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La filmoteca maldita

ELCULTURAL.es
15 noviembre, 2011

El narrador y poeta Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966) es un amante de lo maldito,


como demuestra su bibliografía. En 2008 rindió homenaje a su admirado Bukowski con
la antología Resaca/Hankover y en el blog promocional del libro añadió una sección
donde trasladaba al cine esa fascinación por «lo epatante, lo crítico, lo atípico, lo raro,
lo provocador, lo grotesco, lo perverso, lo magnético, lo desinhibido, lo incómodo,
lo hiriente, lo hipnótico, lo fascinante, lo
arrebatador». Así, publicó reseñas «apasionadas» de más de 150 películas, de las que
ha revisado y recopilado 100 en Cult Movies: Películas para llevarse al Infierno. Un
homenaje a esos filmes que desde la invención del cine ha reflejado sin tapujos el
lado más salvaje, oscuro e inquietante de la realidad humana. A continuación
reproducimos varias reseñas del libro, ilustradas con sus correspondientes pictogramas
creados por Julia D. Velázquez.

DÍAS SIN HUELLA


Billy Wilder (1945)
Adaptación de la turbadora novela de Charles R. Jackson
a la pantalla grande, Días sin huella (The lost weekend),
del polifacético Billy Wilder, es uno de los mejores (si no el
mejor) y más despiadados retratos del alcoholismo de la historia
del cine.

Un magnífico Ray Milland (actor fetiche del maestro Roger


Corman) dando vida a un escritor dipsómano e inadaptado,
una ciudad de pesadilla (etílica), una fotografía magistral
y un guion milimetrado y redondo, hacen de esta
oscarizada película una pieza de coleccionista que, por su vigencia,
apenas se ha visto afectada por el paso del tiempo.

Las escenas del delirium trémens de Milland en el hospital


siguen impactando y descolocando las vísceras, y el retrato
psicológico y emotivo de la vida del alcohólico que Wilder
esboza en el film no puede ser más ominoso y aterrador.
Aunque quizás, de cara a cualquier creador, lo más desa –
sosegante que Días sin huella plantea es el bloqueo intelectual
que debido al alcoholismo sufre el protagonista, la incapacidad
de continuar su obra y la imposibilidad de integrarse
en el mundo que le rodea.

Una obra maestra del cine negro de los cuarenta, imprescindible


en este «top 100» de pelis bizarras.
THE TRIP
Roger Corman (1967)
Bienvenidos al psicotrónico universo del LSD: amor libre,
campos de fresas, caleidoscopios, expansión sensorial,
ojos de pez, luces estroboscópicas, cuerpos pintados, música
psycho, distorsión de la realidad… Y también, cómo no, paranoias,
malos viajes, persecuciones, delirio, pequeñas muertes,
enanos siniestros, claustrofobia y terror…

En 1967 Roger Corman, rey Midas del cine de serie B,


rodó The Trip (El viaje) inspirándose en los efectos del LSD,
reflejando el mundo delirante de los Acid Tests y la cultura
psicodélica de su tiempo (tan bien retratada en la novela
Ponche de ácido lisérgico, de Tom Wolfe).

Cualquiera que haya viajado con Lucy in the Sky se identificará


con casi todas las secuencias del film, con la impresionante
banda sonora de los Electric Flag y con las docenas de
guiños que Jack Nicholson, el guionista, lanza a los iniciados.

Peter Fonda y Dennis Hopper (sin olvidar al inquietante


Bruce Dern) anticipan en esta personalísima cult movie el
éxito que supuso dos años después Easy Rider, hito histórico
de la contracultura, y recrean con convicción y ojos vidriosos
el alucinante e imprevisible mundo del LSD. Bon voyage, hermanitos

.
ANGUSTIA
Bigas Luna (1987)
Aún recuerdo el subidón que me produjo hace años videar
por vez primera Angustia, de Bigas Luna, una de las mejores
películas del cine de terror español, laberíntica y especular
y, por supuesto, tremendamente angustiosa.

Junto a las míticas Caniche y Bilbao (fetiches del underground


hispano), Angustia completa la trilogía negra de Bigas
Luna antes de que su cine se hiciera definitivamente comercial
y se decantara por opciones más previsibles.

Una escalofriante Zelda Rubinstein (que recordaréis por


su aparición en Poltergeist, de Tobe Hooper), un desquiciado
Ángel Jové (el sombrío protagonista de Caniche y Bilbao) y
un grimoso Michael Lermer protagonizan este personalísimo
film de cine sobre cine y dentro del cine que desubica al espectador
hasta el minuto final del metraje.

Espejos refractantes, espirales hipnóticas, caracoles siniestros,


oculistas psicópatas y truculentos asesinatos en serie,
entre otras tremebundas sorpresas, añaden la guinda necesaria
al pastel, potenciando la tensión y el clímax hasta límites
insospechados.
ANTICRISTO
Lars von Trier (2009)
Densa, claustrofóbica e inquietante, Anticristo, la penúltima
(hasta el momento) película del maestro Lars von Trier
(para algunos su testamento cinematográfico), es un ejercicio
impecable de oficio y estilo, impresionante desde el punto
de vista estético, brutal y tremendamente impactante.

Denostada no obstante por muchos, Anticristo se aleja de


la imaginería habitual de su director y de varios de los postulados
de Dogma, desarrollando una historia de terror psicológico
que eriza la piel y adentrándose con una elegancia
nunca vista en el terreno del horror y el gore.

Todo en la película, de principio a fin, es puro desasosiego:


la naturaleza amenazadora y hostil, los animales del
bosque (un zorro arrancándose a dentelladas las vísceras,
una cierva arrastrando la placenta por la vegetación, un
águila devorando a su cría), la asfixiante atmósfera, la sensación
de tragedia inminente, la fotografía brumosa y onírica,
los planos distorsionados…

Quizás, como algunos han dicho, Anticristo sea un film


pretencioso, un paso atrás en la carrera de Von Trier, un catálogo
gratuito de atrocidades y fobias, etcétera, pero no
cabe duda de que estamos ante una película magistral y el
legado de un genio. Para videar una y otra vez y descender sin paracaídas a los abismos
más abominables del cerebro humano.

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