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Tratamiento de la obesidad mórbida

Tratamiento

El tratamiento de la obesidad puede dividirse en médico y quirúrgico, dentro del primero se

encuentra la disminución de la ingesta calórica y/o el incremento del gasto de energía. También

la terapia psicológica puede formar parte del tratamiento médico de la obesidad, (Secretaría de

Salud Pública, 2012). Por último, la terapia farmacológica y en casos de obesidad grado II con

comorbilidades y obesidad grado III con o sin comorbilidades el tratamiento quirúrgico de la

obesidad consiste en la cirugía bariátrica (CB), esta es un procedimiento quirúrgico realizado en

el estómago y/o intestinos que tiene como finalidad el ayudar a perder peso a una persona con

obesidad mórbida. Este tipo de cirugía tiene un excelente resultado en casos de diabetes mellitus,

hipertensión arterial sistémica, apnea obstructiva del sueño e hiperlipidemia (Secretaria de Salud,

2009).

Los tratamientos para la obesidad se administran primero como intervenciones del estilo de

vida, en donde se da a los pacientes una dieta baja en calorías, se recomienda este tipo de dieta

ya que ha demostrado tener los mismos efectos que la dieta muy baja en calorías al pasar un año

de tratamiento, sin tantos riesgos nutricionales. Se recomienda a los pacientes la realización de

actividad física. Por último, se da a los sujetos terapia de modificación del comportamiento, con

el fin de disminuir las barreras para seguir la dieta o realizar ejercicio. Se ha encontrado que la

dieta y la actividad física tienen mejores resultados cuando se combinan con el tratamiento

psicológico. La segunda línea de tratamiento contra la obesidad es la farmacoterapia, indicada

para pacientes con IMC mayor o igual a 30 Kg/m2 y con comorbilidades asociadas que no han

respondido a la intervención de vida, solo hay dos medicamentos aprobados para este tipo de
terapia por FDA, la fentermina y el orlistat (para uso a largo plazo) (Derosa & Maffioli, 2012;

Kang & Park, 2012). La última línea de tratamiento es la CB, la cual debe de utilizarse solo si las

demás líneas han fallado por sí solas (National Institutes of Health, 2000).

El tratamiento dietético relacionado a las intervenciones del estilo de vida, ejercicio y

terapia de modificación de comportamiento, así como el tratamiento farmacológico alcanza

pérdidas de peso de aproximadamente un 10% a mediano plazo, lo que contribuye a mejorar

algunas comorbilidades (González-González, Sanz-Alvarez, & García, 2008). A pesar de la

mejora que esto conlleva, no es suficiente este tipo de tratamientos para los pacientes con

obesidad mórbida, es por eso que es necesaria la creación de nuevos tratamientos (González-

González et al., 2008). Se ha reportado que tan solo 20% de las personas que intentan perder

peso logran deshacerse del 5% de peso en un año (McGuire, Wing, Klem, Lang, & Hill, 1999).

Fildes et al., (2015) afirman que los programas de tratamiento tradicionales que se utilizan

actualmente para combatir la obesidad son ineficientes, ya que la probabilidad de que un

paciente con sobrepeso llegue a un peso normal es de solo 0.004-0.008%. Sin embargo, es de

notar que en dicho estudio se excluyó a los pacientes bariátricos, ya que otros estudios en los que

estos pacientes si han sido incluidos brindan, las cifras son más alentadoras. Por ejemplo,

Polonsky (2012) comparó la efectividad de la cirugía bariátrica (CB) vs. manejo médico

intensivo, y encontró que más del doble de los pacientes sometidos a CB llegaron a su meta. Al

respecto, el consenso general es que independientemente del tipo de CB practicada, ésta tiene

mejores resultados que la terapia médica, la nutricional, la farmacológica o la psicológica, en

cuanto a pérdida de peso, mejora en la calidad de vida y resolución de co-morbilidades médicas

(Bennett, Mehta, & Rhodes, 2007; Colquitt, Pickett, Loveman, & Frampton, 2014; Courcoulas et

al., 2015; Fobi, 2004; Ikramuddin et al., 2013; Maciejewski & Arterburn, 2013; Mingrone,
Panunzi, & et al, 2012; Schauer et al., 2012, 2014, 2017; Sjöström, 2013; Terranova, Busetto,

Vestri, & Zappa, 2012).

Cirugía bariátrica

La CB es un procedimiento quirúrgico realizado en el estómago y/o intestinos que tiene como

finalidad el ayudar a perder peso a una persona con obesidad mórbida. Este tipo de cirugía tiene

un excelente resultado en casos de diabetes mellitus, hipertensión arterial sistémica, apnea

obstructiva del sueño e hiperlipidemia (Secretaria de Salud, 2009). El concepto “bariátrico” se

empezó a utilizar en 1965, se forma del prefijo griego “baros” que hace referencia al peso y

“iatros” que refiere a los que practican la medicina. La meta de este procedimiento quirúrgico es

logar que los pacientes con obesidad mórbida mejoren su calidad de vida mediante la pérdida de

peso a largo plazo (González-González et al., 2008).

Se han observado la pérdida de peso debida a resecciones del sistema gástrico desde el

siglo XIX, con experimentos en perros, los cirujanos constataron la pérdida de peso causada al

remover parte del intestino (Buchwald & Rucker, 1981) y fue después cuando se dieron cuenta la

pérdida de peso podía llevarse a cabo también gracias a la modificación anatómica del estómago,

esto aproximadamente en los años 50 del siglo pasado (Price, Grizzle, Postlethwait, Johnson, &

Grabicki, 1970; Zollinger, 1954). En esta década comienza la CB en Estados Unidos, sin

embargo, no fue un procedimiento realmente efectivo hasta hace 20 años, cuando se incorporó al

procedimiento el procedimiento laparoscópico, lo cual ayudó a disminuir las complicaciones

postoperatorias de los pacientes (González-González et al., 2008; Luckie, Cortés, & Ibarra,

2009).
Existen diversos tipos de CB, la mayoría suponen altos índices de pérdida del peso

excesivo y resolución de comorbilidades, lo cual promueve la mejora en la calidad de vida

(Christou et al., 2004; De Palma & Forestieri, 2014; Farrell et al., 2009). La cirugía bariátrica se

clasifica en tres grupos (González-González et al., 2008; Luckie et al., 2009):

1. Técnicas malabsortivas, con este tipo de procedimiento se reducen los nutrientes

asimilados por el organismo. Un ejemplo de ésta es la derivación biliopancreática.

2. Técnicas restrictivas, su fin es reducir la capacidad gástrica para inducir una saciedad

precoz en los pacientes. Ejemplos de ésta son la banda gástrica, la plicatura y la manga

gástrica.

3. Técnicas mixtas, estos procedimientos utilizan tanto la malabsorción como la restricción

para ayudar a los individuos a perder peso. Un ejemplo de ésta es el bypass gástrico en

Y de Roux.

El bypass gástrico en Y de Roux es conocido como el estándar de oro de la CB (Luckie et

al., 2009), con resultados de pérdida de exceso de peso del 81% y de resolución de

comorbilidades de aproximadamente 80% (Mahawar et al., 2014). En tanto que la manga

gástrica es otro procedimiento se constituye una opción definitiva para el tratamiento de la

obesidad; es decir, ya no se considera como un primer paso para otra cirugía futura, esto gracias

a los resultados de resolución de comorbilidades y pérdida de peso (Msika & Castel, 2010) Los

resultados de pérdida de exceso de peso presentados por la manga van del 70 al 80 % en el

primer año (Boza et al., 2012; Peterli et al., 2013) en cuanto a la resolución de diabetes mellitus

presenta un 66.2 % y de mejora un 26.9 % (Gill, Birch, Shi, Sharma, & Karmali, 2010).

Dados los resultados que proveen, el número de procedimientos bariátricos realizados

alrededor del mundo ha aumentado considerablemente en los últimos años. Según los reportes de
la Federación Internacional para la Cirugía Metabólica y de Obesidad (IFSO); (L. Angrisani et

al., 2015), mientras que en 1998 se realizaron 40,000 CB, en 2003 se llevaron a cabo 146,301, en

2013 468,609 cirugías. Específicamente en 2014 se realizaron 579,517 CB, de las que 45.9%

fueron mangas gástricas y 39.6% bypass gástricos en Y de Roux (Luigi Angrisani, Formisano,

Santonicola, Hasani, & Vitiello, 2017). En Latinoamérica, la manga gástrica aumentó de tener

0% de representación en las CB realizadas en 2003, al 9.2% en 2008, pero después en 2011

incremento al 30.1% (Angrisani et al., 2015).

Como ya se ha mencionado, hasta el momento la CB representa la solución más duradera;

sin embargo, también tiene sus desventajas, ya que provoca una gran pérdida de masa magra, lo

cual -a su vez- causa una disminución en los requerimientos de energía, situación que a largo

plazo puede llevar a la reganancia de peso (Navarro-Barrientos, Rivera, & Collins, 2011).

Además no todos los pacientes se benefician de la CB, ya que aproximadamente 20% de los

pacientes no alcanzan los resultados deseados, tanto en pérdida de peso como en resolución de

comorbilidades (Greenberg, Sogg, & Perna, 2009). Situación que puede deberse a diversos

factores, siendo uno de estos la falta de adherencia al tratamiento por parte de los pacientes.

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