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‘Artículo 80. Declinatoria.

En cualquier estado del proceso el tribunal que esté conociendo de un asunto


podrá declinarlo, mediante auto motivado, en otro tribunal que considere competente’.

‘Artículo 82. Conflicto de no conocer. Si el tribunal en el cual se hace la declinatoria se considera a su vez
incompetente, así lo declarará y lo manifestará inmediatamente al abstenido expresando los
fundamentos de su decisión. En la misma oportunidad expondrá ante la instancia superior común, que
deba resolver el conflicto, las razones de su incompetencia, y acompañará copia de lo conducente.

De Igual manera, el abstenido informará a la referida instancia superior una vez que haya recibido la
manifestación del tribunal en que declinó. Entre tanto, se suspenderá el curso del proceso en ambos
tribunales, hasta la resolución del conflicto. Si no hubiere una instancia superior común conocerá el
Tribunal Supremo de Justicia’. (Negrillas y subrayado de esta Sala)

En criterio de esta Alzada, encontrándonos en presencia de un conflicto de Competencia de No Conocer


entre Tribunales de distintas Jurisdicción; y no existiendo una instancia superior en común que resuelva
la misma, considera procedente la remisión del presente asunto a la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia a los fines de su resolución, conforme a lo establecido en el primer aparte del
artículo 82 del Código Orgánico Procesal Penal. Y ASÍ SE DECLARA (…)” [sic] {Mayúsculas y negrillas de la
decisión}.

IICOMPETENCIA DE LA SALA DE CASACIÓN PENAL

Acorde con lo establecido en el artículo 266, numeral 7, de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela, son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia “(…) Decidir los conflictos de competencia
entre tribunales, sean ordinarios o especiales, cuando no exista otro tribunal superior o común a ellos
en el orden jerárquico (…)”.

Por su parte, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia en el artículo 31, numeral 4, establece la
competencia de esta Sala de Casación Penal para conocer de los conflictos de competencia que surjan
entre tribunales, señalando al efecto lo siguiente:

“Artículo 31. Son competencias comunes de cada Sala del Tribunal Supremo de Justicia (...)
4. Decidir los conflictos de competencia entre tribunales, sean ordinarios o especiales, cuando no exista
otro tribunal superior y común a ellos en el orden jerárquico”.

De igual modo, el artículo 82 del Código Orgánico Procesal Penal regula el modo de dirimir los conflictos
de competencia en materia penal y establece que deberán ser resueltos por: “(…) la instancia superior
común (…)”, adicionando que: “(…) Si no hubiese una instancia superior común conocerá el Tribunal
Supremo de Justicia (…)”.

En el presente caso, la Sala 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, estimó que “(…) encontrándonos en presencia de un conflicto de
Competencia de No Conocer entre Tribunales de distintas Jurisdicción; y no existiendo una instancia
superior en común que resuelva la misma, considera procedente la remisión del presente asunto a la
Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia a los fines de su resolución (…)”. En virtud de
ello, le corresponde a esta Sala de Casación Penal resolver la incidencia planteada. Así se decide.

IIICONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Esta Sala de Casación Penal, previo pronunciamiento sobre el fondo del asunto sometido a su
conocimiento, estima preciso acotar lo siguiente:

La doctrina procesalista mayoritaria ha reconocido como atinada la definición del autor Devis Echandía,
respecto a que“(…) la jurisdicción es, por un aspecto, la soberanía del Estado aplicada a la función de
administrar justicia, y, por otro lado, el derecho subjetivo del Estado a someter los intereses particulares
al interés público en la realización del derecho objetivo mediante el proceso (…)” [Cfr. Devis Echandía,
Hernando. Compendio de Derecho Procesal, Tomo II, Edit. ABC, Bogotá, 1977, págs. 133-135]. Mientras
que, la competencia es la medida de la jurisdicción asignada al Juez para resolver y decidir un asunto
sometido a su consideración, creando así la llamada capacidad objetiva del Juez.

Por tanto, las normas relativas a la jurisdicción y a la competencia han surgido como consecuencia de la
garantía del juez natural, entendiendo por tal, la que exige que el órgano judicial que conozca de un
asunto sea el que la ley, de manera previa, le haya atribuido tal competencia, y ello se justifica en el
hecho de que así como el delito y la pena, por exigencia del principio de legalidad, deben estar
establecidos con anterioridad a su persecución, igualmente, el Juzgado que ha de imponer la pena por el
delito cometido, como su ámbito de actuación, deben estar predeterminados por aquélla.
En razón de ello, el Código Orgánico Procesal Penal señala “(…) La jurisdicción penal es ordinaria o
especial, en los términos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en
las leyes (…)” [Cfr. artículo 55].

De igual modo, establece que “(…) Corresponde a los tribunales ordinarios el ejercicio de la jurisdicción
para la decisión de los asuntos sometidos a su conocimiento, conforme a lo establecido en este Código y
leyes especiales, y de los asuntos penales cuyo conocimiento corresponda a los tribunales venezolanos
según el Código Penal, los tratados, convenios y acuerdos internacionales suscritos y ratificados por la
República Bolivariana de Venezuela (…)” [Cfr. artículo 56].

En este orden de ideas, la competencia es el presupuesto indispensable para que la actuación de una
autoridad judicial sea válida en el desarrollo de la función estatal que le corresponde.

En sede penal, la competencia atiende a tres factores: 1.- entidad o importancia del hecho delictuoso
(también mayor o menor gravedad del hecho punible) [ratione materiae]; 2.- agente o persona
responsable del delito (ratione personae); y, 3.- lugar o territorio en donde se cometió (ratione loci).

En tal sentido, el Código Orgánico Procesal Penal en cuanto a la competencia por el territorio, señala
expresamente que: “(…) La competencia territorial de los tribunales se determina por el lugar donde el
delito o falta se haya consumado. En caso de delito imperfecto será competente el del lugar en el que se
haya ejecutado el último acto dirigido a la comisión del delito. En las causas por delito continuado o
permanente el conocimiento corresponderá al tribunal del lugar en el cual haya cesado la continuidad o
permanencia o se haya cometido el último acto conocido del delito. En las causas por delito o delito
imperfecto cometidos en parte dentro del territorio nacional, será competente el tribunal del lugar
donde se haya realizado total o parcialmente la acción u omisión o se haya verificado el resultado” (Cfr.
artículo 58).

Asimismo, respecto de la competencia por la materia atribuye a los Juzgados de Primera Instancia en
Funciones de Control Municipales el conocimiento de los delitos de acción pública cuyas penas en su
límite máximo no excedan de ocho años de privación de libertad; mientras que, a los Estadales, le
corresponde conocer de los delitos que excedan de ocho años de privación de libertad, al igual que de
las causas por los delitos, entre otros, de homicidio intencional, violación, secuestro, corrupción, contra
el patrimonio público y la administración pública, tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de
capitales, lesa humanidad, crímenes de guerra, etc, indistintamente de la pena asignada.
De igual modo, se les atribuye como competencias comunes a ambos el velar por el cumplimiento de las
garantías procesales, decretar las medidas de coerción que fueren pertinentes, realizar la audiencia
preliminar, la aplicación del procedimiento por admisión de los hechos, y de las medidas alternativas a la
prosecución del proceso, como para conocer de la acción de amparo a la libertad y seguridad personal,

Por su parte, a los Juzgados de Primera Instancia en Funciones de Juicio le corresponde conocer de la
fase de juicio en las causas que provengan de los Juzgados de primera instancia municipal y estadal en
funciones de control, de los delitos respecto de los cuales pueda proponerse la aplicación del
procedimiento abreviado, y de la acción de amparo cuando la naturaleza del derecho o de la garantía
constitucional violado o amenazado de violación sea afín con su competencia natural, y los Juzgados de
Primera Instancia en Funciones de Ejecución ejecutaran o harán ejecutar las penas y medidas de
seguridad.

Ahora bien, en cualquier estado del proceso, salvo que se trate de la incompetencia por la materia que
es hasta el inicio del debate, cuando el Juzgado que se encuentre conociendo de un asunto, se percate
de su incompetencia, el Código Orgánico Procesal Penal lo faculta para que decline su competencia y
remita lo actuado al tribunal correspondiente. En este caso, si el Juzgado en el cual ha recaído la
declinatoria se considera competente, la causa será conocida por este sin que haya necesidad de
resolución alguna acerca de la competencia de los tribunales intervinientes como consecuencia de dicha
declinatoria (Cfr. Artículos 80 y 81).

Si, por el contrario, el tribunal en el cual se hace la declinatoria se considera a su vez incompetente,
procederá a declararlo, y a manifestarlo, inmediatamente, al abstenido y a la instancia superior común a
ambos que deba resolver el conflicto, las razones en las cuales fundamenta su decisión.

De la misma manera, el abstenido informará a la referida instancia superior una vez que haya recibido la
manifestación del tribunal en que declinó. Entre tanto, se suspenderá el curso del proceso en ambos
tribunales, hasta la resolución del conflicto. Si no hubiere una instancia superior común conocerá el
Tribunal Supremo de Justicia. Lo actuado en contra de la regla referente a la suspensión del proceso será
nulo (Cfr. artículo 82 del Código Orgánico Procesal Penal).
También puede suceder que sean dos los tribunales que se declaren competente para conocer del
asunto, en cuyo caso, el conflicto que surja se resuelve de la manera anteriormente señalada (Vid.
artículo 83 del Código Orgánico Procesal Penal).

De esta manera, surgen los conflictos de competencia de no conocer o de conocer, dependiendo de la


manifestación que respecto del conocimiento de la causa hagan los tribunales en conflicto.

Atendiendo lo precedentemente expuesto, en el presente caso, tal como se señaló en el capítulo


relativo a los antecedentes, el Juzgado de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial
Penal del estado Amazonas, el 14 de junio de 2018, en razón de la solicitud de entrega de la aeronave
marca: Cessna, año: 1975, Modelo: 207, Serial: 20700327, Matrícula YV-2043, Color: Blanco y Azul, siglas
YV2043, cuya incautación preventiva había acordado a instancia del Ministerio Público, declaró
improcedente dicha solicitud, toda vez que:

“(…) Se observa igualmente que en el presente asunto se desarrolla una investigación donde se
encuentra involucrada la aeronave antes mencionada por la presunta comisión del delito de tráfico de
sustancias estupefacientes y psicotrópicas siendo este objeto de investigación por parte de la Fiscalía 70
a Nivel Nacional con Competencia en Drogas, el cual según lo que se desprende las actuaciones que
presenta el solicitante en su escrito, la causa principal se encuentra en el Área Metropolitana de
Caracas, en el Juzgado Décimo de Primera Instancia Itinerante de Sobreseimiento en Funciones de
Control Estadal del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, por cuanto es allí donde se
lleva que el tribunal competente, a los fines de decidir sobre la negativa o no de la devolución de dicha
aeronave, es el Juzgado Décimo de Primera Instancia Itinerante de Sobreseimientos en Funciones de
Control Estadal del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, por cuanto es allí donde se
lleva la causa principal, ya que en este tribunal solo reposa una solicitud autónoma de incautación de
aeronave solicitada por el Fiscal Nacional 70 en materia de drogas, por lo que se insta al solicitante
ciudadano RAFAEL VALOR, a acudir al Juzgado Décimo de Primera Instancia Itinerante de
Sobreseimiento de Funciones de Control Estadal del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, ello a los fines de realizar la solicitud de entrega de dicha aeronave, por cuanto es allí donde se
encuentra la causa principal (…) en, en tal sentido visto todo la manifestado anteriormente, este tribunal
declara IMPROCEDENTE la solicitud de devolución de la aeronave, por cuanto se debió solicitar ante el
Juzgado Décimo de Primera Instancia Itinerante de Sobreseimiento en Funciones de Control Estadal del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en vista de que es allí donde reposa la causa
principal (…)” [sic].
En virtud de ello, el 18 de enero de 2019, la solicitud en comento se formuló al Juzgado Décimo de
Primera Instancia Itinerante de Sobreseimiento en funciones de Control Estadal del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas, el cual el 26 de junio de 2019, se declaró incompetente para
conocer de la referida solicitud y declinó la competencia en un Tribunal de Primera Instancia en
funciones de Control del mismo Circuito Judicial Penal, con fundamento en que “(…) es de la
competencia exclusiva de quien aquí suscribe decidir única y exclusivamente sobre las solicitudes de
sobreseimiento de las causas sometidas al conocimiento de este Despacho (…)”.

Por ello, correspondió conocer de la misma al Tribunal Trigésimo Primero de Primera Instancia en
funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, el cual, el 12 de
agosto de 2019, dictó decisión en la que no aceptó la competencia declinada y planteó el conflicto de
competencia de no conocer, por cuanto “(…) la actuación realizada por el Tribunal Primero Penal de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Amazonas, en cuanto al decreto de la Medida Judicial
Precautelativa y se ordena el aseguramiento e incautación del bien descrito de la AERONAVE MARCA
CESSNA, MODELO 207, SIGLAS YV-2043, de fecha 12-05-2011, fue un primer acto de proceso judicial
(…)”.

Por su parte, el 19 de junio de 2020, la Sala 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, en torno al asunto, dispuso:

“(…) Tenemos entonces, que el punto controvertido en el presente caso, está estrictamente referido al
hecho, que tanto el Juzgado Primero (1o) de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Esta Amazonas; así como los Tribunales Décimo (10°) de Primera Instancia Itinerante
de Sobreseimiento en Función de Control Estadal y Trigésimo Primero (31°) de Primera Instancia en
Función de Control, ambos de este Circuito Judicial Penal, se declaran incompetente para resolver la
solicitud de levantamiento de la medida de aseguramiento e incautación que pesa sobre la AERONAVE
MARCA CESSNA, MODELO 207, SIGLAS YV-2043, y la devolución de la misma, que fuera solicitada por su
propietario, alegando, para ello diversos argumentos legales, razón por lo cual estima esta Alzada, que
se encuentra planteado un Conflicto de No Conocer, por Tribunales de distintas jurisdicciones, vale
decir, de la Circunscripción Judicial del Estado Amazonas y de esta jurisdicción Penal, no existiendo un
Tribunal Superior en común que dirima tal controversia.

(…)
En criterio de esta Alzada, encontrándonos en presencia de un conflicto de Competencia de No Conocer
entre Tribunales de distintas Jurisdicción; y no existiendo una instancia superior en común que resuelva
la misma, considera procedente la remisión del presente asunto a la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia a los fines de su resolución, conforme a lo establecido en el primer aparte del
artículo 82 del Código Orgánico Procesal Penal (…)” [sic].

Como se aprecia, yerra la Sala 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, cuando afirma que, en presente caso, se está “en presencia de un conflicto
de Competencia de No Conocer entre Tribunales de distintas Jurisdicción”, toda vez que el Juzgado
Primero de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial Penal del estado Amazonas, si
bien afirmó que “a los fines de decidir sobre la negativa o no de la devolución de dicha aeronave, es el
Juzgado Décimo de Primera Instancia Itinerante de Sobreseimiento en Funciones de Control Estadal”; sin
embargo, dicha afirmación no puede entenderse “strictu semsum” que se trata de una declinatoria de
competencia, toda vez que dicho Juzgado de Control desatendió las normas penales adjetivas en
materia de conflictos de competencia (concretamente: de no conocer), por cuanto no se declaró
formalmente incompetente para conocer de la solicitud de entrega de la aeronave objeto de la medida
precautelativa de incautación, con la consecuente declinatoria de competencia en el Juzgado Décimo de
Primera Instancia Itinerante de Sobreseimiento en funciones de Control Estadal del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas, sino que, por el contrario, desestimó dicha solicitud mediante
la declaratoria de improcedencia.

Corolario de lo antes señalado, es que, evidentemente, el conflicto de competencia de no conocer


surgió entre el referido Juzgado Décimo de Primera Instancia Itinerante de Sobreseimiento en funciones
de Control Estadal y el Juzgado Trigésimo Primero de Primera Instancia en funciones de Control, ambos
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, por cuanto, el primero de los mencionados
con fundamento en el hecho de que “ (…) es de la competencia exclusiva de quien aquí suscribe decidir
única y exclusivamente sobre las solicitudes de sobreseimiento de las causas sometidas al conocimiento
de este Despacho (…)”, declinó “(…) EL CONOCIMIENTO de las presentes actuaciones conforme a lo
establecido en el artículo 80 del Código Orgánico Procesal Penal, a uno de los Tribunales de Primera
Instancia en Función de Control Ordinario del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas(…)”.

Por su parte, el Juzgado Trigésimo Primero de Primera Instancia en funciones de Control de dicho
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, no aceptó la competencia declinada, en virtud
de que “(…) la actuación realizada por el Tribunal Primero Penal de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado Amazonas, en cuanto al decreto de la Medida Judicial Precautelativa y se ordena el
aseguramiento e incautación del bien descrito de la AERONAVE MARCA CESSNA, MODELO 207, SIGLAS
YV-2043, de fecha 12-05-2011, fue un primer acto de proceso judicial (…)”, decidió “(…) PLANTEAR EL
CONFLICTO DE NO CONOCER (…) de conformidad con lo dispuesto en los artículos 75 del Código
Orgánico Procesal Penal, en relación con el artículo 83 Ejusdem (sic) […].

Así las cosas, resulta imperioso reiterar la doctrina de esta Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo
de Justicia, contenida, entre otras, en sentencia N° 35, del 27 de febrero de 2018, en la cual estableció:

“(…) para plantear un conflicto negativo de competencia (de no conocer), es necesario que haya un
tribunal declinando su incompetencia (…).

(…) el tribunal que ha declinado debe manifestarlo no solo al tribunal declinante fundamentando su
decisión, sino también dirigirse al Superior común, donde también tendrá que expresar las razones por
las cuales se considera incompetente, adjuntando copia de lo que considere conducente a su
razonamiento.

Es preciso que el tribunal declinante también se dirija al Superior común una vez tenga por recibido lo
dicho por el tribunal declinado en relación a su incompetencia y le informe al respecto, de esta manera
se producirá en ambos tribunales una suspensión del procedimiento hasta que se resuelva el conflicto.

(…) Es fundamental traer a colación un extracto de lo sostenido por la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia núm. 184 de fecha once (11) de abril de 2002, al respecto:

‘ (…) se evidencia que los conflictos de competencia sean negativos (de no conocer) o positivos (de
conocer), siempre la disputa estará centrada entre dos tribunales, acerca de quién debe conocer la
causa” (Negrillas y subrayado de esta Sala).

Por lo tanto, al ser un conflicto de competencia surgido entre dos Tribunales Penales de Primera
Instancia ordinarios del mismo Circuito Judicial Penal, se juzga que si existe una instancia superior
común: la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en una de
sus Salas.
En razón de ello, atendiendo lo establecido en los artículos 266, numeral 7 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, 31, numeral 4, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia,
y 82 del Código Orgánico Procesal Penal, esta Sala de Casación Penal no es competente para conocer del
conflicto de competencia surgido entre el Juzgado Trigésimo Primero de Primera Instancia en funciones
de Control y el Juzgado Décimo de Primera Instancia Itinerante de Sobreseimiento en funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, por cuanto, la que resulta
competente es la Sala de la Corte de Apelaciones remitente, esto es, la Sala 1 de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, por ser la instancia superior común a
ambos Juzgados. En consecuencia, se ordena remitir el expediente contentivo de la presente incidencia
competencial a dicha Sala de la Corte de Apelaciones. Así se decide.

IVDECISIÓN

Con base en las consideraciones expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal,
Administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela, por autoridad de la ley,
dicta los pronunciamientos siguientes:

PRIMERO: se declara INCOMPETENTE para conocer del conflicto de competencia surgido entre el
Juzgado Trigésimo Primero de Primera Instancia en funciones de Control y el Juzgado Décimo de Primera
Instancia Itinerante de Sobreseimiento en funciones de Control, ambos del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas.

SEGUNDO: DECLARA que es la Sala 1 del referido Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, la que resulta competente para decidir el presente conflicto de competencia. En consecuencia,
ORDENA remitir el expediente a dicha Sala 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas.

Publíquese, regístrese y ofíciese lo conducente. Remítase el expediente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación
Penal, en Caracas, a los diecisiete (17) días del mes de marzo de dos mil veintiuno (2021). Años 210º de
la Independencia y 162º de la Federación.

El Magistrado Presidente,
MAIKEL JOSÉ MORENO PÉREZ

La Magistrada Vicepresidenta,

ELSA JANETH GÓMEZ MORENO

La Magistrada,

FRANCIA COELLO GONZÁLEZ

El Magistrado,

JUAN LUIS IBARRA VERENZUELA

Ponente

La Magistrada,

YANINA BEATRIZ KARABIN DE DÍAZ

La Secretaria,

ANA YAKELINE CONCEPCIÓN DE GARCÍA


JLIV

Exp. AA30-P-2020-000109

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