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La Iglesia Católica en la Europa del siglo XVI

El contexto
 Una Iglesia estática en una sociedad inestable.
La sociedad europea del 1500 vive en poblaciones rurales o urbanas que mantienen la
economía señorial y la vecindad aldeana. La mayoría de las familias mantienen el tono de
vida rural: tiene un patrimonio con casa y tierras sobre el que tienen una propiedad limitada
y siempre gravada con impuestos, condición que hace muy dura su vida.
A lo largo del 1500 se produce un fuerte flujo migratorio. Crece la población hasta
desbordar los espacios campesinos y municipales. Se producen algunas migraciones
urbanas desproporcionadas de forma que, una docena de ciudades europeas, superan los
100,000 habitantes. Se crean masas de población flotante que desborda la capacidad de
acogida de las instituciones urbanas. Surge así un mundo de marginados en el que
prevalecen enfermos y niños, campo propicio para el bandolerismo y la inseguridad
pública.
De esta manera, la Iglesia Católica que ofrece asistencia religiosa y social a las poblaciones
europeas no está en condiciones de asumir nuevas tareas. Su presencia física estaba en
parroquias rurales y urbanas con la base en los templos, con pequeños hospitales y
cofradías para la asistencia de los indigentes, con escuelas que cubrían escasamente la
demanda de la de la clerecía con una economía fundamentalmente decimal, es decir basada
en los diezmos y primicias que satisfacían los fieles.
De hecho, la misma Iglesia reproduce en su seno las desigualdades sociales imperantes de
la época: prelados señores que se distinguen como mecenas y columnas de las monarquías
modernas, cabildos y monasterios que conjuntan título señoriales y académicos
funcionando como semilleros de funcionarios, conventos urbanos que recomponen en su
mole con vistosidad barroca y albergan comunidades mayores además de centenar de
comensales.
Dentro y fuera de los núcleos de poder de la Iglesia se comienza a denunciar estás
incongruencias evangélicas desembocando más tarde en la Reforma.
 La Iglesia Católica en 1500.
La estructura institucional de la Iglesia Católica es la tradicional de la Edad Media. Ella
tenía sus instituciones en Europa, en las costas africanas y en las islas atlánticas. A su vez la
Iglesia va a sufrir los vaivenes políticos de los diferentes Estados-Naciones de Europa,
donde la autoridad del Papa por momentos no va a ser firme, produciéndose luego el
llamado “destierro de Aviñón” y su desenlace en el cisma pontificio, provocando una así
una anarquía temporaria.
De manera histórica general, veremos que esta mengua y debilidad de la Iglesia Católica en
Europa se vio compensada, con la obra misional en todos los continentes muy
especialmente en las nuevas tierras ibéricas dependientes de la corona de España y
Portugal.
En esta nueva campaña de cristianización, encontraron las familias religiosas renovadas por
la reforma, los mejores campos de acción. Por su parte el pontificado post-tridentino fue
sensible a esta cita misional y promovió desde un nuevo Dicasterio Romano la
Congregación de Propaganda Fide, las campañas misioneras en países de grandes
tradiciones culturales como China, Japón y la India. Al final del período estarán presentes
también las nuevas Iglesias de la reforma protestante a la sombra de los poderes coloniales.
 Los papas.
En la sociedad del Renacimiento existen protagonismos crecientes en pugnas por
prevalecer, son las instituciones públicas que continúan intactas aunque en proceso de
absorción y las personas de papas, reyes y señores que apetecen personalizar el poder y la
autoridad, y proclaman el absolutismo con dogma de gobierno. La Iglesia no es ajena a
todo estás cuestiones humanas y debe luchar dentro de ella por los mismos problemas de
avaricia. Por eso por un lado se va a vivir en la misma ciudad de Roma “la fama y la calle”,
los papás todavía se siguen manejando con idea medieval de soberano rey, en medio de
glamures despampanantes, embelleciendo templos con lo más caro traído de diferentes
partes de Europa mientras gran parte de la población estaba sumido en la miseria y las
enfermedades.
Papás de esta época son Alejandro VI, Julio II “el terrible”, León X, Adriano VI, Clemente
VI; algunos de ellos de la familia Medici, familia de gran poder por aquel entonces, quiénes
se pasaban unos a otros la cátedra de Pedro, tal como si fuera un trono real, que así lo
vivían. (Recomiendo leer a interés de cada uno el desarrollo de cada uno de estos Papas, el
libro les dedica varias páginas pero no son de relevancia específica para un examen según
mi criterio, solo saber lo escrito en este párrafo).
 Los Papas qué prepararon el Concilio de Trento: Paulo III y Julio III.
Este momento histórico crítico en lo socio-político, religioso y económico, la Curia
Romana, encabezada sucesivamente por estos Papas ve, que por su desfasaje moral sobre
todo, va perdiendo concordancia y unión entre la vida evangélica y la Iglesia peregrina; por
lo cual dentro de la Iglesia, tanto acusados como acusadores de este problema, vieron la
Reforma Protestante el último aviso para ajustar cuestiones propias del catolicismo, en una
feligresía que sentía no tener pastores que la llevaran al Dueño del campo.
 Los papás del Concilio: Marcelo II, Paulo IV.
La culminación de este discernimiento político religioso se esperaba para la primavera de
1555 con el nuevo papá Marcelo II “el humanista cristiano” que parece tener soluciones
para todo, pero fallece a los dos meses de su elección. Lamentablemente Paulo IV, su
sucesor, vuelve a la confrontación antiespañola en Italia, a las reformas por decretos y
comisarios que terminan en las condenas indiscriminadas mientras mantiene una
retaguardia familiar insolvente inmoral vuelve el escenario cristiano a los días de Clemente
VII y desata la revancha. Todo esto rechazado por una convulsa europea del siglo XVI que
ya no sabía si era católica o protestante.
En las antípodas se sitúa Pío IV (1559-1565) a quién toca recomponer la concordia con la
España del rey Felipe II, que se siente paraguas de la catolicidad y quiere culminar a su
dictado el Concilio de Trento; con una Francia encendida en guerra religiosa que solo
apoyaría un Concilio enteramente nuevo, con los potentados católicos y protestantes que
cada día se muestran más indiferentes respecto al decantado Concilio de Reforma. Entonces
la solución vino del acostumbrado equilibrismo: un Estado mayor pro-pontificio,
encabezado por los cinco legados y arropado por un batallón de teólogos ortodoxos de
extracción prevalente española, un criterio de viabilidad en el campo de las reformas que lo
cifraba todo en una regularidad institucional sin pasar a eliminaciones traumáticas.
 Obispos, clérigos y la nueva cara de la curia romana: las congregaciones.
El nuevo perfil reformado y pastoral del pontificado no se explicaría sin un nuevo modelo
de Curia Romana ante los grandes problemas públicos de la Iglesia: las congregaciones
estás instituciones católicas autónomas enfocadas a problemas específicos de la sociedad
viviendo el Evangelio a flor de piel evitando así mancharse de la corrupción que aún
reinaba en las esferas de poder de la Iglesia. Surgieron por y para eso, enseñar y vivir el
Reino.
A su vez es bueno resaltar el “ajuste” que se les dio a los obispos luego del Concilio ya que:
 estarán obligados a realizar personalmente la animación pastoral de su Iglesia
 han de ser doctor en ciencias eclesiásticas con grados académicos o titularidad
equivalente
 han de predicar y examinar la suficiencia a su creencia mediante el catecismo de los
párrocos y los exámenes quinquenales
 han de visitar al clero catedralicio y controlar el culto de sus Iglesias mayores,
comenzando por la propia Catedral en las que existen ahora nuevo oficiales
especialmente dedicados a la predicación a la liturgia en la penitencia
 con especial énfasis les encarece el Concilio la obligación de realizar personalmente
las visitas pastorales en su diócesis, cometido que apenas conseguirán lograr una
vez en la vida
 han de vivir la celebración regular de sínodos
 han de animar la promoción escolar de sus súbditos
 la llevar a cabo la remodelación hospitalaria que pueda colmar la creciente demanda
de asistencia social
 fomentar el impulsó directo por sus personas, por la de su clero y por la piedad
popular que crece fuertemente
 la creación de los colegios seminarios o comunidades colegiales de jóvenes que
puedan colmar una ratio studiorum que les capacite para el Ministerio.
(Aclaración: los últimos temas de este capítulo hablan de cuestiones secundarias muy cortas
qué salen de las raíces de lo que son las Congregaciones y el Concilio de Trento, resumir es
como leerlas ya del libro, carecen algunas de relevancia).

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