Está en la página 1de 5

XIII EL SUEÑO DE LA INYECCIÓN DE IRMA

1
El sueño inicial, el sueño de los sueños, el sueño inauguralmente descifrado es,
para Freud, el de la inyección de Irma.

Freud concede mucha importancia a este sueño porque obtiene de su análisis la


verdad, que el plantea como la verdad primordial, de que el sueño es siempre la
realización de un deseo, de un anhelo.

Sueño: …

2
Irma es una enfermera amiga de la familia Freud. Este se encuentra, pues, frente
a ella en la delicada situación, que es preciso evitar siempre, en que se coloca el
analista cuando atiende a alguien que pertenece a su círculo de allegados.
Estamos mucho más prevenidos de lo que estaba Freud, en aquel momento
prehistórico del análisis, acerca de las dificultades, en este caso, de una
contratransferencia.

Esto es efectivamente lo que ocurre, Freud tiene grandes dificultades con Irma.
Como nos lo señala en las asociaciones del sueño, en esta etapa todavía piensa
que cuando el sentido inconsciente del conflicto fundamental de la neurosis queda
descubierto, sólo resta proponérselo al sujeto, quien aceptará o no.

Freud tiene la sensación de haber propuesto a Irma la buena solución: es tanto la


solución que se inyecta como la solución de un conflicto. En esto, el sueño de la
inyección de Irma adquiere ya su sentido simbólico.

Al comienzo Freud está muy descontento con su amigo Otto, pero más lo está
consigo mismo. Llega a poner en duda la legitimidad de la solución por él aportada
y quizás el principio mismo de su tratamiento de la neurosis.

La desaprobación percibida a través de la voz de Otto es el ligero choque que va a


poner en marcha su sueño.
Freud considera un gran éxito el haber podido explicar este sueño en todos sus
detalles por el deseo de librarse de su responsabilidad en el fracaso del
tratamiento de Irma. Lo hace en el sueño – él como su artesano-, con medios tan
múltiples que, por separado, cada una de las “explicaciones” sería perfectamente
válida, pero el conjuntó no puede satisfacernos en forma alguna.

Así está concebido este sueño, nos dice Freud. Y, por supuesto, allí está la trama
de todo lo que aparece en él. Pero en mi opinión la cuestión es más bien otra:
¿cómo es posible que Freud, quien más adelante desarrollará la función del deseo
inconsciente, se limite a presentar, como primer paso de su demostración, un
sueño enteramente explicado por la satisfacción de un deseo que sólo podemos
llamar preconsciente, e incluso completamente consciente? Freud ha pasado la
noche de la víspera tratando de justificarse con todas las letras, tanto por lo que
marcha como por lo que puede no marchar.

Para establecer su fórmula de que en todos los casos un sueño es la satisfacción


de un deseo, a primera vista Freud no parece haber exigido otra cosa que la
noción más general del deseo, sin preocuparse en ahondar qué es este deseo, ni
de dónde viene, si del inconsciente o del preconsciente.

Así plantea Freud la cuestión en la nota que leí la vez pasa da: ¿qué es el deseo
inconsciente? ¿Quién es él, que es rechazado y produce horror al sujeto? ¿Qué
se quiere decir cuando se habla de un deseo inconsciente? ¿Para quién existe
ese deseo?

En este nivel va a quedar explicada para nosotros la inmensa satisfacción que


procura a Freud su solución del sueño. Para otorgar nosotros mismos su pleno
sentido al hecho de que este sueño cumple un papel decisivo en la exposición de
Freud, debemos tener en cuenta la importancia que él mismo le confiere, tanto
más significativa cuanto que se nos muestra paradójica. A primera vista, podría
decirse que aún no se ha dado el paso decisivo, ya que en resumidas cuentas no
se trata más que de un deseo preconsciente. Pero si Freud considera este sueño
como el sueño de los sueños, el sueño inicial, típico, es porque siente haber dado
ese paso, y demuestra con creces después de su exposición que efectivamente lo
dio. Si siente que lo ha dado, es porque lo ha dado. No estoy rehaciendo el
análisis del sueño de Freud después del propio Freud. Sería absurdo. Así como no
es cuestión de ponerse a analizar a autores difuntos, no es cuestión de analizar el
propio sueño de Freud mejor que él. Cuando Freud interrumpe las asociaciones,
tiene sus razones para hacerlo. Nos dice: No puedo decirles más, no quiero
contarles historias de cama y de orinal. O bien: Ya no tengo ganas de seguir
asociando. No se trata de exagerar allí donde Freud mismo se interrumpe, sino de
tomar el conjunto del sueño y de su interpretación. De este modo estamos en una
posición diferente de la suya.

Hay dos operaciones: tener el sueño e interpretarlo. Interpretar es una operación


en la cual intervenimos. Pero no olviden que en la mayoría de los casos también
intervenimos en la primera. En un análisis no sólo intervenimos en tanto que
interpretamos el sueño del sujeto -si es cierto que lo interpreta sino que como ya
estamos, a título de analistas, en la vida del sujeto, ya estamos en su sueño.

Recuerden lo que les expresé, a propósito de lo simbólico, lo imaginario y lo real ,


en la conferencia inaugural de esta sociedad. Se trataba de usar categorías en
forma de letras minúsculas y mayúsculas.

iS -imaginar el símbolo, poner el discurso simbólico bajo forma figurativa, o sea, el


sueño.

sI-simbolizar la imagen, hacer interpretación de un sueño.

Empero para esto es preciso que haya una reversión, que el símbolo sea
simbolizado. En el medio está el lugar para comprender lo que sucede en esta
doble transformación. Esto es lo que trataremos de hacer: tomar el conjunto del
sueño y la interpretación que de él realiza Freud, y ver qué significa esto en el
orden de lo simbólico y de lo imaginario.

Tenemos la suerte de que este famoso sueño, que como de sobra comprobarán
manejamos con el mayor respeto, no está, puesto que se trata de un sueño, en el
tiempo. Esto es fácil de observar y en ello radica precisamente la originalidad del
sueño: el sueño no está en el tiempo.
3
Al sumarse personajes, aparecen las asociaciones que nos muestran la verdadera
significación del sueño. Freud advierte que se le declara inocente de todo, y según
el razonamiento del caldero agujereado.

El Doctor M. representa el personaje ideal constituido por la pseudoimagen


paterna, el padre imaginario. Otto corresponde a ese personaje que jugó un papel
constante en la vida de Freud, el familiar y allegado íntimo que es a la vez amigo y
enemigo. Y Leopoldo cumple el del personaje que presta el servicio de estar
siempre en contra del amigo-enemigo, del enemigo querido.

´… Este sueño nos revela pues lo siguiente: lo que está en juego en la función del
sueño se encuentra más allá del ego, lo que en el sujeto es del sujeto y no es del
sujeto, es el inconsciente.


XIV EL SUEÑO DE LA INYECCIÓN DE IRMA – (FIN)
Lo imaginario, lo real y lo simbólico

1
La experiencia del descubrimiento fundamental fue para Freud un cuestionamiento
vivencial de los fundamentos mismos del mundo. Freud vive en una atmósfera
angustiante, con la sensación de hacer un descubrimiento peligroso.

El sentido mismo del sueño de la inyección de Irma está ligado a la profundidad


de esta experiencia. El sueño que Freud sueña está integrado, como sueño, en el
progreso de su descubrimiento. De este modo adquiere un sentido doble.

También podría gustarte