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Justicia transicional

Según las Naciones Unidas se entiende por justicia transicional "toda la variedad de procesos y
mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas derivados de
un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas de sus actos,
servir a la justicia y lograr la reconciliación".

En un proceso de paz surge el concepto de justicia transicional, en cuanto que en todas las guerras
se violan una serie de derechos, es decir la confrontación de los distintos grupos al interior del Estado
trae como resultado muchas víctimas. Al término de la guerra, es necesario hacer justicia frente a
esas violaciones, pero esto requiere de un tipo de justicia especial, la cual esté preparada y dispuesta
para resolver únicamente los hechos de conflicto. Por tal razón, se deben crear nuevas formas de
conocer la verdad de lo ocurrido para que los responsables de las violaciones sean sancionados por
lo que hicieron y al mismo tiempo los derechos vulnerados sean reparados, garantizando que no se
vuelva a repetir la historia de la guerra. Es así como las heridas de conflicto pueden quedar
cicatrizadas y de este modo, poder alcanzar la reconciliación y la paz.

En el contexto colombiano, la aplicación de la justicia transicional se realizará a partir de unos


mecanismos y medidas especiales. Esto se hará en un tiempo determinado a través del Sistema
Integral De Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.

Capítulo 5 tratado de paz.

El 23 de septiembre de 2015 se firmó, en La Habana, el Acuerdo de Creación de una Jurisdicción


Especial para la paz. Esto muestra un avance sustancial dentro de un proceso de paz para sí poner
fin a la guerra. Según Sánchez (2016):

“Se trata de un acuerdo que reconoce el conflicto histórico en su dimensión política. Confirma que ni
las FARC ni las Fuerzas Armadas han sido vencidas, a pesar de los duros golpes recibidos, militares
y políticos; así como que la revolución no se abrió paso por la vía de las armas mientras que el
establecimiento mantenía un orden justo. Este reconocimiento entre las partes es lo sensato y
permite que se allane en entendimiento en torno a la justicia transaccional bajo el primado del
Derecho a la Paz. Se trata de un acuerdo con políticos alzados en armas” (p. 21).

Si bien es cierto, que para muchos la paz se ha entendido como un valor, pero si revisamos la
Constitución Política de Colombia, en el artículo 22 encontramos lo siguiente: “la paz es un derecho
y un deber de obligatorio cumplimiento”. Se trata entonces de una paz como derecho y deber, el cual
permitiría la vigencia de los Derechos Humanos. He aquí la razón de ser de la búsqueda de la paz.

Así, la paz como derecho es para todos los ciudadanos y la sociedad plural.

Para poder realizar un análisis más detallado de la paz como derecho, se sugiere la lectura de dos
textos del Dr. Ricardo Sánchez Ángel, quien desde su interés por lo social ha sacado a la luz textos
coyunturales que lo ponen a pesar y cuestionar nuestro papel de ciudadanos. Por un lado, está el
texto: Seis tesis sobre el derecho a la paz en Colombia. Este texto lo escribió justo antes del
Plebiscito y en el se puede evidenciar de cierta manera lo que ya todos sabemos, lo que pasó ese 2
de octubre de 2016. A la gran mayoría se le olvidó que lo que estaba en juego en el Plebiscito no
era una cuestión de ideología política, sino un tema de derecho. Porque como se dijo anteriormente,
la paz es Colombia es un derecho. Por otro lado, está el texto: Las izquierdas en Colombia. En el
capítulo III el autor hace un recorrido de la guerra en Colombia y expone cuál es el papel del derecho
frente a la paz.

Otro elemento importante, que permite analizar más a fondo nuestra temática se sitúa sobre el papel
fundamental que tiene el derecho como reparación a las víctimas por todos los daños causados en
medio de una guerra. Se trata de dignificarlos desde su situación de víctimas. Por tal razón, la
construcción de una cultura de paz debe tener en cuenta que las víctimas también son sujetos de
derechos. Por ende su reconocimiento no solo se limita al campo de lo jurídico, sino que trasciende
al campo de lo social como espacio de materialización de cada uno de sus proyectos.

En el siguiente vídeo, podrá analizar lo presentado en el Acuerdo frente a las víctimas.

https://www.youtube.com/watch?v=I9bcV0S41vo

Asimismo, en el recurso digital que se presenta a continuación se evidencia el número de víctimas


que ha dejado la guerra. Esto con el fin, de ver de forma general que los más afectados en medio de
una guerra es la población civil.

https://www.youtube.com/watch?v=ZLPSpb4o8nQ

Las distintas situaciones de guerra que ha tenido que experimentar Colombia, han marcado el
pensamiento de los individuos desde la ley del talión ojo por ojo y diente por diente. Esto pone en
evidencia que una gran parte de la población no concibe la justicia transicional como una herramienta
en la búsqueda de la paz, ya que consideran que los que hicieron daño deben pagar por el daño que
cometieron y que no es justo que se reintegren a la sociedad como si nada hubiese pasado.

Frente a este modo de pensar se hace necesario analizar el gran debate entre la justicia y la paz.
Por un lado, están los que exigen mayor justicia como castigo para que los delitos de lesa humanidad
no queden impunes; y por otro lado, los que exigen una paz sin condiciones, los cuales consideran
la justicia como un obstáculo para el logro de la paz. De acuerdo con Sánchez (2016):

“Al argumento de que la paz sin justicia genera impunidad, hay que señalar que la peor impunidad
es continuar la guerra y la violencia, y la peor injusticia es la falta de paz” (p. 15).

De acuerdo con lo expuesto por Sánchez:

Desde una visión punitiva donde gran parte de la población quiere que los que cometieron crímenes
paguen con castigos severos, así suene duro, pero ese pensamiento supone seguir entendiendo que
la violencia debe ser un mecanismo para resolver un conflicto. Desde este punto de vista, la
construcción de una cultura de paz encuentra serios obstáculos. Por ello, pensar en una cultura de
paz es empezar a cambiar nuestra mentalidad.

Asimismo, el papel que cumple el derecho en la búsqueda de la paz es fundamental. Se trata de un


derecho al servicio de la paz, con esto se entiende que no basta la validez del derecho, sino la
eficacia. Esta última parte en palabras de Sánchez (2016) supone: “la paz es el fin mínimo del
derecho” (p. 15). Es decir, la pérdida de la confianza en derecho muchas veces se debe a que el
derecho no es eficaz para dar cumplimiento al derecho de la paz.

Para profundizar en la temática expuesta, se sugiere la revisión del recurso digital que se presenta
a continuación:

Por último, la comprensión de los distintos elementos presentados a lo largo de esta unidad tiene
como finalidad ir pensando en la creación de distintas estrategias, que permitan la construcción de
una paz duradera. Estrategias que deben ser desarrolladas en lo cotidiano de nuestras vidas. Si
todos reclamamos paz es porque estamos cansados de seguir escuchando los atropellos y
violaciones de los derechos humanos.

En el siguiente vídeo, podrá evidenciar que la construcción de paz es una realidad que nos
compete a todos como ciudadanos

https://www.youtube.com/watch?time_continue=80&v=_wYsPDT5UwI

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