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Ahora bien, la identificación secundaria modifica este carácter total del modelo y se
permite una identificación parcial, tomar un rasgo de ese modelo. Se da en la salida
del Edipo, donde esa elección debe caer, el sujeto no sigue en una relación
amorosa/incestuosa con la madre. Consumada la neurosis esto se reprime, y como
efecto de esa represión quedan identificaciones al otro. Por eso hay una regresión de
la elección del objeto a una identificación. Se pasa de sustituir una ligazón libidinosa
de objeto por vía regresiva mediante la introyección del objeto en el yo
"A este yo ideal se consagra el amor ególatra de que en la niñez era objeto el yo
verdadero". El narcisismo aparece desplazado sobre este nuevo yo ideal adornado,
como el infantil, con todas las perfecciones. En el yo ideal recae el amor de sí
mismo que en la infancia gozó el yo real. El hombre se demuestra aquí incapaz
de renunciar a una satisfacción ya gozada alguna vez. No quiere renunciar a la
perfección de su niñez y ya que no pudo mantenerse ante las enseñanzas recibidas
durante su desarrollo y ante el despertar de su propio juicio intenta conquistarla de
nuevo bajo la forma del yo ideal.
Aquello que proyecta ante sí como su ideal es la sustitución del perdido narcisismo de
su niñez, en el cual era el mismo su propio ideal. Esto lo realiza a través de la
sublimación y la idealización del objeto de amor.
Parte b). Influencia duradera de la elección infantil de objeto:
Un claro eco de esta fase evolutiva está constituido por el hecho de que, como suele
ser muy frecuente, el primer amor del adolescente recaiga en una mujer ya madura,
así como el que la muchacha en un hombre entrado en años y revestido de autoridad,
osea, en uno y otro sexo, personas que para el sujeto presentan analogía con la
madre o el padre, respectivamente.
Este tipo de elección de objeto es la que denomina Freud como anaclítica o por
apuntalamiento donde elegimos nuestros futuros objetos de amor apuntalados en
estos primeros objetos narcisistas; y la narcisista, donde el objeto va a ser elegido, ya
no según la figura de estos primeros objetos de amor edípicos, sino teniendo en
cuenta a sí mismo como objeto.
Tipos de elección narcisística conforme a:
- lo que uno es (a sí mismo): Según él 'yo' actual, con características que poseen en el
presente.
- lo que uno fue: se elige el objeto según el yo ideal, con características que el yo tenía
y dejó de tener.
- lo que uno quisiera ser: características de lo que el yo no posee, del 'ideal del yo'.
(Futuro).
- a la persona que fue parte de uno mismo. Hijos.
La inclinación infantil hacia los padres es quizás el más importante , pero no el único
de los sentimientos, que , renovados en la pubertad, marcan después el camino a la
elección de objeto.
La normalidad de la vida sexual se produce por la confluencia de las dos corrientes
dirigidas sobre el objeto sexual y el fin sexual, la de ternura y la de sensualidad. La
pulsión sexual se pone ahora al servicio de la función reproductora. Aparece aquí el
peligro de perturbaciones morbosas por defectuosa constitución de estos nuevos
órdenes. Todas las perturbaciones morbosas de la vida sexual pueden considerarse
justificadamente como inhibiciones del desarrollo.
Con este recorrido queremos evidenciar que no toda satisfacción pulsional se agota en
la genitalidad, sino que partiendo de pulsiones aisladas y de zonas erógenas que,
independientemente unas de otras, buscan como único fin sexual determinado placer
de órgano. Recién en la etapa genital aparece un nuevo fin sexual, a cuya
consecución tienden de consumo todos los instintos parciales, al paso de las zonas
erógenas se subordinan a la primacía de la zona genital.