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DESARROLLO DE TEXTOS ESCOGIDOS

CRECIMIENTO MENTAL POR LA DESINTEGRACIÓN POSITIVA

Por Dabrowski Kazimierz, M. D.

PLAN GENERAL DE LA TEORIA DE LA DESINTEGRACIÓN


POSITIVA

1. El Concepto de Desintegración Positiva

Desintegración implica aflojamiento, división y aún destrucción de la estructura y


de la organización de las funciones psíquicas. La noción de desintegración está
en oposición fundamental al concepto de integración que implica unificación,
organización y coordinación. Parece que la expresión desintegración positiva es
de suyo paradójica. Esto se debe al hecho de que el uso ordinario del término
"desintegración" ha implicado anormalidad, disturbio emocional y enfermedad
mental. El término "integración" ha significado por el contrario, desarrollo mental y
ausencia de disturbio.

Después de una investigación más detallada del fenómeno de desintegración en


nuestro ambiente, y especialmente en nuestro medio humano, sobre todo en el de
nivel elevado, encontramos que los procesos desintegradores adoptan un rol muy
positivo en el desarrollo y en el crecimiento mental del hombre.

Uno de los fenómenos de desintegración, observable en todo ser humano, y


considerado perfectamente normal, es la disociación temporal de la vida mental
consciente, comúnmente conocida como sueño.

Otro estado en que se puede percibir claramente una desintegración de funciones


mentales es la fatiga. En tal estado, los procesos de la conciencia se disocian de
la corriente normal de nuestra vida psíquica.

Tendemos a aislarnos, necesitamos soledad y ausencia de estímulos. Otros


ejemplos de desintegración son los fenómenos de contemplación, éxtasis,
improvisación o inspiración creativa en que nos convertimos, tanto para nosotros

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mismos como para los demás, en una persona nueva y diferente, extraña,
aislada, involucrada en varios tipos de experiencias psiconeuróticas.

El proceso de desintegración se advierte también en los casos de conflictos


internos serios que llevan al estupor y a la paralización, al debilitamiento y a la
disminución de la conciencia o a su hiperactividad.

Entre este tipo de estados de desintegración, podemos incluir también estados de


ansiedad existencia¡, "espasmos" existenciales en los que nos encontramos
alejados de los demás, y experimentamos agotamiento psíquico o emocional,
vaciedad y "noche de alma".

Estos tipos de desintegración son muy comunes en las psiconeurosis. Muchas


personalidades eminentes han sufrido, en efecto, períodos largos o cortos de
psiconeurosis relacionadas, en cuanto al contenido y a la forma, a los períodos de
creatividad y desarrollo acelerados.

Es fácil comprobar que los individuos que han pasado por experiencias
emocionales muy fuertes y difíciles, muestran mayor comprensión y aprecio por
las otras personas y sus dificultades, que aquellos que no han tenido esas
experiencias y han llevado una vida bien integrada y "ajustada' .

Las observaciones mencionadas arriba, indican que los procesos de


desintegración mental no son necesariamente dañinos o negativos. Hemos
encontrado también un alto grado de correlación entre aptitudes y nerviosismo,
así como una correlación marcada entre el contenido y el curso de los procesos
psiconeuróticos en personalidades destacadas y el desarrollo de su capacidad y
de su trabajo creativos.

Todo esto, junto con los datos acumulados en investigación clínica y experimental,
nos lleva a la conclusión de que los procesos de desintegración mental
desempeñan un papel útil, positivo y de desarrollo. Aplicaremos, pues, el término
de desintegración positiva, en general, al proceso de transición desde las formas
primitivas de la vida mental hacia las funciones mentales más refinadas. Esta
transición requiere una reestructuración de las funciones mentales.

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2. Las Bases Clínicas de la Teoría de la Desintegración Positiva

Las experiencias clínicas e investigaciones del autor muestran la existencia de


una correlación positiva entre las habilidades excepcionales y los períodos de
desequilibrio psíquico (especialmente psiconeurosis), y de una correlación
negativa entre la deficiencia mental y el comportamiento neurótico. Estas
conclusiones están sustentadas por los siguientes estudios clínicos:

1) Exámenes psiquiátricos de 170 niños normales realizados en escuelas


públicas, escuelas de bellas artes y academias de educación física, por el Instituto
de Psiquiatría Infantil y el Instituto de Higiene Mental de Warsaw, muestran que
cerca del 85 o/o de los sujetos con coeficiente intelectual de 120 a 150
manifiestan diversos síntomas de nerviosismo y neurosis leve, tales como
ansiedad moderada, depresión, fobias, inhibiciones, tics leves y varias formas de
sobreexcitabilidad.

2) El examen de 75 niños retardados mentales en Polonia y en el Canadá, no ha


revelado rasgos o síndromes que puedan llamarse propiamente psiconeuróticos.
La ausencia de síndromes psiconeuróticos en el retardo mental ha sido
confirmada por otros estudios y, en general es admitida.

3) Generalmente se reconoce que la gran mayoría de niños jóvenes y adultos que


poseen dotes excepcionales, manifiestan componentes psiconeuróticos muy
fuertes y claros. L. M. Terman pretende que sus estudios demuestran lo
contrario, pero no tomó en cuenta en su investigación ni los exámenes
psiquiátricos ni los niveles de desarrollo emocional que son análogos a los niveles
de desarrollo intelectual.

4) Sabemos por Rorsechach que los individuos de tipo ambigual obtienen en la


estructura de su personalidad, un alto grado de armonía, riqueza psicológica y
creatividad. La mayor parte de las personas que pertenecen a este tipo,
despliegan en la edad del negativismo (2-3 años) y especialmente en la pubertad,
síntomas psiconeuróticos de discordancia mental y desequilibrio psíquico. Esta
falta de armonía y equilibrio parecen ser condiciones favorables en el desarrollo
de los individuos de tipo ambigual.

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5) La presencia de rasgos infantiles en la estructura psíquica de los adultos se
considera generalmente como condición negativa y de inferioridad. Sin embargo,
encontramos a menudo en adultos con capacidad creativa la presencia de
algunos rasgos infantiles tales como sobreexcitabilidad, nerviosismo, pensamiento
animista y prelógico al mismo tiempo que algunos rasgos neurótico Estos rasgos
están casi siempre presentes en la estructura de la personalidad de individuos
eminentes y creativos. Pueden ser fácilmente detectados en sus obras.

6) En los individuos llamados normales, observamos con frecuencia, durante y


después de los períodos de tensiones fuertes, algunas manifestaciones de
creatividad, sutileza y sintonía.

7) En hombres de talento creativo o geniales, encontramos estados mucho más


fuertes de desequilibrio mental que en las personas denominadas normales; por
ejemplo, excesiva excitabilidad emocional y de la imaginación, estados de mucha
tensión, inhibiciones y ansiedad profunda, así como otros rasgos de carácter
neurótico.

8) Se han registrado casos de depresión y esquizofrenia, donde los síntomas de


desintegración desaparecieron después de una lobectomía frontal. También
desapareció todo síntoma de pensamiento reflexivo y creativo, y las víctimas de la
operación se estabilizaron a un nivel de funcionamiento vegetativo automático.

En resumen, sobre la base de la experiencia clínica, estudios, observaciones, así


como evaluaciones longitudinales sobre la base del análisis de las biografías de
personalidades eminentes, encontramos correlaciones positivas bastante altas
entre la desintegración mental, el nerviosismo y la psiconeurosis por un lado, y el
desarrollo acelerado y las habilidades creativas por el otro.

Como consecuencia de estas observaciones surge la hipótesis de que en


individuos normales, toda manifestación de desarrollo mental está, en un mayor o
menor grado, relacionada a la desintegración, y que en individuos muy creativos,
el desarrollo se correlaciona fuertemente con la falta de armonía interna,
nerviosismo y algunas formas de neurosis.

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Según esta hipótesis, que eventualmente evolucionó, originando la teoría de la
desintegración positiva, las experiencias de choques nerviosos. tensiones
emocionales y traumas, pueden acelerar el desarrollo de los individuos con un
potencial innato para el desarrollo positivo. De acuerdo con este punto de vista, la
labilidad del sistema nervioso autónomo (sensibilidad vegetativa), la excitabilidad
mental y las depresiones leves, en combinación con ciertos dinamismos de la
desintegración a niveles múltiples, tales como el asombro consigo mismo,
sentimientos de culpa, sentimientos de inferioridad hacia si' mismo, y el más
importante, el tercer factor, constituyen los elementos dinámicos del desarrollo
mental positivo. Estos elementos dinámicos contribuyen a la formación de un
medio psíquico interno rico.

Las mencionadas formas de sensibilidad acrecentada y los dinamismos del medio


psíquico interno, que denotan, por un lado, una gran riqueza. y por otro, labilidad y
desequilibrio del funcionamiento psíquico, son expresiones de una rica dotación
hereditaria, de una buena capacidad de transformación psíquica interna de las
experiencias personales, y de una plasticidad psíquica necesaria para el
desarrollo positivo. Estos síntomas son predominantemente psiconeuróticos; pero
indican, a excepción de un pequeño porcentaje de casos que terminan en la
involución, que lo que se está dando es un proceso de desarrollo humano
positivo, no una enfermedad. Podríamos inclusive arriesgar la afirmación de que
el desarrollo creativo es difícilmente posible sin ningún dinamismo de tipo
neurótico o psiconeurótico.

Por consiguiente, en contraste con la mayoría de las teorías psiquiátricas


formuladas hasta ahora, la teoría de la desintegración positiva considera los
estados de desequilibrio mental, nerviosismo, neurosis y psiconeurosis, corno
formas básicas del desarrollo potencialmente positivo o incluso acelerado. La
nueva orientación que considera los disturbios mentales como poseedores de un
rol altamente previa positivo en el proceso de desarrollo, en contraste con la
actitud de considerarlos como patológicos, exige una nueva categorización d los
mismos. El problema está en distinguir una desintegración positiva de una
negativa, y una integración positiva de una integración negativa.

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En resumen:

(1) Los procesos psicopatológicos pueden ser divididos en dos categorías:

a. La desintegración negativa o involución. Aquí se incluyen los procesos de base


orgánica y las psicosis severas.

b. La desintegración positiva. Pertenecen aquí muchas formas de desadaptación,


nerviosismo, y la gran mayoría de las psiconeurosis.

(2) La integración puede ser negativa o positiva:

a. La integración negativa puede ser:

1.- una estructura psicopática que presenta una fuerte organización de


tendencias, con la actividad intelectual subordinada a ellas. Un psicópata
carece de conflictos internos;

2.- además de la integración psicopática existe una integración primitiva, o


primaria, presente en mucha gente normal con un bajo nivel de funciones
emocionales e intelectuales. Sólo podrán liberarse de esta integración primitiva
mediante la desintegración.

b. La integración positiva:

1.- es el resultado de un proceso de desintegración positiva que ocurre en


personas normales durante los períodos de desarrollo mental. La integración
positiva o secundaria, puede ser parcial o global, abarcando toda la estructura
de la personalidad. La denominamos integración secundaria parcial o global,
respectivamente.

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3. Niveles y Tipos de Desintegración Positiva

El proceso de desintegración positiva incluye cinco etapas o niveles que se


pueden distinguir claramente: integración primaria, desintegración a un solo nivel,
desintegración espontánea a niveles múltiples, desintegración dirigida a niveles
múltiples, integración secundaria.

La primera etapa llamada integración primitiva o primaria, se caracteriza por las


estructuras o funciones mentales de nivel inferior, automáticas e impulsivas,
determinadas por tendencias primitivas, innatas. En esta etapa, la inteligencia no
controla ni transforma las tendencias básicas.

Es empleada de manera puramente instrumental, proporciona los medios para


lograr los fines determinados por tendencias primitivas. La desintegración de esta
estructura primitiva es posible sólo si hay núcleos de rasgos psiconeuróticos, o de
sensibilidad, activados positivamente por la poderosa influencia de un medio
ambiental altamente desarrollado.

La desintegración a un solo nivel comienza con un aflojamiento de la rígida


estructura propia de la integración primaria. Entre sus primeros síntomas tenemos
la creciente sensibilidad a los estímulos internos, vagos sentimientos de,
inquietud, ambivalencias y ambitendencias, varias formas de discordancia interior
y, gradualmente, la aparición de núcleos de jerarquización.

Este proceso de diferenciación jerárquica se aplica tanto a los estímulos externos


como a los de la propia estructura mental. Al principio esta jerarquización es muy
débil. Hay una continua vacilación n entre los "pro" y los "contra”, no hay una
dirección definida hacia "arriba" o hacia "abajo".

Tan pronto como el proceso de jerarquización se hace más pronunciado, la


diferencia entre lo que se acerca a lo que es "más yo-mismo" y lo que se aleja de
ello menos yo-mismo"), entre "lo que es" y "lo que debe ser", se hace claramente
discernible El individuo pasa entonces a la etapa siguiente de desarrollo, la
desintegración espontánea a niveles múltiples. Aparecen aquí dinamismos de
desarrollo tales como asombro-consigo-mismo, inquietud-consigo-mismo,
insatisfacción-consigo-mismo, sentimiento de vergüenza y culpa, sentimientos de
inferioridad hacia-sí-mismo. El individuo busca no sólo la novedad, sino algo

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superior, busca ejemplos y modelos en su medio externo y en sí mismo. Empieza
a sentir la diferencia entre lo que está en un nivel superior, y lo que está en un
nivel inferior. Podemos observar la formación de una conciencia crítica respecto
de sí mismo y de los demás, conciencia de la propia "esencia" al surgir ésta de la
propia existencia. La desintegración espontánea a niveles múltiples es el período
crucial de las transformaciones de desarrollo positivas.

La etapa siguiente que es la desintegración dirigida a niveles múltiples, exhibe


más tranquilidad, sistematización y transformación consciente de sí mismo. Los
dinamismos de desarrollo que aparecen claramente en este período son: "sujeto-
objeto" en sí-mismo, el tercer factor, conciencia de sí mismo y autocontrol,
identificación y empatía, autoeducación, autopsicoterapia. El ideal de la
personalidad adquiere contornos más definidos y se hace más próximo a los
individuos. Se da un desarrollo pronunciado de la empatía.

La última etapa llamada "integración secundaría" consiste en una nueva


organización y armonización de la personalidad. Los principales dinamismos
activos en esta etapa son: la autonomía y la autenticidad, el centro de dirección y
ejecución a nivel elevado, una empatía sutil altamente refinada, y la actividad del
ideal de la personalidad. La relación de "Yo" y "Tú" adquiere una nueva
dimensión. Aparece una necesidad creciente de trascender la realidad sensorial,
"verificable", a aquella realidad empírica que puede llegar a aprehenderse por la
intuición, la contemplación y el éxtasis, más que por medio de los sentidos.

Se afirma aquí que todo ser humano, especialmente aquellos que tienen talento y
experimentaron un proceso de desarrollo acelerado, exhiben en sus vidas el
fenómeno de la desintegración parcial, que puede convertirse en una parte del
proceso general de la desintegración positiva o culminar en una integración
parcial, o en una desintegración negativa.

Cuando más acelerado es el desarrollo mental, más universalmente dotado es el


individuo; cuanto más síntomas psiconeuróticos positivos muestra, tanto mayor es
la posibilidad de que su desintegración tome un carácter global. Cuanto más bajo
es el nivel de desarrollo, menos universal es el crecimiento del individuo, y tanto
más frecuentemente se observarán desintegraciones y reintegraciones parciales.

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¿Qué se entiende por desintegración parcial e integración secundaria parcial? Las
encontramos incesantemente en la vida diaria. Si alguien nos hiere y
reaccionamos agresivamente, no manifestamos desintegración parcial. Sin
embargo, si intentamos analizar las circunstancias en las que hemos sido heridos,
si tratamos de comprender las condiciones que llevaron al otro a herirnos, nos
podemos abstener de reaccionar con violencia, podemos encontrar algunas
razones que excusen su conducta.

Esta se hará mucho más comprensible y menos hiriente, posiblemente incluso


experimentaremos un sentimiento de amistad hacia ese hombre, y nos haremos
conscientes de sus dificultades y problemas.

Esta actitud eliminará la posibilidad de agresión y, en general, acrecentará nuestra


habilidad para comprender a los demás. Permitirá, en el futuro, la "apertura" hacia
las dificultades que experimentaron los otros y un comportamiento más sutil, más
sensible y de mayor visión.

Lo que sucedió en este caso fue una inhibición de la manera corriente,


"integrada", de responder. De esta forma quebrantamos nuestra estructura mental
de nivel inferior y alcanzamos una integración parcial a un nivel superior. Se sigue
de aquí que los-niveles inferiores de la estructura mental están más rígidamente
organizados y operan de manera más automática que los niveles superiores.

Veamos otro ejemplo. S., un alumno de 2º de Secundaria, recibió una mala nota
injusta en una materia que dominaba bastante bien. Sintió profundamente su
fracaso debido seguramente a la falta de atención del profesor o a una actitud
momentánea negativa hacia él, o a alguna otra circunstancia accidental.

La primera reacción del alumno fue negarse a ir al colegio, mostrar sentimientos


agresivos hacia el maestro, ser descortés con él. Pasado un tiempo S. reflexionó
nuevamente sobre el asunto. Llegó a la conclusión de que este tipo de injusticia
no es necesariamente el resultado de un deseo consciente y deliberado.
Siguiendo el consejo de sus padres y los resultados de sus propias
deliberaciones, decidió abstenerse de cualquier respuesta impulsiva y trabajar
más. Después de pocas semanas recibió una buena nota.

El profesor volvió a considerar el problema y admitió ante la clase que la nota


anterior no había sido justa. Esta inhibición, la internalización de este hecho
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desagradable, la capacidad de controlar una respuesta violenta, cuidadosa
reflexión y reconsideración de la respuesta, condujeron a una integración parcial
de nivel superior.

Una gran variedad de circunstancias que provocan miedo pueden llevar a la


desintegración mental. Pero, al mismo tiempo, especialmente si el individuo es
capaz de empatía, atraen la atención hacia los sentimientos de los demás, dando
origen al sentimiento de responsabilidad y al crecimiento y refinamiento de la
empatía, entonces, esta forma más primitiva e inferior del instinto de conservación
queda controlada, empezamos a experimentar miedo por los demás, y, a veces,
hasta ansiedad existencial.

Si los núcleos de desarrollo son suficientemente fuertes, los miedos de nivel


inferior son reemplazados por miedos de tipo superior, por sentimientos altruistas
y empatía.

Este proceso culmina en una integración parcial a un nivel superior, o en etapas


superiores más avanzadas de desintegración parcial.

Cuando mayor sea el número de las desintegraciones e integraciones parciales,


más profundas serán las corrientes que surgen en la estructura mental, más
fuertes se hacen las conexiones entre esas corrientes, hasta que surge una
corriente final que toma la forma del proceso global de desintegración positiva.

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4. El Medio Psíquico Interno

Para entender el proceso de desintegración positiva es necesario considerar la


formación y crecimiento del medio psíquico interno. Entendemos por este término
la totalidad de dinamismos de desarrollo que operan en un orden jerárquico o no-
jerárquico, algunas veces cooperando unos con otros, a veces en conflicto.

Podemos notar, en proporción al crecimiento y la estratificación jerárquica del


medio psíquico interno, vacilación del centro de dirección y ejecución en los
niveles inferiores, y su creciente estabilidad e identificación con los componentes
básicos de la personalidad en los niveles superiores.

El medio psíquico interno es una estructura mental dinámica que aparece en


forma significativa sólo en las etapas avanzadas del desarrollo mental,
básicamente en el período de desintegración a niveles múltiples. Al nivel de la
integración primitiva, estrictamente hablando, no hay medio psíquico interno. Este
aparece posteriormente cuando se forman los dinamismos de desarrollo,
particularmente aquellos que poseen una naturaleza autónoma, tales como el
tercer factor, la transformación psíquica interna, autenticidad, ideal de la
personalidad, auto-educación y autopsicoterapia, la habilidad para la meditación y
contemplación.

En el capítulo IV del presente libro presentamos un estudio extenso del medio


psíquico interno.

Aquí limitaremos nuestro análisis a una breve descripción de algunos dinamismos


selectos que son de importancia especial en la aceleración y configuración del
proceso de desarrollo mental.

Uno de los primeros dinamismos que surge generalmente en el período de


transición desde la desintegración a un solo nivel hacia la de niveles múltiples, es
el sentimiento de inquietud consigo mismo. Es un sentimiento claramente
diferente del sentimiento de inquietud sobre uno mismo que tiene sus raíces en el
instinto de conservación. Inquietud consigo mismo es, por el contrario, una
expresión temprana del instinto de auto-perfección.

Incluye elementos de admiración y sorpresa y consiste en un sentimiento vago de


que algo inesperado y no enteramente apropiado tiene lugar en nuestra estructura

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mental. Este sentimiento es un claro síntoma del proceso de creciente
aflojamiento y desintegración del equilibrio mental primitivo precedente. Expresa
una actitud introvertida que vuelca la atención del individuo de los objetos
externos hacia sus estados mentales interiores.

El sentimiento de inquietud consigo mismo significa una brecha importante hacia


el camino de la formación gradual de una personalidad auténtica.

Otro dinamismo que toma un papel crucial en la configuración de la dirección del


desarrollo mental, consiste en la habilidad y la tendencia a tomar una actitud
selectiva, crítica, respecto tanto a las tendencias innatas, como a las influencias
ambientales.

Como los determinantes hereditarios constituyen uno de los factores y el


condicionamiento ambiental otro, llamamos a esta nueva habilidad el tercer factor
y afirmamos que es una fuerza decisiva e indispensable, si el individuo va a
alcanzar alguna vez el nivel de una personalidad autónoma y auténtica.

El dinamismo del tercer factor surge del encuentro de influencias de los dos
primeros factores, pero representa una nueva habilidad, irreductible a sus
orígenes.

El tercer factor afirma y acepta algunas tendencias innatas y algunos modelos


sociales mientras que niega, rechaza y delega a la atrofia otras tendencias y
estímulos.

Es un dinamismo crítico, valorativo y selectivo. La configuración de una persona


libre, independiente y auténtica es impensable sin la activación de esta habilidad
específicamente humana.

Una actividad pronunciada del tercer factor está en la base de una operación más
intensa del dinamismo sintético de la transformación psíquica interna.

Este es un dinamismo que pone fin a la estereotipia de los reflejos condicionados


y de los hábitos.

Selecciona estímulos, internaliza sólo aquéllos que resisten la prueba del


escrutinio valorativo.

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Somete los estímulos a un proceso intensivo de "remodelación" bajo la acción de
otros dinamismos, las fuerzas transformadoras debido a la empatía, memoria,
imaginación, retrospección y prospección, pensamiento intuitivo y discursivo.

La respuesta resultante de la transformación psíquica interna depende menos del


tipo y fuerza de los estímulos, que de la cualidad y hondura del medio psíquico
interno, en los niveles de actitudes y compromisos, aspiraciones y creencias del
individuo.

El fenómeno de la transformación psíquica interna es la razón por la cual el


comportamiento humano no puede ser explicado por la fórmula mecanicista "S-R".

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DESARROLLO POSITIVO Y ACELERADO

1. Introducción

Nuestro enfrentamiento del problema del desarrollo mental está relacionado,


hasta cierto punto, con la teoría de la evolución del sistema nervioso de Hughlings
Jackson.

Según Jackson (55) la evolución del sistema nervioso se caracteriza por cambios
de lo simple a lo más complejo, de una estructura mejor organizada a una menos
organizada, y de operaciones automáticas a operaciones voluntarias.

Discrepamos con respecto al segundo punto.

Opinamos que lo que es "menos organizado" presenta con frecuencia procesos


desintegradores transitorios que llevan, en último término, a nuevos niveles de
organización superior.

Nuestros criterios de evolución se dan con mayor precisión y detalle en el capítulo


sobre las emociones superiores.

2. El Instinto de Desarrollo

El instinto de desarrollo, en nuestra opinión, es esencialmente un "instinto madre


más o menos análogo a la "hormé" de Monakow (63).

Existe sin embargo la diferencia de que este último está relacionado más
específicamente con el desarrollo del embrión y no va más allá del ciclo biológico
de la vida del ser humano, en tanto que el primero, conduce al desarrollo mental
más allá de los automatismos biológicos.

El instinto de desarrollo tal como lo entendemos, no puede reducirse enteramente


a fuerzas biológicas, no está "terminado" en la estructura del embrión, más bien
va más allá del ciclo biológico del individuo, y le permite transformar su tipo
psicológico heredado.

El instinto de desarrollo puede verse claramente en lo que llamamos desarrollo


acelerado y especialmente en el desarrollo de personalidades eminentes.

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Se le reconoce por la temprana aparición de núcleos de desarrollo. Generalmente
el potencial para el desarrollo acelerado se señala por la presencia de múltiples
formas de hiperexcitabilidad de núcleos de desintegración positiva y del medio
psíquico interno, así como por habilidades, talentos e intereses especiales.

Los instintos e impulsos primitivos con los que entraron en la vida aquellos que
maduran hacia una personalidad rica y creativa, a lo largo de¡ curso de su vida
sufren una transformación.

Por ejemplo, cuando el instinto de conservación se modifica, su expresión


primitiva se desintegra y es transformada, en cambio, en el comportamiento de un
ser humano con valores morales.

De igual manera, la fuerza primordialmente biológica del instinto sexual se


transforma en vínculos emocionales duraderos y exclusivos.

La transformación del instinto de agresión lo traslada al área de los conflictos de


valores morales, sociales e intelectuales.

La realización de estas tendencias se da en una desintegración de la naturaleza


impulsiva primitiva de las fuerzas instintivas.

El proceso de transformación tiene lugar bajo la influencia de un dinamismo de


desarrollo que denominamos el instinto de desarrollo.

Estimulado por este instinto, el hombre progresa a través de una desintegración


de tendencias predominantemente biológicas a un desarrollo de nivel superior, el
ser humano cultural.

El mismo hecho de que el hombre supera sus tendencias biológicas demuestra


que el poder del instinto de desarrollo es mayor que la fuerza combinada de las
tendencias primitivas.

El instinto de desarrollo actúa contra los modelos funcionales automáticos,


limitados y primitivos del ciclo biológico vital.

Dentro de cada individuo, el instinto de desarrollo puede apartarse de la dirección


dominante del desarrollo para iniciar direcciones que fueron al comienzo
marginales, pero que después pueden llegar a ser, para este individuo, las
direcciones dominantes.

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Los síntomas de un proceso de transformación semejante, pueden advertirse
cuando el individuo comienza a cansarse de la estereotipia, del automatismo, de
la conformidad con la monotonía de la vida diaria y de la conformidad con las
mismas respuestas internas y externas a los mismos estímulos.

El individuo empieza a sentir necesidad de liberarse de la unilateridad de su tipo


psicológico, la necesidad de romper sus cadenas tipológicas, de liberarse del
modelo de desarrollo, de romper la estereotipia de conexiones precedentes entre
estímulos respuestas, y de buscar la originalidad y creatividad necesarias para
una superación semejante.

Este proceso le permite el surgimiento y desarrollo de su propio tipo psicológico


formado autónomamente. En este momento el individuo se hace capaz de
superar su tipo biológicamente determinado y aún su ciclo de vida biológico.

Estas necesidades y los esfuerzos dirigidos hacia la realización de las mismas,


llevan a los conflictos internos y externos, a la desadaptación positiva, a la
desintegración y a los dinamismos neuróticos y psiconeuróticos.

3. El Desarrollo Mental Biológicamente Determinado y el


Autónomo

Los procesos mentales descritos anteriormente indican que h dos clases


generales, o mejor dicho, dos niveles de desarrollo mental uno que se realiza de
conformidad con las leves universales del desarrollo de la especie humana, con el
cielo biológico de vida, y otro que toma una forma acelerada y va más allá del
cielo de transformaciones biológicas.

El primero pasa por las etapas de la niñez, madurez.. el proceso de


envejecimiento y culmina en la muerte. Se caracteriza por una gradual integración
psicobiológica de funciones, creciente perfección biológica, actividades típicas
para las etapas universales de desarrollo (adquisición de habilidades
psicosomáticas e intelectuales específicas del hombre, ajuste hacia el medio
externo. compromiso en ocupaciones comunes de tipo práctico, sexual,
profesional y social). La segunda forma del desarrollo mental consiste en la
trascendencia de aquellas actividades, en cierto grado de desajuste respecto a las
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fases universales de desarrollo. Se caracteriza por hiperexcitabilidad mental, esto
es, nerviosismo, frecuente desintegración de funciones, psiconeurosis, desajuste
social y procesos acelerados de transformaciones mentales.

En la primera clase de desarrollo la hiperexcitabilidad mental y el desajuste


aparecen generalmente en fases específicas de desarrollo y en situaciones de
tensión. Desaparecen cuando la fase biológica o la experiencia grave llegan a su
fin.

En el segundo tipo de desarrollo sucede lo contrario; la sobreexcitación, el


desajuste, los impulsos creadores se hacen permanentes o elementos casi
permanentes y no se manifiestan solamente en períodos difíciles.

El primer tipo de desarrollo está determinado biológicamente, es universal,


ordenado de una manera estricta y rígida. El desarrollo de la segunda clase es
una expresión de la diferenciación individual, autonomía en relación a las leves
biológicas, autenticidad, creatividad y transformación del tipo psicológico innato.
Implica desajuste al medio ambiente y al cielo biológico. y por consiguiente, hasta
cierto punto, la superación de este ciclo.

En la primera clase de desarrollo observamos generalmente una función


intelectual de nivel medio y cierto grado de subdesarrollo emocional. En la otra
clase de desarrollo observamos generalmente habilidades superiores a las
normales, riqueza y profundidad emocional, así como inclinación a la
psiconeurosis.

Los individuos que manifiestan la segunda clase de desarrollo son desde su niñez
difíciles, frecuentemente desadaptados, de talento, y experimentan crisis serias de
desarrollo. Muestran una tendencia hacia la hiperexcitabilidad mental, hacia la
disolución de los niveles inferiores en su tendencia hacia los niveles superiores.

Por eso, muestran disturbios y discordancias en su ambiente interno y externo,


sentimientos de "extrañeza", de alocentrismo. En este grupo encontramos niños
muy inteligentes, personalidades creativas y excepcionales, hombres geniales,
¡.e. aquellos que contribuyen con nuevos valores.

Pueden encontrarse fácilmente ejemplos notorios de esta segunda clase de


desarrollo. Los historiadores parecen coincidir en su juicio de que Abraham

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Lincoln fue el mejor presidente de los Estados Unidos. Por muchos años él
experimentó graves disturbios mentales. ansiedades y depresiones en el límite de
la psicosis. Con frecuencia exhibía actitudes de incertidumbre, duda, inhibición,
marcada sensibilidad, habilidad para la identificación, autonomía y autenticidad.

Sin embargo, los últimos años de su vida se caracterizaron por la armonía interna,
habilidad para hacer decisiones tajantes, visión, humanitarismo, y control sobre
sus dinamismos "patológicos".

Otro caso de desarrollo mental autónomo que rompe el cielo biológico de vida es
el ganador del premio Nóbel notable escritor americano, Willim Faulkner.

Era depresivo, desadaptado, como escritor y como hombre. Introvertido, retraído,


psiconeurótico, creaba en sus novelas una amplia galería de figuras
desintegradas e incluso asociales que pasaron por transformaciones dramáticas
hacia niveles superiores de humanidad.

La manera en que concentró su atención en problemas psicológicos y los pintó en


sus escritos lo hacen representante de la literatura mundial. En él se combinan el
genio literario, la desadaptación, disturbios mentales y visión.

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4. Desarrollo Unilateral

Aparte de los dos tipos de desarrollo mental mencionados, existe un tercer tipo de
desarrollo mental. Se manifiesta en la psicopatía y la paranoia, es decir, en
procesos y estructuras mentales integradas en un carácter asocia¡ y antisocial,
algunas veces hasta criminal.

Este tipo de desarrollo mental lo encontramos, en su manifestación menos feliz,


en individuos que pueblan las cárceles; en su expresión más elaborada y
unilateralmente perfeccionada en "líderes" nacionales, políticos y militares, jefes
de sindicatos, etc..

En este último caso generalmente se asocia a una inteligencia superior al


promedio, pero subordinada a impulsos primitivos, un serio retardo afectivo.
Pertenecen a este grupo líderes de bandas criminales mundialmente conocidas.

Dos eminentes psicópatas, Adolfo Hitler y José Stalin, mostraron el mismo tipo de
estructura mental, carencia de empatía, frialdad emocional, crueldad ilimitada, y
afán de poderío.

Hacia el fin de sus vidas ambos manifestaron una creciente desconfianza y


criminalidad lo que señaló la transición de la integración psicopática primitiva a la
paranoia y la disolución.

Una desconfianza patológica descontrolada, manía de persecución, delusiones y


sobreexcitabilidad frente a conflictos externos, característicos de la última etapa,
son los síntomas comunes de la transición de la estructura psicopática a un
proceso claramente patológico.

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5. Potenciales Diferenciales del Instinto de Desarrollo

Se puede observar fácilmente en un niño de año y medio a dos años. algunos


potenciales bastante bien diferenciados del instinto de desarrollo.

Estos pueden expresarse a través de varias formas diferenciadas de


hiperexcitabilidad psíquica tales como sobreexcitación sensual, psicomotora,
emocional, intelectual o de la imaginación.

La primera se puede manifestar por una necesidad y búsqueda activa de


experiencias sensoriales, suaves tocamientos y caricias.

Esto puede evolucionar, más tarde. hacia una emotividad sensual y una tendencia
sexual más bien fuerte. La hiperexcitabilidad psicomotriz se expresa a menudo a
través de una hiperactividad general, actitudes dominantes. discordantes,
antagonistas.

El potencial para la hiperexcitabilidad emocional puede manifestarse por una gran


sintonía y sensibilidad.

Estas manifestaciones representan núcleos para un crecimiento aún mayor hacia


niveles superiores de empatía.

La hiperexcitabilidad de la imaginación puede servir de base para el desarrollo de


la prospección y retrospección, es decir, la capacidad de usar las propias
experiencias del pasado en el planeamiento del futuro.

La hiperexcitabilidad intelectual acompañada de otras formas de sobreexcitación,


especialmente emocional y de la imaginación, unida a algún potencial para la
intuición, puede conducir a un temprano desarrollo de intereses y talentos
especiales.

Los núcleos de tipos psicológicos mixtos (esquizotímico-cíclico, introvertido-


extrovertido), que se pueden observar desde las primeras etapas del desarrollo,
así como algunos de los elementos mencionados anteriormente, indican un
potencial para el surgimiento temprano y evolución del medio psíquico interno.

Las manifestaciones de intereses, talentos y habilidades especiales observables


tempranamente, también son otro indicio de potencial de desarrollo.

20
6. Un Factor Básico en la Transformación de los Tipos
Psicológicos

La coexistencia en el potencial de desarrollo, por ejemplo, de hiperexcitabilidad


emocional, intelectual y de la imaginación, o la coexistencia de rasgos de
introversión y extraversión, esquizotímicos y ciclotímicos, permite la
transformación del tipo psicológico básico, es decir, permite la elaboración de
características tipológicas mucho más ricas, complejas y multidimensionales.

En las experiencias vitales de los individuos que muestran dicho potencial para la
transformación, por ejemplo en los tipos esquizotímico e introvertido veremos una
necesidad de contacto, de comprensión del prójimo y de empatía.

En los tipos extravertido y cíclico observamos una necesidad de introversión.


soledad, aislamiento, quietud y exclusividad de los vínculos emocionales. Nos
encontramos aquí frente a una combinación de rasgos mentales característicos
de la introversión de contacto, y de la extraversión meditativa ambas conducen al
desarrollo acelerado.

Otro ejemplo sería la existencia de necesidades de actividad y organización por


parte de un individuo caracterizado ya por una hiperexcitabilidad emocional y
psicomotriz, sensibilidad, sutileza, riqueza de experiencias emocionales y una
tendencia hacia la exclusividad emocional.

De dichos potenciales surgen los núcleos para el desarrollo de actividades


emocionales superiores, núcleos para trascender las estructuras unilaterales, para
el desarrollo de la autenticidad, empatía, conciencia de sí, y dominio de sí.

21
7. El Potencial para Trascender el Cielo Biológico Vital.

La hiperexcitabilidad psíquica, los rasgos de tipo psicológico mixto (que son, al


mismo tiempo, los núcleos del medio psíquico interno), intuición, intensos
intereses y talentos, proporcionan una base para el lento desarrollo de tendencias
hacia la superación de] cielo biológico vital M hombre.

Este proceso se manifiesta por una eliminación gradual de estereotipos


automáticos, rígidos e instintivos, reemplazándolos por dinamismos más
creativos, más individuales, más exclusivos y más supratipológicos.

Por tanto, el individuo que atraviesa este proceso expresa su fuerte tensión de
desarrollo, su cansancio de todo lo que es demasiado automático, común y
ordinario en el cielo biológico vital del hombre.

Experimenta una incomodidad creciente hacia el hecho de pertenecer a una edad


y fase de desarrollo definidas.

Le desagrada la imposición automática de ciertas formas de reacción que se


supone deben manifestarse en esa edad, la que fuere, tales como la excitabilidad
o depresión, intereses y tensiones sexuales, la voluntad de poder, ambivalencias,
sentimientos cíclicos de inferioridad y superioridad, es decir, el contenido,
jerarquía y evolución común y corriente de las reacciones asociadas a varias
etapas de la vida humana.

El individuo con un rico potencial de desarrollo se rebela contra los factores


determinantes comunes en su medio externo.

Se rebela contra todo lo que se le impone contra su voluntad, contra las


influencias típicas de su medio ambiente, contra la necesidad de subordinarse a
las leyes biológicas.

Al mismo tiempo puede surgir una actitud positiva o negativa respecto a algunos
de sus rasgos hereditarios e inclinaciones innatas.

El individuo empieza a aceptar y afirmar algunas influencias y a rechazar otras,


tanto de su medio psíquico interno como de su medio externo.

Surge una disposición hacia la elección consciente y la autodeterminación.

22
La conciencia de sí y el dominio de sí aumentan: la retrospección y la prospección
se robustecen; las formas de la realidad impuestas empiezan a debilitarse.

El individuo busca su propia identidad superior, elegida y determinada por sí


mismo.

No quiere contentarse con sólo un nivel de vida mental que le ha sido impuesto
por su medio social.

Busca su propia jerarquía de valores y es sensible a los aspectos angustiantes y


negativos de la vida.

Cuando tiene una experiencia feliz recuerda el hecho penoso de que no durará.

Trata de sobreponerse a un mundo sensorial y lógico esforzándose por crear, en


la imaginación, un mundo mejor. Intenta sobrepasar el empirismo racionalista
orientado sensorialmente, pues reconoce que es sólo un nivel de la realidad, e
intenta alcanzar el nivel más elevado de síntesis, intuición y experiencia
existencial y trascendental.

8. La Triple Causalidad del Desarrollo

Hemos tratado ya varias veces, aunque un tanto superficialmente, el tema de los


tres factores en el desarrollo del hombre. El primero de estos factores implica
elementos hereditarios, innatos y constitucionales que se expresan en el potencia¡
de desarrollo, de un modo más o menos específico, y pueden ser ya reconocidos
en un niño de un año.

Con frecuencia pueden ser claramente percibidos en un niño cuya edad fluctúa
entre uno y tres años.

La temprana diferenciación de estos potenciales no podría ser explicada, a pesar


de su plausibilidad, por factores ambientales. En una familia culta y bien educada,
que manifiesta amor y responsabilidad por sus hijos, no podemos explicar las
diferencias en la hiperexcitabilidad emocional o de la imaginación, ni las
diferencias en la tipología mixta, y las diferencias de intereses y talentos entre los
niños, haciendo referencia sólo a las influencias ambientales.

23
Los potenciales de desarrollo innatos pueden ser más generales o más
específicos, más positivos o más negativos. La excitabilidad general, los núcleos
del medio psíquico interno, los intereses y aptitudes generales son ejemplos de
potenciales positivos generales.

Formas específicas de hiperexcitabilidad tales como la hiperexcitabilidad


emocional, de la imaginación o sensual, así como intereses o aptitudes
específicas tales como las aptitudes musicales, coreográficas o matemáticas,
constituyen potenciales positivos y específicos.

La psicopatía constitucional, los núcleos de psicosis involucional, las formas


hereditarias de retardo mental son ejemplos de potenciales negativos generales.
La agresividad, las inclinaciones criminales, constituyen potenciales negativos
específicos.

Las influencias ambientales se encuentran con esos potenciales, los refuerzan o


debilitan, pero su resultado siempre depende de la dotación hereditaria del
individuo. Podemos distinguir tres formas principales de internación entre los
potenciales innatos y las influencias ambientales.

(1) Si el potencial de desarrollo es claramente positivo o negativo, la influencia del


medio ambiente es secundaria.

(2) Si el potencial de desarrollo no muestra ninguna cualidad definida, la influencia


de] medio ambiente es importante y puede ir en cualquier dirección.

(3) Si el potencial de desarrollo es débil o inespecífico, la influencia de] medio


ambiente puede ser decisiva en sentido positivo o negativo.

Si se puede llamar hereditario al primer factor, y ambiental al segundo, es


necesario tener en cuenta la actividad de un tercer factor, es decir, a todas las
fuerzas autónomas. ¿Cuál es su fuente? ¿Cómo se desarrollan? ¿Cuál es su
génesis? . Estas preguntas son difíciles de responder. Sólo podemos suponer que
los factores autónomos derivan de potenciales de desarrollo hereditarios y de
condiciones ambientales positivas; están configurados por influencias de ambos.
Sin embargo, las fuerzas autónomas no derivan exclusivamente de la herencia y
24
del medio ambiente, sino que también están determinadas por el desarrollo
consciente del propio individuo. Aparecen en varios períodos de desarrollo;
pueden describirse y diferenciarse.

En individuos superiormente dotados que muestran desarrollo acelerado, los


factores autónomos pueden ser hallados y descritos con bastante precisión. Como
se mencionó anteriormente, se encuentran donde descubrimos potenciales de
desarrollo, y donde encontramos condiciones sociales apropiadas para el
desarrollo. Aparecen bajo condiciones de conflicto interno, expresándose por
medio del desarrollo del medio psíquico interno y la elaboración de una jerarquía
de valores. Se incrementan y se expresan parcialmente a través del desarrollo del
asombro consigo mismo y con el medio ambiente externo, insatisfacción consigo
mismo, inquietud. sentimiento de inferioridad hacia sí mismo y sentimientos de
vergüenza y culpa. Se expresan más adelante con los dinamismos de "sujeto-
objeto" en uno mismo conciencia de sí, dominio de sí, autonomía, empatía y el
desarrollo de una jerarquía de valores y de un programa de desarrollo, así como
la activación del propio ideal de personalidad.

Todos estos dinamismos que son más o menos autónomos o que conducen a la
autonomía están expresados y comprendidos en el tercer factor, descrito en el
Capítulo IV. Todos esos factores autónomos. tomados en conjunto, forman el
grupo más fuerte de dinamismos causales en el desarrollo humano. Ellos señalan
la transmisión de aquello que es primitivo, instintivo, automático hacia aquello que
es deliberado, creativo y consciente; de aquello que está integrado primitivamente
a aquello que manifiesta desintegración a niveles múltiples tendiendo hacia la
integración secundaria; de aquello que expresa una realidad de un solo nivel a
aquello que expresa una realidad de niveles múltiples; de aquello que depende de
la realidad biológica a aquello que expresa autonomía moral; de aquello que "es"
a aquello que "debe ser"; de un empirismo a un solo nivel a un empirismo a
niveles múltiples que incluye la intuición y la experiencia trascendental.

Los factores autónomos forman los dinamismos más fuertes de transición desde
emociones de un nivel, inferior hasta emociones de un nivel superior.

25
9. ¿Cómo se Desarrollan las Emociones y Necesidades
Superiores?

Creemos que hemos preparado al lector, hasta cierto punto, para responder por sí
mismo a esta pregunta. Podemos decir en resumen, una vez más, que nuestras
emociones y necesidades superiores tienen sus orígenes en el sistema de tres
factores previamente descrito.

La transformación psíquica interna positiva ocurre allí donde los niños y los
jóvenes no tienen todas las cosas necesarias para satisfacer todas sus
necesidades básicas y donde las condiciones de vida no llevan a un sentimiento
de completa seguridad.

Esta transformación es más posible que se dé allí donde los individuos sólo tienen
una satisfacción parcial de sus necesidades básicas y donde existen estímulos
que provocan, por lo menos, insatisfacción parcial, jerarquización y postulación de
un ideal.

El autor desea poner énfasis en que, según su parecer, estas transformaciones


no pueden tener lugar cuando hay completa seguridad y cuando todas las
necesidades básicas han sido satisfechas.

Para el desarrollo de necesidades y emociones superiores, es preciso


experimentar frustraciones parciales, algunos conflictos internos, algunas
privaciones de las necesidades básicas, algunas dificultades en la realización de
las necesidades que surgen del cielo biológico de vida. Las necesidades
superiores deben ser estimuladas y cultivadas al mismo tiempo que se
proporciona el cuidado a las llamadas comúnmente necesidades básicas.

También es necesario experimentar alguna tristeza, aflicción, depresiones,


soledad, conciencia de la muerte y varias otras experiencias dolorosas que nos
llevan a reemplazar nuestros vínculos respecto a lo común, sensual, fácil de
suplir, superficial, pero nos conducen hacia aquello que es individual, exclusivo,
duradero, etc., los estímulos jerárquicos son también necesarios, así como la
sensibilidad hacia la propia realidad interior de niveles múltiples, y la percepción
interior sobre la dinámica del propio ideal.

26
Esto significa que en el proceso de la realización de las necesidades básicas,
alguna insatisfacción debería permanecer para poder introducir condiciones que
permitan la realización de la autenticidad humana, bajo la cual aparece y madura
la conciencia y la sensibilidad hacia el sentido de la vida, las preocupaciones
existenciales y aún trascendentales, las jerarquías de valores, la intuición e
incluso la contemplación.

Las experiencias desagradables, particularmente el choque y la ansiedad


existenciales ayudan al desarrollo de la sensibilidad hacia los demás y hacia el
propio desarrollo. Esto no significa que podamos descontar la posibilidad de un
desarrollo positivo por el impacto de momentos de gozo, intensas experiencias de
felicidad ya sea pasadas, presentes o anticipadas.

Ponemos especial énfasis en el rol creativo de las experiencias negativas porque


su función de desarrollo es a menudo pasada por alto y mal entendida.

10. El Desarrollo a Través de los Procesos de Desintegración

(a) Enfermedades Somáticas

Las enfermedades somáticas ocasionan un cambio básico en nuestras


necesidades e intereses, en nuestro programa de vida, así como en nuestras
relaciones con el medio ambiente (externo). La inmovilidad implicada en las
enfermedades somáticas crónicas, la interrupción del trabajo regular, las
dificultades financieras, o incluso pobreza, crean una situación muy diferente a
aquella que precede a estos males. Los que sufren estas aflicciones se convierten
en una carga para si mismos y para su medio ambiente.

Aun las personas más cercanas al paciente se vuelven, consciente 0


inconscientemente, impacientes en relación al enfermo y su dolencia. Las
personas enfermas a menudo desarrollan una conciencia acrecentada y
reconocen que la situación impone dificultades a los demás. La relación consigo
mismo y con los demás se perturba. Ocurren cambios dramáticos y hasta trágicos
en la revaloración de la propia vida y en los vínculos interpersonales. Las nuevas
relaciones con los demás se forman con dificultad.

27
Aquellas personas que tienen una estructura psíquica más 0 menos primitiva
manifiestan irritabilidad, agresividad, así como una mayor subordinación a sus
condiciones externas en un intento por asegurar el favor de los demás. Las
personas pertenecientes a esta categoría están también más predispuestas a una
quiebra mental.

En los casos de un rico potencia] de desarrollo, surgen nuevas aspiraciones,


nuevas formas de actividad, nuevos talentos, o hay una reaparición de
experiencias previas de este tipo.

Pueden presentarse brotes nuevos de desarrollo, nuevas tendencias


sublimadoras y compensatorias, nuevos intereses y habilidades, nuevas actitudes
y nuevas formas de conocimiento.

Muchas personas lisiadas muestran compensación creativa, de acuerdo al


concepto adleriano de la compensación social por sentimientos de inferioridad.
Keats manifestó: "Yo nunca mostré tanta creatividad de pensamiento y
humor como cuando empezaron mis síntomas de tuberculosis".

Muchas personas con enfermedades somáticas profundizan sus actitudes hacia la


muerte. La muerte se convierte en un asunto muy cercano a ellos, por tanto
necesitan, por su parte, nuevas actitudes y nuevo ajuste.

Bajo tales condiciones, las tendencias al suicidio pueden llevar a la muerte por las
propias manos del enfermo.

El deterioro físico, el dolor, el sufrimiento físico y mental proximidad del final de la


vida, claramente percibidos o como amen inmediata, llevan al individuo a hacerse
más introvertido, orientan s intereses a lo que se experimenta como necesidades
más esenciales.

Con mucha frecuencia los niveles superiores de la vida emocional son los que
adquieren prioridad sobre necesidades más comunes. Aquí encontramos, entre
otras. una de las fuentes del surgimiento y desarrollo de las emociones superiores
a través de los conflictos y frustraciones, de la tensión emocional v de la reflexión.

28
(b) Conflictos, Tensiones y Psiconeurosis

La mayoría de los retrasados mentales, así como aquellos con estructura mental
psicopática, no experimentan conflictos internos aunque se ven con frecuencia
envueltos en conflictos con el medio externo.

Desilusiones, sufrimientos, conflictos internos, quiebras mentales, lo obligan a uno


a alejarse del ajuste pacífico a las actividades automáticas tales como la rutina
diaria, la búsqueda de dinero, los placeres del comer, las alegrías primitivas y los
conflictos superficiales fáciles de resolver.

Las frustraciones y conflictos internos cambian la propia relación con la realidad


ordinaria, diaria y estrecha, y lo alejan a uno de ella. Provocan el surgimiento de
emociones diferentes, a niveles más refinados y transformados empáticamente
Bajo estas condiciones empiezan a aparecer nuevas necesidades, deben
resolverse asuntos distintos, nuevos estímulos despiertan respuestas
emocionales diferentes de las que existían hasta entonces. diferentes de aquellas
asociadas a las necesidades comunes del grupo.

Los intereses y experiencias del individuo se hacen mucho más exclusivos,


únicos, irrepetibles, mucho más complejos y controversibles. Antes éstos no eran
frecuentes y eran tenidos de lado, ahora se convierten en el principal componente
de la vida.

En relación al potencial psíquico de desarrollo, estamos tratando aparentemente


con tres fenómenos que son, en realidad, tres aspectos de un proceso.

Primero, la hiperexcitabilidad psíquica, general o más diferenciada (emocional,


psicomotriz, intelectual) causa conflictos, desilusiones, y sufrimientos en la vida
familiar, en el colegio, en la vida profesional, en una palabra, ocasiona conflictos
con el medió externo También provoca conflictos internos así como los medios
para superar esos conflictos. Segundo, la hiperexcitabilidad precipita los procesos
psiconeuróticos, y en tercer lugar, los conflictos y procesos psiconeuróticos se
convierten en el factor dominante del desarrollo acelerado.

Uno de los elementos que surgen de la colisión de¡ potencia¡ de desarrollo (es
decir, el potencia) para la desintegración y la psiconeurosis) con el medio externo
y los estereotipos propios, es la frustración. Estamos acostumbrados a creer que
29
la frustración es un factor negativo en el desarrollo, nocivo para el individuo y el
grupo. Sin embargo en nuestra opinión, esta interpretación es errónea.

Es claro para nosotros que continuas frustraciones, sin el correspondiente


desarrollo de una transformación psíquica interna, conciencia de sí y dominio de
sí, tendrán un resultado negativo. Sin embargo, el desarrollo de estos factores
que son dinamismos importantes del medio psíquico interno, permite utilizar
positivamente las frustraciones. Si los dinamismos para el desarrollo son muy
potentes, las frustraciones pueden ser muy intensas. De esta manera, el
sufrimiento, el desajuste y aún algunas formas de quiebra mental son
acontecimientos necesarios para el desarrollo.

Nos parece extraño que un umbral muy alto de tolerancia a la frustración sea
considerado como positivo para el desarrollo. En nuestra opinión ese punto de
vista no es exacto. La alta tolerancia a la frustración es característica de los
psicópatas, retardados mentales e individuos que poseen sólo un desarrollo
primitivo. Por el contrario, en nuestra opinión, un bajo umbral de tolerancia a la
frustración caracteriza a gente sensible, sutil y creativa, aquellos que manifiestan
"introversión de contacto.

Es profundamente humano experimentar la aflicción propia y empatizar con la de


los demás. Esta capacidad siempre depende de un umbral de tolerancia a la
frustración bajo o mediano.

Otro aspecto de la reacción a la frustración, es el problema de la desadaptación.


En nuestra opinión, tanto en psicología como en educación y psiquiatría, se
considera, con demasiada frecuencia, la adaptación como positiva y la
desadaptación como negativa. En la actitud de adaptación podemos distinguir
fácilmente dos formas. En primer lugar se puede observar una forma de
adaptación al nivel inferior de la realidad de la vida diaria. Esta no es una
adaptación creativa, ni lleva al desarrollo, es una adaptación automática. El
segundo tipo de adaptación no es una adaptación a lo que está actualmente
presente, sino a aquello que surge como- un nivel nuevo y superior de la vida
mental. Se la puede denominar adaptación a lo que "debe ser". En este tipo de
adaptación existe un elemento de desarrollo y creatividad vinculado a una
jerarquización autónoma de necesidades y valores. Sólo esta segunda forma de

30
adaptación está verdaderamente en función del desarrollo. Sin embargo esta
adaptación de tipo superior es, al mismo tiempo, una desadaptación positiva en
relación a los niveles inferiores de la realidad.

¿Cuál es el origen del fenómeno de la desadaptación positiva? Surge de la


hiperexcitabilidad psíquica, especialmente emocional. imaginativa e intelectual, de
los núcleos del medio psíquico interno y de los instintos de creatividad y
autoperfección.

Las colisiones con el ambiente dentro de un grupo social más o menos grande, en
el período de la primera infancia, y durante la vida posterior provocan el desarrollo
de la desadaptación positiva. En personas dotadas con potencialidades favorables
estas colisiones crean la base para elaborar un programa de desarrollo. La
desadaptación positiva caracteriza todas las formas de desarrollo creativo y
positivo, así como a la mayoría de los dinamismos psiconeuróticos que
consideramos creativos y positivos.

Todos los fenómenos discutidos anteriormente, es decir, la hiperexcitabilidad


psíquica positiva, el bajo umbral de frustración, la desadaptación son índice del
proceso de desintegración positiva, es decir, el proceso de aflojamiento psíquico,
desintegración e incluso una posible quiebra mental. En algunos casos la
desintegración tiene un carácter negativo que lleva a la disolución psicótica. Pero
en la gran mayoría de los casos. los fenómenos de desintegración indican un gran
potencial para el desarrollo. Ellos configuran los dinamismos básicos del
desarrollo mental. la sensibilidad y la creatividad; indican el rico desarrollo positivo
que un individuo podría alcanzar.

El asombro consigo mismo, la inquietud, los sentimientos de inferioridad,


vergüenza y culpa, la adquisición de autonomía a través de los conflictos,
dificultades y tensiones, así como muchos otros dinamismos psiconeuróticos
crean la imagen de la desintegración a un solo nivel y a niveles múltiples. Esta
desintegración que, para la mayoría indica fenómenos patológicos, conduce, en
nuestra opinión, a la riqueza psíquica, a la empatía y a la autenticidad, hasta que
se alcanza la integración secundaria en su forma global o parcial.

31
11. La Función de los Dinamismos Generales "Psicopatológicos"
en las Psiconeurosis

La hiperexcitabilidad psíquica es uno de los principales potenciales para el


desarrollo, pero constituye también un síntoma o grupo de síntomas generales
psiconeuróticos. Hemos descrito ya el significado de este síntoma para el
desarrollo así como su aspecto creativo. Además de este síntoma, describiremos
algunos dinamismos generales que han sido considerados psicopatológicos pero
que, en nuestra opinión, son positivos en los procesos psiconeuróticos ya que
tienden a promover el desarrollo personal.

Entre los síntomas psiconeuróticos generales, discutiremos ampliamente la


tendencia al desasosiego. El desasosiego puede surgir como una tensión
psicológica baja, mediana o alta. ¿Cuál es el origen de] desasosiego'?
Aparentemente se basa, en gran parte, en la hiperexcitabilidad psíquica.
especialmente de tipo emocional y de la imaginación. Puesto que desarrolla una
actitud de prospección, la hiperexcitabilidad emocional y de la imaginación,
ocasiona una inquietud sobre el futuro. Las experiencias afectivas perturbadoras,
frustraciones, desilusiones y sufrimientos experimentados en el pasado provocan
pensamientos inquietantes respecto al futuro. Esos sentimientos constituyen una
parte importante de la vida de los individuos dotados de núcleos favorables para
el desarrollo.

El individuo dotado de una sensibilidad emocional rica, capaz de tener relaciones


emocionales profundas, exclusivas y duraderas. experimenta estados de inquietud
relacionados con su pasado, presente y futuro. Experimenta una inquietud con
respecto a las experiencias dolorosas que podrían afectar a sus familiares más
allegados, sus amigos, etc. El problema de la enfermedad y la muerte, ligado en
su imaginación prospectiva a la situación de sus seres queridos, será una fuente
de inquietud.

La inquietud existencial, la inquietud relacionada a la autenticidad de los hombres


y de] mundo civilizado, la inquietud con respecto a la falsedad y la veracidad en la
vida individual y social son fenómenos muy comunes en la existencia humana.
Esta inquietud surge en proporción al nivel general de cultura, de sensibilidad y de
aptitud para la prospección. Ahora discutiremos brevemente el fenómeno de la
32
"ilusión" que a menudo encontramos en individuos nerviosos y psiconeuróticos. La
ilusión es una tendencia a modificar el objeto percibido. Esta tendencia involucra
una actividad vivaz y aún creativa de la imaginación, implica concepciones
poéticas y artísticas, e incluso, algunas veces, elementos eidéticos. Este
fenómeno está estrechamente vinculado a la hiperexcitabilidad de la imaginación,
a las aspiraciones hacia un desarrollo -superior y a la modificación de la realidad
inferior de un solo nivel. También está ligado a una fuerte hiperexcitabilidad
emocional, con estados de ánimo poéticos y elevados.

Es necesario recalcar que ni un estado de ánimo muy triste (hipotimia) ni un


estado de ánimo muy alegre (hipertimia) jamás pueden indicar por sí mismos, un
estado patológico. La intensidad o duración de la tristeza o alegría tampoco se
considerará como un indicio patológico. Inhibiciones, ansiedad y fobias unidos a la
tristeza podrían llevar a la formación de síndromes psiconeuróticos. Sin embargo
podemos decir que, en general, las inhibiciones, la ansiedad, etc., están
relacionadas a un desarrollo positivo intenso; se relacionan también -a
sentimientos más fuertes que surgen de conflictos psíquicos internos
encaminados hacia niveles muy superiores de desarrollo.

Los síndromes eufóricos representan, con frecuencia, un carácter defensivo y de


desarrollo. En exaltaciones maniáticas tratamos con la aceleración de los
procesos del pensamiento, con un debilitamiento de la influencia de las
inhibiciones, a menudo con un aumento en la capacidad de síntesis, con la
formación de conceptos nuevos, con sintonía y con trascendencia de las
consideraciones rutinarias, triviales y cotidianas. Esto nos podría conducir a
apreciar aspectos poco comunes e inesperados de la vida diaria.

Los estados de depresión acentúan el autoanálisis y la autocrítica. Originan


sentimientos dé inferioridad y culpa, y purifican de una excesiva seguridad en sí
mismo y de la sobrestimación propia. En cuanto al debilitamiento patológico de la
voluntad, quisiéramos recalcar que la decisión y la acción deben ser enfocadas
desde un punto de vista multidimensional. Algunos individuos tienden a vacilar
ante situaciones de la vida diaria, lo que se considera como una falta de fuerza de
voluntad, pueden en una situación difícil, llegar muy rápidamente a decisiones
responsables. Con frecuencia se denomina débiles de carácter a las personas
que vacilan, que son sutiles y delicadas, que no quieren hacer daño a otras con
33
decisiones precipitadas. No obstante, dichas personas despliegan a menudo
capacidad de determinación cuando esto no implica daño para otros, o cuando se
trata de defender al prójimo. Es muy difícil considerar una excesiva fuerza de
voluntad como un fenómeno patológico. Este problema también debe sujetarse a
un punto de vista multidimensional. Kuniewski sostuvo que una habilidad elevada
para soportar el dolor se encuentra frecuentemente en los psicópatas. El término
"psicópata" es usado a menudo para describir una variedad de condiciones
incluyendo no sólo la "demencia moral sino también una variedad de estados
psiconeuróticos. Muchos psiconeuróticos, como por ejemplo los que poseen un
elevado desarrollo moral, también demuestran una gran habilidad para soportar el
dolor. Muchos de ellos han realizado ejercicios ascéticos para desarrollar una
mayor tolerancia al dolor. Es necesario diferenciar las desviaciones de la voluntad
(parafunciones de la voluntad). En algunos casos de estereotipia, en los que
vemos un tipo especial de excitación e inhibición, en desarreglos periódicos pero
crónicos del equilibrio entre excitación e inhibición, y en los antagonismos entre la
excitación y la inhibición, a menudo podemos detectar su carácter de desarrollo.
La interacción de la excitación y la inhibición desempeña con frecuencia una
función positiva en los procesos desintegradores del desarrollo. Entre las muchas
formas en que se manifiestan las obsesiones y compulsiones, podemos observar
diferentes tipos y niveles desde actitudes vulgares y reacciones como la agresión,
temor obsesivo y primitivo, hasta actitudes y reacciones en el nivel superior de
gran empatía. Se puede hablar de impulsos patológicos cuando un individuo
inconscientemente, contra sus intereses y los de su medio, realiza actos
contrarios a sus propios principios morales. Por otro lado, también se pueden
observar tendencias compulsivas, en gran medida o parcialmente conscientes,
que frecuentemente manifiestan un excesivo sacrificio de sí, heroísmo o
decisiones suicidas motivadas por elevadas miras morales, etc. Por lo tanto no se
puede considerar toda compulsión como patológica. Es preciso hacer una
diferenciación de los niveles de compulsión.

34
12. Dos Casos Clínicos

Uno de los mejores modos de fundamentar nuestra opinión de que la mayoría de


las psiconeurosis no son ni perjudiciales ni síntomas de enfermedad mental, sino
que por el contrario, indican un desarrollo mental positivo y a menudo acelerado,
parece ser la discusión de dos casos clínicos.

S. M. tenía 23 años. Estudiaba historia y teoría del arte en la Universidad y, al


mismo tiempo, asistía a la Academia de Bellas Artes de Varsovia. Anteriormente
había cambiado varias veces de especialidad.

Durante algunos años mostró síntomas de una excitabilidad nerviosa excesiva,


estaba deprimido y empezó a pensar en el peligro de enfermedad mental. A los
pocos meses su situación se agravó.

Atravesó períodos de "espasmos psíquicos" debidos, casi siempre, a la


preocupación por algún problema moral. Por un lado, se consideraba a sí mismo
normal; por otro, se consideraba excesivamente preocupado por problemas
morales.

Iba a mirar los lugares donde se habían realizado ejecuciones (vivía en Varsovia);
sentía las tragedias de¡ pasado como algo de validez actual, algo auténtico. Era
hipersensible a la sangre. Pensaba que aquellos que morían le eran consagrados,
siendo él responsable de la continuación de sus vidas. A veces sentía que dichas
experiencias eran peligrosas, pero algo lo atraía hacia ellas.

A menudo se preocupaba por el valor moral de¡ arte. Separaba los dominios de
valor superior, que tenían para él un sentido sumamente real, de aquellos
dominios de valores inferiores, con los que estaba en lucha psíquica.

Los problemas morales humanos le eran tan fascinantes que deseaba interrumpir
sus estudios de arte. Se interesaba en la suerte o destino de¡ hombre, en sus
crisis, en los aspectos médicos, psicológicos, morales, educacionales, o legales.
Sentía con profundidad aversión cualquier tentativa hacia una nueva educación
que, según su opinión, fuese contraria a la dignidad humana. Vivía estas
experiencias como algo así como choques (emocionales).

35
- Examen interno neurológico:

Pupilas dilatadas, fuerte temblor palpebral, presión sanguínea de 130/100,


demografía roja intensa. El reflejo maxilar en ambos lados fuertemente positivo,
reflejos abdominales v musculares acentuados, reflejo óculo-cardíaco tendente a
la arritmia.

- Examen psicológico-psiquiátrico:

Sobresaliente sensibilidad afectiva y de la imaginación, capacidad bastante bien


desarrollada para trasladar la experiencia psíquica al sistema neuro-vegetativo.
Fuerte predominio de los niveles superiores de la vida psíquica, considerable
capacidad para la transformación psíquica interna (al solicitarnos tratamiento,
buscaba ayuda para modificarse a sí mismo, comprendía que el desarrollo
individual demanda atención universal a los valores humanos, y que uno puede
alcanzarlo solo). Medio psíquico interno claramente en orden jerárquico.
Inteligencia sobresaliente, con más facilidad para lo teórico que para lo práctico.
Algunos rasgos originales de pensamiento. Habilidades multidireccionales.
Función de la realidad bien desarrollada en niveles superiores de la vida mental, y
pobremente desarrollada en el nivel inferior de la vida diaria.

- Interpretación:

Un joven con habilidades sobresalientes y multidimensionales, sensibilidad


afectiva e imaginativa acentuadas, medio interno edificado sobre una jerarquía
reconocida, con elementos dominantes de los más altos dinamismos de la vida
mental, habilidad considerable para la transformación psíquica interna, capacidad
creativa. Los dinamismos "sujeto-objeto" en sí mismo y el tercer factor se
manifiestan mediante una cuidadosa observación de la inestabilidad de sus
propios estados, por su evaluación y su actitud selectiva (positiva para algunos
estados, negativa para otros). Esto se manifiesta también en su actitud hacia su
propio trabajo artístico. Los valores morales que colocó en el nivel más alto lo
fascinaron, de modo que subordinó todos los demás valores a ellos (colocando
así su centro de dirección y ejecución en un nivel elevado). Sus valores más altos
eran globales y humanistas. Toda la organización de su vida se basaba en estos
dinamismos junto con la constante retrospección y prospección en relación a sí
mismo y al mundo circundante. Todas estas características, con la concomitante
36
disminución de la actividad del instinto de conservación y una fuerte
desintegración a niveles múltiples (sentimientos de responsabilidad, sintonía
"excesiva", insatisfacción consigo mismo, el tercer factor, localización definida de¡
centro de dirección y ejecución a un nivel superior), indican el desarrollo de la
capacidad de introspección, de una amplia escala y profunda penetración de
metas, y un firme desajuste a los niveles inferiores de la realidad.

- Diagnóstico clínico:

Psicastenia en un individuo de estructura psíquica elevada y funciones altamente


desarrolladas. Prognosis buena.

- Tratamiento:

En este caso es difícil sugerir un plan específico de tratamiento. Más bien es


aconsejable un programa de auto-desarrollo y auto-psicoterapia. Es importante
que el paciente comprenda toda la importancia de su propio desarrollo, para
ayudarlo en un desarrollo más universal de su personalidad, en el control de sus
reacciones emocionales algo violentas, desarrollo de una mayor comprensión y
capacidad de visión más equilibrada respecto a las constelaciones de nivel
psicosocial inferior, con cierta compasión para las personas dotadas moralmente,
pero en grado limitado.

S. M. posee habilidades multidireccionales sobresalientes, una elevada


sensibilidad psíquica, empatía definida. La jerarquía de un medio psíquico interno
estaba caracterizada por el promedio de los dinamismos más elevados de la vida
mental, habilidad creativa y gran capacidad para la transformación psíquica
interna (siente una constante necesidad de desarrollarse, incrementar su
capacidad de introspección, ampliar su comprensión de los demás).

Por otro lado, presenta un desarrollo desproporcionado de ciertos dinamismos del


medio psíquico interno, tales como insatisfacción consigo mismo, sentimientos de
inferioridad consigo mismo, el dinamismo “sujeto-objeto" en sí mismo, y el tercer
factor. En un diagnóstico clínico podría considerarse que S. M. padecía de
psicastenia, conservando sin embargo su función de realidad en un nivel superior
(refinamiento y sutileza) pero con una función de realidad debilitada a un nivel
inferior.

37
Formularemos las siguientes preguntas al respecto:

(1) ¿Cuáles son las características esenciales de la personalidad de S. M?

(2) ¿Qué psiconeurosis específica se halla representada aquí?

(3) ¿Sería acertado afirmar que está enfermo?

(4) ¿Cuáles son los métodos terapéutico-educacionales aconsejables?

Se puede responder a la primera pregunta de la siguiente manera. S. M. muestra


un sobresaliente desarrollo positivo de la personalidad en un grado avanzado de
desintegración a niveles múltiples. Es muy sensible, con una actividad afectiva,
imaginativa, sensual y mental acrecentadas.

En relación al proceso de desintegración a niveles múltiples, su medio psíquico


interno está altamente desarrollado y diferenciado con una jerarquización definida.
Manifiesta una fuerte actitud de empatía meditativa y responsabilidad hacia los
demás. Muestra también una conciencia altamente educada al servicio de una
personalidad moral bien desarrollada. Hay creatividad, con la función de realidad
definidamente desarrollada a un nivel superior y algo insuficiente a un nivel
inferior. S. M. presenta, en la gran mayoría de sus síntomas, núcleos positivos de
formación de la personalidad, que están siendo desarrollados y realizados
activamente.

En cuanto a la segunda pregunta, de acuerdo a la clasificación establecida,


podríamos distinguir aquí psicastenia de empatía "patológica". ¿Qué se gana con
una tal definición del caso desde el punto de vista etiológico o de un diagnóstico y
terapia dinámicos? Parece que tal clasificación tiene poco valor.

Para responder a la tercera pregunta, podemos decir definitivamente que S. M.


está sano, y especialmente sano en el sentido de que realiza su propio patrón
normativo o "standard de personalidad". Su mala adaptación a los niveles
inferiores de la realidad actual, pero adaptación a la realidad de un nivel superior,
su empatía, su tensión emocional, plasticidad y creatividad, y su responsabilidad y
sensibilidad moral están vinculadas a la aceleración de su proceso de desarrollo
como lo demuestra el fortalecimiento de los principales dinamismos de su medio
psíquico interno. Al mismo tiempo observamos el debilitamiento de su instinto de
conservación. Consideramos ahora la cuarta pregunta. Nuestra recomendación es
38
que este paciente no reciba un "tratamiento psiquiátrico". Si el paciente siguiera
una carrera profesional psiquiátrica o clínica. tendría oportunidades
excepcionalmente buenas para curar a otros., debido a su potencial creativo,
empatía, responsabilidad psíquica, capacidad de introspección y flexibilidad. Uno
sólo podría aventurarse a dar una orientación al paciente, basándose en un
diagnóstico global de su rica personalidad, ya que se encuentra bien encaminada
hacia un desarrollo avanzado. Este proceso de desarrollo puede ser regulado
mediante un aumento de conciencia y de conciencia de sí, mediante una mayor
comprensión de su propia condición mental por la auto- psicoterapia y contactos
periódicos con un psicólogo o psiquiatra de elevada madurez psíquica y
capacidad para comprender a tales individuos y los procesos de desarrollo.

El siguiente caso se ha tomado del abundante material de Janet, y se refiere a


una joven de 20 años, Irene. Desgraciadamente Janet no nos proporciona con
exactitud la historia de la paciente, sus intereses y actitudes emocionales más
importantes en su período de normalidad.

Irene se enfermó de desesperación por la muerte de su madre. Esto ocurrió en


circunstancias dramáticas, en un pequeño cuarto de obrero, siendo ella testigo
ocular de las fuertes náuseas, vómitos de sangre y varios otros síntomas
desagradables. La joven luchaba con el pensamiento de la muerte de su madre lo
que la condujo finalmente a un estado de agotamiento al permanecer los últimos
60 días sin dormir. En lugar de acostarse, dejaba periódicamente a su madre
moribunda para ir a trabajar con el fin de ganar el sustento. Después que murió su
madre, ella quería resucitarla, devolverte la respiración, y en sus esfuerzos hizo
que el cuerpo se cayera de la cama. Algún tiempo después M entierro, Irene
manifestó síntomas extraños. Se volvió sonámbula ejecutaba escenas dramáticas
de gran perfección artística. Ponía al vivo, detalladamente y con gran maestría
toda la tragedia que había vivido recientemente. Narraba el contenido de estas
escenas trágicas, planteándoles preguntas y respuestas dramáticas (diálogo
trágico), escuchando sus propias preguntas. introduciendo un espectador trágico
del drama, y adoptando una variedad de posturas, según los papeles
representados. Generalmente unía acciones a las palabras lo que causaba un
efecto inolvidable. Cuando el espectáculo estaba por finalizar, preparaba un acto
suicida. Conversaba con su madre y tomaba la decisión de morir bajo un tren en
39
marcha. Entonces se colocaba sobre las rieles, como si estuviera esperando al
tren impacientemente, y con una expresión y postura que reflejaban terror,
mostraba una experiencia profunda como si todo estuviera ocurriendo realmente.
Al llegar el tren ella se incorporaba y algunas de las escenas del espectáculo se
reproducían otra vez en forma idéntica. Después de algún tiempo, se sentía
agotada. y regresaba espontáneamente a su estado de conciencia anterior y
continuaba con sus tareas cotidianas.

- Diagnóstico descriptivo:

Aquí observamos ante todo una excepcional concentración de sentimientos hacia


su madre, acompañada de un debilitamiento del instinto de conservación, con
rasgos de gran-vitalidad al mismo tiempo (cuidado de la casa), con capacidad de
sacrificio, de actos heroicos en la realización de sus deberes. Vivía bajo tal
presión y agotamiento que se le ocasionó un desdoblamiento mental, una
desintegración. Este estado de tensión encontró su válvula de escape en dos
patrones de conducta: uno en la realidad diaria, el otro en el contenido de los
sueños.

No sabemos nada sobre el nivel intelectual de la paciente. Según la descripción


del caso, sabemos que Irene se mantenía a sí misma, y que sabía administrar
respiración artificial, lo cual excluirla considerar un retraso mental. Aparentemente,
no poseía capacidad adecuadas de transformación mental. Debido a esta
limitación, la gran tensión mental la condujo a un desdoblamiento en dos
personalidades, que -según me parece- fue una válvula de seguridad contra el
suicidio o la esquizofrenia. Como recalcamos, su tensión emocional, empatía y
sentido del deber eran de un alto nivel, pero el dinamismo de transformación era
comparativamente débil.

40
- Recomendaciones terapéuticas:

La paciente necesita el apoyo de un ambiente humano cálido. ayuda para


elaborar un programa de educación adecuado y para sublimar su vida emocional.
El desarrollo de sus habilidades artísticas podría ayudar a la paciente a
encontrarle un sentido a la vida.

Como se sabe, Irene se enfermó a consecuencia de la muerte de su madre en


circunstancias trágicas. Irene reaccionó a esto de una manera afectiva, sufrió un
choque y, como consecuencia, desarrolló síntomas de sonambulismo cuando
representaba nuevamente la tragedia con gran habilidad artística.

Discutamos las mismas preguntas que en el caso anterior.

(1) ¿Cuáles son los rasgos esenciales de la personalidad de Irene?

(2) ¿Qué psiconeurosis específica se halla representada aquí?

(3) ¿Puede considerársela enferma?

(4) ¿Cuáles son los métodos terapéuticos y educativos apropiados?

En cuanto a la primera pregunta, notamos que Irene tiene una personalidad rica.
Desde el punto de vista de la totalidad de los vínculos emocionales, es un caso
infrecuente de valores morales elevados. La intensidad de sus sentimientos
exclusivos es excepcional, el sentido de responsabilidad hacia su madre es muy
alto, y su capacidad de sacrificio está a un nivel muy elevado. Su protesta contra
el destino y la realidad biológica es muy fuerte. Por tanto podemos suponer que
estamos tratando con un centro de dirección y ejecución aún no totalmente
formado de manera consciente, pero localizado en un alto nivel. Se puede
observar una tendencia a adaptarse a los valores normativos, a lo que "debería
ser", en vez de a la realidad presente. Existe una transformación psíquica interna
más bien débil en un medio psíquico interno aún no desarrollado pero, sin
embargo, con un alto potencial para el desarrollo.

41
La desintegración positiva es mixta, con una preponderancia definida hacia la
desintegración a un solo nivel, y un gran potencial de desintegración a niveles
múltiples.

Irene nos da la impresión de poseer posibilidades definidas para una integración


secundaria, para el desarrollo de una personalidad social moral en condiciones
educativas apropiadas. En caso de no poder proporcionársela una ayuda
terapéutica y educativa convenientes, podríamos presuponer el desarrollo de
tendencias suicidas, enfermedad mental o resignación a lo que llamamos vida
normal.

En cuanto a la segunda pregunta, la histeria diagnosticada por Janet podría ser


corroborada por cualquier psiquiatra con experiencia.

Esto estaría fundamentado por su fuerte tendencia al sonambulismo, su doble


personalidad, intensa sugestionabilidad, tensión emocional extraordinaria, su
dramatización con elementos de éxtasis y su incapacidad para adaptarse a las
condiciones externas.

¿Tiende dicho diagnóstico a dar una impresión negativa de la estructura mental


de Irene, o la coloca en un elevado nivel de desarrollo?

Su capacidad para tener un nivel de sentimientos tan elevado, su constancia, alto


nivel de auto-sugestionabilidad, gran dependencia subconsciente de los valores
morales, responsabilidad y sacrificio por los demás, y fuerza de voluntad, indican,
en nuestra opinión, rasgos de personalidad positivos. Más aún, ella no manifiesta
la mayoría de los rasgos propios del carácter histérico tales como mentir,
presumir, fingir, etc.

Consideramos que este caso manifiesta un rico potencia] para el desarrollo y que,
asumiendo condiciones apropiadas, podría originar un desarrollo acelerado.
Según nuestro parecer, síntomas de una tensión emocional como el éxtasis,
síntomas de sonambulismo y resistencia hacia condiciones trágicas: todo esto nos
da una imagen contraria -desde el punto de vista de la totalidad del carácter y de
la persona del grupo de características en las que generalmente nos basamos
para diagnosticar la histeria. El hecho de prestar atención exclusiva a los llamados
síntomas típicos, sin tratar de ponerlos en correlación con los rasgos de una
personalidad sana, proporciona, en nuestra opinión. las bases para un diagnóstico
42
meramente esquemático que excluye los aspectos valiosos de la personalidad y
sus posibilidades de desarrollo.

Por eso contestaremos brevemente a la tercera pregunta, afirmando que Irene es


una persona sana por lo que se refiere a la realización de¡ propio modelo de su
personalidad. Ni su desajuste a la realidad presente, ni su fuerte tensión
emocional, ni aún su sonambulismo o su sentimiento "excesivo" de
responsabilidad y sacrificio, son índice de una personalidad patológica.

Prosigamos con la cuarta pregunta referente a una terapia apropiada: Partiendo


del hecho de que Irene es una persona sana se sigue que no debería ser tratada
en un sentido propiamente médico. Por otro lado se le debería proporcionar ayuda
competente para su educación y, sobre todo, para su auto-desarrollo, con miras
hacia un desarrollo positivo y quizá hasta acelerado. En este punto, es de
importancia fundamental una ayuda en la elaboración, definición, formación y
establecimiento de un programa educativo que podría proporcionarle un centro de
dirección y ejecución en un nivel elevado. Otro aspecto esencial es un lento
desarrollo a niveles múltiples de los dinamismos principales de su medio psíquico
interno.

La formación de las capacidades intelectuales más profundas que introducirían


discriminaciones en los aspectos emocionales y morales de su vida fundamental.
Sería de gran importancia el que también tendría valor se tomara un interés noble
v amistoso en su desarrollo total, de tal manera que ella pudiera encontrar alguna
compensación por el vínculo con su madre. brusca mente interrumpido. En
relación a esto, sería esencial descubrir y desarrollar algunos de sus intereses y
habilidades más importantes.

Esta sería quizás la mejor manera de despertar y sublimar 51 0 interesante


tendencia positiva hacia la autosugestión de lograr la realización de sus
emociones superiores.

43
13. Diferenciación de los Síntomas y Dinamismos Positivos para
el Desarrollo de Aquellos que son Negativos para el Mismo

Tanto en el caso de Irene como en el de S. M. nos enfrentamos al problema -del


diagnóstico y diferenciación de síntomas y dinamismos, generalmente
considerados patológicos, aquellos que tienen un rol negativo, de involución, y
aquellos que son, en nuestra opinión, positivos, es decir, de desarrollo. Como
ejemplo de un diagnóstico diferencial de este tipo analizaremos los dos casos.

S. M. mostraba hiperexcitabilidad mental. particularmente en las esferas


emocional e imaginativa. Como afirmamos anteriormente. la hiperexcitabilidad
mental es el componente básico de los potenciales creativos y de desarrollo. La
creatividad. ingenuidad, empatía, identificación, autonomía y autenticidad no
pueden desarrollarse sin esta base. La hiperexcitabilidad mental constituye uno de
los factores más importantes para el surgimiento del medio psíquico interno y para
la tendencia a trascender el propio tipo psicológico y el ciclo biológico de vida. De
esta forma de hiperexcitabilidad mental. y en especial la hiperexcitabilidad
emocional e imaginativa son algunos de los factores más importantes en la
tendencia hacia la realización de las formas más elevadas de la vida mental.

El temor a la desintegración y a la enfermedad mental que encontramos en S. M.


es un rasgo característico de las transformaciones positivas para el desarrollo,
particularmente en las fases primarias de la desintegración a niveles múltiples. Es
un índice de la formación del dinamismo "sujeto-objeto" en sí mismo. La ansiedad
que se manifiesta como espasmos morales" indica también esto mismo así el
surgimiento del instinto de autoperfección.

La capacidad de empatía e identificación, bien definidas en S. M., expresan un


fuerte instinto de sintonía y sentimiento de responsabilidad hacia sí mismo y hacia
los demás. Lo que se considera generalmente como un exceso de las tendencias
arriba mencionadas no es una desviación patológica, sino el potencial para un
desarrollo positivo acelerado, e incluso el comienzo del mismo.

En su necesidad de subordinar todas sus capacidades a los imperativos y


programas morales encontramos una clara necesidad de jerarquizar los valores y
capacidad de sacrificio. Su marcada habilidad para comprometerse en una lucha
por ideales, su inclinación para derivar sus principios de sus sentimientos de
44
empatía e ideas humanistas demuestran su gran potencial para el desarrollo
mental acelerado. Sería un grave error que ocasionaría consecuencias
perjudiciales, interpretar cualquiera de estas cualidades como patológica.

En lo referente al caso de Irene, notamos que manifestaba un fuerte vínculo


emocional y sentimiento de responsabilidad hacia su madre. Estaba dedicada a la
tarea de cuidarla y mantenerla viva. La tensión de su lucha para evitar la muerte
de su madre fue heroica. En la relación emocional con su madre, Irene no pensó
en sí misma, sino que estaba siempre dispuesta a sacrificarse. Entre otras cosas
logró controlar la necesidad biológica de dormir. Esto mostró claramente su
habilidad para la jerarquización de los valores, el sacrificio propio y el heroísmo.
Estas cualidades no son por cierto normales en un sentido estadístico, no
obstante ¿sería justificable considerarlas como patológicas?

Irene mostraba un bajo nivel de resistencia a la frustración. Desde nuestro punto


de vista, esto no representa un estado patológico, sino, por el contrario, un
síntoma de desarrollo mental acelerado y profundizado. En cuanto a sus síntomas
de disociación sonambúlica, estamos en desacuerdo con la opinión psiquiátrica
común de que éstos eran índice de un proceso patológico. Su gran tensión
emocional, con un alto grado de sentimientos de amor e identificación exclusivos
hacia su madre, sólo podía. encontrar una válvula de escape en un desajuste
positivo a través de disociaciones o disgregaciones como lo fue en su caso,
debido a que las otras formas de sublimación estaban fuera de su alcance; de lo
contrario esta tensión la habría conducido al suicidio o a la psicosis.

La disociación sonambúlica evidenciaba un proceso de creciente salud mental


más que de enfermedad. Le permitió continuar al lado de su madre y también
saturarse de estas duras experiencias que le eran tan cercanas. Le dio una
oportunidad para experimentar plenamente sus profundos sentimientos internos,
pero, al mismo tiempo, continuar con su "vida normal" en la fase de transición
hacia una “personalidad normal".

Se debería recalcar que los individuos que poseen una vida psíquica rica,
marcada exclusividad en sus emociones, empatía, hiperexcitabilidad emocional e
imaginativa, pueden manifestar disociaciones de diversos tipos y niveles. Corno
ejemplos de disociaciones podemos mencionar estados de contemplación o

45
éxtasis, experiencias de mediums o espiritistas, estados conocidos como anorexia
nerviosa, y cualquier forma de auto-perfección auténtica a través de la
desintegración positiva, (por ejemplo, el desarrollo del medio psíquico interno, en
especia el dinamismo "sujeto-objeto" en sí mismo, el tercer factor, la activación del
ideal de personalidad y la tendencia hacia el éxtasis). El desarrollo del instinto
parcial de muerte, que puede-encontrar una salida en formas- extremas de
ascetismo o suicidio, es también una expresión de este proceso.

Concluimos que no hay nada patológico en todos estos síntomas, sino que en su
mayoría son síntomas y dinamismos genuinos de un proceso de desarrollo mental
acelerado y profundizado hacia niveles más elevados de funciones y estructuras
mentales.

14. Correlación entre Rasgos de Desarrollo y Síndromes


Psiconeuróticos

Los síndromes psiconeuróticos están relativamente bien clasificados. A fin de


mostrar los componentes de desarrollo en las psiconeurosis, consideraremos más
detalladamente la psicastenia, la depresión neurótica y las neurosis de ansiedad.

En la psicastenia, como en otras psiconeurosis, distinguimos dos grupos de


personas: las que recurren a hospitales y sanatorios y aquéllas que encontramos
en la vida diaria, particularmente en ambientes cultos. En los del primer grupo
encontramos a aquéllos que tienen verdaderos síntomas de astenia psíquica,
mientras que en los del segundo grupo raramente vemos síntomas tan severos,
aunque sí encontramos astenia física o somática, falta de adaptación y hasta
aversión a la vida diaria. A este segundo grupo pertenecen muchos artistas,
escritores y pensadores como Proust, Kafka, Chopín Kierkegaard, Shelley,
Slowacki, Norwid, Pascal Puvis de Chavannes, Keats, Gibran, Einstein. Su gran
necesidad de reposo después de un esfuerzo creativo causaba la impresión de
agotamiento fácil. Sus psiques parecían asténicas debido a su excesiva
sensibilidad. En realidad se caracterizaban por una debilidad física y no psíquica.
Su agotamiento se debía a la desproporción entre la actividad mental y la física.
Esto significa que la actividad intracortical se lleva a cabo a expensas de los
centros subcorticales. Por esta razón estos individuos manifiestan inhibición
46
excesiva, vacilación y debilidad (o hasta carencia) de la función de realidad en un
nivel inferior. No es raro que se muestren reacios a finalizar su obra. Al mismo
tiempo poseen una función de realidad muy fuerte a un nivel superior.

Consideremos ahora la depresión psiconeurótica. El individuo con dicha neurosis,


se caracteriza generalmente por una hiperexcitabilidad emocional e imaginativa, y
una gran facilidad para fatigarse. Esto conduce a la irritabilidad, mayor
sugestionabilidad, baja tolerancia a las frustraciones, insatisfacción con los demás
y consigo mismo, y un ajuste muy débil a la realidad. El individuo que sufre
depresiones psiconeuróticas posee una fuerte empatía hacia sus amigos íntimos y
su familia; sus vínculos emocionales son exclusivos y también, debido a esto, es
psíquicamente vulnerable. A menudo la depresión se expresa mediante un deseo
natural de aislamiento, inhibición, contactos más débiles, e incluso un escape
temporal, consciente (o inconsciente) hacia la enfermedad. Como ya hemos
señalado anteriormente, en los síndromes y síntomas depresivos. podemos
encontrar una regresión positiva para el descanso y reposo antes de emprender
una nueva actividad más auténtica y elevada. Un buen ejemplo es el caso de las
depresiones de St. Exupéry, un prominente piloto y escritor francés.

Los síntomas de la depresión psiconeurótica se presentan frecuentemente en la


pubertad, menopausia y en los períodos posteriores a una tensión. Incluyen una
tendencia a aislarse de experiencias desagradables actuales y muy a menudo
tienden hacia un reposo "casi patológico" después de un trauma o una tensión
muy fuerte. Estas depresiones pueden reemplazar tendencias suicidas o servir
como introducción a una transformación intensiva más avanzada y a un trabajo
creativo.

La depresión desempeña una -función importante no sólo en el aislamiento del


mundo externo, sino también en el aislamiento de si' mismo. Este último se
expresa mediante los sentimientos de inferioridad hacia sí mismo, de vergüenza y
culpa. En las personas depresivas pero creativas, esta actitud emplea el análisis v
la auto-crítica como punto de partida para una transformación psíquica interna.

Como conclusión, debemos recalcar que no hemos discutido aquí la llamada


depresión endógena que está determinada constitucionalmente. Nos hemos
concentrado en aquellos tipos de depresión que dependen de todos los factores

47
del desarrollo positivo, como por ejemplo, el potencia¡ hereditario, la influencia del
medio ambiente y los factores mentales autónomos.

Discutamos brevemente la neurosis de ansiedad. En el último capítulo al tratar del


desasosiego, indicamos ya el carácter creativo y de niveles múltiples de este tipo
de "ansiedad". La inquietud hacia Sí mismo y hacia otros, así como la
aprehensión de la amenaza del dolor y del mal, caracteriza a todas las personas
sensibles y creativas. En base a nuestra experiencia clínica, podemos decir que
los niveles más elevados de ansiedad inhiben las formas inferiores más primitivas
de ansiedad. Esto podría ocurrir mediante la reflexión y la capacidad de trocar la
ansiedad hacia sí mismo por ansiedad hacia los demás. Muchos estados de
ansiedad con frecuencia expresan un mayor interés por los otros que, en tino
mismo y particularmente un gran interés por los valores superiores. La ansiedad
es frecuentemente la expresión de la imposibilidad de "abrirse camino" en forma
inmediata hacia una jerarquía de valores más elevada y más desarrollada, con el
fin de hallar la respuesta a los propios problemas y preocupaciones. El individuo
siente luego un deseo de llegar a niveles más altos de la jerarquía de valores,
pero al mismo tiempo encuentra que es imposible lograr esto inmediatamente.
Dicha ansiedad puede abarcar intereses mucho más profundos cuando se hace
existencia¡ o cuando se trata de una ansiedad sobre la realidad de la jerarquía de
valores buscada, y de encontrar en ella refugio y protección.

Como mencionamos anteriormente, la psiconeurosis de ansiedad puede


expresarse en muchos niveles, particularmente en niveles superiores, mientras,
que los niveles más bajos se expresan a través de neurosis negativas para el
desarrollo, la hipocondría y la neurosis sexual.

Asimismo hemos indicado que una psiconeurosis de ansiedad puede expresarse


en el plano existencial. En este caso, el individuo siente la necesidad de llegar a
una filosofía sobre las realidades últimas de la vida, el sentido de la vida, el
sentido del desarrollo, etc. Esto expresa cierto aflojamiento o ruptura de actitudes
y aspiraciones emocionales e intelectuales que están en el límite entre lo que es
cognoscible y lo que no lo es, en el campo de las realidades existenciales y
trascendentales.

48
Al llegar a este punto parece conveniente citar dos opiniones referentes a las
psiconeurosis, particularmente la psiconeurosis de ansiedad y la depresiva. La
primera es tomada de los escritos de Paul Abély :

Aparentemente, para ser un buen psicoanalista, uno debe someterse a esta


prueba de liberación, y es importante que uno deba deshacerse de sus complejos
y descargue el subconsciente. Pero ¿no es posible que al hacerlo nos
arriesguemos a despojar a un ser humano de su tesoro personal que quizás
alimente su dinámica y su genio? Tiemblo al pensar que exponentes de un grupo
selecto tales como Moliére, Mozart, Beethoven, Goethe. August Comte,
Baudelaire, y muchos otros podrían haber estado sometidos a una tal
"frustración".

"Durante mi vida he conocido, especialmente en los ambientes artísticos, a


muchos jóvenes neuróticos de gran talento quienes gustosamente permanecieron
así".

"Incluso he escuchado un mensaje presidencial de inauguración en ocasión del


Congreso de Estrasburgo, una conferencia excelente del profesor Nayrac sobre
'La ansiedad de Antoine de Saint Exupéry'. Dijo algo así como: “Esta ansiedad era
de un tipo particular. Poseía una cualidad para promover el desarrollo de la
personalidad. Tales ansiedades son medios para la elevación y el mayor
desarrollo propios. Por tanto el médico debe encararlas con prudencia y respeto".

La segunda opinión viene de Marcel Proust, tomada de una de sus novelas, "Du
Cóté de Guermentes'':

"Todo lo grande que tenemos proviene de los neuróticos. Ellos y no otros son los
que han fundado las religiones y creado las obras maestras. Este mundo nunca
sabrá cuánto les debe y especialmente cuánto han sufrido para producirlas. Nos
deleitamos con su música sutil, bellas pinturas, con mil sutilezas, pero no
sabemos el precio que pagaron por sus creaciones en términos de lágrimas, risa
espasmódica, alergias, asma, accesos de temblor, y, sobre todo, el permanente
miedo a la muerte".

49
15. Elementos Positivos y Negativos para el Desarrollo en las
Psicosis

Discutiremos brevemente la esquizofrenia, la paranoia y los síndromes limítrofes


entre la psiconeurosis y la psicosis.

Abély ya ha descrito con gran penetración las formas limítrofes entre la


psiconeurosis y la psicosis. En cuanto a la esquizofrenia, ha descrito un grupo de
síndromes intermedios que ha llamado esquizoneurosis. Estos se caracterizan por
la disociación de la conciencia de sí, la desintegración de¡ dominio de sí. el
debilitamiento de] instinto de conservación y de la función de realidad, así como
por el surgimiento y desarrollo de un sistema delusional. Tal desintegración trae
como consecuencia una disolución gradual de la función de realidad con respecto
a uno mismo y a los demás.

Comparada con las psiconeurosis, la esquizofrenia se caracteriza por una


desintegración negativa y, más específicamente, por una disolución e involución.
¿Cuáles son las diferencias esenciales entre los procesos psiconeuróticos y los
esquizofrénicos?

Podemos discernir, en la esquizofrenia, ya en los potenciales hereditarios e


innatos, una hiperexcitabilidad emocional que no está canalizada en una dirección
particular. En la expresión más temprana de estos potenciales, no podemos
encontrar ninguna capacidad fuerte para la transformación psíquica interna, ni
núcleos de] tipo psicológico mixto. En los contactos sociales más tempranos de
aquellos que son potencialmente esquizofrénicos, encontramos una mayor
vulnerabilidad psíquica que en aquellos que desarrollarán una - psiconeurosis.
Asimismo, encontramos un infantilismo psíquico mayor y menos positivo, y. como
mencionamos anteriormente, una menor capacidad para la transformación
psíquica interna. En tales casos, las expresiones de las funciones instintivas son
más débiles. La habilidad para transformarlas, es particularmente baja, el ajuste a
la realidad en un nivel bajo es difícil si no imposible, no hay habilidad bien definida
para organizar los niveles altos de la realidad. Por el contrario, en los
psiconeuróticos se observa con frecuencia una habilidad definida para organizar
los niveles elevados de la realidad.

50
Un individuo potencialmente esquizofrénico no puede tolerar los efectos de los
choques y conflictos de su medio ambiente, especialmente durante los períodos
más difíciles de su niñez Esto conduce a la quiebra mental, disociación de la
personalidad, y por tanto a una desintegración negativa.

La falta de contacto con la realidad es compensada por síntomas delusionales,


evasión de la realidad, disociación de 11 personalidad, simbolizaciones
patológicas, alucinaciones, etc., debido a la imposibilidad de soportar las
presiones de los factores negativos.

Se puede comprender que el potencial para el desarrollo existente en individuos


susceptibles, abrumados por potenciales y experiencias negativas, se exprese
con gran dificultad, pero creemos que bajo condiciones muy favorables podría
hallar una expresión positiva. En condiciones óptimas, el individuo podría incluso
tratar de vencer sus elementos patológicos.

Las habilidades creativas, gran sintonía y choques emocionales capaces de


romper los sistemas esquizofrénicos existentes, pueden servir como fuerzas
positivas de desarrollo.

Tal fue el caso de Clifford Beers quien sentía una gran empatía hacia sus
compañeros de internamiento, tenía talento para la pintura, y que gracias a su
pensamiento lógico logró, en un momento crucial identificar a su hermano y disipó
así sus delusiones sobre encontrarse con el doble de su hermano. Esto lo condujo
a una regeneración psíquica a un nivel superior (48).

El caso de Jack Ferguson, un psiquiatra americano, fue muy similar (48).


Desarrolló una paranoia, pero estaba dotado, al mismo tiempo, de otro conjunto
de dinamismos que conducían a un desarrollo positivo y gran empatía hacia los
demás.

En la fase inicial de su psicosis, fue impulsado por una gran ambición profesional
que cedió luego ante el deseo amplio de servir a sus pacientes.

En este caso vemos dos conjuntos de dinamismos en constante pugna; por un


lado el complejo de desconfianza, delusiones y agresividad, y por otro lado,
empatía, necesidad de desarrollo y sacrificio por los demás.

51
Esta pugna culminó con la victoria de las fuerzas de desarrollo positivo hacia la
reintegración de su personalidad en un nivel más elevado.

En el caso de Franz Kafka, se puede observar un proceso similar al que


acabamos de describir. Kafka se creó un mundo "Patológico" de altos niveles de
la realidad, trasladando sus intereses a un mundo onírico organizado en forma
sistemática. De este mundo obtenía toda su energía creativa. Estaba tan
sistemáticamente organizado y unificado que llegó a ser el campo principal de su
experiencia y actividad. Esto le permitió descender, en una forma más o menos
organizada, a las realidades de la vida diaria, que eran para él un aspecto algo
periférico de su propia vida. Si esta realidad de la vida diaria le llegaba a ser muy
difícil de enfrentar, siempre podía escaparse luego a su mundo onírico.

Podemos decir que el mundo psicótico y, en especial, el esquizofrénico, pueden


contener algunos elementos creativos y profilácticos dirigidos contra el proceso de
disolución e involución. Si se adaptan las condiciones de la vida diaria a las
necesidades de desarrollo que su potencial exige, podrían permitir que aquellos
individuos regrese n a la realidad cotidiana con nuevas fuerzas derivadas de los
niveles superiores de su mundo creativo. Existe asimismo la alternativa de que
sean capaces de organizar su propio mundo simbólico lo suficientemente bien de
manera que les permita una comunicación parcial con las realidades cotidianas,
permaneciendo principalmente en su propio mundo interior.

52
16. La Salud Mental como un Grupo de Potenciales y Dinamismos
para el Desarrollo

(a) Conceptos Antiguos:

El autor está convencido de que muchos de los conceptos antiguos sobre salud
mental son erróneos, o al menos, inadecuados.

Por ejemplo, concebir la salud mental como "mens sana in corpore sano" (mente
sana en un cuerpo sano) es erróneo si vemos más allá del enfoque primitivo,
estadístico, basado en las características promedio de los seres humanos.
Podemos poseer un nivel muy alto de salud mental, autonomía y autenticidad, alto
nivel de pensamientos y sentimientos, de posibilidades creativas, junto con varias
enfermedades somáticas e incluso junto con psiconeurosis.

Asimismo, el concepto de salud mental basado en el bienestar físico es


evidentemente erróneo. Las sensaciones de bienestar más o menos estables, son
características de los psicópatas, los pacientes con parálisis general y algunos
casos de lesiones orgánicas cerebrales. Sabemos además que el carácter alegre
es propio de algunos grupos de retardados mentales.

La incapacidad para sentir pesar y tristeza, y para deprimirse periódicamente, es


propia de algunos retardados mentales que carecen de potenciales suficientes
para desarrollarse normalmente. Afirmar que los individuos mentalmente sanos
son aquellos que tienen una sensación de bienestar permanente, es tan erróneo
como lo opuesto: que sentimientos de tristeza permanentes constituyen la salud
mental.

Algunos de los conceptos más antiguos sobre la salud mental sólo se limitaban a
considerar la eficiencia de alguna función o grupo de funciones mentales (como
por ejemplo, la adaptación. productividad, habilidades intelectuales). No obstante,
sabemos que, fisiológicamente, por ejemplo, el sueño es una falta periódica de
eficiencia. Asimismo hay estados sanos de cansancio físico en los que la
eficiencia psíquica se encuentra disminuida. Durante los períodos de desarrollo
acelerado como la pubertad tratamos, durante períodos cortos o largos, con
síntomas de eficiencia reducida con respecto a algunas funciones (como por
ejemplo, la adaptación, el equilibrio, el bienestar y las relaciones sociales) y de

53
mayor eficiencia con respecto a otras funciones (creatividad, jerarquización de los
valores, confianza en sí mismo y reflexión). Otro punto que debemos considerar
es que la eficiencia del funcionamiento psíquico no tiene que ver necesariamente
con todos los aspectos y funciones de la vida mental. Numerosos individuos
creativos muestran una eficiencia elevada en los niveles superiores de las
funciones psíquicas (en una realidad de nivel superior) y al mismo tiempo, una
eficiencia muy baja con respecto al nivel práctico de la vida diaria.

No es raro que se emplee la productividad como un criterio para determinar la


salud mental. No obstante, un trabajo unilateral, aunque sea productivo y
eficiente, conduce a la estereotipia y a un desarrollo mental pobre.

Como mencionamos anteriormente, hombres capaces, creativos con talento para


la poesía, música, literatura o pintura son consecuencia muy poco prácticos.
Marcel Proust poseía no sólo una habilidad para profundizar los problemas
complejos y sutiles de personajes que escogía como sus héroes, sino que
también era capaz captar su contenido individual, único y hasta patológico. Estaba
pues altamente desarrollado con respecto a los aspectos creativos de la función
de realidad, representada en el alto nivel de su síntesis creativa, pero poca
eficiencia con respecto a los asuntos prácticos.

Kafka llegó a poseer un tipo especial de eficiencia que le permitió sintetizar sus
sueños e interpretar su vida diaria desde el punto de vista de estos últimos. Esto
resultó decisivo para su creatividad.

Tal desarrollo de la función de realidad tiene la propiedad de ser universal y


sistematizada en un nivel superior. Es importante notar que el desarrollo de la
función de realidad en un nivel superior, tiene una aplicación claramente creadora
a muchos fenómenos de la vida diaria (como por ejemplo en las realidades de un
nivel inferior) y a la vida de las sociedades y naciones. De esta forma los
escritores creativos son capaces de descubrir nuevos sentidos en la realidad de
cada día. Apartándose de esta realidad pueden -desde una posición más
ventajosa ver más fácilmente detalles importantes, acontecimientos, tendencias, y
su significado. Las peculiaridades y el sentido poco práctico de las personas
creativas ganan así un nuevo sentido, como necesarias para asegurar una mejor
observación y penetración intuitiva.

54
El concepto de integración se ha considerado como característica de una
actividad mental sana. No obstante, puede haber muchos tipos de integración. La
integración en el nivel más bajo del desarrollo mental no implica, ciertamente,
salud mental. Se te podría llamar, más bien, integración negativa. Tampoco se
puede llamar salud mental a una integración psicopática y estrecha, en la que la
inteligencia es un mero instrumento al servicio de impulsos integrados en forma
primitiva. Algunas "integraciones" delusionales que abarcan toda la vida mental
del individuo, no denotan salud mental sino más bien enfermedad. Si queremos
usar el término "integración" para indicar salud mental, debemos enfocar el
concepto de la integración desde un punto de vista teledirigido, como una meta a
alcanzarse gradualmente a través de la desintegración positiva que va afectando
los niveles inferiores de las estructuras y funciones mentales.

Hemos discutido ya en un capítulo anterior el significado de la adaptación en el


desarrollo. Las formas de adaptación "multilaterales" a la realidad unilateral, la
adaptación a las exigencias de la vida diaria, expresan más bien actividades
negativas para el desarrollo. Un individuo que está siempre -adaptado no se
desarrolla a sí mismo y no es ni autónomo ni auténtico. Para poder progresar en
el desarrollo es necesario comprender los diferentes tipos y niveles de las
necesidades de la vida diaria. Es decir, es necesario adaptarse sólo parcialmente
y subordinar tales adaptaciones a las necesidades de desarrollo de acuerdo a una
jerarquía de valores y de conformidad con los requisitos de la propia personalidad
y de su ideal.

Además de una adaptación parcial a las condiciones siempre cambiantes de la


realidad de un sólo nivel, el individuo mentalmente sano manifestará una falta de
adaptación a los niveles inferiores de la realidad, mientras al mismo tiempo
manifiesta una tendencia a adaptarse a los niveles superiores de la realidad,
como por ejemplo, a las exigencias de su ideal de personalidad. Esto significa que
tal individuo demostrará una desaptación positiva, es decir, una desaptación a
"aquello que es" y una adaptación a "lo que debe ser"; un desajuste a lo que es
"menos yo mismo" y un ajuste a lo que es "más yo mismo", una desadaptación a
lo que es negativo, contrario al desarrollo en ¡os demás, y adaptación a lo que es
jerárquicamente superior en ellos.

55
Otro error radica en la discusión sobre la noción de lo que es sano o "normal" en
términos estadísticos. El enfoque dinámico de desarrollo en el problema de la
salud mental no es compatible con el enfoque estadístico. Podemos considerar
como válido un enfoque estadístico sólo con respecto a la agrupación de
características fisiológicas asociadas con la salud mental. Es casi imposible
enfocar la dinámica de la salud mental sobre una base estadística. Las
estadísticas particulares obtenidas para diferentes grupos, como los menos
desarrollados y los más desarrollados, (por ejemplo, retardados mentales, gente
"común", personas eminentes, individuos de diferentes niveles socio-económicos)
como para aquellos que se diferencian más por características biológicas y
aquellos que se diferencian más por características psicológicas y morales, no
podrían ser reducidas a común denominador de todos estos grupos. Esto se
agudiza aún más si se considera al individuo determinado por sí mismo
conscientemente, único, auténtico, que ha desarrollado su propio standard y
modelo de salud mental.

(b) Desarrollo Universal y a Niveles Múltiples de la Salud Mental.

Para lograr la salud mental se requieren potenciales específicos para el desarrollo


de todas las principales funciones psíquicas. La carencia total de potenciales tales
como la empatía, la conciencia de sí mismo, o de una jerarquía de valores,
conduce a un desarrollo mental defectuoso, como la psicopatía. Existe pues la
necesidad de considerar la salud mental como el potencial para un desarrollo
positivo de todos los dinamismos mentales básicos. No podemos imaginar un
individuo sano, que pueda desarrollar sólo sus habilidades intelectuales sin
desarrollar paralelamente su sensibilidad emocional. Tampoco podemos imaginar
que un individuo mentalmente sano es el que desarrolla totalmente los impulsos
de agresividad, el instinto sexual y el de conservación, sin el desarrollo
concomitante de una vida emocional niveles múltiples y de habilidades
intelectuales. Un desarrollo unilateral de un grupo limitado de potenciales conduce
a la atrofia del potencial de otras funciones humanas. Otro potencial indispensable
para el desarrollo mental es la jerarquización de toda función y grupo de
funciones, lo que constituye un prerrequisito para la realización de la personalidad
y su ideal. Este aspecto del desarrollo mental es fundamental. Implica, por un
lado, el desarrollo mismo, y por otro, el ideal de desarrollo. No podemos
56
comprender el verdadero desarrollo sin vencer y alejarnos de los niveles inferiores
de nuestras cualidades mentales, como por ejemplo, los niveles inferiores de los
instintos, de la conciencia, de sintonía autenticidad y de los instintos creativos. Los
niveles superiores de todas estas cualidades pueden alcanzarse a través del
proceso de desintegración multidimensional positiva e integración secundaria.
Cuanto más alto sea el nivel de, los dinamismos descritos, más claro será el
programa de desarrollo, más claras las estructuras y funciones de la personalidad
y su ideal. En el proceso de desintegración multidimensional, el individuo
sobrepasa su ciclo de desarrollo biopsicológico, su naturaleza animal, su
determinación biológica y adquiere lentamente una autodeterminación moral y
psicológica. Bajo estas condiciones, el ser humano cesa de regirse
exclusivamente por sus dinamismos innatos y por las influencias de su medio
ambiente, pero desarrolla los llamados dinamismos autónomos tales como
"sujeto-objeto" en sí mismo, el tercer factor y el ideal de personalidad. transforma
lentamente su propio tipo psicológico, desplegando conscientemente -sus
potenciales para un tipo psicológico mixto a través del autodesarrollo y la auto-
psicoterapia. En este proceso de desarrollo a través de la desintegración positiva
a niveles múltiples, el ser humano desarrolla una desorientación positiva a "lo que
es" y una adaptación a "lo que debe ser". Esta desorientación positiva es esencial
para el desarrollo de la salud mental. La salud mental depende de los núcleos y
del desarrollo de conflictos, en especial de los conflictos internos dentro del medio
psíquico interno. Esto está asociado a la sensación de tristeza, frustración,
sufrimiento, sentimientos de inseguridad, la necesidad de una desorientación
positiva y de un aumento de la conciencia de sí mismo La tristeza, insatisfacción
consigo mismo, el asombro e inquietud consigo mismo, los sentimientos de
inferioridad hacia sí mismo, sentimientos de vergüenza y culpa amplían y
profundizan la conciencia de sí.

Están vinculados a los estados de alienación, ansiedad, soledad, obsesiones,


depresiones, "noche oscura del alma", y, en algunos casos, con ilusiones
periódicas, alucinaciones y los límites de la delusión. Aparte de estos tres últimos,
todos estos son procesos neuróticos y psiconeuróticos. No obstante,
paradójicamente, sin ellos es imposible trascender la secuencia del cielo biológico
de vida o el propio tipo psicológico. Es imposible lograr un desarrollo a niveles
57
múltiples sin la participación de muchos dinamismos psiconeuróticos. Bajo
algunas condiciones particularmente cuando los potenciales positivos y negativos
tienen una fuerza más o menos pareja, como consecuencia de experiencias muy
serias de la vida, pueden surgir perturbaciones psicóticas. En tales casos, el
individuo se desarrolla a sí mismo en los límites del proceso de disolución y
alcanza su equilibrio secundario después de experimentar un estado muy
parecido a la catástrofe psíquica. Como ejemplos de tal desarrollo no tenemos
más que mencionar a Clifford Beers, Wladyslaw Dawid, Fedor Dostoievski, Jack
Ferguson, Franz Kafka, Soren Kierkegaard, Abraham Lincoln, John Stuart Mill,
Isaac Newton, y muchos otros que realizaron su trabajo creativo en los límites
entre la psíconeurosis y psicosis. Como conclusión podemos decir que el
desarrollo de la salud mental significa un desarrollo a través de la desintegración
positiva, de la desadaptación positiva, de la trascendencia del cielo biológico y del
tipo psicológico, hacia el ideal de personalidad. Esto significa que la salud mental
está en relación directa con el desarrollo del medio psíquico interno, con el
desarrollo de los factores autónomos y auténticos a través de la educación de sí
mismo y la autopsicoterapia, del nerviosismo, neurosis y psiconeurosis, y en
algunos casos especiales, a través de estados mentales muy parecidos a la
catástrofe psíquica, como por ejemplo, a través de algunos estados psicóticos. La
salud mental se manifiesta mediante la evolución desde una integración primitiva,
a través de la desintegración positiva, hacia una integración secundaria., desde
una adaptación primitiva, a través de una desadaptación positiva, a una
adaptación secundaria al ideal de personalidad; desde un equilibrio integrado en
un nivel inferior, a través del desequilibrio mental, hasta un equilibrio secundario
en el nivel de la personalidad. Esta secuencia es una transición desde un estado
primitivo de salud mental aparente (más verdaderamente un estado patológico) a
una salud mental cada vez mayor, alcanzada a través de la configuración de un
medio psíquico interno de niveles múltiples.

58
EL MEDIO PSIQUICO INTERNO

1. Introducción

El concepto del "medio interno" se viene empleando en la ciencia desde hace


muchos años; en fisiología para describir las condiciones de equilibrio y
desequilibrio en las reacciones ácido-base de los tejidos; para describir el
equilibrio en los sistemas nerviosos simpático y parasimpático; para explicar los
fenómenos que regulan la temperatura del cuerpo, etc. En este campo, el
concepto del medio interno fue definido por Claude Bernard, Canon, Menninger y
otros. No obstante, el concepto del "medio psíquico interno" (medio ambiente
mental interno) no ha sido desarrollado hasta el momento.

En su forma inicial, el concepto del medio psíquico interno fue desarrollado por el
autor y aplicado en psicología. Este concepto forma parte constitutiva de la teoría
de la desintegración positiva. El presente Capítulo proporciona los resultados
obtenidos de análisis y desarrollos posteriores efectuados sobre este tema.

El medio psíquico interno es un complejo de dinamismos mentales característicos


de un individuo determinado. Los dinamismos operan en un nivel (interacción a un
solo nivel) o a varios niveles (interacción a niveles múltiples). Los dinamismos
interactúan sinérgicamente o antagónicamente (conflicto interno). Cuando los
dinamismos mentales cooperan entre sí se puede observar que un dinamismo
central (o un grupo de dinamismos centrales) es superior y tiene un rol directivo
mientras que los dinamismos periféricos son inferiores y están subordinados a
aquél. Ocasionalmente la capacidad directiva del dinamismo central se pierde.
Esto ocurre por causa de la dispersión o de la disminución de la intensidad. En
tales casos, aunque el medio interno pierde un factor dominante uniforme, puede
poseer en su lugar, varios factores directivos.

59
2. Variedades y Niveles del Medio Psíquico Interno

En un esquema general, podemos distinguir cuatro tipos de medios psíquicos


internos; el primitivo, el desintegrado, el integrado y el patológico.

(a) El medio psíquico interno primitivo integrado en un nivel inferior.

Este tipo de medio interno tiene un centro de dirección y ejecución (ver abajo)
unido al impulso principal o a varios impulsos. Los dinamismos indispensables
para el desarrollo mental no se encuentran en dicho medio. Aquí no hay
conflictos. El centro de dirección y ejecución asume su función automáticamente,
o casi automáticamente, y cede ante diferentes impulsos de acuerdo a la urgencia
o satisfacción de las necesidades básicas. No hay una conciencia de sí mismo, o,
si la hay, sólo existe en un nivel muy primitivo. El relajamiento de una estructura
psíquica o psicosomática primitiva ocurre sólo periódicamente bajo condiciones
leves de anfotonía, también denominada distonía vegetativa (desequilibrio del
sistema nervioso vegetativo que produce bochornos, olas de frío y calor, etc.).
Encontramos este tipo de medio interno en la psicopatía, en algunos casos de
oligofrenia, en algunos aspectos de la paranoia, y entre individuos sumamente
primitivos.

(b) El medio psíquico interno con relajamiento (desintegración) de las


estructuras y funciones.

El relajamiento (desintegración) de las estructuras y funciones mentales puede ser


moderado, considerable o muy extendido (global). Aparece bajo condiciones de
tensión mental, fuertes experiencias emocionales, conflictos internos y externos.
Se hace patente en crisis de desarrollo (períodos de la adolescencia, climaterio,
etc.) particularmente entre personas con talento para el arte y la literatura, entre
neuróticos y psiconeuróticos, así como en algunas psicosis de pronóstico bueno o
regular.

Encontrarnos aquí todos los dinamismos esenciales del medio interno que serán
descritos más adelante. Mencionaremos aquí: el asombro consigo mismo,
ansiedad, sentimientos de inferioridad hacia sí mismo, sentimientos de vergüenza
y culpa, el tercer factor, el centro de dirección y ejecución en un nivel superior, el

60
ideal de personalidad, etc. Este tipo de medio psíquico interno se encuentra en los
individuos que pasan por el proceso de desintegración positiva, y es fundamental
para el desarrollo positivo del ser humano. Dicho medio aparece en la
desintegración positiva a niveles múltiples y es especialmente notorio en el
desarrollo mental acelerado. Este tipo de medio psíquico interno se desarrolla en
el límite entre salud y enfermedad mental (en el sentido al de la palabra) y posee
dinamismos que hasta ahora han sido considerados patológicos. Según la opinión
del autor, un desarrollo positivo y acelerado depende por completo de la
existencia de este tipo de medio psíquico interno.

(c) El medio psíquico interno en el nivel de una integración secundaria.

Aquí observamos una organización jerárquica bien configurada, en la que los


procesos de desintegración positiva ya no están ligados a tensiones o fuertes
conflictos. En lugar de ello, estos procesos son más bien tranquilos y despiertan
sólo mediante la memoria afectiva.

El centro de dirección y ejecución está estrechamente unido e identificado con la


personalidad (como la organización mental más alta que puede encontrarse en el
desarrollo humano), y supeditado a su ideal.

Por un lado tenemos aquí una aptitud para la empatía profunda y para la
identificación con los demás; por otro lado, hay conciencia de sí mismo,
autonomía, autenticidad, y sentido de identidad con un ser humano determinado.

En este nivel tenemos dinamismos que pertenecen al tercer grupo de los


dinamismos del medio psíquico interno, como se describirá más adelante.

61
(d) El medio interno patológico puede estar integrado patológicamente
(como en la integración patológica o primitiva) o desintegrado
patológicamente, es decir, disgregado.

Un medio integrado patológicamente no posee dinamismos diferenciados aparte


de los más primitivos. En un medio desintegrado patológicamente, se pueden
distinguir los dinamismos diferenciados, pero están alterados patológicamente.
Eventualmente se disgregan. Aquí no existen relaciones establecidas entre los
dinamismos.

En ambos casos, es decir, en una integración patológica tanto como en una


desintegración patológica, hay una carencia de la conciencia de sí mismo, y las
funciones patológicas o semi- patológicas se desarrollan bajo la influencia de
dinamismos automáticos que están ya sea integrados o desintegrados.

3. Dinamismos Principales del Medio Psíquico Interno

Los dinamismos principales del medio interno pueden dividirse en tres grupos:
dinamismos a un solo nivel, a niveles múltiples y de integración secundaria. Los
dinamismos a un solo nivel son característicos de la desintegración a un solo
nivel. Pertenecen a ella las ambivalencias y ambitendencias, una multiplicidad de
"voluntades" resultante de la desintegración del vínculo entre el centro de
dirección y ejecución y cualquier impulso primitivo.

En la desintegración a un solo nivel existen colisiones entre los muchos centros


de dirección y ejecución que tienen intereses opuestos, de aquí se originan los
sentimientos ambivalentes y la irritabilidad.

El rasgo principal del medio psíquico interno en la desintegración a un solo nivel


es la falta de capacidad para experimentar los valores a niveles múltiples. De aquí
que existan fluctuaciones del humor y de los sentimientos, inestabilidad
emocional.

Un individuo encerrado en una desintegración a un solo nivel encuentra grandes


dificultades en su desarrollo, debido a que no se le presentan nuevas cualidades
(jerarquía de valores) que podrían abrir una nueva dirección al desarrollo.

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Cuando aparece una nueva cualidad puede modificar los conflictos sin dirección
que hay entre las ambivalencias y ambitendencias y puede darles una dirección,
introduciendo relaciones a niveles múltiples.

Los dinamismos a niveles múltiples entran en dos categorías:

(1) Los dinamismos caracterizados por la espontaneidad y falta de organización


definida. Ellos actúan durante la primera fase de la desintegración a niveles
múltiples.

(2) Los dinamismos que dan nueva forma, asimilan y organizan el proceso de la
desintegración positiva.

A la primera categoría pertenecen el asombro consigo mismo y con el propio


ambiente, la inquietud consigo mismo, la insatisfacción consigo mismo, los
sentimientos de inferioridad hacia sí mismo, sentimientos de vergüenza y culpa,
desadaptación positiva, y creatividad.

A la segunda categoría pertenecen el tercer factor, la conciencia de sí mismo y el


dominio de sí, la educación de sí mismo, la autopsicoterapia, la transformación
psíquica interna, el "sujeto-objeto" en sí mismo, la empatía y la identificación
consigo mismo y con los demás.

Los dinamismos de la integración secundaria son los siguientes: sentimientos y


actitudes de responsabilidad hacia sí mismo y hacia los demás, autonomía y
autenticidad, centro de dirección y ejecución en un nivel elevado y el ideal de
personalidad.

63
A. Los dinamismos del primer grupo.

Asombro consigo mismo e inquietud consigo mismo.

Sabemos que el asombro y la curiosidad con respecto al mundo externo


desempeñan una función considerable y positiva en el conocimiento del mismo.
Podernos suponer algo semejante en relación al conocimiento de sí mismo,
siempre que tengamos la habilidad de emplear el asombro y la curiosidad
dirigidos hacia el interior. La inquietud consigo mismo es un elemento nuevo y
fundamental de este asombro orientado hacia el interior, pues introduce
elementos intensamente dinámicos y emocionales que provocan un relajamiento e
incluso desintegración, de los patrones habituales y rígidos de¡ comportamiento.
En contraposición a la inquietud sobre sí mismo, que es sólo una manifestación
del instinto de conservación, la inquietud consigo mismo es una manifestación de
nuestras tendencias cognoscitivas desarrollo.

El asombro con respecto a sí mismo y la inquietud consigo mi son los primeros


dinamismos que rompen la firme estructura d integración primitiva.

La insatisfacción consigo mismo se manifiesta mediante la formación de una


actitud transformadora "dualista". Esta actitud es la semilla de la que crecerá el
dinamismo "sujeto-objeto" en sí mismo, que posee una fuerte carga emocional. El
dinamismo de la insatisfacción consigo mismo expresa una oposición interna a la
estructura propia.

Es una expresión de división (o por lo menos de la distinción) entre el que juzga y


lo que se juzga. Es la manifestación de una jerarquía interna emergente que
discrimina lo que es "inferior" de lo que es "superior". Tal discriminación participa
en el desarrollo de una jerarquía de valores.

El sentimiento de inferioridad con respecto a sí mismo. Este dinamismo es


también una manifestación M relajamiento e incluso de la quiebra de las
estructuras psíquicas existentes dentro de varios niveles funcionales.

Expresa una creciente diferenciación (diferenciación a niveles múltiples) en la


jerarquía de valores. Está directamente relacionado a sentimientos de
insatisfacción consigo mismo. Este dinamismo ocasiona una toma de conciencia

64
de tareas y posibilidades no realizadas, que son proyectadas sobre la imagen del
propio ideal de personalidad.

El sentimiento de inferioridad con respecto a sí mismo, o a la propia realización


potencial, manifiesta grandes dotes para el desarrollo. No corresponde al
concepto de inferioridad de Adler.

Este autor relaciona el sentimiento de inferioridad con la agresividad, los conflictos


externos y la envidia. Su concepto de inferioridad está relacionado al medio
ambiente externo.

En contraste, el sentimiento de inferioridad hacia sí mismo es un concepto de


inferioridad relacionado al medio ambiente interno (medio psíquico interno).

Con la aparición de conflictos internos, también surgen sentimientos de


insatisfacción con respecto a oportunidades perdidas o no aprovechadas y la
necesidad de una transformación psíquica interna.

Sentimientos de vergüenza y culpa

El sentimiento de vergüenza expresa el quebrantamiento de la seguridad propia,


tanto respecto al medio interno como al externo.

De hecho, la pérdida de la seguridad propia en relación al medio externo es, en


este caso, dominante.

El sentimiento de vergüenza manifiesta una fuerte condición de opresión y


ansiedad.

Esto es evidente en los sentimientos de inferioridad hacia la apariencia personal,


sentimientos de inferioridad con respecto a la opinión pública, en una tendencia a
alejarse de la vista del público, en una tendencia a huir, a la "ekklisis" de
Monakow (tendencia a alejarse de un objeto), etc.

La vergüenza tiene componentes fuertemente somáticos que encuentran


expresión en el desequilibrio vegetativo (sonrojarse, temblar, mostrar rigidez
psicosomática, arritmia cardíaca, y otros semejantes).

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El sentimiento de culpa es, en parte, una vergüenza interiorizada de considerable
tensión. Expresa el acto de revivir en forma retrospectiva las experiencias de los
propios fracasos morales, verdaderos o imaginarios. Está asimismo relacionado
con los sentimientos de inferioridad con respecto a sí mismo y con la
insatisfacción consigo mismo.

El sentimiento de culpa surge de la frustración ocasionada por la confrontación de


los pensamientos y acciones propios, con la jerarquía de valores y el ideal de
personalidad propios. Más aún, está relacionado a sentimientos de
responsabilidad y a la necesidad de expiación. El sentimiento de culpa es una
condición que puede producir una tensión considerable. Ocurre frecuentemente
en conjunción al "Temor y Temblor” de Kierkegaard.

La desadaptación positiva, como el sentimiento de culpa, es también una


manifestación de una fuerte tendencia para el desarrollo. Manifiesta una protesta
interna contra cualquier forma de adaptación forzada que no corresponda a la
jerarquía de valores y metas subordinadas al ideal de la propia personalidad. Este
dinamismo resulta de un deseo de desarrollo acelerado con miras a "lo que debe
ser" en contraposición a "lo que es". Consecuentemente, constituye la base de
una actitud muy sana, siempre que sea consciente y muy unida a otros
dinamismos positivos del medio psíquico interno.

El dinamismo de desadaptación positiva actúa a través de un relajamiento de


derrumbamiento de los niveles inferiores de la homeostasis psíquica para hacer
posible su reorganización en un nivel superior. Realiza un cambio de valores. Este
cambio ocurre a través de la desintegración de valores adquiridos del exterior, que
se han vuelto demasiado rígidos y estrechos. Antes de que ocurra este cambio,
en un nivel inferior, la adaptación psíquica automática a esos valores era una
regla establecida. Ahora eso ya no es posible.

De todos los dinamismos de la primera fase de la desintegración positiva, el índice


más importante de un potencial para el desarrollo acelerado es la desadaptación
positiva.

Los dinamismos creativos, están relacionados con el proceso de desintegración


en general; y en particular, con el proceso de desintegración a niveles múltiples.
La creatividad se desarrolla bajo condiciones de trastornos emocionales,
67
tensiones y conflictos tanto externos como internos. Se desarrolla a partir de una
compresión intuitiva de las contradicciones entre el mundo interno y el externo. La
creatividad se puede considerar como un deseo de construir una nueva realidad a
través de una conciencia acrecentada. La ampliación de la conciencia hace
posible ir desde un presentimiento inicialmente vago y meramente intuitivo de una
nueva realidad a una estructuración más definida de ésta.

La creciente necesidad de romper las barreras de la rutina, de liberarse a sí


mismo de experiencias automáticas con el fin de alcanzar una autonomía interna,
la necesidad de censurar “lo que es" para reemplazarlo en uno mismo (aunque
sea sólo en parte) por Aquello "que debe ser", encuentra su expresión en los
procesos creativos. El reconocimiento creciente de aquello "que debe ser", no es
nada más que una adaptación a una nueva jerarquía de valores.

Todas las formas de desintegración positiva están acompañadas por una tensión
interna intensificada, depresión, ansiedad, desarrollo de tendencias retrospectivas
y prospectivas, curiosidad y respecto a uno mismo y al medio ambiente interno.
La creatividad es una válvula de escape para la creciente tensión de los conflictos
internos. En este rol, los dinamismos creativos son las fuerzas que defienden
contra la enfermedad mental; ayudan en la tarea de la reorganización de una
estructura mental desintegrada, pero allí también surge el deseo de lograr una
personalidad más rica y verdadera. Uno se da cuenta que su estado presente es
primitivo o unilateral. Esta toma de conciencia es el punto de partida para la
autonomía y autenticidad que serán alcanzadas fuego en el proceso de desarrollo.
Un aumento de conciencia y sensibilidad en relación a lo que sucede dentro de
uno; un deseo y una necesidad de derrumbar patrones de comportamiento la
presencia de internos y ansiedad, son condiciones generadas por la
desintegración positiva. Constituyen los elementos necesarios para el desarrollo
de la personalidad. En este proceso de creciente conciencia de¡ propio desarrollo,
sucede algunas veces que el instinto de creatividad se transforma en el instinto de
la propia perfección.

Junto con estos elementos crece una inclinación hacia la intuición fantasía,
pensamiento mágico, llegando a la inspiración e incluso al éxtasis. De esta forma
encuentran su expresión el deseo y la necesidad de una nueva síntesis de las
funciones desorganizadas y de nuevas aprehensiones rotativas de la naciente
68
jerarquía de valores mismo tiempo, debido a la continuidad de la personalidad,
aparece la tendencia a controlar las funciones que han sido quebradas, y
asimismo, la necesidad de descanso y quietud, indispensable para la síntesis
inicial de las experiencias interiores.

Hasta aquí hemos descrito los procesos que preparan el terreno para aquellos
procesos de desarrollo que conducen finalmente a la integración secundaria. En la
fase temprana, preparatoria, la valoración moral puede estar implicada, pero no
es aún una condición necesaria. Con el avance de la desintegración a niveles
múltiples, los dinamismos morales cobran mayor importancia. En última instancia,
la formación de la personalidad, es decir, el logro de un nuevo nivel de realidad,
sólo puede obtenerse con la participación definida de los dinamismos morales.

B. Los dinamismos del segundo grupo

Los dinamismos del segundo grupo reestructuran, organizan y asimilan el proceso


de desintegración a niveles múltiples. Estos dinamismos preparan el medio
interno para la integración secundaria.

Conciencia de sí y dominio de sí. Si la sensación consciente de distancia en


relación a las propias tareas diarias conduce a la calma y a momentos de
reflexión, indica la aparición de los dinamismos de la conciencia de sí y el dominio
de sí. Su función aumenta con el incremento de la quietud interna y el reposo, en
otras palabras, bajo condiciones de concentración retrospectiva o introspectiva.

Los rasgos esenciales de estos dinamismos son: la conciencia de la identidad


personal como continuidad del pasado con el presente; la conciencia de la propia
diferenciación con respecto al mundo externo; la conciencia de la propia actividad;
un sentimiento de singularidad individual y de la importancia de ciertos rasgos y
características personales, como por ejemplo, el sentimiento de que algunos de
ellos son transitorios en el desarrollo, mientras que otros son permanentes.

La creciente conciencia de la identidad personal está estrechamente relacionada


con la desintegración a niveles múltiples y se convierte en su función. El
dinamismo de dominio de sí es de naturaleza más transitoria puesto que es

69
reemplazado gradualmente por el dinamismo principal de orden superior: el centro
de dirección y ejecución en un alto nivel.

Hay una relación íntima, e incluso una superposición, entre los dinamismos de
conciencia de sí y dominio de sí, y los dinamismos "sujeto-objeto" en sí mismo y la
transformación interna de los estímulos que serán descritos más adelante. La
conciencia de sí y el dominio de sí tienen cierta participación en todos los
dinamismos descritos anteriormente. Mientras prosigue el desarrollo de la
personalidad, la coordinación de los diferentes dinamismos depende de la
conciencia de sí y del dominio de sí. En última instancia, esta coordinación será la
tarea del centro de dirección y ejecución en un alto nivel.

El dinamismo "sujeto-objeto" en si mismo es la práctica de la auto-observación


interior en vista del desarrollo mental. Implica una auto-exploración constante,
objetiva y dinámica en la que el observador y lo observado están presentes en el
mismo medio interno. Aquí la mente adquiere la capacidad de aprehender todos
los elementos y movimientos de la vida interior y desarrolla esa vigilancia especial
que la capacita para percibir la dirección de los sucesos que se dan en el medio
interno.

El reconocimiento del propio yo interno (sujeto) como aquello que siente, piensa, y
desea, produce un sentido de la singularidad e identidad personal. Esto conduce a
la comprensión de la propia esencia mediante la experiencia. Por tanto, conduce a
la comprensión e (incluso quizá la experiencia) de la esencia del otro.

Debido a este dinamismo, el individuo comienza a interesarse en su propia vida


interior, y mientras el dinamismo cobra una creciente importancia, crece también
este interés tanto consciente como subconscientemente. Gracias a este factor, se
desarrolla cierta prontitud y vigilancia de los instintos cognoscitivos y de desarrollo
que están al servicio de¡ desarrollo de la personalidad. La habilidad para discernir
los varios aspectos de la propia vida interior, se desarrolla observando la acción
de los diferentes dinamismos, sus correlaciones y su operación en los diferentes
niveles.

El dinamismo "sujeto-objeto" en sí mismo desempeña una función importante en


la desintegración a niveles múltiples al participar en el desarrollo y en la
fluctuación de la tensión interna. Esto afecta, asimismo, los cambios espaciales y
70
temporales en el medio psíquico interno, que lleva a una jerarquización más
definida y al establecimiento de un nuevo centro de dirección y ejecución en un
nivel superior.

Sintonía, Identificación y Empatía. La sintonía es una habilidad de sentir algo en


común con los otros, de comprenderlos y de estar dispuesto a ayudar. La
identificación con los demás es una habilidad más profunda, más definida, más
consciente y con mayor dominio propio para comprender a los demás y para estar
dispuesto a ayudarlos.

La empatía es el nivel más alto de sintonía e identificación y es el resultado de un


desarrollo universal en el cual las fuerzas claves son el “sujeto-objeto" en sí
mismo, el tercer factor, la conciencia de sí mismo y la responsabilidad hacia sí
mismo y hacia los demás.

Comenzando con una manifestación inicial de sintonía que se encuentra en las


palabras colectivas tales como "nosotros" y "nuestros", a través de varias
situaciones, como las que se dan en un salón de en una protesta comunitaria,
huelgas, luchas colectivas por una común, observamos una graduación
ascendente en los niveles sintonía.

Mientras más elevado sea el nivel de¡ medio psíquico interno en un individuo,
mayor será su sintonía. Un alto grado de sintonía se puede lograr mediante la
desintegración a niveles múltiples. Nos referimos aquí a la creciente habilidad
para compartir los estados emocionales, necesidades y actitudes mentales de los
demás que podrían representar varios niveles de desarrollo.

En un nivel inferior de desintegración, estas reacciones surgen de una


identificación no diferenciada con los demás. La identificación en este nivel es
refleja pero no reflexiva, es decir, se trata de respuestas automáticas pero no de
reflexión; es superficial, surge y cesa de operar con facilidad. Sólo en las últimas
fases de la desintegración a niveles múltiples podemos encontrar una mayor
habilidad para comprender a los demás.

En dicho nivel, los sentimientos empáticos hacia los demás no implican


necesariamente una aprobación de su moral. Tampoco existe la inclinación a
adoptar patrones de comportamiento que uno no aprueba.

71
Aquí la identificación con los demás está siempre asociada con la disposición de
ayudarlos en sus dificultades y en su lucha para alcanzar valores más elevados.
Esto se aplica a las relaciones personales e individuales con los demás, así como
a las relaciones sociales. En este último caso, la identificación con los demás
toma la forma de una participación en la lucha para alcanzar las metas más
elevadas de una sociedad o nación.

La actitud benevolente hacia los demás es una manifestación de sintonía


reflexiva. El grado de sintonía alcanzado a través de la desintegración a niveles
múltiples activa la memoria de las experiencias propias y hace posible trasladarlas
a los demás.

Del bagaje de las propias experiencias y sufrimientos, puede uno comprender y


ayudar a aquellos que padecen desgracias similares. Dicha forma de
identificación con los demás es la única posible: brota del conocimiento adquirido
por uno mismo en el desarrollo de la personalidad. Permite ver a los demás como
individuos con un potencia] para el desarrollo interior.

El Tercer Factor: Recibe este nombre por la siguiente razón:' El desarrollo mental
del ser humano está determinado por tres factores, de los cuales el primero es
biológico (principalmente la herencia), el segundo es externo (heterónomo), y el
tercero es interno autónomo.

El primer factor es, en su mayor parte, la dotación genética que un individuo


hereda de sus padres, además de todos los efectos duraderos del período de
gestación, defectos en el parto, nutrición, drogas, etc..

El segundo factor representa las influencias del medio ambiente externo,


principalmente de la familia y el medio social. El tercer factor, representa las
fuerzas autónomas de un desarrollo dirigido conscientemente por el mismo
individuo.

En este sentido, el término "tercer factor" se emplea para indicar la totalidad de las
fuerzas autónomas. En un sentido más estricto, como dinamismo, el tercer factor
es el agente de elección consciente en el desarrollo.

El tercer factor asume gradualmente una participación esencial en el destino


humano y se convierte en el dinamismo dominante de la desintegración a niveles

72
múltiples. Es el dinamismo que coordina el medio psíquico interno. En realidad, el
tercer factor es el resultado de los cambios producidos por los dinamismos del
primer grupo, y sus consecuencia Podríamos recordar aquí que esos dinamismos
son más bien espontáneos y carecen de una organización definida, constituyen
las fuerzas motoras de la primera fase de la desintegración a niveles múltiples,
orientadas principalmente hacia la quiebra de las estructuras primitivas.

Tanto en el medio interno como en el externo, el tercer factor separa


gradualmente aquellos elementos que son positivos para el desarrollo mental, y
por lo tanto considerados como superiores, de aquéllos que son negativos y
considerados como inferiores.

Es el factor que niega y rechaza ciertas demandas inferiores tanto del medio
interno como del externo. Al mismo tiempo, confirma y acepta los elementos
positivos en ambos medios El tercer factor es, por tanto, el dinamismo de la
elección consciente.

El tercer factor es, pues, el discriminador de los acontecimientos de acuerdo a su


valor. Edifica las bases Para alcanzar la perfección. La presencia activa de¡ tercer
factor puede verse claramente, por ejemplo en la vida y escritos de San Pablo,
San Francisco de Asis, Soren Kierkgaard, Abraham Lincoln, Dag Hammarskjoeld,
Albert Schweitzer, el Papa Juan XXIII y muchos otros. Se puede decir que el
tercer factor es el dinamismo más influyente en la transformación del instinto de
creatividad en instinto de autoperfección.

El tercer factor desempeña la función adicional de organizar los factores


autónomos y auténticos en el desarrollo personal. En su aspecto filosófico, así
como en la experiencia existencia¡, participa en la separación de aquello que es
"menos yo mismo de lo que es "más yo mismo

En síntesis damos dos significados al concepto "tercer factor": uno amplio y otro
estricto.

(1) En sentido estricto, el tercer factor es un dinamismo que desempeña las


funciones de afirmación, negación Y selección en relación a los medios interno y
externo.

73
(2) En sentido amplio, el tercer factor es el representante principal de los factores
autónomos tales corno el dinamismo "sujeto-objeto" en sí mismo, la conciencia de
sí, el dominio de sí, la identificación y la empatía; la transformación psíquica
interna, e incluso los de la fase espontánea de la desintegración a niveles
múltiples tales como la adaptación y desorientación positivas que, además de sus
propias funciones, desempeñan las de "tercer sub-factores".

La transformación psíquica interna. Este dinamismo se desarrolla dentro de la


estructura de la desintegración a niveles múltiples, en colaboración con tos otros
dinamismos para el desarrollo.

Un estímulo recibido por el sistema nervioso provoca una reacción. La absorción


del estímulo constituye el proceso de su exteriorización. La reacción provocada
por el estímulo constituye el proceso de su exteriorización. Los acontecimientos
que ocurren en el medio psíquico interno entre la interiorización y la
exteriorización, constituyen el proceso de transformación.

Esto significa que nada se toma del exterior sin. que. sea. modelado por los
dinamismos de transformación psíquica interna. Igualmente, nada abandona al
medio psíquico interno sin la participación activa de este dinamismo.

Mientras más alto es el nivel del medio interno, más completo es el proceso de la
transformación psíquica interna de los estímulos.

El dinamismo de la transformación psíquica interna actúa de muchas formas. Los


estímulos son diferenciados intelectual y emocionalmente en muchos niveles,
observados, comparados y asociados a experiencias anteriores, para afirmarlos o
rechazarlos. Diferentes clases de contenido de la experiencia son asimilados o
eliminados.

La discriminación del valor de los estímulos y del contenido de la experiencia se


confronta con el ideal de personalidad. Dicha discriminación depende del
desarrollo de la organización jerárquica de toda la personalidad. En otras
palabras, la función principal pertenece, en este caso, al tercer factor. En el
establecimiento de la correspondencia entre los estímulos interiores y exteriores,
el proceso de la transformación psíquica interna siempre involucra una
participación activa de la conciencia. En realidad, la expansión y profundización
de los procesos de transformación psíquica interna dependen mucho del trabajo
74
de la conciencia. De esta forma, mediante la asimilación de lo nuevo y
desconocido dentro de la estructura de la personalidad en desarrollo, crece el
contenido de la conciencia.

Por lo tanto, el proceso de la transformación psíquica interna es un proceso de


eliminación de todas esas reacciones, hábitos, impulsos, estructuras mentales
que, en el proceso de desintegración para el desarrollo, no llegan a estar de
acuerdo con la estructura de la personalidad. Especialmente están sujetos a ser
eliminados aquellos factores que no encajan con el ideal de personalidad, puesto
que el individuo se identifica gradualmente con él. Los dinamismos discriminados,
según estos criterios, son los de un nivel inferior (que serán luego reemplazados
por dinamismos de un nivel más elevado) o aquellos que sólo actúan parcialmente
en un nivel inferior.

En otras palabras un dinamismo que actúa horizontalmente en algunos niveles


inferiores estará sujeto a una eliminación total; por el contrario un dinamismo que
actúa vertical- como por ejemplo un dinamismo activo en todos los niveles, podrá
ser eliminado solamente de su campo, inferior da acción.

La prospección y la retrospección son necesarias para una transformación


psíquica interna. La prospección, entre otras cosas, es ver lo "que debe ser". La
retrospección es reflexionar sobre uno mismo para ver lo que se ha logrado y qué
parte negativa y obstaculizante del desarrollo interno ha sido eliminada. Este mirar
hacia el pasado y hacia el futuro puede alcanzar una claridad sorprendente
durante estados excepcionales de exaltación mental.

El dinamismo de la transformación psíquica interna no sólo Se ocupa de las


reacciones que ocurren entre los medios interno y externo. Este dinamismo actúa
también en la transformación de¡ propio medio psíquico interno y dentro de éste.
Es el dinamismo que realiza el trabajo de transformar el tipo psicológico innato
propio, introduciendo algunos rasgos del tipo opuesto. A la larga, este dinamismo
puede efectuar, hasta cierto punto, una liberación de la secuencia inevitable de¡
cielo biológico de vida -(por ejemplo, conservando la lucidez mental durante la
vejez).

Los estímulos recibidos en el medio psíquico pueden ser tales que provoquen una
reacción, un cambio dentro de los límites del medio interno. Por supuesto, en
75
dicho caso no hay exteriorización. Esto implica, nada menos, que se originen
desarrollos internos independientes del medio externo, puesto que no se da
ninguna reacción exteriorizada, y, en realidad, no se requiere ninguna en este
caso.

En la meditación, en los momentos de profunda quietud. interior, el proceso de


interiorización se aísla de los estímulos externos. El silencio interno, por
definición, es un estado mental en el que la recepción de los estímulos externos
está bloqueada. Cuando esto ocurre, los dinamismos espirituales internos se
activan intensamente y adquieren la mayor importancia en el proceso de la
transformación psíquica interna.

La educación de sí mismo y la autopsicoterapia. La acción de¡ tercer factor


conduce a ciertos cambios característicos. El individuo se hace más resistente a
las influencias de los niveles inferiores y empieza a sentir la necesidad de dirigir
su propio desarrollo; más aún, se vuelve consciente de su capacidad de dirigir su
propio progreso hacia una personalidad integrada. De esta forma, el tercer factor
genera el dinamismo de la educación de sí mismo.

La educación de sí mismo requiere un grado significativo de autenticidad y una


referencia mayor que en cualquier otro caso al ideal de personalidad. Es un
dinamismo que hace que uno tome su destino en sus propias manos. Permite la
realización de¡ desarrollo personal de acuerdo a un plan definido, edificado sobre
una escala jerárquica de valores.

La autopsicoterapia es el proceso de la educación de sí mismo bajo condiciones


de tensión acrecentada, como en crisis del desarrollo, momentos críticos de la
vida, neurosis y psiconeurosis.

La autopsicoterapia es un factor indispensable en la educación de sí. Esto se


debe a que, antes de poder alcanzar una integración secundaria, un individuo
experimenta varias perturbaciones y conflictos internos. Estos conflictos se
producen no sólo con relación al medio ambiente externo, sino también en el
medio interno. Aunque reconocemos que estos conflictos tienen su lado positivo
en cuanto que originan el desarrollo de la personalidad, no obstante, el individuo
tiene que hacerles frente. La habilidad para encararse a dichos conflictos
constituye el dinamismo de la autopsicoterapia.
76
Mientras más se acerca el desarrollo del hombre a una integración secundaria, los
conflictos que anteriormente hubieran producido síntomas neumáticos y
psiconeuróticos, son tratados por el dinamismo de la autopsicoterapia de tal
manera que estos mismos conflictos se convierten en elementos creativos de
auto-perfeccionamiento.

Los dinamismos de la educación de sí mismo y de la autopsicoterapia actúan


sobre la base de un dualismo de¡ sujeto (aquello que educa) y del objeto (aquello
que recibe la educación en uno mismo), un dualismo de la negación y de la
afirmación con respecto a uno mismo y al medio ambiente; un dualismo
(discriminación) de niveles desdoblados, como por ejemplo, los más elevados,
aquellos definidos por el ideal de personalidad, y los inferiores, aquellos
determinados por las estructuras y funciones primitivas. Aquí podríamos pensar
en el dualismo filosófico: lo superior y lo inferior, lo bueno y lo malo, el espíritu y la
materia.

El dinamismo de la educación de sí mismo es una función de un nivel de


desarrollo muy elevado. Por consiguiente, este dinamismo debe estar
íntimamente vinculado al centro de dirección y ejecución en un nivel superior (ver
abajo). La presencia de ambos dinamismos indica la proximidad de la madurez de
la personalidad.

77
C. Los dinamismos del tercer grupo.

Consideremos ahora los dinamismos mixtos que actúan en el límite de la


desintegración a niveles múltiples y de la integración secundaria. No se pueden
diferenciar fácilmente de los dinamismos que empiezan a surgir a medida que la
personalidad se desarrolla hacia una estructura más definida. Particularmente,
dinamismos tales como la conciencia de sí mismo, el dominio de sí, la
transformación psíquica interna y el tercer factor, a pesar de que comienzan a
actuar en la fase de desintegración a niveles múltiples, su acción se extiende
hasta la integración secundaria. En la transición de un etapa de desarrollo a la
siguiente, la acción de los dinamismos que ya están en actividad sobrepasa la de
dinamismos que recién adquieren un rol dominante.

La responsabilidad hacia uno mismo y hacia los demás. El aumento de la


conciencia de sí y del dominio de sí tienden a intensificar el sentido de
responsabilidad hacia los propios pensamientos, acciones, deseos y experiencias
dentro de¡ contexto de la propia vida y en las relaciones con los demás. De esta
forma, los dinamismos integrativos de responsabilidad hacia uno mismo y hacia
los demás se desarrollan dentro de la estructura del grupo de dinamismo
precedente. Indicaremos las relaciones en forma suscinta.

Un conocimiento amplio de uno mismo y de los demás, un sentido de identidad


personal intensificado, una creciente identificación y empatía hacia los demás
desarrollan la sensibilidad, así como el refinamiento emocional e intelectual. Por
consiguiente, se percibe a los demás como sujetos y uno se acerca a ellos y los
trata corno sujetos. Esto significa que se les reconoce como individuos dotados de
una vida interior y se les trata con profunda comprensión y respeto en todos sus
aspectos. El sentimiento de la propia singularidad e identidad personal requiere
que los demás sean tratados como individuos autónomos, auténticos e
inviolables, La influencia sobre los demás, así como cualquier acción educativa o
correctiva se aplica sólo cuando es solicitada. En este nivel, uno descubre la
libertad del otro individuo y se le hace imposible entrar en ella sin ser invitado. La
responsabilidad hacia los demás se realiza, por ejemplo, atendiendo a sus
necesidades, a través de la empatía y por la constante presteza para ayudarlos.
En la amistad y en el amor hay un compromiso en un nivel muy elevado. Este

78
compromiso genera un profundo sentido de- responsabilidad hacia uno mismo y
hacia el otro.

La búsqueda de mejores Soluciones y de su realización en un plano superior,


constituye un factor del dinamismo de responsabilidad, derivado del dinamismo de
la transformación psíquica interna. El dinamismo de responsabilidad se convierte
en una función de la personalidad en crecimiento. Como tal, se transforma
asimismo en una función del centro de dirección y ejecución en un nivel superior.

Puesto que el ideal de la personalidad es la meta del desarrollo de la


personalidad, el dinamismo de responsabilidad es evidentemente una función de
dicho ideal.

Autonomía y Autenticidad. Estos dos dinamismos son a la vez los


codeterminantes y el resultado de un alto nivel de desarrollo en el proceso de
desintegración a niveles múltiples, e integración secundaria. La autonomía es
consecuencia de la función del tercer factor. Mientras que el tercer factor es un
dinamismo primordialmente encargado de la discriminación entre lo superior y lo
inferior en el desarrollo mental, la autonomía es un dinamismo de libertad interior.
La libertad interior es la independencia de la influencia de los estímulos externos y
de la influencia de los estímulos internos de niveles inferiores. Además del tercer
factor, el dinamismo de la transformación psíquica interna tiene también una
función fundamental en la formación y operación del dinamismo de autonomía. Lo
mismo se aplica al dinamismo de autenticidad.

En el proceso de convertirse en un ser más autónomo, el individuo consciente y


deliberadamente se ata a los niveles más elevados de su personalidad (y a su
ideal de personalidad) y se dedica a oponerse a sus niveles inferiores. A fin de
alcanzar su verdadero yo, el individuo convierte en su propio guía hacia un ideal
de personalidad más claramente aprehendido. Se convierte en un agente
autodeterminante de su propio desarrollo.

La autenticidad tiene cuatro componentes característicos. El primer componente


es la seguridad de estar bien encaminado hacia la realización del propio ideal de
personalidad. El segundo, es la universalidad del desarrollo interno, lo que
significa que todos los aspectos de la personalidad están en un proceso de
desarrollo. El tercero, es la toma de conciencia de la propia singularidad. El
79
sentido de singularidad proviene de una comprensión de que la esencia de las
propias funciones mentales es invariable, irreemplazable e irrepetible. El cuarto es
un darse cuenta de haber llegado a encontrar la solución a la realidad "yo" y '”tu",
basada en la singularidad e ¡respetabilidad de los rasgos individuales y de la
comunidad de las cualidades altamente desarrolladas (por ejemplo, la empatía).

El hombre se hace más verdaderamente él mismo después de haber padecido


una variedad de experiencias dolorosas, haber ejercitado. su propia voluntad y de
haber efectuado sus propias elecciones. Un grado avanzado de autonomía es el
prerrequisito para el desarrollo de la autenticidad en la autodeterminación. La
elección consciente de valores definidos y la dirección de las propias acciones
dominan el comportamiento compulsivo. La compulsión a actuar de cierta manera
pierde el carácter de autodeterminación. El individuo, al alcanzar este nuevo nivel,
se vuelve libre.

El individuo separa su ser independiente y seguro, de su ser estereotipado, rígido,


rutinario, que estaba sujeto a impulsos primitivos. El ser auténtico puede así
distinguirse dentro de toda la estructura mental humana.

La estructura mental nunca está totalmente libre de las reacciones y los impulsos
de los niveles inferiores. No obstante, en los momentos de sublimación del
pensamiento y del sentimiento aun plano superior, el individuo se libera, y su ser
auténtico se acerca más a su ideal de personalidad. Aquí y no por primera vez,
nos referimos a las experiencias de las personas que se esfuerzan por lograr una
perfección interior. Muchos casos de experiencias místicas son claros ejemplos
del descubrimiento del verdadero yo.

El dinamismo de autenticidad es un dinamismo humano por excelencia. Se origina


cuando se logra una conciencia de sí mismo en un nivel superior y el cultivo de la
vida emocional.

El centro de dirección y ejecución. Este dinamismo coordina, planea, organiza y


gobierna la actividad de la psique en un campo definido y en un momento
determinado. En el nivel de la integración primitiva se identifica con el impulso o
grupos de impulsos dominantes. En otras palabras es determinado
biológicamente. En la desintegración a un solo nivel, las estructuras mentales se
relajan o se descomponen en varios dinamismos. Estos dinamismos están
80
débilmente unidos entre sí y con frecuencia son mutuamente contradictorios. Nos
encontramos aquí con una multiplicidad de centros de dirección y ejecución que
representan a los dinamismos en conflicto o a complejos de deseos y emociones
de modo que hablamos de muchas "voluntades". Por ejemplo, es algo común que
durante la pubertad se presenten sentimientos contrarios de inferioridad y
superioridad al mismo tiempo. El egocentrismo y el alterocentrismo, la depresión y
la excitación, la sintonía y la asintonía (aislamiento de los demás) son parejas de
dinamismos semejantes en conflicto. Estos grupos contrarios representan centros
de dirección y ejecución antagónicos, pero, además del conflicto y antagonismo,
diferentes centros de dirección y ejecución pueden confrontarse entre sí o pueden
cooperar y unirse.

En la desintegración a niveles múltiples, que es la etapa de formación del medio


psíquico interno y de una jerarquía de dinamismos, aparecen varios centros de
dirección y ejecución. Cada uno representa niveles antagónicos de la estructura
interna; los que están determinados por impulsos primitivos y los que se acercan
más a la personalidad que surge.

Los centros de dirección y ejecución que, al principio están unidos a un impulso o


grupo de impulsos, con el tiempo comienzan a liberarse y a controlar
gradualmente a esos impulsos. A un nivel superior, el centro de dirección y
ejecución ya no se identifica con los impulsos sino que se convierte en el agente
de control del desarrollo.

Mediante el trabajo de los dinamismos que coordinan la desintegración positiva, y


el trabajo de los dinamismos del tercer grupo (dinamismos de tipo mixto
desintegradores e integradores), surge gradualmente una integración armoniosa
de varios centros de dirección y ejecución a un nivel superior. Eventualmente,
conduce al establecimiento de un sólo centro. Dicho centro supremo de dirección
y ejecución se caracteriza por una creciente identificación con la personalidad y
constituye una función de su ideal. En última instancia, el centro de dirección y
ejecución llega a ser idéntico a la personalidad.

El ideal de personalidad. En un nivel inferior de desarrollo, el ideal de la


personalidad es sólo una imitación. Está representado por héroes populares del
deporte, cine o teatro. El ideal de la personalidad surge como una fuerza de

81
desarrollo, en el proceso de desintegración a niveles múltiples. Varias metas
relacionadas jerárquicamente y dirigidas hacia el pleno desarrollo de la
personalidad, constituyen el material del que se elabora el ideal de la
personalidad. El desarrollo personal que tiene un carácter universal, es decir que
involucra todos los aspectos del hombre y su psique, implica necesariamente una
multiplicidad de metas. A medida que el individuo atraviesa el proceso de
desintegración positiva, sus diferentes y múltiples metas se relacionan entre sí
cada vez más, y convergen. Posteriormente, la síntesis y fusión de estas metas
en un solo fin, que combina en su estructura la singularidad de las cualidades
individuales con los caracteres de lo universal, da como resultado lo que
denominarnos el ideal de la personalidad.

Un componente muy fuerte y necesario en el ideal de personalidad es el


desarrollo de una relación con los demás como sujetos.

Este ideal no está totalmente especificado. A pesar de que sus elementos más
cercanos (aquellos que son más inmediatos y más fácilmente alcanzables)
pueden distinguirse claramente y son accesibles al estudio empírico, sus
elementos más distantes son menos claros y más evasivos. La síntesis de los
elementos próximos y distantes no se puede expresar fácilmente en términos
precisos, más bien se debe aprehender intuitivamente. El ideal de personalidad en
su totalidad, aunque no se presta a un estudio empírico inmediato, tiene sin
embargo un carácter fuertemente dinámico y por eso es un factor muy real y
poderoso en el desarrollo de la personalidad.

A medida que la personalidad se desarrolla hacía la integración. su ideal aparece


con un perfil más concreto. Una comprensión intuitiva de su naturaleza y de su
poder, se alcanza en momentos de alta tensión emocional, concentración,
meditación y períodos de inspiración creativa. Este ideal se convierte luego in la
mayor reserva de fuerza, una fuente de los dinamismos creativos más poderosos
en el esfuerzo para lograr la perfección interior. La perfección es, pues, sinónimo
del logro de los niveles más elevados del desarrollo de la personalidad.

La actividad de los dinamismos creativos que ayudan en el esfuerzo hacia la


perfección, se llama también dinamización del ideal de personalidad. El ideal de
personalidad es la fuerza que mueve todo lo que contribuye a un desarrollo pleno

82
de la personalidad. Está acompañado por fuerte tensión de dinamismos
particulares y sus complejos, especialmente por aquellos que pertenecen al
segundo y tercer grupo de dinamismos de la desintegración a niveles múltiples.

Todos los dinamismos del medio psíquico interno descritos aquí, son decisivos en
el desarrollo humano, la comprensión adecuada de tales dinamismos, de sus
niveles de desarrollo en los casos individuales, y de sus interacciones, son
necesarios para la conducción adecuada de la psicoterapia.

83
4. Interrelaciones entre el Medio Interno y el Ambiente Externo

En esencia, observamos dos tipos de interrelaciones entre el medio interno y el


ambiente externo, es decir, las interrelaciones basadas primordialmente en
elementos automáticos y las basadas principalmente en elementos reflexivos. En
cada caso, estas interrelaciones dependen del nivel alcanzado por un ser humano
en su desarrollo interior.

En un nivel inferior de desarrollo, los comienzos del medio interno se manifiestan


sólo mediante vacilaciones en el comportamiento o en actitudes carentes de
metas. Tales comportamientos surgen con frecuencia debido a experiencias
nuevas y síntomas de distonía, así como por perturbaciones de los sentimientos
internos. Cuando un individuo está en este nivel, es poco reflexivo o irreflexivo. No
hay una transformación psíquica interna definida. La relación del medio ambiente
con el individuo está basada en elementos similares y obedece a las leyes de los
instintos gregarios (tales como el "nosotros" en actividades cognoscitivas,
tendencias sociales y el instinto de conservación).

Cuando la jerarquía de valores empieza a establecerse en el medio Psíquico


interno y cuando dinamismos tales como la insatisfacción consigo mismo, el
"sujeto-objeto" en sí mismo, el tercer factor y la transformación psíquica interna
empiezan a actuar, entonces aparecen asimismo la reflexión propiamente dicha
en un nivel superior. Esta reflexión es autónoma y auténtica, ya no se subordina a
la adaptación a los impulsos o deseos primitivos que surgen en ambos medios,
sino más bien se adapta a "lo que debe ser".

Cuando los estímulos externos atraviesan el proceso de interiorización, son


transformados y abandonan el medio psíquico interno como respuestas complejas
individualizadas. Sucede con frecuencia que estas respuestas de carácter
individual y que se diferencian de las reacciones comunes, incitan a la sociedad a
juzgar al individuo como no práctico, no realista, extraño. Esto es especialmente
cierto cuando las respuestas "extrañas" se tornan características. del
comportamiento del individuo. La opinión general considera con frecuencia estas
respuestas como desproporcionadas, raras, excesivamente originales o
posiblemente patológicas. Vistas desde un ángulo positivo se tornan imprevistas,
espontáneas, creativas, etc. Son los núcleos de la quiebra de homeostasis en un
84
nivel inferior para que pueda ser reconstruida en uno más elevado. Por esta
razón, dichas respuestas están en el origen de los conflictos, internos y externos,
y son la fuente de otros muchos síntomas psiconeuróticos.

Concentrémonos ahora en el problema de la diferenciación de los niveles de


desintegración y en los problemas de la diferenciación de las respuestas a los
estímulos del medio ambiente externo. Formulémonos la siguiente pregunta:
¿Cuál sería la respuesta de un individuo en un nivel de integración primitiva al
estímulo del medio ambiente externo? Si estos estímulos presentan una
posibilidad para lograr una realización de sus necesidades, su respuesta será el
temor y la agresión. Un individuo primitivo demostrará periódicamente una
aconteció sumisión aparentes hacia las fuerzas que trascienden su habilidad para
luchar. Esta adaptabilidad aparente es una función del instinto de conservación.
Este es un caso especial de la regla general de Monakow: (88) "la Klisis" y la
"ekklisis" (el acercamiento a los objetos y el alejamiento de ellos).

A un individuo integrado primitivamente le son desconocidos los aspectos


multilaterales de la realidad, la diferenciación en las actitudes y patrones de
comportamiento, la comprensión de los demás, y un acercamiento reflexivo y
sintónico con los demás.

El relajamiento o quiebra inicial de las funciones psíquicas y de la estructura


psíquica está determinado y catalizado principalmente por los núcleos hereditarios
(tales como excitabilidad acrecentada, los núcleos del medio interno, los núcleos
de intereses y habilidades creativos) que paulatinamente introducen dinamismos
de niveles superiores, como las habilidades de transformación y la jerarquía en la
adaptación y desorientación (desadaptación positiva).

La secuencia de los procesos de transformación en el desarrollo interno es


aproximadamente la siguiente: En la etapa de desintegración a un solo nivel,
observamos el relajamiento y a veces la desorganización de las actividades
mentales primitivas. Con la expansión del medio psíquico interno, sus dinamismos
sufren una jerarquización (esto significa que se puede distinguir si un dinamismo
determinado actúa en un nivel, y si ese nivel es superior o inferior, o si un
dinamismo determinado actúa verticalmente, como por ejemplo, uno que abarca
los niveles inferiores y superiores). Con el desarrollo de una estructura jerárquica,

85
los dinamismos son organizados posteriormente, cooperan o chocan entre sí.
Cuando la transformación psíquica interna se torna activa, las fuerzas
tendenciales se elevan lentamente a un nivel más alto. Las respuestas distónicas
superficiales y un carácter "rítmico" inconsciente de las respuestas automáticas,
cesan de actuar. Por consiguiente, la conciencia de sí mismo y el dominio de sí
aumentan. Bajo la influencia del tercer factor, que en esta etapa es uno de los
dinamismos internos principales, el individuo valora, y acepta o rechaza un gran
número de estímulos tanto del ambiente interno como del externo. Cada nuevo
estímulo y nueva constelación de estímulos son elaborados en el medio interno,
cada situación externa es objeto de reflexión antes de que se forme una respuesta
externa.

En los niveles superiores de desarrollo con frecuencia encontramos una ausencia


de reacción hacia los estímulos externos. Esto es verdad particularmente si el
individuo no se siente lo suficientemente preparado y maduro para ciertas
respuestas. Los estímulos actúan entonces dentro de¡ medio psíquico interno,
pero la respuesta aparece al cabo de días, meses o años y se convierte en la
expresión de una actitud sustancialmente modificada en relación a asuntos que
anteriormente fueron evocados por un estímulo dado, o por un complejo de
estímulos. Por ejemplo, tal es el caso cuando una persona responsable y reflexiva
delibera entre casarse o asumir un cargo más elevado en su profesión.

La identificación de grupo, primitiva, expresada mediante el "nosotros", cede su


lugar a la identificación sintónica con una variedad de contenidos emocionales y
reflexivos de otros individuos y de otros grupos. La actitud hacia los demás se
torna cada vez más consciente, manifestando simpatía e independencia, sintonía
y autonomía, identificación y autenticidad. Todo esto es una manifestación de la
personalidad en desarrollo y de su ideal. Estos desarrollos alcanzan su plenitud
en la integración secundaria en la que todos los dinamismos movilizados en el
proceso de la desintegración positiva se unifican.

Fuertes choques externos e internos, al ser confrontados por una reflexión muy
activa (seguida de una transformación psíquica interna) junto con una desaptación
en los niveles inferiores de los medios interno y externo, promueven el desarrollo
hacia la realización de la personalidad y de su ideal. Estos mismos conflictos

86
internos y externos, con la posibilidad de lograr una transformación psíquica
interna, son propios de la mayoría de los dinamismos psiconeuráticos.

El concepto de medio psíquico interno puede aplicarse también a un grupo


humano. El medio psíquico interno de un grupo pequeño tiene como contraparte
el medio externo de una sociedad. La vida humana de grupo está marcada por
una adaptación excesiva a un medio externo (y también a un medio interno
primitivo de grupo) basado en reacciones impulsivas automáticas. Por
consiguiente, no hay aquí una transformación interna de valores, ni dinamismos
creativos, autonomía o autenticidad, ni el desarrollo de la personalidad y de su
ideal.

El esquema anterior discrepa con la mayoría de los sistemas mecanicistas de la


psicología humana. Estos sistemas, basados en el estudio de la psicología
animal, se derivan del behaviorismo ortodoxo y de la psicología de tipo estímulo-
respuesta.

El enfoque mecanicista no toma en cuenta el hecho de que en el desarrollo


humano -y no solamente en el humano- aparecen dinamismos de autodirección
mediante los cuales el contenido de una respuesta puede diferir
fundamentalmente de la calidad e intensidad de un estímulo o estímulos
determinados.

La respuesta contiene un significado transformado, obtenido sobre la base de la


retrospección que activa el contenido grabado en la memoria afectiva. Si a esto
añadirnos la proyección hacia el futuro, tenemos una cadena de acontecimientos
que va mucho más allá de la relación mecanicista de causa y efecto.

Hacemos bien en enfatizar la noción Bergsoniana que un efecto tiene un


contenido diferente y más complejo que su causa. Podemos ver aquí una clara
transgresión de la llamada ley de causa y efecto, tal como se aplica en la
psicología de tipo estímulo-respuesta.

87
5. El Medio Psíquico Interno como una Condición de los Niveles
Múltiples de Estimulación e Inhibición

Las estimulaciones e inhibiciones a niveles múltiples se derivan de la variedad de


niveles existentes en el medio interno. Los conflictos entre las estimulaciones e
inhibiciones, con el predominio de las estimulaciones sobre las inhibiciones o
viceversa, se encuentran siempre presentes en el proceso de la desintegración a
niveles múltiples.

Estos conflictos involucran los dinamismos del medio psíquico interno parcial o
totalmente.

Por ejemplo en la desadaptación positiva predomina la inhibición, pero durante su


desarrollo estimula la creatividad.

La inquietud consigo mismo es otro ejemplo de un dinamismo de inhibición, pero


debido a su fuerte tensión es el origen de la búsqueda de paz a través de la
realización del ideal de personalidad. La inhibición en el instinto creativo estimula
el instinto de autoperfección.

Cuando el ideal de personalidad se torna a veces menos claro o más distante, los
niveles inferiores de las funciones y los impulsos inferiores son desinhibidos
fácilmente. La inhibición del dinamismo "sujeto-objeto" en sí mismo reduce la
empatía y estimula los conflictos externos.

La inhibición del instinto de autoperfección evoca ambivalencias y ambitendencias


así como aquellos dinamismos del instinto creativo que tienen por resultado la
actitud de "el arte por el arte". En el límite entre los dinamismos desintegradores,
la inhibición y la estimulación, encontramos dinamismos creativos.

En el nivel de la desintegración espontánea a niveles múltiples del medio interno,


los dinamismos superiores actúan más bien como inhibidores que como
estimuladores.

La insatisfacción consigo mismo, el sentimiento de vergüenza y culpa, y la


desadaptación positiva manifiestan el predominio de elementos inhibidores, tal
como lo hacen la autocrítica y los sentimientos de inferioridad. Esto origina la
desintegración de los niveles inferiores de las tendencias.

88
En el nivel de la desintegración dirigida a niveles múltiples, encontramos un mayor
equilibrio entre estimulación e inhibición. Los efectos de las inhibiciones de la fase
previa son organizados por los dinamismos de conciencia de sí mismo, dominio
de sí, y el dinamismo "sujeto-objeto" en sí mismo.

El tercer factor, así como el dinamismo de sintonía y a sintonía (conflicto de


alienación leve), e identificación consigo mismo y con los demás, actúan tanto de
estimuladores como de inhibidores. Esto es así debido a que cada uno de estos
dinamismos implica afirmación y negación. Igualmente, el dinamismo de
transformación psíquica interna de estímulos es el resultado de la estimulación e
inhibición. En el nivel del tercero y aún más elevado grupo de dinamismos de¡
medio interno, encontramos una colaboración entre varios factores primeros
grupos de que armonizan los resultados obtenidos por los dos dinamismos. La
actividad de la mayoría de los dinamismos de¡ tercer grupo se unifica hacia una
identificación creciente con el centro de dirección y ejecución en un nivel elevado,
y con la personalidad y su ideal.

La presencia de un medio psíquico interno en crecimiento y organizado


jerárquicamente, es un prerrequisito para la formación de los dinamismos de
autonomía y autenticidad. Los dinamismos más elevados estimulan las fuerzas de
desarrollo, pero inhiben los impulsos más Primitivos, proporcionando así las
condiciones para el surgimiento de los dinamismos de autonomía y autenticidad.

Con la localización de los elementos esenciales de la personalidad en los niveles


más elevados, la personalidad autónoma aparecerá eventualmente. Engloba todo
aquello que está más cerca a la verdadera personalidad y su ideal, todo lo que es
autónomo y auténtico. La iniciación y el desarrollo de estos factores son
necesarios para un proceso fructuoso de educación de sí mismo y de
autopsicoterapia. Ambos procesos están guiados por los dinamismos más
elevados de la personalidad, como por ejemplo por el centro de dirección y
ejecución en un nivel superior y por el ideal de personalidad. De esta forma, a
través de la estimulación e inhibición a niveles múltiples; de la transformación
psíquica interna, la autonomía y autenticidad, educación de sí y autopsicoterapia,
el medio psíquico interno de un individuo se transforma en una personalidad.

89
6. El Medio Psíquico Interno en las Psiconeurosis

Mientras más desarrollado sea el medio interno, más elevados serán los síntomas
y dinamismos involucrados en las psiconeurosis. Por ejemplo, las neurosis
vegetativas relacionadas con perturbaciones de sentimientos internos, la
hipocondría, niveles inferiores de histeria o neurosis sexuales, son característicos
de un medio interno primitivo.

Debemos hacer una distinción de las diferencias tanto interneuróticas como


intraneuróticas, entre los niveles de las funciones mentales (ver abajo). En los
niveles inferiores de las funciones mentales, en las que el medio psíquico interno
está en el comienzo de su desarrollo, generalmente encontramos una
desintegración a un solo nivel y la primera fase de una desintegración a niveles
múltiples. En los niveles superiores de una función psiconeurótica, encontramos
fases posterior de desintegración a niveles múltiples en un medio psíquico interno
ores desarrollado.

El nivel de las Psiconeurosis está determinado por el nivel de las funciones.


mentales implicadas. Dos tipos de psiconeurosis se encontrarán en diferentes
niveles interneuróticos, si uno implica funciones de un medio psíquico interno más
desarrollado e incluso primitivo. Las siguientes psiconeurosis pertenecen a los
niveles neuróticos elevados, psicastenia, neurosis de ansiedad, neurosis
depresiva, obsesión y neurosis infantil. A los niveles inter-neuróticos inferiores
pertenecen la neurastenia, la histeria, la hipocondría, las neurosis somáticas, etc.

Dentro de cada neurosis particular, podemos distinguir niveles elevados e


inferiores de sus dinamismos. Por ejemplo, en la histeria, un nivel elevado de
funciones mentales se manifestará mediante una excitabilidad afectiva
acrecentada, sintonía reflexiva (meditativa), creatividad y posiblemente una
tendencia al éxtasis, mientras que un nivel inferior de las funciones mentales se
manifestará mediante síntomas de caracteropatía histérica. Un nivel más elevado
de psicastenia mostrará síntomas de una débil función de realidad en un nivel
inferior (modo poco práctico de enfrentar la vida diaria) y una función de realidad
fuerte en un nivel superior (por ejemplo, gran eficiencia en trabajos creativos).
Igualmente la psicastenia de nivel elevado, estará presente en la capacidad de
introspección psicológica, la introversión incisiva de contacto (por ejemplo, una
90
introversión que no disminuye la comprensión de los demás), la imaginación
creativa acrecentada, mientras que síntomas parecidos a la neurastenia y la
hipocondría se harán presentes en la psicastenia de un nivel inferior.

Resumamos brevemente las relaciones entre los diferentes niveles de


dinamismos específicos del medio psíquico interno y las psiconeurosis.
Tendremos que tomar en cuenta los fenómenos inter-neuróticos e intra-neuróticos
asociados con cada psiconeurosis. Como señalamos anteriormente, el primer
grupo de dinamismos del medio psíquico interno, propio de la fase espontánea de
desintegración a niveles múltiples, está en correlación con las condiciones de una
excitabilidad acrecentada, introversión excesiva, insatisfacción consigo mismo,
sentimientos de inferioridad, sentimientos de vergüenza y culpa, desadaptación y
creatividad intensa. Discutiremos esta correlación en la depresión neurótico y la
psiconeurosis de ansiedad.

En el caso de una condición depresiva, tenemos, en su nivel inferior, el


predominio de elementos de disociación propios del ambiente, como reflexión
sobre las propias equivocaciones pasadas y presentes, sentimientos pasivos de
inferioridad y sentimientos pasivos de culpa sin ninguna fuerte tendencia hacia la
expiación. Esta situación se caracteriza además por una desadaptación a la
situación actual, pero el deseo de adaptarse activamente a lo que debe ser no
está muy definido aún.

En el caso de una psiconeurosis de ansiedad de nivel inferior, el contenido de la


ansiedad no se encuentra muy elaborado. Predominan las fobias, mientras que
los elementos existenciales están escasamente presentes, es decir, no aparece el
sentimiento de la existencia.

En el nivel del segundo grupo de dinamismos de¡ medio psíquico interno, es decir,
los dinamismos que organizan este medio, tenernos los ,comienzos de una
organización consciente de la propia depresión. La depresión en un nivel superior
activa aquellos dinamismos que ayudan a suprimir la depresión en los niveles
inferiores. El tercer factor comienza a actuar así como el dinamismo "sujeto-
objeto" en sí mismo. Hay un fuerte aumento de conciencia y de dominio de sí.
Con la desadaptación hacia el estado actual de las cosas se asociará la

91
necesidad de adaptarse a lo que debe ser. La actividad de¡ dinamismo de
transformación psíquica interna aumenta. La autopsicoterapia se hace posible.

Cuando surgen varios estados de ansiedad en este nivel, observamos una


necesidad de transformación y fusión de ansiedades específicas, que originan un
sentimiento general de "temor y temblor" abrumadores. De esta forma
observamos la aparición y el desarrollo de elementos de ansiedad existencia¡.
Observamos un creciente control y una aptitud para inmunizarse contra
ansiedades más primitivas. Aparece la necesidad de darse cuenta de las
ansiedades conscientemente y de poder superarlas, es decir' transformarlas en
una ansiedad de nivel superior. Un individuo llega a comprender que algunos
estados de ansiedad, tales como el "temor y temblor" de Kierkegaard; parecen ser
necesarios para su desarrollo, puesto que, la superación de tales ansiedades da
bases más sólidas para un desarrollo posterior.

En el nivel del tercer grupo de dinamismos de¡ medio psíquico interno, es decir,
en el límite entre una desintegración avanzada a niveles múltiples y una
integración secundaria, encontrarnos una comprensión más profunda de la
función creativa de la depresión y de los otros estados psiconeuróticos en el
desarrollo humano. El individuo manifiesta ahora la necesidad de asumir la
responsabilidad de su propia depresión y tiende a subordinarla a los dinamismos
de auto-psicoterapia y de educación de sí, al centro de dirección y ejecución, y al
ideal de personalidad.

La depresión como complejo patológico desaparece gradualmente, dejando la


capacidad de comprender e identificarse a condiciones similares en los demás. Lo
mismo ocurre en los estados de ansiedad, aunque el carácter de la
transformación variará de acuerdo al tipo de ansiedad.

Consideremos el valor de diagnóstico y pronóstico de algunos de los elementos


más importantes del medio psíquico interno. El descubrimiento de la presencia de
ciertos dinamismos fundamentales del medio interno es decisivo en un
diagnóstico y un pronóstico de las psiconeurosis, así como en la elección de los
métodos para tratarlas. La presencia de dinamismos de nivel superior, tales como
el tercer factor, la autopsicoterapia y la educación de sí mismo, la transformación
psíquica interna, y el centro de dirección y ejecución en un nivel superior,

92
manifiesta el carácter positivo de una psiconeurosis determinada, dando así un
buen pronóstico e indicando claramente el procedimiento para la llamada
"curación".

Por otro lado, la acumulación de varias fobias, sentimientos de inferioridad,


sentimientos de culpa, indican la falta de una operación definida del tercer factor,
de los dinamismos de educación de sí y autopsicoterapia, de fuertes dinamismos
creativos y de transformación psíquica interna. Indica el predominio del primer
grupo de dinamismos de desintegración a niveles múltiples y alguna acción
remanente de los dinamismos de desintegración a un solo nivel (como
ambivalencias y ambitendencias).

Aquí el pronóstico no es siempre seguro. Bien se puede sugerir una


heteropsicoterapia con gran cuidado y vigilancia del comportamiento del paciente.

En tal caso, el tratamiento farmacológico del paciente es con frecuencia de alguna


ayuda para su medio ambiente humano, especialmente su familia.

Algunos complejos sintomáticos, tales como perturbaciones en la función de


realidad, sugestionabilidad, ilusiones y obsesiones, requieren una evaluación
diversificada, así como un tratamiento terapéutico diversificado.

Mucho depende aquí de la forma en que los dinamismos superiores, como la


transformación psíquica interna, los dinamismos creativos, y la sintonía reflexiva
actúan sobre los dinamismos inferiores.

Un diagnóstico y pronóstico adecuados, así como la elección dé métodos


terapéuticos, dependen del reconocimiento del tipo de dinamismos, de su
interacción con otros dinamismos de su mismo grupo y de grupos más elevados.

93
7. El Medio Psíquico Interno de Individuos Sobresalientes

Discutiremos la función del medio psíquico interno en dos clases de personas


sobresalientes: los genios cuyo desarrollo está guiado primordialmente por su
instinto creativo, y las personas cuyo desarrollo está guiado principalmente por su
instinto de autoperfección.

En algunos casos, ambos grupos de dinamismos operan y se superponen en su


acción, lo que es, obviamente, una suerte excepcional para el desarrollo de tales
individuos.

En los genios, el medio interno está generalmente caracterizado por el asombro y


la ansiedad hacia sí mismo y hacia el medio ambiente, sentimientos cíclicos de
superioridad e inferioridad, sentimientos de culpa, desadaptación al ambiente
actual y la presencia de factores creativos.

En otras palabras, encontramos aquí una desintegración a un solo nivel y la


primera fase de una desintegración a niveles múltiples. Entre los factores
psiconeuróticos, propios de este tipo de individuos, encontramos temor y
ansiedad, dramatización histérica, reacciones psiconeuróticas infantiles y una
fuerte identificación con varias personalidades. La función de realidad es con
mucha frecuencia débil.

El desarrollo acelerado pero a menudo unilateral de los genios, está


frecuentemente asociado con una tensión psíquica muy alta. Los grandes
pensadores son propensos a las obsesiones, cambiantes con una variedad de
tipos psicológicos, actitudes y niveles.

El drama del desarrollo de tales individuos sobresalientes se elabora


principalmente en la esfera del instinto de creatividad. Conservan su ideal de
personalidad, pero no es una fuente constante de motivación.

Las fuerzas principales para el desarrollo derivan no tanto del ideal de


personalidad, sino más bien de los cambios espontáneos dentro de su medio
psíquico interno y de los estímulos del mundo externo.

El ideal de personalidad es el dinamismo que dirige el desarrollo de los individuos


sobresalientes que pertenecen a la otra clase mencionada al principio.

Su desarrollo está impulsado primordialmente por el instinto de autoperfección.


94
Los líderes de la humanidad frecuentemente muestran una fase avanzada de
desintegración a niveles múltiples e integración secundaria.

Su medio psíquico interno se caracteriza por un aumento de la conciencia de sí y


del dominio propio que abarca toda la psique.

La identificación con m propio ideal de personalidad se desarrolla junto con la


profundidad y extensión de su sintonía y su capacidad para transformaciones
psíquicas internas.

Aquí el ideal de personalidad es precisamente la fuente principal de dinamismos


desintegradores elevados.

Es también el dinamismo principal de los procesos que se realizan en la fase de


integración secundaria.

El drama del desarrollo de tales individuos está elaborado principalmente en el


campo del instinto de autoperfección en estrecha colaboración con los niveles
más elevados de otros dinamismos que están subordinados a la única meta de la
propia perfección.

95
8. El Concepto del Medio Psíquico Interno en el Contexto de
algunas Escuelas Psicológicas y Psiquiátricas

Se debe afirmar claramente que hasta ahora el concepto del medio psíquico
interno ha recibido muy poca atención en psicología, educación y psiquiatría.

La falta de comprensión de este concepto y de su importancia delata una falta de


atención respecto a los elementos más elevados, es decir, verdaderamente
humanos, en el diagnóstico, pronóstico y terapia.

Los dinamismos de desarrollo de la psique humana han recibido poca, si acaso


alguna, consideración en las escuelas orgánicas de psiquiatría, en las escuelas de
psicología de estímulo-respuesta y reflexológicas, incluyendo asimismo a los
llamados teóricos del aprendizaje y muchas ramas del psicoanálisis.

Los dinamismos creativos, la transformación psíquica interna, el tercer factor y el


dinamismo "sujeto-objeto" en sí mismo quedan totalmente descuidados.

Estas escuelas no reconocen que la diferenciación de los niveles de las funciones


mentales en el medio interno, proporciona una base sólida para una jerarquía de
valores.

Aunque las escuelas ortodoxas de psicoanálisis parecen reconocer niveles de


valoración, este reconocimiento aparente es sólo parcial.

La distinción de los factores principales del medio psíquico interno tales como el
"ello", "yo", y el "super yo" no permiten establecer un sistema de valoración que
pudiera dar un sentido a los valores morales y éticos como niveles de desarrollo
humano.

Algunas de las escuelas nuevas, no ortodoxas, de psicoanálisis llegan a distinguir


la autonomía, especialmente el dinamismo del "yo" en contraste con las
reacciones automáticas; no obstante, estos conceptos no han sido totalmente
desarrollados.

No es suficiente reconocer en la psique humana la realidad de los factores "yo" y


"no-yo".

Hemos tratado de mostrar que en el progreso del desarrollo humano la distinción


entre "más yo mismo" y "menos yo mismo" va en aumento; que cualquier función

96
o grupo de funciones mentales es de niveles múltiples; que los niveles de las
funciones mentales pueden identificarse y describirse, y que su rol en la
promoción o inhibición del desarrollo puede ser claramente establecida.

De allí se deduce que el medio interno y sus dinamismos principales, como la


desadaptación positiva, el tercer factor, los dinamismos creativos, la
transformación psíquica interna, etc. son esenciales en un diagnóstico clínico, en
la educación y en las relaciones humanas de la vida diaria.

Estos conceptos nuevos de los elementos dinámicos del desarrollo mental


encuentran su aplicación en psicología, educación, psiquiatría, ética y filosofía.

Ya se han efectuado algunas tentativas iniciales en esos campos.

97
PSICOTERAPIA Y RELACIONES HUMANAS

Por Rogers & Kinget (Alfaguara, Barcelona)

EL FUNCIONAMIENTO ÓPTIMO DE LA PERSONALIDAD

En los capítulos anteriores hemos expuesto los principios de la práctica de


nuestro sistema psicoterapéutico.

Hemos dado una idea somera de la investigación realizada por nuestro grupo y
esbozado la teoría de la terapia y la teoría de la personalidad que se deducen de
tales trabajos.

Ahora querría hacer algunas reflexiones sobre las características generales de la


persona que hubiera pasado por una experiencia óptima de esta terapia.

Si nuestra acción de terapeutas tiene el éxito que deseamos, ¿cuál sería el tipo de
persona que resultaría gracias a ella? Cuál es el punto final hipotético, el término
último del proceso terapéutico?

Muchas veces me he planteado este tipo de pregunta y cada vez me he sentido


menos satisfecho de las respuestas que se suelen dar.

Estas respuestas me parecen demasiado engañosas, demasiado relativas para


que convengan a las exigencias de una ciencia de la personalidad. Además, me
dan la impresión de que ocultan con frecuencia un prejuicio que las hace
inaceptables.

Típica a este respecto es la creencia, muy extendida, de que la persona que ha


pasado por un proceso terapéutico está adaptada a la sociedad.

Pero ¿a qué sociedad? ¿Se trata de cualquier sociedad con cualquier


característica? Esto no puedo admitirlo. Igualmente típica es la concepción,
implícita en la mayor parte de las obras psicológicas, de que el resultado de una
terapia llevada a cabo con éxito, corresponde al paso de una categoría
considerada como patológica a otra considerada como normal.

Pero cada vez se hace más evidente que no hay ningún acuerdo en lo que se
refiere a la significación de las categorías diagnosticas y que, por tanto, carecen

98
prácticamente de valor como nociones científicas. Incluso si el cliente se vuelve lo
que se llama "normal” ¿es ésa la finalidad más deseable del proceso terapéutico?

A este respecto, he llegado a creer que el término "psicopatótogía" es


simplemente una etiqueta cómoda que los aficionados al diagnóstico colocan a
ciertos aspectos de la personalidad que, en su fuero interno, les asustan. Por eso
me parece que un cambio de etiqueta diagnóstica es un indicio insuficiente del
resultado psicoterapéutico.

Por otra parte, la idea de que el resultado óptimo de la terapia es la salud mental,
no significa nada tampoco.

Porque, ¿quién determina lo que es la salud mental? Supongo que el analista


freudiano y el terapeuta "no directivo" definirían esta noción de un modo muy
diferente. Y estoy persuadido de que el político soviético daría aun otra versión.

Impulsado por cuestiones de este tipo, muchas veces he tratado de


representarme las características de la persona que hubiera pasado por un
proceso terapéutico con un éxito claro.

Para terminar esta obra, voy a presentar el resultado de estas reflexiones, aunque
sean muy provisionales. O más bien, trataré de formular una concepción del punto
último de la terapia.

Y, naturalmente, me esforzaré por formularla en términos que escapen a las


criticas que acabo de señalar y que, además, se presten a una definición
operativa que pueda ser comprobada de un modo objetivo.

99
Marco de la definición.

Como es natural, abordaré la cuestión de los efectos terapéuticos desde el punto


de vista descrito en esta obra. Esto no quiere decir que los otros enfoques
psicoterapéuticos no puedan llegar a efectos comparables a los que voy a
describir aquí.

Sin embargo, como esto no es seguro, no puedo afirmar nada en relación con la
psicoterapia en general y tengo que limitarme a un marco particular.

Supongamos que la persona hipotética que me propongo describir haya pasado


por una experiencia intensiva y extensiva del tipo de terapia que preconizamos, y
que esta experiencia haya sido todo lo perfecta que es posible en teoría. Antes de
referirnos a los resultados, recordemos brevemente las características de nuestra
terapia tal como se han descrito en esta obra.

Para llegar a los resultados que yo imagino, hace falta que el terapeuta haya sido
capaz de tener una relación profundamente personal con su cliente; que se haya
portado con éste, no como el hombre de ciencia ante el objeto de su
investigación, ni como el médico ante el diagnóstico y el tratamiento de un caso,
sino como una persona hacia otra persona; que haya tratado al cliente como un
ser portador de un valor intrínseco incondicional, cualquiera que haya sido el
estado, la conducta o la actitud de éste; que el terapeuta haya estado disponible
para el cliente y que, a causa de ello, haya sido capaz de comprenderlo; que
ningún obstáculo interior le haya impedido participar en las experiencias del
cliente en algún momento del proceso y que, en cierta medida, haya logrado
comunicar esta comprensión empática al cliente; en fin, que haya sido capaz de
confiar plenamente en las fuerzas de crecimiento que operan en el individuo; que
haya confiado en esas fuerzas aunque no haya podido prever la dirección que
tomarían, contentándose con crear un clima capaz de dejarlas libres y, por tanto,
de permitir al cliente ser él mismo. Desde el punto de vista del cliente, esta
experiencia óptima significa que se ha entregado a una exploración progresiva de
pensamientos y sentimientos que llevaban consigo aspectos nuevos y
amenazadores, exploración que era posible, precisamente porque se daba
cuenta, cada vez más claramente, de que el terapeuta lo aceptaba de modo
incondicional. La consecuencia fue que el cliente se volvió capaz de tomar
100
conciencia de ciertos datos de su experiencia que había interceptado a la
conciencia porque le parecían peligrosos, en potencia, para el mantenimiento de
su "yo". En la seguridad de su relación con el terapeuta, el cliente se vuelve capaz
de sentir plenamente el significado de los datos experienciales así descubiertos.
De hecho, siente el significado de un modo tan pleno e intenso, durante su
exploración, que vive o es, verdaderamente, este miedo, esta angustia, esta
ternura, o esta fuerza cuyo acceso a la conciencia había rechazado. A medida
que experimenta, en toda su intensidad, la diversidad de estos sentimientos,
descubre su verdadero yo; descubre que él es el conjunto de estos sentimientos y
experiencias. Comprueba que su conducta se modifica favorablemente,
armonizándose con ese yo recién descubierto. Poco a poco se da cuenta de que
no hay por qué tener miedo de los datos de la experiencia, sean los que fueren;
que puede acogerlos libremente como una parte inherente de un yo en vías de
transformación y de desarrollo.

CARACTERÍSTICAS DEL CAMBIO TERAPÉUTICO ÓPTIMO

Después de este breve esbozo de una situación terapéutica verdaderamente


"client-centered", puede ser útil repetir qué es lo que me propongo examinar:
Cuáles serían las características de la personalidad del que hubiera pasado por
una experiencia óptima de este tipo de terapia. Es decir, cuáles son los resultados
de una experiencia óptima de esta terapia. Para empezar, quiero que quede claro
que las páginas que van a continuación representan un intento, completamente
personal, de responder a esta cuestión. Intento que está basado en una
experiencia clínica de muchos años y en más de quince años de investigación.
Además, con el fin de que quede más clara y más completa mi concepción del
tipo de personalidad que sería el resultado de una terapia óptima, iré más allá del
marco de estos datos clínicos y experimentales y llevaré mi pensamiento hasta
sus últimas consecuencias lógicas. Teniendo en cuenta lo mucho que he
reflexionado sobre la cuestión de los resultados de una terapia óptima, la
respuesta que me propongo dar me parece perfectamente unificada, es decir,
indivisible. Sin embargo, para una mayor claridad en la exposición, distinguiré tres
aspectos. Uno se refiere a la actitud de apertura a la experiencia, otro al modo de
funcionamiento existencial y el tercero al organismo digno de confianza.

101
1. Actitud abierta a la experiencia.

La persona que haya pasado por una terapia óptima, estará abierta a su
experiencia. La apertura a la experiencia es una noción cuyo significado no deja
de enriquecerse y de precisarse en mi pensamiento. Abordemos la presentación
diciendo que esta noción se refiere a un tipo de actitud que está en el polo
opuesto de la actitud de defensa. En los capítulos anteriores hemos descrito la
actitud de defensa como la reacción del organismo a las experiencias
incompatibles con la imagen del yo, ya sea netamente percibido el desacuerdo o
vagamente presentido. Para que la imagen del yo pueda mantenerse, estas
experiencias son simbolizadas de un modo determinado y así el desacuerdo
queda menos pronunciado. De este modo deformando o interceptando ciertos
elementos experienciales, el individuo se protege contra todo peligro de alteración
de la imagen que tiene de sí mismo.

Contrariamente a la actitud de defensa, la actitud de apertura permite a todo


excitante, sea de origen externo o interno, libremente entrar a través del
organismo sin ser deformado por la acción de mecanismos de protección, es
decir, de defensa. El mecanismo de "subcepción" -cuya función es advertir al
organismo de la presencia de excitantes amenazadores en relación con la
estructura del yo- sería, pues, inútil. El individuo "viviría" su reacción a todo
excitante. Todos los datos de la experiencia tendrían pleno acceso a la conciencia
(o percepción)- ya provengan de la excitación de los nervios sensoriales por
configuraciones de masas, de sonidos o colores procedentes del medio exterior,
ya provengan del medio interior huellas de experiencias pasadas o sensaciones
viscerales de miedo, de placer, de asco o cualquier otra modalidad de percepción.

Con el fin de dar una idea más concreta de esta noción de apertura a la
experiencia, trataré de dar un ejemplo extraído de una entrevista grabada. El
cliente, un hombre joven, casado, de profesión liberal, describe, en su 48ª.
entrevista, algunos de los cambios que había notado recientemente en su manera
de sentir y de actuar. Señala, entre otras cosas, que se ha vuelto más receptivo,
más acogedor hacia ciertos estados fisiológicos y afectivos:

102
CLIENTE: -Verdaderamente no hay posibilidad de enumerar todos los cambios
que se operan en uno. Por ejemplo, yo tengo la impresión muy clara que desde
hace algún tiempo siento..., cómo diría..., más consideración, en cierto modo, más
"objetividad" hacia mi estado físico. Me doy cuenta de que ya no soy tan exigente
hacia mí mismo. Antes tenía la costumbre de ignorar o combatir una cierta fatiga
que suelo sentir después de cenar. Pues ahora, soy capaz de admitir que estoy
verdaderamente cansado, y que no es algo que yo me imagino. Siento y admito
que, verdaderamente, mi "nivel fisiológico" es bajo, mientras que antes tenía una
actitud de crítica constante hacia la fatiga o sentimientos de este tipo.

TERAPEUTA.-Siente que puede usted permitirse estar cansado sin tener que
reprochárselo.

CLIENTE.-Eso es. No tengo ya esa impresión de que, en cierto modo..., no tengo


derecho a estar cansado o algo así. Además, me doy cuenta de que, realmente,
soy incapaz de dominar ese cansancio. Que se trata de algo real, profundo. Y
además, empiezo a ver que... estar cansado no es nada vergonzoso o
despreciable.

Cuando pienso en todo esto, reconozco, una vez más, la influencia de mi padre
que tenía exactamente la misma actitud hacia sí mismo y hacia los demás. Por
ejemplo, si no me sentía muy bien y... lo dejaba ver, mi padre tomaba la actitud de
querer decir -aunque hacía como si quisiera ayudarme-: "¡Vaya! ¡Otra
complicación más!...", o una reacción de ese tipo.

TERAPEUTA.-Como si usted hubiera sido, en cierto modo, responsable de tal


inconveniente.

CLIENTE.-Exactamente. Por otra parte, estoy convencido de que mi padre era


tan exigente hacia sí mismo como lo era yo hacia mí mismo, al menos hasta hace
poco. Por ejemplo, el verano pasado tuve un día un dolor muy fuerte en los
riñones. Empecé a sufrir constantemente de estos dolores terriblemente agudos.
Consulté a un médico y me dijo que no se trataba de nada grave. Que la cosa
pasaría sola, si evitaba los movimientos de curvarme. Bueno, pues hace ya varios
meses de esto pero me sigue doliendo. Y, evidentemente, yo no tengo ninguna
culpa..., es decir.... que...

TERAPEUTA.-Usted no puede hacer nada.


103
CLIENTE.-Eso es. Una de las razones por las que quizá me siento tan cansado,
es ese dolor continuo, sordo y persistente y... lo que lleva consigo. He pedido
hora, otra vez, a uno de los médicos del hospital para que me examine y haga
alguna radiografía o algo. En fin, supongo que podría describir mi sensibilidad
como más "exacta", o... que yo me he vuelto, como decía, más "objetivo" hacia lo
que siento. También veo un cambio parecido respecto de lo que como y cosas
así. Y, como acabo de decir, no se trata de algo superficial, sino de un cambio
profundo que se manifiesta también en mis relaciones con mi mujer y mis hijos.
Francamente, no me reconocería usted si verme interiormente. Sabe.... encuentro
que no hay nada más maravilloso que sentir, real y profundamente, los
sentimientos que se tienen hacia los hijos y darse cuenta también del cariño que
ellos sienten por uno. ¡Eh... ! ¿Cómo diría yo? Por ejemplo, mi mujer y yo
tenemos los dos muchas más atenciones hacia Judy (su hija), y nos hemos dado
cuenta de un cambio parecido en ella. Sí... Se ha producido algo verdaderamente
profundo.

TERAPEUTA.-Tiene usted la impresión clara de que se ha vuelto capaz de


"escucharse mejor", por decirlo así.

Si su cuerpo le señala que está cansado, usted lo escucha y cree en él en vez de


criticarlo si algo le duele, también lo escucha; si siente un cariño real por su mujer
y sus hijos se deja usted invadir por tales sentimientos y prueba que este modo de
reaccionar provoca también cambios en conducta de ellos.

Creo que este pasaje representa una muestra de ese estado de acogida hacia los
datos vividos que yo llamo apertura a la experiencia. Antes, este cliente no podía
admitir sus experiencias de fatiga, dolor o enfermedad, ya que todo eso
significaba, a sus ojos, debilidad e inferioridad.

Por lo mismo, era incapaz de reconocer conscientemente la ternura que sentía


por los suyos, pues tales experiencias le parecían pura sentimentalidad e
incompatibles, por lo tanto, con la fachada de solidez que creía deber adoptar.

Sin embargo, en el momento del proceso terapéutico del que se ha tomado este
pasaje, empieza a abrirse sin reservas a los datos suministrados por su
organismo: se vuelve capaz de abandonarse al cansancio cuando se siente
cansado, de admitir que algo le duele cuando su cuerpo le señala la presencia del
104
dolor, de sentir el cariño que experimenta hacia su hija, así como en otras
ocasiones es capaz de reconocer que ésta le fastidia y es capaz también de
decírselo (como se ve en la continuación de la entrevista).

En una palabra, su costumbre de censurar los datos de su experiencia y de


interceptar los "inadmisibles" se sustituye por una capacidad de experimentar, de
"vivir" todas sus experiencias.

Esta es, en pocas palabras, la noción de apertura a la experiencia, esta actitud de


disponibilidad que permite la entrada, en la conciencia, de la totalidad de los datos
orgánicos.

Pero hay que tener cuidado de no caer en un error muy extendido a propósito de
la disponibilidad a la conciencia.

Esta no quiere decir que el individuo se represente, clara y conscientemente,


todos los procesos que tienen lugar en él, como el desgraciado ciempiés que
tenía conciencia de cada uno de sus miembros.

Por el contrario, sus sentimientos y sensaciones pueden ser o subjetivamente


vividos (y expresados en la conducta) sin ser claramente reflexivos; o lúcida y
objetivamente representados en la conciencia.

Es decir, que el individuo podría sentir su amor, su dolor o su contrariedad y vivir


estas actitudes de un modo subjetivo.

Pero también podría abstraerse de esta subjetividad y comprobar, a propósito de


sí mismo: "Me duele", “tengo miedo", "amo", “estoy enfadado".

Lo que importa en todo esto no es el grado de conciencia y reflexión, sino la


ausencia de barreras, de inhibiciones, capaces de impedir la percepción completa
de lo dado orgánicamente.

Esta disponibilidad de la conciencia constituye, precisamente, un excelente indicio


de la ausencia de barreras.

105
2. Funcionamiento existencial.

La segunda característica de nuestra persona hipotética es que viviría de un


modo existencial.

La persona perfectamente abierta a su experiencia y totalmente libre de


maniobras defensivas, viviría cada experiencia como fresca y nueva.

En efecto, la configuración compleja de los excitantes internos y externos que


conducen a toda percepción, de cualquier tipo que sea, nunca ha existido antes
exactamente de esta manera.

Por ello, nuestra persona hipotética se daría cuenta de este hecho: "Lo que yo
seré dentro de un momento y lo que haré será la resultante de las fuerzas
que actúen en ese momento y nadie, ni yo mismo, puede predecirlo".

No es raro encontrar clientes que, a su manera, expresan este sentimiento


existencial. Veamos, por ejemplo, lo que decía un cliente al terminar su terapia:

Me doy perfecta cuenta de que la tarea de reorganización e integración de mí


mismo no está acabada.... es algo inacabado y....quizá yo mismo…, soy
inalcanzable. Eso le deja a usted un poco perplejo.... pero no es nada para
desanimar. Incluso tiene algo de estimulante tal comprobación.

Aunque también un poco…inquietante.

Es tan estimulante sentirse activamente comprometido y tener la impresión de


avanzar, aunque no se sepa siempre exactamente hacia donde caminamos.

Tratando de describir la “fluidez” que caracterizaría este modo existencial de


funcionamiento, se podría decir que la imagen del yo emergería –en un cambio
constante- de la experiencia (contrariamente al modo habitual, en el que la
experiencia es desfigurada o truncada con el fin de hacerla compatible con la
imagen del yo).

El individuo, en vez de empeñarse en controlar sus experiencias, se volvería parte


inherente y consciente de un proceso constante de experiencia organísmica
completa.

En una conferencia sobre un tema parecido traté de describir este modo de


funcionamiento tal como yo suelo experimentarlo personalmente: “Esta

106
experiencia y las enseñanzas que he descubierto en ella, hasta ahora, me han
lanzado sin darme cuenta por un camino vivificante y es, a veces, casi
estremecedor. Lo que se siente es una impresión de estar llevado
constantemente hacia delante en una dirección que parece ser la del progreso,
aunque hacia metas que no percibo de un modo muy diferenciado, al menos en el
momento mismo de la experiencia.

Es decir, siento una especial de abandono en la complejidad cambiante de la


corriente existencial, acompañado en la ocasión constante para tratar de
aprehender esta complejidad en movimiento”.

Esta vida, en el momento actual, es completamente opuesta a la rigidez


psicológica a la organización interna estrecha y “comprimida”, a la violación de la
experiencia en favor de necesidades de una estructura extraña a ella misma.

Representa un máximo de adaptabilidad, una aprehensión constante por parte del


yo de la estructura inherente a la experiencia, una organización flexible y
cambiante del yo y de la personalidad.

La persona que viviera de este modo existencial estaría como "fluyendo"


constantemente. Los únicos elementos constantes de su personalidad y de su yo
serían las capacidades y los límites fisiológicos del organismo y las necesidades
organísmicas -unos continuos, otras intermitentes- de supervivencia, alimentación,
bienestar, afecto, relaciones sexuales, etcétera.

Los rasgos más constantes de la personalidad consistirían precisamente en un


estado de apertura a la experiencia y en un esfuerzo flexible y equilibrado para
satisfacer las necesidades presentes en las condiciones dadas.

107
3. Un organismo digno de confianza

En fin, la persona en cuestión podría confiar en los datos suministrados por su


organismo y, a causa de ello, podría conducirse de modo óptimo en cada
situación dada.

Su conducta estaría siempre en armonía con su organización interna inmediata y,


por lo tanto, estaría adaptada al máximo al conjunto de sus necesidades
presentes.

En una palabra, esta persona vería que su organismo representa, en toda


ocasión, un guía competente y seguro.

Esta afirmación requiere una pequeña explicación. Como esta persona estaría
perfectamente abierta a su experiencia, tendría acceso a todos los datos de la
situación: las exigencias sociales, sus propias necesidades --complejas y, a
veces, antagónicas-, sus recuerdos de situaciones parecidas, su percepción del
carácter único y nuevo de la situación, etc.

La Gestalt total de cada situación sería, indudablemente, muy compleja Sin


embargo, esta persona podría permitir a su organismo total -con la participación
de su percepción consciente- el abrirse a cada estímulo, a cada necesidad y a
cada exigencia.

Podría valorar la intensidad y la importancia de cada uno de estos factores y,


basándose en todos estos datos, podría determinar la línea de conducta más
susceptible de satisfacer todas sus necesidades en una situación dada.

Este proceso de estimación o de valoración podría compararse con el


funcionamiento de un gigantesco calculador electrónico.

Supongamos que todas las fuerzas, diferentes y divergentes, que provienen de


las impresiones sensoriales, de los recuerdos, de la experiencia pasada, del
estado fisiológico inmediato de esta persona, se convierten en datos que pueden
prestarse a un cómputo electrónico.

El calculador trataría rápidamente esta multitud de datos y daría, casi


inmediatamente, la fórmula de conducta que representaría el vector más
económico para la satisfacción de las necesidades que existieran en la situación

108
dada. Las elecciones y decisiones que guiarían a la persona perfectamente
abierta a su experiencia, serían comparables a esos cómputos complejos.

Sin embargo, en la práctica, sabemos que los resultados de valoraciones de este


tipo suelen llevar consigo muchos errores. Las causas de estos errores de cálculo
se deben o a la inclusión de datos no existenciales o a la ausencia de los datos
necesarios.

Por eso, cada vez que los recuerdos o los automatismos se introdujeran en el
cálculo como si pertenecieran a la situación existencial, hic et nunc -en lugar de
ser tratados como recuerdos y costumbres- resultarían errores de cálculo y, por lo
tanto, de conducta. Igualmente, cuando ciertos datos amenazadores son
interceptados a la conciencia y apartados de la operación de valoración, o
admitidos en forma viciada, la solución no puede ser correcta, es decir, la
conducta no puede ser plenamente adecuada. Sin embargo, en el caso de
nuestra persona hipotética, el organismo sería absolutamente digno de confianza,
ya que todos los datos experimentados por el organismo estarían disponibles a la
conciencia sin eliminación ni deformación. Y la consecuencia sería que la
conducta de esta persona correspondería, en la medida de lo posible, a la
satisfacción de todas sus necesidades, tanto personales como sociales.

Esto no quiere decir, sin embargo, que el organismo -en tanto que fuente de
datos- sea infalible. Los resultados de este proceso de valoración, de
comparación y de compromiso, representarían la mejor línea de conducta posible,
teniendo en cuenta los datos existentes. Pero podrían faltar ciertos datos por no
haber sido registrados por el organismo. Sin embargo, dada la actitud abierta a la
experiencia, todo error y toda conducta inadecuada serían detectadas y
corregidas inmediatamente. Los resultados de los cálculos estarían, en cierto
modo, sometidos a un proceso continuo de comprobación ya que estarían
controlados constantemente en el plano de la acción. Esta analogía, en términos
de calculador electrónico, no gustará quizá a muchos. Por ello, voy a intentar
traducirla a términos más humanos. Recordemos el cliente, descrito más arriba,
que se había vuelto capaz de expresar no sólo los sentimientos de cariño sino
también los sentimientos de contrariedad que tenía, a veces, hacia su hija. Este
cliente se había vuelto, además, capaz de expresar sus sentimientos de un modo
que le libraba de su tensión y que, al mismo tiempo, permitía a la niña expresar
109
también sus propios sentimientos. Veamos cómo describe él la diferencia que hay
entre el hecho de comunicar un sentimiento cualquiera -de irritación, contrariedad,
etc.- a una persona determinada y el acto de reprocharle ese sentimiento o de
hacerle responsable:

CLIENTE.-Tengo la impresión de que no la hago responsable de mi contrariedad.


Y pienso que tiene que verse en mi cara. Por eso imagino que (la niña) se dice:
"Sé que papá está enfadado. Pero me doy cuenta de que no tengo que tener
miedo". Porque no tiene aspecto de estar asustada en absoluto. Este ejemplo
indica que el cliente, que se ha hecho más abierto a su experiencia, escoge, con
una habilidad y un tacto admirables, una línea de conducta que satisface, a la vez,
su necesidad de reducir su tensión emocional y su necesidad dotarse como buen
padre. Lo consigue, sencillamente, siguiendo las directivas que emanan de la
configuración de su experiencia organísmica del momento actual. Obedece a lo
que se llama comúnmente el "sentimiento" del momento, es decir, a la estructura
experiencial global. Incidentalmente notemos que -en un plano intelectual
incomparablemente más elevado- parece probable que sea el mismo tipo de
valoración y de selección organísmica compleja lo que determina las conclusiones
de un sabio como Einstein y lo que mantiene su pensamiento en una dirección
dada, mucho antes de que pueda justificar su posición de un modo perfectamente
consciente y racional. Durante el período de incubación de una idea, el sabio se
deja guiar por la estructura total de su experiencia relativa al objeto de su estudio:
"durante todos esos años -dice Einstein- tenía la impresión de seguir una
dirección, de ir recto hacia algo concreto. Naturalmente es muy difícil encontrar
palabras para expresar esta clase de impresión; pero existía y hay que distinguirlo
claramente de las reflexiones ulteriores relativas a las bases racionales de la
solución encontrada". Por mi parte, estimo que este tipo de proceso es
característico del funcionamiento de la persona que ha sacado un provecho real
de la experiencia terapéutica.

110
4. La persona que funciona plenamente.

Intentemos ahora dar un cuadro más unificado de estas tres características.

De la persona que hubiere tenido la experiencia, teóricamente óptima, de una


terapia del tipo "no directivo", podría decirse que funciona plenamente. Esta
persona sería capaz de experimentar y aceptar plenamente todas sus
experiencias: pensamientos, sentimientos, reacciones. Al esforzarse por
aprehender, tan exactamente como fuera posible, la situación existencial externa
e interna, emplearía su equipo organísmico entero. Utilizaría conscientemente
todos los datos que su sistema nervioso fuera capaz de suministrarle, al mismo
tiempo que reconocería que, a veces, es más prudente dejarse guiar por los datos
del organismo total que sólo por los de la conciencia. Sería capaz de confiar en su
organismo, funcionando en toda su complejidad, y de dejarse guiar, entre
numerosas alternativas, hacia la conducta que aseguraría la satisfacción más
completa y más auténtica del conjunto de las necesidades existentes en un
momento determinado. Tendría confianza en sí misma, no por considerarse
infalible, sino porque -si está plenamente abierta a las consecuencias de cada una
de sus decisiones- también está en condiciones de corregir las que se muestren
inadecuadas.

Por lo tanto, esta persona sería capaz de confrontar todos sus sentimientos y no
se sentiría amenazada por ninguno de ellos. Sería su propio juez: podría examinar
todos los datos y todos los testimonios, pero estaría abierta a todas las fuentes de
datos y no excluiría ninguna. Estaría totalmente metida en el proceso por el cual
se convierte, cada vez más, en ella misma. Descubriría así que tiene tendencias
sociales constructivas y realistas. Existiría totalmente en el momento presente y
descubría que este modo de vida, a la larga, es el más satisfactorio. En una
palabra, representaría un organismo que funciona plenamente y, a causa de la
corriente de conciencia que atravesaría libremente su experiencia, representaría
también una persona que funciona plenamente.

111
COROLARIOS DE ESTA CONCEPCIÓN

Esta es, pues, mi concepción, provisional desde luego, del término hipotético de la
terapia tal como nosotros la concebimos. Es decir, así me represento yo la meta
última hacia la que nuestros clientes se encaminan, aunque sin alcanzarla
plenamente nunca.

Como ya lo he indicado, esta concepción no cesa de enriquecerse en mi


pensamiento. Esto se explica, probablemente, en primer lugar por el hecho de que
tal concepción se enraíza en mi trabajo clínico y concuerda con lo que allí observo
constantemente. En segundo lugar, porque creo ver en ella importantes corolarios
de orden clínico, científico y filosófico.

Veamos algunos de estos corolarios.

1. Esta concepción explica la experiencia clínica.

Primeramente, esta concepción parece ofrecer una base a los fenómenos que se
observan en los casos de terapia con éxito. Los capítulos anteriores nos han
mostrado que, en los casos de éxito, el cliente tiende a colocar la función de
valoración de la experiencia en el yo. Esta observación concuerda con la noción
del organismo digno de confianza.

Hemos visto igualmente que este cliente experimenta una satisfacción muy
particular en ser y en convertirse en él mismo, satisfacción que va unida al pleno
funcionamiento. Además, hemos visto que este cliente es capaz de tener una
gama mucho más extensa de sentimientos, incluso de sentimientos que antes le
producían angustia.

En fin, hemos comprobado que estos nuevos sentimientos llegan a integrarse de


modo ventajoso en una estructura de personalidad más flexible. En resumen, la
concepción de funcionamiento óptimo parece suficientemente amplia para
englobar los resultados de la terapia tal como los conocemos y hemos tratado de
describirlos en esta obra.

112
2. Se presta a hipótesis operativas.

Aunque mi definición actual del funcionamiento óptimo sea especulativa, me


parece susceptible de ser traducida a términos de hipótesis rigurosas y
operativas. Además, cabe creer que estas hipótesis sean universales, es decir,
independientes de los factores del medio.

Probablemente, la comprobación y medida de nociones como las que acabo de


citar no es algo fácil. Sin embargo, como nuestras investigaciones en este terreno,
se vuelven cada vez más finas, parece normal pensar que estos objetivos podrán
ser alcanzados.

De hecho, acaba de hacerse un intento de este tipo en relación con la noción de


apertura a la experiencia.

3. Explica ciertas contradicciones desconcertantes.

Durante los últimos años, nos hemos enfrentado varias veces con cuestiones
espinosas relativas a la relación entre los resultados de la terapia y los datos de
tests proyectivos tales como el Rorschach y el TAT.

En el marco de varios de nuestros programas de investigación, estos tests fueron


aplicados a un cierto número de clientes: una primera vez antes de su terapia;
una segunda, inmediatamente después y, en ciertos casos, una tercera vez varios
meses más tarde (follow-up testing).

El análisis de estos tests fue confiado, por una parte, a expertos en el diagnóstico
pertenecientes a escuelas diversas: unos muy competentes, otros relativamente
menos y que, tanto unos como otros, apenas se interesaban por la terapia.

Por otra parte, estos tests fueron analizados por terapeutas competentes, unos de
orientación freudiana y otros de orientación "no directiva". Un cierto número de
estos examinadores-terapeutas se contentaban con formular un diagnóstico
clínico global de cada caso; otros analizaban los tests según criterios objetivos,
basados en hipótesis características de nuestra terapia; mientras que otros, en fin,
analizaban los tests según criterios tomados de la teoría freudiana. Ningún
examinador conocía directamente a los clientes ni su situación psicoterapéutica.

113
Pues bien, lo que nos confundía en todo esto era que los resultados de estos
análisis, aunque se basaban en datos idénticos, resultaban, sin embargo,
contradictorios en ciertos casos.

Por ejemplo, los Rorschach preterapéuticos y posterapéuticos de diez clientes


fueron juzgados por un competente experto que declaró no ver en ellos ningún
dato de cambio positivo.

Por el contrario, un examinador, a la vez terapeuta y experto (en Rorschach),


analizó los mismos protocolos y vio en ellos signos muy claros de progreso.

Podría citar varios casos de este tipo.

Sin embargo, desde el punto de vista de la concepción que he expuesto, estas


contradicciones parecen explicables.

Mi explicación -y, evidentemente, no es más que un esbozo de explicación- es


que tales contradicciones se deben al carácter "fluido" de la personalidad que se
ha beneficiado apreciablemente de una terapia del tipo en cuestión.

Es decir, los resultados de los tests revelan ciertas características que el


examinador de orientación terapéutica considera como pruebas de progreso,
mientras que el examinador de orientación hacia el diagnóstico, las considera
como signos de desorganización, de una especie de caos.

Podría ocurrir, pues, que los datos que al terapeuta le parecen indicadores de un
estado de apertura a la experiencia, de adaptabilidad y de vía existencial, sean
precisamente los que al que intenta hacer un diagnóstico le parecen -según las
normas de la población general- reveladores de desviación respecto de la media,
de singularidad.

Lo que el cliente siente como un verdadero enriquecimiento de su vida y el


terapeuta reconoce también como un cambio constructivo, puede parecer anormal
al que adopta un punto de vista estadístico.

De este modo, el concepto de la persona funcionando plenamente podría explicar


ciertos hechos que, por otra parte, son contradictorios y absurdos.

114
4. Favorece la actividad creadora

Lo que más me gusta de esta definición del funcionamiento óptimo es que revela
al individuo como un ser creador.

En efecto, nuestro sujeto hipotético estaría constantemente metido en lo que


Maslow llama un proceso de "autoactualización". Gracias a su actitud acogedora
hacia la realidad externa e interna, y gracias a su capacidad para modificar sus
relaciones con el medio, este tipo de persona tendría una existencia creadora con
efectos creadores.

No estaría necesariamente adaptada a su medio cultural y, con toda seguridad,


no sería un conformista. Pero en cualquier época y medio cultural, viviría de modo
constructivo y en armonía con su ambiente en la medida necesaria para la
satisfacción equilibrada de sus necesidades fundamentales.

En algunas condiciones ambientales, esta persona podría sentirse muy


desgraciada en ciertos aspectos, pero seguiría siendo ella misma y portándose de
modo que -en los límites de la situación dada- aseguraría el máximo de
satisfacción a sus necesidades más profundas.

Desde un punto de vista genético una persona así representaría un tipo con
capacidad para adaptarse y sobrevivir en unas condiciones de ambiente que
cambiaran continuamente.

Su actitud creadora le haría capaz de utilizar con provecho tanto los elementos
nuevos como los elementos antiguos de una situación dada. Representaría, en
fin, un digno precursor del porvenir humano.

115
5. Afirma la naturaleza positiva del ser humano

Como habrá quedado claro a lo largo de esta exposición, la concepción del


hombre, fundamento de estos puntos de vista, es la de un ser fundamentalmente
constructivo y digno de confianza, siempre que le sea posible desarrollarse sin
escollos.

Esta es una conclusión que se impone en mí después de más de treinta años de


práctica psicoterapéutica.

Cuando el terapeuta consigue liberar al individuo de su actitud de jefe y volverle,


con ello, más abierto a la gama extensa de sus necesidades así como a las
exigencias variadas de su medio y la sociedad, este individuo se portará de un
modo positivo, constructivo y su comportamiento se orientará en el sentido del
progreso.

Cuando estas condiciones se dan, ya no tenemos que preocuparnos por el


problema de su socialización, pues una de sus características más profundas es
su necesidad de asociación y de comunicación con los demás.

Si consigue ser plenamente él mismo, no hay peligro de que se porte de modo


asocial. Al contrario, dará pruebas de actitudes a la vez sociales y realistas.
Tampoco tenemos que preguntarnos quién controlará sus impulsos agresivos.

Si está abierto a todos sus impulsos, su necesidad de ser amado y su tendencia a


amar a su vez, representarán el contrapeso de los impulsos que le llevan a atacar
o a acaparar, y estas fuerzas diferentes se mantendrán en equilibrio.

Este individuo será agresivo en las situaciones en que la agresión se impone, es


decir, cuando ésta es realista y justificada, pero no será agresivo por el "placer" de
ser agresivo.

Si está abierto a todas sus experiencias, su conducta total será equilibrada y


realista, tanto en el terreno social como en cualquier otro.

Esta será una conducta orientada hacia la supervivencia y la revalorización de un


ser profundamente social.

Admito francamente que siento muy poca atracción por la concepción tan
extendida de que el hombre es un ser fundamentalmente irracional cuyos

116
impulsos -si no fueran controlados- conducirían a su destrucción así como a la
destrucción de los demás.

Yo sostengo, por el contrario, que la conducta del ser humano es admirablemente


racional y se orienta con una complejidad sutil y ordenada hacia las finalidades
que su "organismo" le propone.

Lo trágico para la mayor parte de nosotros es que una actitud de defensa nos
impide darnos cuenta plenamente de esta racionalidad.

Por lo tanto, los datos de nuestra conciencia nos llevan a una dirección
determinada mientras que nuestro “organismo" nos empuja en la dirección
opuesta.

Nuestra persona hipotética no estaría sujeta a tales conflictos y participaría en la


racionalidad fundamental de su organismo.

El único control que actuaría en esta persona, y el único necesario, es el que


serviría para establecer el equilibrio entre las necesidades diversas y cambiantes
del organismo y para encontrar las líneas de conductas capaces de satisfacer el
mayor número posible de necesidades.

Esta persona participaría en las actividades autorreguladoras inmensamente


complejas de su organismo de un modo tal que viviría armoniosamente tanto
consigo misma como con las personas de su alrededor.

117
6. Revela el carácter ordenado pero no previsible de la conducta.

Esta concepción del funcionamiento óptimo lleva consigo ciertas implicaciones


relativas al problema de la predicción científica que me parecen apasionantes.

Del cuadro teórico que acabo de esbozar se deduce que la configuración


particular de los excitantes internos y externos que existen en un momento
determinado y que actúan sobre la persona que funciona plenamente, es siempre
nueva en el sentido de que tal configuración nunca ha existido antes de un modo
idéntico. Se deduce, además, que la reacción del sujeto a este conjunto de
excitantes llevaría consigo una conducta realista basada en una aprehensión
exacta de todos los datos presentes.

De esto se sigue que esta persona sabría, de antemano, que reaccionaría de un


modo adecuado a la situación, aunque no supiera cual sería, concretamente, su
reacción. Por ejemplo, si esta persona se encuentra en una situación
interpersonal nueva en la que interviene un superior, no podría prever cuáles
serían exactamente sus reacciones ante éste. Tales reacciones dependerían de la
conducta de este superior y de los datos de la experiencia interna -deseos,
tensiones, impulsos, etc., que experimentará en cada momento de la interacción.

Sin embargo, estará absolutamente segura de que reaccionará de modo


perfectamente adecuado, aunque no pueda prever cuál será su reacción. Este
tipo de sentimiento se encuentra corrientemente en nuestros clientes y me parece
de importancia considerable.

Lo que acabo de indicar respecto del cliente, se aplicaría también al


experimentador dedicado al estudio de la conducta de este tipo de personas.
Comprobaría que la conducta del sujeto está perfectamente ordenada y podría, a
posteriori, deducir ciertas leyes (post-diction). Pero sería incapaz de prever la
combinación de esas leyes en una situación dada (predicción). Y esto por las
razones siguientes: si la conducta de nuestro sujeto hipotético está determinada
por una percepción exacta de todos los datos operativos en un momento preciso -
y únicamente por esos datos- los elementos necesarios para la predicción están
presentes. Bastaría con disponer de los instrumentos necesarios para la medida
de todos los excitantes en cuestión y de un vasto computador electrónico para
calcular el vector de conducta más económico en la situación dada. Sin embargo,
118
antes de que hubiéramos podido rematar este cálculo, nuestro sujeto habría
efectuado ya esta operación compleja, en el seno de su organismo, es decir,
habría reaccionado ya. La ciencia, suponiendo que, efectivamente, pudiera juntar
un día todos los datos en cuestión con la exactitud requerida, sería pues,
teóricamente, capaz de analizarlos y de llegar a las mismas conclusiones que el
organismo, por lo tanto, de determinar, a posterior¡, la marcha y la dirección de la
conducta.

Pero es muy poco probable que pueda nunca llegar a efectuar todo esto
instantáneamente, lo que sería, sin embargo, necesario si tuviera que predecir la
conducta.

Con el fin de precisar este razonamiento, me serviré de ciertos puntos de vistas


de mi colega, Hedda Bolgar y que yo ampliaré un poco. Por ejemplo, parece que
podemos afirmar que la conducta que se suele prestar, con más frecuencia, a
predicciones específicas es la de la persona mal adaptada.

Del mismo modo, parece ser que todo aumento de apertura a la experiencia y del
modo de vida existencial, origina una cierta disminución de la previsibilidad de la
conducta.

Las reacciones de la persona mal adaptada suelen ser previsibles, precisamente


porque están determinadas por una estructura (interna, de personalidad) rígida.

Por ejemplo, si por una razón u otra, un individuo tiene una actitud de hostilidad
hacia sus superiores y si la idea "todo superior es un enemigo" forma parte de su
concepción a prior¡ de las relaciones con sus superiores, es evidente que, en tales
condiciones, su conducta hacia todo superior se vuelve previsible.

En efecto, la presencia de una idea así, actúa desfigurando o eliminando toda


percepción de los hechos contrarios a esta concepción de la autoridad.

A causa de ello, se puede afirmar que, si una situación nueva le pone en relación
con un superior, su conducta hacia éste será hostil.

Por otra parte, cuanto más aumente la actitud de apertura a la experiencia, por
medio de la terapia o de cualquier otra experiencia de efectos terapéuticos, más
receptivo será el individuo a los datos únicos de toda situación y menos previsible
será su conducta.
119
Una cierta confirmación de estos puntos de vista parece encontrarse en un
programa de investigación de la Universidad de Michigan (56), sobre un grupo de
estudiantes de Psicología Clínica y que trata de predecir el grado de su
adaptación al ejercicio de su futura profesión. Estos resultados indican que el
grado de exactitud de las predicciones relativas a los individuos que estaban en
terapia durante la investigación, era netamente inferior al grado de exactitud
relativo al grupo en su conjunto. Es decir, aunque estos individuos fueran,
probablemente, mejores psicólogos clínicos después de su terapia, el carácter
flexible y móvil de su personalidad había hecho más difícil la determinación de su
grado de adaptación. Se habían vuelto menos estrictamente estructurados, me el
determinados por automatismos. Todo lo que llevamos dicho no deja de tener
relación con la tesis corriente de que la finalidad última de la psicología, como
ciencia, es predecir y controlar la conducta humana. Esta tesis me parece implicar
principios filosóficos un poco inquietantes. Personalmente, yo creo que, a medida
que el individuo se acerca al funcionamiento óptimo, su conducta se hace cada
vez menos previsible, aunque siga estando determinada y ordenada. Igualmente,
es cada vez más difícil controlarla (exteriormente), aunque siga siendo racional y
adecuada. De aquí se deduce que, la ciencia psicológica, a su nivel más alto,
sería más bien cuestión de comprensión, no de predicción. De un modo general,
los testimonios de nuestros clientes confirman tal concepción. Estos expresan
frecuentemente su convicción de que se conducirán de un modo adecuado,
racional y constructivo en cualquier situación con la que se enfrenten, aunque no
sepan de antemano cómo actuarán. Esta concepción se apoya también en
nuestra experiencia de terapeuta. Durante la terapia, establecemos una relación
que permitirá al cliente descubrirse, actualizarse y aprender a funcionar más
libremente. Sin embargo, no podríamos prever, de un momento para otro, lo que
dirá el cliente, lo que será la fase siguiente o qué solución adoptará. Sabemos que
podemos confiar en la dirección general del proceso y en la calidad de la solución,
pero no podemos prever, de un modo concreto, cuál será esa solución.

120
7. Explica las relaciones entre la libertad y el determinismo

Avanzando un poco más, querría hacer una última aplicación de orden filosófico
que me parece importante. Desde hace mucho tiempo, me intriga la fuerte
paradoja que se encuentra en la psicoterapia entre libertad y determinismo. Por
ejemplo, una de las experiencias subjetivas más impresionantes que se sienten,
como terapeuta, durante el proceso de la terapia, es comprobar que el cliente
posee una capacidad real de elección.

El cliente se siente libre de llegar a ser él mismo o de disimularse detrás de una


máscara; de avanzar o de dar marcha atrás; de portarse de un modo constructivo
o destructivo. Se siente literalmente libre de escoger entre la vida y la muerte, en
el sentido psicológico -y, a veces, físico- de estos términos, Por otra parte, cuando
el terapeuta introduce métodos de investigación psicológica en el campo
terapéutico debe, como cualquier otro investigador, presuponer un determinismo
estricto. Es decir, que debe considerar cada pensamiento del cliente, cada uno de
sus sentimientos y de sus actos como determinados por lo que les precedía.
Probablemente, el problema que trato de sacar a la luz no difiere
fundamentalmente de lo que se reconoce en las demás ciencias sociales. Lo que
lo distingue, sin embargo, dentro del marco de la psicoterapia, es que aquí se
plantea de un modo más agudo. En un artículo publicado hace algunos años, yo
señalaba, a propósito de este dilema que, en el campo de la terapia, "el orden
subjetivo, interior, personal, es supremo; la relación terapéutica es algo que se
vive, no algo que se observa; y lo que allí se revela es una persona, no un objeto;
es un ser que siente, piensa, escoge, no como un autómata, sino como un ser
humano. Y es aquí, precisamente, donde nos enfrentamos con el punto último de
la investigación científica: la exploración objetiva de los aspectos más subjetivos
de la vida; la reducción a hipótesis y, en resumidas cuentas, a teoremas, de todo
lo que forma el mundo más personal, más completamente interior y más
estrictamente privado". A propósito de todo esto, querría señalar que no tengo la
ingenuidad de creer que, en estas pocas líneas, acabo de resolver el dilema de
las relaciones entre lo subjetivo y lo objetivo, entre la libertad y el determinismo.
Sin embargo, me que cuando se consideran tales relaciones desde el punto de
vista del funcionamiento óptimo, éstas aparecen en una perspectiva nueva.

121
En efecto, en la terapia óptima, el cliente hace la experiencia más plena y más
válida de una libertad completa y absoluta. Determina, es decir, escoge la línea de
conducta que representa para él el vector de conducta más "económico", teniendo
en cuenta todos los excitantes externos e internos en cuestión. Y escoge tal línea
porque le parece que le promete la más profunda satisfacción de sus necesidades
más fundamentales en la situación dada. Sin embargo, desde otro punto de vista,
se puede afirmar que esta conducta está determinada por todos los factores de la
situación existencial. Ilustremos esto por medio del contraste, examinando el caso
de la persona cuya conducta está determinada por mecanismos de defensa. Esta
persona determina o escoge una cierta línea de conducta, pero se muestra
incapaz de llevarla a la práctica. Probablemente, la elección de esta persona está
también determinada por los factores de la situación existencial. Sin embargo,
entre esos factores se encuentran sus mecanismos de defensa y éstos actúan de
tal modo que interceptan o deforman ciertos factores de la situación existencial.
Por tanto, su conducta no le satisfará y, a causa de ello, la persona se alejará de
la línea que se había propuesto. En otras palabras, la conducta de esta persona
está, probablemente, determinada pero ella es incapaz de hacer elecciones
adecuadas. Por el contrario, la persona que funciona plenamente está en
situación no sólo de experimentar, sino también de utilizar la libertad más
completa cuando escoge espontánea, libre y voluntariamente lo que, desde otro
punto de vista, está absolutamente determinado. Me doy perfecta cuenta de que
el lector de formación filosófica no encontrará nada nuevo en este razonamiento.
Sin embargo, lo que es interesante a propósito de estas reflexiones, es que sus
raíces se meten en un terreno de observación poco corriente, especialmente el
del análisis de una noción que proviene de una teoría de la personalidad. Sin
embargo, por lo que a mí respecta, estas reflexiones me dan una cierta
explicación de la experiencia, subjetivamente sentida, de la más completa libertad
de elección -experiencia de importancia suprema para la terapia- y proponen, al
mismo tiempo, una explicación del determinismo completo que es el fundamento
de toda ciencia. Por ello, esta concepción me permite, como terapeuta, participar
en la experiencia de elección pura, vivida por el cliente; y me permite también,
como investigador, estudiar esta elección como un fenómeno absolutamente
determinado.

122
CONCLUSION

Este es, pues, mi modelo teórico de la personalidad tal como se desprende de


nuestra psicoterapia.

Este modelo es e de una persona que ejerce libremente la plenitud de las


potencialidades de su organismo; de una persona cuya conducta tiene en cuenta
la realidad; que tiende al mantenimiento y a la revalorización de sí misma; que
manifiesta una conducta social y adaptativa; un espíritu creador cuyos actos
difícilmente pueden preverse; que no cesa de evolucionar y de desarrollarse; que
se descubre a sí misma y que descubre la novedad de cada momento.

Esta es la imagen ideal del tipo de personalidad que se desarrolla a partir de las
condiciones de libertad y seguridad ofrecidas por la terapia que hemos tratado de
describir en esta obra.

Para terminar, querría señalar que la finalidad de este capitulo no era convencer
al lector de la exactitud de mis teorías.

Lo que me ha empujado a escribirlo ha sido mi deseo de aclarar, al formularlos,


los pensamientos que, desde hace tiempo, se agitaban en mí.

Por otra parte, estoy seguro de que si hiciera lo mismo dentro de cinco años, por
ejemplo, estos pensamientos tomarían una forma diferente.

En este sentido, la finalidad de este capítulo es la misma que la de toda la obra,


es decir, la presentación de la forma actual, presente, de un punto de vista vivo y
cambiante relativo a la psicoterapia, punto de vista compartido por un número
cada vez mayor de profesionales, teóricos e investigadores.

Nos hemos esforzado por comunicar estos puntos de vista esperando que el
lector podrá sacar algún provecho de ello!, tanto para su trabajo como para su
vida personal, siempre, naturalmente, que tales puntos de vista le parezcan
válidos.

123
Características de un Verdadero Adulto

1. Acepta la crítica con gratitud. Se pone honestamente contento por la oportunidad de


mejora.

2. No se enfrasca en la auto-compasión. Ha empezado a sentir las leyes de compensación


que operan en la vida.

3. No espera un reconocimiento social de nadie.

4. Controla su temperamento.

5. Encara las urgencias hábilmente.

6. Sus sentimientos no son heridos con facilidad.

7. Acepta la responsabilidad de sus propios actos sin tener que inventar una argucia.

8. Ha superado la etapa del "todo o nada". Reconoce que ninguna persona ni ninguna
situación es totalmente buena o mala. Y empieza a apreciar la ley dorada.

9. No se impacienta con demoras razonables.

10. Ha aprendido que no son los árbitros del universo y a menudo se adaptan a la demás
gente y a su conveniencia.

11. Es un buen perdedor, puede tolerar la derrota y la desilusión sin quejarse ni lloriquear.

12. No se preocupa de las cosas que no puede ayudar.

13.No es propenso a jactarse ni a ser el centro de maneras sociales inaceptables.

14.Se pone sinceramente contento cuando los demás disfrutan del éxito o de la buena
fortuna.

15.Ha superado la envidia y los celos.

16.Está abierto a escuchar atentamente a las opiniones de los demás.

17.No es un "buscador de errores" crónico.

18. Planifica las cosas con anticipación en lugar de inspirarse a último minuto.

124
La Personalidad

Por Allport Gordon

LA PERSONALIDAD MADURA

Nuestro prolongado examen del desarrollo del sí mismo, la motivación y los estilos
cognitivos nos conduce finalmente a la crucial cuestión de cómo es la
personalidad madura. No podemos responder a esta pregunta únicamente en
términos de psicología pura. Para que podamos afirmar de una persona que es
mentalmente sana, normal y madura, debemos saber qué son la salud, la
normalidad y la madurez. La psicología por si sola no puede decir ‘Está implicado’
-hasta cierto punto el juicio ético.

Preguntaron a Freud: «¿De qué debe ser capaz una persona madura?»
Respondió: «Debe ser capaz de amar y trabajar’’.

Estamos de acuerdo con esta afirmación, pero nos preguntamos: «Es esto todo lo
que una persona normal debe ser capaz de hacer?» Otro médico, Richard Cabot,
presentó una lista doble: trabajar, amar, jugar y adorar. Éstas son las actividades
por las que vive una persona normal.

Tanto si preferimos la primera, como si adoptamos la segunda, nuestra elección


se basa en consideraciones de tipo ético, no en hechos científicos.

La ciencia por sí sola no nos dirá nunca lo que es sano, normal o bueno.

La concepción de lo que es sano o normal difiere algo en las diversas culturas. En


algunas regiones, únicamente son «normales» las personas que se pierden
completamente a sí mismas siguiendo las tradiciones y haciendo progresar el
bienestar de la tribu.

En el mundo occidental se da más importancia a la individualidad, a la realización


de las potencialidades propias.

Afortunadamente, en la cultura occidental existe bastante concordancia respecto a


las normas de normalidad, salud o madurez (usaremos estos términos
indistintamente). Nos proponemos en este capitulo examinar y esclarecer esta
área de acuerdo general. Pero antes -conviene formular cuatro observaciones:
125
1. Existe en la actualidad un gran movimiento de interés por este problema. Es
estudiado y examinando por todos lados y por psiquiatras, psicólogos y otros".
Este aumento de interés se debe en parte a la aguda amenaza de trastornos
mentales y perturbaciones .emocionales que alarma actualmente a todas las
naciones. Pero también se debe este interés al deseo de hallar valores comunes
entre las personas sanas, con el objeto de hallar una base sobre la que pueda
edificarse una sociedad mundial más pacífica.

2. No es fácil describir la considerable riqueza y congruencia de una personalidad


plenamente madura. Existen tantas maneras de des-arrollarse como individuos, y
en cada caso el producto final es único. Aunque en este capitulo tratamos de
establecer criterios universales de vidas adultas sanas, no debemos olvidar la
amplia variedad de tipos individuales.

3. Difícilmente podremos esperar hallar un modelo de madurez en una persona


concreta. Nos referiremos más a un ideal que a personas concretas. Es
significativo que cuando invitamos a alguien a que nos cite alguna persona a la
que pueda considerarse como una personalidad madura, casi siempre cita a
alguien que no forma parte de su familia y pertenece al sexo opuesto. ¿A qué se
debe esto? La causa consiste posiblemente en que la familiaridad con una
persona nos hace conocer sus flaquezas. Hay algunos que se aproximan a la
verdadera madurez. Pero ¿habrá alguien que la alcance por completo?

4. La madurez de la personalidad no guarda necesariamente relación con la edad


cronológica. Un niño de once años bien equilibrado, «más sensato de lo que
corresponde a su edad», puede presentar más signos de madurez que muchos
adultos centrados en si mismos Y neuróticos. Un estudiante universitario juicioso
puede tener más madurez que su padre o que su abuelo. Claro está que lo más
frecuente es que la experiencia y la continuada ocasión de obstáculos y
sufrimientos que ha sido preciso superar confieran mayor madurez a medida que
se progresa en edad. Pero el paralelismo dista mucho de ser perfecto.

126
CRITERIOS DE MADUREZ PROPUESTOS

Una elegante definición dice que una personalidad sana domina Una elegante
definición dice que u cierta unidad y posee la capacidad de percibir correctamente
al mundo y a sí mismo. Una persona que ha alcanzado tal estado no pierde el
contacto con la realidad, no pide demasiado a los demás. Esta definición es
satisfactoria en los aspectos que cubre.

Erikson nos ofrece una lista de criterios más completa. Este autor especifica los
atributos que deben alcanzarse normalmente en cada período de la vida:

Lactante: sentido básico de confianza

Primera infancia: sentido de autonomía

Edad del juego: sentido de iniciativa

Edad escolar: aplicación y capacidad

Adolescencia: identidad personal

Juventud: intimidad

Edad adulta: generatividad

Edad madura integridad y aceptación

Erikson atribuye especial importancia al sentido de identidad cuya formación es un


problema especialmente agudo en la adolescencia. Sin un firme sentido de
identidad (¿quién soy yo?) no puede alcanzarse la verdadera madurez.

Aunque en toda definición de salud, madurez o normalidad psíquica hay un juicio


ético o de valor, pueden sernos muy útiles como guía y corrector de nuestro
estudio las investigaciones clínicas y de laboratorio. Veamos un ejemplo.

Con referencia al concepto de normalidad el Centro de Estudios e Investigaciones


sobre la Personalidad, de la Universidad de California empleó el método siguiente:
Miembros del profesorado de diversas secciones de la universidad calificaron a
estudiantes de la institución a base de una escala de nueve puntos para la
evaluación de la solidez o normalidad de la persona en sus diversos aspectos»,
definida como «el equilibrio y grado de madurez que muestra el individuo en sus
127
relaciones con otras personas». Se obtuvieron seis evaluaciones para cada uno
de los estudiantes y la fidelidad global era buena, con una correlación de .68 entre
las evaluaciones parciales, lo que indica que este método es tan útil como las
puntuaciones corrientes. Un grupo de ochenta estudiantes, escogidos al azar
entre los evaluados, fue examinado intensivamente, con administración de tests,
durante un periodo de dos días completos, viviendo todos juntos. Los psicólogos
que los observaron y examinaron en estos dos días eran distintos de los que
habían administrado las primeras pruebas e ignoraban las puntuaciones de
normalidad que habían obtenido en aquéllas. Resultó que la correlación entre
ambos exámenes fue de .41, que es significativa, pero en modo alguno perfecta.

Lo que nos interesa aquí especialmente son las diferencias descubiertas entre los
estudiantes considerados normales o sanos y los considerados menos sanos.

En primer lugar, se encontraron, en conjunto, apreciables diferencias en el


ambiente del hogar. «En general, los sujetos con puntuaciones más altas habían
tenido un desarrollo más regular, con menor frecuencia de enfermedades o
traumatismos importantes en la infancia, hogares más estables y padres con
mayor éxito en la vida y más respetabilidad. que podían servir de patrón para el
desarrollo del muchacho." Estas observaciones corroboran nuestras conclusiones
anteriores de que la seguridad Y la estabilidad en la infancia permiten formular un
buen augurio sobre un continuado progreso en el desarrolla de la personalidad.
Sin embargo, hallaron los investigadores algunas marcadas excepciones a esta
regia, es decir, observaron diversos casos de jóvenes con personalidad muy
equilibrada que hablan crecido en ambientes francamente desfavorables. Estas
excepciones nos enseñan que el secreto de la madurez de la personalidad no
consiste en haber tenido una infancia fácil y suave. El secreto radica en «el modo
de responder a los problemas planteados por la vida». Una infancia que
transcurre en condiciones favorables puede ayudar a que se dominen después los
problemas en que se encontrará el individuo, pero no lo es todo.

Las principales diferencias halladas entre los estudiantes con personalidad


madura y los que tenían una personalidad menos madura (apreciada mediante
tests, entrevistas y evaluaciones) fueron cuatro:

128
1. Eficaz organización del trabajo dirigido a los objetivos. Los estudiantes con
evaluaciones más altas resultaron ser los más firmes, los más resistentes al
stress. Tenían más vitalidad, eran más adaptables y sabían utilizar más recursos.
En los tests de percepción presentaban menos fluctuaciones y errores visuales.

2. Correcta percepción de la realidad. Los sujetos con puntuación alta, no


solamente mostraron mayor precisión en los tests de percepción, sino que tenían
en general mejor capacidad de juicio, un conocimiento de sí mismos más correcto
(self-insight) y eran más escépticos respecto a los acontecimientos milagrosos.

3. Carácter e integridad en el sentido ético. Se comprobó que los estudiantes


con puntuación alta eran personas en las que podía confiarse más, con mayor
seriedad y responsabilidad, más tolerantes. Los «principios interiormente
determinados» eran en ellos fuertes.

4. Adaptación interpersonal e intrapersonal. Los sujetos de puntuación elevada


eran menos defensivos, egoístas y desconfiados que los de puntuación baja. En
general, dicen de sí mismos que «se sienten felices la mayor parte del tiempo Se
observan en ellos pocos indicios de tendencias anormales, neuróticas o de otra
clase.

El mérito de este estudio consiste en permitirnos, en cierto grado por lo menos,


definir mediante algunos aspectos concretos y mensurables, los juicios sobre
«normalidad» o «madurez». Aunque hay en él algunas lagunas, presenta la gran
ventaja de confirmar el juicio de los profesores sobre la madurez con el análisis
del laboratorio psicológico.

En un estudio ulterior de Maslow se empleó Aun método algo menos objetivo,


pero útil. Este autor efectuó un análisis intensivo de diversas personalidades,
vivas unas e históricas otras, que eran consideradas maduras (o, como prefiere
decir Maslow, «actualizadoras de sí mismas») según juicio de las personas
corrientes. Se esforzó en excluir a los individuos con fuertes tendencias
neumáticas, pero halló que había pequeñas anormalidades incluso en las
personas con más evidente actualización de sí mismas.

Resumiremos brevemente los atributos descubiertos por Maslow:

129
1. Más eficiente percepción de la realidad y más fáciles relaciones con ella.
Los sujetos estudiados, como los estudiantes de mente madura de California,
juzgaban de las personas y las situaciones acertadamente. Quizás por esta razón,
presentaban uniformemente las características de no sentirse amenazados y no
tener miedo a lo desconocido. A diferencia de las personas inmaturas, no sentían
«una terrible necesidad de certitud, seguridad, exactitud y orden.

2. Aceptación de sí mismo, de los demás y de la naturaleza. Conocen bien a


los hombres Y a la naturaleza humana. Aceptan las necesidades fisiológicas y los
procesos naturales sin aversión ni vergüenza, pero también aprecian las
cualidades «elevadas» que completan la naturaleza humana.

3. Espontaneidad. Maslow concede gran importancia a la capacidad de apreciar


el arte, las oportunidades y la alegría de la vida, el sabor de la vida. Los que
poseen una personalidad madura no tienen el lastre de los convencionalismos Y
saben ver las Inexperiencias culminantes» de la vida.

4. Concentración en los problemas. Como en los estudiantes de California con


puntuación elevada, las personas estudiadas por Maslow trabajan con eficacia y
persistencia en tareas objetivas. Pueden abstraerse en el estudio de un problema
sin preocuparse de si mismas.

5. Independencia en las relaciones personales. Las personas actualizadoras


de sí mismas sienten la necesidad de retiro, son autosuficientes. Sus relaciones
con amigos y familiares no son de tipo posesivo; no hay en ellas intrusión ni
aferramiento.

6. Independencia respecto a la cultura y el medio. Estrechamente relacionada


con la anterior, poseen la facultad de aceptar o no los ídolos o modas dominantes
en el medio en que viven. El curso de su evolución no está fundamentalmente
influido por halagos o críticas.

7. Apreciación libre, no convertida en rígida. Tenemos en esta característica


otro aspecto de la espontaneidad y sentido de responsabilidad que presenta el
sujeto frente a experiencias nuevas.

130
8. Horizontes ilimitados. La may muestran más o menos interés por la
naturaleza última de la realidad. Maslow llama a esta característica mística u
«oceánica». Es el factor religioso de la madurez.

9. Sentimiento social. Tienen un sentimiento básico de «identificación, simpatía y


afecto» a pesar de los episodios de ira o impaciencia que pueden presentar. La
simpatía por otras personas y su comprensión parece ser uno de los primeros
signos de madurez.

10. Relaciones sociales profundas, pero selectivas. Como complemento del


atributo de independencia en las relaciones personales hallamos que las personas
actualizadoras de sí mismas son capaces de relaciones personales muy
estrechas asociadas a una mayor o menor obliteración del ego. El círculo de
relaciones estrechas puede ser reducido, pero incluso en las relaciones
superficiales fuera de esta órbita saben mantener un trato suave, con pocas
fricciones.

11. Estructura democrática del carácter. Observó Maslow que estos sujetos
sienten y muestran generalmente «respeto por todo ser humano precisamente
porque es un ser humano». También otras investigaciones revelan que la
tolerancia étnica y religiosa se asocia a otras características de madurez.

12. Certidumbre ética. Ninguno de estos sujetos se sentía inseguro respecto a la


diferencia entre lo justo y lo injusto en la vida cotidiana. No confundían el fin con
los medios y tendían firmemente a la consecución de los fines considerados justos
en sí.

13. Humor sin hostilidad. Los juegos de palabras, los chistes y el humor
agresivo se hallan en estas personas menos frecuentemente que «un humorismo
filosófico, que sabe tener consideración para con los demás, que tiende a generar
la sonrisa más que la risa, que es intrínseco respecto a la situación más bien que
añadido a ella: espontáneo, no planeado. Es frecuente que no se preste a la
repetición.

131
14. Creatividad. Maslow destaca, como característica global típica, un atributo
que no falta nunca en estas personas: la creatividad. Su estilo de vida presenta,
sin excepción, una cierta intensidad e individualidad que da carácter a todo lo que
hacen, sea un escrito o una composición, la confección de calzado o el trabajo
doméstico.

No pretende Maslow que estos criterios sean independientes unos de otros.


Evidentemente, no lo son, pero parecen emanar conjuntamente de la
personalidad en los individuos con personalidad madura sana o normal, es decir,
en las personas actualizadoras de sí mismas.

Un grupo de psiquiatras estaba charlando sin preocupaciones académicas.


Alguien planteó la cuestión de qué debía entenderse por «salud mental” Se
mencionaron numerosas cualidades: buen humor, serenidad optimista, capacidad
de disfrutar con el trabajo, capacidad de disfrutar con el juego, capacidad de
amar, capacidad de consecución de objetivos, ausencia de exceso en la
manifestación de las emociones, conocimiento de sí mismo, adecuada reacción a
las situaciones, responsabilidad social. Tengamos en cuenta que tales atributos
fueron mencionados por psiquiatras, acostumbrados a tratar con personas
mentalmente enfermas. Pero precisamente es interesante esta lista por basarse
en la experiencia profesional con personalidades no sanas.

Sin embargo, es lo cierto que las personalidades sanas no siempre son tan felices
y exentas de conflictos como parece deducirse de la lista de los psiquiatras.
Aceptar el sufrimiento, la culpabilidad y la muerte y comportarse serenamente a
su respecto forma parte de lo que requiere la naturaleza humana. Shoben intenta
derivar los criterios de normalidad de las cualidades esenciales del ser humano
(tales como el largo periodo de dependencia en las primeras edades de la vida y
la capacidad de operar con símbolos). Este método de estudio le conduce a
destacar en la madurez el aspecto de seriedad. Para este autor, normalidad
significa «autodominio, responsabilidad personal, responsabilidad social, interés
social democrático, ideales.

También los criterios propuestos por los existencialistas destacan el aspecto serio
de la madurez. Comprenden el sentido de la significación y la responsabilidad, la
aceptación y «la valentía de ser»

132
Las guerras del siglo XX, con la miseria que acarrearon, han polarizado la
atención en el sentimiento humano. Parten del sufrimiento dos caminos. Conduce
el uno a la destrucción de la personalidad, lleva el otro a su consolidación.

Los traumatismos físicos, las enfermedades, la cárcel y el lavado de cerebro


producen frecuentemente un colapso permanente y la desesperación.

Pero otras veces estos mismos agentes son causa de una mayor firmeza, riqueza
y fuerza del alma. Aunque nadie busca el sufrimiento ni lo desea para sus hijos,
es dudoso que una vida de comodidades pueda conducir a la madurez.

Todos los criterios indicados se refieren a un tipo ideal, raramente (o nunca)


alcanzado por un individuo concreto. En la más firme de las personalidades
pueden hallarse puntos débiles o momentos de regresión, la normalidad depende
en gran parte del apoyo del medio.

De todos modos, es evidente que unas personas, a pesar de las circunstancias


desfavorables en que pueden encontrarse, se mantienen más próximas a este
ideal que otras.

Emprenderemos ahora la tarea de resumir de acuerdo con nuestro punto de vista


los criterios de madurez que acabamos de examinar. Es arbitrario fijar su número
en seis, pero la Esta que presentamos parece un término medio razonable, para
nuestro propósito, entre las distinciones demasiado finas y las poco precisas.

133
EXTENSIÓN DEL SENTIDO DE Sí MISMO.

El sentido de sí mismo se forma gradualmente en la infancia y no se ha


completado a la edad de tres años ni tampoco- a la de diez. Continúa
extendiéndose a compás de la experiencia a medida que se hace mayor el círculo
de participación del individuo.

Como señala Erikson, la adolescencia es una época especialmente crítica. En su


lucha contra la difusión de la identidad el muchacho quiere saber quién es él.
¿Qué hechos, experiencias y papeles corresponden a su proprium? ¿Cuáles son
periféricos o no adecuados a su estilo de vida? Los amoríos transitorios del
adolescente ilustran este punto. El amorío focaliza impulsos poderosos, pero
discordantes: tonicidad sexual, tendencias asertivas y sumisivas, ambiciones,
intereses estéticos, sentimiento familiar, incluso emoción religiosa.

Pero lo importante es que esta íntima oleada establece una conexión entre el
individuo y otra persona, extendiendo rápidamente los límites del sí mismo. El
bien de otra persona es tan importante para el sujeto como el bien propio; mejor:
el bien de la otra persona es idéntico con el bien propio.

Pero no es solamente el amor de adolescente lo que amplía la individualidad. Se


incorporan en el sentido del sí mismo nuevas ambiciones, nuevas pertenencias a
grupos, nuevas ideas, nuevos amigos, nuevos recreos y aficiones y, sobre todo, la
vocación de cada individuo. Son factores nuevos en la identidad propia.

Es necesario aplicar aquí el concepto de la autonomía funcional. Para la persona


madura, la vida es algo más que la comida, la bebida, la seguridad y la
sexualidad; es más de lo que puede explicarse, directa o indirectamente, por la
reducción de las tensiones.

Si no se desarrollan en una persona intereses «fuera de ella misma» (aunque


formando parte del sí mismo), vive en un nivel más próximo al animal que al
humano.

Hablamos, claro está, de autonomía funcional del proprium, no de la autonomía


meramente perseverativa.

134
Considerémoslo de otro modo. El criterio de madurez que examinamos ahora
requiere la auténtica participación de la persona en algunas esferas significativas
de la actividad humana. Ser partícipe no es lo mismo que ser meramente activo.

Consideremos, por ejemplo, el Caso del ciudadano Sam, que vive y se agita en la
gran maquinaria que es la ciudad de Nueva York. Sus horas de inconsciencia, de
sueño, las pasa en algún punto del Bronx.

Se despierta por la mañana y coge la botella de -leche que le ha dejado ante la


puerta un empleado de una gran empresa de venta y reparto de productos
lácteos.

No piensa conscientemente en los empleados de esta empresa, de tan vital


importancia para su salud. Después de saludar apresuradamente a la patrona,
corre a sumergirse en el vasto sistema de transportes públicos de la ciudad, de
cuyos misteriosos mecanismos nada sabe.

En la fabrica, se convierte en una pieza de una maquinaria que escapa a su


comprensión. Para él, como para sus compañeros de trabajo, la empresa en la
que está empleado es una abstracción.

Desempeña un papel puramente mecánico en la creación de excedentes (sea lo


que fuere tal cosa) y aunque él no lo sepa, su continua actividad en la maquinaria
está regulada por la “ley de la oferta y la demanda”, la “disponibilidad de primeras
materias” y “la tasa de interés prevaleciente”.

A la semana siguiente, sin que él se entere, le imponen una contribución para el


<excedente en el mercado del trabajo». Un agente oficial le cobra la cuota, sin
que él sepa por qué.

A mediodía, engulle la comida que prepara y sirve automáticamente una


monstruosa organización en la que también él es engullido automáticamente.

Después de volver a trabajar por la tarde, entra en un cine en busca de una de las
producciones para soñar sin dormir que fabrican en serie en Hollywood, con el
objeto de dar descanso a su mente, que no ha realizado ninguna labor útil, pero
está sometida a una gran tensión.

Finalmente, entra en un bar y pide los productos que se Inconsciente del cielo
publicitario.
135
Sam ha desplegado mucha actividad durante todo el día, una tremenda actividad,
desempeñando el papel que le corresponde en diversas áreas de actividad
impersonal.

Ha pasado por varios mecanismos, ha entrado en relación automática con


entidades que son personas jurídicas pero no personas de carne y hueso.

Las personas físicas junto a las cuales se ha hallado eran, como él mismo, piezas
insertadas en sistemas de transmisión, demasiado cansadas para darse cuenta
plenamente de lo que estaban haciendo.

Sam está implicado en diversas actividades durante todo el día, pero ¿puede
decirse que ha participado en ellas en el sentido psicológico? Está implicado en
ciclos diversos, pero su yo no está implicado.

¿Qué es, exactamente, lo que no va bien en Sam? No ha extendido su sentido de


sí mismo a ninguna área significativa de la vida.

Como ocurre con todos nosotros, entra en contacto con muchas esferas de la
actividad humana: económica, educativa, recreativa, política, doméstica y
religiosa. Sam se relaciona con todas estas esferas superficialmente, pero no
incorpora ninguna de ellas en Sí mismo.

Probablemente, sería pedir demasiado pretender que un individuo, aunque posea


una personalidad madura, se interese apasionadamente por todas estas esferas
de actividad. Pero si no se desarrollan intereses autónomos en algunas de estas
áreas, si nuestro trabajo, nuestros estudios y aficiones, nuestra familia y nuestra
relación con la política y la religión no entran en la esfera del proprium, no
podemos decir que somos personalidades maduras.

Una auténtica participación da una dirección a la vida. La madurez progresa en la


proporción en que nuestras vidas dejan de estar centradas en la inmediata
proximidad del cuerpo y en el yo. El amor a sí mismo es un factor preeminente e
ineludible, pero no es necesario que sea dominante. Todos tienen amor a sí
mismos, pero únicamente la extensión del sí mismo es signo de madurez.

136
RELACION EMOCIONAL CON OTRAS PERSONAS

La adaptación social de la personalidad madura se denota por dos diferentes


clases de relación emocional. En virtud de la extensión de sí mismo, tal persona
es capaz de una gran intimidad en su capacidad de amar, ya sea en la vida
familiar, ya en una profunda amistad.

Por otra parte, huye de la murmuración y se abstiene de intromisiones y de todo


intento de dominar a los demás, incluso dentro de su propia familia. Tiene en sus
relaciones un cierto desprendimiento que le hace respetar y apreciar la condición
humana en todos los hombres. Este tipo de relación emocional puede muy bien
llamarse simpatía.

La intimidad y la simpatía requieren que el sujeto no sea una carga o un estorbo


para los demás ni les impida la libertad en la búsqueda de su identidad. Las
constantes quejas y críticas, los celos y los sarcasmos actúan como tóxicos en las
relaciones sociales.

A una mujer de marcada madurez le preguntaron cuál era a su juicio la regla más
importante de la vida. Respondió: “No emponzoñéis el aire que otros han de
respirar.”

El respeto a las personas como tales personas se alcanza mediante la extensión


imaginaria de las duras experiencias de la vida. Acaba uno dándose cuenta de
que todos los mortales se hallan en la misma situación humana.

Vienen los hombres al mundo sin haberlo pedido; se les impone el irresistible
instinto de supervivencia; se ven asaltados por impulsos y pasiones; encuentran
fracasos y sufrimientos, pero van siguiendo su camino de un modo u otro.

Nadie conoce con seguridad la significación de la vida; todos avanzan hacia un


destino desconocido y envejecen mientras lo hacen. Toda vida se halla contenida
entre dos limites desconocidos. No es de extrañar que exclamase el poeta:
«Alabemos al Señor por cada partícula de compasión humana.»

Es oportuno consignar aquí dos signos de madurez frecuentemente señalados: la


tolerancia y la «estructura democrática del carácter». Las personas inmaturas, por
el contrario, parecen creer que solamente ellas tienen las típicas experiencias
humanas de pasión, miedo y preferencia.
137
Al inmaturo solamente le importan él mismo y lo que es de él. Su iglesia, su casa,
su familia y su nación forman un firme bloque; todo lo demás es ajeno, peligroso,
excluido de su mezquina fórmula de supervivencia.

Debemos decir algo más sobre los afectos personales más profundos. Puede
afirmarse sin temor a equivocarse que nadie, maduro o inmaturo, puede amar o
ser amado suficientemente. Pero parece que las personas menos maduras más
quieren recibir amor que darlo.

Cuando el inmaturo da amor, lo hace por lo general en los términos que le


convienen; no lo hace sin condiciones y el otro ha de pagar por el privilegio El
amor posesivo y paralizante para el amado (como el que muchos padres imponen
a sus hijos) es muy corriente, pero no es bueno para el que lo da ni para el que lo
recibe. Es muy duro para los padres (o para el esposo, la esposa, el novio, la
novia o el amigo aprender a desear la compañía U amado y quererle bien
aceptándolo al propio tiempo tal como es, sin ligarlo con rígidos lazos u
obligaciones.

«Genitalidad». Algunos psicoanalistas acostumbran a equiparar la madurez con lo


que llaman «genitalidad». El sexo es un terna tan dominante en la mayoría de
vidas que fácilmente se comprende que muchos teorizantes sostengan la tesis de
que le consecución de una completa satisfacción sexual orgástica es un
importante signo de madurez.

Afirman que el libre ejercicio de la función sexual es la mejor medida de la


capacidad individual de superar las fuerzas represivas de la sociedad y la presión
de las fijaciones sexuales infantiles.

Pero como los raptores y los que tienen perversiones sexuales son capaces de
experimentar una satisfacción orgástica completa, se hizo necesario modificar
este criterio limitando la satisfacción sexual propia de la madurez a la
experimentada «con una persona amada de sexo opuesto».

Erikson establece esta tesis en la forma siguiente:

Los psicoanalistas han señalado la genitalidad como uno de los principales signos
de una personalidad sana. La genitalidad es la capacidad potencial de desarrollar
potencia orgástica en relación con una persona amada de sexo opuesto.

138
«Potencia orgástica» no significa aquí descargar los productos sexuales en el
sentido de «vías de salida (Kinsey), sino la comunidad heterosexual, con plena
sensibilidad genital y una descarga de tensión global, de todo el organismo... Su
idea es, evidentemente, la de que la comunidad de clímax del orgasmo nos da el
mejor ejemplo de la mutua regulación de complicados patrones de acción, que
apacigua la hostilidad generada en la continuada oposición de lo masculino y lo
femenino, de la realidad y la fantasía, del amor y el odio, del trabajo y el juego.
Las relaciones sexuales satisfactorias hacen que lo sexual sea menos obsesivo y
convierten en superfluo el control sadista.

El argumento es persuasivo, pero no por ello dejamos de darnos cuenta de la


existencia de excepciones. No se ha demostrado que un individuo genitalmente
maduro sea normal en todas las áreas de la vida. Tampoco se ve claro que el
impulso sexual esté tan estrechamente ligado a todas las regiones de la
personalidad como requeriria la teoría. Tenemos finalmente, los innumerables
casos de solteros y solteras y aun personas con aberraciones sexuales cuyas
obras y conducta son tan eminentes que no podemos considerarlas “inmaturas”.

¿Qué concluimos de todo ello? Parece justificado admitir que en muchos


individuos la madurez genital se asocia a la madurez personal general. Pero,
posiblemente, no puede afirmarse que las personas maduras no experimentan
frustraciones y desviaciones en su comportamiento relativo a los impulsos,
incluyendo los ramificados impulsos de la sexualidad. La dificultad deriva del
intento de identificar la motivación adulta casi exclusivamente con el impulso
sexual. Reconocemos que tan importante impulso, regido por el individuo de un
modo maduro, puede armonizar bien con la madurez general y reforzarla, pero no
está justificado reducir todo el problema de la madurez a la genitalidad.

139
SEGURIDAD EMOCIONAL (ACEPTACIÓN DE SÍ MISMO)

Fácilmente observamos la diferencia que existe entre la persona con equilibrio


emocional y la que es emocionalmente exaltada y presenta accesos de ira o de
apasionamiento. Incluimos en el segundo grupo a los alcohólicos y a los que
tienen arrebatos de blasfemia y obscenidad.

Los egoístas, los que se abandonan a sus pasiones, los “infantiles”, no han
pasado con éxito por las fases de desarrollo normales. Todavía se hallan
preocupados con algunos fragmentos de su experiencia emocional.

Muchos autores hablan de aceptación de sí mismo. esta característica de


madurez incluye la capacidad de evitar reacciones excesivas frente a cosas
correspondientes a impulsos segmentarios.

El individuo maduro acepta su impulso sexual y se esfuerza cuanto puede en


comportarse respecto al mismo de modo que se origine el mínimo de conflicto
consigo mismo y con la sociedad.

No busca constantemente lo libidinoso, pero tampoco es mojigato ni deprimido.


Todos tenemos miedo de algunas cosas, de la muerte y de peligros inmediatos,
pero, en general, el individuo hace frente a estos temores con aceptación.

Si no ocurre así, se forma una preocupación neurótica que puede ser, por
ejemplo, de cuchillos y otros instrumentos cortantes, de puntos elevados, de
alimentos salubres o insalubres, de medicina, etc. con supersticiones y rituales
protectivos.

Es especialmente importante la cualidad llamada «tolerancia a la frustración Cada


día se producen cosas que irritan o contrarían. El adulto inmaturo, como el niño,
reacciona a los contratiempos con accesos de mal humor o irritación-, se queja,
culpa a otras personas, se compadece a sí mismo.

En cambio, el individuo maduro tolera la frustración.

Si ha habido falta o error en él, sabe aceptar este hecho (siendo «intropunitivo»).
Espera un momento oportuno, busca un medio de sortear el obstáculo y en caso
necesario se resigna a lo inevitable.

140
No es cierto que el individuo maduro esté siempre tranquilo, sereno y de buen
humor, pero sus fases de mal humor son transitorias. Hasta es posible que sea
por temperamento pesimista y deprimido.

Pero ha aprendido a vivir sus estados emocionales de modo que no le conduzcan


a actos impulsivos ni perjudiquen el bienestar de otras personas.

Probablemente, no podría comportarse de este modo si no hubiese desarrollado


un continuo sentido de seguridad en su vida. Las experiencias de «confianza
básica» en la primera infancia tienen algo que ver con este desarrollo.

Y en fases ulteriores ha aprendido más o menos que no todo alfilerazo contra su


orgullo es una herida mortal y que no todo temor es confirmado por un desastre.

Al expansionarse el sentido de sí mismo, se asumen nuevos riesgos y nuevas


posibilidades de fracaso.

Pero el individuo maduro considera tales inseguridades con un sentido de la


proporción.

Aprende a ser cauto sin dejarse dominar por el pánico. El dominio de sí mismo es
reflejo del sentido de la proporción. El sujeto maduro expresa sus opiniones y sus
sentimientos guardando consideración a las opiniones y los sentimientos de los
demás. No se siente amenazado por sus propias expresiones emocionales o por
las de otras personas.

Este sentido de la proporción no es un atributo aislado de la personalidad. Se


forma porque el modo de ver las cosas es ordinariamente de tipo realístico y
porque el sujeto posee valores integrativos que rigen y encauzan los impulsos
emocionales.

141
PERCEPCIÓN REALÍSTICA, APTITUDES Y TAREAS

Como se ha visto en el capítulo precedente, el pensamiento es el integrante de la


personalidad. Podríamos decir que la vida de los sentimientos y las emociones es
la urdimbre y los procesos mentales elevados la trama. También hemos visto que
en la personalidad sana, las percepciones y los conocimientos cotidianos se
caracterizan en conjunto por la eficacia y la exactitud. La persona sana posee
disposiciones (sets) que conducen a la verdad en mayor grado que en las
personas inmaturas. El individuo maduro no tuerce la realidad para acomodarla a
las necesidades y las fantasías del sujeto.

¿Significa esto que nadie puede tener una mente sana y madura sin un elevado
cociente intelectual. Hay en esta afirmación una parte de verdad, pero es
peligrosa. Se requiere, evidentemente, un mínimo de memoria, de capacidad
verbal (simbólica) y de capacidad general de solución de problemas. Ser maduro
implica la posesión de estas capacidades intelectuales básicas. Pero la ecuación
no es reversible. Son muchas las personas con una elevada inteligencia a las que
falta el equilibrio emocional y la organización intelectual que constituye una
personalidad madura. El psicólogo Terman estudió un grupo de niños
superdotados cuyas puntuaciones en los tests de inteligencia eran tan altas que
cada uno de ellos era literalmente uno entre mil. No solamente era grande su
dotación intelectual, sino que, considerados en grupo, poseían ventajosas
condiciones de salud, aspecto físico, sociales y económicas. Examinándolos
veinticinco años después, se halló que las anormalidades en la organización de la
personalidad no eran menos numerosas que en la población en general del
mismo grupo de edad. La proporción de psicosis y de alcoholismo era igual a la
que presentaban los individuos de la misma edad en el conjunto de la población.
Se observaron casos de mala adaptación, incluso graves, pero es difícil comparar
su extensión con la existente en la población en general. Es cierto que en muchos
de ellos se había realizado lo que prometían en su niñez. Pero, en conjunto,
preciso es admitir que una, inteligencia excepcional no garantiza por sí sola la
madurez. No solamente son más verídicas las percepciones y las operaciones
cognitivas exactas y realísticas, sino el que el individuo maduro posee aptitudes
apropiadas para la solución de los problemas objetivos. Una persona, normal en
otros aspectos, que no sabe conducirse acertadamente en su profesión
142
(intelectual o mecánica, de ama de casa o de cualquier otra clase) no tiene la
seguridad ni los medios que requiere la madurez para la extensión de sí misma.
Aunque vemos frecuentemente personas hábiles que son inmaturas, no vemos
nunca personas maduras que no posean aptitudes orientadas a la solución de los
problemas ante los que se encuentran. Junto con la percepción verídica y la
aptitud, debemos situar la capacidad de perderse a si mismo en la realización del.
trabajo. Hallamos consignada esta condición en Freud, en Maslow y en los
investigadores de California. La persona madura se centra en el problema. Le
gusta trabajar objetivamente. Significa esto que es capaz de olvidar los impulsos
egoístas de la satisfacción de los instintos, el placer, el orgullo y la defensa
durante largos períodos de tiempo mientras está absorta en su tarea. Este criterio
puede relacionarse con el objetivo de responsabilidad en el que insisten los
existencialistas. En el espíritu del existencialismo se hallaba Harvey Cushing, el
cirujano del cerebro, cuando dijo: «El único modo de soportar la vida es tener una
tarea por completar.» Una persona madura está en estrecho contacto con lo que
llamamos «el mundo real». Ve los objetos, las personas y las situaciones tales
como son. Y tiene ante sí una importante tarea. Añadiremos algunas palabras
sobre la «madurez económica Para la mayor parte de las personas, la lucha para
ganarse la vida, para ser solvente, para hacer frente a la dura competición
económica, es el mayor requerimiento que encuentran en la vida. Exige muchos
esfuerzos y origina a menudo crisis peores que las de¡ sexo y de la identidad
consigo mismo. No siempre los estudiantes de universidades y escuelas
superiores se dan completa cuenta del porfiado combate que deberán librar para
ganar dinero.

Los jóvenes, antes de entrar en esta dura competición, parecen a veces relajados
e incluso serenos. Pero poder sustentarse a sí mismo y a una familia a un nivel de
vida que aumenta constantemente es una empresa terrible. Hacer frente a esta
difícil tarea sin ser dominado por el miedo, sin sentirse desgraciado y sin caer en
una conducta defensiva, hostil y autoengañadora es uno de los más duros tests
de madurez.

143
AUTOOBJETIVACION: CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO y
SENTIDO DEL HUMOR

Decía Sócrates que hay en la vida una regla fundamental: conócete a ti mismo.
Pero no es tarea fácil. Santayana escribió: “Nada hay heroísmo intelectual
corno ver escrita la ecuación de uno mismo”.

Lord Chesterfield estaba quizá demasiado satisfecho de su personalidad cuando


escribía a su hijo: “Me conozco a mi mismo, lo que puedo asegurarte que no
es corriente. Sé lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer y, por
consiguiente, sé lo que debo hacer”

Son muchos los que piensan que tienen un buen conocimientos de si mismos. En
diversos cursos de filosofía se ha comprobado que el 96% de los estudiantes
afirman poseer un conocimiento de sí mismo igual o superior al término medio.
Solamente el 4 % admiten una posible deficiencia. Como la parte de nuestro
tiempo que dedicamos a pensar en nosotros mismos es muy grande, es
confortador suponer que nuestro pensamiento es verídico, que conocemos
verdaderamente el tema.

El término inglés insight o self-insight (conocimiento profundo de sí mismo)


procede de la psiquiatría. Se dice que un paciente mental tiene insight (se da
cuenta de la situación) cuando sabe que es él (no otra persona) quien sufre
desorientación. Extendiendo su empleo a la población normal, diremos que el
conocimiento de sí mismo es una magnitud o escala en la que las diversas
personas ocupan una magnitud o escala en la que las diversas personas ocupan
posiciones que van desde un gran conocimiento de sí mismo a un conocimiento,
muy escaso o nulo.

Son muy interesantes a este respecto las autobiografías. Algunos escritores creen
que tienen el deber de reconocer sus defectos, se consideran una virtud. Escriben
sus confesiones objetivamente para que todos las lean. Sin embargo, es muy
probable que, reserven algunos tabernáculos secretos en los que nadie puede
penetrar, ni tan sólo ellos mismos. Hay en la vida algunos episodios de bajeza o
vergüenza que seria demasiado humillante descubrir o, simplemente, contemplar

144
interiormente. Muchas autobiografías no son otra cosa que elaboradas
autojustificaciones.

¿En qué se basa el psicólogo para decir que un individuo tiene o no conocimiento
de sí mismo? Se ha dicho que todo individuo es de tres modos:

1º. tal como realmente es,

2º. tal como él cree que es,

3º. tal como los otros creen que es.

Idealmente, el conocimiento de sí mismo se mediría por la relación entre el


segundo y el primero. es decir, por lo que el hombre cree que es en relación con
la que realmente es. Esto nos daría una perfecta definición e índice del insight.
Pero en la práctica es difícil obtener pruebas positivas de lo que un hombre es en
el sentido biofísico. Por consiguiente, en definitiva, el índice más utilizable es la
relación entre el segundo punto y el tercero, es decir, la relación entre lo que un
hombre cree que es y lo que los otros {especialmente el psicólogo que lo estudia)
creen que es. Si el hombre objeta que todos los demás (incluyendo al psicólogo)
se equivocan, nada puede argüirse en contra de esta opinión. La evaluación del
conocimiento de sí mismo, en tal caso, no es asequible al hombre.

Los psicólogos saben que existen ciertas correlaciones referentes al conocimiento


de sí mismo o insight Se sabe, por ejemplo, que las personas conocedoras de sus
cualidades desfavorables son menos propensas a proyectarlas en otras personas
que los individuos desconocedores de su existencia en ellos . Además, las
personas con un buen conocimiento de sí mismas son mejores jueces de otros
individuos y es más probable que sean aceptadas por ellos. Se ha comprobado
que los individuos que tienen un buen conocimiento de sí mismos son por término
medio bastante inteligentes. Recordemos que los estudiantes que fueron
evaluados como normales tenían un buen conocimiento de sí mismos.

Sentido del humor. La más destacada correlación del conocimiento de sí mismo


es tal vez el sentido del humor. En una investigación no publicada en la que los
sujetos se evaluaron unos a otros respecto a un gran número de características,
la correlación entre las evaluaciones del conocimiento de sí mismo y las del
sentido del humor resultó ser de 88. Tan elevado coeficiente significa que las

145
personalidades con Un buen conocimiento de sí mismas poseen también un
elevado sentido del humor o que los evaluadores no sabían distinguir entre ambas
cualidades.

En todo caso, el resultado es importante.

La personalidad de Sócrates nos muestra la estrecha asociación de ambas


características. Nos dice la leyenda que en una representación de Las Nubes, de
Aristófanes, permaneció Sócrates de pie a fin de que los divertidos espectadores
pudiesen comparar su rostro con la máscara que pretendía ridiculizarlo.
Poseyendo un buen insight, fue capaz de contemplar la caricatura de un modo
objetivo, contribuyendo a la broma riéndose de sí mismo.

¿En qué consiste el sentido del humor? El novelista y Meredith dice que es la
capacidad de reírse de lo que uno ama (incluyendo, naturalmente, al propio sujeto
y a todo lo que le pertenece). El verdadero humorista percibe en cualquier
acontecimiento el contraste entre lo que se pretendía alcanzar y lo que ha
resultado. El sentido del humor debe distinguirse netamente del mero sentido de
lo cómico. Este último lo posee casi todo el mundo, tanto los niños como los
adultos. Lo que se considera corrientemente cómico (en la escena, en las
historietas ilustradas, en la televisión), consiste por lo general en absurdos, juegos
de palabras -o broma gruesa. En su mayoría, se basa en ridiculizar a alguien. El
impulso agresivo está muy poco disimulado. Aristóteles, Hobbes y otros autores
han visto en este «súbito ensalzamiento del propio yo el secreto de toda risa.
Relacionado con lo cómico agresivo (que ridiculiza a otros), hay la risa provocada
por las historietas subidas de tono que parece debida a la liberación de las
prohibiciones. Los instintos agresivo y sexual se hallan, al parecer, en la base de
gran parte de lo cómico. El niño pequeño tiene un agudo sentido de lo cómico,
pero raramente o nunca se ríe de sí mismo. Incluso en la adolescencia, es más
fácil que los defectos exciten en el muchacho dolor que risa. Se ha comprobado
que las personas menos inteligentes que tienen bajos que se considera valores
estéticos y teóricos, prefieren lo cómico y carecen de sentido del humor basado
en las relaciones reales de la vida .

La razón de que el conocimiento de sí mismo y el sentido del humor se presenten


asociados consiste probablemente en que se trata en el fondo de un mismo

146
fenómeno, que es la autoobjetivación. El hombre que tiene un gran sentido de la
proporción relativamente a sus cualidades y a sus más apreciados valores es
capaz de percibir sus incongruencias y absurdidades en ciertas situaciones. Al
igual que vimos ocurría con el insight, casi todo el mundo afirma que posee un
notable sentido del humor. Los mismos estudiantes que habían evaluado su
conocimiento de sí mismos en comparación con el término medio de las personas
fueron interrogados sobre la evaluación de su sentido M humor. Noventa y cuatro
por ciento respondieron que era tan bueno o mejor que el promedio.

STEPHEN LEACOCK ha observado el mismo hecho. En My Discovery of England


escribe: «Tiene siempre especial interés por el sentido del humor. Por ninguna
otra cualidad de la mente se muestra tan susceptible su posesor como por el
sentido M humor. Un individuo reconocerá fácilmente que no tiene oído para la
música o gusto para juzgar las novelas y hasta confesará que no se interesa por
la religión. Pero todavía no he encontrado a una persona que afirmase no tener
sentido del humor. Cualquier individuo piensa de sí mismo que está
excepcionalmente dotado en este aspecto ... »

En honor de la verdad, debemos reconocer que, hasta ahora, los psicólogos han
tenido muy poco éxito en la evaluación de] conocimiento de sí mismo y de sentido
del humor. Se trata de aspectos muy sutiles de la personalidad, de una esfera en
la que esperamos tengan los psicólogos en el futuro más éxito del obtenido en el
pasado.

Afectación. En el polo opuesto del criterio anterior hallamos la tendencia de


algunas personas a aparecer exteriormente como lo que no son. La persona en la
que se presenta este fenómeno no se da cuenta de que su engaño es
transparente, de que su «pose» no le va. Vimos que el adolescente trata de imitar
a otras personas para hacerse más importante. Pero el adulto sabe que no puede
pasar por otro, a menos de hacerlo por juego. Es cierto que la mayoría de las
personas procuran presentarse en el aspecto más favorable posible y que
pretenden a veces poseer buenas cualidades y obtener éxitos, exagerando la
verdad. Pero el individuo maduro no llega hasta el punto de que esta táctica social
choque demasiado violentamente con la verdad. El conocimiento de sí mismo y el
sentido del humor mantienen un cierto freno sobre este egoísmo.

147
FILOSOFÍA UNIFICADORA DE LA VIDA

Hemos afirmado que el sentido de humor es indispensable para ver la vida de un


modo maduro. Pero no es suficiente. Una filosofía de la vida exclusivamente
humorista conduciría al cinismo. Todo sería considerado trivial, desplazado e
incongruente. No se confiaría en la razón y se rechazaría toda solución seria. El
cínico puede divertirse siguiendo este camino, pero en el fondo se siente solo,
porque le falta la compañía de un objetivo en la vida.

Dirección. Un estudio psicológico sobre este tema es el de Charlotte Bühler


dedicado al examen de la biografía de muchos individuos, famosos unos y de tipo
medio otros".

La investigadora juzgó necesario introducir el concepto de Bestimmung, palabra


alemana que puede traducirse con cierta impropiedad al inglés por directedness
(dirección). Analizando unas doscientas biografías, observó que cada vida estaba
ordenada u orientada hacia uno o varios objetivos. Hay en cada individuo algo
especial por lo que vive, un propósito principal. Los objetivos varían en los
diversos individuos. Hay personas que se concentran en un gran objetivo único:
otras, tienen una serie de propósitos definidos. Un estudio paralelo en suicidas
muestra que la vida únicamente se hace intolerable a los que no encuentran
ningún objetivo al cual puedan orientarla.

En la infancia, faltan los objetivos al principio; en la adolescencia están vagamente


esbozados-, en la madurez, pronto se definen. Pero todos encuentran obstáculos.
Si el individuo no obtiene éxito en los objetivos primeramente fijados, quizá los
trueque por otros más modestos, con descenso del «nivel de aspiración” Otras
veces persevera obstinadamente aunque tenga muy pocas esperanzas de éxito.
Algunas personas que ven deshechas sus aspiraciones permanecen ligadas a la
vida por «mera indignación pero incluso esto les sirve de objetivo para el combate.
Empleando este concepto, podemos decir que en las personalidades maduras la
Bestimmung es más marcada, más enfocada al exterior, que en las vidas menos
maduras. Surge un problema en los jóvenes que no tienen a la vista una
dirección. En una investigación en estudiantes universitarios resultó que
aproximadamente la quinta parte de ellos «no sabían por qué vivían». Parecían no
tener ninguna motivación, excepto las circunstanciales del momento; no eran
148
maduros ni felices. En algunos de estos jóvenes puede desarrollarse ulteriormente
la dirección a objetivos, pero las perspectivas son desfavorables, ya que es en la
adolescencia cuando se encuentran generalmente altas ambiciones e idealismo.
Es corriente en los años consecutivos a la adolescencia una crisis que es
frecuentemente descuidada. Bühler observa que en el sexto lustro de la vida,
cuando los ideales de la adolescencia han experimentado el choque con la
realidad, aparece la decepción. En esta época de la vida, cuando el joven se
aproxima a los treinta años, es muy posible que vea la necesidad de aceptar la
evidencia de un nivel inferior al esperado en sus aptitudes y en las circunstancias
de la vida. Ya hemos señalado la dificultad que se encuentra en alcanzar la
«madurez económica El sueldo puede no ser tan elevado como se había
supuesto; el matrimonio puede no salir tan bien; es posible que el individuo no sea
capaz de superar sus defectos y puntos flacos. Sin embargo, a pesar de esta fase
de desilusión, parece ser de mejor pronóstico en un joven tener al principio
aspiraciones elevadas, para disminuirlas más o menos después, que carecer de
una firme orientación a objetivos.

El problema se presenta de un modo diferente en la vejez. Aunque las personas


ancianas emplean mucho tiempo en la evaluación de su esfuerzo total, todavía
quieren mantener su orientación a objetivos a pesar de que les es forzoso
disminuir considerablemente su actividad.

El objetivo puede ser entonces muy modesto. Recordamos el caso de una


anciana, recogida en un asilo, que, según manifestaba, tenía como única
aspiración la de que «alguien la recordase con afecto cuando se hubiese ido de
este mundo».

En general, constituye una pérdida para la sociedad impedir a las personas de


edad que prosigan sus direcciones de desarrollo, retirándolas o aislándolas.

Cuando, finalmente, ya no son capaces de trabajar, pueden ocupar el tiempo


provechosamente considerando en su conjunto los conocimientos de la vida que
han adquirido y buscando un patrón ideal en el estudio y el pensamiento filosófico
y religioso.

Orientación a valores. Un modo de estudio de este criterio de madurez,


estrechamente relacionado, consiste en buscar una filosofía unificadora en
149
términos de algún tipo de clasificación de valores. Podemos decir de una persona
determinada que es, por ejemplo, un comunista, un cristiano, un pacifista o un
beatnik. Podría deducirse de esto que la unidad en la vida procede parcial o
preponderantemente de seguir la orientación de valores de uno u otro de estos
tipos. Merecen citarse a este respecto dos investigaciones psicológicas.

Morris explicó en un largo párrafo trece «tipos de vida». Se basan principalmente


en la ideología en el concepto de la actitud ante el mundo. En una persona, por
ejemplo, destaca «el interés y la simpatía en relación con los demás»; en otra, “un
estoico autodominio” en una tercera, “la actividad de grupo y la alegría en la
acción”, en una cuarta, la «dinámica integración de la diversidad». Se preguntó a
jóvenes de muchos países cuál de estos trece grupos preferían. Resultó que los
jóvenes de Estados Unidos señalaban con mayor frecuencia que los de otros
países «la dinámica integración de la diversidad», mostrando con ello que
deseaban una vida rica y llena y aborrecían la rutina y la monotonía en su
existencia".

Esta investigación tiene el mérito de mantener la proximidad a las ideologías


culturales e invita a establecer comparaciones entre los jóvenes de diversos
países. Es un método básicamente propio de la antropología cultural. La
investigación de Marcas y la que describimos a continuación difieren de la
Beslimmung de Bühier, que permite considerar una infinita diversidad de
direcciones en las vidas humanas. Esta autora no predetermina el número de
modos de vivir.

Spranger, análogamente a Marcas, describe seis principales tipos de valores.


Afirma que toda persona, en nuestra época, puede considerarse próxima a una o
a varias de estas direcciones de valores, aunque no encaje perfectamente en
ninguna. Existirían en la vida humana seis principales tipos de valores, que
corresponden en grado variable a los individuos que edifican la unidad de sus
vidas a base de ellos.

Entiéndase bien: Spranger no dice que existan seis principales tipos de personas.
Se trata de una analogía de valores, no de personas realmente existentes. Se usa
a este respecto el término tipo ideal. Esta denominación no significa que los tipos
sean necesariamente buenos ni que existan concretamente en su forma pura. Un

150
tipo ideal es más bien un «esquema de comprensibilidades, una medida que nos
permite determinar cuán lejos ha ido una determinada persona en la organización
de su vida siguiendo uno o varios de estos esquemas básicos.

1. El teórico. El interés predominante de] hombre teórico ideal es el


descubrimiento de la verdad. En la prosecución de este objetivo adopta una
actitud «cognitiva» característica-, busca identidades y diferencias y hace
abstracción de sí mismo en los juicios sobre la belleza o la utilidad de los objetos,
buscando únicamente observar y razonar. Como los intereses de teórico son
empíricos, críticos y racionales, ha de ser necesariamente un intelectual,
frecuentemente un científico o un filósofo. Su principal objetivo en la vida consiste
en ordenar y sistematizar sus conocimientos.

2. El utilitario. El hombre utilitario «ideal» se interesa característicamente por lo


que es útil. Basado originariamente en la satisfacción de necesidades corporales
(autopreservación). el interés por 10 útil se desarrolla, abarcando los asuntos
prácticos de¡ mundo de los negocios: producción, mercado, consumo de
mercancías, elaboración de crédito, acumulación de riqueza tangible. Este tipo es
completamente práctico y concuerda bastante bien con el concepto corriente del
hombre de negocio americano.

La actitud utilitaria entra frecuentemente en conflicto con otros valores. El hombre


utilitario quiere que la educación sea práctica y considera el conocimiento no
aplicado como un despilfarro. Muchas realizaciones de ingeniería, de trabajos
científicos técnicos y de psicología aplicada» resultan de los requerimientos que
hace al conocimiento él hombre utilitario. El valor de utilidad también entra en
conflicto con el valor estético, excepto cuando el arte tiene finalidades
comerciales.

Es muy posible que el hombre utilitario estropee un hermoso paisaje por


conveniencias industriales o ensucie el agua de un río con detritus de la
fabricación. En su vida personal, es probable que confunda el lujo con la belleza.
En sus relaciones. tenderá probablemente más a procurar sobrepasar a los
demás en riqueza que a dominarlos (valor político) o servirlos (valor social). En
algunas casos, puede decirse que el hombre utilitario hace de su religión un culto
a Mammón. En otros casos, puede tener ciertos miramientos por el Dios

151
tradicional, pero se inclina a considerarlo como el que concede los dones de la
riqueza, la prosperidad y otros bienes tangibles.

3. El estético. El hombre estético considera que los valores más altos son la
forma y la armonía. Cada experiencia es juzgada desde el punto de vista de la
gracia, la simetría y la finura. El estético ve la vida como un conjunto de
numerosos acontecimientos y cada impresión solamente tiene valor en lo que le
afecta a él. No es necesario que sea un artista creador-, basta para calificarlo de
estético que halle su principal interés en los episodios artísticos de la vida.

El valor estético es en cierto sentido diametralmente opuesto al teórico. Concierne


al primero la diversidad las experiencias Y al segundo la identidad. El hombre es
tétrico considera, con Keats, que lo verdadero es equivalente a lo bello o afirma,
con Mencken que hacer que una cosa sea hermosa es mil veces más importante
que hacer que sea verdadera». En la esfera económica, el estético ve en les
procesos de fabricación, anuncio y comercio una destrucción en masa de los
valores más importantes para él. En lo que respecta a las cuestiones sociales, se
interesa por las personas, pero no por el bienestar de las personas; tiende al
individualismo y a la autosuficiencia. Es frecuente que les gusten a los individuos
estéticos las hermosas insignias de la pompa y el poder, pero son opuestos a la
actividad política cuando ocasiona una represión de la individualidad. En el campo
de la religión, es probable que confundan la belleza con la experiencia religiosa
pura.

4. El social. Para este tipo ideal, el más elevado valor es el amor a otras
personas. a una o a varias. conyugal. filial, de amistad o filantrópico. El hombre
social ama a otras personas como fines y es amable, simpático, sin egoísmo.
Tiende a considerar frías e inhumanas las actitudes teórica, utilitaria y estética. En
oposición al tipo político, el hombre utilitario considera el amor como la única
forma adecuada de poder o bien repudia completamente el concepto de poder
como atentatorio a la integridad de la personalidad. En su forma más pura, el
interés social es altruista y tiende a aproximarse estrechamente a la actitud
religiosa.

5. El político. El hombre político se interesa primariamente por el poder. Sus


actividades no se limitan necesariamente a la política, pero sea la que fuere su

152
vocación. siempre busca el poder. Los dirigentes de cualquier campo de acción
conceden gran valor al poder, Como la competición y la lucha desempeñan un
papel de gran importancia en toda vida, muchos filósofos consideran el deseo de
poder como la más universal y más fundamental de las motivaciones. Sin
embargo, pueden distinguirse de las demás las personalidades en las que el
deseo de una expresión ¡recia de esta motivación es dominante, personalidades
que desean ante todo poder personal, influencia y fama.

6. El religioso. El más alto valor de¡ hombre religioso puede denominarse unidad.
La persona perteneciente a este tipo es mística y trata de comprender el cosmos
como un todo a relacionar a sí misma con la abarcadora totalidad. Spranger
define el hombre religioso como el individuo «cuya estructura mental está
permanentemente orientada a la creación de la experiencia de valor más elevada
y absolutamente satisfactoria Algunos hombres de este tipo son «místicos
inmanentes». es decir, hallan su experiencia religiosa en la afirmación de la vida y
su activa participación en ella. Un Fausto, con su ardor y su entusiasmo, busca
una punta de divino en todo acontecimiento. El místico trascendental por otra
parte, busca la unión de sí mismo con una más elevada realidad, apartándose de
la vida del mundo. Es un asceta y, como los hombres santos de la India, halla la
experiencia de la unidad a través de la negación de sí mismo y la meditación.

Una ventaja de estos tipos, a pesar de que son demasiado homogéneos para
existir en la vida real, es la de prestarse a la medición. Un test de personalidad
titulado Un estudio de los valores (descrito en el capítulo XVIII) permite determinar
en qué grado un individuo determinado participa en cada una de estas direcciones
de valores. Resulta de las investigaciones practicadas con este medio que las
mediciones indican una igual difusión en la población considerada en conjunto,
pero la atracción que ejercen sobre los diversos individuos es distinta. Vemos, por
ejemplo, que una persona se interesa por lo teórico y lo bello, pero no por el poder
y la religión. En otro individuo, los intereses son posiblemente inversos o de otro
tipo cualquiera.

Cabe preguntarse si estas orientaciones de valores agotan todas las


posibilidades. Ciertamente no. También podría objetarse que tienden a
sobrevalorar la naturaleza humana, ya que muchas personas no tienen valores

153
que vayan más allá de lo hedonista, lo sensual, las necesidades primarias de la
vida y los transitorios requerimientos de la adaptación. Igualmente puede
formularse la crítica de que los valores están definidos en esta clasificación de un
modo impreciso. Un individuo se interesará tal vez por las teorías filosóficas. pero
nada le importarán las teorías físicas.

Habrá quien busque poder en una sociedad, pero no en la política. Respondemos


a tales objeciones que estos esquemas no se proponen abarcar todos los casos
individuales. A pesar de ella, ofrecen una importante contribución al estudio de las
orientaciones de valor como factor integrante en la personalidad madura.

El sentimiento religioso. Cuando hablamos de la filosofía unificadora de la vida»


de una persona, pensamos probablemente, ante todo, en su religión. Ya vimos
que Spranger la consideraba como la más comprehensiva e integradora de todas
las orientaciones de valor.

Pero debe establecerse inmediatamente una distinción. Los sentimientos


religiosos de muchas personas (quizá de la mayoría) son decididamente
inmaturos. Frecuentemente, son formaciones infantiles que persisten sin
modificación en la edad adulta. Son construcciones centradas en sí mismas en las
que se adopta una deidad que favorece los intereses inmediatos del individuo,
una especie de Reyes Magos o de padres complacientes. 0 bien se trata de un
sentimiento de tipo tribal: «Mi iglesia es mejor que la tuya. Dios prefiere a mi
pueblo En los casos de este tipo, la religión está puesta al servicio del egoísmo.
Es utilitaria y tiene en la vida un carácter accidental. Es un mecanismo de defensa
(frecuentemente, un mecanismo de huida) y no abarca a la vida como un todo ni
la tiene bajo su guía. Es un valor extrínseco en el sentido de que el individuo la
considera «útil» para servir a sus fines inmediatos.

Las investigaciones efectuadas a este respecto nos enseñan que los prejuicios
étnicos son más corrientes en los que van a la iglesia que en los que no asisten a
ella. Este hecho nos indica que la religión es más frecuentemente factor de
división que de unificación. La religión extrínseca tiende a fortalecer las
exclusiones, los prejuicios y las aversiones, opuestos a todos nuestros criterios de
madurez. En tales casos, no hay una extensión del sí mismo; no hay una relación

154
afectiva del sí mismo con los demás: no hay seguridad emocional, percepción
realista, conocimiento de sí mismo ni sentido del humor.

De modo que no podemos decir que el sentimiento religioso sea siempre una
filosofía unificadora de la vida.

Al propio tiempo, el sentimiento religioso puede ser de tal suerte que proporcione
una solución inclusive a los enigmas de la vida te que proporcione una solución
incluso a la luz de una teoría inteligible. Puede ser así si la religión es vista como
un valor subyacente a todas las cosas y deseable por sí mismo. Sometiéndose el
individuo a este fin (no usándolo como medio), la religión viene a ser un valor
«intrínseco» para el individuo y como tal es comprehensivo, integrativo y
motivacional.

Puede ayudarnos a comprender el sentimiento religioso así definido su


comparación con el sentido del humor. Solamente son semejantes en un aspecto.
Ambos sitúan un hecho desagradable en un marco nuevo, rompiendo, Por decirlo
as!, el contexto literal. El humorismo y la religión lanzan nueva luz sobre las
tribulaciones de la vida al verlas con una nueva perspectiva. Ver un problema de
un modo humorista es verlo como si tuviese poca importancia; verlo
religiosamente es verlo situado en un esquema de distinta significación. En
ambos casos, se ve el problema con un nuevo aspecto.

Pero el humorismo y la religión son diferentes en todo lo demás. El humorismo se


basa en ver incongruencia en los hechos; la religión ve su congruencia última.
Como un hecho determinado no puede ser visto al propio tiempo como
trascendente y como trivial, se deduce que no podemos adoptar una actitud que
sea simultáneamente reverente y humorista. Es posible ver un acontecimiento
perturbador unas veces en broma y otras religiosamente, pero nunca de ambos
modos simultáneamente.

Lo que hace que una persona religiosa no se convierta en cínica (como debe ser
un humorista completo) es la convicción de que, en el fondo, hay algo más
importante que la risa y este algo es el hecho de que la risa, como también el que
ríe, tienen su lugar en el esquema general. Cuando se ha adoptado este camino,
todavía hay mucho lugar para la broma. Citamos el caso del superior sentido del
humor de la persona religiosa que ha fijado de una vez para siempre qué cosas
155
son sagradas y de valor definitivo. Establecido esto, ya no es necesario tomarse
seriamente ninguna otra cosa en el mundo. Tal vez se dé cuenta una persona en
tal situación de que muchas de las cosas que ocurren son ridículas y de que
hombres y mujeres, incluyéndose a sí mismo, incurren a veces en risibles
manifestaciones de vanidad. los ve como si fuesen actores en el teatro. Para tal
persona, nada de lo que ocurre es de esencial importancia si no afecta a
cuestiones definitivas en su esquema del mundo.

Solamente el núcleo y el fin del pensamiento religioso se halla fuera del alcance
del humorismo. Las flaquezas humanas relacionadas con la religión son posibles
fuentes de diversión, como ocurre con algunos episodios que pueden producirse
en la iglesia. Pero se trata de incidentes que no afectan a la prioridad de lo
definitivo.

La religión implica siempre más que los procesos cognitivos de un hombre; no


obstante, siendo una respuesta del si mismo total, no está excluido el
pensamiento racional. Toda fe (religiosa o no) es una afirmación en la que el
conocimiento, aunque se haga uso de él, no es el factor decisivo. Es un hecho
patente que todos los hombres viven por la fe, ya que nadie puede dar razón
plena del fundamento de los valores por los que se rige: le basta la fe en ellos: El
hecho religioso difiere de otros valores principalmente en su carácter abarcador.

Afirma que si tuviéramos el conocimiento pertinente veríamos que el universo en


conjunto, los hechos de la existencia y la enigmática oposición del bien y el mal
forman un conjunto coherente y con sentido. En cuanto al contenido de la fe
religiosa, el individuo adopta lo que a él le parece mejor y a lo que más se adapta.

La religión madura (intrínseca) es una teoría de la vida que lo abarca todo, pero
no puede probarse en detalle. Debemos rechazar la opinión de que todos los
impulsos religiosos son infantiles, regresivos o medios de huida. No cabe duda de
que existe realmente este tipo de religiosidad «extrínseca», pero no es general.
Tampoco podemos aceptar la opinión de que la religión institucional y ortodoxa
sea siempre una infantil sumisión a la autoridad y, por consiguiente, inmatura.
Multitud de personas de profundo pensamiento hallan en las formas de religión
históricas y tradicionales la doctrina que más se acomoda a su búsqueda de la
verdad por su significación y por lo que abarca. La religión tradicional puede

156
reflejar algo más que un temor infantil y hábitos inculcados, puede reflejar una
filosofía de la vida cuidadosamente escogida, madura y productiva.

Pero tampoco debemos caer en el error contrario, suponiendo que la religión es el


único sentimiento unificador. Tal vez sea así desde un punto de vista lógico,
porque la religión se propone abarcar todo lo que está en la experiencia y también
todo lo que está fuera de ella, por lo que el idealmente lo apropiado para conferir
unidad. Pero queda el hecho de que muchas personas hallan un elevado grado de
unificación en otras direcciones.

W. H. Clark obtuvo las respuestas a este aproximadamente tres centenares de


personas instruidas, la mitad de las cuales, poco más o menos, figuraban en el
Who's Who. Preguntadas sobre la evaluación que daban a los factores tendentes
a la creatividad en sus vidas, el principal factor resultó ser «el interés y la
satisfacción en el trabajo en sí seguido del deseo de conocer y comprender».
Viene en tercer lugar el deseo de ayudar a la sociedad. Por término medio, la
motivación religiosa ocupa un lugar bajo en la lista, aproximadamente como “el
deseo de crear belleza”. Un hecho que interesa señalar es el de que se observan
grandes diferencias entre las personas en cuanto a su evaluación de la
importancia de la religión. Tienden a situarla en un lugar o muy elevado o muy
bajo. La situación más bien central, aunque baja, en el promedio, se debe a que la
mayoría de las personas consultadas no la consideraban como principal fuente de
motivación.

Esta investigación no nos permite afirmar con seguridad la frecuencia con que las
personas estudiadas tienen el sentimiento religioso comprehensivo como filosofía
unificadora de la vida.

Se ha observado en personas con estudios superiores que diez o veinte años


después de terminados aquéllos son más religiosas que durante Ios tiempos de
estudiante".

La búsqueda de una significación religiosa parece progresar al aumentar en edad.

Conciencia genérica. Como dice John Dewey, la conciencia moral es lo que se


acepta corno justa autoridad en la dirección de la conducta.

157
Si la conciencia establece en un individuo una guía completa que comprende toda
la conducta, o casi toda, constituye, evidentemente, una fuerza unificadora.

La aceptación de la responsabilidad es un ideal existencialista de madurez, pero


el deber y la responsabilidad son el factor de cohesión en muchas personas que
no tienen una filosofía articulada.

En el capítulo VI se ha trazado la evolución de la conciencia moral. Hay en esta


evolución diversas fases.

Los seres humanos están construidos de tal modo que no solamente sienten
gusto o aversión por determinadas cosas, sino que este gusto o esta aversión los
sienten respecto a sí mismos por gustarles o disgustarlos ciertas cosas o por
realizar ciertos actos.

Esta conciencia es una posesión universal del hombre, excepto en ciertos


individuos llamados psicópatas, que tienen el sentido moral obtuso. Sin embargo,
hay una enorme diferencia entre la conciencia errática del niño pequeño o el
hombre tribal y la conciencia genérica de la madurez.

Una persona madura tiene una imagen de sí misma relativamente clara en virtud
de la cual puede imaginar lo que le gustaría ser y lo que debería hacer en cuanto
a su calidad de individuo único, no meramente como miembro de una tribu o como
hijo de sus padres.

Se dice a sí misma: «Tengo el deber de procurar en todo lo posible ser la clase de


persona que soy parcialmente y que espero ser totalmente

Este tipo de conciencia moral no es el «estoy obligado a hacer del niño, hay en la
conciencia moral madura menos preocupación por las reglas específicas y por los
mandatos.

El individuo con esta conciencia no se siente abrumado por los pequeños deslices
y las faltas que pueda haber cometido.

No confunde las costumbres culturales con la personalidad moral básica, aunque,


como es natural, acepta del medio cultura] ciertos modelos que parecen
concordar con su ideal de sí mismo.

158
La conciencia moral puede tener una tonalidad religiosa y puede no tenerla. La
tendrá ciertamente si el individuo es religioso en un sentido u otro.

Los sentimientos religiosos militados de carácter extrínseco, se acompañarán de


una conciencia moral inconstante y fragmentaria, fácilmente aplacada con
excusas o tal vez con obsesiones neuróticas por fragmentos específicos de
culpabilidad.

En cambio, el sentimiento religioso intrínseco y maduro se acompaña de una


conciencia genérica caracterizada por una completa orientación.

Presenta considerable interés el dato de que muchas personas afirman que su


deseo de servir a la sociedad es un incentivo genérico de mayor importancia para
ellas que la realización de un destino religioso.

Podemos concluir, por consiguiente, que un sentido integrado de obligación moral


proporciona una filosofía unificadora de la vida, esté o no esté unido a un
sentimiento religioso igualmente desarrollado.

159
PSICOTERAPIA.

Cuando un individuo está descontento de su personalidad, puede buscar la ayuda


de consejos, de psicoterapia o de psicoanálisis. ¿Qué objetivos se proponen estos
tratamientos? Hasta cierto punto, cada terapeuta elige su objetivo.

Horney destaca la importancia de la seguridad y la liberación de la ansiedad;


Fromm, la superación de la alienación respecto al mundo y el aumento de la
productividad, Frankl se propone intensificar la significación y la responsabilidad
en la vida del paciente; Erikson quiere reedificar los fundamentos de la identidad
del paciente. Sin entrar en el examen de los diversos puntos de vista individuales,
creemos poder afirmar que la mayoría de los terapeutas se proponen tres
objetivos: 1) suprimir síntomas inconvenientes-, 2) adaptar la persona a la
sociedad en que vive; 3) fortalecer su experiencia de bienestar.

El primer objetivo es evidentemente insuficiente, aunque deseable. Al librarse de


los síntomas, el individuo no es fundamentalmente diferente de como era antes
del tratamiento.

Por otra parte, es dudoso que puedan eliminarse los síntomas sin realizarse los
otros dos objetivos. En cuanto al segundo objetivo, parece un dudoso beneficio.
La sociedad está enferma. ¿Por qué debe estar una persona conforme con sus
injusticias, hipocresías y luchas?

¿Y a qué sociedad debe adaptarse el paciente? ¿A su clase social, teniendo de


este modo horizontes limitados y privándose de aspiraciones? ¿A su nación, sin la
visión de la humanidad como un todo?

Es dudoso que podamos aceptar la sociedad (cualquier sociedad) corno modelo


adecuado para una personalidad sana. Una sociedad de cazadores de cabezas
requiere de sus componentes que estén bien adaptados a la caza de cabezas,
pero ¿deberemos considerar inmaturos a todos los miembros de tal sociedad que
no acepten como bueno el sistema?.

La sensación de bienestar es un criterio engañoso. Nadie pretenderá que deba


buscarse la sensación contraria, pero la felicidad y las experiencias culminantes»
dan solamente una aparente sensación de madurez. Por otra parte, el bienestar
únicamente puede experimentarse por contraste con el sufrimiento.

160
Por consiguiente, debe haber en la madurez una cierta proporción de sufrimiento,
pero no tanto que no pueda ser superado.

Aunque adoptamos una actitud crítica frente a estos objetivos terapéuticos


corrientes, reconocemos que todos ellos son valiosos si se complementan con
alguna concepción más plena del destino humano.

En concordancia con la psicótica de este capítulo, afirmamos que el ser humano


plenamente elaborado busca en la madurez alguna forma de crecimiento y
desarrollo continuo.

Sugerimos que los objetivos de la psicoterapia deberían establecerse en este


sentido y que los seis criterios de madurez antes descritos se deberían aceptar
como objetivos por todos los consejeros, padres y terapeutas que quieran ayudar
a otras personas en el camino de la vida.

Deseamos añadir una importante observación. ¿Es la madurez el único valor


definitivo para la personalidad?. Todos sabemos de personas inmaturas altamente
creadoras, heroicas en ciertos aspectos, poseedoras de otros estimables
atributos.

Especialmente el valor de la creatividad existe en muchas vidas que en otros


aspectos son desviadas, retrasadas y hasta neuróticas y psicóticas en algunos
casos.

El mundo necesita creatividad. Es preciso reconocerlo y admitir que hay en la vida


muchas cosas buenas, además de la solidez y la madurez de la personalidad.

No obstante, mantenemos la opinión de que el desarrollo de la personalidad


tendente a alcanzar el más alto nivel posible de madurez es un objetivo
generalmente deseable.

Siempre nos quedaremos cortos en este camino, pero si seguimos esta dirección
persistirán muchos valores sanos.

161
ENVEJECIMIENTO

Anteriormente se ha señalado que el proceso de] envejecimiento no es


necesariamente lo mismo que la maduración de la personalidad. Pero la vejez es
una fase normal en la vida y merece un estudio especial en el campo de la teoría
de la personalidad.

El gran aumento de interés por este tema que se ha producido en estos últimos
años se debe al hecho de que desde 1900 hasta ahora el promedio de duración
de la vida ha pasado de unos cuarenta años a unos setenta. En el futuro, serán
cada vez más numerosas las « personalidades» que se hallarán en edad
avanzada.

El problema de la actitud de la sociedad para con los ancianos es particularmente


agudo porque las familias extensas», no limitadas a un matrimonio e hijos
menores, son cosas del pasado. Actualmente, son pocos los padres que viven
con sus hijos casados y los abuelos que están en el mismo hogar que sus nietos.

La salud de los ancianos, su bienestar económico, su aislamiento y su utilidad


para la sociedad son cuestiones palpitantes.

Recientes estudios nos muestran que la mayor parte de los ancianos distan
mucho de ser incapaces de realizar trabajos útiles. Aunque estén retirados de la
vida activa y se encuentren obligados a vivir en su aislamiento virtual, poseen a
menudo todavía grandes aptitudes y una fuerte dirección a objetivos.

Es cierto que el vigor filosófico declina después de los treinta años y de los
cuarenta; también disminuye la agudeza sensorial y la habilidad en la realización
de los “tests de inteligencia”. Pero la capacidad de comprensión, de razonamiento
y de juicio no disminuye de modo mensurable. Por el contrario, puede mejorar
gracias a la mayor experiencia de que dispone el sujeto.

Las investigaciones muestran que el rendimiento de las personas ancianas en la


industria es sorprendentemente bueno. Se observa en ellas pocos accidentes y
menos faltas de asistencia al trabajo (por enfermedad u otros motivos); la
cantidad de trabajo realizado es igual a la de los obreros jóvenes. Los obreros de
más edad tienden a ser más estables y leales cuando no están sometidos a una

162
estrecha supervisión Pero son menos eficientes en las tareas que requieren una
acción continua y rápida.

Es muy ilustrativo el estudio de los accidentes de automóvil con relación a la edad


de los conductores. Aunque los jóvenes de menos de veinticinco años tienen
puntuaciones constantemente más elevadas en los tests de coordinación motora y
de habilidad, la proporción de accidentes es en ellos mucho más elevada que en
los conductores de más de sesenta años.

Las compañías de seguros tienen en cuenta este hecho y fijan primas más altas
para los conductores más jóvenes. Se comprueba que las personas de edad
compensan sobradamente lo que han perdido en habilidad motora con su mayor
precaución y juicio.

Pero es relativamente superficial estudiar el envejecimiento únicamente en


términos de capacidad y de actitud y de problemas más corrientes. El anciano ha
desarrollado durante toda su vida una personalidad única, por lo que ninguna
persona de edad puede considerarse adscrita a un tipo determinado.

La unicidad persiste hasta la tumba. La lección más importante que se desprende


de los muchos estudios psicológicos sobre el envejecimiento es la de que las
personas retiradas del trabajo no son muy diferentes de lo que eran antes. No se
ha acabado lo que pueden pedir a la vida.

La tragedia consiste en privados de la oportunidad de buscar un mayor desarrollo.


Lo que pierde la sociedad sofocando la actividad y el desarrollo durante los
últimos decenios de la vida es incalculable.

163
RESUMEN

Los Psicólogos no Pueden decirnos el significado de los términos Cordialidad,


salud y madurez (de la personalidad). Pero toda persona con sentido práctico,
incluyendo a los psicólogos y los psicoterapeutas reconoce esta cualidad.
Examinando la extensa literatura sobre este tema, hallamos gran concordancia
entre los diversos autores, por lo menos en lo que concierne a las concepciones
de la cultura occidental.

Hallamos especialmente seis criterios que resumen el área de acuerdo. La


personalidad madura: 1) tiene una amplia extensión del sentido de sí mismo, 2) es
capaz de establecer relaciones - emocionales con otras personas, en la esfera
íntima y en la esfera no íntima: 3) posee seguridad emocional fundamental y se
acepta a sí misma, 4) percibe, piensa y actúa con penetración y de acuerdo con la
realidad exterior; 5) es capaz de verse objetivamente a sí misma (de conocerse a
sí misma) y posee el sentido del humor; 6) vive en armonía con una filosofía
unificadora de la vida.

Los objetivos de la psicoterapia y de los consejos se formulan en ocasiones de


una manera que no reconoce todos estos criterios de madurez. Análogo error
encontramos en el modo de tratar a las personas de edad.

Sería más propio de una sana ética y una sana psicología estimular el desarrollo
de las potencialidades humanas en las seis direcciones mencionadas desde la
infancia hasta el fin de la vida.

164
ESTAR SANO EN LUGARES PARA INSANOS

Por D. L Rosenhan

Si la cordura y la locura existen, ¿cómo podemos diferenciarlas?

La pregunta no es ni caprichosa ni una locura en si misma. Por mucho que


estemos convencidos que podemos discernir lo normal de lo anormal la evidencia
simplemente no basta. Es corriente, por ejemplo, leer sobre juicios criminales
donde eminentes siquiatras de la Defensa son impugnados por siquiatras
igualmente de la acusación, acerca del estado mental del defendido.

A mayor abundamiento, hay una cantidad de información conflictiva sobre la


habilidad, utilidad y significado de términos tales como “cordura", "locura”,
“enfermedad mental" y "esquizofrenia".

Ya en 1914 Benedict sugería que la normalidad y, anormalidad no son


universales. Lo que es considerado como enteramente anormal en otra. Así,
nociones de normalidad y anormalidad pueden no ser tan exactas corno la gente
parece creerlo.

Suscitar debates concernientes a la normalidad y anormalidad no es de ninguna


manera cuestionar el hecho de que algunas conductas son desviadas o extrañas.
El crimen es extravío.

También lo son las alucinaciones. Tampoco suscitando tales debates se niega la


angustia personal, a menudo asociada con la “enfermedad mental”. La ansiedad y
depresión existen.

El sufrimiento psicológico existe. Pero el diagnóstico que surge de la normalidad y


anormalidad, cordura o locura, puede ser menos real de lo que muchos creen que
es.

En el fondo, la pregunta si el sano puede distinguirse del insano (y si los grados


de locura pueden ser distintos unos de otros) es sencillamente esto: las
características sobresalientes que llevan a un diagnóstico ¿residen en los propios
pacientes o en el medio ambiente y contexto en el cual el observador los
encuentra?

Desde Bleuler a través de Kretchmer, y de los expositores de la revista


165
"Diagnostie Bond Statistical Manual", de la Asociación Americana de Siquiatría,
recientemente revisada, se ha acentuado la creencia de que los pacientes
presentan síntomas y que estos síntomas pueden ser clasificados, e
Implícitamente están diciendo que los sanos son diferenciables de los insanos.
Mas recientemente, sin embargo, esta creencia ha sido puesta en duda.

Basándose en parte en consideraciones teóricas y antropológicas, pero también


filosóficas, legales y terapéuticas, se ha reforzado la opinión de que la
clasificación sicológica de la enfermedad mental, en el mejor de los casos, es
inútil y, claramente dañina y, en el peor, perjudicial, descarriada y, de efectos
negativos.

Desde este punto de vista, el diagnóstico psiquiátrico que los observadores


tienen in mente, no es resumen válido de las características expuestas por el
observador.

Ventajas pueden obtenerse determinando cuál de éstos es más exacto,


induciendo a personas normales (esto es gente que no tiene y que nunca ha
tenido síntomas de un serio desorden psiquiátrico) a que sean percibidos en
hospitales psiquiátricos, y entonces, determinar si fueron descubiertos como seres
sanos, y en tal caso, como se llegó a esa conclusión.

Si la cordura de estos pseudopacientes fuese descubierta, habría evidencia a


primera vista de que un individuo sano puede ser reconocido aun en el contexto
insano, en el cual es encontrado.

La normalidad (y presumiblemente la anormalidad) es suficientemente diferente


como para que pueda ser reconocida donde quiera que ocurra, porque es llevada
dentro de la persona.

Si, por otro lado, la cordura de los pseudopacientes nunca fuese descubierta, se
producirían serias dificultades para aquellos que sustentan modalidades
tradicionales de diagnósticos psiquiátricos.

Dado que el personal del hospital no era incompetente, que el pseudopaciente se


había comportado tal sanamente como lo había echo fuera del habitar, y que
nunca le había sido sugerido previamente que él residiría en un hospital
psiquiátrico, un resultado tan inesperado sustentaría la opinión de que el

166
diagnóstico psiquiátrico revela muy poco sobre el paciente, pero mucho sobre el
medio ambiente en el cual el observador lo encuentra.

Este artículo describe dicho experimento.

Ocho personas sanas lograron admisión secreta en doce hospitales diferentes.


Las experiencias de su diagnóstico constituyen la primera parte de este artículo, el
resto está dedicado a la descripción de sus experiencias en instituciones
psiquiátricas.

Muy pocos siquiatras y sabrosos, aun aquellos que han trabajado en tales
hospitales, conocen lo que es esta experiencia.

Ellos rara vez lo conversan con sus antiguos pacientes, quizás porque desconfían
de la información proveniente de los previamente insanos.

Los que han trabajado en hospitales psiquiátricos parecen haberse entregado tan
enteramente a su medio, que están insensibles al impacto de tal experiencia.

Si bien hubo informes ocasionales de investigadores que se sometieron a


hospitalización siquiátrica, estos investigadores generalmente permanecían poco
tiempo en los hospitales; a menudo con el conocimiento del personal.

Es difícil saber hasta qué punto fueron tratados como pacientes o como colegas
investigadores.

No obstante, sus informes sobre el funcionamiento interno del hospital psiquiátrico


han sido valiosas. Este artículo amplía esos esfuerzos.

167
PSEUDOPACIENTES Y SU ÁMBITO

Los ocho seudo-pacientes formaban un grupo muy heterogéneo. Uno, era un


estudiante graduado en sicología, de veinte años, Los siete restantes eran
mayores y profesionalmente establecidos.

Entre ellos había tres sicólogos, un pediatra un siquiatra. un pintor y una dueña de
casa. Tres eran mujeres, cinco hombres, Todas ellos usaron seudónimos, para
que más tarde su presuntas diagnóstico no los perjudicara.

Aquellos cuyas profesiones se relacionaban con la salud mental, declararon otra


ocupación para evitar de parte del personal médico atenciones especiales, tales
como cortesía y precaución hacia sus colegas enfermos.

Exceptuado yo mismo (fui el primer seudopaciente y mi presencia fue conocida


solamente por el administrador del hospital y el jefe de sicología, según lo que yo
sé, solamente ellos), la presencia de los seudopacientes y la naturaleza de la
investigación no fue dada a conocer al personal del hospital. El ámbito fue
igualmente diferenciado.

Se buscó la posibilidad de ingresar a diversos hospitales con el fin de generalizar


la hipótesis. Los doce hospitales de la muestra estaban ubicados en cinco
Estados de la costa este y oeste. Algunos eran viejos y, ruinosos, algunos
bastante nuevos.

Algunos estaban orientados a la investigación, otros no. Algunos con buena


proporción personal-paciente, otros de escaso personal. Sólo uno ira un hospital
estrictamente privado.

Todos los otros eran mantenidos por el Estado, o con fondos federales, y en una
ocasión con fondos universitarios. Después de pedir una cita al hospital, el
pseudopaciente llegaba a la oficina de admisión, quejándose de que había estado
oliendo voces. Interrogado sobre qué decían las voces, él contestaba que a
menudo eran confusas, pero hasta donde podía afirmar, decían “vacío”, “hueco”y
“golpe”.

Las voces no eran familiares y eran del mismo sexo que el pseudopaciente. La
elección de estos síntomas se debió a su aparente similitud con síntomas
existenciales. Tales síntomas son supuestamente originados por el estado
168
aflictivo, producto de una vida sin sentido. Es como sí la persona alucinada
estuviera diciendo: “Mi vida es vacía y hueca”. La elección de estos síntomas fue
además escogida. debido a su ausencia total en la literatura de psicosis
existenciales. Fuera de los supuestos síntomas y de la falsificación de nombre,
profesión y empleo, no hubo mayores cambios en la persona, en su historia o en
sus circunstancias.

Los acontecimientos más significativos del historial del seudopaciente fueron


expuestos como en realidad ocurrieron. Las relaciones con padres y hermanos,
con esposa e hijos, con compañeros de trabajo o colegio, con las solas
excepciones antes mencionadas fueron descritas como eran o como habían sido.
Frustraciones y trastornas fueron descritos junto con alegrías y satisfacciones.

Es importante recordar estos hechos. Si algo hicieron, fue influir fuertemente en


los resultados siguientes para ayudar a descubrir la cordura, ya que ni sus
historias, ni sus actuales conductas, eran, en alguna forma patológicas.

Una vez ingresado en el pabellón de psiquiatría, el pseudopaciente cesó de


simular cualquier síntoma de anormalidad. En algunos casos, hubo un breve
período de nerviosismo ansiedad moderados, ya que ninguno de los
pseudopacientes creyó realmente que sería admitido con facilidad.

En realidad, compartían el temor de ser denunciados de inmediato como un


fraude y pasar un mal rato. Además, muchos de ellos jamás habían visitado un
pabellón de psiquiatría y aun los que lo habían hecho, temieron lo que les pudiera
suceder.

Su nerviosismo era, entonces, bastante apropiado a la novedad del ambiente


hospitalario disminuyó rápidamente. Aparte del corto período de nerviosismo, el
pseudopaciente se comportó en el pabellón como normalmente se comportaba.

El pseudopaciente conversó con los pacientes y con el personal, como lo hacía


ordinariamente. Debido que hay poco que hacer en un pabellón de psiquiatría,
intentó conversar con otras personas. Al ser interrogado por el personal acerca de
cómo se sentía, señaló que estaba bien, que ya no experimentaba síntomas.

El respondía a las instrucciones de los ayudantes, recibía los medicamentos (los


cuales no se tragaba) Y las instrucciones sobre su alimentación. Además de estas

169
actividades que se las proporcionaba el departamento de admisión, ocupaba su
tiempo anotando lo que observaba en el pabellón; sus pacientes y el personal.

En un comienzo, estas notas fueron escritas “secretamente", pero como luego


fue evidente que a nadie le importaba, las siguientes fueron escritas en block de
papel corriente y en lugares tan públicos como la sala de estar.

Ningún secreto se hizo acerca de estas actividades. El pseudopaciente igual que


un verdadero paciente de psiquiatría entró al hospital, sin tener previo
conocimiento de cuándo saldría. A cada uno se le dijo que debería salir por sus
propios recursos, esencialmente por convencimiento del personal de que estaba
sano.

La tensión sicológica asociada a la hospitalización fue muy grande, y todos,


menos uno de los pseudopacientes, quisieron salir casi inmediatamente después
de ser admitidos. Ellos fueron motivados, por lo tanto, no solamente para actuar
sanamente, sino también para ser modelos de cooperación.

Los informes de enfermería que se obtuvieron sobre la mayoría de los pacientes


confirman que su comportamiento no fue destructivo. Estos informes indican que
los pacientes eran amigables "cooperadores" y no mostraron “indicios anormales”.

170
NORMALES NO DETECTADOS COMO SANOS

A pesar de su notorio "Show'' de cordura, los pseudopacientes jamás, fueron


detectados como tales. diagnóstico de esquizofrenia, todos salieron con un
diagnóstico de “esquizofrenia" en remisión.

El rótulo "en remisión" no-puede de ninguna manera ser descartado como una
formalidad ya que en ningún momento durante la hospitalización, se hizo cuestión
de la simulación de los pseudopacientes

Los informes hospitalarios tampoco indicaron que el estado de los


pseudopacientes era sospechoso. Más bien, hay una sólida evidencia que una
vez marcado como esquizofrénico, el pseudopaciente quedó clasificado como tal.
Si el pseudopaciente tenía que ser dado de alta, naturalmente tenía que estar “en
remisión “, pero para la institución no estaba sano y jamás lo había estado.

El fracaso uniforme para reconocer la cordura no puede ser atribuido a la calidad


de los hospitales, ya que aún habiendo gran diferencia entre ellos, varios son
considerados excelentes.

Tampoco se puede sostener que simplemente no hubo tiempo suficiente para


observar a los pseudopacientes. La duración de hospitalización varió entre 7 y 52
días, con un promedio de 19 días.

Los pseudopacientes, de hecho, no fueron observados cuidadosamente, pero


este fracaso habla claramente más sobre la tradición dentro de los hospitales
psiquiátricos que sobre la falta de oportunidad.

Finalmente, no se .puede decir que el fracaso para reconocer la cordura de los


pseudopacientes se debió al hecho de que ellos no estaban actuando
normalmente.

Mientras era claro que todos ellos estaban sufriendo alguna tensión, sus visitas
diarias no detectaron consecuencias serias en su conducta, y, ciertamente,
tampoco los otros pacientes.

Fue bastante corriente que los demás pacientes detectaran la cordura de los
pseudopacientes. Durante las tres primeras hospitalizaciones, cuando se llevaron
cuentas exactas, 35 de un total de 118 pacientes en el departamento de admisión
expresaron sus sospechas, algunos enérgicamente.
171
Ustedes no están locos Ud. es un periodista o un profesor" aludiendo a sus
continuos apuntes). “Ustedes están investigando el Hospital”. Mientras la mayoría
de los pacientes fueron tranquilizados por los pseudopacientes, insistiendo en que
habían estado enfermos y que ahora estaban bien, algunos continuaron creyendo
que el pseudopaciente había mejorado durante su hospitalización.

El hecho de que los pacientes frecuentemente reconocieran la normalidad,


mientras el personal del servicio no lo hacía, plantea: importantes interrogantes.

El fracaso para detectar la cordura durante la hospitalización puede deberse al


hecho de que los médicos actúan con un fuerte prejuicio hacia lo que las
estadísticas llaman error tipo 2.

Esto es, que los médicos se inclinan más a llamar enferma a una persona sana
(una falsa positiva tipo 2) que sana a una enferma (una negativa falsa tipo 1). Las
razones para esto no son difíciles de encontrar; es francamente más peligroso
diagnosticar mal la enfermedad que la salud.

Es preferible errar por precaución, que sospechar enfermedad aun entre los
sanos.

Pero lo que se aplica en medicina no es igualmente aplicable en psiquiatría.

La enfermedad médica, aunque desafortunada, no es generalmente peyorativa. El


diagnóstico psiguiátrico, al contrario lleva en sí estigma persona, legal y social.
Era, por lo tanto importante ver si la tendencia -para diagnosticar insano al sano-
podría ser invertida.

El experimento siguiente fue preparado por un hospital de investigación y


docencia, cuyo personal había escuchado acerca de estos experimentos, pero
dudaba que tal error pudiera ocurrir en su propio hospital.

El personal fue informado que en algún momento duran te los próximos 3


meses, uno o más pseudopacientes intentarían ser admitidos al hospital
siquiátricas.

A cada miembro del personal se le pidió clasificar a cada paciente que se


presentara en la recepción o en el pabellón, conforme a la probabilidad de que el
paciente fuera un pseudopaciente.

172
Se usó una escala de 10 puntos, en la que 1 y 2 indicarían alta probabilidad de
que el paciente fuera un pseudopaciente.

Se obtuvieron juicios sobre 193 pacientes admitidos para tratamientos


psiquiátrico.

A todo el personal que había tenido contacto con el paciente (ayudante,


enfermeras, psiquiatras, médicos y sicólogos) se le requirió formular un juicio. 41
pacientes fueron declarados, con absoluta seguridad, pseudopacientes, por lo
menos por un miembro del personal; 23 fueron considerados sospechosos, por lo
menos por un siquiatra; 19 fueron sospechosos para un siquiatra y otro miembro
del personal.

En realidad ningún pseudopaciente genuino (por lo menos en mi grupo) se


presentó durante ese período.

El experimento es instructivo. Indica que la tendencia de considerar enfermas a


personas sanas puede ser modificada cuando lo que está en juego (en este caso
el prestigio o perspicacia en el diagnóstico) es alta.

Pero, ¿qué se puede decir de las 19 personas de las cuales se sospechó estaban
"sanas", opinión de un psiquiatra y, otro miembro del personal?

Estaban estas personas realmente “sanas” o resultó más bien que, por tratar de
evitar el error tipo 2, el personal tendió a cometer más errores del primer tipo,
llamando “sano”al loco?

No hay manera saberlo, pero una cosa es cierta: cualquier método de diagnóstico
que se presta a errores masivos de esta clase, no puede ser digno de confianza.

173
LO PEGAJOSO EN LOS RÓTULOS PSICODIAGNÓSTICOS

Más allá de la tendencia de llamar enfermos a los sanos -tendencia que se


relaciona más con el diagnóstico de comportamiento en el momento de admisión,
que con dicho comportamiento después de un largo período de observación, la
información señala un rol masivo que consiste en poner rótulos o etiquetas a la
evaluación siquiátrica. Una vez rotulado como esquizofrénico, no hay nada que el
pseudopaciente pueda hacer para sobreponerse a la marca.

El rótulo tiñe intensamente la percepción que los otros tiene de él y de su


conducta.

En cierto sentido estos datos no son sorprendentes, porque, es sabido que los
elementos tienen significado según el contexto en el cual se encuentren.

La Psicología Guestáltica apoya vigorosamente este punto y Asch demostró que


hay rasgos de personalidad centrales (tales como “cálido" o “frío") que son tan
poderosos que determinan el sentido de otra información en el momento de
formar una idea de una persona determinada. "Insano”, “esquizofrénico”,
“maníaco-depresivo” y “loco” están probablemente entre los más poderosos de
estos rasgos centrales.

Una vez que una persona es designada anormal, todas sus demás conductas o
características son desfiguradas por este rótulo. En verdad el rótulo es tan
poderoso que muchas conductas normales de los pseudopacientes, fueron
descuidadas o profundamente mal interpretadas.

Algunos ejemplos pueden aclarar este asunto.

Anteriormente indiqué que no hubo cambios en la historia personal del


pseudopaciente, ni en su status general, más allá de su Demore, empleo, y si es
necesario, profesión.

De otro modo, una descripción verídica de su historia personal y circunstancias


fue presentada. Aquellas circunstancias no eran sic6ticas. ¿Cómo se hicieron
coincidir con el diagnóstico de psicosis?

¿0 se modificaron acaso los diagnósticos de tal manera que se hirieron coincidir


con las circunstancias de la vida del pseudopaciente, tal como fueron descritas
por él?
174
Hasta donde yo lo puedo señalar, los diagnósticos no fueron de ninguna manera
alterados por la relativa normalidad en las circunstancias de la vida del
seudopaciente.

Más bien ocurrió a la inversa: la percepción de sus circunstancias fue moldeada


enteramente por el diagnóstico. Un claro ejemplo de este cambio se encontró en
el caso de un pseudopaciente que había estado muy unido a su madre, y
distanciado de su padre durante su primera infancia.

Durante su adolescencia y también después, su padre se convirtió en su gran


amigo, mientras su relación con su madre se enfriaba. La relación actual con su
mujer era unida y afectuosa. Fuera de algunos ocasionales cambios de palabras,
los roces eran mínimos.

A los niños se les castigó raras veces. Ciertamente, no hay nada especialmente
patológico en esta historia. En realidad, muchos lectores pueden ver, en sus
propias experiencias, un molde similar, sin ninguna consecuencia especialmente
perjudicial.

Observen, de todos modos, como tal historia fue cambiada en el contexto


psicopatológico y esto se obtuvo del resumen del caso, preparado después que el
paciente fue dado de alta:

Este hombre blanco, de 39 años, manifiesta una larga historia de ambivalencia


considerable en sus relaciones más íntimas que empieza a su temprana edad.
Una relación afectuosa con su madre, se enfría durante su adolescencia. Una
distante relación con su padre, es descrita como convirtiéndose en muy intensa.
La estabilidad afectiva no existe. Sus intentos para controlarse emocionalmente
con su mujer e hijos son puntualizadas por estallidos de cólera y castigos a los
niños. Mientras dice que tiene muchos amigos, uno capta considerable
ambivalencia también en esas relaciones.

Los hechos del caso fueron distorsionados por el personal, para lograr
compatibilidad con una teoría popular sobre la dinámica de una relación
esquizofrénica. Ninguna naturaleza ambivalente fue descrita en las relaciones con
padres, esposas o amigos. Hasta cierto punto, si la ambivalencia se hubiera
probado, seguramente no era mayor. que la que se encuentra en todas las
relaciones humanas.
175
Es cierto que la relación del pseudopaciente con sus padres .cambió con el
tiempo, pero difícilmente habría sido señalada en un contexto corriente, más bien
era de esperarlo.

Claramente, el sentido aplicado a su relato (esto es ambivalencia, inestabilidad


efectiva) fue determinado por el diagnóstico esquizofrenia, Un sentido
enteramente diferente habría sido aplicado si se hubiera sabido que el hombre era
"normal".

Todos los pseudopacientes hicieron sus apuntes en público. Bajo circunstancias


normales, tal conducta habría sido cuestionada por los observadores, como
sucedió en el hecho entre los pacientes.

En realidad, parecía tan evidente que los 'apuntes despertarían sospechas, que
se tomaron las precauciones necesarias para sacarlos del pabellón todos los días.
Pero las precauciones fueron innecesarias.

Lo más cercano a que llega un miembro del personal en cuestionar los apuntes,
ocurrió cuando un pseudopaciente preguntó a su médico qué clase de medicina
estaba recibiendo y empezó a escribir la respuesta. “Ud. no necesita escribirla” se
le dijo sensatamente. "Si tiene problemas para recordarla, sólo pregúnteme
nuevamente".

Si nada se preguntó a los pseudopacientes, cómo se interpretaron sus apuntes?


Los informes de enfermeras, sobre 3 pacientes, indican que al escribir fue
considerado como un aspecto de su conducta patológica. "La conducta del
paciente es dedicarse a escribir", era el comentario diario-de la enfermera, sobre
uno de los pseudopacientes, que nunca fue interrogado sobre sus apuntes.
Suponiendo que el paciente está en el hospital, tiene que estar sicológicamente
perturbado.

Y suponiendo que está perturbado, su continuo escribir tiene que ser una
manifestación e ese disturbio, acaso una dependencia a las conductas
compulsivas que algunas veces tienen correlación con la esquizofrenia.

Una característica tácita en el diagnóstico psiquiátrico es que sitúa las fuentes de


la aberración dentro del individuo y muy raramente dentro del conjunto de
estímulos que lo rodea. Por consiguiente, comportamientos que están estimulados

176
por el medio ambiente muchas veces son atribuidos equivocadamente a
enfermedad, del paciente. Por ejemplo una enfermera bondadosa encuentra a un
pseudopaciente .paseando por los pasillos del hospital. ¿Nervioso, Mr. X?,
pregunta ella. “No, Aburrido”-dice él.

Los apuntes tomados por los pseudopacientes están llenos de conductas de


pacientes que fueron mal interpretados por un personal bien intencionado. A
menudo un paciente se tornaría violento porque había sido, voluntaria o
involuntariamente, mal tratado por, digamos, un ayudante.

Una enfermera, encontrándose en alta escena, rara vez averiguaba, aunque fuera
de paso, acerca del estímulo ambiental en el comportamiento del paciente. Más
bien ella presumía que su trastorno provenía de su patología, y no de una acción
recíproca con otros miembros del personal.

Ocasionalmente el personal podría presumir que la familia del paciente (en


especial si habían sido visitados recientemente) u otros pacientes habían
estimulado el estallido pero el personal nunca estuvo dispuesto a suponer que
uno de ellos mismos o la estructura del hospital tuviera algo que ver con la actitud
del paciente.

Un psiquiatra señala un grupo de pacientes, que estaban sentados al lado de


afuera de la entrada a la cafetería, media hora antes del almuerzo. A un grupo de
jóvenes residentes les indica que esta actitud es característica de la naturaleza
adquisitiva7oral del síndrome. Parece que a él no se le ocurrió que, fuera de
comer, había muy pocas cosas por las cuales esperar en un hospital psiquiátrico.

Un rótulo psiguiátrico tiene vida e influencia propias. Una vez concebida la


impresión de que el paciente es esquizofrénico, la expectativa es que seguirá
siendo esquizofrénico. Cuando ha pasado un tiempo suficiente, durante el cual el
paciente no ha hecho nada raro, se le considera estar en remisión y capacitado
para salir.

Pero el rótulo perdura más allá de su salida, con la expectativa no confirmada de


que volverá a actuar, nuevamente como esquizofrénico.

177
Tales rótulos, otorgados por profesionales de salud mental, tienen tanta influencia
en los pacientes como en sus familiares amigos y a nadie le puede sorprender
que el diagnóstico actúe sobre todo ellos como una profecía autorrealizada.

Eventualmente, el propio paciente acepta el diagnóstico, con todos sus


significados y expectativas, y se comporta consecuentemente.

Las deducciones que pueden hacerse sobre estas materias son bastante
sensatas.

Tal como Zigler y Phillips han demostrado que hay muchos aspectos
sobrepuestos en los síntomas presentados por los pacientes que han sido
diagnosticados de un modo distinto, así también los hay sobrepuestos en el
comportamiento de los sanos e cosernos.

Los sanos no están sanos todo ... Perdemos la paciencia "sin razón”.
Ocasionalmente estamos deprimidos o angustiados nuevamente sin razón.

Podemos encontrar difícil convivir con una u otra persona, nuevamente sin razón
especifica. Igualmente, los locos no están siempre locos.

En realidad, la impresión de los pseudopacientes, mientras vivían con ellos, fue


que estaban sanos por largos períodos; que el extraño comportamiento sobre el
que sus diagnósticos supuestamente se basaba, constituía sólo una pequeña
fracción de su comportamiento total.

Si no tiene sentido autocalificarse como depresivos permanentes, sobre la base


de una depresión ocasional, entonces se necesita una mayor evidencia que con la
que contamos actualmente para calificar a los pacientes insanos o
esquizofrénicos sobre la base de comportamientos enterramos o percepciones.

Tal como lo ha señalado Mischel, parece ser más útil limitar nuestras discusiones
a comportamientos a los estímulos que los provocan y a sus consecuencias.

No se sabe por qué fuertes marcas como “loco” o “insano” surgen sobre rasgos
de personalidad. Cabe concebir que cuando no se conoce el origen de esta
conducta y el escrúpulo que la provoca o cuando el comportamiento pos llega
como algo inmutable, aparecen rótulos de los rasgos en relación al afectado.

178
Por otro lado, cuando el origen y los estímulos se conocen y están disponibles, la
discusión se limita al comportamiento en sí mismo.

De esta forma, Yo puedo alucinarme al estar dormido, o puedo alucinarme por


haber tomado una droga esencial.

Se les llama alucinación inducida en sueño y alucinación inducida por droga,


respectivamente. Pero cuando los estímulos de mi alucinación son desconocidos,
a esto se le llama locura o esquizofrenia como si esta deducción fuera tan
esclarecedora como las otras.

179
LA EXPERIENCIA DE HOSPITALIZACION PSIQUIÁTRICA

El término enfermedad mental es de origen reciente. Fue acuñado por gente


humana en sus inclinaciones y que deseaban realmente levantar la condición de
(y las simpatías del público hacía) los sicológicamente perturbados, aquella de
brujos y locos, a una más afín con la de los enfermos físicos.

En parte tuvieron éxito, porque el tratamiento de los enfermos mentales ha


mejorado considerablemente a través de los años. Pero, aunque el tratamiento ha
mejorado, es dudoso que la gente observe realmente al enfermo mental del
mismo modo que a un enfermo físico.

Uno se recupera de una pierna quebrada, pero la enfermedad mental


supuestamente, dura por siempre. Una pierna quebrada no es una amenaza para
el observador, pero ¿un loco esquizofrénico? Hay mucha evidencia, actualmente,
que las actitudes hacia un enfermo mental son de miedo, hostilidad, aislamiento,
sospecha y terror.

Los enfermos mentales son la lepra de la sociedad. No es sorprendente,


solamente molesto, que tales actitudes se transmitan a la población en general.
Pero que éstas afecten a los profesionales, ayudantes, enfermeras, médicos y
trabajadores sociales, que tratan y se ocupan de los enfermos mentales, es
desconcertante, porque tales actitudes son evidentemente perniciosas y porque
son inconscientes.

La mayoría de los profesionales en salud mental insisten en que ellos son


comprensivos con los enfermos mentales, que no los evitan, ni los hostilizan. Pero
es más posible que una ambivalencia muy sutil sea la característica en sus
relaciones con pacientes psiquiátricos, ya que los impulsos que reconocen son
sólo una parte de su actitud global.

Hay también actitudes negativas y pueden ser fácilmente detectadas. Tales


actitudes no deberían sorprendernos. Son la herencia natural de los rótulos que
los pacientes llevan y los lugares en los cuales se encuentran.

Consideren la estructura del típico hospital psiquiátrico. Personal y pacientes,


están estrictamente separados El personal tiene su propio espacio para vivir,
incluyendo su propio comedor, baños y salas de reunión. En cada sala de estar

180
hay pequeñas oficinas de vidrio, que ocupa el personal profesional y que los
seudopacientes llaman “la jaula”. La función primaria del personal tiene como
propósito el cuidado de los pacientes dar medicinas dirigir una terapia o reunión
Unión de grupo, instruir o reprender a los pacientes. Fuera de esto, el personal se
mantiene separado, casi como si la enfermedad que aflige a sus pacientes fuera
en alguna forma contagiosa.

La segregación paciente-personal es una regla tan importantes que, en cuatro


hospitales públicos donde se trató de medir el grado en que el personal y los
pacientes se mezclaban, fue necesario usar tiempo fuera de la jaula corno medida
operacional. Aunque no todo el tiempo transcurrido fuera de la jaula sé compartía
con los pacientes (los ayudantes, por ejemplo, salían ocasionalmente a mirar
televisión en la sala) fue la única forma de reunir información verdadera sobre el
tiempo compartido con los pacientes.

El promedio del tiempo que los ayudantes permanecían fuera de la jaula era de
11,3 por ciento (variando de 3 a 52 por ciento). Esta cifra no representa sólo el
tiempo pasado junto a los pacientes; sino incluye también tareas domésticas tales
como planchado de ropa, vigilancia a los pacientes mientras se afeitan, control de
la limpieza -del departamento y actividades diversas fuera del departamentos
Eran relativamente pocos los ayudantes que pasaban el tiempo conversando con
los pacientes o jugando con ellos.

Con las enfermeras no se pudo comprobar un porcentaje del tiempo compartido",


ya que el tiempo transcurrido fuera de la jaula era muy breve. Más bien,
comprobamos 'salidas momentáneas fuera de la jaula.

El promedio de salidas de la jaula de las enfermeras durante el día era de 11,5


veces por turno, incluyendo las ocasiones cuando abandonaban-el pabellón
(variando de 4 a 39 veces).

Menos disponibles aún eran las enfermeras de las últimas horas de la tarde Y de
la noche, apareciendo en un promedio de 9,4 veces por turno (variando de 4 a 41
veces). La información sobre las enfermeras de madrugada, que llegaban
generalmente después de medianoche y salían a las 8 A. M., indica que no están
disponibles, porque los pacientes estaban dormidos durante casi todo ese
período.
181
Los médicos, especialmente siquiatras estaban menos disponibles. Se les veía
muy raramente en los departamentos. Generalmente eran vistos a su llegada o a
la salida el resto del tiempo lo pasaban en sus oficinas o en la jaula. Los médicos
aparecían en el pabellón. en un promedio de 6,7 veces por día (variando de 1 a
17 veces).

Fue difícil hacer un cálculo aproximado, en este aspecto, ya que los médicos
mantenían un horario que les permitía ir y venir en cualquier momento. La
organización jerárquica del hospital siquiatra o ya fue discutida, pero debido al
significado latente de esta clase de organización, debe ser señalada nuevamente.

Aquellos con el mayor poder tienen menos relación con los pacientes, y aquellos
con el menor poder son los más comprometidos con ellos.

Hay, que recordar, sin embargo que el conocimiento de las conductas apropiadas
sucede principalmente a través de la observación de otros, siendo los más
poderosos los que tienen mayor influencia.

Por consiguiente, es comprensible que los ayudantes pasen más tiempo con los
pacientes que cualquier otro miembro del personal lo que se les exige por su
estado dentro de la jerarquía y, que, además, aprendan de la conducta de sus
superiores a pasar el menor tiempo posible con pacientes.

A los ayudantes se les ve principalmente en la jaula, que es donde se encuentran


los modelos, la acción y el poder.

Ahora paso a un conjunto de observaciones diferentes, que tienen relación con la


respuesta del personal al contacto con el nuevo paciente.

Es de público conocimiento que la cantidad de tiempo que una persona pasa con
Ud. es signo de la importancia que Ud. tiene para esa persona SÍ el inicia y,
mantiene contacto visual hay razones para creer que se interesa por sus
necesidades y peticiones.

Si se hace una pausa para hablar, o si realmente se detiene a conversar, hay


razón suficiente para pensar que lo está individualizando.

En cuatro hospitales, el pseudopaciente se acercó a un miembro del personal,


solicitando lo siguiente: 'Perdón, Señor (o Dr. o Sra.) X: ¿Podría decirme cuándo

182
seré elegible para privilegios de terreno? o -¿cuándo seré presentado a una
reunión de personal?- o -¿cuándo es probable que sea dado de alta?"

Mientras el contenido de la pregunta varía de acuerdo a la propiedad de su


objetivo y a las necesidades (aparentes) comunes del pseudopaciente, la forma
era siempre cortés y el requerimiento apropiado para una información. Se tomó la
precaución de acercarse a algún miembro del personal solamente una vez al día,
para que éste no sospechara ni se molestara. Al examinar estos informes, hay
que recordar que la conducta de los pseudopacientes no era extraña ni violenta.
Se podía ciertamente entablar una buena conversación con ellos.

La información de estos experimentos aparece en el cuadro, en forma separada.


los médicos (columna 1), enfermeras y ayudantes.

Diferencias menores entre estas cuatro instituciones fueron sobrepasadas por el


grado de evasión con que el personal recibió los continuos contactos iniciados por
los pacientes.

Holgadamente, su respuesta más común consistía o en una breve respuesta a


pregunta, a la pasada y con la cabeza desviada.

O simplemente ninguna respuesta.

El encuentro toma frecuentemente la siguiente caprichosa forma


(pseudopaciente): “Perdón, Dr. X. ¿Podría decirme cuándo elegido para
privilegios de terreno?”, (médico) "Buenos días, Dave-¿Cómo está Ud. hoy día?
Se va sin esperar una respuesta.

Es interesante comparar estos informes con los obtenidos recientemente en la


Universidad de Stanford.

Se ha sostenido que grandes y distinguidas universidades se han caracterizado


por tener un cuerpo de profesores tan ocupados que no tienen tiempo para los
estudiantes.

Para hacer esta comparación, una joven se acerca a miembros de la facultad,


quienes aparentemente se dirigen a alguna reunión o a algún compromiso
académico y les hace las siguientes seis preguntas:

183
1) Perdón podría guiarme al Encina Hall? (En la Escuela de Medicina) “¿Al
Centro de Investigaciones Científicas?”

2) “¿Sabe usted dónde queda el Fish Annex?" (No hay Fish Annex en
Stanford).

3) "¿Enseña usted aquí?"

4) “¿Dónde hay que dirigirse para ser admitido en el colegio?" (En la Escuela
de Medicina). “¿A la Escuela de Medicina?”

5) "¿Es difícil entrar?”

6) “¿Hay ayuda financiera?”

Sin excepción, se contestaron todas las preguntas. Por muy apurados que
estuviesen, todos los interlocutores no sólo mantuvieron contacto visual, sino que
además se detuvieron para hablar.

En verdad, muchos de los interrogados se desviaron de .su camino para dirigir o


llevar a la interesada a la oficina que ésta buscaba, tratando de localizar "Fish
Annex” o discutiendo con ella las posibilidades de ser admitida a la Universidad.

Una información similar, se obtuvo en el hospital, Aquí también la joven llegó


preparada con seis preguntas. Sin embargo, después de la primera pregunta ella
advirtió a 18 de sus interlocutores “Estoy, buscando un siquiatra", y, a otros 15.
“Estoy buscando un internista". Otros diez interlocutores no recibieron
comentarios.

El grado general de respuestas cooperadoras es considerablemente más alto, en


aquellos grupos universitarios, que lo que fue con los seudopacientes en los
hospitales psiquátricos.

Aún así, las diferencias son aparentes dentro de los distintos ambientes de la
Escuela de Medicina. Después de decir que buscaba un psiquiatra, el grado de
cooperación producido fue menor que cuando preguntaba por un internista.

184
IMPOTENCIA Y DESPERSONALIZACIÓN

El contacto visual y el contacto verbal reflejan interés e individualización; su


ausencia, evitación y, despersonalización. La formación que he presentado no se
ajusta a los encuentros diarios que eran muy provechosos, en relación a asuntos,
dé despersonalización y, evitación. Tengo registro de pacientes, que fueron
golpeados por el personal por el pecado de haber iniciado contacto verbal.
Durante mi propia experiencia, por ejemplo, un paciente fue golpeado en
presencia de otros pacientes, por haberse acercado a un ayudante Y decirle: Ud.
me gusta". Ocasionalmente, el castigo que se administraba a los pacientes por
mala conducta parecía tan exagerado que no podría justificarse ni en las
interpretaciones más radicales de los cánones psiquiátricos. No obstante,
parecían ser incuestionables. La ecuanimidad era escasa. Un paciente que no oyó
el llamado para su medicina fue violentamente reprendido y los ayudantes, en la
mañana, frecuentemente despertaban a los pacientes con un “vamos... Uds. M...
F... S . . . ¡Fuera de la camal".

Ni la información rigurosa o anecdótica puede reflejar el sentimiento tan agobiador


de impotencia que invade al individuo al estar constantemente expuesto a la
despersonalización de un hospital psiquiátrico. No importa cuál hospital
psiquiátrico en este aspecto, los excelentes hospitales públicos y los muy
refinados privados no eran mejores que los rurales y ruinosos, pero aún así los
rasgos que los hospitales psiquiátricos tenían en coman sobrepasaban por mucho
sus aparentes diferencias.

La impotencia era evidente en todas partes. El paciente está privado de muchos


de sus derechos legales, debido a su encierro psiquiátrico. Su credibilidad es
escasa, en virtud de su rótulo psiquiátrico. Su libertad de movimiento está
restringida. No puede iniciar contacto con el personal, puede solamente contestar
cuando es iniciado por ellos. La privacidad personal es mínima. Sus cuartos y,
pertenencias pueden ser revisados y examinados por cualquier miembro del
personal y por cualquier razón. Su historia personal y, su angustia están
disponibles para cualquier miembro del personal (a menudo incluyendo la Dama
de la Cruz Boja y su Ayudante e voluntaria) que deciden leer su hoja, sin
considerar la relación -terapéutica que exista entre ellos. Su higiene personal y su

185
eliminación están frecuentemente supervisadas. Los excusados pueden no tener
puertas. A veces la despersonalización alcanzaba tales proporciones que los
pseudopacientes tenían la sensación de ser invisible o, por lo menos, indignos de
ser tomados en cuenta. Al ser admitidos, a mí y a otro pseudopaciente nos
hicieron el examen físico inicial en una sala semipública, donde el personal
atendía sus propios-asuntos como si nosotros no estuviésemos allí.

En el pabellón, los ayudantes ocasionalmente abusaban de los pacientes física y


verbalmente en presencia de otros pacientes que observaban, algunos de los
cuales (los pseudopacientes) lo escribían todo. Por otro lado, la actitud abusiva
terminaba abruptamente cuando otros miembros del personal aparecían. El
personal es testigo de fiar; los pacientes no lo son. Una - enfermera se
desabrochó su uniforme para ajustar su sostén en presencia de todo un -Pabellón
de hombres que la miraban.

Ella no nos daba la sensación de procurar seducir. Más bien, no nos notaba. Un
grupo del personal puede hablar sobre el paciente, en la sala de estar, y discutir
sobre él animadamente como si no estuviera presente.

Un ejemplo esclarecedor de despersonalización e invisibilidad ocurrió en cuanto a


los medicamentos.

En pocas palabras, a los pseudopacientes se les administró cerca de 2.100


píldoras, incluyendo Flavil Stelazine, Campezine y Thorazine, sólo por nombrar
unos pocos (es digno de mencionar que tal variedad de medicinas se hayan
administrado a pacientes que presentaban síntomas idénticos).

Sólo se tragaron dos. El resto, las metían en el bolsillo o las depositaban en el


baño. No sólo los pseudopacientes hacían esto.

Aunque, no tengo informes precisos sobre cuantos pacientes rechazaban sus


medicinas, frecuentemente los pseudopacientes encontraron los remedios de
otros pacientes en el baño, antes de depositar ellos los suyos.

Mientras ellos cooperaran en ésta y otras importantes materias, su actuación y la


de los pseudopacientes pasó totalmente desapercibida.

Entre los pseudopacientes, las reacciones ante tal despersonalización fueron


intensas. Aunque habían ido al hospital como observadores partícipes y estaban
186
enteramente conscientes que ellos "no pertenecían", se encontraron, sin
embargo, atrapados y luchando contra el proceso de despersonalización. Algunos
ejemplos: Un estudiante graduado en sicología pidió a su mujer le trajera sus
textos de estudio al hospital, para ponerse al día en su trabajo esto a pesar de las
precauciones tornadas para disimular su asociación profesional.

El mismo estudiante, que durante un tiempo fue adiestrado para entrar al hospital
y que había esperado la experiencia, "recordó" unas carreras de competencia de
aceleración. que quería ver durante el fin de semana, e insistió en ser dado de
alta para ese tiempo.

Otro pseudopaciente intentó tener un romance con una enfermera.


Posteriormente, informó al personal que estaba postulando a la admisión en una
escuela paga graduados en psicología y tenía muchas posibilidades de ser
admitido, ya que un profesor graduado lo visitaba regularmente en el hospital.

La misma persona empezó a ocuparse de la psicoterapia con otros pacientes.


Todo esto como una manera de hacerse persona dentro de un ambiente
impersonal.

187
LAS FUENTES DE DESPERSONALIZACIÓN

¿Cuáles son los orígenes de la despersonalización? Ya he mencionado dos.


Primero están las actitudes que nosotros tenemos hacia los enfermos mentales -
incluyendo a aquellos que los tratan- actitudes caracterizadas por el miedo, la
desconfianza y horribles expectativas, por un lado, e intenciones benévolas, por
otro.

Nuestra ambivalencia conduce en este caso, como en otros, a evitarlos.

Segundo, y no del todo separado, la estructura jerárquica de los hospitales


psiquiátricos facilita la despersonalización.

Aquellos que están más alto tienen menos que hacer con los pacientes, y su
conducta es imitada por el resto del personal.

El contacto promedio diario con siquiatras, sicólogos, residentes y médicos en


conjunto, fluctúa entre 3.9 y minutos, con un-total medio de 6.8 (seis
pseudopacientes sobre un total de 129 días de hospitalización).

Este promedio incluye el tiempo transcurrido durante la entrevista de admisión,


reuniones en el pabellón en presencia de un decano del personal, contactos
psicoterapéuticos de grupo o individuales, entrevista de presentación del caso y
entrevista de egreso.

Claramente, los pacientes no están mucho tiempo en contacto personal con los
médicos del pabellón y los médicos jefes sirven de modelo a enfermeras y
ayudantes.

Probablemente hay otras fuentes. Las instalaciones siquiátricas tienen en estos


momentos serios problemas financieros.

La escasez de personal es enorme, hay gran demanda de horario del personal.


Hay que dar algo, y, ese algo es el contacto con los pacientes.

Sin embargo, aunque los problemas financieros son reales se han exagerado
mucho. Tengo la impresión de que las fuerzas psicológicas que resultan de la
despersonalización son más fuertes que las fuerzas fiscales y que un aumento del
personal no mejorará en forma equivalente el cuidado de los pacientes en este
sentido.

188
Por ejemplo, las excesivas reuniones de personal, y las enormes cantidades de
archivos sobre los pacientes, no han sido tan reducidas como el contacto con los
pacientes.

Las prioridades existen, aún en momentos difíciles. "El contacto con los pacientes
ha sido una prioridad significativa en hospitales psiquiátricos tradicionales, y en
esto no cuentan las presiones fiscales.

La evasión y la despersonalización cuentan.

La excesiva confianza en el uso de medicamentos sicotrópicos contribuye


tácitamente a la despersonalización, ya que convence al personal que existe un
tratamiento y que un contacto personal más amplio puede no ser necesario.

Sin embargo, aún en estos casos, se debe ejercer gran cuidado para comprender
bien el rol de las drogas sicotrópicas.

Si los pacientes fueran potentes, en lugar de impotentes, si se les viera como


individuos interesantes y como entidades de diagnóstico, si fueran socialmente
importantes en vez de leprosos sociales, si su angustia contara real
verdaderamente con -nuestra simpatía y preocupación, no buscaríamos, acaso, el
contacto con ellos, a pesar de contar con los medicamentos, y, quizás sólo por el
placer de hacerlo?

189
LAS CONSECUENCIAS DE LA ROTULACIÓN Y DE LA
DESPERSONALIZACIÓN

Siempre que la proporción entre lo conocido y lo que debe ser conocido se acerca
a cero, tratamos de inventar el "conocimiento" y presumimos un mayor
entendimiento del que realmente e tenemos. Somos incapaces de reconocer que,
simplemente, no sabemos.

La necesidad para diagnosticar y remediar los problemas emocionales y


conductuales son enormes.

Pero antes de reconocer que estamos apenas empezando a comprender,


continuamos marcando a los pacientes como esquizofrénicos, maníaco-
depresivos e insanos como si en esas palabras hubiéramos captado la esencia
del conocimiento.

La realidad es que desde hace mucho tiempo sabemos que los diagnósticos son
frecuentemente inútiles y no confiables pero de todos modos hemos continuado
usándolos. Sabemos ahora que no podemos distinguir la locura de la cordura.

Es deprimente pensar cómo será usada esta información.

No solamente deprimente, sino aterrador. Uno se pregunta: ¿cuántas personas


están sanas, pero no reconocidos como tales, en nuestras instituciones
siquiátricas?

¿Cuántos habrán sido despojados, sin necesidad, de sus privilegios ciudadanos,


desde el derecho a votar y conducir hasta el de manejar sus propias cuentas?
¿Cuántos han simulado locura para evitar las consecuencias de su conducta
criminal y cuántos, a la inversa, habrán preferido soportar un juicio a vivir
indefinidamente en un hospital psiquiátrico, pero que están erróneamente
considerados corno enfermos mentales?

¿Cuántos han sido estigmatizados por diagnósticos, bien intencionados, no


obstante erróneos?

Por último, recuerden nuevamente que un “error tipo 2” en el diagnóstico


psiquiátrico, no tiene las mismas consecuencias que en el diagnóstico médico.

190
Si un diagnóstico de cáncer ha sido erróneo, es motivo de celebración. Pero muy
raras veces se descubre el error en el diagnóstico psiquiátrico. El rótulo se pega:
una marca de incapacidad para siempre.

Finalmente ¿cuántos pacientes "sanos” habrá fuera del hospital psiquiátrico, y que
parecen insanos dentro de él, no porque la locura esté en ellos, sino porque
están reaccionando al ambiente extraño en donde se encuentran, el cual es
propio en instituciones que favorecen a gente inferior?

Goffman llama al proceso de socialización que ocurre en estas instituciones


mortificación una metáfora apta que incluye los procesos de despersonalización
que se han descrito aquí.

Y mientras es imposible saber si las reacciones de los pseudopacientes ante


estos procesos son una característica de todos los residentes -después de todo
no eran verdaderos pacientes-, es difícil creer que estos procesos de socialización
en los hospitales psiquiátricos proporcionen actitudes o hábitos útiles para vivir en
el "mundo real".

191
RESUMEN Y CONCLUSIONES

Está claro que no podemos distinguir al sano del insano en los hospitales
psiquiátricos. El hospital, en sí mismo, impone un ambiente especial, en el cual el
significado de la conducta del paciente puede ser mal interpretado.

Las consecuencias para los pacientes hospitalizados en tal ambiente -la


impotencia, despersonalización, segregación, mortificación y automarcación
indudablemente contraterapéuticas-.

Aun ahora no entiendo suficientemente bien este problema, como para


encontrarle una solución. Pero hay dos factores promisorios.

El primero tiene relación con la proliferación de comunidades de salud mental, con


centros de intervención de crisis, con movimientos de potencial humano y con
terapias conductuales que, a pesar de los problemas inherentes a ellos, tienden a
evitar los rótulos psiquiátricos, para enfocarse en problemas y conductas
específicas, y para mantener al individuo en un ambiente relativamente normal.

Está claro que mientras nos abstengamos de mandar a los angustiados a lugares
para insanos es menos posible que nuestras impresiones sobre ellos sean
distorsionadas. (Me parece que el riesgo de las percepciones distorsionadas está
siempre presente, ya que somos mucho más sensibles a la conducta y a la
expresión oral del individuo -que al estímulo sutil que a menudo las provoca.

Por lo tanto, aquí hay un factor importante. Y como lo he demostrado la magnitud


de la distorsión- es muy alta en el contexto de un hospital psiquiátrico).

El segundo factor promisorio trata de la necesidad de incrementar la sensibilidad


de los profesionales e investigadores de la salud mental hacía la posición Catch
22 de los pacientes psiquiátricos.

Simplemente, la lectura de material sobre este terna servirá de ayuda a algunos


de estos profesionales e investigadores. Para otros, experimentando directamente
el impacto de una hospitalización siquiátrica, será de gran utilidad. Evidentemente
una investigación adicional de la psicología social del total de estas instituciones
facilitará el tratamiento y logrará un entendimiento más profundo.

Yo y los otros pseudopacientes en el ambiente psiquiátrico tu vimos reacciones


negativas diferentes. No pretendemos describir las experiencias subjetivas de los
192
verdaderos pacientes. Las suyas pueden ser diferentes a las nuestras,
particularmente en el transcurso del tiempo, y durante el proceso necesario de
adaptación a su ambiente.

Pero podemos y debemos hablar sobre los indicios relativamente más objetivos
del tratamiento dentro del hospital. Podría ser una equivocación, y por cierto muy
desafortunada, considerar que lo que nos sucedió fue producto de una mala
intención o estupidez de parte del personal.

Muy por el contrario, nuestra absoluta impresión sobre ellos que de gente que
realmente se preocupé, que estaban comprometidos y que eran muy inteligentes.

Sería más justo atribuir las fallas que desgraciadamente ocurrieron algunas veces,
más al ambiente donde ellos también se encontraban que a la insensibilidad del
personal. Sus percepciones y actitudes estaban dominadas por la situación más
por una disposición malintencionado.

En un ambiente más benigno, algo menos ligado al diagnóstico global, sus


actitudes y juicios pondrían babear sido más benignos y efectivos.

193
LA PERSONALIDAD SALUDABLE

Por Guedin

LOS PAPELES SOCIALES Y LA PERSONALIDAD SALUDABLE

- INTRODUCCIÓN

El concepto del yo se organiza en papeles. En este capítulo se tratarán los


diversos papeles que genuinamente asumen los individuos y aquellos que
representan, cómo se adquieren los papeles y, lo que tal vez sea más importante
como pueden ser auténticas las personas en sus papeles y evitar la que
caracteriza a muchas.

Algunos papeles son saludables otros no, y unos cuantos de los que no son sanos
constituyen obligaciones impuestas comúnmente por las autoridades los padres,
los amigos e incluso los maestros bien intencionados Quienes tienen una
personalidad saludable deben saber cómo equilibrar lo que otras personas
esperan de ellos y sus propias necesidades, deseos y anhelos. Los diversos
papeles que cada individuo está obligado a "ejercer”y a veces a "actuar" retan a la
personalidad saludable, para que sea congruente, en lugar de tener un conflicto
interno.

La congruencia del papel requiere relaciones actuales y genuinas entre los


papeles que desempeña una persona o de un estrés extremo producido por la
necesidad de tener una racionalización constante de las incongruencias.

La personalidad saludable no puede existir sin la habilidad para asumir diversos


papeles sociales superficiales y sin la capacidad complementaria para entablar
relaciones personales intimas, en las cuales la elevación mutua del yo y el
conocimiento estrecho son esenciales.

194
LOS PAPELES Y EL SISTEMA SOCIAL

Los papeles sociales hacen posible la vida con los semejantes, pero también son
una fuente oculta de estrés v desmoralización que puede enfermar a la gente. Los
papeles son invisibles. pero se encuentran en e! centro de nuestras identidades y
nosotros simplemente los vivimos.

Un sociólogo que estudia a un grupo como la familia o la sociedad entera puede


apreciar que la conducta de unas personas hacia otras muestra patrones
recurrentes Las relaciones interpersonales no ocurren de manera aleatoria sino
parece que siguen reglas, como el argumento de una obra de teatro.

Así, el hombre de mayor edad en un grupo familiar suele ganar el sustento y


proteger a su esposa y sus hijos. A su vez. la mujer cuida a sus hijos pequeños,
es afectuosa con el marido y se cuida de entablar relaciones íntimas con otros
hombres.

Cuando se les observa desde e! punto de vista de un sociólogo. Los papeles son
formas prescritas para que la gente divida e! trabajo en una sociedad e interactúe
entre si. Los papeles mantienen en marcha al sistema social e impiden que
cambie.

Como la estabilidad de una sociedad es muy importante, las personas estén


entrenadas cuidadosamente para vivir dentro de los límites que sus papeles
definen, y hay fueres castigos para aquellas que violan las especificaciones del
papel. El entrenamiento de la gente para que cumpla con sus papeles se asigna a
las agencias v agentes de la socialización mientras que la responsabilidad de
mantener gente de acuerdo con sus papeles compete a los agentes y agencias
del control social. Las agencias de !a socialización incluyen a la familia, las
escuelas y los medios de comunicación de masas, como la televisión, la radio,
todas estas instituciones de la sociedad entrenan a la gente con sus formas
correctas de actuar. Los agentes de la socialización son las personas que
moldean la conducta de un individuo en proceso de crecimiento y aprendizaje de
modo que su comportamiento se ajuste a !a definición de los papeles que deber
asumir. Así. los padres los hermanos y los coetáneos son agentes de la
socialización, como también los maestros que uno encuentra en la escuela.

195
Los agentes del control social son las personas que administran castigos por
violar las reglas. las leves v las costumbres. Evidentemente, los policías son
agentes del control social. Las instituciones de la ley del sistema legal, los
tribunales, las prisiones y la fuerza policíaca son agencias del control social.

Los padres coetáneos y vecinos son agentes del control social, pues controlan
nuestra conducta al amenazarnos con retirarnos su amor y su amistad mediante
la crítica y la humillación.

También recompensan y fomentan otras conductas con la y aprobación, regalos y


amistad. Un agente más sutil del control social es la conciencia de la persona. que
funciona como un padre o un policía invisibles, para provocar culpa y odio de si
mismo cada vez que se transgreda la conducta consideraba correcta y apropiada
para esa persona.

Todos definimos nuestras identidades para nosotros mismos, y para otros según
los papeles que nos han sido asignados y los que intentamos asumir debido a la
posición social y al privilegio que entrañan.

Así, el autor se define a sí mismo como un hombre (su papel sexual), padre de
sus hijos y marido de su mujer, hijo de sus padres y hermano de sus hermanos
(papeles familiares): psicoterapeuta, maestro de sus estudiantes, investigador y
escritor (papeles ocupacionales).

Tuvo que ser entrenado para desempeñar algunos de estos papeles mientras que
los otros parecen haber “crecido” dentro de los otros. Hay normas y reglas que
rigen la actuación del autor según su edad, sexo, papeles familiares y papeles
ocupacionales.

La gente espera que el autor actúe de manera estable y predecible, y quien esto
escribe ha terminado por esperar tal estabilidad de sí mismo.

Cada papel social que la persona encarna sirve como una especie de distintivo
que le permite participar en la vida con sus semejantes de acuerdo con maneras
prescritas. y cada papel establece límites para su libertad y acceso a los bienes
materiales.

En suma. los papeles dan derecho a la persona a los privilegios relacionados con
una posición elevada en un grupo o la condenan a sufrir las dificultades
196
reservadas para aquellas que tienen una baja posición. Una persona blanca sólo
necesita pintarse de negro la piel para descubrir que el papel de una persona de
color tiene una posición más baja que la suya.

Las mujeres se han vuelto muy conscientes de que el papel femenino, en la


mayoría de las sociedades, condena a la mujer a una educación inferior, a una
posición profesional más baja y comúnmente a la responsabilidad exclusiva de la
educación de los hijos. a no ser que ellas mismas se resistan a esta definición.

Los jóvenes tratan a las personas de 60 o 70 años como si fueran frágiles


estúpidas v carecieran de !os rasgos humanos fundamentales corno las
necesidades de compañía. de amor y de trabajo ennoblecedor.

Goffman (1967) también ha sugerido que las personas estigmatizadas por la


sociedad ¡negros, incapacitados, ancianos, homosexuales, etc.) reciben de ésta
un papel por representar y son presionados para seguir con él.

Así, la sociedad puede esperar que un homosexual actúe de cierta forma y él lo


hace así, aunque tal vez preferiría no hacerlo. Weinberg y Williams encontraron
evidencias que apoyan esto en un vasto estudio de homosexuales en varias
culturas.

Hasta la enfermedad está regida por normas sociales. Cuando las personas se
sienten mal, asumen el papel de paciente. que les da derecho a interactuar con
médicos y enfermeras, o con terapeutas si reciben un diagnóstico de "enfermo
mental"

Las investigaciones recientes han demostrado que las personas son entrenadas
para actuar como un “buen paciente” en los hospitales. y que este entrenamiento
no tiene nada que ver con el tratamiento de la enfermedad.

Además, el mismo hospital es una maraña compleja de profesiones uniformes.


títulos y distintivos que definen la posición, la autoridad y la responsabilidad.

El autor trabajo durante varios años en un autor, colegio de enfermería el hospital


donde se entrenaba a los estudiantes tenia como empleados a los graduados con
cuatro años en colegios de enfermería, que habían obtenido un grado S. A., así
como el de enfermera diplomada: enfermeras diplomadas con un grado de

197
community college; enfermeras practicantes con licencia que no habían tenido
entrenamiento universitario y ayudantes de enfermeras.

Esta gran diversidad de historiales intrigaba a las enfermeras y a los médicos


tanto como a los pacientes, las enfermeras con cada tipo de capacitación se
sentían un tanto distintas de las otras y se creían con derecho a más
responsabilidad, salario y libertad.

A menudo, los pacientes en los hospitales se sienten como los miembros menos
importantes, como la casta inferior de la comunidad del hospital.

Se les trata como a niños desobedientes, y con frecuencia no se les informa sobre
su enfermedad y la naturaleza exacta de las medicinas que reciben o las
intervenciones quirúrgicas de que han sido objeto.

En los hospitales para enfermos mentales que ha visitado el autor, el mero hecho
de estar ahí como paciente hacía que el personal no tratará a la persona como a
un ser humano libre y responsable, sino que se le veía y hablaba de él (a veces
en su presencia) como la encarnación de la enfermedad mental.

El paciente estaba obligado a participar en los procesos terapéuticos, a tomar


medicinas. etc.

En 1973, varios psicólogos fueron admitidos en los hospitales para enfermos


mentales como pacientes, con el fin de estudiar directamente el papel del paciente
mental.

Descubrieron que no podían convencer a los asistentes ni al personal profesional


de que estaban “sanos”, aunque los pacientes auténticos sí lo sabían.

198
LA VERSATILIDAD DEL PAPEL Y LA PERSONALIDAD
SALUDABLE

Los papeles y los distintivos títulos y uniforme que nos identifican permiten que
otras personas pronostiquen corno actuaremos en las situaciones sociales.

La capacidad para dominar una gran variedad de papeles durante toda la vida es
una ventaja decisiva para la personalidad saludable, ya que las interacciones con
otros que producen la satisfacción de muchas necesidades básicas.

No ser capaz de representar papeles debido a una estructura insana del yo o a


temores irracionales impide el desarrollo de la personalidad saludable.

Si una mujer joven no puede elegir una carrera porque carece de confianza en su
habilidad para dominar la capacitación, es posible que se enfrente a una vida con
posibilidades económicas reducidas.

Un hombre con inhibiciones sexuales puede evitar los encuentros íntimos con
mujeres y llevar una vida segura pero desprovista de relaciones amorosas.

Aunque la conformidad con el placer implica ciertas limitaciones a la propia


libertad de expresión y acción. la habilidad para actuar de acuerdo con la posición
familiar, la edad, el sexo y la profesión es en cierto sentid. Libre.

No apegarse a las definiciones razonables de la conducta apropiada equivale a


invitar a la censura social que puede interferir radicalmente con la existencia
efectiva v con la consecución de satisfactores.

A veces, parece hipócrita a los estudiantes que las personas mayores muestren
amabilidades, complacencia cuando se e encuentran con individuos por quienes
no siente simpatía.

Actualmente la habilidad para ajustarse a las "delicadezas" de las distintas


situaciones puede ser vivificante y liberadora va que claramente separa las
relaciones personales (en las que se espera la espontaneidad de las relaciones
más formales entre extraños.

En algunas culturas, como la inglesa, la francesa y la española se dedica mucho


tiempo a la interacción ceremoniosa con los semejantes, pero hay cabida para
una gran libertad en la intimidad de las relaciones personales.
199
Los europeos se quejan a menudo de que los estadounidenses parecen
amigables en situaciones impersonales como en los negocios pero que en privado
evitan las relaciones más profundas.

Los papeles ayudan a desarrollar la personalidad saludable al estructurar, el


esqueleto de la conducta. aunque no toda la sustancia de ella.

En una fiesta. mi papel será el de un gran seductor: con mis abuelos


desempeñaré el del hijo obediente: en clase, el de académico me ayudará a
decidir que hacer y cómo conducirme.

Los papeles proporcionan estabilidad en algunos casos de modo que uno puede
saber cómo comportarse inicialmente en las situaciones nuevas: proporcionan un
contexto que nos permite, como en el caso de un buen actor, integrar también
nuestro yo único y la caracterización del papel.

Cabría esperar que la personalidad saludable utilice el concepto de! papel y


avance a partir de él. para configurar la personalidad completa con sus otros
papeles o al desarrollar un papel completamente novedoso.

200
COMO APRENDEMOS LOS PAPELES

Aprendemos nuestros papeles mediante el entrenamiento o por imitación o al


Identificarnos con los modelos asequibles. Así cuando éramos niños, nuestro
padres recompensaban nuestra conducta si se ajustaba a su idea de la forma
como un niño o una niña deberían actuar.

En cada etapa cronológica, nuestra conducta está “regulada” por la aprobación y


el castigo que origina nuestra acción.

A medida que envejecemos. se nos estimula a imitar !a conducta de personas que


¡ungen como ejemplos de papeles modelo. Así. comenzamos a aprender a ser un
mando o un padre. una esposa o madre -cuando llega el momento- y también así
aprendemos nuestros papeles ocupacionales.

Por tanto, cada persona sirve como modelo a otras que habrán de imitarlo.

Las personas tienen dificultades para cumplir con sus papeles sexuales y
familiares si crecen sin un contacto regular con los papeles modelo o cuando
éstos difieren de las normas de su grupo: por ejemplo. algunos homosexuales
crecieron sin un padre en el hogar o con uno tan odioso que el muchacho no se
identificó con él.

Cuando el divorcio es común, muchos niños crecen sin padre, ya que por regla
general la madre es quien los cría: en estas condiciones, tal vez las muchachas
no aprendan qué conducta adulta cabe esperarse entre el hombre y la mujer o
entre el marido y la esposa.

Y los niños pequeños tampoco lo aprenderán. En consecuencia. no asimilan las


características razonables del papel familiar para uno mismo y para otros, debido
a esto, podrán adquirir nociones idealizadas de lo que habrán de esperar de sus
cónyuges e hijos cuando se casen, que éstas no podrán satisfacer.

En el famoso v conocido estudio de Harlow varios monos recién nacidos fueron


criados por madres artificiales, objetos mecánicos de alambre o de hule espuma
que les proporcionaban leche.

Al carecer de papeles modelo adecuados estos monos sobrevivieron a la infancia


con facilidad pero eran incapaces de desempeñar funciones adultas. Eran corno
lo describía Harlow: padres desvalidos, desesperanzador y crueles.
201
En el entrenamiento profesional y vocacional. los maestros y estimulan al
estudiante para que copie la forma como ellos, hacen las cosas.

Una vez el autor sirvió como asesor en un colegio de enfermería y descubrió que
las enfermeras del cuerpo docente y las del personal, no servían o ejemplos
auténticos del tipo de práctica sanitaria que deseaban que los estudiantes
aprendieran. querían que fueran muy francas, responsables y empáticas con los
pacientes, doctores, colegas: sin embargo ellas mismas no funcionaban así.

Muchas de las enfermeras des cuerpo docente habían abandonado la enfermera.


porque no les gustaba el contacto regular con los enfermos.

Muchas enfermeras de piso tenían miedo a las relaciones cercanas v


comunícanos con los pacientes. con los doctores y entre ellas mismas, la tarea
del autor consistía en ayudar al cuerpo docente y al personal a convenirse en el
tipo de enfermeras que las estudiantes pudieran emular.

El autor y otros colegas intentaron lograr esto al estimular, en primer lugar, al


cuerpo docente de la escuela de enfermería para que retomara a las actividades
normales de cuidar a los enfermos y, en segundo, para dirigir reuniones regulares
de! cuerpo docente que tuvieran como propósito practicar la comunicación tranca
y personal entre todas las enfermeras.

Hay evidencia de que el ambiente tenso, formal e impersonal del colegio fue
sustituido por otro que alentaba baja franqueza en la comunicación, y también de
que las estudiantes lograron relacionarse de manera mas empática y afectuosa
con sus pacientes.

202
ALGUNOS PAPELES COMUNES

- Papeles familiares

La experiencia de contar con una familia es esencial para tener la sensación de


identidad y satisfacer las necesidades de seguridad e intimidad. Dentro de la
familia la mayoría de las personas encuentran sus relaciones personales más
satisfactorias primero como hijos. hijas. hermanos y hermanas: después como
esposos, madres y padres, tíos y tías y más tarde como abuelos, incluso cuando
la familia se disuelve !as personas buscar un grupo principal un pequeño grupo
de amigos íntimos con los cuales se pueda vivir en comunidad, con o sin
relaciones sexuales. Así muchos jóvenes exploran las posibilidades de la vida en
comunidad, como un estilo de vida alternativo a la existencia familiar tradicional.

Los papeles familiares tradicionales se definen socialmente, y dada persona debe


aprender la manera. aceptable para la familia. de ser un miembro más de ella. La
conducta y la experiencia que se esperan de una persona. debido a su posición
familiar pueden ir en detrimento del desarrollo personal sano. Laing y Esterson
demostraron que ser una hija adaptada a las formas que los padres consideraban
aceptables contribuía a desarrollar la conducta esquizofrénica en los pacientes
estudiados.

También se ha descubierto que el papel de madre requiere de la mujer una


conducta que puede contribuir fácilmente a su colapso personal y físico. En las
culturas contemporáneas, el papel del padre exige ser un proveedor y requiere
una movilidad social ascendente: con frecuencia se impone al padre una vida
aburrida o llena de estrés. En los índices de divorcio atestiguan que los maridos y
esposas. y las madres y padres. a menudo encuentran insatisfacción en las
coronas tradicionales de estos papeles y buscan nuevos cónyuges para obtener
las satisfacciones que no tenían en su matrimonio anterior.

David Cooper, un psiquiatra británico, escribió el libro Death of the Family , la


muerte de la familia en el cual señala las posibilidades destructivas de los papeles
familiares como se conocen. Defendía formas alternativas para que los horribles
mujeres y niños vivieran juntos y pudieron evitar tal destructividad sin embargo es
probable que la familia continúe de algún modo, con nosotros para siempre: el
reto y la oportunidad a los que se enfrenta cada persona consisten en definir
203
cómo podría adaptar una forma de ser varios papeles familiares, con el fin de
hacerle justicia a las necesidades personales de seguridad y libertad, sin
perjudicar el desarrollo y el bienestar de éstas en los papeles complementarios,
los papeles familiares tradicionales son otorgadores, y cada persona tiene la
libertad y la responsabilidad de hacer algo con lo que se otorga: ajustarse a los
papeles, negarse a aceptarlos o cumplirlos con creatividad.

Tal vez no haya otra institución en la sociedad en la que el cambio en los papeles
sea tan evidente como en la familia. Aunque algunas personas puedan discrepar,
muchos de los cambios parecen estar hermosamente concebidos con el fin de
hacer de la familia una institución más viable y útil para las generaciones
venideras. Tales cambios siempre son motivo de con- pero también plantean
problemas especiales de adaptación: no sólo para la generación antigua. sino
también para las familias nuevas Los jóvenes que establezcan familias tendrán
papeles modelo limitados. debido a los cambios rápidos en la estructura familiar.
Tendrán que moldear sus papeles con base en los logros de sus padres en el
pasado y en los nuevos conocimientos acerca de los cambios progresivos del
presente y del futuro.

AIgunos de tales cambios son:

1. Menor autoritarismo. Generalmente se consideraba que el hombre era el “jefe”


de la familia. Ahora se reconoce el valor de la toma de decisiones democráticas
en la que incluso participan los niños de menor edad.

2. Muchos cambios drásticos, en particular para el papel del hombre. en la


educación de !os hijos. Es probable que nuestros abuelos hayan cambiado pocos
panales y que nunca hayan tocado al infante. En la actualidad, la responsabilidad
de cambiar panales, alimentar a los infantes, disciplinarlos, incluso enseñarles
deportes y ayudarlos a tomar decisiones acerca de las actividades fuera del
colegio y sus futuras carreras. va no está vinculada al sexo, ni para el niño ni para
el padre. Los padres se integran a estas actividades y decisiones sin apología y
con entusiasmo. (Sin embargo. cabria suponer que la reducción en el tamaño de
la familia estadounidense media a 1.9 niños puede ser resultado de que ahora el
padre conoce más a fondo las inconveniencias que implica la educación de los
hijos.) Incluso la responsabilidad del control de la natalidad puede ser un papel

204
masculino, con el uso del preservativo la vasectomía o femenino. con el uso del
diafragma, los dispositivos intrauterinos o la píldora anticonceptiva.

3. Mayor flexibilidad en los papeles de la mujer. Las encuestas del gobierno de


Estados Unidos muestran que más de la mitad de las familias estadounidenses
cuentan con dos personas que ganan el sustento. El matrimonio y la familia ya no
interfieren tanto con las aspiraciones profesionales y. en consecuencia. tienen
más probabilidades de brindar satisfacción emocional y física. y permiten a la
pareja experimentar ese valor particularmente misterioso: la participación de la
continuidad biológica de la especie humana. es decir, sentir los placeres y dolores
de la paternidad. Estos cambios entrañan más inestabilidad en los papeles
familiares y en los matrimonios: anuncia. en particular, mayor libertad para la
mujer La disolución del matrimonio ha reemplazado al divorcio en varios estados
de la Unión Americana. En vez de constituir una amenaza para el matrimonio,
estos cambios pueden verse como un mayor incentivo para hacer que los papeles
familiares sean más satisfactorios para los niños, la madre y el padre e incluso
para toda la familia. Los experimentos con los papeles familiares siempre han sido
parte de nuestra civilización y a últimas hechas han dado lugar a nuevos modos
de vida. matrimonios entre homosexuales, sociedades comunales e incluso el
matrimonio en grupo: pero. sin lugar a dudas. la principal forma de la familia
seguirá siendo la pareja monógama. Sin embargo la pareja comprometida que
funciones completamente haría bien en reconocer los grandes retos a la
estabilidad y la satisfacción que implican los cambios actuales v buscar
prepararse para ¡a nueva familia mediante las facilidades que ofrece el Parent
Effectiveness Training (Entrenamiento para la efectividad de los padres) y otros
programas parecidos.

La tarea de educar a los hijos siempre ha sido un placer combinado: no hay


ninguna duda de que proporciona una sosas, acción especia que se obtiene más
pronunciado cuando los padres aprovechan la gran cantidad de conocimientos
científicos y la experiencia de que disponen ahora. Es de particular importancia
para la planeación de los anos venideros la claridad de los papeles familiares
asignados a cada padre e incluso a cada llano.

205
- Papeles sexuales

Cada sociedad se diferencia en su concepto de la conducta masculina y


femenina. Mead demostró que en 3 tribus de Nueva Guinea había una gran
diferencia de una a otra en los papeles típicos del hombre y de la mujer. En el
grupo de los arapesh, los hombres y las mujeres, por igual, eran pasivos,
“maternales”, cooperativos y no agresivos. En los mundugamor, una tribu
geográficamente cercana a los arapesh, los hombres y mujeres eran feroces,
crueles, agresivos y seguros de si mismos. Una receta tribu, la tchambuli
mostraba un patrón diferente de tipificación sexual: los hombres eran pasivos y
dedicaban e¡ tiempo a las artesanías, mientras que las mujeres eran agresivas y
tenían que cultivar los campos y ganar el sustento.

En Estados Unidos la definición rígida de los papeles sexuales se ha relajado. Así,


muchos varones dc clase media participan activamente en el cuidado de los hijos
y en las labores domésticas, y sus mujeres hacen muchas cosas que antes se
consideraban una prerrogativa masculina: llevan el presupuesto, gastan el dinero
y acabarán en ocupaciones que antes estaban reservadas al hombre. En algunos
países europeos, la conducta masculina y femenina contrasta en ciertas cosas
con el concepto estadounidense de la masculinidad y la feminidad. a su vez, en
los países latinos. un hombre pueda besar a otro. y llorar abiertamente sin
vergüenza. Sin embargo, estos hombres podrían mirar con reprobación a la mujer
estadounidense que usa pantalones: para muchos de ellos. la mujer debe usar
vestido.

A fin de desempeñar el papel sexual con naturalidad. la persona debe -ser


entrenada para ello: sin embargo algunos hombres han sido educados de
maneras que promueven el desarrollo de rasgos considerados ordinariamente
como afeminados. También pude haber adquirido en el proceso del crecimiento.,
los conceptos culturales del papel masculino. En consecuencia es difícil ser un
“hombre”. Si actúan de formas masculinas van en contra de su naturaleza
adquirida: pero si actuaran de una manera más natural para ellos, podrían
experimentar una considerable amenaza a su sensación de identidad como
hombre y exponerse al ridículo. Las mismas consideraciones son aplicables a las
mujeres. Algunos individuos son tan inseguros sobre su identidad sexual que

206
necesitan exagerarla en vez de conformarse con ser masculinos deben ser
“supermasculinos”. Exageran sus rasgos masculinos como si intentaran
convencerse a ellos mismos y a los demás de que en verdad son hombres. Si
alguien pone en duda su masculinidad. podrán volverse peligrosamente
agresivos. Para una persona así la vida implica la búsqueda continua de medios
para reafirmar su masculinidad.

Como los papeles sexuales los establece relativamente la sociedad, cada


persona, hombre y mujer, debe encontrar formas pala ajustarse a su papel sexual,
para encajar en él. Para algunos hombres y mueres, sus papeles sexuales son
demasiado restrictivos, por lo cual adoptan muchos patrones del sexo opuesto,
tanto en el aspecto sexual como en el conductual.

Los individuos con personalidad saludable son capaces de volver a definir sus
propios papeles sexuales de modo que se ajusten mejor a sus necesidades. Por
consiguiente, tienen mayor libertad para expresar y representar el yo real, y son
amenazados con menos facilidad.

Así, un hombre sano puede hacer muchas cosas que podrían haberse
considerado arruinadas, pero no experimentará ninguna amenaza a su
masculinidad: puede lavar platos, cambiar pañales y desempeñar trabajos como
el de peluquero o bailarín y, sin embargo, sentirse masculino.

En la medida en que la mujer acepte los puntos de vista tradicionales y


“machistas” acerca de lo que debe ser su papel “verdadero” y su función,
comprenderá sus potencialidades como ser humano de funcionamiento completo.

La Personalidad saludable para el individuo y una cultura vivificante para la


sociedad ya no son posibles si la mitad de la población mundial, las mujeres,
refleja las antiguas perspectivas masculinas, en vez de desarrollar una
femeneidad más verdaderamente educada e iluminadora frente al mundo.

Es probable que si todas las mujeres recibieran una educación esclarecedora, la


población más ilustrada que resultara de ese programa, contribuiría a solucionar
los problemas del demasiado aumento de la población, la destrucción del
ambiente y la guerra.

207
La mujer es demasiado importante como una influencia en el desarrollo de la
personalidad saludable, para que permanezca menos educada que el hombre y
restrinja su participación social a los papeles maternales y a los profesionales y
ocupacionales subordinados.

Es desconcertante comprender que la primera influencia sobre la educación de un


llano es la madre: una persona que durante miles de años no ha tenido acceso a
la educación superior y a las oportunidades profesionales.

El autor es un defensor de la liberación femenina, porque ve en ese movimiento


una fuerza que promueve la personalidad más saludable en todos los seres
humanos.

Estudios recientes apoyan la idea de que hay una relación muda cercana entre la
autorrealización (o personalidad saludable) y las actitudes profeministas.

Un estudio realizado por Follingstac, Kliman y Robinson demostró que en un


grupo de estudiantes varones, dirigido por mujeres, los hombres que obtenían
puntuaciones altas en autorrealización estaban de acuerdo con las actitudes
profeministas, en contraste con un grupo de control, que se inclinaba más por las
actitudes tradicionales.

Se encontraron resultados similares en otro estudio dirigido por Doyle, Hjelle y


Butterfield también descubrieron correlaciones entre las actitudes profeministas y
la autorrealización entre las mujeres.

208
- Papeles cronológicos

Cada sociedad espera la progresión de la conducta de sus miembros que lleve el


ritmo de la edad-cronológica de la persona. Si las personas concuerdan con sus
papeles cronológicos, se dice que son maduros. Si están retrasadas en relación
con otras personas de su misma edad, se dice que son inmaduros.

Si regresan a una conducta característica de una edad menor, se dice que


muestran regresión. Y si exhiben un desarrollo prematuro de los rasgos propios
de personas mayores, se dice que son precoces.

Al igual que los papeles sexuales, los cronológicos pueden entrar en consiste con
las necesidades de las personas: tal vez no esté lista para pasar al siguiente
papel cronológico cuando sea el momento, o quizá se obliguen a si mismas a
ajustarse al papel cronológico y sacrifiquen muchas satisfacciones.

Cuando los individuos se convienen en adultos, como los define a cultura,


adquieren un interés creado por considerarse a si mismos maduros pero tal vez la
gratificación de sus necesidades sólo sea posible si se comportan de forma que
su grupo social considere inmaduras.

Quienes posean una personalidad saludable pueden utilizar la regresión cuando


quieran o cuando les plazca, sin amenazar su autoestima o su sensación de
identidad. Las personas inseguras de su madurez pueden intentar convencerse a
sí mismas y a otros de que son maduras y evitar la conducta regresiva como si se
tratara de una enfermedad contagiosa.

Es posible, que algunos hombres no permitan que se les cuide incluso cuando
están gravemente enfermos, ya que esto implicaría una regresión.

Algunas mujeres pueden rechazar la ternura y las atenciones de un hombre,


debido a que podría implicar que no son adultas independientes.

Algunos adultos no pueden jugar porque el ánimo para hacerlo les parece infantil
y amenaza su autoestima.

Al igual que los papeles familiares y sexuales, los cronológicos son parte de los
hechos, lo dado que debe enfrentar cada persona.

209
La conducta que la gente espera de cada individuo (debido a la edad cronológica)
pude ser inadecuada para sus capacidades auténticas. Los jóvenes prácticamente
instan a las personas mayores a ser débiles y a sentirse desamparadas, aunque
éstas tengan grandes reservas de vitalidad latente.

La realidad es que siempre y cuando una persona tenga un trabajo y proyectos


vitalizadores e interesantes, y relaciones personales positivas podrá estar en
buenas condiciones y activa hasta los 80 o 90 años o más.

El cuerpo responde al modo de vida y a las expectativas de la gente. El autor


supone que las personas mueren de “ancianidad” no porque sus cuerpos
carezcan de fuerza, sino porque estaban aburridas o solas, con ningún incentivo
para permanecer vivas.

Christiansen expresa otro punto de vista. al recalcar la dignidad en ancianidad s,


en la muerte como una característica interna. mas que como un papel. También
sugiere que uno puede, de cierta forma pronosticar el final de la existencia propia
e ilustra esto con una emotiva descripción de la predicción de su abuelo.

Hay ancianos que mantienen ¡a dignidad en sus últimos años no tanto por fuerza
resistencia porfiada. interdependencia o aislamiento sino al escoger para ellos
mismos alguna tarea para desempeñar con amor y habilidad... mi abuelo materno
cultiva una huerta. Estaba ubicada en uno de los lugares famosos del barrio.

A pesar el dolor producido por el cáncer y la radioterapia. mi abuelo trabajo en su


huerta hasta que murió a los 80 años de edad. La última primavera cultivó, plantó,
desyerbó, y realizó todo el trabajo apoyado en un bastón.

Un atardecer del mes de junio de ese año, mi padre vio al abuelo que venia de la
huerta...caminó sólo unos cuantos pasos antes de detenerse y apoyarse contra la
casa... mi padre lo escuchó despedirse de su huerta. ”Adiós patio de Andy, Adiós.
No regresaré”. Murió dos semanas después

210
AUTENTICIDAD Y FALTA DE AUTENTICIDAD EN LOS
PAPELES

Es propio de las personas que puedan asumir papeles, que también los
desempeñan por ejemplo ser estudiante implica entregarse a los objetivos de
serlo: dedicarse al aprendizaje con seriedad.

Cuando uno es estudiante y se busca desinteresadamente el conocimiento, no se


está consciente de que se vive un papel. Sin embargo, un estudiante puede
representar a un alumno serio, cuando no está interesado, ni remotamente en el
aprendizaje.

Cuando alguien pretende asumir un papel pero tiene objetivos distintos de los de
éste, se dice que esta persona actúa de mala fe o que no es auténtica. Los
vendedores que pretenden estar interesados en su bienestar no son auténticos y
obran de mala fe hacia uno, debido a que tratan de representar a alguien en el
papel de amigo.

De hecho. pueden ser auténticos en su deseo de hacer una venta, pero no lo son
en su relación con uno. La capacidad humana para simular actuar y representar
es, al mismo tiempo, un recurso mediante el cual aprendemos y nos
desarrollamos con el fin de adoptar nuevos papeles y también es la base para
iniciar el proceso de enajenación del yo.

Comenzamos por aprender como convertirnos en maridos y en esposas al


representar estas funciones en el juego o en la escuela, pero si una mujer
continúa con a representación del papel de esposa y de madre después del
matrimonio sin una entrega serias a las tareas de mujer y de madre, iniciará el
camino de la falta de autenticidad la cual, producirá consecuencias dolorosas.

A fin de no ser auténtica en un papel la persona está obligada a imitar la acción y


a reprimir su experiencia verdadera.

Un hijo que es infeliz en la carrera que su padre escogió para él, puede intentar
convencerse a sí mismo y a su padre de que está contento con los cursos que
toma.

Si la elección no es auténtica y el está triste, cada día se convertirá en una


experiencia penosa, en la cual se obligará a si mismo a parecer fea y consumirá
211
energías para reprimir sus impulsos espontáneos de escapara del escenario de
su descontento.

Es posible que el estudiante se sienta muy cansado, desinteresado hacia sus


estudios e incluso enfermo, debido al estrés y a la desmoralización, provocados
por su permanencia en un papel sin autenticidad.

Para el auténtico en un papel, uno debe ser honesto consigo mismo y con los
demás sobre lo que desea verdaderamente.

Y sobre cómo se siente en Íos papeles a los que está entregado.

La carencia de autenticidad en los papeles individuales cuando se vuelve crónica,


es un factor el colapso físico y personal.

Como contraste, la autenticidad, aunque pueda conducir al conflicto personal e


interpersonal es un factor del desarrollo hacia la personalidad más saludable.

La autenticidad en los papeles requiere la revelación honesta del yo hacia las


personas con las cuales uno se relaciona.

La falsificación y la hipocresía son medios a los que comúnmente recurren


muchas personas que temen las reacciones de otras y los problemas que
tendrían si revelaran la verdad de sus sentimientos acerca de los papeles que
desempeñan.

212
LOS PAPELES Y LA ENFERMEDAD

La persona que vive con otras dentro de los límites de sus papeles propios
experimenta cambios. Ser un hijo o hija, padre, estudiante o maestro, que hasta el
día de ayer era recompensante, se hace ahora aburrido o sin significado.

Continuar en esos papeles del mismo modo paulatinamente se vuelve sofocante y


deprimente. La persona le teme a cada día, ya que esto significa ser la misma
persona, vivir los mismos papeles. provocar las mismas reacciones de otras, sin
esperanza de encontrar un respiro a la creciente irritación y aburrimiento.

Se ha desarrollado una teoría de la enfermedad que rastrea Ia conexión entre la


permanencia prolongada en papeles no satisfactorias y todo tipo de
enfermedades.

Una persona actúa con el fin de satisfacer sus necesidades: si esta acción no las
satisface, sino que sólo mantiene la estabilidad de una familia o de un trabajo
significa que la persona cuida verdaderamente su propio bienestar.

Un régimen prolongado de acción que descuide las necesidades propias de amor,


estimación, expresión emocional plena o excitación generará estrés y
desesperanza: factores que intervienen en la enfermedad física.

Si una persona se siente verdaderamente atrapada en papeles no satisfactorios,


podrá desarrollar enfermedades psiquiátricas y cambiar una existencia
insatisfactoria como esposa y madre, por ejemplo, por una vida de paciente en un
hospital para enfermos mentales.

Todos comenzamos a sentimos encerrados en nuestros paseos asignados en


algún momento de nuestras vidas. Las expectativas que tienen otras personas
dan lugar a una poderosa fuerza que le impide al individuo cambiar sus papeles o
las formas de ser en éstos. Es asombroso ver la sorpresa o incluso el desagrado,
que muestran las demás personas cuando un individuo decide abandonar un
papel o cambia su conducta con ellos, incluso levemente: por ejemplo, un simple
cambio en la apariencia, como dejarse crecer el bigote o cortárselo, dará lugar a
innumerables comentarios negativos y positivos, de las personas con las cuales
estemos relacionados: si una mujer dócil y dependiente de los hombres participa
en actividades de liberación femenina. los hombres en su vida pueden

213
enfurecerse: el hijo o hija obediente, después de estar un año en la escuela,
comienza a actuar de torna que indigna a sus padres. Los cuales creen que está
“fuera de sus cabales”. En todos estos casos, las personas descubren que
permanecer como eran se hace incontrolable, pero a veces se necesita mucho
coraje y energía para dejar de sumir papeles de la manera acostumbrada con el
fin de actuar de un modo más vivificante. Un fuerte sentido del deber, que
provenga de una conciencia autoritaria, a menudo mantendrá a una persona en
papeles enfermizos. Una mujer puede sentir que su marido sufrirá un colapso,
que sus hijos no serán bien atendidos si ella dedica menos tiempo a satisfacer las
necesidades de ellos y más a si misma. Esta mujer puede descuidar su salud, su
apariencia y el desarrollo de su intelecto con el fin de satisfacer sus necesidades
familiares. Las consecuencias pueden ser que ella sufra y que su esposo y sus
hijos se sientan vagamente culpables. La señora Portnoy, la madre en Portnoy’s
Complaint. Las quejas de la señora Portnoyera espera en inducir culpa en su hijo
y en su marido mediante atenciones excesivas a costa de sus propios placeres.
Los momentos de soledad y meditación ayudan a uno a liberarse de los papeles,
a fin de descubrir e inventar formas más vivificantes de volver a entrar en ellos. El
desarrollo personal requiere la imaginación, sopesar tomas para reconcilia los
compromisos con otras personas y las necesidades propias. Esta creatividad se
alienta con periodos de soledad tranquila e ininterrumpida.

Cuando una persona descubre una forma más estimulante y expresiva para ser
ella misma en relación con otras cosas, se enfrenta a un problema: los demás
confirmarán los cambios que ahora se han insertado en su mundo? o se resistirán
y se negaran a aceptar y reconocer a las personas a no ser que regresen al modo
en la cual la conocían?. Es una elección difícil que la persona en desarrollo, a
menudo, debe hacerse si permanece como es, como la persona encerrada en
papeles reconocidos por otra, se volverá cada vez más furibunda y desalentada:
si cambia hacia motivos más vivificantes, sus padres, amigos y compañeros ya no
sentirán simpatía por ella. A menudo, el desarrollo requiere la triste necesidad de
abandonar el hogar en búsqueda de la gente que aceptará y confirmará a una
persona como aquella en la que acaba de convertirse.

214
ALGUNAS SUGERENCIAS EXISTENCIALES

El autor ha examinado la hipótesis de que los papeles rígidos y su acatamiento


son la fuente principal del colapso físico y psicológico en nuestra cultura, por lo
menos por la gente de clase media. Si la hipótesis es válida, significa que las
personas pueden hacer mucho para fomentar su propia salud al examinar la
forma de ejercer sus diversos papeles sociales. Una investigación existencial que
puede realizar cualquiera consiste en enumerar los diversos papeles a los cuales
está uno entregado y hacer, una autoevaluación en cuanto al grado de
vivificación, sentido en cada uno en relación con las otras personas con quienes
se trata regularmente en ese papel: por ejemplo, de hijo a madre, de hijo a padre,
de empleado jefe, de colega a colega, de marido a mujer, etc. Así, el autor podría
enumerar los papeles siguientes para el marido, padre de cada uno de sus tres
hijos: hermano de cada uno de sus cinco hermanos, amigo de varias personas a
las que ve con regularidad, etc.. Debería analizarse que tan vivo se siente el autor
en cada una de estas reaccione; que tan auténtico puede ser en cada una, que
tan libre se siente para revelar su propio yo en cada relación. Además, podría
intentar alterar sus formas de ser en cada papel que considere opresivo.
Pregúntese el lector: puedo ser flexible y crear nuevos papeles o adaptarme a los
nuevos cuando sea necesario?

El autor ha descubierto que cuando sirve como psicoterapeuta explora durante


mucho tiempo la forma de ser del paciente en su papel, en busca de los modos de
ser más auténticos y vivificadores. Es indudable que una persona puede, con un
poco de imaginación, puede comenzar a experimentar con formas más
vivificantes de asumir los papeles cronológicos, sexuales, familiares y
profesionales, sin esperar enfermarse. No es fácil, pero necesario y factible volver
a definir los papeles propios. Si alguna persona no confirma el cambio que uno ha
hecho en el modo de asumir un papel, puede ser necesario, en beneficio propio,
acabar la relación con tal individuo; sin embargo, muchos y quizás la mayoría de
los buenos amigos son capaces de aceptar los cambios saludables en el papel de
otras personas, pero uno debe estar preparado para un período comprensible de
reajuste de esas personas hacia el papel que uno ha cambiado.

215
RESUMEN

Los papeles sociales se encuentran en el centro de nuestras identidades. Desde


muy pequeños somos entrenados para vivir de acuerdo con las definiciones
sociales de la conducta que son apropiadas para nuestra edad, sexo, posición
familiar y ocupación. Los agentes de la socialización nos entrenan en nuestros
papeles y los del control social nos mantienen en ellos, incluso cuando son motivo
de estrés o desesperanza. La capacidad para satisfacer las demandas de varios
papeles es esencial para la personalidad saludable.

Los papeles familiares y sexuales pueden limitar de tal manera la libertad de una
persona, que la salud y el desarrollo pueden resultar afectados. La liberación
femenina se presentó como una contribución valiosa para que la mujer logre una
personalidad más saludable.

Los papeles cronológicos se consideraron rectos para el desarrollo e invitaciones


para actuar como anciano, incluso para morir a la edad que la sociedad considera
apropiada, sin embargo, uno puede asumir, ciertos valores (por ejemplo, la
dignidad) no como un papel, sino como una forma de ser.

La habilidad para liberarse de los papeles sociales, interactuar con nuestros


semejantes como personas, en una relación personal, es un complemento
esencial para vivir los papeles propios.

216
PSICOTERAPIA EN DIGNIDAD

Por Elizabeth Lukas

EL JÚBILO

- El enigma de la pequeña dicha

Personajes bíblicos, filósofos de jerarquía y renombre, poetas de la literatura


mundial y también el sufriente hombre de la calle con su sano sentido común han
reflexionado acerca del para qué existe el sufrimiento en el mundo. ¿No sería
pensable una creación sin penas y dolores, un principio de vida sin sufrimiento?
Todas las explicaciones hasta el presente han tenido resultados deficientes; la
teodicea probablemente permanecerá un eterno enigma.

Pero aquí no se tratará este enigma. Ante su fondo se vislumbra otro en su


contexto psicológico psicohigiénico, más simple, con posibilidad de ser
desentrañado, más apropiado a nosotros los seres humanos, pero a pesar de
esto sólo puede ser dilucidado con cierto trabajo, de la misma manera que las
adivinanzas son a veces difíciles de acertar. Por eso deseo denominarlo el
"enigma de la pequeña dicha".

De la pequeña, porque la gran dicha no nos es dada. No perdura. No sin


seducción. No sin daño. Nuestra especie no la tolera, no le hace bien.

Sin aventurarme a entrar al piso resbaladizo de una definición de la dicha y de la


suerte, hay que constatar que algunas personas tienen una inmensa suerte. Están
dotados de inteligencia y talentos y/o belleza, reciben riqueza y lujo. Ser amados y
admirados corona su existencia mundana. Algunos de ellos son cortejados por los
medios de comunicación y son adorados y aplaudidos por sus fans. Otros reciben
una increíble porción de poder en sus manos; con un salvoconducto de poder
hacer casi todo según su voluntad. A otros, a su vez, les es colocada una corona
de laureles y son catapultados hacia las alturas por una ola de autorrealización.

Esta inmensa suerte es a su vez fatídica, porque lleva en sí el germen de la


decadencia. La decadencia rara vez es iniciada desde lo externo, sino que acecha
en el interior del hombre, en algún rincón de su "alma", que lenta e

217
inadvertidamente embrutece y se corrompe en el esplendor de la gran dicha.
¡Pobres personas ricas! ¡Pobres personas bellas, pobres personas famosas! No
son envidiables, estos bailarines y bailarinas en las cúspides de las olas, en el
centelleo soleado de la espuma de mar, bajo ellos el amenazante abismo infinito
negro verdoso, a cuya gravedad no pueden escapar. La caída habitualmente es
profunda. Comparando, la pequeña dicha es de naturaleza tranquila y estable.
Tiene que ver con paz, con armonía, con el ser uno entre aquél que encuentra y
lo hallado. No es nada que mueva al mundo, sólo mueve un corazón. Tampoco
brilla en las luces del escenario, al contrario, es tan delicado que generalmente
pasa desapercibido. Pero aquél que lo ve, dirige la mirada hacia el misterio de lo
numinoso.

Lo sorprendente es que esto es accesible para todos, sin distinción de la persona.


La ama de casa por ejemplo, cuando logra incorporar las palabras adecuadas en
las "palabras cruzadas de la pequeña dicha". ¡Cuántas cosas son pedidas allí! 4
horizontal: Tu hijo vuelve a casa todo sucio del juego. Respuesta: Qué contenta
estoy por tener un hijo sano. 8 vertical: Es la hora de preparar la cena. Respuesta:
Qué misericordia que tengamos suficiente para comer. 7 horizontal: Hay que
revisar los deberes de los chicos. Respuesta: Es un deleite poder realizar una
actividad intelectual aparte del trabajo manual. 11 vertical: Tu esposo está
cansado y agotado a la noche. Respuesta: Qué bueno es que yo no esté sola,
que mi pareja tenga trabajo, que podamos comprendernos mutuamente y
respetarnos...

Cuantos espacios hay para llenar en las "palabras cruzadas de la pequeña dicha",
y siempre queda alguno vacío para el que falta la palabra correcta. Pero
seguramente existe, así como toda adivinanza tiene su solución, sólo que en este
instante no la encuentro. Quizá más adelante, cuando surja con más claridad el
perfil del Todo...

Cada uno tiene ante sí su enigma individual, nadie puede copiarse del otro. Para
el verdulero a la vuelta de la esquina, dice por ejemplo en 4 horizontal: Hay que
descargar medio canción de verduras. Respuesta: Esto es un genial
entrenamiento para mis músculos. Y en 8 vertical para él dice: Ahora llega la
cliente amable. Respuesta: Qué agradable es encontrar personas como ella. Por
supuesto, cada uno tiene libertad de escribir cosas diferentes en los espacios,
218
palabras de indiferencia, de apatía y de rutina diaria. Sólo que entonces no se
logra la resolución de la "adivinanza de la pequeña dicha", y una vida debe ser
vivida hasta su final con lagunas y espacios vacíos.

Pero aquél que logra resolver en alto grado este enigma, a pesar de todo ha
encontrado al final la gran dicha. ¡Cuán extraño juego del destino! Lo único que
permanece: el SI a la vida incondicional, que incluye el morir reconciliado.

Comenté al principio que no se iba a tratar la teodicea. A pesar de ello,


permítanme hacer un señalamiento desde lo puramente empírico.

Los seres humanos se transforman cuando vivencian un duro sufrimiento, y


frecuentemente viven "después" en forma más consciente, despierta, humilde y
sensibilizados para los valores.

Una conciencia despierta, humildad y sensibilidad para lo valioso son como


"elixires de apoyo" para la resolución del "enigma de la pequeña dicha", porque
sensibilizan en el saber que no todo momento de la vida debe ser necesariamente
bueno.

El que ha vivenciado tiempos difíciles, podrá apreciar mejor el peso más aliviado
de los tiempos más llevaderos.

¿Podrá ser que sin un "apoyo" por medio del sufrimiento nos sea vedada la
pequeña dicha, y sin la pequeña dicha no podremos alcanzar la única gran dicha
real ... ?

219
LA FELICIDAD COMO MEDIO TERAPÉUTICO DEL "PODER DE
PROFUNDIZACIÓN DEL ESPÍRITU”

La logoterapia no ignora la vivencia subjetiva del ser humano. Por el contrario, su


abordaje contribuye a sentirse uno mismo como persona, ser sensible a valores,
comprenderse como un ser "convocado por la vida".

A pesar de esto en la logoterapia el concepto de la sensación se utiliza con mucho


cuidado, porque existen dos categorías de "sensación". Por un lado, existe la
"sensibilidad para valores" como un acto espiritual del hombre, que está
"enteramente consigo mismo" apuntando hacia lo autotrascendente.

Por el otro lado, existe la disposición del sentimiento psicológico instintivo, que es
irracional, puede ser engañoso y puede bloquear al Yo, como sabemos de la
teorías de las neurosis.

Esto significa que no toda sensación es existencial y nace de lo más profundo del
ser humano, de su esencia; determinadas sensaciones son simplemente signos
de un desarrollo enfermizo en esta persona.

¡Aquí hay que realizar un trabajo de diferenciación! No se puede superar la


división entre cognición y emoción apostando en beneficio de la emoción -como
algunas corrientes psicológicas lo exigen actualmente-, sino sólo transcendiendo
ambos en la espiritualidad del hombre, al que se le abre una nueva dimensión: la
perspectiva del sentido.

La alegría es un ejemplo clásico para la sensación intencional de la primera


categoría. Nunca puede ser otra cosa que alegría por algo o de algo, ella no es un
producto del vacío, sino siempre tiene una "causa", su específica "causa para la
alegría".

Esta empalma con un "motivo de sentido" de aceptación de vida, de amarla, de


valorarla, de alegrarse por ella, que trasciende todo motivo circunstancial. Sin este
"motivo de sentido", la "causa de alegría" específica se activa trabajosamente y se
apaga más rápido que otras veces, casi como una "fogata de virutas".

Por lo que no necesariamente son contradictorias condiciones buenas de vida y


una existencia infeliz.

220
Gracias a que la alegría normalmente anida en el "motivo de sentido" de la vida y
de su agregada "causa" específica, ella quizá contribuya a la forma de estar en el
mundo más consciente.

La persona que se alegra, está enteramente presente, en un acuerdo óptimo


consigo mismo y el mundo; no está separada, distanciada o extraviada.

Ella se encuentra allí donde debe estar, por instantes de su existencia ya no es un


ser que busca, sino un ser que encuentra, alguien que se encuentra bien sobre el
fundamento de una concordancia básica con el Ser del mundo.

El hombre que se alegra está integrado, no está afuera, detrás de la puerta de su


existencia.

Por el contrario, una persona sin alegría es el ser humano sin pertenencia. Es un
extraño en todos los aspectos de la vida, y tampoco está de acuerdo consigo
mismo No vive como le gustan , y no le gusta corno vive. Detrás de la falta de una
"causa específica para la alegría" generalmente se le ha perdido un pedazo del
"motivo de sentido". Como no ve nada para alegrarse y de qué alegrarse, el vacío
es dominante en su mundo. El hombre sin alegría existe esencialmente en la falta
de algo.

No debe despertarse la impresión de que existan dos especies de seres


humanos: aquellos que se alegran, y aquellos sin alegría. La experiencia nos
enseña que una misma persona de vez en cuando se alegra, y en otros
momentos está sin alegría. Además enseña que las horas felices acontecen con
menos frecuencia en la vida término medio, mientras que la existencia sin
felicidad

predomina en grandes áreas de la vida diaria. En consecuencia podría


especularse que toda persona está más "afuera" que "adentro", es más uno que
busca que uno que encuentra, más desconocido para sí mismo que integrado al
mundo. Mas esta hipótesis es demasiado apresurada por el hecho de que las
escasas horas de alegría tienen la hermosa cualidad de surtir efecto mucho más
allá del tiempo de su vivencia. Es como si resplandecieran a través de la
existencia sin alegría, corno el sol que ya se ha puesto, o todavía no ha
amanecido, lanza su claridad al cielo a través de la oscuridad de la noche. Las
horas de alegría no sólo se colman a sí mismas, además acortan el tiempo de
221
ausencia de alegría en el tiempo de vida anterior y posterior. Debería introducirse
un concepto paralelo al de "alegría anticipada" (= Vorfreude), la "alegría posterior"
o "post alegría- (= Nachfreude). La persona que vive una alegría anticipada o
posterior se encuentra ya, o todavía, en la concordancia básica en el Ser del
mundo, sólo que no le es tan consciente como al que se está alegrando. El solo
sabe que le agrada el hecho de existir, pero no dentro de qué existe, en qué
consiste su concordancia con el mundo.

Observamos que la experiencia demuestra que la alegría y falta de alegría varían


en nuestra vida, y que la alegría, medida en su cantidad, es menos frecuente que
su ausencia: mas esta experiencia no da derecho a la resignación. Porque como
la alegría antes y después irradia su brillo dentro del tiempo de su ausencia,
transforma cualitativamente nuestra vida entera. Es un factor de estabilidad e
integración, que nos permite escapar siempre de nuevo del distanciamiento y
estar allí donde pertenecemos: con nosotros mismos y con nuestro Ser sí mismo
en el mundo.

¿Mas qué sucede si el grado de escasez de alegría aumenta porque la persona


rara vez se siente contenta, o los momentos de su alegría son tan efímeros por no
estar alimentados por una "base de sentido"? En este caso prevalece la ausencia
de algo y el corto resplandor de la pre y post alegría entre medio, sólo hace
recordar dolorosamente lo ausente. Bajo el cielo nocturno rosado, que no traerá al
sol, se borra la referencia al día. Con esto desaparece la referencia a sí mismo, al
prójimo, a los acontecimientos y a las cosas. La siguiente cita de una carta de un
paciente describe esto con claridad:

"Trato de mantenerme con vida con una cantidad de aforismos, experiencias


selectas y palabras alentadoras. A pesar de esto algo me tira hacia abajo.
Desesperadamente trato de liberarme de eso, porque sé que no tengo derecho a
estar infeliz y deprimido. ¡Tengo tanto por lo que otras personas me envidiarían!
También sé muchas cosas, comienzo un sirven de tareas, cuyas preparaciones
me hacen activo, y de pronto todo nuevamente ha terminado. De alguna manera
siempre vuelvo al punto de partida, la sensación del sin sentido de la vida, y en
este instante me avergüenzo de escribirlo en el papel. No me interesa ningún
objetivo realmente, quizás esté enfermo... Luego intento levantar el ánimo siendo

222
alegremente despreocupado, como ahora, pero esto es sólo un autoengaño. Rara
vez logro estar realmente contento".

Alegría y referencias entonces tienen una relación reciproca. Cuando disminuyen


las referencias, disminuye el contento en y para la vida. Cuando desaparece la
alegría, desaparecen las últimas referencias. Alfred Adler, que como es sabido ha
tratado de derivar todos los tipos de neurosis y "nerviosismos", entendiendo bajo
estos términos rasgos de carácter como la temerosidad, lo excéntrico y el
pesimismo, a un no desarrollado sentimiento de comunidad, opinó con respecto a
este tema lo siguiente: "En todos los fracasos de la vida psíquica humana la raíz
más profunda siempre es la falta de vivir con, jugar con, trabajar con, amar con".
Se podría agregar, y en especial en vista de la citada paciente: ...y del alegrarse
con. En su carta mencionada es llamativo que no se encuentra ningún " ... con".
En lo siguiente, contemplamos la alegría no tanto bajo el ángulo de un "medidor
de la salud psíquica", sino más bien como un medio terapéutico. Es evidente: si
alguien pudiese sentirse contento con mayor frecuencia e intensidad -lo que sólo
podría estarlo "por algo" o "de algo"- su referencia hacia aquel Algo se
fortalecería, lo que sería sinónimo de un fortalecimiento de su "disposición positiva
para relacionarse". El vivir con, jugar con, trabajar con y amar con, formulado en
el lenguaje adleriano, se le haría nuevamente habitual, el perdido "motivo de
sentido" se volvería a transparentar. El inconveniente es que uno no puede estar
contento por una orden impartida. Sin embargo será posible, aplicar el
denominado "Poder desafiante del espíritu" en la ausencia de alegría, en forma de
un "Poder de profundización del espíritu", o sea, en una postura del hombre en la
que recoge las tantas pequeñas ocasiones que la vida le ofrece para alegrarse y
las rodee con aura de algo singular. Como una singularidad brillan por más tiempo
en el cielo nocturno y en la media luz de la pre y post alegría, y quizá con el
tiempo permita el amanecer de un día lleno de una reencontrada concordancia
con el mundo. A continuación serán dados algunos señalamientos concretos de
como puede lograrse la profundización de la alegría.

223
I. LA DICHA EN LA PROPIA EXISTENCIA

- 1. La alegría en el hacer, en el crear, en el movimiento.

Diariamente debemos realizar durante muchas horas una cantidad de tareas.


Debemos ser activos, movemos física y psíquicamente. Este estar atareado y
moverse puede ser vivido como molesto, como un trabajoso sobreponerse, como
un estrés cansador, etc.

Puede realizarse toda tarea con oposición, cada movimiento con un suspiro para
superarse. Sin embargo, nuestro punto de vista es decisivo. Porque también
puede vivirse como algo hermoso poder hacer algo y poderse mover. No estar
paralizado, quizás estar atado por una enfermedad a la cama o estar limitado en
su radio de acción por dolores.

No moverse más, ni siquiera mentalmente "hacer caminatas" y (por lo menos)


atravesar ontológicamente espacios y distancias, ya casi significa estar muerto.

Lo que hay que realizar a diario puede ser llevado a cabo en su gran mayoría con
energía y vitalidad. Levantarse, hacer unos ejercicios corporales mientras se es
conscientemente agradecido por el "estar nuevamente desierto'', distenderse y
desperezarse, puede llegar a ser un placer.

Preparar el desayuno y mientras se esparce el aroma agradable del café puede


combinarse con una sensación de felicidad por disponer de suficientes alimentos
y no tener que salir de su casa hambriento.

El traslado al lugar de trabajo generalmente no es muy agradable en nuestro caos


de tránsito, pero personas hábiles logran darle algún provecho: una breve
caminata al aire libre, o un viaje que ahorra un largo trecho de a pie.

De todos modos aún un traslado hacia el lugar de trabajo a través del aire
impregnado de nafta es mejor que no hacer nada por no conseguir empleo.
Podría darse una gran cantidad de otros ejemplos; toda actividad, todo lo que
debe hacerse, puede realizarse con una disposición interior y con la conciencia de
que le es propio algún aspecto "especial".

Conocer éste, puede profundizar nuestro contento en la actividad en cuestión.


Investiguemos por qué este tipo de alegría debe denominarse un medio

224
terapéutico. En un sentido general es "alegría por la propia capacidad". Puedo
levantarme, puedo preparar el desayuno, puedo realizar mi trabajo, etc. Soy un
capacitado, tengo habilidades a mi disposición, dirijo mentalmente a mi cuerpo y
él me obedece, tengo influencia sobre mi entorno, y él también es modelado por
mi aporte. ¡Esto es un motivo para alegrarse! Autorespeto, autoseguridad,
autoconfianza vibran en esta turbulencia de la alegría por el propio quehacer.
Aunque no como "delirio de francesa'', porque se integra armónicamente con
elementos del agradecimiento por haber recibido la capacidad. Contrariamente a
lo dicho existe una típica práctica de vida neurótico, cuya base es el "no querer
poder". El que nunca hace nada, tampoco puede hacerlo, y el que no puede
hacerlo, no necesita hacerlo nunca, así es la máxima de la persona temerosa e
insegura con sus actitudes hesitantes, cuya mayor preocupación es zafar de una
resolución decidida de problemas. Crea en sí mismo un "reflejo de hacerse el
tonto", análogo al reflejo de hacerse el muerto en el reino animal, que le aporta
ciertas ventajas a corto plazo.

Esta ha sido descripta en la bibliografía específica bajo el concepto de


incapacidad aprendida" de Seligmann. Esta ventaja, que al miedoso lo dispensa
de hacer determinadas cosas, que otras personas se rompan la cabeza" por él, ya
sea con gusto o no, sólo se consigue con una doble desventaja: a) cada vez
poder hacer menos en la realidad, y b) cada vez tener menos satisfacción en el
poco poder hacer.

Aquí comienza la implementación de la profundización de la alegría como medio


terapéutico; una persona que otorga a su hacer y accionar algo “especial" en
forma planificada, en una primera instancia logrará realizar lo poco del repertorio
de su capacidad con más satisfacción, y como próximo paso estará dispuesto a
ampliar el mismo. Algo parecido es el objetivo de todas las terapias corporales, al
tratar de mejorar el contacto del paciente consigo mismo por medio de una
sensibilidad más profunda con respecto al propio cuerpo y sus movimientos.

Esta propuesta podría ser enriquecida logoterapéuticamente para reestablecer el


contacto con sus capacidades de las reales, no disminuidas por tendencias
neuróticas por medio de una profundización de la alegría en su propia actividad
mental y su propio movimiento físico.

225
- 2. La dicha en el contemplar, el escuchar y el pensar

Durante algunas horas del día no debemos hacer nada, por lo menos no algo
determinado categóricamente o impuesto obligadamente. Son aquellas horas, o a
veces sólo cuartos de hora, que nos pertenecen enteramente. Nosotros decidimos
para qué las usaremos. No hay otros tiempos en nuestra vida que sean tan
"subordinados" a nosotros como estos pequeños y valiosos tiempos libres, y
ninguno está en el peligro de ser utilizados por nosotros tan estúpidamente como
ellos. A veces son "apaleados" para peleas y luchas, "mercados'' con adicción a
los artículos de placer y consumo de televisión o "destrozados" con indiferencia
por bloques de trabajo autoimpuestos.

En realidad podrían ser una reserva para recargar la alegría. Siempre que luego
de la actividad realizada, el alma pueda recibir tranquilidad; que el alma pueda
"volar", como lo expresa el dicho popular en forma tan gráfica. Porque sólo el
"alma que vuela" puede soñar y entretejer lo grandioso y lo dulce de este mundo
en sus ensueños. Por ejemplo en la contemplación: de un arbusto en flor de la
pradera, de un caracol en el suelo musgoso del bosque, de una imagen hermosa
en un libro de arte o una decoración llena de humor en el living..., al ser
contemplados se nos acercan más y nos transmiten algo de nuestra pertenencia y
unión con la incomprensible plenitud del Todo. 0 al escuchar, cuando vibramos
junto con los sonidos musicales o con el canto de los pájaros, o en aquel silencio
casi sagrado existente en lugares escondidos anteponiéndose a todo ruido de
fondo, como si pasara un hálito divino por la tierra.

No nos olvidemos de la posibilidad del pensar ensoñador, la alegría en la danza


de los pensamientos; pueden dilucidar adivinanzas y leyendo participar en
pensamientos de otros, pueden tener ideales, destrabar puertas cerradas y jugar
con realidades o si fuesen bloques de madera a disposición de niños. La dicha en
el observar, oír, escuchar, en el fantasear y combinar es la alegría de un ser que
ha nacido no sólo para una exteriorización de sí mismo, sino también para una
interiorización de una creación que le es revelada parcialmente.

Investiguemos por qué esa alegría puede ser denominada con todo derecho un
medio terapéutico. Ella crea un espacio de desarrollo. En nuestra ensoñación nos
desarrollamos en pos de nuestras imágenes soñadas. En el recibir de lo hermoso,
226
embellecemos; al vibrar con las armonías incorporamos un poco de armonía en
nosotros. En el pensado juego con realidades está contenido el germen para la
transformación de la realidad.

Contrariamente a esto existen debilidades psíquicas de base con consecuencias


para toda la vida. Un buen ejemplo es la falta de disciplina. Esto lleva tanto al
sobrepeso, como a deudas o a estudios interrumpidos con frecuencia. A estas y
otras deficiencias solo puede hacerse frente con el reconocimiento y la reflexión
en horas de silencio, en las que el ser humano se confronta con sus propias
debilidades, reflexiona acerca de su vida, y sueña con las posibilidades de
desarrollo que duermen en él. En las que se deja fecundar por lo equilibrado, lo
oportuno y lo consecuente en forma modesta que, al entregarse, le revela su ser
integrado a un Todo que trasciende la naturaleza y la cultura.

Algo similar es el objetivo de cultos de meditación del lejano Oriente, que desean
dar un espacio al desarrollo interior del hombre -hacia un nivel de existencia
superior- por medio de una más profunda liberación de instintos apremiantes y la
renuncia a planificaciones programáticas.

Logoterapéuticamente puede interpretarse su preocupación que por una


profundización de la alegría en los pequeños juegos de pensamiento y ensueños
en los tiempos disponibles, sea iniciada la comunicación del hombre con lo
Grandioso, que no se encuentra a disposición de él, pero lo acompaña de un nivel
al otro; con aquel "Logos", que no pocas veces se le da a conocer en lo Pequeño,
para anunciarle una participación en lo Inmenso.

227
II. La dicha en la existencia compartida

- 1. La alegría en actividades grupales

Tanto nuestro quehacer activo diario, como nuestras horas de recreación y


descanso, son compartidos generalmente con otras personas. Esto a su vez
puede ser un interminable motivo de fricción o una fuente agregada de alegría.
Ofrecerá contento a aquél que aprecia la cooperación y el trabajo en equipo, y al
que puede mantener su individualidad ante una suficiente competencia social.

No necesita ningún tipo de rivalidad y competencia. No necesita defender su


prestigio en el grupo, haciendo quedar mal a otros. No necesita reaccionar en
forma susceptible si él mismo, sea justo o no, se lo hace quedar mal quizá por un
integrante del grupo que se siente en condiciones de inferioridad. Es interiormente
libre, para alegrarse de todo lo compartido, tanto del hacer conjunto proyectado
como del estar reunidos pacíficamente, sin un programa determinado.

Esta alegría en el estar en grupo es realmente algo especial y debería ser


registrado como tal. No se está solo, la familia, los anudas, los conocidos y los
colegas se encuentran cerca de uno. Hay alguno entre ellos que escucha cuando
uno quiere hablar. Otro, que brinda apoyo cuando uno es débil. Un tercero, le da
la sensación de que no le es indiferente. Cuantas veces hay personas que recién
después de una separación se dan cuenta cuánto significaba el uno para el otro.
Cuantas veces una necrología es más positiva de lo que fue el compartir la vida, y
esto no sólo sucede por motivos de respeto. La dicha por la existencia del otro y
de su cercanía es una alegría fundamental que merece un poco de
profundización, teniendo en cuenta que cuando las flores crecen abundantemente
en las tumbas, ya es un poco tarde.

Más allá de esto existe la alegría en diversas acciones en conjunto, que


realizadas en forma solitaria agradarían mucho menos o ni siquiera serían
posibles de realizar. Por ejemplo el compartir un juego, lo que también en la era
del ajedrez computarizado y los juegos de video se ha revelado como necesario.

Igualmente el obrar y hacer con su característica de complementación. Uno tira


una pelota, hablando con una imagen, y el otro la ataja. Nadie puede tirar y atajar
simultáneamente. Además ¿qué sería del juego con la pelota, si ambos quisieran

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sólo tirar o sólo atajar? ¿0 si uno no quiere entregar su pelota, negándose a tirar,
no teniendo así sus propias manos libres para atajar lo dirigido a él? Lo realizado
en conjunto con su minuciosa complementaciones como una obra de arte de
varios artistas. Uno solo no puede lograrlo, pero en la realización compartida
ofrece alegría a cada participante. Actualmente también es bueno hacer recordar
que las tareas domésticas, el trabajo profesional y la educación de los hijos es
una obra de arte compartida para la alegría de sus “artistas”.

Luego de lo dicho se hace comprensible por qué la alegría en actividades


compartidas es un medio terapéutico de una característica especial. Reduce el
enojo del individuo. El enojo del que pierde la satisfacción por el juego compartido
lo compensa. El enojo del ambicioso que no puede alcanzar su objetivo solo, la
satisfacción en objetivos compartidos ubica pretensiones exageradas en su lugar.
El enojo de deber soltar de aquél cuyas manos son liberadas para un futuro
recibir. Al que no puede cooperar se le dificulta defenderse en un mundo triste.
Dar valor a la cooperación facilita la necesidad de mantener su lugar, y arrebata al
mundo un resplandor más alegre. Allí donde termina el poder del yo, continúa
sosteniendo el nosotros.

Los abordajes sistemáticos de la terapia de grupo y la familiar también tienen en


su mira el buen funcionamiento del nosotros.

Esperan una mejoría de las relaciones interhumanas por un esclarecimiento de


los roles recíprocos y de los motivos reprimidos en la red de relaciones. En la
logoterapia se afirma que esta esperanza lleva a un resultado mejor al mantener y
profundizar la alegría en la misma red de relaciones.

Porque indistintamente al rol que a veces asumimos, a las extrañas tendencias


que nos impulsan, en la alegría somos tan espontáneos y honestos como pocas
otras veces, porque nos entregamos a aquello que sucede entre los roles y las
máscaras, así como los niños se entregan a la pelota en el aire.

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- 2. La alegría en la Silent Communication

En Estados Unidos existe el concepto de la "silent communication". Este se refiere


a aquello que se "transmite" por medio de una irradiación de una persona a otra.
De ninguna manera el término se refiere a señales no-verbales como la postura
corporal, la mímica y los gestos, y todo lo que estos expresan. Incluye posturas
espirituales y lo obrado existencialmente por una persona que se irradia a su
medio.

Por eso en las carreras de psicología norteamericanas se da, entre otros


aspectos, mucha importancia al concepto del ser humano con el que se identifica
el futuro terapeuta.

Más adelante, aun con una muy correcta "abstinencia de transferencia" (en
sentido psicoanalítico) este concepto se "transmitirá" al paciente por canales no
controlables y lo influirá.

Por supuesto, siempre se puede resistir o ceder a toda influencia, pero a pesar de
esto representa una situación tentadora; y ya que se podría "seducir" a un
paciente, entonces que sea hacia la vida y hacia el amor por la vida. Para esto es
necesario un concepto del ser humano positivo y digno.

En la comunidad humana la "silent communication" es de mayor importancia de lo


que uno supone. Hay personas que esparcen armonía alrededor suyo. Es
agradable estar con ellos.

No es necesario hacer algo en especial con ellos, reflexionar o discutir acerca de


algún tema, lo especial es el ambiente que ellos forman. Un ambiente en el que
todos pueden respirar libremente y pueden ser ellos mismos.

Aún más, permite que lo mejor de uno mismo sea revelado donde no se acusa.
Poder encontrarse con personas así es una real dicha. Porque ellos aman la vida,
atraen el amor para la vida. Es casi imposible no conocer, por lo menos, una
persona de estas características.

En cuanto tengamos la posibilidad de relacionarnos con un ser humano así,


dejémosnos "seducir" por él, profundizando nuestra alegría en el contacto mutuo.

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Hay historias de pacientes que no son otra cosa que relatos de amigos
equivocados. Siempre hubo un núcleo bueno en la persona, preparado para
atravesar la "cáscara dañada", pero siempre fue vencido por la tentación.

La serpiente del paraíso es una gran actriz fuera del mismo y tiene sus mejores
escenas disfrazadas con la vestimenta del aparente buen amigo. "No seas tonto",
dice con voz de ángel, "para qué trabajar como loco, si es posible conseguirse el
dinero en forma más fácil". O lo otro: "Probá, ¡este viaje es estupendo, tenés que
haberlo vivido!".

Mas es posible desenmascararla, a la serpiente, porque la ‘silent communication"


la delata. Lo que irradia de ella es en realidad indiferencia. Ella no ama. No ama al
que trata de envolver en sus redes, ni a sí misma. El que percibe la frialdad que
se esconde detrás de su voz angelical, actúa sabiamente si toma distancia.

Por este motivo la felicidad por la "silent communication” no sólo es un medio


terapéutico, sino un medio de prevención. Actividades compartidas son hermosas
mientras se produce un bienestar anímico a través de la "silent communication".

Pero no necesariamente hay que compartir una actividad para percibir el bienestar
estando cerca de una persona con una irradiación positiva. Puede ser edificante
encontrarse de vez en cuando con una de estas personas y percibir sin palabras
lo que llega de ella al propio ser con un efecto liberador.

En cierta manera los ejercicios de silencio, como por ejemplo se realizan en


prácticas de convento, contribuyen a la percepción de aquella "silent
communication".

Desde la óptica logoterapéutica el efecto principal es logrado, no tanto por la


autoimpuesta restricción del habla, sino por la profundización de la dicha por la
cantidad de aquello que vibra entre nosotros, los seres humanos,
independientemente del hablar, y en especial entre personas con el carisma del
amor.

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- 3. La alegría en la resolución de conflictos y en la meditación

Difícilmente se supone que acciones como resolución de conflictos, apaciguar


peleas y lograr acuerdos consensuados puedan ser relacionados con la dicha.
Generalmente aparecen asociadas como un mal necesario y son realizadas más
bien con rabia, indefensión y un apremio para preservar la cara. Sin embargo,
produce un real "gozo" vivir con todas las personas cercanas a uno en una
relación armoniosa y no estar enemistado con ninguno. El mismo "gozo" puede
ser vivido al tratar de fomentar ese estado, o sea cooperar para promover la paz.

La meditación logoterapéutica observa en especial los sistemas de valores de los


bandos en conflicto. Una regla general es la siguiente: Valores compartidos unen.
Aunque esto sólo es válido bajo la premisa de que realmente ambos lados
piensen y argumenten con una orientación hacia valores. Si no terminan
peleándose en rivalidad por un servicio al valor compartido, como por ejemplo la
esposa y la suegra por la pregunta: "¿Quién comprende mejor al esposo/hijo, tú o
yo?". En lugar de ponerse de acuerdo qué tipo de colaboración le haría bien, y
qué tipo de intervención en sus asuntos le sería dañino.

Valores diferentes, en cambio, deben ser tratados con sumo cuidado. Si ambos
lados carecen de toda capacidad de comprensión, separan.

Mas si un lado intenta acercarse al mundo de valores de los otros, pronto se da


cuenta que aquellos otros no sólo persiguen objetivos egoístas y destructivos,
como generalmente se supone en una pelea.

El reconocimiento de qué valores son de una importancia decisiva cambia la


imagen del "enemigo" y uno se hace más benigno. Un "enemigo orientado hacia
valores" no puede ser "totalmente malo".

Lo que ensombrece la satisfacción en la observación de los respectivos sistemas


de valores en la búsqueda de soluciones, es generalmente un solo aspecto: la
asignación de culpa.

Tanto del ataque, como el sentirse atacado. En el instante en el que el diálogo


convenza a girar alrededor de acusación y defensa, la chance de lograr un
consenso entre ambos sistemas de valores, está perdida por el momento.

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No necesita ninguna explicación el hecho de que el ataque produce efectos
fatídicos. Menos conocido es el hecho que el sentirse-atacado igualmente puede
ser fatídico; lo que será demostrado en base a una micro unidad de
comunicación. Una madre tiene a su hijo adulto de visita. Ella quiere bajar una
persiana y tira del cordón, rompiéndose éste. Espontáneamente el hijo exclama:
"¡A Dios gracias, que no fui yo!".

Esta contestación del hijo contiene mucha "pólvora" para la desarmonía.

1) No piensa, ni argumenta con orientación de sentido. El valor "dañado" de la


persiana que interactúa con el valor de un hogar placentero- para él no tiene
importancia. Para él sólo cuenta, si él es culpable. Como no lo es, el mundo se
encuentra en orden.

2) Ya que la persiana no representa un valor compartido para él y su madre, sí en


la interactuación mencionada puede ser un valor para la madre. Pero el hijo no
comprende la situación, sea expresando que lo lamenta u ofreciendo su ayuda
para el arreglo. Como él no tiene la culpa no le interesa la solución del percance.

Para el comportamiento del hijo se impone una explicación que tiene relación con
su infancia. No puede descartarse la sospecha de que durante su proceso de
desarrollo habrá tenido que soportar severos reproches por pequeñas faltas, y
que por este motivo está sensibilizado. Mas no es seguro que esta hipótesis
resista una investigación. Existen personas hipersensibles que no han recibido
más críticas que otras, pero reaccionan en forma más alérgica. De todos modos,
este tipo de "defensa automática ante el ataque", que (también sin ataque sufrido)
es puesta en marcha aun por sucesos insignificantes, no coopera para desactivar
una situación general crítica. La madre del mencionado ejemplo necesitará un
gran equilibrio para tomar en forma tranquila y con humor la exclamación
inadecuada del hijo adulto.

Un excelente medio terapéutico para adjudicación de culpa y su rechazo, ya sea


justa o no, es el disfrutar una resolución positiva de conflictos.

No debe ser confundida con una tendencia insulsa para calmar, como le es propio
a personas que esquivan los conflictos, y que interiormente siguen dando en el
nivel de reproches. Al contrario, la dicha en la resolución positiva de conflictos
deja de lado el interrogante de la culpa y coloca el interrogante del valor en el
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punto central. ¿Cuáles son los valores de la persona que están amenazados,
dañados, y cómo pueden ser "reparados" en forma conjunta sin que alguno de los
involucrados deba soportar una invasión importante en su propio sistema de
valores?

Esto es un desafío fascinante, también con su variable de la meditación en la que


una persona no involucrada ofrezca su apoyo.

En los últimos años están de moda, además de las orientaciones para


matrimonios, las llamadas orientaciones para divorcio, en las que aparte de
psicólogos, participan abogados y expertos en economía doméstica en busca de
nuevas reglas para el "después" junto con los deseosos de separarse.

No puede ocultarse que esta tendencia no es una buena señal para la salud del
pueblo, a pesar de su indiscutible racionalidad.

La logoterapia, que se concibe como "favorable a la familia", defiende que este


tipo de meditación apunte en primer término a que los deseosos de separación
profundicen su alegría en la resolución positiva del conflicto, investigando
mutuamente sus sistemas de valores.

Lo que encontrarán podría hacerles olvidar los reproches y valorar la paz.

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- 4. La felicidad por la alegría del otro

Una disertación acerca de la dicha no debe terminar sin un señalamiento acerca


de la felicidad suprema y más perfecta, que es la alegría por la felicidad de otra
persona. Aunque esta dicha no se consigue en forma "barata".

Solicita una renuncia de todo sentimiento de envidia y menosprecio, cuyo caldo de


cultivo es la pregunta ¿por qué el otro se encuentra mejor que yo?

Supongamos por ejemplo, una mujer sufre un fracaso en su relación de pareja.


Recibe la visita de una compañera de los años del colegio que le cuenta radiante
de felicidad de su reciente casamiento y que está viviendo en un "cielo de dicha".

Cuánto sufrirá aquella mujer al escuchar a su compañera justo cuando está


llorando su amor perdido. Por supuesto sabe que un feliz matrimonio se asemeja
a un "cielo".

Lo sabe mejor que nunca, ahora que ella misma acaba de perder ese cielo. Esto
significa, que ella sabe que su amiga tiene suficiente motivo para alegrarse, pero
¿no se lo envidiará? Y aun el no envidiar condescendiente se encuentra en un
nivel inferior que el alegrarse honestamente con el otro.

Sin lugar a dudas, la mujer de nuestro ejemplo, podría alegrarse con más facilidad
con su compañera si su propia pareja estuviera intacta. Aunque en este caso no
podría apreciar de la misma manera cuán profundo motivo ella tiene para su
felicidad.

De esto puede derivarse la paradoja de cuanto más extrañamos en la propia


amarga experiencia el motivo de la alegría del otro, que ahora conocemos, tanto
menos estamos dispuestos "permitirle" a la otra persona esa felicidad. 0
expresado más brevemente: es mucho más fácil compartir la alegría para los
dichosos, que para los que no lo son.

¿Existe alguna escapatoria de esta paradoja? Por cierto que sí, en cuanto los sin
dicha comiencen a profundizar la alegría por la felicidad del otro. Si la mujer de
nuestro ejemplo pudiera sobreponerse y aceptase la dicha de la compañera, su
compartir equivaldría a un bálsamo en el llanto por su pareja deshecha.
Repentinamente ella ya no se encontraría inmersa en su pena, sino estaría "por

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encima se encontraría a una distancia que permitiría que sus heridas puedan
cicatrizar. ¡Cuánto poder terapéutico!

La alegría por el hecho que a otro u otros les vaya bien contiene un "potencial
para mejorar al mundo". ¡Imaginarse que pueblos manifiesten su felicidad porque
sus vecinos estén viviendo en una paz duradera y con bienestar! ¡Cómo
cambiaría el planeta tierra su rostro!

¡Cuán superfluos de repente serían angustias y desconfianzas, reaseguros y


limitaciones! No es necesario imaginarse esta utopía con todos sus detalles para
obtener una idea acerca del inmenso potencial de la alegría compartida. Es
altamente suficiente realizar un intento con ella en la propia casa y en el círculo de
conocidos, para vivenciar lo que esta suprema forma de la dicha puede lograr: no
existe ninguna pena y ninguna situación de total falta de alegría que ella no pueda
aflojar.

Realmente, como decíamos, no es "barato" obtenerla. Para profundizar una


alegría por la dicha de otro, debemos recurrir al "poder de profundización del
espíritu".

Aquel "poder desafiante del espíritu" es capaz de hacer frente incluso a un destino
"infernal", pero también nos capacita para regalar a nuestros semejantes una
sonrisa afectuosa.

Si ésta proviene de un corazón honesto, el "cielo" también estará dentro nuestro.

Por este motivo contesté la carta que cité al comienzo de este capítulo de la
siguiente manera:

"Usted trata de levantar su ánimo, lucha contra su sentirse infeliz, usted sabe que
otros lo pueden envidiar, usted entiende muchas cosas, se avergüenza de sus
quejas, usted no se interesa en nada, usted se engaña a sí mismo, pocas veces
se alegra, etc.

Su vida se ha doblegado hacía usted mismo, de alguna manera siempre vuelvo al


punto de partida ...como un boomerang que ha errado su presa y ha vuelto al
cazador.

Envíe usted este boomerang una vez más en sentido contrario. Intente usted
levantarle el ánimo a otra persona. Luche usted contra la infelicidad de la otra
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persona. Aproveche usted sus conocimientos para bien del otro, y no se
avergüence de escuchar las quejas de la otra persona. Tenga interés en ella y no
la engañe. Y cuando paulatinamente ella se encuentre mejor, alégrese junto con
ella.

Este boomerang acertará; y en cuanto haya acertado aquello para lo que fue
construido, nunca más volverá a usted. Entonces su vida doblegada se
encarecerá nuevamente y lo unirá con saturadamente de una auténtica alegría".

Por mucho tiempo no recibí respuesta. Pero al fin un día llamó “para darme una
alegría con su agradecimiento", y yo percibí realmente sintiendo alegría!: el cielo
se encontraba dentro de él.

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ACTIVIDADES OBLIGATORIAS

Personalidad Normal - Unidad 4

PARA DESARROLLAR...

1. Texto: “El Crecimiento Mental por la Desintegración Positiva” de K.


Dabrowski

• Describa esquemáticamente las cinco etapas de la desintegración


postiva

• Desarrolle los tres factores y el medio psíquico interno

• ¿Cuál sería el punto de contacto entre la desintegraión postivia de


Dabrowski y la tendencia actualizante de Carl Rogers?

2. Texto: “El Funcionamiento pleno de la personalidad de Rogers &


Kinget y el texto: la personalidad madura de Allport

Haga una breve síntesis de ambos textos y luego una comparación entre
ambos.

3. Texto: “Los papeles sociales de Jourardd y Landsman y el texto:


“Estar sano en lugar para insanos” de Rosenhan

Luego de la lectura de los textos, vuelque sus apreciaciones personales


respecto de los mismos.

EJERCICIOS DE AUTO-EVALUACIÓN

• El libro “Psicoterapia en Dignidad” de Elizabeth Lukas, fiel colaboradora de


Victor Frankl escribió un capítulo sobre el Júbilo que aconsejamos leer.

• Luego de su lectura, relaciónelo con su propia vida y medite acerca de su


propia capacidad de ser feliz.

• ¿Reconoce usted a personas que comparten “el enigma de la gran dicha”?

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