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Reseña reconstructiva

“El archivo y el testigo”


Por: Sofía Vera Cárdenas

El archivo y el testigo es una tesis presentada por Farid Samir Benavides. El autor es
profesional en derecho, filosofía y ciencia política. Además, cuenta con una especialización
en criminalística. Fue viceministro de justicia restaurativa y representante de Colombia en
la Corte Penal Internacional. De ahí que, actualmente se desempeñe como asesor de
despacho para la justicia especial para la paz.

Publicada en 2019, el contexto en el que se desarrolla la obra de Benavidez es complejo.


Según Néstor Humberto Martínez (2019), la justicia transicional en Colombia se ha
desarrollado bajo dos procesos de paz. Siendo el primero con las Autodefensas Unidas de
Colombia y el segundo con la guerrilla de las FARC. Como ex ministro de justicia y ex fiscal,
Martínez plantea en su libro “Las dos caras de la paz” como ambos procesos se
desarrollaron de manera totalmente diferente. Las consecuencias políticas, sociales y
legales de cada uno de ellos marca un nuevo capitulo en la historia de Colombia. Pues se
pasa de un proceso centrado en la reconstrucción de los hechos según los victimarios y su
extradición, a relatos más incluyentes y la justicia especial para la paz que involucro a los
victimarios en la política. Naturalmente se habla que dicho proceso tiene un trasfondo
político profundo. Por ende, bajo el plebiscito por la paz se pudo evidenciar la división del
pueblo frente a los acuerdos de la Habana.

Actualmente la perspectiva que se tiene frente a la justicia transicional no es buena.


Martínez (2019), afirma que hay una percepción de impunidad e injusticia, de poca verdad
y reparación. Es por esto que la obra de Benavidez es de gran importancia para la sociedad
Colombiana. Al explorar temas de memoria, verdad y justicia, da una nueva mirada sobre
el proceso en Colombia. Sus fallas, puntos débiles, y oportunidades de mejora hacen parte
de algunos de los temas que toca el texto.

Entonces, el objetivo del autor con este documento es discutir la relación entre el testigo y
el archivo. Para ello se vale del caso colombiano como un caso de estudio. Benavides
pretende hacer un aporte a los estudios de justicia transicional que dan por sentada, sin
más, la validez de los aportes documentales o de los relatos de las víctimas y de los
testigos. Los capítulos 4 y 5 buscan analizar específicamente las relaciones entre verdad y
memoria.

Específicamente, el problema que intenta resolver el texto es cuál es el valor de la


memoria para los procesos de justicia transicional. Frente a esto el autor plantea la
siguiente tesis. La memoria se basa en diferentes contenidos de verdad y se trata de una
verdad como correspondencia, pues para que la memoria sirva de mecanismo de justicia
transicional debe ser un recuerdo ajustado a lo que pasó.
En primer lugar se plantea que la verdad proporcionada por el proceso judicial, por la
historia y por la memoria es diferente. Por un lado, la verdad por proceso judicial e
historia quiere mostrar la concordancia entre sus enunciados y los del mundo real. Al
contario, la verdad por la memoria parte de la base de los recuerdos de las personas o de
las sociedades. Ella no pretende afirmar hechos sino recordarlos. Es así que los procesos
de memoria se basan en los testimonios de los supervivientes. Los testimonios son
entonces un intento de registrar y recuperar las huellas de un desastre que resiste
representación y puede ser captado por quienes sobrevivieron. Por esto, la cuestión de la
memoria es central, y se destaca la importancia de conservar sus vestigios o de conservar
los diversos relatos de los testigos de los acontecimientos.

Sin embargo, la memoria no es necesariamente por hechos aprehendidos de primera


mano. Si bien es cierto, el relato verdadero, que merece toda atención y que no puede ser
cuestionado, es el del testigo directo, existen otras formas de memoria muy importantes.
Los grupos sociales son los que determinan qué es memorable y cómo aquello que
merece ser recordado es efectivamente recordado. A esto se le conoce como el tránsito
de la memoria individual a la memoria social e histórica. Esto es la capacidad de las
sociedades de enfrentar su pasado a partir del recuerdo de otros. Es decir, las memorias
individuales de quienes han vivido directamente un suceso, al interrelacionarse con las de
otros individuos con los que se comparte algún tipo de adscripción social o cultural,
contribuyen a crear un relato compartido (memoria social), que será transmitida a las
generaciones venideras (memoria histórica).

Cabe aclarar que la memoria se ocupa del pasado, pero no puede simplemente inventarlo.
La memoria tiene que tener un cierto contenido de verdad, así se trate de una verdad
relativa. De hecho, en el proceso judicial se sabe que la verdad es relativa y que la
construcción del relato verdadero debe hacerse a través de muchos medios de prueba. En
consecuencia en la justicia transicional, la narrativa que se construye por parte del juez es
el resultado de un proceso de negociación de la verdad. Así en muchos casos dependa de
razones más políticas que epistémicas, se hace para poder tener una memoria histórica e
iniciar el proceso de reparación. Un ejemplo de esto es que el proceso transicional
colombiano tiene una finalidad política de cierre del pasado, pero no una epistémica y
jurídica de conocimiento de la verdad.

Sobre esto habla Rettberg (2005), cuando dice que la justicia transicional es una justicia
imperfecta que implica alcanzar arreglos aceptables para ambas partes. Además plantea
que las sociedades deben evitar caer en historias contadas a medias y versiones
distorsionadas de las causas del conflicto. Dice además que “existen verdades más
profundas que tienen que ver con la estructura histórica y la economía política del
conflicto que deben ser entendidas para romper con los ciclos de violencia y crear
garantías de salvaguarda” (Rettberg, 2005)

Ahora, con respecto a la memoria histórica es cada vez más escasa la posibilidad de contar
con testimonios orales de las víctimas. Por esto el testimonio termina siendo reemplazado
por el documento. Sin embargo, en los procesos de justicia transicional el testimonio
resulta relevante pues reconoce la dignidad de las víctimas. Esto es algo que los
documentos o la evidencia no puede hacer. Es por esto que en los procesos transicionales
la declaración en contra de uno mismo es uno de los ejes fundamentales del proceso
mientras que en los procesos penales es todo lo contrario. Normalmente la verdad se
obtiene con un propósito, el de sacar consecuencias normativas mediante la imposición
de una sanción. Pero en la justicia transicional no, llegar a un relato unificado es el
objetivo principal.

Finalmente, la memoria se basa en diferentes contenidos de verdad pues por partir de la


experiencia directa, la memoria es múltiple como lo son las vivencias mismas. Esta
memoria reclama que se recupere el sentido que el pasado tuvo para sus protagonistas y,
al mismo tiempo, que se descubran los sentidos que esa memoria pueda tener para el
presente. Los estudios sobre la memoria con frecuencia se basan en la tradición judía con
la literatura posterior al holocausto como testigo. Por ejemplo con este caso la cuestión ya
no es sobre la verdad de lo que se recuerda sino sobre la mejor forma de hacerlo conocer,
pues los medios de comunicación han llevado a un replanteamiento de los límites de la
representación del holocausto. Ahora se habla de la validez del uso de imágenes,
películas, entre otras, pero solo como acompañantes del testimonio.

Para concluir se puede decir que el impacto que ha tenido esta tesis es dar un aporte a los
estudios de justicia transicional cuestionando la totalidad con la que se asumen los
testimonios de las victimas o los victimarios. Además de nutrir académicamente el
proceso de justicia transicional colombiano con su análisis casuístico que hace
observaciones muy relevantes. Esto sin mencionar el impacto que tiene en la Justicia
Transicional para la Paz el tener un asesor con los conocimientos y argumentos
presentados en esta tesis. Finalmente quiero cuestionar lo siguiente: ¿Es más importante
el cierre político de los conflictos que lleva al cese de la violencia o el conocimiento de la
verdad de lo sucedido en en conflicto?

BIBLIOGRAFIA

Martínez, N.H (2019) Las dos caras de la paz. Editorial Planeta. Bogotá, Colombia.

Rettberg, A. (2005). Entre el perdón y el paredón : preguntas y dilemas de la justicia


transicional: Vol. 1a ed. International Development Research Centre.

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