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REPÚBLICA DOMINICANA
Por:
Yunior Andrés Castillo Silverio, MDI, DER, IID.
Correo: yuniorandrescastillo@gmail.com
Celular: 1-829-725-8571
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INTRODUCCIÓN
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posibilidad de convivir y de interactuar en una sociedad capaz de alcanzar la categoría
de Estado.
MARCO TEÓRICO: ANÁLISIS COMPARATIVO DE LAS CONSTITUCIONES:
ITALIANA Y DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
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estatuto recupera su vigencia. Sin embargo, la impopularidad de Víctor Manuel III,
pues no en vano fue él quien entregó el poder a Mussolini, le obliga a abdicar en 1946.
El 9 de mayo toma el trono su hijo Humberto II.
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protección del patrimonio natural y cultural, promoción del desarrollo cultural y
científico.
Parte I: Los 42 siguientes artículos (13-54) tratan sobre los derechos y deberes de los
ciudadanos (en Italiano, Parte prima: diritti e doveri dei cittadini) separados en cuatro
grandes temas:
Relaciones civiles (Artículos 13-28)
Relaciones ético-sociales (Artículos 29-34)
Relaciones económicas (Artículos 35-47)
Relaciones Políticas (Artículos 48-54)
Parte II: Los 84 artículos restantes (55-139) tratan sobre la organización de la
república (en Italiano, Parte seconda: ordinamento della repubblica) separados en seis
temas:
Parlamento (Artículos 55-82), definiendo las cámaras que lo componen
(Senado y Cámara de Diputados) y la elaboración de leyes.
Presidente de la república (Artículos 83-91)
Gobierno (Artículos 92-100), definiendo el consejo de ministros, la administración
pública y los órganos auxiliares.
Magistratura (Artículos 101-113), definiendo el régimen jurisdiccional y
tres disposiciones sobre la jurisdicción.
Regiones, provincias y municipios (Artículos 114-133)
Garantías constitucionales (Artículos 134-139), definiendo el tribunal constitucional y
las leyes constitucionales.
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partido fascista y el exilio de la familia real y de cualquier descendiente que pudiese
reclamar el derecho a suceder a Humberto II.
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Movimiento cinco estrellas (desde ahora M5S), alteró el diseño del orden político: la
configuración bipolar (centro-derecha contra centro-izquierda) fue sustituida por una
tripolar, en la que el M5S negaba su disponibilidad a formar gobierno de coalición con
las otras fuerzas políticas, en virtud de su supuesta naturaleza anti-sistema y anti-
partido. A la dificultad de formar un nuevo gobierno se añadía la circunstancia
concomitante de tener que elegir al Jefe del Estado.
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ley electoral en vigor y declarando su parcial inconstitucionalidad. Con un movimiento
histórico, destinado a culminar en el power grab de 2017, del que más adelante se
hablará, la Corte intervino en la más política de las leyes y articuló su visión
proporcionalista de la Constitución. Conforme a la cultura generacional de los padres
constituyentes, la Corte dejaba en vigor una normativa claramente proporcional, que
difícilmente produciría una mayoría parlamentaria capaz de dar la confianza al
Gobierno en las dos Cámaras, a la luz del nuevo contesto tripolar.
El segundo reproche tenía que ver con la larga lista de candidatos bloqueados, que
impedían a los electores, privándolos del voto de preferencia, la elección de sus
representantes. El sistema electoral que resultaba de la sentencia era de tipo
proporcional con umbral de bloqueo, mientras que la orientación en los partidos
políticos era la de mantener y reforzar un sistema mayoritario. Por eso se procedió a la
adopción de una nueva ley electoral, llamada Italicum, con la intención de subrayar la
continuidad con la tradición nacional de legislaciones proporcionales con premio a la
mayoría, como era típico en las leyes de 1953, y de 1993 para los Ayuntamientos,
Provincias, Regiones, o la del 2005.
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Declarada inconstitucional la ley electoral del 2005, con la que se habían celebrado las
elecciones de 2006, 2008 y 2013, la Corte producía un efecto perturbador:
deslegitimaba políticamente al Parlamento, preparando el terreno para uno de los
argumentos que más habían calado en la opinión pública durante la campaña del
referéndum: ¿con qué título un Parlamento electo en virtud de una ley inconstitucional
se arrogaba el derecho a adoptar un acto como la reforma de la Constitución? Es
verdad que en la parte final de la sentencia, la Corte recordaba que “esta decisión no
tiene ninguna incidencia en relación a los actos que las Cámaras adoptarán antes de
las nuevas elecciones: las Cámaras son órganos necesarios e indefectibles y en
ningún momento pueden dejar de existir o perder la capacidad de deliberar” (Sentencia
de la Corte Constitucional 1/2014). Al reiterar el principio de la plena legitimidad
jurídica de las Cámaras electas con leyes contrarias a la Constitución, la Corte, sin
embargo, contribuía al clima de deslegitimación política de las instituciones
representativas, las cuales, como el Barón Münchhausen, estaban intentando salvar el
funcionamiento de la forma de gobierno parlamentario tirándose de sus propios pelos
para salir del pozo.
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del 2014, recibiendo modificaciones sustanciales en su trámite parlamentario y
aprobándose de manera definitiva por la Cámara el 12 de abril de 2016. Un
procedimiento legislativo que duró algo más de dos años, sostenido inicialmente por
una pluralidad de sujetos políticos (el Partito Democratico, Nuovo Centro Destra,
Scelta civica per l’Italia y Forza Italia), pero con la cercanía del referéndum fue
perdiendo muchas piezas, con parlamentarios, algunos muy notables, que
desarrollaron una aguerrida campaña electoral en la que animaban a rechazar en
referéndum la ley que ellos mismos habían votado varias veces en el Parlamento.
Obviamente, el eterno transfuguismo italiano debilitaba la razón sustancial de la
reforma y contribuía al efecto plebiscitario de personalización del referéndum, de modo
que parecía que el elector ya no votaba sobre la reforma constitucional, sino sobre la
destitución del Presidente del Consejo. A ojo de buen cubero, en sede parlamentaria,
el proyecto había sido votado favorablemente con un porcentaje entre el 56% y el
58%.
-El medio plazo: Desde el punto de vista formal, el medio plazo de la reforma
comienza con la creación de la comisión parlamentaria bicameral presidida por Aldo
Bozzi (1983-85), seguida de la dirigida por De Mita y Jotti (1992-94) y de la de D’Alema
(1997-98). Ninguna de estas comisiones, después de trabajos extenuantes, logró
presentar al Parlamento una proposición de ley constitucional. A partir de la mitad de
los años 80 del siglo pasado, el sistema político italiano comenzó a emitir mensajes
cada vez más insistentes sobre la necesidad de una reforma de los elementos
institucionales. Se ha de hacer notar que desde el año 87 hasta hoy, de veinte
Gobiernos, quince han tenido un ministro sin cartera responsable de las reformas
institucionales. A comienzo de los años 90 se produce la primera transformación
radical del sistema político sin que se modifique el texto constitucional: en virtud de la
nueva configuración del orden internacional y de la ofensiva interna de la judicatura
frente a la corrupción política, quedaba pulverizado el sistema de partidos que había
generado y sostenido la vida de la República constitucional. El referéndum abrogativo
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de 1991 (sobre la preferencia única) y el de 1993 (sobre el colegio uninominal)
marcaron un giro decisivo hacia la instauración de una democracia mayoritaria. Y, en
efecto, siempre sin modificar la Constitución, el sistema político italiano experimentaba
por primera vez la alternancia en la dirección de gobierno. Pero el paréntesis
mayoritario duró poco menos de un decenio, porque la aprobación por parte del
Parlamento de la ley electoral 270/2005 llevaba otra vez el sistema político a la lógica
de la inestabilidad: reivindicada explícitamente como un artefacto para impedir la
victoria probable de la coalición de centro-izquierda, la mayoría del centro-derecha
adoptó al final de la legislatura una ley que lograba tanto en el 2006 como en el 2013
impedir la formación de una mayoría de gobierno estable.
La ley 270/2005 adoptaba una fórmula electoral de tipo proporcional con premio a la
mayoría para la lista o la coalación más votada en una sola votación. A esto se
añadían listas bloqueadas, que se votaban sin la posibilidad de expresar preferencias,
y se impedía la pluricandidatura, esto es, la posibilidad de que un candidato se
presentase en varios colegios. En el lenguaje periodístico se consolidó la expresión de
“Primera República” para describir el sistema político del 48 al 89, “Segunda
República” para el paréntesis mayoritario del 91 al 2005; y “Tercera República” para el
retorno a la proporcionalidad del 2005 a hoy.
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alcanzar un acuerdo sobre las reglas de la vida en común. Protegidos (o cegados) por
el velo de la ignorancia política, las primeras elecciones se desarrollaron en 1948, y
tras ellas la Democracia Cristiana, el PSI y el PCI fundaron un orden constitucional
basado en la desconfianza recíproca, duplicando el órgano legislativo bajo la idea de
que independientemente de quien ganara las elecciones políticas, tendría dificultades
para la realización de su programa. La insistencia en las garantías y la sospecha ante
toda decisión política son testigos de una visión constitucional basada en la
desconfianza.
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componente filo monárquico en el sur del país- y de privar al pueblo de una arriesgada
deliberación sobre la misma Constitución.
De este modo, una vez excluidos los fascistas, que durante mucho tiempo
prevalecieron en la opinión pública, y luego los monárquicos, derrotados en el
referéndum institucional del 2 de junio de 1946, los sujetos principales de la dinámica
constituyente fueron los partidos políticos, los únicos organizados de tal modo que
pudiesen ser correa de transmisión entre una sociedad civil lacerada y un aparato
estatal suspendido entre la continuidad monárquico-fascista y el deseo frustrado de un
nuevo inicio. Bajo esta luz se ve claramente cómo ha sido posible edificar el mito de la
Constitución de todos, compartida, frente a una realidad política de congelamiento
constitucional, en el que las propias fuerzas políticas generadas en el milagro
constituyente pasaron inmediatamente al prosaico obstruccionismo que difería la
entrada en vigor de las instituciones constitucionales (el Consejo Superior de la
Magistratura y la Corte Constitucional en 1958, las Regiones y el referéndum
abrogativo en 1970). En definitiva, la República constitucional era una República de
partidos, construida por los partidos políticos bajo el presupuesto del arquitrabe de la
proporcionalidad, de manera que en el sistema político caben todos, a condición de
que ninguno pueda gobernar de verdad.
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deliberar sobre la Constitución, pero no sobre la forma de estado, se diseñó como un
gran parlamento, compuesto de 556 miembros, esto es, destinado a convertirse “en un
inútil órgano pletórico para la redacción de la Constitución (de hecho reservada a unos
ochenta especialistas) y un parlamento frustrado que amplificaba la tensión política”.
De este modo, dentro de la constituyente se formaron tres subcomisiones, la segunda
de las cuales recibió el encargo de elaborar las normas relativas a la forma de
gobierno.
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gobierno parlamentario que evitase el regreso a las derivas asamblearias de la tercera
república francesa. Pero el orden del día de Perassi acabó siendo una promesa
incumplida en el proceso constituyente y el compromiso político se alcanzó a la baja,
redactando unas pocas y vagas normas sobre el poder ejecutivo, evitando introducir
instrumentos de estabilización del gobierno parlamentario y dejando la configuración
concreta de la forma de gobierno a la dinámica de la política y de sus sujetos
centrales, los partidos. De la racionalización ausente se pasó bien pronto a la
construcción de la partitocracia, que ha estructurado el sistema político italiano desde
1948 hasta 1992.
Sin embargo, es oportuno recordar que los padres tenían una noble concepción de su
labor y eran conscientes de las limitaciones de los resultados a conseguir; el mismo
Presidente de la Asamblea constituyente, Meuccio Ruini, a la hora de presentar al
pleno el proyecto de Constitución, antes de la votación, se expresó en los siguientes
términos: "al darnos una Constitución de carácter rígido, como exige la tutela de la
libertad democrática, hemos establecido un proceso de revisión de la misma, que
exige una reflexión meditada, pero que no cristaliza en una inmovilidad estática.
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ejemplo, para la composición de las dos Cámaras y de su sistema electoral, que se ha
remitido a la ley ordinaria”.
Así las cosas, solo dos meses después de la entrada en vigor de la Constitución, la
propia Asamblea constituyente adoptó una ley electoral proporcional también para el
Senado, comenzando el proceso de igualación de la segunda cámara respecto a la
primera. Ya en el año 1948, el presidente del Senado De Nicola, había establecido un
Comité de estudio de modificación de la composición del Senado y en 1953 se inició la
costumbre constitucional de disolver anticipadamente el Senado para equiparar la
duración de su mandato con el de la Cámara (en la primera versión de la Constitución,
el mandato de la Cámara duraba cinco años y el del Senado seis). Esa praxis, luego
encontró fundamento textual en el artículo 60 con la ley de revisión de 1963 que igualó
a cinco años la duración del mandato de ambas Cámaras.
La idea de que una Cámara controla lo realizado por la otra, de ahí la función de
compensación o reflexión del Senado, encontraba una vez más su fundamento
político-ideológico en la desconfianza recíproca entre las fuerzas políticas dominantes
durante el periodo constituyente; no en vano, hasta 1994 existió la convención
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constitucional según la cual la Presidencia de la Cámara baja le correspondía a un
representante de la minoría. Pero, dada una estructura del poder legislativo
intencionadamente disfuncional, ¿cómo ha podido ser la producción legislativa tan
abundante? La respuesta se encuentra en la disciplina del partido, férrea en los
primeros años de la República, y evaporada, con algunas excepciones sustanciales,
en el marco político actual. Naturalmente, el precio a pagar por esta conformación tan
singular ha sido la escasa estabilidad del Ejecutivo: 61 Gobiernos en 70 años de
República; de 1948 a 1994 la duración media de los Gobiernos ha sido de once
meses. Después de treinta años de fracasos, también el Gobierno Renzi intentó poner
remedio a esta situación disfuncional y de inestabilidad crónica.
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haitiano Charles Hérard hizo un llamado a los dominicanos para que reconsideraran su
postura separatista, pero estos hicieron caso omiso. En consecuencia, el 10 de marzo
de 1844 dispuso una ofensiva contra los planes de la parte del Este, lo que generó que
los dominicanos trazaran estrategias a los fines de evitar una invasión ante las
amenazas del presidente Hérard. A partir de ese momento, la historia registra batallas
consecutivas que sirvieron para afianzar la decisión de mantener la independencia.
Las batallas del 19 y 30 de marzo de 1844 sirvieron como garantes de lo anterior y
complicaron la situación haitiana, pues la autoridad de Hérard se fue debilitando hasta
el punto de que prefirió abandonar su lucha en contra de los dominicanos y regresar a
fortalecer su poder en Haití.
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Promulgación de la primera Constitución dominicana Pedro Santana y Tomás
Bobadilla ocuparon la presidencia de la naciente república a raíz del manifiesto del 24
de julio de 1844. Entre otras cosas, este documento estipuló el cese en sus funciones
de los generales de brigada Duarte y Mella y los declaró “traidores e infieles” a la
Patria. Ambos fueron expatriados ese mismo año, con lo que los conservadores se
enfrascaron en la organización del gobierno. Los trabajos de diseño y estructuración
del primer texto constitucional dominicano se iniciaron precisamente el día en que se
firmó el manifiesto contra Duarte y Mella. En esa fecha, la Junta Central Gubernativa
dispuso mediante decreto la convocatoria de las asambleas electorales para elegir a
los diputados que conformarían una asamblea constituyente para la redacción de la
Constitución. La elección fue realizada los días 29 y 30 de agosto. La Asamblea
Constituyente se reunió en San Cristóbal en los días finales de septiembre, donde
estuvieron en sesión de trabajo permanente hasta el 6 de noviembre de 1844. Los
diputados presentaron ante la Junta Central Gubernativa el proyecto de Constitución
inspirado en los textos constitucionales de Haití y Norteamérica, en el que se le otorgó
preeminencia al Poder Legislativo por encima del Ejecutivo. Santana no se sintió
satisfecho con el proyecto presentado e hizo saber su parecer. Sus razones tenían que
ver con las limitaciones y el poco margen para la toma de decisiones del presidente de
la República. Ante dichas críticas se generó un conflicto entre el Congreso y la Junta
Gubernativa lo que provocó una crisis política que fue resuelta con la inclusión del
artículo 210, que invalidó las disposiciones democráticas del texto constitucional. Art.
210. Durante la guerra actual y mientras no esté firmada la paz, el Presidente de la
República puede libremente organizar el ejército y armada, movilizar las guardias
nacionales y tomar todas las medidas que crea oportunas para la defensa y seguridad
de la nación, pudiendo en consecuencia, dar todas las órdenes, providencias y
decretos que convengan, sin estar sujeto a responsabilidad alguna.
En definitiva la Constitución dominicana fue diseñada y votada en el transcurso de una
difícil situación política impregnada de conflictos internos y externos. Sin lugar a dudas,
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su estructuración y organización respondió al interés de un grupo conservador que
dominó en aquellos tiempos. El autoritarismo imperó en el texto, pese al espíritu de los
legisladores, quienes tomaron disposiciones de dos de las más avanzadas
legislaciones constitucionales que existían entonces: la de Estados Unidos (1789) y la
de Haití (1816). Al parecer, la inestabilidad política que vivió Republica Dominicana
desde su independencia, dentro de que la fue gestada la primera Constitución
dominicana, fue la puerta a las 39 modificaciones que ha recibido la Carta Magna de la
nación: 17 en el siglo XIX, 20 en el siglo XX y dos en la primera década del siglo XXI.
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Abreu; Carlos Moreno; Ramón Echevarria; Francisco del Rosario Sánchez; José María
Caminero; Matías Ramón Mella y Silvano Pujol, Secretario.
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13. Baní Presbítero Andrés Rozón
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constituyentes pusieron gran cuidado en redactar una Carta que restringiera las
facultades del Poder Ejecutivo.
El camino hacia la Carta Magna: Una comisión integrada por Vicente Mancebo,
Buenaventura Báez, Manuel María Valencia, Julián de Aponte y Andrés Rosón,
preparó el programa de la Constitución. El proyecto aprobado estableció el Gobierno
esencialmente civil, republicano, popular, representativo, electivo y responsable;
mantuvo como límites de la República los de la antigua colonia de Santo Domingo,
dejando así sentado el desconocimiento de la ocupación mantenida por los haitianos
en los pueblos de San Miguel de la Atalaya, San Rafael, Hinca y Las Caobas, para
cuya representación el Congreso decidió elegir diputados; concedió amplias
facilidades para la inmigración, y estableció como sistema electoral el voto. Estableció
el principio de que el Poder Legislativo es el representante de la soberanía nacional, y
colocó al Poder Judicial en posición independiente, mientras que al Ejecutivo lo sujetó
a normas.
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y mientras no esté firmada la paz, el Presidente de la República puede libremente
organizar el ejército y la armada, movilizar las guardias nacionales y tomar todas las
medidas que crea oportunas para la defensa y la seguridad de la Nación; pudiendo en
consecuencia, dar todas las órdenes, providencias y decretos que convenga sin estar
sujeto a responsabilidad alguna. Sin más objeciones por parte de Santana o la junta, la
constitución fue promulgada el 6 de noviembre de 1844.
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más liberal. Separaba a la iglesia del Estado, imponía severos límites a las actividades
políticas de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana, establecía una amplia
gama de libertades civiles y restringía los derechos de la propiedad relativa a los
derechos individuales. Estas disposiciones asustaban a los elementos más
conservadores de la sociedad dominicana, que se unieron para expulsar a Bosch y su
constitución en septiembre de 1963. Posteriormente, se restauró la constitución más
conservadora de 1962. En nombre del constitucionalismo, Bosch y sus seguidores
lanzaron una revolución en 1965, cuyo objetivo fue la restauración de la constitución
liberal de 1963.
En gran parte como resultado de la intervención militar de los Estados Unidos de abril
de 1965, la guerra civil había cesado en 1966. Con Joaquín Balaguer y su partido en
control, los dominicanos escribieron todavía otra constitución. Ésta tenía la intención
de evitar los conflictos y la polarización del pasado combinando características de las
tradiciones tanto liberales como conservadoras. La Constitución de 1966 incorporó una
larga lista de derechos básicos, y preveía una legislatura fortalecida; sin embargo,
también le dio amplios poderes al ejecutivo, incluidos los poderes de emergencia. De
esta manera, el país buscó cerrar la brecha entre sus constituciones democráticas y
sus autoritarias, comprometiendo sus diferencias.
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representativos de cada uno y la selección de sus miembros son igualmente
importantes.
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de la República italiana, Giorgio Napolitano, tras trece meses al frente de un Ejecutivo
tecnócrata investido para reconducir las finanzas y la economía del país.
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La jurisdicción contencioso-administrativa corresponde a los tribunales administrativos
regionales (Tribunali Amministrativi Regionali, TAR) y al Consejo de Estado (Consiglio
di Stato). La jurisdicción relacionada con las cuentas públicas corresponde al Tribunal
de Cuentas (Corte dei conti). A él está adscrita una fiscalía.
La jurisdicción económico-administrativa corresponde a las Comisiones Tributarias
provinciales y locales.
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El Ministerio de Justicia desarrolla sus funciones de carácter administrativo y
organizativo en dos niveles distintos:
Mediante órganos centralizados (dipartimenti) que tienen su sede en Roma o que,
en determinados ámbitos de competencia, cuentan con secciones locales.
Mediante oficinas judiciales integradas en los distintos órganos jurisdiccionales.
Estas funciones administrativas incluyen asimismo la gestión del personal adscrito a
los servicios judiciales.
La dirección de los distintos órganos jurisdicciones (y fiscalías) corresponde a:
Un magistrado jefe, con autoridad sobre los jueces y fiscales y poder de decisión
última en los asuntos que afectan al funcionamiento del tribunal.
Un director (dirigente), responsable de organizar los servicios judiciales destinados
al público y del apoyo interno a los jueces y fiscales. El director es el funcionario de
mayor rango en la escala del personal administrativo.
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Tribunales de vigilancia (tribunali di sorveglianza), que son órganos jurisdiccionales
de segunda instancia (en algunos casos de primera instancia) en asuntos
penitenciarios.
Órgano de tercera instancia: Representa el nivel más alto al que se puede recurrir
por infracción de ley:
Tribunal Supremo (corte di cassazione), que tiene competencia universal y
constituye la última instancia judicial.
Dentro de los principales órganos jurisdiccionales existen también salas
especializadas: Los tribunales del jurado (corti d’assise) están compuestos por dos
jueces de carrera y seis jurados, estos últimos elegidos entre los ciudadanos para un
mandato breve y en representación de los distintos sectores de la sociedad. Tienen
competencia para el enjuiciamiento de delitos graves (homicidio, lesiones graves y
casos similares).
El Ministerio Fiscal está constituido por los siguientes órganos:
Fiscales de primera instancia (procuratori della Repubblica presso il Tribunale) y sus
suplentes (sostituti procuratori).
Fiscales de segunda instancia (procuratori generale presso la Corte d’appello) y sus
suplentes (sostituti procuratori generali).
Fiscal General del Tribunal Supremo (procuratore generale presso la Corte di
cassazione) y sus suplentes (sostituti procuratori generali).
Los fiscales son magistrados de carrera, que actúan bajo la supervisión de un Fiscal
Jefe. Esto supone una cierta organización jerárquica.
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ordinario
Tribunal Sala
Tribunal ordinario
2ª ordinario especializada Tribunal de
instancia Tribunal de Tribunal de del Tribunal vigilancia
apelación apelación de apelación
Tribunal Tribunal Tribunal
Tribunal Supremo
Infracción Supremo (o Supremo (o Supremo (o
(o Tribunal de
de ley Tribunal de Tribunal de Tribunal de
Casación)
Casación) Casación) Casación)
¿Cuál es la diferencia entre los derechos fundamentales y los derechos humanos? Los
derechos fundamentales y los derechos humanos se diferencian, principalmente, en
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una cosa: el territorio de aplicación. Los derechos fundamentales están incluidos en la
Constitución o carta de derechos de cada país; por su parte, los derechos humanos no
tienen limitación territorial. Los derechos humanos son atributos que tienen todas las
personas del mundo, independientemente de su territorio, condición económica, social
o personal, y son: Universales, Inviolables, Intransferibles, Irrenunciables,
Interdependientes
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italia na es el resultado de la i n terpretación sistemática llevada a cabo por la
doctrina y la jurisprudencia que han venido vi nculando el art. 2, donde se
reconocen los derechos inviolables del hombre, con los derechos enu1nerados
en el tex to constitucional los arts. 13 y ss. En efecto, no se trata en caso
alguno de una Interpretación literal.
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revisado con el fin de lograr una verdadera u efectiva vigencia de los derechos de la
persona reconocidos constitucionalmente. De ahí, que los derechos fundamentales
constituyen en esencia el conjunto de los derechos inalienables de la persona
humana, ósea derechos de los cuales el ser humano es titular por el sólo hecho de ser
persona, y que, por tanto, no le pueden ser negados, ni arrebatados, ni perturbados.
Estos están distribuidos en nuestra constitución:
*Capítulo I de los derechos fundamentales:
Sección I de los derechos civiles y políticos:
-Derecho a la vida (Artículo 37);
-Dignidad humana (Artículo 38);
-Derecho a la igualdad (Artículo 39);
-Derecho a la libertad y seguridad personal (Artículo 40);
-Prohibición de la esclavitud (Artículo 41);
-Derecho a la integridad personal (Artículo 42);
-Derecho al libre desarrollo de la personalidad (Artículo 43);
-Derecho a la intimidad y el honor personal (Artículo 44);
-Libertad de conciencia y de cultos (Artículo 45);
-Libertad de tránsito (Artículo 46);
-Libertad de asociación (Artículo 47);
-Libertad de reunión (Artículo 48);
-Libertad de expresión e información (Artículo 49);
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-Protección de las personas menores de edad (Artículo 56);
-Protección de las personas de la tercera edad (Artículo 57);
-Protección de las personas con discapacidad (Artículo 58);
-Derecho a la vivienda (Artículo 59);
-Derecho a la seguridad social (Artículo 60);
-Derecho a la salud (Artículo 61);
-Derecho al trabajo (Artículo 62);
-Derecho a la educación (Artículo 63);
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sociedad. En consecuencia, se declaran como deberes fundamentales de las personas
los siguientes:
1) Acatar y cumplir la Constitución y las leyes, respetar y obedecer las autoridades
establecidas por ellas;
2) Votar, siempre que se esté en capacidad legal para hacerlo;
3) Prestar los servicios civiles y militares que la Patria requiera para su defensa y
conservación, de conformidad con lo establecido por la ley;
4) Prestar servicios para el desarrollo, exigible a los dominicanos y dominicanas de
edades comprendidas entre los dieciséis y veintiún años. Estos servicios podrán ser
prestados voluntariamente por los mayores de veintiún años. La ley reglamentará
estos servicios;
5) Abstenerse de realizar todo acto perjudicial a la estabilidad, independencia o
soberanía de la República Dominicana;
6) Tributar, de acuerdo con la ley y en proporción a su capacidad contributiva, para
financiar los gastos e inversiones públicas. Es deber fundamental del Estado
garantizar la racionalidad del gasto público y la promoción de una administración
pública eficiente;
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que “Habrá un Tribunal Constitucional para garantizar la supremacía de la
Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los derechos
fundamentales. Sus decisiones son definitivas e irrevocables y constituyen
precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado.
Gozará de autonomía administrativa y presupuestaria”.
Esta alta corte fue provista de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y de los
Procedimientos Constitucionales núm. 137-11, promulgada en fecha 13 de junio de
2011, y modificada por la Ley núm. 145-11. De acuerdo a lo establecido en el artículo
primero de esta ley sobre la naturaleza y autonomía del TC, “El Tribunal Constitucional
es el órgano supremo de interpretación y control de la constitucionalidad. Es autónomo
de los poderes públicos y los demás órganos del Estado”. En esta instancia judicial se
trabaja la Justicia Constitucional, definida por el artículo 5 de la mencionada ley como “
(...) la potestad del Tribunal Constitucional y del Poder Judicial de pronunciarse en
materia constitucional en los asuntos de su competencia. Se realiza mediante
procesos y procedimientos jurisdiccionales que tienen como objetivo sancionar las
infracciones constitucionales para garantizar la supremacía, integridad, eficacia y
defensa del orden constitucional, su adecuada interpretación y la protección efectiva
de los derechos fundamentales”.
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final terminar diciendo al referendo aprobatorio, por excepción, no son aplicables a la
presente reforma constitucional.
Decidir sobre los asuntos que se les propongan mediante referendo”. Más bien, lo usa
como mecanismos directos de participación local. En el art. 203, de la misma
constitución, nos hablan de: Referendo, plebiscitos e iniciativa normativa municipal. En
donde la Ley Orgánica de la Administración Local establecerá los ámbitos, requisitos y
condiciones para el ejercicio del referendo, plebiscito y la iniciativa normativa
municipales con el fin de fortalecer el desarrollo de la democracia y la gestión local.
Pero si vemos el título X del sistema electoral capítulo I, en los casos de las asambleas
electorales (Art. 208). Nos habla que para el Ejercicio del sufragio. Este es un derecho
y un deber de ciudadanas y ciudadanos el ejercicio del sufragio para elegir a las
autoridades de gobierno y para participar en referendos. El voto es personal, libre,
directo y secreto. Nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto, en el
ejercicio de su derecho al sufragio ni a revelar su voto.
Asambleas electorales), En los casos de convocatoria extraordinaria y referendo, las
asambleas electorales se reunirán a más tardar setenta días después de la publicación
de la ley de convocatoria. No podrán coincidir las elecciones de autoridades con la
celebración de referendo”.
Referendos, nos encontramos que las consultas populares mediante referendo estarán
reguladas por una ley que determinará todo lo relativo a su celebración, con arreglo a
las siguientes condiciones:
1) No podrán tratar sobre aprobación ni revocación de mandato de ninguna autoridad
electa o designada;
2) Requerirán de previa aprobación congresual con el voto de las dos terceras partes
de los presentes en cada cámara.
Referendo aprobatorio). Cuando la reforma verse sobre derechos, garantías
fundamentales y deberes, el ordenamiento territorial y municipal, el régimen de
nacionalidad, ciudadanía y extranjería, el régimen de la moneda, y sobre los
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procedimientos de reforma instituidos en esta Constitución, requerirá de la ratificación
de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas con derecho electoral, en referendo
aprobatorio convocado al efecto por la Junta Central Electoral, una vez votada y
aprobada por la Asamblea Nacional Revisora. Solo la Junta Central Electoral someterá
a referendo las reformas dentro de los sesenta días siguientes a su recepción formal.
Para la aprobación de las reformas a la Constitución por vía de referendo requiere de
más de la mitad de los votos de los sufragantes y que el número de éstos exceda del
treinta por ciento (30%) del total de ciudadanos y ciudadanas que integren el Registro
Electoral, sumados los votantes que se expresen por “SÍ” o por “NO”. Es por tanto, que
si el resultado del referendo fuere afirmativo, la reforma será proclamada y publicada
íntegramente con los textos reformados por la Asamblea Nacional Revisora.
Décima, del capítulo II de las disposiciones transitorias. Donde nos dicen: “Las
disposiciones contenidas en el artículo 272 relativas al referendo aprobatorio, por
excepción, no son aplicables a la presente reforma constitucional”. Es por tanto, que
su uso es muy limitativo, por lo anteriormente expresado.
Mientras que en el caso de la República Italiana, el uso del referendo, la forma de
hacer cambios del pueblo al estado italiano. Especialmente modificaciones
constitucionales. El referéndum nacional lo regula el artículo 138 de la Constitución,
que se ocupa de la revisión constitucional. La Constitución italiana puede ser
modificada por una ley de revisión constitucional aprobada por ambas Cámaras, con
una doble votación en cada Cámara, y con al menos la mayoría absoluta de los votos
de los miembros de una de las Cámaras en la segunda votación. Tras la segunda
votación, la ley constitucional debe ser publicada en la Gazzetta Ufficiale. La finalidad
del referéndum es, por un lado, la de suspender la eficacia de la votación
parlamentaria puesto que, cuando se solicita el referéndum, la ley constitucional
aprobada dos veces por cada una de las Cámaras no puede ser promulgada hasta
que el referéndum no se haya celebrado. Si el resultado del referéndum es favorable a
la reforma constitucional, el referéndum tiene naturaleza confirmativa de la votación
parlamentaria.
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Por tanto, el referéndum constitucional, a diferencia del referéndum legislativo del
artículo 75, no es un procedimiento de decisión independiente que permita a los
electores modificar la Constitución, sino una forma de control popular sobre la decisión
parlamentaria de modificar la Constitución. En otras palabras, es una etapa del
procedimiento de revisión constitucional. La solicitud de referéndum constitucional está
sometida también, como la del referéndum derogatorio, al control de la Oficina Central
para el Referéndum, que debe verificar la existencia del número de firmas de electores
o de las decisiones de los Consejos regionales o de los miembros de las minorías
parlamentarias. En el referéndum constitucional no está previsto, sin embargo, el
control de admisibilidad por parte de la Corte constitucional. La razón de la falta de
esta segunda fase de control reside en el hecho de que, por un lado, no se prevén
causas de inadmisibilidad del referéndum constitucional y, por otro, que no se plantea
el problema de controlar la formulación de la pregunta refrendaría en la medida en que
el objeto del referéndum es sólo y exclusivamente la ley de revisión constitucional
aprobada por el Parlamento (no siendo posible, conforme al artículo 138 de la
Constitución italiana, un referéndum parcial sobre la misma). Es por tanto, que
entendemos útil desarrollar el concepto de Referendo o Referéndum, el cual será
definido y explicado detalladamente en el siguiente acápite de este análisis.
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Un referendo o referéndum es un procedimiento jurídico por el que se somete al voto
popular, leyes o actos administrativos para su ratificación. Es el mecanismo
de democracia directa por antonomasia y en la actualidad también complementa el
régimen de democracia participativa, potenciando la intervención directa del cuerpo
electoral. Se trata de un procedimiento para tomar decisiones por el cual los
ciudadanos ejercen el derecho de sufragio para decidir acerca de una decisión de
resolución mediante la expresión de su acuerdo o desacuerdo. Para llegar al acuerdo
tiene que haber la mayoría absoluta entre los votos.
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lugares en los que los ciudadanos tenían el derecho de administrar sus asuntos a
través de una asamblea. Los autores de la Enciclopedia (1751-1765) admitían que,
tomado al pie de la letra, el concepto solo encajaba bien en San Marino, “una roca
pelada que nadie quiere, gobernada por quinientos campesinos”.
Ginebra les parecía el ejemplo más cumplido, pasando con naturalidad sobre sus
clases hereditarias, que muy pocos tuvieran derecho a participar en la Asamblea y
que aún menos, los ciudadanos puros, pudiesen ostentar cargos públicos. Aparte
de los intelectuales, nadie usaba la palabra y nadie era todavía demócrata, sino
patriota, jacobino, whig o lo que correspondiese. La palabra referéndum no
empieza a tener el significado que hoy le damos hasta la década de 1870. Proviene
de un latino del lenguaje jurídico que se empleaba en Suiza cuando las decisiones
colectivas se remitían de nuevo a los cantones por parte de sus delegados. En
la Gaceta de Madrid del 17/08/1810 puede leerse una crónica firmada en Berna
sobre la Dieta que se había celebrado poco antes. En un cierto punto los
delegados intentaban acordar un sistema general para los “peazgos” en todos los
cantones, “pero a causa de la variedad de instrucciones no se ha admitido más
que ad referendum ed instruendum para el año que viene”. Es la ocurrencia más
antigua que aparece en Google Books.
Solo el idioma alemán de Suiza lo ha adoptado, y solo para uno de los tipos de
“votaciones populares”, los que se refieren a leyes ya aprobadas por el parlamento.
En Alemania y en Austria los textos legales hablan de votaciones populares, sin
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más, que es como se llamaron siempre. Sin embargo, el término prendió en
francés y en inglés, y voló a Estados Unidos y a la fama mundial.
Según el objeto:
Referendo constitucional: si el objeto es tema relacionado con una constitución.
Referendo legal: Si el objeto está relacionado con una ley.
Referendo revocatorio: Si el objeto es revocar un mandato de elección popular.
Referendo de independencia: Si el objeto es la declaración de independencia.
Según el fundamento:
Referéndum obligatorio o preceptivo: Si el fundamento de su celebración es la
exigencia propia del ordenamiento.
Referéndum facultativo: Si el fundamento es la convocatoria de un órgano concreto.
En caso de ser además consultivo la figura se aproximaría al concepto de plebiscito.
Referéndum decisorio: Cuando el resultado se hace efectivo y vinculante.
Referéndum consultivo: Cuando el resultado implica únicamente la manifestación de
la voluntad general o popular de forma no vinculante. En caso de ser además
facultativo la figura se aproximaría al concepto de plebiscito.
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Plebiscito: De plebi (la plebe, plebeyos, pueblo) y scito del latín (tener en cuenta). Es
una consulta cuyo resultado implica la manifestación de la voluntad general o popular,
de forma no vinculante, pero de carácter facultativo, para legitimar una acción política
de soberanía o transformación de un Estado. El plebiscito es utilizado para someter a
consideración del pueblo acciones o decisiones tan importantes para la sociedad,
como su independencia o forma de gobierno, antes de su ejecución. Se diferencia del
referéndum, cuyo alcance es una decisión mucho más restringida, porque se permite
al pueblo emitir su voto para aprobar o rechazar la concepción, modificación o
derogación de una normativa o ley. Uno de los ejemplos más notables de Plebiscito es
el que fue convocado el 2 de junio de 1946 para decidir la forma de gobierno del
Estado Italiano.
Referéndum constitutivo o de ratificación: Cuando el efecto es aprobar una
disposición.
Según su carácter:
Referéndum propositivo: A través de él se podrán proponer nuevas leyes.
Referéndum abrogativo: Podrá derogar leyes vigentes de igual o menor jerarquía que
las propuestas.
Según el resultado:
Referéndum vinculante: Cuando el resultado tiene validez jurídica. Puede ser
necesario que se cumpla un mínimo de participación ciudadana (quórum).
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CONCLUSIÓN
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Constitucional italiana, características que han sido de influencia para la Constitución
dominicana.
ANEXOS:
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