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La administración provincial romana surgió cuando la primera guerra púnica trajo consigo la

expansión del territorio de Roma fuera de Italia (la cual no era una provincia,12 sino el territorio
metropolitano de la misma Roma),34 básicamente a las islas mediterráneas.

Al principio los dos cónsules tenían la responsabilidad de la administración. Los cuestores itálicos
eran considerados auxiliares de los cónsules. En las islas (Cerdeña-Córcega y Sicilia) se
establecieron cuestores particulares dependientes de los cónsules, pero el sistema no funcionó. Se
hacía preciso buscar una nueva figura jurídica que administrara los territorios provinciales.

El procónsul tenía un alto rango dentro de las magistraturas romanas: venía después del cónsul. Su
rango era equivalente al del pretor pero lo ejercía sobre un territorio determinado (provincia),
mientras que las funciones del pretor abarcaban la totalidad del territorio de la República.

El procónsul era a la vez general, administrador y juez supremo en su provincia, y reunía en sus
manos todas las funciones que antiguamente habían tenido los cónsules y que ahora estaban
repartidas entre los cónsules, el pretor, el censor, los ediles curules, los tres viri nocturni, los
tribunos del pueblo y el jefe de la caballería. Únicamente las cuestiones financieras de la provincia
escapaban a su imperium, ya que para llevarlas a cabo se creó la figura del cuestor provincial o
procuestor, que dependía directamente del Senado. A los procónsules se les exigía sobriedad y
probidad.

Entre los tres de Hispania figuró Catón, que administró la provincia de Hispania Citerior con una
probidad y un celo ahorrativo excepcional, pero su ejemplo tuvo pocos imitadores. Catón viajaba
por la provincia a pie con un solo servidor. Cuando terminó su servicio vendió su caballo para no
cargar al Estado con los gastos del transporte.

Como los procónsules eran verdaderos reyes de su provincia, su poder absoluto llevó a menudo a
la corrupción; exigían «donativos voluntarios» a las ciudades, y otras prácticas ilegales. Cuando
viajaban podían solicitar hospedaje gratuito y hacer algunas requisas, lo que dio lugar a abusos y
exacciones. Por necesidades del servicio o de sus gentes, o en caso de guerra, o también por
necesidades de los soldados, podían exigir granos a precios moderados. Esto se convirtió en una
fuente de exacciones injustas. Finalmente los procónsules exigían recursos para sufragar las fiestas
populares romanas. El Senado estableció limitaciones en el 171 a. C., pero los magistrados
corruptos rara vez fueron juzgados.

Las ciudades que eran sometidas perdían su independencia para establecer tratados con otras
ciudades o Estados y para hacer la guerra o firmar la paz. Sus ciudadanos no podían adquirir
territorios fuera de su ciudad, y probablemente tampoco podrían casarse fuera de ella. Los
ciudadanos no podían llevar armas salvo por orden expresa del procónsul. La moneda romana no
fue impuesta, pero tenía curso legal.

En cada ciudad sometida se tendió a favorecer el acceso al poder en los consejos locales de la
aristocracia. Roma podía enviar a las ciudades a ciudadanos romanos o de los territorios
sometidos sin limitación.

El censo quinquenal, siguiendo el modelo romano, fue establecido para todas las ciudades. Cada
ciudad tenía fijado un contingente que debía facilitar al Ejército regularmente.

Los impuestos establecidos eran el diezmo de las cosechas y productos de la tierra, y una
veinteava parte del valor de las mercancías que pasaban por el territorio en cuestión, tanto para
entrar como para salir (postoria). Algunas ciudades estaban exentas por lo cual no estaban
sometidas a estos impuestos. A otras, junto a la inmunidad o exención de impuestos se les
concedió el rango de ciudades sin sufragio u otros niveles de derechos.

Junto a las ciudades sometidas en sus diversos grados, estaban las colonias romanas y, sobre todo,
las colonias de derecho latino, cuyos ciudadanos podían disfrutar de la ciudadanía romana o latina
(con restricciones), y las ciudades de rango municipal. La mayoría de las colonias de derecho latino
se fundaron en el norte de Italia, porque esta región, al contrario de la Italia peninsular, fue
administrada como territorio provincial hasta el I a. C., bajo el nombre de Galia Cisalpina, pero, a
pesar de esto, era considerada dentro del mismo ámbito geográfico italiano que Roma e Italia,5 al
cual fue definitivamente anexionada en el 42 a. C. (dejando de existir como provincia),6 tras la Lex
Roscia del 49 a. C., emanada por Julio César, que otorgaba la plena ciudadanía romana a todos los
habitantes cisalpinos.7 Desde el 238 al 221 a. C. los establecimientos y asentamientos romanos se
dirigieron principalmente a esta zona. Posteriormente, la segunda guerra púnica, interrumpió el
proceso y llevó a los romanos a Hispania.

Los primeros procónsules de la Hispania Citerior tuvieron la misión de pacificar el país y actuaron
más como jefes militares que como jefes políticos.

La pertenencia a un territorio, en este caso una provincia, no constituía ninguna situación jurídica,
pues la condición de la persona en el derecho romano, no estaba ligada al territorio, sino a la
ciudad. En efecto, el derecho romano efectúa los «contratos» o pactos, con ciudades o bien con
grupos asimilables a una ciudad (este contrato, conocido por foedus, establecía la autonomía local
y las prestaciones a las que estaba sometida la ciudad; cuando se trataba de una ciudad colonial,
se regía por la lex colonia, normalmente con derecho latino, aunque con tendencia a asimilarse de
pleno derecho, (salvo en caso de rebelión en que su situación podía empeorar).

Se sabe que el establecimiento romano en provincias conllevó la creación de un ager publicus


importante (hasta entonces el ager público era solo una pequeña parte del territorio conquistado).
Sobre este ager provincial se establecerán más tarde las nuevas colonias. Algunos de estos
terrenos eran arrendados para pastos o campos de cultivo (el arrendatario debía pagar el 10 % del
producto). Cuando en el ager existían bosques, minas, puertos, salinas, etc. su explotación era
confiada a unos intermediarios (publicani). Las minas de Hispania fueron arrendadas
aproximadamente a partir del 178 a. C.

Los habitantes de las provincias estaban exentos del servicio militar, aunque eran normalmente
reclutados como voluntarios. Los ciudadanos romanos de provincias no estaban sujetos a tributo
individual.

En provincias, los habitantes de las ciudades vencidas eran vendidos como esclavos o bien eran
incluidos en los dominios de Roma bajo la cobertura de ciudadanos de ciudades aliadas que
conservaban una independencia municipal y su libertad de impuestos.

En algunas provincias (África, Sicilia, Córcega y Cerdeña, y las de Hispania) se recaudaban tasas e
impuestos siguiendo el sistema ya existente con los cartagineses cuando gobernaron estos
territorios. En teoría la recaudación era para satisfacer los gastos de la administración y la defensa
de la provincia, pero el sistema se extendió más tarde a las provincias de Iliria y Macedonia, donde
Roma no asumió ni la defensa ni las administraciones municipales.

El Código de Justiniano (en latín, Codex Iustinianus) es una recopilación de constituciones


imperiales promulgada por el emperador Justiniano, en una primera versión, el 7 de abril de 529, y
en una segunda, el 17 de noviembre de 534. Este último forma parte del denominado Corpus Iuris
Civilis.

Este Código no fue la primera obra elaborada dentro del proceso recopilador de leyes
romanas.Fue preparado por una comisión de juristas, presidida por Triboniano, comenzando sus
labores en febrero de 528. Los comisionados debían recopilar las constituciones imperiales
vigentes en la época, pudiendo utilizar obras anteriores como el Código Teodosiano del año 438,
de carácter oficial, el Código Gregoriano de 293 y el Hermogeniano (291-323 d. C.), de carácter
privado. Con la promulgación de este código se dejaron sin efecto los anteriores.

Este código recoge una constitución imperial muy importante en el mundo romano, que es la de
Caracalla, la Constituto antoniana (212 d. C.), que concedió la ciudadanía a todos los habitantes
del imperio.
Debido a las reformas efectuadas por Justiniano, fue necesario actualizarlo hacia el año 533. Una
comisión presidida nuevamente por Triboniano debió agregar todas las nuevas constituciones
imperiales dictadas por Justiniano al "primer" Código, recibiendo la facultad de interpolarlas o
modificarlas para su adecuada incorporación.

El 16 de noviembre de 534 –en fecha posterior al Digesto– se promulgó el "segundo" Código de


Justiniano (denominado en ocasiones Codex repetitae praelectionis), quedando derogado el
anterior y prohibida su alegación. Está estructurado en 12 libros, divididos en títulos, que
contienen las constituciones

Codex vetus

Justiniano hizo reunir todas las constituciones desde Adriano hasta sus días, así como sus
numerosas variaciones. Clasificó todo por materias bajo diferentes títulos y formó de ellos una
obra que apareció en el año 529 conocida con el nombre de Codex Iustinianus o Código de
Justiniano. El código fue confirmado por una constitución del emperador (el Codex Vetus).

Un pensamiento tan útil y acertado como era el de reunir todas las leyes en una sola obra, indujo
bien a Justiniano a publicar bajo su nombre otras colecciones legales a las que dio fuerza
obligatoria.

Digesto

Así que concluidas las constituciones, encargó a Triboniano, uno de los principales redactores del
Antiguo Código (Codex vetus), y al cual asoció otros dieciséis abogados importantes, para que
tomara de las obras de los jurisconsultos más célebres todas aquellas doctrinas de las que todavía
se podía hacer uso en la práctica: reuniendo estos extractos por materias y bajo diferentes títulos,
sin necesidad de atenerse en la elección de estas doctrinas al orden establecido por Valentiniano I
en la ley de citas, ni de conservar fielmente la letra de sus textos dejando aparte lo que había
quedado en desuso.

Esta obra fue redactada en tres años durante los cuales se compulsaron los escritos de treinta y
nueve jurisconsultos, cuyas sentencias se tomaron la mayoría de las veces, no de sus mismas
obras, sino de otras en que habían sido insertadas, por efecto de la precipitación y de la
impaciencia con que se trabajó.

Toda esta inmensa compilación se llamó Digesto o Pandecta (palabra griega equivalente a
digesta)3 también conocida con el nombre de Iuris enucleati ex omni veteris iuri collecti. Cada
extracto que se componía de un principium y de uno o más paragraphi citándose en una
inscripción el nombre y la obra de un jurisconsulto, de donde estaba tomado. Estaba destinada a la
práctica y en cuanto al orden de materias se atendió al antiguo edicto. Se publicó el 16 de
diciembre del año 533 entrando en vigor quince días después3 ordenada por el emperador. La
obra estaba dividida en cincuenta libros en siete partes que corresponde al Edicto. La primera en
el libro I, la segunda en el V, la tercera en el XII, la cuarta en el XX, la quinta en el XXVIII, la sexta en
el XXVI, y la séptima en el XLV.

La primera de ellas titulada Prota contiene una exposición de las doctrinas generales. La segunda
de iudiciciis las acciones reales. La tercera de rebus todos los contratos exceptuando las
estipulaciones. La cuarta libri singulares los testamentos y tutelas. La quinta libri singulares
legados fideicomisos. La sexta y la séptima al derecho en general.

Por otra parte se necesitaba una obra más general que enseñara los principios del derecho a los
jóvenes aprendices de abogado y Triboniano junto Teófilo y Doroteo formaron un sistema de
derecho muy compendiado con el nombre de Instituta. En esta obra se habían de presentar los
primeros principios de la ciencia y consultar a la práctica moderna. También se tuvo en cuenta
Institutas de Gayo y las nuevas constituciones de Justiniano.
Codex repetitae praelectionis

Hubo una posterior revisión en la fecha de 16 de noviembre del año 534 con el nombre de Codex
repetitae praelectionis. Esta obra contenía los rescriptos de los emperadores que reinaron desde
Adriano hasta Constantino I y los edictos y leyes de los sucesores de este emperador hasta el
reinado de Justiniano. Se dividió en doce libros repartidos por títulos en los cuales están colocadas
las constituciones según la materia a que pertenecen y puestas por el orden cronológico.

Novellae constitutiones

Después de publicadas estas colecciones legales el reinado de Justiniano se prolongó treinta años
más dictándose multitud de constituciones y decretos que son conocidas con el nombre de
Novellae constitutiones. Se conservaron por mucho tiempo separadas y hoy en día debemos
tenerlas reunidas a una combinación hecha por los glosadores, compuesta de nueve colaciones.
Cada colación comprende muchos títulos y en ellos se contiene generalmente una novela, pero la
novela octava comprende dos que son el segundo y el tercero de la segunda colación. Los
glosadores no admiten en las nueve colaciones más que noventa y siete novelas, que forman por
consiguiente noventa y ocho títulos. A las demás las miraban como inútiles, llamándolas,
extravagantes o novellae estraordinarias, las que se añadieron en un principio a la novena
colección, hasta que La Conte las incorporó a la edición no glosada que dio en 1571. De manera
que ahora hay 168 novelas, de las cuales 160 son de Justiniano, mientras que las novelas 140 y 144
son de Justino el Joven, las 161, 163 y 164 son de Tiberio, y las 166 y 168 son edictos de los
praefecti pretorio. A esta colección de novelas siguen trece Edictos del mismo emperador, que en
la realidad son iguales a aquellas, diferenciándose solamente en que estas solo contienen
disposiciones locales de poca utilidad.

También bajo el epígrafe de Tractatus ad ius varii suelen comprenderse también en el mencionado
cuerpo del derecho las leyes de las XII Tablas según Cicerón y a los trabajos de Godofredo.También
se comprenden en el cuerpo del derecho otras constituciones del emperador León y el libro de los
feudos posterior a Justiniano.

Por otra parte se ha de reseñar del Corpus Iuris Civilis que, si bien Triboniano era dueño de
escoger en las obras antiguas los textos que fuesen más de su agrado, no estaba por eso en las
facultades del emperador dispensarle de extractar bien y fielmente lo que aquellas contenían.
Como legislador supremo podía muy bien Justiniano rechazar los actos de los Antoninos y
condenar como sediciosos los principios de libertad que hasta entonces habían sostenido los
últimos legisladores del Imperio bizantino. Pero los hechos pasados estaban ya fuera de los límites
de su poder. El emperador Justiniano de alguna manera alteró los antiguos textos y poniendo bajo
los respetables nombres de sus antecesores ideas serviles, nacidas en los últimos tiempos del
Imperio Bizantino y desfigurando respetables decisiones que representaban las ideas de los
antiguos emperadores. Estas alteraciones son las denominadas Emblemata Triboriani.

Incluso el propio Justiniano hace la siguiente confesión de estas alteraciones:

«Nomina enim antiquis servavimus, legum autem veritatem nostram fecimus, quemadmodum
etiam si quid dissidens iis inerat, -plurima vero eiusmodi extabant, - id distinctum est, et definitum,
et ad clarum absolutumque ius est redactum»

«No obstante, hemos mantenido los nombres de las antiguas. Pero queríamos que la verdad y la
justicia de las leyes fueran todas nuestras. Entonces, si había contradicciones en ellas (y había
muchos), ha sido determinado, y definido, y cada ley se presentó en su aspecto más claro»

Digesto, libro I, título XVII, ley 3, nº 105

Contenido

Tradicionalmente consta de las siguientes obras: el Digesto o Pandectas, las Instituciones, el Nuevo
Código y las Novelas.
Codex (Vetus) (529)

Este código compila las constituciones imperiales (leges) contempladas en los Códigos
Hermogeniano, Gregoriano y Teodosiano, así como constituciones posteriores. Su redacción
empezó en 528, fue terminada catorce meses después y fue publicada en 529. La obra tenía doce
libros, pero no ha llegado hasta nosotros:

Digesto o Pandectas (533)

La digesta es la parte central y más voluminosa del cuerpo de derecho del ciudadano romano.

Concepto

Digesto del griego dijesta sivve pandectae (libros que contienen todo). Ordenación cronológica de
las iuras con comentarios de los principales jurisconsultos romanos, como Mucio Scaevola, Arcadio
Carisio y Hernogeniano y con predominio de textos procedentes de Paulo y Ulpiano.

Antecedentes

Justiniano I, el 15 de diciembre de año 530 por la constitución Deo Autore, creó una comisión
presidida por el entonces quaestor sacri palatii, Triboniano, para realizar la tarea de sistematizar y
ordenarlas opiniones de los jurisconsultos (iuras) que habían gozado del ius respondendi y formar
con ellos un cuerpo de doctrina legal.

Fecha de publicación

Se publicó el 16 de diciembre de 533 bajo el gobierno del emperador del imperio romano de
oriente Justiniano I quedando sancionadas con el nombre de digesto en tributo un anterior digesta
de Juliano.

Contenido

El Digesto está constituido por 50 libros divididos en siete partes. Cada libro es subdividido en
títulos respectivas rubricas, indicadoras de las materias que trata el título.

Primera parte

Libro del I al IV: principios generales sobre el derecho y jurisdicción

Segunda parte

Libro de V al XI doctrina general sobre las acciones de protección judicial de la propiedad y demás
derechos romanos

Tercera parte

Libro del XII al XIX de Rebus, obligaciones y contratos

Cuarta parte

Libro del XX al XXVII um bilicus, obligaciones y familia

Quinta parte

Libro del XXVIII al XXXI, de testamentis ET, codicilis, herencia, legado y fideicomisos

Sexta parte
Libro del XXXVII al XLIV, herencia pretoriana y materias referentes a derecho reales, posesiones y
obligaciones

Séptima parte

Libro del XLV al L stipulation, derecho penal, apellation

Instituciones o Institutas (533)

Antecedentes

Mientras se iban realizando la recopilación de los iuras en el digesto, Justiniano decidió que para la
práctica de los escolares, según ya lo había expresado en la constitución Deo Auctore, se redactará
un tratado elemental de derecho.

Publicación

Por la constitución Imperatoriam Maiestatem del 21 de noviembre del año 533 se publicaron las
instituciones de Justiniano,destinadas, en efecto, ”a la juventud deseosa de estudiar leyes”,
comenzando a regir con fuerza legal, a pesar de tratarse de una obra de enseñanza, el 30 de
noviembre del 533.

Redactores

Sus redactores fueron Teófilo y Doroteo, utilizaron como modelo varios libros de jurisconsultos
clásicos usados para la enseñanza elemental como las instituciones de Ulpiano, Florentino,
Marciano, y Paulo y muy especialmente las institutas de Gayo, que era la obra que hasta entonces
servía para los jóvenes que anhelaban estudiar derecho

Instituciones

Contienen una síntesis de preceptos y doctrinas en cuatro libros de reducida extensión que aborda
las siguientes materias: El primero, de las personas; el segundo, de la división de las cosas, de la
propiedad, de los demás derechos reales y del testamento; el tercero, de la sucesión intestada y
de las obligaciones que proceden del contrato; y el cuarto, de las obligaciones exdelicto y de las
acciones, con apéndice de publicis iudiciis. De la obra es fruto del encargo que Justiniano hizo a los
juristas Triboniano, Teófilo y Doroteo: realizaron una obra de lenguaje accesible que pudiera
sustituir a las instituciones de Gayo en las escuelas. Así fue promulgada el 21 de noviembre de 533
dedicada a la juventud estudiosa y más tarde, el 30 de diciembre del mismo año, adquirió fuerza
de ley.

Código de Justiniano o El Nuevo Código

Antecedentes

Por la constitución haec quae necesario, sancionada en 13 febrero de 528 por Justibiano I, designó
a Juan de Capadocia, quaaestor sacri palatii, para que reuniera todas las colecciones de leyes
hechas anteriormente-Hermogeniano de Teodosiano –así como las constituciones imperiales que
les siguieron . Se autorizó a tomar de las leyes, lo útil, abreviarlas suprimirlas, las que estuvieran en
desuso alteran su texto si fueran necesario a ordenarlas cronológicamente, por materias en una
sola obra, bajo diferentes títulos. Fue promulgado mediante la constitución summa reipublicae en
abril dl 529. Esta recopilación se llamó codex iustiniasneus o Codex Contitutionum. Esta
recopilación fue revisada en 534, revisión que promulgó ese mismo año con el nombre Codex
repetitae praelectionis y el Codex iustinianeus original, se quedó con el nombre de codex vetus
(código antiguo).

El código o codex

Concluida la tarea de realizar el digesto y las instituciones, Justiniano ordenó que se revisara el
codex iustinianeus. La tarea era necesaria porque se habían publicado desde aquella época
numerosas constituciones nuevas entre las cuales figuran principalmente la Quinquaginta
Decisiones, que modifican, cambian y perfeccionaban el derecho del digesto y que no se
encontraba en el codex iustinianeus originaria. Dispuso a ese fin, en 534 que en una comisión
Doroteo, Constantino, Menas y Juan encabezada por Tribuniano hicieran una reelaboración del
codex iustinianeus, añadiendo las nuevas constituciones y poniéndolo más en armonía con el
digesto y las instituciones. La labor terminó el mismo año y la nueva edición del codex
iustinianeus, salió con el nombre codex repetitae praelectiones y entró en vigor el 29 de diciembre
de 534 por la constitución Cordi novis que prohibía que en adelante se invocase ante los jueces las
Cincuenta Decisiones, ni las posteriores, si no solo la autoridad de la obra que acababa de
sancionarse

Contenido

Integra una de las partes del Corpus iuris civilis, consta de 12 libros y 265 títulos con respectivas
rubricas y a las materias a que pertenece, comprensivos de 4652, constituciones imperiales,
cronológicamente ordenas dentro de cada título. Los doce libros del código trata de dogma
católico y de la disciplina eclesiástica, del derecho civil, del derecho penal y del derecho público. La
parte trata de los derechos reales de las obligaciones de las personas, y de las sucesiones. Se
emitieron muchas constituciones del Codex iustinianeus citadas en las instituciones. A la cabeza de
cada constitución imperial aparece el nombre del emperador que le dictó y el de la autoridad o
particular a la que estaba dirigida hallándose a su final la fecha en que fue sancionada. Las más
extensas se dividen en parágrafos, pero tal división no es muy usual.

Libro I

Presenta disposiciones relativas a las fuentes del derecho, e incluye normas sobre las officia de los
magistrados y sobre las relaciones entre la iglesia y el estado

Libros II a VIII

Tratan del derecho privado en general con referencia especial a los derechos reales, las
obligaciones, los contratos y el derecho sucesorio

Libro IX

Está dedicado al derecho criminal.

Libros X a XII

Versan sobre el derecho administrativo y financiero

Las Novellae Constitutiones o Novelas

Antecedentes

La actividad legislativa de Justiniano no concluyó con la sanción del código, el Digesto y las
instituciones. Por el contrario, a partir del 535 promulgó nuevas constituciones (novellae
constitutiones), en un código definitivo.

Las novelas

Se clasificaron en tres:

Epidome luliani

Es una colección de 124 novelas que se encuentra en orden cronológico y escritas en latín, escritas
por Juliano de Constantinopla aprox. en el año 555.

Auténticas

Es una colección de 134 novelas, entre 535 y 556, su nombre proviene de haberse otorgado
autenticidad por los juristas de Bolonia; tras tenerlas por falsas, se hicieron en el siglo XI.

Colección anónima
Son 168 novelas redactadas en griego, llevadas a cabo bajo por Tiberio II. Pertenecen a Justiniano,
otras a Justiniano II y Tiberio II.

Influencia e importancia

Se denomina pues Corpus iuris civilis a la reunión de las leyes romanas, formada bajo el reinado y
según las órdenes del emperador Justiniano. Se puede destacar el mérito histórico, legal y
filosófico de esta colección de leyes o cuerpo de Derecho Romano. Es una de esas obras en la que
los legisladores posteriores a su publicación durante los trece siglos posteriores tuvieron como
fuente, utilizando sus decisiones y preceptos.

Glosadores estudiando

El Corpus iuris civilis fue retomado a partir del siglo XI en la Universidad de Bolonia por la escuela
de los Glosadores, formando una recopilación que ejercería una gran influencia en todo el
Derecho europeo posterior (véase Pandectística). Sirvió para educar a generaciones de juristas
que, posteriormente, aplicarían sus conocimientos en el ejercicio del derecho en sus países de
origen.

Con el redescubrimiento del Corpus Iuris Civilis y su adopción por los glosadores de la Universidad
de Bolonia se produjo un gran avance en la técnica jurídica, punto de partida de la reforma de
leyes en toda Europa y, más tarde, en todo el mundo moderno. Este proceso tuvo un gran éxito, ya
que, con la idea de un nuevo cuerpo normativo, apareció la tendencia a unificar las leyes de cada
reino de Europa, gracias a los conceptos básicos del Corpus Iuris Civilis.

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