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“La naranja mecánica” (A Clockwork Orange, 1971) con guión de Stanley Kubrick basado en la
novela de Anthony Burgess, dirección de Stanley Kubrick y montaje de Bill Butler. Música de Walter
Carlos, Gioachino Rossini y Ludwig Van Beethoven.
PARTE I (en la ciudad): ULTRAVIOLENCIA DE ALEX Y SU BANDA (41.52 minutos). Las fechorías de la
banda de Álex (paliza, pelea, accidentes, violación), la admiración de Álex por Beethoven, el sexo
con las dos chicas, el asesinato de la mujer de los gatos y la traición de los miembros de la banda.
PARTE II (en la prisión): PRISIÓN DE ÁLEX QUE CULMINA EN LA TORTURA DEL TRATAMIENTO
LUDOVICO (de 41.52 a 1.24.40: 43 minutos). Álex, encarcelado, es escogido para ser reformado a
través del tratamiento Ludovico, que le convierte en un ser sumiso.
PART III (en la ciudad): ÁLEX ES CASTIGADO COMO HOMBRE LIBRE-SUMISO HASTA SU SUICIDIO (de
1.24.40 a 116.20: 36 minutos). Álex es castigado y torturado por aquellos a quienes hizo daño,
hasta que intenta matarse.
Cada una de estas partes o actos culmina en un pico climático: el asesinato de la mujer de los
gatos (I), el tratamiento Ludovico (II), el suicidio (III), la fantasía final (IV). La estructura es parecida
a la clásica pero lo que podría ser un epílogo (la parte IV) tiene duración e información suficientes
como para que sea considerada una parte o acto más. La parte III (el castigo de Álex) es
consecuencia de los antecedentes de la parte I (la paliza al mendigo, la humillación de su banda, la
violación a la mujer del escritor) desafiando las normas del azar y convirtiendo el relato en un
cuento moral. La parte II (el penal y el tratamiento Ludovico) es un “punto medio” que divide el
relato y se constituye en cierto modo en el bloque más relevante por extensión y por significado.
Una de las bases morales del relato es la libertad de elección. Parece que el autor se posicione al
lado de uno de los personajes, el sacerdote de la prisión. Aunque este personaje esté
desacreditado desde su aparición en el penal con un sermón rutinario, ridículo y objeto de burla
por los mismos internos, más tarde realiza afirmaciones como “Si el hombre no escoge deja de ser
un hombre” y ante Álex sumiso exclama “Deja de ser un criminal pero también un ser con elección
moral”. El tratamiento Ludovico es castrante y por tanto contrario a la libertad de elección, es
preferible el ser humano criminal que el ser humano castrado, parece decir el film. La crítica de
Kubrick se dirige a la ambición política, que no tiene en cuenta al ser humano sino sólo el propio
beneficio, la consecución de poder. El ministro se humilla al final ante un Álex más y más cínico y
agresivo al que da de comer, obedeciéndole. La frase final de Álex, “Ya estoy curado” se presta a
todo tipo de interpretaciones, aunque una de las más probables es que él mismo considera que
por fin vuelve a ser el de antes, habiendo superado su fase de castración. No es que esté curado
por haber perdido su “ultraviolencia” e integrarse así a la sociedad sino todo lo contrario. Con la
impunidad, además, que le dará la protección política del ministro. Tirando del hilo es plausible
que Kubrick esté considerando la dificultad o imposibilidad de transformación a mejor del ser
humano, o simplemente reforzando la tesis del ser humano como asesino al seguir la teorías del
antropólogo Robert Ardrey que ya había apuntado en “2001. Una odisea del espacio”, con el
Australopitecus Africanus como superviviente-asesino, y precedente del homo-sapiens, al saber
cómo eliminar a un rival con un arma.
El ritmo de montaje es preferentemente lento, con planos largos, evitando en lo posible el plano-
contraplano en los diálogos, sin renunciar a él. Las peleas están montadas sobre la música y
buscan el efecto estetizante desde la cámara lenta, como el castigo de Álex a sus drugos. El ritmo
lento predominante contrasta con diversas secuencias rápidas o ultrarrápidas. Abundan las
secuencias de montaje musical –de ritmo acelerado-, tal vez las dos más conocidas sean la de los
“jesucristos rockeros” con música de Beethoven en la habitación de Álex en la Parte I (18.48 a
19.24) con alucinaciones violentas de Álex, y sobre todo la secuencia de sexo con las dos chicas
(27.04 a 28.04) con imagen hiperacelerada y el fondo musical de la Obertura de Guillermo Tell de
Rossini. A pesar del citado ritmo lento predominante el arranque del film es vertiginoso en cuanto
a densidad de violencia ya que en menos de 15 minutos se suceden las secuencias de la paliza al
mendigo, la pelea con la banda rival que se disponía a violar a una chica, los accidentes de coche,
la paliza al escritor y la violación de su esposa. Poco después, el montaje musical homenaje a
Beethoven, la secuencia de sexo y el asesinato de la mujer de los gatos. La parte I tiene en este
sentido una densidad muy alta, que contrasta con la más lenta del resto del largometraje.
El montaje cinematográfico. Del guión a la pantalla. (2019). In Facebook. Retrieved April 23, 2019,
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