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-Bloody Park Drog-

¿Qué hubiera pasado si hubiese sido el


hijo de maléfica quien debía secuestrar al
hermoso príncipe Jimin para llevarlo a su
castillo a cumplir el maleficio de su madre?

¿El final tendría acaso un


“Y vivieron felices para siempre”?

~1~
Preludio
— No deberías asustarte. — Se burló cruelmente el chico con
grandes cuernos y maquiavélica sonrisa. — Tu muerte aún le falta
un poco para llegar.

— ¿Q-quién eres? — Preguntó el joven chico que se hallaba


asustado, tomando una canasta llena de fresas en su mano.

Aquella peligrosa persona soltó una escalofriante risa antes de acariciar


su mejilla, entrando en contacto con la suave y blanca piel del hermoso
muchacho.

— Puedes decirme Yoongi. — Sus ojos mostraron diversión. — O el


chico que te llevará directo hacia tu muerte, cualquiera está bien.

Los ojos del campesino se llenaron de miedo y lágrimas, provocando que el


chico con cuernos comenzara a reír incontrolablemente.

— ¿Y te digo qué es lo mejor? ¡Que no habrá ningún príncipe que te


salve a diferencia de los cuentos de hadas!

Se acercó más al joven chico quien trató de retroceder apoyando su


espalda contra el enorme

— Porque en esta historia, princesito. — Sonrió macabramente


tomándolo de la barbilla con fuerza. — No tendrá un final feliz... Y
el único príncipe que tendrás a tu lado, seré yo.

~2~
Capítulo 1
Érase una vez, en una tierra muy lejana, la reina de las tierras sureñas había dado a luz a un
hermoso niño de cabellos dorados como el sol, ojos azules como el mar y labios rosados como el
atardecer.

Todo el pueblo festejaba el nacimiento de su nuevo príncipe y futuro rey, sin sospechar que la
historia no terminaría como muchos pensaban...

La decoración del castillo era impresionante; detalles azules y dorados decoraban las enormes
paredes y suelos al igual que jardines y hasta techos. Los guardias portaban armaduras azul marino
con el logo de un sol en el lado izquierdo, observando en silencio a todas las personas entrar al
castillo con animadas pláticas y sonoras risas.

El día más esperado de todo el reino finalmente había llegado: el príncipe Jimin había nacido, el
heredero al trono, la persona que los gobernaría cuando tuviera la edad suficiente y se haría cargo
del hermoso y armonioso pueblo.

Todos se encontraban formados en la sala del trono, sentados en impecables filas con grandes
sillas. Muchos también se encontraban parados, formando al final una media luna frente al rey y la
reina y una hermosa cuna azul. El rey se levantó cuando las trompetas finalizaron de sonar y las
personas poco a poco fueron calladas.

— Pueblo mío, gente adorada, agradecemos de todo corazón que hayan venido a este día
tan especial donde festejaremos en nacimiento mí hermoso hijo. — Comenzó el rey. — Lo
cuidaremos y criaremos para que, al crecer, sea un excelente gobernante para todos
ustedes. Mi esposa y yo tenemos fe en que será un excelente rey.

Todos aplaudieron, incluyendo la bella esposa del rey quien sonreía enormemente.

— También aprovechamos esta hermosa reunión para informar que finalmente las tierras
del Norte han decidido aliarse con nosotros. Hemos unido en santo matrimonio al hijo del
rey con el nuestro para que nuestros reinos se unan y prosperen juntos.

Muchos comenzaron a aplaudir con euforia mientras que otros se observaban confundidos entre
ellos. ¿Santo matrimonio tan temprano? El hermoso príncipe del sur acababa de nacer hace dos
lunas y ya le habían elegido un esposo.

— Por favor recibamos con grandes aplausos al rey del norte y a su hijo, el príncipe
Jungkook.

~3~
Las puertas se abrieron en un mar de aplausos. Una guardia real roja comenzó a desfilar por la sala
del trono, todos vistiendo despampanantes trajes rojo sangre con detalles dorados. Detrás de toda
la guardia real iba caminando el rey del norte, tomando de la mano a un niño pequeño que no
debería tener más de cuatro años.

Era un niño simplemente precioso. De hebras doradas, hermosos ojos con tonalidades grises y piel
ligeramente morena. Su pequeño cuerpecito iba cubierto por un traje extravagante, sumamente
fino y bien bordado de colores vino y oro. Tenía una apariencia tan frágil y dulce que muchos lo
observaron como una especie de divinidad... el pequeño era sencillamente precioso, divino, un
angelito.

La guardia se dispersó frente a los invitados, dejando que el rey del norte se acercara con su hijo al
rey del sur. Ambos se detuvieron y se inclinaron con elegancia frente a sus anfitriones.

— Mi gran amigo, el rey del norte. — Comenzó el rey del sur con voz suave y cálida. — Es
un verdadero honor tenerte aquí con nosotros en este día tan especial. Tu viaje espero
haya sido de tu agrado.

— Es muy amable de su parte, rey del sur. Fuimos muy bien tratados desde que entramos
a su reino, agradecemos profundamente su hospitalidad. — Contestó el rey del norte.

— Por favor, tomen asiento. — Intervino la reina señalando dos elegantes sillas cerca de la
cuna del bebé. — Nuestros demás invitados no tardan en llegar.

El rey del norte y el príncipe Jungkook se acercaron a la silla, no sin antes detenerse en la cuna del
bebé y observarlo fijamente.

— Es un bello retoño. — Se sinceró el rey del norte. — Será un muchacho muy bello para
mi Jungkook.

— ¿Él será mi esposo, papi? — Preguntó el pequeño parándose de puntitas para ver mejor
a su futura pareja.

— Así es hijo mío. ¿No es hermoso?

El pequeño Jungkook frunció su pequeña nariz mientras observaba al bebé profundamente


dormido en las mantas azules.

— Pero... es un bebé. — Contestó con desagrado.

— Ustedes se casarán cuando el príncipe tenga dieciocho años, no te preocupes hijo mío.
Aún falta mucho antes de eso, ven, vamos a sentarnos.

Jungkook suspiró rendido y se fue a sentar a la elegante silla. Para tener cuatro años él ya sabía
manejarse perfectamente en ámbitos adultos. Había crecido con una educación impecable así que

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jamás tenía problemas con los modales. Aunque era cierto que tendía a decir la verdad con poca
sutileza, seguía siendo un chico sumamente encantador que de grande sería un hermoso
muchacho. Un fuerte, apuesto y encantador príncipe cabalgando hermosos corceles.

— ¡Y ahora presentamos a sus majestades, a los tres brujos de las tierras lejanas! —
Comentó en voz alta un hombre de enorme panza, haciendo sonar después una trompeta.

El príncipe Jungkook balanceó sus pies de adelante hacia atrás esperando ansioso la llegada de los
brujos. Había escuchado muchos rumores de ellos y finalmente podría conocerlos. Sería testigo del
primer acto de magia que vería en su vida.

Las trompetas volvieron a sonar con una orquesta y las puertas fueron abiertas nuevamente. Allí
tres hermosos chicos fueron avanzando, cada uno portando un color diferente.

Del lado derecho se encontraba un hermoso chico vestido de azul. Tenía el cabello negro y ojos
azules. Su piel canela y hermosos rasgos captaron la atención de muchos invitados, [incluyendo al
príncipe Jungkook], quien sonrió al verlo. Su aura traviesa y armoniosa contagió a todos
rápidamente con aquel lindo humo azul brillante que desprendía cada que avanzaba.

En el centro se encontraba un chico de cabello café oscuro y vestimenta verde. Una linda sonrisa
se asomaba en su rostro tranquilo y frágil, un rostro digno de un ángel o un brujo hermoso. El
polvo verde que se desprendía con sus pasos hizo que algunos estornudaran, pero la mayoría
suspiraron sintiendo la tranquilidad tomar posesión de sus cuerpos.

Y finalmente del lado izquierdo estaba un chico vestido de rojo casi rozando el rosa. Su cabello
castaño claro, piel clara y forma tan segura de caminar hizo que Jungkook murmurara
sorprendido. Destellos rojizos con hermosas figuras se desprendían con su avanzar, causando
muchos gritos de exclamación en la multitud.

Finalmente, los tres brujos se detuvieron frente a los reyes, reina, príncipe y recién nacido.
Hicieron una hermosa reverencia y con perfecta sincronía se reincorporaron y sonrieron.

— Es un honor estar aquí para darle la bendición a su hijo. — Habló el brujo de vestimenta
roja. — Mis hermanos y yo haremos nuestro mejor esfuerzo para otorgarle los mejores
dones.

— Todo suyo, adelante por favor. — La reina esbozó una sonrisa.

Entre los tres se observaron y asintieron sonrientes. Se acercaron a la cuna dándoles la espalda a
los invitados y se abrieron en forma de medio círculo.

— Dulce y bello princesito... — Comenzó el chico de vestimenta roja y creando un polvo


del mismo color en sus manos. — Yo, el brujo Jin te concedo el don de la belleza. A donde

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quiera que vayas atraerás miradas, tu belleza será incomparable, tanto exterior como
interior.

El polvo lo dejó caer dulcemente en la cuna, disolviéndose alrededor del bebé quien había
esbozado una pequeña sonrisa. El brujo Jin sonrió y se colocó junto al rey del sur.

— Dulce y bello princesito... — Comenzó ahora el de vestimenta verde. — Yo, el brujo


Hoseok, te concedo el don de una melodiosa voz. Tan pura, suave y armoniosa como las
mismas aves, todos caerán rendidos con la gracia de tu voz y de tu canto, es una promesa.

Creó un polvo color verde pasto que igualmente dejó caer dulcemente en el bebé. Esbozó una
sonrisa y se fue a colocar junto a su hermano Jin.

El último brujo que era el de azul se acercó a la cuna con una suave sonrisa. Extendió sus manos
comenzando a formar un hermoso polvo azul.

— Dulce y bello princesito.... — Susurró enternecido. — Yo, el brujo Taehyung te concedo


el don...

Un fuerte temblor interrumpió el encantamiento y una fuerte ráfaga de viento sacó volando el
polvo que el tercer brujo había comenzado a crear. El brujo se impulsó hacia adelante debido a la
fuerza del viento y las puertas del trono fueron bruscamente abiertas, azotándose contra las
paredes.

Todos los guardias apuntaron con sus armas cuando las velas se apagaron y todo el público
comenzó a murmullar asustado. Jungkook soltó un jadeo de terror al ver una enorme sombra ir
avanzando por el pasillo con un humo verde desagradable detrás. El rey del sur entrecerró sus ojos
con cautela y de un momento a otro, hubo una fuerte explosión color verde.

Todos gritaron asustados.

Cuando el humo se dispersó, dos siluetas estaban frente a ellos. El público ahogó un grito y los
reyes inmediatamente abrieron sus ojos visiblemente asustados.

— Vaya, vaya... — Habló la extraña figura femenina con cuernos, capa negra y cetro de
dragón. — Me temo que he llegado un poco tarde a la celebración.

— Maléfica... — Susurró la reina asustada.

— Oh, lamento haber aparecido así sin avisar. Creo que hubo un error con el correo ya que
no recibí invitación. — Habló con falsa decepción.

— Es porque no te queríamos aquí... — Murmulló molesto Taehyung.

Un silencio de muerte se apoderó de la habitación.

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— ¿No? Es una pena... — Suspiró Maléfica. — Veo que aquí no somos invitados, Yoongi.

Todos los presentes dirigieron la mirada a la larga capa de la tétrica mujer, observando a un chico
de la edad de Jungkook aferrándose a ella y viendo a todos con curiosidad y odio.

Tenía el cabello negro como la noche y ojos verdes sumamente impresionantes, casi gatunos.
Unos pequeños cuernos asomaban por su cabecita, haciendo un curioso contraste con su blanca
piel que parecía la de un vampiro.

Era un chico muy apuesto, pero de apariencia inquietante.

— ¿No nos quieren aquí, mami? — Preguntó el pequeño.

— Parece que no, hijo mío. Vámonos, ya pensaremos en qué hacer... — Comentó Maléfica
avanzando suavemente hacia la salida.

— ¡No, espere! — Llamó la reina haciendo sonreír a Maléfica. — Pueden estar aquí si
gustan... la invitación es para todo el pueblo.

— Oh, qué considerada. — La mujer soltó una fría carcajada. — Pero no querida reina,
tenemos otros planes para este hermoso día. — Sobó el hombro de su pequeño. — Sin
embargo, me gustaría otorgarle también un regalo a su pequeño.

Todos se observaron asustados entre ellos al ver a maléfica y a su hijo irse acercándose a la cuna
del pequeño príncipe. Jungkook observó con miedo al chico de su edad, completamente
desconcertado de los cuernos que brotaban en su cabeza. Por su lado, el chico de blanca piel
dirigió su mirada al apuesto príncipe de su edad e hizo una mueca de desagrado.

— ¿Tú te casarás con este... bebé? — Preguntó Yoongi con una seca carcajada. — Oh, ya
veo. Eres el famoso príncipe del norte, creí que serías más bonito.

— Papi... — Susurró Jungkook tomándolo de la capa asustado y molesto.

— Guarda silencio, Jungkook. — Habló su padre inquieto. — No lo escuches.

Jungkook observó a Yoongi quien soltó una risa mostrando unos pequeños colmillos.

Jungkook tragó saliva pesadamente y bajó inmediatamente la mirada. Maléfica rió con suavidad
sobando la cabeza de su hijo y se acercó a la cuna del bebé que dormía plácidamente.

— Su pequeño crecerá sano y fuerte. — Comenzó Maléfica esbozando una malvada


sonrisa. — Su generosidad y pureza será algo a lo que nadie podrá resistirse, ni el corazón
más cruel.

Todos la observaban inquietos y preocupados.

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— Pero al cumplir los diecinueve años antes de que el sol se ponga... — Maléfica
comenzó a crear un humo verde con rayos que alarmó a los presentes. — Se
pinchará el dedo con una rueca... ¡y morirá!

— ¡NO! — Gritó la reina mientras corría y tomaba al bebé en sus brazos.

Maléfica comenzó a reír en descontrol al ver la agonía de la madre.

— ¡DETENGAN A ESA HECHICERA! — Ordenó el rey señalándola desesperado.

— ¡Atrás inútiles! — Gritó maléfica creando una ráfaga de viento que hizo volar a los
guardias. Soltó otra enorme carcajada y tomando de los hombros a su hijo desapareció en
un segundo sin dejar rastro.

La reina lloraba desconsolada tomando al su bebé en sus brazos. Todos observaban impactados la
escena, sin atrever a moverse y tratando de comprender qué es lo que acababa de pasar.

— Por favor, por favor rompa este hechizo... — Suplicó el rey viendo al último brujo.

— L-lo siento su majestad... l-las maldiciones n-no podemos quebrarlas. — Tartamudeó


Taehyung avergonzado. — L-los hechizos de maléfica s-son muy potentes.

— Estoy seguro que Taehyung encontrará la forma de aliviar un poco la situación, ¿verdad
Tae? — Lo observó Hoseok dulcemente, pero denotando preocupación en sus ojos.

Taehyung asintió sin estar completamente seguro y se acercó a la reina y al príncipe. Soltó un
pequeño suspiro mientras volvía a crear su polvo mágico.

— Dulce y bello princesito... — Comenzó suavemente y con tristeza.

— La maldición que te han otorgado no puede ser quebrada, sin embargo, sí ser
modificada.

Hizo una pequeña pausa donde todos lo observaban ansiosos.

— La muerte no podrá ser eterna para ti dulce príncipe. Sólo el beso de amor verdadero
logrará traerte de la muerte y así quebrar el terrible hechizo que te ha condenado por la
eternidad.

Levitó el polvo azul y lentamente lo dejó caer sobre el pequeño quien finalmente había
despertado y lo observaba con curiosidad.

— No podemos dejar que maléfica lo encuentre antes de sus diecinueve años. — La reina
observó suplicante al rey. — Debemos ocultarlo a toda costa...

El rey del sur observó al rey del norte quien asintió.

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— Debemos cuidar al príncipe sin importar qué. Cuando esté a salvo podremos casarlo con
mi hijo... — Susurró el rey.

El padre del recién nacido observó a los tres brujos.

— ¿Creen poder ayudarnos con esto? — Preguntó con lágrimas brotando de sus ojos.

El brujo Hoseok asintió suavemente.

— Sé exactamente lo que tenemos que hacer, su majestad.


Confíe en nosotros, estará en buenas manos...

~9~
Capítulo 2
Dieciocho años habían transcurrido desde aquella terrible maldición. El príncipe Jimin había sido
oculto en los oscuros bosques bajo el cuidado de los tres brujos, quienes lo criaron como si fuera
su propio hijo.

El pequeño creció sano y fuerte, lejos de cualquier mal y de Maléfica. Cada día se ponía más
hermoso, más encantador e irresistible, la perfección poco a poco se adueñaba de aquel frágil y
espléndido cuerpo mortal.

Sin embargo, conforme el cumpleaños número diecinueve del príncipe se acercaba, la


preocupación en los brujos aumentaba... preocupados de que al último segundo Jimin fuera
arrebatado de sus manos. Sabían que maléfica lo buscaría e iría tras él sin importar qué, así que
debían mantenerlo oculto a toda costa.

Aunque eso implicara ocultarle su verdadera identidad.

— ¡Yoongi!

El estruendoso grito chocó contra las oscuras paredes de aquel tétrico castillo, creando un
profundo eco que a cualquiera le podría erizar la piel.

Un adolescente de hebras negras como la noche y ojos verde esmeralda soltó un gruñido de
molestia. Alzó la vista al techo, viendo el candelabro de calaveras con velas negras que se alzaba
sobre él, moviéndose suavemente debido al estruendoso grito.

— ¡¿Qué?! — Gritó de mala gana mientras aventaba el hueso que tenía en sus manos.

— ¡Ven acá! — Volvió a gritar la voz femenina.

El hueso había caído en una esquina de la habitación, apenas rodó un poco por el suelo, cuando un
dragón negro de ojos rojos y de metro y medio, se habían lanzado sobre él, devorándolo con

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desespero mientras soltaba un gruñido feroz. Hizo crujir el hueso entre sus fauces y luego observó
al chico acostado en la cama una vez que finalizó.

— ¡No me veas así! — Reclamó Yoongi viendo al dragón. — No es mi culpa que comas
demasiado, rayos, apenas tienes seis meses de haber nacido.

El dragón rugió en modo respuesta, soltando unas cuántas chispas por la boca.

— Ni te atrevas. — Amenazó Yoongi. — Que de no ser por mí no tendrías un hogar.


¿Tienes idea de lo difícil que fue convencer a mi madre para que te dejara estar acá?

El dragón pareció resoplar, mostrándose arrepentido.

— Ve a cazar. — Yoongi se levantó de donde estaba. — Yo luego vendré.

— ¡Yoongi! — Volvió a gritar la voz femenina produciendo un eco.

— ¡YA VOY! — Aulló él.

El chico de cabello negro rodó los ojos y chasqueó su lengua contra su paladar. Se sacudió los
pantalones negros, se ajustó su holgada camisa blanca y lentamente salió de su cuarto, subiendo
por unas escaleras en caracol que lucían infinitas.

Una vez que terminó de subirlas todas, comenzó a avanzar con lentitud sobre aquel negro pasillo,
con negras estatuas, negros tapetes, negros cuadros, negras velas, negro techo y negras paredes.
Negro, negro, negro, todo era negro. Lo único que le daba luz era el fuego verde las velas en los
negros candelabros. Negro, negro y más negro.

Se acercó a la sala del trono, viendo a su progenitora sentada sobre su trono, sobando el suave
plumaje de un cuervo negro que se encontraba sobre su cetro. Los ojos verdosos de ella chocaron
con los de su hijo, quien se acercó desganado hasta donde estaba y la observó malhumorado.

— ¿Querías verme, madre? — Preguntó Yoongi cruzándose de brazos.

— En efecto. — La mujer observó a sus guardias, unos hombres con nariz de cerdo y piel
arrugada y llena de pus con verrugas. — Ya que mis súbditos son unos incompetentes, no
me puedo permitir seguir perdiendo el tiempo de esta forma. La maldición se acerca y no
estoy dispuesta a seguir así.

— ¿Maldición? — Preguntó Yoongi alzando una ceja.

— La que se deberá cumplir en un año. — Contestó Maléfica. — Mi poder es


increíblemente poderoso, ¡pero esto no está resultando! El tiempo se agota, no sé qué
hacer, esta situación me está enloqueciendo.

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— ¿Hablas acerca de encontrar al príncipe? — Se burló Yoongi mientras se dirigía a una
mesa negra con una bandeja de plata encima. — Deberías olvidarlo, nunca lo vas a
encontrar.

— ¡Claro que lo haré! — Gritó Maléfica alzando considerablemente su voz. — ¡Todas mis
maldiciones siempre se han cumplido y esta no será la excepción!

— ¿Y si lo dejas simplemente? — Yoongi se llevó una uva a la boca.

— ¡Jamás! — Exclamó Maléfica levantándose de su trono. — ¡Obtendré mi venganza!

— Han pasado dieciocho años, ¿no puedes superar que no te invitaran a algún lugar? —
Preguntó Yoongi fastidiado. — Por dios madre, yo apenas y recuerdo los colores del
castillo.

— No lo entiendes. — Susurró violentamente su madre. — No entiendes absolutamente


nada Yoongi, ahórrate tus palabras porque aún eres bastante inmaduro para comprender
todo esto. Calla.

Yoongi rodó sus ojos y se llevó otra uva verde a la boca, sintiendo el dulce jugo en su lengua y
paladar. Cogió un puñado y volteó a ver a su madre, llevándose un par de uvas a la boca en lo que
esperaba que continuara su queja. Realmente este asunto del príncipe y la maldición lo tenía
harto, siquiera sabía cómo era su majestad y su madre estaba completamente empeñada en
exterminarlo.

— Al menos hemos logrado reducir nuestra búsqueda.

—Sabemos que está oculto en el bosque oscuro, cruzando el lago de los lamentos, ¡pero
no sé en qué parte! — Su madre se llevó una mano a la cara, denotando frustración. —
¡Mis esclavos son unos idiotas y no osan entrar ahí! Ya he perdido varios, no sé por qué,
pero no puedo permitir perder más... pero también necesito al chico. Tengo un año exacto
antes de que cumpla sus diecinueve.

Yoongi se llevó otra uva a la boca, completamente aburrido del relato y crisis de su madre.

¿Durante cuánto tiempo más debería soportar esta historia de nunca acabar? Francamente tenía
cosas más importantes qué hacer como dormir, darle de comer a su dragón y practicar nuevos
maleficios.

— Así que estuve pensando... — Su madre sonrió vilmente viendo a Yoongi. — Mis
súbditos no quieren entrar, está bien. Yo sé de alguien que si le gustaría ir para buscar un
poco de aventura.

— Ajá... — Yoongi se comió otra uva pensando en que quizás se llevaría un puñado a las
mazmorras que era donde estaba su cuarto.
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— Alguien, no sé. — Maléfica sonrió y observó insinuante a Yoongi. — Como mi propio
hijo que sé que no va a fallarme.

Yoongi dejó la uva a medio masticar dentro de su boca, alzando ambas cejas y abriendo un poco
sus labios, denotando una enorme sorpresa. Tragó pesado y parpadeó repetidas veces sin poder
creer lo que había escuchado, inclusive la uva casi se le atora en la garganta debido a la impresión.

— ¿Quieres que YO vaya a buscar al príncipe? — Preguntó Yoongi estupefacto. — ¡No


debes estar hablando en serio! ¿Cierto?

— ¿Y por qué no? — Maléfica se cruzó de brazos. — Tú que tanto te quejas de no poder
salir, te estoy poniendo la misión más importante de tu vida en tus manos.

— Pero... yo... con ese mocoso... — Yoongi negó varias veces con la cabeza. — ¡No, no, no!
¡Me niego! ¡No andaré de niñera con un príncipe!

— ¡Necesitas llevarlo a su castillo antes de que cumpla sus diecinueve años, si no, esto no
resultará! ¡Te mataré a ti si él no muere! — Amenazó agresivamente su madre. — ¡No te
estoy preguntando, Yoongi, buscarás a ese maldito príncipe y lo llevarás al castillo te guste
o no! ¡¿Entendiste?!

El chico se había quedado mudo, observando con desagrado y sorpresa a su madre.

— De acuerdo, no necesitas prenderte tanto. — Yoongi alzó sus manos en señal de


rendición. — Pero vale, lo encuentro y puedo fácilmente llevarnos al castillo volando o a
través de magia ¿cierto?

— ¡Nada de magia! — Exclamó su madre horrorizada.

— ¿Qué? ¿Por qué? ¡Moriré! — El adolescente abrió aún más sus ojos mostrando horror.

— Podrás usar la magia para buscarlo, pero estando con él, nada... de...magia... — Recalcó
su madre las últimas palabras. — Cuando los brujos se den cuenta que no esté
comenzarán a buscarlo. Si usas la magia ellos te encontrarán aún más rápido, no puedes
arriesgarte.

— ¡Del bosque oscuro al castillo es un viaje de casi seis meses! ¡Estás loca! — Exclamó
Yoongi. — ¿Qué haré seis meses con él? ¡Sin magia! ¡SIN MAGIA! ¡¿Qué se supone que
haré?!

— Oh, ya te las arreglarás. — Maléfica rodó sus ojos. — Yo estaré distrayendo a los brujos,
así que usa tu ingenio para encargarte del príncipe mientras tanto.

— Pero...

~ 13 ~
— ¿Entendiste, Yoongi?

Yoongi cerró sus ojos para no explotar frente a su madre. Sencillamente no podía creerlo, no podía
creer que esto le estuviera pasando a él. A él. Al príncipe oscuro y villano de los cuentos de hadas
más jóvenes y temidos. ÉL. ¡DE NIÑERO CON UN PRÍNCIPE!

— Estaré usando la misma ropa, seis meses. — Habló Yoongi sobando el puente de su
nariz. — ¡Al menos dame monedas de oro para comprarme nueva, comida y agua! ¡No soy
un cuervo! ¿Qué crees que haré sin magia? ¡Nunca he estado sin ella!

— Toma todo lo que quieras, pero quiero a ese chico en buenas condiciones. —Maléfica
observó a su cuervo. —Mientras llegue vivo es más que suficiente para mí.

— Ah, entonces seré un secuestrador amable. —Yoongi se cruzó de brazos. —¡Hola


príncipe! ¿Quiere un poco de jugo de uvas y un delicioso buffet? ¡Puedo cargarlo si gusta!

— ¡No seas ridículo! — Maléfica le golpeó en el brazo con fuerza. — Mientras llegue vivo a
su hogar, tengo más que suficiente. — Su madre llevó su índice a su barbilla. — Él muere y
quizás luego podría casarte con el príncipe Jungkook, es un muchacho muy apuesto y su
esposo estaría muerto.

— ¡¿Qué?! — Exclamó Yoongi horrorizado.

— Nada. — Maléfica sonrió y sobó la espalda de su hijo. — Vete preparando, te espera un


largo viaje. Encontrarlo no será fácil, así que si fuera tú me daría prisa.

— ¿Por qué no vas tú a buscarlo? — Preguntó Yoongi alzando una ceja. —Si tan
desesperada estás es lo más lógico. ¿No?

— No puedo entrar al bosque oscuro, una potente maldición me lo impide. — Maléfica


hizo una mueca. — Ahora deja de hacer preguntas y apúrate. Te quiero fuera del castillo
mañana temprano, ¿me oíste? ¡Lárgate antes de que me hagas enojar más!

A Yoongi no le agradaba en lo absoluto la idea de cuidar del príncipe y tener que hacerse cargo de
él, pero los poderes de su madre eran tan fuertes y peligrosos, que hasta él le temía. Así que evitó
discutir con ella y comenzó a prepararse para su largo viaje junto al príncipe maldito. Salió de la
sala del trono refunfuñando y maldiciendo en voz baja, aun sin poder creer lo que estaba pasando.
¡Era increíble!

— Solo me traerás problemas, así que espero que al final esto valga la pena. — Susurró
Yoongi con molestia refiriéndose al príncipe. — Si no te juro que te regreso de la muerte y
te vuelvo a matar, principito molesto. ¡Ah, esto es un fastidio! ¡No puede ser!

~ 14 ~
Los guardias de aspecto terrible lo siguieron con la mirada sin osar decir algo. Aunque podían
sentir el enojo del príncipe oscuro y aquello les ponía los pelos de punta. Por alguna extraña razón,
el hijo de su reina era aún más escalofriante que ella cuando se enfada, y eso que ahora estaba en
un grado leve. No querían imaginarse cuando hiciera un berrinche de los grandes. De esos en los
que una parte del castillo colapsaba y todo rastro de vida que se encontrara a menos de un
kilómetro moría al instante, según los guardias más viejos.

— Bah, de niñera con un príncipe. ¿Puede ser peor? — Pateó el suelo una última vez
denotando frustración.

Y tras esas palabras regresó a las mazmorras, haciéndose mil


preguntas en la cabeza e ignorando completamente la intensa
aventura en la que se iba a meter.

~ 15 ~
Capítulo 3
Muy lejos del castillo de Maléfica, dentro del bosque oscuro, cruzando el lago de los lamentos y
otros lugares sobrenaturales, unos enormes arbustos con lianas colgando de los inmensos árboles
y diversas plantas de un metro, una pequeña construcción se alzaba entre toda esa vegetación.

Fácilmente podría decirse que era una casa de muñecas debido a la delicadeza con la que estaba
construida y el pequeño molino de atrás que daba vueltas lentamente. Se encontraba en un claro
del bosque, repleto de árboles frondosos y aves cantarinas que iban a silbar todas las mañanas,
revoloteando sobre aquella casa que dejó de estar abandonada desde hace dieciocho años
exactamente.

Los pájaros cantaron gustosos colocándose sobre la ventana, peleando un lugar al frente mientras
observaban atentos un enorme bulto cubierto por sábanas en aquella pequeña cama. En esa
cama, un chico de una belleza extrema, una belleza que las mismas estrellas envidiaban ya que
ellas junto a ese chico su brillo sería apenas un rayo de luz efímero, se encontraba durmiendo
plácidamente.

— ¿Creen que deberíamos despertarlo? —Preguntó Taehyung levantando la mirada.

—No, dejen que él se levante. —Jin se frotaba las manos mostrándose nervioso.

— ¡Pero ya quiero gritarle feliz cumpleaños! —Hoseok armó un puchero. —Nuestro bebé
cumple dieciocho años, me siento tan orgulloso.

— ¿Nuestro bebé? —Taehyung lo observó perplejo. —Querrás decir nuestro muchacho.

— No hay ningún nuestro. —Intervino Jin seriamente. —Es el hijo del rey y la reina,
nosotros sus simples protectores, nada más.

Taehyung y Hoseok bajaron la mirada sintiendo una pequeña de dolor en sus pechos. Jin tenía
razón, ¡pero no era justo! Ellos tres habían sido quienes lo habían visto dar sus primeros pasos,
escuchado sus primeras palabras, consolado en las noches con truenos, calmado todos sus
berrinches y visto crecer todos estos años. De un adorable bebé, a un niño bello, a un adolescente
hermoso, y ahora, un muchacho magnífico.

— Iré a despertarlo. —Taehyung avanzó hacia las escaleras. —Debemos preparar toda la
sorpresa mientras él sale.

~ 16 ~
Hoseok y Jin asintieron mientras observaban al menor de los tres subir las escaleras y desaparecer.
El chico de vestimenta azul tocó tres veces la única puerta que se encontraba y empujó
suavemente, asomando su cabeza para recorrer la habitación con la mirada.

— ¿Jimin? —Llamó Taehyung entrando a la habitación en silencio. Avanzó lentamente


hacia el bulto que se encontraba enrollado en las sábanas blancas. Taehyung soltó una
pequeña risa y se acercó lo suficiente para rozar con su mano. —Despierta dormilón,
necesitamos que salgas. —Se inclinó un poco y lo sacudió.

Frunció su nariz al ver que no contestaba y en rápido movimiento retiró las sábanas, abriendo sus
ojos perplejos y soltando un grito al ver que eran almohadas las que estaban enrolladas en la
cama, y no Jimin.

— ¡JIIIIIN! —Gritó con todas sus fuerzas Taehyung mientras salía corriendo el cuarto
llamando como loco a su hermano mayor.

Y mientras tanto, no muy lejos de allí, un hermoso chico de cabello rubio y ojos azul cielo se
paseaba entre los árboles observando el cielo en todo su esplendor. Sus ojos recorrían con
curiosidad las enormes ramas imponentes de los árboles, los enormes arbustos y ene cantidad de
flores brotando por todo el suelo.

Se detuvo cuando llegó al lago y esbozó una sonrisa. Corrió con alegría y libertad por el pasto
hasta acercarse lo suficiente para ver su reflejo en el agua. Esbozó una sonrisa y metió su mano
hasta sacar una piedra brillante color morada.

— Justo donde te dejé. —Se dijo a sí mismo. — ¡Estoy seguro de que esta piedra va a
encantarle a mis padres! ¡Justo como la que buscaba Taehyung!

Escuchó unas armas crujir, provocando que pegara un brinco y se reincorporara rápidamente.

— Oh, son ustedes. —Jimin sonrió aliviado al ver unos conejos apareciendo entre los
arbustos. — ¿Tienen hambre?

Se agachó mientras sacaba unas zanahorias de la canasta y las extendía. Los conejos
inmediatamente corrieron hacia él, tomando las zanahorias entre sus patitas peludas y moviendo
su nariz adorablemente.

Jimin alzó la vista al escuchar un hermoso canto, y ahí observó unas aves rojas y azules revolotear
encima de él, colocándose algunas en sus hombros y restregando sus pequeñas caras emplumadas
sobre las rechonchas y tibias mejillas del joven. Éste soltó una adorable risa al sentir aquello.

— Yo también los extrañé, pero no pude salir. —Jimin sobó la cabeza del pajarito rojo en
su hombro. —Pero hoy podré estar con ustedes, ¡tengo tantas cosas que contarles!

~ 17 ~
Las aves comenzaron a silbar con emoción y muchas más se acercaron. Los conejos brincaron
alrededor de él y el viejo búho hizo su aparición, colocándose pesadamente sobre la rama de un
árbol y observando a Jimin con ojos brillantes.

— ¿Quieren saber? —Preguntó Jimin viendo con una sonrisa a los animales.

Todos comenzaron a hacer mucho ruido provocando que Jimin volviera a reír. Guardó la piedra en
su canasta y se acercó al árbol para sentarse y apoyarse en el tronco. Todos los animales, que
debían ser poco más de treinta, formaron un círculo alrededor de él.

— Conocí a un chico. —Jimin sonrió. — Un gran príncipe muy apuesto.

Las aves comenzaron a soltar pequeños rechinidos agradables mientras brincaban en el suelo. Los
conejos alzaron ambas orejas para escuchar atentos.

— Él vino aquí y era tan... apuesto. —Jimin soltó un suspiro con las mejillas rojas. — Era
fuerte, apuesto, encantador, de hermosa sonrisa y espléndidos modales. Me tomaba, me
abrazaba, envolviéndome en sus fuertes brazos. —Jimin se abrazó a sí mismo con fuerza
soltando un hermoso suspiro. — Y su agarre se sentía tan bien que nunca quería
separarme. ¡Y luego me observaba, me observaba y se acercaba!

Todos los animales abrieron enormes sus ojos esperando la continuación.

— ¡Y se acercaba más, y más y más! —Jimin tapó su boca y una mueca de tristeza se
apoderó de su rostro. —Y ahí fue cuando desperté del sueño...

Todos los animales soltaron una exclamación de decepción. Jimin suspiró tristemente acariciando
el pelaje de los conejos a sus pies.

— Solo fue eso... un sueño, pero un sueño hermoso. —Prosiguió el chico de hermosos ojos
azules. —Me encantaría conocer a un príncipe como él y ser feliz por siempre a su lado.

Una suave melodía comenzó a salir de los labios del chico, quien mientras tarareaba acariciaba
suavemente el pelaje de los animales a su alrededor. Éstos se acercaron aún más al hermoso chico
y se dejaron mimar, encantados con su tacto y melodioso canto. Les hacía tan felices estar con un
chico como él, llevaban muchos años juntos.

— ¿Se imaginan? —Los ojos de Jimin brillaron. — ¿Qué apareciera en su hermoso caballo
blanco y me extendiera su mano para levantarme?

Jimin extendió su mano como si alguien fuera a tomarla y esbozó otra sonrisa. Se levantó del suelo
y avanzó un poco, comenzando a dar vueltas con los brazos extendidos mientras seguía cantando
con esa voz tan hermosa, otorgada por los mismos ángeles.

~ 18 ~
— Y que bailemos. —Jimin comenzó a menearse suavemente de izquierda a derecha,
manos unidas a la altura de su pecho como un enamorado. — Y bailemos toda la noche,
todas las tardes. La piedra preciosa se la otorgaría a él como muestra de amor eterno,
felices juntos.

Siguió danzando un poco hasta que se detuvo bruscamente.

— La piedra... —Repitió Jimin y se tapó la boca. — ¡Mis padres!

¡Oh no!

El chico se aferró a su canasta y comenzó a correr a toda velocidad de regreso a su hogar. Por
fortuna era un muchacho ágil, había aprendido a dominar todos los alrededores así que no le
tomó tanto tiempo llegar a la casa. Se acercó rápidamente a la puerta y abrió, encontrándose con
el caos en persona.

Hoseok estaba desmayado en el suelo mientras Jin lo agitaba desesperado para hacerlo
reaccionar. Taehyung gritaba como desquiciado aventando todas las cosas, hasta las mesas,
buscando desesperadamente algo.

La puerta se cerró detrás de Jimin, captando inmediatamente la atención de los dos conscientes.

— ¡JIMIN! —Gritó Taehyung abalanzándose sobre él. — ¡OH CÓMO TE ATREVES! ¿¡CÓMO
SE TE OCURRE IRTE ASÍ COMO ASÍ?!

— Yo... lo siento, yo solo fui a... —Jimin tomó su canasta, pero fue interrumpido.

— ¡NUNCA VUELVAS A HACERNOS ESTO! —Gritó escandalizado Jin. — ¡NUNCA MÁS


JIMIN! ¡CREÍMOS QUE TE HABÍAMOS PERDIDO! ¡¿TIENES IDEA DE LO QUE PUDISTE HABER
PROVOCADO?

— Yo no... —Comenzó Jimin, pero volvieron a interrumpirlo.

— ¡NUNCA! —Gritó Taehyung. — ¡NUNCA VUELVAS A HACERNOS ESTO!

— ¡Lo siento! —Se excusó Jimin al borde del llanto. — ¡Yo quería darles una sorpresa y ...!

Hoseok finalmente cobró el conocimiento, y al ver a Jimin llorando, olvidó su alivio y enojo y corrió
para abrazarlo.

— Yo solo quería darles una sorpresa. —Habló entre pequeños hipos el hermoso rubio.

Jin y Taehyung se observaron entre ellos antes de ver nuevamente a Jimin. Suspiraron y se
sonrieron mientras se acercaban a Hoseok y a él para abrazarlo igualmente.

~ 19 ~
— Lo siento Jimin. —Susurró Taehyung. —Creí que te habíamos perdido y... —Su voz
quebró. —Jamás me lo perdonaría. Jamás. Nos tenías terriblemente angustiados.

— Lamento tanto haberlos preocupado así. —Susurró el chico abrazándolos de vuelta con
mucha más fuerza. —Juro que nunca más lo volveré a hacer.

Los hermanos se separaron de su muchacho, Hoseok limpiando las pequeñas lágrimas de Jimin.

— Ya, no llores. —Hoseok le sonrió con ternura. — ¿Sabes qué día es, Jiminnie?

El chico rió suavemente y se ruborizó. Asintió un poco con una sonrisa.

— Nuestro muchacho cumple dieciocho años. — Taehyung sonrió con nostalgia. — Qué
rápido ha pasado el tiempo...

— De volada. —Jin suspiró y le sonrió a Jimin. — Pareciera que fue ayer cuando...

El mayor de los hermanos se calló abruptamente. Jimin levantó la mirada.

— ¿Cuándo me encontraron abandonado en el lago? —Finalizó Jimin sonriendo


tiernamente. — Sí, seguramente lo recuerdan muy bien.

Los hermanos se vieron entre ellos, mandándose miradas que solo ellos podían comprender.

— Exactamente. —Hoseok salvó la situación. — ¿Quién diría que encontraríamos a los pies
del lago al niño más bonito de todo el reino?

Jimin comenzó a reír y se dejó apapachar por Hoseok mientras Jin y Taehyung observaban con
cierta preocupación la escena.

— Debemos prepararle su sorpresa. —Taehyung observó a Jin hablando en voz baja. —


¿Quieres que lo acompañe por fresas?

— No, te necesito aquí. —Jin lo observó también y dirigió su vista a Jimin. — Hay que tejer
su traje, limpiar la casa y hacer un pastel.

Taehyung asintió repetidas veces, sorprendido de lo gran anfitrión que podía llegar a ser su
hermano mayor. Se acercó a Hoseok rodeándolo por el cuello y vio a Jimin.

— ¿Jimin? —Llamó Taehyung.

— ¿Sí? —El muchacho lo observó.

— ¿Crees que podrías ir a buscarnos unas fresas? —Preguntó el menor de los hermanos.
—Las necesitamos con urgencia y ahora nosotros no podemos salir.

— Oh. —Jimin alzó ambas cejas. —Pero fui por fresas ayer...
~ 20 ~
— ¡Necesitamos más fresas! —Hoseok captó rápidamente el mensaje y le tendió su
canasta a Jimin. — ¡Muchas fresas!

— ¡Sí, muchísimas! —Taehyung agarró rápidamente una capa que le colocó a Jimin.

— Pero yo... —El muchacho comenzó a ser tirado fuera de la casa.

— ¡Pero nada, queremos fresas! —Taehyung le dio un beso en su mejilla una vez que
llegaron al umbral. —Te queremos, te cuidas y ve por ellas cruzando el lago. Tómate tu
tiempo.

— ¿Cruzando el lago? —Jimin abrió perplejo sus ojos. —Pero ustedes siempre me han
dicho de nunca...

— ¡Recuerda traer fresas! —Gritó Jin desde el interior.

Y la puerta fue cerrada en su cara.

Jimin parpadeó repetidas veces, aun confundido por la repentina acción de los tres grandes.

— D-de acuerdo... —Susurró en voz baja mientras se alejaba.

Soltó un gran suspiro y se cubrió con la capa color ciruela mientras avanzaba, meneando la canasta
a su costado. Siguió avanzando hasta cruzar el claro, metiéndose entre los árboles y cruzando un
camino de tierra hasta llegar al pequeño lago. Levantó un poco su capa y brincó entre las piedras
para no mojarse hasta que llegó al otro lado.

Observó detrás de él el hermoso paisaje caluroso y repleto de sol, con hermosas flores brotando,
vegetación a montones y nubes esponjosas paseándose por el cielo.

— Fresas. De acuerdo. —Se recordó Jimin mientras se cerraba la capa a la altura del cuello.

Avanzó un par de pasos, encontrándose repentinamente con una espesa niebla que le impidió ver
correctamente. El chico ahogó un grito de sorpresa y comenzó a mover su mano, como si pudiera
disipar aquello que le bloqueaba la vista.

Avanzó un poco más, dando unas cuantas vueltas sobre su propio eje hasta que se sintió resbalar y
con un fuerte grito terminó tambaleándose hasta caer, rodando por una colina al poco tiempo y
lastimándose con las hojas y ramas en el suelo.

Trató de agarrarse de algo, pero no lo encontró, así que soltó otro grito al sentir su cuerpo rodar
con más rapidez hasta estamparse fuertemente contra un árbol.

La vista del hermoso chico se tornó negra al instante.


~ 21 ~
Capítulo 4
El cuerpo del hermoso chico de cabellos de oro se encontraba tendido en el suelo cerca de un
árbol, había resbalado por toda la colina cayendo desde la cima. Al cruzar el río había atravesado
un poderoso encantamiento que solo él y los tres brujos eran inmunes.

A partir del lago hasta el final del claro, había una capa invisible con un paisaje de ensueño para
mantener oculto a Jimin, pero ahora que el joven había cruzado dicha capa y rodado lejos de ella,
se encontraba finalmente en el verdadero bosque oscuro. Un lugar terriblemente peligroso para
un chico como él, sin magia.

Y no muy lejos de ahí, moviéndose como una sombra escalofriante, unos ojos verdes esmeralda
asomaban entre la espesa niebla observando en silencio el cuerpo del joven chico que había
perdido conocimiento cerca de donde se encontraba.

Jimin soltó un pequeño gruñido de dolor mientras se removía, haciendo crujir unas ramas que se
rompieron bajo su peso. Lentamente fue abriendo sus ojos, sosteniendo su cabeza con una mueca
de dolor mientras se reincorporaba pesadamente, arrastrando su mirada por todo el entorno.

Estaba en un bosque, pero no en ninguno que hubiera visto antes. En este no entraba el sol, era
una oscuridad casi total, color violeta y negra. Los árboles eran negros, la vegetación estaba
muerta, una espesa niebla envolvía todo provocando siluetas extrañas a lo lejos. No se escuchaba
ni un solo ruido. Era como si estuviera todo muerto.

- Oh no. -Se dijo mientras se reincorporaba. -Oh no, ¿dónde estoy?

Levantó la mirada, viendo la empinada colina frente a él. Se llevó la canasta a los hombros y
comenzó a escalar, pero apenas dio tres pasos y su cuerpo ya se había deslizado dejándolo caer
secamente en el suelo. El rubio soltó otro gruñido y se alejó para correr a la colina. Dio cinco pasos
cuando nuevamente se deslizó por más que arañó la tierra.

Zaz.

Caído al suelo nuevamente.

Levantó la vista nuevamente hacia la colina, sintiendo su corazón doler debido a la desesperación.
No podía subir, la colina era demasiado empinada. ¿Cómo se supone que subiría nuevamente allá
arriba? ¡Y sin fresas!

~ 22 ~
- De acuerdo, debes calmarte. -Se dijo a si mismo mientras retrocedía, aferrándose a su capa color
ciruela. -Puedes rodear la colina y ver si encuentras un lugar menos empinado en el cual subir. No
puedes quedarte aquí quieto sin hacer nada.

Observó nuevamente el entorno con la esperanza de encontrar algún camino o forma de poder
subir, pero no había absolutamente nada. Nada de nada.

Suspiró y sin perder demasiado tiempo comenzó a avanzar al pie de la colina para rodearla,
observando fijamente el camino por si encontraba un espacio por el cual subir sin resbalarse.
Avanzó unos metros, metros que se convirtieron en kilómetros en cuestión de horas. Jimin
siquiera estaba seguro de si era la misma colina la que ahora se encontraba rodeando.

Se detuvo en seco observando la colina frente a él. No alcanzaba a ver nada más, la niebla se había
esfumado pero la noche había caído en un siniestro manto que lo cubrió todo. El bosque era
espeluznante, no daba una sensación agradable con aquel silencio y paisaje muerto. Jimin tenía la
sensación de que algo saldría a cazarlo en cualquier segundo, podía jurar escuchar de vez en
cuando pisadas o extraños ruidos cerca de él. Observaba asustado el entorno, pero nada aparecía.

Se aferró a su capa y se fue a sentar en un tronco, soltando un sollozo y en cuestión de segundos


poniéndose a llorar. No podía creer que esto le estuviera realmente pasando a él. Tantos años a
salvo y ahora se encontraba en un lugar desconocido, seguramente muy lejos de su hogar y su
calidez. Lejos de sus padres, lejos de su seguridad.

¡Estaba solo en medio de un bosque desconocido! ¡De noche, sin comer, con ropa sucia! ¡Era el
peor cumpleaños de su vida! El peor que había tenido y suplicaba que el único. Sus calientes
lágrimas brotaban de sus ojos mientras sollozaba y sollozaba en el silencio y oscuridad de aquel
bosque frondoso y lúgubre.

- ¡Quiero estar en casa! -Suplicó en voz alta. - ¡Por favor, quiero volver a casa!

Siguió llorando, sintiendo un suave viento rozar con su cuerpo provocando que levantara la
mirada. Siguió la ráfaga observando detrás de él y abriendo sus ojos enormemente sorprendido. A
un par de metros vio unas manchas rojas asomándose entre las plantas.

Se levantó corriendo para acercarse, soltando un chillido de emoción al ver unas enormes y rojizas
fresas listas para ser arrancadas y devoradas.

- ¡Fresas! -Exclamó contento. - ¡Eso significa que no debo estar tan lejos!

Con sus delicadas y blancas manos comenzó a arrancarlas y a colocarlas en su canasta. La llenó
rápidamente sintiendo su interior calmarse un poco. Al menos tendría algo para comer. Cogió la
última fresa que quedaba y se la metió a la boca, sintiendo unas gotas del jugo resbalar por la
comisura de sus labios y la dulce fragancia estrellarse agradablemente contra su paladar.

~ 23 ~
Tragó sintiendo aquel pequeño bulto ir bajando por su garganta y aterrizar en su estómago,
calmando un poco el hambre voraz que tenía.

Se dio la vuelta con una pequeña sonrisa dispuesto a seguir investigando la colina, pero pegó un
enorme brinco al ver una terrible silueta no muy lejos de él. Ahogó un grito y retrocedió
rápidamente al ver unos feroces ojos color esmeralda brillando en aquella oscuridad infinita.

— ¿Qué...? -Comenzó él aferrándose a su canasta. - ¿Q-quién anda ahí?

Escuchó una risa profunda y unas pisadas. El chico ahogó otro grito y retrocedió más asustado al
ver aquel monstruo frente a él. Era... era un chico quizás más grande que él, de cabello negro, ojos
brillantes verdes y piel blanca. Pero... un momento... ¡¿esos eran cuernos?! ¡¿Y esa una cola?! ¿Y si
lo mataba? ¡Oh dios mío, parecía una bestia! Jimin comenzó a temblar cuando se acercó aún más,
quedando más cerca de él. ¡Sus ojos brillaban y tenía cuernos y una cola! ¡UNA COLA!

— No deberías asustarte. -Se burló cruelmente el chico con grandes cuernos y


maquiavélica sonrisa. - Tu muerte aún le falta un poco por llegar.

— ¿Q-qué? - Preguntó el joven chico que se hallaba asustado, tomando la canasta llena de
fresas en su mano.

Aquella peligrosa persona soltó una escalofriante risa antes de acariciar su mejilla, entrando en
contacto con la suave y blanca piel del hermoso muchacho.

—Puedes decirme Yoongi. -Sus ojos mostraron diversión. -O el chico que te llevará directo
hacia tu muerte, cualquiera está bien.

Los ojos del campesino se llenaron de miedo y lágrimas, provocando que el chico con cuernos
comenzara a reír incontrolablemente.

— ¿Y te digo qué es lo mejor? ¡Que no habrá ningún príncipe que te salve a diferencia de
los cuentos de hadas!

Se acercó más al joven chico quien trató de retroceder apoyando su espalda contra el enorme
árbol y jadeando asustado.

- Porque en esta historia, princesito. -Sonrió macabramente tomándolo de la barbilla con fuerza. -
No tendrá un final feliz... y único príncipe que tendrás a tu lado, seré yo.

Jimin se perdió en el frío de aquellos ojos brillantes y macabros. Se estremeció y con una fuerza
desconocido de su interior, soltó un potente grito empujando agresivamente a la bestia frente a él
y comenzando a correr con todas sus fuerzas.

~ 24 ~
Corrió como si mismo diablo estuviera detrás de él. Sus pies chocaron duramente contra el suelo
repleto de hojas muertas, haciéndolas crujir y volar con su capa que se alzaba detrás de él, dando
la imagen de un manto de seda color vino que perseguía aquel cuerpo que se movía como una
silueta entre los árboles.

Sintió su corazón bombear con fuerza en su pecho y su respiración arder. Soltó un grito de dolor al
obligar a sus piernas a ir más rápido conforme escuchaba las otras pisadas cada vez más cerca,
cada vez más fuertes. Volteó atrás esperando ver algo, pero apenas y se podía ver con toda la
niebla que había vuelto a aparecer impidiéndole una buena vista.

—¡NO! - Gritó cuando fue bruscamente jalado hacia atrás y ahorcado con su capa.

Ahogó otro fuerte grito y se volteó para tirar, viendo como su capa se había enredado en unas
ramas que lo sujetaban con fuerza. Tiró con más fuerza, tomando con ambas manos y soltando un
pequeño grito entre cada tironeo.

Escuchó el claro crujido de la tela rompiéndose permitiéndole finalmente zafarse. Observó la


silueta a lo lejos provocando que tapara su boca horrorizado y siguiera corriendo, la canasta
chocando contra sus piernas entre cada paso, aventando las fresas que comenzaban a caer en la
húmeda tierra.

Siguió corriendo viendo hacia atrás. Sin embargo, cuando de un segundo a otro aquellos ojos
esmeraldas se encontraron con los suyos, fue cuando aventó la canasta y se desvió bruscamente.
Mantuvo el aliento corriendo en desespero hasta que escuchó un silbido y sintió su capa ser
atrapada, provocando que cayera al instante hacia adelante.

Soltó un chillido al sentir un peso sobre él aun cogiéndolo de la capucha.

— ¡Suéltame! ¡SUÉLTAME! - Gritó.

—Estuviste cerca... - Gruñeron roncamente.

Jimin dejó de removerse para observar al frente, abriendo sus ojos de par en par y soltando otro
grito de terror al ver un enorme abismo que se abría justo debajo de él. La niebla solo dejaba ver
un enorme hueco negro que iba seguramente bajo tierra, incluso podía escuchar el gruñido del
cañón y el gélido viento rozando sus rojizas mejillas.

Su corazón bombeó con fuerza viendo el vacío abierto frente a sus ojos y sintiendo el peso del
monstruo sobre él, igualmente con la respiración sumamente agitada. Claro, atrapar a aquel
mocoso gritón le había pedido algo de energía.

Jimin siguió removiéndose con miedo, mareado al ver aquel vacío que lucía muy profundo.

Sintió que el peso fue retirado y luego ser jalado hacia arriba a través de su brazo.

~ 25 ~
Quizás fue efecto del terror, pero apenas fue levantado, el hermoso chico rubio soltó un chillido
agudo y se aferró con fuerza a la cintura de Yoongi. Como se hacía llamar la extraña criatura. Se
aferró a él como si su vida dependiera de ello mientras sus pupilas gritaban, observando aquel
barranco. Su pequeño y débil cuerpo temblaba mientras sentía el calor del otro chico contra sus
mejillas y pecho.

Yoongi había parpadeado repetidas veces para comprender lo que sucedía. El chico prácticamente
se había aferrado a él como un gato después de ser lanzado al agua helada.

— M-me salvaste la vida. — Finalmente murmulló el rubio levantando la vista.

Yoongi la bajó, viendo a detalle el rostro de aquel chico de hebras doradas como el sol y ojos azul
marino, profundos con destellos brillantes que hipnotizaban a cualquiera. Abrió su boca algo
sorprendido. Eso de ser el chico más hermoso de todo el reino no era broma.

— Si fuera por mí te hubiera dejado caer. - Yoongi lo empujó con fuerza, desprendiendo
finalmente al príncipe de él. - Pero he sido encargado de enviarte a casa.

—¿C-casa? - Jimin alzó una ceja mostrándose confundido. - ¿Tú...? ¿Me llevarás a mi
cabaña? ¡No, espera! ¡Dijiste que ibas a matarme!

Jimin retrocedió nuevamente horrorizado.

— ¡DIJISTE QUE IBAS A MATARME, NO PUEDES...!

Soltó otro grito cuando sintió sus pies pasar el vacío a punto de caer, pero el chico frente a él soltó
un grito de horror y en menos de un segundo se encontraba rodeándolo detrás de su espalda para
evitar que cayera. Se tambalearon un poco, Yoongi abriendo sus ojos horrorizado al ver el vacío a
unos centímetros de él.

Aguantaron la respiración sin atreverse a moverse. Ambos cuerpos congelados en el borde del
aquel barranco.

—No... Te... muevas... - Susurró Yoongi con terror sabiendo que, con cualquier movimiento
en falso, ambos terminarían cayendo.

Jimin dejó de respirar, observando más de cerca aquellos cuernos y piel blanca a un par de
centímetros de él... por no decir que había invadido completamente su espacio personal. Yoongi
bajó sus manos para tomarlo con más firmeza, helándose al escuchar el otro ahogar un grito.

- Estás... - Jimin había palidecido. - E-estás tocando m-mi tr –

Fue en un segundo cuando el equilibrio se quebró impulsando a Yoongi hacia adelante y

ambos cayeron al enorme vacío con un grito.


~ 26 ~
Capítulo 5
El acantilado parecía ser una abertura en la tierra sin fondo alguno. Era oscuro, toda la espesa
niebla ocultaba lo que pudiera haber en aquel inmenso fondo. Y ahora, dos cuerpos se
encontraban cayendo a toda velocidad, atravesando la espesa capa de nubes y tratando de
aferrarse a cualquier cosa. Pero por lo visto, no había nada para agarrarse.

Además, al ser de noche, no facilitaba mucho las cosas.

Jimin se encontraba gritando en desesperación absoluta al sentir el vacío engullir su cuerpo. Todo
se había tornado gris oscuro y apenas podía ver la silueta del otro acompañante. Contaba los
segundos para tocar el suelo y morir al instante, su corazón latía con tanta fuerza que dolía y su
cuerpo se había tensado de forma desagradable. Su voz en un punto quebró, impidiéndole gritar y
creando un silencio abrumador que lo asustó más de lo que ya estaba.

Yoongi sabía que si no hacía algo rápidamente ambos iban a morir. Pero realmente no había nada
que pudiera hacer...

Al menos no sin magia.

Observó el cuerpo de Jimin cayendo casi a la misma altura que él. Observó nuevamente el vacío y
con fuerza impulsó su cuerpo hacia adelante dejándose caer rápidamente en picado y dejando a
Jimin más atrás. Sus ojos verdes brillaron furiosamente como rayos de sol y en un segundo unas
enormes alas color negro rasgaron su vestimenta para abrirse en la espesa neblina.

Dio una vuelta en el aire antes de comenzar a subir batiendo agresivamente sus alas y coger a
Jimin que caía en un seco movimiento. En un abrir y cerrar de ojos Jimin se encontraba en sus
brazos, cayendo nuevamente a toda velocidad hacia el vacío.

Pegó otro grito y se aferró el cuello de Yoongi para no ver mientras el otro comenzó a bajar tan
rápido que su piel comenzó a arder creando pequeñas chispas. El suelo quedó en un segundo casi
en su rostro, pero logró rozarlo apenas con su pecho hasta detenerse en seco. Sus pies tocaron el
suelo y sus alas rápidamente se guardaron mientras el cuerpo del hermoso rubio temblaba
furiosamente aun en sus fuertes brazos.

— Ya me causaste suficientes problemas por un día. — Siseó tocando la frente contraria


con su pulgar.

El cuerpo de Jimin dejó de temblar y todo su peso cayó. Una respiración profunda se apoderó de
su cuerpo y sus brazos de dejaron caer al igual que su cabeza con sus ojos cerrados y sus labios

~ 27 ~
entre abiertos. Yoongi siguió cargándolo entre sus brazos hasta depositarlo con delicadeza junto al
tronco de un árbol.

Observó al cielo la espesa capa de nubes y el entorno. El bosque se había vuelto más oscuro y
tétrico, con árboles enormes con ramas enredadas y enroscadas sobre ellas, pero al menos parecía
haber más vida que allá arriba.

"Nada de magia"

— Bueno pues lo siento, madre. — Se excusó en voz alta al recordar las palabras de su
progenitora. — Era eso o acabábamos muertos los dos.

Y tras esas palabras se dejó caer al suelo viendo nuevamente al príncipe dormido a un par de
metros de él. Soltó un suspiro pesado y nuevamente observó al cielo, viendo como poco a poco la
neblina se dispersaba dejando un hermoso cielo estrellado sobre su cabeza.

Comenzó a parpadear repetidas veces al sentir sus párpados irse cerrando y su vista nublarse.
Batalló un poco forzándose a mantener el enfoque sobre las estrellas, pero todo se nubló y
oscureció segundos después.

— ¡¿A QUÉ TE REFIERES CON QUE NO LO ENCONTRASTE?! — Gritó en histeria Jin.

— ¡LO BUSQUÉ POR TODOS LADOS! ¡NO ESTÁ EN NUESTRA ÁREA DE PROTECCIÓN! —
Gritó Taehyung con lágrimas en los ojos. — ¡LO HEMOS PERDIDO JIN! ¡LO HEMOS
PERDIDO!

Los gritos se apoderaron de la cabaña, el hermano mayor en una intensa disputa con el menor
mientras el de en medio se tapaba los oídos tratando de pensar en algo. Su mente daba vueltas
rápidamente.

— Tenemos que salir al bosque oscuro a buscarlo. — Habló finalmente, los dos hermanos
le prestaron total atención.

— ¡¿Y cómo haremos eso?! — Le gritó Taehyung. — ¡El bosque oscuro es enorme, pude
haber ido a cualquier lado!

— Tendremos que utilizar la magia. — Siguió Hoseok.

~ 28 ~
— ¡NO! — Gritó escandalizado Jin. — ¡Podrán encontrarnos fácilmente, la magia...!

— ¡QUIZÁS MALÉFICA YA LO TENGA A ESTE PUNTO! — Interrumpió Hoseok finalmente


perdiendo la paciencia. — ¡¿TIENES UNA MEJOR IDEA?!

— Me largo. — Taehyung aventó a Jin para acercarse a la puerta. — ¡Iré a buscarlo!

— Voy contigo. — Hoseok corrió detrás de él.

Jin observó a ambos hermanos salir de la casa rápidamente tomados de la mano. Soltó un suspiro
con sus ojos llenos de lágrimas y observó a su izquierda para observar el traje perfectamente
bordado que le había hecho a Jimin. Recorrió el lugar con la mirada y dejó caer todo su peso sobre
su espalda, comenzando a correr a la puerta para alcanzar a sus hermanos.

— ¡Esperen! — Gritó antes de que éstos se alejaran más.

Hoseok y Taehyung se voltearon para ver a Jin acercarse rápidamente a ellos. Lo observaron en
silencio esperando a que hablara.

— Si vamos a ir, iremos juntos. — Habló suavemente Jin. — El bosque es muy peligroso, no
me perdonaré nunca haber perdido a Jimin... perderlos a ustedes me mataría.

Hoseok y Taehyung sonrieron tristemente antes de acercarse a él y abrazarlo con fuerza.

— Lo encontraremos... — Susurró Hoseok. — Encontraremos a nuestro príncipe.

— No. — Jin negó con la cabeza. — Encontraremos a nuestro muchacho, eso haremos.

Y aun con lágrimas en los ojos corrieron al río, cruzándolo mojando sus prendas de vestir, pero no
les importó en lo absoluto. Un par de metros más y los tres hombres desaparecieron mágicamente
al pasar entre dos árboles.

El hermoso bosque detrás de ellos fue desapareciendo lentamente segundos después.

Jimin tuvo que parpadear repetidas veces antes de observar detenidamente el entorno. No
recordaba absolutamente nada de la noche anterior, solo haberse estrellado contra un árbol y...
ver a un chico de ojos verdes y... nada más.

Se frotó la cara observando el cielo. Estaba perfectamente despejado y los rayos de sol iluminaban
el oscuro bosque con árboles enormes y hojas cafés o negras. Incluso violetas. Se levantó
~ 29 ~
suavemente sin despegar la vista del cielo despejado y avanzó un poco. Finalmente observó al
frente.

Observó a un chico de hebras negras durmiendo plácidamente contra el árbol, pero roncando
como un cerdo. Un fino hilo de saliva se escurría de su pequeño labio rosado, seguido de la sonora
respiración que hizo que Jimin soltara una mueca.

Lentamente comenzó a retroceder sin comprender exactamente qué estaba pasando. Hizo crujir
una rama y al instante el otro chico se despertó con un brinco.

— ¡ESTAMOS VIVOS! — Gritó antes de voltearse hacia Jimin. — Oh, despertaste. —Fue lo
primero que susurró el chico con cuernos viendo a Jimin. —Esto es malo.

— ¿Quién eres? —Jimin finalmente se atrevió a enfrentarlo. — ¿Por qué dices que ibas a
matarme? ¿Qué haces acá? ¿Por qué...?

— Demasiadas preguntas.

— ¡Dime!

—Solo quería asustarte y ponerle un poco emoción, nada de otro mundo. —El cornudo
bufó. —Ahora, debo llevarte a casa así que mientras menos preguntas hagas, mejor para
ambos.

— ¿Casa? —Repitió Jimin.

—Castillo.

— ¿Qué?

—Lo que escuchaste princeso, ahora camina.

— ¿Princeso? No, no, espera. —Jimin se tapó la cara unos momentos. —Me estás
confundiendo, yo no soy ningún príncipe, toda mi vida estuve con mis padres en la cabaña
y...

—Ajá, no me interesa. ¿Puedes avanzar ya? Tengo poca paciencia.

— ¡No! —Exclamó Jimin. – ¡Yo no voy a ningún lado y si quieres que camine me vas a tener
que obligar! ¡No iré a ningún lado!

Yoongi alzó una ceja y Jimin se cruzó de brazos con una sonrisa victoriosa. El chico de hebras
negras soltó un suspiro antes de acercarse a él de mala gana.

— ¿Qué crees que haces? ¡Oye espera! —El frágil cuerpo del rubio fue tomado como un
costal de papas por el chico con cuernos. — ¡Bájame! ¿¡Qué crees que haces?!

~ 30 ~
Yoongi comenzó a avanzar con el rubio colgado en su hombro, chocando su rostro contra su
espalda. Jimin comenzó a revolcarse entre pequeños chillidos, golpeando la espalda de Yoongi con
fuerza.

— ¡TE.HE.DICHO.QUE.ME.BAJES! —Jimin dio un golpe entre cada palabra.

Yoongi ignoró por completo la queja y los golpes del rubio que cargaba. Avanzaba entre los
árboles tranquilamente, enfocado en el camino.

— ¡¿Es que eres sordo?! ¡Detente ya! —Gritó de nuevo Jimin. — ¡YOONGI!

El chico se frenó al escuchar su nombre ser terriblemente expulsado por los labios del campesino
que cargaba. Parpadeó un par de veces y observó su hombro, pero solamente se topó con la curva
entre la espalda baja y las nalgas del muchacho. Negó con la cabeza.

— ¿Podrías callarte? —Demandó molesto. —Es un fastidio escuchar tu voz.

—Si me bajaras puede que quizás me callaría. Pero como no lo haces. —Jimin rodó sus
ojos.

Yoongi volvió a avanzar, Jimin finalmente dejó de golpear su espalda.

— ¿Al menos tienes algo de comer? —Preguntó Jimin nuevamente.

Sintió sus labios unirse bruscamente y aunque trató de separarlos no podía. Yoongi esbozó una
sonrisa al escuchar los innombrables "mmmm" y gruñidos que salían de la boca del campesino que
había sido sellado de los labios, literalmente, tratando de hablar en vano.

Después de largos segundos sin éxito, Jimin dejó de batallar quedando en un largo y crudo
silencio.

Vaya. Finalmente el chico de ojos verdes tendría un poco de paz.

~ 31 ~
Capítulo 6
Apenas trece lunas habían pasado desde que el hermoso campesino fue capturado por el extraño
chico. Lo mantuvo con la boca sellada todo el camino, permitiéndole abrirla solamente para comer
o tomar un poco de agua. No tenía cuidado alguno con él, tirándolo y cargándolo como si fuese un
costal sin vida ni sentimientos.

No se había dignado a hablarle o dirigirle la palabra. El príncipe de la noche no tenía intención


alguna de formar un lazo afectivo con aquel príncipe. Moriría en un par de meses así que no le
encontraba sentido alguno.

Se detuvo un momento para observar el entorno. El bosque seguía luciendo exactamente igual,
comenzó a preocuparse de estar dando vueltas en círculo y no avanzando en línea recta como
debía. Se supone que ya debería estar cerca del valle de los gritos y el bosque aún no se abría en
ningún claro.

— Genial, creo que nos perdimos. —Murmulló molesto.

Se dio la vuelta viendo al campesino detrás de él con las manos atadas. El chico no dijo
absolutamente nada, pero gruesas lágrimas se encontraban asomándose por sus claros ojos y
rodando por sus rosadas mejillas. Yoongi vio como éstas se deslizaban rozando casi su nariz y
luego seguir la plana piel ya que el campesino, literalmente, se encontraba sin boca.

— ¿Puedes dejar de llorar? — Espetó secamente el otro.

Se acercó agresivamente a él y lo fue a colocar contra un árbol, tomando más cuerda que se
encontraba enrollada en su cadera. La abrió y ató al príncipe al árbol que por más que éste
pataleara, no podía hacer gran cosa. Sus lágrimas seguían rodando en absoluto silencio.

— Espero que no te moleste dormir parado, puedes sentarte después mientras no te


zafes. — Yoongi apretó bien los nudos. — Llevas diez días queriendo huir, no me veas así.
Ya te dije que te llevaré al castillo, no hay un gran misterio en ello.

Silencio absoluto.

— De acuerdo. — Yoongi suspiró pesadamente. — Ya que por tus caprichos y torpeza he


usado magia repetidas veces, ahora me encuentro nula a ella casi en su totalidad. ¿Sabías
eso? — Yoongi alzó una ceja. — El bosque oscuro chupa los poderes y yo he usado
suficiente. Si tratas una sola casa más te pondré a dormir todo un año en lo que llegamos.

~ 32 ~
Las lágrimas del campesino se volvieron más constantes y rápidas, su cuerpo comenzó a temblar.

— Encontré bayas. Te daré veinte, ni más ni menos, un poco de agua y una rebanada de
pan. — Yoongi se acercó a la canasta del muchacho. — Tuvimos suerte de encontrar algo.

La cogió y se acercó al campesino atado al árbol. Pasó su mano rápidamente por el rostro
contrario, apenas rozándolo.

La piel en la parte inferior del rostro de Jimin comenzó a moverse. Cerró fuertemente sus ojos y
unos gritos ahogados no tardaron en escucharse hasta que finalmente pudieron ser liberados. La
boca del muchacho regresó dolorosamente.

— ¡ERES UN MONSTRUO! — Gritó apenas pudo. — ¡ERES UN MONSTRUO TERRIBLE!

— Lo he escuchado mucho. — Contestó el otro sin mostrar expresión alguna. — Ahora


ten. Abre la boca para que te alimente.

— ¡No comeré nada!

— Lo harás. Morirás si no.

— ¡Prefiero morir a seguir contigo!

Yoongi se detuvo abruptamente y apretó sus puños. Tomó de las mejillas al chico y apretó para
obligarlo a abrir la boca mientras introducía las bayas dentro de su boca. El chico se removió en el
árbol como bestia rabiosa y escupió las bayas en la cara del mayor apenas pudo.

— ¡Maldita sea! — Exclamó furioso. — ¡Escúchame bien!

Tomó del cuello al otro haciendo que éste soltara un pequeño grito.

— ¡No es mi maldita obligación estar aquí contigo y cuidarte! ¡Yo no quería esto y sin duda
no lo simplificas para nada! ¡Si alguien más pudiera estar en mi lugar créeme que no
estaría acá! ¡Deja de complicarme la existencia que debo llevarte vivo y en buenas
condiciones! ¡No pido nada más!

— Eres cruel... — Susurró el campesino con ojos rojizos. — ¡Eres tan cruel y malo!

— ¿Qué esperabas niño? — El otro lo soltó. — ¡Estás con el villano del cuento! ¡No con el
príncipe azul que vendrá a salvarte!

— ¿S-sí eres malo e-entonces por qué m-me llevas al castillo? — Susurró el rubio.

— Porque no tengo opción. ¿Piensas cooperar? Más rápido terminaremos con esto.

~ 33 ~
Ambos chicos se mantuvieron en un corto silencio. Jimin suspiró y mordió sus labios para aguantar
las lágrimas y después succionó su labio inferior. Desvió la mirada unos momentos para
reflexionar. Yoongi observó detenidamente su hermoso perfil y aquel grueso belfo que sobresalía
del perfil, dándole un aspecto bastante elegante y sexy a la vez.

— De acuerdo. — El campesino finalmente lo observó. — Promete que dejarás de


tratarme como a un objeto y no te causaré más problemas.

— Hecho. — El chico con cuernos se cruzó de brazos.

— Soltarme quizás sería un buen comienzo.

— No.

El campesino apretó sus labios y suspiró rendido.

— Bien. No me sueltes, pero dejarás de cargarme y me dejarás caminar por mi propia


cuenta.

— Hecho. — Repitió el otro.

Volvió a acercarse a la canasta para sacar otras seis bayas, ya que el otro las había escupido y
ahora se encontraban embarradas de lodo.

— ¿Por qué sacas más? — Preguntó Jimin.

— Porque escupiste seis. — Contestó Yoongi como si fuese la cosa más obvia del mundo.

— Lo sé, pero... en ese caso tú tendrías menos para comer. — Jimin bajó un poco su tono
de voz.

Yoongi se mantuvo en corto silencio. Dirigió la mano una última vez a la canasta para sacar otra
baya y la depositó a sus pies.

— Abre la boca. — Ordenó suavemente.

Jimin obedeció. Permitió que el chico metiera unas cuántas bayas a su boca. Las masticó
lentamente completamente incómodo. Le resultaba extraño ser alimentado por alguien a quien no
conocía y le desagradaba, se sentía muy expuesto de una cierta forma.

Sin embargo, el otro no expresaba absolutamente nada, como si realmente no le importara. Eso
tranquilizaba más al príncipe.

Siguió comiendo hasta que las bayas desaparecieron de las manos del chico, después cogió el
pedazo de pan y dejó que Jimin lo engullera todo. Poco después le tocó abrir nuevamente los
labios para dejar que un poco de agua cayera en ellos. Tomar en cascada no resultaba sencillo

~ 34 ~
porque sentía que se ahogaba, pero aprendió a tragar rápidamente, así que ya no era un
problema.

Yoongi se alejó un par de pasos y fue a recostarse junto a un árbol, con la mirada fija en el suelo y
brazos cruzados a la altura del estómago.

— ¿No vas a comer? — Preguntó Jimin viéndolo confundido.

— No tengo hambre. — Contestó el otro sin voltear a verlo. — ¿Tú ya estás satisfecho?

— Bastante. — Jimin asintió tímidamente. — Gracias.

El chico volteó a verlo rápidamente y nuevamente desvió la mirada.

— Iré a revisar rápidamente el entorno. Ahora vuelvo.

Jimin lo observó alejarse y vagar entre unos árboles. Soltó un suspiro pesado y dirigió la mirada a
la canasta con ver comida dentro.

Pero la canasta se encontraba vacía.

La noche había llegado rápidamente. Jimin avanzaba con los párpados caídos entre los árboles,
siguiendo de lejos al chico con cuernos que seguía caminando a velocidad normal. Como si no
llevaran caminando todo el día

— ¿Jimin? — Llamó el chico de ojos color esmeralda. — Apúrate.

— V-voy... — Susurró el chico de cabellos dorados.

Siguió arrastrándose lentamente hasta llegar junto a Yoongi, quien se había detenido para que lo
alcanzara. El chico de hebras negras lo observó un momento, viendo sus ojos cansados y su cuerpo
decaído.

— ¿Crees aguantar un poco más? Faltan aproximadamente unas dos horas para llegar al
valle.

— S-sí... — Tartamudeó el chico. — Yo te sigo.

Yoongi le mantuvo la vista unos segundos antes de asentir y avanzar lentamente para que el
muchacho le siguiera el paso. Se encontraban caminando tranquilamente en la claridad del
bosque. Finalmente, los árboles se habían abierto más y la luz de la luna podía ingresar. Era como
si alguien alumbrara con una linterna debido a la intensidad con la que brillaba, iluminando todo a
su paso.

~ 35 ~
— Es hermosa... — Susurró el rubio.

— ¿La luna? — Yoongi le siguió la mirada. — Bastante.

Caminaron un poco más nuevamente en silencio. Jimin observaba las hojas caídas y el extenso
paisaje que parecía no cambiar. Sus pies dolían bastante pero no quería mostrarse débil ante la
bestia frente a él, así que se obligó a continuar, aunque su cuerpo le suplicara un poco de
descanso.

— ¿Falta mucho? — Preguntó en voz baja.

— No llevamos ni cien pasos. — Rió el chico con cuernos. — Así que sí, falta mucho
princeso.

Jimin sintió su visión volverse negra unos segundos y el bosque nuevamente aparecer. Así
consecutivamente hasta que el negro finalmente ganó durante un largo tiempo. Un fuerte golpe le
hizo abrir los ojos, percatándose que había chocado con un árbol.

— Te estás muriendo de sueño. — Habló el chico de hebras negras junto a él.

— ¡M-mentira! — Se defendió Jimin. — Yo puedo, solo fue un desliz.

— Déjame cargarte. — Pidió Yoongi.

— ¡No! — Jimin se alejó cuando Yoongi se acercó. — ¡Puedo solo!

Siguió avanzando a tropezones, batallando por no desmayarse allí mismo. Dio cinco pasos más
cuando sintió sus pies separarse del suelo y de un momento a otro ser cargado al estilo princesa
por el chico de hebras negras.

— Suél...su... — Jimin apenas tenía las fuerzas para hablar.

— Duerme. — Ordenó Yoongi sin voltear a verlo.

— N-no podré... — Susurró Jimin viendo su fuerte mandíbula.

Los brillantes ojos verdes chocaron con los suyos, iluminando suavemente su rostro. Yoongi lo
volvió a dejar en el suelo y se colocó frente a él, inclinándose un poco.

— Te llevaré en mi espalda, sube.

Quiso discutir, realmente lo quiso, pero sabía que no lo lograría. Su cuerpo ya se encontraba
tambaleándose aun estando quieto en su lugar. Suspiró y brincó suavemente sobre Yoongi,
rodeándolo por el cuello y sintiendo como éste lo tomaba de las piernas y lo impulsaba más arriba
para acomodarlo.

~ 36 ~
— ¿Mejor? — Yoongi volteó suavemente la mirada, quedado bastante cerca del rostro del
campesino.

Jimin asintió tímidamente. Yoongi desvió la mirada hacia enfrente y siguió avanzando, sintiendo
poco después la cabeza del hermoso chico reposar sobre su hombro.

Quedo profundamente dormido al instante.

~ 37 ~
Capítulo 7
Jimin frunció su ceño al observar lo que el chico con cuernos le estaba ofreciendo. Unió más sus
cejas al ver la sustancia café y babosa en su mano.

— Y... ¿qué decías que es esta cosa? — Preguntó Jimin tocándola con su dedo y haciendo
una mueca de desagrado al sentir la fría y húmeda textura.

— Chiprol. — Repitió Yoongi. — Es lo único que puedes encontrar comestible en el valle de


los gritos, no encontrarás frutas hasta más adelante.

— ¿Qué demonios es una Chiprol? — Repitió Jimin por primera vez mostrándose
ligeramente molesto.

— Sonará terriblemente asqueroso si te lo digo así que si fuera tú simplemente me lo


comería.

— Dime.

— ¿Estás seguro?

Jimin se cruzó de brazos y alzó su barbilla para tratar de mostrarse firme e intimidante. Yoongi
suspiró y con su mano libre tomó a Jimin del brazo para jalarlo detrás de unos arbustos. El chico se
dejó guiar, agachándose para ver a través de las ranuras que formaban las ramas.

— ¿Ves esas plantas? — Señaló Yoongi.

Jimin siguió su dedo buscando con la mirada hasta finalmente detenerse. Abrió sus ojos
sorprendido al ver unas enormes flores amarillas arrastrándose por el valle con sus gigantes raíces.
Sus enormes pétalos se movían suavemente al igual que sus hojas que parecían tomar el rol de
unas manos. Las raíces formaban ondas detrás de ellas, expulsando de vez en cuando aquella
misma sustancia que Yoongi tenía a la mano.

— E-esas f-flores... — Murmulló Jimin. — ¡E-están v-vivas!

— Claro que lo están, ¿en qué mundo vives? — Yoongi rodó los ojos.

— ¡Es su excremento! — Murmulló Jimin en voz quizás demasiado alto.

— ¡Es increíblemente nutritivo! — Yoongi se lo acercó pero Jimin retrocedió de golpe. —


¡Por dios, no va a matarte! Las plantas solo se alimentan de semillas y pasto.

~ 38 ~
— ¡No comeré excremento de planta! — Gritó Jimin levantándose y retirándose a toda
prisa.

— ¡No sabe tan mal! — Yoongi lo siguió. — Y sigue gritando para que las flores nos
escuchen y vengan a husmear.

— Excelente, tú dijiste que solo comen pasto y semillas. — Jimin se cruzó de brazos.

Yoongi soltó un suspiro pesado antes de dirigir la Chiprol a su boca y comérsela tranquilamente.
Jimin hizo una mueca de asco al ver la sustancia café desaparecer en la boca de Yoongi. El otro
chico masticó tranquilamente antes de sacar otras de la canasta.

— ¿¡Llenaste mi canasta de excremento?! — Aulló escandalizado el rubio.

— Sí, y baja la voz. — Yoongi observó a la dirección de las plantas.

— Diablos, tendré que lavarla. — Jimin mordió su labio con disgusto. — Es simplemente
asqueroso.

— Son PLANTAS. — Yoongi lo observó molesto. — ¡Plantas!

— Excremento de planta. — Jimin bufó. — Prefiero aguantar a la siguiente parada... y por


cierto, ¿por qué no estamos avanzando? Ya desperté.

— Porque no podemos cruzar el valle con las enormes flores allí. — Yoongi alzó una ceja
como si fuese bastante obvio. — Oh, cierto. No conoces el bosque oscuro por ocultarte
de...

— ¿Perdón? — Jimin lo observó confundido.

— Nada. Mira, te explicaré. — Yoongi se llevó otra Chiprol a la boca, causando que Jimin
hiciera otra mueca de disgusto. — Las flores tienden a ser algo quisquillosas y celosas, a
menos que quieras hablarles bonito durante horas para que te dejen pasar, ve preparando
tu discurso. &

— ¿Qué tan difícil puede ser tratar con una flor? — Jimin alzó una ceja.

— No tienes idea, son peor que las mujeres con la regla.

— ¡Oye!

— Hablo en serio Jimin, no tienes idea de cómo son las flores. Ya tenía con las rosas de mi
jardín, las arranqué todas a la semana.

— Considerando tu difícil temperamento, falta de tacto y de paciencia no me sorprende


que digas eso. — Jimin pasó junto a él.

~ 39 ~
— ¿A dónde vas? — Preguntó Yoongi siguiéndolo con la mirada.

— A coquetear con flores.

— Ja, yo quiero ver eso.

Yoongi lo siguió con los brazos detrás de la nuca y una espléndida sonrisa. Observó a Jimin
frenarse cuando quedó frente a los arbustos y voltear detrás de él. Yoongi se apoyó en un árbol
fuera del claro y alzó su pulgar con una sonrisa maliciosa.

Jimin rodó los ojos e ingresó al claro. Era un enorme espacio sin ningún árbol, un río lo separaba
en dos medios círculos. Siguió avanzando hacia un puente que se encontraba del otro lado del lago
hasta que sintió el sol desaparecer. Se detuvo y alzó la vista, viendo una enorme flor que se
encontraba frente a él, sus pétalos impecablemente extendidos y... ¿la mirada fija en él?

— ¡Oh, hola! — Jimin sonrió. — ¿Cómo está señora flor? Luce muy hermosa hoy día.

La flor ladeó su "cabeza", Jimin no comprendía exactamente cómo funcionaban.

— Me pregunto si sería tan amable de dejarme pasar del otro lado. — Jimin siguió
sonriendo. — Tengo algo muy importante qué hacer y es sumamente necesario, ¿podría
dejarme pasar por favor bonita flor?

La flor extendió sus hojas e hizo unos cuántos movimientos. Se abrió cediéndole el paso mientras
asentía repetidas veces. Jimin alzó ambas cejas sorprendido.

— Vaya, ¡muchísimas gracias señora flor! — Jimin se inclinó hacia adelante.

— ¡¿Qué?! ¿Cómo demonios hiciste eso? — Yoongi ingresó al claro igualmente, captando
la atención de las demás flores.

— Solo siendo amable. — Jimin lo observó con tranquilidad. — ¿Nunca te enseñaron a


serlo?

— Sí, como sea. Avancemos. — Yoongi se adelantó un paso pero la flor volvió a bloquear el
camino. — ¡Oh por favor! ¡Déjame pasar! — Exclamó Yoongi malhumorado.

— ¿Podrías intentar decir por favor? — Preguntó Jimin cruzándose de brazos.

— Por favor. — Soltó Yoongi de mala gana.

— Señora flor, ¿sería usted tan amable y dejarme pasar del otro lado por favor?

— Me jodes.

— ¡Yoongi!

~ 40 ~
El chico con cuernos mordió sus labios con frustración y soltó un suspiro.

— Señora flor, usted siempre tan hermosa, ¿sería tan amable y graciosa y dejarme pasar
del otro lado, por favor? Se lo agradecería eternamente. — Yoongi se inclinó.

La flor se mantuvo inmóvil.

— Creo que no la convences. — Jimin rió suavemente.

— ¿No? — Yoongi volteó a verla y sonrió de nuevo. — Claro, la señora flor quiere que sea
original y no me copie del adorable chico rubio.

La flor unió sus hojas, cruzándolas entre ellas y esperó.

— De acuerdo. — Yoongi tomó aire. — Tú, siendo la flor más bella de todo el monte, de
hermosos pétalos dorados brillando bajo la luz de la luna, ¿me dejarías pasar de buena
voluntad y gracia?

La flor se mantuvo inmóvil.

— ¿Por favor? — Yoongi cerró un ojo y ladeó su cabeza.

La flor finalmente descruzó sus pétalos y se abrió. Jimin soltó una suave risa y pasó junto a Yoongi
frotando su espalda.

— ¿Ves que no era tan complicado? — El rubio sonrió. — Gracias señora flor.

Yoongi siguió a Jimin, deteniéndose cuando el chico repentinamente fue alzado del suelo y
tomado por las hojas de la flor. Yoongi abrió sus ojos sorprendido al ver a la flor restregarse como
un minino contra el rostro del campesino que ahora se encontraba lleno de polen.

Estornudó adorablemente.

Yoongi comenzó a reír y la flor después lo dejó nuevamente en el suelo, peinando su cabello con
sus hojas. Jimin rió y se sacudió un poco el polen.

— ¡Oh no! ¡No, no, no, yo no! — Yoongi huyó cuando vio las hojas de la flor acercarse a él.

Sintió que lo tomaron del cuello de la camisa y en un momento se encontraba pataleando en el


aire. La flor se acercó a él e igualmente se restregó llenándolo de polen. Yoongi cerró sus ojos y los
apretó visiblemente incómodo escuchando la risa de Jimin de fondo.

Finalmente fue depositado en el suelo e igualmente peinado. Jimin le dio un codazo amistoso y
comenzaron a avanzar, volteándose una vez en el puente para despedirse de la flor. Jimin agitó su
mano con una adorable sonrisa y la flor le correspondió alegremente antes de volver a rondar con
sus demás compañeras.

~ 41 ~
— Bien. — Jimin observó a Yoongi. — ¿Cuál es el siguiente destino?

Yoongi puso los ojos en blanco y atravesó el resto del claro con Jimin siguiéndolo por detrás.

— Aún falta mucho no llevamos ni un octavo del camino. así que iría ahorrando fuerzas y
cantos de victoria si fuera tú. — Yoongi lo observó malhumorado.

— De acuerdo. — Jimin lo observó de reojo antes de sonreír.

Y en aquel agradable silencio siguieron caminando hacia su próximo destino.

CHIPROL.- Excremento de las flores gigantes del bosque oscuro. Puede comerse sin ningún
problema ya que no es venenoso, inclusive dicen que tiene propiedades curativas en ciertas
ocasiones.

~ 42 ~
Capítulo 8
Una luna transcurrió desde que ambos príncipes cruzaron el valle de las flores. Hermoso
campesino de cabellos de oro avanzaba al mismo ritmo que el chico con cuernos, [aunque a veces
resultara complicado debido a su gran velocidad al caminar] pero eso no impedía que se
mantuviera firme y alegre a su lado.

Ahora se encontraban cerca del valle de los gritos, una de sus primeras grandes pruebas que
debían enfrentar para cruzar el peligroso bosque oscuro y llegar al castillo...

— ¿Observas esos árboles de allí? — Yoongi señaló el frente a lo que el campesino lo


siguió con la mirada y asintió. — Bien, esos árboles demuestran que estamos a punto de
llegar al valle de los gritos, ¿puedes decirme por qué?

Jimin negó con la cabeza. Yoongi asintió y se acercó a los árboles acompañado de Jimin.

— Observa. — Señaló el tronco.

Jimin se inclinó un poco para examinar aquel tronco. Al principio no encontró ninguna forma, y,
cuando estaba a punto de darse por vencido, las arrugas formadas en el tronco mágicamente
tomaron forma. Parecían unos rostros tallados, pero no unos lindos y apacibles, sino unos rostros
deformes donde todos parecían estar gritando. El campesino retrocedió con un escalofrío.

— Parece gente gritando. — Jimin observó a Yoongi. — ¿Es eso?

— En efecto. — Yoongi asintió y se alejó un poco. — Así que vamos a dejar las cosas muy
claras desde ahora, no quiero llevarme malas sorpresas en el valle.

— D-de acuerdo. — Murmuró el campesino ligeramente asustado.

— Regla número uno. — Yoongi levantó su índice. — Hagas lo que hagas, no vayas a seguir
las voces, no importa qué tanto griten o supliquen tu ayuda, no las ayudes.

Jimin asintió.

— Regla número dos. — Yoongi levantó otro dedo. — No te vas a separar más de dos
metros de mí, te quiero cerca todo el tiempo.

— ¿Ya te gustó estar conmigo? — Bromeó Jimin.

— Para que salgas corriendo. — Contestó fríamente el otro.

~ 43 ~
— Oh. — Jimin bajó la cabeza avergonzado.

— Es un camino bastante largo, atravesaremos dos montañas. — Explicó Yoongi. — Allí


habrán unas pruebas ya que dentro del valle de los gritos están las montañas del engaño,
que son esas dos.

Jimin observó más allá de los árboles el camino de pasto inmenso que se abría entre dos
montañas. La luz de la tarde bañaba todo en un color rojizo y violeta bastante agradable, sin
embargo, el lugar tenía pinta de no dar buena espina.

— Necesito que me hagas caso en todo lo que te pida, es fácil perderse o morir aquí. —
Yoongi lo observó fijamente. — Tendremos que hacer esto juntos o si no, no funcionará.
¿Bien?

— Bien. — Jimin asintió.

— De acuerdo. — Yoongi suspiró. — Aquí vamos.

El rubio se acercó más al chico de cabello negro y juntos comenzaron a avanzar en silencio.
Atravesaron los árboles hasta llegar al valle y avanzaron entre las colinas mientras un gélido aire
les golpeaba el cuerpo y la cara. Jimin siguió avanzando en silencio, comenzando a escuchar unos
suaves susurros que se desprendían de las rocas o el viento conforme avanzaba.

— Jimin... — Susurró una voz femenina en voz baja. — Jimin...

El campesino volteó de izquierda a derecha para encontrar el origen de la voz pero no había nada.
Siguió avanzando un poco más rápido hasta que escucharon un estruendoso grito que a ambos les
heló la piel. Un grito tan estremecedor que le puso los pelos de punta al campesino quien se
congeló en su lugar.

— No las escuches. — Ordenó Yoongi con voz suave. — Sigue caminando.

Jimin tragó duro antes de proseguir su camino con el chico con cuernos. Caminaron escuchando
gritos cada vez más potentes y lamentos, Jimin quería taparse los oídos, pero no podía, así que
apretó sus labios con fuerza y mantuvo la vista fija en el camino y concentrarse en otra cosa, por
ejemplo, cuántos pasos ya llevaban.

— ¡JIMIN! — Gritaron con fuerza.

El campesino se detuvo nuevamente y observó detrás de él. Vio tres figuras ir corriendo a toda
velocidad hacia él.

— ¿T-Tae? — Susurró entrecerrando sus ojos.

~ 44 ~
— ¡JIMIN NO VAYAS! — Gritó Taehyung con más fuerza. — ¡JIMIN NO VAYAS CON ÉL,
DETENTE!

Yoongi volteó inmediatamente y abrió sus ojos escandalizado al ver a los tres brujos correr hacia
ellos. Tomó del brazo a Jimin y jaló de él mientras corrían a toda velocidad.

— ¡JIMIN! — Gritaron cada vez quedando más lejos. — ¡JIMIN!

— ¡Suéltame! — Gritó el rubio tratando de zafarme. — ¡Suéltame Yoongi, suéltame!

Pero Yoongi hizo caso omiso y solo apretó más fuerte, corriendo tan rápido como sus piernas le
permitían y tironeando del chico que estaba a su lado. Jimin comenzó a gritar cada vez más fuerte
que lo soltara, provocando gritos tan fuertes que algunas piedras comenzaron a temblar debido al
eco.

— ¡Jimin no grites! — Suplicó Yoongi. — ¡No es real nada de esto es real te están
engañando!

— ¡SUÉLTAME! — Siguió gritando el campesino. — ¡QUE ME SUELTES TE HE DICHO!

Otro temblor y una fuerte sacudida de rocas, algunas comenzaron a rodar hacia ellos.

— Jimin, Jimin escúchame. — Suplicó Yoongi tomándolo con fuerza. — Esto es lo que
sucede en el valle de los gritos, la gente comienza a gritar y causa temblores para
después...

— ¡NO ME INTERESA! — Volvió a gritar Jimin. — ¡QUIERO IR CON MIS PADRES! ¡QUIERO IR
CON JIN, HOSEOK Y TAEHYUNG!

La sacudida se volvió cada vez más violenta y el piso comenzó a abrirse. Yoongi abrió sus ojos
horrorizado y observó a Jimin con súplica una vez más.

— No me hagas callarte a la mala. — Yoongi volvió a tirar de él pero esta vez Jimin puso
más resistencia.

— ¡TE DIJE QUE ME SUELTES! ¡QUE ME SUELTES! ¡SUÉLTAME YA! — Aulló con fuerza.

Y la tierra tronó lentamente, comenzando una grieta en el suelo que se fue extendiendo entre
ambos. Jimin se calló al instante y observaron con el aliento retenido la grieta extenderse un poco
más hasta detenerse.

Aguantaron la respiración durante un segundo.

Y luego fueron violentamente separados cuando el suelo dio la sacudida abriéndose en dos y
dejando un mar de lava al expuesto. Tanto Jimin como Yoongi se tambalearon hacia atrás,
zafándose finalmente y quedando sentados en su respectiva mitad.
~ 45 ~
— ¡Diablos, diablos, diablos! — Gritó Yoongi levantándose rápidamente. — ¡NO TE
MUEVAS JIMIN, NO TE MUEVAS! — Aulló cuando el chico retrocedió. — ¡ATRÁS DE TI LA
TIERRA VOLVIÓ A ABRIRSE!

Jimin observó a través de su hombro otra grieta que se separó, causando que cayera nuevamente
hacia adelante y quedara atrapado entre dos lagunas de lava. Abrió sus ojos horrorizado y
comenzó a gritar al igual que Yoongi, ambos comenzando una pelea a gritos que abría grietas y
más grietas y causaba temblores infernales.

— ¡DEJA DE DECIRME QUÉ HACER! — Gritó Yoongi. — ¡NO ESTARÍAMOS ASÍ DE NO SER
POR TU CULPA!

— ¡TÚ FUISTE QUIEN ME SECUESTRÓ SIN DARME EXPLICACIONES! — Gritó igualmente


Jimin. — ¡NADA DE ESTO HABRÍA PASADO DE NO SER POR TI!

— ¡NADA DE ESTO HABRÍA PASADO DE NO SER POR TU NACIMIENTO! — Gritó Yoongi


finalmente enloqueciendo de ira.

Jimin se calló abruptamente y Yoongi se maldijo al percatarse de lo que había dicho. Se


reincorporó tratando de mantener el equilibrio y observando a lo lejos la tierra que seguía
abriéndose en dos.

— Escúchame. — Yoongi finalmente bajó su tono de voz, pero Jimin no volteó a verlo. —
Vamos a dejar esto y vamos a correr hasta la otra punta. — La señaló. — Si logramos llegar
antes de que la tierra se siga abriendo podremos obtener una gran ventaja.

Jimin se mantenía cruzado de brazos viendo el suelo.

— Jimin — Llamó Yoongi.

Jimin observaba el suelo sin decir absolutamente nada, la tierra gruñendo bajo sus pies.

— Jimin... — Llamó Yoongi más fuerte. — Por favor...

El campesino finalmente levantó la mirada para cruzarla con los ojos esmeraldas del chico con
cuernos. Descruzó sus brazos para ver a su izquierda, muy a lo lejos, como la tierra volvía a unirse.

— ¡En último en llegar hoy no cena! — Gritó una última vez Jimin antes de soltar una
carcajada y comenzar a correr a toda velocidad.

— ¡Oye eso es trampa! — Gritó también Yoongi echando a correr.

— ¡Jimiiin!

~ 46 ~
El campesino comenzó a reír a lo lindo mientras corría tan rápido como sus piernas se lo
permitían. Observó a sus costados a Yoongi corriendo a la misma velocidad que él, ambos
esbozando una maliciosa sonrisa y corriendo cada vez más rápido.

Jimin le sacó la lengua cuando logró adelantarse un par de pasos pero la victoria no le duró mucho
cuando escuchó la risa de Yoongi y lo vio unos cinco pasos más adelante. Jimin tomó aire y
aguantando el dolor que comenzaba a formarse en sus piernas siguió corriendo hasta nuevamente
colocarse a su altura.

Yoongi lo observó con el ceño fruncido y Jimin le guiñó el ojo antes de tomar más vuelto.

Y cuando menos se lo esperaban la tierra ya había dejado de sacudirse y tanto Jimin como Yoongi
se abalanzaron al suelo como desquiciados al llegar a lo que sería la meta.

— ¡Gané! — Exclamó Jimin en el suelo, Yoongi junto a él con la respiración descontrolada.

— Mentira. — Yoongi negó con la cabeza. — Yo gané.

— Yo ya estaba en el suelo cuando te vi llegar. — Se defendió Jimin.

— No. — Yoongi negó con la cabeza. — Yo gané.

— ¡Yo gané!

— ¡YO LLEGUÉ PRIMERO!

— ¡NO ES CIERTO!

La tierra volvió a sacudirse y ambos se callaron al instante.

— ¿Empate? — Yoongi observó a Jimin con una sonrisa.

El campesino alzó ambos hombros y colocó su puño, Yoongi lo chocó con una sonrisa.

— Empate. — Repitió el chico de ojos azules sonriendo.

Ambos rieron un poco antes de comenzar a avanzar nuevamente por aquel claro, dejando atrás el
desastre que habían provocado debido a sus gritos.

Primera gran prueba, completada... por un pelito.

~ 47 ~
Capítulo 9
La relación entre el hermoso campesino y el chico de grandes cuernos parecía haber mejorado con
el paso de los días. Era cierto que muchas veces el chico de hebras negras resultaba muy gruñón y
malhumorado, pero allí estaba el adorable campesino para calmarlo y llevarlo nuevamente por la
dulce y alegre vía. Eran muy distintos y aún peleaban debido a sus diferencias, pero lograban
avanzar juntos al menos.

— ¡No haré eso! — Se quejó el rubio campesino negando con la cabeza.

— ¡No hagas esto otra vez! — Yoongi gruñó audiblemente. — ¿Te vas a morir?

— N-no. — Negó con su cabeza. — P-pero...

— Jimin. — Cortó el chico de hebras negras malhumorado. — ¿Qué tienes tú que yo no


haya visto antes?

Las mejillas del campesino se tornaron violentamente rojizas. El chico de hebras negras suspiró
viendo el cielo y se acercó al campesino para frotar sus hombros, Jimin se tensó.

— Vas a quitarte poco a poco tu ropa. — Comenzó Yoongi bajando sus manos. — Vas a
desnudarte y te vas a meter a ese lago para limpiarte al igual que yo... ¿de acuerdo? —
Habló lentamente el cornudo.

— ¡Pero no quiero desnudarme frente a ti! — Jimin empujó sus manos. — ¡Date la vuelta!

— ¡Somos dos hombres Jimin! ¡No hay nada en ti que yo no haya visto en mí! — Exclamó
cansado el chico de cabello negro.

El campesino nuevamente se tornó rojo y se cruzó de brazos para cubrir su cuerpo. Era cierto que
estaba sobre actuando, pero no podía evitarlo, nadie lo había visto desnudo, siquiera sus padres a
excepción de cuando era pequeño. Pero al crecer comenzó a desarrollar cierta timidez y
francamente quedar sin ropa frente al otro chico... era... raro. Muy raro.

— Date la vuelta. — Pidió el campesino con un fuerte rubor. — ¡No pongas esa cara y date
la vuelta!

— ¡Bien, bien, tú ganas! — Yoongi alzó ambas manos en señal de rendición y le dio la
espalda.

— ¡Ten cuidado! ¡Te estoy viendo! — Amenazó el rubio llevando sus manos al borde de su
camisa.
~ 48 ~
— ¡No voy a voltear! — Gruñó Yoongi antes de bajar la voz. — Niñato...

Jimin suspiró y mordió sus labios antes de quitarse la camisa e irla a depositar junto a una piedra.
Observó otra vez a Yoongi quien pateaba el suelo u observaba el cielo mostrando desesperación,
Jimin se estaba demorando mucho.

— ¿Ya? — Preguntó de nuevo.

— ¡No! — Gritó Jimin a sus espaldas.

El rubio se quitó lo que quedaba de ropa y se tornó rojo cereza al sentirse tan expuesto. Colocó
sus manitas en su entrepierna para cubrirse y se dirigió en reversa al lago, observando a Yoongi y
asegurándose de que no volteara. Finalmente sintió el agua fría del lago y no pudo evitar chillar.

— ¿Qué te pasa? —Yoongi volteó y Jimin pegó un enorme grito que le hizo brincar y
taparse los ojos. — ¡NO VI NADA LO JURO!

Jimin se cubrió más y volvió a tocar el agua. Estaba demasiado fría.

— E-está muy fría. — Murmuró.

— Estamos en el bosque casi en invierno. ¿Qué esperabas? — Preguntó Yoongi aún de


espaldas.

— Me puedo enfermar. — Metió su pie pero inmediatamente lo sacó al sentir el dolor que
provocaba. — Es imposible.

Yoongi tapó sus ojos y se dio la vuelta para avanzar hacia el lago. Jimin chilló y se escondió detrás
de unos arbustos y se abrazó mientras observaba a Yoongi descubrir sus ojos y observar el lago. El
chico de hebras negras analizó el agua y se agacho para tocarla con su mano, la sacó al instante y
la sacudió.

— Es cierto... — Observó a Jimin que estaba cubierto por hojitas y un fuerte rubor.

— ¿N-no puedes usar tu magia y calentarla? — Preguntó penosamente Jimin. — ¿Aunque


sea un poco?

— No. —Yoongi negó con la cabeza. — Aunque quisiera no podría, este lago es demasiado
extenso.

— ¿Entonces? — Preguntó Jimin tiritando un poco. — Llevo semanas sin bañarme, ¡es
desagradable!

— Las cuevas... — Susurró Yoongi repentinamente.

— ¿Qué? — Preguntó Jimin confundido.

~ 49 ~
— Las cuevas. — Repitió Yoongi en voz alta. — Las cuevas del eco podrían ayudar.

— ¿Qué son esas cuevas? — Preguntó Jimin alzando una ceja y sintiendo un cosquilleo en
su pierna, pero decidió ignorarlo.

— Tendríamos que desviarnos un poco, en ese caso tomar otro camino. — Yoongi observó
detrás de él. — Son unas grandes cuevas en el corazón del bosque oscuro donde
antiguamente estaba el volcán. Algún tipo de magia o fenómeno natural provoca que el
pozo de agua dentro de esas cuevas siempre esté caliente.

— ¿Queda muy lejos? — Preguntó Jimin sintiendo el cosquilleo en su pierna ir subiendo,


tragó saliva y se sacudió un poco.

— No tanto. — Yoongi se alejó del lago y se acercó un poco a él. —Muchas frutas crecen
por allí también, podríamos coger algunas.

— ¿Pero? — Preguntó Jimin al ver a Yoongi hacer una mueca.

— El segundo camino no me da confianza. — Yoongi frotó su barbilla. — No lo conozco


muy bien, muchas leyendas de criaturas mágicas y oscuras apuntan hacia ese camino.

— Bueno no podemos saberlo hasta estar ahí. — Jimin se estremeció al sentir más
coquillas. — Agh...

— ¿Pasa algo? — Yoongi lo observó. — Uh... ¿Jimin?

Ladeó un poco su cabeza al observar al campesino viendo hacia abajo y más blanco que el papel
para después tornarse rojo y tapar su boca.

— Eh... — Yoongi se tensó. — ¿S-seguro que todo...?

— ¡ARAÑA! — Gritó el chico brincando fuera de los arbustos y palmeando su pierna


repetidas veces. — ¡TENGO UNA ARAÑA GIGANTE EN MI PIERNA!

Comenzó a gritar en histeria dando brincos por todos lados y palmeándose todo el cuerpo. Yoongi
casi se desmaya al ver una araña gigante trepando por la espalda desnuda de Jimin. El chico de
cabello negro gritó y se abalanzó sobre él.

— ¡QUÍTALA! ¡QUÍTALA! — Gritó Jimin.

— ¡NO TE MUEVAS! — Aulló Yoongi tratando de golpear a la araña. — ¡JIMIN DETENTE!

— ¡AUCH! — Aulló el campesino. — ¡ME MORDIÓ! ¡ESA ESTÚPIDA ARAÑA ME MORDIÓ!

~ 50 ~
Yoongi finalmente logró tomarla y aventarla duramente al suelo. La araña roja con destellos de oro
se contrajo desagradablemente antes de soltar un chillido mostrando sus colmillos. Yoongi le rugió
y la araña salió corriendo rápidamente no sin antes expulsar un líquido verde al suelo.

El chico de hebras negras maldijo y se volteó a Jimin que frotaba la parte de atrás de su hombro
con dolor.

— ¿Estás bien? — Preguntó Yoongi.

— Me mordió... —Susurró Jimin haciendo una mueca sin dejar de sobar. — ¿Qué era?

— Nunca había visto una especie así. — Yoongi rozó con delicadeza los dos orificios rojizos
en la piel de Jimin, hizo una mueca. — ¿Duele mucho?

— A-algo... —Susurró Jimin dejando en paz su hombro. — No pasa nada, solo...

El rubio se calló abruptamente causando que Yoongi lo observara preocupado. Jimin chilló agudo
y dio un brinco hacia atrás cubriéndose sus partes íntimas.

— ¡TE DIJE QUE NO VIERAS! — Gritó.

— ¡TE ACABA DE PICAR UNA ARAÑA Y TÚ SOLO TE PREOCUPAS DE SI TE VI DESNUDO! ¿EN


SERIO?

— ¡ES VERGONZOSO! ¡Es vergonzoso que me veas desnudo!

— Qué sorpresa. —Contestó Yoongi con sarcasmo. — Nunca había visto un cuerpo como
el tuyo.

— ¡DATE LA VUELTA! ¡DEJA DE VERME ASÍ, ME ASUSTAS! — Chilló nuevamente Jimin.

— ¿Así cómo? — Yoongi ladeó su cabeza.

— Con los colmillos fuera y ojos brillantes. — Murmuró Jimin retrocediendo un poco. —¡Es
escalofriante, deja de hacerlo!

— ¿Qué?

Yoongi sintió una fuerte punzada en su belfo. Rozó con su lengua topándose con sus dos afilados
colmillos palpitantes contra sus labios. Abrió la boca y se sobó al sentir una gota de sangre en su
labio debido a la presión. Alzó una ceja confundido y se acercó al lago para verse fijamente,
abriendo sus ojos con sorpresa al ver que sus ojos verdes se encontraban brillando con mucha
intensidad, con ciertos destellos negros rodeando su iris.

— ¿Yoongi? — Llamó Jimin

~ 51 ~
El chico con cuernos observó atrás, viendo su cola moviéndose de izquierda a derecha y
levantándose amenazante, apuntando hacia Jimin quien lo observaba pálido.

— Lo siento. — Se excusó Yoongi. — No sé qué me pasó.

— ¿P-podrías darte la vuelta? — Pidió Jimin penosamente.

— Claro. — Yoongi se dio la vuelta rápidamente con las cejas unidas.

¿Qué estaba pasando?

Sintió su cola moverse y por más que intentaba volver a tomar control sobre ella le resultó casi
imposible, aquella se movía frenéticamente intentando alcanzar a Jimin. Escuchó las pisadas del
campesino poco después cerca de él, se volteó viéndolo con ropa y frotando sus brazos
tímidamente.

— Bien. — Yoongi asintió y observó a su cola que ya estaba reposando tranquila en el


suelo. — Vamos antes de que anochezca.

Pasó su lengua sobre sus labios: los colmillos ya no estaban tampoco, supuso que sus ojos habían
vuelto a la normalidad. Negó con la cabeza evitando pensar en ello, pero era cierto que estaba
preocupado, nunca antes le había pasado algo así. Bueno, en una ocasión hace unos años, pero ya,
su madre jamás le dijo nada al respecto así que supuso que era normal.

— Serán tres noches. — Yoongi observó a Jimin de reojo. — ¿Puedes con ello?

— Claro. — Jimin asintió con una sonrisa. — Puedo comer una Chiprol mientras tanto.

— Creí que no te gustaban. — Yoongi sonrió.

Jimin colocó sus manos al frente y las entrelazó tímidamente antes de menearlas con delicadeza.

— Quizás no sean taaan malas después de todo. — Jimin observó de reojo a Yoongi antes
de sonreír.

Ambos rieron alejándose del lugar lentamente. Sus figuras se alejaron y lo único que quedó fue
aquel veneno color verde sobre el pasto verde del suelo, quien unos segundos después comenzó a
tornarse negro, marchito y quemado.

La única flor que tenía una gota de la sustancia verde, murió


después de que sus pétalos se tornaran negros y un humo verde se
dispersara hasta desaparecer por completo.
~ 52 ~
Capítulo 10
Las cuevas del eco no quedaban realmente lejos de donde se encontraban Yoongi y Jimin.
Llevaban un par de horas sin comer debido a la falta de comida así que se apuraron a llegar antes
del anochecer. Encontraron un camino de tierra que se perdía entre unos árboles que daba un
aspecto del bosque completamente distinto en el que ellos estaban

- ¿Yoongi? - Llamó el campesino observando los enormes árboles de hojas naranjas a su


derecha. - ¿Por qué esa parte del bosque es distinta a la nuestra?

- Porque ese bosque no pertenece a nuestro lado. - Contestó Yoongi caminando entre los
árboles de hojas negras. - Si cruzas te meterás a una dimensión completamente distinta a
la nuestra.

- ¿Pero sigue siendo el bosque oscuro? - Volvió a preguntar Jimin.

- Sí, pero en una dimensión o realidad distinta a la nuestra. - Yoongi alzó ambos hombros.

- ¿Y a dónde lleva? - Siguió preguntando Jimin.

- ¿Uh? - Yoongi observó los árboles unos segundos. - Si no me equivoco a Stancrold.

- ¿Stancrold? ¿Qué es? &

- El pueblo cerca de ese bosque. No te recomiendo ir, son una comunidad bastante
extraña, les temen a los lobos dentro de ese bosque y hablan de una extraña profecía... -
Yoongi negó con la cabeza. - De un chico que al cumplir los diecisiete años se enamoraría
del lobo en ese bosque.

- ¿Entonces allí hay lobos? - Jimin siguió avanzando. - ¿Cuántos?

- Diablos, no lo sé. ¿Puedes dejar de hacer tantas preguntas? - Regañó Yoongi.

El campesino suspiró antes de avanzar y dejar atrás aquella extraña división de árboles.

Siguieron su camino de tierra negra durante un par de horas en silencio hasta que Yoongi se
detuvo bruscamente, Jimin chocó contra él.

- ¿Qué pasa? - Preguntó el rubio.

- Espinas. - Contestó Yoongi.

~ 53 ~
Jimin se asomó y observó una enorme enredadera de rosas con espinas gigantes, podría llevar fácil
unos kilómetros... y rodearlo... tomaría meses.

- ¿Qué son esas espinas? - Preguntó Jimin. - ¿Son venenosas?

- ¡Claro que lo son! - Yoongi avanzó a la enorme enredadera molesto. - ¡No podemos
pasar!

- Podemos cruzar poco a poco sin pincharnos, las espinas son muy grandes y nosotros muy
pequeños. - Jimin alzó ambos hombros.

- No dirás lo mismo cuando la espina te atraviese el culo. - Espetó el otro. - Morirás antes
de sentirlo.

- ¿No podemos rodearlo? - Jimin observó de izquierda a derecha viendo como el muro de
espinas desaparecía en los horizontes.

- Tomará días, no podemos hacer eso. - Yoongi negó con la cabeza.

- ¿Qué hacemos entonces?

- ¡Cállate, estoy pensando! - Yoongi comenzó a frotarse las sienes.

Jimin resopló y se sentó en el suelo con un puchero. Yoongi comenzó a avanzar de izquierda a
derecha rascándose la cabeza y maldiciendo bajo la mirada atenta del rubio que había comenzado
a jugar con el pasto y la tierra.

Después de unos minutos Jimin hizo una mueca de dolor y se sobó el hombro donde lo había
picado esa estúpida araña. Llevaba cinco días sin revisarse y le ardía cada vez más pero no se
atrevía a ver. Pero dolía, y mucho.

- Parece que tendremos que regresar y tomar el camino en el que estábamos. - Dijo Yoongi
de mala gana. - Es imposible pasar.

- ¡Debe haber alguna forma! - Jimin se levantó y se acercó a las flores. - ¡Hola señora flor!
¿Cómo le va?

- ¡No seas idiota, estas flores no hablan ni te entienden! - Exclamó Yoongi en carcajadas. -
No son como las flores del valle.

- Bueno yo jamás he estado aquí. - Jimin se reincorporó para alejarse de las flores. - Esto
me recuerda a un sueño que tuve.

- ¿Un sueño? - Preguntó Yoongi alzando una ceja.

~ 54 ~
- ¡Sí! - Jimin entrelazó sus manos sobre su pecho como un enamorado. - ¡El príncipe venía
a salvarme en su hermoso corcel blanco! ¡Con su enorme espada destrozaba este muro y
me besaba! ¡El beso de amor verdadero!

A-ha. - Yoongi oprimió su risa. - Buena suerte encontrando un príncipe en un corcel blanco con una
espada. Estamos solos.

Jimin rascó su barbilla y observó a Yoongi de pies a cabeza, el cornudo se encontraba bostezando
sonoramente y rascándose la panza sin pudor alguno. Jimin frunció su nariz con desagrado pero en
eso abrió sus ojos como platos.

- ¡Tú! - Exclamó Jimin.

- ¿Yo? - Yoongi se señaló.

¡Sí, tú! - Jimin lo tomó del brazo y lo jaló.

- Me siento perdido. - Contestó el chico de cabello negro.

- ¡Tu cola! - Jimin la señaló. - ¡Vi como rompías un árbol a la mitad para tirar las frutas!
¡Podrías dar latigazos, cortar las espinas y abrir paso!

- ¡Qué idea más increíble!

- ¿En serio?

- ¡Por supuesto que no idiota! ¡No me arriesgaré a pincharme la cola!

- ¿Tienes una mejor idea entonces? - Jimin se cruzó de brazos.

- Dar la media vuelta. - Yoongi señaló detrás de él con el pulgar y una falsa sonrisa.

- Tú no eres el príncipe azul que yo soñé. - Jimin rodó los ojos.

- ¿Qué? - Yoongi ladeó su cabeza

- Una canción. - Jimin suspiró

- Oh, qué bonito. ¿Nos vamos?

- Últimamente he estado muy callado, me pondré a cantar

- ¡No!

- Eres tú la dulce ilusión que yo soñé. - Comenzó a cantar el rubio con voz angelical y
dando vueltas.

~ 55 ~
- Jimin no hagas eso.

- Eres tú, brillando en tus ojos el amor pude ver. -Jimin se fue acercando a él, Yoongi
inmediatamente se tornó rojo cereza. -Sin embargo sé que un sueño es difícil realizar...

- Jimin por favor detente. - Yoongi se tapó la cara.

- Más yo tengo fe en que despertaré. - Jimin tomó sus manos para bajarlas y clavó su vista
con una sonrisa en Yoongi. - Y tú me amarás... se hará realidad... - Se pegó a él. - Lo que yo
soñé...

El rubio rió al ver el leve sonrojo en el otro chico y dio una vuelta para zafarse mientras tarareaba
con gracia y alegría. Yoongi mantenía la vista fija en él con la boca ligeramente abierta,
completamente absorbido por los movimientos dulces y agraciados del hermoso campesino frente
a él que se detuvo para dar una vuelta y cerrar sus ojos.

- Más yo tengo fe en que despertaré. - Cantó de nuevo. - Y tú...

- ... me amarás. - Yoongi lo tomó por atrás de las muñecas y dio una vuelta con él haciendo
que Jimin ahogara un grito. - Se hará realidad...

Quedaron frente a frente tomados de las manos. Jimin enrojeció brutalmente antes de sentir el
agarre de Yoongi tomarlo con más fuerza y pegarlo a él mientras que con otra mano sobaba su
mejilla con delicadeza.

- Lo que yo soñé... - Cantaron al unísono en voz baja.

Escucharon unos crujidos que les hicieron a ambos voltear: las ramas de las flores se habían
comenzado a abrir creando un camino perfecto de tierra que atravesaba al otro lado. Jimin chilló
emocionado.

- ¡Yoongi, mira! - Exclamó entusiasmado. - ¡Las flores!

- Claro que ya lo había visto. - Yoongi rodó los ojos. - Comenzó cuando comenzaste a
cantar.

- ¿E-en serio? - Jimin lo observó fijamente.

- No por nada me puse a cantar. - Espetó secamente el otro. - No volveré a hacerlo así que
camina.

- ¿E-entonces no lo hiciste porque querías? - Jimin lo observó con cierta decepción.

- Eh... no. - Yoongi alzó una ceja. - Odio cantar, apúrate.

~ 56 ~
Jimin suspiró tristemente antes de seguir a Yoongi por el camino de tierra que se abrió frente a
ellos. Ambos cruzaron con prisa al escuchar nuevamente los crujidos y ver como el camino volvía a
cerrarse detrás de ellos, corrieron rápidamente para salir justo cuando una espina les rozó la ropa.

- ¿Estás bien? - Preguntó Yoongi al ver a Jimin hacer una mueca de dolor y sobar su
hombro.

- Sí... - Susurró él. - Solo es un pequeño, ¡Auch!

- ¡Jimin! - Yoongi lo tomó antes de cayera. - ¿Estás seguro de que estás bien...?

- Me duele. - Susurró el campesino cerrando con fuerza sus ojos. - Quema...

Yoongi abrió sus ojos asustado y estabilizó a Jimin antes de tomar el borde de su camisa.

Se mantuvo quieto sintiendo su cola levantarse nuevamente sobre su cabeza y sus ojos brillar un
poco, tragó saliva pesadamente y la retiró de golpe viendo la blanca piel del chico.

- ¡Por el cráneo de val! - Espetó Yoongi. - ¡Mierda y más veces mierda!

Ignoró su cola que se sacudió en el cielo con fuerza y rozó con sus dedos el hombro de Jimin. Se
colocó detrás de él rozando con la yema de sus dedos las dos aberturas que ahora eran dos hoyos
de unos cinco centímetros de ancho, mostrando la carne rojiza e infectada y el pus acumulado
formando desagradables olores putrefactos. Yoongi tapó su boca al ver la carne quemada y el
tejido podrido, abriéndose cada vez más para cubrir todo el cuerpo.

- ¡Tenemos que llegar ya! - Espetó Yoongi cargándolo de golpe, Jimin se aferró a él con un
chillido. - ¡Tenemos que llegar a la cueva!

- ¿Qué pasa? - Preguntó Jimin débilmente.

- Veneno. - Contestó Yoongi acomodándolo en sus brazos. - Tenemos que llegar a las
cuevas, allí hay musgo que puede curarte, ¿crees aguantar?

- Aja... - Jimin apretó sus ojos antes de soltar otro quejido de dolor.

Yoongi apretó sus labios y comenzó a correr velozmente por el bosque sintiendo su corazón
apretar contra sí. Técnicamente Jimin se estaba muriendo en sus brazos, y si bien pudo resultar
algo trágico y romántico, él estaba muy aferrado a la idea de no dejarlo morir.

Aún le faltaba unos meses para su muerte definitiva... Antes del sueño eterno.

Y Yoongi no sabía si podría con eso.

~ 57 ~
Capítulo 11
La salud del bello campesino parecía deteriorarse conforme los minutos pasaban. Los temblores
en su cuerpo, palidez de su piel y labios resecos le daban un aspecto bastante enfermo y débil. La
velocidad a la que lo portaba el chico con cuernos era inmensa, se había prometido no usar nada
de poderes mágicos o habilidades, pero esta era una situación de vida o muerte.

Transcurrió cierto tiempo donde cruzaron largos caminos de tierra, montañas e inclusive un lago
en el que tuvieron que nadar. Bueno, en realidad Yoongi tuvo que arrastrar al hermoso rubio y
luego abrazarlo con fuerza para otorgarle algo de calor. Las situaciones no eran favorecedoras, el
sol brillaba con más fuerza anunciada el clímax de la tarde, el crepúsculo llegaría en cualquier
momento. Por fortuna no faltaba mucho para que llegaran a las cuevas del eco, esperaban estar
antes del anochecer si era posible.

— Para estar a punto de morir creo que lo estás haciendo bien. — Murmulló Yoongi
tomando al débil Jimin en sus brazos, el campesino no emitió sonido alguno.

— N-no eres m-muy... reconfortante... — Habló con dificultad el rubio aferrándose a su


pecho y temblando.

— Soy realista. Tienes suerte de estar vivo, ¿sabes? — Yoongi lo impulsó un poco hacia
arriba y acomodarlo. — Te siento más ligero... necesitas comer.

— Gracias por preocuparte. — Murmulló Jimin secamente.

— Oh, eso es malo. — Yoongi se apuró un poco más. — Comienzas a perder tu encanto, se
supone que eres el príncipe de los cuentos de hadas... no lo sé, deberías hablar con
animalitos y decir que todo está bien y...

— ¡Solo cállate! — Rugió el campesino sin voltear a verlo.

— Y bailar y cantar. — Finalizó Yoongi frunciendo su ceño. — Oh cierto, no puede ser


posible. Es normal que comiences a perder tu encanto de príncipe.

— E-estoy enfermo. — Jimin tosió.

— Sí y la Bella era prisionera y aun así se enamoró de la Bestia. — Yoongi rió. — Tú ni


siquiera deberías enfermar, los protagonistas en los cuentos de hadas no...

Se mantuvo en silencio, Jimin volteó a verlo.

— No mueren... — Susurró débilmente Yoongi desviando la mirada.


~ 58 ~
El silencio nuevamente se hizo presente y el sonar de las pisadas del cornudo era lo único que
transmitía ruido en la soledad del bosque. Jimin volvió a toser con fuerza y cerró sus ojos soltando
un quejido de dolor.

— Creo que es porque alternamos la historia. — Continuó Yoongi después de un rato. —


Es decir, deberías ser salvado por un príncipe que derrotaría el mal y vivirían felices por
siempre.

— Pero estoy con el villano de cuento. — Jimin rió un poco.

—Un villano muy bueno diría yo.

— No me subestimes en ese aspecto Jimin. — Yoongi bajó la mirada a sus brazos. — Que
te deba mantener vivo no significa que sea en realidad una buena persona.

— Me estás llevando a casa para que esté a salvo, con mis padres y dirija un reino, ¿eso no
te hace buena persona? — Preguntó Jimin. — Si fueras el villano no estarías
ayudándome...

"Te estoy ayudando a llegar a tu muerte, príncipe ingenuo."

— Como sea. — Yoongi desvió la mirada de nuevo. — Falta poco para llegar, espero.

Jimin volvió a cerrar sus ojos y respiró profundo, ignorando la alta fiebre en su cuerpo y el dolor
muscular que parecía estrujarle todos los huesos de forma dolorosa. Yoongi siguió avanzando
entre los árboles, desviándose para acortar el camino y bajando por unas colinas. Observó un lago
que se perdía en el horizonte, donde unas montañas se alzaban y muchas piedras se
amontonaban.

— Llegaremos poco antes del anochecer si vamos por el lago. — Yoongi bajó a Jimin con
delicadeza, el rubio se apoyó en él. — ¿Crees...? ¿Crees poder nadar?

— Puedo intentarlo. — Susurró Jimin soltándolo un poco. — Pero necesitaré tu ayuda.

— Bien. — Yoongi avanzó con él a la orilla del lago. — La corriente nos guiará así que no
tendrás que hacer mucho esfuerzo, puedo buscar un tronco en el que puedas acostarte y...

— Yoongi. — Jimin lo tomó del brazo captando su atención, una suave sonrisa iluminó su
rostro. — Estaré bien, ¿de acuerdo? Puedo solo.

— ¿Estás completamente seguro? — Insistió Yoongi una última vez.

— Tú lo dijiste: tengo suerte de estar vivo aún. — Jimin introdujo sus pies en el agua, un
escalofrío lo recorrió. — Un poco de agua no va a matarme.

~ 59 ~
Yoongi asintió e igualmente se introdujo. Jimin respiró profundo y comenzó a avanzar hasta que el
agua le llegó a su cintura. Observó el cielo y tomó un profundo suspiro para sumergirse cuando un
suave toque en su brazo lo detuvo.

Observó a Yoongi junto a él extendiendo la palma de su mano con delicadeza. Jimin la observó y
luego cruzó miradas con Yoongi quien le sonrió débilmente. Jimin volvió a suspirar y dirigió con
delicadeza su mano a la de Yoongi, quien la tomó con fuerza de una forma protectora y la calidez
de ambos se juntó.

Se mantuvieron la vista otros segundos antes de que Yoongi avanzara tirando suavemente del
rubio. El agua le llegó al cuello y finalmente se sumergieron en el agua, pataleando un poco y
dejando que la corriente los llevara. Tomaron aire y Yoongi pegó a Jimin a él mientras el otro tosía
frenéticamente.

— ¿Estás bien? — Preguntó Yoongi tomándolo con fuerza.

— S-sí. — Tosió con fuerza desviando la mirada. — Hace frío...

— No tomará mucho. — Yoongi observó la corriente. — ¿Quieres que te muestre algo?

— Aja. — Jimin asintió. — ¿Qué es?

Yoongi sonrió y flotó soltando a Jimin. Se adelantó un poco y tocó con delicadeza el agua,
formando unas ondas que se alargaron y luego se juntaron creando un pequeño remolino. Jimin
rió un poco al ver a Yoongi alzar su mano y el remolino desprender del agua para dejarlo flotando
en el aire.

— Impresionante. — Jimin pataleó un poco para acercarse a él. — ¿Puedo tocarlo?

— Adelante. — Yoongi lo impulsó con magia hacia el campesino.

Jimin sacó la mano del agua e introdujo su dedo, sintiendo la succión y la presión suave del
remolino entorno a él. Rió un poco y lo sacó, el remolino regresó al agua.

— ¿Hay algo que no puedas hacer? — Preguntó Jimin divertido. — Te he visto hacer un
poco de todo.

— He aprendido. — Yoongi alzó sus hombros. — Mi... Bueno, yo he tenido siempre un


poder muy grande y difícil de controlar. Últimamente me ha servido para cosas buenas
pero por lo general solo causa destrucción, por eso evito usar la magia.

— Lograrás controlarla por completo un día, estoy seguro. — Jimin le sonrió antes de toser
un poco. — Eres capaz de muchas cosas.

~ 60 ~
— Es lo más lindo que me han dicho. — Yoongi rió con fuerza. — Supongo que gracias...
¡ven acá, no te quedas atrás!

Jimin rió cuando Yoongi lo atrajo a él con el impulso mágico del agua. Jimin terminó chocando con
su pecho entre risas risueñas, tomando un suave sonrojo que ocultó observando el agua clara.
Ambos volvieron a tomar sus manos y levantaron la mirada al mismo tiempo al sol que se ocultaba
entre las hojas, mandando pequeño rayos de sol absolutamente hermosos que hacían brillar el
agua.

— Todo esto es tan hermoso... — Susurró Jimin con voz apenas audible. — Tan... mágico.
— Su voz sonó llena de esperanza. — Algunas veces me pregunto por qué mis... padres...
es decir, Tae, Hoseok y Jin me mantuvieron oculto de esto. La magia es hermosa.

— La magia es hermosa Jimin. — Contestó Yoongi. — Las personas y el mundo no tanto...

— Aun así. — Jimin negó con la cabeza. — No quiero encerrarme en una frágil burbuja de
cristal y ser intocable, ¡quiero irme lejos! ¡quiero descubrir el mundo!

— No será muy fácil estando sentado en un trono. — Yoongi rió un poco

— En ese caso quizás no quiero ser rey.

— ¿De qué hablas

Jimin se mantuvo en un largo silencio antes de suspirar cansado.

— Estando contigo he aprendido muchas cosas. — Jimin le clavó la mirada, perdido en el


hermoso esmeralda del contrario y su brillo tan maravilloso. — Me enseñaste mucho,
aprendí mucho, la ingenuidad se ha esfumado en parte para darme otra cara del mundo.
Tengo hambre Yoongi, hambre de conocer el mundo, conocer mucho más.

El chico con cuernos ladeó su cabeza sintiendo un piquete dentro de él... parecía... parecía que
Jimin lo estuviera describiendo a él.

— Quiero ser libre... — Susurró débilmente Jimin. —Quiero irme lejos y descubrir otras
tierras, comerme el mundo y satisfacer mi curiosidad, conocer la magia y entenderla, irme
lejos... más allá del sol y las montañas. — Estiró su braza. — Allá en el horizonte donde
nadie pueda encontrarme...

— Libre. — Interrumpió Yoongi.

— Exacto. — Nuevamente volvieron a cruzar miradas.

~ 61 ~
Yoongi rió de nuevo y por primera vez le dedicó a Jimin una de sus sonrisas más sinceras, el rubio
se sintió helar allí mismo y algo removerse en sus entrañas. No por algo mano... sino un latir... un
latir que iba cada vez más rápido.

— Creí ser el único en pensar así. — Confesó Yoongi desviando la mirada otra vez el sol. —
Toda mi vida solo he conocido las frías paredes de mi castillo, la naturaleza muerta y el
mismo paisaje al despertar. Y quiero irme... lejos. Ser libre. Tengo alas y puedo ir a donde
sea, pero aún con ellas...

Mantuvo un pequeño silencio, Jimin apretó sus labios.

— Aun teniendo alas para volar, nunca me había sentido tan encerrado. — Susurró Yoongi
débilmente haciendo una mueca mientras observaba el agua.

Jimin apretó con suavidad su mano haciendo que levantara la mirada.

— Al menos no estás solo. — Jimin sonrió.

— No... — Yoongi le devolvió la sonrisa. — Ya no lo estoy.

Y se sonrieron débilmente, apretando con fuerza sus manos y pegándose nuevamente. El sol cayó
pero el silencio reinó entre ambos, un silencio apacible y tranquilo, dejando escuchar sus
respiraciones...

Y sus latidos sincronizados.

~ 62 ~
Capítulo 12
El crepúsculo tomó posesión del cielo, los últimos rayos del sol brillaron fuertemente antes de
engullirse por completo en la oscuridad. El cielo se tornó morado y azul marino, dejando unas
nubes que lucían grises y un viento fresco que se apoderó del cielo. Dos figuras masculinas se
encontraban arrastrándose fuera del lago, ambos tirando del otro y jadeando cansados hasta
llegar a la orilla.

Ambos se dejaron caer de rodillas en la tierra antes de acostarse con los ojos cerrados y
respiraciones agitadas. Batallaron un poco hasta que el chico de hebras negras y ojos verdes dio la
vuelta observando el cielo. Las primeras estrellas comenzaban a aparecer y una luna menguante.
Suspiró con pesadez antes de levantarse y acercarse al campesino aún en el suelo y sus ojos
cerrados.

— Jimin. — Llamó suavemente. — Llegamos...

— Lo sé. — Susurró débilmente el otro. — S-solo dame un respiro.

— ¡Eso sí que no! — Yoongi lo tomó de la cintura y lo levantó. — Hay un pozo de agua
caliente esperándonos y mucho musgo para curar, frutas y.... y... un poco de descanso. ¿Te
gusta la idea?

— Aja... — Jimin mantenía sus ojos cerrados.

— Venga, ya casi lo logras. — Yoongi pasó su cuello debajo del brazo de Jimin para que se
apoyara, lo tomó de la cintura con una mano para reincorporarlo y avanzaron.

Cruzaron el pequeño espacio de tierra y se metieron a la boca de una enorme cueva frente a ellos
con lianas que colgaban. Cruzaron la suave pared de plantas y se introdujeron en la cueva
caminando despacio, escuchando el eco de sus pisadas en la inmensa oscuridad.

— Agh, no veo nada. — Yoongi apretó sus ojos con fuerza y los volvió a abrir, éstos
brillaban furiosamente iluminando todo el camino. — Mucho mejor.

Se dejó iluminar y se introdujo más en la cueva, unos enormes picos de piedra amenazaban con
caer en cualquier segundo, pero eso no intimidó al chico de hebras negras y cola. Alzó la mirada
observando lo que parecía ser agua en el techo.

— Agradezco tanto haber escuchado a mi cocinera, siempre hablaba de los portales en las
cuevas del eco. — Yoongi observó a Jimin. — Agárrate.

~ 63 ~
Jimin se aferró a su cuello y lo apretó contra sí. Yoongi se elevó un poco hasta que sus dedos
tocaron el agua y fueron automáticamente succionados con fuerza, desapareciendo de donde
estaban para entrar en otro lugar completamente desconocido.

Abrieron la boca sorprendidos al ver que estaban en la cueva, pero un enorme hoyo se alzaba
mostrando la noche estrellada y la luz de la luna que iluminaba un enorme pozo rodeado de
vegetación y flores brillantes iluminando más el lugar. Azul claro, morados, rosas, verdes... las
flores brillaban débilmente de todos los colores y las luciérnagas se paseaban, tintineando cerca
de la enorme vegetación y en canto de los grillos llenando todo. Una pequeña capa de humo se
alzaba sobre el pozo que parecía respirar, la tierra crujía mostrando vida, una hermosa fauna y
flora del respirar de la tierra y la sangre corriendo... dando vida... dando magia.

— Es... — Jimin sentía un nudo en la garganta.

— Precioso... — Yoongi igualmente lo sintió.

Avanzaron a paso lente tocando el suave pasto y observando la magnificencia de aquel lugar. Era
una locura, era imposible... pero allí estaba. Estaban en una tierra puramente mágica mostrándose
en todo su esplendor, dando la bienvenida a los dos humanos pisando sus tierras con una cálida
ráfaga de viento que los relajó a ambos.

— El musgo está dentro del pozo. — Yoongi observó a Jimin. — Si fuera tú, ya estaría
entrando.

— S-sí. — Jimin seguía embobado con el paisaje.

Agitó un poco su cabeza y se alejó de Yoongi para quitarse la pobre camiseta que llevaba. Yoongi
observó la infección con los labios apretados y rogó para que no fuera muy tarde. Jimin bajó la
vista a sus pantalones y volteó un poco para ver a Yoongi.

— Lo siento. — Yoongi le dio la espalda.

— Gracias... — Susurró Jimin sonrojado.

Retiró finalmente el pantalón y quedó desnudo dejando que la luna hiciera brillar la palidez de su
piel, una piel virgen y tan hermosa que la propia naturaleza cayó rendida. La pureza que
desprendía era un encanto peligroso y a la vez muy atrayente, era claro que el villano había hecho
enormes esfuerzos por mantener la vista alejada de él.

Jimin avanzó a paso lento, casi con delicadeza, como un pétalo de cristal sobre el pasto que
cosquilleaba la planta de sus pies. Se acercó al pozo y con la ayuda de unas piedras poco a poco
fue bajando, sintiendo la agradable sensación del agua caliente sobre su cuerpo. Suspiró con alivio
y las lágrimas casi escurren por sus mejillas.

~ 64 ~
Yoongi despegó la vista del suelo y observó a través de su hombro con ojos brillantes el torso
desnudo del muchacho dentro del pozo que observaba fijamente la luna. La suave curvatura de su
espalda mostraba que estaba entre la fina línea entre su cuerpo libre y el prohibido...

— Esto era lo que necesitaba. — Murmuró Jimin más para él mismo. — Calidez.

Y sin perder más tiempo se sumergió. Yoongi observó las ondas del agua y después tranquilidad
absoluta sin dejar rastros del hermoso campesino. Se dio la vuelta por completo viéndolo salir a
flore nuevamente con los ojos cerrados y una respiración lenta. El agua le llegaba poco más arriba
de la cintura, una altura perfecta.

— ¿Te quedarás allí viéndome? — Bromeó Jimin. — Entra, ¡el agua está deliciosa!

El rubio volvió a observar el hermoso cielo con una sonrisa. Yoongi aprovechó el momento para
quitarse la ropa sintiéndose un poco nervioso, pues sería la primera vez que se mostraría
completamente desnudo ante el muchacho. Respiró pesadamente y retiró toda su ropa hasta
quedar completamente desnudo, dirigiéndose con paso lento y elegante al pozo.

Jimin escuchó un suave chapoteo que le hizo voltear a su derecha, viendo a Yoongi metiéndose
con suma tranquilidad, dejando apenas su zona \"V\" que era terriblemente varonil. Se enrojeció
con tanta fuerza que sus mejillas picaron una risa nerviosa asomó por sus labios.

— ¿Ahora el agua te cuenta chistes? — Yoongi se encontró a su lado en un segundo.

— No. — Jimin se abrazó a sí mismo. — Realmente esto era lo que necesitaba.

— Y yo. —Yoongi observó la profundidad. — Tomaré el musgo.

Se sumergió dejando a Jimin solo en la superficie. El rubio esperó en silencio hasta que vio a
Yoongi salir nuevamente con el musgo entre sus manos, hizo su cabello hacia atrás y se acercó a
Jimin.

— Date la vuelta. — Yoongi frotó un poco el musgo contra sus manos. — Te lo pondré.

Jimin le dio la espalda sintiendo las suaves manos de Yoongi rozando su espalda. Chilló debido a la
herida, pero mordió fuerte su labio y obligó a calmarse. Yoongi untó con suma delicadeza la planta
mágica contra la herida del joven, viendo como ésta reaccionaba rápidamente. Jimin soltó un
quejido de dolor al sentir un terrible ardor que le hizo retorcerse, Yoongi lo tomó por atrás.

— Tranquilo... — Le susurró cerca de su oído. — Ya pasará...

Mantuvo sus ojos cerrados sintiendo el ardor desaparecer con el pasar de los minutos. No supe
cuánto tiempo pasó, sus piernas dolieron. Yoongi retiró suavemente el musgo y lo dejó en el
pasto, observando la suave espalda de Jimin sin ninguna marca.

~ 65 ~
— Parece que funcionó. — Yoongi sonrió. — ¿Cómo te sientes?

— No duele. — Jimin se volteó con una sonrisa. — En serio gracias, sin ti yo estaría muerto
desde... desde hace tiempo.

— Eres un príncipe torpe. — Yoongi le sonrió. — Pero sumamente hermoso...

Jimin enrojeció el doble y rió nervioso nuevamente. Ambos se sumergieron en el agua para
frotarse un poco, relajar su cuerpo de la agotadora caminata de meses. Merecían un descanso,
merecían una recompensa por todo lo que ya había pasado.

Ambos quedaron otra vez en silencio viendo el agua. Levantaron la mirada al mismo tiempo y se
observaron.

— Yoongi...

— Jimin...

Ambos rieron y se acercaron un poco.

— Dilo tú primero. —El rubio sonrió.

— No, tú primero. — Insistió Yoongi.

— Bien. — Jimin bajó la mirada y mordió sus labios. — Yo... Umh, realmente no sé cómo
comenzar.

— Tómate tu tiempo, no tenemos prisa alguna. — Yoongi le sonrió para reconfortarlo.

— A-ahora que lo pienso, era una tontería. — Volvió a reír completamente enrojecido.

— Dilo. — Yoongi se cruzó de brazos.

— Yo... — Jimin meneó sus manos entrelazadas de adelante hacia atrás. — Quería
preguntarte algo...

— Aja... — Yoongi lo invito a seguir.

— Ya que está todo esto de ser rey y todo. — Jimin desvió un poco la mirada. — Me
preguntaba si no te gustaría vivir conmigo en el castillo.

— ¿Contigo? — Repitió Yoongi asombrado.

— Puedes ser mi consejero, un amigo, no lo sé. — Suspiró. —Pero realmente me gustaría


tenerte allí, m-me siento bien contigo, ¿sabes? Es... agradable y mágico tenerte como
compañía.

~ 66 ~
— No soy la mejor.

— Quizás, pero para mí lo eres. — Jimin se acercó otro poco a él. — ¿Te gustaría?

— Me encantaría. — Confesó Yoongi. — Pero... no es tan fácil como parece Jimin.

— Aún no es el momento de hablar de eso, pero el saber que te gustaría me alivia más que
suficiente. — Jimin le sonrió con suavidad. — Tú, ¿qué querías decirme?

Yoongi se mantuvo en un corto silencio sintiendo su corazón latir con fuerza.

— Siendo franco, lo he olvidado. — Yoongi frotó su nuca. — Lo siento.

— No pasa nada. — Jimin negó con su cabeza. — Lo recordarás y me dirás.

El campesino se separó de él y comenzó a jugar con el agua mientras tatareaba hermosas


melodías que hicieron sonreír a Yoongi casi al instante. Lo observó dar unas suaves vueltas y lanzar
el agua hacia arriba mientras reía como una hermosa alma de espíritu libre.

— Y vaya que es hermoso... — Se susurró suavemente Yoongi.

Jimin se detuvo y tomó de la mano a Yoongi causando la confusión del contrario. Jimin mordió un
poco sus labios con una sonrisa y tiró de su brazo hasta que sus pechos chocaron con fuerza,
pegándolos por completo. Yoongi bajó la mirada para cruzarla con la de Jimin quien lo observaba
con ojos brillantes... un brillo realmente... especial.

Su contacto fue firme y tembloroso al mismo tiempo, sus cuerpos temblaron cuando Jimin sacó
sus manos del agua y rodeó a Yoongi del cuello para tomarlo con suma delicadeza y enterrar sus
dedos en el cuero cabelludo del chico de hebras negras. Gritaron en sus mentes y sintieron una
explosión cálida conforme sus pesados ojos caían en los labios contrarios...

Una descarga eléctrica los azotó a ambos descontrolando los latidos de su corazón. Su agarre
tembló y se debilitó conforme observaban sus rostros acercarse y sus alientos irse mezclando...

Y más...

Y más...

Y más...

Y se detuvo.

Jimin cerró sus ojos y bajó la mirada para abrazar a Yoongi y pegarse a él con fuerza, ignorando el
roce prohibido entre ambos. Yoongi se sorprendió y se mantuvo estático al sentir los delicados
brazos de Jimin tomarlo con fuerza, como si no quisiera que se alejara de él jamás.

~ 67 ~
— Te quiero Yoongi... — Susurró Jimin con delicadeza apretándolo más.

— También te quiero Jimin. — Yoongi pasó sus fuertes brazos por el delicado cuerpo e
igualmente lo pegó a él cerrando sus ojos. — Mucho.

Sintieron una calidez envolverlos en aquel abrazo, una gentil caricia iluminada por la luz de la luna
que era el único testigo del acto mágico más hermoso y puro que pudo presenciar jamás:

El nacimiento del amor verdadero entre un


hermoso príncipe... y su villano.

~ 68 ~
Capítulo 13
La luna había alcanzado su punto más alto y los dos protagonistas no se habían separado. El
campesino había incluso caído en los brazos de Morfeo en el hombro del villano quien sobaba su
espalda con suma delicadeza, sintiendo la hermosa sensación de la suave piel del rubio bajo su
tacto. Aquella piel desnuda que era hermosa y lo hipnotizaba cada vez más y se preocupaba. Se
preocupaba por los pensamientos que tenía y la calidez en su pecho... temeroso por comenzar a
ver al hermoso campesino con unos ojos que antes no veía y jamás creyó ver.

Fue en segundos cuando Jimin se convirtió en un ángel frente a él, en la persona más hermosa,
bondadosa y perfecta a sus ojos. Quería retenerlo y aunque fuera egoísta, tenerlo solo para él.
Quería aferrarlo y protegerlo, quería ser solamente él el dueño de aquellos abrazos y calidez de
protección. Quería ser por primera vez un héroe...

El tortuoso capricho de ser su príncipe azul...

— ¿Yoongi? — Jimin finalmente habló roncamente debido al sueño. — Y-ya me dio frío.

— Salgamos. — Yoongi le dio un suave apretón. — Si quieres saldré yo primero.

Jimin negó con la cabeza y separó su frente del hombro del chico de hebras negras. Le sonrió un
poco y suspiró sobando su mejilla antes de alejarse y él por su propia cuenta irse elevando hasta
salir por completo del agua.

— Realmente... ya no incomoda. — Jimin se encontraba fuera con las mejillas rojas

Yoongi tragó duro y un escalofrío lo recorrió. No solo Jimin era espléndido en rostro y alma, su
propio cuerpo estaba perfectamente esculpido con las curvas más finas y piel más hermosa, una
desnudez sin ser ni un poco morbosa, sino magnífica. Sencillamente magnífica y pura.

— Dormiré así, quiero sentir un poco de libertad en mi cuerpo. — Jimin le sonrió. —


Espero no te molesto.

— No, e-está bien. — Yoongi asintió con delicadeza. — Creo que seguiré lo que dijiste.

Jimin rió y se dirigió a paso lento al pasto. Yoongi hizo todo lo que estaba en su poder para no
dejar caer su vista más abajo de la espalda de Jimin así que salió con rapidez y observó el entorno.
Jimin ya se encontraba rozando las frutas con sus manos y una bella sonrisa.

~ 69 ~
— Nunca había visto frutas así. — Jimin observaba las redondas frutas de distintos colores
colgando de unas enormes plantas. — ¿Las conoces?

— No. — Yoongi se acercó a él. — Si te soy sincero me preocupan un poco.

— No creo que sean malas, este es un lugar bueno, ¿no? — Jimin lo observó.

— Creo recordar un poco. — Yoongi cerró sus ojos. — Verdes para la felicidad, azules para
la creatividad...

— Simplemente come un poco Yoongi. — Jimin rió agradablemente y arrancó un fruto


verde que se llevó a los labios para darle una mordida.

Yoongi observó con preocupación a Jimin. El campesino mordió la fruta haciendo escurrir una
cascada de jugo por sus labios que fue a dar a su pecho y suelo, el campesino abrió sus ojos el
triple y soltó un enorme gruñido mientras se tiraba al suelo de rodillas apretando la fruta con
fuerza.

— ¡Esto es lo más delicioso que he probado en la vida! — Exclamó Jimin enloquecido


hablando con la boca llena después de haber dado otras tres mordidas. — ¡Dios Yoongi,
esto es delicioso! ¡Delicioso! ¡Tienes que probarla!

Yoongi observó las frutas que eran del color de los siete colores del arcoíris. Cogió una que
examinó de cerca, Jimin ya se encontraba su segunda fruta verde.

— Rojo para la verdad. — Yoongi la señaló. — Naranja para la ilusión...

— ¡Esto es increíble! — Jimin daba vueltas por todos lados. — ¡Me siento en el paraíso!

— Amarillo para la risa, verde para la felicidad. — Yoongi siguió señalando. — Azul para la
creatividad.

— ¿Risa? ¡Te vendría bien una! — Jimin lo abrazó y arrancó una amarilla. — ¡Ten!

— Morado para... mierda, ¿qué era morado?

— ¡Luego te preocupas! ¡Ten!

Yoongi observó a Jimin quien le extendió la fruta amarilla. Suspiró y se la llevó a la boca dándole
una deliciosa probada, sintiendo una explosión de jugo dulce simplemente exquisito en todo su
paladar. Abrió sus ojos al sentir después un cosquilleo en la comisura de sus labios y garganta.

Una hermosa carcajada salió de sus labios y volvió a morder. Jimin lo observó riendo mientras
Yoongi tenía el impulso de reír y reír y reír, hizo un escándalo con sus risas. Jimin cogió igualmente
una amarilla y en cuestión de segundos ambos se encontraban carcajeando por todo y nada,
señalándose y formando un mar de lágrimas debido a eso.
~ 70 ~
— ¡Verde, verde! — Jimin le tendió una.

Yoongi le dio una gran mordida y sufrió los mismos efectos que Jimin. Una increíble felicidad se
hizo presente haciéndole abrazar el rubio y hablar emocionado, una euforia que no podía
contener. Jamás se había sentido tan vivo y ligero como en ese instante.

— Quiero probarlas todas. — Jimin arrancó una azul. — ¿Creatividad?

— Exactamente.

Jimin le dio una mordida y esperó. Levantó la vista emocionado y Yoongi no supo cómo, pero Jimin
logró hacer un paisaje con las hojas en el suelo, creando un hermoso cuadro que le sacó el aliento.
Eso sucedió en cinco minutos. Él mordió el fruto azul y comenzó a recitar hermosos poemas que
hicieron a Jimin sonrojarse y reír emocionado.

Todo era una locura.

— ¡Naranja, naranja! — Jimin arrancó una. — ¡Para la ilusión!

Mordieron al mismo tiempo. Se vieron envueltos repentinamente en una increíble aventura donde
contaron sus sueños y metas en la vida. Una conversación profunda donde se dieron ánimos
mutuamente para lograrlos, ¡y hasta se prometieron ayudarse para hacerlo!

— ¿Morada? — Jimin lo observó con una sonrisa.

— Roja. La morada creo que no recuerdo... — Yoongi alzó sus hombros y cogió el fruto
rojo.

Ambos se observaron fijamente y mordieron el fruto rojo. El jugo escurrió y sus corazones se
aceleraron al sentir un repentino reflejo de vomitar palabras, sacarlas como venían.

— En mi cabaña siempre dormía desnudo. — Soltó Jimin agresivamente.

— Odio a mi madre. — Yoongi rió.

— Me siento muy estúpido por haber querido un príncipe azul. — Jimin dio otra mordida.

— Creo que eres muy estúpido por haber creído eso. — Yoongi rió y le dio otra mordida.

— Siempre quise ver un dragón.

— Tengo un dragón.

— ¿¡Y no me dijiste?!

— Se supone que no debía hablar contigo o crear afecto.

~ 71 ~
— No lo lograste.

— No. — Yoongi rió.

Ambos rieron unos segundos después. Jimin observó la fruta morada y la arrancó.

— ¿Tomaré el riesgo? — Jimin lo observó de reojo

— No es malo. — Yoongi frunció un poco su nariz. — Verde para la verdad, azul para la
creatividad, morado para... ¿para qué?

— De acuerdo. — Jimin la acercó a sus labios.

— Morado para la, ¿resurrección? ¿Amabilidad? — Yoongi frotó su barbilla. —

Morado, morado, morado...

— Voy a mordeeer. —Canturreó Jimin.

— Morado...

Se mantuvo en un largo silencio forzándose a recordar. Jimin lo observó unos segundos y


finalmente alzó sus hombros para respirar el olor de la fruta y acercarla a sus labios. Yoongi hizo
una fuerte presión en sus ojos y en un segundo a otro abrió sus ojos escandalizado.

— Querer... — Susurró Yoongi abriendo sus ojos. — Morado... ¡Morado para...! ¡Oh dios!
¡Morado para la pasión! — Observó a Jimin. — ¡JIMIN NO COMAS ESO!

Se detuvo en seco y tapó su boca al ver al rubio masticando la fruta con una cascada de jugo en
sus labios.

— ¡ESCUPE ESO! — Gritó Yoongi. — ¡JIMIN ESCÚPELO!

— ¡Déjame! — Jimin tragó y Yoongi se sintió paralizar de pies a cabeza.

— Oh... mierda, mierda...

— ¿Qué era? — Jimin ladeó su cabeza y relamió sus labios. — Era aún más dulce.

— Morado para la pasión. — Repitió con horror. — Morado para el deseo, la pasión...

Jimin se mantuvo en un pequeño silencio antes de esbozar una sonrisa traviesa.

— ¿Pasión? — Repitió Jimin. — Es... ¿qué es exactamente? Siento calor.

— Bien, necesito que me escuches. — Yoongi lo tomó de los hombros. — Necesito que
respires y no dejes que el calor se extienda por tu cuerpo.

~ 72 ~
— Tengo calor y sed. — Las pupilas de Jimin se agrandaron. — ¿Yoongi?

— ¿Sí?

— Tengo cosquillas.

— ¿Cosquillas? — Repitió Yoongi.

— Cosquillas en... — Jimin mordió sus labios. — Allí abajo.

Yoongi se zafó al instante pero Jimin se abalanzó sobre él como una fiera rabiosa tirándolo al
suelo. El rubio quedó sobre él con una hermosa sonrisa y respiración agitada. Se restregó un poco
contra él causando que a Yoongi se le fuera la vida a los pies.

— Te quiero. — Jimin se acercó a él para besar su cuello. — Mucho... — Bajó sus besos
hasta sus pectorales hasta sus pezones. — Umh, lindos...

— ¡Detente allí chico! — Yoongi tomó sus manos con agresividad. — No te dejaré.

— ¡Entonces hazlo tú! — Insistió Jimin reincorporándose un poco. — Hazme tuyo.

— ¡No! — Exclamó Yoongi.

— ¡Yoongi! — Chilló Jimin molesto. — ¡Calma! ¡Calma las cosquillas y el calor!

— ¿Lo calmo? ¡Claro que lo haré!

Fue en cuestión de un segundo cuando Yoongi le dio un suave toque en la frente a Jimin que lo
congeló. El rubio suspiró con cansancio y bostezó antes de caer como piedra profundamente
dormido sobre Yoongi, ambos cuerpos desnudos y en una pose muy... mejor ahorremos detalles.

Yoongi respiraba con dificultad sintiendo el cuerpo de Jimin sobre él. Cerró sus ojos con fuerza y
los volvió a abrir viendo su cola alzarse con euforia y erizarse mientras sobaba las piernas del
muchacho y subiendo con peligro

— ¡Ni te atrevas! — Gritó Yoongi, la cola se detuvo. — ¡Ni-se-te-o-cu-rra!

La cola se removió molesta en el aire.

— ¡Yo mismo me encargaré de cortarte si haces algo! — Yoongi la señaló. — ¿Me


escuchas?

La cola se azotó contra al suelo en un berrinche hasta que se inmovilizó por completo. Yoongi
volvió a suspirar cansado y sobó el cabello suave del campesino.

~ 73 ~
— Eres toda una aventura Jimin... — Susurró divertido. — Mi mejor aventura.

Siguió sobando dejando que el cansancio lo arrastrara como arrastró al rubio. Se inclinó un poco y
posó con delicadeza sus finos labios en la cabeza del rubio, depositando un beso largo y profundo
que hizo a Jimin sonreír entre sueños.

— Si tan solo... — Pero se calló y simplemente sonrió. — No pasa nada, aprovecharé todo
mientras pueda.

Y depositó otro beso, (ahora en su sien), y cayó profundamente


dormido abrazándolo con fuerza.

~ 74 ~
Capítulo 14
El sol se había colado pero la enorme abertura sobre la fosa llena de agua iluminándola y
haciéndola brillar. Los destellos dorados hacían un bello y mágico contraste con la alta vegetación
y los frutos en las enredaderas. Las flores se abrieron y expandieron sus hermosos pétalos
convirtiendo el pasto verde en uno lleno de colores y olores dulces.

El primero en abrir sus ojos, atraído por el dulce olor y la tranquila ola de calor, fue el campesino
con el universo en sus ojos. Aquel azul lleno de destellos de alegría y esperanza hizo su abertura,
levantando sus espesas pestañas y revelando la magia oculta detrás de sus hermosos ojos.

Tan magnífico ser el príncipe...

— Umh. — Gruñó parpadeando repetidas veces para acostumbrarse a la fuerte luz. —


¿Yoongi?

Bajó la mirada hacia el otro hombre desnudo debajo de él. Sus mejillas no pudieron evitar
enrojecerse al máximo, pero mantuvo la calma. Esbozó una pequeña sonrisa y se acercó al mayor,
enterrando su rostro en su cuello y frotando con la punta de su nariz para despertarlo.

— Yoongi ~ —Canturreó junto con una delicada carcajada. —Ya despierta dormilón. ~

Yoongi se removió en un gruñido debajo de él y lo abrazó con fuerza, aferrándolo a él como si se


tratara de un peluche gigante. Jimin soltó un resoplido al sentir el pecho de Yoongi chocando
contra su espalda y sus fuertes brazos rodearlo por los hombros, apoyar su barbilla y pegarlo a él
con una posesividad subnormal.

— Ash, eres imposible. — Jimin negó con la cabeza y se removió. — Yoongi, ¡despierta!

Otro gruñido y un abrazo más fuerte.

— Me asfixias... — Jimin se removió otro poco. — Yoongi ~ ¡hola, me asfixias!

Escuchó la ronca carcajada del otro sobre su nuca mandándole un pequeño cosquilleo. El agarre se
suavizó y finalmente Jimin pudo rodar en el pasto para zafarse del agarre. Respiró profundo y se
sentó en el pasto frotando un poco su cara antes de voltearse y ver a Yoongi observándolo con
una pequeña sonrisa.

— ¿Admirándome de nuevo? — Preguntó divertido Jimin enderezándose con coquetería.


— Lo sé, soy demasiado hermoso para tus ojos.

— Oh, la modestia se siente. — Se burló Yoongi.


~ 75 ~
— Sabes que solo juego. — Jimin le sonrió enormemente y gateó hasta él hasta apoyar sus
codos en el pecho desnudo de Yoongi luego su barbilla.

Jimin ladeó la cabeza y Yoongi a la izquierda. Jimin hizo un pequeño puchero que Yoongi imitó
haciéndolo reír. Cambiaron sus cabezas de izquierda a derecha consecutivamente en un jugueteo
agradable que al final les hizo reír a ambos.

— ¿Recuerdas lo que pasó en la noche? — Yoongi pellizcó su nariz y se sentó.

— ¡Ay! — Jimin se tapó con sus manos los ojos. — ¡Qué penita, lo siento tanto Yoongi!

— No pasa nada. — Yoongi igualmente rió. — Comiste accidentalmente un afrodisiaco,


agradece que fue una mordida y no la fruta completa.

— ¡Oh! — Jimin volvió a cubrirse con pena. — Nunca volveré a comer esa fruta.

— Cómela. — Yoongi alzó sus hombros. — Pero asegúrate de estar solo... y en agua fría. —
Murmuró. — O dispuesto a tener una sesión privada de amor contigo mismo.— ¿Q-qué?
— Balbuceó Jimin tornándose tan rojo que no pudo evitar cubrirse más y entrecerrar sus
ojos.

— Nada. — Contestó Yoongi divertido. — Olvida eso. ¿Quieres que llevemos frutas para el
camino?

— ¡Sí! ¡Verdes! — Exclamó Jimin feliz levantándose. — Azules, amarillas y, uh, ¿naranjas?

— Claro. — Yoongi se acercó a la enredadera de frutas con Jimin y cogió algunas. —


¿Quieres llevar también afrodisiacos?

Jimin le dio un empujón con mala cara haciendo a Yoongi reír. &

— Podrías utilizarlos. — Yoongi arrancó unos cuántos. — En tu boda, quizás. ¿Luna de


miel?

— No voy a casarme Yoon, y el día que pase no creo que necesite... afrodisiacos. —
Contestó con un sonrojo más suave. — Si me entrego sería completamente mío, porque
quiero y es el momento. No... no por culpa de una fruta.

— Seguramente el príncipe Jeon debe ser más delicado que una flor para hacerlo. — Se
burló Yoongi. — Tan patético príncipe de buenos modales, belleza inhumana, rasgos
perfectos, sonrisa encantadora y absolutamente bueno en todo.

— ¿El príncipe Jeon? — Preguntó Jimin con curiosidad. — ¿Quién es?

— Un niño mimado prácticamente perfecto, el príncipe azul ideal. — Yoongi rodó sus ojos
y sus palabras parecieron veneno puro. — Y tu prometido y futuro esposo, por cierto.
~ 76 ~
— ¿Qué? — Jimin abrió sus ojos con sorpresa.

Yoongi suspiró pesadamente y negó con la cabeza.

— Es más que claro que cuando reines no... no lo harás solo. — Yoongi desvió
bruscamente la mirada. — Necesitas un príncipe a tu lado, ese será Jungkook. Gobernarán
juntos y vivirán felices por siempre.

— ¿Mi esposo? — Repitió Jimin confundido. — ¡Pero yo ni siquiera lo conozco!

— Están unidos en santo matrimonio desde que naciste, es normal. — Yoongi alzó sus
hombros con amargura. — No deberías poner esa cara, tendrás a tu príncipe azul que
tanto ansías.

Yoongi se alejó de mala gana dejando a Jimin solo con una fruta morada en sus manos. Éste
suspiró y la observó unos segundos antes de sobarla con su pulgar con una mirada atenta.

— Pues si es un príncipe azul no necesitaré esto. — Contestó Jimin viendo la fruta. — Será
bueno, puro y delicado.

— Hacer el amor, básicamente. — Yoongi soltó otra risa seca. — Sí, creo que eso es lo que
podrías esperar de un príncipe azul.

— ¡Qué hermoso! Hacer el amor suena tan bonito y poético. — Los ojos de Jimin brillaron.
— ¿Significa que podemos hacer amor?

— Eh, de cierta forma. — Yoongi negó con la cabeza algo confundido. — Creo.

— Entonces... ¿el afrodisiaco para qué? — Volvió a preguntar Jimin confundido.

— Yo que sé, ponerle algo de picante y pasión. — Yoongi puso sus ojos en blanco.

— Pero haces el amor debe ser un acto puro, dulce y delicado. Estás... haciendo... amor.

Yoongi alzó una ceja y soltó una risa poco después.

— Creo que no entendiste lo que es hacer el amor, Jimin. — Yoongi se cubrió la cara entre
risas.

— ¿Juntarse? ¿Darse un beso? — Preguntó Jimin. — ¿Por qué no me dices entonces?

— De acuerdo, vamos por partes. — Yoongi suspiró. — ¿Sabes qué es tener relaciones
sexuales, no?

— Ajá... — Jimin enrojeció. — Para eso... sirve el afrodisiaco, ¿no? La lujuria, pasión.

~ 77 ~
— Exactamente. — Yoongi asintió. — Podemos decir que eso es solo tener \"sexo\", sin
sentimientos de por medio, quizás. Hacer el amor es distintos, es con una persona que
quieres, respetas.

— ¿Entonces tú y yo podemos hacer el amor Yoongi? — Preguntó Jimin.

Yoongi no pudo evitar enrojecerse ahora él y tropezar con sus palabras.

— ¿Eh-eh? ¡N-no! ¡Es decir, sí podríamos! ¡Pero n-no! ¡N-no! — Comenzó torpemente. —
Hacer el amor es... bueno, tener sexo con... ¿amor? ¿Sentimientos? Es algo más puro si
quieres verlo así. Hay una diferencia entre simplemente tener sexo a hacer el amor.
Puedes tener sexo con un desconocido pero siempre harías el amor con tu pareja, ¿me
explico?

— Creo que entendí. — Jimin asintió y mantuvo la vista en el suelo con una ceja alzada. —
Entonces con Jungkook haría el amor... y contigo tendría sexo.

— ¡No, no, no! ¡Olvida eso! ¡No habrá nada de sexo entre nosotros o amor y esas cosas! —
Yoongi agitó sus manos asustado. — Tú y yo somos compañeros, esas acciones están
reservadas para ti y Jungkook, nada más.

— Pero yo no quiero tener sexo con Jungkook. — Jimin puchereó. — O hacer el amor,
como sea.

— No puedes estar toda tu vida sin conectar con él de esa forma, es una forma muy
intensa y hermosa de demostrar cuánto amas a una persona. — Yoongi sonrió un poco. —
Si realmente lo amas terminarán haciéndolo.

— Ese es el problema Yoongi. — Jimin suspiró. — No lo amo.

— No puedes decir aquello puesto a que todavía no lo conoces. — Yoongi alzó sus
hombros. — Cuando lo hagas te vas a enamorar, así debe ser, así será. Eres un príncipe, él
también.

— Y tú también. — Atacó Jimin.

— Si lindura, pero yo soy el villano. — Yoongi le sonrió, Jimin había enrojecido. — Los
villanos no... no tenemos finales felices. Nada de esas cosas.

— ¿Entonces tú nunca te casarás, harás el amor y gobernarás un reino? — Preguntó Jimin


tristemente.

— Quizás, quién sabe, pero no seré feliz. Los villanos nunca tenemos finales felices, es ley,
no debería sorprenderte.

~ 78 ~
— ¿Quién puso esa estúpida regla?

— No lo sé Jimin, solo déjalo.

Jimin se acercó a Yoongi y tomó su mano para poner la fruta morada. Yoongi alzó una ceja.

— Entonces, creo que... tú la necesitarías más que yo. — Jimin soltó la fruta y se alejó de
un pequeño paso. — N-no lo tomes a mal, es solo que...

— Sí, lo entiendo. — Yoongi suspiró y la puso en la canasta evitando la mirada del rubio. —
Tú tendrás a alguien, yo deberé andar de flor en flor.

Ambos rieron un poco ante el mal chiste, pero una vez que finalizaron la tensión se volvió más
fuerte. Jimin lamió un poco sus labios y abrió la boca, pero la cerró al instante.

— ¿Qué ibas a decir? — Preguntó Yoongi.

— Era una tontería. — Jimin rió avergonzado.

— A estas alturas ya nada viniendo de ti me sorprendería.

— ¡Oye! ¡Malo!

— Solo juego Jimin, ¿qué querías decirme?

— Estaba pensando... — Jimin comenzó a enrojecerse. — Es decir, si tú estás de acuerdo...


que quizás, no lo sé, yo sí podría, pero no sé si tú, al final depende de ti. Bueno, solo si
realmente quieres, es decir, no te sientas presionado...

— Jimin solo escúpelo. — Yoongi alzó una ceja.

— Hagamos el amor.

Yoongi abrió el triple sus ojos y alzó sus cejas. Jimin había enrojecido cada vez más y su cuerpo
temblaba un poco, Yoongi no se quedó atrás. Abrió la boca, pero nada salió y su cola
inmediatamente se alzó sobre su cabeza.

— No podemos hacer eso Jimin. — Yoongi trató de disimular con una risa sus nervios.

La cola inmediatamente le dio una bofetada. Yoongi gruñó y Jimin alzó sus cejas.

— Perdona eso. — Yoongi frotó su mejilla y volteó a ver mal a su cola.

— ¿Por qué no podemos hacerlo? — Preguntó Jimin. — No debe ser tan complicado,
quiero que lo experimentes una vez, yo lo haré más adelante con Jungkook... supongo.

~ 79 ~
— No es tan fácil Jiminnie. — Yoongi esquivó su cola que nuevamente quiso abofetearle.
—Es decir, estás comprometido, no podemos simplemente... hacer el amor. Es decir, se
supone que siquiera debería hablar contigo y mírame.

— ¿Y?

— ¡Que yo soy un jodido villano y tú un príncipe! ¡No podemos hacer el amor!

— ¿Y?

— ¡Está mal!

— ¿Por qué?

— ¡Porque estás comprometido y yo soy un villano y tú príncipe! ¿Qué no escuchas?

— Jungkook no me conoce y nunca sabrá si no se lo digo. Soy un príncipe y tú un villano,


¿y? Nos llevamos bien.

— No lo haremos.

— ¿Por qué?

Yoongi se dio una palmada en la frente mientras que Jimin lo observaba seriamente con los brazos
cruzados.

— Me salvaste la vida no sé cuántas veces, nunca experimentarás nada. ¡Al menos déjame
devolverte mis favores con esto!

— Jimin yo no puedo hacer el amor, es decir...

— ¿Por qué?

— ¡Porque soy un villano!

— ¿Y?

¡UFFFFF! Yoongi realmente tuvo ganas de ahorcarlo allí mismo. Para variar, la cola volvió a
abofetearlo y se enroscó en la cintura de Jimin para pegarlo a él. Yoongi se tensó mientras que
Jimin se mantenía inexpresivo.

— ¿Si te digo que lo haremos terminarás con esto? — Yoongi suspiró.

— Quizás. — Jimin sonrió un poco.

— Bien. — Yoongi suspiró. — Pero no será hoy.

~ 80 ~
— ¿Entonces cuando? — Jimin y la cola voltearon a verlo.

— Cuando el sol salga por el oeste y se oculte en el este. — Yoongi sonrió.

— Bien. — Jimin suspiró y luego se frenó. — ¡Oye espera! ¡¿Qué?!

— Muy tarde Jimin, ya lo dijiste. — Yoongi le sonrió con un poco de sarcasmo y finalmente
le dio un golpe a su cola para que soltara a Jimin.

— ¡Pero...! — Jimin hizo un pequeño berrinche. — ¡Eso no se vale!

— Lo siento Jimin, ya lo expliqué. ¿Me ayudarás a coger más fruta? Debemos irnos cuanto
antes.

Jimin se cruzó de brazos y observó malhumorado a Yoongi alejarse mientras la cola hacía todo lo
posible por aferrarse a Jimin pese a los regaños del chico con cuernos.

Puse sus ojos en blanco y suspiró tristemente antes de seguir a Yoongi. Bien, había ganado, no
insistiría más del tema. ¡Él lo estaba haciendo de buena fe! Pero si el otro no quería, bah... ya sería
su problema.

Jimin observó la canasta llena de frutos y apretó sus labios viendo de


izquierda a derecha antes de sonreír satisfecho.

O quizás...

~ 81 ~
Capítulo 15
Después de guardar todas sus cosas y darse un último baño en el gran pozo, finalmente los dos
protagonistas de nuestra historia regresaron al bosque oscuro, saliendo de las cuevas del eco,
repletos de frutas y agua para tomar.

El campesino de ojos azules no dejaba de pensar una y otra y otra vez en las palabras del chico con
cuernos. ¡Pero él realmente quería hacerle experimentar el amor! Hacer el amor, o quizás...
¿besarlo? Por la cabeza de Jimin pasaban muchas cosas, era bastante inocente y de corazón noble
y Yoongi no se aprovechaba de aquello. Quizás en un principio pero algo estaba cambiando en el
chico de ojos esmeralda, algo que no quería enfrentar o siquiera pensar en ello.

¡Ah... el príncipe oscuro era a veces tan complicado!

— ¿Cuál será nuestra próxima aventura? — Preguntó Jimin emocionado. — Pasamos ya


por la parte fea del bosque oscuro, atravesamos las flores del valle, cruzamos el valle de
los gritos, sobreviví a la picadura de la araña, llegamos a las cuevas del eco y ahora... ¿y
ahora qué?

— Seguir avanzando. — Contestó Yoongi simplemente.

— ¡No le quites la emoción! ¡Esto ha sido muy divertido! — Jimin se acercó más a él con
una sonrisa. — ¡Vamos Yoongi ya conoces estos caminos! ¡Dime qué peligros o aventuras
nos esperan!

— Eres muy entusiasta y temerario, ¿eh? —Bromeó Yoongi viéndolo de reojo.

— Un poco. — Jimin unió sus índices y los golpeó delicadamente viendo el suelo.

Yoongi hizo una media sonrisa antes de seguir avanzando. Notó a Jimin bastante agitado desde el
regreso de las cuevas, y eso que fue hace menos de una semana. El menor lucía extrañamente
intranquilo pero no era algo que le molestara a Yoongi... ya no.

— ¿Iremos con unas hadas? ¿Unos elfos? ¿Ogros? ¿Duendes? — Siguió preguntando. —
¡Dragones gigantes! ¡Bolas de fuego cayendo en el cielo! ¡Arañas malvadas haciendo
arghhh!

— Eso sonó más como un pirata. — Yoongi alzó una ceja.

— Como sea, tú me entiendes. — Jimin soltó una pequeña risa. — ¡Vamos Yoongi dimeee!
Esto se torna aburrido.

~ 82 ~
— Bueno, si te sirve de algo, vamos a más de la mitad del camino. — Yoongi suspiró.

Jimin se detuvo bruscamente. Yoongi frenó unos pasos después al no sentir su presencia tan cerca
y se volteó para ver a Jimin quien se había detenido y observaba el suelo. Yoongi alzó una ceja y se
acercó lentamente a él.

— ¿Qué te pasa? — Preguntó el chico de hebras negras.

— Yo... creí que faltaba más. — Susurró Jimin abrazándose a sí mismo y desviando la
mirada.

— No lindura. — Yoongi negó con la cabeza. — Llevamos más de la mitad del camino del
bosque oscuro, aunque no lo creas. En dos lunas llenas, quizás menos, ya estaríamos
entrando al pueblo y saliendo del bosque.

— ¿Tan poco? — Jimin lo observó suplicante.

— El tiempo vuela, ¿no? — Yoongi sonrió tristemente.

Jimin asintió en silencio. Toda su alegría y entusiasmo parecieron esfumarse en un pequeño


segundo. Levantó la vista a Yoongi y ahogó un pequeño sollozo antes de correr a él y abrazarlo con
fuerza.

— Hey, tranquilo Jimin. — Susurró Yoongi delicadamente. — Todavía estaremos otro rato
juntos, después llegaremos a tu castillo y...

— No quiero. — Susurró Jimin entre pequeños sollozos. — N-no quiero perderte Yoongi...
no quiero que te vayas...

— Tengo que hacerlo. — Susurró Yoongi. — Mi único trabajo es... es llevarte sano y salvo
allá.

Jimin mordió sus labios y soltó una pequeña risa después de soltar a Yoongi. El chico con cuernos
ladeó su cabeza divertido.

— ¿Y ahora qué te pasa? — Preguntó alegre.

— Ya casi cumpliremos seis meses estando juntos. — Jimin sorbió un poco por su nariz y
rió. — Creo que cuando estemos entrando al pueblo ya se habrán cumplido.

— Contando nuestros pequeños retrasos, yo creo que cuando estemos en el pueblo será
más tiempo. — Yoongi alzó sus hombros. — Los seis meses se cumplirán en un par de días.

— ¿Llevas el conteo? — Preguntó Jimin sorprendido.

— Eh... quizás. — Yoongi desvió la mirada.

~ 83 ~
Jimin no pudo evitar reír y secarse las pocas lágrimas que habían resbalado por su rostro. Ambos
suspiraron y Yoongi no pudo evitar ofrecerle su mano a Jimin.

Tembló en silencio, aterrado de la reacción del otro cuando Jimin simplemente observó su mano
con los ojos muy abiertos. El rubio finalmente esbozó una sonrisa y tomó su mano suavemente
hasta que entrelazaron sus dedos y comenzaron a avanzar...

Como una feliz pareja, tomados de la mano...

— Y... — Yoongi balanceo un poco sus manos entrelazadas. — ¿Ya sabes qué harás
llegando al pueblo?

— Explícame bien el trayecto porque francamente, no tengo mucha idea. — Confesó Jimin
entre risas.

— Bueno. — Yoongi sonrió. — En dos lunas llenas probablemente estaríamos llegando al


pueblo.

— O sea en dos meses. — Jimin asintió.

— Exacto. — Yoongi le devolvió el gesto. — El pueblo es muy grande, estaríamos entrando


por el norte cuando tu castillo está en el sur. Nos desviaremos del norte, pasaremos por
fuera y ya después de cruzar las tierras norteñas volveremos al camino al pueblo.

— ¿Y eso por qué? — Preguntó Jimin curioso.

— Por... cosas. — Cosas llamadas tu futuro esposo. — La situación está algo tensa allá, ya
sabes.

— Oh, comprendo. — Jimin asintió.

— El viaje del norte al sur también es largo. — Siguió Yoongi. — Yo creo que de tres lunas
llenas.

— Tres meses.

— Ajá, y de ahí al castillo.

— Entonces estaríamos llegando antes de mi cumpleaños, muy poco antes, si es que no el


día mismo. — Susurró Jimin abriendo mucho sus ojos.

— Sí... — La voz de Yoongi sonó ida. — Debes estar allí antes de tus diecinueve, Jimin.

— Llegaré y me festejarán. — Jimin comenzó a reír. — Podrías quedarte.

~ 84 ~
Yoongi se limitó a decir algo y simplemente sonrió con delicadeza. Siguieron tomados de la mano
hasta que llegó muy entrada la noche. Jimin bostezaba y su andar era cada vez más lento.

— Dormiremos aquí. — Yoongi se detuvo y observó los grandes árboles. — ¿Te parece?

— Claro. — Jimin asintió algo adormilado. — Donde tú digas estás bien... — Y bostezó.

Avanzaron al pie de unos árboles y se sentaron, se acomodaron en la tierra hasta acostarse. Se


removieron un poco, ambos dándose la espalda y observando sus respectivos paisajes frente a
ellos.

— Buenas noches Yoongi... — Susurró Jimin suavemente.

— Buenas noches Jimin. — Contestó suavemente Yoongi.

Ambos se mantuvieron en otro pequeño silencio hasta que retrocedieron y chocaron sus espaldas.
Jimin mordió sus labios y Yoongi no tuvo otro remedio que suspirar un poco y olvidarse de lo que
pasaba para finalmente dormir.

Claro, no aguantó mucho.

Fue cuestión de minutos hasta que Yoongi se dio la vuelta para abrazar a Jimin por atrás y
apretarlo contra sí y acurrucarse y dormir. El campesino esbozó una enorme sonrisa, y al sentir las
manos de Yoongi finalmente en él, pudo dormir.

Los siguientes días siguieron transcurriendo con calma, con tanta tranquilidad que resultaba algo
preocupante inclusive. Jimin balanceaba sus manos de adelante hacia atrás mientras que Yoongi lo
seguía de reojo, viéndolo dar vueltas algunas veces o tararear en voz baja.

Siguieron avanzando tranquilamente, Yoongi observando los árboles que se habían tornado
extrañamente más altos y grandes barrancos y montañas se formaron a lo lejos. Frunció su ceño y
tomo a Jimin de la mano para detenerlo.

— ¿Qué pasa? — Preguntó él.

Yoongi puso su índice en sus labios y observó el entorno de reojo. Cuando sonaron unas
campanillas arrastró a Jimin detrás de un árbol y lo pegó a él cubriéndola la boca. Jimin no se
movió, observó en la misma dirección que Yoongi esperando ver algo.

— No vayas a hacer ruido... — Susurró Yoongi en voz muy baja.

Jimin se mantuvo inmóvil y lentamente fue escuchando las campanillas volverse más fuertes.
Mantuvo la vista fija en el camino abriendo de par en par sus ojos al ver a unas extrañas personas
bajitas caminando, con vestuarios verdes y rojos que sonaban como pequeñas campanillas cada
que caminaban.

~ 85 ~
¡Eran docenas y docenas! ¡Docenas de hombrecillos de no más de un metro de altura cruzando el
camino entre animadas pláticas y risas estruendosas! Muchos volaban, otros rodaban y reían con
cada voltereta que daban.

Yoongi lentamente retiró su mano y observó detenidamente a los pequeños hombres.

— ¿Qué son? — Preguntó Jimin fascinado.

— ¿Recuerdas la lista de criaturas mágicas que dijiste hace un par de días? — Susurró
Yoongi.

— Aja... — Jimin asintió viendo el desfile de personitas pasar a un par de metros de él.

— Bien Jimin... llegamos a la parte Sur del bosque oscuro. — Yoongi se mantuvo serio.

— ¿Y esa parte cuál es? — Jimin volteó a verlo emocionado.

Yoongi lo observó unos segundos antes de suspirar y observar de nuevo el camino.

— Bienvenido a la tierra de las criaturas fantásticas.

~ 86 ~
Capítulo 16
El sur del bosque oscuro tomaba el siempre el nombre del bosque encantado, un bosque donde
todas las criaturas fantásticas se unían y se juntaban en una hermosa armonía. Bailes, cantos,
fiestas, paz y mucha magia envolvían el mágico espacio. Los dos protagonistas habían cruzado el
límite y se encontraban frente a un enorme bosque de tonos verdes, azules y morados, brillos en
el viento y agua cristalina donde distintas criaturas se encontraban.

— La tierra de las criaturas mágicas. — Susurró Jimin con los ojos muy abiertos. — E-es
real...

— Toda la magia que encierra este bosque te sorprendería. — Yoongi estaba junto a él, el
sol iluminando todo su rostro.

Jimin dirigió la mirada hacia él observando la luz del sol de la tarde bañarlo, haciéndolo lucir quizás
más hermoso de lo que ya era. Yoongi era muy apuesto y con el tiempo había aprendido a ver su
belleza exterior tanto como interior, llevándolo a un mareo de confusiones extrañas que aún no
entendía.

Sí, era extraño. Así que comenzó a verlo como un cariño fraternal y de muy buenos amigos,
compañeros inseparables. Sí, eso.

— Debemos tener cuidado. — Yoongi comenzó a bajar la colina con el príncipe junto a él,
sintiendo la fresca brisa que aliviaba el calor sofocante. — Las criaturas pese a ser
"buenas" no son forzosamente amigables.

— ¡Vamos! ¿Qué van a hacernos? — Jimin lo observó con una sonrisa y siguió bajando
tirando de él.

— Algunos son traviesos, muy juguetones. — Yoongi hizo una mueca. — No lo soporto.

Jimin soltó una agradable carcajada y negó con su cabeza. Bajaron la colina y se adentraron en el
bosque de hojas azules y moradas en un enorme manto de pasto lila y un camino de piedras que
brillaba conforme la noche llegaba.

Era hermoso, Jimin no podía contener su felicidad y corría por todos lados entre risas y vueltas,
revolcándose en los lirios, abrazando a Yoongi una que otra vez y levantando sus brazos al aire
para tocar las esferas de luz que revoloteaban sobre ellos.

~ 87 ~
Yoongi movía su mano en todas direcciones soltando gruñidos y alejando las esferas de luz cerca
de él. Jimin se colocó a su lado soltando un gran suspiro y sonriendo en éxtasis total. Se sentía en
casa, de alguna forma.

— ¿Dónde dormiremos Yoongi? — Preguntó Jimin con una sonrisa. — Quizás podamos
pedirle ayuda a alguien.

— Shhh. — Calló Yoongi. — No queremos que sepan que estamos aquí, guarda silencio.

— ¡Pero Yoongi!

— No, calla. Sigue avanzando.

— ¡Oh, pero si son nuevos! — Escucharon una voz cerca de ellos.

Ambos se detuvieron bruscamente y se voltearon a ver confundidos. Voltearon detrás pero no


observaron absolutamente nada, Jimin ladeó su cabeza y Yoongi alzó una ceja confundido.

— ¡Aquí! — Volvieron a escuchar.

Ambos levantaron la mirada y recorrieron el entorno con rápidos movimientos de cabeza de un


lado a otro.

— ¡Aquí abajo par de torpes!

Yoongi y Jimin bajaron al instante la cabeza topándose con un pequeño hombrecito que no debía
medir más de cincuenta centímetros. El pequeño hombre apenas les llegaba a las rodillas, ¡era
diminuto! Jimin chilló emocionado y se agachó con una adorable sonrisa.

— ¡Hola! — Saludó animado el príncipe rubio.

— ¡Hola pequeños turistas! — Saludó el hombrecito. — Mi nombre es oro, ¡es un honor


tenerlos aquí en la tierra de los duendes!

— ¿Duendes? — Yoongi alzó una ceja y observó el entorno. — Creí que nos habíamos
desviado.

— ¡Pues no! — Reclamó oro cruzándose de brazos. — ¿Qué hace un villano en la tierra de
las criaturas mágicas? ¡Tú no perteneces aquí, vuelve al bosque oscuro!

— Oh no, él está ayudándome. — Jimin no borró su sonrisa. — ¡Somos amigos!

— Ah-ah. — Oro negó con la cabeza y movió su índice de un lado a otro. — Los villanos no
pueden ser tus amigos, ¡son malos!

— Él es bueno. — Jimin se reincorporó y abrazó a Yoongi. — Muy bueno diría yo.

~ 88 ~
— Umh. — Oro observó suspicaz al chico con cuernos y alzó una ceja al observar su cola y
cuernos. — ¿Villano? Espera... ¡yo te conozco!

— ¡Yoongi, más duendes! — Exclamó Jimin emocionado. — ¡Mira, mira! — Jimin


tranquilízate. — Yoongi lo observó fastidiado.

— ¿Jimin? — Repitió el duende abriendo mucho sus ojos. — ¿¡El príncipe Jimin?!

— ¿Perdón? — Jimin volteó.

— ¡MIRA JIMIN, HADAS! — Yoongi señaló un punto al azar.

— ¡Eres el hijo de maléfica! — Exclamó oro asustado. — ¡Vas a matar al príncipe!

¡Príncipe Jimin! ¡Príncipe Jimin!

Yoongi tomó una bocanada de aire y sus ojos esmeralda brillaron fuertemente. Expulsó el viento y
el pobre oro salió volando desapareciendo de su vista hasta perderse en los arbustos. Jimin se
encontraba buscando las hadas todavía, no había escuchado al pequeño duende.

— No las veo Yoongi. — Jimin volteó a verlo nuevamente. — ¿Y oro?

— Tuvo que irse, luego vendrá, sigamos avanzando. — Yoongi tiró de él. — ¡Oh! ¿Y Jimin?

— ¿Sí Yoongi? — Preguntó Jimin viéndolo.

— Aquí en esta tierra, ah... no es muy seguro que te quedes con tu nombre, puede haber
villanos malos. — Mintió el de cuernos. — Así que nunca lo des.

— ¿Entonces cómo digo que me llamo? — Jimin alzó una ceja.

— Di que te llamas... — Yoongi mordió sus labios. — Azul.

— ¿Azul? — Jimin frunció su ceño.

— ¡Rosa! — Exclamó Yoongi. — Como las rosas, las bellas flores.

— Prefiero azul. — Jimin asintió.

— De acuerdo. — Yoongi suspiró aliviado. — Vamos... azul.

Jimin suspiró igualmente y siguió avanzando, observando como casas diminutas y muchas risas se
escuchaban de fondo. Abrió su boca sorprendido y la tapó cuando repentinamente una enorme
flor se abrió frente a ellos, dejando miles de duendes a la vista brincando y gritando entre risas.

Ambos protagonistas se congelaron cuando repentinamente el silencio se hizo absoluto y todos


los duendes frenaron sus actividades para verlos a ellos. Un silencio de muerte se produjo.

~ 89 ~
— Oh... carajo. — Susurró Yoongi sintiendo su mundo explotar.

— ¡Nuevos! — Exclamó uno de los duendes. — ¡Extranjeros!

Un bullicio se produjo donde todos los duendes gritaron y se abalanzaron hacia los dos
grandulones. Yoongi soltó un gruñido mientras Jimin chilló emocionado saludando, riendo y
siguiéndoles el juego a las pequeñas personas que los habían recibido.

— ¡Miren, miren! ¡Tiene cuernos! —Gritó una pequeña duende señalando a Yoongi. — ¡A
por él!

Toda la manada de duendes se tiró sobre el pobre Yoongi que terminó en el suelo, infestado de
pequeñas "plagas" con sombreros chistosos y cascabeles en su ropa. Jimin oprimió la risa y se tapó
la boca al ver a los duendes brincar sobre Yoongi y tocar con asombro los cuernos pese a los
gruñidos del villano. Todos reían hasta que finalmente se calmaron y observaron a los nuevos con
enormes sonrisas.

— ¿Quiénes son ustedes? —Preguntó un duende de vestimenta roja y gorrito verde. —Oro
se ha esfumado y él es el único que conoce a todos los personajes de los cuentos de hadas.

—Bueno. —Yoongi carraspeó su garganta. —Mi nombre es... Yoon.

— ¿Yoon? —Repitieron todos.

—Ajá, y él es azul. —Señaló a Jimin quien sonrió con un suave rubor.

— ¡Vaya, nuca habíamos escuchado hablar de ustedes! —Habló la duendecilla. — ¡Hoy


estamos de fiesta! ¿Quieren unirse?

— ¡Celebramos el cumpleaños del príncipe Jungkook! —Exclamó otro duende. — ¡El


palacio está lleno de personas!

— ¿Cumpleaños? —Preguntó Jimin. — ¿Príncipe Jungkook?

— ¡El futuro prometido del príncipe Jimin! —Chillaron más. — ¡Ya falta menos para que el
príncipe del Sur vuelva a casa y se casen! ¡Todo el pueblo está ansioso por su compromiso!

— ¡Sí! ¡Será una maravillosa alianza que nos traerá prosperidad a todos! Los duendes
siguieron celebrando, pero Jimin lucia algo preocupado. Mordía su labio inferior con cierto
temor y su corazón palpitaba con fuerza. Observó a Yoongi que tenía sus ojos brillantes y
su cola completamente erizada, mostrando una agresividad notoria pero que los duendes
no percibieron.

— ¿Dónde queda el castillo? —Preguntó Jimin suavemente.

~ 90 ~
— ¡Cruzando el camino está el pueblo! ¡El castillo asoma junto a la cascada y las
montañas! —Los duendes sonrieron. — ¿Quieren ir? ¡La fiesta será muy divertida!

— ¡No! ¡Estamos a punto de largarnos! —Gritó Yoongi tomando con fuerza a Jimin del
brazo. — ¡Sigan con su fiesta!

— ¡Yoongi espera! ¡Auch! —Jimin trató de zafarse. — ¡Yoongi ya basta!

— ¡Sólo cállate! —Gritó Yoongi amenazante. — ¡No soportaré más retrasos! ¡Tenemos
que irnos!

— ¡Pero Yoongi!

— ¡No me hagas dormirte a la mala Jimin! —Yoongi lo observó enfurecido. — ¡No estoy en
condiciones para usar magia negra! ¡Avanza ya!

Jimin observó detrás de él a los duendes que lo observaban preocupado. Antes de que se alejaran
más, unos duendes corrieron gritando sus nombres.

— ¡Azul! ¡Azul espera!

Jimin se zafó y corrió a los pequeños duendes. Yoongi sacó chispas por los ojos, pero Jimin le hizo
una seña de que esperara un segundo. Volteó hacia los duendes y se puso en cuclillas.

— ¿Sí? —Preguntó dulcemente.

—Lleva un poco de este polvo contigo. —La pequeña duende le dio bolsa que era más
pequeña que el pulgar del príncipe. —Es mágico.

— ¿Para qué sirve? —Preguntó Jimin tomándolo con delicadeza.

—Sóplalo cerca de Yoon y verás, ¡pero no dejes que lo vea! —Susurraron en voz baja.

— ¡Azul! —Gritó el villano a lo lejos.

— ¡Un momento! —Gritó él.

—Y esto. —La duende le dio un pequeño diamante. —Repite, "Luxus bail est amu"

—Luxus bail est amu. —Repitió Jimin y ellos asintieron.

— ¡AZUL!

— ¡DIOSES YA VOY! —Se levantó y observó a los duendes con una sonrisa. —Gracias.

~ 91 ~
El rubio guardó las cosas en un segundo y se volteó para correr a Yoongi. El de cuernos lo tomó
con fuerza antes de tirar de él y alejarse a pasos rápidos de la aldea de los duendes. Jimin lo siguió
en silencio y con muy mala cara conforme se alejaban.

Después de largos minutos en silencio, Yoongi se detuvo cerca de unos árboles que daban a un
puente. Soltó a Jimin y gruñó.

—Dormiremos aquí, el pueblo está cruzando el puente y debido a las festividades


llamaremos mucho la atención. —Empujó a Jimin. —Duérmete y deja de estar causando
problemas.

Se dio la vuelta para sacudir sus pantalones y volteó la vista encontrando a Jimin cerca de él, casi
chocando con su rostro

— ¿Qué crees que haces? —Preguntó el villano filosamente.

Jimin abrió su mano y sopló dejando caer un polvo dorado en todo el rostro del villano. Yoongi se
tambaleó hacia atrás con los ojos cerrados maldiciendo por lo bajo hasta sentarse. Jimin mantuvo
la vista con temor hasta que Yoongi dejó de moverse por completo y su tranquila respiración era
su único movimiento.

— ¿Yoongi? —Llamó y lo sacudió. — ¿Yoongi?

Estaba completamente dormido.

Jimin se alejó asustado y recordó la piedra preciosa. La tomó en sus manos y respiró profundo.

—Luxus bail est amu. —Susurró cerrando sus ojos.

Sintió un pequeño cosquilleo por su cuerpo seguido de un ardor. Abrió sus ojos encontrándose
envuelto en una potente luz blanca que lo cegó después de envolver todo su cuerpo.

Abrió sus ojos y bajó la mirada observando un traje hermoso en su cuerpo en lugar de sus trapos
viejos. Tapó su boca y escuchó unos murmullos.

— ¿¡Azul?! ¡Yo te dije que vino! —Gritó una voz.

— ¡Vino!

— ¡Azul!

— ¡Vino!

Jimin observaba su traje cambiar de un segundo a otro en distintos colores, pero por más que se
esforzaba en ver algo, no había nada.

~ 92 ~
— ¡Azul! —Otra vez el grito y después unas campanas. — ¡La fiesta!

— ¿La fiesta? —Jimin abrió sus ojos y observó a Yoongi dormido.

— ¿Qué esperas azul? ¡Corre!

Jimin se alejó con prisa, cruzando el puente entre tambaleos. No tenía idea de que estaba
haciendo... ¡Era una locura! ¡Pero era emocionante!

Oh... Yoongi lo iba a matar cuando se enterara.

~ 93 ~
Capítulo 17
El príncipe Jimin se movía rápidamente por el pueblo, observando los alegres colores y los fuegos
artificiales alumbrando el cielo. Sonrió como nunca antes lo había hecho, fascinado por el
espectáculo que presenciaban sus ojos. Observó los colores explotar en el cielo, la danza en la
plaza donde mujeres, ancianos, hombres y niños bailaban alegremente formando una gran rueda y
palmeando sus manos.

Los colores rojos adornaban el pueblo, rojo brillante y vino con detalles de oro y una luna en el
centro. No un sol como era en el Sur. Los ojos del rubio vagaron y esbozó una sonrisa al ver una
carroza frenarse cerca de él. ¡Estaba tan feliz!

— ¡Los boletos para ir al palacio real! —Llamó un hombre con una enorme nariz y voz
nasal que hizo a Jimin reír por lo bajo.

El rubio deslizó su mano dentro del bolsillo sorprendiéndose de encontrar un boleto de oro del
tamaño de su mano. Corrió a la carroza de caballos blancos y le extendió el boleto al hombre
quien lo examinó de pies a cabeza antes de tomarlo.

Se inclinó dramáticamente hacia adelante haciendo una reverencia y en esa misma ridícula
posición abrió la puerta para que el rubio entrara.

—Por favor.

— ¡Muchas gracias!

El rubio entró sonriente. Se sentó junto a la ventana siendo acompañado por otra joven chica que
inclinó su cabeza hacia él amablemente. Jimin devolvió el gesto y observó a través de la redonda
ventana como el pueblo se alejaba e ingresaban a un puente que iba subiendo, rodeado de fuertes
cascadas, subiendo la colina.

Antorchas iluminaban el camino de piedra, donde otras carrozas iban subiendo para llegar al
castillo. Abrió su boca fascinado al ver semejante construcción alzarse, un castillo de marfil blanco
y brillante bajo la luz de la luna, con banderas rojas con el logo de la luna en oro.

Bajó delicadamente cuando abrieron la puerta y mantuvo la boca muy abierta observando todo.
Su corazón latió con rapidez y se fijó en los invitados para imitar lo que hacían ya que no estaba
acostumbrado a ese tipo de ambientes. Carraspeó su garganta y lentamente se fue acercando a la
entrada. Entregó su boleto que le había regresado al bajar y los guardias abrieron paso, dejando
un enorme pasillo de alfombra roja frente a él.

~ 94 ~
Jimin avanzó a paso lento observando la belleza de decoración. Había muchas estatuas de vidrio
perfectamente pulidas, candelabros con fuego chispeante y acogedor y las paredes blancas como
perlas, relucientes y preciosas. Era un bello lugar.

Pero lo que hizo que ahogara un grito, fue el salón de baile...

Un espacio gigante, con un techo circular que se abría como una bóveda. Allí un enorme
candelabro de fuego rojo se alzaba iluminando todo el lugar. Había hileras inmensas de mesas con
comida deliciosa, sillas, hombres de traje rojo paseándose de un lugar a otro y una enorme
orquesta del lado derecho, sobre un balcón de oro.

La gente bailaba en la abertura de la pista, danzando con gracia, riendo. Jimin no podía explicar la
belleza y lujo de ese lugar. ¡Era precioso!

Y más atrás, en un balcón, dos personas importantes se encontraban.

— ¿Sabes hijo? Yo creo que deberías bailar un poco. —El rey del Norte le dio un sorbo a du
vino, observando a su hijo sentado junto a él en una estática posición. —Hay muchas
personas que aceptarán bailar una pieza. ¿No hay ninguna de tu agrado?

—No padre. —Contestó el apuesto príncipe en un traje rojo observando la pista de baile.
—Siendo franco yo no quería una fiesta tan... Llamativa.

—Si crees que esta es llamativa hijo mío, ¡espera a ver la de tu boda! —El rey rió
alegremente. — ¡Oh! ¡Esa celebración durará días!

El príncipe Jungkook soltó un suspiro y se levantó de su asiento para ir al balcón. Necesitaba un


respiro, no se sentía muy cómodo entre tanta gente y tantas miradas, la privacidad a veces era
necesaria en su pobre vida.

Avanzó y la gente inmediatamente se inclinó, él les devolvió el gesto con una sonrisa porque pese
a todo, no dejaba de ser caballeroso y respetuoso. Siguió avanzando un poco más hasta que
escuchó un pequeño grito ahogado.

Volteó con rapidez justo cuando uno de los cocineros pasaba rápidamente empujando a un chico
de cabello rubio que se tambaleó hacia atrás.

Jungkook abrió sus ojos y se abalanzó sobre él tomándolo de la mano y pegándolo a su pecho
segundos después para evitar que cayera.

— ¿Estás bien? —Preguntó el príncipe bajando la mirada.

El hermoso rubio parpadeó repetidas veces antes de levantar la mirada y toparse con unos
hermosos ojos grises con pizcas verdosas frente a él, un muchacho tremendamente apuesto y de
sonrisa coqueta.

~ 95 ~
—S-sí gracias. —Susurró torpemente. —Joven... Umh...

—Jungkook. —Finalizó el príncipe extrañado.

— ¡Dioses, su majestad! —El rubio se zafó de su agarre e hizo una reverencia. — ¡Mis
excusas! ¡Qué torpeza la mía!

—No te preocupes. —Jungkook asintió. — ¿Cuál es tu nombre?

—Ji...—Se tornó rojo. —Azul, su majestad.

—Azul. —Repitió Jungkook con una bella sonrisa mientras observaba al hermoso chico
frente a él. —Bello nombre.

Jimin sintió su corazón palpitar con fuerza en su pecho. ¿Así que era él su hermoso prometido?
¡Oh, era tan guapo y caballeroso! Jimin no pudo evitar morder un poco sus labios y sonreír
tímidamente.

La música comenzó a sonar atrayendo la mirada de ambos príncipes. La gente se levantó y


comenzó a bailar alegre, uniéndose en parejas gracias a la bella música.

Jungkook carraspeó su garganta y se inclinó hacia Jimin cuando captó su atención. Tomó su mano
con suma suavidad antes de sonreírle

— ¿Me concedería esta pieza, bello joven? —Preguntó educadamente el príncipe


Jungkook con una sonrisa.

— ¡Por supuesto su majestad! —Jimin se inclinó un poco. —Será un honor bailar con usted
esta pieza.

Ambos se sonrieron y se acercaron a la pista atrayendo las miradas curiosas de la multitud. Se


observaron en silencio antes de que Jungkook colocara una mano en la cintura del bello chico y
con la otra tomara su mano.

Jimin enrojeció al sentir el suave toque y tímidamente puso su mano en el hombro de Jungkook.
Todos esos bailes que le enseñaron sus padres adoptivos finalmente servían de algo... Y estaba
allí... Danzando...

Danzando con su príncipe azul y amor verdadero.

Bailaron manteniéndose fija la mirada, ocupando casi todo el espacio conforme las personas se
abrían para observar la increíble danza entre los dos hombres.

Jungkook cargó a Jimin dando una vuelta en el aire y se pegaron para seguir bailando, con una
delicadeza, como dos plumas flotando en el aire y animando la orquesta.

~ 96 ~
El rey despegó la vista de sus invitados y regresó la vista a la pista de baile, abriendo sus ojos
sorprendido al ver a su hijo bailar con una pasión dulce con un hermoso chico de cabellos de oro.

Le hizo seña a un guardia de acercarse.

— ¿Quién es el joven? —Preguntó el rey del norte

—No lo sabemos señor. —El guardia negó con la cabeza. —Nunca lo habíamos visto, se
hace llamar Azul.

El rey volvió la vista viendo las vueltas y la hermosa danza. El fuego que desprendían al tomarse y
danzar era inexplicable, como un lazo rojo, un lazo del destino donde su amor reposaba,
acelerando sus corazones.

La orquesta llegó al clímax y pese a los osados movimientos, ni Jungkook ni Jimin perdieron el
ritmo, manteniéndose en su propio mundo hasta que se escuchó el golpe de trompeta final con
los golpes.

Jungkook inclinó a Jimin hacia atrás y finalizaron en esa posición con una hermosa sonrisa en sus
rostros. La gente aplaudió en euforia y Jungkook lentamente fue reincorporando al rubio. Se
alejaron de un paso y se inclinaron antes de sonreírse.

Unos ojos esmeralda, verde brillante, habían observado atento la escena. Desde que Jimin tropezó
con Jungkook hasta sus manos tomadas y conversación alegre. Los ojos siguieron a la pareja
tomada de la mano que salió de la pista de baile dirigiéndose al pasillo y desaparecer de su vista
que se había nublado.

Yoongi se apoyó en la pared dejando de batir sus alas y observando la luna en silencio. Sintió una
ira potente que le hizo soltar un chirrido de dolor y alejarse rápidamente dejando unas plumas
negras caer detrás de él.

Su silueta se esfumó junto con aquel grito doloroso, que se escuchó hasta dentro de la pista de
baile.

Pero ninguno de los príncipes logró escucharlo.

— ¿Así que eres nuevo por aquí? —El príncipe Jungkook se paseaba por los enormes
jardines junto al hermoso joven de hebras rubias y las estrellas en sus ojos.

~ 97 ~
—Así es. —Jimin sonrió antes de observarlo con una sonrisa. —Me dirijo al Sur a visitar a
mi familia.

—Oh. —Jungkook rió. —Tu familia debe ser muy afortunada por tenerte bajo su seno.

Jimin no pudo evitar ruborizarse y soltar una cálida risa. Se frenaron frente a un balcón donde
abajo caía el agua de la enorme cascada.

Jimin se apoyó y observó el enorme manto de agua caer bajo él y la hermosa enredadera de rosas
ir subiendo. Jungkook lo admiró en silencio, observando su belfo y su sonrisa, la luz lunar
iluminando su perfecta belleza.

—Desearía que te quedaras aquí toda la noche. —Jungkook arrancó una rosa y se la
extendió a Jimin. El rubio ahogó un grito y la tomó con delicadeza. —Eres el chico más
hermoso que he visto en todo el reino.

—Eso es muy amable de tu parte. —Jimin sonrió bajando su mirada. —Gracias su


majestad.

—Si tan solo no estuviera comprometido... —Jungkook suspiró y observó la lejanía que
daba al sur. —Te pediría que te quedaras y fueras mi esposo.

El corazón de Jimin dio un brinco y observó con sorpresa a Jungkook. El príncipe castaño tomó las
manos del rubio con fuerza y lo pegó a él, la rosa quedando entre sus manos.

— ¡El calor inexplicable de mi amor crece descontrolado, Azul! ¡Por favor quédate
conmigo y huyamos! ¡Juntos!

— ¿A dónde? —Preguntó Jimin sintiendo su corazón latir con más fuerza.

— ¡Lejos! —Jungkook lo apretó contra sí. — ¡He caído bajo tu hechizo y no creo poder
liberarme nunca más de tu amor, mi alma te lo suplica...! ¡Sé mío!

—Tuyo... —Susurró Jimin confundido.

Jungkook lo soltó y lo rodeó por la nuca para apretar sus labios contra los suyos. Jimin ahogó un
pequeño grito dejando caer la rosa al suelo y observando con grandes ojos al príncipe inclinado
sobre él besándolo con desespero.

Jimin se rindió ante el beso y con los fuegos artificiales de fondo rodeó a Jungkook con sus brazos
y abrió más sus labios para permitir un mejor acceso.

Sus manos viajaron a sus mejillas y se pegaron con mayor fuerza y pasión, besándose cada vez más
rápido hasta que Jimin quedó contra el balcón y rodeó con sus piernas al príncipe.

~ 98 ~
Sus manos viajaron a su espalda baja creando un trazo invisible que le mandó un cosquilleo al
rubio.

"Harás el amor con el príncipe Jungkook así debe ser."

Amor...

¡Oh, diablos!

— Yoongi... —Susurró Jimin sobre los labios del príncipe antes de separarse.

— ¿Perdón? —Preguntó el príncipe del norte confundido.

— ¡Estaremos juntos, lo prometo! ¡Pero debo irme! —Jimin se bajó del balcón con prisa.

— ¡Azul, espera! —Llamó Jungkook lo atrapó de la mano. — ¡Dime dónde encontrarte al


menos!

— ¡En el sur! ¡Lograrás encontrarme! —Jimin se zafó y siguió apresurado.

— ¿Cómo lo sabes? —Gritó Jungkook asomándose desde el balcón para verlo bajar las
escaleras, corriendo detrás de él para que no se fuera. — ¡Azul!

— ¡Porque tú eres el príncipe con el que yo siempre soñé! —Le gritó con una sonrisa. —
¡Y ya nos vimos una vez!

Jungkook frenó se carrera y se detuvo observando la silueta de Jimin alejarse. Su estómago se


llenó de mariposas, y aun desde la lejanía, ambos susurraron: —Te vi una vez...

Sonrieron.

—Una vez en un sueño.

~ 99 ~
Capítulo 18
El príncipe Jimin había corrido por las infinitas escaleras a toda prisa hasta bajar la colina. Sentía su
pecho palpitante debido a la rapidez con la que iba, ¡pero el tiempo había pasado volando para él!
¡Casi deslumbraba el amanecer en el horizonte!

Bueno, no. Nuestro príncipe tampoco era tan exagerado pero había perdido la noción del tiempo.

Atravesó corriendo el pueblo a toda prisa, pasando entre personas con distintos "disculpa, con
permiso" hasta llegar al exterior. Tomó aire antes de seguir su corrida, cruzando el puente que
dividía el bosque con la ciudad hasta llegar al árbol donde debía estar Yoongi.

Pero Yoongi, ya no estaba.

— ¿Yoongi? — La voz de Jimin resonó en la silenciosa noche. Avanzó con el corazón


palpitante dando distintas vueltas con su pecho oprimido. — ¿Yoongi?

Nada. Silencio.

— ¡Yoongi! — Gritó en desespero corriendo hacia todos lados, buscando detrás de los
árboles y levantando la vista al cielo. — ¡Yoongi por favor! ¡Yoongi! ¿Dónde estás? —
Sintió su corazón latir cada vez más rápido. — ¡Yoongi basta!

Corrió y sus ojos no tardaron en picar, encontrándose repentinamente en un ambiente más


pesado y lúgubre. La neblina daba un aura inquietante y el frío se hizo presente, Jimin se abrazó a
sí mismo y se apoyó contra el árbol. &

— ¡Yoongi! — Gritó y su voz quebró.

Rompió a llorar al instante, haciéndose ovillo al pie del árbol y hundiendo su cabeza entre sus
rodillas.

Comenzó a sollozar en silencio apretando sus puños y sintiendo un inmenso vacío en su corazón y
pecho. ¿Y si nunca volvía? ¿Dónde estaba? ¡No podía haberse ido, así como así!

— Yoongi... — Susurró su nombre con voz temblorosa. — P-por favor vuelve.

Escuchó un aleteo que le hizo levantar la mirada en un grito ahogado. Se levantó al instante
limpiando sus lágrimas observando una figura acercarse cada vez entrando en detalle. Sintió un
enorme calor recorrerlo y chilló emocionado antes de ir corriendo a abrazarlo.

~ 100 ~
— ¡Me asustaste! ¡Creí que me habías dejado! — Sollozó Jimin aferrándose a él, pero
Yoongi estaba tieso como una piedra. — ¿Yoongi?

El rubio levantó un poco la mirada para observar los ojos del contrario. Estos brillaban con furia y
mucha frialdad que estremeció a Jimin. La cola inclusive parecía molesta, erguida sobre Yoongi
apuntando amenazante la punta hacia Jimin. El rubio tomó aire y antes de disculparse hizo una
mueca.

— Hueles... a vainilla. — Susurró Jimin oliendo profundo y al instante se colgó a su cuello,


encontrando un suave perfume que invadía todo su cuerpo. — ¿Por qué hueles a vainilla?

— ¿No ibas a quedarte con "su majestad"? — Yoongi apretó sus puños y aventó al príncipe
con tanta fuerza que lo tiró al suelo. — ¡Pero si lucían divinos bailando en el castillo!

— ¡Yoongi! — Gritó Jimin dolido.

— Ya que tú te divertiste tanto creo que yo también tengo permiso para divertirme. —
Yoongi esbozó una sucia sonrisa cargada de frialdad. — Tuvimos una buena noche, ¿no lo
crees?

Jimin tenía sus ojos empapados de lágrimas observando la cola observándola erguida y hasta con
burla. Él se levantó como pudo temblando de miedo ya que nunca había visto a Yoongi así.

— ¡Solamente quería conocerlo! — Suplicó Jimin. — ¡Por favor perdóname, no quería!

— ¡Apestas a él! — Gritó Yoongi enfurecido. — ¡¿Y tu cabello alborotado?! ¡¿Labios


mordidos?! ¿Me tomas por un idiota acaso? ¡Respóndeme!

— ¡No quería! — Volvió a implorar Jimin. — ¡No creí que fuera besarme! ¡Yo solo quería...!
¡YOON...!

Jimin fue estampado violentamente contra el árbol con las frías manos del demonio sobre su
cuello. Levantó sus manos con desespero para tomar por fuera a las de Yoongi y tirar para que lo
dejara respirar, Yoongi lo observaba con una ira nunca antes vista. Ni él mismo se reconocía.

— No creí que fueras a caer tan fácil. — Susurró con lascivia Yoongi soltando una terrible
carcajada. — ¿Si tan bien te entregaste al principito no puedes entregarte a mí entonces?
No quedé muy satisfecho esta noche.

— ¡Detente! — Gritó Jimin. — ¡Yoongi suéltame!

— ¿Por qué debería? — Apretó su agarre y Jimin abrió más su boca. — Te doy mi
confianza y me apuñalas por la espalda, ¡Me dormiste, huiste, desobedeciste y te
entregaste a Jungkook!

~ 101 ~
— ¡ÉL VA A SER MI FUTURO ESPOSO POR SI NO LO RECUERDAS! — Gritó Jimin con las
pocas fuerzas que le quedaban. — ¡Y ESTANDO UNA SIMPLE NOCHE CON ÉL PARA QUE ME
ENAMORARA COMO NUNCA CREÍ HACERLO! ¡ESO ES AMOR VERDADERO!

— ¿Enamorarte? — Yoongi comenzó a soltar secas carcajadas. — Oh lindura realmente no


creí que fueras a caer en el clásico estereotipo, pero eres igual a todos.

— ¡Todos tenían todo este tiempo! — Jimin estaba empapado de lágrimas. — ¡Eres un
villano y nunca vas a cambiar! ¡Creí que al menos podrías cambiar!

— ¿Cambiar por ti? Pobre idiota. — Yoongi rió y la cola se enrolló como si estuviese riendo
igualmente. — Creía que íbamos a cambiar por él.

Yoongi finalmente aflojó su agarre y Jimin tomó aire con desespero. La cola rozó las mejillas del
campesino quien observaba dolido al chico con cuernos frente a él sin poder creer lo que decía.

— Así que al final el príncipe azul, encontró a su príncipe azul. ¡Las cosas van como
deberían ser! ¡Alégrate! — Contestó Yoongi palmeando su mejilla con fuerza, Jimin chilló
adolorido. — Vivirás al final feliz para siempre y yo pudriéndome en mi mísero castillo.

— ¡Deja de decir eso! — Gritó Jimin. — ¡Ya te pedí disculpas! ¡¿Qué más quieres?!

— Eres un sucio traicionero. — Yoongi rió negando con la cabeza. — Y yo que realmente
creí conocerte. Qué equivocado estaba.

— ¡Podría decir lo mismo! — Espetó Jimin aún con lágrimas. — ¡No sé cómo pude pensar
alguna vez en estar contigo! ¡Eres cruel, frío, despiadado, sin sentimientos, vengativo,
traicionero y envidioso!

— Oh, ¿envidioso? — Yoongi alzó una ceja divertido.

— ¡Porque Jungkook lo tiene todo! ¡Incluyéndome! ¡Y nada, nada de eso lo podrás tener
tú! ¡Jamás! — Rugió Jimin destrozado.

Yoongi se mantuvo en otro gélido silencio y la cola se colocó sobre su hombro dando pequeños
golpes. El villano comenzó a sobar su barbilla conforme una sonrisa malvada se instalaba en su
rostro. La cola se levantó nuevamente y se acercó a Jimin hasta el cuello del traje.

— Quizás lo tenga todo. — Yoongi siguió con su sonrisa. — Es cierto... así que podría
adelantarme en algo que nunca más podrá recuperar y será totalmente mía.

Jimin ahogó un grito cuando la cola se enrolló con fuerza arrancando su traje y dejando la mitad
de su pecho al descubierto. Se cubrió en un sollozo e imploró en voz alta pero la cola volvió a
arrancar otro pedazo de traje dejando cada vez su piel más expuesta.

~ 102 ~
— ¡Yoongi no! — Gritó Jimin cubriéndose más y sintiendo la cola arrastrándose por su
cuerpo. — ¡Yoongi! ¡YOONGI!

— Así que si pudiste besarlo y enamorarte en un simple día... — Yoongi suspiró con falso
dramatismo antes de que su cola arrancará los pantalones finalmente dejándolo
totalmente al expuesto. — ¿Por qué no podemos tú y yo divertirnos con placeres humanos
que se consiguen más rápido que eso?

Jimin negó con la cabeza y se cubrió con sus manos como pudo haciéndose hacia atrás hasta
chocar con el árbol nuevamente. Yoongi se fue acercando a él amenazante hasta estar lo
suficientemente cerca, la cola se enredó en las piernas de Jimin y comenzó a empujarlas para que
las abriera.

— ¡DETENTE! — Gritó Jimin. — ¡YOONGI NO ME HAGAS ESTO!

— Lindura tú mismo lo dijiste, "quiero hacer el amor". — Repitió con burla. — Y pienso
hacértelo ahora, así que deja de resistirte.

— ¡Esto no es hacer el amor! ¡Me estás forzando y no quiero hacerlo!

— ¿Violación? — Yoongi alzó una ceja y su cola se mantuvo intacta. — Yo te vi muy


contento con el príncipe con dos minutos de conocerlo, no me salgas con esto ahora.

— ¡No es así como quería entregarme a ti!

Jimin le mantuvo la mirada hasta sentir la cola del villano irse alejando de su cuerpo. Tiritó con
frío sintiendo su piel desnuda, torpemente cubierta por la poca tela que quedaba de su traje.

— Solo es una maldita fantasía. — Yoongi desvió con brusquedad la mirada. — ¿En qué
pensábamos? Era más que claro que cuando conocieras a tu futuro esposo caerías rendido
a sus pies.

Jimin tembló cuando Yoongi volvió a soltar otra seca carcajada.

— Así que mientras más pronto llegues a casa, más rápida será su boda. — Yoongi volvió a
clavar la vista en él y sonrió con frialdad. — Mejor nos apuramos, ¿te parece?

Jimin soltó un chillido y se removió tocándose la parte inferior de su rostro buscando con
desespero su boca, pero por más que trató de gritar no pudo. Su boca había desaparecido
nuevamente causando que sus lágrimas salieran nuevamente.

— No lo tomes como algo personal. — Yoongi hizo vueltas con su índice y los viejos trapos
de Jimin volvieron. — Te dije que no quería distracciones y nada me distrae más que tú
linda boca

~ 103 ~
Jimin le siguió viendo con ojos asesinos y dolidos. Yoongi lo levantó hasta ponerlo en su espalda
como en sus primeros días, pero a diferencia de ellos, Jimin no lo golpeó ni se removió. Se quedó
en un silencio absoluto observando el suelo, sintiendo su pecho arder como nunca antes.

— Pude haberte dicho más. — Escuchó a Yoongi. — Pero no vale la pena. Tú recibirás tu
propia sentencia cuando lleguemos al castillo... vas a verlo.

Jimin levantó la mirada confundido, tratando de observarlo como pudo. Yoongi lo observó
también a través de su hombro mostrando sus colmillos y su mirada cargada de maldad

— Nunca estuve tan ansioso por el futuro, mi majestad. — Le guiñó el ojo causando que
Jimin se estremeciera y su marea de confusión creciera. — Te vas a morir de la impresión,
lindura.

Y su carcajada resonó nuevamente, dejando a Jimin con más lágrimas y un nudo creciente en su
garganta. ¿Pero qué podía hacerse? Yoongi estaba cargando con el peor de los males, ese que
hace cometer locuras y arde más que cualquier veneno en esta vida.

El mal de un corazón roto...

~ 104 ~
Capítulo 19
Debido a que el príncipe Jungkook había mandado a buscar a cada rincón del pueblo al hermoso
príncipe de nombre Azul, Yoongi no tuvo otro remedio que llevarse cargando al príncipe por las
afueras de la ciudad y evitar a los guardias y las miradas chismosas.

Así que no tuvieron otra opción que atravesar por el bosque volviendo al lugar de las criaturas
mágicas. Yoongi no estaba de humor en lo absoluto, ya había tenido suficiente con los duendes y
ahora le tocaba encontrarse con más criaturas. ¿Cuáles? No sabía, pero no le importaba.

Desde aquella disputa con el hermoso campesino no se habían dirigido la palabra, apenas casi. Le
había devuelto su boca, sí, pero todo su camino transcurrió con frialdad. Una frialdad y una
tensión mucho peor que la de antes.

Ah... ¿por qué a los protagonistas les encanta crear drama?

— Detente. — Ordenó Yoongi gélidamente, Jimin se detuvo. — No es seguro estar aquí


separados.

Jimin se mantuvo en silencio absoluto y observó la mano extendida de Yoongi. El campesino rodó
sus ojos y alejó sus manos pasando agresivamente junto al chico de cuernos empujándolo con su
hombro. Por primera vez el príncipe traicionaba sus dones, dejándose envolver por su orgullo y
rencor, sin dirigirle ni la mirada al chico con cuernos.

— Jimin, estos rumbos son peligrosos. — Yoongi se mantuvo detrás de él observándolo


con mala cara. — Jimin te estoy hablando.

— ¡No me interesa! — El rubio volteó a verlo sacando chispas de los ojos. — ¡Puedo solo!
¡No te necesito encima de mí todo el tiempo!

Y es que sí. Hasta los buenos se cansan de ser buenos.

— Yo te lo advertí. — Yoongi desvió la mirada poniendo sus ojos en blanco.

Siguieron avanzando por el bosque que se había tornado café. Los troncos eran excesivamente
grandes y las hojas cafés, toda la vegetación muerta solamente infestada por lodo y una que otra
planta seca, muerta completamente. El hedor era amargo y a tierra húmeda, uno que te hacía
estornudar y te revolvía el estómago después de largos minutos.

Claro. En ese lugar casi siempre se iban a aventar las heces de los animales... y pueblerinos.

~ 105 ~
Yoongi alzó una ceja y es que, por alguna extraña razón, el lugar se le hacía terriblemente
conocido. No sabía de dónde o cuándo, pero lo conocía. Y no le daba buena espina en lo absoluto.

— Jimin... — Llamó. — Jimin no me da buena espina este lugar.

El campesino siguió avanzando con sus brazos cruzados. Yoongi se detuvo y levantó la vista
observando las hojas caer y el sol apenas deslizarse entre las ranuras que provocaban las hojas.
Dirigió la mirada a Jimin que estaba bastante lejos.

— ¡Jimin! — Gritó. — ¡Jimin espera!

Corrió hacia él como pudo pero Jimin aceleró también el paso hasta él también comenzar a correr.
¡No era momento de unas carreras! ¡Ese lugar no era seguro!

— ¡Jimin detente! — Gritó Yoongi al ver un manto de hojas cubriendo el suelo. — ¡JIMIN
ALTO! ¡ALTO!

Ahogó un grito y se heló cuando vio a Jimin cruzar las hojas y ser engullido al instante por el suelo
en un agudo grito. Yoongi corrió hacia él con el corazón palpitando duramente contra su pecho y
se arrastró por la tierra hasta quedar en cuatro con las manos sobre la tierra.

Observó a Jimin hasta el fondo de un enorme hoyo con otro animales y verduras. El campesino se
levantó en un quejido de dolor y observó a Yoongi muy arriba de él asomándose.

— ¡Te dije que te detuvieras! — Gritó Yoongi molesto. — ¡Felicidades idiota, caíste en una
trampa!

— ¡Ya me di cuenta! ¡Sácame de aquí! — Ordeno el campesino.

Yoongi gruñó y comenzó a buscar una rama lo suficientemente larga con qué sacar a Jimin.
Observó de izquierda a derecha y sintió un zumbido, que después se convirtió en un temblor que
hizo vibrar el suelo.

Sus ojos se agrandaron el triple al sentir los temblores periódicamente, cada tres segundos
haciendo vibrar el suelo cada vez más. Corrió a asomarse y observó a Jimin temblando.

— ¡¿Qué está pasando Yoongi?! — Gritó Jimin asustado.

— ¡Dame un segundo, maldición! — Gritó escuchando los golpes más fuertes.

Era muy tarde. Corrió escuchando los gritos de Jimin de fondo y se fue a ocultar detrás de un
árbol, brincando en el suelo y escuchando el crujido de la tierra más fuerte. Se azotó contra el
suelo y observó un enorme gigante ir avanzando hacia el hoyo lentamente. Se aferró al árbol
viendo como éste se detenía y empujaba más hojas.

~ 106 ~
— ¡Pero miren a quién tenemos aquí! — Se burló el enorme gigante soltando una risa. —
Cuatro lindas ovejas, dos cerdos y... ¡un humano!

Soltó una sonora carcajada y metió su mano sacando a todos los mencionados antes de meterlos a
una olla. Se dio la vuelta y comenzó a alejarse a pasos lentos más profundo en el bosque. Sus
pisadas resonaron mientras Yoongi se encontraba mudo sin poder creerlo.

— ¡Esto tiene que ser una broma! — Gritó en voz alta.

Comenzó a correr detrás del gigante para seguirle el paso. Se detuvo después de largos minutos
sin aguantar más, observando un pantano gigante y una casa enorme cruzándolo. El gigante se
metió por la puerta y cerró con fuerza haciendo temblar nuevamente la tierra y dejando a Yoongi
completamente helado.

— No podré hacer esto solo... — Susurró negando con la cabeza.

Una loca idea cruzó su mente... No... ¡Era una locura! ¿Pero tenía otra opción?

No. No realmente.

Y Jimin no iba a morir devorado por un gigante.

¡Eso sí que no!

Jimin se encontraba hecho un ovillo contra la pared de la fría olla. Observaba el enorme techo y
escuchaba los estruendosos pasos irse acercando y alejando. Muchos ruidos, no podía descifrar
qué eran, pero no suponía nada bueno. ¡Nada bueno!

Esperó otro poco hasta que la olla se fue levantando y él se tambaleó de izquierda a derecha antes
de caer al suelo en seco otra vez. Observó como la olla se inclinaba y él por más que trató, no pudo
evitar resbalar sin agarrarse de nada hasta sentir que cayó en una dura superficie.

Se levantó observando al gigante con unos cubiertos y él encerrado en un pequeño plato. Observó
asustado de izquierda a derecha, viendo al pequeño rebaño chocando contra las paredes o
soltando pequeños chillidos.

— ¡Hace tiempo que no comía humanos! — Exclamó el gigante con una sonrisa mientras
se acomodaba su servilleta en el cuello. — ¿Cómo te llamas pequeño humano?

~ 107 ~
— A-azul... — Balbuceó Jimin más que asustado.

— Oh, ya veo. — El gigante agarró un salero y comenzó a sacudirlo sobre la cabeza del
pobre campesino que por más que huyó no pudo evitar quedar cubierto de sal de pies a
cabeza.

— ¡No me comas! — Suplicó Jimin al ver como alzaba ahora la pimienta. — ¡No tengo
buen sabor! ¡No me he bañado en mucho tiempo!

— Luego voy a cocinarte, te estoy preparando. — El gigante agarró un limón y el pobre


rubio soltó un chillido cuando se sintió ser bañado en gotas gigantes del ácido ingrediente.

Obtuvo un poco más de sal y otras gotas de limón. El gigante hizo lo mismo con los demás
animales y se levantó de la mesa para acercarse a una chimenea y prender más fuego. La olla
estaba con un caldo con verduras y lo único que faltaban, eran sus ingredientes especiales.

— Los humanos van al final. — El gigante agarró a las ovejas. — Son los que dan el toque.

Jimin observó con horror a las pobres ovejas y cerditos ser lanzados al agua hirviendo, escuchando
sus chillidos desesperados durante unos segundos antes del silencio total. El gigante hizo vueltas
con su mano para acercar el humo a sus narinas y dar una inhalación profundo.

— ¡Ahhh! — Exclamó con un suspiro. — Delicioso. ¿Estás listo azul? No dolerá después de
unos segundos...

Jimin gritó desesperado al sentir que lo alzaron y lentamente la otra olla con el caldo hirviendo se
fue acercando a él. Se removió violentamente y soltó un grito cuando...

— ¡Hey, idiota! — Escuchó con fuerza. — ¿Por qué no te metes con alguien de tu tamaño?

El gigante se volteó con Jimin en su mano, observando a otro pequeño humano de cuernos y cola
observándolo amenazante. Soltó una gran carcajada y volvió a depositar a Jimin en la mesa.

— ¡Pero miren a quién tenemos aquí! ¡Otro hombrecito! — Exclamó divertido el gigante.
— ¡Parece que hoy es mi día de suerte!

— Lamento arruinar tu hermosa cena, pero Azul ya está reservado para ser comido por
otra persona. — Yoongi se cruzó de brazos y sonrió soberbio.

El gigante alzó una ceja y Jimin se tapó la cara muerto de vergüenza.

— ¿Ah sí? — Preguntó el gigante desganado. — ¿Y para quién?

— ¿Por qué no se lo preguntas? — Y Yoongi soltó un silbido doble.

~ 108 ~
Jimin se congeló al escuchar un rugido agudo pero que resonó con bastante fuerza.

Las ventanas se rompieron dejando entrar a toda velocidad a un enorme dragón negro que
expulsó fuego en el gigante tambaleándolo hacia atrás. El gigante gritó mientras buscaba
desesperado algo con qué cubrir el fuego en su rostro mientras el dragón se agachaba y Yoongi se
montaba rápidamente en él.

— ¡Vamos, vuela muchacho! — Exigió Yoongi. — ¡Aún hay un príncipe idiota qué salvar!

El dragón voló a la mesa justo cuando una mano golpeó fuertemente la superficie. El dragón se
desvío en un chirrido seco y dio una vuelta en el aire evitando la mano del gigante que trataba de
atraparlo desesperadamente. Jimin pegó un chillido y agarró el enorme limón con fuerza y lo
colocó en la cuchara. Mordió su labio para calcular y gritó.

— ¡Hey tú! — Gritó esta vez Jimin. — ¡Con mi villano no te metas!

Y brincó del lado contrario haciendo que el limón saliera volando y fuera a dar directamente en el
rostro del gigante quien volvió a gritar. El dragón volvió a lanzar fuego con fuerza y aterrizó esta
vez con mayor velocidad.

— ¡Vamos sube! — Gritó Yoongi extendiendo su mano.

Jimin la tomó y Yoongi tiró de ella alzándolo detrás de él. El dragón tomó vuelo al instante y salió
disparado dando una vuelta por la ventana. Jimin gritó y se aferró a la cintura de Yoongi apretando
sus ojos con fuerza y hundiendo su rostro en su cuello.

— Dios... cuánto te odio. — Susurró Jimin sobre su oído antes de tomarlo con más fuerza.

— Me lo agradecerás algún día. — Yoongi volteó a verlo, el dragón fue más lento. —
Mientras ahórrate tus palabras para un mejor momento.

Jimin tragó saliva y bajó la mirada sin dejar de separarse del chico con cuernos y asentir en
silencio. Lo apretó contra sí cerrando sus ojos y sintiendo un ardor en el pecho.

— Lo siento... — Susurró el rubio pegándose más a él.

Yoongi se congeló y mantuvo la vista fija en las escamas de su dragón escuchando que las palabras
azotaran su mente en un lejano eco.

— Soy un verdadero idiota. — Siguió Jimin sintiendo las lágrimas por sus mejillas.

— Deja de reprocharte, así no llegarás a nada. Estás bien y eso es lo único que importa,
¿de acuerdo?

~ 109 ~
Jimin volvió a asentir y aflojó un poco su agarre de la cintura de Yoongi dispuesto a soltarlo pero
las manos de Yoongi lo retuvieron y volvieron a tirar que no lo soltara.

Y Jimin no se quejó de ello. Entrelazó sus manos y reposó su mejilla en la espalda de Yoongi antes
de cerrar sus ojos y dejar que el sueño se lo llevara unos minutos.

Su agotamiento físico y mental lo estaban volviendo loco.

~ 110 ~
Capítulo 20
Después del incidente con el ogro, el dragón había volado un poco, lo suficiente para alejarlos y
llevar a los protagonistas a tierras seguras. Era peligroso que estuviera allí y Maléfica mataría a
Yoongi cuando se enterara que el dragón no estaba.

Así que el dragón los dejó, Yoongi lo acarició y le susurró que pronto volvería a casa. Jimin había
observado como el dragón se restregaba contra su dueño haciéndolo sonreír antes de tomar vuelo
y alejarse tan rápido como llegó, regresando al castillo oscuro que era donde vivía.

— Es lindo... — Susurró Jimin apenas el dragón se alejó. — Se ve que te quiere mucho.

—Lo salvé, claro que me quiere. — Contestó Yoongi sin voltear a verlo. - Soy algo así como
su madre adoptiva.

Jimin no pudo evitar reír ante eso y abrazarse a sí mismo. Metió sus manos dentro de sus viejos
trapos sorprendiéndose de encontrar todavía la piedra que le habían dado los duendes allí. La
ocultó rápidamente para que Yoongi no la viera y se acercó a él.

— Bueno... ¿seguimos? — Preguntó Jimin desviando la mirada. — Me gustaría llegar


cuanto antes a mi castillo, creo que comienzo a cansarme de estar en peligro todo el
tiempo.

—Una pena que tu príncipe azul no venga a salvarte. — Gruñó Yoongi de mala gana.

— Lo hará una vez que estemos juntos. — Reprochó fríamente Jimin desviando la mirada. -
¿Nos apuramos?

Yoongi lo observó sin poder creerlo y sintió su pecho aplastarse. Jimin rodó sus ojos y comenzó a
avanzar cruzándose de brazos siendo seguido por la mirada suspicaz de Yoongi.

¿Qué demonios lo pasaba?

Desde que los estúpidos duendes esos se cruzaron todo se tiró por la borda. Jimin estaba a la
defensiva y actuando como un idiota total con su "qiiri mi principi izil" y que la boda, y que el
castillo, y que ellos no podían ser nada, ¡y estaba cansado! ¿Por qué?

¡Todo iba de maravilla hasta que el idiota de Jungkook se cruzó!

Aunque había algo que tampoco cuadraba y no sabía qué. Su instinto le decía que había algo más,
que algo estaba pasando en sus narices y no se daba cuenta de ello. Alzó una ceja y siguió a Jimin
por detrás notando su andar más torpe que de costumbre.
~ 111 ~
No. Algo estaba cambiando. Algo que iba más allá que un estúpido príncipe azul cruzándose en el
camino. Entrecerró sus ojos y mantuvo la vista en silencio comenzando a preguntarse qué podría
estar pasando. Lo investigaría, definitivamente esto no tenía nada que ver con personalidad o un
cambio brusco de parecer y de pensar.

Lo descubriría. Sí. Esa misma noche lo haría.

El castillo oscuro era un espacio realmente lúgubre, muy lejos de donde estaban Jimin y Yoongi.
Todo era color verde oscuro o negro, el campo muerto sin ninguna vegetación viva. Los ríos eran
negros, estaba rodeado de pantanos de olores desagradables y árboles de troncos y ramas
enredadas entre ellas, sin ninguna hoja, completamente hueco.

La reina de la oscuridad y villana más grande estaba sentada en su trono. Acariciaba el plumaje de
su cuervo negro con su largo dedo observando fijamente la bola de cristal verdosa frente a ella.

— ¿Mi señora? — Llamó uno de los guardias, mitad hombre y mitad cerdo.

— Shut. — Calló Maléfica manteniendo la vista fija.

Observó a través de la esfera a Jimin empujar a Yoongi cuando éste trató de hablarle. Unos
segundos después esbozó una sonrisa al verse gritar el uno al otro, Jimin saliéndose de control
total y a Yoongi tratar de calmarlo en vano.

— Mi señora... —Volvió a llamar nervioso el guardia.

¿Qué quieres ahora? ¿No ves que estoy ocupada? - Preguntó de mala gana. &

Los duendes están en la entrada mi señora. - El guardia sonrió nervioso. - Exigen verla.

— Hazlos pasar. — Maléfica movió su mano restándole importancia.

La imagen en la bola de cristal desapareció y la abertura de unas puertas se escuchó con un eco.
Maléfica siguió acariciando a su cuervo observando a tres duendes pasar. Sus ojos recorrieron el
lugar con cierto miedo al ver las estatuas negras de horribles animales viéndolos fijamente.

~ 112 ~
Llegaron frente a la villana y se inclinaron. Maléfica no dejó de acariciar a su mascota.

— Hemos hecho lo que nos pidió su señoría. — Habló el duende de en medio. - Le hemos
entregado al príncipe Jimin la piedra de la confusión.

— Lo he notado. —Maléfica sonrió. —La piedra ha actuado muy bien. Está sacando a la luz
el lado oscuro suprimido del príncipe y confundiéndolo en todos los aspectos. - Dirigió la
vista a la bola de cristal. - Mientras se mantenga con ella las cosas entre mi hijo y él
solamente se irán deteriorando.

Los duendes se mantuvieron en silencio. Se observaron entre ellos y asintieron. La duende a la


izquierda se levantó tímidamente y observó a la imponente y malvada mujer frente a ella.

— Ya que hemos hecho lo que nos ha ordenado, esperábamos recibir nuestra


recompensa, su majestad.

Maléfica puso sus ojos en blanco antes de hacer otra seña de manos. Los guardias se acercaron
con una bolsa pequeña que soltaron frente a los duendes. Para ellos era enorme. La abrieron
apurados y sonrieron enormemente al verla llena de oro.

— Gracias su majestad. —Apenas la observaron. — Tenga una excelente tarde.

—Disfruten su oro mientras puedan. — Maléfico comenzó a hacer un movimiento de


dedos en forma de círculo y sonrió. — Porque será el último que verán.

Los tres duendes ahogaron un grito, pero apenas comenzaron a correr, el maleficio de Maléfico los
golpeó en la espalda convirtiéndolos en estatuas de piedra negra al instante. Maléfica comenzó a
reír muy divertida y los guardias poco después.

— ¿De qué ríen par de idiotas? ¡Llévenlos al calabozo! —Gritó Maléfica prendiendo un
fuego verde alrededor de ella.

Los guardias se tropezaron y chocaron entre ellos antes de tomar a las tres estatuas y salir
corriendo de la sala de trono. Maléfica suspiró y se dejó caer en su asiento agotada antes de
observar una última vez la esfera de cristal. Resopló y la levitó lejos con la ayuda de su magia hasta
una estantería.

— ¡Parece que ni mi propio hijo puede hacer las cosas bien! —Y se tapó la cara
dramáticamente seguido por el graznido de su cuervo. - ¡Ve a vigilar a mi hijo mientras
estoy ausente! ¡Corre! ¡Ve usando el portal!

Y el cuervo soltó otro graznido antes de desaparecer.

~ 113 ~
— ¡YA TE DIJE QUE ESTOY BIEN! — Gritó Jimin.

— ¡Cálmate por el cráneo de Val! — Exclamó Yoongi furioso. - ¡Estás actuando como un
loco!

— ¡No me toques Yoongi! ¡NO ME TOQUES! - Gritó Jimin hecho una bestia.

— ¡TAN SOLO! ¡UGH!

Yoongi se abalanzó sobre él para retenerlo. Jimin soltó un enorme chillido y comenzó a golpearlo
con fuerza y rasguñarlo. Rodaron en el pasto hasta que Yoongi soltó un aullido y voló a Jimin
contra unos árboles. El príncipe jadeó y se levantó con una mueca, Yoongi volvió a aplastarlo
contra el árbol.

Gritaron y Jimin lo pateó antes de abalanzase sobre él. Pelearon y gritaron rodando por una
enorme colina y golpeándose contra todo. Llegaron a abajo y Jimin se colocó sobre él para
golpearlo, pero Yoongi volvió a aventarlo. Jimin rodó y soltó un grito de frustración.

Y la pequeña piedra salió volando con ese último movimiento.

Tanto Yoongi como Jimin observaron la piedra brincar y quedar en medio de ambos. Reaccionaron
al instante levantándose del suelo y abalanzándose sobre ella.

— ¡ES MÍA! — Gritó Jimin tratando de arrebatársela. — ¡ES MÍA YOONGI! ¡DÁMELA!

— ¿¡De dónde sacaste esto?! —Gritó Yoongi.

— ¡NO TE IMPORTA! ¡DÁMELA!

Jimin lo mordió, ¡Sí! ¡Lo mordió!

Yoongi silbó de dolor y aventó a Jimin lejos nuevamente usando su magia. Tomó la piedra entre
sus manos y apretó con fuerza hasta destruirla en mil pedazos justo cuando Jimin se abalanzaba
sobre él y volvían a caer al suelo.

Yoongi se dio la vuelta observando los ojos cargados de ira de Jimin. La piedra se hizo polvo
transformándose después en un humo verde que se esfumó por completo.

~ 114 ~
El agarre de Jimin se aflojó al instante y sus hermosos ojos azules cambiaron al verde un pequeño
segundo antes de volver al azul otra vez. Yoongi lo observó en silencio viendo como Jimin
parpadeaba distintas veces y observaba el entorno confundido.

— ¿Jimin? — Llamó Yoongi preocupado.

— ¿Dónde estamos? - Preguntó el rubio bajando la vista y tornándose rojo al ver la


posición en la que estaba con el villano. - ¡Oh mi dios!

Se levantó de un brinco tapando su boca. Yoongi se levantó también de un brinco y lo tomó de las
mejillas comenzando a manosearlo y revisarlo.

— ¿Estás bien? — Volvió a preguntar Yoongi preocupado. —Estuviste... entraste en...

— No recuerdo nada. — Jimin tomó su frente. —¿Qué pasó? Estábamos con los duendes,
me dieron un polvo, una piedra y... - Se frenó y soltó un chillido de dolor. - Y no recuerdo
nada más.

Yoongi dirigió la vista hacia donde estaba la piedra recordando el humo verde que había salido
después de esfumarse. Gruñó por lo bajo y volvió a tomar a Jimin de los brazos.

—Prefieres no saber qué hiciste. — Yoongi sintió un enorme alivio recorrerlo. — Ya me


parecía que había algo mal contigo, ¡me alegro tanto que hayas vuelto!

Yoongi lo abrazó con fuerza causando que Jimin se tornara rojo como una cereza. El rubio tardó un
poco en procesar la situación, pero inmediatamente le devolvió el abrazo al villano.

—Me asfixias... - Susurró Yoongi al sentir el enorme apretón.

Jimin no puedo evitar reír y empujarlo hacia atrás para que ambos cayeran al suelo. Soltaron una
agradable risa y Jimin se despegó de su cuello para verlo fijamente a los ojos.

Observó el profundo esmeralda de Yoongi brillando como nunca antes los había visto brillar. Sintió
después su mano deslizarse por su mejilla hasta posarse detrás de su nuca. Sintió su corazón
bombear como un desquiciado cuando lentamente el villano se fue reincorporando poco a poco,
acortando su distancia.

Jimin cerró sus labios y lentamente se fue inclinando hacia abajo sintiendo todo su cuerpo
hormiguear y miles de gritos atorarse en su garganta.

Su respiración se agitó conforme más se inclinaba y se aferró a la camisa del villano sintiendo su
aliento acercarse.

Y cuando el tibio aliento se mezcló con el suyo fueron violentamente separados por un graznido y
algo que pasó rápidamente entre ellos mandándolos hacia atrás con sus ojos muy abiertos.

~ 115 ~
— ¿Qué fue eso? - Preguntó Jimin con el corazón latiendo a toda prisa, pero ahora por el
susto.

Yoongi observó al cuervo posado en el árbol viéndolo de forma asesina. Yoongi le devolvió la
misma frívola mirada y el cuervo graznó molesto antes de emprender vuelo y desaparecer de su
campo de visión tan rápido como llegó.

Regresó la vista a Jimin y lo ayudó a levantarse tomando su mano.

—Hay que seguir. —Yoongi volvió a desviar la mirada. — Están... podemos estar en
peligro. —Jimin lo observó preocupado. —Mientras más rápido lleguemos a tu castillo será
mejor para ambos.

—Pero... — Yoongi trató de alejarse, pero Jimin lo retuvo. — ¡Espera!

Yoongi observó a Jimin quien lo tenía bien aferrado y mordía sus labios con preocupación. Yoongi
se congeló cuando Jimin se fue acercando a él nuevamente hasta enredar sus brazos detrás de su
nuca y comenzar a inclinarse hacia adelante a mayor velocidad con sus ojos cerrados.

Yoongi sintió el tiempo detenerse y en un reflejo desesperado desvió la mirada bruscamente y los
labios de Jimin terminaron estampándose en su mejilla. Jimin abrió sus ojos al instante y observó a
Yoongi con la mirada gacha y sus puños apretados.

Lo soltó al instante alejándose dolido y alzando sus manos a la altura de su pecho, sintiendo su
corazón palpitar con dolor.

— Lo siento... — Se excusó Jimin sintiendo las lágrimas acumularse en una asquerosa


explosión de agua en sus ojos. —Creí que... ¡lo siento!

— ¡Jimin espera!

El rubio había salido corriendo para que no viera sus lágrimas. Yoongi lo observó alejarse y él
igualmente sintió su pecho desgarrarse. Se alejó con sus ojos brillantes de furia y soltó un grito
potente haciendo a la tierra temblar y los árboles junto a él caerse.

Las flores murieron y se quemaron envueltas en un fuego verde que las engulló al instante.

Yoongi sintió su corazón latir más rápido y sus piernas temblar. Se sentó en el pasto y mordió con
fuerza sus labios tapando su rostro para evitar llorar y maldiciendo en voz baja, sus venas
marcadas por todo su rostro envolviéndolo en una rabia dolorosa que nunca había sentido.

Y Jimin estaba al pie de un árbol hecho un ovillo y tocando su pecho con los ojos muy abiertos y
todo el cuerpo tembloroso. Abrió más sus ojos al sentirlos picar y su belfo tembló dolorosamente.
Trató de controlar su respiración pero no podía... Y finalmente rompió a llorar.

~ 116 ~
Capítulo 21
El villano de la historia se había encaminado con el príncipe Jimin a las tierras del Sur más rápido.
El silencio que reinaba en ambos era sumamente inquietante, el bloqueo y el muro que habían
instalado absurdamente cuando todo parecía marchar bien antes.

Yoongi, el villano del cuento, ¿qué podía hacer? ¿Se estaba enamorando del príncipe? Quizás el
amor todavía era una palabra muy fuerte pero no negaría el hecho que se sentía atraído a él. Sí.
Jimin era guapo, dulce, encantador, ¡vamos! ¡Era un príncipe de los cuentos de hadas! ¿Qué podía
esperarse de él?

Era cierto que tuvo pequeñas evoluciones pese a todo, desarrollando un espíritu más rebelde,
curioso y travieso, rompiendo hasta cierto punto el estereotipo de \"damisela en problemas\"
como muy a principios de este libro. Jimin era un soñador nato y, secretamente, un romántico
empedernido. Sus encantos eran peligrosos, hacían caer a cualquiera.

Hasta para el ser más despiadado.

O, en este caso... al villano de su cuento.

Yoongi soltó un suspiro más pesado y se detuvo observando las colinas frente a ellos. Jimin
mantenía la mirada baja y se abrazaba a su mismo, su cabello alborotado cayéndole en el rostro
para ocultar sus tristes ojos.

No vio que Yoongi se había detenido así que terminó chocando con él. Yoongi abrió mucho sus
ojos y se volteó un poco viendo a Jimin quien sin levantar la mirada susurró un débil \"lo siento\"
en un hilo de voz.

Yoongi desvió rápidamente la mirada y tragó duro viendo el suelo. Sintió un nudo en su garganta
irse instalando hasta su pecho antes de desvanecerse, pero dejándole un mal sabor de boca.
Relamió mis labios y suspiró sonoramente.

— ¿Está bien si dormimos acá? — Preguntó Yoongi dirigiéndole la mirada.

Jimin desvió la mirada al costado, manteniéndose con la cabeza gacha. Levantó y bajó sus
hombros suavemente, casi como si pesara moverse. Yoongi asintió, aunque Jimin lo logró verlo y
avanzó un par de pasos hasta sentarse en el suelo. Jimin se mantuvo cruzado de brazos antes de
sentarse delicadamente también, tomando una distancia prudente entre ambos.

~ 117 ~
Yoongi metió a mano en una bolsa de cuero café que cargaban. La había comprado en el pueblo,
allí pudo finalmente gastar sus monedas de oro para comprar comida y agua. Algo de ropa nueva
que ambos estaban usando también

Yoongi cogió una manzana verde del saco y se la extendió al rubio. Jimin observó la manzana antes
de verlo a él y simplemente desviar la mirada. Yoongi observó la manzana antes de meterla al saco
nuevamente y rebuscar.

Sacó un fruto de las cuevas del eco. Aquella de la felicidad. Se volvió a acercar a Jimin y se la
extendió. Jimin volteó a verlo con ojos tristes y mirada agotada.

— No sé qué te sucede últimamente. — Susurró Yoongi. ¡Mentira! — Pero Jimin, necesitas


animarte.

— Estoy bien. — Contestó suavemente el otro viendo el suelo.

— Dale una mordida. — Yoongi se acercó más a él. — ¿Pequeña? ¿Pequeñita?

— Yoongi basta. — Gruñó Jimin.

— ¿Pequeña? ¿Mini? ¿Una pequeña mordidita que apenas...?

— ¡No quiero! — Interrumpió Jimin gritando.

Yoongi se mantuvo en silencio cuando Jimin le dio un manotazo y la fruta cayó al suelo. El silencio
fue crudo, los ojos de Yoongi brillaron con furia mientras que Jimin se levantaba con lágrimas en
los ojos y se iba todavía más lejos de él.

— ¡Haz lo que quieras! — Gritó Yoongi guardando el fruto nuevamente. — ¡No me


interesa! ¿Me escuchas? ¡Haz lo que se te de la jodida gana!

— ¡Bien! — Gritó Jimin observándolo furioso. — ¡No volveré a hablarte nunca más! ¡No
volveremos a vernos! ¿Me escuchas? ¡Nunca!

— ¡Bien! — Gritó de vuelta Yoongi.

— ¡Bien!

— ¡Bien!

— ¡Bien!

~ 118 ~
Ambos se dieron la espalda bruscamente y se cruzaron de brazos. Sus rostros decayeron al
instante. Segundos después, Yoongi se encontraba observando el suelo con la mandíbula
apretada y puños cerrados y Jimin observando el cielo con lágrimas asomando por sus ojos.

El silencio permaneció hasta que finalmente la noche cayó por completo y ambos se encontraron
acostados todavía dándose la espalda. Mantenían sus ojos abiertos, creyendo que el otro estaba
dormido, pensando en silencio, lamentándose en silencio.

Jimin trazaba pequeñas figuras imaginarias en el pasto en un intento de olvidar el dolor que le
rasgaba el pecho desde hace un par de días. Aquel ardor que a veces se calmaba, pero después
daba dolorosas punzadas imposibles de ignorar. Un dolor periódico y cíclico que comenzaba a
hacerle más.

Aquella confusión que no entendía, donde todo lo bueno y hermoso se había esfumado por
completo.

Cerró sus ojos recordando las cuevas y el lago. Su mano aferrada a la de Yoongi, sintiéndolo
protegerlo de cualquier peligro cercano. Aquella reconfortante sensación cuando sus brazos lo
rodeaban en las noches y se abrazan, quedando profundamente dormidos enredados en el cuerpo
del otro. Las alegres risas, sus absurdas competencias de quién corría más rápido, inclusive
jugando a corretearse o a encontrarse entre los frondosos árboles.

Cuando Yoongi lo cargaba al estar muy cansado, sus jugueteos en el pasto, las risas que se
sacaban. Inclusive... inclusive la confianza a la que llegaron al verse desnudos. Abrazarse, dormir
desnudos, despertar desnudos sin llegar a algo más. Aquellos besos fallidos, sus miradas intensas
de largos minutos donde sus impulsos amenazaban con explotar y simplemente correr y besarse.

Un beso que tanto anhelaban...

Jimin se removió más en el pasto hasta reincorporarse y voltear un poco hacia Yoongi quien le
seguía dando la espalda. Su cola reposaba tranquilamente junto a él.

Cabe mencionar que la cola también estaba de apática con él.

Se arrastró un poco por el pasto para acostar distancia entre ambos y se volvió a acostar dándole
la espalda. Esperó largos segundos. Nuevamente se levantó. Acortó más distancia. Volvió a
acostarse.

Cuando perfectamente al estirar el brazo podía apenas rozar con la espalda de Yoongi se detuvo
definitivamente. Tragó saliva y evitó hacer mucho ruido, cerrando sus ojos un poco hasta dejarse
caer por completo en los brazos de Morfeo.

~ 119 ~
— Jimin... ¡Jimin!

El príncipe se removió negando con la cabeza y se volvió a arrullar.

— Jimin. — Repitieron con molestia. — ¡JIMIN!

— ¡ENCONTRÉ LAS FRESAS! — Gritó el rubio levantándose de golpe.

Se mantuvo en silencio y parpadeó repetidas veces antes de bajar la vista y observar rápidamente
su entorno. Sus mejillas se tiñeron de rojo al ver que estaba sobre Yoongi, su pierna enredada con
la de él y el pelinegro observándolo con una cara nada amistosa.

Jimin inmediatamente quitó su pierna y se arrastró para alejarse de él en silencio.

— Me estabas asfixiando. — Gruñó Yoongi. — Abrazas demasiado fuerte.

— Yo... — Jimin negó con la cabeza. — L-lo siento.

— Déjalo. — Yoongi suspiró y lentamente se reincorporó sacudiendo la ropa. — Andando.

Jimin se levantó suavemente y también sacudió su ropa. Observó a Yoongi colgarse la bolsa y
avanzar a paso lento y la mirada gacha. Jimin se colocó junto a él y le siguió el ritmo del andar
observando el suelo y el entorno.

Observó a Yoongi meter su mano en la bolsa y rebuscar entre los frutos. La panza de Jimin rugió y
al instante él también se acercó para meter su mano. Yoongi se detuvo al ver el brazo de Jimin
desaparecer en la bolsa y rebuscar junto con él.

Sus dedos rozaron un segundo provocando que ambos se tensaran y retiraran al instante las
manos.

— T-tómalo tu primero. — Susurró Jimin.

— Tú no comiste nada, hazlo tú.

Jimin volvió a meter su mano y sacó una manzana verde. Se la llevó a los labios y le dio una gran
mordida antes de que Yoongi metiera también su mano y sacara una gran ciruela. Jimin lo observó
unos segundos antes de que ambos comenzaran a avanzar nuevamente en silencio.

— ¿Jimin? — Llamó Yoongi, el mencionado volteó a verlo. — Detente.

~ 120 ~
El menor obedeció al instante. Yoongi se mantuvo en silencio y su cola se levantó sobre él, ambos
observando un punto fijo al este que era el camino de tierra. La cola se sacudió y Yoongi abrió
mucho sus ojos.

— ¡CORRE! — Gritó Yoongi jalándolo del brazo.

— ¡YOONGI! — Chilló Jimin. — ¡¿QUÉ SUCEDE?! ¡ESPERA!

Escucharon el trotar de unos caballos acercándose rápidamente hacia donde estaban ellos. Jimin
ahogó un grito y comenzó a correr junto con Yoongi quien tiraba de su brazo y volvían a
introducirse al bosque de enormes árboles.

El trotar los perseguía y los sonidos y los golpes de los cascos contra la tierra eran más potentes e
insistentes.

— ¡Yoongi! — Llamó Jimin asustado. — ¡¿Quiénes son?!

— ¡Centauros! — Gritó Yoongi acelerando más el paso. — ¡Maldición, corre!

— ¡AH! ¡NO!

Yoongi ahogó un grito al sentir el brazo de Jimin desprenderse secamente del suyo. Se detuvo en
seco y observó horrorizado a un gran centauro tomándolo con un látigo enredado en sus piernas y
tirando hacia él.

— ¡Jimin! —Gritó cuando un látigo se enredó en su brazo. — ¡Suéltenme! ¡Jimin!

— ¡Yoongi! — Gritó el otro. — ¡Yoongi!

Ambos fueron tirados en distintas direcciones y y taparon sus bocas con unas vendas y los ataron
con unos látigos. Se removieron y ahogaron sus gritos tratando de zafarse desesperadamente de
aquellos látigos mágicos que se enredaban en sus extremidades dejándolos sin escape.

Jimin fue levantado y colocado en el lomo de uno al igual de Yoongi. El centauro más grande gritó
algo que no comprendieron y todos soltaron un grito y se levantaron en sus patas traseras
mostrándose amenazantes antes de dejarse caer en seco al suelo.

Comenzaron a trotar alejándose cada vez más del pueblo y del camino para adentrarse al bosque,
ignorando los gritos de sus prisioneros en su espalda que batallaban por huir como podían.

~ 121 ~
Capítulo 22
Los centauros eran por lo general criaturas tranquilas que no atacaban sin tener una buena razón.
La energía negativa de un villano los llamaba al instante ya que estaba absolutamente prohibido
que un villano se encontrara del lado Sur del bosque oscuro.

Los centauros eran guardianes, protectores. No lo hacían con mala leche... bueno... no. Es decir...
eran complicados. ¡Pero no por eran malos! Es decir, ¡bah! Volvamos a la historia...

Nuestros protagonistas estaban atados de las muñecas y dentro de unos calabozos naturales,
unas cuevas con fuertes lianas que les impedían salir, formando barrotes increíblemente
resistentes y que al tocarlos durante mucho tiempo comenzaba a irritarte las manos.

Yoongi estaba en la esquina izquierda y Jimin en la derecha. Ambos tenían sus cabezas apoyadas
en la pared y sus muñecas atadas detrás de su espalda. Sudaban debido al calor, sus playeras
empapadas al igual y sus frentes, sus labios entre abiertos y, en el caso de Jimin, con los ojos
cerrados y respirando sonoramente.

Yoongi se removía de izquierda a derecha haciendo muecas mientras trataba de zafarse. Casi no
había luz, las antorchas de afuera mandaba una pequeña luz anaranjada que apenas lograba
iluminarlos bien a ambos.

— Es inútil... — Susurró Jimin todavía con sus ojos cerrados. Lucía sediento. — Déjalo...

— Cállate. — Espetó Yoongi enredando sus dedos en las cuerdas y tirando mordiendo su
labio.

Jimin tragó saliva para refrescar su garganta. Abrió un poco sus ojos viendo como Yoongi cerraba
con fuerza sus ojos y después de ponerse muy rojo, abrió sus ojos por completo y abrió la boca en
una perfecta "o".

— ¿Qué pasa? — Preguntó Jimin.

Yoongi esbozó una sonrisa traviesa que provocó un escalofrío en Jimin. El peli-negro mostró poco
a poco la cuerda rota y sus manos libres. Jimin abrió sus ojos con enorme sorpresa e igualmente su
boca. Yoongi se arrastró por el suelo haciendo seña de que no hiciera ruido, Jimin asintió.

Yoongi se puso en cuclillas frente a él y le indicó que se volteara. Jimin asintió y le dio la espalda
sintiendo las manos de Yoongi tomar sus muñecas y comenzar a forcejear. Se mantuvo en silencio
hasta que escucharon el golpear de los cascos cerca y Yoongi inmediatamente lo soltó y se sentó
junto a él ocultando sus manos detrás de su espalda.

~ 122 ~
Un centauro se asomó suspicaz. Observó a los dos prisioneros junto a junto en completo silencio.
Debido a la falta de luz no podía apreciar muy bien qué sucedía, pero estaban tan quietos que
probablemente se habían dormido. Se retiró nuevamente después de reincorporarse y el silencio
otra vez reinó.

— Date la vuelta. — Susurró Yoongi.

Jimin le volvió a dar la espalda. Yoongi se acercó y después de unos cuántos minutos finalmente
soltó un sonoro gruñido y arrancó la cuerda. Jimin inmediatamente comenzó a sobar sus muñecas
unos cuántos segundos.

— ¿Estás bien? — Preguntó Yoongi.

— Sí... — Susurró Jimin observando las marcas rojizas rodeando toda la muñeca.

La cola de Yoongi inmediatamente se enrolló en sus muñecas y comenzó a sobar. Jimin soltó una
pequeña risa mientras que Yoongi se mantuvo en silencio. Desvió la mirada a las lianas y frunció su
boca.

— Nos quemaremos si las tocamos. — Dijo él levantándose y acercándose a la entrada, su


cola se enrolló en su cintura mostrándose temerosa.

— Debe haber alguna otra forma. — Jimin quedó junto a él y observó las lianas. — Quizás
haciendo si hacemos unas cuántas acrobacias...

— No. La respuesta es no. — Interrumpió Yoongi. — Si te enredas será mucho peor.

— Pero Yoongi... — Comenzó Jimin.

— ¡Dije que no! — Gruñó de nuevo el villano.

— ¿Por qué no usas tu magia? — Preguntó Jimin suavemente. — Sé que no deberías,


pero... no hay otra opción.

— Mientras más magia negra use, más resistente se volverá esto. — Yoongi las tomó con
fuerza y las trató de abrir, soltó un grito y retiró sus manos. — Auch, mierda.

— ¿Con magia blanca funcionaría? — Preguntó Jimin.

— Claro. Esto es para encerrar villanos.

— Pero yo no soy un villano.

— Pero eres el acompañante de uno.

Jimin se cruzó de brazos y ladeó su cabeza.

~ 123 ~
— ¿Cómo transformas tu magia negra en blanca? — Preguntó Jimin nuevamente. — ¿No
podemos engañar este hechizo? Debes saber algo.

— Cambiar la magia sí. Engañar... no estoy seguro. ¿Cómo? — Yoongi volteó a verlo.

— No lo sé... ¿actuar como alguien bueno? — Jimin alzó ambos hombros. — ¿Príncipe
azul?

— ¿Cómo es un príncipe azul? — Yoongi volvió a alzar una ceja.

— Olvídalo, no funcionará. — Jimin ahora él tomó las lianas.

— ¿Qué haces? ¡Suelta eso! — Yoongi trató de agarrarlo pero Jimin gritó.

— ¡No! ¡Déjame! — Suplicó.

Tomó las lianas y tomó una profunda respiración. Cerró sus ojos sintiendo el ardor calmarse y
finalmente los volvió a abrir con una sonrisa. Fue abriendo las lianas poco a poco hasta hacer una
perfecta abertura. Yoongi lo observó con la boca abierta.

— Eso fue fácil. — Jimin parpadeó repetidas veces.

Salió rápidamente haciéndole seña a Yoongi que lo siguiera. Avanzó, pero se detuvo al escuchar un
gruñido. Volteó detrás de él viendo como Yoongi por más que trataba de salir, no podía. Había una
barrera invisible que parecía chocar con él impidiéndole avanzar. Corrió de nuevo hacia él.

— ¡No puedo! ¡Te lo he dicho! — Gritó Yoongi golpeando la barrera que mandaba
pequeños choques cada que las palmas de Yoongi se estampaban contra ellas.

— ¿Por qué pude salir entonces yo? — Preguntó Jimin.

— Eres un príncipe, bueno. — Yoongi observó el entorno. — Creo que tendremos que
recurrir al plan B.

— ¿Qué? — Jimin abrió mucho sus ojos.

— Necesito liberar mi magia como un impulso desesperado. — Yoongi retrocedió. —


¡Busca la bolsa con la comida y dámela!

Jimin corrió a las antorchas y tomó la bolsa junto a ellas. Corrió de nuevo hacia Yoongi y metió su
brazo a la cueva lanzándola dentro.

— ¿Qué vas a hacer? — Preguntó Jimin al verlo rebuscar. — ¿Yoongi?

— Antes que nada te debo aclarar que es la única forma. — Yoongi le clavó duramente la
mirada. — Y una vez que rompa esta barrera, vas a correr.

~ 124 ~
— ¿Correr por qué?

— Para que te no te alcance.

Jimin sintió algo frío recorrerlo por toda su espina dorsal. Yoongi parecía hablar muy enserio.

— ¿Qué vas a hacer...? — Susurró de nuevo Jimin.

— Prométeme que vas a correr.

— Lo haré.

— Bien.

— ¡Pero Yoongi!

El villano dejó de verlo. Jimin observó el entorno, pero estaban completamente solos, su corazón
latió con fuerza. Mordió sus labios y volvió la vista a Yoongi viendo como llevaba un fruto morado
de las cuevas del eco a sus labios y comenzaba a morderla con los ojos cerrados con fuerza.

— ¿Yoongi? — El rubio se sintió temblar. — ¿Y-Yoongi?

Finalizó el fruto en su totalidad sin dejar nada. El jugo resbaló por su barbilla y se mantuvo inmóvil
unos segundos.

Jimin chilló agudo debido al susto al ver su cola erizarse por completo en un brusco movimiento y
retorcerse en el aire de forma desagradable. La cola se sacudió y pareció clavar su mirada
inexistente en Jimin. El rubio tragó duro y observó a Yoongi abriendo poco a poco sus labios.
Yoongi abrió los suyos.

Sus ojos brillaban en un verde increíblemente intenso y aterrador. Jimin

Retrocedió cuando Yoongi se abalanzó contra la pared y comenzó a golpearla con fuerza, sus ojos
oscureciéndose cada vez más y el sudor hacerse más presente.

Comenzó a gritar y golpear con más fuerza, creando un tipo de esfuerza oscuro que iba a golpear
repetidas veces contra el portal de forma enloquecedora. Por último, la cola se estrelló duramente
haciendo una grieta hasta que hubo una fuerte explosión y las lianas fueron al suelo
completamente muertas.

Y Yoongi quedó libre.

— ¡Ay no! — Gritó Jimin. — ¡NO, NO!

~ 125 ~
Comenzó a correr soltando un grito cuando Yoongi esbozó una sonrisa y se relamió con deseo
antes de lanzarse sobre él. Gritó cuando lo atrapó de la camisa y se sacudió dándole un fuerte
golpe y comenzando a correr como si el mismo diablo estuviera correteándolo.

— ¡YOONGI DETENTE! — Gritó cuando sus piernas comenzaron a doler. — ¡YOON —

ZAZ.

Al suelo.

Soltó otro grito cuando se encontró lleno de tierra y sus palmas raspadas. Trató de levantarse
entre pequeños gritos, pero fue tomado de las piernas y tumbado al suelo. Gritó de nuevo
tratando de aferrarse a algo cuando fue arrastrado hacia atrás bruscamente alejándolo a una
velocidad increíble de donde se encontraba.

— ¡YOONGI! — Gritó de nuevo. — ¡NO! ¡NOOOO!

Fue lanzado al aire muy alto. Gritó agudo y cuando estuvo a punto de tocar el suelo sintió que lo
tomaron de las piernas nuevamente y otra vez lanzado hacia arriba. Observó el bosque entre
gritos desesperados y sintiendo el aire colarse por toda su ropa hasta ser atrapado nuevamente y
lanzado otra vez hasta golpearse duramente contra las ramas del árbol, quedando allí estancado.

Se abrazó a sí mismo con la respiración muy agitada y los ojos increíblemente abiertos, su
respiración descontrolada y su cuerpo tembloroso.

Trató de mantenerse en equilibrio, pero vio a Yoongi trepando de a poco por el tronco el árbol con
los ojos muy clavados en él. Jimin chilló y se abrazó más.

— ¡Vamos no me hagas esto! — Gritó Jimin. — ¡Yoongi no! ¡No me hagas tirarte del árbol!
¡Yoongi!

La cola se mantenía muy levantada, Yoongi sonriente. Jimin sintió su respiración cortarse cuando
Yoongi se impulsó hacia arriba y quedó frente a él en cuclillas. Jimin chilló y se tapó la cara al
instante. Su corazón latía con fuerza al sentir las manos de Yoongi ir subiendo por sus piernas
hasta hacerle ahogar un grito cuando apretó sus muslos.

Se destapó observando a Yoongi con la mirada completamente oscurecido y una sonrisa morbosa
en sus labios. La cola se enrolló en su pierna derecha e igualmente comenzó a subir al igual que
sus manos. Jimin se congeló en el árbol y abrió su boca sintiendo su respiración fallar y un enorme
calor azotar su cuerpo.

¡Era un maldito afrodisíaco! ¡¿Cómo se iba el efecto?! ¡Estaba en trance!

— ¡Yoongi! — Gritó. — ¡N..! ¡Ah!

~ 126 ~
Comenzó a rozar una zona muy privada de él haciéndole enrojecer y morder sus labios.

Gritó de nuevo cuando las manos de Yoongi se colaron debajo de su ropa y lo hicieron brincar.

— ¡Perdón por esto! — Gritó el rubio avergonzado.

Y zaz.

Patada en la cara.

Yoongi aulló de dolor y Jimin lo empujó con fuerza tirándolo del árbol. Se asomó al instante viendo
como Yoongi se azotaba con todas las ramas hasta caer en seco al suelo. Tapó su boca al ver que
no reaccionaba y todavía con el pulso a todo dar se asomó más.

— ¿Yoongi? —Llamó haciéndose hacia adelante. — ¡Yoongi!

Un poco más adelante.

— ¿Yoon? — Susurró más preocupado. — ¡Por favor cont— !

Gritó de nuevo cuando su peso se fue hacia adelante y se impulsó al vacío cayendo desde el alto
árbol. El suelo estuvo a centímetros de su rostro, cerró sus ojos cuando repentinamente estiró su
mano para amortiguar el golpe... eso le hizo detenerse por completo en el aire después de crear
una explosión color verde bastante fuerte.

Abrió sus ojos poco a poco observando cómo estaba inmovilizado en el aire a nada de tocar el
suelo, su brazo estirado creando un pequeño humo verde que salía de su palma.

— ¿Qué...? — Susurró.

Movió un poco su mano y eso le hizo terminar de caer en un seco golpe que le sacó un poco el
aire. Se reincorporó de golpe importándole poco el dolor y se acercó a Yoongi tomando su rostro.

— ¡Despierta ya! — Susurró dándole una bofetada.

Yoongi abrió los ojos al instante.

Observó a Jimin parpadeando repetidas veces.

— ¿Salí? — Preguntó el peli-negro. — Espera... ¿qué haces encima de mí

— Por el cráneo de Val. — Jimin apoyó su frente en su pecho. — ¿No podemos estar un
día tranquilos?

— ¿Me dirás qué pasó? — Preguntó Yoongi preocupado.

— No vuelvas a tomar afrodisíacos. — Susurró Jimin riendo.

~ 127 ~
— No. — Yoongi le siguió la risa. — No volveré a hacerlo, lo prometo.

— Todavía hay cinco en la bolsa. — Jimin alzó una ceja.

— Como sea. — Yoongi suspiró. — Me duele la cara y la espalda.

— Medidas drásticas, lo siento. — Jimin mordió su labio inferior.

El rubio se levantó y estiró su mano hacia Yoongi. El peli-negro suspiró antes de tomarla y dejar
que Jimin tirara hacia arriba para que se levantara. Se sacudió e hizo una mueca frotando su
espalda como pude.

— ¿Necesitas un masaje? — Bromeó Jimin.

— Lo que necesito es que avancemos antes de que los centauros se den cuenta de que
escapamos. Allí estaremos en grandes problemas.

— Claro... — La voz de Jimin sonó ida. — Yo... sí.

— ¿Te encuentras bien? — Yoongi se acercó a él. — ¿Jimin?

— Todo da vueltas... — Susurró Jimin observando las palmas de su mano.

— ¡Jimin! ¡Hey, quédate conmigo! — Yoongi se abalanzó sobre él tomando su rostro. —


¡Jimin! ¡JIMIN!

— Lo siento... — Susurró el príncipe apenas.

Y se desmayó en sus brazos poco después de que sus ojos brillaron en un verde intenso.

~ 128 ~
Capítulo 23
Decir que Yoongi estaba vuelto loco quedaba corto a comparación de lo que realmente sentía.
Jimin se había desmayado en sus brazos y no parecía reaccionar. Gritaba y gritaba, lo sacudía en
desespero tratando de comprender qué le sucedía a su hermoso chico.

Esperen... ¿su?

Umh... creo que fue un error de lectura...

No. Así es. Su hermoso chico. Bueno. Estaba desesperado por comprender qué le pasaba a SU
hermoso chico. Era confuso. Estaba aterrado, preocupado, increíblemente preocupado.

— ¡Jimin te lo suplico! ¡No me hagas esto! — Gritó sacudiéndolo con fuerza. — ¡Jimin!
¡Jimin!

El rubio no respondía. Yoongi sintió su corazón con más fuerza y la impotencia carcomer hasta sus
entrañas. Era un sentimiento de vacío, pero más que nada de terror. ¿Estaba...? No. Aún
respiraba.

¿La maldición?

No. Debería estar muerto en ese caso.

Muerto...

El golpe que lo sacudió fue increíblemente fuerte. Apenas tuvo tiempo de recomponerse de aquel
terrible sentimiento cuando se vio volcado otra vez en sentimientos fuertes. Jimin se había movido
y fue en un seco golpe que se levantó tocando su pecho con desespero.

— ¡Jimin! — Gritó él corriendo a abrazarlo. — ¡Maldita sea! ¿Estás bien?

— E-estoy temblando... — Susurró el rubio temblando de pies a cabeza. — ¿Q-qué me


pasa Yoongi?

— No lo sé. No lo sé. — Respondió el otro con dolor. — Necesitas descansar. Necesitamos


hacerlo.

Yoongi tiró de él suavemente y ambos se sentaron. Jimin seguía temblando y lentamente se


recargó en el pecho de Yoongi cerrando sus ojos con fuerza. El villano se tensó un poco y lamió sus
labios antes de tomar la mano de Jimin y apretarla suavemente.

~ 129 ~
— Estarás bien... — Susurró depositando un suave beso en la cabeza de Jimin. — ¿Bien?

— Bien. — Jimin asintió un poco y reforzó el agarre de sus manos.

Terminó profundamente dormido segundos después. Yoongi se mantuvo y sobó con delicadeza la
cintura de Jimin meditando seriamente en qué pasaba. Necesitaba ayuda de alguien que pudiera
contestar sus preguntas. Sabía quién, pero... era peligroso. Bueno. No. Solo un poco.

Debería desviarse por la zona suroeste, en un punto entre el pueblo y el bosque. Eran caminos que
no todos tomaban ya que las criaturas allí tendían ser más... especiales. No porque fuera malas,
más bien tramposas. Un poco tramposas. Dependiendo su humor.

No era su idea más grandiosa pero prefería enfrentar pequeños engaños a no saber qué sucedía
con Jimin. Nunca había sentido aquel impulso tan enloquecedor de protegerlo y sinceramente, se
preocupaba cada vez más. Empujó suavemente a Jimin lejos de su cuerpo y lo acomodó en el
pasto para él después alejarse un par de metros.

Se cruzó de brazos y observó el cuerpo de Jimin antes de desviarla al pasto frente a él y soltar un
gran suspiro. Levantó la vista a las estrellas y apretó sus labios negando una última vez con la
cabeza y acostándose en el suelo para dormir. Tendrían un camino que recorrer un poco largo,
pero sería necesario.

Los elfos eran su única y mejor opción en estos momentos.

El pueblo del norte era inmenso. Los colores rojos salpicaban todo y sin duda la gente de allí era
un poco más fría que allá en el sur.

La diferencia era mínima, eran un poco más serios, mejor dicho, más respetuoso y firme respecto
a sus clases sociales.

Los tres brujos seguían avanzando por las calles en completo silencio. Jin observaba el entorno
mientras Hoseok se mantenía cerca de él. Taehyung, que era el más pequeño, los seguía por atrás
y manteniéndose en silencio.

— Debería estar aquí. ¿Dónde está? — Preguntó cansado Taehyung.

— Su rostro está por todos lados. — Murmuró Hoseok. — Eso significa que ya se encontró
con el príncipe. ¿Por qué huyó en lugar de quedarse con él?

~ 130 ~
— Seguramente el hijo de maléfica lo volvió a raptar. Ese bastardo. — Espetó Taehyung de
mala gana.

Jin y Hoseok se observaron entre ellos en silencio. Dirigieron una última mirada a Taehyung quien
observaba el castillo en las colinas con una mala cara.

— Tae. Ni se te ocurra. — Amenazó severo Jin.

— ¡Somos brujos! ¡Si tú no vas a hablar con el príncipe iré a yo a que nos saque
información! — Amenazó el brujo de azul.

— Taehyung... — Habló Jin más severo.

— Jin, déjalo. — Hoseok tomó su mano y le dio una cálida sonrisa. — Dudo mucho que el
príncipe se sienta amenazado por nosotros, ya nos conoce.

Jin mantuvo la vista en Hoseok y asintió un poco apretando más su agarre. Hoseok sonrió un poco
con un muy suave rubor y desvió la mirada para ver al menor de los tres. No eran hermanos
sanguíneos, no, claro que no. Pero se trataban como tal. A veces...

— Bien. — Refunfuñó Jin observando al más pequeño. — Pero cuida tu boca Taehyung.
Luego tiendes a ser muy...

—Sí, sí. — Taehyung le dio el avión. — Cuando regrese tendré más información. No vayan
a moverse.

El de azul dio una vuelta sobre su propio eje y desapareció dejando pequeños polvos azules detrás
de él. Jin y Hoseok se soltaron suavemente con un pequeño rubor cada uno. Jin se abrazó a sí
mismo y tomó una honda respiración.

— Está bien. — Hoseok le sonrió. — Jimin está bien, lo siento.

— Todo esto es mi culpa. — Se culpó Jin. — Soy el mayor y el responsable, se supone


que...

— Shhh. Detente allí. — Hoseok colocó el dedo entre sus carnosos labios. — Eres un gran
protector Jin, no necesitas ponerte así. No es la culpa de nadie. Menos tuya.

— Pero Hoseok... — Siguió Jin, Hoseok lo volvió a callar.

— Shhh. — Repitió con una sonrisa. — No te atrevas. Eres increíble, Taehyung regresará
con nueva información y encontraremos a nuestro muchacho.

— ¿Nuestro? — Jin alzó una ceja divertida.

~ 131 ~
— Vamos Jin, somos los padres tú y yo. —Hoseok rió. — Taehyung era como su hermano
mayor, hasta tú y yo parecemos sus padres.

— Sí. Desde antes de Jimin. — Jin rió divertido.

— Así que papá, yo seré papi y tendremos a nuestros niños con nosotros. — Hoseok le dio
una gran sonrisa. — ¿De acuerdo?

— De acuerdo. — Jin suspiró rendido y observó el castillo. — Solo espero que Taehyung no
se meta en problemas allá arriba.

— No te preocupes. Te prometo que Tae está hablando pacíficamente con el príncipe con
una cálida sonrisa explicando la situación.

Ambos se mantuvieron en silencio.

— ¿Cierto? —Hoseok sonrió nervioso.

— Claro. — Jin también sonrió nervioso.

Como Taehyung era la persona más paciente, tranquila y cálida de todo el reino seguramente
estaba siendo un encanto con el príncipe del norte.

— ¡Escúchame bien príncipe bonito! — Taehyung señaló al pobre Jungkook que estaba
colgado en la pared. — ¡Más te vale abrir esa linda boca y decirme de una vez dónde está
Jimin!

— ¡Ya te dije que no sé quién es Jimin! — Exclamó el príncipe furioso. — ¡Tienes dos
segundos para bajarme o llamaré a los guardias!

— ¿Guardias? — Taehyung alzó una ceja y resopló lanzando unos mechones de su cabello
hacia atrás. Hizo un movimiento de manos y Jungkook cayó al suelo. — Bien. Ahora habla.

— ¡Ya te he dicho que no sé! — Repitió el príncipe molesto. — ¡Yo no conozco a mi futuro
esposo!

— ¡Por favor! — Taehyung se cruzó de brazos. — ¿Cabello rubio? ¿Ojos azules? ¿Labios
gruesos? ¿Piel blanca y rosadas mejillas?

— ¿Hablas de Azul? — Los ojos de Jungkook brillaron.

~ 132 ~
— ¿Azul? — Repitió Taehyung. — Yo soy Azul.

— Pero no MI azul. — Enfatizó Jungkook.

— ¡Soy el azul de todos! — Exclamó Taehyung molesto.

— ¿Qué?

— ¿Qué de qué?

Jungkook negó con la cabeza y Taehyung observó sus uñas como si no importara.

— Bien. — Taehyung le clavó la mirada. — No es de mucha ayuda lo que me dices,


supongo que entonces no sirves.

— ¡He visto al chico que me dices! ¡Pero se presentó como azul! ¡No como Jimin! — Lo
frenó Jungkook.

Taehyung alzó una ceja y lo observó a través de sus hombros.

— Vino hace unos días para mi cumpleaños. — Siguió el príncipe. — Es exactamente el


mismo chico, Voz dulce, labios rosados, cabello encrespado cayendo en ondas por su
hermoso y blanco rostro. Risa aguda, armoniosa.

— ¡Jimin! — Taehyung volvió a correr hacia él. — ¿Dónde lo viste?

— No lo sé, se fue corriendo. Llevo buscándolo desde ese día. — Jungkook suspiró. — Él...
¿entonces él es Jimin? ¿Mi esposo?

— Así es. — Taehyung asintió.

— ¡Es tan hermoso! ¡Me he enamorado! — Exclamó Jungkook eufórico. — ¡Oh! ¡Qué
belleza ha venido a presentarse frente a mis ojos! ¡Exquisito! ¡Espléndido!

— Ya, ya, calma tu romeo interno. — Taehyung le dio unas palmadas en la espalda. — Tú
sigue buscando en el reino, yo iré a buscarlo al bosque.

— ¿Me traerás a mi esposo? ¡Oh! — Jungkook sonrió.

— Eres tan patético.

— ¿Disculpa?

— Disculpa aceptada. Hasta luego su majestad.

— ¡Oye! ¡Me acabas de faltar al respeto! ¡Vuelve acá hada sin alas!

~ 133 ~
— Uno. No soy un hada. Y dos, si no me quitas tus sucias manos de MÍ cadera y te alejas
un par de metros no tendré otra opción que sacarte volando por los aires.

— Quizás podría alejarme si tú no estuvieras tan aferrado a mi camisa.

— ¿Qué?

Taehyung lo soltó al instante, Jungkook mantuvo su agarre.

— ¿Sería tan amable de soltarme, su majestad?

— No hasta que te disculpes de rodillas y beses mi mano.

— No haré eso.

— Entonces considérate prisionero.

— Su majestad, con todo respeto, puedo darle una disculpa de rodillas, pero no besaré su
mano.

— Entonces hazlo.

— Creo que no entendió mi punto, su majestad.

— ¿Disculpa?

— ¿Quiere una disculpa de rodillas?

— Adelante.

— Que conste.

— ¿Se puede saber por qué esta disculpa tiene que ver con zafar el cinturón real de mis
caros pantalones?

— Usted solo calle y déjeme.

— Oye Jin, ¿no crees que Tae ya tardó mucho? — Preguntó Hoseok.

— No. Quizás necesiten una larga plática. — Contestó el otro sin soltar su mano.

— De acuerdo.

~ 134 ~
— Y... ¿quieres una manzana Jin?

— Estoy bien Hobi, gracias.

—De acuerdo Jin, me avisas.

— ¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar Jin?

— Seguramente ya no tarda Hobi.

— Jin... ya pasaron cuatro horas.

— Un poco más. No debe tardar.

— Jin...

— Shhh.

~ 135 ~
— ¿Se habrá muerto?

— No lo sé Hoseok. No lo creo.

— ¡Allí viene! ¡Jin!

— ¿Por qué su ropa está desarreglada?

— ¡Taeee! ¡Por acá!

— ¿Por qué tiene marcas en el cuello?

— ¡A tu derecha idiota! ¡Taeee!

— ¿Está...? ¿Feliz?

— ¿Qué estuviste haciendo idiota? ¡Te esperamos casi toda la noche! — Resopló Hoseok.

Taehyung esbozó una inocente sonrisa en sus labios. Jin se desmayó. Taehyung salió corriendo por
su vida

Y Hoseok quedó en plena confusión al no entender absolutamente nada de lo que estaba pasando.
¿Por qué nunca entendía lo que sucedía a su alrededor?

~ 136 ~
Capítulo 24
Los dos protagonistas de esta historia se encontraban avanzando cerca de un risco. El bosque
había cambiado nuevamente, esta vez con hojas anaranjadas y rojizas. El bosque ahora era de
tonos ocres y muy cálidos y agradables. El olor era peculiar, como libros viejos y hojas otoñales
húmedas, agradable y un poco ácido pero manteniendo aquella frescura sumamente agradable.

Siguieron caminando en silencio ligeramente distanciados. Desgraciadamente aún quedaba un


poco de ese muro que los mantenía lejanos por más que hablaran. Faltaba algo. Algo que faltaba
recuperar y ambos, muy en el fondo, esperaban recuperar. Extrañaban estar bien, no querían
estar en aquella tensión mucho más tiempo.

¿Qué se podía hacer?

— Es lindo. — Jimin fue el primero en romper el hielo. — El bosque. Me gusta esta zona.

— Es agradable, bastante tranquilo. — Yoongi le dio la razón. — Curiosamente los elfos


son un poco más tranquilos que las demás criaturas. Les gusta mucho la paz, la conexión
con la naturaleza y comer. Adoran comer. Siempre hacen platillos deliciosos.

— ¿Alguna vez los probaste? — Preguntó curioso Jimin.

— No, pero me gustaría hacerlo alguna vez. — Yoongi sonrió un poco, Jimin le devolvió la
sonrisa.

Bien. Un poco menos de distancia. Iban bien.

— ¿Crees que ellos puedan ayudarnos? — Siguió preguntando el campesino caminando


sobre las hojas secas.

— Claro. Son buenos en la magia y conocen muy bien tanto la magia blanca como la negra.
— Yoongi observó a lo lejos el río que se abría y el puente anaranjado con cristales frente a
ellos. — Ya estamos llegando, cruzamos el puente y llegamos a sus tierras.

— ¿Por qué un puente? — Preguntó Jimin riendo. — No luce un río tan profundo.

— No es cualquier río lindura. — Yoongi lo observó y Jimin enrojeció al instante el apodo.


— Es de los más peligrosos que hay, ¿lo sabías? Se conecta más adelante con otro río con
una fosa. Pero ese está mucho más adelante.

— ¿Por qué es tan peligroso? — Preguntó el rubio cuando estuvieron lo suficientemente


cerca. — Es lindo.
~ 137 ~
— No luce profundo pero lo es. — Explicó Yoongi. — Escuché en una ocasión en el oeste
que había plantas que te jalaban de los tobillos y allí te mantenían para ahogarte.

Jimin se mantuvo en un largo silencio.

— ¿Y-y qué más? — Preguntó asustado.

— Te devoraban. Esperaban que tu piel comenzara a podrirse bajo el agua para arrancarla
e irte devorando lentamente.

Jimin palideció por completo y observó con terror el río.

— E-eso no es lindo. — Murmuró.

— Claro que no. No me gustaría estar allí. — Yoongi observó el río. — Ven. Avancemos. Ya
va anochecer y me gustaría llegar con ellos temprano.

— Claro. — Jimin asintió.

Siguieron avanzando ignorando el humo verde que se había colado en el pasto y hojas,
acercándose a unos árboles que estaban cerca del puente y provocando que se movieran un poco.
Las raíces salieron de la tierra y comenzaron a deslizarse suavemente hacia ellos, acercándose
peligrosamente a Jimin.

— Al llegar ojalá nos den sopa de hongos. — Comentó Yoongi. — Es sumamente exquisita
por lo que he escuchado.

— Son vegetarianos, ¿no? — Preguntó Jimin ladeando un poco su cabeza.

Ya casi llegaban al puente. Las raíces avanzaron más rápido.

— Sí. No les gusta la violencia y esas cosas. — Yoongi movió sus manos restándole
importancia. &

Las raíces rozaron los talones de Jimin.

— Ya veo. — El rubio asintió. — Me da curiosidad el saber qué pueden preparar, no


conozco mucho el bosque ni estos rumbos.

— Me alegra ser tu guía-tour privado. — Bromeó Yoongi.

— Fabuloso. — Jimin también rió.

Las raíces comenzaron a adelantarse suavemente hasta enrollarse en las piernas del hermoso
campesino.

~ 138 ~
— Ah, desde arriba luce magnífico. — Yoongi subió una escalera del puente de las tres
que eran.

— Me imagino. — Jimin dio un paso. — Seguramente debe... ¡AH!

Yoongi volteó al instante completamente escandalizado al escuchar el grito de Jimin a sus


espaldas. &

Su alma se le fue a los pies al ver las raíces de un árbol enredarse en sus piernas y comenzar a
arrastrarlo hacia el río. Se abalanzó sobre él mientras Jimin se revolcaba y pataleaba den
descontrol.

— ¡Suéltame! ¡Suéltame! — Gritó pataleando más.

Las raíces subieron a su cintura y fue en un segundo cuando pegó otro grito, Yoongi se abalanzó
rozando sus dedos y tirando para cogerlo de los antebrazos. Jimin se revolcó y pegó otro grito al
sentir a Yoongi tirar con fuerza hacia él y las raíces tirar igualmente hacia ellas. Jimin apretó sus
ojos y sintió su corazón palpitar con más fuerza cuando sus dedos comenzaron a resbalarse de los
antebrazos de Yoongi poco a poco.

— ¡Agárrate fuerte! — Gritó Yoongi cerrando sus ojos también y tirando con fuerza.

Las raíces se enredaron con más fuerza y dieron un tirón arrastrando a Jimin y a Yoongi por igual.
El chico con cuernos se arrastró y su cola comenzó a dar pinchazos a las raíces que se retorcían y
soltaban a Jimin después de moverse desagradablemente.

Jimin comenzó a patalear con más fuerza y abrió sus ojos.

— Suéltame. — Susurró.

— ¡¿Perdiste la cabeza?! — Aulló Yoongi.

— Suéltame. — Susurró Jimin de nuevo. — ¡SUÉLTAME YA!

Su orden fue tan demandante que Yoongi lo soltó al instante. Jimin tomó una rama y con sus
manos logró darse la vuelta y enterrarla repetidas veces en las raíces que lo soltaron al instante.
Vio unas largas plantas salir del lago y aquello aumentó su terror. Les lanzó la rama y después de
arrancar las raíces se alejó arrastrándose y con la respiración sumamente agitada.

— ¡Ya está! ¡Corre! — Gritó Jimin levantándose del suelo de golpe. — ¡Corre Yoongi,
vamos!

Se subió al puente y se detuvo al no escuchar nada. Observó preocupado a todos lados.

— ¿Yoongi? — Preguntó en voz alta sintiendo corazón palpitar más fuerte.

~ 139 ~
Corrió al corto barandal del puente, viendo unas burbujas reventarse en la superficie.

— ¡YOONGI! — Gritó escandalizado y sin dudarlo se montó en el barandal y se lanzó al


agua.

Gritó un poco debajo del agua al sentir algo helado casi dejarlo en coma. El agua era helada,
apenas podía moverse.

Abrió sus ojos y observó las plantas en las grandes profundidades. Y allí lo vio: el cuerpo de Yoongi
siendo arrastrado al fondo por unas grandes plantas.

Sintió su pecho arder y en histeria total comenzó a patalear para alcanzarlas. Se movió tan rápido
como pudo ignorando su cuerpo que comenzaba a congelarse y su pecho doler. Siguió bajando y
bajando, agitando sus piernas con desenfreno hasta rozar el cabello del villano. Se impulsó más y
lo tomó del brazo, tirando un poco y agarrándolo por debajo de los brazos y pegarlo a él.

Las burbujas salieron de su boca cuando comenzó a tirar hacia arriba en un intento de zafarlo de
aquella planta. Ella tiró más fuerte y el mismo Jimin comenzó a irse con Yoongi cada vez más
profundo, más oscuro.

La desesperación comenzó a inundarlo. Creyó haber perdido la batalla, sus fuerzas eran mínimas.

Cerró sus ojos y se tornó rojo soltando más burbujas y tirando tanto como pudo. No se dejó
descansar y volvió a tirar, impulsándose hacia abajo y tomando la planta que comenzó a golpear y
a morder para que lo soltara.

Se había quedado sin aire

Tenía menos de diez segundos para liberarlo o morirían ahogados.

Mordió con todas sus fuerzas y la planta finalmente lo soltó. Todas las demás comenzaron a
moverse, Jimin se heló y empujó a Yoongi hacia arriba, pataleando desesperado a la superficie con
él en brazos. Su pecho ardía por completo y sus fuerzas lo habían abandonado. Pedía a gritos
oxígeno, sus pulmones estaban a punto de explotar.

Y finalmente llegó a la superficie.

Tomó una enorme bocanada de aire desesperado y con su cuerpo temblando y duro y tenso como
piedra arrastró a Yoongi a la superficie. Tocó el suelo y siguió tirando con fuerza hasta alejarlo del
río y dejarse caer casi desmayado junto a él.

Comenzó a toser con fuerza expulsando toda el agua. Se arrastró desesperado a Yoongi palmeó su
cara.

— ¡Yoongi! — Lo llamó dándole pequeñas cachetadas en su rostro. — ¡YOONGI!

~ 140 ~
El villano dio un brinco con todo su cuerpo y se colocó de costado al instante comenzando a
expulsar toda el agua. Pareció despertar de un letargo, tosiendo más fuerte y tocándose su pecho
que dolía como los mil infiernos. Comenzó a respirar desesperado tomando bocanadas de aire y se
giró al instante observando a Jimin cerca de él entre sentado ya costado, sus piernas estaban
extendidas, pero de su cintura hacia arriba estaba alzado, apoyado en sus codos.

Jimin suspiró aliviado y dejó caer su mirada hacia abajo.

— Me salvaste... — Susurró Yoongi.

— ¿Creíste que te dejaría morir? — Preguntó Jimin con el aliento corto y levantando de
nuevo la mirada.

— No lo sé... — Se sinceró Yoongi.

Jimin se levantó y se abalanzó contra él rodeándolo con sus brazos. Yoongi soltó un pequeño jadeo
de dolor cuando todo el peso de Jimin se abalanzó sobre él casi sacándole todo el aire. Jimin lo
rodeó con fuerza y rodaron un poco sin despegarse, el más pequeño aferrado a él con fuerza y el
cuerpo tembloroso.

— Estoy bien. — Yoongi sonrió y sobó su espalda baja. — Gracias. Por el cráneo de Val,
esta vez te debo una grande.

— Tú ya me salvaste varias veces. — Susurró Jimin riendo, se despegó de su cuello para


verlo a los ojos. — Supongo que esta vez fue mi turno.

Silencio.

Y nuevamente aquellas miradas.

Se observaron fijo a los ojos, Yoongi peinando el cabello del rubio hacia atrás para despejar su
rostro. Jimin tembló ante su tacto y lo apretó con fuerza, relamiendo un poco sus labios y
sintiendo algo cálido y frío recorrerlo a la vez.

Yoongi lo tomó de la nuca y lo inclinó un poco para depositar un suave beso en su frente. Jimin
enrojeció en su totalidad, sintiendo los suaves labios de Yoongi besarlo con dulzura.

— Yoon... — Susurró.

— Shhh. — Calló el villano.

Volvió a besar su frente. Arrastró sus labios y lo besó en su mejilla derecha, después en su nariz, en
la mejilla izquierda. Jimin cerró sus ojos embriagado por sus dulces besos que poco a poco se
tornaban más intensos, dando otro beso en su mandíbula y finalmente bajando al cuello.

— Yoongi... —Su voz tembló.


~ 141 ~
Y un último beso en la comisura de sus labios, un roce que les mandó electricidad a ambos,
estremeciéndose y sintiendo sus corazones latir.

— Sigamos... —Susurró Yoongi dándole un último beso en su frente.

Y Jimin...

Ah...

Jimin estaba que se moría allí mismo.

~ 142 ~
Capítulo 25
Nuestro campesino estaba seguro de dos cosas. La primera, se sentía enormemente feliz en los
brazos de Yoongi después de aquel susto en el río. La segunda, que le resultaba sumamente
atractivo que comenzara a besarle el rostro sin pudor alguno.

Y nuestro villano también estaba seguro de dos cosas. Bueno, en realidad tres. La primera, la piel
de Jimin era preciosa y suave. La segunda, estaba adorando besar su rostro. La tercera... que no
podía parar.

Y ninguno parecía incómodo por aquello. Después de aquellos besos traviesos por el rostro
prácticamente se pegaron como sanguijuelas al otro. Estaban tomados de la mano avanzando bajo
la luz de la luna, sintiéndose, finalmente, en paz.

— ¡Mira! — Yoongi señaló la lejanía. — ¡Observa!

Jimin se detuvo y dirigió la vista hacia donde apuntaba el villano. Abrió la boca y sonrió
enormemente al ver unas adorables casitas adornadas con distintas luces de colores alrededor de
un enorme árbol. El paisaje era hermoso, ¡el pasto hasta brillaba! ¡Era morado!

— Precioso. — Susurró Jimin. — Me encanta este bosque, ¡es tan hermoso!

— ¿Verdad? — Yoongi rió. — Y hoy es noche despejada así que lucirá hermoso.

— Te lo creo. — Jimin sonrió. — Vamos. Muero de ganas por conocer a los elfos.

Avanzaron y soltaron sus manos poco antes de llegar. Observaron a unos hombres un poco más
altos que los duendes, quizás les llegaban a la cintura. Avanzaron un poco, pero se sorprendieron
bastante al ver un enorme buffet colocado y muchos elfos con grandes narices sonriéndoles.

— ¡Los estábamos esperando! — Exclamó un elfo de chistosa sonrisa. — ¡Bienvenidos sus


majestades!

Woah... Es sonó tan... recién casados.

— ¡Nuestro abuelo los vio gracias al llamado de la naturaleza! — Explicó otro elfo
femenino con la misma chistosa sonrisa ladeada y enorme.

— ¡Por favor, siéntense y sean bienvenidos! — Aplaudieron con fuerza todos los demás.

Avanzaron entre risas penosas y sonrojos hasta unas sillas muy elegantes frente al enorme buffet.
Los elfos hicieron sus sillas hacia atrás y después hacia adelante para que sentaran. Otros

~ 143 ~
corrieron a llenar sus pequeñas copas de oro y varios otros comenzaron a desfilar señalando los
platillos y haciendo una reverencia. Jimin rió agradablemente y Yoongi tomó su mano debajo de la
mesa.

Ambos voltearon a verse y sonrieron.

— ¡Perdimos la noción del tiempo! ¡Creí que tardarían más! — Habló un elfo luciendo más
viejo y adorablemente torpe. — Y vaya sorpresa que sea el hijo de maléfica quien
acompañe al príncipe esta noche. &

— ¿Maléfica? — Preguntó Jimin confundido.

— Nadie. — Susurró Yoongi suavemente.

— ¡Agradecemos a la realeza por habernos permitido ayudarlos! — Se inclinaron


formalmente. — Seguramente necesitaban algo de tranquilidad después de tanto.

— Eh, sí. Un poco. — Se observaron divertidos.

— ¡No se preocupen! Ya tendrán su espacio. — Los elfos sonrieron. — Mientras cenen,


estamos felices de que se encuentren con nosotros. Después podrán pasar a ver al abuelo
para que les ayude con todo lo que necesitan.

Alzaron los hombros y se sonrieron agradecidos antes de acomodarse las servilletas y nuevamente
en el asiento. Los elfos comenzaron a coger cosas del buffet y les sirvieron.

— De entrada, tenemos una deliciosa ensalada con frutos silvestres cerca del río. Las
plantas del río profundo son difíciles de conseguir, pero, ¡qué bien saben si se les trata
como es debido!

No pudieron evitar reír ante aquello.

— Después tenemos nuestra suculenta sopa de hongos. — Siguió el elfo.

— ¡SÍ! — Exclamó Yoongi emocionado.

Todos rieron y el elfo encargado de dar el menú de la noche sonrió agradablemente mostrándose
divertido por la reacción del villano. Ellos no juzgaban, sabían que Yoongi pese a todo no era
realmente malo. Era bueno. Un villano dulce... con Jimin.

— Y de plato fuerte tenemos unas delicias preparadas para ustedes. Las verduras más
frescas los esperan con exquisitas salsas de los chiles más ricos del norte. De bebida el vino
más dulce y de postre unas nueces con nuestro famoso licor de miel con jazmín extraído
de las cuevas del eco.

— ¡Wow! — Jimin rió. — Suena delicioso.


~ 144 ~
— Comerás como todo un rey. — Yoongi apretó su muslo divertido. — ¿Sabías que los
elfos son los cocineros oficiales de la realeza tanto norte como sur?

— Increíble. — Susurró Jimin sin dejar de sorprenderse.

— Por favor, sus majestades. — Les dieron la entrada con una sonrisa.

Aceptaron gustosos deleitándose de las delicias que les ofrecían los elfos. Había también fruta
fresca que los obligaban a mezclar con ciertos platillos. Uvas, sobre todo. Ninguno de ellos había
sentido esa explosión de sabores dulces y salados creando combinaciones de otro mundo. Podía
lucir extraño pero una vez que dabas el primer bocado... vaya.

Ellos soltaron un delicioso \"mmmm\" muy largo y hasta cerraron sus ojos. Se hartaron de comida,
de vino, extasiados por las agradables atenciones. Hasta se habían puesto a tocar el arpa y
conversar con ellos. Los elfos eran sumamente amigables, muy traviesos y hacían chistes
malísimos, como niños pequeños, ¡pero qué agradables eran!

— Esto es lo más rico que he probado en toda mi vida. — Confesó Jimin con la boca llena.

— Y eso que no probaste el pan. — Habló Yoongi, ambos tragaron. — Abre la boca.

Jimin obedeció y abrió su boca. Yoongi le metió un pedazo de pan y cerró su boca con delicadeza
después de guiñarle el ojo. Jimin se tornó rojo y apretó sus labios dándole un codazo amistoso.
Yoongi pellizcó su nariz. Jimin lo siguió picoteando hasta que se ahogaron de risa.

Sí.

Finalmente, todo había vuelto a la normalidad.

— ¡Las nueces están deliciosas! — Exclamó Jimin en éxtasis total.

— ¡El jarabe delicioso! — Halagó Yoongi.

Los elfos se ruborizaron y sonrieron agradecidos viendo a los príncipes comer con felicidad y
satisfacción. Prácticamente se habían devorado la comida. No aguantaban más, iban a reventar si
daban otro bocado.

Estaban suspendidos en las sillas con el estómago más que lleno.

— ¿Les gustó sus majestades? — Preguntó el elfo que había dado el menú.

— ¡Delicioso! — Exclamaron al unísono antes de reír.

— Entonces es hora de que pasen con el abuelo. — El elfo observó el enorme árbol con
escaleras rodeándolo. — Vayan, por favor.

~ 145 ~
— ¡Gracias! — Exclamó Jimin sonriente.

Yoongi agradeció y ambos comenzaron a subir las escaleras que daban hasta arriba en el árbol.
Observaron un pequeño espacio, tres paredes, un techo y en lugar de una puerta, unas plantas
cubriendo el interior. Yoongi las abrió y se introdujo con Jimin, observando a un elfo bastante viejo
y con los ojos cerrados frente a una pequeña hoguera, unas mantas y distintas piedras rodeándolo
con collares.

— Abuelo elfo. — Habló Yoongi inclinándose con respeto, Jimin imitó el gesto.

— Príncipe Yoongi. — Habló con voz callosa y temblorosa el viejo elfo y sonrió mostrando
su boca casi chimuela. — Príncipe Jimin... vengan al fuego.

Se observaron entre ellos escuchando los grillos afuera y el tronar del fuego. Se acercaron y
sentaron frente al abuelo elfo, la hoguera siendo lo único que los distanciaba.

— ¿A qué han venido hijos de la naturaleza? — Preguntó el abuelo elfo sin abrir sus ojos y
manteniendo su tranquila sonrisa.

Jimin observó a Yoongi y éste asintió.

— Abuelo elfo, tenemos algo que nos preocupa. — Habló finalmente Yoongi. — Es acerca
del príncipe Jimin. Ha perdido el conocimiento y... sus ojos cambiaron a verde antes de
hacerlo.

— Iba cayendo y gracias a una magia desconocida logré detenerme. — Siguió Jimin. —
Creemos que tiene algo que ver aquella magia que ha nacido en mí y... los ojos, o...

— Sí, sí. Entiendo. — El abuelo elfo asintió con delicadeza. — Denme sus manos sus
majestades, por favor.

Ambos obedecieron y le extendieron sus manos al abuelo elfo. El anciano las tomó con sus duras
manos y las apretó suavemente manteniéndose quieto. Su expresión se mantenía tranquila,
después frunció un poco su ceño.

— Interesante. — Comenzó suavemente. — Oh. Ya veo.

Jimin y Yoongi se mantuvieron en silencio esperando a que continuara. El abuelo elfo comenzó a
sonreír, pero lucía algo preocupado. Asintió un poco y mantuvo su sonrisa soltándolos
suavemente.

— La magia que corre en el príncipe es magia negra. — Habló suavemente.

— ¿Qué? — Gritaron ambos.

~ 146 ~
— Pero todo tiene un por qué hijos míos. —El elfo asintió. — Pese a su hermosa relación,
lamento informarles que están yendo en contra del destino.

— ¿Destino? — Preguntó Yoongi.

— Está escrito en los cielos. — El abuelo elfo señaló el techo. — El príncipe Jimin debe
desposar al príncipe Jungkook y ser felices para siempre.

Ambos protagonistas se observaron fijamente.

— Como están yendo en contra de todo ese destino hay consecuencias. — Siguió el abuelo
elfo, el fuego tronó más. — El príncipe Jimin ha pesado demasiado tiempo contigo, ha
comenzado a succionar un poco de tu poder inconscientemente. Eso es debido a toda esa
cercanía.

— ¿Entonces esos poderes son por mí? — Preguntó Yoongi.

— Así es. — El elfo asintió. — Primero son poderes, después irá empeorando hasta que...

— ¿Hasta que qué? — Presionó Yoongi.

— Muera. — Finalizó.

Jimin se estremeció y observó a Yoongi con súplica. El villano negó con la cabeza.

— Estamos cerca del reino, ¿podrá aguantar? — Preguntó Yoongi.

— No lo creo, hijo mío. — Negó con la cabeza. — Necesitan separarse ahora si no quieren
que esto les afecte con daños irreversibles.

Se observaron nuevamente. Jimin tomó la mano de Yoongi y negó con su cabeza, lágrimas
asomando por sus ojos.

— Debe haber una manera. — Jimin observó al abuelo elfo. — Un supresor de poderes,
¡algo!

— Hay alternativas príncipe, pero... — El abuelo elfo se calló.

— ¿Pero? — Preguntaron ambos de nuevo.

Hubo un silencio muy largo donde el abuelo le dio un trago a su té. y suspiró

— La magia afecta porque va en contra del destino de amor verdadero. — Habló después
de unos segundos en tenso silencio. — Si no quieren que afecte, debe destruirse aquel
lazo de amor verdadero que une al príncipe Jimin con el príncipe Jungkook.

— ¿Qué quiere decir eso? — Preguntó Jimin asustado.


~ 147 ~
— Estarías renunciando al amor verdadero, Jimin. — Habló el abuelo. — Si no quieres
seguir lastimándote estando con el villano debes quebrar tu lazo de amor verdadero.

— Renunciar al amor verdadero... — Susurró Jimin dolorosamente.

— Amor verdadero solo hay uno, si renuncias a él, se acabó. — El abuelo elfo negó con su
cabeza. — Es la única manera.

— Jimin... — Yoongi lo llamó. — No lo hagas.

— ¿Por qué? — Preguntó Jimin. — Yo... yo no estoy seguro de realmente querer al


príncipe Jungkook.

— Son pareja destinada. — Volvió a hablar el abuelo captando su atención. — ¿Prefieres


renunciar realmente al amor verdadero para seguir un par de días con el villano?

— Yo... — Jimin bajó la mirada. — Yo no lo sé... esto es demasiado.

— Tómate tu tiempo. — Susurró el abuelo elfo.

— No necesita tiempo, ¡no renunciará! — Exclamó Yoongi.

— Hijo mío, ¿por qué? — Preguntó el abuelo elfo. — Es la decisión de Jimin.

— ¡No lo permitiré!

— ¡Lo haré! —Intervino Jimin bruscamente.

— ¡No lo hagas Jimin!

— ¡Quiebra el lazo!

— ¡Jimin!

— ¡Cállate! — Jimin volteó a verlo. — ¡Déjame!

— Yo no puedo quebrar el lazo de amor verdadero. — El elfo negó con la cabeza. — Eso
solamente puedes hacerlo tú, príncipe.

— Dime cómo. — Pidió Jimin.

— ¡Jimin escúchame! — Suplicó Yoongi.

El menor levantó su mano haciendo que se callara y siguió viendo al abuelo elfo fijamente.

— Esa es una decisión muy personal príncipe. — El elfo observó a Yoongi. — Una decisión
muy importante que los concierne a ambos.

~ 148 ~
El silencio se propagó de nuevo. Jimin volteó a ver a Yoongi, éste la mantuvo la mirada.

— ¿Qué hay que hacer? — Preguntó Jimin.

Yoongi negó con la cabeza.

— La única forma de romper el lazo de amor verdadero es...

— ¿Con un beso? — Interrumpió Yoongi.

— No, hijo mío.

— ¿Con algún ritual? — Siguió insistiendo.

— ¡Yoongi déjalo hablar! — Regañó el rubio.

El abuelo elfo sonrió como pudo y tomó las manos de ambos para unirlas después retirando las
suyas. Jimin y Yoongi quedaron agarrados de la mano sintiendo sus cuerpos temblar. Observaron
al mismo tiempo al abuelo elfo.

— Es un proceso en el que ambos deberán estar dispuestos o si no, no funcionará. —


Susurró de nuevo.

— ¿Qué es? — Volvió a preguntar Jimin.

El abuelo elfo observó sus manos entrelazadas y suspiró.

— La única forma de quebrar el lazo es que ustedes hagan el amor.

La mandíbula de los protagonistas fue a los pies.

~ 149 ~
Capítulo 26
Las palabras del abuelo elfo habían sido muy claras. Debían hacer el amor para quebrar aquel lazo
de amor verdadero que unía a Jimin con Jungkook. Era increíble, ambos llevaban casi veinte
minutos sin moverse, en silencio total.

Jimin temblaba de nervios y todo su cuerpo se sentía caliente y a punto de explotar. Yoongi estaba
cuatro veces peor, pero lo disimulaba.

— Les daremos tiempo para que piensen. — El abuelo elfo asintió. — Los llevaremos a su
hospedaje y tendrán lo que queda de la noche para meditar aquello. Mañana temprano en
base a la decisión que tomaron, seguirán su camino juntos o separados para siempre.

Para siempre...

Ambos asintieron y se levantaron agradeciendo suavemente. Salieron y comenzaron a bajar las


escaleras en silencio total hasta llegar a la parte de abajo. El silencio permaneció y los elfos los
guiaron entre caminos de piedra con luces brillantes hasta una pequeña choza rodeada de
enormes plantas y puerta de madera con una flor rosa en la entrada muy grande. Los elfos
abrieron la puerta y sonrieron.

— Pasen. — Pidieron.

Ambos se introdujeron viendo el entorno iluminado con velas. Todo era de madera de roble,
raíces, increíblemente natural. Había plantas en el techo, en el suelo, pequeñas flores, raíces
decorando todo, enroscadas elegantemente dando un aspecto sumamente mágico.

Era un espacio sumamente pequeño con una pequeña ventana circular del lado derecho, una
cama y una mesita con tres sillas. Un tapete natural de flores cosidas dándole los últimos toques
frescos. El olor era divino.

— Mañana los esperaremos para el desayuno. — Uno de los elfos se inclinó. — Descansen
sus majestades.

Cerraron la puerta con delicadeza dejándolos solos finalmente. Jimin lamió sus labios secos y
observó con el corazón vuelto loco al villano. Yoongi observaba la cama fijamente, todo su cuerpo
se contrajo.

El rubio exhaló su aire suavemente y lentamente se fue a sentar en la orilla de la cama. Apretó sus
puños aferrándose a las suaves cobijas y observó el suelo. La madera parecía crear pequeñas
figuras o rostros un poco aterradores. No lo calmaba en absoluto, pero si lo distraía al menos.

~ 150 ~
La cama se hundió un poco a su derecha. Observó gracias a su vista periférica a Yoongi sentarse
junto a él. El ambiente se tensó en un seco segundo. Todo el aire se volvió pesado y ellos no
pudieron evitar apretar sus labios y alejarse un poco.

— ¿Por qué quieres hacerlo? — Preguntó Yoongi confundido. — Jimin, ¿renunciar al amor
verdadero?

— No espero que lo comprendas. Ni yo lo hago. — Jimin suspiró pesadamente. — Pero...


no quiero alejarme de ti.

— Jimin.

— No. Escúchame.

Yoongi se mantuvo en silencio y asintió un poco. Jimin se giró hacia él y se acercó, apretó sus
puños y labios y tomó una profunda respiración.

— No quiero casarme. — Confesó repentinamente el rubio.

— ¿Qué? — Yoongi abrió sus ojos sorprendido.

— Eso. — Jimin no levantó la mirada.

Yoongi se había quedado sin palabras. Agarró su barbilla con delicadeza y la subió para que
cruzaran miradas.

— ¿Por qué? — Preguntó Yoongi suavemente.

— Porque no quiero ser prisionero. — Susurró Jimin con ojos vidriosos. — Yoongi, tú no lo
entiendes. Yo no quiero ser un príncipe, no quiero ser un rey. Yo no quiero vivir
condenado a un esposo en un trono a arreglar cosas del reino y ser adorado por todos.

Yoongi se mantuvo en silencio.

— Quiero ser libre... — Finalizó Jimin en un hilo de voz. — Y volar e irme lejos. Vivir en el
bosque tal vez, siendo libre. Siendo yo.

— Entonces esto no se trata de amor. — La voz de Yoongi salió con una pizca de
decepción.

Jimin negó con la cabeza.

— No. No es por amor. Es por mi libertad. — Tomó las manos de Yoongi y las apretó. —
Yoongi... t-tú eres un gran amigo mío y te tengo mucho aprecio. No es correcto que te pida
algo tan egoísta, pero... es por mí. Te lo ruego. Libérame.

~ 151 ~
Yoongi sintió el agarre más fuerte y a Jimin acercarse más.

— Libérame Yoongi. — Volvió a suplicar. — Es lo único que te pido. Libérame, iremos al


castillo y después huiré.

— ¿A dónde irás? — Preguntó Yoongi con voz cada vez más apagada.

— Lejos, libre. — Jimin sonrió con tristeza. — Siempre te recordaré Yoongi, nunca olvidaría
al chico que me dio mi libertad, que me zafó del destino egoísta que me condenó sin
siquiera dejarme a mí valerme o elegirlo. Mi destino está escrito, pero yo quiero ser el
dueño de él.

Y Yoongi claro que lo comprendía.

— Entonces no es porque sientas algo hacia mí. — Yoongi sintió su voz fallar. — Que... que
por eso quieras zafarte de Jungkook.

Jimin se mantuvo en un largo silencio.

— Yo... N-no. — Negó con la cabeza. — No, nada de eso. Te lo pido c-como... amigos. Nada
más.

— Oh... — La voz de Yoongi decayó más.

— No estás obligado si no quieres. — Jimin suavizó su voz. — Solo... es un capricho egoísta


mío.

Yoongi se mantuvo en un largo silencio observándolo fijamente a los ojos. Lo acunó con su mejilla
y sintió el aire tensarse más cuando el toque salió.

— ¿Estás seguro que no sientes nada por mí entonces? — Repitió Yoongi acortando más
su distancia entre ambos.

— Y-yo... — Jimin sintió que se fue inclinando hacia adelante por su propia cuenta. — N-no
lo sé...

— ¿No lo sabes? — Susurró Yoongi de nuevo acercándose más a él haciendo brillar sus
ojos.

— No... — La voz de Jimin se evaporó en el aire, dejando de escuchar todo a excepción del
latir de su corazón. Cerró sus ojos.

— ¿Averiguamos lindura?

~ 152 ~
Se inclinaron sintiendo sus corazones retumbar, su cuerpo contraerse cuando ambos se fueron
inclinando, acortando poco a poco la distancia que los separaba. Cerraron sus ojos, se olvidaron de
todo y hundieron sus dedos en sus nucas. Más... y más...

Y sus labios finalmente se unieron.

Una descarga de electricidad y calor les hizo arquear su espalda y pegarse con mayor fuerza. Jimin
tembló al igual que Yoongi al sentir aquel toque.

Aquel beso.

Aquel maldito beso que finalmente se estaban dando.

Yoongi lo tomó de la nuca y profundizó mucho más, probando finalmente aquellos dulces y
carnosos labios del hermoso príncipe quien se hizo gelatina en sus brazos. Jimin se aferró a él y
movió sus labios sobre los suyos aferrándose después a su espalda, sintiendo como poco a poco
Yoongi lo iba inclinando hasta que su espalda tocó la cama.

Se agarraron de las manos y entrelazaron sus dedos perdidos y absorbidos en su mundo. Jimin lo
tomó entre sus piernas y lentamente aquel beso fue subiendo de intensidad hasta que sus
respiraciones fueron un poco más pesadas. Sentían aquel hermoso sentimiento de unirse y
compartir el amor a través de las caricias, algo tan mágico.

— Yoongi... — La voz de Jimin se perdió en sus labios.

El villano gruñó un poco y se separó de sus labios. Se observaron fijamente unos segundos
tratando de procesar lo que acababa de suceder.

Y volvieron a unirse en desespero dos segundos después. Yoongi colocó a Jimin en el centro de la
cama y sin despegar sus labios comenzó a dirigir sus manos al borde su camisa, tanteándola un
poco para retirarla. Jimin tembló y lo observó en silencio.

— ¿Estás seguro? — Repitió una última vez Yoongi.

— Lo estoy. — Jimin le sonrió con dulzura. — Hazme el amor Yoongi.

Qué bellas palabras.

Sus labios volvieron a encontrarse y poco a poco la ropa se fue desprendiendo de sus cuerpos en
aquel silencio y esa calma que los unía. Jimin lo rodeó sobando su nívea piel de la espalda y
sintiendo sus lenguas entrar en un suave roce que les hizo sonreír.

La cola inclusive se mantuvo inmóvil, respetando aquella intimidad que era de los dos bellos
chicos. Aquel amor que poco a poco desbordaba del vaso, incapaz de mantenerse oculto mucho
tiempo más.

~ 153 ~
— Eres precioso... — Susurró Yoongi acariciando su mejilla. — Precioso.

— Tú eres muy ardiente. — Jimin rió con las mejillas sonrojadas. — Aunque cornudo.

— ¡Oye! — Yoongi rió.

Jimin le devolvió aquella tímida sonrisa y volvieron a unir sus labios. Acariciaron con timidez su
cuerpo, sintiendo su desnudez al tocarse nuevamente, pero esta vez bajo otro contexto, otro
escenario que era increíblemente diferente. Los grillos cantaban afuera y las velas sin duda lo
volvían algo mucho más cálido, suave y romántico.

Yoongi fue dejando pequeños besos por sus mejillas, pecho y clavículas. Jimin frunció su ceño con
sus ojos cerrados y pequeños suspiros escaparon de sus labios al sentir los besos de Yoongi besar
sus brazos, sus piernas, todo su cuerpo. Unos besos tan delicados, electrizantes, tranquilos.

Estuvieron casi una hora perdidos en besos y caricias. Sí, sus partes más íntimas ya habían
despertado, pero ellos estaban más perdidos en el sabor de sus besos y el tacto de sus manos
sobre su cuerpo que en ello. No querían frenarlo, era increíblemente adictivo y dulce al mismo
tiempo.

— Deberé prepararte. — Susurró Yoongi después de besar sus muslos con delicadeza. —
Me avisas cuando estés listo.

— Lo estoy. — Jimin sonrió tiernamente.

— Bien. — Yoongi depositó un beso en su frente con profundidad. — Estoy buscando las
palabras adecuadas para pedirte esto... — Comenzó a reír avergonzado.

— Solo dilo. — Jimin rió también. — Estamos en confianza, no es necesario ir con prisa.

— Yo, uh. — Yoongi rozó sus piernas un poco y las abrió, Jimin jadeó un poco. — N-
necesito que... succiones mis dedos.

— Oh. — Jimin enrojeció. — C-claro...

Rieron muertos de vergüenza. Yoongi acercó su dedo corazón e índice a la boca de Jimin y éste
tímidamente la abrió comenzando a chuparlos con delicadeza. Se mantuvieron la mirada unos
segundos hasta que Yoongi los retiró y volvió a besarlo.

— Respira conmigo. — Susurró.

Jimin inhaló profundo y esperó. Su rostro hizo una mueca y un jadeo escapó de sus labios.

— Estarás bien, el dolor se irá. — Susurró Yoongi sobre sus labios.

— Bésame... — Susurró Jimin.

~ 154 ~
— No necesitas pedirlo dos veces.

Se inclinó para volver a atrapar sus labios mientras suavemente lo iba dilatando, sintiendo sus
pequeños gemidos ahogados en sus bocas. Jimin comenzó a respirar Yoongi sonrió un poco y
asintió con suavidad. Acomodó a Jimin tomando sus hermosas piernas para abrirlas un poco más.
Se inclinó hacia él para que quedaran frente a frente y besaran castamente sus labios. Tanteó un
poco hasta finalmente sentir la entrada y tomó una profunda respiración.

— Respira profundo. — Demandó.

Jimin tomó aire. Buscaron sus manos y volvieron a apretarlas entrelazando sus dedos una vez más
con fuerza y pegando sus frentes. Cerraron sus ojos con suavidad y se tomaron con fuerza, Yoongi
comenzando a deslizarse con lentitud dentro de Jimin.

El campesino se mantuvo relajado, frunciendo un poco su ceño y soltando un pequeño jadeo de


dolor cuando lo sintió entrar completo. Respiró por la boca y abrió sus ojos encontrándose con
Yoongi sonriéndolo un poco.

— Eres hermoso. — Susurró. — Nunca lo olvides mi precioso príncipe.

— Nunca. — Susurró Jimin de vuelta. — Gracias... gracias mi hermoso villano.

— No agradezcas. — Yoongi le sonrió en grande con una suave risa. — Tampoco es como
si esto realmente me causara una molestia.

— Tonto.

— Me adoras.

— Lo hago.

Otra vez esas sonrisas.

El movimiento era tan tranquilo y suave. Nada de presiones. Nada de dureza ni extremidades de
romper camas. No. Fue lento, dulce, embriagado de sus pieles, sus cosquilleos en sus pechos
desnudos, las risas presentes con los besos suaves.

Las respiraciones tranquilas, las miradas fijas, la suave danza de sus bocas al encontrarse,
buscarse, conectarse en aquel acto tan tímido que no les causó molestia alguna. Aquella tensión
se esfumó y esa confianza quebró cualquier destino, cualquier barrera que se atreviera a alejarlos.
Aquellos movimientos firmes, los jadeos en sus bocas, sus besos cargados de silenciosos "te amo".

Llegaron unidos, apretándose con fuerza y susurrándose cuánto se apreciaban, lo felices que eran
juntos y el no abandonarse nunca.

~ 155 ~
El lazo de amor verdadero fue quebrado.
Aunque no estaría tan segura de eso.

Yo diría más bien que fue... reforzado.

~ 156 ~
Capítulo 27
El amor verdadero era algo bastante complejo. La realidad es que no existía en sí, simplemente era
un código que debía seguirse y había funcionado bastante bien. Eran pocos los personajes que se
zafaban de aquel lazo o al contrario, ¡creaban el suyo propio!

Ah, es cierto que el destino influye y cuando se cambia cosas buenas o malas pueden pasar. Jimin,
afortunadamente, no le asustaba ir en contra del destino. Se había entregado al propio villano de
su cuento y hasta podríamos decir que le confundía. Sí. Le confundía un poco porque al final era el
villano. No el príncipe azul.

Pero bueno... Por el momento no había lazo de amor verdadero ya que no había confesión de
amor. "No es tan grave", pensaba Jimin. ¡Claro que no!

Por el momento...

Los elfos habían preparado un delicioso desayuno en lo que esperaban que sus majestades
despertaran. No eran tontuelos, sabían lo que había sucedido entre ambos así que los esperaban
con agua de miel y un desayuno -como dijimos- sumamente exquisito, delicioso y digno de estar
en las mejores mesas de oro de los castillos.

— ¡Shhh! ¡Shhh! — Calló el elfo femenino que estaba trepada en el árbol con otros
cuarenta. — ¡Shhh, ahí vienen!

Todos los elfos espiaban el camino de la cabaña al buffet escondidos en árboles. Se escondieron
entre las hojas y observaron la puerta abrirse. Todos chillaron emocionados, pero se callaron entre
ellos con los ojos muy abiertos.

Estallaron en gritos mentales y taparon sus bocas para evitar gritar. Muchos se tornaron rojos o
comenzaron a agarrarse de los hombros para sacudirse completamente rojos y emocionados.

Y es que en efecto ambos príncipes habían salido tomados de la mano. La cola del villano se
enrollaba en la cintura del apuesto rubio quien apoyaba su cabeza en el hombro del azabache y
avanzaban felizmente tomados de las manos con ropa blanca. Sus ojos desprendían una luz que
nunca habían visto y sí, los elfos se estaban muriendo.

— ¡Son tan lindos! — Habló en voz baja la linda elfo que los había callado anteriormente.
— ¡Owww!

— ¿Por qué no se da un beso? — Preguntó otro elfo junto a ella espiando entre las hojas.

~ 157 ~
— ¡Shhh! — Calló de nuevo. — ¡Te van a oír!

Sus majestades se detuvieron en otro árbol frente a ellos. Yoongi nunca soltó a Jimin y estiró su
brazo para arrancar una manzana perfectamente roja que le tendió con una sonrisa a su amado
rubio. Jimin esbozó una sonrisa angelical y la tomó para darle una mordida viéndolo fijamente.

— ¿Y si los ayudamos? — Susurró otra vez el elfo.

— ¡No! — Regañó ella.

El elfo comenzó a hacerle señas a los elfos de enfrente quienes asintieron. El elfo femenino
comenzó a negar con la cabeza y observo fijamente a ambos chicos que seguían debajo del árbol y
charlando tranquilamente mientras Jimin también masticaba.

Los elfos del árbol de enfrente abrieron sus bolsas y cogieron un poco de polvo rojo que
comenzaron a lanzar. Soltaron risas traviesas y rápidamente se fueron a esconder cuando el polvo
tocó el cabello de los príncipes provocando que levantaran la cabeza.

— ¿Y eso? — Preguntó Jimin soltando a Yoongi para sacudirse.

Ambos se quedaron estáticos en sus lugares y la manzana cayó de la mano de Jimin. Los elfos
comenzaron a reír traviesos, muchos soltando pequeñas carcajadas que después todos callaban
tapándoles la boca.

Yoongi pestañeó observando los ojos rojo rubí de Jimin. El rubio también observó el rubí en los
ojos del villano y quedó en un letargo donde su cuerpo comenzó a avanzar hacia él. Los elfos
estallaron finalmente en risas al verlo tirarse al suelo en un beso hambriento y respiraciones
sumamente pesadas.

— No puede ser. — La pequeña que había callado a todos se tapó los ojos.

— ¡Puaj! Se están metiendo la lengua. — Se reían los de enfrente.

Comenzaron a brincar entre risas en el árbol sacudiendo las ramas para hacer otra travesura. Los
príncipes estaban completamente desconectados y lo único que valía en ese momento eran sus
bocas juntas.

Jimin deslizó suavemente sus blancas y delicadas manos por la espalda del villano y lo aferró más a
él mientras Yoongi sobaba sus mejillas e iba bajando hasta sus clavículas. Sus manos comenzaron a
juguetear más y poco antes de que Yoongi levantara de más la suave camisa del rubio, una
manzana le cayó en la cabeza.

Y otra. Y otra. Y otra.

~ 158 ~
Hasta que una avalancha de manzanas cayó sobre los príncipes quienes soltaron un grito y se
cubrieron saliendo de su trance y sus ojos volviendo a la normalidad.

Los elfos estaban estallando en altas carcajadas, pero salieron corriendo antes de que se
levantaran sus majestades. Huyeron más rápido que el viento soplando y Yoongi se quitó las
manzanas de encima sacudiendo su cabeza.

Observó a Jimin con una mueca debajo suyo y un pequeño sonrojo. Al instante pegó un brinco y se
separó de él con las mejillas un poco rojas.

— Lo siento, ¿qué pasó? — Preguntó Yoongi viéndolo aún avergonzado.

— No lo sé. — Jimin tocó sus labios. — Creo que me besaste.

— Eso es imposible. —Mintió Yoongi desviando la mirada con un suave rubor.

— Entonces me mordí. — Jimin siguió mordiendo sus labios. — ¡Oh, espera! ¡El desayuno!

Yoongi observó a Jimin salir corriendo y él simplemente soltó un suspiro y observó la manzana
mordida. La pateó de mala gana y comenzó a avanzar por el camino para alcanzar a Jimin. El rubio
ya estaba sentado con los elfos atendiéndolo y una deslumbrante sonrisa en su rostro.

El pobre Yoongi suspiró como un idiota enamorado, pero esquivó rápidamente el pensamiento.
No. Él no podía estar enamorado de Jimin. Estaba encariñado, pero no lo amaba. No. No podía
amarlo. ¡Qué locura! ¡Pfff!

Se sentó junto a él y Jimin le sonrió. El rubio trató de tomar de nuevo su mano, pero Yoongi la
retiró junto con la mirada.

Jimin apretó un poco sus labios y recogió sus manos para ponerlas en sus piernas mientras
observaba sus dedos inquietos.

Sí. El ambiente se tensó un poco.

— ¡Buenos días! — Dijo el elfo anfitrión que los había atendido. — Esperamos que
nuestras majestades hayan dormido muy bien y pasado buena noche.

Las mejillas de ambos estallaron en rojo.

— ¡Y por eso tenemos un excelente desayuno para finalizar! — Salvó rápidamente el elfo
tras las risas de los demás detrás de él. — ¡Un desayuno exquisito como la noche!

Jimin comenzó a toser al atragantarse con su saliva y Yoongi inmediatamente tomó el agua a la
que comenzó a darle grandes tragos. Jimin hizo lo mismo y al instante ambos tomaron una
enorme distancia.

~ 159 ~
— ¡Lo siento! ¡Me refiero a que la noche fue exquisita, no lo que hicieron en la noche! —
Siguió el elfo antes de tapar su boca con las mejillas también rojas. — ¡No, sus majestades!
¡Lo sentimos, esas no eran mis palabras, es decir...!

Los elfos estaban en el suelo con enormes carcajadas.

— ¡Traigan el desayuno! — Llamó el pobre elfo secando su sudor de la frente antes de salir
corriendo.

Yoongi depositó el vaso todavía lleno ya que más bien fingió tomar. Jimin tenía sus mejillas del
color de las manzanas y hasta había abierto un poco su camisa y comenzado a moverse
sumamente nervioso y acalorado. Yoongi volvió a jalar la silla hacia él divertido.

Jimin ignoró su presencia cercana y su dulce aroma. Mantuvo los ojos fijos en la comida que
comenzaba a servirse sintiendo poco después el cálido aliento del villano cerca de su cuello.

— ¿Qué pasa? — Preguntó el rubio sin osar voltear.

— ¿Crees que la comida esté rica? — Preguntó Yoongi con una mezquina sonrisa.

— Claro. —Contestó el rubio tomando el vaso para tomar agua.

Yoongi se inclinó por completo hacia él para susurrar socarrón: — No creo que más rico que lo que
hicimos en la noche.

Jimin escupió el agua que tenía en su cavidad bucal y se tapó al instante la boca estallando en un
rojo intenso mientras Yoongi se caía de la silla debido a la risa. Jimin observó el mantel y su ropa
empapada y las risas suaves de los elfos que salieron corriendo para reír a gusto.

Jimin lentamente volteó al villano en el suelo que seguía riendo.

Cómo quiso estrangularlo.

Mantuvo la compostura y comenzó a comer esperando a que el otro finalizara su show barato y de
mal gusto. Yoongi se reincorporó y volvió a sentarse todavía riendo un poco y comenzando a
servirse. Observó a Jimin que no tenía buena expresión en la cara y le dio un codazo amistoso.

— Estoy jugando, ya sabes. — Contestó Yoongi divertido. — Aunque no me lo vas a negar.

— Creo que se te olvida por qué lo hice. — Contestó Jimin todavía sin verlo.

La risa de Yoongi bajó considerable hasta que se calló por completo. Le dio un trago a su agua y
observó a Jimin quien apenas había tocado la comida.

— ¿No comerás? — Preguntó Yoongi alzando una ceja.

~ 160 ~
— Perdí el apetito. — Contestó Jimin fríamente viendo al frente. — Me excuso por
semejante grosería, pero tenemos un viaje que continuar. Sin más que decir, con tu
permiso.

Y azotó los cubiertos con fuerza en la mesa haciendo a Yoongi dar un pequeño brinco. Observó
sorprendido y algo molesto al príncipe que se abrazó a sí mismo mientras se alejaba rápidamente
con el cuerpo rígido.

— ¿Todo bien su majestad? — Preguntó un elfo que había aparecido.

— Sí, lo sentimos. — Se disculpó suavemente. — El príncipe Jimin no se siente muy bien


ahora. Se disculpa profundamente y agradece su hospitalidad.

— Dígale que no se preocupe. — El elfo sonrió tiernamente. — Creo que de todos modos
nuestras majestades tienen un viaje qué seguir.

— Es correcto. — Yoongi asintió y se apuró a finalizar. — Mis más sinceras disculpas.

El elfo le sonrió tranquilamente y le repitió que no se preocupara antes de retirarse y dejarlo


nuevamente solo. Yoongi cogió un poco pan y le dio una mordida observando una última vez la
silla de Jimin.

Desvió la mirada, pero algo helado lo recorrió y nuevamente regresó la vista escandalizado. Se
inclinó casi tirando los platos y examinó de cerca las gotas de agua que Jimin había escupido. No
era agua...

Sangre.

Se levantó en un brusco movimiento y comenzó a correr a la cabaña.

— ¡JIMIN! — Gritó escandalizado. — ¡JIMIN!

Los elfos lo vieron correr y al instante se levantaron preocupados. Yoongi llegó a la puerta y trató
de empujar, pero el seguro estaba puesto. Comenzó a empujar con su hombro y a dar fuertes
golpes.

— ¡JIMIN! — Gritó de nuevo. — ¡JIMIN ÁBREME!

Los elfos se observaban sin comprender qué había sucedido. Corrieron a la mesa y observaron a
otros elfos con lágrimas en los ojos y negando con la cabeza. Se congelaron al ver el pequeño
rastro de sangre que había y como lentamente las rosas alrededor sus pétalos comenzaban a
convertirse en sangre, goteando al suelo y desintegrándose hasta volverse charcos rojos.

Yoongi finalmente logró tirar la puerta con todas sus fuerzas y buscó a Jimin con la mirada. Se
abalanzó al verlo en el suelo y se sintió desplomar esperando lo peor.

~ 161 ~
Le dio la vuelta con su corazón latiendo en descontrol y observó los labios del rubio teñidos en
rojo. Comenzó a negar con la cabeza y volteó al escuchar unas pisadas. Observó al abuelo elfo con
lágrimas en los ojos.

— ¿Está...? — Preguntó Yoongi temblando.

— No. — Tranquilizó el abuelo elfo acercándose a él y sobando la mejilla del príncipe. —


Debes llevarlo ya a casa. Y llevarlo ya.

Yoongi sintió sus ojos picar en lágrimas y dirigió nuevamente la vista a Jimin.

— No sabemos cuánto más pueda durar. — Siguió el abuelo alejándose. — Debes llevarlo
cuanto antes.... Yoongi... Yoongi... — Llamó, pero el azabache no respondía.

Mantuvo la vista fija en sus labios de los cuales brotaban más y más sangre y su piel se volvía más
blanca y fría.

No debí besarlo... no debí besarlo...; pensó con amargura mordiendo sus labios.

Se soltó a llorar maldiciendo lo que era. Era cierto. Era el villano y no el príncipe. No se podía... no
se podía... simplemente estaba sucediendo lo que no quería.

Estaba matando a Jimin lentamente con su amor.

~ 162 ~
Capítulo 28
Jimin por fortuna recobró el conocimiento poco después de desmayarse. Las palmas de sus manos
ya no quemaban mucho ni la sangre brotaba de sus dulces labios, pero se sentía increíblemente
débil. Su cuerpo lo sentía pesado, sus párpados también.

Pensaba que era debido a todas las emociones sentidas últimamente que estaba agotado
mentalmente. No le dio mucha importancia y sin perder más el tiempo, nuestros protagonistas se
encaminaron de nuevo camino al sur. Al castillo del príncipe Jimin.

Pasaron un par de días donde no se dirigieron casi la palabra. Varias lunas se

Alzaron sobre ellos pero las palabras quedaban escasas. Pero bueno, finalmente ya estaban
finalizando. Quedaban dos criaturas por toparse antes de llegar al pueblo sur: hadas y sirenas.

Y una en especial, preocupaba a Yoongi.

— ¿Cómo son las hadas? — Preguntó Jimin aquella noche viendo a Yoongi de reojo.

— ¿Cómo cree que son? — Preguntó de vuelta Yoongi sin mirarlo y con un tono más bien
distante.

— Mujeres muy bellas y pequeñas con alas brillantes. — Contestó Jimin y Yoongi rió un
poco. — ¿O es al revés?

— Bueno, depende del tipo de hada. — Explicó Yoongi. — En este caso iremos a ver a las
hadas buenas, las mujeres bellas y amables con alas brillantes.

— ¿Y son pequeñas?

— No todas. Tienen la estatura de un humano. — Contestó el de cuernos. — ¿Por qué?

— Simple curiosidad. — Jimin suspiró y apretó sus labios. — T-tú, bueno.... n-no hemos
hablado mucho desde los elfos, ¿todo bien?

— Sí. ¿Por qué pregunta, su majestad?

— Me llevas hablando por usted desde que salimos de sus tierras. — Contestó Jimin
ligeramente triste. — Además de las escasas conversaciones.

— Es un príncipe. — Siguió Yoongi. — Solo lo trato como tal.

~ 163 ~
— Tú también lo eres. — Contraatacó Jimin.

— Pero sigue siendo superior a mí. Debe comenzar a acostumbrarse, su majestad. —


Yoongi finalmente le dio una rápida mirada. — En un par de días estará sentado en un
trono y todos le hablarán con una cortesía incluso mayor.

— Pero tú eres mi amigo. — Jimin ladeó su cabeza.

Yoongi arrugó un poco su nariz y negó con su cabeza.

— No, no lo somos. — Fue lo único que contestó con frialdad.

— ¿No lo somos? — Preguntó Jimin pestañeando. — ¿A qué te refieres con eso?

— A lo que ha escuchado, su majestad. Soy su escolta al castillo y nada más.

— No me salgas con eso ahora, Yoongi. — Jimin sintió una pizca de enfado. — Hemos
estado juntos casi un año, compartido buenos y malas momentos, inclusive n-nos... n-nos..

— ¿Acostamos? — Finalizó Yoongi.

— Iba a decir unirnos para hacerlo más elegante. — Jimin se ruborizó y desvió la mirada.

— Puede funcionar también su palabra, pero no deja de ser un acto sexual, su majestad.

— C-creo que hay una diferencia entre tener sexo a hacer e-el amor. — Murmuró.

— Tiene razón. — Yoongi le sonrió mostrando sus colmillos. — Tener sexo es más
divertido.

Aceleró el paso dejando a Jimin muy atrás sin permitirle contestar. El rubio sintió ruborizarse
antes de correr un poco y tratar de colocarse a su altura, pero Yoongi iba demasiado rápido.
Resopló molesto y comenzó a correr detrás de él.

— ¡Espera! — Llamó Jimin con cierta molestia. Yoongi no se detuvo. — ¡Yoongi!

— ¡Debe apurarse su majestad, tenemos el tiempo encima!

— ¡Pero tampoco vayas tan rápido! — Jimin finalmente logró ponerse a su altura y
caminar al mismo ritmo rápido. — A-además, ¿a qué te refieres con que tener sexo es
mejor? ¡Por supuesto que hacer el amor es mejor!

— Me alegro por usted. Cada quién sus gustos. — Yoongi alzó sus hombros y siguió
acelerando el paso.

~ 164 ~
— Tener sexo solo es... tener sexo. — Siguió Jimin alzando una ceja. — Y hacer el amor
es... hacer el amor. ¡Amarse... unirse!

— Su majestad, no quiero sonar inoportuno pero hasta con nuestras parejas tenemos sexo
y no solo hacemos el amor. De hecho, me atrevería a decir que son pocas las veces que se
hace el amor.

— P-pero...

— ¿Sabe? Hay algunas veces donde no se quiere ser meloso y solamente divertirse, tener
algo de placer jugueteando. Como dirían en el lenguaje vulgar: follar.

— ¿Haciendo el amor no se puede divertir y juguetear? — Siguió preguntando Jimin.

— Es distinto. Hacer el amor conserva la melosidad, es mutuo, es un acto sensual, no tanto


sexual. Tener sexo, no lo sé, no toma tanto en cuento lo sentimientos, solo la
estimulación, llegar al orgasmo, es más sucio. Ugh, no sé. Deje de preguntarme que no soy
muy apto para esto.

— ¿Sucios? Quiere decir... ¿sin bañarse?

— No. — Yoongi rió divertido. — Me refiero a hacer cosas más... pervertidas, pero con el
afán de estimular para llegar al placer, no tanto por crear una conexión.

— ¿Entonces tener sexo es mejor?

— Ninguna es mejor o peor, solo depende de lo que desee. De lo que traiga ganas.

— Pero si haciendo el amor se puede llegar a sentir bien, ¿qué lo diferencia entonces del
sexo? Y si en el sexo se siente bien, ¿pero qué no se puede entonces también sentir amor?

Yoongi soltó un largo y profundo suspiro. Se detuvo y por ende Jimin lo hizo. Se volteó para
quedar cara a cara con el hermoso rubio y se acercó a él con un aura imponente que le hizo a Jimin
dar unos pasos atrás con la mirada muy fija en él. Yoongi torció su boca y se inclinó un poco hacia
adelante.

— Voy a intentar demostrarle y espero usted solo lo entienda. — Yoongi sonrió y Jimin
pasó saliva. — ¿Está de acuerdo?

— E-eso creo. — Balbuceó Jimin. — Es decir, sí. Estoy de acuerdo.

— Bien. — Yoongi observó el entorno y sonrió al ver un árbol relativamente cerca. Avanzó
para acercarse a él seguido de Jimin. Se detuvieron y Yoongi volteó a verlo. —
Comenzaremos.

~ 165 ~
Jimin esperó atento viendo a Yoongi tomar su mano y besarla. Enrojeció un poco y después lo
sintió besar su mejilla y frente profundo, dulce y lento. Su cuerpo se relajó y una pequeña sonrisa
escapó de sus labios.

— Si quisiera hacerte el amor, te besaría allí. — Yoongi se separó. — Ahora... si solo


buscara sexo sería distinto.

— ¿Cómo?

Yoongi rió de nuevo y se pegó más a él hasta que sus pechos casi rozaron. Jimin se sintió casi
desmayar cuando sintió los tibios labios posarse sobre su cuello y una leve mordida. Su aliento
comenzó a pesarle cuando los sintió después en su mentón dejando una lamida y nuevamente un
rastro que iba bajando nuevamente por su pecho. Parte de su camisa fue levantando y antes de
que pudiera detenerlo, los labios de Yoongi acariciaron su pezón derecho superficialmente antes
de depositar un húmedo beso y mordisquearlo soltándole un gemido inevitable. Se tapó su boca al
sentir sus rodillas temblar.

— ¿Lo ves? — Yoongi sonrió de nuevo.

— L-lo veo. — Susurró aun viendo el índice de Yoongi haciendo suaves círculos sobre su
sensible zona mandándole pequeños escalofríos. — S-si me hicieras el amor sería como...
con los elfos.

— Preocuparme porque ambos disfrutemos, no lastimarnos y que sientas a través de las


caricias lo que mi corazón no puede decir ya que no habla. — Yoongi dio un suave pellizco
y Jimin nuevamente sintió sus piernas flaquear. — Si quisiera tener sexo te arrancaría la
ropa, te mordería todo el cuerpo, aunque te quejes de ello y te embestiría duramente. Me
centraría más en llegar y escucharte gemir que sentir tus besos y ver tus miradas de
dulzura.

— Oh. — Jimin enrojeció violentamente. — Ya comprendo.

— Bien. — Yoongi finalmente lo soltó. — Entiendo que seas curioso respecto al tema, pero
no soy el más apto para hablar de ello.

— Al menos ya dejaste de hablarme por usted. — Jimin le sonrió.

— Yo... — Yoongi calló. — ¡Eso no es justo!

— Duraste bastante pero no te lo terminabas de creer. Cuando me veas con la corona


entonces te daré permiso de que me hables así. — Jimin asintió. — Pero como huiré,
entonces no durará mucho.

— Claro. — Yoongi suspiró y puso sus ojos en blanco. — Sigamos, ya va a anochecer y


espero que lleguemos con las hadas mañana en la tarde. Andando.
~ 166 ~
— Sí, su majestad.

— ¿En serio Jimin?

El rubio alzó sus hombros con una sonrisa adorable y Yoongi solo negó con la cabeza mientras lo
sentía avanzar junto a él. El silencio nuevamente estuvo presente, pero al menos no con la misma
intensidad de antes.

Ahora solo quedaba disfrutar de esa calma temporal.

~ 167 ~
Capítulo 29
El lago de las sirenas cada vez quedaba más cerca de los dos protagonistas. Como había
mencionado anteriormente, ese lago era la prueba final ya que llegaba a los límites de todo el
bosque oscuro antes de poder entrar al pueblo sureño. De allí solo se necesitaría un par de días
antes de llegar al castillo.

El chico con cuernos aún se mantenía bastante inquieto respecto a ello. La fecha de muerte cada
vez se acercaba más y con sus sentimientos recién desarrollados, no sabía si sería capaz de dejarlo
morir. Pero y si le decía la verdad... lo perdería de todas formas. ¿Perderlo por muerte o perderlo
por la verdad? Ninguna sonaba bien para el villano que, pese a hablar con la verdad era lo
"correcto", para él no parecía serlo realmente.

Prefería esperar a que la presión lo obligara a tomar una decisión. Aún no se sentía apto para
ponerse en eso pese a que faltaba menos de un mes.

En un mes el príncipe Jimin caería en el sueño profundo llamado muerte. Solo el beso de amor
verdadero podría despertarlo, ¿pero qué beso? El lazo se había roto con el príncipe Jungkook.
¿Acaso funcionaría con un villano? La duda se mantenía.

Jimin había estado extrañamente callado aquel día. Yoongi inclusive algunas veces podía jurar que
Jimin seguía hablando hasta dentro de su cabeza, pero ese día lucía algo perdido e ido. Su mirada
un poco vacía, sus pasos demasiado robóticos y un aura extraña lo rodeaba. Yoongi quiso
preguntar pero no estaba muy seguro de si aquello sería prudente o no.

Muy tarde. Ya se encontraba acercándose a Jimin y carraspeando su garganta.

— Estoy bien. — Se adelantó Jimin siquiera antes de que Yoongi abriera la boca. — Solo
pienso.

— Bien. — Mintió Yoongi al ver como Jimin se alejaba de él frotando sus brazos. — Me
resulta curioso que no estés hablando, cantando o insultándome con amor. Hasta cuando
piensas se te nota.

— Si no estoy pensando, ¿entonces qué hago? — Preguntó Jimin.

— Eso quisiera saber yo. — Yoongi lo observó con el rabillo del ojo.

Jimin soltó un profundo suspiro y mordió sus labios. Le dedicó una mirada fugaz al chico con
cuernos y a su cola que se mantenía tranquila. Se acercó un poco a él y se detuvo. Yoongi hizo lo

~ 168 ~
mismo. Se mantuvieron la mirada unos segundos y Jimin lentamente tomó el borde de su camisa
para juguetear con ella. Yoongi se tensó al sentir el suave tacto.

— Solo pensaba en lo poco que falta antes de que nos separemos. — Susurró Jimin
acariciando la seda.

— ¿En cuánto tiempo llegaremos con las sirenas?

— Si tenemos suerte, esta noche. Quizás mañana. — Yoongi alzó sus hombros.

— ¿Y después? — Jimin le siguió clavando la mirada. — ¿Para llegar al pueblo?

— Cinco días a lo mucho. Iremos por un atajo así que haremos menos tiempo. — Yoongi
siguió viendo al hermoso rubio de ojos azules, rozando levemente con el morado. — Si tu
pregunta es cuánto tiempo más estaremos fuera del pueblo antes de ingresar, la respuesta
es una semana, principito.

— Y en el pueblo estaremos rodeados de gente. No podremos estar completamente


solos. — Susurró Jimin. — ¿Cómo vas a camuflarte?

— He guardado un poco de magia para eso. Nos camuflaremos al menos hasta que
lleguemos al castillo. No nos falta mucho. — Yoongi siguió viendo las manos de Jimin que
no dejaban su camisa. — Estás actuando un poco extraño, ¿seguro que todo está bien?

— Me asusta que pienses mal de mí — Jimin pasó saliva y lo soltó. — He ahí el por qué
prefiero ahorrarme mis comentarios respecto a ello. Agradezco la información de todos
modos, ¿quieres seguir?

— ¿Te asusta hablar conmigo? ¿Después de casi un año juntos? — Yoongi rió. — Conozco
casi todo de ti, tus actitudes, quizás hasta cuántos lunares tienes en el cuerpo. Qué te
guste, qué no, qué te asusta, qué te emociona.

— No me asusta hablar contigo. Me asusta qué llegues a pensar y... haya una mala
interpretación de las cosas. — Jimin tomó aire. — Es una tontería de todos modos, déjalo.
No es digno de un príncipe pedir este tipo de cosas.

— Antes que ser príncipe, eres un humano. — Siguió presionando Yoongi avanzando
detrás de él. — Y dudo que haya una mala interpretación ya que sabré preguntarte las
cosas que no entienda, además que tú eres algo... directo.

Jimin suspiró.

— Así que no pierdes mucho. Habla ahora o calla para siempre. — Yoongi se adelantó y se
colocó frente a él. Jimin levantó la mirada y Yoongi se cruzó de brazos. — Lo tienes en la
boca. Escúpelo.

~ 169 ~
— ¿Me deseas?

La pregunta lo tomó por sorpresa. El villano pestañeó y pasó saliva. Soltó una pequeña risa
nerviosa con la esperanza de que Jimin también riera, pero el príncipe lo observaba con labios
mordidos y una extraña preocupación en el rostro.

— ¿A qué viene la pregunta? — Fue lo único que pudo decir el chico con cola. Hablando de
la mencionada, se había levantado sobre su cabeza con mucha energía.

— ¿Me deseas? — Repitió Jimin. — Sientes... uh, no sé cómo decirlo.

— ¿Excitación?

— E-eso. — Jimin enrojeció. — ¿Te excito?

La cola comenzó a moverse de arriba a abajo a lo que Yoongi le dedicó una mirada mordaz. Frotó
su cuello sin saber exactamente qué contestar. Jimin le mantenía duro contacto visual y no parecía
bromear. Era la primera vez que se mostraba tan serio respecto a algo.

— La verdad. — Insistió Jimin. — No me molestaré ni ofenderé sea cual sea tu respuesta,


pero quiero la verdad.

— ¿La verdad? — Yoongi dejó de frotar su cuello. — Sí. Me excitas. Eres caliente, muy
caliente, aunque muy refinado y educado y eso crea una extraña confrontación conmigo
mismo. No estoy acostumbrado a... que me hablen así. No sé si me explico.

— Claramente te explicas, no te preocupes. — Jimin asintió. — Bien.

— ¿Me dirás por qué preguntaste?

Jimin alzó sus hombros y volvió a frotar su brazo: — Es algo extraño. ¿Puedes desear a una
persona aún sin amarla?

— Perfectamente. Es bastante común.

— Oh. — Jimin asintió de nuevo y desvió la mirada. — Me pasa contigo.

— ¿Qué?

— No es el lugar ni el momento pero no creo seguir disimulando por mucho tiempo,


Yoongi. — Jimin dio un par de pasos atrás. — Me atraes como la miel a una abeja.
Probablemente para ti soy uno de tantos pero para mí fuiste el único y... y... esto es tan
vergonzoso. Te deseo.

Yoongi se mantenía plasmado suplicando que, si era un sueño, por el cráneo de val, que no lo
despertaran.

~ 170 ~
— ¿Me... deseas? — Repitió Yoongi sonriendo y la cola también tomó una posición
coqueta / amenazante.

— No soy de engañar, creo que mi parte de naturaleza como príncipe de cuento de hadas
no me permite hacerlo. Me gustó lo que hiciste hace un par de días, me gustó acostarme
contigo y realmente lo disfruté pese a la delicadeza con la que me tomaste. — El rubio
tomó un poco de color y Yoongi se mantuvo cruzado de brazos escuchándolo. — Sin
embargo, me gustaría probar algo nuevo. Y si bien esa vez hicimos el amor, admito que me
da curiosidad también tener sexo contigo. No es querer comparar, solo probar. Siento mi
cuerpo ardiente estando cerca, tus palabras me atormentan la cabeza y solo puedo
imaginarte besando mi cuerpo mientras me tomas. No quiero mentirte más. No quiero
seguir fingiendo más. Me excitas demasiado y quiero acostarme contigo una última vez
antes de que me dejes porque sé que no volverá a suceder. — Tomó aire profundamente
después de no detenerse y tapó su boca. — Oh dios. No puedo creer lo que dije.

Y si bien el príncipe estaba avergonzado y estallando en todos los colores, el villano se encontraba
quizás más asombrado. Observó a su cola quien dio un par de vueltas antes de acariciar su mejilla.
Yoongi esbozó una sonrisa y volteó de nuevo a Jimin quien estaba tapando toda su cara apoyado
en un árbol. Casi quería llorar de vergüenza.

— No debes avergonzarte, princeso. — Rió Yoongi acercándose a él. — El sexo es algo


natural.

— ¡No lo es! ¡Es vergonzoso! ¡Es horrible! — Chilló Jimin. — ¡Está prohibido! ¡Yo debo ser
un príncipe puro y virgen fiel a su pareja! ¡Y acá me ves babeando por otro hombre con el
que ni siquiera voy a casarme pidiéndole que tenga sexo conmigo! ¡Es vergonzoso! ¡Es una
pérdida a mi honor y a mis creencias completamente abismal e imperdonable!

— Bueno, un príncipe que la ha pasado junto el villano quizás no está de más que brinque
de su papel un poco. — Yoongi bajó sus manos. — Y de hecho considero muy valiente que
lo hayas dicho. No pienso mal de ti. Es más: lo encuentro natural. Me preocuparía si no.

— Estoy casado. ¡Estoy casado y no llegaré virgen a mi boda! ¡Oh, santo cielo! ¡Mis hijos
serán tuyos! ¡Seremos padres! ¡Por el cráneo de Val!

— Jimin, no estás embarazado. Se necesita hacer un ritual especial para que eso suceda.

— Oh. — Jimin suspiró aliviado. Acto seguido volvió a poner una cara de horror. — ¡Pero
estoy casado! ¡Y- y tú me ayudaste primero! ¡Pero ahora soy yo el que te está pidiendo por
capricho sexual! ¡Es imperdonable!

— Como si todos fueran todos puritanos. Blanca nieves vivía con siete hombres, la
Cenicienta se escapó y le bailó al príncipe esa misma noche, casi todos se casaron al día

~ 171 ~
siguiente. Mira Jimin, que tú sientas deseo sexual no te hace ni más ni menos. Te hace
humano.

— ¡Soy un príncipe de cuento de hadas!

— Oh y vaya sorpresa. Eres el más humano. Quítate la ropa.

— ¿Q-qué? ¡N-no espera! ¡Así no!

— Jimin, dudo que se pueda hacer con ropa. — Yoongi alzó una ceja.

— Me refiero a que no así. — Susurró Jimin rojo siendo acorralado por el cuerpo del más
malo. — Tómame por sorpresa un día. Si ya está premeditado no es divertido.

— Eres un pilluelo. — Yoongi sonrió.

— ¡Ya! — Jimin le dio un golpe en el pecho. — No me tortures. Promete que lo harás antes
de que lleguemos.

— Créeme que, si me lo pides, te lo haré cada día antes de llegar.

— Bu-bu... e--to...t-tu... y-no...Oh... t-t... — Comenzó a balbucear el otro tomando un color


más potente que las fresas junto a ellos.

— Sí, ya entendí. Te encantaría. — Yoongi sobó su barbilla y se inclinó hacia él. — Deja de
ponerme esa carita de arrepentimiento, me estás dando un regalo más que una
responsabilidad. Te gozaré mejor de lo que pueda hacer tu esposo.

— Eso suena tan mal. — Susurró Jimin agitado cuando Yoongi lo rodeó de la cintura y lo
pegó a él. — Umh...

— Para mí suena bastante bien. Deja de preocuparte y déjate llevar. ¿Puedes hacer eso?
— Yoongi sobó su mejilla con una sonrisa coqueta.

— Puedo intentarlo. — Jimin bajó la vista. — Si me pides intentar algo, lo intentaré.

Yoongi rió un poco

— No estarás intentando el orgasmo. Créeme, te haré llegar.

Y lo besó.

~ 172 ~
Capítulo 30
Nuestros dos queridos protagonistas después de unas horas siguieron encaminándose hasta el
lago de las sirenas, que, como había dicho anteriormente, era su última prueba. El amanecer
acariciaba sus suaves pieles mientras avanzaban rápidamente, sintiendo la brisa cálida sureña y
una sensación bastante confortante de paz.

Yoongi observaba de reojo al príncipe quien iba cantando en voz baja, dando pequeñas vueltas y
despeinando su precioso cabello rubio, ahora un poco más largo, cayéndole en ondas casi hasta
sus labios. Eso hacía que tuviera que peinarlo hacia atrás repetidas veces y riera suavemente. Jimin
era demasiado tierno a veces. Demasiado.

— Yoongi, ¿puedo hacerte una pregunta? — preguntó Jimin viendo de reojo al villano.

— ¿Qué necesitas? — respondió de vuelta Yoongi.

— ¿Si pudieras vivir en un lugar? ¿Dónde sería? — el príncipe volteó a verlo.

— ¿Dónde sería? — Yoongi rió suavemente. — Definitivamente en las cuevas del eco.

— ¿Dónde recolectamos las frutas de colores y me salvaste de mi picadura con el musgo?


— Jimin le sonrió en grande.

— Ese mismo lugar. — Yoongi suspiró. — Es bastante apacible, hermoso y mágico.


Bastante tranquilo también, un verdadero lugar de ensueño para resguardarse. ¿Por qué
preguntas?

— Simple curiosidad. — Jimin observó sus manitas. — Estaba pensando que para mi
cumpleaños de diecinueve años podríamos ir allá.

— ¿Uh? — Yoongi volteó a verlo confundido. — ¿Tu cumpleaños?

— Sí — Jimin sonrió — Es en un par de lunas. — Alzó sus hombros. — En... ocho si no me


equivoco.

— Mierda... — susurró Yoongi tomando de la mano a Jimin y jalándolo con fuerza.

— ¿Qué pasa? — preguntó Jimin preocupado.

— Estamos retrasados, tenemos que apurar el paso. Falta todavía terminar de cruzar el
bosque y el pueblo hasta llegar al castillo.

~ 173 ~
— ¿Por qué es tan necesario que llegue al castillo antes de mi cumpleaños? — gruñó Jimin.
— No es como si fuese a morirme.

Yoongi se detuvo en seco. Jimin también se detuvo y observó a Yoongi quien tenía una expresión
sombría en el rostro y observaba fijamente al frente. Apretó más la mano de Jimin y sin decir ni
una sola palabra, siguió tironeando a su majestad con él.

El silencio se mantuvo, pocas palabras rondaron entre ellos hasta que la noche comenzó a llegar y
un río apareció. Jimin entrecerró sus ojos escuchando un sonido extraño, unos golpes fuertes y
como si una brisa bastante fuerte martilleara sus oídos. Yoongi empujó unas plantas y el menor
expandió sus ojos viendo con la boca abierta una enorme cascada frente a ellos, cayendo en un
estanque que brillaba con la luz de la luna.

— Qué lindo — susurró Jimin viendo el pasto morado brillante debajo de ellos, luciérnagas
revoloteando y un largo puente que cruzaba todo aquel estanque pasando junto a la
cascada. Era realmente precioso.

— No te dejes engañar — Yoongi lo volteó a ver seriamente — bien, necesitamos hablar


antes de cruzar aquel puente, ¿bien?

— Bien. — Jimin asintió y sonrió.

— En ese estanque hay sirenas. — Yoongi señaló el agua. — Sirenas muy peligrosas, Jimin.
Van a querer ahogarnos, sabrán cuando subamos a aquel puente. Harán todo para que no
crucemos, no te dejes engañar por favor.

— ¿Cantarán hermoso y van a besarnos? — preguntó Jimin inocente. — Puedo tapar mis
orejitas.

— Ojalá fuese así de fácil, dulzura — Yoongi rió con cierta sequedad y Jimin volvió a
ruborizarse ante el apodo — No verás a mujeres hermosas, Jimin. Las sirenas son
horribles, seres realmente espantosos pero que con su engaño, se transformarán en la
persona que más desees. Esa es su forma de engañarte.

— ¿La persona que más desee? — Repitió Jimin asustado.

— La que más desees. — Repitió Yoongi severo. — Te hablarán, te comenzarán a acercar


al borde, te besarán, quizás jueguen contigo y cuando estés muy metido en tu letargo... te
jalarán, ahogarán, arrancarán la piel a mordidas y van a devorarte.

Jimin pasó saliva duramente.

— ¿Cómo evitamos eso? — susurró.

~ 174 ~
— Con mucha fuerza de voluntad. Tienes que recordar que no es real, que la persona que
estás viendo no es real, que solo es un engaño. — Yoongi lo tomó de los hombros. — No
importa cuán tentador sea, Jimin. O incluso placentero. No es real. No lo es. Cuando
despiertes verás su verdadera forma y allí deberemos correr como nunca antes.

— ¿Y si uno no logra despertarse? — preguntó el menor asustado. — ¿Cómo lo sacamos?

— Golpeándolo con fuerza, besándolo, qué se yo. Tienes que quitar su atención de la
sirena y hacer que se enfoque en ti. Espero realmente no suceda. — Yoongi suspiró
pesadamente y observó el puente antes de volver la vista a Jimin. — ¿Listo?

— Siempre. — Sonrió el príncipe.

— Andando entonces.

No iban a ocultar sus nervios. Avanzaron tensos hasta el inicio del puente que no tenía bordes y
estaba bastante cerca del agua. Yoongi observó a Jimin una última vez y éste asintió. El villano
colocó un pie sobre la superficie y lentamente comenzó a avanzar, escuchando un fuerte zumbido
y observando una onda crearse en el agua haciendo que éstas se agitaran.

— Rápido. — Ordenó Yoongi comenzando a avanzar más rápido.

Jimin también subió provocando el mismo zumbido y las mismas ondas en el agua. Comenzó a
avanzar rápido detrás de Yoongi observando siluetas en el agua que cruzaban rápidamente debajo
de ellos, escuchando pequeños chapoteos y colas cruzando cerca o sumergiéndose. Su corazón
comenzó a latir más rápido al escuchar que algo salía del agua y en un instante su vista se tornó
borrosa al creer ver los ojos de una criatura en el agua.

Se detuvo y sacudió su cabeza volviendo a recuperar la vista. Yoongi no estaba.

— ¿Yoongi? — Llamó asustado observando frente a él y hacia atrás. — ¿Yoongi? — Llamó


más alto comenzando a sentir miedo.

Se acercó al borde buscando desesperado ondas que le dijeran que había caído pero no había
nada. Sus manos comenzaron a temblar y el terror se apoderó de él. ¿Dónde estaba Yoongi? Sintió
sus ojos casi comenzar a lagrimear mientras gritaba su nombre con fuerza.

— ¡Jimin! — Escuchó finalmente.

El menor dio un respingo un poco al frente a Yoongi saliendo del agua. Soltó un suspiro de alivio
acercándose corriendo a él. Yoongi le sonrió suavemente y se sentó, metiendo sus pies en el agua.

— Está bien, tranquilo. — El villano sobó su brazo suavemente.

— ¿Qué haces en el agua? ¡Sal de ahí! — Regañó Jimin.

~ 175 ~
— Vamos, Jimin. ¿No creerás que las leyendas son ciertas o sí? — Yoongi lo observó
sonriente. — Las sirenas no existen, solo lo dije para asustarte.

— ¿Qué? — El príncipe alzó una ceja.

— ¿No quieres nadar un rato? — Yoongi sobó suavemente su muslo esbozando una
sonrisa. — ¿O prefieres que nos revolquemos un poco antes?

Jimin soltó un pequeño grito cuando fue tumbado y Yoongi se colocó sobre él con una sonrisa.
Jimin comenzó a sentir que perdía la noción del entorno y únicamente se enfocaba en los ojos
verde esmeralda de Yoongi y sus suaves labios abriéndose frente a él.

— ¿Quieres besarme? — preguntó el villano sobando su mejilla y rozando sus labios que
estaban helados. — ¿Quieres que pasee mi lengua por tu cuerpo?

— N-no digas esas cosas — Jimin enrojeció sintiendo las manos del mayor deslizarse
dentro de su blanca camisa.

— Pero es lo que deseas, Jimin. — Susurró Yoongi sobre su oreja coquetamente. — ¿No es
lo que quieres? ¿Que mi cola juegue con tu cuerpo y te estimule mientras devoro tus
lindos labios y te hago mío salvajemente?

Jimin emitió un pequeño gemido al sentir el cuerpo de Yoongi pegarse a él y comenzar a depositar
besos en sus clavículas, arrastrándolo suavemente al borde poco a poco, manteniéndolo ocupado
con sus besos y jadeos roncos que expulsaba en la barbilla blanca del príncipe.

— ¡JIMIN! ¡JIMIN! — Gritaba un Yoongi sacudiéndolo con fuerza. — ¡JIMIN, DESPIERTA!


¡JIMIN!

El villano sacudía con fuerza al príncipe que estaba acorralado debajo de una criatura repugnante,
siendo jalado hacia el agua, quien emitió un grito escalofriante hacia Yoongi. El villano trató de
empujar a la criatura que apenas se movió mientras los ojos de Jimin se mantenían totalmente
blancos, metido en el letargo.

Yoongi observó a los ojos de la criatura sufriendo un destello y viendo borroso. Se tambaleó hacia
atrás frotando sus ojos, poco a poco retomando la vista y encontrándose completamente solo en
el puente. Jimin ya no estaba.

— ¿Jimin? — Llamó asustado. — ¡JIMIN! — se abalanzó a la orilla pero no vio ningún


chapoteo u ondas en el agua. Sintió su corazón detenerse.

— Hey, tranquilo. Acá estoy. — Susurraron a sus espaldas.

~ 176 ~
Yoongi volteó rápidamente viendo a Jimin desnudo detrás de él con una sonrisa. Abrió su boca y
sintió su aire atorarse, perdido en aquella blanca piel que mostraba sin temor alguno.

— ¿Q-qué? — Yoongi trató de encontrar las palabras correctas. — ¿Qué haces desnudo?

— ¿No me querías así? — el príncipe puchereó un poco acercándose a él para rodearlo


con sus brazos. — ¿A tu merced?

— Jimin... — llamó agitado.

— Shhh — calló el príncipe — nadie tiene por qué saberlo. Hazme tuyo aquí. — susurró
besando su barbilla. — Yoongi... bésame.

El villano observó los ojos turquesa del príncipe y sus rosados labios. Sintió su piel desnuda
rozando contra sus manos y antes de decir algo, los labios de Jimin se estamparon contra los
suyos, jalándolo fuertemente de la nuca hasta tumbarlo al suelo. Yoongi rozó su espalda desnuda,
sintiendo a Jimin deslizarse suavemente hacia abajo, metiendo la mitad de su cuerpo al agua
helada.

— ¿Te gusta esta posición? — Preguntó el príncipe batiendo sus pestañas y tirando un
poco de las piernas de Yoongi para reposar su barbilla en su entrepierna. — ¿Sabes qué
puedo hacer estando así?

— J-Jimin... — Habló entrecortado. — No entres al agua...

— No importa eso ahora. — Jimin le sonrió de nuevo ladeando su cabeza. — Bésame... sé


que quieres besarme, Yoongi. Soy tuyo en estos momentos.

Sus labios volvieron a ser atacados. Jimin lo tomó de los hombros, comenzando a tirar de él hacia
el agua con lentitud, besándolo con hambre para mantenerlo absolutamente distraído, sobando
su entrepierna al mismo tiempo haciéndolo gruñir ronco.

Y así se encontraban ambos protagonistas. Uno tirado en el puente con una criatura desnudándolo
mientras besaba su cuerpo, haciéndolo gemir bajo. Otro sentado, con otra criatura de cola de pez
tirando de sus hombros para sumergirlo. Ambos mantenían sus ojos abiertos, completamente
blancos, llevando más de la mitad de sus cuerpos hacia el agua.

El verdadero príncipe se estiró un poco al mismo tiempo que el verdadero villano se dejaba
acostar en el puente, rozando un poco sus hombros. Jimin sintió aquel roce y parpadeó, viendo
todavía a Yoongi sin camisa frente a él con una sonrisa.

— ¿Te hago mío ya? — Preguntó Yoongi coquetamente sobando delicadamente sus
pezones.

— ¿Dónde fue la primera vez que lo hicimos? — preguntó el príncipe.

~ 177 ~
— Dioses, ¿por qué quieres saber eso, Jimin? — preguntó Yoongi riendo.

— Dime — exigió el príncipe.

— Déjame hacerte mío, luego te preocupas eso — Yoongi trató de inclinarse de nuevo
pero Jimin lo detuvo.

Observó fijo a sus ojos, notando el iris rojizo. Unió sus cejas un poco y dirigió la vista al agua,
viendo una cola sobresaliendo de ella. Sintió su vista esfumarse unos breves segundos y cuando la
recuperó, observó una criatura gris y calva, de enormes colmillos y piel babosa sobre él emitiendo
gritos infernales.

Jimin gritó y al instante le dio una patada levantándose de golpe con la respiración agitada.
Observó detrás de él a Yoongi casi sumergido, besando con fervor a la misma asquerosa criatura y
gruñendo.

— ¡YOONGI! — Le gritó tirando de sus brazos con fuerza. — ¡YOONGI, DESPIERTA!

Sintió que tomaron su tobillo y al instante fue al suelo en un grito. Vio a la criatura emitiendo más
gritos y expulsando sus colmillos ensangrentados y sacando su cola llena de púas. Jimin gritó de
nuevo y comenzó a revolcarse, tirando con fuerza de Yoongi mientras la otra criatura lo jalaba
hacia el otro lado, sacando por inercia a Yoongi también del agua.

— ¡DESPIERTA, GRAN TONTO! — Gritó Jimin sacudiéndolo y pateando a la criatura con


fuerza haciéndola gritar y sumergirse de nuevo enfurecida. — ¡YOONGI!

Se levantó rápidamente y se abalanzó sobre la criatura en un grito haciendo a esta chillar y


revolcarse. Jimin trató de mantener equilibrio sobre ella, dándole fuertes golpes mientras la
criatura se sacudía debajo de él. Se aferró al puente dando una última patada e impulsándose
arriba del puente con el corazón latiendo con fuerza. De su cintura hacia abajo seguía en el agua
mientras que más hacia arriba, se encontraba desesperado tratando de aferrarse a algo.

Tiró del brazo a Yoongi para acercarlo a él. Lo sacudió de sus hombros viendo sus ojos todavía
blanquecinos.

— ¡YOONGI! — Llamó en histeria, sintiendo algo baboso rozar sus pies desnudos y viendo
varias figuras comenzar a rodearlo. — ¡YOONGI, POR FAVOR DESPIERTA!

Sintió otro roce y aquello le hizo gritar. Empujó sus labios contra los del villano con fuerza
cerrando sus ojos. Introdujo su lengua y apretó los brazos de Yoongi sintiendo como suavemente
el contrario le correspondía y lo tomaba con fuerza.

~ 178 ~
Sintió unas manos en sus piernas justo cuando los ojos de Yoongi volvían a la normalidad y lo
observaban con total sorpresa. Jimin abrió la boca justo al sentir que fue jalado con fuerza justo
cuando Yoongi se abalanzó sobre él tomando su brazo.

— ¡NO VAYAS A SOLTARME! — Gritó Jimin sintiendo múltiples manos en sus piernas
tirando hacia abajo.

— ¡¿ME CREES IDIOTA?! — Espetó el villano tirando a su lado con fuerza.

El menor sintió una mordida en su pierna que le hizo aullar de dolor y el agua cerca de él no tardó
en volver rojiza por la sangre que brotó. Las sirenas comenzaron a emitir gritos y a brincar sobre el
puente, rasguñando a Yoongi y tirándolo al suelo para que soltara a Jimin. El príncipe emitió otro
grito cuando el agarre se aflojó y repentinamente fue hundido por completo en el agua helada.

— ¡JIMIN! — gritó Yoongi levantándose de golpe. — ¡Maldita sea!

Se lanzó al agua sin pensarlo sintiendo más manos tomarlo. Soltó burbujas viendo el cuerpo de
Jimin debajo de él y las sirenas mordiéndolo, envolviéndolo en una marea sangrienta y haciéndolo
perder el conocimiento, hundiendo más rápido su pobre cuerpo. Yoongi usó su fuerza abismal
para empujar a las sirenas e hizo brillar sus ojos con furia mientras nadaba rápido hacia Jimin.

Lo tomó del brazo y tiró de él, sacando sus colmillos y rugiendo debajo del agua, encendiendo sus
ojos en un naranja violento y su cola erizándose comenzando a golpear a las sirenas, mordiéndolas
en rabia y matándolas casi al instante arrancándoles parte de la garganta o enterrando su cola en
sus estómagos convirtiendo todo en una marea de sangre.

Las sirenas gritaron y se dispersaron. Yoongi tomó a Jimin en brazos y con total fuerza, sacó sus
alas para impulsarse hacia la superficie con fuerza hasta salir y volar rápidamente sintiendo todo el
peso de sus alas quemarle la espalda. Soltó un grito guardando sus colmillos y cayeron en picada
rodando por la tierra firme y sintiendo su pecho arder. Aguantó las lágrimas y se arrastró como
pudo a Jimin quien estaba empapado de sangre, lleno de mordidas por todo el cuerpo y piel
colgante.

— ¡Jimin! — gritó con lágrimas en sus ojos. — ¡Jimin! — lo sacudió con más fuerza
sintiendo su pulso débil. — ¡Jimin por favor quédate conmigo!

Las lágrimas se deslizaron por sus ojos, tapando su boca al ver las severas mordidas cerca de su
pecho y cuello. El menor no contestaba y más sangre brotaba de sus heridas. Yoongi negó con la
cabeza con lágrimas y observó a su cola que alzó en alto.

— Maldita sea... perdóname. — susurró antes de darle un fuerte pinchazo en el corazón


al príncipe moribundo en sus brazos.

~ 179 ~
La cola se enterró con fuerza haciendo a Jimin gritar de dolor y despertarse con una fuerte
descarga de veneno que se instaló en su cuerpo. Yoongi lo apretó contra sí sintiendo a Jimin
revolcarse, sintiendo el veneno en su cuerpo como fuego ardiente quemándole la piel por dentro.
Comenzó a llorar pero sus heridas comenzaron a cerrarse al instante mientras que su sangre se
volvía negra y comenzaba a expulsarla por la boca.

— Resiste... resiste... — suplicó Yoongi abrazándolo con más fuerza — resiste, Jimin.
Resiste un poco más, por favor.

El príncipe dejó de expulsar sangre negra por la boca y se deshizo en sus brazos, sudando chorros y
palideciendo por completo, sus labios partiéndose y secándose mientras su cabello también se
volvía opaco y blanquecino.

— Ya estás acabando — susurró de nuevo Yoongi — sé fuerte, sé fuerte, amor.

Jimin cerró sus ojos que estaban bañados en sangre igualmente y su respiración comenzó a
calmarse. Pasaron largos segundos donde finalmente su cuerpo se calmó y el color subió a su
rostro y su cabello nuevamente. Las heridas cerraron por completo y el veneno inyectado
comenzó a reducirse hasta solo únicamente hacerlo vomitar mientras Yoongi frotaba su espalda
suavemente.

Jimin cayó al suelo llorando con fuerza mientras Yoongi lo mantenía abrazado con fuerza.

Los sollozos del príncipe siguieron durante otras horas pero el villano en ningún
momento lo soltó, cayendo dormidos poco antes del amanecer.

~ 180 ~
Capítulo 31

Sleeping Beauty iba a tener un final feliz. Yoongi y Jimin iban a regresar al palacio donde Yoongi lo
dejaba y se iba, ya que ya había cumplido con su labor. Los padres de Jimin planean la boda con
Jungkook pero un día antes de la boda, que es cuando Jimin cumple sus diecinueve años, se pincha
el dedo con la rueca y muere. Todo el pueblo se escandaliza porque la fauna muere al igual que la
flora y el mundo se vuelve gris. Jungkook trata de despertar a Jimin pero obviamente no puede así
que le pide ayuda a los brujos, quienes piensan en Yoongi. Van por él y si bien al principio el villano
se niega, termina aceptando y se enfrenta a su madre para llegar a Jimin, así, trayéndolo de nuevo
a la vida con el beso de amor verdadero. Yoongi huye después y Jimin se queda en su castillo. Ya
en el epílogo, Jimin huye al bosque oscuro, a las cuevas del eco, donde Yoongi lo espera y huyen
felices, ya que siempre han deseado la libertad estando juntos. Jungkook no se molesta y ayuda a
Jimin a escapar, se convierte en el rey y Taehyung se vuelve su pareja, dando así el cierre que el
amor viene de formas inesperadas y que hay que luchar por nuestros sueños y siempre, siempre,
escuchar a nuestro corazón.

~ 181 ~

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