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Tema 3

La España romana. Gobierno y Administración


1. EL PROCESO DE INTEGRACIÓN POLÍTICO-CULTURAL DE LA PENÍNSULA IBÉRICA EN EL
MUNDO ROMANO

La cultura romana fue una cultura de síntesis capaz de aglutinar las aportaciones espirituales, sociales y
económicas de los diversos pueblos que constituyeron el Imperio. Roma integró el pensamiento griego y la
cultura del Mediterráneo oriental, donde hizo acto de presencia el Cristianismo.”.

La romanización es la integración plena de una sociedad determinada en el conjunto del mundo romano
(cultura, sociedad, economía y política) y significó en España dos cosas: la recepción de la cultura sincrética
que llamamos cultura romana y la expansión del Cristianismo.
La romanización fue un proceso largo y desigual en los territorios, pero posible gracias a la unidad política y
a la fuerza del Imperio, basada en un idioma común (latín).

1.1 DIVISIÓN DE LA SOCIEDAD


 Ciudadanos romanos: forman parte de la ciudad de Roma y tienen todos los derechos civiles y políticos. A
ellos corresponde el ius civile.
 Latinos: constituyen una categoría inferior. Los latinos consiguieron una quasi-ciudadanía. A ellos se les
aplicaba el ius latii. Quienes eran titulares del ius latii se regían por el Derecho romano en lo relativo a
asuntos comerciales y patrimoniales: ius comercium.
 Los peregrinos: extranjeros o no ciudadanos que viven en el Imperio, por lo tanto no se les consideraba
ciudadanos romanos. Se les aplican el ius peregrinum, que es el conjunto de normas para los pueblos
sometidos a Roma.

1.2 DERECHO ROMANO


El derecho romano incluía:
 Ius latii--- es el derecho básico para los habitantes del Lacio (latinos), implicaba una semi ciudadanía.
 Ius comercium: derecho relativo a asuntos comerciales y patrimoniales. Los titulares del Ius latii
podían regirse en relativo a los asuntos comerciales a través del Ius comercium.
 Ius civile: derecho de los ciudadanos romanos. Implicaba la plena ciudadanía y contenía el
Ius comercium.
 Ius honorum: derecho a ocupar cargos públicos en Roma.
 Ius sufraggi: derecho de sufragio activo/pasivo. Los latinos carecían de éstos.
 Ius familiae: regula las relaciones personales y familiares.
 Ius peregrino: derecho aplicado a los extranjeros o peregrinos que estaban de paso o vivían en el
Imperio. Éstos no participaban del Ius civile.
 Ius Gentium: conjunto de reglas extraídas del Ius civile con carácter general para ser aplicadas en los
pueblos con los que Roma había entablado una relación. Es un derecho común.

2. ETAPAS DE LA ROMANIZACIÓN JURÍDICA DE HISPANIA


2.1 PRERROMANIZACIÓN
Abarca desde la conquista (218 a.C.) hasta la concesión de latinidad que hace el emperador Vespasiano (74
d.C.). La Península se divide en provincias.
Hispania estaba entonces dividida en dos partes: Hispania Citerior (el levante) e Hispania Ulterior (Andalucía
y Castilla).
En el año 27 a.C. se dividió la Península en tres provincias: dos imperiales (tarraconense y lusitana) y una
senatorial (Baetica).
En el año 133 a.C. fue promulgada la lex provinciae. Se desplazó a Hispania una comisión de diez senadores
que fijaron mediante dicha ley las condiciones, privilegios y cargas de los indígenas. También quedaron
fijadas las atribuciones del Gobernador de cada provincia.

2.2 HACIA LA PLENA CIUDADANÍA. ROMANIZACIÓN


Comprende el tiempo transcurrido entre el 74 d.C. y el 212 d.C. En el año 74 d.C. el emperador Vespasiano
concedió la latinidad a los habitantes de Hispania, decisión que acarreó tres consecuencias:
 Los habitantes se convierten en latinii coloniarii y consiguen unos derechos mínimos, el ius latii. Estos
derechos mínimos permitieron el establecimiento del ius comercium (derecho de comprar y vender).
 En cuanto a la administración, las ciudades pudieron organizarse en municipios y los indígenas
consiguieron acceder a las legiones romanas.
 En tercer lugar, los indígenas que desempeñaban cargos municipales adquirieron la ciudadanía
romana per honorem, reconociéndose esta ciudadanía al interesado, a su cónyuge y a sus
ascendientes y descendientes por línea directa.

2.3 CONCESIÓN DE LA PLENA CIUDADANÍA


Abarca desde el año 212 hasta el 284 de nuestra era. En el año 212 el emperador Antonino Caracalla
concedió a todos los habitantes libres del Imperio la ciudadanía romana, con lo que se termina la unificación
jurídica en todo el Imperio, eliminando, en teoría, el Derecho indígena. Esta difusión del Derecho romano a
todos los habitantes del Imperio provocó la vulgarización del Derecho.

3. HOMBRES LIBRES Y ESCLAVOS


3.1 HOMBRES LIBRES
Dentro de la sociedad hispanorromana ocupa un lugar destacado el orden senatorial, compuesto por
familias itálicas o indígenas romanizados. Desempeñaron cargos públicos, disfrutando de fortuna y
privilegios.

Al sector dominante le sumamos la aristocracia ecuestre, el ordo equestris, compuesta por gentes que
disponían de un caballo para poder servir en el Ejército como equites o caballeros. Los caballeros se
dedicaban principalmente al comercio.

El sector más numeroso, la plebe, se componía de hombres libres, libertos y esclavos manumitidos. Forman
parte de la plebe los profesionales liberales, los artesanos y comerciantes, miembros de agrupaciones
gremiales (collegia).

3.2 ESCLAVOS
Siervos y esclavos carecían del status de personas, por lo que no eran siquiera sujetos de derecho.
Los esclavos lo eran por nacimiento y como consecuencia del cautiverio en guerras. Junto a estas causas
principales existieron otras de menor entidad, como la esclavitud por piratería, las autoventas de hombres
libres como esclavos (obnoxatio) y la reducción a la esclavitud por pena (damnatio)

4. LA CRISIS DEL BAJO IMPERIO ROMANO Y LA TRANSICIÓN HACIA LA SOCIEDAD:


ADSCRIPCIÓN, COLONATO Y ENCOMENDACIÓN
Las contiendas políticas por la sucesión imperial, la anarquía militar, el peligro de los bárbaros que invaden
el Imperio, la decadencia económica y la ruralización de la burguesía urbana fueron factores determinantes
de la gran crisis social que se inicia en el siglo III. El enfrentamiento entre poderosos y oprimidos generó
fuertes tensiones en un clima de inseguridad e indefensión.

4.1 ADSCRIPCIÓN
La estructura social de esta época se caracteriza por la adscripción forzosa y hereditaria de las gentes a sus
oficios y profesiones, en detrimento de la libertad y fluidez de las fuerzas sociales. La adscripción se justifica
por la crisis económica, para que nadie pretenda escapar de su trabajo y obligaciones tributarias situándose
en otro grupo social más ventajoso.
En el año 331 el emperador Constantino ordena a los hijos de funcionarios ocupar el puesto de sus padres.
Los cargos municipales supusieron una gran carga pues si no se recaudaba el dinero suficiente, el
magistrado debía responder con sus bienes personales hasta saldar la deuda de la recaudación tributaria
(responsabilidad solidaria). Además el cargo se convertía en irrenunciable. Los soldados tampoco pudieron
abandonar la actividad militar.

Hacia el siglo 3 el pueblo Galo se subleva, estas sublevaciones se denominaron: “Bagaudos”. Significaban
una respuesta de protesta contra el imperio romano. Con ellas consiguieron asolar muchas propiedades e
incluso se llegaron a enfrentar al ejército de Roma.

4.2 COLONATO
Los colonos o cultivadores de tierras ajenas quedaron adscritos a tierras que no podían abandonar. Pese a su
condición de hombres libres, la adscripción fue tan dura que se consideró a los colonos “siervos de la tierra”,
resultando enajenados con las tierras si el propietario se desprendía de ellas.

4.3 ENCOMENDACIÓN O PATRONATO


La encomendación surge como consecuencia de un clima de inseguridades sociales, por ello los más débiles
buscan protección ante los poderosos. La institución más antigua que favorece estos vínculos de
dependencia privada es la “clientela”.
La encomendación de los protegidos o suscepti fue diversa según su particular situación: unos donaron sus
tierras a sus protectores, otros que ya cultivaban tierras agenas debían proporcionar parte de los productos
obtenidos al poderoso y por último estaban aquellos que no podían entregar nada y tuvieron que hacerse
soldados privados del poderoso.

5. PROVINCIALIZACIÓN DE HISPANIA: PROVINCIAE ET CIVITATES


El territorio de Roma era dominio público y posteriormente Roma ordenó jurídicamente el territorio.
Roma conformó distritos a través de la Lex provinciae (ley de las provincias). Esta ley recogía las atribuciones
del magistrado encargado de su gobierno, el estatus legal del territorio y la organización de las ciudades.
Desconocemos el contenido de la lex provinciae hispana, pero sabemos que Escipión la dividió en el año 197
a.C. en dos provincias, Ulterior (parte meridional y territorio occidental) y Citerior (costa mediterránea y
norte de Hispania).

6. LAS REFORMAS ADMINISTRATIVAS DURANTE EL IMPERIO

LAS REFORMAS DE AUGUSTO:


Augusto estabiliza Roma tras la crisis de la República y en el año 27 a.c consigue nuevos títulos, el imperio
procunsular y los cargos de cónsul, censor y tribuno de la plebe. Procede entonces a realizar una
reorganización de las provincias del Imperio. Augusto dividió todas las provincias del Imperio en senatoriales
(dependientes del Senado al estar más pacificadas) e imperiales (dependientes del Emperador dada su
conflictividad). Al dividirse así las provincias, los gobiernos eran controlados por senadores (procónsules)
ayudados por cuestores o por pretores.
La primera reforma de Augusto consistió en dividir la provincia Ulterior en dos: la Bética y la Lusitania.
A la provincia Citerior se le incorporó el nombre de Tarraconense.
Este control político del territorio se reforma mediante las reformas de Caracalla, Constantino y Diocleciano.
LAS REFORMAS DE CARACALLA, DIOCLECIANO Y CONSTANTINO
A principios del siglo III d.C. el emperador Caracalla formó una nueva provincia en la Península: la Hispania
nova Citerior Antoniniana, sobre Galicia y Asturias, pero pocos años después se volvió a la estructura
triprovincial.

Al finalizar el siglo III, el emperador Diocleciano lleva a cabo una profunda reorganización del Imperio:
pretende multiplicar las provincias y agruparlas en diócesis. Diocleciano dividió el Imperio Romano en dos
partes, occidental y oriental. La provincia Citerior se dividió en tres: la Tarraconense, la Cartaginense y la
Galletia. El Atlántico Marroquí quedó incorporado a la Nova Hispania Ulterior Tingitana.

Bajo el gobierno del emperador Constantino aparecen las prefecturas como máximas unidades
administrativas. La prefectura se compuso de diócesis, y la diócesis de diversas provincias. Existieron
inicialmente cinco prefecturas, que luego se redujeron a cuatro. La división provincial definitiva fue: Bética,
Lusitania, Tarraconense, Cartaginense, Galia, Baleares y Mauritania.

SISTEMA DE GOBIERNO: MAGISTRADOS Y ASAMBLEAS POPULARES


Inicialmente, al frente de cada provincia estaba un pretor con amplios poderes que en tiempos difíciles
dependía del cónsul. A raíz de la dictadura de Sila, el gobierno provincial recayó en manos de
exmagistrados, y hasta las reformas de Diocleciano, el gobernador provincial fue la máxima autoridad civil y
militar. El gobernador iniciaba su gestión publicando el Edicto provincial, y estaba sujeto a la lex provinciae. A
través de las leges repetundarum se pretendía proteger a los súbditos de los abusos de sus gobernantes.

7. EL RÉGIMEN MUNICIPAL ROMANO: CURIA Y MAGISTRADOS


La civilización romana fue predominantemente urbana.
Encontramos las ciudades indígenas o peregrinas, varían según su acuerdo con roma; las ciudades romanas y
las ciudades latinas regidas por el ius latii.

Las ciudades indígenas que no eran destruidas se dividían en:


- Federadas --- tenían un pacto con Roma y su situación era óptima, ya que quedaban exentas de
impuestos y con un ordenamiento jurídico propio.
- Libres --- no pagaban impuestos y estaban al margen del gobierno provincial.
- Estipendiarias --- la mayoría tenían este estatus. Su régimen jurídico era confuso y variable.

LEYES DE COLONIAS Y MUNICIPIOS:


Las colonias y los municipios se ordenan mediante las leges datae, dadas directamente por el magistrado
autorizado por los comicios. En Hispania existieron dos leyes fundamentales: la primera, de carácter
colonial, es la ley de Urso; la segunda, municipal, es la Lex Flavia Municipalis.

EL GOBIERNO LOCAL: CURIAS Y MAGISTRADOS


El gobierno de las ciudades corresponde al pueblo reunido en los comicios, al senado o curia municipal y a
los magistrados elegidos directamente por el pueblo y ratificados por la curia.

Las primeras magistraturas estaban presididas por los dunviros, que tuvieron atribuciones de carácter
judicial y convocaban y presidían las reuniones.
La vigilancia de la vida ciudadana correspondía a 2 ediles.
De la administración financiera se encargaban 2 cuestores ayudados de auxiliares (apparitores)

El acceso a las magistraturas era para personas mayores de 25 años, otro “requisito” era poseer una
situación económica estable para poder hacer frente a las summas honorarias.
Para circunstancias especiales, existían magistrados extraordinarios.
Ya en el Bajo Imperio la dirección de las ciudades quedó en manos de los curatores
La curia municipal era una asamblea formada por 100 decuriones que ostentaban los máximos poderes
legislativos. Ser decurión te proporcionaba el reconocimiento del pueblo, traía la exención de penas y
ventajas en el reparto de donativos públicos. Eran elegidos cada 5 años, debían tener la ciudadanía
municipal y una edad mínima de 25 años. Posteriormente con la crisis del Bajo Imperio, el cargo se convirtió
en vitalicio, hereditario e irrechazable.

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