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Fraguando alternativa: Reflexiones acerca de los principios de

una epistemología libertaria en Antropología.

“Más allá del nihilismo, entre las ruinas, preparamos una


revolución, pero pocos lo saben.
A. Camus”
Nota a la edición en fanzine.

Este texto es la edición en formato fanzine de un ensayo académico que escribí hace un año para una
asignatura de epistemología del grado de Antropología social y cultural. La redacción final en la que
traté de poner orden a muchas ideas que me rondaban la cabeza en aquel momento la hice con prisas
en apenas dos tardes. A pesar de ello no he querido corregir el texto, que se presenta con sus delirios
y desvaríos. Muchas de las opiniones que vertía en aquel momento o han cambiado o las he matizado.
Por ejemplo, hoy considero que la coherencia individual, como dice siempre una amiga, es algo que
solo nos sirve para limpiarnos el culo, mientras que la clave está en generar espacios y contextos en
que pueda aflorar la libertad de forma colectiva. En ese sentido, este no es un texto adulto, ni para
dentro ni para fuera del gueto. Releyéndolo me ha recordado en el tono al manifiesto antiadultista de
Alexanthropos Alexgaias (distri polaris) y es cierto que tiene un poco de ese ego de joven león y hada
que me hace sonreír ahora cuando lo leo. Ni son palabras adultxs ni pretenden serlo. Pero creo que
dan que pensar y me gusta que aparezcan ahí como reflejo de un momento.
Fraguando alternativa: Reflexiones acerca de los principios de una epistemología
libertaria en Antropología

manuel.delvalle@estudiante.uam.es

Resumen
El propósito de este ensayo es recopilar algunas de mis reflexiones acerca de los contextos y formas
actuales de generación del conocimiento en antropología desde una perspectiva comprometida y
crítica que concibe inseparables la reflexión epistemológica de la praxis ético-política. Estas
reflexiones provienen principalmente de mis lecturas y experiencias vitales durante los últimos
meses en los que he navegado diferentes espacios de poder y de discurso, preguntándome el
significado que tiene para mí la disciplina antropológica al mismo tiempo que preparaba un plan de
investigación para el mismo proyecto político en el que empezaba a vivir. El resultado es una serie de
principios que reflejan mis concepciones actuales acerca de la forma en que creo que debería
hacerse una antropología que pretenda ser útil a nuestras comunidades en lucha y nos acerque un
poco más a ver realizadas las sociedades más justas y menos represivas de ese "mundo nuevo" en
el que muchxs creemos. Una alternativa de antropología en la que podamos vivir con una sonrisa en
ella.

Palabras clave: Antropología libertaria, Epistemología en lucha, Autogestión del conocimiento,


Concepción metereológica del poder.
Contenidos

1. Introducción
2. Epistemología en lucha. ¿Por qué es pertinente hablar de conocimiento?
3. Profesionalización (vs) desprofesionalización de la antropología
4. El texto académico como producto
5. Espacios de poder: Geografías y Arquitecturas. La UAM como espacio de poder
6. Por qué no podemos hablar de métodos, sin hablar de epistemología y por qué no
podemos hablar de epistemología, sin reflexionar sobre ontología
7. Hacia una concepción interseccional y metereológica del poder
8. Antropología como discurso ubicado y no como ciencia
9. Principios de una antropología libertaria
10. Limitaciones
11. Conclusión: Principios, no finales. Algunas reflexiones sobre estrategia.
Introducción

En los últimos cuatro meses, mi trayectoria personal me ha llevado a estar cursando la asignatura
de epistemología y métodos del grado de antropología social y cultural, principalmente entre dos
espacios de poder bien diferenciados: La Universidad Autónoma de Madrid y Fraguas, un proyecto
político asambleario de okupación y autogestión rural ubicado en un pueblo en ruinas de la Sierra
Norte de Guadalajara, expropiado y abandonado durante los primeros años del tardofranquismo. El
hecho de situarme en un espacio intermedio1 entre estas dos realidades, junto con el estar leyendo y
pensando gran parte de mi tiempo en términos de epistemología, me ha llevado a un proceso de
autoreflexión y observación crítica acerca de la forma en la que los conocimientos son generados y
administrados en diferentes espacios de poder. El situarme performativamente2 tanto en el rol de
"estudiante de segundo de antropología" como en el de miembrx de un colectivo de incidencia política
directa, en términos de autogestión de la vida, me ha dado una perspectiva sobre estos temas que
no podría haber adquirido de ninguna otra forma. El estar pensando cómo diseñar una investigación
para la recuperación y documentación de la historia reciente del pueblo de Fraguas3 (que sea útil de
cara al proceso judicial abierto contra el proyecto y/o pueda ayudar a garantizar su estabilidad
económica en el tiempo), me hace vivir muy de cerca y posicionarme en primera persona sobre
muchas de las cuestiones que trata el curso de epistemología y métodos. Por último, al mismo tiempo
que me enfrentaba a importantes decisiones sobre mi vida a nivel ético y político (¿Cómo quiero vivir
de acuerdo con mis principios? ¿Puedo satisfacer mis necesidades relativamente al margen del
sistema legal del trabajo asalariado? ¿Qué papel puede desempeñar en todo esto la Antropología?)
en los últimos años he ido teniendo que replantear mis convicciones acerca de lo que significa, en
contraste con otras visiones más hegemónicas, para mí hacer antropología. Este ensayo, a través de
sus diferentes secciones, trata de responder a algunas de estas cuestiones: en primer lugar,
reflexionaré acerca de cómo los sujetos de conocimiento se ubican en los diferentes espacios de

1
Ver Graeber, David. 2010. "Nunca ha existido Occidente o la democracia emerge de los espacios intermedios" en Beltrán
Roca Martínez (coord.) Anarquismo y Antropología: Relaciones e influencias mutuas entre la Antropología Social y el
pensamiento libertario: 69-103
2
Butler, Judith. 1998. Marie Lourties (trad.) "Actos Performativos y Constitución Del Género: Un Ensayo Sobre
Fenomenología y Teoría Feminista." Debate Feminista 18: 296-314.
3
Para notas de prensa relativas al proyecto ver: http://www.huffingtonpost.es/2017/04/21/un-dia-con-los-repobladores-
que-ocupan-fraguas-a-losque-piden_a_22047354/ y http://www.eldiario.es/clm/Fraguas-pueblo-okupado-
repoblado_0_638336647.html .
poder y las consecuencias que esto tiene en cuanto al proceso de generación4 de conocimiento, para
ello expondré algunas de mis observaciones acerca de cómo han sido mis últimos aprendizajes en
determinados espacios. Relacionaré esto con la necesidad de hacer antropología desde otros
parámetros y para ello expondré algunas de mis ideas actuales acerca de cómo creo que es, la
realidad social, objeto de estudio de nuestra disciplina. Por último, enunciaré una serie de principios
de lo que significa para mi realizar esa otra antropología y mencionaré alguna de sus limitaciones.

Epistemología en lucha. ¿Por qué es pertinente hablar de conocimiento?


El punto de partida de este ensayo es la confluencia entre tres corrientes de pensamiento: la tradición
académica de la antropología como disciplina de las ciencias humanas, la epistemología como
reflexión acerca de las entidades cognoscibles y los procesos de generación de conocimiento y la
corriente política de pensamiento libertario preocupada principalmente por las cuestiones del
conflicto y del poder. Así conocimiento-poder y antropología son los términos de los que trata el
ensayo. Entender que toda generación de conocimiento se produce en las condiciones previas de
espacios de poder determinados y que al mismo tiempo la diferencia de conocimientos genera
diferencias de poder es la idea de partida de este ensayo: pensar (como ya hiciera Foucault) que es
pertinente la íntima relación que existe entre el conocimiento, el poder y el lugar donde estos se
generan. El poder y el conocimiento no flotan misteriosamente en el aire, sino que están ubicados en
espacios, acciones y cuerpos concretos. Así cuando nos sentamos en un aula ante un profesor,
comemos en familia o cruzamos la calle debemos entender que lo hacemos en espacios en los que
rigen normas de poder concretas que afectan a la forma en la que los conocimientos son transmitidos
y generados. (quién puede hablar y quién no y durante cuánto tiempo, quién da la palabra y quién la
quita...) espacios de comunicación en los que se relacionan y descifran simultáneamente los distintos
elementos de la comunicación: emisores, receptores, códigos, canales... Y si entendemos la cultura
cómo sistema de conocimiento compartido de interpretación de la realidad socializada, llegamos a la
conclusión de que el análisis de los contextos de generación de conocimiento debería ser uno de los
objetos prioritarios de la antropología. Sin embargo, mientras que la tradición antropológica es
pionera en estudiar los sistemas en que otrxs significan la realidad, quizá son menos los trabajos de
"endografía" del poder académico que analicen los modos en que ella misma como tradición

4
Prefiero utilizar el término generación de conocimiento en vez de producción de conocimiento por las connotaciones que
este último término lleva implícitas. Además el término “generar” alude además a la dimensión lingüística de crear
categorías, géneros de cosas, significando que todo proceso de conocimiento conlleva un proceso de categorización
lingüística a partir y sobre la realidad social.
epistemológica alumbrada por la academia institucionalizada occidental ha generado conocimiento y
utilidades a lo largo de los años. ¿A quiénes han beneficiado tantas y tantas monografías elaboradas
por antropólogos sobre distintas comunidades? ¿A quién beneficia el producto académico sobre la
comunidad? ¿A la comunidad? ¿O a la academia? Mi tesis al respecto es que la escisión tradicional
de la antropología entre sujeto y objeto de conocimiento, de la etnografía siempre como estudio del
otrx diferente, el hecho de que sujeto y objeto no se encuentren casi nunca en el mismo "plano
epistemológico5" , ha provocado que la generación de conocimiento haya estado más orientada a
satisfacer las necesidades de la comunidad académica más que de las comunidades estudiadas
cayendo una vez más en el extractivismo etnocentrista aunque esta vez de tipo intelectual o
académico). Viéndolo en términos de interés ¿Para qué se escribe? ¿Y para quién se escribe? La
producción del investigador la mayor de las veces ha estado al servicio de la institución académica,
quien a su vez ha sido funcional a las diferentes empresas de poder a lo largo de la historia.
Podríamos hacer genealogía de su nacimiento desde los templos de Atenea a los scriptoriums
escolásticos. Simplificando diremos que escribió siempre el que pudo. Pero analicemos en presente
¿Es la academia hoy simplemente una institución más, funcional al sistema social-demócrata-
capitalista-colonial-neoliberal y criminal que nos está llevando al colapso ecológico? Más aun, ¿No es
la academia eminentemente positivista, la herramienta epistemológica, el brazo teórico armado de
legitimación del sistema? ¿Es la antropología la excepción de esta academia? ¿Pero no es al fin y al
cabo la antropología una disciplina profesionalizada como las demás y los antropólogxs muchas veces
empleados (también en el sentido de utilizados) como cualquier otro? Me gustaría poder negar
categóricamente estas preguntas y ojalá llegue el día que la academia sea eminentemente
antisistema en su praxis y no solo en su teoría. Hasta ese día seguirá siendo pertinente hacer
autocrítica, pensar y hablar y hacer explícitas las condiciones de poder en que se genera el
conocimiento académico.

Profesionalización (vs) desprofesionalización de la antropología


Sobre esto último, es importante resaltar la última de las cuestiones mencionadas: la
profesionalización de la disciplina antropológica como actividad dentro del esquema legal del trabajo
asalariado. Si tu supervivencia depende del trabajo y tu trabajo depende del discurso que generes,
este último probablemente empiece a verse condicionado. "No morderás la mano de quien te da de
comer y si comes de lo que estudias puedes empezar a estudiar para comer". Desde una perspectiva

5
Ver Harding, Sandra (1987). Is There a Feminist Method?" Feminism and Methodology, Bloomington/ Indianapolis. Indiana
University Press.
crítica con la noción de trabajo asalariado, es útil que, en vez de estudiar para comer, estudiemos
para cambiar la estructura que nos hace estudiar para comer. Si a esto le añadimos una
preocupación ética empezamos a concebir la antropología como una pasión útil para mejorar la vida
en las alternativas y los márgenes del sistema, situándonos por tanto más allá de una antropología
profesional.

El texto académico como producto


Más allá de las relativas al mercado laboral, otra de las consecuencias que se desprenden del hecho
de que la academia esté insertada en las estructuras económicas del nuevo capitalismo y sus ideas
sobre la propiedad intelectual, es el hecho de que el texto académico se conciba como un producto,
una commodity cuyo acceso y distribución están regulados económicamente y del que se lucran
revistas y más actualmente las "proveedoras de acceso" (bases de datos). Esta economía intelectual,
se acaba convirtiendo finalmente en doble elitista: por su carácter de conocimiento institucionalizado
y experto, monopolizada en su distribución, y por su precio. Y sobre esto debemos preguntarnos cuál
debe ser el objetivo de la investigación ¿Generar una discusión intelectual que pueda venderse como
producto académico o ayudarnos a obtener tal beca o asignación? ¿O debe ser el objetivo de la
investigación algo más allá del papel, una utilidad práctica solo a la cual pueda ayudar el conocimiento
en papel? ¿Cuántas veces el objetivo de la investigación se reduce a la obtención de un artículo
académico?

Espacios de poder: Geografías y Arquitecturas. La UAM como espacio de poder.

Toda la discusión anterior, que puede parecer muy abstracta puede ejemplificarse fácilmente
tomando ejemplos de nuestro entorno de estudiantes más cercano. Detalles y detalles acerca de la
forma en que asimilamos conocimientos en el sistema educativo y por extensión universitario que
tenemos perfectamente naturalizados pero que empiezan a tomar relevancia cuando los observamos
en su conjunto: Breve descripción etnográfica de la materialidad del espacio en que se genera
conocimiento en la UAM:

" Una tarima de un palmo separa, eleva y confronta el lugar de emisión del discurso del
profesor y el alumno, separados también por una fuerte diferencia de edad y prestigio. La mesa del
primero de una superficie aproximada de unos dos metros cuadrados, las de los alumnos bancos
corridos con poco menos de la mitad de espacio individual. La silla de él de material cómodo, las de
los alumnos plegables, fijas al suelo. Su libertad de movimientos mucho mayor. La distribución de la
sala es panóptica con los alumnos organizados en filas 6(en todo momento el profesor puede ver a
sus alumnos mientras que estos para dirigirse a sus compañeros deben girarse repetidas veces).
Cada palabra que escribe el profesor en la pizarra puede ser vista por todos los alumnos, mientras
que las ideas de los alumnos se pierden en sus cuadernos. A la inversa pasa con la plataforma moodle,
que actúa como un embudo canalizando grandes cantidades de información (por ejemplo, ensayos)
hacia un único corrector sin promover la difusión horizontal entre los mismos alumnos. Más aún, esta
se ve desalentada por una evaluación clasificatoria y competitiva. Salimos de clase, vemos que existe
una estratificación en tres pisos, las aulas de clases en los dos primeros y la mayoría de los
despachos en las alturas. Los baños de arriba significativamente más limpios. ¿Cuántos metros
cuadrados destina la universidad para despachos privados en comparación con los que destina para
locales de asociaciones o espacios de discusión entre pares? Nos cuenta un profesor que los
escalones tienen la altura justa para permitir la entrada de policía montada a la facultad.
Descubrimos que la universidad fue construida en parte para fragmentar el movimiento estudiantil
de ciudad universitaria, en un valle higiénicamente alejado de la capital para evitar la propagación de
disturbios, aislable por su altura, a pocos minutos de la base militar del goloso...7"

¿No nos encontramos acaso en un espacio de poder(es)? ¿No es acaso la universidad un sistema
autoritario y capitalista de distribución de conocimiento con varias empresas lucrándose en sus
confines (Santander, Canon y Telepizza solo por citar algunas) "Todo esto, todas estas futilidades, en
realidad son futilidades pero son futilidades muy importantes, porque finalmente, al nivel de toda una
serie de ejercicios de poder, es en esas pequeñas técnicas que estos nuevos mecanismos pudieron
investir; pudieron operar [como tecnologías individualizantes del poder]"8

Y en términos no materiales ¿Cuáles son las diferencias entre la adquisición de conocimiento


trabajando en el campo, o discutiendo en una asamblea, o arreglando un motor, frente a cómo lo
hacemos en el contexto educativo y académico? Mientras que en una clase la información,
eminentemente abstracta, o en el mejor de los casos ejemplificada, se transmite de manera muy
condensada en forma de paquetes teóricos estructurados que el estudiante debe comprender y
asimilar racionalmente. En el "aprendizaje estadístico" de la vida real, la adquisición de conocimiento

6
Ver nota 8.
7
Ver "Los orígenes represivos de la UAM". Voz autónoma nº 2 . Publicación comunitaria de la uam (2017)
8
Ver p. 7. Foucault, Michel. "Las Redes Del Poder: Texto De La Conferencia Proferida En 1976 En La Facultad De Filosofía De
La Universidad Del Brasil." Revista anarquista Barbarie.4 (1981)
se realiza de forma práctica y discreta, enfrentándote uno a uno a los objetos particulares. Y es
importante destacar que la emoción juega un papel fundamental en el aprendizaje, mucho menos en
el aula. El sistema de discurso "lenguaje" primero es mucho más argumentativo frente al segundo
más centrado en la resolución de problemas concretos. La antropología es el estudio de problemas
filosóficos, éticos y morales de carne y hueso, pero a veces olvida que sus respuestas deben ser
también manchándose las manos (Sartre) y de la misma carne y el mismo hueso.

Por qué no podemos hablar de métodos, sin hablar de epistemología y por qué no podemos
hablar de epistemología, sin reflexionar sobre ontología

Hasta este punto mi argumento ha sido eminentemente crítico y poco constructivo, empecemos ahora
a reflexionar en otro tipo de términos: Normalmente generamos conocimiento dentro de
epistemologías concretas y discutimos sobre métodos sin llegar a poner en duda los marcos de
verificación en los que creemos y sin poner énfasis en la importancia política que esto tiene. Así,
realmente la asunción de cualquier idea sobre cuestiones epistemológicas supone la adopción de
posturas ontológicas previas. Para decidir qué vamos a hacer para conocer algo, debemos tener
antes alguna idea previa, aunque esto sea un acto inevitable de fe ciega. "los sociólogos del
conocimiento consideran que las epistemologías son estrategias diseñadas para justificar creencias"
(Harding 1987:3) A lo largo de la historia de las ciencias humanas, antropólogos y demás
investigadores han ido dando sus respuestas de tipo ontológico a estas cuestiones y usándolas para
justificar sus propios métodos y resultados ¿Cuál y cómo es el objeto de estudio de la antropología?
¿Cuál será el acto de fe que hagamos para en función de este diseñar nuestros aparatos de medida
de dicho objeto? Para saber cómo podemos estudiarla debemos antes tener una idea de qué es la
cultura o qué es la realidad social. De este modo la realidad social ha sido concebida a lo largo del
tiempo de muchas maneras: como un ente ideal platónico y estático, como un ente mutable, como un
ser orgánico, como un ser estructurado, como un mecanismo, como un juego de posiciones, etc.
¿Cómo es mi concepción de la realidad social?

Hacia una concepción interseccional y metereológica del poder.


Según mi punto de vista, la realidad social es conflictiva y heterogénea. Un agregado inmenso de
cuerpos que performan dando su materialidad y carne a los sistemas compartidos de ideas a los que
llamamos cultura. Cada uno de estos cuerpos en interacción con el resto y su propia sensibilidad
reflexiva de partícula con historia, tiene en cada momento una serie de grados de libertad como si
fuera una partícula en un fluido o una gota de agua en una tormenta, mientras que está imposibilitada
de moverse hacia otros. Concibo el poder más como juegos múltiples de presiones
multidimensionales que en términos estructurales. Prefiero hablar en términos de sensibilidades
interseccionales que de identidades. Concibo que las opresiones existen claramente pero lo hacen
de forma compleja interaccionando en lo local con corrientes a distintos niveles. Dos metáforas
sirven para ilustrar esta concepción: la primera un mapa metereológico de fuerzas báricas en varias
dimensiones. Podemos apreciar claramente zonas de altas presiones, anticiclones y borrascas,
zonas de transición. Centros y periferias. Grandes masas de presión. Evidentes sistemas de poder,
etarismo, clasismo, heteropatriarcado... en continua intersección. Zonas de partículas con
trayectorias de escape similares pero en diferentes direcciones, etc. Corrientes a nivel macro y
otras a nivel micro. Hegemonías fractales en diversas escalas. La mejor forma de entreveer esto es
con la segunda metáfora del mundo del parapente: el parapente es un planeador y por lo tanto
siempre va perdiendo altura. A pesar de ello, si el parapente está situado en una térmica (masa de
aire que asciende a mayor velocidad que el resto más frío) puede darse el caso de que en términos
relativos ascienda ya que se mueve con la masa de aire de su entorno aunque simultáneamente
descienda en el interior de esta. Así una partícula dentro de un torbellino en un líquido puede estar
moviéndose en contra de una corriente de un nivel pero a favor de otra en un nivel diferente. Así
todas las opresiones están interrelacionadas de forma compleja. Y es más en términos de navegación
y posición (privilegios, opresiones, posibilidades reales, límites) que debemos entender nuestras
estrategias ético-políticas.

Antropología como discurso ubicado y no como ciencia.


A partir de estas ideas (antropología dentro de espacios de poder hecha por sujetos con
sensibilidades concretas) concibo la antropología como discurso ubicadísimo. Frente a otras visiones
positivistas considero que el hacer antropología es generar praxis y discurso, hacer textos
mediáticos, comunicación posicionada no científica. Respecto a estas cuestiones escribía hace algún
tiempo las siguientes reflexiones :

"Estoy jodidamente harto del debate de la objetividad. No pretendo en mi trabajo como académico
ser objetivo, sino tener una subjetividad ideológica bien formada y documentada: fruto de la
comparación y el contraste personal de muchas otras subjetividades. Llámalo fuentes. Quién solo
bebe de una se seca y la seca. El que bebe de muchas, desarrolla una mirada quizá más compleja y
menos definitiva, pero en cualquier caso más abierta y antidogmática. El problema no es la
credibilidad de las fuentes (que también). El problema no es la agenda detrás de ellas (que también).
El problema es que agarramos una como diccionario, o más aún me atrevo a decir, como texto
sagrado y la institucionalizamos. Eliminando aquellas otras del debate político. Las heterodoxas, los
textos apócrifos que cayeron a su vez en el olvido. “Todo está manipulado porque sale de manos y
cerebros concretos... humano, demasiado humano” ¿Pero pararnos ahí? ¿No ir más allá?... Decía
Beckett que el lenguaje es un velo que hay que rasgar para acceder a la verdad de las cosas...
atrevámonos"
Y también:

"Dicen politólogos y tecnócratas que hay que desterrar la emoción de la ciencia social. Dicen que si
observador riguroso y descriptor imparcial. Dice Horkheimer que lo que sirve, sirve al poder. Y ni
con emociones o sin ellas se puede ser neutral. Dice Gloria Fuertes que ella no sirve a nadie, que
como mucho a todos. Y digo yo que en tiempos en que Google y FB se disputan los cargos de primer
y segundo analista y creador de la realidad social dónde iremos a parar si sacamos del estudio de lo
humano (y lo social) lo que nos conecta, lo que nos revuelve la injusticia más abajo. Pues sí aunque
sea Antropología de berrinche defenderé una antropología hecha desde espacios terceros, desde
espacios otros. Desde el tercer cerebro sentipensando como ya intentaron Fals Borda y Galeano.
Porque también dice la psicología que si una barra de acero te trepana el lóbulo frontal no hay lógica
que se resista ni motivación para luchar y de ninguna, ninguna forma pensamiento útil para cambiar"

Principios de una antropología libertaria.


Defiendo:

1. Una antropología en lucha: no descriptora "del estado de cosas ", no "observadora del cambio
social " sino interés activo de superar la realidad, en términos de Marcuse "trascender la
unidimensionalidad", e ir más allá de lo dado. Describir la metereología del poder, nuestra posición
y grado de libertad (privilegio) en el fluido de cosas. Y en tanto que herramienta de transformación
utilizarla (Marx). Una praxis y conocimiento aplicado y útil. Posicionado ético-político activo y
activista. Que nos ayude a navegarla, a generar estrategias funcionales y diversas. Creativas. A crear
realidades otras.

2. Una antropología no profesional, en la que lxs investigadores no dependan para su sustento,


cuidado, ni supervivencia de las estructuras académicas o el sistema legal de trabajo asalariado de
las universidades. Que utilice los resortes del capital, pero no dependa de los mismos para realizarse,
autónoma, independiente y para ello, autogestionada.
3. Una antropología cuya finalidad sea la transformación a través de la acción directa de las
condiciones materiales, emocionales y discursivas de la realidad glocal en que se ubica. Cuya utilidad
principal, lo sea para las comunidades que estudia de las que formemos parte investigadores e
investigados en vez de para estructuras académicas cada vez más funcionales al sistema moderno
de trabajo neoliberal.

4. Una antropología que se considere a sí misma no como logos científico sino como logos discursivo,
posicionada en luchas de las que forma parte. Como texto ubicado dentro de la lucha cultural de
hegemonías por el discurso (Gramsci) y repiense su tipología como texto (abandonar el artículo de
revista especializada en sistemas de conocimiento experto (Giddens) y comience a pensarse en
nuevos medios de expresión y difusión (audiovisual, etc.)) así como de producción (autorías colectivas
que rompan el principio individualista de texto como producto, commodity de uso y autoría privada,
etc.)

5. Una antropología práctica y revisada en sus prácticas: que tenga en cuenta las condiciones de su
edición, producción y difusión. (Criterios ecologistas, no elitistas, software libre, con toda su
publicación gratuita en abierto, origen de su financiación, agenda de los medios en que se difunde)

6. Una antropología que se distribuya por todo tipo de medios y estrategias (legales e ilegales, offline
y online, en papel y en pantalla, por la tele, en forma de fanzines, blogs y radio, discos de cuentos
para niños, canciones, libros de poemas, grupos de discusión, asambleas...)

7. Una antropología que sea mucho más que una profesión institucionalizada. Una antropología que
sea una pulsión de vida de preguntarnos por las formas en que podemos y queremos vivir. Una
práctica ética y deontológica, un estilo de vida, un discurso que guíe nuestra forma de vida y nos
permita decidir consecuentemente cómo vivir con una sonrisa en ella.

Limitaciones
A pesar de todo, este enfoque se enfrenta también a grandes limitaciones: en primer lugar, adoptar
una postura de "humildad epistemológica", no querer aspirar a la posesión de una verdad universal,
solo un discurso útil en lo local, nos sitúa en una posición de inferioridad frente a quienes conciben
su discurso desde el positivismo ontológico, de forma dogmática como verdad universal científica o
religiosa. Por otra parte, el adoptar posturas relativamente antihegemónicas conlleva grandes
limitaciones a niveles de difusión mediática de nuestras ideas, estigmatización de las mismas, etc. lo
que no es al fin y al cabo más que una consecuencia directa de la exclusión de los propios mecanismos
de poder que criticamos. De este último hecho podemos derivar otros muchos. El hecho de hacer
antropología crítica, implicada en la praxis y no solo en la theoria, conlleva en ocasiones asumir
riesgos y problemas a los que no tienen que enfrentarse producen discurso desde otras ubicaciones.
El hacer antropología disidente, desobediente civil, en ocasiones ilegal, implica poner nuestos cuerpos
y nuestra integridad física en posiciones de mayor riesgo y enfrentarnos en mayor medida a los
sistemas punitivos de grupos de poder militarizado. En palabras de Thoreau, el lugar del intelectual
disidente es también la prisión, Voltaire, Gramsci, dos ejemplos masculinos y europeos, más allá de
eso las brujas de Federici a las que sí consiguieron quemar. Las Bertas Caceres. El conocimiento
sirve de poco ubicado en una fosa. "Vivas nos queremos". Y más allá "los nadies que valen menos que
la bala que les mata" de Galeano. Para protegernos de todo ello mi respuesta es antimilitarista y
culturalista: establecer amplias redes de cuidados, ganar batallas mediáticas, hegemonías culturales
locales, apoyos interseccionales glocales... crear en definitiva microclimas en la tormenta de poder,
espacios seguros en los que vivir en la alternativa, que hagan imposible e inaceptable la represión.
Por último, también debemos reflexionar acerca de cuándo escribir sobre nosotros mismos puede
tornarse contraproducente y nuestras publicaciones abiertas usadas en nuestra contra. El hecho de
no escribir en condiciones de completa libertad hace plausible que quienes escribimos desde algunos
puntos tengamos que autocensurarnos o no ser completamente fieles a describir toda la
heterogeneidad que nosotrxs detalladamente y desde dicha complejidad entendemos pero que desde
otros contextos puede ser utilizado como anécdota para deslegitimar todo aquello por lo que
luchamos. Somos incoherentes. Somos ecologistas, pero en ocasiones utilizamos butano para
calentarnos. Eso deberá estar en nuestras etnografías, pero no será el grueso de ellas. Lo
reservaremos para asambleas internas en las que debería haber altos niveles de autocrítica, para
no solidificarnos, y poder seguir caminando.

Conclusión: Principios, no finales. Algunas reflexiones sobre estrategia.


Dicho esto, escribo estas palabras desde un Word online, marca registrada, gracias a la licencia de
uso que me provee mi matrícula a la universidad, desde el sistema operativo Ubuntu de mi ordenador
fabricado en china. Sin duda en estas páginas he expuesto algo de mi doxa opinión, aunque espero
también haber generado algo de conocimiento útil, hecho relaciones entre ideas interesantes,
atisbado algunas formas de cambiar nuestra forma de hacer antropología, etc. Generado digo, en el
sentido de que he creado géneros y categorías, jugado con mercancías linguísticas que no se adaptan
a la realidad siempre mucho más gris y controvertida. Tan solo espero puedan guiarme a mí de alguna
manera, y a tí de otra (a cada una desde su posición en el estado de cosas, su libertad y privilegio,
desde su ángulo de ataque9) para que nuestro siguiente paso en colectivo sea un poco más ético.

9
Ver "Maricas y Feminismo. En Torno a Las Relaciones Entre Una Posición Social y Las Ideas." Distribuidora peligrosidad social.
Algunas Referencias y Bibliografía
• Anthony, Giddens. "Consecuencias De La Modernidad." Madrid, Alianza Editorial 19936 (1993)
• Butler, Judith, and Marie Lourties. "Actos Performativos y Constitución Del Género: Un Ensayo Sobre
Fenomenología y Teoría Feminista." Debate Feminista 18 (1998): 296-314.
•Federici, Silvia. "Calibán y La Bruja." Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (2010
• Foucault, Michel. "Las Redes Del Poder: Texto De La Conferencia Proferida En 1976 En La Facultad De Filosofía
De La Universidad Del Brasil." Revista anarquista Barbarie.4 (1981)
• Galeano, Eduardo. El Libro De Los Abrazos. Siglo xxi, 2000.
• Marcuse, Herbert. El Hombre Unidimensional. Tran. Antonio Elorza. Barcelona: Seix Barral, 1969.
• Morris, Brian. "Antropología y Anarquismo: Afinidades Electivas." Anarquismo y antropología: Relaciones e
influencias mutuas entre la Antropología Social y el pensamiento libertario. Madrid (2008): 19-29.
•"Maricas y Feminismo. En Torno a Las Relaciones Entre Una Posición Social y Las Ideas." Distribuidora
peligrosidad social.
• Rubin, Gayle. "Reflexionando Sobre El Sexo: Notas Para Una Teoría Radical De La Sexualidad." Placer y
peligro.Explorando la sexualidad femenina (1989): 113-90.
• Voz autónoma. "Los orígenes represivos de la UAM". Voz autónoma nº 2 . Publicación comunitaria de la UAM.

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