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Biografía

Martha Nussbaum es una de las filósofas contemporáneas más relevantes de


nuestra época. nació en Nueva York, Estados Unidos, en el año 1947. Estudió
teatro y lenguas clásicas en la Universidad de Nueva York y, tiempo después, en
1969, se doctoró en Filosofía por la Universidad de Harvard, especializándose en
Filosofía Antigua Griega, Romana y Filosofía Moral, Ética y Política (eso explica el
interés de esta autora por las obras de Sócrates principalmente). Enseñó Filosofía
y obras clásicas en Harvard, y actualmente ocupa la cátedra de Derecho y Ética
en el Departamento de Filosofía de la Facultad de Derecho y la Divinity School de
la Universidad de Chicago.

Durante la década de los ochenta, Nussbaum comenzó un trabajo de investigación


en el Instituto Mundial de Investigaciones de Economía del Desarrollo en
colaboración con el economista Amartya Sen (premio nobel de economía), en
temas relacionados con el desarrollo y la ética. En conjunto con Sen, promovió el
concepto de «capacidades».

Es miembro de la Sociedad Filosófica Americana. En 2008 fue elegida miembro


correspondiente de la Academia Británica. Es asociada en el Departamento de
Obras Clásicas y el Departamento de Ciencia Política, miembro de la Comisión de
Estudios de Asia Meridional y copresidente del Programa de Derechos Humanos.
Es la fundadora y coordinadora del Centro de Constitucionalismo Comparado y
codirectora del Centro de Leyes, Filosofía y Valores Humanos.

En 2012 recibió en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales,


por su ardua labor y su contribución a las humanidades, a la filosofía del derecho,
de la política y su concepción ética del desarrollo económico. También se le han
otorgado títulos honoríficos en más de veinticinco instituciones del mundo.
Producción de la autora
Cuenta con innumerables artículos y con 25 libros publicados hasta la fecha, de
los cuales dieciocho están traducidos al castellano. Entre los más destacados
están: La fragilidad del bien: fortuna y ética en la tragedia y la filosofía griega, Las
mujeres y el desarrollo humano, El cultivo de la humanidad, La terapia del deseo y
La libertad de conciencia, entre otros.
Viendo este extenso currículum, podemos imaginar a una mujer con una gran
capacidad de reflexión, de trabajo, de determinación y de compromiso con la
humanidad.
Pensamiento de la autora
El punto central de sus teorías es el estudio de las humanidades. Basándose en
esto, añade que es necesario cultivar nuestra capacidad de respeto mutuo, de
comprensión y de compasión. Esa es la contribución que las humanidades han
hecho siempre a la educación. Las humanidades nos proporcionan no solo
conocimientos sobre nosotros mismos y sobre los demás, sino que nos hacen
reflexionar sobre la vulnerabilidad humana y la aspiración de todo individuo a la
justicia.
Su pensamiento se podría definir en cuatro ámbitos: la recuperación de la ética
antigua y su valor en nuestros días; el estudio de las emociones; la teoría de la
justicia y sus implicaciones en el mundo de hoy (trabajos que, en muchas
ocasiones, ha realizado junto con el Premio Nobel de Economía Amartya Sen), y
por último, pero no menos importante, la teoría feminista y la superación de las
desigualdades por cuestiones de sexo, raza o procedencia social.

En cuestiones tan importantes como la educación, advierte de la necesidad del


arte, la música y la literatura para los niños, lo cual ayuda a fomentar nuestra
humanidad básica, la creatividad, el pensamiento crítico y la empatía hacia los
demás. Cultivando estos valores se rescatan los propósitos más profundos de la
educación, dado que la educación no es solo una herramienta para promover el
Producto Nacional Bruto. La educación debe nutrir al niño entero, y las artes son
vitales en este esfuerzo. (acá podemos ver esa influencia platónica en la autora al
hacer notar que hay ciertos componentes de la educación que se deben
desarrollar más, además también tiene una idea muy parecida a la de platón
acerca de la función que debe cumplir la educación.)
Nussbaum proviene de una tradición socrática y cree enérgicamente en la
transparencia, pues no concibe a los filósofos como «profundas figuras solitarias»,
sino como miembros de una comunidad que tienen la responsabilidad de hablar y
de estructurar sus argumentos con claridad. (como lo vimos en el texto pasado)

Ha contribuido con su voluntad y dedicación a transformar la realidad actual con el


mismo empeño que a resaltar la utilidad práctica de la filosofía, como instrumento
que puede ayudar a mejorar la vida de las personas, tanto desde un punto de vista
individual como colectivo. Ha sabido adaptarla a las necesidades de nuestra
época, reconociendo que lo imprescindible es que cada ser humano encuentre su
propio sentido de la vida. (se podría decir que con ello la autora contribuye a una
modernización del pensamiento de platón)
La educación superior debe tener por meta crear una comunidad de personas que
desarrollen el pensamiento crítico, que busquen la verdad mas allá de las barreras
de clase, género y nacionalidad, que respeten la diversidad y la humanidad de
otros ( vemos que ella al igual que Platón tenia como fin esas verdad que hay que
alcanzar mediante una formación especifica)
Su pensamiento en el texto
A lo largo del texto la autora establece los tres valores primordiales de lo que
entiende por educación liberal: el examen critico de uno mismo, el ideal del
ciudadano del mundo y el desarrollo de la imaginación narrativa. Mediante el
análisis de cursos, currículos y practicas institucionales, El cultivo de la humanidad
quiere mostrar hasta qué punto estos valores están presentes en facultades y
universidades, tras instaurarse diversas reformas tendentes a la integración de
estudios multiculturales y de minorías. Y, ante el temor de algunos al relativismo
moral que creen que se expandiría con estas reformas, Nussbaum asegura que
estudiar y aprender sobre un tema no tendría por qué corroer nuestro juicio moral
sobre él. (acá tenemos una coincidencia con Popper ya que este en su texto nos
hablaba de que esa tolerancia que se debe desarrollar no implica un relativismo)
Nussbaum utiliza el término educación liberal para hacer referencia a un modelo
educativo cuyo objetivo es el de cultivar al ser humano en su totalidad; esto es, un
modelo educativo cuyo objetivo sea el de preparar a las personas para que
puedan ejercer las funciones de la ciudadanía y de la vida en general. Esta
concepción se enlaza con la tradición que, en la línea clásica de Séneca,
reivindica una educación “adecuada para la libertad”; una enseñanza que sirva
para hacer ciudadanos libres no en virtud de su riqueza o su situación social, sino
por ser dueños de su propia mente. Atendiendo a este objetivo, así como a las
características de la sociedad actual, Nussbaum se pregunta cuáles son las
capacidades que necesita tener un buen ciudadano en la actualidad. La respuesta
de la filósofa es que, debido al hecho que el mundo actual es multicultural y
multinacional, los problemas que en él surgen requieren una solución que pase
por el diálogo con personas muy diversas en todos los ámbitos. En última
instancia, consiste en reconocerse y reconocer a nuestros congéneres como seres
humanos y actuar en consecuencia. Por tanto, se trata de conocer y desarrollar
aquello que nos hace humanos; dicho de otra forma: practicar el cultivo de la
humanidad.
Ahora, vamos a explicar los tres principios fundamentales que tiene la educación
liberal o cultivo de la humanidad que propone la autora:

El examen crítico de uno mismo


Esta habilidad tiene su origen en Sócrates. Nussbaum presenta la razón socrática
como la alternativa a la educación tradicional y, asimismo, como un instrumento
capaz de promover el desarrollo de capacidades necesarias para la vida de los
ciudadanos en un sistema democrático. La autora defiende, siguiendo a Sócrates,
la democracia como un sistema que permite progresar hacia el conocimiento del
bien común. En este sentido, todos los integrantes de la sociedad forman parte de
este proceso y, por este motivo, es importante su educación.
El ideal de ciudadano del mundo
El cultivo de la humanidad requiere reconocer y practicar aquello que nos hace
humanos. En este sentido, se presenta como necesaria la aceptación por parte de
cada individuo de su pertenencia a una totalidad que trasciende el grupo particular
o la región a la que se pertenece; totalidad en la que los vínculos entre sus
miembros se articulan a través de lazos de reconocimiento y preocupación.
en el texto nos dice que ideal clásico del «ciudadano del mundo se puede
entender de dos maneras, e igualmente el «cultivo de la humanidad). La versión
más inflexible y exigente es el ideal de un ciudadano cuya lealtad principal es
para con los seres humanos de todo el mundo, y cuyas otras lealtades,
nacionales, locales y de grupos diversos, se consideran claramente secundarias.
Su versión más blanda permite una diversidad de visiones sobre cuáles deberían
ser nuestras prioridades, pero nos dice que, sin importar cómo ordenemos
nuestras lealtades, siempre deberíamos estar seguros de reconocer el valor de la
vida humana en cualquier lugar que se manifieste, y de vernos a nosotros mismos
como ligados por capacidades y problemas humanos comunes con las personas
que se hallan a gran distancia de nosotros. (en esta cita vemos como la autora nos
muestra que para el cultivo de la humanidad como ella lo propone, es necesario
para comenzar reconocernos en el otro, así como ya lo han hablado algunos
autores de los que ya hemos visto)
Los ciudadanos que cultivan su humanidad necesitan, además, la capacidad de
verse a sí mismos no sólo como ciudadanos pertenecientes a alguna región o
grupo, sino también, y, sobre todo, como se res humanos vinculados a los demás
seres humanos por lazos de reconocimiento y mutua preocupación. ( en este
punto ya es evidente esa preocupación que tiene la autora porque nos
reconozcamos , lo cual influye mucho en esa ética que ella se propone recuperar
y que si contextualizamos un poco esa reconocimiento debería llevar a la
tolerancia que tanto hemos mencionado.
La imaginación narrativa
La imaginación narrativa es la habilidad necesaria para poder comprender al otro,
entender sus opiniones, sus intereses, sus deseos. Por tanto, es un requisito
necesario para ser ciudadano del mundo. El instrumento fundamental para
desarrollarla no es otro que la literatura. Nussbaum nos muestra, así, cómo a
través de los cuentos infantiles los niños y niñas se van dotando de la imaginación
narrativa, y es gracias a ello que se produce el conocimiento de sentimientos y
emociones cada vez más complejos. Así pues, la imaginación narrativa es la
habilidad que está a la base de la interacción moral.

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