puso a llorar al comprender que la hora de


renunciar a Jungkook había llegado.1
-Por favor, no me obliges a casarme con Yoongi. ¡Namjoon,
te lo suplico!1

-No te estoy preguntando. Es una orden. Y en ausencia de


nuestro padre es a mí a quien le toca decidir qué es lo
mejor para ustedes.Te emparejaras con Min Yoongi y es mi
última palabra. Y por lo que más quieras, él no debe saber
ni una palabra de tu aventura con el alfa camarero.20

-Al menos dame tiempo para separarme de Jungkook sin


lastimarlo.3

-Nunca estarás listo para dejarlo ir, Jimin. Deja de


engañarte a ti mismo. Quiero que termines con él a más
tardar mañana. Y si es cierto que no sabe quién eres
realmente, prefiero que siga así.1

-No puedo romper con él así, de la nada. Él no lo aceptará.


¡Tú no lo conoces!

-Pues dale una buena razón para dejarte ir. Cambiarás tu


número y no te acercaras al hotel, desapareceras de la
vida de ese alfa.1

-Namjoon...

-Agradece que no lo despida y lo deje en la calle. Dices que


estudia y trabaja al mismo tiempo. Necesita su empleo ¿no
es así? O te alejas o lo alejó de ti. Analiza que es más
conveniente para él.-Namjoon les dio una dura mirada a los
dos.-Esta es la vida que nos tocó. Ninguno es libre para
tomar sus propias decisiones, ni siquiera yo. Es hora de
que ambos despierten de esa nube en la que andan y
acepten la realidad.86

Namjoon se sintió tan impotente cuando vio a Jimin salir


corriendo mientras era un mar de lágrimas.

-Gritame todo lo que quieras a mí, yo lo puedo soportar.


Pero Jimin, sabes que está enamorado de ese alfa. No
tenías por qué ser tan cruel.-Tae lo miró con odio y salió
airado hacia su habitación.63

Namjoon cayó sentado en el sofá, estaba agotado


físicamente después de su pelea con Hoseok. Y ahora,
tratar con sus hermanos lo dejo exhausto emocionalmente.
Hacía todo esto porque los amaba. Era su deber cuidar de
ellos y su felicidad. Tal vez ahora no se dieran cuenta pero
con el tiempo se lo iban a agradecer.
25
Amaneció y Jimin seguía hecho una bolita debajo de las
sábanas, nada era visible a excepción de unos
mechoncitos de cabello rubio. Tae se sentó en el borde de
la cama y trato de descubrirle el rostro.1

—Ya deja de llorar, Jiminie. —Tae le acarició la cabeza y


suspiró.—Namjoon quiere que vayamos a cenar con el
abuelito Min, para formalizar mi compromiso con Hobi. Si
sigues así vas a tener los ojos hinchados y todos se van a
dar cuenta de lo que pasó. Se supone que el único
escándalo público es el mío. ¡No quieras robarme
protagonismo!28

Jimin murmuró algo.1

—¿Qué?

Más chillidos.1

—¡Qué te no entiendo, habla bien!

Jimin se descubrió el rostro y le gruñó.

—¡Sal de mi habitación, déjame en paz!

—¡Oye no te desquites conmigo! Yo estoy tan hundido


como tú.

Jimin sorbio por su enrojecida nariz.


—Tu no tienes nada de que quejarte.—Refunfuñó.— Vas a
emparejarte con Hobi. ¿Acaso no lo quieres?

—¡Yo no estoy listo para emparejarme! Sigo siendo un


bebé. ¡Me hace falta mucho por disfrutar! Ya no podré
hacerlo si me caso. Y créeme, Hoseok es peor que Nam y
Papá queriendo controlar mi vida. Pasaré de una prisión a
otra. —Tae se cruzó de brazos.—Voy a retrasar este
emparejamiento hasta que me sienta preparado para dar el
paso. Y Hoseok me va a esperar porque me quiere.2

—Das por sentado que Hobi esperara por ti para siempre.


Ten cuidado, Tae. Todos tenemos un límite. Hoseok solo es
un alfa tradicional. Te ama y quiere una familia contigo.12

—¡Eso lo hace aún peor!—Chilló Tae.—Pronto va a querer


que tengamos cachorros. ¡Y yo no voy a cambiar pañales!6

—Lo terrible es el olor pero no es difícil.—Jimin lucía tan


decaído que Tae se quiso suicidar.12

—¿Qué fue lo que te paso durante ese fin de semana?


¡Estás tan cambiado que no te reconozco!

—Olvídalo, no tú no lo entenderías.1

—¿Cómo te atreves a decir eso? Me lastimas. Y yo


defendiendote de Namjoon.—Tae se enojó.—¿Sabes qué?
¡Qué bueno que te van a casar con el fantasma andante!
¡Ojalá te llene de cachorros y no te contrate una niñera
para que tengas una montaña de pañales que cambiar!26
—¿Te das cuenta? ¡Solo nos dedicamos a pelear sin
escuchar al otro!

—Asi somos nosotros, se supone que ya estás


acostumbrado.

Jimin se hizo bolita mientras Tae lo abrazaba y le daba un


beso en la cabeza.1

—No quiero emparejarme con Yoongi. ¿Por qué solo lastimo


a los alfas a mi alrededor, Tae? Al que amo no lo puedo
conservar y al que me ama no lo quiero.26

—Debe haber alguna solución...—Tae aplaudió.—¡Eso es!


¿Por qué no dejas que Jungkook te marque? Una mordida y
será tuyo. Namjoon no se arriesgaría a romper el lazo si
eso te lastima.10

—No puedo unirme a él sin decirle la verdad.

—¡Pues entonces hazlo!

—¡Me va a odiar!1

—¡O tal vez no! Está locamente enamorado de tí. ¡Te va a


perdonar! —Jimin se mordió el labio.—Prometiste alejarte
de él para que Namjoon no te descubriera. Pero lo hizo. Ya
no puedes hacer nada al respecto. ¿Pero que hay del
emparejamiento con Yoongi? ¿Te unirás a alguien que no
amas? No hay tiempo que perder, Jimin. Todo se fue al
carajo. ¿Dices que amas a Jungkook, no? ¡Entonces lucha
por él o acepta tu destino sin estarte quejando!33
—¿Sabes que?—Jimin tiró la sabana y se levantó de la
cama. Su linda pijama de tiburón era demasiado adorable a
la vista.—¡Ya no tengo nada que ocultar!61

—¡Así se habla!

—¡Le voy a confesar todo y le rogare que me perdone!23

—¡Y lo hará!

—¿Y sabes por qué?

—¡Vamos, dilo, bebé!—Tae elevó las manos al aire,


sientiendo el positivismo.53

—¡Porque me ama!3

—¡Por qué te ama!1

—¡Y yo lo amo!2

—¡Y tú lo amas!—Ahora los dos saltaban en la cama, más


animados que nunca.—¡Qué se joda Namjoon!161

El celular de Jimin sonó con el tono de Jungkook.

—¡Ay no puedo hacerlo!—Jimin se escondió debajo de las


sabanas otra vez.141

—¡No seas un cobarde!—Tae contestó y fingió el tono


chillón de Jimin.—¡Jungkookie!39

—¡Dame ese teléfono!

Jimin se le tiró encima pero no logro alcanzarlo.


—¿Nuestra cita? ¡Oh, claro que sí!—Tae huía de su hermano
mientras trataba de escuchar al alfa.—¡Ay si, me muero de
ganas! Además tengo algo muy importante que decirte,
Kookie.5

—¡Taehyung te mataré!

—¿Sabes algo, Kookie? Hoy llevaré mi mejor lencería solo


para ti. Estás advertido, bebé.—El alfa dijo algo y Tae tuvo
que cubrir el micrófono para que no escuchara su tremenda
carcajada.—¡Claro que sé cuál es tu favorito!79

Jimin agrandó los ojos y gruñó derribando a Tae en el


suelo. Ambos omegas luchaban por tomar el teléfono.

—¡Adios, bebé! Te veo al rato.—Tae soltó un sonoro beso y


cortó la llamada.—Dice que te espera en la cafetería de
siempre y que lleves el cachetero negro de encaje que
tanto le gusta. ¿Sabes que, Jiminie? Ese alfa tuyo es una
monada. Lo amo. No lo dejes ir.101

A la cuatro de la tarde el auto estacionó frente aquella


cafetería en donde tuvieron su primera cita. Jimin se aferró
a su bufanda y cerró los ojos. Rogando silenciosamente por
el perdón de Jungkook. Quizás su relación terminara
después de esto, pero debía ser valiente y arriesgarse. Al
principio cuando aceptó ir por un café con el alfa nunca
imaginó que terminaría como estaba actualmente.
Enamorado hasta los huesos de un hombre maravilloso. Así
como tuvo el valor de mentirle, ahora debía decirle la
verdad. Y que fuese lo que la luna quisiera.8

—Y aquí estamos otra vez. —El anciano Sunying lo miró a


través del espejo.—¿Quiere que estacioné lejos como
siempre?

—Hoy no, Sunying.

—¿Va a decirle la verdad?

—¿Tú crees que me perdone?

—¿Puedo darle mi opinión sin formalidades?

—Aun no te perdono que colaboraras a que mi hermano nos


descubiera. Pero esta bien, habla libremente, viejito
traidor.26

—Voy a estar muy sorprendido si el alfa no lo deja.61

—¡Sunying!

—Yo le dije la vez pasada que tuviera cuidado. Cuando la


confianza se traiciona es imposible recuperarla de nuevo.
Usted le mintió, no sólo a él, también a toda su familia. Se
va a sentir traicionado. Sentirá que usted se burlo de él.
Solo quiero que no se haga ilusiones.4

—Tu nunca me apoyas.

—Solo quiero que sepa que, independientemente de lo que


suceda a partir de que baje del auto, todo eso es producto
de lo que usted mismo construyó con sus pequeñas
manitas. Si ese alfa lo acepta y está dispuesto a seguir a
su lado, a pesar de todo, dé gracias a la luna de que
conoció a alguien tan noble como ese muchacho. Pero si lo
rechaza, al menos siéntase orgulloso de haber enfrentado
la situación y de no huir cobardemente como pensaba
hacer. ¿Está bien?47

Jimin asintió. Antes de salir se giró hacia su chófer.

—¿Podrías esperarme aquí? Solo por hoy no te vayas.


Necesitaré como irme si él...no... Espérame. Por favor.

Sunying sonrió, dándole ánimos.

Jimin sentía que el corazón se le iba a salir del pecho


cuando entro a la cafetería y la campanilla anunció su
llegada. Todos los ojos se posaron en el hermoso omega
que entró, pero solo un par marrón tenían derecho de
reclamarlo. Jungkook lo estaba esperando en la mesa de
siempre, al verlo se puso de pie con una hermosa sonrisa
para darle la bienvenida.4

—Hola, Minnie...—Jungkook era mucho más alto que él, por


lo que tenía que agacharse para besar a su omega. Jimin
amaba que hiciera eso. —Perdón por perder la cabeza
ayer.1

—Voy a responder a tu pregunta ahora mismo.—Jimin lo


besó con el alma, acariciando el rostro de su alfa y
peinando su cabello azabache hacia atrás, rogando porque
no fuera la última vez.—Yo te amo. Y mucho. Tienes que
saberlo.
—Lo sé, solo quería escucharte decirlo. Eso me tranquiliza.
—Jungkook sonrió entre besos.—Pedi tu café de siempre y
un trozo de pastel de chocolate y vas a comerlo todo, no
quiero escucharte hablando de la dieta. Yo te amaré
aunque estés gordito. ¿Entendido?70

Jimin asintió y frotó su nariz contra la del alfa, tratando de


llenarse de su aroma. De la sensación de estar entre sus
brazos y de la dulzura de sus labios.1

—Por cierto...¿De qué querías hablar, Minnie?29

Sagrada luna, haz que me perdone... Por favor.


26
—Por cierto...¿De qué querías hablar, Minnie? —Sagrada
luna, haz que me perdone... Por favor.—¿Te pasa algo? No
importa que sea, lo vamos a solucionar juntos.80

—Escúchame primero. Ya no digas nada más o perderé el


valor.

Jungkook se había puesto serio, toda la ternura de hace


unos minutos desapareció.

—De acuerdo, habla. No te voy a interrumpir.

—Jungkook... yo... algunas cosas que te dije acerca de mi


familia puede que no sean verdad. Ah...—El corazón de
Jimin latía horriblemente. Sus manitas estaban frías y
temblaba de los nervios.—No tengo solo un hermano.
Tengo dos. Uno es un alfa, Namjoon. El otro es omega, su
nombre es Taehyung. Yo no crecí en un orfanato. De hecho,
jamás he pasado carencias en toda mi vida.53

Jungkook se había cruzado de brazos, frunciendo el ceño.

—¿Y por qué mentiste?

—Dejame terminar, por favor, Kookie—Jimin bajó la


cabeza. Ni siquiera era capaz de verlo a la cara.—La noche
en que tú y yo nos conocimos, asumiste que yo era un
nuevo empleado, pero no era así. Yo jamás fuí empleado de
ese hotel. El chef me soportaba y dejó que fuera su
aprendiz porque me conoce desde pequeño, fue el chef de
mi mansión.

—¿Qué es todo esto, Jimin? ¿Es alguna clase de broma?—


Jungkook elevó una ceja.— Porque no le veo la gracia.

—Es tan difícil decírtelo...—Jimin tomó valor y rezó.—Vengo


de una familia con dinero, Jungkook. Mi padre es el dueño
del hotel donde trabajas. El día que nos conocimos era la
fiesta de cumpleaños de mi hermano Taehyung.4

Jimin se atrevió a mirarlo. El rostro del alfa era una


máscara de frialdad. Apretaba con tanta fuerza uno de los
tenedores que lo dobló.19

—¿Estás diciendo que todo este tiempo estuviste


burlandote de mi? ¿Te aburriste tanto en tu jaula de cristal
que quisiste experimentar algo nuevo?57

—¡No digas eso!—Jimin quería que todo quedara claro.—


¡Lo nuestro no es un juego!

—¿Por qué no me aclaraste quién eras esa misma noche?

—¡Intenté hacerlo! Pero tu no dejabas de regañarme.


Además... me gustaste mucho. Y ni siquiera me prestaste
la mínima atención. Regularmente todos los alfas que
conozco se quedan impresionados conmigo, pero tú ni me
notaste. Y luego dijiste aquello de que odiabas a los ricos...
—El lobito de Jimin bajo las orejas— Yo no tenía
oportunidad.1
—¿Tu ego se sintió tan ofendido de ser rechazado por un
simple empleado que te propusiste seducirme para reparar
tu orgullo herido?52

—Eso jamás, tu siempre has sido lo mejor que la vida puso


en mi camino. Si me dejas explicarte todo, me vas a
entender...

—Será mejor que lo hagas ya, porque no tengo intenciones


de seguirte escuchando por mucho tiempo.20

—Ni siquiera planeaba acercarme a ti.—Jimin estiró su


manita sobre la mesa para tomar la del alfa.—Pero te
encontré en el jardín. Me conquistate por completo con tu
ternura. Luego me invitaste a salir. ¡Yo no lo podía creer!
Pero supe que si te decía quién era ni siquiera ibas a darme
una oportunidad. Me dije que sería solo esa vez. Pero no
pude parar de hacerlo porque... —Jimin había empezado a
llorar.—Nunca había encontrado a alguien como tú. Ni con
todo el dinero del mundo podría comprar tu amor. Es algo
que comprendí desde el momento en que te ví.35

—Y vaya que me enamoré de ti.—Jungkook se rió sin


alegría. Estaba horrorizado.—Te llevé a conocer a mis
padres. Y te propuse matrimonio... ¿Hasta donde planeabas
llegar?

—Sabia que había llegado demasiado lejos. Yo no quería


lastimarte. Tu familia es maravillosa y me sentí una
porquería por mentirles. Créeme, pasar el fin de semana
con tu familia fue un regalo. Me sentí parte de un hogar por
primera vez en mí vida.

— Todas esas veces que te abrí mi corazón, las cosas que


te ofrecí... Cuánto te has de haber reído de mí.

—Lo que tenemos es algo precioso. La única riqueza que


tengo en el mundo. Yo...

Jungkook se levantó bruscamente de la mesa. Las miradas


curiosas estaban sobre aquél alfa enojado y herido y el
pequeño omega que temblaba por el llanto.3

—Ya escuché suficiente.45

Jungkook arrojó unos billetes en la mesa y tomando su


abrigo, salió de la cafetería. Jimin negó con la cabeza y fue
tras él. Tenia que terminar de explicarle. Su alfa no podía
irse asi. El cielo estaba oscuro, habia nevado un poco por
lo que la calle era un manto blanco. Jimin corrió hasta
alcanzarlo y sujetarlo del brazo.4

—¡Kookie no te vayas así! ¡Escúchame, por favor!

—¿Sabes lo que más molesta de todo esto? —Jungkook lo


sujeto de los hombros y lo sacudió violentamente.—Ni
siquiera estoy enojado contigo, si no conmigo mismo por
ser un ciego estúpido. Me arrodillé frente a tí, con el
corazón en la mano. Te ofrecí todo lo que tengo. ¿No
significó nada para ti?15

—¡No sabes cuánto desee poder decirte que si! ¡Todo lo


que yo quiero es vivir contigo en ese cabaña y tener a tus
cachorros! Pero no podía. Mi vida ya estaba planeada
mucho antes de conocerte. —Jimin lo abrazó con fuerza.
Aspirando con desesperación el aroma de Jungkook. Su
lobo necesitaba calmarse.— Yo no quería seguir
lastimandote, por eso me dije que si salía de manera
silenciosa de tu vida sería lo mejor.3

—¿Ibas a huir como un cobarde?

—Estaba renunciando a tí, porque que no merecías amar a


alguien que te engañaba. Y no sabes cuánto me dolió la
idea de dejarte. No quería hacerlo.

—¡Más me iba a doler a mí, maldita sea! ¿Planeabas


dejarme sin ninguna explicación? ¿Sabes lo que me hubiera
hecho,el que la persona que amo, se fuera sin decirme
porqué?

—¡Ya no tenía oportunidad! Mi familia jamás aceptaría


nuestra relación porque no eres de nuestra clase. Yo te
amo y no me importa que no tengas un buen apellido. Pero
para mí familia, la sociedad en la que vivo. Mi mundo no es
un lugar en el que el amor importe si hay intereses
económicos de por medio.1

—¿Qué te hizo cambiar de idea, entonces?

—Mi hermano me descubrió. Me está obligando a que me


aleje de ti. Pero yo te amo y quiero pelear. Ya no tengo
miedo. Lo que digan los demás a mí ya no me importa.
Jungkook, si tú estas dispuesto a perdonarme soy capaz de
enfrentarme a todos.1
—¿Porque iba a querer pelear por tí cuando fuiste el
primero en rendirse?121

Jungkook se soltó del abrazo de Jimin.1

—¡Van a obligarme a casarme con alguien más!—El alfa se


detuvo, su espalda tensa y las manos en puños.—Mi padre
arregló un compromiso desde que yo era cachorro con otra
familia. Ayer cuando Namjoon me descubrió, me dijo
claramente que tendría que casarme. Yo no puedo hacerlo
porque te amo. Eres mi pareja destinada pero para las
personas como yo, eso poco importa. ¿No lo entiendes,
Jungkook? ¡Esta es nuestra única oportunidad!1

—¿Eres uno de los Kim?

—Si, mi verdadero nombre es Kim Jimin.

—Quiero el nombre del otro alfa.

—Eso no importa ahora, si tu me perdonas nada hará que


me casé con él. Él no significa nada.

—El nombre, Jimin.70

—Ah...—Jimin se estremeció al escuchar por primera vez la


voz de mando de Jungkook. Su alfa jamás la había usado
con él.—Su... su nombre es Min Yoongi. Es el único
heredero del grupo Min.13

Jungkook soltó una maldición, se dió la vuelta y camino de


manera amenazante hacia el omega hasta que lo tomó de
los hombros nuevamente.2
—¿Sabes una cosa Kim Jimin? Ve y cásate. A mí ya no me
importa. ¿Quieres una salida del compromiso? Tendrás que
buscarte otra solución porque este idiota no va a caer de
nuevo.140

Jimin lloró y negó con la cabeza.

—¡No me digas eso, por favor! Di que no dejaras que nada


nos separe, que vas a luchar conmigo por lo que tenemos.
—Jimin estaba rogando, aferrándose a la camisa del alfa.—
Tu me amas y lastimé tus sentimientos. Sé que te sientes
herido y furioso, no será fácil que me perdones. Pero yo me
encargaré de sanar todas las heridas que abrí con mucho
amor y besos. Por favor, no te rindas conmigo...

—Tu no eres el omega al que yo amé. Él era honesto, su


corazón era tan hermoso como su rostro. Cuando yo lo
sostenía entre mis brazos tenía la certeza de que era mi
pareja destinada. ¡Esa persona nunca haría algo para
herirme!10

—Sigo siendo tu omega...

—¡No es cierto! Ahora todo es tan claro. Mentiste acerca de


ser huérfano porque sería la manera más fácil de evitar
preguntas incómodas acerca de tu vida. —Jungkook lo
sacudió y Jimin lloró porque lo estaba lastimando.—
Encontraste la manera perfecta de engañarme. Responde
solo una cosa, hacernos pasar por todo esto. ¿Valió la
pena? ¿Te divirtiste al menos?
—¡Estoy dispuesto a enfrentar a mi familia por tí!—Jimin
chillaba de la angustia.—¿Qué más prueba quieres de que
te amo?

—Me engañaste. Traicionaste min confianza. ¡Te has


burlado del amor que te tengo al tomarme como por idiota!
Las personas de tu clase no hacen más que tomar lo que
quieren sin preocuparse si lastiman a los demás. Todo lo
que ustedes hacen es causar dolor y decepción.52

—¿Por qué nos odias tanto? Sé que te mentí, eso no dice


nada bueno de los de mi clase, lo entiendo. Pero tuvieron
que hacerte algo sumamente grave para que tengas
semejante odio. ¡Al menos dame una explicación!

—No te la mereces.34

Jungkook lo soltó de manera brusca y empezó a caminar


dándole la espalda.1

—Estás molesto conmigo. Y con motivos suficientes.—


Jimin se limpió las lágrimas y trato de sonreír.—Yo voy a
esperar todo lo que quieras. Te daré el tiempo que
necesites para calmarte y hablaremos de esto más
tranquilos. ¡Te amo! ¡Eres mi pareja destinada!
¿Escuchaste? ¡No importa si te toma un año te seguiré
esperando! ¡No puedes dejarme de amar de la noche a la
mañana!55

La nieve empezó a caer, los copos blancos acumulándose


en el cabello rubio del omega, haciendolo ver pequeño e
indefenso. Temblaba de frío. Jungkook detuvo su andar y
se giró, ver a su omega le partía el alma. Pero no sería
débil, el daño era tan grande que se negaba a perdonarlo.
Tenía el corazón roto. Estaba tan herido, que a penas podía
hablar.5

—Haz tu vida, Kim Jimin.—Jungkook ni siquiera lo miró, su


vista estaba clavada en el suelo, en el manto de nieve
blanca bajo sus pies.—Si eres mi destinado o no, ya no me
importa, no te quiero en mi vida.93

Jimin había sentido miedo antes, en inunerables


ocasiones. Pero nunca había sentido terror. Hasta esa
tarde. El alfa tierno que lo amaba, que lo consentía y se
sometía con gusto todo el tiempo ante él, murió ante sus
ojos.

—No importa lo que te diga...—Jimin se quebró, su voz


estrangulada.—¿Tu nunca me vas a perdonar, verdad?4

El alfa no respondió, simplemente se fue sin mirar atrás.

Jimin se quedó ahí viendo como todo terminaba. Sus


esperanzas de ser perdonado murieron con cada paso que
Jungkook daba alejándose de él. Las piernitas del omega
se doblaron y cayó llorando violentamente al suelo con las
manos en el pecho cuando sintió que su lazo con Jungkook
era cortado. Le costó respirar.91

—Kookie...—Lo llamo entre jadeos.

El anciano Sunying llegó corriendo a su lado y lo sostuvo


mientras llamaba a emergencias.6
El lobo de Jungkook lo había rechazado como su
compañero causando que el lazo que compartían como
destinados doliera a muerte. El lobo de Jimin se
desconectó de la parte humana, retirándose a un oscuro
rincón en el que por los próximos meses sería olvidado.87

Jimin enfermó de gravedad, pasando meses enteros en el


hospital. Sin importar cuántas veces trataron de contactar
a Jungkook o a su familia, por la insistencia de Jimin, no se
supo más de él. Renunció al hotel la misma noche en la que
terminaron y se transfirió a una universidad en el
extranjero. Durante tres años, Jimin esperó por un perdón
que jamás llegó. Cuando salió del hospital y se recuperó
lentamente en casa, todo el mundo podía decir, sin lugar a
dudas, que aquel omega que fue una vez alegre y
caprichoso, nunca volvió a ser el mismo. Su pequeño
corazón había sufrido dos pérdidas de las que nunca fue
capaz de sanar.

27
Un omega castaño correteaba de aqui para allá, buscando
frenéticamente algo para apagar las llamaradas que salían
de la estufa. Lo primero que encontró fue un trapo, intento
ahogar el fuego con él pero solo logró avivar llamas. La
alarma contra incendios empezó a sonar y minutos
después, caía una lluvia ligera sobre él.21
Por todo el orfanato se escuchó el grito enfurecido de
Nani.27

—¡JIMINNNN!

El omega se encogió de hombros.

—¡Ay lunas!

Intentó meterse debajo del lavabo de la cocina y


esconderse, pero dos pares de manitas lo alcanzaron y lo
sujetaron con fuerza. Uno de los cachorros gritó.

—¡Lo tenemos, Nani!

—¡Está vez no escapará!—El otro cachorrito era un poco


más entusiasta.—¡Yo traje las cuerdas! ¡Hay que amarrarlo!
43

Jimin chilló angustiado.1

Para cuando Nani llegó, se encontró con la escena de un


secuestro. Los dos cachorros habían amarrado al omega a
una silla y lo amordazaron con un trapo de cocina.

—¡Pero que están haciendo!

El menor de los cachorros movió su pie con inocencia.

—Es que tú dijiste una vez que, la única forma de que Jimin
no causara problemas era amarrandolo.28

—¡Yo hice los nudos!—Grito el otro, feliz de la vida.


—¡Estos cachorros!—Nani ahora los regañaba a ellos.—
¡Desaten a Jimin y nunca vuelvan a hacer eso! ¿Entendido?

—¡Si, Nani!

Los cachorros soltaron al omega disculpándose y dándole


cada uno un besito en la mejilla salieron corriendo. Jimin
sonrió en dirección de la vieja omega que lo observaba con
ojos asesinos.

—Entonces... ¿Dices que ya es otoño?3

—Jimin...

—¡Perdón, Nani! Te juro que no era mi intención quemar la


leche de los bebés. ¡Solo me descuidé un segundo y
cuando ví la cocina estaba envuelta en llamas! Mañana
traeré un camión entero con cajas de leche. Lo prometo.4

Nani no podía enojarse con el omega. Jimin era demasiado


inocente y de buen corazón. Aunque bastante torpe.1

—No tenemos donde guardar tanta leche, Jiminie. Se va a


descomponer mucho antes de que termine la semana.

—¿Traigo nuevos refrigeradores también? —Jimin se


entusiasmó.—No había pensado en eso, pero los
necesitamos. ¡Oh y nuevas camas para los cachorros!
Déjame hacer una lista de lo que hace falta, mañana
traerán todo...32

—¡Detente, Jiminie!—La omega lo sentó de nuevo en la


silla.—No es necesario que hagas todo eso. Con tu ayuda
aquí es suficiente. Solo mantente alejado de la cocina, por
el bien de los cachorros. ¿Está claro?2

—Esta bien, Nani.1

Hace aproximadamente dos años y medio, Namjoon había


contactado a su antigua niñera y le pidió permiso para que
Jimin fuese voluntario al orfanato donde trabajaba la
adorable ancianita. Más que una ayuda, el omega llegó a
ser un desastre. Debían vigilarlo más que a los cachorros.
Pero ya todos se habían acostumbrado a la presencia de
aquel omega tierno y patoso. Solo tuvieron que aprender a
tenerle paciencia y fue fácil una vez que comprendieron el
porqué de que el omega buscara refugio en ese lugar. Nani
se sorprendió al ver al omega triste y decaído que entró por
la puerta de su oficina. No era el niño dorado que
recordaba. Además de su cabello, todo en él se sentía
oscuro.53

—¿Creés que esto le haga bien, Nani?1

En aquella ocasión, la omega habia girado su rostro y


contempló al guapo y fuerte alfa en el que se había
convertido su pequeño Namjoonie. El señor Kim no pudo
recuperarse del todo del infarto y le fue imposible volver y
hacerse cargo de la empresa familiar. Por lo tanto, el
cuidado del grupo Kim y de la familia, recayó por completo
en aquel alfa jóven.2

—Lo haces bien, Namjoonie.


—Fue mi culpa. El que Jimin esté asi.—Ambos
contemplaron al omega caminar sin ánimos detrás de un
grupo de cachorros ruidosos.—Lo que sea que él quiera de
ahora en adelante, yo lo aceptaré. Pensaré en mi familia
primero antes que en las obligaciones.135

—Recuerda extender ese pensamiento para tí también. No


por resarcir el daño vas a cargar con todo el peso. Jimin
tuvo parte de culpa en lo que le sucedió. Fueron sus
decisiones. Ahora solo nos resta esperar a que sane poco a
poco.6

Los cachorros empezaron a corretear alrededor del omega.


Sentían curiosidad por él, lo acribillaron a preguntas y
sonrisas. Por primera vez en dos años, Jimin había vuelto a
sonreír un poco. El omega necesitaba sanar su alma. Y
poco a poco volvió a ser el de antes.

—¿Por qué no vas a cambiar los pañales de los bebés? Ese


será tu castigo.

—¡Pero, Nani...!

—¡Nada de peros! Tú era el responsable de este desastre y


lo...

—¡Es por aquí, señores!—El grito de Taehyung anunció su


llegada y tras él una orda de camarógrafos y reporteros.—
¡Asegúrese de captar mi mejor ángulo!36

—¿Taehyung que es todo esto?—Jimin infló los cachetitos.


—¡Te dije que no puedes venir aquí para hacerte publicidad
a menos que hayas traído ropa y regalos para los
cachorros!

—¡Traje dos camiones con cosas, tienen de dónde escoger,


no te preocupes! Este trabajo es para una revista. Harán
una nota especial de herederos y caridades. ¡Y está vez me
escogieron a mi!27

—¡Una foto familiar, por favor!—Rogó uno de los fotógrafos.

Taehyung jaló a su hermano y posó para las cámaras. Jimin


permaneció neutral, el rostro tranquilo.

—¡Listo!—Tae despidió a los fotógrafos.—¡Ahora vayan y


capturen la alegría de los cachorros mientras comen pastel
y abren sus regalos! Y eso será todo.

Nani le dió una mala mirada a Taehyung

—¿A quién le pediste permiso para darle azúcar a los


cachorros, Taehyunie?

—¡Pero, Nani! ¡Los huerfanitos van a estar muy felices!1

—¡Claro y como tú vas a estar aquí cuando sea hora de


dormir para calmarlos!

Taehyung bajó las orejas.1

—Perdón, no lo vuelvo a hacer.

—Tienes el mismo castigo que tú hermano.—Nani los


despidió.—Llévatelo de aquí, Jiminie. Voy a limpiar este
desastre.

—¡Si, Nani!
Taehyung llevaba el ceño fruncido mientras acompañaba a
Jimin al dormitorio de los bebés.

—Nani se ha vuelto más insoportable con los años. ¡Los


cachorros van a estar felices! ¿No es eso lo que importa? Y
a todo esto... ¿Cuál es el castigo?5

Tae tuvo arcadas, otra vez.40

—¡Taehyung ya cálmate!1

—¡Ay, que asco! ¡Aleja esa cosa de mí!—El Omega chilló,


mientras daba patadas al suelo. Jimin le había pasado una
bolsa con pañales sucios.—¡Esto es una pesadilla!

Jimin rodó los ojos, la escena le parecía tan familiar.


Realmente esa actitud era chistosa aunque cansaba un
poco.54

—Solo tira la bolsa a la basura.

Tae tiró la bolsa y luego se sacudió como expulsando las


malas vibras.

—¡No entiendo cómo puedes permanecer tan tranquilo! Por


eso no quiero cachorros, jamás los tendré. Además Hobi ya
está muy viejo para dármelos. —Tae sonrió con alivio.—A
veces la diferencia de edad es una bendición.31

—Hoseok no está viejo, Taehyung. ¡Solo tiene treinta y dos


años!38
—¡Y yo veinticinco! ¡Soy un bebé!59

Jimin terminó de abrochar el pañal del cuarto cachorro y le


hizo cosquillas en la pancita. El bebé gorgojeó, feliz.1

—¿Cuánto más piensas aplazar la boda? Tres años son


suficientes. Hasta me parece increíble que Hoseok te siga
esperando.5

Taehyung se recostó contra el cambiador y le pasó más


pañales a Jimin.

—Se me están agotando las excusas. —El Omega, ahora


rubio, suspiró mientras jugaba con uno de sus pendientes.
—¿De casualidad no piensas tener otro escándalo? Digo,
para irme preparando y hacerte tiempo. Tu primera crisis si
que me ayudó.19

Jimin le dió una mala mirada y el lobo de Tae bajo las


orejas, avergonzado.1

—Lo siento, crucé la línea.

—Aceptalo ya, cásate con Hoseok. Si aplazas la boda una


vez más, él te dejará.22

Tae se cruzó de brazos.

—Como sea. Ya pensaré en que hacer.—No tenía remedio.—


¿Ya decidiste que usar para la cena de hoy?2

—No iré.

—¡Jimin no empieces otra vez!1


Durante estos años, Jimin se alejó de los eventos sociales,
al menos hasta que las habladurías disminuyeran. Pero le
resultó tan pacífico que para el bien de su alma que,
incluso cuando los chismes se apagaron, decidió refugiarse
en su habitación y no salir más.

—Déjame, ve tú.

—¡El abuelo Min quiere que todos estemos presentes esta


noche! Lo que sea que quiere decirnos es importante para
él. Seria bueno ver algo del viejo tu para variar.53

Jimin terminó con los cachorros y les dió sus biberones.

—Ya no me divierto en esas cenas.

—Te juro que si vuelvo a ver a Jungkook algún día... ¡Lo voy
a matar por lo que te hizo! —Tae saltó de cólera.—¡Tú no
eras así! ¡Todo lo que te pasó fue por su culpa! Decía
amarte, ¿No? Te abandonó a la primera. Fue una suerte que
no dejaras tu vida por él. ¡Él no te merecía!74

Jimin se agachó hasta ser una bolita en el suelo tapándose


los oídos.

—¡Tae, basta! ¡Cállate!

—Lo siento, es que...—Tae se agachó y llenó de besos a su


hermano.—No lo haré más. Nunca lo mencionaré de nuevo.
Vamos, regresemos a casa, levántate. Buscaremos un
atuendo fabuloso y te arreglaré el cabello. Hoy nos vamos
a divertir como antes. ¿Está bien? Perdóname, Jiminie.10
Jimin se levantó y caminó algo tambaleante. Pero se obligó
a recomponerse. Tenía que superar esto. Las personas no
podían ir a su alrededor cuidando de no decir algo solo por
no herirlo. No era un cachorro, ya había hecho sufrir a su
familia suficiente.1

—¿Me perdonas?71

—Si todo está bien.—Jimin levantó la mirada y al ver el


rostro de Tae se rió.—¡Por la luna, límpiate la cara, que
asco!

—¿Qué? ¿Porque?—Tae se tocó la cara y cuando


comprendió que tenía embarrado en la mejilla, tuvo
arcadas.—¡Ahhh! ¡Esto es una pesadilla!37

Tae se fue casi vomitando a buscar un baño. Mientras


Jimin se reía hasta doblarse.

Más tarde esa noche, Jimin cruzó el vestíbulo de la


mansión de los Min enfundado en un atractivo traje de
corte hecho a las medida. Su cabello castaño brillaba y sus
mejillas estaban teñidas de rosa. Cuando las miradas se
posaron en él, las habladurías comenzaron.

—¡Estos idiotas!—Tae lo tomó del brazo y caminaron


ignorando a todos.—Son una bola de envidiosos. No hagas
caso a nada, Jiminie. Te ves hermoso. Les duele que hayas
superado todo y sigas luciendo adorable.5
Jimin trató de sonreír a pesar de todo. Atravesaron la
mansión hasta que llegaron al salón de la fiesta. Las
lámparas de cristal Lucian orgullosas en el techo, las
cortinas estaban abiertas dejando a los invitados
contemplar la hermosa luna llena. La música de violín le
daba a la velada un toque de sutil elegancia. Todo eso
contrastó terriblemente con el ancianito que los abrazó
con entusiasmo.

—¡Mis ojos no habían visto tanta hermosura junta en mucho


tiempo!—Beso a ambos omegas y les sonrió con cariño. En
especial a Jimin.—Este viejo se alegra mucho de verte.8

—¿Cómo has estado, abuelito?

—Mejor ahora que te veo.

Tae no pudo aguantar por más tiempo.

—¡Abuelo por la luna! ¿Que llevas puesto?—Estaba


horrorizado por ver las pantuflas, la bata y el...—Espera...
¿Ese es el gorrito que te regalé?

—¿Qué? No sé de qué estás hablando.

—¡Sabía que te había gustado!

—¡Lo estoy usando porque no encontré otra cosa!52

Yoongi se acercó con dos copas de champagne para los


omegas.

—No pierdas el tiempo, Tae. El abuelo no dará su brazo a


torcer.
Tae hizo un sonido de gozo y apretó los cachetitos del viejo
alfa, ahí frente a todos, y le plantó un beso en la frente. 14

—¡Eres un viejito adorable!

Se alejó riendo cuando vio a Hoseok en una esquina del


salón. El abuelo Min le dió una mirada indignada al omega,
pero sus cachetitos estaban sonrojados. Se giró hacia
Yoongi.

—¿Y tú qué miras?17

—Con tu permiso, voy a llevar a Jimin a nuestra mesa.6

Saludaron a los socios y escucharon palabras de elogio


hacia Jimin, solo de parte de los alfas. Los betas y omegas,
lo miraron mal. Yoongi se molestó al ver su semblante
triste.

—No debiste venir si no estabas preparado. Hablaré con


Taehyung para que deje de obligarte a hacer cosas que no
quieres.

—Yoongi, está bien. —Jimin sonrió para tranquilizarlo.—


Mejor explícame de que va todo esto. ¿Por qué el abuelo
nos quería a todos esta noche aquí?

—¿Recuerdas lo que te conté hace unos años?

—¿Tus hermanos volverán está noche?183

Yoongi asintió.1

—Me hermano menor terminó su carrera hace unos meses


y el abuelo decidió que ya era tiempo de presentarlos
oficialmente con nuestra familia y los socios. Quiere que lo
conozcan antes de que pase a formar parte de la junta
directiva del grupo. Es por eso que organizó esta fiesta. La
prensa nos comerá vivos, pero qué es otro escándalo para
nosotros. ¿Verdad?78

—¿Y tú estás bien con eso?

—Fue extraño, él no quería saber nada de nosotros y de


repente se puso en contacto con el abuelo, siguió
estudiando y dijo que tomaría su lugar en la familia. No lo
sé, mi hermano no era así. Nunca nos llevamos bien, pero
lo conozco lo suficiente para saber que cambió.98

—¿Cambió? ¿En qué sentido?

—Parece enojado con el mundo.44

Jimin no pudo contener la risa.

—Hay que ver quién lo dice.

—Que gracioso.—Yoongi le acarició el rostro.—Ya lo


conocerás y podrás hacerte una idea. Pero no te acerques
mucho a él, Jimin. No es un hombre agradable.32

El abuelo Min llamó la atención de todos en el salón. Y la


prensa tomó sus posiciones, alistando cámaras y
micrófonos.10

—Quise reunirlos a todos ustedes esta noche para hacer un


anuncio importante. Muchos no lo saben, pero Min Yoongi
no es el único heredero de nuestra familia. Quiero hacer
pública el día de hoy, la existencia de mis otros dos nietos.
—Se elevó un murmullo colectivo de asombro y los
reporteros se amontonaron alrededor del abuelo.— Sé que
ni con una vida entera podré resarcir el daño que les causé
al alejarlos de su padre. Pero crecieron para ser los
herederos del grupo Min que realmente son. Damas y
caballeros, por favor, me siento orgulloso de presentarles
está noche a mis nietos: Min Jungkook y Min Junghyun.206

Tae agrandó los ojos al ver quién iba entrando al salón y


estuvo en un parpadeo junto a Jimin.

—¿Jimin?—Le apretó la mano a su pequeño hermano.

Los flashes iluminaban el pequeño y consternado rostro del


omega. Jimin no tuvo mayor reacción que apretar con
fuerza la mano de Tae. Sus pequeños ojos brillaron con
pasión nuevamente. Todo este tiempo, tanto sufrimiento
pudo haber sido evitado...9

—Ese maldito...—Jimin soltó una lágrima pero se la limpió


de inmediato. No sentía más que rabia.—¡Lo odio!
28
Como era de esperar la prensa acribilló al abuelo Min con
preguntas, las primeras planas de mañana hablarían de los
nuevos herederos, haciendo un completo escándalo de los
sucedido. Por cuestiones de seguridad, la prensa fue
retirada y la velada continuó. El abuelo presentó a sus
nietos con orgullo. Decir que fueron plenamente recibidos
era mentira pero nadie se atrevió a ofender al alfa Min con
malos comentarios, ya hablarían a sus espaldas, como bien
sabía hacer la sociedad.19

Jimin estaba pálido de la impresión. Tae y Yoongi se


preocuparon, pero cada uno por distintas razones.

—¿Te sientes mal, Jimin? ¿Quieres que te lleve a tu casa?


—Yoongi se alarmó.

—Creo que es lo mejor. —Tae estaba de acuerdo.—Vamos a


casa, Jimin. No debes estar aquí.

—No, está bien...solo... tomaré un poco de aire.

Jimin salió al jardín y se perdió en un laberinto hasta que


encontró una banca, necesitaba alejarse de la fiesta, los
reporteros, el ambiente, de... Jungkook. Todo era
demasiado abrumador, se estaba ahogando. ¿Qué hacía
Jungkook aquí? ¿Porque se presentaba como uno de los
hermanos de Yoongi? Decir que estaba sorprendido era
poco. ¿Qué estaba pasando?2
Gracias a la ausencia de su lobo, no fue conciente de la
presencia de un alfa hasta que ya era demasiado tarde.
Fuertes brazos lo rodearon y lo refugiaron del frío que se
colaba por su ropa. Jungkook apoyó la barbilla sobre su
hombro y suspiró con pesar. Jimin luchó para liberarse
pero el alfa lo inmovilizo.164

—No tengo derecho, lo sé.—La voz del alfa estaba cargada


de dolor.—Pero dame un minuto para tenerte entre mis
brazos, Minnie. Te lo suplico.230

Jimin no dejó de luchar hasta que se soltó. Sus ojos


picaban pero no lloraría frente a él.

—Tu eres increíble.

—Dejame explicarte todo.59

—La última vez que escuché eso, salía de mis labios,


mientras te rogaba a media calle. ¿Por qué tendría que
escuchar lo que tengas que decir ahora?74

—Porque te mereces una explicación.30

—¡Pr supuesto que la merezco!—Chilló con rabia.—Después


de todo el daño que me hiciste merezco saber porque
fuiste tan cruel conmigo. ¿Pero sabes que? Aprendí a
superarlo. Y lo que tengas que decir no me importa.44

—Sé que estás molesto.Yo tampoco fuí honesto contigo,


pero tienes que saber porqué.—Jungkook lo detuvo
sujetando su brazo cuando Jimin quiso irse. Lo que fue un
error, porque el omega gruñó y sus ojos brillaron de
cólera.3

—No te atrevas a tocarme de nuevo.

—Jimin...

—No sé qué está pasando o porque estás aquí y mucho


menos me interesa. Pero mantente alejado de mí.3

Jungkook tenía tanto que decir, tanto que explicar, pero


todo era inútil porque no sería escuchado.1

—¿Por qué no te casaste con mi hermano?31

—Si piensas que tú eres la razón estás perdiendo el tiempo.


No fue por ti. Te lo aseguro.

—Escuche que estuviste enfermo. ¿Qué paso?47

—¿Ahora te interesa?

—¿Fue algo grave? ¿Estás bien?14

Esa pregunta fue la gota que derramó el vaso para Jimin.


Las lágrimas empezaron a caer sin que las pudiera
controlar.

—¿¡Y porqué rayos tendría que importarte!? ¡Sólo déjame


en paz! ¡No tienes derecho a preguntar nada sobre mi vida!
Te apareces luego de tres años rogando por una
oportunidad de explicarte. Y además resulta que eres uno
de los Min y nunca me lo dijiste. ¡No te imaginas ni la mitad
del daño que me hiciste! —Jimin estaba histérico.—¿¡Por
qué crees que te mereces una oportunidad de ser
escuchado ahora!?37

—¡Sé que te lastimé! Pero tuve que tomar ciertas


decisiones que no podía explicar en el momento. No te dije
que era de familia pudiente porque nunca tuve intenciones
de ocupar mi lugar. Odio ser parte de este mundo.

—Que hipocresía. —Jimin le dió una mirada de desprecio.—


Fuiste cruel conmigo cuando te abrí mi corazon y te dije la
verdad. Me señalaste con el dedo y mira dónde estás
ahora.57

—Tuve que irme, Minnie. —Jungkook bajo la mirada.—Tu


estabas dispuesto a renunciar a todo por nosotros y no
podía dejarte hacer eso. En aquel entonces yo no tenía
nada que ofrecer. ¡No era nadie a la par tuya! Lo nuestro no
hubiese funcionado de esa forma. Cuando supe quién eras,
comprendí que está era la única manera de tenerte a mi
lado.102

—¿Y qué ofreces ahora? Yo siempre lo tuve todo. Lo único


que quise fue un amor verdadero.48

—Eso siempre te lo di. Ambos cometimos errores, pero


estamos aquí nuevamente. —Jungkook volvió a acercarse.
—Aquella vez dijiste que sanarias mis heridas, déjame
hacer lo mismo por tí. Estos tres años fueron una agonía.
Me torturaba pensando en que te casarías con Yoongi y
cuando volviera sería tarde. Pero no lo hiciste. ¡Ahora las
cosas van a ser diferentes! Te prometo un para siempre,
libre de mentiras.

—Yo te llamé, rogué porque volvieras y tú familia no quiso


decirme en donde estabas. Dijeron que no querías saber
nada de mí. ¿Sabes lo mucho que te necesité?

—Yo les pedí que no te dijeran nada. No tenía el valor para


enfrentarte.3

Jimin le dió una cachetada, la muestra de su pequeña


mano quedó impresa en la cara del alfa.81

—Alejate de mí.1

—Estar sin tí fue una agonía, Minnie... Por favor, amor...75

El pequeño Jimin estaba tan ido en su dolor y furia y se


sentía tan traicionado, que luego de tres largos años de
ausencia, su lobo hizo aparición. El omega cambió a su
forma lobuna y se lanzó a atacar.52

—¡Que sabes tú de agonía!

Su lobo había vuelto y quería la sangre del alfa en


compensación del daño recibido. Jungkook apenas tuvo
tiempo para reaccionar y defenderse.3

—¡Jimin, no te pongas así!—Metió la cola y esquivó una


mordida.—¡Hablemos como gente civilizada!3

—¡Voy a matarte! ¡No te mereces ningún perdón!2

El alfa rodó en un intento desesperado por quitarse al


lobito blanco de encima. Cuando los colmillos de Jimin se
clavaron en su cuello y sus garritas de lobo le desgarraron
el lomo, aulló de dolor.19

—¡Jimin, ya basta!

—¡Anda, pelea cobarde!36

—¡No voy a pelear contra ti!—Al alfa aulló cuando Jimin lo


mordió otra vez.—¡No es una pelea justa, Jimin! ¡No me
voy a defender porque no quiero hacerte daño!

Eso pareció prender una idea en la mente del lobito


blanco.1

—¿Así que no soy rival para ti, eh?12

El alfa se dejó caer, adolorido. Jungkook estaba


impresionado con la fuerza de Jimin, nunca pensó que
fuera tan poderoso. Aunque aquella vez en la que fueron a
cazar conejos debió darle una idea de lo salvaje que podía
ponerse.

—Hablemos, Minnie... Sé que te lastimé y que no merezco


tu perdón, pero haré lo que sea para ganarme tu cariño de
nuevo...—Jungkook callo cuando Jimin se sentó en sus
patas traseras y soltó un aullido de auxilio con su voz de
omega.—¿Qué haces? ¡No estás en peligro conmigo!7

El primero en acudir al chillido caprichoso de Jimin, fue


otro lobo blanco. Un poderoso alfa albino que enseñaba los
colmillos.

—¿Yoongi?—Jungkook le gruñó a Jimin.—¿Porque mi


hermano reacciona a tu llamado de omega?131
Jimin chilló otra vez.

Está vez, llamando a Namjoon. A estas horas su hermano


tendría que haber llegado ya. Así que dió un grito de auxilio
tan estremecedor, que todos salieron a ver, creyendo que
lo estaban matando.38

Namjoon observó a su padre con suma atención. El viejo


alfa caminaba despacio pero con seguridad. No parecía
sentirse mal o cansado.

—¿Podrás entrar tú solo a la fiesta?

—Ya te dije que no te preocupes. En tanto nada me agite


estaré bien. Ahora iré a reunirme con tus hermanos.22

—Esta bien.—Nam sacó su teléfono.—Tengo que hacer


unas llamadas, pero en un momento me reúno con ustedes.

Namjoon esperó atento hasta que su padre estuvo seguro


en las mansión y se alejó hacia el jardín a realizar unas
llamadas de último minuto. Surgieron unos asuntos en la
oficina que no pudo tratar antes de la fiesta, así que le
tocaba solucionar los inconvenientes por teléfono. Era algo
que odia, el trabajar a distancia, pero su asistente podría...

Sus sentidos captaron un ligero aroma a rosas que le robó


la atención por completo. Namjoon sé sintió
inexplicablemente atraído hacia la fuente de olor, dobló en
un esquina del jardín y una angelical voz llegó a sus oídos.
55

—¡¡Yeah it’s my truth...It’s my truth...— La preciosa voz


siguió cantando hasta que llegó a una nota aguda.
—...Maybe I, I can never fly...!!84

Namjoon se detuvo en seco cuando vio a un hermoso


omega dejando el alma y los pulmones en una canción
llena de sentimientos. Estaba vestido de blanco, era alto y
esbelto, su cabello negro captaba las luces que decoraban
el jardín. Parecía envuelto en un aura de tranquilidad, como
si estuviera en su propio pedazo de cielo. Y es que
ciertamente, el omega parecía un ángel.27

Nam piso una ramita y alertó al omega, que paro de cantar


y pegó un grito cuando lo vio.

—¡Lo lamento!

—¡Oh, por la sagrada luna! ¡Qué susto me diste!—Al ver qué


Namjoon no era ningúna amenaza, soltó una risa
limpiavidrios.—¡Ah se me olvida que aquí no es como en el
pueblo, por un minuto pensé que se trataba de algún oso!87

Algo se quebró dentro del alfa al escuchar esa melodiosa


risa. Ahí, en medio del jardín de los Min, Namjoon se había
enamorado.75

—¿Cómo te llamas?
—Seokjin. Pero tu puedes llamarme Jin.—El omega sonrió,
encantado por la atención.—Eres el primer alfa que se
acerca a hablarme en toda la noche. ¿Toda la gente aquí es
igual de ególatra? Tenía muchas expectativas para esta
noche, terminé muy decepcionado. Aquí todo el mundo me
desprecia.39

A Namjoon no le gustó escuchar eso.

—¿Quien te ha hecho desprecios?

—Es un decir.—Jin le lanzó un beso.—Soy el omega más


hermoso de este lugar. ¿Porque me iba a preocupar por lo
que piensen esos estirados?79

Y de nuevo se rio de aquella manera tan hermosa.16

—¿Como te llamas, guapo?11

—Kim Namjoon.

—Oh, eres uno de los Kim. Conozco a uno de tus hermanos.


¿Sabes?.—Jin le extendió una mano y Nam no dudó en
tomarla. No se asombro de la suavidad de su piel de
porcelana. —No pensé que en realidad conocería al
heredero de los Kim. Te he visto en muchas revistas. Dime,
¿Tu vida es tan fabulosa como la pintan?

Una de las cosas que más odiaba en el mundo Namjoon era


que las personas lo tratarán diferente por su apellido. Pero
sucedía lo contrario con Jin. Por alguna razón sentía que el
omega era diferente a todos los que había conocido en su
vida. Podía notar que no era alguien de su clase, a
kilómetros de distancia. Su piel aunque suave y bien
cuidada, no tenía rastro de ser tratada con productos de
buena calidad. Su cabello igual. Y su ropa no estaba tan a
la moda como los omegas de la fiesta. ¿Era tal vez algún
ayudante?

—Si, bueno... Tengo una vida muy ocupada, es difícil para


mí asistir a fiestas cómo esta. Mi tiempo es limitado. Y
regularmente si me queda tiempo libre se lo dedico a
alguien que valga la pena.2

—Ah... entiendo.

—Si, bueno. —Nam creyó que lo estaba impresionado así


que se fue de boca.—No es fácil conseguir la atención del
heredero de los Kim. Tienes que ser alguien muy especial.
¿Sabes? Prácticamente tuviste suerte de conocerme.44

Cuando no obtuvo respuesta, Nam descubrió que el omega


lo estaba viendo con algo parecido a la... ¿decepción?

—Oh, bueno... Quiero decir que...

—Si, ya entendí. Fue un gusto conocerte, lamento haberte


quitado el tiempo.7

—¿Qué? ¡No! ¡No te vayas aún! Quédate un poco más.1

Del otro lado del jardín se elevó el sonido de cristales


rompiéndose y gritos de horror. Namjoon frunció el ceño
cuando creyó escuchar el aullido de omega de Jimin. Pero
eso no podía ser, el lobo de su hermano llevaba ausente
mucho tiempo.5
Tae llegó corriendo mientras gritaba.1

—¡Jimin cambió y está peleando con...—Su hermano se


detuvo en seco al ver la escena frente a él. Namjoon en la
oscuridad del jardín reunido con un bonito omega,
rodeados de lucecitas decorativas en las copas de los
árboles.—¿Estás saliendo a escondidas con alguien,
Joonie?17

Jin sonrió al reconocer al otro omega.

—¡Tú debes ser Taehyung!

—Si. ¿Por qué? ¿Quieres mi autógrafo? Soy fabuloso, lo sé.


—Tae sacudió su mullet.35

—¡Soy amigo de Jimin! ¿No te habló de mi? ¡Me llamo Jin!

Tae abrió la boca.

—¿Tú eres Jin? ¡Ahhh! ¡Minnie me contó mucho sobre ti!

Ambos omegas soltaron un grito de emoción. Namjoon


gruñó.66

—¡Taehyung termina de hablar!

—¡Ah, si!—Tae no le prestó demasiada atención.—Es que


Jimin cambió y está peleando con un alfa al otro lado del
jardín. Oye, Jin. ¿Es cierto que tu única conexión con el
mundo civilizado eran esas revistas viejas? ¡Lunas, que
tristeza! Debes venir a nuestra casa, allá tengo los últimos
números de...14
—¿¡Qué fue lo que dijiste, Taehyung!?—Nam gruñó de
nuevo.—¿Jimin está peleando con un alfa?

—Pero no con cualquier alfa. ¡Con Jungkook! ¡Resulta que


no era pobre después de todo! ¡El maldito le mintió! ¡Es uno
de los hermanos de Yoongi! ¡Jimin le está dando una
paliza! Aunque cuando venía para acá Yoongi salió en
auxilio de Jimin, así que supongo que los gruñidos que
escuchamos ya no son de nuestro hermanito...9

Tae no fue conciente de la gravedad de lo que dijo hasta


que escuchó a su hermano mayor gruñir y convertirse en
un intimidante lobo marrón, no le importó que su ropa
quedara desgarrada. Nam enseñó los colmillos y salió
corriendo con la mente puesta en asesinar al alfa que le
hizo daño a su hermanito.30

Tae tragó al darse cuenta de que debió tener un poco más


de tacto al hablar.

—Ups.2

—Entonces...—Murmuró Jin, como quién no quiere la cosa.


—¿Tienes el número más reciente de Cover Girl?78

Tae sonrió como si hubiese encontrado a su alma gemela.


29
Horas antes de la pelea.16

Jungkook pudo sentir el momento exacto en el que los ojos


de su omega lo encontraron, podía sentir la fuerza de su
mirada taladrándole la cabeza. Pero no podía ir a él de
inmediato porque las cámaras de los reporteros seguían
sobre ellos.

—Esto es una pesadilla...—Jung Hyun se quejó a su lado. —


¿Te imaginaste que iba a ser así? Me siento como un
animal en el zoológico.

—Pudo ser peor.

—Oye, hermanito... —Jung Hyun miro por encima de la


cabeza de Jungkook y tuvo escalofríos. —No creo que tu
plan vaya a funcionar. Cierto omega te esta viendo con
ojos asesinos. Yo que tu ni me arriesgaba.1

Jungkook seguía con la vista clavada al frente. Pero


confirmar que era Jimin quien lo observaba le aceleró el
corazón. Lo puso tan nervioso que estaba a un paso de
salir corriendo para tomarlo entre sus brazos. Tres años
lejos habían sido una tortura.

—¿Sigue igual de hermoso?10

Jung Hyun hizo un sonido de aprobación.


—Aunque cambio el color de su cabello. Y está más
delgado. —Su hermano frunció el ceño. —Vaya, si no lo veo
no lo creo. Jimin uno de los Kim y no solo eso, también era
el prometido de Yoongi. ¿A que es un mundo pequeño, no
es así?7

Jungkook tomó un largo suspiro.

—Lo arruiné, Jung Hyun. Nunca debí dejarlo. ¿Se ve muy


enojado conmigo?33

—Se ve sorprendido. —Jung Hyun se encogió de hombros y


volvió a sonreír para las cámaras. —Como sea, trata de
hablar con él. Se merece una explicación.

El abuelo puso punto y final a la conferencia de prensa e


invitó a los reporteros a retirarse. Jungkook se vio rodeado
de personas que no conocía. El abuelo los llevó haciendo
las presentaciones necesarias con socios y familias. Las
miradas de asombro y comentarios curiosos no faltaban.
Todo era demasiado abrumador.

—Y ese era el embajador de España.—Estaba diciendo el


abuelo.28

—Abuelo, entiendo que sometas a Jungkook a esta tortura


porque tomará un lugar en la junta directiva y bla, bla, bla...
—Jun Hyun rodó los ojos. —¿Pero yo porque tengo que
compartir el sufrimiento? Todos sabemos que Yoongi y
Jungkook se harán cargo del negocio familiar. Mi presencia
no es necesaria aquí. Te propongo un trato. Mis hermanos
que se hagan cargo del negocio familiar y todo eso,
mientras yo seré el playboy de la familia. Ellos hacen
dinero y yo lo gasto con omegas calientes. ¿Trato?82

El abuelo Min se puso rojo de la cólera, elevó su bastón y le


pegó con el.7

—¡Muchacho insolente, bueno para nada!—Jung Hyun


trataba de esquivar los golpes. —¡Tu padre no solo te
heredo el apellido, también su bocota! Eres uno de los Min
y tienes que estar presente lo quieras o no.3

—¡De acuerdo, lo lamento, lo lamento!—Jung Hyun se


quedó sobándose la cabeza. —¿Así castigabas a papá
cuando era joven? Ahora entiendo porque salio huyendo de
aquí...

El abuelo Min agrandó los ojos.

—¿Qué fue lo que dijiste?

Jungkook bajó la cabeza y se masajeo la sien, la noche


recién empezaba y él ya estaba cansado de todo esto.

—Si me disculpas, abuelo, voy a tomar un poco de aire.

Sin esperar respuesta, Jungkook salió del salón.


Desesperado por alejarse de ese ambiente tan sofocante.
Cuando contactó al abuelo, supo que su vida iba a cambiar,
pero ahora que no había escapatoria, se sentía asfixiado.
Solo ahora que podía entender como se sentía Jimin.
Viviendo en una jaula de oro, en donde todos podían verte
encerrado detrás de los barrotes y nadie extendería una
mano en ayuda. Jungkook se sentía atado de pies y manos.
Desde que empezó a estudiar y se involucró poco a poco en
el grupo Min, los inversores y socios tenían sus ojos
puestos en cuando cometiera el primer error. ¿Cómo iba a
soportar tanta presión?

Caminaba sin ver realmente hacia donde iba, hasta que


escuchó un suspiro y no tuvo que levantar la vista para
saber a quién tenía a unos metros de distancia. No era
merecedor de tenerlo entre sus brazos, pero no pudo
ayudarse a sí mismo.

Y eso los llevaba al momento en el que estaban ahora.

Jungkook luchando por su vida mientras se defendía de


Yoongi y Namjoon. Y la verdad es que se lo tenía merecido,
lo aceptaba, pero no por eso iba a dejar que lo
asesinaran.26

—¡Lo van a matar!8

—¡Qué alguien los detenga!

Jimin hacía oídos sordos ante los gritos horrorizados de la


multitud. Siguió acicalando sus patitas mientras Jungkook
peleaba ferozmente defendiendose de dos alfas que
querían arrancarle la garganta. Taehyung llegó corriendo y
al ver a su alfa tranquilo de la vida, tomando un vídeo, le
dió un golpe en la cabeza.108

—¡Tu no aprendes!—Lo golpeó de nuevo.—¿Porque no te


has metido en la pelea?2
—Pero, amorcito...—Hoseok lucía horrorizado.—¿No crees
que sería una barbaridad tres contra uno?81

Jin llegó corriendo también y al ver a Jung Hyun tranquilo


de la vida, comiendo, le dió una patada en la espinilla.29

—¿¡Y tú porqué no estás ayudando a Jungkook!? ¡Lo van a


matar!5

—¿Quieres que me meta a recibir también?—Jung Hyun


tragó audiblemente.—No, gracias. ¡Yo seré el heredero
guapo y rico de la familia, no moriré jóven!34

En ese instante, Jungkook fue arrojado contra los cristales


de la ventana del gran salón, pedazos de cristal volaron por
el aire como si de lluvia se tratase y se clavaron en su piel.
Jungkook maldijo entre dientes, consuelo más inútil el que
tenía con su familia.

La multitud se apartó y el poderoso abuelo Min avanzó


hacia el frente. Jungkook supo que estaban en serios
problemas en cuanto el abuelo los contempló con un
mirada de hielo, infló el pecho y usó su voz de mando.

—¡Ya fue suficiente!—El gruñido congeló hasta el corazón


más feroz.14

—¡Abuelo!—Yoongi amenazaba con tirar la puerta, mientras


el abuelo Min terminaba de encerrarlo bajo llave en su
habitación.—¡No podran encerrarme por siempre! ¡No te
acerques a Jimin! ¿Me oíste, Jungkook? ¡No lo voy a
permitir!29

Ya en el estudio, el abuelo Min les sirvió una copa y llamó a


una sirvienta para que le curara las heridas.

—Bien hecho, muchacho.—Su tono sarcástico estaba


demás.—Me siento orgulloso de tí. ¡Tú primera noche como
mi heredero y termina en pelea de barrio! ¡Bravo!24

—Abuelo...

—¡Nada de "Abuelo"! El apellido te queda demasiado


grande, chico. Me decepcionas.

Jungkook no dijo nada mientras le limpiaban la sangre de


la nariz y de la boca. El apellido de su padre no solo venia
con buena posición y disponibilidad económica. Traía
consigo un millón de responsabilidades y presiones
sociales que lo ahogaban. Era el primer evento al que
asistía como uno de los herederos y miembro oficial de la
familia y ya se sentía incapaz de dar un paso más. ¿Así se
había sentido Jimin? ¿Cómo un prisionero?41

Tres años eran un tiempo muy largo para reflexionar. No se


engañaba a si mismo, desde el momento en el que le dijo a
Jimin que todo había terminado, se arrepintió. Pero no fue
capaz de volver con él. La mentira de Jimin había
cambiado todo. En el pasado, lo que tenia para ofrecerle
bastaba para que ambos tuvieran una vida feliz. Pero
después de saber la verdad... todo era tan insignificante.
Jungkook sabia mejor que nadie como era la vida de los
ricos. ¿Cómo podría ser tan egoísta de aceptar a Jimin y
dejar que su omega perdiera todo lo que era cuando el
mismo negaba su propia realidad? No había manera de
estar junto a Jimin hasta que arreglara sus propios
asuntos. Estaba molesto con Jimin, consigo mismo por
mentirle a su omega y con su familia por obligarlo a vivir
una vida que odiaba.1

Jungkook tenia decisiones que tomar y para eso tuvo que


poner tierra de por medio. Las cosas se habían puesto
demasiado turbias como para ser arregladas en aquel
momento. Durante su exilio voluntario prefirió estar
incomunicado. Se dijo que seguiría su camino, que lo mejor
que podía hacer era dejar a Jimin tranquilo y permitirle
rehacer su vida. Era la más noble que podía hacer por la
persona que amaba. Pero en ningún momento dejo de
extrañarlo. La idea de que finalmente se emparejara con
Yoongi y se olvidara de él lo mataba. Pero si eso llegaba a
suceder, lo aceptaría porque él mismo se lo había buscado
al abandonarlo.

Cuando volvió se sintió tan agradecido con la luna al


enterarse de que no hubo emparejamiento, que quiso
correr a los pies de Jimin y rogar por perdón de
inmediato. Sabia que era probable que no quisiera saber
nada de él y que jamás lo perdonara. Pero iba a reparar el
daño que le hizo, de una manera u otra. Después de todo
ambos se habían herido mutuamente, aceptaba que las
cosas no serían sencillas.
—¿Quieres explicarme de que se trató todo este circo,
Jungkook?

—Jimin es el omega del que te hablé.

—¿El omega que te tomó por estúpido y te engañó es el


pequeño Kim?—El alfa soltó una carcajada.—¡Ese chiquillo
es una monada!46

—Esto no tiene gracia.

—¡Claro que la tiene! El pequeño te tiene tan idiota que


fuiste capaz de aceptar la vida que tanto odias por una
oportunidad incierta con él. Adoro a ese omega.—Fuera de
broma, el abuelo estaba agradecido.—Gracias a él pude
recuperarlos, a tu hermano y a ti. Le hizo un gran bien a mí
familia. Tu por otro lado, estás sumamente jodido. No
puedo creer que seas el alfa que lastimó a Jimin, me
decepciona tu comportamiento. 48

Jungkook sintió que su corazón se volvía a romper. El


sufrimiento que él pasó mientras trata de llevar una vida
sin el omega que amaba, no era nada en comparación a lo
mucho que Jimin sufrió. En el poco tiempo que llevaba de
regreso, pudo escuchar infinidad de habladurías en torno a
la reputación dañada de Jimin. Merecía morir por haberlo
lastimado. Su pequeño omega le había mentido, pero se
confesó y pidió perdón. ¿Porque se había dejado cegar por
la cólera? Arruinó lo que tenían. No valoró el amor de
Jimin. Y es algo de lo que siempre se arrepentiría.49
—Abuelo... —Jungkook no quería creer lo que había
escuchado. Deseaba con todas sus fuerzas que fuese
mentira.—Jimin estuvo hospitalizado por varios meses.
¿Qué le pasó?21

—Eso no es algo que me corresponda decirte. Solo diré que


en vista de todo este enredo, por el bien de la amistad
entre ambas familias, espero que soluciones esto.—
Obviamente no era una petición.3

—Mañana mismo iré a la casa de los Kim y hablaré con el


padre de Jimin.—Se encogió cuando la sirvienta le terminó
de poner una venda en el cuello, donde Jimin le desgarró la
piel.—Hare las cosas de la manera correcta está vez.

—¿Porque no esperas unos días en lo que te recuperas? Si


vas en estas condiciones, Namjoon te hará puré.—El alfa
soltó una carcajada.—O es posible que el propio Jimin
termine de darte otra paliza.6

A pesar de todo, Jungkook sonrió. Su pequeño omega era


una fiera. Una cosita linda y con carácter. Sacó su celular
del bolsillo y la cara sonriente de Jimin lo saludó. En esos
tres años, no cambio su fondo de pantalla. Pensó en cómo
el omega lo había atacado y la satisfacción en su pequeña
carita de lobo al ver que Yoongi y Namjoon le estaban
dando una paliza.30

Me vas a cobrar la factura, ¿No es así, Minnie? No importa,


aguantaré lo que sea, si con eso puedo recuperarte.29
—A todo esto...—El abuelo frunció el ceño.—Todo está muy
silencioso por aquí. ¿Dónde está el escandaloso de Jin? La
última vez que lo ví le estaba dando una patada en la
espinilla a Jung Hyun.14

El propio Jung Hyun entró a la oficina, fresco como una


lechuga.

—No pierdas el tiempo buscándolo, Abuelo. Jin agarró sus


maletas y se largó.1

Jungkook frunció el ceño. ¿Cómo era posible que su primo


se hubiese ido? Había estado sumamente emocionado por
la fiesta y por vivir en una mansión que, no creía que
regresara a la casa de sus padres.

—¿Y a donde fue?

—El amor de tu vida y su otro hermano, el omega rubio, se


lo llevaron a su casa.117

Jungkook se masajeo la sien. ¿Porque no le sorprendía?


30
A la mañana siguiente, un omega enfadado picoteaba con
el tenedor su plato de frutas. Jimin estaba tomando su
desayuno en el comedor, pero no comía realmente, su
atención estaba enfocada en la primera plana del
periódico. En letras excesivamente grandes se leía el
titular: El pequeño de los Kim dotado de belleza y...
¿salvajismo? Le dedicaron dos páginas completas a
relatar desde la presentación de los nuevos herederos Min
hasta colocar fotografías de su pelea con Jungkook.26

Jimin dejó caer su cabeza en la mesa de caoba del gran


comedor, su mechones de cabello metiéndose en la jalea
de sus tostadas francesas. En cuanto su padre despertara
y viera el artículo estaría en problemas. Soltó un grito de
molestia y volvió a tomar el periódico.11

—¿Con qué derecho piensas que puedes volver a entrar a


mi vida como si nada hubiese pasado, eh?—Tomo las hojas
donde aparecía una hermosa foto de Jungkook y la hizo
bolita entre su puño, no satisfecho con eso, la tiro al suelo
y la pisoteo.—¿Por qué tenías que volver cuando ya te
había superado, Jungkook? ¿Qué no ves que yo estoy muy
feliz sin ti?47

Tae entró al comedor y se quedó a medio camino al ver a


Jimin. Su hermanito parecía desquiciado, su cabello
revuelto, su rostro rojo de cólera y sus pequeños pies
dando saltitos sobre el periódico.37

—Que bueno que ya lo superaste.—Soltó una carcajada


cuando Jimin se asustó y cayó sentado al suelo.—¿Te
sientes mejor luego de esta rabieta?2

Jimin se quedó derrotado en el suelo, su boca fruncida en


un adorable puchero que no había hecho en años.1

—¡No!

—Anda, ya levántate. Después podrás seguir atacando con


ese salvajismo tuyo las pobres hojas del periódico.1

—¿Ya leíste el artículo?

—No hace falta, esta por todo internet y en las noticias.

—¡Papá me va a matar!

—Si, es lo más probable... Oye, ¿Eso que tienes en el


cabello es jalea?

—No lo sé...—Jimin se levanto y se concentró en comer su


fruta.—¿Jin aún no despierta?

—Vengo de su habitación, esta muerto. —Tae suspiro.—


¿Sabías que nunca había dormido en sábanas de seda?
¡Tengo tanto que enseñarle! Primero lo llevaremos al spa
y...—Ambos omegas se quedaron callados cuando un mal
herido Namjoon entro al comedor.

—Oh, vaya...—Jimin se llevó ambas manitas al rostro de la


impresión.—¡Cuánto lo siento, Namjoonie!
Su hermano mayor no había salido ileso de la pelea. Tenía
el ojo morado, el labio partido y un collarín. Jimin no quiso
admitirlo, pero sintió cierto orgullo al ver a su alfa
defenderse. Jungkook había ganado en una pelea de dos
contra uno. Era un alfa fuerte y orgulloso, eso se lo
reconocía.103

—¿Los años pesan, no es así hermano? —Tae gozaba


burlándose de su hermano mayor.—¡Jungkook les dio una
paliza!

—¿De que hablas?—Nam se indignó.—Estuvimos a punto de


matarlo. El abuelo Min lo salvó.

—No me digas. Yo estuve allí. ¿Recuerdas? Y ustedes no se


veían muy bien que digamos.—Tae soltó una carcajada
cuando Nam le gruñó.—Te lo mereces, por haber mandado
al hospital a mi Hobi.

—¿Aún no me perdonas por eso?

—¡Por supuesto que no! ¿Sabes cuánto tiempo le tomó


recuperarse? ¡Tres meses!19

—Admito que me sobrepasé, pero...

—¡Tres meses, Kim Namjoon!—Grito exaltado Tae.—¡Fueron


los meses más horribles de mi vida! ¿Sabes que, en todo
ese tiempo, no tuvimos sexo? ¡Fue una pesadilla!66

—Es lo último que necesito escuchar cuando voy a tomar


mi desayuno. Cada vez que recuerdo ese dichoso vídeo
quiero lavarme los ojos con cloro.30
—Era un vídeo ardiente, tienes que admitirlo.—Tae sintió
escalofríos de placer y se mordió el labio inferior.—Yo
todavía lo miro cuando mi Hobi está de viaje. Me hace
extrañarlo un poquito menos.61

—¡Kim Taeyhung!

En ese momento, un maravilloso aroma a rosas llenó la


habitación, le siguió una estridente risa y un omega
somnoliento envuelto en una bata de seda. Unas largas y
torneadas piernas le dieron los buenos días a Nam. El alfa
se atragantó, asustando a Jimin, quién se levantó para
darle palmadas en la espalda.48

—¿Estás bien, Namjoonie?

—¡Buenos días, personas hermosas!—Era Jin, que venía


estirándose y haciendo un saludo al sol, dejando más piel
al descubierto, provocándole un infarto al heredero de los
Kim.—¡Oh, por la luna! ¿Está bien?

—¿¡Y tú que haces aquí!?—La sorpresa hizo que su voz


sonara más fuerte de lo que pretendía. Aún tosía.—¿¡Y
acaso no tienes una bata más larga!? ¿¡O un pantalón de
pijama!?6

—¡Oye, no seas grosero!—Jimin le pegó con fuerza en la


espalda.—Jin es mi invitado y se quedara tanto como le
plazca.6

Namjoon se puso pálido.


—¿Te voy a ver todas las mañanas?—¿Cómo iba a
sobrevivir a semejante espectáculo a diario? Su pobre
corazón no resistiría.—Debo estar soñando.10

—¡Oye!—Todo el buen humor de Jin se esfumó.—No sé qué


hice para no caerte bien, pero no dejaré que sigas siendo
un grosero conmigo. Te guste o no, soy invitado de tus
hermanos, no tuyo. ¡Así que supéralo!9

Namjoon agrando los ojos, sorprendido. Tae y Jimin se


deshicieron en carcajadas.

—Nadie me había hablado así en toda mi vida...27

—Bueno, me alegra ser el primero entonces. ¡Argh! Estaba


de tan buen humor. Como sea.—Jin sonrió y Namjoon sintió
que el sol le daba directo en el rostro.—¿Qué hay para
desayunar?9

—Parece que encontraste a la horma de tu zapato,


hermanito.—Tae era el que más gozaba de toda la
situación.—¡Ven, Jinnie, siéntate a mi lado, bebe!

Jimin se rió al ver el desconcierto de su hermano mayor, le


dio un besito en la frente y regreso a su lugar a seguir
comiendo. Conocía tan bien a su hermano que apostaría
toda su herencia a que Jin le había llamado
tremendamente la atención. Y entendía por qué.
Regularmente los o las omegas con las que Namjoon salía,
se sentían cohibidas por su personalidad o su apellido,
trataban de impresionarlo con un carácter dócil y delicado.
Pero definitivamente Jin no era el caso. Además si de
belleza se trataba, Jin no tenía nada que envidiarle a los
pomposos y estirados omegas de su círculo social. ¿Será
posible que al fin alguien haya logrado penetrar el corazón
de hierro del heredero de los Kim? Se moría por ver qué
pasaría con esos dos, por el momento sólo quería distraer
a Namjoon para que no le diera un regaño por el escándalo
con Jungkook. Así que se apresuró a contarle sus planes
para organizar una feria de caridad a favor de sus
cachorros del orfanato.14

—¿Qué te parece? ¿Crees que los socios quieran


colaborar? —Al no obtener respuesta, Jimin elevó la voz.—
¿Nam me estás prestando atención?

—¿Ah? ¿Que?—Su hermano parecía muy entretenido en ver


cómo Jin se llenaba la boca con fresas y se lamia los
labios.—Estaba pensando en la oficina, Jiminie. ¿Qué
decías?59

Aja, la oficina.3

—Te decía que quiero organizar una feria para recaudar


fondos para los huérfanos. Necesitan nuevas camas y
expandir los dormitorios de los bebés. Cada día recibimos
más cachorros y ya no tenemos espacio. Si por mí fuera,
les daría el resto de mi herencia, pero papá no me deja.18

—Es que la última vez te excediste, pusiste en renta una de


nuestras casas de verano sin consultarle a nadie.—Lo
regaño.—Además vendiste la mitad de tu armario por
internet. De seguir así, te quedarás en la calle.31
—Y no olvides de que convenció a Hobi de que subastara
su yate cuando Papá no quiso darle más dinero.—Tae hizo
un puchero.—¿Sabes lo mucho que me gustaba navegar
con mi alfa viendo el atardecer, Jimin? Enserio te lo
agradezco.3

—¿Tú alfa tenía un yate?—Jin lucia impresionado.—Yo


nunca me he subido a uno.

—Yo compre uno recientemente. ¿Te gustaría ir a navegar?


—El tono esperanzado de Nam no pasó desapercibido para
sus hermanos, pero sí para Jin, quien le dio una mirada de
desaprobación.42

—¿Compraste un yate sabiendo que los huerfanitos


necesitaban dinero?—Jin negó con la cabeza.—Que
vergüenza.234

—¿Invitaras a los socios a mi feria de caridad, Namjoonie?


—Jimin le hizo ojitos de cachorro a los que no podía
resistirse.

—Si, por supuesto, Jimin. Los convenceré de llevar a sus


familias y sus carteras llenas para que colaboren.

Jimin se levanto de su silla y corrió a sentarse en su


regazo, llenándolo de besos.45

—¡Eres el mejor, hermanito!

—Ya, no es para tanto, Jimin...—Namjoon se derretía con


los encantos de sus hermanos. No importaba que fueran
unos revoltosos, haría lo que fuera por verlos felices.
Siempre y cuando le exigieran cosas dentro de lo
razonable.—Pero no creas que se me ha olvidado el
escándalo de anoche.

—¡Namjoonie!

—Nada de excusas. Quiero que vayas a visitar a Yoongi y


te disculpes por involucrarlo en tus escándalos otra vez. Ya
no están comprometidos, dale un descanso. Y en cuanto a
Jungkook, te quiero lejos de él. Es una orden.4

—¿No crees que le corresponde a Jimin decidir si quiere


hablar con Jungkook o no?—Namjoon se giró con enojo
hacia Jin.—Ellos necesitan hablar.14

—¿Nos disculpas? Es un asunto familiar.

—Tengo todo el derecho de opinar, para tu información,


Jungkook es mi primo.

—¿Como has dicho? —Namjoon negó con la cabeza,


incrédulo.—¿A eso has venido? ¿A convencer a Jimin de
darle una oportunidad al idiota ese?

—¡Namjoon, las cosas no son así!—Jimin salió en la


defensa de su amigo.—Jin no ha tocado el tema en ningún
momento. Mis problemas con Jungkook no tienen nada que
ver con el. Jin es mi amigo, por eso está aquí.2

—Más vale que así sea, porque no quiero verte lastimado


otra vez. ¡Jungkook no pondrá un pie en esta casa mientras
yo esté aquí para impedirlo!1
Justo en ese momento, se escuchó la carcajada estridente
de su padre, seguida de una risa que Jimin conocía muy
bien. Las voces llegaban desde el pasillo.9

—¿Papá tiene visitas?—Tae frunció el ceño.—Pero si el rara


vez tiene energías para salir de la cama. ¿Quién podrá ser?

—¡Pero qué muchacho!—La voz de su padre estaba cargada


de agrado.—¡Tienes mi permiso para venir cuando quieras!
160

—Gracias, señor Kim. —Jimin reconoció de inmediato la


voz de Jungkook.—Debemos ponernos de acuerdo para ir al
golf. Mi abuelo me ha dicho que es un excelente jugador.
Pero no se comparará conmigo, apuesto a que puedo
vencerlo.40

—¡Pero qué insolencia!—Más risas.—¡Puedo vencer a un


cachorro como tú con los ojos cerrados! ¿El jueves está
bien para ti?1

Jimin salió del comedor en un abrir y cerrar de ojos,


alcanzó a los dos alfas mientras estos seguían bromeando
en su camino hacia la puerta principal. Su padre era un alfa
apuesto que perdió el brillo de la juventud, pero a pesar de
sus dolencias cardíacas mantenía un porte orgulloso, era la
primera vez desde su ataque cardiaco que Jimin lo veía
charlar tan animado. Su alfa... Jungkook... ¡Ah, el traidor
ese! Tenía un brazo con cabestrillo, una venda en el cuello
y una pequeña gasa en la mejilla. El corazón de Jimin se
oprimio por unos segundos al verlo todo herido. Pero se
recompuso.4

—¿Y tú que estás haciendo aquí?

—¡Oh, Minnie!—A pesar de los golpes, la sonrisa de


Jungkook era radiante.—Buenos días, amor. ¿Dormiste
bien?160

—¿Disculpa? —Jimin miro a su padre, incrédulo.—¡Papá es


Jungkook! ¡Sácalo de esta casa a patadas! ¡Sunying, trae la
escopeta!250

—¡Basta, Jimin!—Su padre lo regaño.—Este agradable joven


a venido personalmente para tratar asuntos importantes
conmigo.

—¿Y de que tienes que hablar con mi padre?

—Quería pedirle permiso para cortejarte formalmente. —


Fue la simple respuesta de Jungkook.—No pude hacerlo en
el pasado porque nunca me presentaste a tu familia. Pero
haré las cosas como se debe esta vez.115

Jimin no podía estar más indignado.1

—Eso me recuerda que tengo un par de cosas que hablar


contigo, Jimin.—Su padre volvía a estar molesto con él.—
Ve a mí estudio y espérame allí. Tienes mucho que aclarar,
jovencito.1

—¿Y ahora que hice?


—Tu me dijiste que este muchacho se había ido, dejándote
burlado hace tres años. Lo que no me dijiste es que le
habías hecho a él. ¿Cómo estuvo eso de que le hiciste
creer que eras pobre y huérfano?56

—¡Pero le dije la verdad y no quiso perdonarme!

—¡Hizo bien! Estas tan acostumbrado a salirte con la tuya


que, cuando alguien no quiso que le siguieras viendo la
cara de estúpido, te dió un ataque de capricho.179

—¡Papá!

—¡A mí estudio, Jimin!

Jimin le dió una patada al suelo y si las miradas mataran,


Jungkook ya estaría tendido boca abajo y con un ataque al
corazón.

—¿Y así piensas recuperarme? ¡Vas por muy mal camino!30

—Tu no quieres hablar conmigo como gente civilizada, así


que debo tomar medidas drásticas. O terminaras
matándome antes de que logre darte una explicación.—
Jungkook sonrió, una hermosa sonrisa que dejaba al
descubierto sus dientes delanteros y le daba una
apariencia de cachorro inocente.—Tengo reservaciones
para esta noche. ¿Me acompañas a cenar?

Los ojos de Jimin brillaron y el alfa supo que era tiempo de


correr.23

—¡Sal de mi casa, ahora mismo!1


—¡Fue un gusto conocerlo, Señor Kim!—Le hizo una
reverencia a su suegro y luego le dió una última sonrisa
esperanzada a Jimin.—¿Te parece a las ocho, Minnie?15

—¡Lárgate de aquí!3

Jimin cambio a su forma lobuna y persiguió al alfa en una


carrera a muerte hasta que el pobre llegó a su auto, con su
brazo lastimado a duras penas pudo abrir la puerta y
ponerse tras el volante.41

Jin y Tae observaron todo el espectáculo desde los


ventanales del comedor.

—¿Cuanto a que Jimin lo deja plantado?

—¡Apuesta por algo menos obvio, Jinnie!—Tae rodó los


ojos, pero luego dijo:—Va a caer a la segunda que lo invite.

—Yo digo que a la cuarta.32

—¡Hecho!2

Namjoon observaba encolerizado como los dos omegas


apostaban mientras a él lo mantenían amarrado a la silla
con el mantel y amordazado con una servilleta. De tanto
forcejear se cayó de lado con todo y silla, soltó un gemido
lastimero cuando sus costillas agrietadas amenazaron con
romperse.75

—¿Deberíamos desatarlo?—Tae se llevó una mano a la


barbilla, pensativo.—Jungkook se fue. Ya no hay peligro.1
—Yo aún lo veo algo salvaje, un ratito más no le hará daño.
¿No dijiste que también había atacado a tu alfa? No puede
ir peleando con medio mundo. Deja que escarmiente. —Jin
le restó importancia, luego se llevó una mano a su
hambriento estómago—Oye, ¿Acaso todo el mundo en esta
casa se mantiene a dieta? ¿Dónde están los waffles?
Tres años atrás
El lobo de Jungkook aulló mientras se alejaba de la
cafetería, el llanto de Jimin le partía el alma, pero estaba
tan cegado por la rabia que se obligó a seguir caminando
hacia su auto, hasta que sintió que el pecho se le
desgarraba y ya no pudo dar un paso más. Luchó por
respirar mientras se levantaba y corria de regreso. Su alma
se estremeció al ver a Jimin inconsciente en los brazos de
un alfa mayor, corrió a su lado y cayó de rodillas mientras
arrebató de las manos del anciano al omega.91

- ¡Minnie!-Jimin estaba pálido y sudaba frío. -¡Reacciona,


Jimin!

-Joven, tenemos que llevarlo al hospital.

Jungkook no dudo ni un segundo en tomar a Jimin entre


sus brazos y lo acomodó en su auto, en una carrera mortal
hacia el hospital. Rompió todas las reglas de transito
posibles y poco le importó. Cuando llegaron al hospital no
se separó de Jimin en ningún momento. Ni siquiera cuando
los médicos quisieron sacarlo de la sala de emergencias.

-Tienes que salir de aquí, muchacho.

-No, no lo voy a dejar. -Jungkook sostenía la mano del


omega en todo momento. -Por favor, atiéndanlo de
inmediato.
El medico no pudo luchar contra el joven alfa desesperado
y con una señal de cabeza, ordenó que pusieran a Jimin en
una camilla y lo estabilizaron.

- ¿Qué fue lo que pasó?

-Es mi culpa... nosotros peleamos...-Jungkook sentía el


nudo de la culpa presionando su corazón. -Nunca debí ser
tan cruel con él.65

El medico examinó a Jimin en busca de alguna señal física


de que algo anduviera mal, en todo momento, Jungkook
estuvo ahí. Pendiente de los mínimos gestos en el rostro
del medico.

-Bueno, su presión volvió y su corazón late a un ritmo


normal. -El medico le dio una palmada en la espalda. -Lo
que tienes aquí, muchacho, es a un omega muy sensible.
Sufrió un ataque de pánico y eso le causó el desmayo. Le
administramos unos calmantes, estará algo atontado, pero
despertará en unas horas. -Al ver su cara de angustia, el
medico sonrió. -Ya tranquilízate, tu pareja esta bien.12

- ¿Esta seguro de eso?1

-Mi intuición me lo dice, pero si te reconforta, tengo una


basta experiencia de treinta años respaldándome. Le
haremos unos exámenes para verificar que todo esta en
orden, pero te puedo asegurar que así es. -El alfa le dio una
mirada comprensiva. -Tener pareja no es fácil, chico. Pero
la clave esta en que no importa cuantas veces peleen, si al
final de día, pueden verse a los ojos con amor. No hay nada
que no tenga remedio.12

Cuando el médico se fue, Jungkook se acercó a su omega y


tomando una de sus manitas entre las suyas, depositó
besos llenos de culpa. Todo el enojo olvidado, no importaba
lo que Jimin había hecho. Nada justificaba que lo
lastimara. Cualquier trauma del pasado, palidecía ante la
idea de dañar al amor de su vida. Jimin lo amaba y esa era
toda la verdad que necesitaba en su vida. Por el omega que
poseía su corazón, Jungkook estaba dispuesto a hacer
cualquier cosa.4

-Perdóname, Minnie...-Le lleno de besos el rostro. -Lo que


hiciste, no tiene importancia. ¿De acuerdo? No es nada.

Jimin se movió inquieto, buscando la calidez de su alfa.24

-Jungkook...

-Aquí estoy, Minnie...-Jungkook le acarició el rostro y le dio


un suave beso en los labios. -Perdóname, nunca en mi vida
volveré a enojarme contigo. Lo que sea que quieras hacer
de ahora en adelante, esta bien para mi. ¿Me oyes? Todo lo
que quieras te lo daré.

- ¿Ya no estas enojado?

-No, mi amor. Jamás lo voy a estar.

-Pensé que se me partía el corazón cuando vi que te


alejabas.
-Y yo estaba cegado por el enojo. Pero ya nada de eso
importa. Lo siento, Minnie.

- ¿Me... perdonas?59

-No hay nada que perdonar. -Jungkook le dio otro beso.

- ¿Hablaras con mi padre? ¿Y con Namjoon?-Jimin ni


siquiera había abierto los ojos, pero sonreía, estaba algo
atontado. Hablaba bajito y Jungkook se quiso matar por
haberle hecho esto. Debió ser más comprensivo y no dejar
que las cosas llegaran a este extremo.

-Hay algo que debo decirte, Minnie.

- ¿Es importante?

-Mucho.

-Dímelo después. Ahora solo quiero que me abraces, me


siento muy mareado. ¿Qué me dieron? -Jimin se movió
dejando algo de espacio para que se subiera a la camilla
con él. -Anda, abrázame.9

No había nada a lo que Jungkook pudiera negarse cuando


se trataba de Jimin. Se quitó los zapatos y se acomodó con
cuidado con Jimin entre sus brazos, liberando su aroma
para calmarlo hasta que se durmió. Mientras estaba ahí en
la camilla con él, Jungkook se quedó en silencio, velando
el sueño de Jimin, su vista puesta en un punto ciego en la
ventana. Su mente se devoraba en un debate interno con el
que nunca quiso lidiar en el pasado.3
Ahora que Jimin le había dicho la verdad, eso cambiaba por
completo las esperanzas y sueños que él se había
planteado para ellos. Estaba seguro de que podría darle a
Jimin una vida feliz y sin preocupaciones, lo poco que
tenia, se lo estaba ofreciendo al omega sin condiciones.
Nada iba a faltarle a su lado. Tendrían una familia feliz con
sus cachorros corriendo alrededor y envejecerían juntos.
Park Jimin era todo lo que Jungkook deseaba. Kim Jimin
por otro lado, era una historia completamente diferente. No
importaba que Jimin dijera que lo que le ofrecía era
suficiente. Jungkook no era tan ingenuo. Su omega estaba
acostumbrado a cierto estilo de vida que, como su
compañero, no podría seguir llevando. Su familia y sus
amigos lo iban a repudiar. Jungkook sabía muy bien lo que
era ser rechazado por ese privilegiado círculo social. Y no
podía, si quiera pensar, en someter a Jimin a semejante
situación.1

Y lo sabía muy bien porque había experimentado el rechazo


en carne propia de parte de su verdadero padre. El
heredero de los Min había ocultado a su segunda familia
como si dos cachorros y una omega fueran la basura que
empañaba su jardín trasero. Esa era una herida en el alma
de Jungkook que lo marcó terriblemente. Desde que era un
cachorro se dijo que jamás pertenecería a ese círculo de
gente traicionera y frívola, había renunciado al apellido
Min. Su verdadero padre seria el alfa Jeon, un hombre que
salvo a dos cachorros y a una omega de quedarse en la
calle, que les ofreció no solo un techo sobre sus cabezas,
si no que, fue un padre al que podía admirar.48

Estaba decidido a vivir como Jeon Jungkook. El abuelo


Min, Yoongi y toda su fortuna no existían para él. Por que
nunca tomaría su lugar en la familia. O eso pensaba hasta
hace unas horas cuando de la boca de su omega salió una
verdad que lo condenaría para siempre. Jimin no solo era
parte de una de las familias más poderosas de Corea, por
increíble que fuera, también estaba comprometido con su
medio hermano Min Yoongi. El destino, sin duda, le daba
vueltas inesperadas a tu vida. Jungkook no era nadie como
un Jeon al lado de Jimin. Nunca podría ofrecerle la
protección, estatus social y seguridad que Yoongi le daba,
pero podría estar a su mismo nivel si se volvía un Min. Por
primera vez en su vida, renunciando a todos sus prejuicios,
y superando todos sus traumas del pasado, aceptó que la
única manera de estar junto al omega que amaba era ser
aquello que tanto odiaba.42

Sacó su celular del bolsillo y acarició el número que brilló


en su pantalla. Sabia claramente que cuando marcara el
botón de llamada, su vida iba a cambiar para siempre. Se
estaba rindiendo, y aunque sintió nauseas y terrible vacío
en el estomago ante la idea de afrontar aquello para lo que
no estaba listo, al ver el rostro dormido y hermoso de Jimin
se dijo que valdría la pena.2

Presionó el botón de llamar y una voz cansada y ronca le


contestó.
- ¿Diga?

-Abuelo...

- ¿Jungkook? ¿Eres tú?

Jungkook de nuevo se sintió como aquel pequeño cachorro


rechazado, despreciado y abusado, que jamás perdió la
esperanza de que su padre lo amara. Los traumas de la
niñez eran una mierda, se dijo, porque no importaba que
tan fuerte creyeras ser. Te ponían de rodillas, el dolor de
nuevo en tu corazón. Trago con fuerza y se obligo a hablar.

-Quiero hablar contigo.

***

Alrededor de las once de la noche, Jungkook volvió al


hospital lleno de alivio y esperanzas. La charla con su
abuelo había estado llena de sentimientos encontrados,
pero sobre todo, dolor. Pero nada de eso importaba ya,
porque mientras subía hacia la habitación de Minnie, se
sentía orgulloso. Digno de ser capaz de enfrentar cualquier
obstáculo que encontraran en el camino. Olio las hermosas
rosas que llevaba en sus manos, palpó su bolsillo para
asegurarse de que aun llevaba el anillo, y sonrió. Jimin se
iba a enfadar con él cuando le contara acerca de su
abuelo, pero lo perdonaría. Ambos se habían mentido, pero
ahora no habría verdades a medias o malos entendidos.6
Llego a la puerta de Jimin y la entreabrió despacio, quizás
el todavía estaría dormido... pero no fue así. Al contario, se
encontró con una imagen no deseada. Su medio hermano
estaba allí. Yoongi abrazaba con fuerza a Jimin y lo estaba
llenando de besos.41

Y Jimin, simplemente... sonreía.5

- ¿Seguro que estas bien, Jimin?

-Ya te dije que si, solo me desmaye.

- ¿Solo te desmayaste? Así de simple. -Yoongi gruño. -


¿Sabes lo preocupado que estaba por ti? Imagine lo peor.
¿Qué fue lo que estabas haciendo de todos modos que te
puso tan mal?

Jimin rodó los ojos.

-Estoy bien. Ya cálmate. -Jimin le mostró a su hermano una


hermosa sonrisa brillante. -Anda, llévame a casa. Me dieron
los resultados de los examenes que me hicieron, aun no los
veo, pero todo debe estar en orden porque el medico me
felicito y dijo que podia irme a casa.1

Yoongi miró al omega con tanta intensidad que el tiempo


parecía haberse detenido. En cámara lenta, tiro de Jimin
con fuerza contra él y habló, su voz ronca y cargada de
sentimiento. En ese momento si notó el aroma de otro alfa
en él, no lo encontró sospechoso, Jimin habia sido llevado
de emergencia al hospital asi que cualquiera podria
haberle dejado impregnado su olor.
-Ya no puedo soportar ser el último al que llaman cuando
algo te sucede, Jimin. -Yoongi acarició el rostro del omega
mientras lo miraba con seriedad. -Cuando me dijeron que
estabas en el hospital, pensé que moriría. Yo quiero estar
en todo momento para ti. Ser el primero en la lista cuando
estás triste o algo te pasa.

-Yoongi, no...-Jimin agrando los ojos con sorpresa cuando


el alfa se arrodillo frente a él.

-Por años he buscado la ocasión perfecta, pero no puedo


seguir esperando. Esta vez no fue algo grave, pero no
permitiré que la vida te aparte de mí. -Yoongi sacó una
sortija de sus bolsillos y la extendió hacia Jimin. -Siempre
te he amado, Jimin. Mi familia y la tuya lo esperan. ¿Por
qué no dar el siguiente paso? Cásate conmigo, déjame
cuidar de ti.32

Para el omega, Jungkook lo había abandonado sin darle


una oportunidad. Lloro mientras observaba a Yoongi,
pensando en otra propuesta, una que había hecho el alfa
que amaba y que no pudo aceptar. Yoongi era lo que su
familia esperaba de él. Se suponía que seria así. Su vida
estaba planeada desde hace tiempo. Mucho antes de
Jungkook. Y ahora... no había nada porque luchar.
Jungkook se había ido. Así que llorando, pero con el
corazón destrozado, Jimin asintió. ¿Por qué posponer lo
inevitable? Las lagrimas que caían de sus ojos cuando
Yoongi puso el anillo en su dedo y lo beso, no eran de
felicidad. Era su corazón, que se rompió de a poquitos.65
Jungkook no tendría forma de saber que Jimin no
recordaba quien lo había llevado al hospital y mucho
menos recordaba lo que le había dicho cuando estaba
medio inconsciente. Para el alfa que observaba todo detrás
de una puerta medio abierta, era la historia repitiéndose.
Era él siendo escondido entre las sombras nuevamente,
como un secreto sucio que no debía salir a la luz. Por
primera vez en su vida adulta, derramo lagrimas
silenciosas, sintiéndose traicionado. Dejó las flores y el
anillo en las sillas del pasillo y se alejó de la vida de Jimin.
Todo lo que tenia que decir... aquello por lo que estaba
dispuesto a luchar...ya no importaba. Jimin estaba bien y
había hecho su elección.30

Su celular sonó y la voz del abuelo Min dio por terminado el


asunto.

-Tu carta de renuncia fue enviada al hotel y mañana se


harán los trámites para que retomes tus cursos de
administración en la Universidad, como acordamos...

- ¿Puedes hacer los trámites para una Universidad en el


extranjero, abuelo?

- ¿Dónde te gustaría, muchacho?

Jungkook le dio una última mirada a la habitación de Jimin


mientras subía al elevador.

-Lo más lejos posible de Corea.26

Solo el viejo Sunying fue testigo de todo esto. Se mantuvo


en una esquina del hospital acompañando a su joven amo
hasta que estuvo mejor y fue testigo de la devoción del alfa
y de su caminata derrotada. Sunying se acercó al ramo de
rosas y tomó la cajita de terciopelo que contenía el anillo
entre sus viejas manos, soltó un suspiró lastimero.32

-Sabía que esto iba a terminar mal. ¿Pero alguna vez quiso
escucharme ese omega revoltoso? No, claro que no. Él y
Taehyung siempre hacen lo que se les antoja. -Negando
con la cabeza, guardó el anillo y llevó las flores a la
habitación de Jimin.12

Tuvo toda la intención de decirle al omega cuando se hizo


evidente que no recordaba todo lo que había pasado, pero
con lo que sucedió semanas después, ya no fue capaz de
hacerlo.
El corazoncito roto de un
cachorro
El pequeño Jungkook balanceaba sus piernas mientras
esperaba sentado en las bancas de aquel horrible hospital.
Su mami estaba adentro de una de las habitaciones,
visitando a su hermanito Jung Hyun. El pobre había
empezado a respirar muy extraño por la madrugada y
estaba cubierto de sudor. Lo habían traído corriendo para
que los doctores lo curaran pero seguía muy enfermo.
Jungkook estaba triste porque no lo dejaban entrar a verlo,
solo a su mami. Y cuando ella salía a menudo tenía los ojos
llorosos.8

—Por favor, tiene que darme un poco más de tiempo. Mi


bebé aún no está bien, necesita seguir recibiendo sus
tratamientos.

Era la voz de su mami.

—Lo siento mucho, pero para que sigamos admitiendo a su


cachorro, necesita pagar al menos la mitad de la cuenta
por hospitalización. Resulta que usted ni siquiera cuenta
con un seguro médico o una cuenta bancaria y este es un
hospital privado. No hay nada que nos asegure que pueda
pagar. Lo siento mucho, pero tendrá que llevarse a su hijo
a otro lugar.25
—Se lo suplico, deme un día más. En cuanto logre
contactar a mi alfa él vendrá a pagarles...

La voz de la enfermera sonaba incrédula.

—Con todo respeto, dudo que esté emparejada, no tiene


marca de olor y menos una marca en su cuello, por lo que
no trate de mentir. Pague o tendrá que llevar a su hijo a un
hospital público.7

Jungkook quiso tirarse encima de la beta que le gritó tan


feo a su mami, pero se contuvo, el no era un salvaje. Esa
enfermera, en cambio, era un completo animal sin
sentimientos.5

—¿Y ahora que vamos a hacer, mi galletita?—Su madre lo


abrazó y Jungkook liberó un poco de su olor a cachorro
para tranquilizarla.—Papá está desaparecido y tú
hermanito no mejora.3

—¡Pero mami, yo encontré a papá!—Chillo emocionado.—Su


foto está en el periódico de hoy. ¡Ya no llores, mamá! Aún
no entiendo que dice, pero era su foto. ¡Espera aquí!

El pequeño cachorro corrió hasta la mesita en donde


encontró el periódico y regreso con una enorme sonrisa al
lado de su madre, señalando la fotografía.

—¡Mira, es él! ¡Es él!

Jungkook con poco menos de seis años, ya hablaba


perfectamente y reconocía algunas letras, pero aun no
sabia leer. En ese momento cuando vio la cara incrédula de
su mami y sus lágrimas, deseó ser un cachorro más listo
para entender y ser capaz de leerlo primero para
protegerla.11

—¿Mami que dice? ¿Si es papá?

—Oh por la luna...no puedo creerlo.

—¿Mami que dice? ¿Por qué lloras? —Jungkook soltó un


gruñidito.—Nunca debí enseñártelo si te ibas a poner
triste.1

—Bebé tengo que ir a un lugar.—Su madre lo cargó y llegó a


la recepción para hablar con la enfermera. Si sus
sospechas eran ciertas, no quería exponer a su cachorro a
una confrontación.—Disculpe, ¿Habrá alguna posibilidad de
que pudiera dejar a mi cachorro con ustedes por unas
horas? Surgió una emergencia y no puedo llevarlo conmigo.
Regresaré enseguida. No tenemos a nadie más y a estas
horas las guarderías están cerradas. Por favor, señorita.

Jungkook chilló angustiado, no quería quedarse ahí solito.

—¿Mami a donde irás? ¿Irás por papá? ¡Yo voy contigo!

La enfermera le dio una mirada aburrida y zanjó el asunto


con una voz irritada.

—Escuche señora, este es un hospital, no una guardería.


Llamé a sus familiares.21

Su madre gruño enojada y abrazo con fuerza a Jungkook.


Ellos no tenían más familia que a su alfa, ni abuelos, ni tíos
o primos a quien acudir. Cuando su alfa se iba de viaje por
meses como en esta ocasión, eran solo ella y sus
cachorros contra el mundo. Su deber era cuidarlos y hacer
lo correcto para ellos. Tras darle una mirada a la
habitación de Jung Hyun, se colgó el bolso y sujetó con
fuerza a su bebé de seis años.1

—Tenemos que ir a un lugar, mi galletita.

—¿Vamos a dejar a mi hermanito?

—El está bien, aquí lo van a cuidar hasta que regresemos.


Tenemos que ir a buscar a papá.

***

Un cachorro rubio de cinco años corría despreocupado de


la vida mientras era perseguido por la niñera. Estaban en la
oficina de los socios de su padre, los había traído consigo
porque esa noche se celebraba el aniversario del grupo
Min. Taehyung y él se aburrían horrible en esos eventos así
que el par de cachorros planeó escaparse de la vigilancia
de Nani y correr por toda la empresa. Taehyung había sido
atrapado en las escaleras. ¡Pero Jimin llegaría a la
recepción!5

— ¡Auch!

El pequeño rubio chocó contra otro cachorro, ambos


cayeron al suelo.18

— ¡Oh, no! ¡Mi helado!


—Lo siento, no te vi. —Jimin se levantó y ayudó al otro
cachorro, le sacudió la ropa con sus pequeñas manitas,
notó que la ropa del otro estaba bastante descolorida y
gastada, pero por educación no lo mencionó.—¿No te
lastimaste?33

Jimin levantó su mirada y el aliento se le fue al ver la


carita del otro cachorrito. ¡Era tan guapo! Con unos
enormes ojos negros al igual que su cabello, su piel
blanquita y su nariz respingada. Chilló de la emoción.11

—¡Qué bonito eres! —Al ver que el cachorro lloraba, su


corazón se agitó.— ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras?13

— ¡Déjame!

El cachorro lo empujó y salió corriendo. Jimin estaba a


punto de llorar también por haber sido empujado, hasta que
vió el helado en el suelo y comprendió porque su cachorro
guapito estaba triste. El también lloraba cuando Tae se
comía sus golosinas o cuando Nani le quitaba sus
chocolates porque luego se llenaba y no quería cenar. Él
sabía muy bien lo que se sentía que te arruinaran tus
postrecitos.18

— ¡Jovencito, vuelve aquí! —Su Nani llegó corriendo a su


lado y lo cargó. — Tu padre va a estar muy molesto si Tae y
tú no están listos antes de las ocho. Aprende de Nam que
se mantiene sentado y obediente sin ensuciar su esmoquin.

— ¡Espera, Nani! —Jimin forcejó hasta que logró soltarse. —


¡Debo hacer que el cachorro bonito ya no llore!6
— ¡Vuelve aquí, Jimin!

Pero Jimin ya estaba a medio camino de alcanzar a su


nuevo amiguito. Lo encontró llorando en los brazos de una
bonita omega, se sintió un poquito mal de ver como el otro
cachorro era consolado por su mamá, porque él no tenía
una. Cada vez que lloraba, lo hacía solito, sin nadie que lo
abrazara. Debe ser bonito tener una mami, pensó. Le había
pedido una a santa el año pasado, pero al parecer su
cartita se perdió en el correo.71

— ¡Alfa!1

El pequeño había decidido hace mucho que sería un


omega, sin importar que Nam insistiera en que no estaba
en él decidir, y hace dos minutos decidió también que ese
cachorro guapito sería su alfa.54

—Hola, cariño...—Jimin estudio a la madre de su cachorro


guapo y se dijo que su suegrita era muy bella. —Mira
corazón, tu amiguito ha venido a saludarte.15

— ¡El no es mi amigo!—Jungkook se limpio sus ojitos y miro


ceñudo a Jimin.—¡Vete!7

— ¡Que clase de modales son esos, galletita!

— ¡Ven conmigo! —Jimin, demostrando desde muy pequeño


que poco le importaba si estaban de acuerdo o no con sus
decisiones, sujeto la mano del cachorro bonito y lo arrastró
hacia la cafetería de la empresa. Corrió hacia el chef y le
dió fuertes tirones en el pantalón. — ¡Quiero dos conos de
helado! ¡Los más grandes que tengas!
—¡Oh, pequeño!—El chef le revolvió el cabello. Jimin hizo
un puchero, odiaba que lo despeinaran. Disimuladamente
se hizo el cabello rubio hacia atrás.—¿Tienes permiso para
comer helado, cachorro?10

—¡Te pedimos dos conos y aún no los veo, alfa lento!72

El pequeño Jungkookie abrió los ojos como platos al ver lo


exigente y grosero que era ese cachorro.

—¡No puedes meterte así en una cafetería como si fuera tu


casa!1

Jimin se rió ante la cara chistosa del otro cachorro. A


dónde quiera que iba jamás le negaban nada, pero no sé lo
diría porque no quería parecer un presumido. Su hermano
Namjoonie siempre lo andaba regañando al respecto.

El chef les preparó dos deliciosos conos con chocolate y


jarabe de fresa.

—Aquí tienes, pequeño granuja. Pero no le digas nada a tu


niñera. ¿De acuerdo?11

Jimin hizo el ademán de cerrar el zíper sobre su boquita. El


chef solamente negó con la cabeza y dejó al cachorro Kim
y a su nuevo amigo, si salían rápido de su camino, mejor.

Jungkook miró embelesado como el cachorro rubio


devoraba el enorme cono que les dieron.3

—Despacio, si comes mucho y muy rápido te dolerá la


panza. Mi mami dice que no hace bien tanta azúcar.1
—Pues mi hermanito Tae dice que entre más dulce el
helado más dulce la vida. Y yo prefiero hacerle caso a él.
Ahora cállate y come, mira se me está derritiendo mi
helado por estarte regañando, Alfa—Jimin pisoteo molesto
al sentir chiclosas sus manos.—¡Se llenaron de jarabe mis
manitas! ¡Quiero una servilleta!19

Jungkook miró a todos lados pero al no ver a ningún adulto


cerca, se sacó la camisita del pantalón y limpió con su
ropa las manitas de Jimin.35

—Eres un llorón.—Se burló de él.—Puedes limpiarte con mi


camisa, la tuya es nueva y se puede echar a perder.1

El corazón de Jimin se aceleró antes la delicadeza de su


cachorro bonito.

—¡Casi se me olvida! Vamos a pedir otro helado.

Los ojos del pequeño Kookie se abrieron de par en par.

— ¿Vas a comer otro? ¡Eres muy chiquito para que te quepa


tanta comida!6

— ¡Es para tu mamá, tonto!—Jimin le dio un beso en la


mejilla, dejándole algo de babita.—Eres un bobo, alfa.45

—¿Por qué me dices alfa? ¡Todavía no me he presentado!

—Yo sé que seré omega.—Jimin chilló y lo apretujo entre


sus brazos.—¡Y tú serás mi alfa! Algo me lo dice en mi
corazón.88
Los dos cachorros se hicieron del helado y tomados de las
manitas volvieron junto a la madre de Jungkook. Ella le
sonrió con agradecimiento al pequeño cachorro rubio.

—Que amable eres, mi cielito. ¿Cómo te llamas?1

Pero antes de que Jimin pudiera contestar, fue atrapado


nuevamente.

— ¡Jovencito! —Esta vez cuando Nani lo cargó, se aseguró


de sujetarlo con firmeza. — ¡No vuelvas a escapar así!
Taehyung y tú son unos revoltosos, debes comportarte
como el señorito que eres. ¡Mira como estás, todo cubierto
de helado!

Mientras Jimin era sacado a la fuerza del lugar, miro sobre


el hombro de su Nani a su futura suegrita y a su cachorrito
Guapo. Agito la mano en despedida, muy feliz.13

— ¡Te veo después, alfa!—Le tiró un beso volador, mientras


su Nani lo llevaba de vuelta a la oficina donde los
mantenían encerrados.— ¡Ya vuelvo, no me extrañes!85

Riéndose Nani lo llevo de regreso al último piso donde


estaban las oficinas de los ejecutivos para ir por Tae y
Namjoonie.

—¡Creo que me enamoré, Nani!2

—¿Pero que estás diciendo? Estás muy chiquito para esas


cosas.

—¿Lo viste, Nani? ¡Galletita es hermoso!


—¿Galletita?

—Escuche que su mami le dijo así. No pude preguntarle su


nombre. No parece ser muy hablador, ¿Sabes?

—¿Y cómo podría el pobre decir algo? Si desde que


aprendiste a hablar no te has callado, parlanchín.50

—¿Puedes averiguar en donde vive? Quiero ir a jugar con él


después de la fiesta. Haz que vayan a comprarme unos
peluches y unos carritos para él. ¿Viste su ropa? Estaba
algo desgastada, seguramente no tiene muchos juguetes.
¡Mi pobrecito alfa!48

Nani tenía la paciencia de un santo para liderar con los


cachorros Kim. Se rió y llenó el rostro del pequeño Jimin
con besos mientras hacía sonidos molestos.

—Ya cálmate, por el momento tenemos que volver a casa y


darte otro baño. Y esta vez, si tienes que lavarte detrás de
las orejas.

—Esta bien.—El cachorro hizo un puchero.—Pero no me


talles muy fuerte, porque mi piel es muy sensible.3

Nani lo meció entre sus brazos mientras lo hacía reír.

—Vamos a ponerte bonito para la fiesta, cachorro travieso.

***

—¡Mami ya déjame!—El pequeño Jungkook se retorcía


tratando de alejarse de la toallita húmeda que su madre
pasaba por rostro.—¡Yaaa!
—Tienes helado por todo el rostro, Jungkook.

—¡No es cierto!

Su madre río cuando el pequeño se llevó su manita a la


boca, lamiendo los restos de chocolate.

—Eres un desastre al comer, mi cachorrito.

—¿Pero me quieres?

—Y mucho.31

Jungkook se dejó limpiar las manitas mientras su vista se


vio atraída de nuevo por el maravilloso lugar en el que
estaban. El cachorro estaba algo cansado de dar vueltas.
¿Cuánto más tendrían que esperar para que su padre
saliera a recibirlos? Solo deseaba que su papá se diera
prisa, Jung Hyun estaba muy enfermo y tenían que regresar
cuanto antes.

—¿Papá está aquí?

—Espero que si, amor.

No tuvieron que esperar mucho. Luego de un rato vio a su


padre salir del ascensor, de no ser porque le llegó su aroma
picante, no lo hubiera reconocido. Parecía una persona
diferente. En lugar de los jeans y suéteres con los que
estaba acostumbrado a verlo cuando los iba a visitar al
pueblito donde vivían, su padre iba de traje y zapatos
brillantes. Iba al centro de un grupo de alfas igual de bien
vestidos. El cachorro se soltó del agarre de su mamá y
salió corriendo a tirarse a los brazos del alfa, pero este no
se agachó para recibirlo, al contrario, se mostró
horrorizado cuando Jungkook se colgó de su pierna y le
estiró los brazos para que lo cargara.23

—¡Papá!

Un alfa mayor que llevaba un bastón con pedrería en el


mango, soltó una carcajada.

—¡Que cachorro más atrevido!—Le acarició la cabeza al


niño.—Hola, pequeño. ¿Cómo te llamas?

Jungkook se encogió cuando ese extraño lo tocó. El alfa


mayor irradiaba una vibra poderosa que intimido de
inmediato al pequeño.

—Mi... mi nombre es Jungkook.

—Un gusto, cachorro. —El anciano le sonrió.


—Ahora sé bueno y busca a tus padres. No debes
atravesarte en el camino de los extraños. ¿De acuerdo?

Jungkook le frunció mientras abrazaba la pierna de su


padre.

—El no es un extraño, es mi papá. Mi mami y yo venimos a


buscarlo porque Junghyun está muy enfermito en el
hospital.—Le jaloneo el pantalón a su padre.—Papi no
tenemos dinero para pagar el hospital de mi hermanito, te
estuvimos llamando pero no contestabas. ¿Por qué no
contestabas, Papá?24

En lugar del consuelo con palabras tiernas que Jungkook


esperaba, su padre lo alejó y lo miró con dureza.
—No sé de qué estás hablando, cachorro. Vuelve con tus
padres.31

—¡Pero tú eres mi papá!

—¡Ya basta! No vuelvas a decir eso, jamás.

El presidente Min le dio una dura mirada a su hijo cuando el


cachorro empezó a llorar porque le habían gritado.

—¿Quieres explicarme qué es todo esto?

—Te juro que no tengo idea, padre.—El alfa río nervioso al


ver las miradas curiosas de los socios.—Yo...

—¿Así que todo este tiempo me mentiste? ¿Es esto lo que


realmente eres?

El alfa se giró de un solo al escuchar la voz de la madre de


Jungkook. El cachorro corrió a los brazos de su madre
mientras seguía llorando.

—¡Jung Hyun está grave en el hospital!—Le gritó su madre


al alfa.—Intente llamarte pero me tiraba un número
inactivo, llamé a la compañía de seguros y me dijeron que
nunca trabajaste ahí.

Su padre gruñó.

—¿Cómo te enteraste donde estaba?

—Jungkook vio tu fotografía en el periódico. Decía que


estarías aquí para la cena de aniversario del grupo de tu
familia. ¡No podía creerlo!—La omega lloraba de rabia.—¿Es
este el verdadero tú? ¿El heredero que niega a su familia?
El presidente Min se puso rojo de la cólera.

—¿Lo que está diciendo está mujer es cierto? ¿Ese


cachorro es tuyo?

—Déjame explicarte, padre...

El viejo alfa Kim, el abuelo de Jimin, le dio una mirada


divertida a su socio.5

—¿Pero qué es esto, Presidente? Creí que me había


asociado con una familia intachable.

—Te aseguro que mi hijo tiene una explicación razonable


para esto.

El padre de Jungkook gruñó y tomando del brazo a la


omega la apartó del grupo de alfas para gritarle.

—¿Quien te dijo que podías venir aquí?2

—Tu hijo está en el hospital y no podía contactarte, nuestro


pequeño Jungkook vio tu fotografía en el periódico. ¿¡Qué
querías que hiciera!?

—¡Que te quedaras en esa maldita comunidad abandonada!


—El alfa le dio una cachetada y Jungkook lloró más fuerte.
—¿Por qué tenías que arruinarlo todo? Se suponía que
jamás volverías a saber de mí, fuiste un grandísimo error,
maldita sea.46

—¿Error? ¿Así le llamas a nuestra familia? —La madre de


Jungkook, estaba destrozada—¿Cómo pudiste jugar así
conmigo?
El alfa bufó.

—Vuelve a la comunidad y no me molestes, suficientes


problemas me acabas de dar. Ve a la recepción y te darán
un cheque en blanco, anota la cantidad que quieras y sal
de mi vida.

—¡Eres un maldito!

—No, tú eres una tonta por dejarte engañar tan fácilmente.


Que seas una idiota romántica que tiene los cachorros de
un alfa que ni siquiera la ha marcado, no es culpa mía.
¿Creías que me emparejaría contigo? Mira el lugar en el
que estás y quien soy yo.5

—¿Cómo es posible que nunca me diera cuenta de la clase


de basura que eres? ¿No te importa saber que Jung Hyun
está en el hospital? ¡Es tu hijo!

Su padre se agachó al mismo nivel de Jungkook y le dio


unos golpecitos en la mejilla.

—¿Quieres una lección de vida de tu padre, cachorro?


Aprende a no ser una entretención para los ricos, como lo
fue tu madre para mí.55

—¡No lo toques!—La madre de Jungkook le dio una


cachetada al alfa.—Has perdido todos los derechos sobre
tus hijos. A partir de este momento ni se te ocurra
buscarlos.

—Ya tengo a mi heredero.—Jungkook sintió su pequeño


corazón quebrarse cuando su padre dijo;— ¿Por qué crees
que tus cachorros iban a interesarme? Si ellos quieren
saber de mí, que miren la televisión o los periódicos.9

Su padre se fue y Jungkook se quedó ahí, entre los brazos


de su madre, todo pequeñito y confundido por el cruel
rechazo que acababan de recibir de parte del alfa que se
suponía debía protegerlos.1

—Mami, lo siento. —Tal vez si no le hubiera enseñado el


periódico a su madre, las cosas seguirían bien. El pequeño
no comprendía que nada tenía que ver con el
descubrimiento que hizo.—Te prometo que jamás buscaré
nada sobre él, no quiero saber nada más. Vamos a estar
bien, mami. No llores.1

—Lo siento, Jungkook.—Su madre lo cargó y lo lleno de


besos mientras lloraba.—Lamento mucho haberles dado a
una basura como padre.4

Cuando estaban saliendo, el viejo alfa que intimido a


Jungkook los detuvo. Varios hombres de seguridad venían
con él.

—Mi hijo sin lugar a dudas me decepciona cada día más.


Escuché que hay otro cachorro y que necesitas dinero para
pagar el hospital.—El alfa chasqueo los dedos y una maleta
con mucho dinero fue puesta frente a la omega.—Sobra
decir que habrá más siempre y cuando mantengas a los
cachorros en secreto sin revelar la identidad de su
supuesto padre, claro en caso de que estés diciendo la
verdad. Este es un escándalo que no podemos permitirnos.
—Quite su asqueroso dinero de mi camino. Yo sabré que
hacer sola.

—Si me lo imagino, por eso has venido en busca de ayuda.


—El alfa sonó escéptico.—No seas orgullosa y toma el
dinero, sé que lo necesitas. Además si es verdad lo que
dices, tus hijos llevan mi sangre y no los voy a dejar
desamparados.27

Jungkook nunca había visto a su madre tan furiosa como


aquel día en el que tomo la maleta con dinero y arrojó
todos los billetes a un bote de basura cercano ante la
mirada incrédula del que venía siendo su abuelo.3

Jungkook recostó su cabecita sobre el hombro de su


madre en el taxi de regreso al hospital.

—¿Y ahora que haremos, mami?

—No lo sé, mi amor.—Si le preguntaban a Jungkook si


alguna vez había olido la desesperación, el diría que se
parecía mucho al aroma de su mamá en aquel momento.
31
El estudio de su padre era un lugar que le traía malos
recuerdos porque solo entraban ahí cuando eran
regañados. Y esta vez no era la excepción.9

-Independientemente de quién era Jungkook, si te lo dijo o


no, tenías una vida con responsabilidades que cumplir,
sabias que podías meterte en problemas y debiste tomarlo
en cuenta. Es hora de que veas que tú también fuiste
responsable en todo esto. No puedes ir por la vida
culpando a los demás, Jimin.24

-¿Y a que vino Jungkook? ¿A quejarse contigo?

-Vino a disculparse y a tomar toda la responsabilidad por el


show que la prensa armó de tu escándalo de ayer. Y antes
de que sigas preguntando, el resto de nuestra
conversación no giró en torno a ti. Jungkook vino porque
tenía que tratar asuntos de negocios conmigo.

-Me pareció que se hicieron muy cercanos como para estar


hablando solamente de negocios. ¿Qué fue lo que te dijo
que te puso de su lado, papá? ¿Y cómo que le diste
permiso para cortejarme?

-¡Ya fue suficiente! Lo del cortejo lo dijo solo para


molestarte. Nunca tocamos el tema. Además...-Su padre
levantó la mirada de los papeles que revisaba.-Lo que haya
pasado entre ese alfa y tu, es cosa del pasado. Asi que te
pido que actúes civilizadamente y zanjes ese asunto de
modo que no vuelva a escuchar ni una queja más al
respecto. Nuestros grupos están unidos tan estrechamente
que no quiero perjudicar nuestra sociedad involucrando
asuntos personales.3

Jimin se levantó de la silla, molesto.1

-Te di tres años para recuperarte, cuando lo que en


realidad debí hacer fue castigarte. No puedo creer que
sigas siendo igual de inmaduro después de lo que te
sucedió. Tienes responsabilidades que cumplir, al igual que
tus hermanos. Namjoon y Tae han pausado sus vidas por ti,
ya es hora de que seas valiente y afrontes la realidad.
¿Entiendes lo que quiero decir?

Desgraciadamente Jimin entendía a la perfección que


quería decir. El duelo debía terminar aunque él no estuviera
listo.31

-Parece que no tuvieras corazón.

-Soy un hombre de negocios.-Fue la simple respuesta de su


padre.-Cuando tengas que dirigir una empresa, mantener
intachable el apellido familiar y tengas éxito, vuelve aquí y
te escucharé con gusto.6

-Tu, enserio...11

-Eso es todo, puedes retirarte.

Dos meses habían pasado desde esa conversación y su


padre se había tomado enserio cada palabra. Taehyung
reanudó los preparativos para la ceremonia de
emparejamiento con Hoseok y tenía terminantemente
prohibido volver a aplazarla, bajo ninguna circunstancia. Él
y Tae debian tomar su lugar en el grupo como los
encargados de mantener las relaciones internacionales y el
manejo de las obras de caridad y las fundaciones del grupo
Kim. Namjoon, por su parte, a pesar de tener que
encargarse de la presidencia, debía vigilar que sus
hermanos cumplieran con sus obligaciones. Así que la vida
de los Kim, había salido de su letargo.

En lo que respecta a Jungkook, nada estaba bien. No


importaba cuentas veces había rechazado sus invitaciones
a cenar, el alfa seguía insistiendo. Al menos había
aprendido que no podía poner un pie en su casa sin ser
sacado a la fuerza por Namjoon. Así que las oportunidades
para verse se resumían a los eventos sociales. Era
shockeante ver a Jungkook en las reuniones o eventos, no
porque el alfa no perteneciera ahí. Al contrario, se veía
siempre tan orgulloso y seguro de sí mismo que Jimin
empezaba a dudar si que aquel estudiante universitario,
mesero y clase media al que amó realmente existió alguna
vez.4

Una noche, mientras dejaba que Jin le decolorara el


cabello para devolverlo a su rubio natural, al fin acepto
tocar el tema prohibido.1

-¿Por qué no me dijo que era de buena familia? No


entiendo porque me lo oculto y fue tan duro conmigo.8
-Jungkook no tenía ninguna intención de ser parte de los
Min. No creyó que fuera necesario decirte algo que para él
no importaba.

-Eso no lo justifica.-Jimin se cruzó de brazos con


obstinación.-Si hubiese confiado en mí todo sería diferente.

-¿Así como tú confiaste en el? ¡Jungkook tampoco la tuvo


fácil!-Jin empezaba a desesperarse.-¿Sabes lo mucho que
le costó perdonar al abuelo y a su padre por lo que les
había hecho? Mi primo finge que todo quedó atrás, pero no
es así. La está pasando muy mal.21

-No creo que pueda escuchar la explicación de Jungkook


sin enfadarme.-Jimin lo miró con ojos de cachorro.-
¿Podrías decirme al menos que lo hizo odiar tanto a las
personas como yo? Jamás lo entendí, yo... de verdad...
necesito saberlo.

Jin se sentía terrible. El haber guardado silencio hace tres


años lo hacía sentirse mal. Su curiosidad lo había metido
en muchos problemas, pero hasta ahora de lo único de lo
que se sentía culpable era de no
haber intercedido entre Jungkook y Jimin cuando tuvo
oportunidad. Suspiró y tomó una decisión. Le diría a Jimin
lo que sabía, para bien o para mal, era necesario.

-La tía Jeon no sabía que el padre de sus hijos era de


buena familia. -Empezo a decir mientras lavaba el cabello
de Jimin.-Se negó a marcarla a pesar de tener dos hijos
pero ella estaba tan enamorada que poco le importó. Lo
que mi tía ignoraba es que él ya tenía un hijo mayor y que
Jung Hyun y Jungkook, no eran importantes para él.

-¿Y cómo es posible que no lo supiera?

-Mi tía ha vivido en la comunidad desde que era pequeña,


tu mismo te diste cuenta de que allá no estamos tan
conectados con el mundo.-Jin se encogió de hombros.- Se
enteró de todo cuando Jung Hyung sufrió de neumonía y
fue hospitalizado, mi tía no podía contactar a su alfa
porque él tenía intenciones de abandonarlos. Tenían que
pagar la cuenta del hospital o tendría que llevar a
Jung Hyung a otro lugar, mi tía estaba desesperada y no
sabia que hacer, cuando Jungkook encontró una
publicación en el periódico donde aparecía su padre.

El corazón de Jimin se quebró al escucharlo.

-El alfa les dio la espalda pero el abuelo Min había


escuchado todo y no pudo seguir guardando el secreto. Le
ofreció dinero, por supuesto, mi tía no aceptó. Y quedó
muy destrozada.

-¿Y qué pasó después? ¿Cómo volvieron a estar en


contacto con el abuelo Min?

-En realidad, el abuelo Min pagó la cuenta del hospital sin


decirle a mi tía.-Jin se encogió de hombros.-Jungkook ya
tenía ocho años cuando el abuelo los volvió a buscar. Mi
tía estaba convencida de que sus hijos tenían los mismos
derechos que Yoongi y quiso que fueran tomados en
cuenta como parte de la familia, así que los forzó a
convivir con Yoongi y el abuelo. Jungkook odiaba ir de
visita. En cuanto fue mayor se negó a seguir yendo y dijo
que no le interesaba saber nada de los Min. Él es un Jeon,
a pesar de no llevar la sangre de mi tío.2

Jimin deseó no haber preguntado. Sentía que su corazón


se apretaba y le costaba respirar.

-Yo no tenía ni idea...

-Se que no puedes perdonalo y nadie te va a obligar, Jimin.


Pero...-Jin estiró su mano y sujetó la de Jimin.-¿Ahora
entiendes porque odia tanto a los de tu clase? Desde
pequeño lo han despreciado y tratado como si no tuviera
valor. Se sintió muy traicionado cuando supo que le habías
mentido. Imagínate, la historia se estaba repitiendo. Es
importante que entiendas que no te dijo nada porque en
sus planes no estaba ser parte de los Min. La vida que te
ofreció, por sencilla que fuera, era lo único real para él.22

Jimin se quedó en silencio, no sabía exactamente qué


decir. Y lo cierto era que , por doloroso que fuera, y debajo
de toda la cólera que sentía en su interior, su corazón dolió
por Jungkook. Solo ahí comprendió cuanto lo había
lastimado al mentirle. Y se sintió terriblemente mal.1

-Gracias por contarme esto, Jin.-Se limpió las lágrimas.-


Creo que con eso es suficiente, no quiero escuchar nada
más.

-Esta bien, no voy a insistir. Solo quiero que sepas que


puedes contar conmigo. -Jin termino de arreglar su cabello
y muy pronto sus mechones rubios brillaban nuevamente.-
¡Eso está mejor! Nunca vuelvas a cubrir tu cabello con un
color oscuro, Jiminie. Eso no va contigo. Es como si
quisieras apagar una estrella.26

Jimin siempre fue llamado él omega de oro por sus


mechones rubios y piel clara. Cuando decidió teñir su
cabello eligió el color por cómo se sentía emocionalmente.
Así que lo cubrió con un color casi negro. Ahora que estaba
de vuelta en la vida social, necesitaba sentirse bien
consigo mismo y el cabello oscuro empezó a molestarle. Y
quizás, solo quizás, ya no le dolía tanto el alma.6

-Joven amo, sus flores llegaron.

Jimin suspiró ante el anuncio de la sirvienta mientras


bajaba las escaleras.

- ¿Tulipanes?

- Rosas, amarillos y blancos.- La omega traía en brazos un


enorme arreglo floral.- ¡Mire qué bonitos están! Los dejaré
en la mesa cerca del recibidor.1

No era necesario decir quién las enviaba. Desde hace dos


meses las flores llegaban a la mansión sin falta a las ocho
de la mañana, cuando Jimin bajaba a desayunar. En justa
sincronización. Tenía ciertas sospechas de quién le daba la
información de su rutina a Jungkook, pero ya estaba
cansado de luchar al respecto. Era indiferente a todo. Y
eso era peor que un grito de rechazo.1

- Buenos días, Namjoonie.


Jimin entró al comedor y le dió un besito en la mejilla a su
hermano. El alfa lucia cansado y ojeroso. Incluso su olor a
menta era un poco picante, como si estuviera molesto todo
el tiempo.

- ¿A qué hora regresaste?

- Volé toda la noche.-Namjoon estaba concentrado en su


ordenador portátil.-Había reuniones que atender.

-Tienes que ir a descansar, come un poco y luego ponte a


dormir.

- Si ojalá pudiera.- Nam bostezó y luego tomó un poco de


café.- ¿Y los otros dos donde están? Espero que hayan
regresado de la fiesta de anoche, Taehyung tiene que ir a
almorzar con la madre de Hoseok, y si me entero de que ni
siquiera vino a dormir...

En ese momento Tae entró al comedor, fresco como una


lechuga, su cabello arreglado, su ropa era bastante formal
a comparación de los atuendos provocativos que solía
usar, además su aroma era una fragancia oceánica que
inundó el comedor.

-Tu siempre pensando lo peor de mí.-Le reprochó a Nam, le


dió su beso de buenos días con un poco de enfado.-Y para
tu información, anoche no salimos de fiesta. Jin me estuvo
ayudando a escoger la ropa para el almuerzo.3

En ese momento Jin salió de la cocina, llevaba un plato de


crepas de Nutella, fresa y banano que puso frente a Jimin.
-¡Buenos días, personas hermosas!-Saludo, muy feliz. Se
detuvo para darle una mirada de apreciación a Tae.-Justo
lo que queríamos conseguir.

Namjoon arqueó una ceja.

-¿Y puedo saber que cosa era?

Tae tomó su lugar en la mesa.

-¡Solo mírame, Joonie!-Tae hizo un gesto muy tierno.-Queria


algo que dijera: ¡Hola querida suegra! No se preocupe,
aprendí a comportarme. De ahora en adelante seré un
omega con decencia y solo montare a su hijo en privado y
sin cámaras.132

Namjoon escupió su café, mientras Jimin reía.19

-No te pongas nervioso con la Sra. Jung. Mantente firme y


no cedas. Demuéstrale que ya no es la única omega en la
vida de su hijo. -Le aconsejó Jimin. Para nadie era un
secreto que la madre de Hoseok no aceptaba a Tae porque
lo creía un Omega problematico y de mala reputación.-Las
suegras saben oler el miedo.2

-Tienes razón, Minnie.-Tae le dió una puñalada a una rodaja


de melón.-Yo no tengo porque estar asustado de ella. Al
contrario. ¡Ella no sabe con quién se mete!17

-¡Así se habla!-Lo ánimo Jin.

Nam elevó una plegaria al cielo, rogando que el almuerzo


no terminara en un desastre. El resto de su desayuno fue
servido, pero hizo una mueca cuando un plato de avena fue
puesto frente a él. La mezcla era amarillenta y la
consistencia nunca le había gustado.8

-¿Y está cosa que es?-Refunfuñó.

-Avena.-Murmuro Tae mientras aplaudía al ver que unas


tortitas eran servidas frente a él.-¡Esto se ve delicioso!

Namjoon ordenó que le retiraran el plato, haciendo una


mueca de disgusto. ¿Que era él? ¿Un cachorro para comer
eso? El chef sabia perfectamente que él odiaba la avena.
Esa mañana no tenía tiempo para entretenerse en el
desayuno, así que pidió otra taza de café. Se sumergió de
lleno en la computadora respondiendo sus emails hasta
que sintió la mirada aniquilante de sus hermanos.10

-¿Qué sucede?-Pregunto molesto al ver sus miradas de


desaprobación.

Tae negó con la cabeza.

-Eres un desconsiderado.

-¿Y ahora de que rayos hablas?

-Jin se levantó muy temprano para prepararte el desayuno


y tú lo despreciaste. ¡Qué grosero eres, Namjoon!

-¿Qué estás diciendo?

Jin sonrió con dulzura.25

-Me di cuenta de que por las mañanas si te sirven un


desayuno muy pesado ni siquiera lo tocas y pensé que un
plato de avena con miel te gustaría. Me equivoqué, lo
siento.70

Namjoon se sintió como el peor ser sobre la tierra. ¿En


serio había despreciado a Jin? ¡Joder! Cada vez iba de mal
en peor.7

-Perdóname, no sabía que la habías preparado para mí. La


comeré, yo...

-No solo te cocino a ti, no te ilusiones. Me hizo mis tortitas


y unas crepas para Minnie.-Tae se carcajeo al ver que
Namjoon prácticamente estaba saltando en su silla.-¡Mira
Jinnie, alguien está babeando por ti! No creas que no
hemos notado las mira que le das a la piernas de Jinnie,
Nam. Disimula un poco, por favor, dignidad, hermano.80

Nam gruño avergonzado y Jin agrandó los ojos,


sorprendido. Ni en un millón de años se hubiera imaginado
que el heredero de los Kim, con sus maneras bruscas,
estaba interesado en él.

-¡Taehyung ya basta!-El alfa, siempre dueño de si mismo y


para la entretención de sus hermanos, estaba sonrojado.

-¡Oh, por la luna!-Tae aplaudió mientras se reía.-¡Míralo,


Minnie! ¡Se está muriendo!

-Entonces...-Jin le hizo un guiño a Nam y le lanzó un beso.-


¿Cómo te conquisté? ¿Mientras cantaba o con mis sexys
piernas por las mañanas? Aunque apostaría que fue esa
vez cuando te ate a la silla...83
Namjoon tomó su ordenador y se levantó de la mesa, su
cara parecía un tomate.2

-Termina de arreglarte, Taehyung. Y compórtate durante el


almuerzo. Y tú Jimin, hablaré contigo de tu proyecto para
el orfanato en mi oficina hoy después de mis reuniones, no
llegues tarde.3

-¡Espera!-Jin le tiro una uva, dándole justo en la cabeza


cuando el alfa iba escapando.-No contestaste mi pregunta.1

-¡Porque es una estupidez!

-¿Oh, enserio?-Jin enmarcó su rostro entre sus manos y le


hizo ojitos.-Si es asi...¿Entonces porque sales huyendo?6

Ante el gruñido de Nam, Tae y Jin soltaron un chillido


risueño, molestandolo aún más, mientras el alfa salía
huyendo del comedor. Jimin le agradeció a la beta que le
sirvió una taza de café.

- Un día como cualquier otro, ¿Verdad, Joven amo?

El timbre sonó y la voz de otra sirvienta se elevó desde la


puerta.

- ¡Joven Jimin, su canasta de dulces llegó! ¡Está vez son


cupcakes de chocolate y avellanas!21

Justo a tiempo.

Jimin suspiró y le dió un sorbo a su café.

- Un día como cualquier otro, en verdad.- Elevo la voz.- ¡Qué


nadie toque los de chocolate!1
***

Si bien Kim Taehyung no conocía de miedos, reglas y


mucho menos límites respetables, había una cosa que lo
ponía de los nervios. Y eso era su suegra. Jung Jiying. La
señora Jung. La madre de su bichito de amor. La misma
que lo observaba con ojos de halcón desde el otro lado de
la mesa, como esperando el momento justo para atacar.8

Taehyung se tocó el cabello y volvió a revisar su ropa para


ver si tenía algo fuera de lugar. Pero todo estaba bien. Era
esa maldita mujer que lo hacía sentir como un animal en el
zoológico. Seguía cada uno de sus movimientos, y cuando
Tae decía algo entrecerraba los ojos y fruncía la boca con
desagrado. ¿¡Acaso no podía disimular!? Sabía que no le
caía bien, pero al menos por Hobi, mantenía la paz. De lo
contrario ya se hubiera tirado con todo y garras sobre
aquella desagradable omega.

- Es agradable poder verte, cariño.- Canturreo la vieja


insoportable. Se dirigía solo a Hoseok, por supuesto.- Me
alegre mucho cuando recibí tu llamada. Pero pensé que
comeríamos solos.10

Traducción: Taehyung no eres bienvenido. Cómo si le


importara. Ya estaba acostumbrado a la actitud de aquella
mujer, así que rodó los ojos.4

- Quería almorzar con mis dos personas favoritas. No he


tenido mucho tiempo últimamente y moría por pasar
tiempo con ustedes.
Tae tenía mejores ideas para pasar el tiempo con su alfa,
pero se mordió la lengua. Su suegra se atragantaria su
escuchaba que tenía ganas de montarse a su hijo toda la
tarde de ser posible. Su Hobi realmente no había planeado
bien sus horas libres.1

- ¿Qué te parece tan gracioso, querido?- La señora Jung


interrumpió sus pensamientos y fue ahí cuando Tae se dió
cuenta de que había reído en voz alta al imaginarse a su
suegra ahogándose con el vino.27

- Estaba soñando despierto, lo siento.3

- Y díganme...- La señora Jung bajo la copa de vino blanco.-


¿Puedo esperar que la fecha que escogieron para la boda
sea la definitiva? ¿O es que piensan aplazarlo nuevamente?

Hoseok la miró con el ceño fruncido.

- Madre, por favor.

- Lo siento, cariño. Pero tu padre y yo queremos


asegurarnos para no tener que mover nuestras agendas
nuevamente. Han cambiado tantas veces la fecha que
resulta algo molesto.- Lo último lo dijo mirando mal a Tae.

- Hemos tenido inconvenientes, pero...- Hoseok se calló


cuando Tae le apretó la mano por debajo de la mesa.2

- No prometemos nada, así que le sugiero que guarde su


vestido y los zapatos en un lugar donde no se ensucien.
Solo la luna sabe si algún día llegará a usarlos.11
- No tienes por qué molestarte, querido. Solo me preocupa
que este compromiso se ve bastante... Inestable. Yo solo
quiero el bienestar de mi hijo y no es ningún secreto que no
me agrada la idea de cómo se comprometieron. Los
escándalos en tu familia son una cosa muy desagradable.
No quiero que mi Hoseok sea arrastrado por la reputación
de tu familia.-La omega frunció su respingada nariz.-Un
compromiso tan largo y bajo las circunstancias en las que
se dió, no es nada beneficioso para mi hijo.6

Tae se puso furioso. No iba a dejar que esa mujer le


hablara así. Se levantó de la mesa y tiró la servilleta al
suelo.4

- Bien, en ese caso, seria mas beneficioso para todos que


no me empareje con su hijo. Qué tenga un maravilloso día,
suegra.- Tae salio airado del restaurante.15

Hoseok se levantó de la mesa, dispuesto a ir tras él.

- Sigue siendo un cachorro insoportable e insolente.

- ¿Quieres, por favor, dejar de ofender a mi omega? Se que


la idea de que me empareje con Taehyung no te agrada,
pero lo haré y tienes que aceptarlo.

- Que ese emparejamiento tenga lugar es tan posible como


que tu padre deje el cigarrillo. Dime una cosa, ¿Se
emparejaria contigo si no lo estuvieran obligando? ¿Tienes
al menos la certeza de que te ama?

- Que importa el amor para nosotros.6


- Tienes un apellido respetable, la luna sabe que somos tan
importantes e influyentes como los Kim. Conexiones no
necesitas y mucho menos de una sociedad entre familias.

- Yo lo quiero. Y debo hacerme responsable por la


reputación de Tae...

- ¿Su reputación? ¿Estás hablando del vídeo por el que lo


obligaron a comprometerse contigo?- Su madre rio
suavemente.- Perdóname, pero la reputación de Taehyung
ya estaba por el suelo mucho antes de eso. Tú solo eres la
salvación que encontraron para salir del problema.6

Hoseok estaba a punto de gruñirle a su madre.

- Ya basta, mamá.

- No, ya basta contigo. Taehyung podrá ser un bonito


adorno para tu brazo. Pero no se quedará contigo en los
tiempos difíciles, no lo veo queriendo una familia y mucho
menos criando a tus cachorros. Pasa más tiempo en fiestas
y de compras que atendiendo sus responsabilidades. Estás
a tiempo de evitar una catástrofe, Hoseok.51

- Voy a emparejarme con él, acéptalo.- Antes de irse,


Hoseok se giró hacia su madre y le dió un beso en la
mejilla.- Si me ama o no, realmente no importa. Yo lo amo y
para mí es suficiente. Qué tengas un buen día, mamá.74

Hoseok encontró a Tae esperándolo en el auto. El omega le


daba la espalda y tenía la cabeza agachada. Habían
muchas cosas que Hobi amaba de Tae y una de ellas era su
fuerza. Todo el mundo vea a su omega como alguien
infantil, travieso y al que nada le afectaba. Un rebelde lleno
de caprichos y que conseguía sus deseos con tan solo usar
su encanto. Pero el alfa lo conocía mejor.1

Tae no eran invulnerable. Le gustaba que lo sostuviera


entre sus brazos y lo llenara de besos porque le gustaba
sentirse amado. Odiaba comer y salir solo porque le
recordaba que no tenía ni un amigo sincero. A pesar de que
le gustaba molestar a sus hermanos, sabía que Tae daba la
vida por Jimin y Namjoon. Y aunque moriría antes de
admitirlo, lloraba a solas cuando recibía la desaprobación
de Namjoon o su padre porque odiaba decepcionarlos. Por
todas aquellas cosas, lo amaba y quería protegerlo por el
resto de su vida. Tae era joven e inmaduro, su falta de
compromiso lo sacaba de quicio muchas veces, pero lo
amaba porque sabía que debajo de todo lo que Tae le
dejaba ver al mundo, había un alma frágil que merecía
mucho amor.24

Hoseok abrazo a su omega y le dió un beso en la base del


hombro y el cuello.

- ¿Estás bien?

-Quiero ir de compras. ¿Me acompañas, Hobi?-La sonrisa


pícara de Tae se ensancho cuando se giró entre sus brazos
y le dió un beso lleno de necesidad.-Dejare que escojas
algo con encaje y lo modelare para ti en tu apartamento.
¿Qué dices?1
Hoseok sabía lo que intentaba hacer. Tae siempre evita a
hablar de sus problemas o de las cosas que lo incomodan.

-Tae, respecto a mi madre...

-Llama a la oficina y diles que cancelen todas tus citas.


¡Hoy pasarás el resto del día conmigo!-Tae le dió un beso y
se subió al auto sin darle la oportunidad de hablar.

-No hay nada que yo quiera más en este mundo que a ti.-Le
dijo Hoseok ya detrás del volante antes de poner el auto en
marcha.-La idea de emparejarte te asusta y lo entiendo, yo
me siento igual. Pero no importa si nos casamos este año o
dentro de mil más, yo te seguiré esperando hasta que estés
listo, porque eres todo lo que necesito. ¿De acuerdo?9

Tae se quedó mirando la ventana del auto por un rato hasta


que levantó la mirada. Su omega haría oídos sordos y
cambiaría el tema porque no era algo que le gustara
discutir. Hoseok lo conocía muy bien. Pero aún así, quiso
decirle aquellas palabras.

-Tu madre tiene razón, puedes conseguir a alguien mejor


que yo. Alguien que te merezca más. Un omega que no
tenga una reputación por los suelos.

-¿Escuchaste todo?

-Hoseok yo no te amo como tú lo haces.-Tae se limpió una


lágrima.-Al menos, no con la misma intensidad.72

-Lo sé.

-Y no quiero un compromiso.
-Eso también lo sé.

-¿Y entonces porque insistes?

-Porque te amo. Y sin importar lo que tú creas, Taehyung...


no hay nadie mejor que tú. Para mí siempre has sido lo
único que mis ojos han visto.29

-Tu eres demasiado para mí. No te merezco.-Tae sabía que


Hoseok era un alfa de valor y que estaría loco por dejarlo
ir. Todo el mundo quería una pareja que quisiera hijos y un
compromiso, menos él. Y ahí estaba la raíz de todo
problema.-Hoseok yo no pienso cambiar por ti. ¿Lo sabes
verdad?48

-Algún día tendrás que aprender a verte a través de mis


ojos, Taehyung. Olvida lo que dijo mi madre y deja de
intentar convencerme de que eres inadecuado para mí. Tú
eres rebelde por naturaleza, lo tengo claro. Y no cambiaría
el estar contigo por nada en este mundo. Si quiera un
omega puritano y aburrido, ten por seguro que lo tendría.
Pero no. Te quiero a tí, tal como eres. Entiéndelo.3

Tae no dijo nada el resto del camino hacia el apartamento


se Hoseok, pero el alfa pudo olor lo salado de sus lágrimas
y como las limpiaba disimuladamente.

Taehyung en el fondo era muy inseguro consigo mismo. Se


exigía demasiado y se frustraba con facilidad. Hoseok se
encargó el resto del día de reemplazar el rastro de lágrimas
por sonrisas y suspiros. Y a demostrarle que era amado
con todas sus inseguridades y su rebeldía.24
***

A las cinco de la tarde en punto, Jimin llegó a la empresa


de su familia. Llevaba una carpeta abrazada a su pecho,
eran la lista de todo lo que necesitaría para la feria,
incluidos los nombres de algunos socios que le habían
asegurado que colaborarían. La verdad estaba sumamente
emocionado. Con el dinero podrían expandir los dormitorios
y recibir más cachorros. Solo esperaba obtener la
aprobación de Namjoon con el presupuesto, al final de
cuentas, el orfanato era una de las fundaciones de su
familia.

Iba tan distraído con sus pensamientos que se sorprendió


cuando las puertas del elevador se abrieron y Jungkook
quedó a medias entre avanzar o retroceder al verlo.

-¿Qué estás haciendo aquí?

-Tengo una reunión con tu hermano.-Jungkook entró al


elevador y cerró las puertas.-No pensé que te encontraría
aquí. Pero siempre es bueno verte, Minnie. Has alegrado mi
día.

-Lamento no poder decir lo mismo.

-¿Recibiste las flores y la canasta de dulces?

-Si.-Jimin miraba hacia el frente.-Es molesto recibirlos cada


mañana, deja de enviarme cosas por favor. Me desagrada.55

-Perdóname, esa no era mi intención.31


Jimin se sintió un poco mal al ver de reojo su mueca de
dolor. Los minutos se hicieron eternos mientras subían al
último piso, el lugar era tan cerrado y pequeño, que Jimin
se encontró tragando con nerviosismo al verse rodeado por
el aroma a café y chocolate de Jungkook. Su lobo se
retorció al reconocer el olor que tanto había extrañado. 2

-¿Tú también lo sientes, verdad?-Murmuro Jungkook.-Puedo


sentir a tu lobo llamando al mío. Es como un cuchillo
ardiente en mi pecho.2

-Deja de decir tonterías.

Jungkook estiró su mano hasta tocar uno de los mechones


del cabello del omega y sonrió con dulzura.

-Mi ángel rubio está de regreso.66

Las puertas volvieron a abrirse y Jimin quiso bajarse, no


importaba en qué piso se encontraban, no podía seguir en
el mismo lugar junto al alfa.

-Deja de huir de mi.-Jungkook lo jaló de vuelta y detuvo el


ascensor, atrapandolos dentro.-¿Hasta cuándo seguirás
ignorandome, Jimin?

-No hay nada que yo quiera hablar contigo.

-La otra vez me quedé esperándote en el restaurante.42

-Esta es la tercera vez que te pasa, tú eres el tonto por


esperar a alguien que no llegará. Pon en marcha el
ascensor.7
-No hasta que me escuches.

-¡No quiero hablar contigo!-Jimin lo empujó y perdió los


estribos. Empezó a golpearlo, gritándole y llorando.-¡El
tiempo de hablar era hace tres años! ¡Pero me
abandonaste, rogando a media calle! ¿Cómo pudiste ser
tan cruel?

La mirada de Jungkook era una mezcla de enojo e


incredulidad.

-¿Acaso no recuerdas nada?18

-¿Y qué se supone que debo recordar? ¿Tú, dandome la


espalda al alejarte de mi?

-¡Yo jamás te dejaria tirado a media calle! Te llevé


corriendo al hospital y me aseguré de que estuvieras bien.

-Estas mintiendo. Yo recuerdo todo perfectamente y tú no


estuviste ahí en ningún momento. ¡Me desperté solo y
asustado, con el corazón roto porque mi alfa no quiso
perdonarme!

-¡Yo si te perdone!

-Ya cállate, Jungkook...

Jungkook lo sujeto con firmeza y se agachó hasta verlo a


los ojos.4

-¿Vas a decirme que mi hermano, proponiendote


matrimonio en el hospital tampoco paso? Porque entonces
si es así, me estoy volviendo loco por haberme torturado
con esa escena durante tres años.10

Jimin lo miró con incredulidad a través de las lágrimas.

-No es posible... tú no estuviste ahí...yo lo habría


recordado...2

-Pues yo recuerdo muy bien verte aceptando la propuesta


de alguien más, Jimin.-El dolor en sus ojos era tan real que
era imposible sostenerle la mirada.-Es algo que
difícilmente pueda olvidar.
32
Recomendación: Escuchen la canción del vídeo mientras
leen.
56

-¡Suéltame, Jungkook!-Un omega rubio trataba en vano de


zafarse de ser arrastrado detrás de un alfa que estaba
irritado y cansado.-¿A dónde me llevas? ¡Detente!4

Jungkook se detuvo hasta que llegaron a la azotea del


edificio. Era un lugar demasiado alto y solitario en donde
nadie se molestaría en buscarlos. Era hora de aclarar las
cosas y no dejaría que Jimin lo siguiera evitando. El sol de
media tarde cubría el cielo con un bello tono naranja, las
nubes se deslizaban lentamente, como acariciando el cielo
y regocijándose de la calidez de esa tarde. A lo lejos, las
nubes negras amenazaban con hacer su aparición.
Jungkook deseo que su conversación con Jimin fuera
reconciliadora y tranquila. Pero tenía en claro no que sería
de todo, menos sencilla.3

-No quiero estar aquí contigo.-Jimin soltó su pequeña mano


del agarre del alfa. Sin embargo, no se fue.-Todo este
tiempo pensé que me habías abandonado.

-¿Me creías capaz de dejarte así? Yo estaba molesto y


dolido por qué me habías mentido, pero nunca te
abandonaría después de lastimarte.
<<Después de lastimarte...>>. Los ojos de Jimin se llenaron
de lágrimas. Porque en el fondo, creía que lo primero que
saldría de la boca de Jungkook serían recriminaciones.
¿Acaso no había sido Jimin quién lo había lastimado con
tantas mentiras? ¿Dándole falsas ilusiones y mintiendo
frente a toda su familia con descaro? Jimin mantuvo una
lucha interna entre sentirse traicionado o molesto después
del regreso de Jungkook. Pero luego de que Jin le contara
parte del pasado del alfa, esos sentimientos volvieron a
convertirse en la misma culpabilidad que sentía hace tres
años, cuando lo engañaba.2

-He querido darte una explicación desde que volví, pero no


he tenido la oportunidad de hablar contigo. Tus hermanos
me amenazan si me acerco a menos de treinta metros. Y tú
me ignoras lo máximo posible. ¿Podrías escuchar mi
explicación ahora?1

-Jin me contó lo de tu padre.

De inmediato, Jungkook se sintió molesto.1

-No tenía porque hacerlo.

-Yo se lo pedí, no te enojes con él.

-No te dije nada acerca de mi padre porque no tenía


ninguna importancia para mí. Nunca quise el apellido Min y
la Luna sabe que hubiese muerto usando orgulloso el
apellido Jeon. No sé lo digo a nadie, Minnie, pero yo aún lo
odio por lo que hizo.-Al ver la mirada triste que Jimin le
daba, se apresuró a continuar.-Lo último que quiero es que
sientas compasión por mi. Solo quiero que entiendas
porque nunca quise decirte nada.

-Me hubiese gustado que nos tuviéramos la suficiente


confianza para decirnos todo en el pasado.

-A mi también.-Y eso era tan cierto como doloroso.-Esa vez


en el hospital, por muy enojado que estuviera no me
importaba lo que habías hecho. Yo te amaba y, por primera
vez, comprendí como mi madre fue capaz de vivir engañada
tanto tiempo. Yo estaba cegado por mi amor por ti. Te
habría perdonado todo en aquel entonces. Y lo hice.12

-Entonces... ¿Estabas ahí cuando... Yoongi...?-No fue capaz


de terminar la pregunta. La escena que se formaba en la
cabeza de Jimin era tan espantosamente triste, que tenía
otra cosa por la cual sentirse culpable.-Tienes que saber
que yo no recuerdo nada, de saber que tú me habías
perdonado, yo nunca...

-Eso no tiene importancia ahora, Jimin. -El alfa podría decir


que no importaba, pero el dolor estaba claro en sus ojos.

-¡Claro que importa!-Contesto Jimin con frustración.-¡Saber


que regresaste por mí lo cambia todo, Jungkook! ¿Por qué
no entraste a la habitación cuando me viste con Yoongi?
¡Por Dios, cuanto debí lastimarte!5

-Yo no tenía forma de saber que tú no recordabas nuestra


conversación. -Las palabras de Jungkook estaban tan
cargadas de cansancio que resultaba doloroso escucharlo.-
Te veías tan feliz que me dije que lo mejor que podía hacer
por ti era dejarte seguir tu camino. Yo iba a decirte quién
era esa noche, regresé después de hablar con el abuelo,
pero tú habías tomado tú elección sin que yo pudiera hacer
más que observar. ¿Qué iba a pasar si entraba a esa
habitación? Para mí, horas antes habías estado de acuerdo
en pelear por nosotros, pero cuando regresé estabas
aceptando la propuesta de mi hermano, que era mejor que
yo ante tus ojos, después de jurarme amor a mi. Pensé que
al final de cuentas tú no me amabas tanto como decidas
hacerlo.21

-Solo acepté la propuesta de Yoongi porque estaba


destrozado. Para mi, tú te habías ido y yo me había
quedado sin un amor al cual aferrarme. El compromiso con
Yoongi, todos lo esperaban de mi...-Jimin tenía la
necesidad de explicarle.-Era lo que se suponía que debía
hacer. ¡No lo acepté por que realmente lo quisiera,
Jungkook! De haber recordado que estuviste allí yo hubiera
luchado por nosotros, sin importar si no tenías dinero o un
buen apellido.8

-Yo no era suficiente para ti. ¿Qué clase de vida podría


haberte dado como Jeon Jungkook, Minnie?12

-¡Una vida feliz!

-Te aseguro que no. ¿Habrías estado igual de feliz cuando


tú familia te rechazara por emparejarte con alguien como
yo? -Jungkook alzó la mano antes de que el omega pudiera
decir algo en contra.-Tu mismo me dijiste, aquella vez en el
café que, de no ser porque Namjoon te descubrió, habrías
terminado conmigo sin darme mayor explicación. Puede
que para Park Jimin, el omega que creció en un orfanato y
que dependía de mi, hubiese sido suficiente una vida a mi
lado. Pero no para el más pequeño de los Kim. No te
mientas a ti mismo, Minnie.2

Jimin observó al alfa que tanto había amado. Por mucho


que quisiera gritarle a la cara que estaba equivocado, que
él había estado listo con capa y espada para defender su
relación, no podía hacerlo. Y es que, Jungkook lo conocía
bien. Incluso a través de las mentiras y lo poco que
conocía del omega ahora, logró descifrar sus emociones en
el pasado y tejer los hilos para deducir porque había
actuado así en el pasado. Jimin tenía ante él a un alfa
perspicaz, vestido con un traje a la medida, con el porte de
alguien a quien no podías tomar por estúpido. Del
universitario que trabajaba medio tiempo como mesero y
que le dio su corazón no quedaba más que el recuerdo.
Jungkook lucía más maduro y su rostro tenía siempre una
apariencia cansada y seria. Ahora se parecía tanto a
Namjoon o a Yoongi que le dolió el corazón. Porque no
hacía falta que dijera porque había terminado así. Estaba
claro que había tomado el apellido Min para poder estar
con él. Y eso le dolía en el alma, porque Jimin había estado
maldiciendo su nombre todo este tiempo.

-Por haberte engañado...-A Jimin le era difícil hablar.-No


sabes cuánto me arrepiento. Podría decirte que me dio
pena lastimarte al principio, pero ya estoy cansado de
decir tantas mentiras. Yo no me detuve a pensar en nada
que no fuera tenerte. Y lo tome como un juego. Iba a
dejarte cuando me aburriera. Pero me enseñaste que no
debes jugar con los sentimientos de las personas. Tú me
amabas y yo, en medio de mi inmadurez, también llegué a
amarte. -Jimin se limpió las lágrimas.-Tienes que saber,
Jungkook, que por cada mentira que te dije me he
arrepentido enormemente.21

Se hizo entre ellos un silencio sepulcral. Ambos dando


vueltas a las palabras del otro. Aceptando explicaciones y
tratando de controlar sus sentimientos de amor,
arrepentimiento y culpa.

-Ambos complicamos las cosas.-Dijo Jungkook al final.- Si


yo no hubiera sido tan cerrado conmigo mismo, quizás tú
habrías tenido la confianza suficiente para decirme la
verdad.

-Deseé decírtelo muchas veces. Pero me daba miedo.

-Hace un rato has dicho que estaba invadiendo tu vida.-


Jungkook miró al suelo, arrepentido y bastante
avergonzado.-Perdóname por eso. No quería que te
sintieras así. Solo que no tenía otra manera de acercarme
a ti y debía aprovechar las pocas oportunidades que se me
presentaban.4

Había una cosa que Jimin no entendía.

-¿Porque volviste como si fueras culpable de todo,


Jungkook?
-Porque yo sé lo terrible que es que las personas que amas
te mientan. Y sabía que para ti sería una tremenda
sorpresa verme de nuevo, ahora con otro apellido. Al
mismo nivel que tu. Y sin importar como habían terminado
las cosas entre nosotros, siempre sentí que te había
traicionado al no decirte. Por eso quise disculparme.

Jimin no podía sentirse más mal de lo que ya estaba. Pero


había otra cosa, la más importante de todas, que no dejaba
que el dolor y el enojo se fueran por completo.

-Dices que sin importar cuán molesto estuvieras conmigo,


me perdonaste todo. Pero tú y yo sabemos que eso no es
así. Cuando más te necesitaba tú no estuviste conmigo.

-Cuando me fui de Corea tú estabas en el hospital, pero te


dieron de alta el mismo día.-Jungkook lo miro serio.- Así
que no es eso por lo que me estas culpando. Tiene que ver
con la vez que estuviste varias semanas hospitalizado, ¿No
es así?6

-No quiero hablar de eso.-Jimin sintió que le costaba


respirar, quería irse, alejarse de Jungkook. Del dolor y de la
culpa.

Pero el alfa no lo dejo escapar.

-Ya basta, Jimin.-En sus ojos se podía ver el cansancio y la


misma tristeza que reflejaban los ojos del omega.-No sabes
cuántas veces repasé todo en mi cabeza y por mucho que
te molestara el que no te haya dicho quién era en realidad,
tú no podrías guardarme tanto rencor porque hiciste
exactamente lo mismo. Incluso peor. Así que dime, de una
vez de que me culpas. ¿Qué más te hice para que estés tan
molesto conmigo?22

-¡Te dije que no quiero hablar de eso!

-Pues tendrás que hacerlo porque no te dejaré ir hasta que


todo esté aclarado entre nosotros. Ya ha sido suficiente.-
Jungkook lo tomo por los hombros y se agachó para que
sus ojos quedaran al mismo nivel.-Escuche ciertos rumores
del porqué rompiste tu compromiso con mi hermano. Ya fui
al hospital pero en tu archivo no quedo registro de nada. Y
no hay nadie que se atreva a hablar abiertamente del
asunto. Así que te lo voy a preguntar una sola vez, Minnie.
¿Qué sucedió?7

Jimin estaba sorprendido de saber que Jungkook había


hecho sus investigaciones por su cuenta.

-No tiene porque existir ningún archivo en el hospital. Y


tampoco nadie te dirá lo que paso porque papá amenazó
con demandar a todo aquel que agrandara el escándalo.-
Jimin intentó normalizar su respiración, pero las palabras
simplemente salían como sollozos entrecortados.-Íbamos a
tener un cachorro, Jungkook. Yo fui a buscarte a la
universidad pero me dijeron que te habías ido y no me
dieron más información. Tú apartamento también fue
puesto en venta. No contestabas mis llamadas... estaba
tan asustado de tener que enfrentar todo eso yo solo...237
Las lágrimas del alfa se deslizaban silenciosamente por su
rostro mientras escuchaba atentamente todo lo que decía
Jimin.

-Intente ocultarlo lo más que pude. Estaba tan asustado de


que mi familia o Yoongi se enteraran... No sabía que
hacer...-Jimin lloró con más fuerza.-iMi bebé sintió que yo
no lo quería, Jungkook! Y por eso no quiso seguir
conmigo.110

-Que estás diciendo, Minnie...

-El sintió que yo lo despreciaba, pero no era así. ¡Solo


estaba aterrado porque no supe cómo afrontar la
situación!. Lo perdí. Mi bebé sabía que no quería tenerlo... 61

-Por Dios, Minnie...-El nivel de dolor que Jungkook estaba


sintiendo era el mismo que Jimin sentía al revivir todo en
su corazón. Las lágrimas eran amargas y dolorosas.1

-Íbamos de camino a la fiesta para anunciar el compromiso


cuando paso.-Jimin lloraba pero se esforzó por hablar.-
Yoongi me llevo al hospital y cuando Namjoon llegó se
puso en contacto con tu madre, pero ella le dijo que tú no
querías saber nada de mí.3

-¿Estas diciendo que mi madre sabía de esto?1

-Ella no le dio tiempo a Nam de explicarle la situación.


Simplemente le colgó. Yo no entendía porque tu madre
actuó de...-Los hilos fueron tejiéndose en la mente de Jimin
hasta que lo comprendió. Su voz fue a penas un susurro.-
Ella se enteró de quién era yo, ¿Verdad? Por eso jamás te
dijo que llamé.22

-Jimin si yo hubiera sabido de esto... habría regresado


corriendo a ti. Yo creí que estabas bien, que no me
necesitabas...-Jungkook se arrodilló frente a él, las
lágrimas en sus ojos eran tan reales como la sensación de
que le arrancaban el alma.-Perdóname por haberte dejado
solo, Minnie... debí ser más valiente y entrar a la habitación
aquel día... cómo tu alfa debía darte el valor y la seguridad
que te hacía falta... Jamás debí irme sin enfrentar la
situación.42

-Yo te odie mucho porque creí que no te había importado


todo lo que me había pasado.21

-¿Cómo no me iba a importar, Jimin? Yo estaba dispuesto a


ser el alfa que tú necesitabas a tú lado. Ni en mil años
podría reparar el daño que te cause.-Ver a Jungkook
siempre tan dueño de si mismo destrozado de rodillas y
llorando, era terrible. Jimin también lloraba porque todo
esto era demasiado para soportar.- Perdóname por no estar
a tu lado para proteger a tu cachorro, Minnie.1

-¿Mi cachorro?

-Yo no merezco pensar que él era mío. No tengo derecho ni


siquiera hablar de él, no cuando les fallé a ambos. La
misión de un alfa es proteger, y ya no fui capaz de hacerlo.
-La voz de Jungkook era un ruego desgarrador.-Por no estar
tu lado, Jimin... Voy a arrepentirme por el resto de mi
vida.64

-¿Ahora entiendes por qué me duele tanto el solo hecho de


verte? El que ahora estés aquí conmigo es doloroso porque
yo te necesitaba, desesperadamente, hace tres años.
Necesitaba que me consolaras.-Jimin también cayó
arrodillado junto al alfa y lloró cuando Jungkook lo tomó
entre sus brazos, envolviéndolos con su aroma a chocolate
y café, el aroma de su pareja destinada, del amor que había
perdido.-¡Yo necesitaba esto, Jungkook!. Lo necesitaba
para ya no sentirme tan culpable por lo que le pasó a
nuestro cachorro.

-Tu no tienes la culpa de nada. ¿Me escuchaste, Jimin?-Las


lágrimas caían por el rostro de Jungkook y sus fuertes
manos temblaban mientras limpiaba las lágrimas del
omega.-Estabas asustado y no sabías que hacer. El que
nuestro cachorro se fuera fue culpa mía, no tuya. ¡Jamás
vuelvas a culparte por esto!23

-Perdí a nuestro cachorro y a mí lobo por la tristeza. Me


sentía tan destrozado que fui incapaz de sentir nada
después. Y todo porque yo mismo me lo busqué. Jamás
debí iniciar tantas mentiras...-Jimin balbuceó más cosas,
muchas de ellas incoherencias, mientras el alfa se quedó
ahí, sosteniéndolo y llorando junto a él.9

Tres años de mentiras y verdades a medias terminaban esa


tarde en el llanto desgarrador de un omega y el alma rota
de un alfa que se sentía impotente por haberle fallado a su
pareja destinada. Ambos habían tenido la culpa al dañar lo
que habían construido juntos. Pero ahí estaban de nuevo,
encontrando consuelo en los brazos del otro, porque
muchas veces no importaba que otros te dijeran que todo
estaría bien, a veces necesitabas saber que la persona que
tanto daño te causó también sufría para saber que no
estabas solo en tu agonía. El amor tiene múltiples lados
bañados en colores cálidos y alegres. Pero no todo era un
arcoiris, a veces las nubes de tormenta se presentaban y
destruían todo a su paso sin que pudieras evitarlo.7

-Para nosotros no hay segundas oportunidades. ¿Verdad?65

-Nos lastimamos demasiado el uno al otro, Jungkook.


Ahora no duraríamos ni un minuto juntos.36

-Lo sé.

-Jungkook...-Jimin se alejo del reconfortante pecho del alfa


y de sus fuertes brazos. -¿Puedo pedirte algo?

-Lo que quieras.

-Deja de intentar volver a mí vida a la fuerza.-Se limpio las


lagrimas mientras intentaba controlarse.-Por el amor que
nos tuvimos una vez, hay terminar. Por tu bienestar y el
mío, detengamos esto de una vez, Jungkook. Tú y yo, se
acabó.186

El lobo de Jungkook aulló de dolor al sentir que su


compañero lo rechazaba, pero Jimin tenía razón al ya no
querer verlo. Si le pedía que dejara de insistir, lo haría.
Suficiente daño le había hecho ya.
-Lo que tu quieras, Minnie, eso voy a hacer.21

-Además, sé que ahora formas parte de la junta directiva


del grupo Min y que debes tratar asuntos con Namjoon y mi
padre.-Jimin se esforzó por seguir hablando.- Hablaré con
Nam y le diré que tú y yo hemos llegado a un acuerdo, para
que ya no tengas problemas con él. Pero... ¿Podrías
alejarte de papá? Tu cercanía con él me molesta mucho.3

-Esta bien.

-Y una última, cosa...-Jimin tragó el nudo en su garganta


mientras le extendía la mano al alfa que amaba para poner
punto final a todo.-Es inevitable que nos veamos en futuras
ocasiones, pero, cuando suceda, saludémonos como
personas civilizadas y después hay que ignorarnos. Solo tú
y yo somos los responsables de lo que pasó entre nosotros,
no debemos incomodar a los demás. ¿No estás de
acuerdo?20

Darle la mano como a un extraño a la persona que tanto


amo, realmente rompió el alma y el corazón de Jungkook.16

-Nuestro lazo de destinados es algo que jamás se podrá


romper. Además yo siempre te voy a amar. Lo que sea que
quieras, cuando me necesites, solo tienes que pedirlo. ¿Lo
sabes verdad?1

Jimin pronunció aquella frase que tanto había odiado pero


que con el tiempo comprendió que era cierta.

-Las personas de nuestra clase rara vez enlazan su vida


con su pareja destinada. Tú y yo, vamos a aprender a vivir
con esa verdad de ahora en adelante. -Jimin tragó con
dificultad.-Yo no te odio por lo que pasó, yo fui más
culpable que tú. Y si pudiera regresar el tiempo, volvería a
la fiesta de cumpleaños de Tae y me alejaría de ti para no
hacer daño. Nos conocimos por poco tiempo pero no valió
la pena pasar por tanto dolor, Jungkook.56

-Para mí si valió la pena, Minnie.-Jungkook no supo como


logró que su voz no se quebrara.-Los dos fuimos
responsables en todo esto. Pero por lo de nuestro cachorro
soy yo el único que te falló. Y no soy capaz de pedirte
perdón por no haber estado contigo, no lo merezco. Nunca
más vuelvas a culparte por eso, Jimin. Cúlpame a mí. La
luna sabe que yo jamás me perdonaré el haberte fallado.1

-Supongo que es la despedida entonces.57

Cuando Jungkook empezó a alejarse, el lobo de Jimin


empezó a aullar en su interior al sentir que estaba
perdiendo nuevamente a su pareja destinada. Le gritaba
que no lo dejará ir, que sin importar lo que su parte humana
dijera, Jungkook era el único que podría sanar su dolor. Y
no había nada racional en lo que sus instintos le
imploraban.

-¡Kookie!-Jimin lloraba cuando hablo y extendió sus brazos,


desesperado, hacia el alfa. Su lobo no quería perderlo aún.-
¿Podrías darme un beso de despedida, por favor?90

-Minnie...¿Cómo me puedes pedir algo así?7


En un segundo el alfa estuvo a su lado, uniendo sus labios
con desesperación. Está vez, estaban teniendo una ruptura
adecuada. Y aunque el recuerdo de este último beso les
quemara el alma, por ser tan dulce como el primero y tan
amargo a la vez por la tristeza, era algo a lo que ninguno
quiso renunciar. Porque no importa cuánto te haya
lastimado el amor, una parte de tu corazón siempre es
estúpido y masoquista, y nunca deja de amar aquello que
una vez, lo hizo feliz.
26

Esa noche llovió como nunca, así que nadie fue capaz de
escuchar a un alfa que gritaba desgarrándose la garganta
mientras sus lágrimas caían y sus rodillas tocaban el suelo.
Mientras hacía una reverencia frente a un pequeño altar en
memoria del hijo que perdió. El dolor era tan real que lo
estaba matando. En una pequeña habitación, mientras la
lluvia caía, deseó no haber sido tan cobarde, ser capaz de
superar sus miedos y poder proteger a la persona que
amaba cuando debió hacerlo. Ahora, todo estaba perdido. Y
debía aprender a decir adiós.88

Quizás una de las cosas más difíciles de la vida era


reconocer que por mucho que te esforzaras, las cosas no
tenían arreglo. Y eso fue lo que Jungkook comprendió
aquella tarde mientras se alejaba del omega al que amaba.
Ahora que había vuelto descubrió que, sin importar el daño
que había sufrido, Jimin era lo suficientemente fuerte como
para recuperarse y estar bien sin él. La luna, fiel
compañera de aquellos que sufrían en silencio, fue la única
testigo de los ruegos de un alfa con el alma rota.13

-Por favor, haz que encuentre...-La voz de Jungkook se


quebró por el llanto, como le había pasado a Jimin hace
mucho tiempo en una pequeña y acogedora cabaña que
permanecía en el olvido.-... que encuentre a alguien que lo
amé tanto o más...de lo que él merece, y que encuentre...
la felicidad que yo no puedo darle...te lo ruego.

Un omega para el Heredero


de los Kim
Jin había tenido ciertas expectativas cuando Tae y Jimin lo
invitaron a quedarse una temporada en la mansión. Ambos
le agradaban y sabía que Jungkook no se enojaría con él.
Así que no le pareció mala idea ir a divertirse un poco. En
la aldea donde vivía, no había mucho con que entretenerse.
Las fiestas eran más familiares y no habían muchos
lugares para pasar el tiempo con amigos más allá de un
karaoke que se llenaba demasiado los fines de semana.
Había estado emocionado por conocer la ciudad. Y se la
estaba pasando bien. Al menos hasta que empezó
involucrarse demasiado en la vida de los Kim.2

En el mes que llevaba en esa casa, Jin pronto descubrió


que le gustaba tener a quienes cuidar, se había tomado
ciertas atribuciones que no le correspondían pero que a
nadie parecía importarle. Por ejemplo, se dió cuenta de que
el señor Kim no bajaba a desayunar porque rara vez se
despertaba antes del medio día. Los medicamentos para el
corazón que tomaba lo dejaban algo atontado, por lo que
Jin se encargaba de llevar una bandeja con el desayuno, lo
despertaba solo para que comiera y luego lo dejaba
descansar. Estaba seguro que su falta de energía se debía
a que no se estaba alimentando muy bien. Además
descubrió, por los empleados, que desde que la omega Kim
falleció, nadie se había ocupado de llevar la dirección de la
casa. Los empleados seguían el patrón que ella dejó
instalado, pero hacia falta que alguien se encargara de los
pequeños detalles. Jin se había criado con sus tíos Jeon y
sabía lo que era tener un hogar. A los Kim eso era lo que
les faltaba. Vivían en una hermosa mansión. Pero nadie la
consideraba como un hogar. Lo cual era una lastima.
Porque tenían todo el potencial para ser una familia unida y
feliz, pero no sabían como lograrlo.8

En ese momento se encontraba solo en la casa, Tae había


ido a almorzar con su alfa y su suegra. Y Jimin tenia una
reunión con Namjoon, así que ninguno estaba en casa. Sin
nada que hacer o a donde ir, decidió que sería buena idea
sumergirse un rato en la piscina. Así que se puso una
pantaloneta y se sumergió en la cálida piscina climatizada.
Luego tomó un poco de sol para que su piel clara se
volviera de un bonito tono canela. Estaba medio dormido
cuando sintió que alguien lo cubría con una toalla y su
sombrilla era movida para bloquear los rayos del sol.1

-Ten más cuidado, no te quedes dormido con el sol de


medio día. Tendrás unas horribles quemaduras.11

Namjoon ya le estaba dando la espalda cuando al fin abrió


los ojos.

-¡Oye espera!1

-¿Necesitas algo?5

Jin se mordió el labio inferior.

-¿Me pones bloqueador en la espalda?83

Namjoon enserio quería irse, pero las ganas de tocar la piel


del omega ganaron. Asintió y Jin se puso boca abajo,
conteniendo la respiración. El alfa esparció la crema con
cuidado sobre la espalda del Omega, sus manos temblaban
un poco y se sintió nervioso e inseguro otra vez, como
cuando descubrió que era un alfa y no era capaz de
controlar su recién despiertos instintos. Su cuerpo no
estaba en condiciones de estar tan cerca de un omega ese
día, si no se controlaba podría terminar aprovechándose de
Seokjin.7

-Disculpa por haberte molestado hoy en la mañana.-


Murmuro Jin.

-No tiene importancia.


-¡Oh, ese es delicioso!-Jin soltó un suspiro cuando las
manos del alfa presionaron un punto tenso en su espalda.-
¿Vas a quedarte a comer? Aún no le he llevado el almuerzo
a tu padre, tal vez él quiera bajar y almorzar en el
comedor...

-Jin no tienes que andarle sirviendo a todo el mundo en


esta casa.-Eso molestaba mucho al alfa.-Eres un invitado
de mis hermanos, no una mucama.

-Yo no me siento de esa manera.-Jin se giro un poco para


darle una sonrisa.-Me gusta atender a los demás sí puedo.
En mi familia somos así.5

-Bien. Entonces, gracias por cuidar de mi padre.-Antes de


que pudiera deterse, Nam bajó los labios y le dió un beso
suave y húmedo al omega en una pequeña peca que tenía
en el hombro.- Y de controlar a Tae, estos días no se ha
portado tan mal, no creas que no lo he notado.39

Jin se sonrojo violentamente. Nam inclinó la cabeza,


sonriendo.

-¿Qué ha sido eso? ¿El omega que me provoca frente a


todos, es tímido?-Nam le dió otro beso, demorándose más
tiempo está vez.-Quien lo hubiera imaginado.

-¿Es cierto?

-¿Qué cosa?

-Lo que ha dicho Taehyung. ¿Yo te gusto?14


Nam cerró los ojos y apretó los puños. No era buen
momento para hablar de lo mucho que el omega lo atraía o
de lo que su aroma a rosas estaba haciendo en él.

-Eres muy bello, Seokjin. Sería imposible que no hubieras


llama mi atención.7

Jin se sonrojo como un tomate y empezó a reír.

-¿Enserio? Entonces quiero que respondas mi pregunta.


¿Cuándo te guste? ¿Fue amor a primera vista?

Namjoon gruño cuando Jin se acerco alegremente y lo


rodeó con sus brazos y piernas, riéndose de aquella
manera tan bella que tenía y tirándole besos voladores.
Parecía alguien tan puro que despertó los instintos más
básicos del alfa. Sin detenerse a pensar, lo atrajo hacia él.
Jin jadeó por la sorpresa. Y sus ojos de agrandaron aún
más cuando percibió la fragancia mentolada de Namjoon.
Su escencia era más fuerte de lo normal. El sudor sobre su
frente, su respiración agitada y el bulto que se presionaba
contra su trasero eran, sin duda alguna, señales
inequivocas del celo.24

Kim Namjoon, el heredero de los Kim, estaba entrando en


celo. Y tenía entre sus brazos a la única criatura que
deseaba poseer.41

-No tientes a tu suerte, Seokjin.-Le susurro, haciendole


cosquillas en el oido.-Estoy a punto de ponerme irracional.6

-¿A qué le apuestas, Kim Namjoon?-Jin se alejó un poco


para verlo a la cara.- ¿Al amor o al dinero?9
-¿Qué clase de pregunta es esa?

-Necesito saber si debo cuidar mi corazón de ti. Mi primo a


terminado muy mal por meterse con uno de ustedes. No
quiero sufrir lo mismo. Ustedes los Kim son un peligro.1

-Le apuesto al placer que el dinero puede comprar. Es lo


único seguro para mi.1

-Al dinero entonces.-Jin se soltó del agarre del alfa y


tomando su toalla, se cubrió el torso. El alfa gruñó por ser
privado de semejante vista.-Ve a tu habitación, veré qué
nadie te moleste hasta que pase tu celo.20

-Tengo un apartamento, no paso mis celos aquí.

-¿Enserio crees que podrás llegar antes de que empeore?

El calor en el cuerpo de Nam y las ganas de abalanzarse


sobre el omega le dieron la respuesta.

-Hay una casa de huéspedes al otro lado del jardín. Dile a


mis hermanos que estoy indispuesto, ellos entenderán. -
Dijo mientras se alejaba.-Y por favor, mantente alejado de
allí.1

Namjoon salió prácticamente corriendo antes de que su


razonamiento estuviera nublado por sus ansias de placer y
cometería un acto del que después se arrepentiría.

A Jin le causaba curiosidad el porqué alguien como


Namjoon se había fijado en él. Jin no se sentía tan bello
como se la pasaba diciendo la mayor parte del tiempo. En
comparación con los omegas presuntuosos que había
conocido en los últimos días, Jin no era elegante, ni
hermoso. Le faltaba clase y a menudo hacia pasar
vergüenzas a Tae cuando iban a lugares finos. Se resistía a
creer que el heredero de los Kim se sintiera atraído por el
desastre patoso que era. El alfa era atractivo de una
manera muy masculina. Jin debía admitir que a él también
se le habían ido los ojos un par de veces observando de
más al alfa. Era incluso más alto que él, lo que le
encantaba porque a la mayoría de los alfas les parecía que
su estatura era un rasgo poco llamativo. A Namjoon, podía
verlos a los ojos directamente. Además de que sus fuertes
brazos y su pecho marcado, que resaltaba aún con la
camisa puesta, se veían cálidos, el lugar perfecto en el que
le gustaría ser acurrucado.30

Pero debía decir, que lo que más le gustaba de Namjoon


era su devoción hacia sus hermanos. Al alfa poco le
importaba sacrificar su bienestar con tal de mantener la
felicidad de sus hermanos. Jin se podía imaginar que el
peso del apellido familiar lo estaba matando al ser tan
joven y tener que cargar con toda su familia. Pero Namjoon
nunca se quejaba. Quizás podía ser un poco mandon y
pedante algunas ocasiones, pero era el pilar se sus
hermanos cuando ellos lo necesitaban y en parte el
responsable de que los omegas estuvieran tan
consentidos.
Jin se quedó ahí, bajo el sol de mediodía, preguntándose si
era normal que tuviera el pulso acelerado. Y si valdría la
pena desear la obtención de un placer que sería efímero.
Con él no tienes futuro, Seokjin.16

Pasado de las nueve de la noche, cuando la mansión


estaba casi a oscuras y la lluvia rompía el cielo en una
terrible tormenta, Jimin llegó sólo a encerrarse en su
habitación y Tae llamó diciendo que esa noche no llegaría
y que dormiría con Hoseok. Jin se encargó de que el señor
Kim cenara y tomara sus medicinas. Luego se fue a su
habitación y tomó un baño. Pero la piel le picaba y seguía
con el corazón acelerado.

Alrededor de media hora después, envuelto en una suave


bata de algodón que acariciaba su sensible piel y bajo una
sombrilla para protegerse de la lluvia, Jin se armó de valor
y cruzó el jardín hacia la casa de huéspedes. No llevaba
ningúna prenda debajo de la bata, la ropa no sería
necesaria.31

Sería solo una noche. ¿Qué podría pasar?


33
A la mañana siguiente, cuando Jimin bajo al comedor y
pasó por el vestíbulo, su corazón se encogió al ver que
efectivamente, su arreglo de flores y la canasta de dulces
no habían sido enviadas esa mañana. Debía sentir alivio, la
historia al fina terminaría y el podrían dejar el dolor en el
pasado. Entonces... ¿Por qué lloró al ver la mesa del
recibidor vacía? ¿Y porqué su café le supo amargo?72

Una de las cosas más difíciles que Jimin aprendió en las


semanas que siguieron fue que, no era bueno que siempre
te dieran lo que pedías. Ambos se dieron un tiempo para
respirar luego de tantas tensiones y dolor. Pensó que
alejarse y dejar que las heridas y el dolor de ambos sanara
iba a ser lo que necesitaban.1

Pero no fue así.4

Jimin tuvo que observar a la persona que amaba desde un


punto distante en todos los eventos en los que se
encontraban. Si él había pedido que todo terminara,
entonces... ¿Porqué su corazón dolía cuando Jungkook lo
saludaba con un asentimiento y luego seguía su camino? El
alfa había respetado su decisión y le dio exactamente lo
que quería. Después de hablar con sus hermanos, y de
explicarles al fin lo que había pasado entre ellos, la familia
respetó su decisión y dejaron de estar a la defensiva
contra el alfa al ver que, efectivamente, ambos parecían
querer llevar las cosas de manera civilizada.1

Jimin seguía haciendo su voluntariado con sus adorados


cachorros mientras equilibraba todas las responsabilidades
que debía cumplir. Se había vuelto bastante recatado y
responsable desde que perdió a su cachorro. Pero las
lecciones habían sido muy duras de aprender. Ahora que
todo estaba aclarado con Jungkook y que sus sentimientos
no estaban dominados por la tristeza o el enfado, se veía
libre para retroceder y regañarse a sí mismo por su antiguo
comportamiento. Dejar que Jungkook se fuera sintiéndose
el único culpable, no era justo.

Pero sin lugar a dudas, lo que le abrió los ojos fue el regaño
que recibió de Jin unos días después, cuando él y Tae
estaban lamentándose. Ambos hermanos habían llegado a
la mansión deprimidos y se tiraron solo a soltar suspiros de
lamento.

—Ustedes dos son increíbles. Tienen todo lo que alguien


pudiera desear y lo más triste es que ni siquiera lo valoran.
¡Ustedes me enojan!84

—A la señora Jung no le agrado y me desprecia en cada


oportunidad que tiene. ¡Me humilló! Pensé que estarías de
mi lado, Jinnie.

—¡Ah, Taehyung! No conozco mucho a tu alfa, pero solo sé


que te aguanta bastante. ¿Sabes cuántos quisieran tener a
alguien tan entregado y paciente como él?3
—Por supuesto que lo sé. Hoseok es el sueño de todos.

—A su madre no le agradas y con justa razón, a nadie le


gusta saber que su hijo no es apreciado.24

—Hoseok es un buen alfa.—Murmuro Jimin.—Eso es


justamente lo que yo siempre le he dicho.

—¡Oh y tú cierra la boca!12

Jin había estado verdaderamente molesto con ellos. Pero


más con Jimin. Luego de escuchar toda la historia lo había
regañado horrible por lastimar a su primo.

—Fuiste muy cobarde, Jimin. Dejar a mi primo luego de


decirle que habían perdido un cachorro. La culpa debe
estarlo matando. Te perdonó e hizo todo lo posible por
estar a tu nivel para que pudieran estar juntos. ¿Y como le
devuelves ese amor? ¡Tiras lo que él hizo por ti a la basura!
79

—Jin...

—¿Saben porque no tienen ni siquiera un amigo sincero?


¡Porque no se lo merecen! Son un par de caprichosos y
mimados. Todo el dinero del mundo no es capaz de
comprarles madurez. Aprendan a ver qué es lo que
realmente tiene valor en la vida.104

Ambos hermanos habían dejado de llorar y tenían la cabeza


agachada, viéndose tan regañados como debían estar.

—Se suponía que tenías que consolarnos, Jinnie.—Se quejó


Tae con la cabeza agachada.—No regañarnos.8
—¡Es que a ustedes ya los han mimado demasiado!
Necesitan, enserio, un buen golpe de realidad. —Jin soltó
un suspiro exasperado.—Ustedes lo tienen todo y aún así
no tienen nada. No saben ver por otra cosa que no sea
ustedes mismos.22

—¿Sabes, Jin? Si quisiera un regaño habría ido con papá o


Namjoon.—Refunfuñó Tae.

—Yo no soy quien para decirlo, tal vez no comprenda como


es la presión de vivir complaciendo a los demás y bajo
reglas estrictas. Pero si sé que, sin importar a que clase
pertenezcan, habrá un momento en el que de seguir así, ni
todo el dinero del mundo, podrá reemplazar las cosas que
van a perder.3

Las palabras de Jin habían sido duras pero necesarias y le


habían dado mucho e que pensar.

Aproximadamente una semana después, Jimin llegó al


orfanato para cumplir con su turno y pasar un poco de
tiempo con los cachorros y los bebés. Esa era su terapia,
los niños no preguntaban porque lucía triste o pedían
explicaciones, simplemente querían hacerlo sonreír. A
pesar de no tener una familia, sus cachorros comprendían
muy bien el sentimiento de amar y reconfortar, y era justo
lo que necesitaba en ese momento.

—¡Esto es maravilloso!—Nani abrazó a Jimin en cuando


entró a la oficina del orfanato.—¡No sé cómo podré pagarte
todo lo que haces por este lugar, Jiminie!
—¿De que hablas, Nani?

—¡Recibimos un donativo millonario!—Nani saltaba de


contenta.—¡Podremos expandir los dormitorios o incluso
mudarnos a un lugar más grande si quisiéramos!
Tendremos espacio para más niños y todo te lo debemos a
ti, seguramente uno de los socios que mencionaste se
conmovió tanto que quiso ayudarnos.23

—¿Y quién dio el donativo?

—Fue anónimo. Lo único que decía era que esperaba que


fuese suficiente.32

Más tarde esa noche, Jimin llamó para agradecerle a


Yoongi. Pero el alfa se extrañó.34

—Creo que estás equivocado, Jimin. Yo si hice un donativo,


pero no de esa magnitud.

—Pero fuiste el único al que le conté de los planes para la


expansión además de Namjoon y Papá.

—¿Estás seguro?

Fue entonces cuando Jimin recordó que el día de su


conversación con Jungkook, él llevaba la carpeta en la
mano con los proyectos de expansión y que esta fue
olvidada en el piso de azotea.2

Al día siguiente, se sorprendió cuando no encontró lugar


para que Sunying estacionara afuera del orfanato. La calle
estaba repleta de camiones de carga de los que estaban
bajando cajas y cajas de ropa, cunas y camas. Además,
unos obreros entraban lo que parecían ser sets de juegos
infantiles.

Jimin bajo del auto y buscó a Nani para preguntarle qué


estaba pasando. La encontró en el jardín observando cómo
los cachorros tumbaban alguien en el suelo mientras
soltaban chillidos de alegría.25

—¿Nani y ahora que pasó?

—¡Oh, querido!—Nani soltó una risa, encantada.—Este alfa


encantador vino muy temprano con camiones de
donaciones para los cachorros. También se puso él mismo
ayudar en la instalación de las resbaladillas, el castillo y
los columpios, pero esos demonios no lo dejaron terminar.
Están encantados con él.6

Jimin se apresuró a salir al jardín en donde los cachorros


tenían a Jungkook atrapado de pies y manos, tirando de su
ropa y su cabello, mientras el alfa trataba de zafarse de las
pequeñas manos de los niños. Todo eran risas y chillidos
alegres. Pero el juego y la diversión se detuvo cuando
Jimin habló.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Jungkook puso una expresión de espanto al verlo.

—Perdóname, esa encantadora omega me dijo que hoy no


estarías aquí.—Jungkook le hizo un guiño a Nany y ésta se
sonrojó, pero luego se puso serio al verlo de nuevo.—Iba a
instalar los juegos y me iría. No quería incomodarte.10
—¿Cómo supiste de este lugar?

—La otra vez dejaste olvidada la carpeta con toda la


información, así que...—Jungkook gruñó cuando un
pequeño cachorro le mordió el tobillo.5

—¡Está distraído, a la carga!

—¡Ataquen sus bolsillos!—Gritó una cachorra de cabello


negro.—¡Ahí debe traer los dulces!60

—¡No, esperen!—Jungkook empezó a correr hasta que los


cachorros lo tumbaron de nuevo. Jimin hizo una mueca al
ver como la fina camisa y el pantalón de tela de Jungkook
habían quedado cubiertos de tierra y pasto.

Los cachorros chillaron cuando encontraron varios


caramelos masticables.5

—¡SIIIIIIII!2

—¡Alfita Jungkook, te amo!—Chilló la cachorrita de cabello


negro mientras se tiraban a abrazar a Jungkook. La niña se
las había arreglado para integrarse a la lucha con todo y un
enorme oso en los brazos.32

—¡Abrazo grupal!—Gritó otro cachorro y ahí iban todos


encima de Jungkook de nuevo.2

Jimin decidió que Jungkook ya había sufrido bastante del


ataque de esos pequeños ángeles así que los regaño, pero
solo un poquito, para que lo dejarán ir. El alfa se levantó
sonriendo del suelo y ni se molestó en sacudir su ropa.1
—¿Van a terminar de instalar los columpios, alfita
Jungkook?—La pequeña de cabello negro saltó a los brazos
de Jungkook y este la atrapó en el aire, cargándola en sus
brazos.—¡No puedes irte sin que me empujes un ratito! ¿Te
quedarás para la hora del cuento, Jungkook?15

—Jungkook tiene otras cosas que hacer, cachorros. —


Murmuro Jimin, para que Jungkook no quedara
comprometido.—Pero vamos a agradecerle por los juegos y
las donaciones. ¿De acuerdo?

Los cachorros se pusieron en fila y se inclinaron


ligeramente.4

—¡Gracias, alfa Jungkook!—Jimin se cruzó de brazos y los


cachorros al ver su ceja levantada, agregaron:—¡Y perdón
por haberte atacado! ¡Lo sentimos!4

Jimin sonrió orgulloso.

—Bien, ahora vayan a tomar la merienda.

Los cachorros se fueron corriendo entre gritos y risas.


Menos la cachorrita que estaba en los brazos de Jungkook.

—¿No quieres ir a merendar?—Le preguntó Jungkook


mientras le acomodaba un mechón detrás de la orejita. La
niña negó con la cabeza.3

—No quiero que te vayas.53

A Jimin se le encogió el corazón. A menudo cuando los


cachorros tenían contacto con alfas, se apegaban de
inmediato a ellos porque en ausencia de su padre, se
sentían reconfortados por la seguridad que los alfas
transmitían. Es por eso que solo betas y omegas trabajan
en el orfanato.9

—Jia...—Jimin intento acercarse a la pequeña hablando con


suavidad.—Jungkook tiene que irse.7

—¡No quiero!—La niña empezó a llorar y se aferró a


Jungkook.—¡Si te vas nunca vas a regresar! ¡No quiero que
te vayas, alfita Jungkook!29

Los gritos de la niña se elevaron con fuerza.

—Jungkook, como lo siento... Es que ellos no están en


contacto con muchos alfas...

—Descuida.—Jungkook hizo que la niña lo mirara y le


limpió las lágrimas.—Ya no llores, todo está bien. Si tu
quieres que regrese lo haré. ¿De acuerdo?3

—¿Vendrás a jugar con nosotros otra vez?

Jungkook asintió con una gran sonrisa.

—Ahora hazle caso a Jiminie y ve a tomar tu merienda.1

—Esta bien. Pero prométeme que volverás. ¡Por él meñique!


47

Jungkook entrelazó su dedo meñique con el de la bebé.3

—Por el meñique.—La niña tomó a su oso y salió corriendo,


diciéndole adiós a Jungkook más de un millón de veces
mientras iba hacia el enorme comedor.
El silencio cayó sobre ellos. Podían decir que estaban
tomando las cosas con madurez, pero lo cierto era que
seguían sintiéndose terriblemente mal cuando estaban en
la misma habitación. Sin hablarse ni mirarse y pasar como
si nunca hubiesen estado locamente enamorados. Jimin
había estado convencido de que con la separación ambos
sanarían. Pero el anhelo de correr a los brazos de
Jungkook, y su lobo llamando a su compañero, no
entendían de razones.

—Gracias por lo que has hecho.

—Iba a irme antes de que vinieras. No sé suponía que te


dieras cuenta.

Jimin le sonrió un poco.

—Estas hecho un desastre. Por favor dime qué no tienes


reuniones hoy.

—Solo una cena, pero tendré tiempo para cambiarme.

—¿Una cena? —Las preguntas salieron antes de que Jimin


se pudiera contener.—¿Con quién?55

—Sera mejor que me vaya.

—¡Espera!—Jimin lo detuvo por la muñeca.—¿Quieres


quedarte un rato?

Jungkook le acarició el rostro con una de sus manos y


Jimin cerró los ojos por inercia. Su piel se erizó al sentir
ese anhelado toque al que tanto había estado
acostumbrado.
—No creo que sea prudente. —Jungkook bajo la mano y de
inmediato Jimin sintió su ausencia.—Esto no salió como lo
planee. Supe que el orfanato necesitaba ayuda y quise
colaborar. No te enojes, por favor.

Eso no era cierto. Se enteró de que el orfanato era


importante para Jimin y por eso quiso ayudar y lo estaba
haciendo en silencio porque Jungkook era así, daba sin
querer retribución a cambio, ni siquiera un simple gracias.
Pero debían pretender que no era nada del otro mundo.
¿Verdad? Después de todo, Jimin así lo quería.2

—¿Cómo podría enojarme cuando has sido tan generoso


con ellos, Jungkook? Gracias.1

Con un asentimiento de cabeza, el alfa se fué. Dejando en


el aire su aroma a chocolate y café. Jimin se abrazó a sí
mismo y se preguntó el resto de la tarde qué había hecho
para que alguien como Jungkook lo amara. Después de
eso, por mucho que trató de hablar con Jungkook, no pudo
porque él se fue a varias reuniones de negocios en el
extranjero a las que el abuelo Min no pudo asistir. Y no lo
había visto desde entonces.

Una noche, mientras Jimin estaba sentado con sus piecitos


metidos en el agua tibia de la piscina, Namjoon llegó y
cuando ambos se encontraban haciendo círculos con los
pies en el agua, espero pacientemente hasta que Jimin
quisiera hablar. El omega se dejó ir, buscando consuelo
con su hermano mayor.
—Debo admitir que me agrada Jungkook.—Dijo Nam
mientras acariciaba las mechas rubias de su hermano.—Es
inteligente y muy hábil para resolver las situaciones que se
presentan con el grupo Min. En estos últimos meses he
tenido que tratar mucho con él. Y me impresionó. Aun no lo
perdono por todo lo que sufriste. Eso no tiene nada que ver
con qué lo admiré en los negocios.

—El también sufrió, Namjoon. Yo te tenía a ti y a Taehyung.


Ustedes me consolaron. Estoy seguro de que Jungkook se
guardó sus sentimientos y no le dijo a nadie. Él tiene la
tendencia de sufrir a solas. ¿Sabes?4

—¿Todavía lo quieres, no es así?

—Si. Pero no puedo estar con él sin lastimarlo. Le mentí


mucho, Namjoon. El aparenta estar bien, pero sé que no lo
está.3

—Escucha, Jimin...—Namjoon soltó un suspiro.—Yo me


opuse mucho a tu relación con Jungkook. Y no hace falta
recordar porqué. Pero cuando enfermaste, me enfadé
conmigo mismo porque yo fui una de las personas que te
lastimó. Cuando te llevé al orfanato y le pedí ayuda a Nani,
me dije que a partir de ese momento antepondría la
felicidad de mi familia ante cualquier cosa. Y pienso que es
buen momento para que lo sepas.2

—¿Qué quieres decir con eso?

—Si tu quieres estar con Jungkook o no, será tu decisión.


Nadie va a prohibirte nada.3
—Yo terminé las cosas está vez.—Jimin retorció sus
manitas.—¿Tú crees que estemos listos para volver? ¿Que
sea lo correcto?5

—Eso es algo que solo ustedes podrán responder, Jiminie.


—Namjoon lo abrazó con fuerza y murmuró palabras de
aliento, reconfortándolo.3

Dos meses después aunque no tuviera mucho ánimo, Jimin


subió al auto en el que Sunying lo esperaba. Esa mañana
de domingo el abuelo Min participaría en un torneo de golf
en el club en el que eran miembros. Era un torneo anual
para alfas retirados y, por tradición, los Kim iban a
apoyarlo.

—¿Señor, se encuentra bien?

—Si, Sunying.—Jimin se acomodó en el asiento y cerró los


ojos.—Todo está bien.

—Joven amo...—Sunying lo miro a través del retrovisor.—


¿Puedo hablar con libertad?16

—Sabes que sí.

—Tengo algo que le pertenece.—Sunying sacó de la


guantera una cajita de terciopelo que Jimin reconoció al
instante.—Quise decírselo muchas veces, pero luego de
que salió del hospital usted no quería saber nada de
Jungkook. Y con lo que pasó después, su hermano
Namjoon prohibió que se mencionara el tema.26
Las lágrimas cayeron por las mejillas de Jimin sin control
cuando comprobó que, efectivamente, su anillo
descansaba en el interior de la pequeña caja de terciopelo,
esperando por él.1

—¿Lo has tenido todo este tiempo?

—El señor Jeon lo dejo afuera de su habitación del hospital,


junto a un ramo de flores, hace tres años.

—Iba a proponerse otra vez...—Jimin negó con la cabeza


mientras aguantaba las ganas de llorar y abrazo la cajita
contra su pecho.—¿Crees que alguna vez haré las cosas
bien cuando se trate de Jungkook, Sunying?

—Aun está a tiempo de luchar por él.—El anciano le sonrió


con cariño.—Y ahora no hay diferencias entre ustedes que
los puedan separar.1

—He sido tan estúpido...41

El anciano no dijo nada, pero Jimin supo que estaba de


acuerdo con él.53

A diferencia tres años atrás, Jimin había madurado para


aceptar que sus heridas no sanarían por completo si no
compartía su dolor con la persona a la que amaba. Y qué si
en el pasado renunció fácilmente a Jungkook, no
cometería el mismo error. Está vez, si lo dejaba marchar,
se arrepentiría por el resto de su vida.4

Y algún día en un futuro lo iba a ver superando su dolor y


formando una familia con alguien más, como siempre
temió. Y el solo pensarlo lo mataba. Las cosas eran
diferentes ahora. No había más obstáculo que ellos
mismos. Y si no luchaba por el amor que habían
encontrado, todo el dolor y el sufrimiento, habrá sido en
vano. Jungkook enfrentó sus miedos para ser la persona
que Jimin necesitaba a su lado. Y a pesar de todo lo que
sufrió, aún le quedaba amor para dar.7

¿Y qué le has dado tu a cambio, Kim Jimin?—Se reprochó a


sí mismo.9

Estaban a tiempo de ser felices juntos.1

¿No era el amor que se tenían lo suficientemente fuerte y


valioso como para superarlo todo?
34
El club de golf era un recinto de lujo. Contaba con varias
áreas deportivas para practicar tenis, natación, alpinismo,
equitación y obviamente golf. Su extensión era de más de
350 hectáreas . Los miembros podían disfrutar de
restaurantes de comidas extranjeras, gimnasio, yoga y
habitaciones con servicio a cuartos 24/7 que solo usaban
los que no tenían su propiedad en el club, por supuesto.
Estaba de sobra decir que solo las familias importantes
podían asociarse en ese lugar. Lo que ponían a los Kim,
Min y Jung en la cima de la lista de las personas
influyentes que lo frecuentaban. En otro tiempo, Jimin
habría estado encantado de pasar un tiempo en la
residencia Min, le habian dado su habitación favorita,
aquella con cama de dosel, balcón que daba directo a la
piscina, tina de hidromasaje y muebles de caoba, pero
ahora todo eso eran lo de menos para él. Lo único que
quería era saludar al abuelito Min y atacarlo con preguntas
acerca de Jungkook.23

-¡Todo esto es asombroso!-Jin entró corriendo y se lanzó a


la cama.-¡Oh, también quiero una cama con dosel! ¿Por qué
Jiminie es el único que tiene una?

Tae entró minutos después, todo su atuendo gritaba que


iría a la piscina. La toalla al hombro, sombrero y gafas,
lucía tan hermoso y divo como era.
-Es que Yoongi nunca perdió la esperanza de bajar las
cortinas, si sabes a lo que me refiero.-El guiño cómplice de
Tae hizo reír a Jin.7

-¡Este lugar me encanta!-Jin dió vueltas en la cama y


deshordeno las almohadas.

-Guarda tus emociones, Jinnie.-Tae se acomodó las gafas.-


Tenemos una casa club en algún lugar de República
Dominicana que enserio te encantaría. Sabes, la otra vez
Namjoon quería llevarte a navegar. Bien podrías pedirle
que te lleve a unas mini vacaciones.-El tono pícaro de Tae
era sumamente irritante, o al menos eso le pareció a Jin,
que no se sentía muy cómodo hablando de Namjoon-Solo
enséñale las piernas y hará lo que tú quieras.32

-No digas tonterías, no le gusto a tu hermano.-Jin bajo la


mirada al encaje de uno de los cojines.-No realmente.3

-¿Estás bromeando?-Tae se tiró en la cama junto a Jin.-¡Mi


hermano está loco por tí!

-Tan loco por mí que se la pasa ignorandome.

-¡Oh, por la luna!-Tae aplaudió.-¡Lo tienes a tus pies!

Jin lucía tan confundido, como si le hubiesen dicho que el


cielo era rosa y no azul.7

-Namjoon tiene una regla muy estricta.-Explico Jimin.-El


jamás se involucra con alguien cercano a nosotros.
-El misterioso y sexy heredero de los Kim tiene una vida
secreta que su familia desconoce. -Citó Tae, elevando las
manos como si estuviera leyendo un anuncio frente a él.1

-¿De qué rayos hablan?

-Ese fue el título del único escándalo que se le conoce a


Namjoonie. Salió en una revista -Tae suspiró.-Fue antes de
que papá enfermara. Namjoon tuvo su época salvaje,
¿Sabes? No siempre fue el CEO que conoces ahora. Enojó
mucho a papá y por eso tuvo el primer ataque cardíaco.
Ahora, Nam se priva de cualquier placer con tal de proteger
a su familia.

-¿Y que decía el artículo?

Jimin intervino antes de que los secretos de su hermano


salieran a la luz.

-No creo que Namjoon este feliz con que hablemos de esto.
Solo puedo decirte Jin, que también me dí cuenta de que
Namjoon se siente atraído por tí. Pero no creo que haga
nada para acercarse, por favor no lo tomes personal. Si
cree que alguno de los dos puede salir herido, mantendrá
su distancia.1

Los dos hermanos Kim no se percataron del impacto que


tuvieron sus palabras en Seokjin, pero habían despertado a
esa bestia traviesa y curiosa, la misma que lo había llevado
a descubrir el secreto de Jimin. Jin entrecerró los ojos con
decisión.4

¿Así que una revista, eh?6


Tae se levantó de la cama y arrastró a Jin consigo.

-¡Ya me empiezo a deprimir otra vez! ¡Es tiempo de ir a la


piscina! Cambiate, Jiminie. Tenemos tiempo suficiente
para broncearnos antes del torneo. Además quiero que mi
piel este bronceada para cuando mi Hobi venga. A mi alfa
le gusta morder mis nalguitas de caramelo.45

-Vayan ustedes, yo no quiero.

-¿Enserio, Jimin? -Tae hizo mala cara, pero no de


fastidiado, si no más de decepción.-Hemos venido a
divertirnos. Antes amabas este lugar. Extraño a mi
hermanito, enserio.

Jin se levantó de la cama.

-¿Seguro que no irás, Jiminie?

Jimin sonrió.

-Tengo algo importante que hacer.

-Bien. Quédate aquí todo deprimido y encerrado. Pero si te


decides a acompañarnos vamos a estar en la piscina y a
las once en el spa.-Tae movió su cabello con coquetería y
salió de la habitación.- ¡Vámonos, Jinnie!

Jin entrecerró los ojos.

-¿Estás bien, Jiminie?

Jimin asintió con una enorme sonrisa mientras apretaba


una cajita de terciopelo negro contra su pecho.21

-Mas que bien. Ve a divertirte con Tae.


-De acuerdo.-Jin se encogió de hombros, no muy
convencido.-Si tú lo dices...

Cuando se fueron, Jimin se refrescó un poco, se puso una


camisa blanca y unos pantalones cortos y salió de la
habitación. Sabía que el abuelo Min había llegado desde
ayer y a esas horas debía estar tomando el desayuno.
Camino hasta la terraza y justo como pensaba, el viejo alfa
estaba sentado con un plato de waffles frente a él.

-Debes cuidar tus niveles de azúcar, abuelo...-Murmuro con


una risita al ver que le estaba poniendo jarabe extra.

Quería preguntarle al abuelo Min si Jungkook llegaría para


apoyarlo en el torneo. Necesitaba hablar con él. Decirle
que había sido un tonto y... se detuvo en seco cuando vio a
la razón de su nerviosismo llegar a la mesa del abuelo con
una bella beta del brazo.185

-Perdona por llegar hasta hoy, abuelo. Pero mi vuelo se


retrasó más de lo que le esperaba. ¿Has estado bien?

-Tengo casi los noventa años, estoy todo lo bien que podré
estar.-Le sonrió a la beta.-¿Y esta hermosa señorita quién
es? ¿No piensas presentarsela a tu abuelo?1

La beta rió dulcemente y se sonrojo.

-Dijiste que tú abuelo era un granuja, pero es todo un


encanto, que mentiroso eres, Jk.

-Es un lobo sabio y astuto.-La enorme sonrisa de Jungkook


le dolió en el alma a Jimin.7
-Deja de desprestigiar a tu abuelo, cachorro. -El abuelo Min
señaló las sillas vacías.-Desayunen conmigo. ¿La has
invitado a quedarse con nosotros hoy?

-En realidad, Sunny a venido con su familia, está aquí


porque..7

-Me encantaría desayunar con ustedes.-La beta ocultó una


risita detrás de sus manos.

A Jimin le pareció ver a la chica tan tierna y bonita que la


odio de inmediato. Y eso era extraño en una criatura tan
dulce como él. Jimin retrocedió cuando empezo a sentir
náuseas pero no se fijo y terminó chocando con uno de los
meseros que llevaba una bandeja llena de frutas. El
estruendo de platos cayendo y quebrandose en el suelo fue
suficiente para llamar la atención de todos.27

-¡Por la luna, perdóneme! -El mesero trato desesperado de


limpiar los restos de jugo de frutas de la ropa de Jimin.-
¡Qué torpe soy!

Jimin estaba tan avergonzado que no quiso levantarse del


suelo. Quería que la tierra lo tragara. Pero antes de que
pudiera salir corriendo, unos fuertes brazos lo levantaron y
un conocido aroma reconfortante lo rodeo.

-¿Estás bien, Minnie?-Jungkook lo ayudo a levantarse del


suelo.-¿Te lastimaste?1

-No, yo...

Jungkook le habló al mesero.


-¿Podrían traerme un botiquín?2

-¿Qué?-Jimin balbuceo.-No, estoy bien...

-Tienes una cortada en la rodilla, seguramente te la hiciste


al caer sobre los cristales rotos.5

Fue entonces cuando Jimin sintió un pequeño escozor en


su rodilla derecha.5

-Oh...-¿Podría estar más avergonzado?

Antes de que Jimin pudiera decir algo, Jungkook lo cargo y


lo llevó al baño en donde lo dejo sobre el lavamanos
mientras tomaba una toalla y la empapaba con agua. Le
limpió el rostro, las manos y luego con delicadeza las
rodillas.14

-Sigues siendo un desastre, Minnie.

-Al menos está vez nadie me ha gritado.

Jungkook soltó una carcajada al recordar a cierto chef que


aún tenía betado a Jimin de su cocina.

-Si, tienes razón.

El mesero tocó la puerta y le entrego el botiquín a


Jungkook. El alfa tomo un poco de alcohol y unas gasas y
le limpió el pequeño corte. Jimin siseó cuanto el líquido
hizo que le ardiera la piel.2

-¡Ay!
-Que llorón eres.-Jungkook sopló un poco para aliviar el
escozor, luego aplicó un poco de pomada y le puso una
bandita.-¿Mejor?3

-Si, gracias.

-Bien.

Jungkook abrió el grifo para lavarse las manos y mientras


se concentraba en aclarar el jabón, Jimin observó el perfil
del alfa.

Jungkook seguía siendo devastadoramente guapo. Pero le


apenó ver que estaba un poco pálido y ojeroso. Lucía
cansado. Sin poder contenerse, Jimin extendió su manita y
acarició con suavidad la pequeña cicatriz que tenía en la
mejilla. Sin duda, era reciente. Jungkook conocía su
pregunta mucho antes de que la hiciera.

-Me la hizo una criatura salvaje con sus pequeñas garritas.

-Lo siento.-Jimin bajo la mano, apenado. Pero Jungkook la


volvió a tomar y depositó un beso en ella.

-Estabas molesto.

-Pudiste haberte defendido.

-¿Contra ti? -Jungkook negó con la cabeza.-Jamás podría


ganar.

-Si, tienes razón. Nunca me hagas enojar de nuevo, por tu


bien.
-La vez que fuimos a cazar conejos debió darme una idea
de lo salvaje que podrías ponerte.

-¡Cállate!-Jimin cubrió su risa con sus manitas.-¡Hasta


dijiste que estabas orgulloso de mí!1

-Y lo estaba. -Jungkook se corrigió.-Lo sigo estando. Esos


conejos no la vieron venir.

Esa vez cuando ambos se miraron, no dolió tanto como las


otras veces. Pudieron mantener los ojos en el otro y
sonreír. Ahora recordando el día en el que atacó a
Jungkook, se dió cuenta de lo peligroso y estúpido que
había sido, el alfa se dejó herir para no lastimar a Jimin.
Ambos sabían que si quisiera, el alfa bien podría matarlo.

-¿Has estado bien, Jungkook?

-Ha sido estresante, no voy a mentir. Pero las cosas


resultaron bien.

-Supe que estuviste en el extranjero unas semanas. No te


sobreesfuerces. Cuando Namjoon regresa de sus viajes...

Jungkook lo interrumpió

-No tenemos que hacer esto. La plática cordial no es


necesaria, Jimin.11

Eso fue lo máximo que Jimin pudo soportar, se cruzó de


brazos haciendo pucheros.

-¿Es por ella?52

-¿Qué?
-La beta que está desayunando en el comedor. ¿Por ella me
estás ignorando? ¿Y porqué la has traído?

-¿De qué estás hablando, Jimin? Tú quisiste terminar las


cosas. No me diste ninguna maldita oportunidad, me dijiste
que te dolía verme y me pediste que me alejara. ¿Y ahora
me preguntas porque quiero guardar la distancia?1

-¿Quien es ella, Jungkook?1

-Tu eres increíble.-Jungkook terminó de lavarse las manos


y se secó con una toalla .-No tienes porque estar celoso. A
diferencia de ti, necesito algo de tiempo antes de aceptar
la propuesta de alguien más.26

-¿Eso que significa? ¿Acaso le gustas?

Jungkook salió enojado del baño.

-Ya no quiero seguir peleando contigo, Jungkookie. -Jimin


le dió vueltas a su anillo.-Yo te extraño. Y mucho.37

Se lo había puesto con la esperanza de que si Jungkook


llegaba se diera cuenta, pero el alfa ni siquiera lo notó.6

Jimin salió del baño solo para ser obligado por el abuelo
Min a tomar el desayuno con ellos. Y no era necesario decir
que toda la comida le supo amarga. Y es que las risitas de
la beta eran insoportables. El chillido molesto de sus risa lo
puso de muy mal humor. ¡Y es que nunca se callaba!
Parecía que todo lo que decía Jungkook o el abuelo era un
chiste. Y la verdad es que ellos no eran tan graciosos.9
-Escuche que querías organizar una feria familiar para la
caridad en la que ayudas, Jimin.-La beta lo miro arrugando
la nariz.-No parecía una buena idea. Esos cachorros no
tienen familia. ¿No sería triste para ellos someterlos a
semejante situación?. Es algo tonto, sin ofender.54

-Todas las familias que se seleccionaron estaban


interesadas en adoptar a un cachorro. Tendrían la
oportunidad de conocer a los bebes en un ambiente menos
estresante que una habitación en la que son encerrados y
obligados a soportar una interminable ronda de preguntas
mientras intentan agradarle a sus posibles padres. Iban a
divertirse y tenían la posibilidad de ser adoptados sin ser
sometidos a la presión de siempre. Además se recaudarían
fondos para ellos. -El comentario frívolo de la beta
realmente lo molesto.-Y no es una "caridad en la que
ayudo" yo perdí un cachorro y ahí hay tantos que necesitan
del amor que no pude darle a él. Así que te aconsejo que,
antes de decirle a alguien que su idea te parece "tonta", te
pongas a pensar que siempre hay algo más profundo que ni
siquiera alcanzarías a comprender. -Jimin se levantó de la
mesa y miro al abuelo.-Discúlpame, abuelito. Pero ya no
tengo hambre.74

-Mi intención no era ofenderlo.-Murmuró Sunny.-Yo solo


digo que...32

El abuel Min asintió, complacido.

-Yo siempre le he tenido aprecio a los cachorros Kim.


Además de bonitos tienen su carácter.-El abuelo suspiro, y
antes de levantarse e irse, dijo;-Mi bisnieto hubiera sido
precioso. ¿No lo crees así, Jungkook?83

Sunny agrando los ojos, apenada. No era necesario decir


más para que entendiera la situación.33

-Perdóname, Jungkook. No quise...

-Creo que es mejor que te limites a hacer tu trabajo, Sunny.

-Si, por supuesto. Quise aprovechar que estaríamos en el


mismo sitio para verte y darte esto...-La beta se inclinó
pidiendo perdón y se apresuró a tomar su bolso del que
sacó una carpeta.-Estas son las ofertas de compra para tu
cabaña en el bosque. Te sugiero no tomar una decisión
inmediata, con las renovaciones que quieres hacer en ese
pueblito, valdrá mucho más en unos meses...22

Jungkook fingió escuchar el resto de la conversación con


Sunny, su agente inmobiliaria, pero lo cierto es que su
corazón y su mente estaban puestos en un omega rubio del
que se sentía muy orgulloso.2

Eres un mimado y caprichoso, pero siempre has tenido un


corazón de oro.21

Y eso es justamente lo que hace que no pueda dejar de


amarte, Minnie.32

***5

Alrededor de las once de la mañana, cuando estaban


tomando cocteles al lado de la piscina, Tae se levantó
saltando y gritando como un cachorro cuando Hoseok
llegó. Jin observó con una pequeña sonrisa cuando la
pareja se dio un abrazo y un beso mientras el alfa cargaba
a su omega y le daba vueltas en el aire.11

-¿Me extrañaste, Tae?

-Me broncee las nalguitas para ti. ¿Quieres ver?-Ante el


tono provocador de Tae, el alfa gruño y le dio un beso.53

-Más tarde, cuando estemos solos, cariño.

-Te extrañe mucho, Hobi. -Tae hizo un puchero.-Me iré


contigo la próxima vez.1

-Ni hablar, contigo a mi lado es posible que ni siquiera


salgamos de la habitación.1

-¡Tú solo pensando en eso, Hoseok!

Se escucho un sonido de burla y los ojos de Jin se


encontraron con un hermoso alfa piel canela que iba
quitándose la corbata y el saco. Namjoon miró con burla a
su amigo y a su hermano.4

-Ustedes dos son tal para cual. No hay duda.

Tae soltó a su alfa el tiempo necesario para darle un beso


a su hermano y apretarle las mejillas.

-Tan gruñón como siempre. A ti sí que no te eche de


menos.

-También te quiero, Taehyung. ¿Dónde está Jimin?2

Tae había vuelto a entretenerse dándole piquitos a


Hoseok.1
-Ya conoces como se volvió. Seguramente sigue encerrado.

-No seas duro con tu hermano, Tae. -Lo regaño Hoseok.-


Yoongi está dejando sus cosas en la habitación, siempre
les ha gustado ir a cabalgar juntos. Tal vez eso lo anime a
salir un rato. Ahora sí me disculpan, necesito ir a quitarme
este estupido traje.4

Tae se mordió el labio inferior antes de seguir a su alfa. Se


escucharon las risas cómplices de la pareja mientras
subían a la habitación. Jin, quien había estado muy
silencioso, al verse a solas con Namjoon, decidió entrar de
nuevo a la casa.

-Jin, espera...-Namjoon lo detuvo sujetándolo de la


muñeca.-Quiero disculparme por lo que pasó. Desde celo
las cosas se han puesto incómodas entre nosotros. Nunca
debí decirte que me gustabas, eso te ha incomodado. Y lo
lamento, por favor, perdóname.

Jin lo observó y se tragó toda la frustración que tenía.


Quería gritarle que lo estaba evitando porque cada vez que
lo veía recordaba el ridículo que hizo, pero no podía.
Namjoon no tenía forma de saber que el único acto
atrevido que había hecho en su vida, había terminado de
manera vergonzosa. Con él llegando a una casa de
huéspedes que estaba vacía. Y quedándose tan humillado y
burlado que se alivió de que nadie se enterara de lo que
había hecho. Aún más cuando al día siguiente, sin querer
había pasado por la habitación del Alfa cuando se estaba
poniendo la camisa. Su espalda estaba llena de arañazos y,
a pesar de la ducha, el aroma afrutado de un omega
permanecía sobre él.89

-Descuida, Namjoon. -Jin le resto importancia al asunto.-Sé


que no podrías estar con alguien como yo. Todo está bien.

Namjoon se quedó ahí mientras observaba a Jin entrar a la


casa. Se pasó una mano por el cabello con frustración. Jin
no era nada parecido a los omegas y betas con los que se
había relacionando durante toda su vida. Jin tenía una
belleza interior que sin duda eclipsaba todo lugar en el que
estuviera. Por Tae supo que al omega le gustaban las
cosas lujosas, pero no era difícil ver que más allá de
quedar deslumbrado por las cosas bonitas que no podía
permitirse, Jin era la persona menos interesada del
planeta. Su pecado era tener gustos caros siendo pobre.
Pero en ningún momento intento aprovecharse de sus
hermanos, al contrario, si los omegas habían mejorado un
poco su conducta, se lo debía a que Jin los mantenía en
control a pesar de ser igual de revoltoso que esos dos.
Para Nam era un misterio que les había dicho para que sus
hermanos estuvieran tan tranquilos. Pero lo agradecía.12

Jin había llegado a aportar la calidez que siempre le faltó a


su familia.1

Y Namjoon prefería mantenerse alejado de esa fuente de


calor, porque la única vez que se animó a entregarse a una
persona, lo había pagado muy caro. Además, él era el
sucesor de su padre. Sus hermanos dependían de él. Su
padre, a pesar de todo, le había tragado una confianza que
no podía volver a defraudar.4

El heredero de los Kim no podía amar alguien como


Seokjin. Porque uno no destruye las cosas que ama y,
lamentablemente, eso era lo único que Namjoon sabía
hacer.
35
El abuelo Min estaba siendo derrotado. Lo cual era una
verdadera catástrofe, porque el legendario y grandioso
abuelo NUNCA perdía un torneo de golf. Y todo lo estaba
atribuyendo a su caddie. El inútil que le toco estaba
haciendo todo mal. No posicionaba las pelotas de golf
como a él le gustaban. Tampoco le pasaba el palo correcto
para efectuar sus tiros y llegaba con tardanza a los
siguientes puntos. El apellido Min estaba tocando el fondo
de la pizarra en los marcadores. No había sido capaz de
hacer ni un solo tiro perfecto.16

Un furioso alfa bajo de su carrito de golf llegando al


siguiente hoyo. Los otros alfas a los he había derrotado por
años, disfrutaban de tener la oportunidad de vencerlo por
primera vez en mucho tiempo. Ya se sentían campeones.3

—¿Qué está pasando contigo este año, Min?

—Te estoy dando algo de ventaja, goza mientras puedas.—


El abuelo bajo la voz.—Imbécil.23

Miró con enojo hacia todos lados, esperando por la llegada


de su caddie con sus palos de golf pero no había señales
de él por ningún lado. El juez del torneo le hizo señales
indicando que era su turno.

—El siguiente turno es para el grupo Min. Indique cuando


este listo, por favor.
El alfa estaba a punto de explotar cuando a lo lejos,
Junghyun venía corriendo con su equipo a rastras.48

—¡Al fin, inútil!3

—¿Al fin?—Su nieto estaba cabreado. Junghyun estaba


sudado, con la camisa empapada por las axilas, el cabello
aplastado debajo de la gorra y la lengua de fuera. —¿¡Cómo
quieres que te siga el paso si no me dejas ir en el carrito
contigo!? ¿Si eres conciente de lo inmenso que es este
lugar, verdad? ¡Además todo tu equipo pesa como la
mierda! ¡Soy tu nieto, no tu esclavo!53

El abuelo Min tomo uno de sus palos de golf y le llovió a


golpes a su irrespetuoso nieto. En sus tiempos, su abuelo
lo llevo a los mismos torneos y lo obligó a llevar su equipo
por todo el campo. Y él lo hacía sin rechistar porque
respetaba a su abuelo y agradecía pasar ese tiempo de
calidad con él. Los valores se estaban perdiendo.28

—¡Te voy a enseñar a respetar a tus mayores, cachorro!


¡Cuida tu boca o te desheredo!1

—¡Ya no me importa!—Chillo furioso Junghyun—¡Ningúna


herencia vale todo este maltrato!1

—Oh, perdón. ¡Déjame llamar a la asociación protectora de


animales!67

Mientras tanto, todos los asistentes al torneo que optaron


por disfrutar del juego en el mirador, observaban con lujo
de detalles el espectáculo a través de las pantallas
gigantes que fueron instaladas especialmente para los
torneos. Entre ellos se encontraban los omegas Kim,
Hoseok y Yoongi. Los cuatro estaban sentados en una
amplia mesa con vista al campo para que el abuelo pudiera
verlos incluso de lejos.3

—Pobrecito...—Se lamentó Tae, con una expresión de


desconcierto mientras observaba la escena.—¡Pero si el
abuelito no tiene ese carácter! ¡Es una dulzura!2

—¡Así es con ustedes! Tiene el pensamiento de que a los


omegas se les conciente. Además ni siquiera son sus
nietos y los adora. Pero con nosotros la historia es
diferente.—Hoseok tuvo escalofríos.—Ese viejo es el
diablo.24

Yoongi estuvo de acuerdo.

—Y eso que tú no creciste bajo su techo.1

Hoseok iba a decir algo cuando vió a Jungkook entrar al


restaurante.

—¡Jungkook, por aquí!—Le hizo señas a su primo para que


pudiera verlos.—Oh, vaya... No sabía que vendría
acompañado.12

El comentario puso en alerta a cierto omega rubio que


levantó la ceja derecha al ver que Jungkook se despedía
de la beta que lo insulto en el desayuno. Ah pero bueno,
ese abrazo había sido innecesario, si le preguntaban al
omega.2
—¿Desde cuándo Jungkook está saliendo con Sunny?—
Preguntó Hoseok desconcertado.—No me lo esperaba.

—¿Y tú de dónde la conoces?—Fue la réplica de Taehyung


hacia su alfa.9

—Trabajó para nosotros en el proyecto de expansión de la


cadena de hoteles en Macao.

—No están saliendo.—La respuesta vino de Yoongi, que


quiso aclarar las cosas por el semblante de Jimin.—Sunny
es su agente de bienes raíces. Jungkook quiere hacer unas
remodelaciones en la comunidad donde vive su madre y
vender una propiedad. No habían tenido tiempo para
reunirse porque Jungkook ni siquiera había estado en
Corea.30

La relación entre los hermanos Min era un asunto delicado.


Habían tenido múltiples problemas mientras crecían y
sumándole que ambos habían amado al mismo omega, no
podían ni verse. Pero Yoongi estaba enterado de sus
asuntos porque cuando se trataba de algún movimiento
financiero, siendo él el vicepresidente, nada se autorizaba
sin su aprobación. Por lo que, ahora que Jungkook tenía
acceso a las acciones del grupo Min, cuando se trataba de
un gran proyecto o una suma considerable de dinero, debía
consultarlo con su hermano mayor.

—¿Una propiedad? Pero si la única propiedad que Jungkook


tiene allá es una cabaña en el...—Jimin sintió que se le
estrujaba el corazón.—¿Quiere vender mi casa?127
Jungkook llegó a la mesa, a los ojos de Jimin, con una
sonrisa relajada que no le había visto en años. El omega
inclinó la cabeza haciendo crujir su cuello. Estaba molesto
y fastidiado. Y el pobre alfa frente a él ni se lo imaginaba.

—¿Qué hay de Sunny?—Le preguntó Hoseok a su primo


cuando llegó a la mesa.—¿No la invitaste a acompañarnos?
9

—Si, porque con el desayuno no fue suficiente, ¿Verdad?—


Refunfuñó Jimin. Jungkook entrecerró los ojos en su
dirección.

—Lamento que Sunny te haya ofendido, Jimin. No volverá a


pasar.

—¡Por supuesto que no! Porque no vas a traerla de nuevo a


nuestras reuniones familiares.—Sentenció el omega.—Me
desagrada.52

—¿Te das cuenta de lo irracional que estás, Jimin?—Fue la


respuesta irritada de Jungkook.—Me parece que tus
reclamos están fuera de lugar.2

—¡No te estoy reclamando!

—¿Y esto que se supone que es entonces?3

—Es solo una advertencia. ¡No la quiero volver a ver en la


vida, Jungkook!

—¿Y se puede saber exactamente qué me estás


advirtiendo?
—Ella la va a pasar muy feo si la vuelvo a ver. Es todo lo
que diré.9

—Y por suerte para ti, ella tiene asuntos que tratar


conmigo, no contigo. —Jungkook negó con la cabeza.—Tu
impusiste los límites, Jimin. Recuerda no salirte de ellos.63

Todos en la mesa se quedaron callados ante la batalla de


miradas que la pareja se estaba dando. Finalmente fue Tae
el que rompió el silencio.

—Que alivio que ustedes hayan decidido actuar como


adultos, esto no es para nada incómodo.—El omega rodo
los ojos.—En lo absoluto.74

—No lo sé, yo aquí veo amor del bueno.—Murmuro Hoseok


tras lo cual recibió un golpe de parte de su omega.—Ya,
siéntate Jungkook. Estamos aquí por el abuelo, así que
tratemos de mantener la paz, al menos por hoy. Y lo digo
por todos en la mesa.10

Aunque al principio fue incómodo por el silencio que reinó


por varios minutos, gracias a la intervención de Hoseok,
que siempre había tenido la capacidad de permanecer
neutral en cualquier situación conflictiva, para cuando el
almuerzo llegó, entablaron una conversación tranquila.
Todo esto era incómodo. Durante mucho tiempo, en la
mente de todos y por como Jimin planteó la situación,
Jungkook era el culpable de todo lo que pasó. Pero ahora
que las cosas se habían aclarado y que habían descubierto
que la culpa estaba de ambos lados, reconciliar la
situación era bastante difícil. Lo más sano para todos era
no tomar partido de ningún lado, pero eso no significaba
que de la noche a la mañana, todos estaban de acuerdo en
que la convivencia eran solo arcoiris y flores. Los Kim
respetaban la decisión de Jimin de mantenerse al margen,
Hoseok tomaban un partido neutral porque se trataba de
estar de lado de su primo o de su pareja y era una
pesadilla. Y Yoongi... Jungkook y él tenían otros asuntos a
que resolver entre sí, muy distintos del asunto de Jimin.1

—Las reuniones concluyeron como esperábamos. Se


firmaron los contratos y se llegó a los acuerdos señalados.
—Estaba diciendo Jungkook.—Pero los inversionistas aún
quieren hablar con el abuelo así que estarán aquí la
próxima semana.

—Bien, te voy a necesitar en el trato con los Mackenna.


Quieren usar ciertos métodos publicitarios que no le
agradan al abuelo y te necesito ahí para mediar la
situación.

—Tambien necesitamos a alguien supervisando la


construcción del hotel en Macao. Se está demorando más
tiempo del que acordamos y eso es inaceptable. —Intervino
Hoseok.—Puedo encargarme de eso, pero necesitamos
acordarlo con Namjoon.

Mientras los alfas se dedicaban a hablar de negocios, era


fascinante verlos. Era fácil ver porque los grupos Min y
Jung habian prosperado tantos años. Ahí sentados,
mientras ponían las cartas sobre la mesa, no eran
Jungkook, Yoongi y Hoseok. Eran el grupo Min y Jung
discutiendo el futuro de las empresas familiares.

—Me encanta ver a mi Hobi haciéndose cargo de los


negocios.—Le dijo Tae en susurros a su hermano.—A veces
olvido que aunque se deje dominar, sigue siendo el
heredero de los Jung.1

Jimin le sonrió a Tae.

—Lo amas.

—No, eso sería injusto para él. Yo jamás seré capaz de


darle lo que quiere.—Tae suspiró.—El merece a alguien
mejor.7

—Lo van a resolver. Lo sé.

Los alfas siguieron hablando hasta que llegó el postre y


recordaron que los omegas también estaban en la mesa.

—Por cierto, ¿Aún harás la feria para el orfanato, Jimin?—El


que habló fue Yoongi, mientras quitaba una bola de su
helado para ponerla en el de Jimin, porque sabía que al
omega le encantaba comer helado extra. Y era una
costumbre que tenían desde cachorros la de compartir el
postre. El movimiento no pasó desapercibido para cierto
alfa que trataba duramente de recordar que debía apegarse
a los límites.35

—Ya no es necesaria. Gracias a una generosa donación, los


cachorros van a estar bien por algún tiempo. Ya se inició la
construcción de dormitorios. Y además están felices con
su nuevo patio de juegos.—Jungkook no supo que hacer
cuando Jimin le sonrió en agradecimiento. Solo desvío lo
mirada y se le pusieron rojas hasta las orejas.3

—¡Sagrada mierda!—Hoseok agrandó los ojos y se puso de


pie inmediatamente.—¡El abuelo perdió!36

—¿Alguien quiere ir jugar?—Propuso Yoongi.—Tengo un


equipo de palos nuevos.

Jungkook asintió.4

—Buena idea.

Tae y Jimin observaron como los alfas se ponían de pie,


casi frenéticos, y emprendían la retirada.1

—¿Qué están haciendo?—Preguntó Tae, desconcertado.

—Creeme, amorcito...—Hoseok lo ayudó a levantarse de la


mesa.—No quieres estar cerca del abuelo cuando pierde.2

—Y tomando en cuenta que este es el primer torneo que


pierde en veinte años...—Jungkook se encogió de hombros.

—¡Esperen!—Jimin se resistió un poco.—¿Y qué pasará con


Junghyun?1

Yoongi hizo un sonido de burla.

—¡Olvídate de él, ya está muerto!130

***

Los equipos fueron divididos en parejas. Yoongi-Tae y


Jungkook-Hoseok. Jimin había preferido quedar al margen.
Al omega no le gustaba mucho el golf.

—¡Por la Luna, Taehyung!—Gritaba un exasperado Yoongi al


ver que el omega había soltado su palo de golf, haciendo
que éste volara hasta unos arbustos. Otra vez.—¡Ya te dije
que lo sostengan con fuerza!51

Hoseok le gruñó a Yoongi.1

—Cuida el tono con el que le hablas a mí omega.29

Más tarde el que gritaba era Jungkook.

—¡Son 18 hoyos y no has podido hacer ni el primero,


Hoseok! ¡No quiero perder por tu culpa!

—¡Vayanse a la mierda!—Les gritó el otro alfa, enojado por


la conducta tan obsesiva de sus primos.—¡Esto es para
divertirnos no para estarnos peleando!1

—¡Se juega para ganar, Hoseok!

—Si, no seas tan niña y juega bien.—Replico Yoongi.

Ahora fue Tae el que salió en defensa de su pareja.

—¡No le hables así a mi Hobi!9

Los cuatro se enfrascaron en una pelea mientras Jimin se


tapaba las oidos.9

—¡Ya fue suficiente!—Grito el omega rubio.—¡Se quejan del


abuelo y ustedes están igual!
—¡Son estos que se ponen de intensos por algo estúpido!—
Refunfuñó Hobi.—¡Aprendan que la vida no es una
competencia!

—Ya me hartaron.—Tae tomó a su alfa del brazo.—


Vámonos, Hobi. ¡No sé puede tratar con gente así!23

—¡Al diablo!—Grito Yoongi.—¡Nadie los necesita! Vamos,


Jungkook tú y yo.3

—Olvídalo.

—Te acobardas porque sabes que te ganaré. Incluso le he


ganado al abuelo. ¡Tú eres pan comido!

—¡Sabes que esa vez no cuenta!—Jungkook gruñó al ver la


carita sorprendida de Jimin.—¡No le creas, Minnie! Lo está
diciendo para alardear frente a ti. ¡Pero a penas tenía diez
años y además el abuelo lo dejo ganar porque casi se ponía
a llorar!73

—¡Ganar es ganar!.—Yoongi sabía desde que eran


cachorros que había una sola cosa que hacía explotar a su
hermano.—Una partida tú y yo. ¿O te acobardas, Jeon?39

Hasta Jimin se ofendió por el tono tan despectivo con el


que Yoongi dijo el otro apellido de Jungkook.7

—¿Esto es por papá, verdad?—Jungkook tiro su palo de golf


al suelo.—¡Aún te duele no ser hijo único! Lo siento, en mis
planes tampoco figuraba ser hermano de un culo arrogante
como tú.62

Yoongi también tiro su palo.


—¡Ya regrésate a tu pueblo, Jeon!60

—¡Ya me tienes harto!6

Jimin gritó cuando los dos empezaron a darse puñetazos y


terminaron rodando por el campo en un lío de golpes y
patadas. Los años de rivalidad entre ellos, la
competitividad que llevaban en las venas y sumando el
que, aunque no fuera dicho, quisieran lucirse demostrando
que eran fuertes frente al omega que ambos habían
querido, los descontroló. Y sin mencionar que, desde la
mañana, las hormonas de cierto alfa azabache estaban
descontrolándose por el celo que le llegaba en un pésimo
momento.51

—¡Al menos peleen como los lobos salvajes que son,


idiotas!6

¡Ah, estos alfas y su temperamento!

Aunque Jimin sospechaba que era algo único en el gen de


los Min.
36
Jimin no sabía cómo había terminado siendo el único que
intentaba calmar a dos alfas en plena pelea. Al principio
corrió detrás de ese par, rogando que se detuvieran, hasta
pensó en cambiar a su forma lobuna, pero ambos alfas
estaban tan enojados que bien podrían lastimarlo sin
querer, y eso solo empeoraría las cosas. Por lo que cuando
ambos lobos cayeron a un estanque, Jimin se limitó
recoger la ropa de ambos y a sentarse en la orilla a ver
como terminaba todo.49

Jungkook fue el primero en cambiar a su forma humana


otra vez.

—¡Ya basta!—Le tiró un último puñetazo a Yoongi mientras


este seguía en su forma lobuna.—¡Ya no lucharé contigo!

Yoongi también cambió.1

—¡Admite que perdiste!

—¡Ya no somos un par de cachorros, Yoongi! ¿Vamos a


pasar toda nuestra vida compitiendo?4

—Admite que soy mejor que tú. ¡Siempre fui mejor que tú!
¡Mi padre no necesitaba otra familia cuando me tenía a mí
y al abuelo! ¡Mamá ni siquiera había muerto cuando
Junghyun nació!—El grito doloroso de Yoongi eliminó por
completo el enfado de Jungkook.42
—Ese hombre no estaba contento con nada, Yoongi.—
Jungkook negó con la cabeza.—¿Cómo creés que me sentí
al saber que papá tenía una familia y que al parecer la mía
era la falsa? Me dolió tanto como a tí.

—Tu único recuerdo malo de papá fue el día que te dió la


espalda.

—¡Porque es el único que cuenta!

—¡Yo viví con él y jamás fue despreocupado conmigo!


¡Cuando murió el abuelo me hizo trabajar más duro que
nadie para que fuera el heredero que él quería! Y de pronto
te apareces y el abuelo es negligente contigo. ¡Todo el
mundo fue paciente contigo y con Junghyun mientras que a
mí me exigían la perfección!25

—¿Que fueron pacientes con nosotros?—Jungkook bufó.—


Ser ridiculizado en público porque no sabes cómo
comportarte y que te digan que eres el hijo bastardo, sin
duda fue una gran ayuda.6

—¿Sabes lo que es ver que a tú abuelo, la única persona


que te crío y que dice amarte, tampoco le pareces
suficiente? Desde que ustedes se fueron el viejo estuvo
melancólico, rogandome que los contactara. ¡El sufría por
tu capricho de no querer regresar! Mientras yo estaba ahí,
nada le faltaba y sin embargo, no le parecía suficiente. Y
luego, años después, resulta que la persona a la que amé
tampoco le parezco suficiente porque hubo un alfa mejor
que yo, que a pesar de haberlo lastimado, no puede dejar
de amar. ¿Y sabes que es lo irónico de todo, Jungkook? No
importó cuánto me esforcé en todos los aspectos de mi
vida. ¡Otra vez eras elegido sobre mi!143

—Deja a Jimin fuera de esto.

—¿Sabes porque estoy tan enojado contigo? Tuviste el


apoyo y la comprensión que yo quería que me dieran y, sin
lugar a dudas, fuiste la razón por la que mi compromiso con
el omega al que siempre amé se rompiera. ¡Si no hubieras
regresado mi vida estaría en paz!36

Jungkook apretó la mandíbula.

—Sientete dichoso, entonces, porque yo también la estoy


pasando mal. ¿Creés que me gusta esta vida? Sé lo
miserable que te sientes y yo más que nadie estoy
conciente de que no pertenezco aquí. Tengo una vida que
odio, perdí a mi hijo y me hermano me detesta. ¿Estás feliz
ahora? Ambos somos miserables.

Yoongi se quedó callado por un largo tiempo.

—Bueno, es posible que tú estés más jodido que yo.95

Jungkook soltó una carcajada a pesar de todo.

—Tu y yo nunca nos llevaremos bien. Pero...—Jungkook le


extendió la mano.—A nuestro padre lo único que le
importaba era asegurar su propio bienestar. Al menos que
a sus hijos les interese la familia. ¿No estás de acuerdo?

Los rencores y la larga rivalidad no se solucionarían con un


labio partido y un ojo morado. Pero vaya que era la mejor
terapia de todas. Desde cachorros se odiaron por lo que su
padre había hecho, y la envidia entre ellos fomentó que los
dos creyeran que el otro llevaba mejor vida, cuando lo
cierto era que todos, Junghyun incluido, eran miserables.

—Anda, Min.—Jungkook le dió una sonrisa de lado a su


hermano, aún con la mano extendida.—La tomas o pelamos
hasta morir, tu decides.13

Jimin, quién se había mantenido calladito tratando de


contener el llanto ante la emotiva escena frente a él, se
limpió una lágrima al ver que Yoongi extendió la mano
dispuesto a hacer las paces con su hermano.3

—Te perdono todo, menos lo de Jimin. Esa aún me la


debes, Jeon.—Yoongi le dió la mano porque estaba
cansado de todo y quería solucionar las cosas, pero con la
otra le dió un puñetazo, provocando que Jungkook se fuera
de espaldas y se hundiera en el estanque.33

Jimin se levantó del pasto con todo y la ropa de los alfas


en brazos, en medio de un chillido, para auxiliar a
Jungkook pero Yoongi lo detuvo.

—Vámonos, deja su ropa aquí. Estará bien, no es la primera


vez que peleamos.

—¿Porque lo provocaste?

—¡Porque el idiota quería pelear conmigo desde que te di


esa bola de helado! Enserio, ustedes dos no saben cómo
disimular los celos.—Yoongi se puso los pantalones y
empujó al omega.—Vámonos.42
—¡No, quiero ver si esta bien!

—Es mejor que te alejes de él por el día de hoy, Jimnie.11

—¿De qué hablas?

Yoongi suspiró.

—¿Tú todavía lo quieres? ¿Lo suficiente como para superar


todo lo que pasó y luchar por su relación? Si respondes de
manera correcta, te puedes quedar, de lo contrario, te
vienes conmigo.9

Jimin, a quien en antiguas ocasiones le habían hecho la


misma pregunta y se quedaba callado, asintió con valor.

—Es mi pareja destinada, jamás dejaré de amarlo.77

Aunque fue doloroso, Yoongi lo acepto. Descubrir el engañó


de Jimin hace tres años fue devastador. A pesar de
sentirse traicionado, Yoongi permaneció a su lado y estuvo
dispuesto a seguir con el compromiso, pero Jimin no.
Incluso si había sido lastimado y de la pérdida de su
cachorro y de su lobo, el corazón de Jimin solo tenía lugar
para Jungkook, sin importar si en aquel momento solo
sintiera enojo hacia el alfa. Yoongi comprendió que, sin
importar lo que hiciera o si sus familias los obligaban a
estar juntos, Jimin nunca iba a quererlo.8

—Escucha, Jimin. Puede que no lo parezca, pero amo a ese


idiota. Es mi hermano, después de todo. Ya sufrió bastante
y tú también. Dejen de ser tan idiotas y amense como se
debe. ¿De acuerdo?107
—Alguien va a ser muy afortunado por tenerte, Min
Yoongi.12

—Pudiste ser tú, así que besa mi arrogante y pálido trasero,


Kim Jimin.—Yoongi le dio un beso en la cabeza y se fue.71

Jungkook salió del estanque y tomó la ropa que Jimin le


extendió.1

—¿Estás bien, Jungkookie?

—No es la primera vez que peleamos.—Masculló.—Y


sospecho que no será la última.

—Tienes una cortada en la cara...—Jimin levantó su manita


para tocarlo pero Jungkook lo detuvo. El aroma de Jimin lo
estaba volviendo loco desde que estuvieron tan cerca en el
cuarto de baño esa mañana, y ahora mientras lo miraba
con esos ojos brillantes y preocupados, no era capaz de
resistirse a tocarlo. Gruñendo, se apartó y empezó a
ponerse la ropa.4

—Date la vuelta o cierra los ojos.2

—¿Por qué?—El tono coqueto del omega le hizo estragos en


el vientre.—Si hay mucho que quiero ver.

—Estoy desnudo.29

—Me doy cuenta. —Ante su mirada de molestia, Jimin dijo;


—¡Te he visto antes!11

—Antes éramos pareja, ahora es diferente.—Jungkook


gruñó y le puso una camisa en la cabeza.—No espies.19
—Tu pecho y tus brazos se ven más fuertes y sólidos.—El
tono coqueto era tan adorable y molesto al mismo tiempo.
—¿Has hecho ejercicio, Jungkookie?

Pudo sentir a Jungkook moverse alrededor. La tentación de


ver lo estaba matando y tampoco es como si Jimin tuviera
mucho autocontrol. Poco a poco descubrió sus ojos, pero
no encontró señales del alfa, hasta que sintió su aroma
rodearlo desde atrás.

—Te dije sin espiar.-Jimin tragó cuando Jungkook lo abrazo


de espaldas y lo atrajo posesivamente hacia el.—¿Tú
aroma siempre ha sido tan dulce, Minnie?46

Jimin no estaba haciendo nada más que respirar. Pero el


lobo de Jungkook andaba entusiasmado solo con sentir el
olor del omega, por qué negarlo, la testosterona liberada
durante la pelea lo tenía algo atontado.1

—Perdóname.—Jungkook lo soltó.—No debo estar haciendo


esto.20

Jimin se sintió decepcionado porque no sabía cuánto había


extrañado que lo abraza hasta segundos antes cuando lo
rodeó con su aroma. Y se quedó ahí, deseando no haber
alejado a Jungkook, decirle cuánto lo había extrañado y
cuánto seguía necesitandolo. Porque no importaba cuanto
tiempo pasara entre ellos o lo que tuvieran que superar,
Jungkook seguía siendo aquello con lo que Jimin se
encaprichó. El alfa que caminaban dándole la espalda
ahora era muy diferente al chico que guardaba en su
memoria. El andar de Jungkook era confiado, su adorable
torpeza quedó oculta bajo una dura coraza que le parecía
impenetrable. Y le dolió el corazón porque Jungkook había
atravesado tantos cambios sin ayuda. Quiso gritarle cuánto
sentía haberlo empujado a tomar la vida que odiaba y cuán
orgulloso estaba de él, por superar sus miedos y ser quién
era ahora. Pero no pudo, porque él mismo había alejado a
Jungkook.3

El alfa se detuvo a medio camino al ver que Jimin no lo


seguía y se giró con el ceño fruncido.

—¿Vas a quedarte ahí toda la tarde, Minnie?3

Caminaron hacia el último hoyo para descubrir que, de los


tres carritos de golf solo que quedaba uno y que ese, no
encendía. Jungkook pegó su frente al capó del carro y
soltó un grave suspiro. No le entusiasmaba la idea de
caminar hasta la casa cargando su equipo de golf, pero en
vista que ninguno de los dos llevaba un teléfono para pedir
un carrito de respuesto, no había otra salida.

—¿No lograste que encendiera?

El alfa cerró los ojos con fuerza al caer en cuenta de que


también caminaría de regreso a la casa con un omega algo
torpe, que se tropezaba hastacon sus propios pies, cuando
se trataba de caminar en la naturaleza.29

—A caminar.
—¡Espera, te ayudaré!—Jimin se apresuró a tomar parte del
equipo de golf al ver que tenía la intención de llevarlo todo
él solo.

Jungkook no se opuso al ver que Jimin estaba determinado


a ayudarle. Y eso le sorprendía bastante porque años atrás,
era él quién cargaba con todo.

—¿Dónde está el omega mimado que esperaba a que yo


cargara todas las maletas?

Jimin le dió una mirada algo presumida pero juguetona.

—Aprendió a soportar sus propias cargas.55

Había tanto significado detrás de sus palabras que


Jungkook se sintió mal por hacer una broma tan estúpida.

—Por supuesto que lo has hecho, lo lamento.

Jimin agrandó los ojos al ver que Jungkook lo había


tomado como un reproche.

—No, me refería a que aprendí a trabajar. Ya no me gusta


que hagan todo por mí, no lo dije para hacerte sentir mal,
Jungkook.

Empezaron a caminar bajo el intenso sol de media tarde.


Jungkook a cada tanto volteaba a ver al omega, en busca
de alguna señal que le indicara que algo andaba mal, pero
cada vez que lo miraba, Jimin estaba sonriendo.

—¿No te has cansado?


—¡Ah, ya detente!—Protesto Jimin, algo fastidiado.—Te
aseguro que puedo con esto. Deja de estar pendiente de
ver a que hora caigo desmayado. ¡Eso no pasará!

—Si tengo que cargarte a tí y a mí equipo de golf, me voy a


fastidiar bastante. Soy fuerte pero no puedo con ambos.—
Jungkook le sonrió.—Y odiaria tener que dejarte aquí.1

Jimin le sacó la lengua.

Las piernas del omega daban pasitos cortos que le


impedían avanzar al ritmo que el alfa quería, así que se
conformó con ir despacio. Les sorprendió la comodidad que
encontraron caminando juntos.3

—Me alegro mucho de que Yoongi y tú hayan solucionado


sus problemas. Será difícil al principio pero sé que lo van a
superar.

—Nada como una buena pelea para resolver conflictos. ¿No


crees?7

Jimin hizo un puchero.1

—¿Hasta cuándo me vas a seguir reprochando el que te


haya atacado?

—Hasta que se borre la cicatriz de mi rostro27

—Bueno, ya iba a tener tu marca de emparejamiento en el


cuello. ¿Por qué no puedes tener tú una marca chiquita en
la mejilla?14

—No se supone que el omega marque al alfa.77


—¿Y por qué no?

—¡No es natural!12

—¡Pues no me parece justo que no quieras llevar mi marca


en tu cuerpo cuando yo si lo tengo que hacer!6

—Asi funcionan la naturaleza, Jimin.44

—¡Tampoco es como si fueras a morir si llego a morderte!2

Jungkook se dió la vuelta dispuesto a seguir discutiendo


cuando Jimin chocó contra él y se rió de su propia torpeza.
Y de nuevo, eran aquella pareja de hace tres años, que
disfrutaba discutiendo a muerte acerca de cualquier
estupidez.13

—No te pongas tenso.—Jimin le hizo un guiño y le paso al


lado rozándole el pecho.—Jk.35

Lo último hizo reír al alfa. Sin lugar a dudas esa faceta de


Jimin le encantaba. En el pasado, Jimin nunca se había
mostrado celoso porque sabía que Jungkook era una
apuesta segura. Pero ahora, el monstruo verde de los celos
se había apoderado del pequeño omega.8

—Recuerda los límites, Jimin.

—¿Le dices lo mismo a ella?11

—¿A qué te refieres?1

—Es tu agente de bienes raíces pero la invitas a desayunar


con tu familia y dejas que te abrace y te esté tocando.

—¿Eso es lo que hace?


—Además, esas sonrisitas que te da. ¿Acaso le pasa algo
en el rostro? ¡Y su risa! ¿Cómo puede gustarte que se ría de
cada cosa que dices? ¿Alguna vez toma las cosas con
seriedad?

—No me había fijado.

—¿Cómo puede gustarte alguien así de inmaduro?

—Me gustabas tu.66

—Si, pero yo soy tierno y adorable.—Jimin hizo un


puchero.25

—¿Y eso te justifica?4

—Así que estas de acuerdo.

—¿En qué?

—Estas de acuerdo en que soy tierno y adorable.

—No te olvides de sexy.31

—¿Entonces admites que lo soy, Jungkookie?

—¿Eres que, Jimin?

—Soy más tierno, adorable y sexy que ella.34

—No lo sé...—El omega no lo notó pero Jungkook solo lo


estaba provocando. Era adorable ver a Jimin tan molesto.

—Jungkook...¿Es cierto que quieres vender mi casa?36

Jungkook frunció el ceño.

—¿Tú casa? Esa cabaña la rechazaste. Nunca fue tuya.63


—No podía aceptarla en ese momento, pero no sabes
cuánto quería vivir ahí contigo.

—Bueno, eso ya no tiene importancia. ¿Verdad?—Jungkook


quiso ocultarlo, pero había dolor en sus ojos.—Prefiero que
sea el hogar de alguien a que siga abandonada.1

Jungkook iba a seguir caminando pero Jimin lo detuvo.

—¿Y si yo te dijera que aún te amo? ¿Volvería a tener


importancia para ti?14

—Me rechazaste. Mis explicaciones no importaron. Me


pediste que saliera de tu vida porque te lastimaba y eso
hice. ¿Ahora sólo porque estás celoso has cambiado de
opinión? Ya deja de tratarme como a una cosa de la que te
has encaprichado, Jimin.—Jungkook estaba empezando a
enojarse.—Ese juego ya me harto.30

Jimin dejó el equipo de golf en el suelo y decidió


arriesgarse. Se puso de puntillas y abrazó al alfa con
fuerza, se sintió triunfante cuando los segundos pasaron y
Jungkook no lo apartó.3

—Fui un tonto al no ser capaz de ver más allá de mi propio


sufrimiento, Jungkook. También te lastime y estaba tan
enojado y confundido... pensé que lo mejor para ambos era
alejarnos, pero no es así. Yo siempre te he necesitado. Y lo
sigo haciendo.

—Todo este tiempo pensé que te habías emparejado con


Yoongi pero, al saber que el compromiso se canceló, me
permití tener esperanzas otra vez. Acepté mi apellido para
estar contigo y, aunque me rechazaste, me dije que con
aclarar las cosas sería suficiente. Pero saber que habías
perdido un cachorro y a tu lobo cambio las cosas, Jimin.
¿Cómo podrías estar conmigo después de sufrir tanto por
mi culpa?

—Él era nuestro. Ambos lo perdimos.—Jimin se apartó un


poco para verlo.—No hagas de menos tu sufrimiento,
Jungkook. Tú padre te lastimó. Años después, yo hice
exactamente lo mismo. Aún así, elegiste algo que te haría
infeliz con tal de estar a mi lado. Al enterarme de todo,
debí ser más comprensivo contigo. Para ser felices
tenemos que compartir nuestro dolor, Jungkook. Tú ya
pediste perdón, yo también tengo mucho por qué
disculparme.33

—No es buen momento para hablar, Jimin...4

—Yo no puedo vivir sin tí. ¿Acaso tú ya me pudiste superar,


Jungkook?11

El alfa estaba tremendamente afectado. Su lobo le exigía


que tomara lo que era ofrecido. Las disculpas, el amor y el
consuelo que necesitaba en los brazos de Jimin. Pero
ahora tenía miedo de salir lastimado. Y de volver a lastimar
a Jimin.1

—Hay una cosa que aprendí en los negocios, el valor en


riesgo antes de realizar una inversión. —Jungkook dejó el
equipo de golf en el suelo y atrajo a Jimin hacia su pecho.
Enmarcó el hermoso rostro del omega y bajo lentamente su
rostro hasta que sus labios quedaron a centímetros de
tocarse.—Falta de confianza, corazones rotos y haber
perdido a nuestro cachorro. ¿Sabes en qué nos convierte
todo eso, Minnie? En un fracaso.38

—Seremos un fracaso si después de todo lo que sufrimos


no estamos juntos. —Jimin se sentía mareado con el olor a
chocolate y café de Jungkook, el calor de su pecho, y las
ansias de que lo besara y le hiciera olvidar todo el dolor.
Quería a su alfa de regreso. Desesperadamente. —
Arriésgate conmigo, otra vez, Jungkook...18

Todo esto era demasiado para el alfa, su cuerpo estaba


febril, ansiando un alivio que se encontraba solamente en
los brazos de su omega. Jungkook no podía pensar, no
razonaba, solamente escuchaba a su cuerpo y a su lobo,
tenía todo lo que siempre había deseado en ese momento.
Y no pudo hacer otra cosa que bajar la cabeza y besar a
Jimin con desesperación.58

—Jungkook...—Jimin soltó un quejido cuando el alfa lo


levantó, él omega le enredó las piernas en la cintura y
suspirando metió sus dedos en la cabellera azabache de su
alfa mientras se dejaba besar. Llevaba tres años ansiando
otro beso. Otro de los demoledores besos de Jungkook.
Había algo diferente en este, una ferocidad que no había
estado ahí antes. El cuerpo de Jimin respondía ante una
oleada de calor insoportablemente exquisita que aumento
al sentir la excitación de Jungkook contra su vientre. Todo
era demasiado abrumador para un solo beso.—Volvamos a
estar juntos, Jungkookie...32

—Eres una trampa, Kim Jimin...—Jungkook respiraba


agitado, su pecho subía y bajaba a un ritmo desigual. No
fue hasta que Jimin lo vio a los ojos y vio sus pupilas
dilatadas que entendió porque el olor del alfa tenía un leve
toque picante y porque su piel y sus besos se sentían
febriles. —No es buen momento para tomar una decisión,
Minnie.11

—Estas entrando en celo...—Susurro Jimin, maravillado.


Sus lobos sabían que se necesitaban y respondían ante el
deseo. Bajo la cabeza, dispuesto a besar a su alfa con
ansias otra vez, pero Jungkook lo soltó y se apartó con un
gruñido de frustración.20

—No.—Le advirtió cuando Jimin dio un paso en su dirección


con los brazos extendidos. Estaba teniendo serios
problemas para mantener la cordura.—No es seguro para ti.
No vamos a empezar de esta manera otra vez.

—¿De qué manera, Jungkook?

—Sin detenernos a pensar si tenemos un futuro. Lo nuestro


iba a toda velocidad y por eso fracasó, no quiero cometer
los mismos errores, Minnie.5

Antes de que Jimin pudiera decir algo más, un carrito de


golf se acercó a ellos, matando por completo el momento.
Jungkook le agradeció a la luna por esta intervención, aún
estaba en una etapa en la que podía controlarse.
Junghyun, quién traía la cabeza vendada, soltó un suspiro
de alivio cuando los vio.54

—¡Hasta que los encuentro!—Estacionó el carrito y les hizo


señas para que subieran.—El abuelo los ha estado
buscando. Y solo les puedo decir una cosa: no está de buen
humor.

Cuando volvieron a la casa, todos sin excepción


escucharon un enorme sermón de parte del abuelo, que los
regaño hasta por haber nacido. El pobrecito abuelo tenía el
orgullo pisoteado por su primera derrota en veinte años. Y
se la atribuyó a que todos los problemas que está teniendo
la familia le traían mala suerte.20

—¡Y para colmo me entero de que ustedes dos han decidido


darse de puñetazos y patadas en pleno campo de golf!—Les
gruñó a Jungkook y Yoongi.—¿No les parece que ya tengo
suficiente con tener que cuidar del inútil de Junghyun,
como para tener que vigilarlos a ustedes? ¿Qué es lo que
son? ¿Cachorros?33

—Ya solucionamos, en parte, nuestros problemas, abuelo.—


Yoongi estaba de brazos cruzados y con cara de pocos
amigos.—Ya no necesitamos tu sermón.

—¡Ya no necesitan mi sermón, mi trasero!12

Jimin y Tae agrandaron los ojos al escucharlo.

—¡Abuelito!38

—¡Ya estoy cansado de que ninguno se sepa comportar!


—Yo intenté que todos mantuvieran la paz, al menos
durante el almuerzo, pero...—Hoseok fue interrumpido
cuando un golpe aterrizó en su cabeza. Había sido el
abuelo y su bastón mágico.27

—¡Y tú qué sabes de saberte comportar, Jung Hoseok!—El


abuelo Min negó con la cabeza y se llevó una mano al
pecho.—¡Mira que inducir a mi pequeño Tae a actos
deshonestos! ¿No fue suficiente con el vídeo de hace tres
años? ¿¡Acaso no sabes que el sauna es público!?80

La mandíbula de Hoseok cayó al piso.

—¿Qué yo lo estoy induciendo? ¡Oh, es que se vé cuan


engañado te tieneeeee! —El alfa grito cuando Tae le apretó
una nalga con demasiada fuerza.—¡Auch, amorcito!14

—Ya, no mortifiquemos al pobre abuelito, Hobi.—Tae


entrelazó su brazo con el del abuelo y recostó su cabeza en
su hombro.—Anda, Abuelito. Deja los corajes y vamos a
cenar. Pedí que prepararan tu restaurante favorito. Nadie
más tendrá acceso en el club por hoy. Solo los nosotros.
Parrilla Argentina y licor de calidad. ¿Qué dices?102

—Si no va el abuelo, yo sí.—Murmuró Yoongi entre dientes.

—Esta bien.—El abuelo bajo su bastón y refunfuño.—Ahora


vayan a cambiarse y dense un baño, algunos aquí apestan
a agua estancada.—Yoongi y Jungkook se miraron entre sí.
—¡Y que alguien me diga dónde rayos están Namjoon y
Seokjin!64
Cuando Jimin estuvo listo, bajó al vestíbulo y se encontró
al abuelo esperando por todos sus nietos. Se sentó a la par
suya y lo abrazó.2

—Ya, dime qué te pasa.—Jimin lo miro con ojos tristes.—


¿Es por el imbécil de mi nieto? ¿Qué hizo esta vez?2

—El no hizo nada, abuelito.—El omega suspiró.—Es que yo


le hice demasiado.

—¡Tonterías! Déjame decirte algo, cachorro. Los Min no nos


dejamos dominar por nadie. Y menos por un omega.—El
abuelo bajo la voz.—A menos que queramos.10

—Ya, dime.

—¿Sabes cuánto pasé rogándole a ese cachorro antes de


que se dignara a volver, Jiminie? Jungkook no mueve un
dedo a menos que se vea obligado a hacerlo.

—¿Y entonces que tengo que hacer para que vuelva


conmigo?7

—¿Qué hiciste para tenerlo la primera vez?

—Me lancé a sus brazos porque quería que fuera mío.

—Jungkook estuvo bien con eso y lo aceptó. Recuérdale


que el omega del que se enamoró no se rinde hasta que le
dan lo que quiere. —El tono de voz del abuelo se volvió
pícaro.—El cachorro esta en celo, hasta alguien con dos
dedos de frente se daría cuenta, no se podrá resistir por
mucho tiempo.66
Las mejillas se Jimin se tornaron rojas.1

—¡Abuelo, que estás sugiriendo que haga!23

—¡Justo lo que estás pensando, pillín!—El abuelo le palmeo


la cabeza.—Iremos a cenar y la casa será solamente para
ustedes por un par de horas. Aprovecha.102

—No puedo creer que hace un rato regañabas a Tae y a


Hoseok por esas conductas, y ahora me des esta clase de
concejos.6

—Quiero bisnietos con el carácter de los Min pero la


belleza de los Kim. ¡Y tengo que entrometerme si quiero
que suceda! ¡No he de morir hasta sostener a mi bisnieto
en brazos!67

Jimin se puso de pie, no sin antes darle un beso en la


mejilla al alfa.

—¡Eres el mejor, abuelito!22

—¿Acaso crees que no lo sé?45

Por él pedido del abuelo, y sin que nadie entendiera por


qué, todos se fueron antes de lo esperado. Y la casa quedó
vacía, a excepción de un omega determinado y un alfa
ingenuo que seguía en la ducha.18

Aún con el estómago revuelto y las piernas temblorosas,


Jimin entró a la habitación de Jungkook y se alivió al
escuchar el sonido de la ducha. Eso le dió tiempo para
buscar uno de los suéteres del alfa. Escogió uno que tenía
impreso su aroma y que le llegaba a los muslos, esperaba
que al quitarse los pantalones cortos este no cubriera la
liga que había robado de la maleta de Taehyung.11

Podía sentir sus cuernitos creciendo mientras le ponía


llave a la puerta. Se armó de valor y entró al cuarto de
baño. Jungkook estaba de espaldas, sus músculos
moviéndose a medida que aclaraba el jabón de su piel. El
calor subió al rostro de Jimin cuando sus ojitos se posaron
en el perfecto trasero que se cargaba el alfa. Su suspiro
debió alertar a Jungkook o quizás fue el aroma a
excitación que estaba desprendiendo.51

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine por mí alfa.—Jimin sonrió con inocencia y le enseñó


la llave.—¿Sabes que es esto, Jungkookie?1

El alfa maldijo.

—Dime que no hiciste lo que estoy pensando.7

Jimin sintió pequeños escalofríos mientras la llave se


deslizaba por debajo de su ropa, se sacudió un poquito
para que siguiera bajando hasta perderse en el lugar más
delicado de su cuerpo.26

—¡Dame la llave, Jimin!

El omega negó con la cabeza mientras unía sus manitas


frente a él y sonreía con malicia.

—Si la quieres, ven a buscarla.


—No estoy para bromas y lo sabes.—Jungkook cerró los
ojos con fuerza y apretó las manos. El agua de la ducha,
deslizándose por su cuerpo, y su cabello mojado hicieron
que se viera tan jodidamente sexy que el corazoncito del
omega latió con rapidez y sus piernas temblaron.-Ambos
sabemos que esto acabará mal. Dejate de juegos y dame la
maldita llave de la habitación.9

—Tu me quieres y yo a ti. No saldremos hasta que


volvamos a estar juntitos y felices otra vez.40

El alfa apretó con fuerza los puños y trato de controlarse,


pero sabía que la fuerza no le duraría por mucho tiempo.

—Me he quitado los pantalones. ¿No quieres ver, Kookie?1

—No.50

La dulce risa de Jimin le llegó al alma y puso sus sentidos


al máximo. Hace mucho no escuchaba ese hermoso sonido
y el tono juguetón que lo volvía loco.

—Abre los ojos.—La voz de Jimin y sentir su aroma dulce


acercándose casi lo pusieron de rodillas.

El alfa esperaba que Jimin llegara hasta él, pero eso no


pasó. Enojado abrió los ojos para encontrarse a la criatura
más bella y perversa que siempre amaría. Su omega tenía
puesto solamente un enorme suéter negro, unos
calzoncillos debajo y una liga que adornaba una de sus
pequeñas y torneadas piernas. Los pupilas del alfa se
dilataron y un gruñido empezó a vibrar en su pecho.1
—Adivina donde está la llave, Jungkook.15

Listo, la partida había terminado. A Jungkook no le


importaba caer de nuevo en las manitas de ese omega.
Estaba en celo y estaba siendo dominado por su lobo, que
le exigía que tomara a su compañero y le enseñara de una
vez por todas que ya estaba harto de jueguitos.+

—Ven aquí, Minnie...


37
—Ven aquí, Minnie...32

Jimin no perdió ni un segundo en tirarse a los brazos de


Jungkook, que lo recibió con un beso arrollador y un
gruñido que vibró desde su pecho. Habían pasado mucho
tiempo separados pero sus cuerpos recordaban lo que era
estar juntos. Jimin soltó pequeños quejidos cuando
Jungkook lo aprisionó de espaldas a la pared de baldosas.
El agua que seguía cayendo sobre la espalda del alfa era
un gran contraste con la calidez de la piel de Jimin.3

Jungkook metió las manos debajo del suéter mojado y


acarició la cintura del omega. La piel bajo sus manos
seguía siendo suave y delicada.

—Voy a darte cinco segundos para escapar.9

—Puedes darme la vida entera si quieres. Aún así no me


iría.2

—¿Sabes cuánto te he extraño, Minnie?—Jungkook poseía


su boca con absoluta desesperación. Jimin levantó los
brazos y prontos el suéter quedó olvidado, hecho una bolita
de ropa mojada en el suelo de la ducha.—Tu piel se siente
suave bajo mis manos.1

—Extrañe mucho tus besos, Jungkook.—Jimin gimió


cuando Jungkook presionó su excitación contra la suya en
un ritmo castigador, las manos del alfa recorrieron la
pierna en la que tenía puesta la liga, un suspiro de
satisfacción se escapó del alfa, Jimin se humedeció los
labios.—¿Vas a quitarla con tus dientes, alfa?4

—¿Ya olvidaste como era?—Al omega se le erizó la piel


ante ese tono de voz ronco.—¿Quien da las órdenes aquí,
Minnie?22

—Puede que necesite que me lo recuerdes.9

El alfa fue arrodillándose poco a poco, dejando tibios besos


por su cuello, la barbilla, el torso, donde se demoró
mordiendo ligeramente una tetilla a lo que el omega
protestó, luego su lengua caliente bajó del hueco de su
ombligo hasta el borde de los pequeños bóxeres negros
con un encaje coqueto que el Omega se había puesto.
Jimin contuvo la respiración cuando las manos del alfa
empezaron a bajarle un poco la ropa interior, lo suficiente
para dejar expuesta su propia y rosada excitación. Jadeó
cuando la boca de Jungkook se posicionó en ese delicado
lugar.—¡Que... Jungkook... Ah!50

Jimin se inclinó hacia delante, la boca del alfa subía y


bajaba, la sensación era más de lo que podía soportar. Y la
succión que le daba antes de retirarse, lo volvía loco. Pero
lo que terminó de matarlo fue cuando, aún con su boca
sobre él, el alfa llevó sus manos a su trasero y obligó a
Jimin mover las caderas, mientras jugueteaba con su
lubricada entrada e introducía dos dedos en su interior.1
—¡Ay...por la luna, Jungkook!—Jimin chilló tratando de
detenerse y alejarse, pero el alfa no lo dejo.—¡Espera...
esto es... Creo que voy a... Jungkook! ¡Ahhh!3

Con un gemido lastimero Jimin se corrió en la boca del


alfa, que limpió con su lengua el chorro caliente y dulce sin
quejarse. Dejó el pequeño glande de su omega brillante y
rosado. Sonriendo con satisfacción, se levantó para ser
recibido con más besos desesperados.

—Encontré la llave...—Murmuro sobre los labios rosados de


Jimin y aún con sus manos en las nalguitas del omega.—Se
te pegó en la nalga derecha...200

Jimin sonrió mordiendo su lengua ante su travesura y se


estiró en busca de otro beso pero solo logró ser girado
contra la pared. El alfa dejó caer la llave de la habitación,
como un objeto ya sin importancia, y le ordenó que abriera
las piernas. Jimin se aferró a la barra metálica que estaba
a un lado, buscando sostenerse, sus piernas estaban
inestables ante el toque de Jungkook. Era increíble como
su cuerpo respondía al de su compañero, sabía que era
necesitado para aliviar la fiebre del alfa y su lobo interior
se rendía ante el control impuesto sobre él. Jungkook bajó
las manos y lo acarició entre las piernas mientras le
mordisqueaba el cuello, Jimin inclinó la cabeza hacia
atrás, recostándose sobre el pecho de su alfa.

—No voy a ser suave contigo.—Fue la última advertencia de


Jungkook, quién retiro los dedos de su interior y empujó su
erección contra su trasero, buscando su lubricada entrada.
—Te necesito, Jimin...14

—Y yo a ti...1

Jimin inclinó su cabeza buscando un beso y gimió sobre la


boca de Jungkook cuando lo sintió entrando en su cuerpo.
Había pasado tanto tiempo que dolía un poco, pero su
cuerpo adaptándose a Jungkook, era una sensación que
recordaba perfectamente. No tuvo tiempo de pensar en el
dolor, fue embestido de tal manera que Jungkook tocó su
punto dulce, haciendo que casi se corriera otra vez. No
pudo seguir besando al alfa por el frenesí que los envolvió,
sus jadeos, el agua de la ducha y el chasquido de pieles fue
lo único que lleno el cuarto de baño. Los cristales de la
ducha se nublaron y sus pieles estaban sonrojadas,
mojadas por el agua y el sudor.29

—Se siente tan... bien...—Jimin se arqueo contra Jungkook


cuando otra oleada de placer se acumuló y se corrió con un
quejido. Pudo sentir a Jungkook inflamarse y estirar sus
paredes en su interior, lo sintió estremecerse cuando se
corrió en oleadas de líquido caliente. En ese momento se
alegró de hacerle caso a su doctor y aumentar su dosis de
supresores. Ahora que su lobo había vuelto debía
regularizar sus hormonas, para que el cambio drástico no
volviera a enfermarlo. Eso le permitía relajarse con el tema
de un posible embarazo. Eso no iba a suceder por algún
largo tiempo. Su cuerpo estaba tan estéril como un campo
desierto, podría tener más cachorros, pero luego de seguir
su tratamiento. Por lo que se permitiría disfrutar sin límites
de su alfa. Cuando el nudo de desinflamo, por más intensa
que fue su liberación , eso no aminoro en nada el hambre
de Jungkook.20

El alfa cerró la llave de la ducha, cargó a su omega


mientras seguía explorando su boca y los llevó de vuelta a
la habitación en donde acostó de espaldas a Jimin sobre el
colchón.

—Vamos a dejar mojadas las sábanas...—Jimin se quejó


porque estaban empapados.—Deberíamos...16

Ya no pudo seguir hablando porque el alfa se arrodilló entre


sus piernas y dejó un reguero de besos hasta llegar a la
liga que seguía alrededor de su muslo.

—¿Te gusta?—Le preguntó coqueto.—La robé de la maleta


de Tae.1

Jungkook sonrió antes de tomar el delicado encaje entre


sus dientes y deslizarla de manera sensual por la pierna de
Jimin hasta que la tuvo fuera de su camino. Cuando fuera
capaz de articular palabras sin gruñir, le recordaría que se
comprara un par ellas. Le siguió la ropa interior mojada,
Jungkook se la quitó y la tiró sobre su hombro. Su alfa se
miraba tan demandante y posesivo que se sintió demasiado
expuesto ante él. Esto era importante. Las mariposas en su
estómago se incrementaron cuando Jungkook volvió a
besarlo.15
Jungkook lo obligó a subir los brazos sobre su cabeza y a
enredar las piernas en su cintura. Jimin tragó duro al ver
sus ojos salvajes. Supo que estaba perdido cuando el alfa
entró en él y empezó a moverse a un ritmo demandante.
Jungkook sujeto con una sola mano las muñecas de Jimin,
no pudo hacer más retorcerse y gemir hasta que le dolió la
garganta. La sensación de tener a Jungkook llenandolo y
deslizándose en su calidez resbaladiza, se sentía tan bien
que lo tenía encogiendo los dedos de los pies.

—¡Jungkook!

—Estoy loco por ti, Jimin.—El sudor se deslizaba por la


frente del alfa y su respiración agitada le golpeaba con
cada beso.32

Jimin respondía a sus besos con ardor y recibía cada una


de sus embestidas con las mismas ansias.

—No me vuelvas a dejar, Jungkook.5

—Jamás.117

Los besos, suspiros y caricias siguieron por varias horas, el


aroma de ambos mezclado con el de sexo inundaba la
habitación. El cabello de rubio de Jimin se humedeció y las
puntas se rizaron. Logró liberar sus manos y las deslizó por
la espalda de su alfa, deleitándose con el trabajo de sus
músculos en movimiento. Con agilidad, Jungkook lo
levantó del colchón hasta que lo tuvo sentado en su
regazo, con las piernas a cada lado del alfa.
—¿Te acuerdas de cómo me gustaba que te movieras sobre
mi?61

Jimin asintió, estaba algo mareado por lo exigente que


estaba siendo Jungkook. Tenía un agradable cosquilleo en
el estómago cada vez que le hablaba al oído con su voz
ronca.1

—Hazlo ahora, Minnie.50

Jimin volvió a tener otro orgasmo al escuchar su voz


dominante dándole órdenes. Pero Jungkook no estaba
siendo nada tolerante con él, y aunque el omega seguía
estremeciéndose en el éxtasis, Jungkook sujetó con sus
manos la cintura de Jimin e impuso el ritmo que deseaba.
Tú no dominabas a Jungkook. El te dejaba dominarlo.
Jamás rechinaría los dientes, pero todo era una fachada
porque era él quien le imponía las reglas. Jimin se resistía
y tenía sus caprichos, porque a fin de cuentas era una
criatura traviesa y berrinchuda, pero el carácter dominante
del alfa lograba someterlo.6

—¿Así es como te gustaba, Jungkookie?—Jimin movió


sensualmente las caderas y elevó los brazos, hizo su
cabello rubio hacia atrás mientras la boca del alfa
mordisqueaba su cuello, se deleitó con los gemidos roncos
de su alfa.21

—Más despacio, Jimin.1

Jimin hizo un puchero, él no quería ir más despacio, a él le


gustaba el ritmo frenético y demandante.21
—No quiero. A mí me gusta así.

—Jimin...

—¿Ya te dije que me gusta cuando gruñes?

El alfa no estaba para bromear. Y en su estado de euforia


no le gustaba que su omega se resistiera a obedecer.26

—Acuéstate sobre tu estómago. Ahora.

—No quiero.—Jimin siguió rebotando en su regazo como a


él le gustaba y cuando Jungkook empezó a gruñirle en
advertencia, lo besó mordisqueándole los labios.—A mi me
gusta así, Jungkookie...7

El alfa elevó una ceja, el omega lo estaba provocando,


poniendo en duda quién era el que mandaba. Y eso no le
gustó. Abrazo la cintura de Jimin y lo castigo con el ritmo
que estaba exigiendo. Jimin jadeó cuando lo golpeó en su
punto dulce una y otra vez. Las manitas de su omega
buscaron apoyo en su pecho, en donde puso las manos en
garras y le enterró las uñas, inconsciente.1

—¿Así es como te gusta, Minnie?—El alfa inmovilizo las


caderas de Jimin mientras éste no era capaz de hacer nada
más que arquear la espalda y dejar que las gotas de sudor
corrieran por su enrojecida piel.—Tu solo quieres atención,
¿No es así?43

Jimin se rio entre gemidos, encantado con Jungkook.1

—También quiero tu corazón.


—Eres mi vida entera.—Le susurró Jungkook al oído.—¿Qué
más quieres, Minnie?29

—Todo de ti.—Respondió Jimin robándole hasta el alma con


sus besos.—Hasta que no quede nada de ti que no sea
mío.6

—Tu eres peligroso.—Se quejó Jungkook frunciendo el


ceño, como si estuviera sufriendo.—Una parte de mi
siempre esta incompleta si no te tengo. ¿Qué me hiciste,
Jimin?9

—Quiero que siempre sea así.—Susurro Jimin acariciando


su rostro.—Que ninguno pueda vivir sin el otro.

—Para ti es todo o nada, ¿Verdad?—Se rio Jungkook.—Esta


bien, que así sea. Ya estoy en el infierno sin ti.5

Está vez ambos llegaron juntos al orgasmo y mientras


esperaban a que el nudo se desinflamara, se dieron besos y
mimos. Cuando Jungkook salió de su interior, se bajó de la
cama y tiró de Jimin hacia el borde del colchón.5

—Date la vuelta, sobre tu estómago. Y mantén un rodilla


sobre el colchón y la otra pierna en el suelo.140

Jimin tuvo escalofríos mientras obedecía, su espalda


arqueada y sus caderas elevadas. Una posición de
sumisión. Se mordió el labio y le dio una mirada de lado al
alfa.

—¿Vas a castigarme por no obedecer, alfa?8


Jungkook volvió a gruñir, pero era un sonido sensual que
vibraba en su pecho. Pronto, Jimin fue rodeado por el calor
de su cuerpo y su aroma. Jungkook se dedicó a
mordisquear su espalda mientras el cuerpo del omega lo
recibía nuevamente.2

—El omega debe ser sumiso y callado. ¿Nadie te dijo eso?84

—Eso no lo vas a tener conmigo. O al menos no de la


manera fácil.18

Jungkook le dio una nalgada a lo que Jimin gritó


sorprendido. Y encantado.10

—Lo sé.

Jimin apretó las sábanas y se mordió los labios mientras


mantenía la mejilla contra el colchón para no soltar un
grito cuando el alfa le dio otra fuerte nalgada que resonó
en la habitación junto, el chasquido de pieles, las palmadas
de Jungkook y los quejidos agudos de Jimin resonaron por
toda la mansión.12

—¡Ahh... No pares!

Jungkook lo giró hasta tumbarlo sobre su espalda, enredó


la pierna derecha de Jimin en sus caderas y lo embistió
con un ritmo más lento, justo como él quería, las estocadas
más profundas y sus ojos fijos en las expresiones de Jimin
que movía la cabeza de un lado para otro, arqueando el
cuerpo y respirando entrecortado al no encontrar paz solo
una dulce agonía.2
—¡Ahh!...¡Jungkook!—Jimin intentó taparse la boca cuando
se dio cuenta de que estaba siendo muy escandaloso, pero
Jungkook le retiró la mano con la que intentaba acallar sus
gemidos y la entrelazó con la suya, a cambio bajo su boca
y cubrió sus labios, amortiguando el sonido mientras le
exploraba la boca con la lengua. Lo que no hizo más que
acrecentar el temblor en su vientre. Y de nuevo, otra onda
de placer lo arrolló dejándolo mareado. Suspiró ante los
movimientos lentos de Jungkook que buscaban prolongar
la explosión de placer.—¡Si... Justo ahí...!2

Las horas que siguieron fueron una tormenta de placer


agónico que parecía no tener fin. Los rayos de luna se
colaron entre las cortinas de la habitación dando paso a
una hermosa noche en la que las estrellas brillaron como
nunca. Pero la pareja nunca lo sabría porque estaban tan
perdidos el uno en el otro que, si el mundo se acaba esa
misma noche, no serían consientes de ello. Cómo tampoco
fueron consientes de que los demás regresaron solo para
tomar sus maletas y trasladarse al hotel del club. Para
darles privacidad por el resto del celo. No hace falta decir
que se sorprendieron bastante al escuchar los gritos de
Jimin. El único que no se sobresalto fue Hoseok, que
estaba bastante acostumbrado a los quejidos de
satisfacción de los omegas Kim.142

Alrededor de las dos de la mañana, un omega


completamente exhausto quiso apartarse de un alfa
exigente, pero sin mucho éxito, porque fue apresado entre
unos fuertes brazos que no tenían intenciones de dejarlo
escapar. Su piel estaba enrojecida, marcada con las
huellas de los dedos de Jungkook y pequeñas marcas
rojizas en los lugares en donde su piel había sido mordida y
succionada, estaba demasiado sensible al tacto, sus
caderas empezaban a doler y sus ojos se cerraban por el
agotamiento. Jimin sabía que los alfas eran resistentes y
demandantes a la hora de los celos y el suyo no era la
excepción. Incluso podría apostar a que se desmayó más
de una vez. Se corrió de nuevo sobre su vientre y se mordió
el dorso de la mano.28

—No... ya no puedo, Jungkookie...—Chilló cuando el alfa lo


acomodó sobre su regazo y entró en él nuevamente. Jimin
protestó tirando sin fuerzas del cabello del alfa.—Es
demasiado...1

—Una vez más, Minnie...84

—No, ya no... no puedo soportarlo... Ya no voy a venirme


otra vez... Ya no puedo...55

—Si puedes, mi amor.—Jungkook lo engatusó con palabras


sexys y diciéndole cuanto lo amaba. Por increíble que
pareciera, su cuerpo volvió a despertar, respondiendo ante
las demandas de su alfa.—No estoy de acuerdo contigo,
Jimin. Tú no eres tierno, adorable y sexy. Esas son
palabras muy genéricas para describirte.1

—Jungkook...—Jimin le clavó las uñas en la espalda y gimió


en su oído.
—¿Quieres saber cómo eres a mis ojos, Minnie? —Jimin no
pudo contestar.—Eres chiquito, lo suficientemente como
para que caber en mi bolsillo. O llevarte en una cajita
dentro de mi corazón.75

Jimin levantó la cabeza dejándose besar y arrullar por las


palabras cargadas de pasión de Jungkook.

—También eres bonito, de una forma perversa y tierna a la


que nunca me pude resistir...25

Jimin soltó un gemido agudo cuando un nuevo orgasmo


empezó a crecer en su vientre, Jungkook le mordisqueo el
lóbulo de la oreja, su respiración tibia y acelerada
terminando justo en su oído.31

—¿Pero sabes que es lo que me hizo amarte con tanta


desesperación, a tal grado de que te convertí en mí tesoro
más valioso, Minnie?12

Jimin lo miro a los ojos y encontró puro amor devolviéndole


la mirada.

—Eres una criatura caprichosa. Qué cuando se decide por


algo no descansa hasta obtenerlo. Amo que hayas tenido el
valor para pelear por nosotros hoy y que sigas
encaprichado conmigo. Así que si aún tienes dudas de
cómo eres a mis ojos ya sabes la respuesta. Eres Chiquito,
Bonito y Caprichoso.—Susurro Jungkook mientras lo
besaba.—Y volvería a hacer todo de nuevo si el resultado
es este. Tenerte conmigo.227
—Cambiaste tu vida por mi.—Jimin quiso llorar.—Valdrá la
pena, Jungkookie, te lo prometo...1

Jimin se dejó llevar por una última oleada que se


incrementó cuando sintió los colmillos de Jungkook arañar
sobre su piel.

—¿Me vas a marcar?7

—Es demasiado rápido...—30

—No había nada que pensar. Nos pertenecemos.1

Sus lobos se reconocían y su lazo de destinados volvía a


sentirse fuerte. Y Jimin supo que el dolor y todo lo que
habían atravesado, tenía una razón de ser ahora que
estaban juntos. Jungkook necesitaba de algo que lo
impulsara a superar y a aceptar su pasado y Jimin debía
aprender que las cosas realmente valiosas de la vida,
tenías que ganarlas y apreciarlas como tú mayor tesoro.
Porque cuando los lazos de amor, familia y confianza se
perdían, no había dinero en el mundo con el que pudieras
recuperarlos. Habían logrado sobrevivir está tormenta y
podrían sobrevivir a otras mil más. Porque se amaban y
eran destinados. Y eso nadie lo podría cambiar. Ni siquiera
ellos mismos.19

—Hazme tuyo, Jungkook...—Lo sedujo con una voz dulce y


tentadora.—Soy tuyo, hazlo.3

Jungkook gruñó porque sentía que no podría contenerse.

—Minnie...
Jimin pegó su frente a la de Jungkook, le acarició el rostro
y se llenó del aroma a chocolate y café que tanto había
extrañado. La piel de Jungkook se sentía como si estuviera
a mil grados por el celo y se le erizaba la piel cada vez que
Jimin lo besaba. Hace tres años le había prohibido que lo
marcada porque creía que no tenían futuro. Hoy, todo era
distinto.

—Hazlo. Ya esperamos suficiente.—Jimin le entregó un


dulce beso y sonrió.—Te amo, Jungkook...1

—Tu eres mío.64

Jungkook no necesito mayor incentivo. Sus ojos brillaron y


su colmillos perforaron la suave piel bajo sus labios. La
sangre que lleno su boca le supo dulce, gimió cuando se
llenó de la esencia vital de Jimin. El golpe de marcarlo era
tan fuerte que lo mareo. Sus recuerdos eran como susurros
bañados en colores que se pintaban según las emociones
que iban revelando. Jimin sollozó cuando sintió su corazón
latiendo al mismo ritmo acelerado que el de su alfa. No
habían secretos ahora porque sabían lo que habitaba en
sus corazones. Sus miedos, el dolor de la separación, el
duelo y la dicha de este momento. Sus lobos se unieron
también, fue como una energía que los enlazó para
siempre.101

Cuando la marca estuvo hecha, el alfa se aparto solo para


descubrir que su pequeña pareja estaba llorando. Limpió
sus lágrimas con besos, como antes. Le beso los labios, la
pequeña nariz, los párpados... Adorando todo a su alcance. 1
—No llores, Minnie.

—Fui un idiota, jamás debí mentirte.—Jimin lloró con más


fuerza.—En un momento perdí lo único valioso que había
conseguido en mi vida y todo fue mi culpa. Te perdí a ti y a
nuestro cachorro...2

—Jimin, detente.37

—No, ya no quiero guardar silencio. ¿Sabes lo agobiante


que es no poder hablar de él porque todos te miran con
lástima? Mis hermanos, papá, el abuelo Min... Ni siquiera lo
mencionan, es como si nunca hubiera existido, Jungkook.
Pero existió para mí. Solo que no lo pude conservar y fue
mi culpa por que no le dije a nadie acerca de él. Yo no lo
cuide.12

Esto era demasiado como para hablarlo ahora, pero era un


dolor que debían compartir para que su relación pudiera
avanzar. No podían obviar el tema porque resultara
doloroso y aplazarlo. Si lo iban a intentar otra vez y para
ser felices, debían desahogarse.

—Podríamos competir toda la vida para ver quién tiene


mayor culpa. Pero eso no lo va a traer de vuelta. Ambos
fuimos unos completos idiotas. Pero debemos aprender de
nuestro error, por él, Minnie.2

—¿Crees que le guste que sus padres estén juntos? A


veces pienso que me odia.28

—¿Cómo podría odiarte?—Jungkook estaba horrorizado de


que Jimin pensara semejante cosa.—Y te apuesto a que
ahora mismo se está dando golpes en la cabeza al ver el
desastre que somos juntos.18

Jimin se echó a reír aún con lágrimas en los ojos.

—¿Crees que vuelva con nosotros algún día?

—Cuando estemos listos podremos intentarlo de nuevo.


Estoy seguro de que estará feliz de saber que esta vez lo
vamos a esperar con los brazos abiertos. Y con mucho
amor para darle.60

Jimin sentía su alma menos herida. Esto es lo que ambos


necesitaban, lo que siempre habían necesitado. Estar entre
los brazos del otro sabiendo que tenían amor y que
cualquier obstáculo lo podrían superar.

—No más mentiras entre nosotros, Minnie. ¿De acuerdo?

—Pero tú también tienes que decirme las cosas.—Puchereó


el omega.—Quiero saber lo que piensas, si estás feliz o
triste. Cuando te haga enojar tienes que decirme. Podré
sentirte a través de nuestro lazo, pero aún así quiero
escucharte. Si tienes miedo de tomar alguna decisión,
también quiero saberlo, quiero saberlo todo.

—Lo haré, te diré todo lo que quieras saber de ahora en


adelante. Es una promesa.11

—Sé que las cosas no pueden ser como antes de la noche a


la mañana.—Murmuró Jimin.—Pero estamos a tiempo de
hacer que funcionen ¿Verdad?

Jungkook asintió y le dio un beso en la frente.


—¿Y ahora que haremos, Jungkookie? Tenemos que decirle
a papá. ¿Vas a pedirle mi mano? Siempre quiso una alianza
entre familias. Va a estar muy feliz.

—Si, me encargaré de eso.

—¿Y hablaras con Namjoon?

—Si.3

—Te va a matar cuando se entere de que me marcaste. Él


me había dado permiso para volver contigo si era lo que
realmente quería. —Jimin sonrió mientras le daba un besito
en el pecho a su alfa y frotaba su rostro contra él,
disfrutando de su aroma.—Pero no creo que reaccione bien
ante esto.2

—He tratado con tu familia desde que regrese.—Jungkook


se encogió de hombros.—Pelea más, pelea menos. ¿Acaso
importa?

Jungkook despejó la frente perlada de sudor de su omega y


le dio un beso mientras lo sostenía entre sus brazos.

—Todavía me tiemblan las piernas.—Jimin sonrió mientras


sus mejillas se enrojecieron. Jungkook rio suavemente y
examinó los rasgos faciales que tanto amaba y le besó la
pequeña nariz.

—Ya no juegues con mi corazón, Minnie. No podría


soportarlo una vez más.

—No más mentiras. Lo prometo. —Jimin entrelazó sus


manos y las puso sobre su corazón agitado.—Seamos
felices. Asegurémonos de estar juntos, Kookie. Hasta que
seamos tan viejitos como el abuelo.23

—Tampoco seremos eternos. Estás pidiendo demasiado,


Minnie.24

—¡Qué malo eres! ¡No seas así!—A pesar de que le dio un


golpe en el pecho, Jungkook atrapó su manita y la lleno de
besos.—El nos ayudó a estar juntitos otra vez. Es por él que
nadie nos ha venido a molestar.

—¿El te dio la idea de encerrarme, no es así?—Ante la risa


inocente de Jimin, el alfa negó con la cabeza.—Ese viejo es
el diablo.31

—Jungkookie...

El suave murmullo de Jimin sonó muy cerca de su oído, el


omega se acomodó de tal forma contra él que, ahora Jimin
le rodeó la cintura con una pierna, y estaba medio
acostado sobre el alfa mientras le daba besitos en cuello,
la barbilla y le mordía la oreja.

—Jungkookie...

—¿Mmmm?

—¿Enserio te gustó?

Jungkook asintió mientras dejaba que Jimin jugueteara


con el lóbulo de su oreja. El aroma a manzanas dulces de
Jimin lo tenía algo drogado.2

—Jungkookie...
—¿Mmmm?

—¿Qué es lo que más te gusta de mi?

—Tu corazón.8

—Que mentiroso...—Jimin rio dulcemente en su oído.—¿Fue


igual que antes?

Jungkook entre abrió los ojos y acarició la mejilla del


omega.

—¿Que ocurre?

—Es que antes te gustaban mis curvas. Y ahora estoy un


poco...—Jimin estaba más delgado, su cuerpo no era tan
voluptuoso como antes.—¿Te decepcionó eso?1

—Eres hermoso, Minnie.—Jungkook le dio un pequeño beso.


—Y tus curva siguen ahí.

—No lo sé...—No se escuchaba muy convencido. Con un


puchero el omega tomo una de las manos de Jungkook y la
puso sobre una de sus nalguitas.—Tienes que admitir que
esta parte cambió...80

Jungkook le dio una nalgadita a lo que Jimin y jadeó.

—Nop. Sigue siendo igual para mí.40

Jimin sonrió encantado y siguió besando al alfa.


Disfrutando de tenerlo otra vez.

—¿Dónde vamos a vivir, Jungkookie?


—Tengo un apartamento. Podríamos quedarnos ahí por un
tiempo, hasta que lo hagamos oficial.

Jimin se quedó callado y quietecito y eso nunca era bueno.

—Anda dilo.

—No vendas mi casa, Jungkook.23

—Pensé que no te había gustado. ¿Para que la quieres?

—¡Porque es mía!24

—Estuviste ahí una vez. Voy a comprar otra casa para


nosotros, una que te guste más.

—No. Solo tenemos que hacer algunas remodelaciones.—


Jimin hizo un puchero, sus ojos se iban cerrando poco a
poco mientras el sueño lo vencía.—Es mi casa, no la
vendas. No quiero que lo hagas.30

—De acuerdo, es tuya. Si la quieres no la venderé.—


Jungkook se acomodó en la cama con Jimin en brazos,
estaba agotado pero de una buena forma. Era como si el
peso sobre sus hombros hubiese sido retirado. Luego de
tres años podía respirar con libertad nuevamente.4

Jimin se durmió de inmediato. Exhausto por todas sus


demandas. Jungkook se dedicó a apartar el cabello rubio
de su rostro y a velar su sueño, tan enamorado del omega
como había estado hace tres años. Estaban emparejados
ahora, solo hacía falta hacerlo oficial con una ceremonia
frente a la familia. Y eso iba a ser otro gran escándalo. Ya
podía verse siendo asesinado por Namjoon.4
Ahora que el calor del celo iba apagándose poco a poco, su
mirada fue atraída por algo que brillaba en la mano de
Jimin. Su pecho se calentó ante la vista de su anillo de
compromiso. El alfa jugó con la sortija en el dedo de su
omega. Todo ese tiempo pensó que la había perdido, pero
ahí estaba, luciendo perfecta en la manita de Jimin.

38
Eran alrededor de las diez de la mañana cuando
despertaron. Ambos habían caído rendidos por el sueño,
exhaustos físicamente. Pero el descanso reparador que
tuvieron sano más que sus cuerpos. La paz mental y
emocional que lograron alcanzar en los brazos del otro fue
un descanso bien merecido luego de tanto tiempo de sentir
agotados y heridos.28

El primero en despertar fue Jungkook, a su lado encontró a


su omega, hecho una bolita de sábanas revueltas, de las
que se había adueñado durante la noche. Jimin estaba
cansado y dormía profundamente. Había sido demasiado
exigente con sus demandas, la piel del omega estaba
enrojecida y muy sensible, en cuanto Jungkook lo toco
soltó un pequeño quejido aún en sueños. El alfa sonrió al
recordar como la noche anterior, Jimin se había armado de
valor para arrinconarlo y no dejarle otra salida que caer en
sus brazos otra vez. Jimin tenía su marca ahora, se
pertenecían. Y nada los separaría de nuevo. Habían sido un
desastre hace tres años, pero el asunto era que, eran un
buen desastre juntos. Por algo estaban destinados. Y ser
capaz de emparejarte con tu pareja destinada, en el mundo
al que pertenecían, era una bendición. La verdad es que
tuvieron mucha suerte.9

—Mmm... me gusta, pero ya no, Jungkookie...—Gimoteó


Jimin medio dormido al sentir las cálidas manos de
Jungkook rodeando su cintura.—Estoy muy cansado...5

—Despierta, Minnie.—Jungkook le susurró al oído y le beso


las mejillas sonrojadas.2

Jimin se giro entre sus brazos, estirándose como un


pequeño cachorro adormecido, encantado de recibir besos
tan temprano en la mañana.1

—Esta bien...—Dijo Jimin en voz baja y un poco ronca por el


sueño.—Pero una vez más y se acabó.21

—Descuida, mi amor.—El alfa le apartó el desordenado


cabello rubio de la frente.—El celo ya pasó.28

—¿Enserio?3

Jungkook se tuvo que reír del tono decepcionado de su


omega.25

—Pensé que ya no querías que te siguiera tocando. ¿Acaso


no estabas muy cansado?

—Si, pero ya me había hecho a la idea.6


—Este es el omega que recuerdo.—Unió sus frentes y tomo
un profundo suspiro sintiendo el aroma de Jimin. Manzanas
dulces, mezclado con su aroma. La marca rojiza en su
cuello y su marca de olor, eran una clara advertencia de
que ese omega estaba tomado.—Ahora eres
completamente mío, Minnie.43

Jimin frotó sus narices, feliz de amanecer entre sus brazos.


Era un omega emparejado ahora.

—Buenos días, mi alfa.

—Buenos días, amor.—Justo en ese momento, la pancita de


Jimin decidió que no podía soportar seguir vacía y gruño.
Jungkook lo tomo entre sus brazos mientras este se
sonrojaba y los llevo al cuarto de baño.—Tomemos un baño
y bajemos a desayunar. No puedo tener a mi omega
hambriento.10

Jungkook se encargó de tratar suavemente la piel sensible


de Jimin, llenó la tina de agua caliente y agregó mucho
jabón espumoso, como le gustaba al omega. Se
sumergieron en la bañera y con caricias suaves masajeo la
piel suave y marcada de Jimin, fue besando cada una de
las marcas rojizas que encontró a su paso.

—¿Estás bien, Minnie?—Le preguntó mientras lo abrazaba


por detrás, Jimin estaba acomodado entre sus piernas, con
la espalda recostada en el pecho del alfa. Los brazos de
Jungkook lo rodearon por la cintura para atraerlo un
poquito más cerca mientras le daba besos en el cuello,
sobre la marca de emparejamiento.—¿Estás feliz?22

—Ahora eres mío. ¿Cómo podría no ser feliz?1

Jungkook jugueteo con la sortija en la manita del omega.

—¿Esto significa que al fin has aceptado mi propuesta?

—Has de cuenta que dije "si".25

—¿Cómo es que lo tienes, si ni siquiera llegue a dártelo?

—Sunying lo tuvo todo este tiempo.

—¿Quién?2

—Mi chófer. ¿Recuerdas al anciano que estaba a mi lado


aquel día, cuando me llevaste al hospital?—Jungkook
asintió.—Fue mi cómplice durante el tiempo que salí
contigo. Él me dejaba en nuestras citas y luego me llevaba
de vuelta a casa.

—Se me hacía extraño que tú jamás me dejabas llevarte a


casa o llamar a un taxi por ti.

—Lo lamento, mucho. —Jimin hizo una mueca.—No podía


dejar que me llevaras a casa. Habrías descubierto quién
era en segundos. ¿Qué explicación iba a darte cuando me
dejaras en la mansión?3

—Todo eso estuvo mal, Minnie.—Jungkook tenía ahora el


ceño fruncido con molestia.—Debiste decirme quién eras
desde el principio.
—Perdona por haberte mentid...—Jungkook lo interrumpió.

—Fue peligro que salieras a escondidas conmigo, sin


ninguna seguridad. Además estoy seguro de que hicimos
muchas cosas que te pusieron incómodo.2

—Estaba seguro contigo. Nada iba a pasarme. Además no


me la pasaba mal, me divertía en nuestras citas. Siempre
salía corriendo hacia tí porque estaba impaciente por
verte.

—Aun así, debiste decirme.

—Lo sé. ¡Quise hacerlo, lo juro! Desde que me regañaste


por tomar aquel canapé y me confundiste con un empleado.
Pero luego dijiste eso tan feo que no pude hacerlo.

—¿Qué cosa?

—"La mayoría no sabe apreciar lo que tiene. Y son unos


consentidos insoportables y déspotas, despreciando a la
gente trabajadora.—Recitó Jimin de memoria, imitando el
tono irritado del alfa.— Prepárate porque veras a muchos
de ellos está noche."42

—¿Recuerdas mis palabras exactas?

—Las tuve muy presentes todo el tiempo. Te iba a decir


quién era en ese mismo momento, no me gustó cómo me
tiraste ese delantal. Pero me gustaste mucho y me quedé
mudo.7

—Esa vez, cuando nos conocimos, y me acerqué a ti...—


Jungkook arrugó la nariz con diversión cuando una imagen
de lo más tierna invadió su mente.—¿Pensaste que iba a
besarte, no es así?44

Jimin enrojeció.

—¡Por supuesto que sí! ¿Por qué otra razón te ibas a


acercar tanto si no era para eso? —Jimin hizo un puchero.
—Hasta levanté mi boquita y cerré los ojos, y tú solo me
quitaste la comida de las manos y me regañaste. ¡Me
quería morir!71

—¿Y puedo saber por qué ibas a dejar que un extraño te


besara de tan buena gana?56

—Pensé que te acercabas con esa intención. En aquellos


días, yo era muy superficial, aunque no lo creas.—
Jungkook se contuvo de reír al ver el ceño fruncido de
Jimin, parecía reflexionar profundamente acerca de su
pasado.—Cuidaba mucho de mi apariencia y estaba
acostumbrado a que los alfas me persiguieran. Muchos me
abordaban de esa forma cuando querían cortejarme.

Eso último ya no le gustó al alfa.2

—¿De qué forma?

—Me robaban besos y cosas así, ya sabes.—Jimin le


quitó importancia al tema.53

—¿Y cosas así?—Jungkook ahora estaba irritado.—¿Por


qué dejabas que te hicieran eso, Jimin?29

—Ya te lo dije. Antes yo era muy superficial y me gustaba


la atención que recibía. —Jimin elevó su pequeña y
respingada nariz con fingido orgullo.—Fuiste muy
afortunado de que mis ojitos se fijaran en ti ese día.

—Ya. —Jungkook empujó la lengua contra su mejilla.—¿Y


aún ves a esos idiotas que se atrevieron a tocarte?14

—Si.—Contestó ingenuamente.—La mayoría son socios de


Papá y los veo en las reuniones. ¿Por qué?50

—Quiero una lista con nombres y apellidos, Jimin.96

—¿Estás celoso? ¡No seas así! A mí nunca me gustó


ninguno de ellos. El único al que dejé acercarse fue a
Yoongi. Pero porque papá había arreglado nuestro
compromiso.2

Ese tema le gustó aún menos.

—¿Qué tan cercana fue tu relación con mi hermano?1

Jimin se mordió el labio y retorció sus manitas.

—¿Si te digo... prometes no enojarte?71

Jungkook ya estaba empujando la lengua contra su mejilla


y tronándose el cuello.11

—¿Dormiste con él?

—El fue el primero.226

Jungkook vio todo rojo.3

—Ahora si lo voy a matar. ¡A la mierda la familia!78


—¡No, Jungkookie, espera!—Jimin se deshizo en risitas
tratando de detenerlo cuando quiso salir de la tina, se tiró
a sus brazos y se acomodó en su regazo.—¡Es broma!106

—¡No bromees con algo así!

—El fue mi primer beso.—Le explicó Jimin a lo que el alfa


gruñó. Riéndose, el omega lo llenó de besos.—Pero tú serás
el último. Ninguno cuenta para mí hasta que te conocí. No
te enojes. Prometimos ser honestos. ¿Recuerdas, amor?
Voy a contarte todo lo que quieras saber.12

—No, olvídalo. Hay cosas que no quiero tener en la mente.

—Como si tu no tuvieras un pasado. No eras virgen cuando


estuviste la primera vez conmigo. Se notaba que tenías
experiencia.24

—Ninguna vez anterior cuenta hasta que te conocí.—


Contraatacó con sus mismas palabras.—Serás el último
para mí.59

Ahora Jimin tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados.

—No eres gracioso.

—No pretendo serlo.

—Tampoco fuiste el primero para mí.6

—Oh, yo sabía eso.

—Además nuestra primera vez tampoco fue muy buena.47

—Ahora ese es lo único, de entre todas las mentiras, que


sé que no es cierto.
—No te creas tan especial.9

—Es que fui especial.

—Típico alfa.—Rezongo Jimin.—Te crees la gran cosa


porque crees que fuiste el mejor sexo de mi vida.16

—Soy el mejor sexo de tu vida.9

Jimin rodó los ojos.

—Eso quisieras.2

—¿Te lo demuestro?

Jimin se encogió de hombros, indiferente.

—Si crees que puedes.

—Vaya, Kim Jimin...—Jungkook movió la cabeza,


sorprendido.—¿Tantas veces anoche no bastaron?28

—Tae tiene un dicho: Entre más veces, mejor. Y yo prefiero


escucharlo respecto a eso.4

—¿Tiene algún otro dicho que te guste?

—''Los buenos alfas son como el café".

—Vaya, sé hacia donde va esto...—Murmuro Jungkook,


negando con la cabeza.

—"Los mejores son ricos, calientes y te mantienen


despierto toda la noche".—Terminó Jimin, con una sonrisa
coqueta.90
—Y yo que pensaba que te conocía muy bien. ¿Siempre
fuiste así de coqueto?

—No. Tenía que guardarme mucho mi personalidad cuando


estaba contigo o habrías pensado que era un insoportable.
—Jimin sonrió hasta que sus ojitos fueron una fina línea.—
Ahora puede ser yo mismo contigo sin pretender nada y
eso me hace muy feliz.3

Jungkook se dejó besar por ese pequeño y travieso omega


mientras pensaban con diversión en que, realmente, no
sabía en lo que se había metido.

43

***

Jimin inclinó la cabeza hacia un lado y soltó un chillido


cuando los labios de Jungkook le hicieron cosquillas en el
cuello.—¡No, me haces cosquillas!

—¡Ah, que terrible memoria tengo! ¿Cómo pude olvidar que


amas las cosquillas, Minnie?62

Jimin agrandó lo ojos.

—¡No, Jungkookie!—Protestó demasiado tarde, las manos


del alfa atacaron su cintura mientras su boca dejaba leves
mordidas en su cuello, todos los puntos sensibles de Jimin,
haciendo que se retorciera entre carcajadas hasta que se
le pusieron rojas las mejillas y no pudo abrir los ojos de la
risa.—¡Ya! ¡Jungkookie, por favor!20

Jungkook se detuvo entre risas también.

—Te extrañe mucho, Minnie.—Jimin se dejó arrullar por la


voz ronca del alfa.

—Entonces asegurémonos de estar toda la vida juntos.—


Jimin le dio un beso y cuando se separaron le dio una fresa
para que comiera directo de su mano.—¿Quieres que ponga
a tostar el pan?2

Estaban en la cocina de la casa en el club. Eran alrededor


de las once de la mañana y estaban preparando el
desayuno. Se entretuvieron más de la cuenta en la tina,
dándose besos y caricias, no hicieron nada más porque
Jungkook quería que Jimin descansara. Su omega no decía
nada, pero le costaba un poquito caminar. Y Jungkook
estaba decidido a cuidarlo después de haber sido muy rudo
con él. No era precisamente en medio del celo y con la
conciencia afectada como habría querido reconciliarse con
Jimin. Pero ahí estaban ahora, lado a lado, como si la
separación no los hubiese afectado en lo más mínimo y
estaba agradecido por eso.4

—El abuelo planeo esto muy bien. Incluso le dijo a los


empleados que se fueran. Aunque me hubiera gustado que
nos dejara hecho el desayuno.—Dijo Jimin mientras
intentaba abrir una lata de duraznos.—¿Me ayudas,
Jungkookie?

Jungkook abrió la lata de duraznos y le dio uno en la boca,


un poco de miel se deslizó por la comisura de la boquita del
omega y se inclinó para limpiarla con besos.

—Saben bien.—Murmuro Jimin.

—¿Los duraznos?

—Tus besos.—Jimi estiró los labios.—Dame otro.10

En medio de besos, con una lata de duraznos abierta, la


sartén al fuego y música suave que salía del celular de
Jungkook, así fue como la familia entera los encontró.
Todos entraron a la cocina atraídos por el olor del
desayuno.1

—¡Les dije que ya era seguro volver!—Afirmó Tae con una


sonrisa.—Ya decía yo que la casa estaba muy silenciosa.
¡Ahora son solo sonrisitas y besos!2

—¡Esto es a lo que me gusta llamarle una buena


reconciliación!—Hoseok le dio una mirada sabionda a
Jungkook.5

Junghyun no podía perder la oportunidad de joder a su


hermano.27

—¡Espere todo el mundo! ¿Acaso no se dan cuenta? Ahora


seguramente tendremos que hablarle a gritos a Jungkook,
porque Jimin lo ha dejado sordo.—Junghyun se acercó a su
hermano y lo miró con pena y se aclaro la garganta.—SE TE
VE DE MEJOR HUMOR. ¿ME PUEDES ESCUCHAR,
HERMANITO O LOS GEMIDOS DE JIMINIE TE
DESTROZARON EL TÍMPANO?206

Jungkook miró a su hermano con cara de póker a lo que


Junghyun negó con la cabeza.

—Lo perdimos.—Se giró hacia el abuelo.—Ya prestarle tu


aparato para la sordera, abuelo.94

—¡Sordo te voy a dejar después de que te acomode las


ideas, insolente!17

Yoongi se recostó en el marco de la puerta y les dio una


sonrisa.9

—¿Ya dejaron de ser unos idiotas?29

Jimin asintió y abrazo a Jungkook por la espalda.

—Estamos juntos otra vez.

Taehyung agrandó los ojos al ver la mordida en el cuello de


Jimin.

—¡No sólo están juntos! ¡También te marco!17

Jimin se sonrojo.

—Si.

Ambos hermanos soltaron un chillido que dejó sordos a los


alfas.23

—¡Al fin!
—¡Sagrada sea la luna!—Agrego el abuelo Min con los
brazos en el aire a lo que todos rieron.23

Junghyun abrazó a su hermano y luego levantó en el aire a


Jimin.4

—¿Entonces esta cosita hermosa vuelve a ser mi cuñado?26

Jungkook le gruñó.

—Suéltalo.16

—Si, muy bonito todo. —Se burló Junghyun.—Pero ya quiero


ver cuando se lo digas a mamá. ¡Eso no me lo pierdo por
nada! —Ante la mirada preocupada de Jimin, le guiñó el
ojo.—Por papá no te preocupes, mi viejo aún te ama.4

—No le hagas caso, Minnie.—Jungkook lo abrazó y le dio un


beso en la cabeza.—Mamá no podrá decir nada. Yo estoy
emparejado contigo y aunque a ella no le parezca la idea, a
mí no me importa. Tendrá que aceptarlo.

—Cuando muera.—Susurró Junghyun entre dientes.27

—Eso no es importante ahora.—El abuelo Min le dio una


mirada sería a su nieto.—¿Cuando hablaras con el padre de
Jimin? Tenemos muchos asuntos que arreglar ahora que se
han emparejado.

—Hablare con él hoy en la tarde. Después de las reuniones.

Tae bufó.

—Dudo que mí padre represente un problema. Con el que


tienes que hablar es con Namjoon.1
—Hablando de ese mocoso...—El abuelo Min golpeó su
bastón contra el suelo.—¿Dónde rayos se metió que no
aparece? ¿Y qué rayos pasó también con Seokjin?34

En ese momento la puerta trasera que daba a la cocina de


la casa se abrió y una pareja con la ropa cubierta de lodo,
el cabello lleno de hojas y ramas y los brazos y rodillas
llenos de raspones, hicieron su entrada despacio, como si
no quisieran que nadie se diera cuenta. Se pararon en seco
cuando se giraron y vieron a toda la familia ahí de pie y con
las cejas alzadas.23

—¿Y a ustedes que mierda les pasó?2

Tae, Jimin y Jin jadearon, llevándose una mano a la boca.

—¡Abuelito!

—¡Abuelito mis pantuflas!—Se giró hacia la pareja.—¿Dónde


se habían metido y por qué regresan en este estado?20

—Es una larga historia.—Murmuro Nam, de mal humor.

—¡Todo empezó porque nos persiguió una ardilla!58

—¡Eso no hubiera pasado si tú no le hubieras quitado su


nuez!—Refunfuñó el alfa, enojado.1

—¡Yo no sabía que era suya! ¡Así recolecto frutos en mi


pueblito! ¡Ya te dije que no era mi intención!—Jin grito por
igual, haciendo un adorable puchero mientras discutía a la
velocidad de la luz.—¡Además bien que te la comiste!65
Namjoon rodó los ojos mientras Jin seguía discutiendo y
moviendo sus brazos y sus ojos se agrandaron, como los de
un adorable ciervo. El alfa frunció el ceño cuando se
percató de la imagen frente a él. La familia sonriendo,
música, comida y el olor de su hermanito Jiminie mezclado
con el de... Jimin lucía una marca en el cuello.88

Su hermanito tenía una mordida en el cuello1

Una marca de emparejamiento.1

Miró al único responsable y gruñó.

—¿Tú le hiciste eso a mi hermanito?19

Jungkook tragó audiblemente.

—Me haré responsable.

—¡Escúchame de una buena vez, Min Jungkook! ¡Si vuelves


a lastimar a mí Jiminie te arrancó la cabeza, me
escuchaste?19

Jin rodó los ojos y le dio un jalón de orejas.1

—Ya deja a mis bebés ser felices. ¿No ves que a los
idiotas les costó darse cuenta de que no pueden vivir el
uno sin el otro?—Jin les sonrió.—¡Estoy tan feliz por
ustedes!18

Todos vieron como Namjoon era sacado de la oreja por Jin


antes de que desatara su furia.5
—¿Sabes abuelo? —Dijo Junghyun —Es una bendición que
nosotros los Min, seamos machos alfas indomables que no
se dejan mangonear por un omega. ¡Si señor!82

En ese mismo momento Jimin soltó un chillido y se llevó la


mano a la boca. Había intentado agarrar otro durazno
directo de la lata y se había cortado el dedo.1

—¡Ay!1

Jungkook le besó la manita de inmediato y empezó a lavar


la herida.

—¿Te pongo una bandita, Minnie?

—¡Me arde!

—Ya está, pero ya no toques nada. Yo terminaré de hacerte


el desayuno. ¿De acuerdo?7

El abuelo Min suspiró y negó con la cabeza.4

—Jungkook tiene mi sangre pero ese alfa Jeon lo echó a


perder.
El sueño de Jungkook
—¡Oh, ven aquí, Jungmin!61

Un pequeño cachorro rubio de cinco años corría gritando


por toda la casa como si estuviera escapando del peligro.
Y es que para el pequeño eso representaba su
tío Junghyun. PELIGRO.36

—¡Te atrapé!

—¡Tío no me aprietes!—Chillo el pequeño cuando el alfa lo


levantó dándole un abrazo de oso. Fue peor cuando
empezó a darle besitos babosos por toda la carita.—
¡Noooo! ¡Me babeas!7

—¡Eres la cosita más hermosa que he visto! —


Junghyun hizo oídos sordos a las protestas del bebé.—Ya,
deja de llorar. ¡Mejor adivina qué tengo en la mano!2

El cachorro hizo un puchero y lo miró con sus increíbles


ojos de ciervo, iguales a los de su papá alfa.12

—¿Caramelos?—Pregunto esperanzado.

—Mmmm...no.

—¡Un cosa brillante!2

—¡Ah! ¿Enserio Yoongi te sigue regalando diamantes?


Eso no me hace lucir bien. Siempre anda de presumido.
¿Quién es tu tío favorito, Jungminnie?72
El cachorro levantó sus brazos y rio feliz.

—¡El tío Hobi!110

—¿Y porque ese alfa dominado te cae mejor que el tío


soltero y guapo de la familia?8

—Es que él me da mis postrecitos.10

—Si sigues comiendo tanto dulce te vas a poner gordo.

—¡Yo no estoy gordo!4

—¡Claro que lo estás!—Junghyun fingió un dolor de


espalda.—¡Ah, pesas tanto que sufro cargandote!

El cachorro le frunció el ceño.

—Entonces ponme en el suelo. ¿No estás siendo algo


tontito, tio Junghyun?3

—Contigo no se puede.—Junghyun le apretó la pequeña


nariz y fingió que se la arrancó.—Antes no tenía nada en la
mano. ¡Pero ahora tengo tu nariz!59

Jungmin agrandó los ojos al punto de llorar cuando se


llevó las manitas a la cara.28

—¡Tío, no!

—¡Tengo tu nariz!

—¡Devuélvemela!—Chillo Jungmin.—¡Tío, dame mi nariz!32

—Mmmm...—El alfa fingió considerarlo.—No.1


El grito del cachorro lo dejó sordo, sin duda había heredado
los pulmones de Jimin.54

—¡Quiero mi naricita de regreso!—Ahora estaba llorando a


mares.—¡Ahhhhh!

Junghyun se estaba riendo de lo lindo hasta que escuchó


la voz enojada del abuelo Min desde el pasillo.39

—¿Quién está molestando a mi cachorro?

Jungmin grito aún más.

—¡Abueloooo!

—¡No, ya está, no llores!—Junghyun fingió que le puso la


nariz de regreso en la carita. Y lo levantó para que se viera
en uno de los espejos del salón.—¡Ahí está, mira que bonito
te ves!10

Jungmin sollozó.

—¡Me la has puesto torcida!215

—¿Qué?

—¡Mi nariz no estaba así!3

—¡Pero si no siquiera te la quité de verdad! ¡Así te la


hicieron tus papás!35

—¡Mis papis me hicieron muy bonito!—Chillo el cachorro.—


¡No metas a mis papis en esto! ¡Abuelo, el
tío Junghyun me enchueco la nariz!46

—¡Por favor, no, Jungmin!


Pero ya era tarde. El abuelo entró al salón y eb cuando el
cachorro lo vió, se retorció hasta que se liberó de sus
brazos y corrió hasta el alfa mayor.

—¡Abuelito Min!

—¿Que te están haciendo, angelito?

Jungmin se chupó un dedo y con la otra mano señaló a su


tío.

—¡El tío Junghyun!1

—¡No sé diga más!110

Junghyun empezó a correr por su vida mientras era


perseguido por el abuelo.17

Jungmin saltaba de alegría desde uno de los sofas,


aplaudiendo.12

—¡Si, con el bastón, abuelito!

84

Jungkook se despertó a media noche y tragó con fuerza. A


su lado, Jimin se acurrucó contra él.64

—¿Minnie?

—¿Mmmm?
—Tuve un sueño muy extraño.

—¿Era una pesadilla?

Jungkook le dio un beso a su omega antes de abrazarlo y


volver a dormir.

—Fue un sueño muy hermoso. —El alfa sonrió.—Ojala se


haga realidad muy pronto.50

Jimin frunció el ceño, malhumorado.

—Ya duérmete, Jungkook.23

—Si, mi amor.
39
Jungkook hizo la pedida de mano oficial de Jimin un día
martes por la mañana. Luego de pasar por pruebas
realmente difíciles, al fin pudo ser capaz de presentarse
frente al padre del omega al que amaba y pedir su mano.
Aunque honestamente, era por mera formalidad porque
como siempre, Jimin ya se había salido con la suya y, sin
importar lo que el Presidente Kim dijera, ahora estaban
emparejados.17

—¿Vas a hablar con papá ahora?—Le preguntó un


emocionado Jimin, mientras bajaba las escaleras para
recibirlo en la mansión. Era temprano, por lo que su omega
tenía el cabello rubio revuelto y estaba en pijama.

—¿Qué haces despierto, Minnie?

—No he podido dormir. ¡Estoy muy emocionado! Le diré a


papá que estás aquí. Te está esperando en su estudio, le
diremos juntos acerca del emparejamiento...1

—Quiero hablar con él en privado.

—¡Pero quiero estar ahí contigo!

—Hay ciertas cosas que prefiero que no escuches.25

—¿Es acerca de la sociedad? Se que papá estará más


interesado en hablar acerca de eso, no va a herir mis
sentimientos. Estoy más acostumbrado de lo que crees.2
—Aun así, no quiero que escuches.1

Jimin hizo un puchero.

—Esta bien, no voy a interferir. ¿Le dirás qué voy a


mudarme contigo?

—Si.

—Tengo medio equipaje listo, no he dormido en toda la


noche preparando mis maletas.5

Jungkook le dio un beso en la frente.

—Te llevaré conmigo en cuanto salga de la oficina de tu


padre, ve a cambiarte.19

La charla que Jungkook tuvo con el Presidente Kim fue


más sencilla de lo que esperaba. El alfa le expreso que
había esperado este compromiso entre los Kim y los Min
desde que Jimin se presentó como omega. A pesar de que
Jimin se lo había advertido, le desconcertó un poco que el
Presidente Kim estuviera más entusiasmado por firmar los
acuerdos entre las empresas, que por asegurarse de que su
hijo menor se uniera a alguien que lo amara. Pero
comprendió que, lastimosamente, el señor Kim era un
hombre que anteponía los negocios a la familia. Así que
Jungkook solo se dedicó a prometerle al señor Kim que
cuidaría de Jimin y luego la conversación giró por completo
a los asuntos financieros.

—Con todo respeto, Presidente Kim...—Lo interrumpió


Jungkook.—Quiero tratar otro asunto importante con usted.
Ahora que Jimin es mi compañero, quiero que viva
conmigo. Me hubiera gustado que estuviéramos casados
antes de marcarlo pero mis planes con Jimin nunca salen
como espero.19

—Ningún plan funciona si mis hijos están implicados. Y eso


incluye a Namjoon.—El alfa suspiró.—Me temo que debo
pedirte discreción en cuanto a este emparejamiento tan
repentino. Mis hijos tienen muy mala reputación y si no
seguimos los protocolos, la imagen de Jimin será dañada
nuevamente.

—Eso es lo último que quiero.—Se apresuró a aclarar


Jungkook.—Pero es mi compañero ahora y estaré a su lado
para protegerlo.

—No creo que sea correcto que vivan juntos aún.17

—Presidente Kim...

La puerta se abrió de improviso y un Jimin descalzo y en


pijama entró con una expresión obstinada. Se había
quedado escuchando detrás de la puerta.45

—Estamos emparejados ahora, una boda no va hacerlo más


oficial de lo que ya es.—Refunfuñó molesto hacia su padre.1

—Debemos guardar las apariencias ante nuestros amigos y


socios. Estás actuando de manera imprudente otra vez. Te
estoy dando una orden, Jimin. Vas a casarte con el alfa,
tendrás toda la vida para estar con él. Un año o dos no hará
la diferencia.20
Jimin abrió la boca.3

—¿Un año o dos?

—Debemos programar tu boda después de la de Taehyung.


Y solo la luna sabe cuándo será eso. Además, estos
matrimonios servirán para mejorar la imagen que se tiene
de ustedes. Debemos hacer las cosas como es debido.5

—¡Pero, papá!

Jungkook se levantó de la silla y extendió un brazo bajo el


que su omega se refugio de inmediato.7

—Hace tres años, actuamos de manera imprudente y


cometimos el error de rendirnos con facilidad. —Le sonrió a
Jimin para tranquilizarlo.—Ahora, con todo respeto,
presidente Kim, voy a llevarme a mi omega, porque no hay
otro lugar al que pertenezca, que no sea junto a mí. No
estaba pidiendo su permiso.122

Jimin agrandó los ojos, sorprendido y emocionado. Él


jamás se habría atrevido a imponerse a los órdenes de su
padre, jamás tendría el valor más que para hacer algún
berrinche. Pero su alfa si.2

El viejo alfa soltó una carcajada de gusto. El carácter que


Jungkook demostraba en los asuntos importantes era algo
que lo tenía complacido.1

—¡Pero que insolente! Si eres así de implacable en lo


negocios, llevarás al grupo Min muy lejos, muchacho.7

Jimin miró a su padre con ojos de cachorro.


—Dejame salir de casa con tu permiso, papá. Quiero
empezar mi emparejamiento de la manera correcta. ¿Nos
das tu aprobación, por favor?1

El presidente Kim supo que su pequeño hijo jamás


cambiaría, quizás tomara las cosas con responsabilidad
ahora, pero cuando se encaprichaba con algo, no
descansaba hasta obtenerlo. Siempre quiso que sus hijos
crecieran para ser fuertes y decididos, sin la ayuda de su
compañera, fue realmente difícil criarlos. En especial a
Jimin. Nadie lo sabría nunca, pero ver a su hijo más
pequeño debidamente emparejado y feliz con el alfa al que
amaba, después de todo lo que sufrió, lleno de una inmensa
felicidad al viejo alfa.31

Sin más que decir, el presidente Kim asintió con


resignación.

—Al menos oculta esa marca hasta la boda, Jimin.


Evitemos habladurías innecesarias.1

—¡Gracias, papá!—Jimin no necesitó que se lo dijera dos


veces, sin darle tiempo para decir más, tomó a su alfa y lo
llevó a su habitación para tomar sus maletas y meterlas en
el auto.1

El presidente Kim desvío la mirada hacia el jardín y


contempló los rosales que se mostraban bellos y
orgullosos. Su memoria lo llevó a un tiempo atrás, cuando
su compañera dedicaba sus horas libres al cuidado del
jardín. Podía verla incluso ahora, su pequeña y esbelta
figura inclinada sobre las rosas, su cabello rubio y su
hermoso rostro protegidos bajo un lindo sombrero. Jimin
era la copia de su madre, incluso en el carácter. Una
mezcla de adorable obstinación y encanto.12

—Si soy duro con ellos es porque los amo. No te enfades


mucho conmigo. ¿De acuerdo? Puedes estar tranquila, tus
cachorros pueden ser obstinados y difíciles como tú, pero
estarán bien.82

***

Jimin termino viviendo en un apartamento de dos plantas


en una zona exclusiva. Seguía siendo desconcertante
darse cuenta de que su alfa podía permitirse esos lujos.
Pero fuera de que se vestía mejor, o tuviera mejores cosas
como un lujoso y bonito apartamento o un auto elegante,
seguía siendo el mismo alfa del que se enamoró. La
sencillez y la bondad que habitaban en el corazón de
Jungkook eran algo que el dinero jamás había podido
corromper.8

Jungkook era el ser menos materialista que conocía, fue


asi cuando no tenia prácticamente nada y seguía siendo
así ahora que tenía las manos llenas. Podía ser el camarero
del hotel o uno de los herederos de los Min, ciertamente no
importaba. En su corazón seguía siendo su alfa Jeon
Jungkook. Y Jimin se sentía agradecido de la segunda
oportunidad que la vida les concedió.3
A la mañana siguiente de que su omega se mudó, Jungkook
abrio los ojos para darse cuenta de que Jimin no estaba en
la cama con él. La puerta de la habitación se abrió y su
omega entró cargando, con gran cuidado, una bandeja con
el desayuno. Llevaba puesto el enorme suéter negro que le
habían robado en el club de golf. Su cabello rubio estaba
desordenado y sus mejillas brillantes y rosadas.16

—¿Qué estás haciendo, Minnie?—Jungkook se levantó para


ayudarlo pero el omega lo detuvo.

—Quedate justamente dónde estás.—Con unos cuantos


pasitos cuidadosos más, acomodó la bandeja triunfalmente
en la cama.—Buenos dias, Kookie.1

—Sin duda lo son.—El alfa atrajo a Jimin con cuidado para


no derramar la comida de la bandeja que estaba sobre la
cama, lo acomodo sentado en su regazo. Los brazos y
piernas de Jimin alrededor de su cuerpo.—¿Por qué te
levantaste tan temprano?2

—Quise prepararte el desayuno.2

—¿Y no quemaste la cocina?29

—En el orfanato nos quedamos sin cocinero unas cuantas


semanas y tuve que aprender a cocinar para los cachorros.
Debo agradecerselo a tu madre, sin el libro de cocina que
me dió hace tiempo, jamás lo habría logrado.15

Jimin hablaba con tanta facilidad de lo que había


aprendido, como si hubiese una cosa sencilla, pero el alfa
recordaba al antiguo Jimin, aquel que no movía ni un dedo
y no sintió más que ternura al imaginarserlo batallando con
su torpeza para el cuidado del otras personas. Le acarició
el rostro y lo lleno de besos.9

—Estoy orgulloso de ti, Minnie.5

Estuvieron besándose hasta que el estómago del alfa


protestó y recordaron la comida.

—Prueba los huevos revueltos primero. Tienen trozos de


tocino, me asegure de picarlo bien.—Jimin preparó un
bocado y le dió de comer en la boca.1

Jungkook estuvo encantado, hasta que sintió algo raro en


la textura de los huevos.71

—¿Te gustan?—El alfa asintió.—Prepare más por si tienes


mucha hambre. Aquí, toma otro bocado...¡Oh, una cáscara!
—El omega hizo un puchero mientras sacaba el trozo de
cáscara de los huevos. Lucía realmente fastidiado.—¡Ah,
que molesto! Pero te juro que solo se me fue un pedacito,
ya está.70

Jungkook se dejó alimentar de huevos revueltos extra


crujientes. Jimin lucia tan feliz que no quiso decirle nada. 88

—Aqui, ahora prueba el pan tostado. ¿Te gusta la


mermelada de fresa?

Jungkook mordió la tostada y se contuvo de hacer una


mueca al sentir el sabor terroso y un poco amargo del pan
debajo de lo dulce de la jalea.59
—¿Por cuanto tiempo tostaste el pan, Minnie?—Jungkook
iba a girar el trozo de pan pero Jimin se lo impidió.

—¡No, no le des la vuelta!—Chilló avergonzado, Jungkook


frunció el ceño al ver que el reverso del pan estaba
totalmente quemado.—Es que... se me olvidó que tenía que
sacarlos de la tostadora y se doraron un poquito. Pero sabe
bien, ¿No es cierto?78

—Entonces... ¿Tú le cocinaste a los cachorros mientras


conseguían a alguien más?1

Esos pobres cachorros...125

—Todos los días, para el desayuno y la merienda. —Jimin


se rió.—Y haré lo mismo para ti, voy a prepararnos el
desayuno de ahora en adelante. No vas a comer más que
mi comida.71

Jungkook torció un poco la cabeza. ¿Había escuchado


bien? Dulce luna... Protégeme de cualquier adversidad...30

—No es necesario que lo hagas, Minnie.7

Por favor.2

—Nop. Me encargaré de eso.—Jimin lo interrumpió con un


beso.—¿Sabes, Jungkookie? Yo nunca conocí a mi madre,
pero Namjoon y Tae me contaron como se encargaba de
ellos y de papá. Era una omega muy hogareña. Pero era
socia de papá y maneja sus inversiones. No estaba
sometida por la sociedad o los perjuicios. Nunca comprendí
que está bien preocuparte por tu familia hasta que conocí a
tu madre. Después de que rompimos aprendí a
preocuparme y a cuidar de los demás. Ahora que tengo la
oportunidad te voy a consentir. No porque deba hacerlo, si
no porque quiero.13

—Me empareje contigo para mimarte, Minnie. Eres libre de


hacer lo que quieras. —Jungkook le besó la nariz.3

—Estoy feliz de estar contigo, Jungkookie. Pero no puedo


mentirte, una vez que estemos casados, papá no me dejará
seguir haciéndome cargo de las fundaciones de mamá. Y
eso me duele. En especial por mis cachorros...

—Estoy al tanto de eso. Quería darte la noticia en otro


momento pero no me gusta verte triste.

—¿Qué noticia?

—Tu padre está de acuerdo con que el orfanato pase a


formar parte de las fundaciones del grupo Min. Así cuando
nos casemos, podrás seguir haciéndote cargo de tus
cachorros.8

Jimin sentía que su pecho explotaba de felicidad. ¿Podría


amar más ese hombre?2

—¡Estoy tan enamorado de ti!78

Después de otra ronda de besos, el estómago del omega


protestó.

—Olvide traer un plato para mí, que torpe. Supongo que eso
significa que tendremos que compartir...
—¡No!—Jungkook agrandó los ojos y alejó el cubierto de
Jimin. Al ver el puchero del omega, explicó:—Es que... ¡Es
todo mío! No quiero que pruebes nada.109

—Pensaba que Junghyun exagero al decir que te comiste el


resto de la sopa aquella vez...Esta bien, quédate con el pan
y los huevos, me comeré la fruta.

Al cabo de un rato, Jimin protestó.

—¿Por qué estás comiendo tan despacio?2

—Es que no quiero que se acabe.140

—Te dije que prepararé mucho más y esta en la cocina.


¡Qué tonto eres!—Se rió Jimin.—Anda, come, quiero ver
cómo lo disfrutas.

Jungkook miró su desayuno, luego a Jimin y soltó un grave


suspiro.

—Entonces... ¿Dices que si me acabo esto, hay más en la


cocina?46

—¡Mucho más!3

El alfa tomó su tenedor y siguió masticando mientras los


ojitos de su omega estaban pendientes de sus
movimientos. Jimin se llevó un trozo de melón a la boca.

—¿Dónde quieres que nos casemos, Jungkookie?1

—Siempre pensé en algo pequeño. Amigos y familia. A


menos que tú quieras otra cosa. ¿A ti te gustaría una gran
fiesta?
—¡Oh, no! —Se apresuró a decir Jimin.—He tenido
suficiente de las miradas curiosas por el resto de mi vida.

—Entonces algo pequeño.

Jimin aplaudió emocionado cuando una idea vino a su


mente.—¡Ya tengo el lugar!

—¿Qué se te ocurre?

La sonrisa y los ojos brillantes de Jimin le robaron el alma.1

—Mi casa.43

—¿La cabaña? Pero no está en condiciones para una fiesta,


necesita una remodelación.

—Bueno, en vista de que tendremos que esperar por la


boda de Tae y Hoseok, tenemos tiempo. ¿Tienes los
planos? Tengo algunas ideas de lo que me gustaría
cambiar. Podríamos usarla como nuestra casa de
vacaciones. ¿Tú qué opinas?1

—Cualquier cambio que quieras, lo podemos hacer. Esa


casa es tuya, Minnie. ¿Quieres que nos casemos ahí? Así
será.

Jimin hizo un puchero cuando recordó que tenía que


reclamarle algo a su alfa.1

—Jungkookie. ¿Cuánto más tenemos que esperar? Tú celo


fue hace unos días y ahora que te tengo cerca te
necesito...—Depósito besos en la barbilla de su alfa.—Asi
no es como imaginé que sería el mudarme contigo. Pensé
que... pensé...—Jimin hizo un sonido de fastidio.27

—Aún estas lastimado, no quiero hacerte daño.1

—No lo harás. ¡Además tienes las orejas rojas, Jungkook! Y


sé perfectamente lo que eso significa.45

Jungkook rodó hasta que lo recostó sobre la cama y lo


beso mientras desprendía su aroma. Pero la satisfacción
no duró mucho cuando el alfa le dio un último beso y se
levanto de la cama. Tomó la bandeja con los platos vacíos
y los llevo a la cocina. Cuando volvió se encontró a un
Jimin ceñudo.1

—Termina lo que empezaste o te mandaré a dormir al sofá.


—Lo amenazo Jimin, ordenandole que se acercara con el
dedo.5

—¿Llevas un día aquí y ya me estás sacando de la cama?—


Jungkook negó con la cabeza, pero avanzó hasta tomar
uno de sus pies y arrastrar al omega hasta el borde de la
cama.—¿Así es cómo será nuestro emparejamiento,
Minnie? ¿Tú ordenas y yo obedezco?25

—¿Me quieres?

—Te amo.

—Entonces acéptalo con resignación.70

Con una risa ronca, Jungkook empezó a besarlo. Jimin


soltó un suspiro cuando el alfa le subió el suéter negro
hasta la cintura y sus manos recorrieron perezosamente
sus piernas hasta que las abrió y se acomodó entre ellas.
Los labios de Jungkook recorriendo su cuello y besando
con amor su marca de emparejamiento, le erizaron la piel.
Jimin se quejó un poco cuando el alfa ingreso dos dedos en
su húmeda y dilatada entrada. Estaba listo para recibirlo
nuevamente. Su cuerpo lo ansiaba. Su lobo quería ser
tomado por su alfa otra vez. Pero seguía un poquito
resentido y eso lo incómodo.13

—¿Quieres que bauticemos el apartamento ahora que te


has mudado, Minnie?1

—Pero ve despacito...—Recapacitó Jimin.—Todavía no me


puedo sentar muy bien...65

Se ganó la risa de su alfa en el oído y un buen beso.

—¿Te conformarías con una serie de mimos?

Los mimos de Jungkook eran su segunda cosa favorita en


el mundo, implicaban caricias en sus lugares secretos,
besos ardientes, mordisquitos y suspiros. Cuando las
manos expertas de Jungkook lo acariciaron hasta que
estuvo saciado y acalorado, cerró los ojos para recibir sus
besos. Definitivamente amaba a ese alfa.

Unos días después, mientras acomodaba su ropa junto a la


de Jungkook, por accidente encontró su antigua cámara
acomodada junto a una caja rotulada como "Minnie". Hace
tres años, cuando se conocieron, Jimin tomaba clases de
fotografía, era lo único cierto que le había dicho a
Jungkook en aquellos días. Ahora ya no le interesaba, no
tenía ningún interés que no fuera trabajar en el orfanato. La
cámara que Jungkook tenía en su poder era una que se
había quedado entre todas las cosas que le había dado a
Jin. Jungkook incluso rebeló el rollo y puso en la caja
todas las fotografías. Jimin se sentó y contempló cada una
de ellas. Lo cierto es que nunca tuvo mucho talento, pero
trato de capturar los momentos más valiosos desde su
perspectiva. Tenía fotografías de Namjoon y Tae, Hoseok,
el abuelo Min, y muchas de Jungkook cuando le había
pedido que fuera su modelo. Más tarde, cuando estaban
abrazados en la cama, se animó a preguntarle al respecto.
La respuesta de Jungkook fue simple, pero cargada de
significado.1

—Me negué a buscar información tuya en la prensa o por


internet. Sé que toda esa basura es editada. Las
fotografías en tu cámara, eran como ver tu mundo desde
una perspectiva privada, me dijeron todo lo que necesitaba
saber acerca de ti.9

Jimin se acurrucó hasta que fue arrullado por el aroma a


chocolate y café de su alfa. Agradeciendo una vez más,
esta segunda oportunidad.1

***

Cómo era de esperar, tuvieron una fiesta de compromiso. Y


la hicieron en el hotel de los Kim. Con todas las personas
que asistieron, era claro que estaban en el ojo del huracán.
Los chismes no se hicieron esperar. Unos murmuraban que
Jimin probablemente se había embarazado del nuevo
heredero para asegurar el compromiso. Otros que su padre
lo estaba obligando otra vez. Y que Jungkook era el premio
de consolación ante la perdida del heredero de los Min que
si valía la pena.

Muchas personas se acercaron al joven alfa con malas


intenciones, motivados nada más que por el morbo, y
trataron de averiguar si estaba al tanto de los escándalos
del pequeño Kim. Jimin estaba acostumbrado a ese tipo de
estupideces, pero Jungkook no. Terminó dándole un
puñetazo a otro alfa cuando este se burló de él por
comprometerse con alguien como Jimin.9

—Los omegas Kim te calientan la cama, pero todo el


mundo sabe que tienes que estar idiota para emparejarte
con uno de ellos. ¡Además estaba comprometido con tu
hermano Yoongi!—Se burló uno de los invitados, un alfa
arrogante y presuntuoso, hijo de un socio menor del grupo
Min.—¡Es imposible que no sepas que Jimin le fue infiel y
quedó embarazo! Por eso se canceló el compromiso. ¿O
acaso no te importa?15

Jungkook podía soportar muy bien a toda esa basura


pomposa con la que debía relacionarse, pero existan
límites. Y ese alfa los había cruzado. Lo aferró por el cuello
de la camisa y le dio dos puñetazos limpios que lo
mandaron al suelo.2

—Escúchame, pedazo de basura.—Le gruñó.—Si vuelves a


insultar a mi pareja y la memoria de mi cachorro, me voy a
encargar de que tú y toda tu familia se queden en la calle.
Los demandaré por incumplimiento de contrato y la miseria
que posees no será suficiente para saldar tus deudas. ¿Te
quedó claro?40

El otro alfa se levantó asintiendo y haciendo inclinaciones


a modo de disculpa. Jimin corrió a su lado cuando la
multitud se amontonó para ver el espectáculo.

—¿Jungkookie?

—Odio a toda esta gente, Minnie.54

—La emoción les va a durar hasta que surja un nuevo


escándalo.—Le aseguró mientras se paraba de puntillas
para besarlo.—No les prestes atención.

—Pasaste por peores situaciones tú solo, Minnie.


Perdóname por no estar a tu lado para defenderte.

—Estas conmigo ahora. No dejemos que esos estirados se


metan en nuestras vidas. Pero debes aprender a
controlarte cuando te hagan enojar, no dejes que te
arruinen el ánimo. ¿De acuerdo?2

El alfa asíntio. Y sin importarle, bajó la cabeza para besarlo


con ferocidad frente a todos los invitados. Esas muestras
de cariño eran una vergüenza para la gente decente. Uno
debía mostrar su educación conteniendo sus impulsos y no
dejándose llevar en un espectáculo de mal gusto. Pero a
Jimin no le importaba comportarse como toda esa gente
presumida esperaba y a Jungkook, menos.2
—¡Qué vergüenza! Parece que se lo quisiera comer.56

—¡Los omegas Kim siempre han sido unos indecentes!25

Para calmar un poco la situación, el presidente Kim subió


al escenario a dar el anuncio oficial del compromiso. En
donde le daba la bienvenida a Jungkook a la familia y
anunciaba la consolidación de las sociedades. El abuelo
Min también dedicó algunas palabras, aunque su discurso
estuvo enfocado en desearles felicidad. El flash de las
cámaras casi dejó ciego a Jungkook, que se sintió
abrumado.

Una de las peores cosas de ser miembro de una familia


como los Min, era la atención pública. Jungkook jamás se
acostumbraría a y siempre lo odiaría, pero en medio del
bullicio y de las preguntas de los reporteros, la pequeña
manita de Jimin se aferró a la suya. Y el alfa supo que todo
estaría bien.2

—¿Te quedarás a mi lado cuando todo esto sea


insoportable, Minnie?—Le susurró mientras lo abrazaba
frente a las cámaras. Su pequeño omega rubio levantó el
rostro para recibir un beso.1

—Mientras nos tengamos el uno al otro todo estará bien,


Jungkookie. Te amo mucho. ¿Lo sabes, verdad?1

La sinceridad de aquellas palabras calentó el corazón de


Jungkook y le dio tranquilidad porque, sumergido en un
mundo en el que no se sentía cómodo, Jimin era y sería
siempre su recompensa y su refugio.
40
Un domingo por la tarde, cuando Hoseok al fin estuvo libre
de sus reuniones, subió a su auto y se dirigió a la agencia
que Tae escogió para organizar su boda. Tenían una cita
con la planeadora y ya iba algo retrasado. Su omega no era
nada paciente y odiaba cuando llegaba tarde. Cuando al fin
llegó al edificio, su omega lo estaba esperando con los
brazos cruzados y el ceño fruncido.13

-¿Por qué demoraste tanto?

-La reunion duro más de lo que esperaba. No quería llegar


tarde-Hoseok le dio un beso.-No te enojes.

-No estoy enojado.3

-¿Y entonces por qué tienes el ceño fruncido?4

-¡No es nada!-Tae le dio la espalda y entró al edificio.-


Vamos, nos esperan. Todavía debemos elegir el pastel, las
invitaciones y las flores.

Tal vez no era que estuviera molesto con él, pero Hoseok
sabía que algo lo había estado molestando desde hace
varios días. Últimamente Tae estaba irritable y un poco
apagado. Incluso su deseo sexual estaba siendo afectado.
No lo había buscado desde que se fijó la fecha para la
boda. Era fácil adivinar que eso lo tenía de mal humor. Pero
esta vez estaba más irritable de lo normal. Así que Hobi
trataba de ser paciente con su pareja, de darle espacio o
consuelo, lo que Tae pidiera.24

Hoseok siguió a su omega hasta la oficina en la que una


omega morena los esperaba. Se presentó como Serena y
les expresó lo emocionada que estaba por organizar una
boda tan importante.13

-Tengo entendido que ya escogieron una fecha.

-Parecía imposible pero así es.-Hobi trataba de tomarse las


cosas con calma.-Tae quiere que nos casemos en
primavera. Mi omega se verá hermoso con una corona de
flores. ¿No crees?19

Tae se sonrojo y bajó la mirada. Eso era otra cosa inusual.


Tae no era tímido en nada. Es más, parecía que le escondía
la mirada.29

-La primavera es una época ideal para una boda. ¿Ya saben
cuántos invitados tendrán?

Tae habló mecánicamente de lo que deseaba para la boda.


Hoseok lo observó, atento a sus gestos y expresiones. Por
un momento, se alivió cuando el ánimo de Tae volvió al
hablar de la decoración y cuando escogieron los anillos.1

-¿Te gustan estos, amorcito?

Tae se probó un anillo de oro blanco con una línea de


diamantes pequeños en el centro.

-¿Ves esto, Hobi?-Le dio una sonrisa presumida.-El anillo


luce mejor porque está en mi mano.5
El alfa soltó una risa y le dio un beso.

-Queremos estos. -Le dijo a la omega y le pasó un papel.-


Pero quiero que el de mi Tae tenga esta inscripción.9

Tae agrandó los ojos, muerto de curiosidad.1

-¿Qué anotaste en ese papel?

-Lo veras el día de nuestra boda.1

-¡Hoseok!

La organizadora leyó el papel y soltó un suspiro.1

-Me encargaré de que este listo.

Tae casi pataleo.

-¡Hobichito!80

Hoseok le dio un beso en la nariz.1

-Ya lo verás. Se un poquito más paciente.

A pesar de los pucheros y los caprichos de Taehyung,


siguieron escogiendo todo lo que querían listo para su
boda. La música, el banquete... Cualquiera que los viera
quedaría encantado. Estaban en desacuerdo por todo y
peleaban por hacer las cosas a su manera, pero eso los
volvía perfectos el uno para el otro. Una pareja
perfectamente equilibrada.4

-De acuerdo, esta es la paleta de colores pastel que


solicitaste para tus invitados, Taeyhung.-La organizadora
dejó frente a la pareja una guía de colores.
-¿Tú qué opinas, Hobi? ¿Salmón o Coral?41

-Prefiero los colores fuertes, esos con actitud. ¿Naranja, tal


vez?

Tae se llevó una mano al corazón y negó con la cabeza, se


giró hacia la planeadora pidiendo una disculpa.5

-Queremos salmón en los listones y rosa pálido para el


resto de la invitación, Serena. Gracias.

-Anotado.-La omega se rió de la reacción de Tae.-¿Les


parece si vamos a la degustación de pasteles?

Cuando llegaron a la sección de repostería, la atención de


Hoseok recayó en una de las exhibiciones en donde un
hermoso pastel de emparejamiento estaba rodeado de
flores de cerezo hechas de azúcar, en cada una de ellas
había un nombre escrito.1

-¿Qué significan?

-¡Oh, esa es una opción realmente adorable!-La Omega


aplaudió.-Como pueden ver el pastel es el centro de la
mesa, representando a los recién emparejados. Pero las
flores alrededor, representan a los cachorros que desean
tener. Se pueden personalizar y agregamos los nombres
que ustedes hayan elegido.4

-Nosotros aún no hemos pensado en...

-¡Oh, enserio!-Tae miró de un solo a su alfa. Hoseok parecía


un niño mientras tomaba una flor en su mano para
examinarla con cuidado.-Tendríamos que pedir tres.
Jungtae, Taeseok, y el de mi cachorrita Jiwoo.58

La omega hizo un sonido de ternura y miró con admiración


a Tae.

-Tu alfa es muy tierno. Sin duda, tendrán una bella familia.
Ahora mismo voy a confirmar su pedido.2

-¡No, espera, ese no es el pastel que yo quiero!-Tae trató en


vano de detener a la omega, pero fue imposible.

Hoseok sonreía alegremente mientras seguia


contemplando los pasteles. Ajeno a la mirada de su omega.

-No creí que lo diría, pero es emocionante planear nuestra


boda. Acerca de la lista de invitados, estaba pensando en
agregar al menos a cincuenta personas más. ¿Tú qué
opinas?

Tae se limpió una lágrima y sin decirle ni una sola palabra,


salió corriendo al baño. Había resistido durante toda la
tarde, pero esto fue demasiado. Se encerró y se deslizó
llorando hacía el piso.38

-No puedo...-Sollozo, casi no podía respirar, sentía que se le


oprimía el pecho. El aire no estaba llegando a sus
pulmones. Estaba teniendo un ataque de pánico. -No puedo
respirar... No lo soporto...14

La presión de los últimos días estaba haciendo estragos en


él. Había tenido confianza en que podría atravesar todo
esto sin problemas. Qué sería valiente y aceptaría su
destino sin luchar. Pero desde que la fecha para la boda se
fijo, para Tae los días empezaron a correr en cuenta
regresiva. Y cada día que pasaba, sentía que la cadena en
su cuello se apretaba. Ahora no podía cancelar el
compromiso, no ahora que Jimin esperaba con ansias su
propia boda con Jungkook.7

Hoseok era un alfa maravilloso y se merecía una pareja que


deseara darle hijos y que le correspondiera. Había tratado
por todos los medios de que Hoseok lo aceptara también,
que comprendiera que nada podría salir bien de este
emparejamiento. Necesitaba que dejara de tener
esperanzas respecto a ellos. Pero nada lograba disuadirlo.
Taehyung ni siquiera compendia porque Hoseok lo amaba
tanto. Eran pareja destinada, pero eso no significaba que
fueran el uno para el otro. Eran tan opuestos que estaba
seguro de que jamás serían felices. Taehyung era un
espíritu libre. Nació para ser independiente. Someterse
ante alguien es algo que jamás haría. Se conocía
perfectamente.21

Y había estado muy bien viviendo con su egoísmo hasta


que Jin le había hecho ver las cosas de otra manera. La
vida lo había bendecido con un par de hermanos
maravillosos, una vida acomodada y un buen alfa a su lado.
Pero lo comprendió demasíado tarde. Las palabras de Jin
no habían llegado a tiempo.1

El omega cargaba sobre sus hombros el peso de la culpa.


Mientras Hoseok le entregaba todo su amor y su cariño,
Tae había sido una criatura traicionera. Y ahora que la
fecha definitiva para unir sus vidas se acercaban, la culpa
lo estaba matando. Hoseok no se merecía un omega que le
había sido infiel. Tae jamás comprendió tanto las palabras
de Jin sobre apreciar a Hobi hasta que estas se asentaron
en su mente para torturarlo.115

-No quiero hacerlo... perdóname Hoseok...-Trato de


controlar el temblor de su cuerpo y su llanto desgarrador,
pero fue imposible-No quiero casarme asi... No te lo
mereces... Lo siento... Perdóname, Hobi...

Tocaron la puerta con fuerza.

-¿Taehyung?-La voz de Hobi atravesó la madera de la


puerta.-¿Qué tienes? ¡Abre la puerta!

-¡Déjame solo, por favor!

-¿Estás llorando?-La voz ansiosa de Hobi le quebró el


corazón.-Abre la puerta, por favor.

Taehyung siguió llorando.

-¡Suficiente! ¡Hazte a un lado, Tae!

Hoseok pateó la puerta hasta que se abrió y en cuanto vió


a su omega hecho un manojo de nervios estuvo a su lado
en menos de un segundo.

-¿Qué pasa, amor? ¿Por qué lloras?3

-Dejame solo...
-¿Te dio un ataque de pánico? ¿Estás nervioso por la
boda?-Hoseok lo abrazó hasta que lo tuvo acomodado
sobre su regazo y tarareo una canción mientras desprendía
su aroma para calmar un poco a Tae.-No llores, todo está
bien. Tranquilo. Te tengo, no tengas miedo.25

-Yo no te merezco, Hobi...-El omega grito llorando.-¡Tú me


vas a odiar!

-Ya tuvimos está conversación antes. Deja de decir este


tipo de cosas.

-¡Hobi...por favor... escúchame! -Tae le aferró el rostro con


desesperación.-Estamos a tiempo de cancelar todo. No
comentamos un error...

-¿Realmente tanto te repugna la idea de ser mi omega?52

Tae rompió en llanto otra vez.

-¡Yo quiero ser el omega que mereces, maldición!1

-Ya lo eres, amor.-Hoseok le dio un beso.-Eres todo lo que


necesito. Sé que estás asustado, pero lo superaremos
juntos. Vamos a ser felices tú y yo. Confía en mí.

Era imposible hablar en este momento. Y lo peor de todo es


que ahí, entre los brazos de Hoseok, el único alfa que
realmente lo había amado, Taehyung comprendió un poco a
su hermano Jimin y su negativa de decirle la verdad a
Jungkook. En cuanto abriera la boca, perdería a Hoseok
para siempre. Porque por mucho amor que le tuviera, jamás
le perdonaría lo que hizo. Y esa era la raíz de su miedo.5
Hace dos años, había sido inmaduro, actuó guiado por su
propio egoísmo, habia encontrado la forma de romper el
compromiso de manera definitiva y actuó sin medir las
consecuencias. Ahora que sentía que no podría vivir sin
Hoseok, se arrepentía a morir de lo que hizo. Su miedo iba
más allá de comprometerse. Ahora se trataba de perder a
Hoseok de manera definitiva.12

Y no estaba listo.

Beso a su alfa pidiendo perdón en silencio mientras las


lágrimas caían por sus mejillas.

-Todo estará bien, ya lo verás.

-Te amo, Hoseok. Tienes que creerme.-Era la primera vez


que lo decía y había sonado con tanta desesperación que
él mismo se asustó.-Te amo, pero tengo miedo de lo que
pasará después...3

-Siempre lo he sabido, mi amor. ¿Si no por qué crees que


me aferro a tí con tanta fuerza?16

El lobo de Tae se retorció aullando.


Sin importar lo que pase, no dejes de amarme, Hoseok... Te
lo suplico.
41
—¿Vienes?—Jungkook se acomodó el abrigo y tomó unos
planos.—Quiero darle a Jimin los planos que Hoseok diseño
para la expansión del dormitorio de los cachorros.12

Yoongi mantuvo una expresión indiferente en el rostro.

—Entraré después. Tengo que hacer una llamada a la


oficina primero.

—De acuerdo, como quieras.

Por mucho que lo intentaran, aún era difícil la relación


entre ambos. Y peor aún hablar despreocupadamente
acerca de Jimin. Yoongi esperaba que Jungkook bajara del
auto sin más. Pero su hermano se quedó en silencio y con
la mirada perdida.

Yoongi no era conocido por ser muy empático, pero se


preocupó.

—¿Algo anda mal?

Jungkook ni siquiera lo miró.

—Minnie quiere tener cachorros.13

—¿Y te parece que soy la persona indicada a la que debías


decirle?—Bufo.18

—Perdona, es que...—Jungkook negó con la cabeza.—


Olvídalo, lo lamento.
Un impulso, que sorprendió al mismo Yoongi, lo hizo
extender el brazo y evitar que Jungkook bajara del auto.
Lucía tan abatido que era imposible ser indiferente.
Además, era su hermano menor. A pesar de las diferencias
entre ambos, estaban esforzándose para fortalecer su
relación.

—Debemos apoyarnos, así funciona esto de ser hermanos.


¿No es así?2

Jungkook le dio una pequeña sonrisa de agradecimiento.

—Odias no ser hijo único.

—Odio más que seas mi hermano.11

Por supuesto, ya nada era enserio.

—¿Han hablado acerca de esto?

—Si, pero es complicado.

Jungkook se frotó la sien y soltó un grave suspiro. Era


sorprendente para Yoongi darse cuenta de que su hermano
era un alfa adulto ahora. En su expresión podía verse tanta
madurez y seriedad que a veces le resultaba difícil
recordar que era su hermano menor. Jungkook se había
convertido en un empresario joven con carácter. Nunca lo
admitiría en voz alta pero estaba orgulloso de lo que había
logrado.1

—No debería decirte esto.—Murmuró Jungkook.—Sé que no


es fácil para ti escucharlo.
—¿Y con quién más vas a hablar? ¿Con el idiota de
Junghyun? Seguramente te soltará alguna estupidez. Y
Hoseok... seguramente le va a preguntar a Taehyung que
consejo puede darte.25

Ambos alfas se rieron sin poder evitarlo.

Jungkook se cruzó de brazos con una expresión de


seriedad mortal.

— Haber perdido a su lobo dejó a mi Minnie estéril. No me


lo dice, pero cuando está con los bebés puedo darme
cuenta de que quiere uno. —Jungkook apretó los puños.—
Me siento tan miserable de no ser capaz de darle lo que
quiere. Y todo es mi culpa.66

Esos dos llevaban viviendo juntos seis meses. Y aunque el


escándalo llovió sobre la familia, poco les importaba.
Estaban demasiado ocupados haciéndose felices el uno al
otro y recuperando el tiempo perdido, como para prestarle
atención al que dirán. Era normal que ahora, con un futuro
juntos por delante, contemplaran la idea de formar una
familia. Y considerando la perdida que sufrieron, Yoongi
comprendía que Jungkook se sintiera impotente y molesto
consigo mismo ante la condición de Jimin. Jungkook le
contó cómo Jimin estaba llevando un tratamiento pero que
este marchaba lentamente y con pocos resultados.

—Lamentarse no soluciona nada.

—Lo sé.—Jungkook bajo la mirada.—Yo quiero tener


cachorros tanto como él y me siento miserable porque
Jimin este sufriendo. Es algo que yo jamás me voy a
perdonar.1

—Lo van a solucionar, Jungkook. Todo estará bien. Solo


deben darse algo de tiempo. Cuando sea el momento
adecuado las cosas se darán por si solas.1

Ambos hermanos se quedaron en silencio. Extrañados ante


la repentina calma que encontraron entre sí.

—¿Te sienta bien escuchar mis problemas de pareja?—


Bromeo Jungkook.

—Como patada en las bolas. —Yoongi le hizo un gesto para


que se apresurara a salir del auto.—Anda, ya sal de aquí.5

Jungkook se rio, aunque un poco desanimado, y salió del


auto.

—Gracias por escucharme, Yoongi.

Cuando Jungkook entró al orfanato, Yoongi murmuró:—De


nada...hermano.55

Aún era difícil decir la palabra, pero algún día sería capaz
de decirla en voz alta.

***1

La pequeña Jia observó fascinada la expresión del alfa


Yoongi. Podía ser pequeña, pero comprendía algunas cosas
y esa mirada era una de ellas. Se parecía mucho a la
mirada que ella tenía al ver que sus hermanitos, los otros
cachorros del orfanato, eran adoptados y ella no. Y en su
pequeño corazón pudo comprender que el alfa estaba triste
mientras sus ojos se posaban en Jiminie y Jungkook,
quienes estaban revisando unos planos de construcción. Lo
que no lograba comprender era por qué.20

—No es bueno dejar que la tristeza llene tu corazón, alfita


Yoonie.1

El alfa pálido le dio una mirada fría.

A todos los cachorros les intimidaba este alfa con su


apariencia sería y feroz. Además su tono de voz tan serio y
un poco grosero, no les agradaba. Muchos preferían
mantenerse alejados de él. Por eso preferían las visitas del
alfita Jungkook y las del alfita Hoseok, quienes eran como
un rayo cálido de protección y amor. Pero no la pequeña
Jia. Ella comparaba al alfita Yoonie con un día invernal.
Quizás tenías que abrigarte por el inmenso frío, pero podías
hacer ángeles de nieve y tomar chocolatito.25

Jia extendió sus pequeños brazos.

—¿Me cargas?1

Yoongi la miró.

—No.62

—Lo entiendo. —La pequeña asintió.—Eres de los que


callan cuando están tristes.1

—¿Quién te dijo que estoy triste?


No le sorprendió el tono cortante.

—Algunas veces yo también me siento triste. En especial


cuando veo a mis hermanitos cuando ser adoptados. Me
siento muy feliz por ellos porque encuentran un hogar. Pero
me pongo triste porque yo no encuentro a mí familia.—La
pequeña de cabello negro sonrió.—Pero sé que la familia
indicada sigue por ahí. Buscándome.60

Yoongi sintió que se le encogió el corazón. Y no era de los


que se conmovían con facilidad. La pequeña Jia seguía
creciendo cada día más. Siempre que la volvía a ver
parecía haber crecido al menos tres centímetros de
estatura. Pero seguía siendo un verdadero encanto. La idea
de los cachorros siempre le agradó únicamente cuando
pensaba en tenerlos con Jimin. Honestamente, los niños no
le gustaban del todo. Pero esa chiquilla en especial tenía
algo que lo hacía sonreír y que su corazón se llenara de
calidez.60

Yoongi sacó una cajita de chocolate de su abrigo. Siempre


que visitaba el orfanato le llevaba cosas a los niños, pero
para Jia llevaba algo especial. A la niña le gustaba el
chocolate con nueces y él se aseguraba de llevarle una
caja de bombones. Siempre.

—Toma, pulgosa. Para que no estés triste.79

La pequeña atrapó los bombones en el aire y gritó de


alegría.
—¡Gracias, alfita Yoonie!—Le tiró miles de besos voladores
antes de salir corriendo y gritarle a sus amigos para
compartir los dulces.20

Yoongi asintió en dirección de Nani cuando la omega se


acercó.4

—Gracias por ser tan considerado con ella.

El alfa era directo.

—¿No hay nadie que quiera adoptar a la pulgosa?—Fruncio


el ceño.—Lleva mucho tiempo aquí.

—Si lo hay.—Nani se lamentó.—Sin ir tan lejos, Jimin ha


querido adoptarla muchas veces, incluso su alfa Jungkook,
hizo una solicitud.1

—¿Y fueron rechazados?

Honestamente, lo dudaba. Su hermano y Jimin serían los


candidatos perfectos.1

—En realidad, son buenos candidatos. El problema es Jia.


Nuestra pequeña rechaza a cualquiera que tenga
intenciones de adoptarla. Dice que está esperando a que
su familia venga por ella. Nadie sabe a qué se refiere y
tampoco lo quiere explicar.35

Yoongi frunció el ceño al ver como la pequeña casi se


quedaba sin chocolates mientras los repartía,
asegurándose de que todos los cachorros tuvieran un
bombón.8
El corazón se le estrujó y antes de que pudiera darse
cuenta, se encontraba preguntando;—¿Y cuáles son los
requisitos para solicitar una adopción?94

Yoongi necesita alguien a quien amar. Y la pequeña Jia una


familia. El amor no siempre lo encuentras en una pareja. Es
un sentimiento que está en todos lados. A veces solo
necesitamos a un amigo, un hermano o un pequeño ser que
necesite de tu protección y que saque a la luz la mejor
versión de tí.
42
Jin encontró al presidente Kim en el jardín, contemplando
los rosales. La brisa de la tarde era fresca y tranquila, el
cielo estaba despejado y la tranquilidad que se respiraba
en la mansión eran sumamente agradables.9

-¡Es hora de sus medicinas, Presidente!1

El alfa le sonrió mientras Jin le servía un vaso de agua y le


pasaba sus frascos de pastillas.

-Recuerde que debe tomarlas a la hora exacta todos los


días. Así su presión se mantendrá estable.

-No importa cuantos medicamentos me receten. Este


corazón fallará otra vez algún día.-El alfa le sonrió a Jin.-
¿Qué haces en casa? ¿Por qué no estás de compras con
Taehyung?

-Tenia una cita con Hoseok y la planeadora de bodas. -


Explico Jin.-Además, quería aprovechar para agradecerle
su hospitalidad durante estos meses, Presidente.

Eso tomó por sorpresa al alfa.

-¿Te irás?

-Vine a pasar unas vacaciones con mis primos pero terminé


abusando de la hospitalidad de su familia. Es hora de que
vuelva a casa.5
-No has abusado de nada.-El alfa le señalo la silla a su
lado.-Acompáñame un rato.

Jin se sentó y disfrutó de la vista del precioso jardín que


tenía enfrente. Un basto terreno de rosas de distintos
colores, fuentes y árboles.

-Debo admitir que los amigos de Tae y Jimin nunca me han


agradado.-Dijo el señor Kim.-Pero me llevé una grata
sorpresa contigo, Seokjin.1

Jin se sonrojo.

-Conocí a Jimin cuando su relación con Jungkook empezó y


llevo aún menos tiempo de conocer a Tae. Pero les tengo
mucho cariño. Son como mis hermanos menores.

-A lo largo de los años muchos han querido aprovecharse


de mis hijos. Por las razones que sean, son un blanco fácil
porque confían mucho en los demás. He visto que mis hijos
te han comprado cosas y que te han llevado a finos
restaurantes y clubs exclusivos. Cosas que en tu
condición, no te puedes permitir.

Jin se alarmó al comprender que el Presidente lo miraba


como un aprovechado.1

-¡Jamás a sido esa mi intención!

-Dejame terminar.-Lo reprendió el alfa.-Tambien me he


percatado de todo lo que has hecho por ellos en estos
meses. Les abriste los ojos para que tuvieran un poco de
sentido común. No sé cómo lo has hecho, pero incluso Tae
ha estado más tranquilo con tu presencia. Gracias por eso.

Jin no sabía exactamente como reaccionar.

-Presidente Kim...

-Además estoy muy complacido con tu manera de


cuidarme. -El viejo alfa bromeó un poco.-Debería despedir a
mis enfermeras y contratarte a ti.

-El sueldo no me vendría mal.19

-Me alegra que mis hijos hayan tenido la oportunidad de


conocerte. Las personas humildes como tú por muy poco
mundo que conozcan aún pueden enseñarte una o dos
cosas acerca de apreciar la vida.6

Jin ya no estaba tan seguro de si debía mantener la


sonrisa.1

-¿Se supone que es un cumplido?

-Es un recordatorio.-El presidente Kim lo miro


directamente.-He notado que mi hijo tiene cierto interés
por ti.3

Jin se sonrojo.

-No hay nada entre Namjoon y yo.

-Y nunca lo habrá. Puedo tolerar muy bien tú amistad con


Taehyung y Jimin porque no representas un peligro para
ellos. Los cuidas tan bien que podrías ser una niñera. Pero
con Namjoon las cosas son diferentes. Él es un alfa joven,
un muy buen partido para cualquiera. Y tú eres un omega
muy hermoso. No es extraño que hayas llamado su
atención. Pero como bien sabes, mi hijo tiene obligaciones
que cumplir y tu no formas parte de esos planes. Es algo
que nunca podrás hacer.95

-Si está insinuando que yo...-Jin fue interrumpido.

-Solo estoy siendo honesto contigo porque te he tomado


aprecio. Una relación entre ustedes es una empresa
destinada al fracaso. Tal vez piensas que Namjoon es
distinto a sus hermanos, pero mi hijo tambien busca
entretenciones. Y eso es lo unico que eres y serás para él,
Seokjin.71

Jin estaba ofendido más allá de lo que podría expresar con


palabras, pero su rostro era un poema en el que el
protagonista era la furia y la indignación.

-Ahora sé porque Jimin y Tae están tan destrozados. Usted


solo ve a sus hijos como el medio para llegar a un fin.
¿Alguna vez se ha detenido a pensar en que sus hijos
necesitan algo más que un futuro asegurado?1

-Quiero lo mejor para mis hijos y aún más para mí heredero.


Y te aseguro Seokjin que no eres tu. ¿Cómo podrías estar
al lado de Namjoon? Es ridículo. Tienes un enorme corazón,
pero no es suficiente.6

-No debe procurarse por nada de eso. Estoy yéndome


mañana temprano. Y puedo asegurar que aunque fuese
posible, jamás habría algo entre su hijo y yo. -Jin se rehusó
a dejarle ver al presidente que lo había herido.-No soy
digno de su hijo pero le aseguro que Namjoon tampoco es
digno de mí. Cuidese, Presidente Kim. Y gracias por su
hospitalidad.53

Jin hizo una breve reverencia y entró a la mansión, directo


a la habitación de invitados, para terminar de hacer sus
maletas. Las manos le temblaban de la cólera.

Cuando Tae se enteró de que se iría se puso a llorar y lo


abrazó al menos por tres horas. Y cuando Jin metía algo a
su maleta, Tae lo volvía a sacar.50

-¡No quiero que te vayas!

Jin sonrió.

-¡No puedo quedarme en este lugar para siempre! Yo


también tengo mi casa. ¿Sabes?

-¡Pero Jinnie!-Tae hizo un puchero y se cruzó de brazos.-


¡Aún nos hace falta mucho por hacer! No hemos podido
hacer todas las cosas divertidas que planee porque tú
querías que me comportara. ¡No es justo que te quieras ir!

-Tuviste el privilegio de mi compañía por bastante tiempo,


eso debe bastarte.

Tae lucia realmente triste y al borde de las lágrimas.1

-Jimin se fue. Y ahora tu también te vas.-Las lágrimas


cayeron de sus ojos.-No me dejes solo, Jin. No ahora
cuando al fin encontré a un amigo sincero. ¡Yo te necesito!
23
-No, Tae no llores.-Jin empezó a llorar con él.-Todo estará
bien.2

Jin abrazó a Tae y le brindó consuelo mientras lloraba y le


pedía que no se fuera y lo dejara solo. Tae estaba teniendo
una verdadera crisis con todo el asunto de la boda. Era
demasiada presión. Se estaba muriendo lentamente en el
interior.

-Ya, Taehyung.-Jin lo abrazó y le revolvió el cabello.-Vas a


estar bien. Tienes todo para ser feliz. Hermanos que te
aman, un alfa que te adora y lo más importante; mi
invaluable amistad. Y esa es para siempre.

-¿Lo prometes? ¿Prometes que seguirás estando para mí si


te necesito?

-Lo prometo.

-Voy a comprarte un teléfono y haremos videollamadas a


diario. Es más ¡Te voy a llevar de compras antes de que te
vayas!-El omega sonrió y se limpió las lágrimas. Tenía la
cara hinchada y roja, pero a pesar de los sollozos dijo;-
¡Vamos Jinnie, las tiendas nos esperan! Quiero que te
lleves muchos recuerdos para que no te olvides de mi.3

Antes había estado emocionado de vivir por un tiempo la


vida de los ricos. Pero ahora comprendía que tener dinero
no significaba que realmente lo tuvieras todo. Le dolía el
corazón por Tae y sobretodo por Namjoon, quienes aún
seguían bajo las órdenes y expectativas del alfa Kim.
***

Esa misma noche cuando Namjoon llegó a la mansión se


sorprendió al ver la enorme cantidad de bolsas que estaban
siendo subidas a los dormitorios.

-¿Qué rayos está pasando?

Una de las mucamas de encogió de hombros.

-El amo Taehyung fue de compras.3

Namjoon negó con la cabeza y se frotó la sien.

-Eso lo explica. ¿Cuál fue el motivo esta vez? ¿Estaba


deprimido?

-Lo único que sé es que fueron de compras porque el amo


Seokjin se va mañana temprano.38

Eso dejó helado al alfa.

-¿Se va?

La mucama asintió.

-Estas bolsas están siendo llevadas a la habitación del amo


Seokjin por orden del amo Taehyung. Estamos empacando
sus maletas.

Namjoon subió corriendo y se dirigió a la habitación del


omega y efectivamente Jin estaba haciendo el equipaje.

-¿Es cierto, entonces? ¿Te vas a ir?1

Tae soltó un bufido.


-No hay manera de convencerlo para que se quede. Yo ya lo
intente.

-Jungkook irá a la aldea para darle la noticia a la familia


del emparejamiento y aprovecharé para volver a casa. Ya
estuve lejos mucho tiempo.3

Namjoon apretó los puños.

-Si, claro, debes estar ansioso por volver a tu hogar.

Jin asintió.

-Extraño mucho mi pueblito. -Por un momento Namjoon


creyó ver que los ojos de Jin brillaron con tristeza. Pero el
sentimiento fue tan efímero que no lo pudo asegurar.-Allá
la vida es más sencilla.11

Namjoon quería gritar pero de dio cuenta de que no tenía


nada que decir.-Hasta mañana entonces. Te veo en el
desayuno.7

-Probablemente me habré ido para entonces.

-¿Enserio?-Namjoon sonó desconsolado.- Entonces espero


que hayas disfrutado tu estancia con nosotros. Puedes
volver cuando quieras. ¿Lo sabes, verdad?

-Gracias.

Sin más que decir, Namjoon salio de la habitación


sintiéndose desconsolado. Y con el único pensamiento de
que había desperdiciado todo este tiempo.8
El sentimiento lo acompañó hasta que eran pasado de las
dos de la mañana. No había podido dormir porque tenía el
corazón acelerado y no dejaba de apretar los puños. La
partida del Omega lo tomó desprevenido y para un alfa
como él, al que le gustaba tener todo preparado, este
repentino adiós no le sentó bien.1

Unos pasos y el sonido de maletas siendo arrastradas en el


pasillo lo pusieron en alerta. Sin darse ni un segundo para
pensar las cosas, sacó una cajita de su mesa de noche y
corrió hacia el exterior de la mansión en donde Sunying
estaba ayudando a Jin a meter las maletas a la cajuela.

-¡Jin, espera!

El omega giro en su dirección y Namjoon se percató de que


tenía los ojos hinchados. ¿Había estado llorando?1

-¡Oh, Namjoon!-El omega sonrió pero la sonrisa lucia


forzada.-¿Vienes a despedirme?

-Ah, esto... Yo...-Namjoon se rasco la cabeza, sintiéndose


algo estúpido.-Si, quería desearte un feliz viaje.

-Oh, gracias.

Sunying cerro la cajuela del auto.

-Estamos listos para irnos, amo Seokjin.

Jin asintió hacia el anciano cuando este le abrió la puerta


del auto.

-Entonces... adiós, Kim Namjoon.8


Namjoon lo sujeto por la muñeca.1

-¿Nos das unos minutos, Sunying?

-Por supuesto.

Ya solos, Namjoon le extendió una caja blanca a Jin.

-Sé por mis hermanos que te gustan las cosas como estas.
Es un reloj con incrustaciones de diamantes.

Jin abrió la caja y se quedó con la boca abierta.

-No puedo aceptar esto.16

-¿Por qué?

-No quiero que me regales cosas. No lo niego, me gustan


las cosas que no puedo comprar, pero tengo que ser
realista y aceptar que no me las puedo permitir.1

-Ayer aceptaste lo que Tae compró para ti.

-Lo acepté porque comprarme cosas lo hizo feliz y solo así


logré que dejara de llorar. Ya no me gustan este tipo de
cosas. Devuelvelo a la tienda.

-No puedo.

-Te lo agradezco, pero no voy a aceptarlo.-Jin quiso


devolverle la caja con el reloj pero Namjoon no la recibió.-
Tómalo, por favor.

-Ese reloj era de mi mamá.56

Jin agrandó los ojos.


-¡Con más razón no puedo aceptarlo!

-No te lo estoy dando por vanidad. Es como


agradecimiento. Has sido el único amigo sincero que mis
hermanos han tenido nunca. Además me dí cuenta de que
durante el tiempo que estuviste aquí cuidaste de la salud
de mi padre y de la casa. -Namjoon sonrió con ternura.-Le
devolviste la vida a nuestra casa, al menos por un tiempo.
Y te lo agradezco.6

-No fue para tanto.

-Mi familia es lo más valioso y que me hayas ayudado a


cuidar de ellos lo fue todo para mí. Quiero que tengas el
reloj de mamá como una muestra de lo agradecido que
estoy contigo.

-Namjoon...

-Rechazaste mi invitación para ir a navegar en el yate y me


ataste a la silla durante el desayuno para que no matara a
Jungkook. Me lo debes. Y no olvidemos lo que pasó en el
club. Por tu culpa ahora cada vez que veo una ardilla quiero
salir corriendo.11

-No me gustan los presumidos y tenía que enseñarte que


lucirte no iba a funcionar. Tampoco podía dejar que
mataras a mí primo.

-¿Y el incidente con la ardilla en el club?

-¡Esa fue culpa tuya! ¿Nunca vas a dejarme olvidarlo,


verdad?
Namjoon se rió.

-Anda, acéptalo.

Jin suspiró y asintió.

-No lo merezco pero voy a cuidarlo muy bien. Gracias,


Nam.1

Jin estuvo a punto de subir al auto, pero antes de que


tuviera tiempo para arrepentirse, Namjoon lo tomó entre
sus brazos.

-No puedo dejarte ir, no así.

-¿Ah... Qué?26

El alfa acunó entre sus manos el hermoso rostro de Jin y


capturó sus labios en un beso que los hizo suspirar. Sus
lobos se sintieron atraídos inmediatamente. Un
sentimiento tan puro y fuerte, un llamado de dos almas
destinadas. Una verdad desgarradora que fue descubierta
para ambos.62

Jin le empujó y se llevó la mano a los labios con la


respiración agitada.

-Es mejor que me vaya.

-¿Lo pudiste sentir también, verdad?

Los ojos de Jin se llenaron de lágrimas.3

-¿Y de que sirve si lo nuestro nunca será posible?26


-Jin...-Namjoon entró en estado de desesperación.-No
tuvimos suficiente tiempo juntos. Por favor no te vayas, no
ahora. ¡Fui tan estúpido, maldición!3

-Adios, Kim Namjoon.8

Jin subió al auto con rapidez, huyendo.

El anciano Sunying lo miró a través del espejo.

-¿Está listo, joven?

-Si, sácame de aquí.

Namjoon intentó abrir la puerta del auto mientras gritaba y


golpeaba la ventana.3

-¡Seokjin, no te vayas! ¡Espera! ¡Seokjin!64

Jin mantuvo la vista sobre su regazo hasta que salieron de


la mansión y las puertas se cerraron detrás del auto. Las
puertas de un mundo al que jamás iba a pertenecer.

Sacó el reloj rosa pálido de la caja y lo apretó entre sus


manos.

Sunying, con el corazón estrujado, subió el vidrio templado


que separaba la cabina del auto para darle privacidad al
ver que el omega empezó a llorar. Era un noble hábito que
aprendió con los años con los omegas Kim. A quienes no
les gustaba llorar frente a nadie.25

Jin se rindió cuando el anciano le dio privacidad y lloró


porque de todas las cosas finas y bonitas que siempre
deseó y no podía tener, nada le había dolido más que saber
que Namjoon era más de lo que él se atrevía a desear.

-Nunca debí venir...

Había encontrado a su pareja destinada en un mundo al


que jamás pertenecería. Los ricos parecían tenerlo todo,
cuando lo cierto es que no tenían nada. No eran dueños ni
siquiera de sus propias vidas.
Penúltimo
Jimin soltó un quejido y se retorció de placer cuando sintió
el nudo de su alfa expandiéndose en su interior, su
pequeño cuerpo se derritió entre los brazos de su alfa
cuando llegó al orgasmo. Estaba acalorado, las puntas de
sus dedos cosquilleaban y sus piernas parecían de
gelatina.74

-Buenos días, Minnie.3

Jimin cerró los ojos y frotó su pequeña nariz con la de su


alfa mientras éste le apartaba el cabello húmedo del
rostro.

-Buenos días, Jungkookie.-Jimin dejó un reguero de besitos


húmedos sobre la pequeña cicatriz en la mejilla del alfa,
gesto que había tomado por costumbre últimamente, hasta
que el nudo se desinflamó y Jungkook salió de su interior.1

-¿Quieres ducharte conmigo?

El omega negó con la cabeza mientras se envolvía con las


sábanas y giró sobre su estómago.

-¡No, quiero seguir durmiendo!

-Podrás seguir durmiendo en la camioneta. -Jungkook se


inclinó y le dio muchos besos en el oído.-Ven, dúchate
conmigo.2
-Me gusta tu aroma sobre mi piel.

-Aunque tomaras uno y mil baños seguirá estando sobre ti.


Anda, levántate de la cama.2

-Aún es muy temprano para irnos. ¿Acaso no ves que sigue


oscuro?-Jimin frunció el ceño, con fingida preocupación.-
¿Estás seguro de que la alarma no se adelantó?1

Jungkook ya sabía a dónde iba todo esto.

-Estoy muy seguro de que son las cinco de la mañana. Y


también estoy muy seguro de que voy a darte una nalgada
si no te levantas de inmediato.15

Jimin movió el trasero debajo de las sábanas mientras se


cubría por completo con ellas. Un adorable bulto de ternura
y capricho. Jungkook sonrió y le descubrió el rostro.

-No tienes nada de que preocuparte, no necesitas la


aprobación de mi madre. Eres mi omega, le guste o no.

Los ojos de Jimin se pusieron brillosos.

-Destruí la confianza que tus padres me dieron. En especial


tu mamá. No quiero enfrentarme a ella y su rechazo.

-No voy a casa por su aprobación y quiero que eso esté


claro para ti. Voy porque tengo que darle la noticia de
nuestro emparejamiento formalmente. A ella y a papá. Y en
cuanto a lo que pasó entre nosotros...-Jungkook hizo un
sonido de molestia.-no puedo perdonarle que no me dijera
que llamaste.
-Jungkook, eso ya no importa...

-Importa para mí. Ella debió decírmelo de inmediato. Algo


muy grave tendría que estar pasando para que, a pesar de
todo, tuvieras la necesidad de buscarme incluso en la casa
de mis padres.

-Ella no supo por qué llamé.

-¿Le dijiste que era una emergencia? ¿Qué estabas en el


hospital?

-Si, pero no supo que era por nuestro bebé...-Jungkook


negó con la cabeza, desde que volvieron a estar juntos,
Jimin no lo había visto tan molesto.-No sigas molesto con
tu madre, por favor, Jungkookie. Ella tenía sus razones,
solo te estaba protegiendo.

-Es cierto que yo le dije que no quería saber nada de tí,


pero al saber que era una emergencia, debió ponerse en
contacto conmigo inmediatamente.2

Jimin no sabía cómo calmar su enfado. Lo último que


quería era que su alfa discutiera con su madre por él. A la
señora Jeon nunca le agradó por completo la idea de tener
un yerno como Jimin, pero terminó aceptándolo. Ahora, el
omega no estaba tan seguro de que la bienvenida calurosa
de hace tres años se repitiera.

-No tienes por qué ir si no quieres, Minnie. -Jungkook le dio


un beso, para reconfortarlo.-No voy a exponerte a este tipo
de situaciones. Es mejor que le de la noticia a mi madre a
solas.
-No -Jimin se estiró hasta que se acurrucó en los brazos de
su alfa.-Actúe mal, llegué a su casa con mentiras y lastimé
a su hijo. Tengo que pedirle perdón y asegurarle que te
amo y que lo único que quiero es hacerte feliz. Ésta vez,
para siempre.

-Eso ya lo estás haciendo, Minnie.

Jimin se mordió el labio inferior.

-Dime que la has preparado para esta noticia. Si no, se


moriría ahí mismo cuando me vea.

A Jungkook le hizo gracia la expresión ceñuda de su


pareja.

-Si, amor, ya le hablé de ti.

-Apuesto a que no fue una conversación agradable.

Jungkook arrugó la nariz recordando la conversación con


su madre. Sacudió la cabeza, definitivamente seguía algo
sordo por el grito de su madre a través del teléfono.3

Jimin sacó una pierna seductoramente por el marco de la


puerta, el sonido de la ducha complementaba una
invitación tan tentadora.2

-¿Vienes o no?

No se lo tuvo que preguntar dos veces.

-Si, amor.

Jungkook no dejaba de fascinarse con los cambios que


descubría a diario en la personalidad su pequeño omega
con relación al pasado. Jimin era bastante independiente
ahora. Ya no era tan quejoso como antes, si algo no le
gustaba, lo solucionaba por su cuenta sin la ayuda de
nadie. (Aunque muchas veces terminaba metiendo la pata y
el alfa acudía a su rescate) Y no había nada más hermoso
que ver a Jimin alcanzando sus propias metas. Pero
también habían cosas que seguían ahí. Costumbres y una
forma de ser tan marcadas en él que sabía que jamás se
irían.

Ahora que estaban emparejados, Jimin insistió en llevarlo a


todos sus lugares favoritos. Restaurantes, galerías, tiendas
de ropa, y demás lugares a los que siempre había querido ir
con Jungkook pero que no tuvo oportunidad. Y aquí
encontraron sus primeros desacuerdos. Podía pertenecer a
los Min ahora, pero Jungkook no tenía los mismos hábitos y
gustos de los ricos. Mientras a Jimin le encantaba hacer
reservaciones para la cena, Jungkook amaba detenerse en
algún puesto callejero y comprar brochetas de cordero.
Tener citas era armar la tercera guerra mundial porque
jamás estarían de acuerdo. El único lugar sagrado para
ellos era la antigua cafetería que solían frecuentar cuando
se conocieron. Era un lugar sagrado para ambos. Y
trataban de ir al menos una vez cada fin de semana. Otra
cosa que no cambio en Jimin era su amor por si mismo. Y
no en una forma vanidosa y narcisista. A su omega le
gustaba comprar ropa bonita y verse bien. Y le encantaban
aún más que su alfa lo elogiara.5
En una oportunidad Taehyung le dijo que en los pasados
tres años, Jimin se había deprimido tanto que descuidó su
apariencia, junto con el color oscuro de su cabello, se
sumergió en la depresión y era difícil hacerlo salir de casa,
las únicas veces en las que salía era para ir al orfanato.
Estaba triste y decaído todo el tiempo. Y nada había
logrado sacarlo de ese estado. Por eso, Tae y Namjoon se
alegraron cuando la vieja personalidad de Jimin volvió,
aunque solo fuera debido al enojo que sintió por verlo otra
vez.1

-Lo único que mi hermanito necesitaba para sanar era


tenerte a su lado.-Tae le había dado una mirada mortal.-Así
que cuida a mi pequeño Jiminie o le diré a Nam que esté
listo para darte una paliza. ¡Y sabes que lo va a disfrutar!4

Por eso, ver a Jimin alegre y feliz, con sus pequeños


pucheros y caprichos, era una bendición. Y Jungkook le
hacía saber cada vez que podía lo mucho que lo amaba.

-Listo, ya está.

-¡Espera, aún faltan estas, Jungkookie!

Jimin venía arrastrando un pequeño bolso y una enorme


maleta.

-Ya acomodé tres de tus maletas en el auto.-El alfa frunció


el ceño.-¿Qué más piensas llevar? Solo estaremos allá tres
días. Bueno, cuatro, si cuentas el día en auto.

Jimin agrandó los ojos.


-¿Cuatro días?

-¿Quieres dejar algunas cosas...?-Jungkook fue


interrumpido.

-¡Por qué no me lo dijiste antes!-Abrió la boca, indignado.-


¡Voy a necesitar otra maleta!30

Jungkook cerró los ojos y se masajeo la sien cuando Jimin


subió de nuevo al apartamento en busca de solo la luna
sabía que más.1

Si, algunas cosas, nunca cambiarían. Si este viaje se


parecía al anterior, sería muuuuuy largo.

Jimin bajó media hora después con otra maleta, era más
pequeña a lo que el alfa estaba esperando.3

-¿Minnie?

-¿Si?

-Te amo.

Jimin sonrió.

-Y yo a ti.-Le dio un beso.-Pero apresúrate a acomodar mi


maleta, se nos hizo tarde.

-Y no imagino porqué.-Murmuro el alfa entre dientes.1

Jimin se giro en su dirección con las manos en la cintura y


los ojos entrecerrados.1

-¿Qué dijiste?

-Que te amo, otra vez.42


Jimin sonrió mientras el alfa le abría la puerta del auto.+

-Si, eso pensé.


Final
Al igual que la última vez que viajaron por carretera, las
horas pasaron volando. Jimin encendió la música, cantó y
bailó cada una de las canciones. Ambos iban relajados y
felices. A medio día se detuvieron y compraron comida en
una gasolinera. Jimin arrugó la nariz al ver lo que Jungkook
había conseguido para él.22

—¡Ya te dije que no me gustan las brochetas de cordero! —


Se quejó mientras salía del auto y esperaba a su alfa con
los brazos cruzados.5

Jungkook sonrió y le hizo un gesto para que le diera una


mordida.

—Al menos prueba un bocado.

—Es que el aspecto... ¡No, de ningún modo meteré eso a mí


boca!.—Jimin apretó los labios y negó con la cabeza.—¡No
puedo creer que me hayas conseguido algo que sabes que
no me gusta, Jungkook!18

Jungkook se tuvo que reír ante su berrinche.

—Y no puedo creer que pienses que te obligare a comerlo.


—Le dio un beso en la frente mientras lo abrazaba por la
cintura.—Solo venía a decirte que tienen ramen picante y el
pastelito que comiste la última vez. La brocheta es mía.

—¿Y batidos?
—Ya te ordené uno.—Jungkook frunció el ceño.—Eso me
hace pensar... ¿Cuántas veces te sentiste obligado a comer
algo que no te gustaba mientras salías conmigo, Minnie?

—En realidad, no me sentía incómodo por la comida o los


lugares a los que íbamos. La mayoría me encantaron
porque yo jamás había frecuentando esos sitios y no
porque fueran malos. Parques de diversiones, cines, aquél
lugar al que fuimos a bailar y que me encantó, Papá y
Namjoon nunca me dejaron. Era más el miedo a ser
descubierto y de saber que te mentía lo que me tenía
incómodo.1

—Te sentías libre conmigo y eso te gustaba.—Dijo


Jungkook.—Ahora lo comprendo.1

—¿Pero sabes que es lo más bonito, Jungkookie?

—¿Qué?

—Que me sigo sintiendo así contigo.1

—Yo jamás te impondría nada. Y nunca lo haré. Tampoco


espero que te comportes de acuerdo a lo que siempre te
han exigido. No me importa nada de eso. ¿Lo sabes,
verdad?

—Ser nosotros mismos es todo lo que importa.

—Siempre, Minnie. Siempre.60

Tiempo después, quizás alrededor de las cinco de la tarde,


mientras el sol se estaba ocultando, el celular de Jimin
empezó a sonar. La pantalla se iluminó con una fotografía
de Namjoon.

Jimin, quién iba dormido, se despertó ante el sonido.

—Es tu hermano.

—¿Ah, que?—Por unos segundos Jimin se transportó al


pasado y le dio un mini-infarto. Luego se dio una palmada
al reaccionar.—Debo acostumbrarme a que Namjoon ya
sabe que existes.45

Jungkook rodó los ojos mientras Jimin ponía el altavoz.

—¡Hola, Namjoonie!

—Hola, Jiminie.—Namjoon sonaba algo preocupado.—¿Te


molestaría darle el teléfono a Jin? Está ignorando mis
llamadas y dile que no me voy a rendir hasta hablar con él.

Jimin y Jungkook se miraron confundidos.

—¿Por qué tendría que estar con nosotros? —Dijo Jimin.—


Pensé que se iba a quedar hasta que Tae terminara con los
preparativos para la boda.

—¿Qué?—Namjoon también estaba confundido.—¿No iba a


regresar a su pueblo con ustedes?3

—¡Hey, Nam!—Hablo Jungkook.—¿Todo bien? ¿Qué sucede?

Se escuchó un suspiro derrotado.

—Jin tomo sus cosas y se fue esta mañana. Dijo que iba a
regresar a su pueblo contigo. ¿Te importaría mandarme tu
ruta de viaje, Jungkook? Tengo algo importante que hacer.
Cuando la llamada finalizó, Jimin frunció el ceño.

—¿Crees que está pasando algo entre ellos? Sé que a mi


hermano le gusta Jin, pero nunca pensé que se atreviera a
confesar sus sentimientos. Él siempre se aleja de nuestros
amigos. ¿Será posible que Jin sea la excepción?

—No lo sé, las personas pueden sorprenderte.—Jungkook


gruñó.—Pero más le vale a tu hermano no hacerle daño a
Jin o le arranco la cabeza.

Está vez fue el omega quién rodo los ojos.

—¡Alfas! No puedes vivir con ellos y su carácter de las


cavernas.7

Está vez como empezaron el viaje de madrugada, llegaron


al anochecer. Tráfico y letreros iluminados los recibieron
en la carretera cercana al pueblo.

Jimin estaba sorprendido con lo mucho que había


cambiado el paisaje. Recordaba perfectamente que varios
kilómetros antes de llegar a la comunidad, no había más
que bosques a cada lado de la carretera. El pueblo estaba
muy alejado de la civilización. Eran un pequeño paraíso
escondido en medio de la nada al que era difícil acceder.
Pero ahora, podías ver que en los kilómetros cercanos, se
estaban construyendo algunos edificios y gasolineras. Ya
podías encontrar tiendas de comestibles, farmacias y uno
que otro pequeño restaurante.25
—Es impresionante.—Murmuro, maravillado. Jimin miró a
su alfa sonreír con orgullo mientras mantenía sus manos en
el volante y la vista al frente en la carretera.

—Quiero poner al pueblo en el mapa. El abuelo sugirió que


lo primero que debíamos hacer era traer lo más cerca
posible las necesidades básicas de la gente. Cuando era un
cachorro, recuerdo que si me enfermaba, mamá debía ir la
ciudad por medicinas. Pero ahora solo basta con que
salgas del pueblo y encontrarás una farmacia en veinte
minutos. Y otra cosa importante, ahora cuentan con
internet, servicio que por la lejanía del lugar, nadie nos
ofrecía.1

—¿Y lograste todo esto en tres años?

—Es poco a comparación de todo lo que hace falta. Pero mi


gente ya no vivirá aislada de lo que sucede en el mundo,
como nos pasó a nosotros.11

Jimin estiró su manita y acarició la mejilla de su alfa. Otra


cosa, entre las muchas que hacían que amara a Jungkook,
estaba que su alfa no era el prototipo de alfa de alta
sociedad, aquel que se dedica a cuidar de sus empresas e
inversiones para mantener un estatus social. Jungkook era
parte de una gran corporación ahora, y en su mente estaba
que el dinero no te hace mejor persona, sino lo que haces y
a quienes ayudas con el. Sin lugar a dudas, supo escoger
muy bien a su alfa.

—¿Jungkookie?
Jungkook había tomado su manita y depositado un beso en
ella.

—¿Mmm?

—Estoy orgulloso de ti.—Jimin se estiró para darle un beso


en la mejilla.— Siempre lo he estado.6

Detrás de esas palabras había mucho sufrimiento, anhelos


y felicidad implícitos. Jimin estaba orgulloso de aquél
pequeño alfa que supo como ser fuerte y estar junto a su
madre cuando descubrieron la traición del Presidente Min.
Estaba orgulloso de aquél alfa camarero que trabajaba de
noche para pagar sus estudios. Y del alfa que fue capaz de
superar sus heridas y rencores con tal de estar al mismo
nivel del omega al que amaba.

Jungkook había pasado por tanto que verlo tan feliz y


dedicado a lo que hacía era un regalo. Porque si existía
alguien que odiaba ser millonario, ese era Jungkook.

—¿Sigue siendo difícil, Jungkook?

El alfa no necesitaba preguntar a qué se refería. Cómo


había prometido, respondió con honestidad.

—Algunas veces esta vida me resulta asfixiante ser un Min.


Más cuando tengo que tratar con personas intolerantes que
jamás serían capaces de comprender que existe algo más
grande que su egoísmo. Y los viajes, odio estar lejos de
casa por tanto tiempo. Eso sin lugar a dudas es lo peor.
Jimin sabía que Jungkook no le estaba recriminando
absolutamente nada, simplemente estaba siendo fiel a su
promesa de ser siempre honestos el uno con el otro. Pero
le dolía que la única solución que tuvieron para estar
juntos fue someter a Jungkook a algo que odiaba.

—Lo lamento.

—No, Minnie...—El alfa negó con la cabeza al ver la carita


triste de Jimin.—No pienses que soy infeliz. Y menos que
tienes la culpa.

—¿Pero no te molesta, haber tenido que aceptar todo por


mí?

—Fue por ti, en parte. Pero yo era consiente de que pronto


tendrían que aceptar mi lugar como parte de los Min. Por
mamá, por Junghyun, que se negaba a aceptar el apellido
si yo no estaba de acuerdo. Digamos que tú fuiste quién me
dio el valor para hacerlo. Era más una cuestión inevitable.
Fuiste mi fuerza, no mi condena.

—¿Quieres decir que por mí puedes soportarlo?

—Tu haces de mi vida algo hermoso, Minnie.5

Jungkook se preocupó cuando ya no escucho una


respuesta. No podía apartar los ojos de la carretera porque
iba manejando, así que le dio un breve vistazo a su Jimin,
solo para descubrir que estaba llorando.1

—Ay, no...
En medio minuto el alfa detuvo el auto, se quitó el cinturón
de seguridad y estaba abriendo la puerta de Jimin para
arrodillarse frente al Omega y limpiar sus lágrimas.15

—Lo siento, no se...que esta... pasando...—Jimin lloraba


fuerte ahora.—¡Ay, te amo mucho, Jungkook!90

Jungkook sonría mientras limpiaba con besos las lágrimas


de su omega. Poco a poco se tranquilizó hasta que del
llanto solo quedó el rastro de su pequeña nariz roja y los
ojos brillantes.

—¿No te parece que estás muy sensible últimamente,


Minnie?9

—Son los supresores. —Jimin se limpió la nariz con el


pañuelo que Jungkook le dio.—Se supone que deben
controlar los cambios hormonales que tengo porque
recuperé a mi lobo, pero no están funcionando.

Jungkook no estaba tan convencido.

—¿No crees que sea porque tú celo se aproxima?17

—¡No seas tonto!—Ahora Jimin soltó una risita.—El doctor


dijo que falta al menos un año para que mis hormonas se
normalicen y vuelva a atravesar un celo. Mi cuerpo aún no
está listo.

Jungkook torció la cabeza, el no estaba tan convencido


con el diagnóstico del doctor. Cómo el alfa de Jimin podía
detectar los cambios sutiles en el cuerpo de su pareja. Y
sin lugar a dudas, Jimin estaba demasiado sensible a todo.
El aroma dulce de Jimin era un poco más fuerte estos días,
estaba sensible a la temperatura del ambiente, sus
emociones eran un completo descontrol y también estaba
más receptivo a sus caricias.32

—Vamos a tomarlo con calma. ¿De acuerdo?2

Jimin abrazo a su alfa que seguía agachado junto a la


puerta del copiloto. Sonrió cuando sus ojos se encontraron.

—Al fin puedo besarte sin ponerme de puntillas.10

—Y yo sin que me duela el cuello por agacharme.20

Jimin le dio un golpe en la cabeza.

—¡No, ya no quiero que me beses! ¡Aléjate de mí! ¡No,


Jungkook!6

A pesar de las protestas de Jimin, que no eran más como


piquetes de mariposa, el alfa lo beso hasta que Jimin
suspiró entre sus brazos.

—Ya quiero pasar mi celo contigo. —Jimin le mordió el


labio.—¿Vas a complacer todos mis caprichos,
Jungkookie?

Jungkook hizo un sonido de afirmación mientras seguían


besándose.

—Me gusta que me carguen a todos lados y que no me


dejen de abrazar o lloro. Además muerdo si me enfado. Y
no puedo hablar durante mi celo, no sé porque pero no digo
ni una sola palabra. Y tampoco voy a entender nada de lo
que me estés diciendo.—Le advirtió.—¿Aún así me vas a
aguantar?118

—No es la gran cosa, eres así a diario. La única diferencia


es que al fin tendrán algo de paz mis oídos.54

Jimin le hubiera dado otro golpe pero le pareció más


divertido darle el resto de información.

—¡Oh, en eso te equivocas! Tae dice que mis chillidos casi


le reventaron los tímpanos. Y eso que yo solito me
calmaba.—Jimin le dio besos por toda la barbilla, dejando
mordiscos hasta llegar al lóbulo de su oreja.—¿Y ahora te
imaginas cuándo te esté montando? ¡Ya me emocioné!66

Jungkook tragó con fuerza. La piel se le erizó y sin lugar a


dudas la temperatura cambió drásticamente.4

Se aflojó un poco la corbata.

—Y yo.

Con un último beso, Jimin se alejó para acomodarse en su


asiento y ponerse el cinturón de seguridad. Al ver que
Jungkook seguía agachado, sonrió con picardía.

—¿Por qué sigues ahí?

—Dame un momento para recuperarme, Minnie.—Jungkook


escondió el rostro en el regazo del omega, sus orejas
estaban completamente rojas y no hacía falta saber que
tenía un gran problema en los pantalones que le impedía
levantarse.32
La risita burlona de Jimin fue del todo traviesa y
concienzuda.

***

Al igual que hace tres años, Jungkook se detuvo frente a la


entrada de la comunidad, pero ahora habían guardias y una
garita en la que te identificabas antes de ingresar. El
pueblo se estaba convirtiendo en una pequeña ciudad
modernizada.

—¡Bienvenido, joven Jeon!—El guardia le devolvió su


identificación a Jungkook.

Jimin no se perdió la enorme sonrisa de su alfa al ser


llamado por el apellido de su padre. Sin lugar a dudas en
este lugar estaba en casa. Y minutos después estaban de
nuevo aparcando frente a la cabaña de los Jeon. Las luces
estaban encendidas y la casa tenía ese aire a hogar que
Jimin sintió la primera vez que estuvo aquí.1

El corazón se le aceleró cuando vio que la madre de


Jungkook abrió la puerta. Seguía siendo una omega
hermosa. Su cabello negro enmarcaba sus delicados
rasgos y sus delegados brazos se aferraban al chal que
tenía puesto.

—Todo estará bien.1


Jimin se dejó besar por su alfa y aspiró su esencia.
Tranquilizándose.

—¿Estás listo, Minnie?5

Tomó la mano de Jungkook cuando este le abrió la puerta y


lo ayudo a salir del auto.

—Si, pero nunca sueltes mi mano.

—Eso jamás.

Poco a poco, hicieron el recorrido hacia la entrada hasta


que estuvieron frente a la puerta. Ahora que estaban tan
cerca, Jimin pudo ver que la señora Jeon tenía los ojos
hinchados y la nariz roja. Pero el omega no podía decir si
había llorado de la cólera o por tristeza.1

El señor Jeon apareció detrás de su omega y sonrió con


honestidad al ver a Jimin.1

—¿Entonces, al final terminaste aceptando la propuesta de


mi muchacho como te dije que hicieras, cachorro?20

Jungkook les sonrió a sus padres y abrazó a Jimin por la


cintura y, con total orgullo, los volvió a presentar.

—Quiero presentarles a Kim Jimin, su familia tiene


estrechas relaciones comerciales con el grupo Min. Está a
cargo de varias fundaciones que ayudan a cachorros sin
hogar y es, junto a sus hermanos, el heredero del grupo
Kim. Pero sobretodo, es mi omega, el amor y la felicidad de
mi vida. Y me gustaría que le dieran la bienvenida a
nuestra familia.43
Jimin hizo una pequeña reverencia.

—Lamento mucho haber traicionado la confianza que me


dieron en el pasado.—Retorció sus manitas y le temblaba la
voz. —Pero hoy me presento ante ustedes como quién
realmente soy, esperando por una segunda oportunidad
para demostrar que soy digno de su hijo y lo mucho que lo
amo.

La señora Jeon había empezado a llorar a medio discurso y


para cuándo Jimin guardó silencio, lloraban amargamente.1

—¡Le causaste mucho sufrimiento a mi hijo!—Dijo la omega.


—Yo no podía creer que la historia volvía a repetirse. Tenía
que ser un mal sueño...—La señora Jeon se limpió las
lágrimas y trató de contenerse.—No sé que fue lo que te
obligó a mentirle y a jugar de esa manera tan cruel con mi
hijo. Ustedes los ricos siempre toman lo que se les place
sin mirar por el daño que causan. Yo fui engañada una vez
y no podía creer que alguien había jugado así con mi
cachorro, no después de todo lo que ha sufrido.15

Jimin empezó a llorar y Jungkook gruñó.

—Mamá...

—¡Déjame terminar, Jungkook! Estaba realmente molesta


cuando me enteré de todo. Y me moleste aún más cuando
Jungkook me dijo que había regresado contigo, después de
todo lo que le habías hecho.

—Nunca quise lastimarlo...


—Eso es lo que me temía. Todos ustedes solo actúan en
base al egoísmo. No te detuviese a pensar en el daño que
causabas y también resultaste herido. Yo no soy nadie para
juzgarte, Jimin. Pero quiero pedirte dos cosas. La primera
es que prometas que por nada del mundo volverás a
lastimar a mí hijo. Que tratarán de ser felices juntos. Y que
lo ayudarás a soportar sus cargas cuando sean difíciles de
llevar.9

Jimin asintió.

—Lo prometo.

— Ahora...—La omega Jeon sollozó aún más y abrazó a


Jimin con fuerza.—La segunda cosa es que... me perdones
tú a mí por.... por no avisarle a mi hijo que estabas en el
hospital. Me destrozada que... hayas sufrido una perdida
tan grande... Estando solo...—Ahora ambos omegas
lloraban.—Nada debe compararse a la perdida de un hijo...
no quiero imaginar lo mucho que sufriste, cariño...61

—Aún si le hubiera dicho a Jungkook... Ya era tarde.

La omega Jeon negó con la cabeza.

—Pero por entrometerme los malos entendidos entre


ustedes se agravaron.

Jungkook no iba a llorar, pero se sentía orgulloso de su


madre. Al fin había logrado recuperarse del daño que les
habían hecho. De lo contrario, si ella siguiera guardando
rencor, jamás habría perdonado a Jimin. Y estaba orgulloso
de la madre tan maravillosa que le había tocado.
El alfa Jeon quien, siempre fue de corazón blandito, no
pudo contener sus lágrimas y se las limpió.35

—Entonces, si mi vista y no me engaña, ya que mi


muchacho te marcó y mi hembra te aceptó... —El alfa rubio
le dio un abrazo de oso a Jimin.—¡Bienvenido a la familia,
Jeon Jimin!28

La señora Jeon negó con la cabeza.

—¡Mira, otra vez estás abrumando al pobre Jimin!—Lo


regaño.—¡No lo agarres como si fuera un saco de papas!

Cuando Jimin estuvo sobre sus pequeños pies nuevamente,


se aferró a Jungkook. Y un viejo pensamiento lo invadió.

—Al menos no le aullan a la luna.55

Jungkook frunció el ceño.

—¿Qué has dicho, Minnie?

Jimin se rió de sus propios pensamientos.

—Nada, olvídalo.

La señora Jeon abrió la puerta y encabezó la entrada a la


casa.

—Tengo chocolate caliente y bollos recién horneados.


Vamos, hace frío aquí afuera. Y hay mucho de que hablar.2

Llevaron sus maletas a la cabaña y fue una dicha descubrir


que nunca había estado abandonada en lo absoluto.
Jungkook se había encargado de dejar a alguien que le
diera mantenimiento, por lo que todo el lugar estaba limpio
y seguía siendo acogedor. Jimin no podía estar más feliz.
En el pasado no se imaginó que terminaría siendo la
persona que compartía la vida de Jungkook. Era como un
maravilloso sueño que jamás podría alcanzar y por el cual
lloró amargamente durante mucho tiempo.1

Pero esa noche, cuando Jungkook se durmió después de


que hicieran el amor, Jimin miro el anillo en su dedo y
recordó el deseo que le había pedido a la luna hace ya
algún tiempo y se dio cuenta de que si confías lo suficiente
y logras aprender del dolor y de tus errores, quizás la vida
te premie obsequiándote aquello que realmente anhelas.15

—Gracias por dejarme ser la persona que le dará amor y


felicidad.—Susurro Jimin contra su precioso anillo mientras
lloraba de alegría.—Gracias por obsequiarme al alfa… del
que me encapriche.
Epílogo❤️
Algún tiempo en el futuro...47

Cuando atravesó la puerta de la cafetería e hizo sonar la


campanilla, todas las miradas viajaron al apuesto alfa de
abrigo negro que había entrado. El cabello castaño y la
sonrisa de dientes brillantes hicieron suspirar a más de un
omega. Pero solo uno era el afortunado que acaparó su
atención. El alfa no se molestó en quitarse el abrigo, solo
se dirigió emocionado hasta una conocida mesa de la
esquina en donde un omega rubio estaba acomodando sus
bolsas de compras.1

—¡Minnie!—El alfa tomó el pequeño rostro regordete de


Jimin entre sus manos y le dio un beso ansioso. Suspiró al
sentir el sabor dulce de sus labios.—Te extrañé.1

Jimin se levantó para abrazarlo.

—¡Ya estás en casa!

—Si, amor.—Jungkook tuvo cuidado de no presionar mucho


la barriguita de su omega.—¿Cómo están? ¿Has tenido
molestias?132

—Nada fuera de lo normal. Náuseas y dolor de cabeza. Pero


estaba a punto de desesperarme, anoche casi no pude
dormir porque el olor en tu almohada se está
desvaneciendo...—Jimin hizo un puchero.—Ya no voy a
dejar que el abuelo Min te mande de viaje nunca más.1

—Ya no iré si ustedes no me pueden acompañar.—


Jungkook se agachó y le dio un sonoro beso en el vientre
hinchado.—No quiero estar lejos de mis bebés.1

Jimin se cubrió el rostro, avergonzado, cuando las miradas


curiosas se posaron en ellos.1

—¡Basta! ¡Me haces cosquillas!

Jungkook recolectó las bolsas de Jimin y lo ayudo a salir


de la cafetería.4

—¿Qué tanto compraste esta vez?1

—Solo algunos obsequios para Jia. Ella quería unas patines


y calcetas rosas. Se las voy a dar en su fiesta de
cumpleaños.1

—Pensé que Yoongi la había castigado prohibiendo la


fiesta.72

—Todos sabemos que Yoongi hará la fiesta de igual


manera. Nunca le niega nada a Jia si ella llora. Y créeme,
un día antes va a llorar para convencerlo. Mantén tu celular
a mano, te va a llamar para que le ayudes con el castillo
inflable. Te lo aseguro.7

—¿Entonces, patines y calcetas? Me parece que hay


demasiadas bolsas para tan poco.

Jimin se sonrojo.
—Tambien hay algunas cosas para nuestro cachorro.—
Jimin se confeso culpable.—Bueno, hay muchas cosas para
nuestro cachorro, en realidad. ¡Pero no me pude contener!
¡Solo mira estos zapatitos de charol! ¡Están hermosos!31

Jungkook moría de ternura al ver a su omega tan feliz y


emocionado. No como él, que a pesar de estar feliz, sufría
ataques cada vez que algo andaba mal. Jimin estaba
tomando el embarazo con calma, Jungkook... estaba
ansioso y preocupado todo el tiempo. Está vez, se
aseguraría de estar al lado de Jimin todo el tiempo para
cuidarlo y mantenerlo en una burbuja de cristal.7

—Jungkook, tengo un antojo.

—¿Qué es ahora?

—Helado de fresa... ¡No, mejor de vainilla!... ¡No, no, no! ¡Ya


sé! ¡Un cono waffle doble de chocolate y vainilla!1

Con un enorme helado que a penas le cabía en las manos, a


Jimin se le antojó un paseo. Y no había nada a lo que
Jungkook pudiera negarse cuando se lo pedía con
pucheros y abrazando ese adorable bultito que se cargaba
en el vientre.11

—¿Ya estás feliz?

—Mmmm.—Jimin devoraba la cubierta del helado como si


no hubiese un mañana.1

—Despacio, Minnie.

Un trozo de chocolate se le cayó al suelo.11


—¡Ay, no!—Jimin se apresuró a comer pero el helado
terminó manchandole los dedos.—¡Auxilio, Jungkookie!
¡Necesito una servilleta!36

Jungkook sacó un pañuelo de su bolsillo y le limpió las


manos.

—Te dije que se iba a derretir antes de que pudieras


acabartelo.

Jimin sonrió cuando un recuerdo escondido en lo más


profundo de su mente surgió de pronto mientras Jungkook
le ayudaba a limpiarse las manos.23

—Es gracioso. Acabo de recordar algo.—Jimin le dió a


probar del helado.—¿Está rico, verdad?

—Si.—Jungkook aprovecho y le robó un beso.—Nunca había


probado nada más dulce en mi vida.

—¡Tonto!

—¿Qué fue lo que recordaste? ¿Algo bueno?

—Una vez, cuando tenía como seis años tropecé con un


cachorro y le tiré su helado sin querer. Fue para la fiesta de
aniversario del grupo Min. Yo iba corriendo, huyendo de
Nani.—Jimin suspiró.—Me sentí muy mal por él. ¿Sabes?59

Jungkook sintió que el corazón se le salía del pecho


mientras lo escuchaba.14

—Nani me venía persiguiendo y no me fijé por donde iba


hasta que ambos estábamos en el suelo. ¡El otro cachorro
era tan bonito que me cautivó al instante! Y no me gustó
verlo triste cuando le tiré el helado, me sentí muy mal
porque no parecía que pudiera comprarse otro.4

Jungkook tenía cerrada la garganta, su voz se escuchó


más ronca de lo normal.1

—¿Y qué hiciste?

—¿Tú qué crees?—Jimin sonrió como el ángel que era.—


Recuerdo perfectamente que lo arrastré a la cafetería de la
empresa y le conseguí un cono a él y a su mamá. Aunque
yo era pequeño, me dió pesar ver su ropita desgastada. Yo
podía comer cientos de buenos helados al día, pero jamás
olvidaré lo que sentí al ver su enorme sonrisa cuando le
llevo el helado a su madre. Es curioso, ¿Sabes,
Jungkookie? Ahora no recuerdo su rostro, pero jamás
olvidé lo mucho que me reconfortó hacerlo feliz. Ojalá haya
crecido bien y ya no derrame más lágrimas. Y si lo hace,
que sean de felicidad.68

Jungkook recordó todo perfectamente . Conocer a un


pequeño cachorro rubio e intenso, que le regaló un
delicioso helado, era lo único alegre que recordaba de ese
fatídico día hace años.4

—Jamás dejaré de agradecerle al destino que me haya


dado a un ser tan maravilloso como pareja.—Jungkook lo
besó con todo el amor que le tenía.—¿Sabes lo mucho que
te amo, verdad, Minnie?3
—Si, porque yo te amo igual. Y te amaré aún más el día de
mañana. Y lo seguiré haciendo siempre.—Jimin le devolvió
el beso, pero se apartó cuando sintió las lágrimas de su
alfa mojarle el rostro.—¿Por qué lloras?5

Jungkook abrazó a su omega, sus manos rodeando su


vientre abultado, donde su cachorro crecía sano y
protegido, sus sentidos llenándose de la calidez de su
aroma y su corazón rebosante de alegría y
agradecimientos.

Muchas cosas pasaron para que al fin pudieran estar aquí,


juntos y felices contra el mundo. Quizás no todo fuera
sencillo en la vida que les tocó, pero de una cosa estaba
seguro, mientras se tuvieran el uno al otro, no había nada
que juntos no pudieran superar.1

—Es una historia hermosa.—Lo besó una vez más.—No creo


que debas preocuparte por ese cachorro, apuesto a que es
un hombre muy feliz. Inmensamente feliz.160

FIN

EXTRA: ¡A la caza de
conejitos!
Algún día en el futuro...
31
Un alfa bastante molesto miró con seriedad al pequeño
cachorro rubio de cinco años frente a él.

—No lo volveré a decir, es hora de tus lecciones. Obedece.

El cachorro hizo un puchero y empezó a pisotear el suelo


con sus piecitos enfundados en zapatos a la medida que el
abuelo Min le había mandado a hacer.37

—¿Porque tengo que aprender a rastrear conejitos en el


bosque, Papá? ¡No somos salvajes! ¡Además no los voy a
matar! ¡Eso es horripiloso, papá! ¿Acaso no sabes lo
adorables que son? ¡Ellos son mis amigos!—El pequeño
Jungmin terminó su discurso con los brazos cruzados, un
puchero y el ceño fruncido.44

Jungkook se agachó y puso su cabeza entre sus manos.


Llevaban dos horas con la misma discusión. Frente a él
estaba una versión en miniatura de su omega. Vestido con
pequeños pantalones negros, una mini chaqueta verde que
le quedaba enorme, gafas Gucci, y unos adorables
zapatitos que el abuelo Min le había regalado, su hijo era la
viva imagen de Jimin. Ambos rubios, bonitos y
caprichosos.76

—Es necesario que sepas controlar a tu lobo interior, estás


pequeño aún, pero es una parte muy importante de ti. En
especial si resultas ser un alfa. En la ciudad no puedes
practicar por lo que debemos aprovechar que vinimos a ver
tus abuelos.

—¡Yo voy a ser omega, como mi Papito!26


—No es cuestión tuya decir.

—¿Y porqué no?—Jungmin hizo otro puchero.—¡Papi decidió


ser omega y así fue! Y además, yo soy muy sensible y
bonito como para ser un alfa.56

Jungkook soltó un suspiro de cansancio.

—Se acabó.—Cargo a su hijo y lo puso en el límite del


bosque.—Anda, tienes que cambiar a tu forma lobuna.
Luego iremos a dar un paseo.

—¡Pero llovió y el bosque está lleno de lodo! ¡Me voy a


ensuciar mi hermoso pelaje blanquito!—Jungmin no lucía
muy convencido.—Además, no creo que Papi esté de
acuerdo con esto, ya fue hora de mi baño y me puso el
perfumito que el tío Tae me regaló. ¿Estás seguro de que
tienes permiso para meterme entre el lodo, Papá?72

—Si, estoy seguro.

—No te creo. ¡A Papi no le gusta que me ensucie!

—¡Ya basta, Jungmin! Tienes que obedecer.

El cachorro se tiró a llorar a los brazos de su papá alfa.

—¡Me da mucho miedo el bosque!

Jungkook suspiro y cargo a su cachorro, meciendolo y


besando su cabecita rubia hasta que se calmó. Si una cosa
había aprendido en estos años como padre, era tener
paciencia.1
—No debes tener miedo. Yo voy a estar contigo y no dejaré
que nada te pase. ¿Alguna vez te he contado que fuí yo
quién llevo a tu Papi a cazar conejos la primera vez?8

—¿Papi también hace esto?

—Yo le enseñé.

—Esta bien.—Su cachorro se revolvió inquieto hasta que lo


puso en el suelo Se quitó su ropita y la dejó doblada
debajo de un gran pino. Tomó la mano de su papá y lo miró
con ojitos vacilantes y un puchero.—No sueltes mi manita
hasta que me transforme. ¿De acuerdo, Papá?41

—No lo haré, bebé.

Horas después, Jimin regreso a la cabaña con un pequeño


bebé de cabello castaño en brazos. Se detuvo en seco al
ver que el piso de la cocina, los sofás y las escaleras,
estaban cubiertos de lodo.64

—¿Pero que....?

El bebé de tres años en sus brazos chilló con alegría.

—¡Lodito!2

—No, Seokie, ese no es motivo para celebrar.31

Un pequeño cachorro cubierto de lodo y con las nalguitas


rosaditas expuestas, salió corriendo de la cocina y se tiró a
abrazar las piernas de su papá omega.

—¡Papá me llevo a cazar conejos! ¡Y adivina qué! ¡Logré


atrapar tres!
Jimin vio todo rojo al ver el estado de su cachorro. Su
pequeño Jungminnie, la luz de sus ojos, la razón de su
existencia, estaba desnudo y todo rosadito por el frío, su
cabello rubio era un desastre y estaba cubierto de lodo de
la cabeza hasta los pies.7

—¡Jungkook te dije claramente que no te deba permiso


para esto! —Un alfa, bastante molesto, apareció detrás de
su hijo. Llevaba una caja de cartón en los brazos.—¿Qué es
eso?

Jungkook sonrió con ironía.

—¿Quieres contestar a esa pregunta, Jungmin?

El cachorro extendió los brazos hacia el cielo y chilló con


alegría.

—¡Son mis nuevas mascotitas!44

Jimin parpadeó lentamente, reaccionando de a poco a lo


que acababa de escuchar.

—Oh, es justamente lo que estás pensando.—Jungkook


puso a los conejos sobre la mesa de la cocina.—Estos son
los conejos que Jungmin atrapó.

Jimin le revolvió el cabello a su pequeño.

—No puedes tener conejos como mascotas, Jungmin.

Su cachorro frunció el ceño, pensativo. Luego agrandó los


ojos hasta que se convirtieron en dos pozos de agua
cristalina.
—Tienes razón, papito...

—Lo siento, Jungminnie...—Empezo a lamentarse el omega


hasta que su cachorro lo interrumpió.

—¡Voy a darle uno a cada uno de mis primitos!18

—¿Qué? No, eso no es lo que quise decir...

—El mío será el de pelaje blanco...—El pequeño cachorro le


arrebató los conejos a su padre alfa y le enseñó uno a
Seokie.—¿Cuál te gusta, Okie? ¿Creés que a Jia le guste el
de manchitas?1

Seokie agitó sus bracitos y tomó a un conejo de pelaje


marrón mientras Jimin lo mantenía cargado.

—¡Conejo! ¡Mío!

Jungmin salió corriendo libre y feliz al patio, bajo la mirada


de sus padres que no hicieron más que negar con la cabeza
y morirse de ternura.2

—¡Oh, tío Yoonnieeeeeee! ¡Mira lo que tengo para tu


pulgosaaaaa!
EXTRA 2: Los Abuelitos Jeon
La puerta de la cabaña fue abierta de golpe con gran
entusiasmo. Un pequeño cachorro rubio de seis años, entró
igual que un tornado, con la misma energía y velocidad.23

-¡Abuelita Jeooooon!-El pequeño Jungmin no pudo


contenerse y se dejó llevar por sus pequeños pies hacia la
cocina.-¡Vine por todos tus postrecitos! ¡Abuelitaaaaa!9

El cachorro desapareció en la cocina mientras sus padres


iban entrando con más calma.

-Creo que está feliz.

-Al menos uno de mis bebés la pasa bien aquí.-Jungkook


rodeó la cintura de su omega y le dió un beso al sentir que
estaba tenso.-Te amo.

-No empieces, Jungkook.

-¿Yo que estoy haciendo?

-Esa es tu cara de "por favor, no digas nada cuando los


abuelos lo concientan".-Jimin lo miro con acusación. -Te
conozco.

-En primer lugar, no sabía que tenía una expresión para


eso. -Jungkook le dio un toquecito en la nariz. -Y en
segundo, mis padres aman a Jungmin y ese es el roll de los
abuelos, consentir. No podemos hacer nada al respecto.
-Jungmin tiene una rutina en casa, tus padres no respetan
sus horarios...4

-Si, la luna no quiera que interrumpamos su rutina de Yoga


infantil. -Jungkook rodó los ojos.18

-¡Es por su salud!1

-Jungmin ni siquiera entiende lo que la instructora le dice,


le gusta recibir esas lecciones porque lo deja hacer
piruetas y a pararse de cabeza sobre sus manos. Puede
hacer todo eso en el jardín o en algún parque. ¡Yo puedo
enseñarle y no tendrías que pagarme!

-¡Yo sabía que pensabas que era algo estúpido!

-Estúpido, no. Innecesario, sí.2

Los ojos de Jimin empezaron a brillar, una señal inequívoca


de que el lobito blanco estaba a punto de hacer su
aparición.

Jungkook tuvo que reír por la indignación de su omega,


después de algunos años de estar emparejados, el lobo de
su amor ya no le daba miedo. Le dio un beso para calmarlo.

-Solo digo que dejes que lo consientan por unos días. Mis
padres aman a nuestro cachorro y él los ama de vuelta.
Todo estará bien, Minnie.1

Esas sabías palabras eran ya una tradición cuando


llegaban de visita a la casa de los abuelos Jeon. Jungmin
estaba encantado cada vez que eran vacaciones porque
era tiempo de ir a la casita de campo, como le decía a la
cabaña, y pasar tiempo con los abuelos, quienes se
desvivían consintiendo a su nieto. Era irónico que en Jimin,
la señora Jeon no soportaba que el omega fuera un mimado
y caprichoso, pero en su nieto lo adoraba. Todo lo que
Jungmin hacía era celebrado por la abuela. Jimin trataba
de criar a su cachorro como no lo criaron a él, quería
enseñarle a ser responsable y que no podía andar por la
vida esperando a que los demás hicieran todo por el. Jimin
quería que fuera más como Jungkook. Pero nadie en la
familia estaba de su lado y las visitas a la abuela no
ayudaban.3

-Sácame de aquí, Jungkookie.2

-Te amo.

La abuela Jeon llegó a la sala y traía en brazos a un


cachorrito que sostenía una gran galleta con chispas entre
sus manitas. La hora de los dulces había comenzado.

-¡Y luego, el abuelo Min le dió un golpe en la cabeza al tío


Yoonie enfrente de la Pulgosa!-Jungmin levantó los brazos
hacia el cielo, para darle énfasis a su historia.- ¡La pulgosa
y yo nos reímos tanto que nuestra leche con chocolate
salió por nuestras naricitas!53

La abuela Jeon se rio con él.

-Oh, mi bebé.-La Omega lo apretujo hasta que Jungmin


soltó varios chillidos.-¡Cada vez que te veo estás más
grande!
Jungkook le dió un beso en la mejilla a su madre mientras
la omega aún sostenía al cachorro.

-Y aquí está mi otro bebé.-La señora Jeon le sonrió


encantada a su hijo.-Sin lugar a dudas estas cada vez más
guapo. Eres todo un alfa de familia.

-¿Cómo has estado, mamá?

-Oh, ya sabes. El pueblo a estado muy activo en estos


últimos meses. Las fiestas se aproximan y esperamos a los
turistas para fin de mes. -Estaba encantada con los
preparativos.-Escuche que el abuelo se retiró y te dieron el
puesto de Vicepresidente. Felicidades, amor.

-El abuelo no se retiró con buena voluntad. -Interrumpió


Jungmin. -El tío Junghyun dijo que tuvieron que cedarlo
para que entregara el hueso, aunque yo no sé muy bien a
que se refieren.49

Jimin y Jungkook se dieron una palmada en la cabeza.

-No seas así con el abuelo Min, es solo que él ama


trabajar.-Lo regañó la abuela. Luego se dirigió a Jimin.-
¡También estoy feliz de verte, mi cielito! Ven aquí, dame un
abrazo.

Jimin se dejó abrazar por la omega y, para qué negarlo, el


olor a galletas de su suegra siempre le hacía sentir que
estaba en casa.

-Hola, madre.
-Tienes las mejillas muy llenitas, Jimin... ¡Oh, por la luna!
¿Acaso viene otro cachorro en camino y yo no me he
enterado?1

-No, mamá. Jimin no está embarazado.-Jungkook rio como


un idiota.-Pero lo estamos intentando.29

-¡Eso es grandioso!-La omega llenó de besos a Jungmin.-


¿Escuchaste eso, bebé? ¿Te entusiasma tener un
hermanito?

-¿Tendré que compartir mis juguetitos?1

-Habrá suficiente para todos.

-¡Entonces, si!

Jimin iba a aclarar la situación pero justo en ese momento


el Señor Jeon bajo las escaleras, venía con un cinturón de
herramientas en la cintura y unas gafas de seguridad.

-¡Ya te dije que respetes mi espacio, mujer! ¿Dónde están


todas mis herramientas? Quiero construirle a mi nieto una
casa en el árbo... -Se detuvo cuando vio a las visitas. Su
sonrisa resplandecía. El Sr. Jeon era un alfa muy apuesto,
con sus ojos claros y cabello rubio, parecía modelo.
Además, su noble corazón y actitud era la cereza del pastel
que le daba su toque de encanto. -¡Mira, nada más quién
está aquí!10

Jungmin pataleo en los brazos de su abuela y soltó un


chillido de emoción.

-¡Dilo, Abuelito, dilo!1


El alfa cargo a su nieto y lo lleno de besos.

-¡Mi nubecita de algodón! -Le dio un apretón de manos y le


susurro al oído.-Toma, para tus postrecitos.40

Jungmin abrió la palma de su mano y frunció el ceño


decepcionado al ver que su abuelo le había dado solo un
billete.5

-¿Solo esto?36

Jimin empezó a negar con la cabeza.

-Es más que suficiente, dile gracias al Abuelito.

Jungmin agrandó sus ojos e hizo un puchero. Era tan


adorable con sus mejillas regordetas que nadie se le podía
resistir.4

-¡Gracias por mi mesada!

El Sr. Jeon se acomodo a Jungmin bajo el brazo, como su


fuera un bulto y miro a su hijo y a Jimin.

-¿Que fue eso de que tendrán otro cachorro?

Jimin rio nerviosamente y negó con la cabeza.

-En realidad no estamos planeando tener otro cachor...

Jungkook infló el pecho.

-Es que queremos la parejita.59

El alfa Jeon solto una carcajada de gozo y le dio una fuerte


palmada a su hijo en la espalda.
-¡Ese es mi hijo! ¡Todo un semental!40

-Sabes, mi cielito...-Empezo a decir la Señora Jeon,


entusiasmada, hacía Jimin.-Debes prepararte porque todo
se complica cuando llega el segundo cachorro. Tienes que
asegurarte de que Jungmin no se sienta desplazado. Voy a
darte un consejo, cuando Jungkook nació, Junghyun
empezó a mojar la cama en busca de atención. Si te pasa
eso, lo que debes hacer es...22

Jimin fue arrastrado detrás de su suegra mientras la


omega hablaba y hablaba sin parar, dándole consejos para
criar a dos cachorros inquietos cuando ni siquiera habían
hablado con Jungkook seriamente al respecto. Aunque,
ahora, viendo la maravillosa familia que tenía, a su alfa y a
su cachorro, la idea de una pequeñita de cabello negro y
grandes ojos de ciervo, como los de Jungkook, era
tentadora.19

Si, Jimin adoraba el tiempo con los abuelos pero estas


visitas eran una pesadilla.1

Sin importar cuántos años pasaran

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