Está en la página 1de 8

PROFESOR ERICK CANCINO SÁNCHEZ IE. CARLOS A.

OLIVARES - CHEPÉN

Guerras en la Edad Moderna


En el siglo XVI
A principios del siglo XVI se aplicaron acertadamente los principios del «arte de la guerra» y se utilizaron
acertadamente los elementos que constituyen un ejército, en las brillantes operaciones de Gonzalo Fernández
de Córdoba (1453-1515), que dio a su rey, Fernando el Católico, territorios envidiados y a su nombre fama
universal.

Allí en Italia, se crearon planes estratégicos y concepciones tácticas; allí sobresalieron capitanes como
maestros en el «arte de la guerra» y las habilidades del soldado español.

La infantería, por tanto, recobra su papel principal como núcleo de los ejércitos en el siglo XVI, donde se
destacan los famosos tercios españoles, bajo el mando de generales como Pescara, Leiva, Colomna, el duque
de Alba y Alejandro Farnesio. También destacan las constantes aplicaciones del «arte de la guerra» de estos
militares, que permitieron al Imperio español ser la primera potencia mundial.

De aquel período se observan algunos preceptos actuales de enseñanza militar:

 Organización adecuada a los preceptos del «arte de la guerra».

 Perfecta distribución de tropas de diversas armas.

 Enlace apropiado de unas y otras en el combate.

 Observancia de una estrecha disciplina.

 Concepciones eficaces para guiar a las tropas en los teatros de operaciones.

 Vigor, audacia y resolución para ejecutarlos.

 Florece también el poder naval de España, con comandantes como Juan de Austria o el marqués de
Santa Cruz.

En el siglo XVII
Otros regenadores del «arte de la guerra», para algunos autores, fueron Enrique IV de Francia y Mauricio de
Nassau y ya en el siglo XVII, durante los dos primeros períodos de la Guerra de los Treinta Años, no se
advierte en general progreso alguno, recuperando el terreno perdido Gustavo II Adolfo de Suecia, con las
sobresalientes habilidades que tenía y, aunque no trazó nuevos rumbos en el arte de guerrear, consiguió el
rey de Suecia con su inteligencia, implantar nuevos conceptos para guerrear:

 Simplificando ciertas maniobras tácticas.

 Interpolando las armas.

 Adelantando las líneas y aligerando la artillería.

 Dio más flexibilidad a las órdenes de batalla.

 Amedrentando al enemigo con rápidos y audaces movimientos estratégicos.

 Enalteció las condiciones morales de sus tropas.

 Hizo en Alemania campañas memorables que le presentan en la Historia como perfecto dechado de


general y monarca.

 Muerto el monarca sueco, se aplicaron con esmero las reglas del arte allí donde dirigen la guerra
Turena y Montecculli.
PROFESOR ERICK CANCINO SÁNCHEZ IE. CARLOS A. OLIVARES - CHEPÉN

Durante el reinado de Luis XIV de Francia (1638-1715), prevaleció la guerra de sitio. Luis XIV contó con la
ayuda del talento de Vauban, el mejor en lo que a asalto y defensa de lugares fortificados se refiere y en las
operaciones militares en general. Las guerras se reducían a sitiar o socorrer plazas fortificadas, dándose un
adelanto en la fortificación permanente y en la poliorcética.

Posteriormente, hicieron un uso adecuado de la doctrina militar, el inglés John Churchill (1650-1722) y el


príncipe imperial Eugenio de Saboya (1663-1736), durante la célebre Guerra de Sucesión Española, en la cual
sobresale principalmente la idea de encerrar a ejércitos numerosos en líneas atrincheradas. Pero esta
estrategia se desechó debido los repetidos desastres que por punto general generaba este sistema, puesto
quitaba a las tropas la poca movilidad que tenían, clavándolas materialmente a la tierra.

Cuando subió al trono el rey de Prusia, Federico II de Prusia (1712-1786), según José Almirante y Torroella no


podía ser más deplorable el arte militar en Europa,1 por lo siguiente:

 Ignorancia crasa, supina en arte y en táctica.

 Horribles dilapidaciones por falta de Administración militar.

 Generales sin espionaje, pero al mismo tiempo con mesa diaria de 100 cubiertos.

 Hospitales por contrata, que se tragaban 50 .000 hombres.

 Armamento inservible.

 Caballería incivilizada.

 Estados Mayores formados de aluvión con «favoritos».

 Mando alternativo de generales de día, etc.

En estos particulares, llevaba gran ventaja a todos los ejércitos de las demás naciones europeas, el que
organizó en Prusia Federico Guillermo I, base de la preponderancia que adquirió el Estado en tiempo de este
monarca, a quien sucedió en el trono Federico II de Prusia, que con su personalidad eminentísima y sus
singulares talentos, perfeccionó las instituciones militares, mantuvo siempre una disciplina rigurosa en sus
tropas, adelantó considerablemente la instrucción militar, estableció el cuerpo de Estado Mayor y su escuela y
si algunos estudiosos del «arte de la guerra» dijeron o dicen que sobresalió poco en estrategia, no puede
negarse que Federico II con sus tropas maniobró más de una vez con suma habilidad en el «teatro de
operaciones», y que en el campo de batalla supo utilizar con gran destreza los recursos de su profundo
ingenio, bien manifiesto en la batalla de Rosbach y en la batalla de Leuthen.

Algunas guerras en la Edad Moderna:

 Guerra de Flandes:
La guerra de los Ochenta Años (conocida en España como guerra de Flandes y en los Países Bajos
como guerra de independencia de los Países Bajos)7 fue una guerra que enfrentó a las Diecisiete
Provincias de los Países Bajos contra su soberano Felipe II de España. La rebelión contra el monarca
comenzó en el año 1568, en tiempos de Margarita de Parma, gobernadora de los Países Bajos, y
finalizó en el 1648 con el reconocimiento de la independencia de las siete Provincias Unidas, hoy
conocidas como Países Bajos. Como pretexto, las relaciones de Margarita con la nobleza neerlandesa
protestante nunca fueron del todo fluidas. Este hecho, sumado a su inoperancia y a la distancia
existente entre ambos países, hizo que se fueran alejando cada vez más de la política española en
busca de sus intereses económicos y políticos con un aire de independencia que comenzaba a gestarse
en el ambiente. Los países que hoy se conocen como Bélgica y Luxemburgo formaban parte de las
Diecisiete Provincias, pero permanecieron leales a la Corona (los territorios bajo el dominio del
Obispado de Lieja no formaban parte de las Diecisiete Provincias, sino directamente estaban en el
Sacro Imperio Romano Germánico).
PROFESOR ERICK CANCINO SÁNCHEZ IE. CARLOS A. OLIVARES - CHEPÉN

El resultado final de la guerra de los Ochenta Años fue la independencia oficial de los Países Bajos tras
la Paz de Westfalia; pero no está tan claro que esta fuera la causa de la guerra. Esta fue el resultado
final de las discrepancias entre la Monarquía Hispánica y la parte de los súbditos a los que tenían que
gobernar en estas provincias.

Las Provincias Unidas emergieron de la guerra como una potencia mundial gracias a su poderosa
armada y flota mercante, y experimentaron un importante auge económico y cultural.

Para la Corona española, la independencia de las Provincias Unidas representó una gran pérdida de
prestigio. El mantenimiento económico de la guerra durante un periodo tan prolongado contribuyó en
gran parte a provocar las sucesivas bancarrotas de la Corona española a lo largo de los siglos xvi y
xvii, y al hundimiento de la economía de España.

 Guerra de los Treinta Años:


La guerra de los Treinta Años fue una guerra librada en la Europa Central (principalmente el Sacro
Imperio Romano Germánico) entre los años 1.618 y 1.648, en la que intervinieron la mayoría de las
grandes potencias europeas de la época. Esta guerra marcó el futuro del conjunto de Europa en los
siglos posteriores.

Orígenes de la guerra

A mediados del siglo XVI, la frágil paz de Augsburgo, un acuerdo firmado por el emperador Carlos V
de Alemania (Carlos I de España) y los príncipes luteranos en 1.555, había confirmado el resultado de
la primera dieta de Espira y en realidad había hecho acrecentar con el tiempo los odios entre católicos
y luteranos. En dicha paz se había establecido que:

Los príncipes alemanes (alrededor de 360 de ellos) podían elegir la religión (luteranismo o catolicismo)
en sus señoríos de acuerdo con su conciencia. Era el principio de cuius regio, eius religio.

Los luteranos que viviesen en un estado eclesiástico (bajo el control de un obispo) podían continuar
siendo luteranos.

Los luteranos podían conservar el territorio que habían tomado a la Iglesia católica desde la paz de
Passau (1.552).

Los obispos de la Iglesia católica que se convirtiesen al luteranismo tenían que entregar su diócesis.

En los inicios del siglo XVII se incrementaron las tensiones entre las naciones de Europa. España
estaba interesada en los principados alemanes, debido a que Felipe III, nieto de Carlos V, era un
Habsburgo y tenía territorios alrededor de la frontera occidental de los estados alemanes (Flandes, el
Franco Condado). Francia también estaba interesada en los estados alemanes porque deseaba
recuperar la hegemonía a costa del poder de los Habsburgo, como había tenido durante la Edad
Media. Suecia y Dinamarca estaban interesadas por razones económicas en los estados germánicos
del norte a orillas del mar Báltico.

Durante la segunda mitad del siglo XVI, las tensiones religiosas también se habían intensificado. La
paz de Augsburgo tuvo consecuencias a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI, ya que los obispos
se negaban a abandonar sus obispados. De hecho, los términos del tratado de Augsburgo fueron
utilizados para un resurgimiento del poder católico. Las tensiones y resentimientos entre católicos y
protestantes no habían hecho sino acrecentarse desde la firma del tratado, y en muchos lugares de
Alemania se destruían iglesias protestantes y había limitaciones y obstáculos al culto protestante. A la
disminución de estas tensiones no ayudó nada el calvinismo que se extendía por toda Alemania, y
cuya exclusión, junto a los anabaptistas, de las congregaciones protegidas específicamente en la paz
de Augsburgo, pudo contribuir al conflicto, lo que añadió otra religión a la disputa pues los católicos de
PROFESOR ERICK CANCINO SÁNCHEZ IE. CARLOS A. OLIVARES - CHEPÉN

Europa Central (los Habsburgo de Austria o los reyes de Polonia) estaban tratando de restaurar el
poder del catolicismo.

Los Habsburgo estaban principalmente interesados en extender su poder, así que estaban a veces
dispuestos a transigir y permitir el protestantismo. A la larga esto incrementó las tensiones. Rodolfo
II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y su hermano y sucesor, Matías I, no
practicaban una política católica agresiva, ya que estaban más interesados en incrementar el poder y
las posesiones de los Habsburgo. Eran también muy tolerantes (como su abuelo y su padre, Fernando
I y Maximiliano II), lo que permitió que diferentes religiones se extendieran a su aire y que chocasen
entre sí libremente. Suecia y Dinamarca, que querían dominar los estados alemanes del mar Báltico,
eran países de confesión luterana. Estas tensiones estallaron con violencia en la ciudad alemana de
Donauwörth en 1.606. La mayoría luterana obstaculizó los intentos de los residentes católicos de
hacer una procesión y provocaron así una revuelta violenta. Los católicos de la ciudad solicitaron la
intervención del duque Maximiliano I de Baviera en su apoyo.

Fernando II, emperador del Sacro Imperio, cuyas acciones provocaron la Tercera Defenestración de
Praga al enviar delegados a dicha ciudad.

Una vez hubo cesado la violencia, en Alemania los calvinistas, cuya religión estaba todavía en sus
comienzos y constituían una minoría, se sintieron amenazados y se agruparon en la liga de la Unión
Evangélica (también conocida como liga Protestante), creada en 1.608, bajo el liderazgo de Federico
IV del Palatinado, el Príncipe elector del Palatinado. Este príncipe tenía en su poder el Palatinado de
Renania, uno de los estados que España deseaba para sí a fin de proteger el Camino Español. Esto
provocó que los católicos también se agrupasen en la liga Católica, bajo la jefatura del duque
Maximiliano I.

El emperador del Sacro Imperio y rey de Bohemia, Matías de Habsburgo, falleció en 1.619, pero
habiendo testado a favor de su primo hermano, Fernando III de Estiria. Fernando, que al convertirse
en rey de Bohemia y emperador del Sacro Imperio había pasado a llamarse Fernando II, era un
católico convencido que había sido educado por los jesuitas y quería restaurar el catolicismo. Por ello
era impopular en Bohemia, que era predominantemente calvinista. El rechazo de Bohemia a Fernando
fue el detonante de la guerra de los Treinta Años.

Aunque inicialmente se trataba de un conflicto político entre estados partidarios de la reforma y la


contrarreforma dentro del propio Sacro Imperio Romano Germánico, la intervención paulatina de las
distintas potencias europeas convirtió gradualmente el conflicto en una guerra general por toda
Europa, por razones no necesariamente relacionadas con la religión: búsqueda de una situación de
equilibrio político, alcanzar la hegemonía en el escenario europeo, enfrentamiento con una potencia
rival, etc.

Causas de la guerra:

Causas religiosas

Había un conflicto entre católicos y protestantes. Uno de los principales factores que desembocó en la
guerra fue el nombramiento de un católico como nuevo emperador del Sacro Imperio, Fernando II.

Causas políticas

Las monarquías europeas de la Edad Moderna estaban muy relacionadas entre sí por vínculos
familiares. Por este motivo, cuando el rey de una dinastía de un país moría sin descendencia, había
conflictos políticos en Europa por la cuestión sucesoria. De ese modo, tener descendencia se convirtió
en uno de los aspectos más importantes a la hora de garantizar la supervivencia de una dinastía real.
Los reyes portugueses Sebastián I y Enrique I murieron sin descendencia. Felipe II de España,
alegando derechos sucesorios, invadió Portugal (1581) y se hizo nombrar rey del país lusitano.
PROFESOR ERICK CANCINO SÁNCHEZ IE. CARLOS A. OLIVARES - CHEPÉN

Causas económicas

La importancia de la zona en conflicto: el mar del Norte y la zona del Báltico. Hay numerosas
rivalidades por el control del tráfico comercial de estas zonas, de las más importantes durante la Edad
Moderna. Suecia, Dinamarca y Holanda, que en principio eran aliadas por ser de religión protestante,
fueron rivales por el dominio económico de estas zonas.

Ambiciones personales

Las ambiciones de los personajes en los distintos estados van a influenciar mucho para que sus
estados entrasen en la guerra. En Francia los cardenales Richelieu y Nazarino, en conde-duque de
Olivares en España en el que pesó tanto la lucha y defensa de España en los Países Bajos como su
ambición personal. La ambición no sólo se encontraba en los reyes y sus válidos, sino en otros
personajes como Bernardo duque Sajonia o Wallesntein.

Fases de la guerra

La guerra de los Treinta Años llegó a su final con la paz de Westfalia y la paz de los Pirineos, y supuso
el punto culminante de la rivalidad entre Francia y los territorios de los Habsburgo (el imperio Español
y el Sacro Imperio Romano Germánico) por la hegemonía en Europa, que conduciría en años
posteriores a nuevas guerras entre ambas potencias.

El mayor impacto de esta guerra, en la que se usaron mercenarios de forma generalizada, fue la total
devastación de lugares enteros que fueron esquilmados por los ejércitos necesitados de suministros.
Los continuos episodios de hambrunas y enfermedades diezmaron la población civil de los Estados
alemanes y, en menor medida, de los Países Bajos e Italia, además de llevar a la bancarrota a muchas
de las potencias implicadas. Aunque la guerra duró 30 años, los conflictos que la generaron siguieron
sin resolverse durante mucho tiempo.

Durante el curso de esta, la población del Sacro Imperio se vio reducida en un 30 %. En Brandeburgo
se llegó al 50 %, y en otras regiones incluso a dos tercios. La población masculina en Alemania
disminuyó a la mitad. En los Países Checos la población cayó en un tercio a causa de la guerra, el
hambre, las enfermedades y la expulsión masiva de checos protestantes. Solo los ejércitos suecos
destruyeron durante la guerra 2.000 castillos, 18.000 villas y 1.500 pueblos en Alemania.

La larga serie de conflictos que forman la guerra pueden dividirse en cuatro etapas diferenciadas:

La revuelta Bohemia (1618-25).

La intervención danesa (1625-29).

La intervención sueca (1630-35).

La intervención francesa (1626-48).

 Guerra de los Siete Años:

La Guerra de los 7 (siete) años fue una  serie de conflictos armados que se extendieron
desde 1756 hasta 1763, en los que participaron las principales potencias del siglo XVIII y varias de sus colonias
en Asia, América y África.

En esta guerra se enfrentaron dos grandes bandos:


PROFESOR ERICK CANCINO SÁNCHEZ IE. CARLOS A. OLIVARES - CHEPÉN

 Gran Bretaña, el reino de Prusia, el reino de Portugal, Hannover y otros Estados alemanes : este bando
era liderado por el emperador prusiano Federico II el Grande y el primer ministro británico William Pitt
el Viejo.

 Francia, el Imperio austríaco, España, Suecia, Nápoles, Piamonte-Cerdeña, el reino de Sajonia, el Imperio
mogol y el Imperio ruso (que cambió de bando en 1762, tras la llegada al trono del zar Pedro III): los
líderes de este bloque fueron la emperatriz austríaca María Teresa I, el rey de Francia Luis XV y la
emperatriz rusa Isabel I.

Este conflicto se inició cuando la dinastía de los Habsburgo, gobernante del Imperio austríaco, decidió recuperar
el territorio de Silesia, que había perdido a manos de Prusia durante la Guerra de sucesión austríaca (1740-
1748). Esta disputa territorial se sumó a la rivalidad entre Gran Bretaña y Francia por el control del comercio
mundial y el dominio de la India, Canadá y la Luisiana. Como Gran Bretaña era aliada de Prusia y Francia, de
Austria, se desencadenaron varios conflictos bélicos simultáneos, a los que también se sumó España, como
aliada de Francia.

Esta guerra tuvo alcance mundial, ya que no solo se peleó en Europa, sino también en América, Senegal, la India
y el archipiélago de las Filipinas. Incluyó más de 70 conflictos armados alrededor de casi todo del mundo. Fue al
mismo tiempo un conflicto por la hegemonía continental entre Austria, Prusia y Rusia y una guerra por el control
del mundo colonial entre Francia, España y Gran Bretaña.

Se la conoce con distintos nombres según los países: Guerra franco-india en los Estados Unidos, Guerra de
conquista en Canadá, Tercera guerra carnática en la India, Tercera guerra silesiana, en Alemania, etc.

La Guerra de los 7 Años, cuyos triunfadores fueron Prusia y Gran Bretaña, finalizó en 1763 con el Tratado de


París, firmado entre Francia, España y Gran Bretaña, y el Tratado de Hubertusburgo, sellado entre Sajonia,
Austria y Prusia. Suecia y Rusia firmaron tratados de paz por separado con Prusia.

Desarrollo de la guerra de los 7 Años

La guerra de los 7 Años se peleó en cuatro frentes distintos:

 Frente europeo: en el cual Prusia se enfrentó a Sajonia, Austria, Rusia y Suecia, mientras Francia luchaba
contra Gran Bretaña y Hannover. Por su parte, España, reforzada por tropas francesas, invadió Portugal.

 Frente americano: en América del Norte, Francia y Gran Bretaña lucharon en Canadá y la Luisiana en un
conflicto que involucró también a los iroqueses; en América Central, los británicos atacaron Cuba y
ocuparon La Habana; en América del Sur, España y Portugal lucharon por el domino de la Banda Oriental
y Río Grande. Los españoles lograron tomar Colonia del Sacramento, Maldonado y las fortalezas de
Santa Teresa y San Miguel.

 Frente asiático: en la India, Gran Bretaña luchó contra Francia, que fue apoyada por el Imperio mogol,
mientras los británicos atacaron la colonia española de Filipinas y se apoderaron de Manila.

 Frente africano: Gran Bretaña se apoderó de Senegal, que era colonia de Francia, para hacerse del
comercio del caucho y de esclavos.

Causas y consecuencias de la guerra de los 7 Años:

Causas
PROFESOR ERICK CANCINO SÁNCHEZ IE. CARLOS A. OLIVARES - CHEPÉN

Las principales causas de la guerra de los 7 Años fueron las siguientes:

 La disputa por el control de la región de Silesia entre el reino de Prusia y el Imperio austríaco. Silesia
había formado parte del Estado austríaco, pero pasó a manos de Prusia luego de la finalización de la
Guerra de la sucesión austriaca (1740-48).

 La rivalidad entre Francia y Gran Bretaña por el control del comercio mundial y de las posesiones
ultramarinas en la India y América del Norte. Esas colonias proveían importantes materias primas como
té, algodón, pescados y pieles.

 La voluntad de Gran Bretaña de debilitar el Imperio colonial español. Esto se tradujo en reiterados
ataques de buques británicos a la flota española, el aumento del contrabando en las colonias
hispanoamericanas y la ocupación británica de territorios en América Central.

 El deseo de Rusia y Suecia de frenar la expansión de Prusia en las costas del mar Báltico.

 La rivalidad entre España y Portugal por el control de ambas márgenes del Río de la Plata y la región de
las misiones jesuíticas.

Consecuencias

Las principales consecuencias de la guerra de los 7 Años fueron las siguientes:

 La firma del Tratado de París (1763), entre Gran Bretaña, España y Francia, por el cual:

o Francia debió entregar a España la Luisiana al oeste del río Misisipi junto con Nueva Orleans y
ceder a Gran Bretaña Senegal, Canadá, la Luisiana oriental, casi todas sus colonias en la India y
las islas de Menorca, Dominica, Granada, San Vicente y Tobago.

o España recibió la Luisiana occidental, recuperó La Habana y Manila y debió entregar la Florida a
Gran Bretaña. También tuvo que devolver Colonia del Sacramento, Santa Teresa y San Miguel a
Portugal.

o Gran Bretaña, la más beneficiada, recibió Senegal, Canadá, la Luisiana Oriental, Florida, parte de
la India, Menorca y varias islas del Caribe.

 La firma del Tratado de Hubertusburgo (1763), entre Sajonia, Austria y Prusia. Este acuerdo consagró el


fortalecimiento de Prusia, que conservó a Silesia y se transformó en el Estado más fuerte de la cuenca
del Báltico y del Sacro Imperio Romano Germánico.

 El debilitamiento de Francia, debido a la pérdida del dominio de cruciales rutas comerciales y la cesión
de territorios que eran fuente de importantes materias primas. Esta situación fue preparando el terreno
para el estallido de la Revolución francesa, en 1789.

 El fortalecimiento de Gran Bretaña, que al hacerse del dominio del comercio mundial obtuvo las
materias primas y los mercados necesarios para desarrollar la Revolución industrial.

 La ruptura de la lealtad de los colonos norteamericanos hacia la Corona británica, debido a que
consideraron que el rey y el Parlamento no reconocieron debidamente su participación en la guerra.
Esto desencadenó la Guerra por la independencia (1776-1783), que concluiría con el reconocimiento por
parte de Gran Bretaña de la Independencia de los Estados Unidos. En esa guerra, Francia y España
PROFESOR ERICK CANCINO SÁNCHEZ IE. CARLOS A. OLIVARES - CHEPÉN

apoyaron a los Estados Unidos para tomar venganza de Gran Bretaña y tratar de recuperar territorios
perdidos en la Guerra de los 7 Años.

 La muerte de 400.000 personas entre civiles y militares, en todos los conflictos armados de la guerra.

También podría gustarte