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2. Dimensiones de la emoción
2.1. Valencia
2.2. Activación
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
Aunque todos sabemos cómo es la experiencia de una emoción, encontrar una definición
en Psicología ha sido y es una tarea difícil. Sin embargo una definición de emoción debería
siempre de incluir cuatro aspectos o componentes:
- 1. Un estado de activación o arousal, que podemos describir como una
experiencia subjetiva a lo largo de la dimensión excitación-calma. Este sería el
componente fisiológico.
- 2. Una “etiqueta” que colocamos a esos estados y que proviene de su análisis o
evaluación (componente cognitivo).
- 3. Una emoción siempre nos incita a hacer algo y tendemos a actuar de una
manera concreta. Denominamos a ésta característica el componente
motivacional o comportamental.
- 4. Las emociones se suelen reflejar en el rostro, permitiéndo comunicar nuestras
emociones e intuir las del otro. Sería éste un componente expresivo o social.
Los componentes 3 y 4 son tomados en muchos casos como un componente
único o funcional
Ninguno de estos componentes aisladamente define qué es una emoción (p.e. podemos sonreír
sin sentir alegría, como cuando reímos "de compromiso", incrementar la activación fisiológica
mediante drogas y no experimentar emoción...); hay que estudiar los cuatro. El término emoción
es un constructo que une estos cuatro aspectos.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
suele ser difícil establecer su inicio o fin. Normalmente, a diferencia de las emociones, no tienen
un claro desencadenante. Tanto las emociones como los estados de ánimo nos preparan para
realizar una acción, si bien las emociones suelen cambiar nuestros estados de preparación para
la acción (por ejemplo, el miedo interrumpe la acción que se está realizando, prepara para la
lucha o para la huida, y dirige la atención hacia las señales de peligro del ambiente), mientras
que los humores emocionales mantienen esos estados y nos ayudan a resistir ante los cambios
(por ejemplo, cuando nos encontramos bajo un estado de ánimo triste, nos resistimos a aceptar
una invitación para salir y divertirnos). Por otra parte, los estados de ánimo se pueden alterar
por medio de drogas. El alcohol probablemente sea la droga más utilizada por la sociedad
occidental para modificarse el estado de ánimo. Su efecto principal es reducir la ansiedad. Otras
drogas, como los antidepresivos y los tranquilizantes, también tienen como objetivo modificar el
estado de ánimo.
Hasta ahora hemos hablado de estados emocionales, transitorios y limitados, que van y
vienen (p.e. al hablar en público, la mayoría se pone nervioso y luego vuelve a la tranquilidad).
Pero también las emociones pueden conceptualizarse como rasgos, como reacciones
relativamente estables y consistentes diferentes entre individuos (p.e. quien está casi siempre
ansioso...) La distinción entre rasgos y estados emocionales es importante; por ejemplo, todos
hemos experimentado el estado de ansiedad pero no todos poseemos el rasgo de ser ansiosos.
Aun sin poder experimentar directamente las emociones de los otros, podemos
aproximarnos a su medición y estudio a través de sus distintos componentes.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
sistema nervioso autónomo (SNA) (su rama simpática tiende a estar más activa durante las
emociones fuertes, mientras que su rama parasimpática durante la relajación y el descanso).
En general, las reacciones asociadas con el SNAs y la activación emocional son las
siguientes: incremento de la tasa cardíaca y de la tensión arterial, dilatación pupilar, inhibición
de la salivación, secreción de sudor, vasoconstricción periférica e inhibición de la digestión. Con
el parasimpático las reacciones contrarias. Imagínate que vas a un aparcamiento a las 2:00
a.m., desierto, y se te acerca alguien (activación del SNAs); resulta que es un policía de
vigilancia (efectos contrarios por activación del SNAp). Este ciclo general fisiológico es el
asociado a la mayoría de las emociones fuertes.
Ya que los cambios fisiológicos durante la emoción son tan importantes, una forma de
medir la emoción es medir estas respuestas fisiológicas. Uno de los aparatos más utilizados
para ello ha sido el polígrafo, en cierto sentido funciona como una radio (recoge pequeños
impulsos eléctricos en el aire, los amplifica y los traduce o convierte en energía que active el
altavoz, produciendo el sonido). Puede registrar diferentes medidas fisiológicas
simultáneamente:
Esta es la idea que está detrás del polígrafo como "detector de mentiras". Registra
habitualmente tasa cardiaca, presión sanguínea, conductancia de la piel y tasa de respiración.
La respuesta del sujeto se mide en condiciones de descanso o ante preguntas neutrales (como
nombre y dirección) y se introducen las preguntas de interés; si el sujeto miente, se supone que
la máquina detectará una reacción emocional. Pero el polígrafo no mide la mentira, mide las
reacciones fisiológicas asociadas con la emoción, de tal forma que cualquiera que mienta
controlando sus reacciones emocionales no puede ser detectado por el polígrafo, y viceversa.
De hecho, se equivoca un tercio de las veces, siendo más las veces que declaran culpable al
inocente que inocente al culpable.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
Mi teoría, por el contrario, es que los cambios corporales siguen directamente de la percepción
del hecho excitante, y que nuestro sentimiento de los mismos cambios tal como ocurren es la
emoción... nos sentimos tristes porque lloramos, enfadados porque golpeamos, con miedo
porque temblamos... (James, 1890)
James sostuvo que cada estado emocional viene se alado por un patrón fisiológico único. En
su formulación original propuso que los sentimientos podrían originarse por cambios en las
vísceras (u órganos abdominales), respiración, circulación, piel, músculos e incluso posturales.
Al tiempo que James presentaba sus ideas, el psicólogo danés Carl Lange (1885)
propuso una teoría de la emoción esencialmente igual pero más limitada. Mientras James veía
la emoción como una experiencia de todo el cuerpo, Lange localizaba las emociones en el SNA
y las vísceras. En sus últimos escritos, James adoptó la postura de Lange. De ahí que se
conozca a la idea de que las emociones surgen de la percepción de los cambios corporales
como la teoría de James-Lange.
Esta teoría estimuló mucha investigación sobre las emociones, que en buena medida
intentaba desacreditar los propios supuestos de la teoría. En 1927, Walter Cannon, un pionero
en el estudio del SNA, publicó una serie de críticas importantes. Las cinco críticas que Cannon
realizó a la teoría de James-Lange son las siguientes:
4) Las reacciones fisiológicas del cuerpo ante los estímulos elicitadores de emociones
son más lentas (1-2 segundos) que las propias experiencias emocionales. La introspección y
algunas observaciones parecen sugerir que latencias tan largas no son típicas de las
reacciones emocionales.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
5) Las personas que son activadas fisiológicamente de forma artificial -p.e. cuando se
inyecta adrenalina-, no experimentan verdaderas emociones, se sienten "como si tuvieran
Emoción
Ansiedad
miedo", "como si fueran a llorar",... sus estados emocionales no parecen darse de forma regular
y sistemática.
Además de señalar las deficiencias de la teoría, Cannon y su ayudante L.L. Bard
propusieron una teoría propia. Según la teoría de Cannon-Bard, el tálamo juega un papel
crucial en las emociones. En una situación emocional, los estímulos pasan de los sentidos al
tálamo, que actúan como una estación de relevo. Este simultáneamente transmite la
información a dos lugares del cuerpo: al córtex cerebral (lo que resulta en la experiencia
subjetiva de la emoción) y hacia abajo, vía SNA, a los órganos internos del cuerpo (lo que
resulta en las respuestas fisiológicas). Por tanto, las reacciones corporales ocurren junto con los
sentimientos de emoción; no producen las emociones, como pensaba James.
Otros estudios en cambio sí han aportado cierta evidencia favorable a las tesis de
James-Lange. Uno de los postulados que se deducen de su teoría es el de la especificidad
fisiológica de las distintas emociones; si éstas se producen a partir de los patrones de actividad
fisiológica, deben existir patrones específicos a cada una de las emociones que
experimentamos, caso contrario no diferenciaríamos entre ellas. Algunos trabajos, como por
ejemplo el de Ekman, Levenson y Friesen (1983) que vimos al hablar del componente
fisiológico de las emociones, muestran que pueden producirse cambios fisiológicos
relativamente específicos en personas que experimentan diferentes emociones.
De éstos y otros muchos estudios relacionados con esta teoría, parece poder concluirse
que la activación fisiológica acompaña, regula y establece el contexto de la emoción, pero no la
causa directamente.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
De acuerdo con esta concepción, la emoción puede ser generada de dos formas:
habitualmente, una situación generadora de emoción produce una "cognición emocional" (p.e.
los osos son peligrosos) y activación fisiológica; juntos definen el estado emocional (p.e. miedo),
determinando la cognición emocional el tipo de emoción que se tiene y la activación fisiológica
su intensidad. Pero en otras ocasiones menos frecuentes, las personas sienten una activación
fisiológica inexplicada, para la que no tienen explicación. Según la teoría del arousal-cognición,
Interpretación
Estímulo Cambios de esos
corporales Emoción
cambios
p.e. Nos corporales
Se nos
preguntan queda la Estas
en clase situa cio nes m e
Ansiedad
boca seca po nen mu y
nervio so
en estas circunstancias lo que hace la persona es iniciar una búsqueda cognitiva que continúa
hasta que se encuentra una explicación satisfactoria de por qué se ha producido la activación.
El resultado de esta búsqueda es una etiqueta cognitiva, que da la cualidad de la emoción.
Para estudiar esta segunda y atípica forma de emoción y al mismo tiempo contrastar los
supuestos más importantes de su teoría, Schachter y Singer (1962) realizaron un complejo,
aunque ya clásico experimento:
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
Resultados:
- En general, los sujetos informados y los del grupo placebo se aplicaban con toda calma
a sus tareas, bien esperando tranquilamente o bien rellenando el cuestionario, e ignorando las
excentricidades de su compañero.
- Sin embargo, los sujetos no-informados tendían a seguir el comportamiento de ese
compañero, tornándose eufóricos o encolerizados según la actitud que éste mostrase.
Por tanto, aun existiendo grupos de sujetos con idénticos estados internos de activación
y sometidos a similares experiencias ambientales, se comportaban de forma diferente según
que tuviesen o no una explicación adecuada para su estado interno. En caso de no ser así, la
atribución más probable del estado emocional recaía en la situación ambiental.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
Sin duda, es claro que existen límites en cuanto a las posibles interpretaciones que
pueden inducirse del arousal fisiológico en función de las señales emocionales. Asimismo,
Schachter era consciente de que el arousal explicado era mucho más frecuente que el
inexplicado, pero sus ideas ilustran bien cómo interactúan los sistemas fisiológico y cognitivo
para producir una experiencia emocional.
Esta teoría ha de ser aplicada con precaución; ilustra generalmente situaciones poco
frecuentes de arousal inexplicado y respecto a algunas, no todas, las experiencias emocionales.
Posee muchos críticos, especialmente a partir de una serie de trabajos que no han podido
confirmar algunos de sus supuestos. Una crítica muy frecuente se dirige a la sugerencia
realizada por Schachter y Singer de que un estado de activación único, indiferenciado, da lugar
a todo el conjunto de emociones. Esta idea parece muy poco plausible; de hecho, ya hay
algunos estudios que identifican patrones de actividad del SNA específicos a emociones (p.e.
Levenson et al., 1990). Una segunda crítica incide en la asunción por parte de Schachter y
Singer (1962) de que la conducta de sus sujetos y sus auto-informes se basaron
exclusivamente en las claves aportadas por el ayudante del experimentador. Por implicación, la
interpretación cognitiva del arousal se basaría en una asimilación rápida y no crítica de la
información del medio ambiente inmediato. Pero las respuestas de los sujetos pudieron reflejar
otras muchas influencias: experiencias previas con inyecciones, predisposiciones a estar
alegres o nerviosos en situaciones nuevas,... La teoría del arousal-cognición, no obstante,
dominó la investigación sobre emoción durante casi dos décadas; en los 80s, los investigadores
comenzaron a estudiar más de cerca el papel de la cognición en las emociones.
No obstante, hoy día también se habla del córtex, sugiriéndose que ejerce una influencia
asimétrica sobre el control emocional, (ver Emoción y asimetría hemisférica: Aguado,
2005, págs.:216-222) esto es, el córtex frontal izquierdo parece más asociado a emociones
positivas mientras que el derecho podría estar más vinculado con las negativas (Heller, 1990).
Avalan esta hipótesis diferentes líneas de investigación:
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
c. Los sujetos deprimidos tienen un nivel de activación mayor en HD frontal que los no
deprimidos.
Una de las teorías mas populares sobre la relación entre las emociones y la cognición es
la defendida por Antonio Damasio y sus colaboradores denominada Teoría del Marcador
Somático.( ver Teoría del Marcador somático: Aguado, 2005, págs.: 222-232.) Lo que se
postula de forma general es que las emociones son esenciales para el “buen raciocinio”; algo
que es contrario al pensamiento popular de que las emociones nos hacen comportarnos
“irracionalmente”. Específicamente se asume que la evaluación de la activación emocional en
cada momento, llevada a cabo por la corteza prefrontal ventromedial, es importante (y aún
indispensable) para la toma de decisiones adecuadas en contextos donde se deben analizar las
ventajas y desventajas de esa elección. El “soma” (cuerpo) marcaría anticipadamente, de forma
implícita (inconsciente) una determinada elección en función de sus consecuencias afectivas.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
Lázarus y el “appraisal” cognitivo como eje central de las emociones (ver también
Aguado págs: 134-136; 121-127)
¿Cómo me ¿Puedo
afecta? hacerle
frente?
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
que si no ha sido así (Parducci, 1995). El suceso precedente sirvió aquí como un suceso con el
que comparar.
Tienen que ver con el propósito o propósitos de las emociones. Esta visión funcional de
las emociones arranca en Darwin (1872: La expresión de las emociones en los animales y en el
hombre): la expresión emocional tiene un significado funcional para el organismo que se está
adaptando, y por tanto, son candidatas a la selección natural (p.e. la cara enrojecida de una
persona avisa al otro...). Entre las funciones de las emociones destacan las siguientes:
3.3.1. Adaptativas.
Según Plutchik (1970, 1980) para cada situación ambiental importante, los seres
humanos han desarrollado una reacción emocional adaptativa correspondiente. El significado
funcional de la emoción sería entonces la preparación corporal de las respuestas apropiadas a
exigencias concretas, preparar al animal a dar una respuesta conductual apropiada a la
situación. Desde este punto de vista, todas las emociones son beneficiosas. Esta función está
muy relacionada con la motivacional y la expresiva.
3.3.2. Sociales.
Según Izard (1989) son cuatro las funciones sociales -ayuda a la adaptación del individuo
al entorno social- de las expresiones emocionales:
1. Comunican cómo nos sentimos a los demás. Son potentes mensajes no verbales de
comunicación. Esto se puede apreciar más claramente en las interacciones bebé-madre. P.e.
en un estudio de Huebner e Izard (1988) se presentaron diapositivas de bebés a madres de
otros bebés expresando rabia, tristeza, malestar físico e interés. Las madres respondieron de
acuerdo con la emoción expresada:
2. Regulan la forma como los demás reaccionan ante nosotros. Camras (1977), p.e.
encontró que en una situación de conflicto por un muñeco deseado, los ni os que manifiestan
cara de rabia o enfado tienen más probabilidad de seguir en posesión del mu eco que los que
no expresan estas emociones (estas expresiones comunican un posible ataque si se le quita el
muñeco). En el caso de los sujetos depresivos, sus expresiones tienden a separarlos de los
demás.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
3.3.3. Motivacionales.
Para muchos autores, las emociones juegan una función motivacional determinante
sobre la conducta (p.e. Cacciopo, Gardner, & Bernston, 1999; Lang, 1995). Incluso hay quien
dice que son el sistema motivacional primario (Tomkins e Izard).
Tomkins sugiere que no son las pulsiones, los impulsos, los motivadores fundamentales
del comportamiento, sino las reacciones emocionales que se producen ante determinadas
situaciones (p.e. ante una situación de privación de aire, desde una perspectiva motivacional se
interpreta que supone una desviación del estado de homeostasis; pero esta desviación ¿es la
que da lugar a un impulso que lleva a conductas orientadas a reducir la privación, o más bien
son las reacciones emocionales de miedo/terror las que motivan esas conductas?). Para ilustrar
la primacía de la emoción y no de las pulsiones, Tomkins presentó tres argumentos:
* Las pulsiones deben ser amplificadas por las emociones pero las emociones no
necesitan ser amplificadas por las pulsiones para actuar como motivadoras; las emociones
influyen más sobre las pulsiones que éstas sobre las emociones (p.e. pulsión sexual; alguien
sediento que pierde la sed ante agua maloliente y contaminada que genera asco)
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
El modelo del espacio evaluativo de Cacioppo & Bernston ( 1994) propone que la
activación de dos funciones evaluativas: una de positividad y otra de negatividad, determinan el
resultado comportamental medido sobre una dimensión entre el acercamiento y la retirada de
un estímulo o situación concreta. Los autores proponen, por tanto que todas las situaciones
activan las dos vías de evaluación en alguna medida, y su comportamiento o resultado afectivo
es la suma (con distinto signo) de ambas evaluaciones básicas. Esto es, que las dos vías
evaluativas son distintivas y separables, aunque las provoque una misma situación. Lo
interesante de ésta propuesta es que distintos factores pueden modificar la evaluación positiva
o negativa de una misma situación dejando a la otra vía evaluativa intacta. De la investigación
generada siguiendo esta propuesta se han se han encontrado dos hechos motivacionalmente
interesantes:
- positividad de apagado: que indica que a muy bajos niveles de input afectivo, la
evaluación del suceso es positva en mayor medida que negativa y
- Sesgo de negatividad: que indica que el incremento en respuesta a partir de los
incrementos de input estimular es mayor para la negatividad. Esto es, se es más sensible a lo
negativo, por lo que se reacciona más fuertemente ante estímulos negativos que positivos. Esta
propuesta está bastante bien fundamentada desde los clásicos estudios sobre gradientes de
evitación y acercamiento, que comprobaban repetidamente cómo el gradiente de evitación tenía
una mayor pendiente que el de acercamiento.
3.3.4. Cognitivas.
Desde algunas teorías cognitivas sobre las emociones, se señala que las emociones son
comunicaciones a uno mismo y a los otros (Oatley y Johnson-Laird, 1987).
Como comunicaciones a otros, las emociones pueden tener destinatarios; las señales
emocionales indican intenciones y cambios en la intención.
Las emociones reajustan y cambian las prioridades entre los objetivos, pueden cambiar
el flujo de la acción (p.e. el miedo interrumpe la corriente de acción, prepara para la lucha o
huida, y dirige la atención al medio en busca de señales de peligro).
Las emociones parecen tener una serie de efectos sobre el sistema cognitivo (ver más
adelante, en otro apartado). Por ejemplo, se sabe que la activación alta (ansiedad) reduce el
foco atencional; en diferentes estudios, los sujetos ansiosos focalizan más su atención sobre
palabras amenazantes. La inducción de emociones de felicidad leves mejora la resolución
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creativa de problemas. Isen (1990) ha propuesto que la felicidad puede cambiar la organización
cognitiva, haciendo el rango de asociaciones más amplio y el procesamiento más flexible
Darwin (La expresión de las emociones en el hombre y en los animales, 1896) argumentó
que muchos de nuestros patrones de comunicación no-verbal eran heredados, evolucionaron
por su valor para la supervivencia (adopta un punto de vista funcional: ¿por qué existen las
expresiones de las emociones? para transmitir información sobre nuestro estado interno y así
informar sobre cómo es posible que nos comportemos) Al mostrar que la expresión de las
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
Las siguientes son algunas de las evidencias que se citan a favor del carácter innato de
la expresión facial de las emociones:
2. Comparación entre las expresiones faciales de niños ciegos y videntes: existe una
notable semejanza entre ellas. También se cita el caso de una niña ciega y sordomuda
(Goodenough, 1932), que expresaba sus emociones de forma muy parecida a los niños
normales, a pesar de no haber podido aprenderlo -imposibilidad de percepción visual y auditiva-
3. Estudios con niños con grave retraso mental (Eibl-Eibesfeldt, 1970): a pesar de su
gran dificultad de aprendizaje, también exhiben plena expresión de las emociones.
4. Los bebés (uno a nueve meses) también muestran expresiones faciales distintivas e
identificables como respuesta a distintas señales emocionales
Que haya componentes innatos, no implica que el aprendizaje no juegue algún papel en
la expresión emocional. P.e.: los hombres y las mujeres difieren en su expresión no-verbal de
las emociones cuando adultos, pero no cuando niños en edad preescolar. Las emociones se
adivinan mejor en las expresiones de mujeres que de hombres, aunque éstos sí manifiesten
claras alteraciones en tasa cardiaca y respuesta eléctrica de la piel (REP). Los varones en el
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Nuestra habilidad para interpretar y reconocer las emociones, por tanto, es en parte
innata y en parte aprendida. Parece que estamos preparados para extraer el significado de
ciertos gestos y caras (p.e. los niños pequeños ante una situación nueva u objeto miran la
expresión facial de sus madres y en función de ella se aproximan o evitan). Pero en el curso de
la socialización, aprendemos qué conductas expresivas atender y cuáles no; las mujeres son
generalmente mejores que los hombres al interpretar las manifestaciones emocionales.
Independientemente de la habilidad para ello de cada uno, confiamos en general bastante en
estos mensajes no-verbales. Incluso cuando son contradictorios con la información verbal, nos
quedamos con los no verbales, quizás porque la mayoría de la gente piensa que el lenguaje del
cuerpo es difícil de controlar, lo que puede ser cierto en buena medida.
4.1.. La vuelta a James: el priming emocional y las dos vías de una emoción.
La apreciación cognitiva puede ser más importante para algunos tipos de sucesos
emocionales que para otros. Por ejemplo, la apreciación cognitiva puede jugar un papel más
causal en el condicionamiento humano basado en conocimiento explícito (consciente) que en el
implícito (inconsciente) (p.e. LeDoux, 1995; Öhman et al, 1998). El hipocampo parece ser
especialmente importante en el caso del aprendizaje explícito de expectativas emocionales
mientras que la amígdala lo es en el aprendizaje implícito emocional. Las pruebas mas
importantes de esta visión proceden de los estudios sobre aprendizaje, condicionamiento,
inconsciente implicado en el sistema de defensa. En éste sistema, que incluye al miedo y la
ansiedad, se produce tanto la identificación como el aprendizaje de señales que anticipan
estímulos amedrantadores de forma inconsciente (p.e. LeDoux, 1996; Öhman, 2002).
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
emocional. Aún así, los participantes expuestos a las caras alegres enmascaradas mostraron
mas activación del músculo cigomático que los expuestos a neutrales o agresivas, mientras los
expuestos a las caras agresivas mostraron mas activación del músculo corrugador que los
expuestos a caras neutrales o alegres.
En el segundo caso, Esteves, Parra, Dimberg & Öhman (1994) encontraron
un condicionamiento de las respuesta psicogalvánica cuando emparejaron caras agresivas
presentadas de forma enmascarada con una pequeña descarga en el dedo, lo que indica que
las personas pueden asociar gestos faciales con miedo sin ser conscientes de su presentación.
4.2. Relaciones entre Emoción y otros procesos psicológicos (ver Aguado, 151-
177)
Existe una gran evidencia experimental que muestra que las personas que
exhiben diferentes emociones o estados de ánimo exhiben a su vez sesgos cognitivos
diferentes. En éstos estudios la metodología general ha consistido en, primeramente, inducir un
estado emocional a través de cualquiera de las técnicas antes vistas y, en segundo lugar
estudiar su efecto sobre alguna tarea psicológica que dependa de la actuación de un
determinado proceso cognitivo. Los resultados de ésta manipulación se comparan
habitualmente con situaciones de control donde la actuación de los sujetos no es dependiente
de un estado emocional significativo o bien un estado emocional contrario en valencia.
¿Qué efectos generales tienen las emociones y los estados de ánimo en procesos
cognitivos concretos como la percepción, atención, memoria o aprendizaje?
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
personas normales, eran menos optimistas, pero realizan mayor número de evaluaciones
negativas sobre ellos mismos y sus vidas.
El sesgo cognitivo producido por las emociones y estados de ánimo positivos tienen una
función adaptativa clara: aumentar y mantener la autoestima. El sesgo cognitivo inducido por
emociones y estados de ánimo negativos como los que cursan con ansiedad o depresión nos
hacen fijarnos bien en la necesidad de identificar los sucesos potencialmente peligroso bien nos
llevan a considerar reflexivamente los sucesos que han conllevado fallo o pérdida. Así, la
ansiedad o el miedo parecen producir sesgos relacionados con la atención preferente a los
sucesos que la producen. La depresión parece asociarse mejor con sesgos en la memoria,
conllevando una mejor recuperación de información emocionalmente negativa, especialmente
referida a uno mismo; estos efectos también se producen cuando se inducen los estados
emocionales en el laboratorio en sujetos sin problemas clínicos. Podríamos suponer que la
ansiedad (o el miedo) es una emoción que “busca hacia delante” llevando a sesgos
atencionales y la depresión (o la tristeza) es una emoción que “busca hacia atrás” llevando a
sesgos de memoria (Mineka 1992).
Derivado de todo ello, los estímulos emocionales, al focalizar la atención sobre ellos
mejoran a su vez su codificación y, por tanto, las posibilidades de almacenamiento en la
memoria. Son también, debido a su “saliencia psicológica”, excelentes claves de recuperación
de contenidos mentales a ellos asociados.
Respecto a la primera pregunta, la investigación realizada indica que las personas son eficaces
y ajustadas en el recuerdo de sus emociones pasadas: p.e. la intensidad de las emociones
recordadas correlaciona positivamente con la intensidad de la emoción experienciada
originalmente. Sin embargo, se pueden producir sobreestimaciones o infravaloraciones en este
proceso, seguramente debido al efecto de las evaluaciones (apreciaciones), del estado
emocional actual o a la personalidad, o a la interacción de todos ellos. (Levine y Saber, 2002).
Respecto a la importancia del estado emocional actual, Saber, Bonanno y Field (2001)
preguntaron a viud@s sobre la intensidad de su pena por la pérdida del cónyuge 6 meses y 5
años después; éstos informaban sobre una pena más intensa 6 meses que 5 años después, sin
embargo, cuando se les pidió que recordaran a los 5 años cómo se sentían a los 6 meses tras
la pérdida de su cónyuge, la intensidad de la pena recordada correlacionaba de forma mas alta
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
con su nivel de pena actual que con la que realmente experienciaron a los seis meses. Otro
factor importante son las apreciaciones actuales sobre emociones pasadas: Saber, Levine y
Drapaski, comprobaron que los estudiantes que aprobaban un examen subestimaban lo
ansiosos que habían estado antes del examen, mientras que con los suspensos ocurría lo
contrario. Finalmente los factores de personalidad influyen de forma importante,
comprobándose diferencias individuales en la manera de recordar emociones pasadas. Así, los
individuos que puntúan alto en ansiedad recuerdan más sucesos negativos (en 2 test diarios
durante 4 semanas) que los sujetos que puntúan bajo en ansiedad. Por otra parte, las personas
que puntúan alto en neuroticismo sobrestiman la intensidad media del recuerdo de sus estados
emocionales negativos pasados.
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Condicionamiento, Motivación y Emoción
También conocemos que gran parte del valor de incentivo de una consecuencia
comportamental la otorga la emoción que acompaña a su recepción tras el comportamiento.
Así, si las consecuencias de nuestro comportamiento son desagradables no lo repetiremos en
el futuro en esas mismas circunstancias pero si son agradables sí lo haremos. Si recordamos la
Teoría de Lang, es fácil ver el gran papel que juegan las emociones en el aprendizaje, pues las
positivas activaran el sistema motivacional apetitivo, permitiendo las conductas de acercamiento
y otorgando a los incentivos un valor hedónico positivo y las negativas activaran el sistema
motivacional aversivo provocando conductas de evitación.
Por otro lado, las emociones cuando surgen durante el proceso de aprendizaje
asociativo, pueden inducir sesgos en la detección de relaciones entre los sucesos –neutrales-
en juego, bien alterando la memoria o el pensamiento, bien el cómputo de la contingencia entre
los sucesos. Un ejemplo ilustrativo de la influencia de la emociones en el curso de aprendizaje,
en concreto, en la detección de relaciones causales entre sucesos, lo muestra un estudio
realizado por Cándido, Catena, Maldonado, Lorena y Beltrán durante el curso 2002-2003
(Cándido et al., 2006). En este estudio participaron estudiantes de Psicología de la Universidad
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de Granada que realizaron una tarea de aprendizaje causal. Mientras observaban y estimaban
la relación causal entre dos sucesos, fueron expuestos de forma repetida a fotografías de valor
hedónico positivo, negativo o neutral. Los estudiantes expuestos a fotos que inducen emociones
negativas (rostros mutilados) estimaron que existía una menor relación causal (tanto de tipo
generativa como preventiva) entre los sucesos que los estudiantes que vieron fotos positivas o
neutrales. Sin embargo, y sorprendentemente, recordaban bien la frecuencia de presentación
de los distintos sucesos.
Todo ello indica que las emociones, lejos de ser un proceso aparte del pensamiento
racional, son parte fundamental de los procesos cognitivos, interactuando con ellos y llegando a
potenciar o bloquear su normal desarrollo.
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