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Toro de lidia

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Toro de lidia
Toro bravo

Toro de Sánchez Cobaleda, de encaste Vega-Villar.

Nomenclatura Bos primigenius taurus (toro/vaca)


biológica

Región de origen  España y   Portugal

Características

Morfología Dimorfismo sexual, elipométrica, mesomorfa y


celoide, gran desarrollo muscular y excepcional
actitud dinamógena; variada en aspectos
accesorios

Tipo Bovino

Dimensiones Grande

Tamaño Variable

Peso Valor medio 300kg ♀ - 500 kg ♂

Pelaje Extremadamente variable

Cuernos Gancho corto con muchas variantes,


pigmentación variable, sección circular

Cabeza Perfil variable, entre media y pequeña, corta y


ancha

Boca Variable

Ojos Ojos grandes, más o menos salientes

Cola Variable
Patas Cortas y bien dirigidas

Carácter Bravo

Otros datos

Utilización Espectáculos taurinos

[editar datos en Wikidata]

El toro de lidia, también denominado toro bravo, designa a los especímenes


macho de una heterogénea población bovina1 desarrollada, seleccionada, y
criada para su empleo en diferentes espectáculos taurinos, como las corridas o
los encierros. Proceden de las razas autóctonas de la península ibérica,
conocidas como «tronco ibérico», que desde tiempo inmemorial propiciaron las
formas más primitivas de tauromaquia. Se caracteriza por unos instintos
atávicos de defensa y temperamentales, que se sintetizan en la llamada
"bravura", así como atributos físicos tales como unos cuernos grandes hacia
delante y un potente aparato locomotor.

Índice

 1Orígenes
 2Características de las castas
o 2.1Casta Navarra
o 2.2Casta Cabrera
o 2.3Casta Gallardo
o 2.4Casta Vazqueña
o 2.5Casta Jijona
o 2.6Casta Morucho-Castellana
o 2.7Casta Vistahermosa
 3El trapío
 4Comportamiento
 5Interés zoológico
 6Véase también
 7Referencias
 8Enlaces externos

Orígenes[editar]

Toros de lidia. Dehesa de Salamanca.

El toro procede del tipo uro, de la subespecie Bos primigenius primigenius,


antepasado del actual Bos primigenius taurus, una res de gran tamaño que en
sus tiempos fue cazado en toda Europa Central y del Norte; del cual han
quedado diferentes y numerosos testimonios plásticos a lo largo de todo el
continente europeo, incluida España, desde el periodo paleolítico.23 Si bien el
toro desapareció de los bosques de Europa central en el siglo XVII, no sucedió
lo mismo en la península ibérica donde el toro permaneció de forma
ininterrumpida según los testimonios documentales que avalan que los toros
seguían existiendo y que estos eran empleados en corridas de toros durante el
siglo XIII, como en las fiestas de toros en Cuéllar (Segovia) en el año 1215 o en
las fiestas populares de Portugal durante el reinado de Alfonso III en las que se
celebraron fiestas y bodas con corridas de toros.45
Uno de los aspectos de la historia del toro de lidia que más se presta a
discusión es la determinación sobre la aparición de la crianza del mismo con
fines de lidia, seleccionando ejemplares y razas, con fines comerciales, o
destinados a los espectáculos taurinos de toda índole. No parece que existiera
una selección especial durante la Edad Media, en la que sin embargo, los
toros, como otros animales salvajes, eran mantenidos en cautividad y
protegidos por los señores feudales para propósitos de cría o de caza.
En tiempos de los Reyes Católicos ya se empezaron a conocer, así que los
primeros indicios de selección del toro bravo apuntan a los siglos XV y XVI en
la provincia de Valladolid, donde la proximidad a la Corte, aún itinerante en esta
época, hizo que se criase en amplios terrenos una vacada que pudo sentar las
bases del toro de lidia actual. Desde los términos de Boecillo, La Pedraja de
Portillo y Aldeamayor de San Martín, partían los toros para las fiestas de los
pueblos, de la Corte o para las eclesiásticas[cita  requerida]. El nombre de esta
pretendida ganadería primigenia fue Raso de Portillo, y fue conocida hasta
finales del siglo XIX. Existe la creencia de que estos toros fueron los primeros
empleados en festejos reales.
Paralelamente comenzaron a desarrollarse ganaderías en otros lugares de
España. Andalucía se puso a la cabeza en la cría de toros, si bien también
tuvieron su importancia los que se criaron a orillas del Jarama, los
llamados Jijones de Villarrubia de los Ojos, los navarros y los aragoneses. Fue
en la segunda mitad del siglo XVII cuando las vacadas de toros bravos
empezaron a organizarse, aunque todavía sin fines claramente comerciales.
Tuvo que pasar un siglo más para que el espectáculo taurino cobrara auge y
aparecieran las ganaderías orientadas claramente a los espectáculos taurinos
ya con fines comerciales.
Así pues, el toro actual puede considerarse el resultado del trabajo de
selección efectuado desde principios del siglo XVIII mediante la prueba de la
tienta a fin de elegir para su reproducción ejemplares en los que concurrieran
determinadas características, aquellas que permitieran el ejercicio de la lidia; es
decir, la sucesión de suertes que se ejecutan en las corridas de toros desde
que el toro sale al ruedo hasta que, una vez que el diestro le ha dado muerte,
es arrastrado por las mulillas. Estas características han variado tanto a lo largo
de los siglos como el toreo mismo, manteniéndose como sostén del mismo un
único denominador común: la bravura del toro. Nacieron entonces, ya en la
segunda mitad del siglo XVIII, las que se consideran las castas fundacionales
de las que parten los encastes actuales: Morucha Castellana
(Boecillo), Navarra, Toros la Tierra y Jijona (Madrid y la Mancha), Cabrera y
Gallardo (El Puerto de Santa María), Vazqueña, Vega-Villar (Utrera) y
Vistahermosa, si bien en la actualidad el 90% de las divisas existentes
proceden todas de esta última.

Características de las castas[editar]

Monumento al toro de lidia en concreto al Toro de la Vega en Tordesillas, Valladolid.

Artículo principal: Encaste

Según Nieto, al hablar de casta del toro bravo se está haciendo referencia al
genotipo del animal, es decir "a la constitución orgánica, a la estructura y
funcionalidad de cada toro, que comprende todos los factores hereditarios de
sus ascendientes".6 De tal modo, hablar de castas supone hablar del origen
morfológico y zootécnico del toro bravo, pudiendo distinguirse características
diferencias que las hacen singulares.
Casta Navarra[editar]
La Casta Navarra, surgida en el siglo XVII, se caracteriza por tener animales
con un prototipo elipométrico, subcóncavo y marcadamente brevilíneo, con ojos
muy saltones y encornaduras acarameladas, cortas de desarrollo y apuntando
hacia arriba (veletos, cornivueltos y cornipasos). Los pelajes característicos son
el colorado, en todas sus variantes, el castaño y, en menor medida, el negro. 7
Casta Cabrera[editar]
La Casta Cabrera, a la cual pertenece la conocida ganadería de Miura, surgió a
mediados del siglo XVIII y está caracterizada por disponer de reses con un tipo
longilíneo, con perfil cefálico subcóncavo, de gran alzada, con cabeza y cuello
largos. Su mirada es muy expresiva, el abdomen es recogido y suelen ser
zancudos. Presentan encornaduras bastante desarrolladas, gruesas en su
base y que se insertan por detrás de la línea de prolongación de la nuca en el
frontal. A pesar de su tamaño no gozan de una buena conformación desde el
punto de vista cárnico y presentan variedad de pintas, predominando los
negros, cárdenos, castaños, colorados y con menor frecuencia sardos y
salineros, y la mayoría de las particularidades complementarias o
accidentales.7
Casta Gallardo[editar]
La Casta Gallardo, identificada claramente con la ganadería de Pablo Romero
(Partido de Resina), surge en Andalucía a finales del siglo XVIII y se
caracteriza por sus ejemplares son mediolíneos, de perfil subcóncavo y con
tendencia a la hipermetría, como consecuencia del gran desarrollo de las
masas musculares, especialmente del dorso, lomo y tercio posterior; con gran
desarrollo óseo y finos de piel; así como la cabeza es corta, con predominio de
animales chatos y además carifoscos, y las encornaduras en gancho tienen
una longitud media y son muy armónicas. Además, disponen los toros de
Gallardo de un cuello corto y el morrillo aparece muy desarrollado; pecho
ancho, costillares muy arqueados y extremosidades más bien cortas y bien
aplomadas. Las pintas, es decir, el color de su pelaje es cárdeno en todas sus
variantes aunque también apareen toros de color negro. 7
Casta Vazqueña[editar]
La Casta vazqueña, surgida durante el primer tercio del siglo XVIII, se
caracteriza por sus reses de talla media, muy carifoscas, anchas y con la piel
un poco más gruesa que el conjunto de los ejemplares de la raza de lidia. Las
extremidades son gruesas y más bien cortas. Las encornaduras presentan
buen grado de desarrollo. Los ejemplares pertenecientes a esta casta
Vazqueña destacan principalmente por su variedad de pelajes, dándose todos
los grupos de pintas presentes en la raza de lidia (ensabanados, jaboneros,
melocotones, colorados, castaños, tostados, cárdenos, sardos, salineros,
berrendos y negros). Derivados directamente de la casta Vazqueña, subsisten
en la actualidad dos líneas: la de Concha y Sierra y la de procedente de la
antigua ganadería del Duque de Veragua, cuyo máximo representante en la
actualidad es la ganadería del marqués de Seoane, Tomás Prieto de la Cal.7
Casta Jijona[editar]
La Casta Jijona y de la Tierra es una de las castas más antiguas del toro de
lidia puesto que remonta sus orígenes a finales del siglo XVI. Sin embargo, en
la actualidad, los toros de este origen zootécnico están prácticamente
desaparecidos, con tan solo algunas ganaderías que mantienen reductos
genéticos de dicha casta. Sus reses se caracterizaron por ser bastos de
hechuras, grandes de alzada, ligeros de pata y resistentes durante la lidia;
presentando encornaduras desarrolladas y con un predominio de las capas
retintas y coloradas.8
Casta Morucho-Castellana[editar]
La Casta Morucho-Castellana, surgida durante el siglo XVI en la provincia de
Valladolid, en la actualidad se considera extinta puesto que no hay ninguna
ganadería que conserve reses vivas con la carga genética propia de esta casa.
Sin embargo, algunos estudios permiten conocer cuáles eran las
características que definían a este tipo de reses, caracterizándose por ser toros
de gran talla, con ojos saltones y cuello largo; predominante toros de pelaje
negro con accidentes como bociblanco; y presentando un carácter bravo
aunque mansos en la suerte de varas.9
Casta Vistahermosa[editar]
La Casta Vistahermosa es uno de los prototipos raciales más extendidos del
toro de lidia en la actualidad, presentando distintos subtipos o encastes que
disponen de características propias y diferenciadas. 10 Destacan por su
singularidad: los encastes Murube-Urquijo, Contreras, Saltillo, Santa
Coloma, Albaserrada, Urcola y los denominados encastes derivados de
Parladé (Gamero-Cívico, Pedrajas, Conde de la Corte, Atanasio
Fernández, Juan Pedro Domecq, Núñez y Torrestrella).7
Igualmente, fruto de los cruces de los toros de Vistahermosa con otras castas
han surgido encastes específicos como los de Hidalgo-Barquero, Vega-
Villar y Villamarta.7

El trapío[editar]
Artículo principal: Pelaje del toro de lidia
El trapío de un toro de lidia es el conjunto de rasgos externos, actitudes y
reacciones observables a simple vista. Existe un riquísimo vocabulario taurino
para designar los diferentes aspectos de la morfología y comportamiento del
toro. Se dice que un toro tiene trapío cuando reúne las cualidades físicas y la
presencia necesaria para la lidia. Según Pedraza Jiménez,11 los principales
rasgos morfológicos para determinar el trapío de un toro son:

 Tamaño y peso.
 Estatura.
 Conformación del tronco.
 Conformación de las extremidades.
 Conformación de la cabeza y el cuello.
 Conformación de la cornamenta.
 Piel, pelo y capa.

Comportamiento[editar]

El toro bravo en la arena de una plaza de toros (España).

El toro de lidia es un animal gregario, que halla seguridad y refugio en


una manada. Después del nacimiento, y antes del destete, el becerro vivirá
ocho o nueve meses alimentado y protegido por su madre. Dado que su
madurez sexual se produce a los 16 meses aproximadamente, poco después
del año se separan machos y hembras, que, a partir de ese momento, vivirán
en cercados diferentes. Las diferentes edades se denominan con nombres
específicos: añojos (un año), erales (dos años), utreros (tres años), cuatreños
(cuatro años) y cinqueños (cinco años).
En las manadas de toros se establece una rigurosa jerarquía. Se
denomina mandón al toro dominante y que maltrata a los demás. Con cierta
frecuencia, este jefe es desafiado por otro miembro de la torada para
arrebatarle el liderato, produciéndose violentas peleas. El toro derrotado se
denomina abochornado y es atacado y perseguido por el resto de la manada,
quedando apartado de la misma y volviéndose irascible y muy peligroso.
Es una creencia extendida que a los toros supuestamente les altera de alguna
manera el color rojo. Esta creencia es falsa, como también lo es que estos
animales vean en blanco y negro, pues en realidad los toros cuentan con visión
dicromática específicamente deuteranopía, es decir, tienen capacidad de
descomponer el espectro luminoso en dos componentes esenciales, y según la
cantidad de cada uno son capaces de diferenciar los diferentes colores pero
carecen de los fotorreceptores retinianos del verde. En realidad, a los toros no
les altera el rojo, lo ven, pero no les crea una conducta agresiva, cuando
cargan contra el capote, cargan contra el movimiento. 12

Interés zoológico[editar]
Al contrario que la mayoría de las razas de ganado doméstico, los toros de lidia
presentan una serie de características físicas y temperamentales más propias
de un bóvido salvaje, destacando además la información genética que aporta
su cromosoma Y, que hace única a esta raza.13 Esto no debe resultar extraño si
se tiene en cuenta que a la hora de desarrollar estas castas los criadores
nunca pretendieron potenciar cosas como una mayor producción de carne y
leche o una mansedumbre y ausencia de cuernos acentuadas para hacer a los
animales más manejables al trato humano, sino que simplemente se buscó
conservar (y aun potenciar ligeramente) un comportamiento algo más violento
de lo normal que hiciera al animal más propenso a la acometida y por tanto al
espectáculo taurino. Ciertos autores como el neerlandés Cis van Vuure han
señalado diversas coincidencias en la estructura corporal y coloración comunes
del toro de lidia con las poseídas por el hoy extinto toro salvaje europeo o uro,
del que se diferencia por poco más que su menor tamaño y longitud de
cuernos. Durante su vida en semilibertad en las dehesas, el toro de lidia
mantiene también unas costumbres similares a las de un animal salvaje,
formando manadas, defendiéndose de posibles peligros por sí mismo y
desempeñando una labor incalculable en el medio.

Grabado anónimo encontrado en Augsburgo, a principios del siglo XIX. Representa a un uro,
subespecie salvaje ya extinta.

Van Vuure llega a sugerir incluso que los toros de lidia son aún más "urinos"
que los uros recreados por cría selectiva en algunos zoológicos durante el siglo
XX, como el llamado Bovino de Heck, y que hoy han sido introducidos en
reservas naturales de los Países Bajos y Alemania. A pesar del empeño puesto
en la selección, estos supuestos uros modernos siguen presentando en la
actualidad una complexión más ligera de la esperada, tamaño erróneo, cuernos
de longitud variable y coloración no siempre correcta. En el aspecto
temperamental los uros recreados se encuentran en una situación aún peor, ya
que son incapaces de encontrar alimento suficiente en invierno o defenderse
de los lobos. Por esta y otras razones, los críticos de los Heck consideran su
experimento fallido, consistente en un simple grupo de vacas sacadas del
establo y puestas a pastar en bosques y praderas. El profesor Z. Pucek,
responsable del programa de recuperación del bisonte europeo en el Bosque
de Bialowieza (Polonia), ha llegado incluso a definir al toro de los Heck como
"la mayor estafa científica del siglo XX" y se ha negado en redondo a la
introducción de unas cuantas cabezas en la reserva.
En su lugar, parte de estos críticos proponen someter a los toros de los Heck a
un nuevo programa de cría o sustituirlos directamente por una nueva
generación de ganado selecto partiendo de cero. Así, el TaurOs
Project de Países Bajos descartaría definitivamente al toro de lidia dando peso
a razas de características primitivas como la tudanca de Cantabria,
la pajuna andaluza, la sayaguesa de Zamora, la esteparia húngara, las enanas
de Córcega y Turquía, la podolica italiana, el toro de la Camarga y
la maronesa de Portugal.14

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