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Psicogeriatría - Capitulo 6

1. La psicoterapia en la vejez

Primero hay que señalar que en este tipo de escritos se encuentra una preocupación permanente por delimitar el modo de
funcionamiento del nuevo descubrimiento, y por dejar buen sentado ante la comunidad médica de su tiempo qué era y qué no
era el psicoanálisis. Menor posibilidad de errores, o por lo menos de que estos fueran imputables a los problemas personales de
los psicoterapeutas y no a la teoría en sí misma.

En su defensa hay que señalar que el artículo fue escrito cuando la expectativa de vida era muy inferior a la actual, y que las
condiciones socio culturales de los países desarrollados, determinaban para las personas de 50 años en adelante el papel social
de viejos. Actualmente esta discusión es irrelevante, puesto que las personas de 50 años están consideradas dentro de la
mediana edad, y para muchas de ellas esta etapa es como “la flor de la vida”. La edad cronológica ha dejado de ser un
indicador válido para determinar la analizabilidad de las personas y ahora nos atendemos más a las motivaciones de la
búsqueda de tratamiento, cuadro psicopatológico, el estado de sus defensas y a la ayuda familiar.

2. La rigidez del aparato psíquico de los viejos

“La rigidez no es ni una función ni una consecuencia de la edad, sino la persistencia en el paciente del estilo el carácter de su
personalidad”

Hay personas que han sido rígidas e inflexibles desde jóvenes y al llegar a la vejez probablemente se les actuaran estos rasgos;
otro no lo han sido tanto pero al llegar al momento de envejecimiento de les hace manifiesta. En estos casos la rigidez esta
determinada por una disociación extrema, con un intento de luchar contra la ansiedad que les provoca los cambios
biopsicosociales propios de este pasaje. Hay tanto pacientes viejos como jóvenes con rigidez defensiva y que la dificultad de
manejo terapéutico dependerá de su tipo d estructura psicopatológica y no de su edad cronológica.

3. ¿El tratamiento psicoterapéutico debe sufrir modificaciones según la edad del paciente?

No hay ninguna diferencia entre tratamiento psicoterapéuticos de los pacientes viejos y de los de otras edades. Es la
disponibilidad del terapeuta y su contratransferencia lo que en última instancia determine el destino de la relación terapéutica.

4. La aplicación del PSA en la vejez

Edad, antes 50 -53 años era viejo. Esto muestra claridad acerca de la ideología de la época. Los desarrollos de la época, no solo
son aplicables a los que se consideran como tratamiento psa “ortodoxos”, sino a casi todas las formas de psicoterapia que
utilizamos. “No es tan importante lo que se hace, sino como se hace” y el cómo se hace dependerá fundamentalmente de como
podamos nosotros manejar la relación que se nos plantee. Es irrelevante el plantearse si en el tratamiento de los viejos hay que
recurrir a la técnica.

Existen objetivos básicos mínimos que se puede compartir todos como terapeuta, tales como hacer cc lo icc, atender a la
calidad y cantidad de las defensas y tratar de ayudar a remover los síntomas, todo esto dentro del marco de la comprensión de
los psicodinámicos. El logro de estos objetivos, no solo dependerá de la edad de los pacientes, sino del cuadro psicopatológico
y de nuestra disponibilidad.

5. Tema sexual en la psicoterapia con viejos

¿Cómo puede un psicoanalista proponer no profundizar un tema como el de la sexualidad durante un tratamiento? Si se
analizan las pulsiones sexuales en los niños, adolescentes y adultos ¿Por qué no en los viejos? La sexualidad en estos pacientes
debe ser convenientemente analizada dentro del material asociactico en la medida en que vaya apareciendo. Nuestro papel
profesional como psicoterapéuticas nos obliga a la búsqueda incesante de la verdad, y ésta no se puede conseguir silenciando
cc aspecto alguno de la personalidad de nuestros paciente.
6. Uso del diván

La elección del diván o de la posición frente a frente no depende solamente de la edad del paciente. El cuadro psicopatológico,
la meta terapéutica que nos fijemos, el grado de regresión que nos propongamos conseguir, el estado de las defensas, son
también cosas a tener cuenta. No se encuentra de acuerdo con “descartar” el diván. Hay viejos que toleran la regresión y otros
que no, pero exactamente en la misma forma y proporción que otras edades.

7. La terapia conductiva
8. La psicoterapia de grupo en la vejez

Rolla, con su entusiasmo y empuje a favor del trabajo grupal con “gente de edad”, como él los llamaba en esa época. Solo se
trabajaría con grupos terapéuticos y para ello se estableció un eslogan que decía “todo viejo es agrupable hasta que no
demuestre lo contrario”. Mejor metodología en este tipo de trabajos dentro las instituciones.

Esquema grupo con 8 a 10 participantes y lo dirigirán 2 terapeutas y 2 observadores no participantes. La función de estos era
que uno registrase por escrito todo lo que decían los pacientes y el otro todo lo que decían los terapeutas. Luego de la sesión,
en la hora siguiente se reunía todo el equipo institucional y se supervisaba el trabajo recientemente realizado sobre la base de
las notas tomadas por los observadores. Este tipo de control “en caliente” primordial. Por la comprensión del material de los
pacientes, la comprensión del funcionamiento de los terapeutas, tanto en su acción como en sus omisiones, la detección del
impacto contratransferencia en la conducta de los terapeutas, la disminución de la ansiedad de terapeutas y observadores, y la
cohesión y consolidación de los vínculos de trabajo dentro del equipo.

Es conveniente realizar una revisión, no hay ninguna duda de que el grupo terapéutico cumple una función de suma
importancia en el tratamiento de gran parte de los problemas psicológicos de estos pacientes. ¿El hecho de constituir grupos
terapéuticos integrados solamente por viejos no es una forma más de contribuir a un aislamiento y segregación? Si existiesen
grupos de niños, adolescentes, ulcerosos, ¿Por qué no podría haber de viejos? La respuesta es que ninguno de esos grupos se
encuentra segregados, en tanto los viejos sí lo son. Podría ser que al agruparlos, se estuviera reforzando su segregación, que
tendría como objeto alejarlos de la vista y el contacto del resto de la población, lo que constituye el objetivo último de todo
prejuicio de este tipo. Lo mejor es que haya grupos, pero deben ser incluidos en grupos con personas de edades variadas, pues
ello redundaría en beneficio para todos, viejos, jóvenes y terapeutas.

9. ¿Cómo se denomina nuestro objeto de trabajo y/o estudio?

¿Cómo llamamos a nuestro objeto de estudió? Viejo, anciano, adulto mayor, senescente, gerente.

Es importante ponernos de acuerdo sobre la terminología a usar para que la comunicación con colegas de otras partes del
mundo, de otras culturas incluso, tenga cierto viso de seriedad científica. Pero resulta difícil hacerlo porque, cada cultura
produce su propio tipo de envejecimiento y los sujetos que transitan este periodo serán diferentes también.

La asamblea mundial sobre el envejecimiento cortó por lo sano y estableció como parámetro universal los 60 años como
comienzo de la vejez. Nadie está satisfecho con esta solución, tanto que popularmente se sigue utilizando los 65 años como
punto de partida para la vejez, pero aun así y hasta tanto no lleguemos a ponernos de acuerdo al respecto de otra, en muchos
medios se la sigue usando por comodidad.

La denominación de “viejo” califica igual a objetos y seres humanos. Desde entonces, no se valora a los objetos y utensilios
por su utilidad tal, sino en relación con “el último modelo” y a su vez, las personas no se miden por su capacidad, sino que esta
comienza a ser deducida formalmente de la edad cronológica. Nuestra sociedad actual de consumo induce en la comunidad
una actitud, que así como impulsiva a reemplazar lo viejo, impulsa a reemplazar al viejo, presionada por un ejército de
desocupados jóvenes.

Por lo tanto, nos pareció lógico y efectivo propulsar la utilización de la palabra viejo, desechando expresamente todos los
sinónimos, desde todos los medios de comunicación disponibles, en un intento explícito de que la población en general y los
profesionales, fueran perdiendo el miedo a la vejez, a su propia vejez. Igualmente desde el punto de vista comunicacional ha
presentado fallas. Con el correr del tiempo no todos los profesionales trataban al mismo tipo de pacientes y que la palabra
viejo es muy abarcativo

10. La preocupación por la muerte

Esta idea está muy extendida entre quienes no tienen contacto directo, desde el punto de vista psicoterapéutico, con las
personas viejas y con sus problemas. Lo que se observa clínicamente en estos pacientes es que la muerte no ocupa el lugar
preponderante en sus preocupaciones tal como los adultos creen. Este es un tema más preocupante para las personas más
jóvenes, no para los viejos.

La principal preocupación de los viejos no es la muerte, sino la pérdida de roles sociales, perdida que, en muchos casos hace
insoportable la vida. La toma de cc de la muerte ocurre en la mediana edad, y si se niega, se rechaza, muchos sujetos persisten
en fuertes preocupaciones sobre la muerte, pero esto no tiene que ver con la edad, sino con la patología.

11. El tratamiento institucional de los viejos

En las instituciones dedicadas a la salud mental, donde la falta de remuneración adecuada produce una movilidad y deserción
muy grande del personal terapéutico especializado, es necesario fomentar la trasferencia institucional más que la individual. El
paciente debe sentirse contenido y protegido por la institución, de la cual el terapeuta que ocasionalmente realiza el
tratamiento, debe ser solo el representante.

Las instituciones deberían evitar esta tendencia de que los analistas atiendas de manera particular a los pacientes, ya que
además se ahorrarían el procedimiento de hacerse idealizar por los pacientes utilizando la trasferencia como sugestión, lo cual
incrementa una fuerte disociación entre terapeuta e institución. El análisis centrado en la transferencia institucional aliviaría,
los procesos de duelo que tienden a producirse ante la necesidad de cambio de terapeuta.

12. ¿Qué motivaciones tienen los profesionales para trabajar con paciente viejos?

Estas preguntas forman parte de un típico pensamiento prejuicioso hacia la vejez y descalificatorio para con los profesionales
que trabajan con ellos. Desde el psa se sabe que toda conducta tiene su motivación. Siempre hay motivaciones para trabajar
con diferentes rangos de edad, pero esos diferentes rangos de edades no presentan una preocupación para los investigadores.
¿Por qué deberían ser importantes las motivaciones? Lo son solamente, en la medida en que alguien considere la vejez como
una edad muy distinta a las demás - merecedora de una atención especial y a los que trabajan en este campo como poseedores
de una actitud morbosa.

13. Dificultades en el trabajo con viejos

La falta de el poco interés de los terapeutas para atender pacientes viejos, el fracaso de los tratamientos emprendidos por
terapeutas no entrenado y el abandono después de un corto tiempo, del trabajo con viejos por parte del terapeuta.

Análisis personal es importante, primero para tener elaborada su situación como hijos dentro del triángulo edípico, de manera
tal que eso les permita la suficiente libertad interior como para poder situarse según las exigencias transferenciales. En
segundo lugar para que tengan aceptado su propio proceso de envejecimiento como algo activo e inevitable.

No tiene importancia la edad del terapeuta en este tipo de tratamientos. La clave es que se hayan cumplido los requisitos
mencionados anteriormente. Lo importante es su contratransferencia
14. El viejo y su familia

La mayoría de los motivos para el tratamiento de adultos mayores y los viejos son decididos por sus familiares. Son ellos los
que solicitan la consulta, y por lo tanto, considero de buena práctica comenzar con entrevistas a los miembros de la familia que
estén dispuestos a ello sin la presencia del futuro paciente. Esta entrevista permite tener una visión clara del problema, es decir,
si la motivación es en interes del viejo por el cual se consulta, o si ese es solo un chivo expiatorio. Estas entrevistas permiten
precisar donde está centrado el conflicto y determinar si es realmente el viejo el que necesita atención o si algún otro miembro
de la familia.

Cuando se decide que al viejo debemos atender, es importante recabar la mayor cantidad de información sobre la historia,
evolución, y sobre todo escuchar diversas versiones.

Nos permiten hacer un dx presuntivo sobre el futuro paciente, lo que nos permitirá dejar en claro con la familia qué es lo que
debemos esperar del tratamiento y qué no.

Y también nos permite saber con qué tipo de apoyo contaremos a lo largo del tratamiento.

15. Uso de psicofármacos

Ha pasado ya el tiempo de los puristas del psicoanálisis que se oponían al uso de las drogas por considerar que estas
perturbaban el desarrollo de los tratamientos. La psicofarmacología ha avanzado. En el tratamiento con viejos, a veces se
necesita el uso. Los terapeutas deben informarse.

16. El pago de los honorarios

Es un punto delicado en el tratamiento de estos pacientes, porque es un lugar vulnerable donde pueden anclarse muy
fácilmente las mayores resistencias al tratamiento.

Con el paso de los años, al envejecer, al sentirse menos seguros, más vulnerables, al disminuir su autoestima, los sujetos se
aferran al dinero, o se angustian cuando se alejan de él. Todo esto hace que los honorarios y re ajustes sean sentidos en el
contendido manifiesto como excesivos, o desproporcionados, lo que traduce sensaciones más profundas de ansiedad frente a la
movilización producida. La transferencia negativa o las amenazas de dejar el tratamiento generalmente suelen tener algún
elemento relacionado con el dinero. Es mejor pactar los honorarios con los familiares, y el pago podrá hacerse con o sin
intervención directa. Las resistencias podrían venir del sector familiar pero es más fácil de manejarlos.

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