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Tras casi diez años de conflicto, la paz llegó en 1878, cuando Cánovas del Castillo
encargó al general Martínez Campos ("el pacificador") pactar una tregua con los líderes
cubanos en nombre de Alfonso XII. Con la Paz de Zanjón se puso fin a la llamada
"Guerra Larga"; la paz llegaba a cambio de la promesa española de otorgar la
autonomía a Cuba y permitirle representación parlamentaria en Madrid.
El problema cubano
Sin embargo, en los 17 años que tuvieron los gobiernos españoles a continuación no se
cumplieron las reclamaciones de los autonomistas isleños. Además, la falta de un
verdadero proceso descentralizador que dotase a la isla de órganos representativos, y
la política fuertemente proteccionista con que se estrangulaba la economía cubana
(entorpeciendo su comercio con los cercanos EE UU) favoreció el surgimiento de
nuevas revueltas que condujeron a la independencia.
El periodo más idóneo para hacer concesiones a las reivindicaciones cubanas fue el
gobierno de los liberales de Sagasta cuando el partido autonomista cubano estaba de
acuerdo con un programa de reformas que quitase fuerza a los independentistas. Pero
la única medida que se aprobó fue la abolición definitiva de la esclavitud y que los
cubanos tuvieran representación en las Cortes; las restantes propuestas fueron
rechazadas.
En 1897, tras la muerte de Cánovas del Castillo se decidió volver a probar la estrategia
de la conciliación; se retiró a Weyler, se concedió la autonomía, el sufragio universal, la
igualdad de derechos entre españoles y cubanos, y la autonomía arancelaria. Pero las
reformas llegaron tarde; los independentistas que contaban con el apoyo de los EE.UU.
se negaron a acabar con la guerra.
La insurrección filipina
La prensa y buena parte de la opinión pública se mostró a favor del conflicto como
ocasión de demostrar la grandeza española contra EE.UU., una menospreciada nación
joven; tan sólo el Partido Socialista Obrero Español se manifestó en contra de la guerra.
La guerra tuvo como escenario el mar Caribe y el Pacífico y fue mayormente naval.
Los norteamericanos con navíos acorazados y superioridad en armamento, destruyeron
fácilmente la escuadra española en dos ocasiones, en Cavite, Filipinas (mayo) y en
Santiago de Cuba (julio), así como en los Altos del Caney y las Lomas de San Juan, en
tierras cubanas, lo que posibilitó una rápida y fácil victoria estadounidense. Caso aparte
lo supuso el regimiento español de Baler (Filipinas) que logró resistir el asedio de los
tagalos hasta mucho después de concluir la guerra.
La paz de París
Por lo que respecta a Puerto Rico, quedó al margen de las maniobras militares y los
EEUU procedieron a ocuparla prácticamente sin resistencia.
A finales de 1898 se firmó la Paz de París por la que España perdió sus últimas
posesiones ultramarinas en América y el Pacífico; Cuba se convirtió en país
independiente aunque tutelado por EE.UU. que recibió Puerto Rico, Filipinas y la isla de
Guam en las Marianas. Poco después se vendieron a Alemania los archipiélagos de las
Carolinas y las Marianas.
La crisis del 98 fue sobre todo una crisis moral e ideológica, que causó un enorme
impacto entre la población, lo que favoreció la aparición de movimientos que criticaron
el sistema de la Restauración, proclamando la necesidad de una regeneración y
modernización de la política española.