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Aportes del psicoanálisis para la comprensión de la adolescencia

Freud Momento de desconocimiento y enigmático.

La cultura influye en el sujeto, pero esto se diversifica a partir de transcripciones singulares, es


decir no es solamente la historia lo que repercute, sino que lo histórico cultural se entrecruza
con lo singular del individuo. De esta singularidad parte el psicoanálisis. Sujeto sujetado al Icc.

Este descubrimiento del Icc provoca una ruptura epistemológica. Surge como una herida
narcisista, ya que el hombre se siente soberano de su propia alma pensando que el Yo tiene las
noticias confiables pero el psicoanálisis propuso que el Yo no es amo de su propia casa, hay
una parte anímica-psíquica oculta. El sujeto del psicoanálisis es un sujeto del Icc. Sujeto de
deseo Icc.

Para el sujeto no podemos confundir sujeto de individuo, este último es indiviso es una unidad
compacta. Por eso corresponde hablar de sujeto con sus divisiones estructurales, sujeto
barrado. El deseo guarda relación con el Otro que pertenece a una cultura. Entonces el sujeto
del Icc está sujetado a una estructura que lo determina, pero atravesado por contexto cultural,
se constituye a partir del Otro social. El contexto epocal regula el goce, modo en los que la
pulsión se satisface. Hoy por ejemplo época de consumo inmediato. Gozar sin límites.

Al adolescente se le impone realizar un trabajo psíquico, para esto cuenta con su propia
estructura y las herramientas culturales, por ejemplo, saberes sociales, música, política.

¿Qué ocurre en el joven? Una puesta en desorden, prometedor de nuevo orden. Una
organización nueva. Este desorden pone en movimiento un esfuerzo de trabajo psíquico. Este
cambio proviene de distintas fuentes: cambios corporales, historia personal, relaciones con los
pares y flia., transmisión generacional (de repente el adolescente puede ser hijo y padre a la
vez, y su padre abuelo). Irrumpe un trabajo de simbolización.

El adolescente primero necesita desordenarse para crearse. Esto apunta también al sistema
familiar y social. Algunos referentes de identidad son modificados o resignificados, ej. la
pertenencia a un género. Los nexos con el cuerpo de la infancia y relaciones objetales entran
en un proceso de resignificación e historización. Esto último implica que cada dato objetivo
incluye a un sujeto que le da sentido a los eventos.

Desde este punto de vista no hay una continuidad entre pasado presente y futuro, no hay
linealidad más bien movimiento espiralado. Lacan dice el pasado es historizado en el
presente. Psicoanálisis introduce conceptos como series complementarias, regresión y
retroacción,ej. Un segundo episodio puede resignificar uno anterior. El psicoanálisis no niega la
temporalidad cronológica, sino que hace hincapié al tiempo lógico.

¿Qué nos distingue de los animales? Lenguaje y sexualidad (no genitalidad)

 Humano: pulsión/libido que bordea un objeto y se satisface parcialmente.


 Animal: instinto, donde para cada necesidad hay un objeto. Es lineal.

Hay una satisfacción originariamente perdida. En la adolescencia como en otras etapas está la
falta constante, esta satisfacción perdida. Esto en el adolescente se ve impulsado por la
“muerte de su niñez, cuerpo infante perdido”. Solo si hay algo que se perdió se puede desear.
Vínculo necesario entre madre-hijo que debe dar paso a una separación por un tercero. Se
introduce algo nuevo que irrumpe y hay un reordenamiento por la intervención paterna.
Prohibición edípica.

Freud ubica dos oleadas de sexualidad. (Texto Metamorfosis de la pubertad”)

En la modernidad sabemos que adolescencia remite a una construcción social y no algo


rígidamente universal. Freud escasamente nombraba el término, se refería mas bien a
pubertad. Y enfatiza la segunda oleada respecto a esta etapa.

Los cambios quedan ubicados a nivel subjetivo. Para el psicoanálisis no solo hay cambios
biológicos y cronológicos, el desarrollo tiene que ver con la subjetividad. En todo cambio se
incluye a un sujeto, hay alguien que subjetiva. En cada hecho hay alguien que le da sentido.

En el curso de la sexualidad hay dos momentos importantes. Entre los 2 y 5 años se da uno
como antecedente del segundo que se desarrolla entre los 11 y 14. En este segundo momento
se produce una reorganización relacionada a la subordinación de las pulsiones parciales y
luego hallazgo de objeto. Con el advenimiento de la pubertad se introducen los cambios, hay
un resurgir de lo pulsional. Con la segunda oleada se reactualizan las fantasías edípicas
incestuosas con el cambio pulsional provocando una angustia de culpa.

Por la maduración biológica un adolescente puede hacer uso de sus generales para la
reproducción. Entonces, la libido se organiza en función de la genitalidad, pero ahora se trata
de un sujeto con un cuerpo potente para realizar sus deseos sexuales. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que esto no se da sin elección de objeto, es decir, sin elección de un objeto
diferente al objeto edípico o incestuoso de la primera infancia.

Se pasa de una acción de objeto primaria a una elección exogámica debido a la consecuencia
de la prohibición del instituto. Por preceptos morales se explica la elección de los parientes
consanguíneos como objeto de amor. Esta barrera es una exigencia cultural de la sociedad
porque justamente es lo que nos permite la entrada a la sociedad y nos quedarnos encerrados
en los vínculos primarios. Freud no trata a la pubertad como metamorfosis corporal (que
también lo es) sino que se ocupa de algo que hace metamorfosis en ese momento, de algo que
cambia en ese momento a nivel subjetivo.

La metamorfosis de las metas sexuales y de la elección de objeto, las dos cosas van de la mano.
Señala como importante la reunión de las dos corrientes en relación al objeto la sexual y la
tierna. A partir de la desestimación de las fantasías incestuosas se logra uno de los mayores
logros psíquicos y uno de los más doloroso, ese logro consiste en el desasimiento de la
autoridad de los progenitores. Esto que permite la salida exogámica es uno de los logros
culturales más importantes, a partir de esto la sociedad crece y se enriquece. Al haber esta
salida exogámica el adolescente sale a la sociedad y esta se enriquece.

La A es considerada como la respuesta del sujeto a esta salida exogámica y a esta nueva oleada
de la sexualidad.

Aportes postfreudianos

Barrionuevo dice que la A puede ser entendida como el tiempo de tramitación de la


metamorfosis de la pubertad, es decir, que este tiempo sería lo que se presenta como
manifestación que denuncia lo traumático de la sexualidad en tanto dice de algo que no puede
decirse en palabras. Exige un trabajo de relaboración, ese tiempo es el de la A. Se construye
una respuesta a la pregunta ¿Qué soy?

Hay algo que siempre se nos escapa, algo que no se sabe y por esto la sexualidad es dramática.
Lo que no puede decirse en palabras habla de una falta en lo real. Lo que escapa a la
posibilidad de ser pensado lo que escapa a la palabra, a la representación o simbolización.

Toimil propone que el acontecimiento de los cambios corporales marca un tiempo fundacional
que inaugura la posibilidad de gestación de un nuevo ser. Implica vérselas con algo que no se
sabe y esto es lo traumático.

Las transformaciones tienen que ver con el surgimiento del erotismo genial, la renovación de
la prohibición del incesto, el desasimiento (desapego) de la autoridad de los padres y el
hallazgo de objeto o el reencuentro.

Metáfora de la langosta, Françoise Doltó. Adolescencia como etapa de mutación. El insecto


pierde su esqueleto externo, muda. Cuando esto ocurre se ocultan hasta formar su nuevo
caparazón, si mientras son vulnerables reciben golpes quedan heridas para siempre, cicatrices
imborrables.

Según Anna Freud es difícil señalar el límite entre lo normal y patológico en esta etapa. Sin
embargo, seria anormal la presencia de un equilibrio estable en esta etapa, es un momento de
turbulencia.

Mauricio Knobel (Arg.) la A no puede ser una etapa estable, aquí se desarrolla una entidad
semi-patológica: síndrome normal de la adolescencia, siendo perturbador para adultos, pero
necesario para el adolescente. Síndrome es un conjunto de síntomas.

10 conductas que Knobel analiza:

1. Búsqueda de sí mismo, identidad


2. Tendencia grupal
3. Necesidad de intelectualizar y fantasear
4. Crisis religiosas
5. Desubicación temporal
6. Evolución sexual
7. Contradicciones en manifestaciones conductuales. Predominio de la acción
8. Separación progresiva de los padres
9. Actitud social reivindicatoria
10. Intelectualización como mecanismo de defensa

Aberastury Arminda (Arg.) Todas las adolescencias llevan el sello cultural e histórico. El duelo
se produce frente a tres perdidas en la adolescencia:

1. Cuerpo infantil perdido: los cambios bilógicos provocan repercusión psíquica. Cambios
que se imponen al sujeto de manera que son percibidas como invasores. Se siente un
espectador impotente.
2. Desasimiento de la autoridad de padres: pérdida de padres de la infancia, caída de
padres idealizados, comienza a verle fallas. Nueva relación. Se conjuga con el duelo de
los propios padres que deben enfrentar su envejecimiento, perdida de “su hijito/a” y
de rol de saber, fuente de toda creencia.
3. Pérdida de identidad y roles infantiles: renuncia de la dependencia y asunción de
responsabilidades. Abandono de modos infantiles de ser, hay una sexualidad
despertando. Inscripción en una cadena generacional.

Definir qué es la identidad implica hacer una traducción al lenguaje psicoanalítico. Porque no
es propiamente psicoanalítico el término.

Identidad tiene que ver con imagen y sentimiento según Hornstein es una operacional
intelectual que describe existencia pertenencia y actitud corporal, sentimiento refiere al
estado del ser, experiencia interior que se modifica con el devenir. Identidad está enraizada al
narcicismo, identificaciones y todo aquello que la historia aporta a la persona. Incluye la idea
de continuidad temporal. Identidad e identificaciones no tiene relacione lineal, sino que la
primera se apoya y desprende de las segundas. Con la irrupción de lo pulsional se conduce a
una reestructuración subjetiva que se realizan según identificaciones primarias y secundarias.
Adolescencia es el momento clave de reorganización identificatoria, reformulación de la
historia. No quiere decir que se niega el pasado.

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