1 ¿Qué son las Emociones?

III. Emociones. El objetivo adaptativo de sentir 1

Las emociones son señales sociales poderosas. Los términos “emoción” y

“motivación” tienen la misma raíz latina, que significa “movimiento”. Las emociones nos
envían mensajes rápidos, potentes y de carácter físico que nos permiten responder a
nuestro entorno. También nos facilitan la comunicación voluntaria o involuntaria.

Pensamos a “las emociones” como uno de los ocho procesos básicos del ser
humano, que tienen la particularidad de coordinar a todos los demás cuando se pone en
marcha. Para comprender de qué se trata comencemos diferenciando los siguientes
conceptos:2

 Sensación: reacción somática, excitación de la vía sensitiva ante la

captación de un estímulo.

 Emoción: alteración del estado del ánimo intensa y pasajera. Pura y Simple.
Reacción psicofísica que prepara a una respuesta determinada.

 Sentimiento: estado afectivo del ánimo que perdura en el tiempo. Incluye

varias emociones, tiene historia3

La evolución ha aportado al ser humano un conjunto de programas de carácter

fuertemente adaptativo cuyo objetivo es el de resolver problemas específicos de
supervivencia. Todos heredamos programas macro y micro emocionales que son el
resultado de muchos encuentros que tuvieron lugar en el pasado. Hemos tenido que
aprender a determinar en quién podemos confiar, cómo detectar la traición, cómo superar
el fracaso y la pérdida de status, y cómo reaccionar frente a la muerte. La expresión
automática e involuntaria de muchas emociones es una característica clave del éxito en la
vida social de nuestra especie, caracterizada precisamente por lo social. Poseemos un rico
repertorio decodificador de señales emocionales que facilitan la interacción social. Las

1
Adaptado de “50 temas sobre Psicologìa” – Capítulo 15 ¿Cuál es el objetivo de las emociones?
2
Especial agradecimiento al Sr. Pablo Reto por sus aportes en la redacción de este material.
3
Seichún, Maritchu. Capacitación emocional para la familia. 2013
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emociones galvanizan y activan muchos sistemas que actúan simultáneamente sobre el

problema.

La emoción permite al ser humano la adaptación al ambiente que lo rodea. Es un

proceso que prepara al organismo para que ejecute eficazmente una conducta exigida por
las condiciones ambientales, que movilice la energía necesaria para ello y que dirija la
conducta a un objetivo determinado.

Un ejemplo para comprenderlo de forma clara sería el miedo. Si apareciera algo

junto a nosotros que nos atemoriza mucho, seguramente como respuesta adaptativa nos
veríamos movilizados a huir de la amenaza. Recuerden que todo lo que hace el ser humano
es conducta, aunque la misma sea paralizarse ya que es una respuesta frente a un estímulo
que proviene del medio.

Respuesta fisiológica

Cada emoción viene acompañada de una respuesta fisiológica (corporal-facial). Es

una reacción del cuerpo frente a la descarga neuronal que implican las emociones. El
psicólogo Paul Ekman investigó dichas expresiones en distintas culturas (aborígenes,
orientales y occidentales) y descubrió que hay una serie de micro expresiones emocionales
que vienen de forma innata en el ser humano y que no se aprenden culturalmente. Las
mismas responden a un conjunto de emociones llamadas primarias que son reconocibles
por cualquier persona del mundo y que son una respuesta natural del ser humano frente a
lo que percibe.

Función social

Estas respuestas fisiológicas propias de las emociones constituyen un factor

importante en las relaciones interpersonales de los seres humanos. Permiten a las
personas predecir el comportamiento que vamos a desarrollar lo que tiene un valor central
en los procesos de vinculación. Por ejemplo, si vemos a alguien muy enojado o llorando
seguramente midamos nuestras palabras acorde al contexto y a lo que está ocurriendo.

Función motivacional

Como dijimos anteriormente, la activación del proceso emocional tiene la

particularidad de coordinar momentáneamente al resto de los procesos mentales. Esto se
da de forma intensa en relación con la motivación. Las emociones pueden determinar la
aparición de la propia conducta motivada, dirigirla hacia un determinado objetivo y hacer
que se ejecute con cierto grado de intensidad. Nos empujan a lograr metas particulares
vinculadas a la emocionalidad del momento. Cuántas veces un momento de mucha alegría
trae aparejada una adrenalina que nos da ganas de hacer de todo o un momento de mucha
ira nos empuja a golpear cualquier cosa.
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Reconocimiento de las emociones.

A pesar de que no existe un acuerdo completo, muchos investigadores han

aceptado la existencia de seis emociones básicas y distinguibles entre sí:

 Felicidad  Tristeza
 Sorpresa  Rabia o furia
 Desagrado o disgusto  Temor o miedo

Charles Darwin, que redactó el primer tratado científico sobre las expresiones
emocionales no verbales, señaló que es posible reconocer las expresiones faciales
distintivas que se corresponden con los estados emocionales básicos. Son las emociones
manifiestas, que forman parte de nuestro fondo evolutivo y que no son aprendidas. Las
personas ciegas muestran una expresión facial de las emociones similar a la de las
personas sin problemas visuales. La cara posee diferentes partes muy expresivas y todas
pueden indicar una emoción. Los ojos pueden estar bien abiertos o entrecerrados, las
pupilas dilatadas o constreñidas, y las cejas levantadas o con el cejo fruncido. El individuo
puede parpadear mucho o mantener la mirada fija. La boca puede estar abierta o cerrada,
y se puede dirigir hacia arriba o hacia abajo; los dientes y la lengua pueden estar visibles o
permanecer ocultos. La piel puede presentar rubor o no, con o sin signos de sudoración. La
nariz puede presentar aleteo en las fosas nasales. La cara enfadada muestra el ceño
fruncido y los párpados superiores elevados, los orificios nasales abiertos y los labios
abiertos y los dientes expuestos, y los párpados bien abiertos.

Las expresiones faciales y otras expresiones no verbales actúan como un correlato

del estado emocional. Sin embargo, vale la pena considerar dos cuestiones al respecto: la
primera se refiere al control y a la posibilidad de que podamos controlar fácilmente y con
precisión nuestras manifestaciones físicas de las emociones. El hecho de ser sorprendido,
asustado o atacado desencadena reacciones inmediatas e intensas por parte del sistema
nervioso autónomo. Algunas emociones parecen estar bajo control más que otras. Así,
podemos controlar de forma relativamente sencilla nuestros gestos y movimientos
corporales, aunque en diversos estudios de investigación se ha demostrado que a menudo
se nos escapan las emociones a través de gestos concretos o de movimientos con los pies
cuando estamos estresados. De la misma forma, la mayor parte de nosotros consideramos
que tenemos poco control sobre la dilatación de las pupilas y a la frecuencia cardíaca.

La segunda cuestión se refiere a la consciencia respecto de las emociones. En

ocasiones, tanto el emisor como el receptor son plenamente conscientes, tal como ocurre
con el rubor. De la misma forma, ni el emisor ni el receptor son conscientes de los pequeños
cambios de la mirada, los movimientos de los párpados o la dilatación de las pupilas. Hay
expertos especialmente formados para detectar los correlatos no verbales específicos de
los estados emocionales, tal como las sonrisas “congeladas”, los bostezos y los
movimientos de la cabeza. Por último, los emisores de mensajes adicionales pueden ser
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conscientes de su mensaje, pero los receptores pueden no serlo cuando intentan ocultar
algo.

Codificación y decodificación de las emociones

Las personas nos comunicamos emocionalmente: mostramos nuestras emociones

a través de la expresión facial, los cambios de la voz, los movimientos corporales y la
postura. La estimulación fisiológica inicia reacciones especìficas que dan lugar a
expresiones características. Así, el temor induce a una disminución del flujo sanguíneo
hacia la piel y los músculos (y, por tanto, causa palidez) mientras que la rabia da lugar al
efecto opuesto (“rojo de furia”).

Desde una edad muy temprana, los lactantes detectan las diferentes emociones de
su cuidador y responden a las mismas. Manifiestan reacciones características frente a la
rabia, la indignación y el temor. Más adelante, también presentan estados emocionales
característicos y detectables: dificultad (llanto, mano en la boca); rabia (gritos, berrinches)
o frustración (rascado del cuerpo, rechinar los dientes, movimientos de masajes en los pies).

De la misma manera que nos han programado y enseñado a codificar las emociones
específicas, también hemos aprendido a decodificarlas. En estudios realizados hace
tiempo, se mostró a un grupo de personas imágenes correspondientes a caras que
expresaban claramente emociones como alegría, temor, sorpresa y rabia. Algunos de los
participantes en el estudio vieron las imágenes sin sonido, otros con sonido y un tercer
grupo sólo escuchó el sonido. La sorpresa y el desagrado fueron las emociones más
difíciles de decodificar, mientras que el temor, la rabia y la alegría fueron las más fácilmente
reconocibles.

En resumen, las emociones implican…

 Cambios en la actividad fisiológica (expresiones corporales y faciales)

 Interpretación subjetiva de tales cambios fisiológicos
 Preparación para la acción o movilización del comportamiento (función
motivacional)
 Expresión o exteriorización de todo este complejo (forma particular de
responder a la emoción)

Frente a todo esto podemos decir que las emociones son un proceso psicológico
adaptativo, corto e intenso que sirve para reclutar y coordinar el resto de los procesos
cuando se exige una respuesta rápida y efectiva para ajustarse a los cambios producidos
en el medio.