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SIGLO XX

TEMA 7:

LA CAÍDA DEL IMPERIO COLONIAL Y LA CRISIS DE 1898

INTRODUCCIÓN

Cuba fue siempre una colonia muy especial para los españoles por
razones que van desde lo económico a lo afectivo. Esta coloniahabía logrado un
desarrollo económico mayor que el de la Península y estaba entrando en la
órbita económica de la nueva potencia en ciernes: los Estados Unidos, además,
en 1895, vuelve a producirse una sublevación en Cuba.

En España nos encontramos en el periodo de la Restauración, con


Cánovas en el gobierno y la regencia de María Cristina ya que Alfonso XII había
muerto en 1885.En ésta época se siguen turnando en el poder los dos grandes
partidos de la época: el conservador de Cánovas y el liberal de Sagasta.

Desde el punto de vista económico el mundo está en la segunda fase de


la Revolución industrial en la que junto con Gran Bretaña y Francia surgirán
como grandes potencias países como Alemania y Estados Unidos.

A nivel internacional las potencias europeas están creando grandes


imperios coloniales en África y Asia, y EEUU empezó a interesarse por el
control del Pacífico y del Caribe.

Además en Europa es la época de la “Paz armada”, es decir, se están


gestando los dos bloques de alianzas que acabarán enfrentándose en la I Guerra
Mundial pero España no participa en ninguno de ellos, lo que provoca que esté
desprotegida a nivel internacional.

1.- EL DESASTRE DEL 98

España había perdido la mayor parte de su imperio colonial entre 1810 y


1825, durante el reinado de Fernando VII. A final de siglo solo le quedaban
Cuba, Puerto Rico, Filipinas y algunas islas del Pacífico (islas Marianas,
archipiélago de Joló…).
Para España, Cuba era la posesión más importante, la "Perla de las
Antillas", era una gran productora de azúcar, tabaco, café cacao y otros artículos
tropicales, que contribuían a la recuperación de la maltrecha economía
española.

Esto contribuyó a formar una burguesía criolla, próspera y culta que


empezó a pensar en la independencia. La primera vez que Cuba se había
sublevado fue en 1868 lo que dio lugar a una guerra que duró 10 años, hasta
que en 1878 se firmó la Paz de Zanjón sobre la base de la abolición de la
esclavitud y la admisión en las Cortes españolas de diputados cubanos. El
problema siguió latente y se volvió a hacer evidente a partir de 1890 a causa del
endurecimiento de la política proteccionista. Los fuertes aranceles que imponía
España perjudicaban enormemente el comercio con Estados Unidos que era el
principal comprador de productos cubanos. El arancel de 1891 prácticamente
obligaba a los cubanos a comerciar exclusivamente con la Península y provocó
un gran malestar tanto en Cuba como en Estados Unidos, de hecho, los
estadounidenses amenazaron con cerrar las puertas del mercado a los
principales productos cubanos (azúcar y tabaco) si el gobierno español no
modificaba la política arancelaria en la isla. A finales de siglo EEUU compraba
el 88% de las exportaciones cubanas, pero sólo se beneficiaba del 37 % de sus
importaciones.A la burguesía criolla también le perjudicaba esta política que le
impedía hacer negocios libremente con los americanos.

Otro hecho importante fue la aparición de una literatura nacionalista, no


sólo en Cuba, con José Martí, sino también en Filipinas, con José Rizal y Emilio
Aguinaldo. El independentismo de aquellos territorios era ya una corriente
generalizada.

La definitiva insurrección cubana se produjo el 24 de febrero de 1895,


con el «grito de Baire», en que junto a los conocidos independentistas Gómez,
Calixto García y el mulato Antonio Maceo apareció el intelectual José Martí. La
sublevación comenzó en la parte oriental de la isla, la más antiespañola, La base
social de los sublevados estaba formada por campesinos, parte de la burguesía
criolla (no toda la burguesía criolla estaba a favor de la independencia) y las
clases populares.

Cánovas respondió enviando un ejército al mando del general Martínez


Campos, pero la falta de éxitos militares hizo que fuera relevado en 1896 por el
general Valeriano Weyler, buen conocedor de la isla y sus problemas así como
partidario de medidas más extraordinarias.

Fue una guerra dura debido a las prisas por terminarla antes de que los
norteamericanos se decidieran a intervenir directamente. La táctica que utilizó
Weyler fue construir lo que se llamó trochas, unas fortificaciones que dividieron
la isla en tres sectores aislándolos unos de otros, para impedir los movimientos
de los insurgentes (sublevados). También concentró por la fuerza a la población
campesina en reservas vigiladas para tenerlos controlados e impedir que
pudieran ayudar a los rebeldes y se destruyeron edificaciones que pudieran
servir de refugio a éstos. Sin embargo no consiguió derrotarlos, además, la
aglomeración de la población en las reservas provocó un gran número de
muertes de población civil por las malas condiciones de vida y por las
epidemias. Se calcula que en estas reservas murieron cerca de 200.000 cubanos.

Las poderosas cadenas periodísticas Pulitzer y Hearstmagnificaban en


sus periódicos las noticias sobre las crueldades de la guerra cometidas por los
españoles, y contribuyeron a crear un clima bélico entre la opinión pública
norteamericana que se posicionó a favor de la guerra contra España. Se
presentaba a los cubanos como valientes héroes que luchaban por liberarse del
yugo del gobierno de España descrito como tiránico, corrupto, analfabeto y
caótico. Por su parte, la prensa española, presentaba a los americanos como
unos hacendados avariciosos y arrogantes, sostenidos por una nación de
ladrones, sin historia ni tradición militar, a los que España debería dar una
lección.

Comenzaron las notas de protesta norteamericanas, contestadas con


dignidad por el Gobierno español.El presidente estadounidenseMcKinley, un
republicano a favor de la intervención, ofreció inicialmente la compra de la isla
por 300 millones de dólares, pero el gobierno español no lo aceptó (lo
consideraba un deshonor).El asesinato de Cánovas, en agosto de 1897, propició
el ascenso de Sagasta al poder que decidió seguir una táctica distinta,
apaciguadora. Destituyó a Weyler y nombró al general Blanco. Se concedió a
Cuba la autonomía (noviembre de 1897), el sufragio universal, la igualdad de
derechos entre insulares y peninsulares y la autonomía arancelaria. Pero las
reformas llegaron demasiado tarde, los independentistas, que contaban con el
apoyo estadounidense, se negaron a aceptar el fin de las hostilidades.En este
contexto se produjo la intervención de EEUU.

Estados Unidos, que en estos años era ya una potencia mundial, estaba
construyendo su imperio colonial. Los americanos necesitaban nuevos
mercados en donde colocar los excedentes de producción e invertir su capital.
Es la época de la segunda fase de la Revolución Industrial, de los trust
industriales y financieros, los grandes hombres de negocios (Rockefeller,
Ford…). Ideológicamente el imperialismo estadounidense se apoyaba en varias
teorías como la Doctrina Monroe: “América para los americanos”, que propugnaba
que ningún país europeo pudiera intervenir en América sin consultar a
Washington. A los americanos no les interesaba la influencia de ningún país
extranjero en lo que consideran su zona, por eso quieren que Cuba deje de ser
de España.

Hacia 1898 las áreas de expansión de EEUU eran el Pacífico y el Caribe,


con el proyecto de unirlas con la construcción del Canal de Panamá (efectuada
en 1903).Este es el contexto en el que se enmarca el enfrentamiento hispano-
norteamericano. Una gran potencia frente a una nación en crisis como era
España, que además estaba sola internacionalmente ya que estaba al margen de
los bloques de alianzas en los que se encontraba dividida la Europa de antes de
la Primera Guerra Mundial.

Con el pretexto de defender los intereses de los ciudadanos americanos


en la isla, a finales de enero de 1898 fondeó en la bahía de La Habana el crucero
acorazado Maine. Esto era en realidad una provocación hacia España, ya que
los EEUU no habían avisado de la llegada del Maine, lo que era contrario al
protocolo diplomático. Las autoridades españolas recibieron fríamente a los
americanos. Sin embargo el 15 de febrero el Maine fue sacudido por una
explosión y se hundió con la mayor parte de su tripulación. De los 355
tripulantes, murieron 254 hombres y 2 oficiales. El resto de la oficialidad
disfrutaba, a esas horas, de un baile dado en su honor por las autoridades
españolas.

Sin esperar el resultado de una investigación, la prensa sensacionalista


estadounidense publicaba al día siguiente el siguiente titular: «El barco de guerra
Maine partido por la mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo».

Los norteamericanos se negaron a formar una comisión conjunta que


averiguase lo ocurrido, y cada parte investigó por su cuenta. Para los españoles,
la catástrofe se debió a una explosión interna del Maine, mientras los enviados
de Washington aseguraban que la causa había sido una mina o un torpedo. Sólo
en 1974 el Pentágono admitió, no sin cierto retraso, la hipótesis de la explosión
interna. Toda la opinión norteamericana estaba volcada ya hacia la guerra con
España. Y lo curioso es que la prensa española mostró una paralela animosidad,
Era ya muy difícil detener el curso de los hechos.

Con todo y como hemos dicho anteriormente, el presidente Mac Kinley


intentó una solución pacífica, la compra de Cuba por 300 millones de dólares
(entonces una cantidad inmensa). Sagasta no pudo aceptar. Su dilema tenía algo
de fatalista; «o la guerra o el deshonor». España tentó soluciones diplomáticas,
pero no sirvió de nada.

El 18 de abril de 1898, reunidos en sesión conjunta el Senado y el


Congreso de los Estados Unidos, exigieron de España el inmediato abandono
de Cuba. Ante la negativa española, estalló la guerra, que comenzó el 25 de
abril.La escuadra del almirante Cervera, llegada de España, entró en el puerto
de Santiago de Cuba con el objeto de aprovisionarse de carbón y salir hacia La
Habana o Puerto Rico. Pero el aprovisionamiento se hizo con lentitud, de modo
que se encontró con que el puerto estaba bloqueado por la escuadra
norteamericana. Ante una fuerza cuatro veces superior y más moderna, Cervera
consideró perdida la escuadra por lo que comunicó el dilema: salir y ser
destruido o rendirse. El Gobierno, empujado por las Cortes y prensa, ordenó la
salida y el enfrentamiento, de modo que el 3 de julio quedó aniquilada en
menos de cuatro horas. Los americanos no sufrieron más que un herido por
fallo de un cañón propio.

La guerra podía mantenerse en tierra por un tiempo, pero ya no tenía


sentido prolongarla si no se disponía del dominio del mar. Cuba había quedado
definitivamente aislada de España y ya no cabía sino rendirse.

Pero no solo perdimos Cuba sino también Filipinas. En esta otra isla tuvo
lugarigualmente una sublevación independentista en 1896 dirigida por José
Rizal y Emilio Aguinaldo. En 1898, la flota americana del Pacífico, que estaba en
Hohg Kong, se dirigió a Filipinas. Allí aniquilaron a la flota española en la
batalla de Cavite.

El 26 de julio, España pedía la paz a Estados Unidos. Fue la paz de París,


firmada el 10 de diciembre de 1898, por la que renunciamos a Cuba, Puerto
Rico, Archipiélago de Filipinas y la isla de Guam (de las islas Marianas), a
cambio de una indemnización de 20 millones de dólares. Aunque Cuba quedó
políticamente independiente caería bajo la órbita imperialista de EEUU, y
Puerto Rico acabaría como un estado asociado a EEUU. Pero todavía
perderíamos más;en 1899 vendimos a Alemania el resto de las islas Marianas
(menos Guam), Las Carolinas y Palaos (todo en el Pacifico); en 1900 vendimos a
EEUU el archipiélago de Joló (cerca de Hawái). Este era el fin de nuestro
imperio colonial.

A partir de entonces esos territorios pasan a formar parte del área de


influencia del imperialismo de EEUU. Las tropas americanas abandonaron
Cuba en 1902, pero obligaban a la isla a que EEUU tuviera bases navales en la
isla. Se prohibió a Cuba que firmara tratados internacionales con otros países
que no fueran EEUU, y se garantizaba la capacidad de intervención política y
militar de EEUU en Cuba a través de la EnmiendaPlatt, que estuvo vigente
hasta 1934.

Esto explica la verdadera intención de los EEUU. Aunque en el


ultimátum que mandó a España decían que no les movía ningún interés, que
solo querían que Cuba recuperara su soberanía y su independencia, en realidad
lo que querían era quitarse de encima a España para ejercer ellos el control
sobre la zona sin problemas. Doctrina Monroe “América para los americanos”.

A Filipinas se le concedió un autogobierno limitado (controlado por


EEUU) y no consiguió la total independencia hasta 1946.

2.- LAS CONSECUENCIAS DEL DESASTRE: LA CRISIS DEL 98

La pérdida de colonias no es un hecho aislado. Forma parte de un


proceso de redistribución colonial entre las grandes potencias que abarca de
1895 a 1905, aproximadamente, y que también perjudicó a países como Italia,
Rusia, Japón, Francia etc. y que benefició esencialmente a EEUU, Inglaterra y
Alemania, convertidas así en las grandes potencias coloniales en vísperas de la I
Guerra Mundial. Ante esto, poco o nada podía hacer un país como España,
potencia de segunda fila ya desde el siglo XVIII. Sin embargo, el desastre,
supuso una auténtica sacudida en la conciencia de los españoles, que arrastró
una serie de consecuencias importantes:

- Las pérdidas humanas. Se calcula que unos 60.000 soldados españoles


perdieron la vida. Muchas muertes se debieron a enfermedades
infecciosas. Se fueron extendiendo las protestas y la amargura de las
familias pobres, cuyos hijos habían sido enviados a pelear en las colonias
por no poder pagar las 2.000 pesetas que excluían de las quintas. Los
perjuicios psicológicos también fueron importantes: los soldados que
retornaron heridos fueron pésimamente atendidos, muriendo de hambre,
mutilados o tarados por la guerra. A ello se añade la desmoralización de
un país consciente de su propia debilidad y de lo inútil del sacrificio.

- Las pérdidas materiales: si bien no fueron excesivas en la metrópoli,


salvo la fuerte subida de los precios de los alimentos en 1898, sí fueron
graves a largo plazo. La derrota supuso la pérdida de los ingresos
procedentes de las colonias, así como de los mercados privilegiados que
éstas suponían y de las mercancías que, como el azúcar, el cacao o el café,
deberían comprarse en adelante a precios internacionales.

- La crisis política resultó inevitable. El desgaste político afectó a ambos


partidos pero sobretodo al Liberal y a Sagasta a quien le tocó afrontar la
derrota. Consecuencia inmediata fue la pérdida de prestigio y el final de
la carrera de la primera generación de dirigentes, que debe ceder el
terreno a los nuevos líderes, como Francisco Silvela y Antonio Maura en
el Partido Conservador, y Segismundo Moret, Eugenio Montero Ríos, y
José Canalejas en el Partido Liberal.

- Fue también muy grave el desprestigio militar derivado de la dureza de


la derrota. Aunque la responsabilidad era más política que militar, el
Ejército saldrá muy dañado en su imagen.

- Por último se produjo una crisis de conciencia nacional, el proyecto de


país había fracasado, lo que se manifiesta de diversas formas:

o Pesimismo crítico reflejado en la obras de los escritores de la


generación del 98.

o Propuestas regeneracionistas de reforma y modernización


política,basadas en la transformación de la situación política, la
reformaeducativa y el fortalecimiento de los movimientos
nacionalistas

3.- EL REGENERACIONISMO

La derrota de 1898 sumió al país en un estado de frustración. Significó la


destrucción definitiva del mito del imperio español, en un momento en que las
potencias europeas estaban construyendo grandes imperios coloniales en Asia y
África, y la relegación de España a un papel secundario en el contexto
internacional.

En el clima de la derrota surgieron una serie de críticas tanto hacia el


funcionamiento del sistema político como a la propia mentalidad derrotista y
conformista del país. A pesar de todo no hubo una gran crisis política, ni
quebró el sistema de la Restauración, que se mantuvo hasta el golpe de estado
de Primo de Rivera en 1923.

Entre todas las críticas y análisis de aquellos meses destacan las de los
llamados regeneracionistas.Entre ellos destacaron Ricardo Macías Picavea,
Damián lsern y sobre todo Joaquín Costa, cuyas ideas se reflejaron en una serie
de conferencias en el Ateneo de Madrid, y que se publicaron con el titulo de
Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno de España. Tales críticas no
eran nuevas; ya en los años anteriores las habían realizado hombres como
Valentí Almirall o Lucas Mallada. Los regeneracionistas defendían una
reorganización política, la limpieza del sistema electoral, la dignificación de la
vida parlamentaria, la reforma educativa, la acción orientada hacia la ayuda
social, las obras publicas, en definitiva, una actuación encaminada al bien
común y no en beneficio de los intereses políticos de la oligarquía.

Sin embargo no quisieron formar partidos políticos que pudieran llevar a


cabo esas ideas de forma organizada, aunque tuvieron gran incidencia en el
pensamiento político de la época. Algunos de los nuevos políticos que en el
contexto del desastre se pusieron al frente de los partidos como Silvela, Maura,
Canalejas o el general Polavieja, adoptaron muchas de las ideas
regeneracionistas e intentaron aplicarlas.

En marzo de 1899 la presión política desembocó en un voto de censura


hacia Sagasta, causado por la derrota. Francisco Silvela, nuevo líder
conservador, formó un gobierno que presentó un programa regeneracionista
basado en moralizar la vida política y ambiciosas reformas económicas. Los
enfrentamientos internos en el seno del partido conservador hicieron el
proyecto inviable.

En 1901 Sagasta volvía a formar gobierno y en mayo de 1902 Alfonso


XIII era proclamado Rey al cumplir la mayoría de edad comenzando su
reinado. Un año más tarde, ya retirado del gobierno moría Sagasta. Con la
muerte del viejo líder liberal, el inicio del nuevo reinado y las consecuencias del
desastre termina el primer periodo del régimen de la Restauración. Durante el
siglo XX el sistema entrará en franca decadencia. Se agravarán los problemas
políticos, económicos y sociales y finalmente el sistema canovista caerá con el
golpe de Estado de Primo de Rivera, aceptado por Alfonso XIII. Comenzó una
dictadura que durará 7 años.

El “desastre” también dio cohesión a un grupo de intelectuales, conocido


como la Generación del 98 (Unamuno, Valle Inclán, Azorín, Pío Baroja…), que
se caracterizaron por su profundo pesimismo, su crítica frente al atraso del país
y plantearon una profunda reflexión sobre el sentido de España y su papel en la
Historia.

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