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Qué son las emociones?

Las emociones son respuestas que genera nuestro cuerpo para adaptarse a los
cambios que se presentan en nuestro entorno. Son estados afectivos que están
acompañados por reacciones fisiológicas y endocrinas, y son activados de manera más
o menos impulsiva ante acontecimientos que suceden tanto en el ambiente exterior
como en nosotros mismos/nuestro interior.

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación


a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, una persona, un lugar, un
suceso o un recuerdo importante. Las emociones alteran la atención, modifican la
conducta del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria. Los
sentimientos son el resultado de las emociones y pueden ser verbalizados.

Esta primera definición nos permite describir a las emociones como funcionales,
adaptativas y necesarias. Todas las emociones, incluso las más desagradables, tienen
una función que las hace útiles, y es la de ayudarnos a adaptarnos adecuadamente a
las exigencias ambientales. Para cumplir con ello, nos brindan un impulso para
ponernos en acción, movilizando la energía necesaria y dirigiendo nuestra conducta
hacia un objetivo determinado. Esto es lo que las hace tan necesarias para nuestra
supervivencia, como también lo ha sido a lo largo de nuestra historia evolutiva como
especie.

Una característica de las emociones que la literatura científica acuerda en considerar


es su naturaleza multifacética. Cuando se activa una emoción, se producen
cambios/variaciones en tres sistemas del organismo que responden de manera
específica.

Uno de los cambios se da en el registro conciente y es lo que sentimos


concientemente cuando vivenciamos una emoción. Es lo que conocemos comúnmente
como sentimiento. La conciencia de una emoción nos ayuda a poder regularla para no
actuar de manera impulsiva.

También se producen cambios en nuestros parámetros fisiológicos. Nuestro sistema


nervioso autónomo se pone en acción provocando respuestas que podemos identificar

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fácilmente, como la aceleración del ritmo cardiaco, temblor, sudoración, etc., y que
son producto de una intensa actividad cerebral y de la liberación de hormonas por
parte del sistema endocrino. Esto tiene por objetivo preparar al organismo para la
acción. (Ejemplo del tigre: Función adaptativa-Sirve para facilitar la adaptación de cada
individuo al medio ambiente al que corresponda, que predispone a una posible huida
en caso de ser necesario para preservar su vida.)

Por último, la tercera respuesta se observa en las manifestaciones comportamentales,


las cuales pueden ser verbales y no verbales. Las respuestas verbales son lo que
decimos cuando experimentamos una emoción en particular, y lo hacemos
describiendo nuestro propio sentimiento o utilizando alguna frase/metáfora, como por
ejemplo “voy a explotar de la bronca”, junto a un tono de voz fuerte. Por otro lado, las
respuestas no verbales se dan a través de la expresión facial. En base a esto el
psicólogo Paul Ekman diferenció seis emociones básicas, las cuales son enojo, disgusto,
miedo, alegría, tristeza y sorpresa.

La expresión de las emociones a través del cuerpo tiene una función social de
comunicación que nos facilita interactuar con otras personas. Por un lado, nos permite
predecir/“adivinar” el comportamiento que está asociado a esa expresión, dándonos
una idea de las intenciones y emociones de los demás. Reconocemos a una persona
que va caminando por la calle sintiéndose alegre por la postura de su cuerpo, su andar
y la expresión en su rostro de una leve sonrisa, y nos atrevemos a preguntarle si puede
orientarnos para encontrar una calle porque inferimos que va a tener una buena
predisposición para ayudarnos. Por otro lado, siguiendo a Ekman, las expresiones
emocionales además nos aportan una valiosa información sobre nuestros propios
estados anímicos. AUTOOBSERVACION. Esto facilita la identificación de las emociones,
a través de la observación de las expresiones faciales, sirviendo como herramienta a
ser usada también en la educación emocional.

Para entender la emoción es conveniente tener en cuenta estas tres dimensiones,


considerando que cada una de ellas puede ser más notoria en una emoción en
particular, en una persona o situación determinada.

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Las emociones también se caracterizan por surgir como consecuencia de una
evaluación cognitiva que realizamos en una situación determinada. Lo que dispara a
una emoción es el significado que nosotros le damos a la situación, y en este proceso,
nuestras experiencias pasadas juegan un papel fundamental en cómo vivenciamos esa
emoción. Si en un momento, este significado cambia, también se modificará nuestra
forma de sentir la emoción. (Un ejemplo?) Estos cambios se basan en experiencias que
a su vez dependen de percepciones, actitudes, creencias sobre el mundo; que usamos
para percibir y valorar una situación concreta. Dependiendo, por ello, de nuestras
experiencias, reaccionaremos de una forma u otra ante situaciones similares.

Finalmente, una característica de importancia de las emociones es su maleabilidad.


James, en el año 1884, determinó que las respuestas emocionales pueden ser
moldeadas en una gran cantidad de maneras. Si somos concientes de ellas en el
momento en que aparecen y sentimos el impulso de manifestarlas, podemos
modificarlas. Por ejemplo, podemos suprimir la expresión facial en una situación
donde no sea socialmente aceptada. Esta característica está estrechamente
relacionada con la regulación emocional, proceso que veremos en los siguientes
apartados/capítulos/idk what it’ll be.

En el estudio de las emociones existen dos tipos de clasificaciones ampliamente


difundidas. La primera de ellas diferencia entre emociones positivas y negativas.

Decimos que una emoción es positiva cuando tienen presencia de bienestar y, por el
contrario, una emoción es negativa cuando no sentimos ese bienestar, sino que la
vivenciamos como displacentera, aunque siguen siendo funcionales y necesarias. Esta
clasificación entra en relación con la característica de evaluación cognitiva que
mencionábamos anteriormente, ya que incluye una valoración por parte de la persona
que la experimenta. (EJEMPLIFICAR: Las emociones positivas no se asocian a una
tendencia de respuesta específica, la respuesta es ambigua e inesperada por ejemplo,
la persona que experimenta alegría puede reír, saltar, planificar el futuro o ayudar a
otros. Desde este punto de vista, si las personas no experimentaran emociones
positivas, no poseerían la motivación para interactuar con el medio, explorar nuevas
situaciones, o conocer personas nuevas).

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La segunda clasificación distingue entre emociones básicas y secundarias.

Las emociones básicas son innatas, ya que nacemos con ellas, y son universales, es
decir que se expresan y reconocen de igual manera en el rostro de cualquier persona
sin importar su origen o cultura. Ejemplos de detalles más característicos de cada
expresión.

De ellas se derivan las secundarias, que están moldeadas por factores ambientales y
culturales aprendidos a través de nuestra vida en familia y en sociedad. Ejemplos.

Aquí finalizamos el recorrido por las características más importantes de las emociones
divulgadas por la ciencia.

Es importante que tengamos en cuenta que es posible reflexionar sobre nuestras


propias emociones

Referencias:

 Bisquerra, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la


vida. Revista de Investigación Educativa, 2003, Vol. 21, n. º 1, págs. 7-43.

 Chóliz, M. (2005). Psicología de la emoción: el proceso emocional.


Recuperado de: http://www.uv.es/=choliz

 Lazarus, R. (2000). Estrés y emoción. Manejo e implicaciones en nuestra


salud. Bilbao, España. Desclée De Brouwer.

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