Psiquiatria Legal

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EL CONSENTIMIENTO INFORMADO.

 INTRODUCCION.
 FUNDAMENTOS DEL CI: ETICOS, MÉDICOS Y LEGALES.
 COMO INFORMAR AL PACIENTE TRAS LA NUEVA LEY DE AUTONOMIA.
 DIFERENCIA ENTRE LA CAPACIDAD LEGAL Y LA COMPETENCIA DE
LOS ENFERMOS.
 REFLEXIONES: ¿ UNA GARANTIA DE LA LIBERTAD DEL PACIENTE O UN
EXPEDIENTE PARA EXIMIR LA RESPONSABILIDAD?
EL PELIGRO DE LA MEDICINA DEFENSIVA.
 CONCLUSIONES.
 BIBLIOGRAFIA.

INTRODUCCION.

Desde el comienzo de los tiempos , la tradición ha atribuido al


médico el rol de sacerdote , consagrado o seglar. Las relaciones
mitológicas contribuyeron para cristalizar el origen divino de la
medicina occidental. Hipócrates y Galeno se constituyen en
referentes humanos destacados y sus teorias se mantienen
vigentes por casi dos mil años.

Un fragmento atribuido a Paracelso, ilustra el lugar atribuido al


médico a mediados del renacimiento: “Aquél que puede curar las
enfermedades, ni los emperadores, ni los Papas, ni los colegios ni
las escuelas superiores pueden crear médicos. Pueden conferir
privilegios y hacer que una persona que no es médico aparezca
como si lo fuera. Pueden darle permiso para matar más no pueden
darle el poder de sanar. Hay un conocimiento que deriva del
hombre y otro que deriva de Dios por medio de la ley de la
naturaleza. El que no ha nacido para ser médico nunca lo será.
Solo Dios da la sabiduria para ser médico.” Asi los conocimientos
dependian de los designios superiores a la razón humana. La
evolución de los conocimientos biológicos fue muy lenta hasta
ese momento. Y tradiciones y conocimientos acumulados,
entonces venerados e inamovibles, aun ejercen fuertes influencias,
citando por ejemplo el juramento hipocrático.

Las modificaciones sociales, políticas, económicas, legales y


sanitarias generan un torbellino de replanteamientos, una
revolución intelectual. Con la pérdida de la estabilidad ciéntifica y
social, se buscan definir principios unificadores, limitar nuevos
principios que permitan enfrentarse a situaciones dilemáticas.

La práctica médica enfrenta desafios impensables hace pocos


años. Se desacraliza la función mágica-pontifical de los médicos.

Médicos y pacientes perciben el juego de grandes apuestas


económicas y opiniones encontradas respecto a múltiples factores.
Las transformaciones de las costumbres generan innovaciones
morales e incorporan un fuerte componente social. La economía
tiene un peso creciente. La ley acota a la medicina. La práctica
médica excede de lo técnico, científico y específicamente
personal e incluye a protagonistas omnipresentes responsables de
segundas opiniones, administradores de seguros de salud,
abogados de pacientes, de médicos y de sistemas gerenciadores.

Entre los cambios de usos y costumbres, con vigencia a nivel


universal aparece el consentimiento informado.

Se entiende por consentimiento informado al acto de decisión


voluntaria realizado por una persona competente, por el cual
acepta o rechaza las acciones diagnósticas o terapeúticas
sugeridas por sus médicos, en la comprensión de la información
revelada respecto a los riesgos o beneficios que esta puede
originar.
FUNDAMENTOS DEL CI.

La doctrina del CI se apoya en fundamentos éticos, médicos, y


legales.

La ética, ciencia de hacer el bien y evitar el mal, se une


indisolublemente con la moral. Para algunas culturas ambos
términos son sinónimos. Etimológicamente la moral constituye el
conjunto de normas, usos y leyes, que el hombre percibe como
obligatorias en conciencia.

La bioética, nominada según un neologismo creado por Potter en


1976 es una disciplina enciclopédica por definición, que integra el
estudio sistemático de la conducta humana en el area de las
ciencias de la vida y la atención de la salud en tanto que dicha
conducta es examinada a la luz de los principios valores morales.

El principio de autonomía reconoce la individualidad del paciente,


de su unidad como persona, de su alteridad. Toda persona es
dueña y responsable de las acciones y decisiones que ella tome.
Las determinaciones de su salud son de su incumbencia exclusiva
siempre que no afecte a terceros. Para hablar de autonomia, la
acción autónoma no puede ser forzada, el sujeto debe tener acceso
a opciones reales y poseer toda la información relevante.

El principio de justicia fundamenta la pretensión de que se


brinden a todos los individuos las mismas oportunidades de lograr
la información médica que necesiten. Cada cultura ha interpretado
el principio e incluso algunos discriminan las enfermedades como
“azares”(accidentales), o determinación personal, (neoplesia de
pulmón y hábito de fumar).

El objetivo genuino de la acción médica es el alivio, el servicio al


paciente, desde la época Hipocrática, y a través del “primum non
nocere” la medicina define el principio de la no maleficiencia.
La obligación de optar por conductas encaminadas a lograr el
alivio del paciente explican el de beneficiencia, al cual le caben 4
categorias, lo médicamente beneficioso, lo que el paciente
considera beneficioso, lo que es beneficioso para los seres
humanos como tales, y lo que es beneficioso para los seres
humanos como seres espirituales.

El proceso de presentación de evidencias, de revelarle la


información al paciente, es obligación del terapeuta. La tarea debe
concretarse durante la consulta e incluir el relato de la historia
natural de la enfermedad, las alternativas terapeúticas y los
riesgos correspondientes. El respeto por el individuo como ser
moral exige al médico veracidad. Antes de aceptar la propuesta o
denegar su autorización puede solicitar más información o
aclaraciones. Numerosas publicaciones demuestran que el
paciente que conoce la verdad sobre su enfermedad y acepte la
situación suele lograr mejores resultados con el mismo
tratamiento.

El aumento de juicios contra los médicos constituye una


preocupación universal, acompañándose de pena y daños
económicos sustanciosos para los médicos.

La carta de Derechos y Deberes de los enfermos españoles supuso


una nueva concepción de las relaciones entre los médicos y sus
pacientes, dado que exige la participación de estos últimos en la
toma de decisiones. Esta exigencia legal impuesta por la
Administración ha supuesto un problema para el personal
sanitario en general, dado que se les demanda una serie de
obligaciones para las que no han sido formados en las respectivas
profesiones; si a esto último le añadimos el incremento de
demandas contra nuestro gremio, el panorama resultante es de una
complejidad llamativa.

Asi el personal sanitario debe ser formado en estas cuestiones de


índole legal, y solo asi podremos poner remedio a este tipo de
situaciones. Por eso en los nuevos Curriculum de estudio de casi
todas las profesiones sanitarias se ha ido intrduciendo la Bioética
y el Derecho sanitario.

COMO INFORMAR AL PACIENTE TRAS LA NUEVA


LEY DE AUTONOMÍA.

El pasado 16 de Mayo entro en vigor la Ley de Autonomía del


paciente que resuelve muchas lagunas de la antigua Ley General
de Sanidad de 1986. El tema de la información viene regulado en
los artículos 4, 5 y 6 de la nueva ley. En concreto la norma, que es
una ley básica de carácter nacional, establece el derecho de los
pacientes a ser informados sobre su estado de salud. Esta
información sera proporcionada como regla general, de forma
verbal, aunque la norma exige al médico que deje constancia por
escrito en la historia clínica de esta información. La información
debe contener como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada
intervención, sus riesgos y consecuencias. Además se debe
informar al paciente de forma comprensible y adecuada a sus
necesidades, y le ayudara a tomar decisiones de acuerdo con su
propia y libre voluntad.

DIFERENCIA ENTRE LA CAPACIDAD LEGAL Y LA


COMPETENCIA DE LOS ENFERMOS.

El pasado 14 de Mayo, se presento en la sala de actos del


Departamento de Sanidad y Seguridad Social la actualización de
la gia de recomendaciones sobre el CI, que ha llevado a término el
Comité de Bioética de Cataluña.

Una de las principales novedades que se han introducido en esta


última edición ha sido un apartado dedicado a la capacidad y a la
competencia. Hay que distinguir entre la incapacidad jurídica de
un ciudadano y la incapacidad de hecho para decidir que puede
tener en un momento dado ( competencia).
Las causas de incapacitación son enfermedades o deficiencias
persistentes de carácter físico o psíquico, que impiden a una
persona gobernarse a si misma. En estos casos de incapacidad
legal, la persona que tiene la tutela, substituye a la persona
incapacitada para otorgar el consentimiento. Asi el CI es una
declaración personal que debe rellenar cada paciente
individualmente, en la que se espeficica la propuesta diagnóstica
o terapeútica concreta y sus características.

REFLEXIONES

El consentimiento, ¿ una garantia de la libertad del paciente o un


expediente para eximir la responsabilidad? Es esta la pregunta
que surge en la era que vivimos los médicos de la medicina
defensiva. El Ci es una nueva cultura y una culminación en el
desarrollo de la relación clínica, de la misma manera que los
derechos humanos lo son de las relaciones humanas en general.
Toda persona aunque este enferma, debe continuar siendo
considerada, en principio libre y competente para decidir sobre su
integridad y su futuro, y por tanto debe poder intervenir
activamente en las decisiones que le atñen. Esto conlleva poder
aceptar o denegar lo que se le propone después de tener una
información suficiente para ello. Este es el principio general,
dificilmente discutible, en el que se basa el CI, principio ético
antes que jurídico.
Una paradoja actual, a veces difícil de comprender y por tanto de
aceptar, es como en una sanidad más generalizada, masificada y
con una práctica clínica cada día más protocalizada, se requiera en
cambio personalización mayor para el enfermo. Deberemos
respetar las diversas decisiones del enfermo ante su enfermedad,
cada uno vivira de forma diferente el hecho de acercarse a su
enfermedad. Para asegurar que estas formas de acercamiento sean
realmente autónomas, debe existir, antes de cada actuación
médica importante, una ocasión franca de que el enfermo haya
podido expresar con libertad su voluntad, con toda la información
que precise para cada momento. No podemos caer en la
comodidad de la medicina defensiva, y que el hecho de entrega
de la información por escrito sustituya a menudo al auténtico
diálogo.

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