Está en la página 1de 3

CRISTOREINARA@GMAIL.

COM
La solemnidad de Jesucristo Rey del Universo es una fiesta de la Iglesia católica que nos
recuerda un dogma de la Fe proclamado en los comienzos mismos del cristianismo por el primer
Concilio Ecuménico celebrado en Nicea (año 325). Este Concilio incorporó al Credo, las
siguientes palabras: su reino no tendrá fin. El reinado de Cristo comienza con su Pasión, Muerte
y Resurrección, y opera en el mundo de modo efectivo. Sobre el comienzo de este reinado,
Pilatos ordenó redactar un letrero en las lenguas predominante entonces: latín, griego y hebreo.
Este letrero, colocado sobre la santa Cruz, proclamaba: Jesús Nazareno Rey de los Judíos.
Desde entonces debe recordarse que, según enseña nuestra Fe católica, este reinado de Cristo
sobre el cosmos y la historia humana entera, rige de modo efectivo en lo referente al pasado, al
presente y al futuro. También sabemos que no es un reinado autoritario, sino de servicio, de
amor y de paz. Pero lo más importante en el mundo actual consiste en defender en el alma la
convicción más profunda de que su reinado no habrá de tener lugar en el futuro, al finalizar los
tiempos, sino que se concreta de modo efectivo "ya", en este mismo instante, y aunque nuestros
ojos por momentos (a veces muchos y largos momentos) parecieran vislumbrar lo contrario.

***
Al sentarme a escribir estas líneas en el mundo hay nueve guerras violentas entre naciones de
cierta envergadura, más otros noventa conflictos militares gravísimos, los cuales, pese a que no
pueden ser calificados como guerras por el Derecho de Gentes, generan muertes masivas.
Además, en muchas naciones se impulsan leyes que dan aprobación al aborto, a la fecundación
in vitro, a la eutanasia, que procuran disolver el matrimonio y la familia. En la República
Argentina, hoy, 14 de junio de 2018, fecha en que escribo estas líneas, la Cámara de
Representantes del Pueblo (Cámara de Diputados), votará si aprueba o no el aborto,
legalizándolo como derecho asistido esta talmente, y hasta el mismo momento del parto, lo cual
significa la posibilidad de asesinar con ayuda de fondos estatales a niños cuyos cuerpos
desplegados podrías medir hasta 50 centímetros y un peso de 4,500 kilogramos.
Por otra parte, la humanidad padece la intensa promoción de la droga, de la pornografía, de la
prostitución y de la trata de personas. Ahora, ante este panorama desolador, haré la pregunta: ¿Y
el reinado de Cristo?
Nuestra fe nos enseña que Cristo reina, y que su reinado es un reinado efectivo y actual; es
decir, que no se trata de un reinado simbólico o futuro; pero siendo tantas las fuerzas del mal
que arrasan al mundo, se expanden con violencia incontenible, entiendo que no sería ilegítimo
volver a preguntar, y exigiendo "ya" una respuesta a Jesucristo: "Señor, ¿y tú reinado?"
Las fuerzas contemporáneas del mal y del pecado parecieran estar aplastando a nuestra
civilización, que aparentemente es impotente, y carente de recursos morales; por lo que no
estimo ilógico o irrazonable preguntar: ¿Y el reinado de Cristo? ¿¡Por qué tanto silencio
divino?!

***

Un sacerdote amigo, desde hace años me envía un saludo navideño por correo electrónico. El
nombre de su contacto electrónico es cristoreinara@gmail.com, el cual no alude a un reinado de
Cristo presente, sino futuro. Sin embargo, como soy de los que creen que el reinado de Cristo no
es futuro, sino presente y futuro, todos los años respondo a su saludo aclarándole: Maximiliano:
Te agradezco tus saludos y espero que estés bien. Te deseo una feliz Navidad y un próspero año
nuevo. Y te sugiero [aunque él nunca hace caso a mi sugerencia] que modifiques tu herética
dirección de correo electrónico; digo herética, porque Cristo no reinará, sino que Cristo reina.
Esta correspondencia, con tono jocoso propio de amigos, se repite cada año.
Debo reconocer que las fuerzas del mal están golpeando con singular ímpetu a la sociedad en su
conjunto, a la Iglesia católica y a todos los hombres de buena voluntad. Pero, aun cuando el
avance diabólico de la ideología de género y del movimiento gay sea arrollador, y las industrias
de las armas estén sumamente contentas de la creciente cantidad de conflictos armados que hay
en todo el Orbe, y los grupos farmacéuticos internacionales negocien millonariamente con la
anti concepción y el aborto, y la industria de la pornografía que está en la raíz más profunda de
todos estos males, en los Estados Unidos tenga más incentivos económicos que las ligas de
fútbol americano, basketball y béisbol juntas... los cristianos debemos reafirmar nuestra
confianza en que Cristo reina de modo efectivo sobre la historia. Desde que Cristo padeció,
murió y resucitó, su triunfó tiene plena vigencia.
La solemnidad de Cristo Rey nos enseña que Cristo reina aun cuando su reinado no se
manifieste en plenitud. Ten presente que no es lo mismo decir que algo no se manifiesta a la
afirmación de que algo aún no existe. Que yo no conozca algo, no este algo no exista. Significa
que Intentaré dar un ejemplo que dilucide la cuestión. Ver un partido de rugby en directo, o por
televisión, es algo que me emocionó y apasionó siempre, desde pequeño; y si bien la televisión
ha puesto partidos de rugby al alcance de mi mano a cualquier hora del día, mis actuales
actividades sacerdotales, por cuestiones horarias, casi siempre me impiden verlos. No obstante,
si se trata de un partido importante, suelo ver la repetición en la televisión, pero en diferido.
Y recuerdo cierta ocasión en la que disfrutaba en la televisión de un partido de rugby
transmitido en diferido. Jugaban Los Pumas argentinos versus los Springboks sudafricanos.
Faltando pocos minutos para concluir, vencían los argentinos con cierta diferencia, aunque no
inalcanzable, y yo estallaba de alegría y aplaudía cada conquista. Pero lo cierto es que el partido
ya se había jugado horas antes, y habían vencido los Springboks. Por tanto, mi festejo, desde la
perspectiva de la realidad (no del conocimiento que uno tiene de ella) era ridículo; o como
dirían los filósofos, mi festejo expresaba una alegría gnoseológica fundada sobre una ridiculez
ontológica, expresión que entenderán quienes recuerden que la gnoseología estudia el
conocimiento que tenemos de la realidad, mientras que ontología estudia a la realidad en sí.
Este ejemplo lo estimo válido en la solemnidad de Cristo Rey; porque, aunque nos parezca que
las fuerzas del mal se van pavoneando con sus triunfos por todo el mundo, ridículo sería que un
cristiano se desanimase, porque esto equivaldría a olvidar que estamos viendo la historia
humana en diferido, y a no comprender que Cristo ya triunfó, y que no esperamos su reinado,
sino la manifestación de su reinado. Para Dios mil años son como un día; en Él no hay tiempo, y
su propia victoria sobre el pecado y la muerte, Dios la contempla como victoria suya en tiempo
presente, no en diferido. En cambio, nosotros, inmersos en la historia humana, poseyendo el
conocimiento.
limitado de criaturas que deben lidiar con un pasado del que poco recordamos, de un presente
del que mucho ignoramos y de un futuro que siempre sorprende con "vericuetos" inesperados
que jamás nos hubiéramos imaginado, nos podríamos desanimar; pero jamás debemos perder la
esperanza, y menos abandonar nuestra tarea apostólica: Cristo "ya" ganó la partida.
Un periodista, años atrás, entrevistó al entonces Cardenal Joseph Ratzinger (futuro Benedicto
XVI), acerca del dominio de Cristo sobre la historia humana. Nuestro querido Cardenal
respondió: El cristiano sabe que la historia ya fue redimida, y que el resultado final será
positivo. Es cierto que no conocemos las circunstancias y vericuetos por los que llegaremos
victoriosos a ese gran final, pero sí sabemos que el poder de las tinieblas jamás prevalecerá
contra la Iglesia católica).
La lectura de este texto fue una reconfortante bocanada de aire. Por lo dicho, te sugiero
examinarte cuando percibes el avance masivo del mal en la sociedad:

† ¿Dejo de ser constante y caigo en el desánimo?


† ¿Me mantengo firme y perseverante en mis propósitos, viviendo con fervor (hervor) mi
vocación cristiana?

También podría gustarte