El caballo Pura Sangre Árabe y el Shire

Índice:
1. Introducción
2. Características morfológicas y etológicas de la raza
3. Origen y evolución
4. Usos, importancia e impacto a lo largo de la historia y en el periodo actual
5. Conclusión

1. Introducción.

El caballo moderno domesticado (Equus caballus) se encuentra hoy en día en todo el

mundo y se considera una de las criaturas más diversificadas del planeta. En América del
Norte, los caballos casi se extinguieron al final del Pleistoceno. De ellos, sobrevivieron 2
razas salvajes que aún existen hoy en día, el tarpán y los caballos Przewalski. Según la
FAO (2007), la domesticación múltiple ocurrió alrededor del año 6.500 a.C. en la estepa
Euroasiática.

Los primeros signos de domesticación incluyen la presencia de montones de estiércol

animal en áreas cercadas interpretadas como corrales de caballos en Kazajistán, que datan
del 5000 a.C. La evidencia arqueológica de la monta incluye un desgaste mínimo de los
dientes en caballos encontrados en Kazajistán alrededor del 3500-3000 a.C., lo que indica
que algunos fueron montados para la caza. La evidencia más temprana de caballos
utilizados como animales de carga, representados en dibujos de carros, se encontró en
Mesopotamia alrededor del 2000 a.C.

Desde entonces, los caballos han evolucionado en 3 ramas principales. Posteriormente, se

desarrollaron diversos tipos raciales que, desde un punto de vista geográfico, se dividirían
en tres áreas principales:

En el sur, en zonas semidesérticas y con recursos limitados, se encuentran los caballos

ligeros, eumétricos, ágiles y veloces. En el centro, en valles fértiles y con pastos
abundantes, se desarrollaron los caballos pesados, hipermétricos y muy potentes. En el
norte, en zonas de estepa y con climas duros y fríos, se encuentran los caballos
elipométricos, muy rústicos y resistentes.

Los caballos de carreras Pura Sangre descienden de tres sementales importados a

Inglaterra en el siglo XVII. Los estudios genéticos han identificado alelos específicos que
controlan la velocidad y la precocidad en los Pura Sangre. Las carreras de Pura Sangre en
los siglos XVII y XVIII eran más largas, con caballos de 5 a 6 años de edad. A principios del
siglo XIX, la cría se centró en la velocidad y la resistencia, lo que les permitió correr largas
distancias con solo 3 años de edad.

Para comparar razas de los dos extremos, hemos elegido el caballo Shire y el Árabe. El
Shire se origina en las Islas Británicas, es conocido por su elegancia, fuerza y personalidad
gentil, remontándose a la Edad Media como los 'Grandes Caballos' o 'Caballos de Guerra'.
Adquirió su nombre por su región de origen, los shires, condados del centro de Inglaterra,
como Leicestershire o Staffordshire. Por otro lado, los árabes se originaron en la península
arábiga hace más de 4.000 años, criados por los beduinos por su resistencia y cercanía
familiar, desarrollando un carácter cariñoso y leal. Sus características distintivas incluyen
una cabeza de tamaño mediano y arqueada, un cuello largo y arqueado, un cuerpo
compacto y musculoso, y versatilidad en disciplinas ecuestres. Considerado una de las
razas más antiguas y puras, la historia del caballo árabe se entrelaza con las civilizaciones
del Medio Oriente, siendo tesoros vivientes con un impacto significativo a lo largo de los
siglos. Registros que datan de más de 3000 años muestran la cría selectiva por tribus
beduinas para la resistencia al desierto, lo que hace del caballo árabe un verdadero
superviviente.

2. Origen y evolución de las razas Shire y árabe.

El origen del caballo como especie sigue 2 series evolutivas, apoyando la dinámica de las
masas continentales. Se pueden diferenciar varios tipos raciales según el punto de vista
geográfico, los cuales son: sur, centro y norte.

Raza Shire

La raza Shire ha sido calificado por incluir a unos de los caballos más grandes del mundo.
Se podría decir que esta raza se inicia con el nacimiento del potro Packington Blind Horse
en Holanda en 1755, aunque su origen es mayoritariamente inglés.

Sus antepasados son los “Great Horses” o “War Horses”, montados por los
caballeros de la Edad Media, que estaban pesadamente armados. En el Renacimiento,
estos caballos estaban protegidos de cruces, manteniendo así su gran tamaño. Aunque se
promovió su participación en la guerra, hacia el final del siglo XVI y coincidiendo con la
llegada de la artillería, pasaron a usarse como caballos de tiro y enganche. Los contratistas
holandeses que trabajaban en el noreste de Inglaterra, llevaron a su país estos caballos
para aparearse con yeguas de Países Bajos, siendo posteriormente cruzadas con más
ejemplares ingleses para crear la raza que hoy en día se conoce como Shire.

El reconocimiento de esta raza no tuvo lugar hasta que en la década de 1870,

cuando se fundó la English Cart Horse Society, que se convertiría en la Shire Horse Society,
que colaboró para preservar y promover la raza Shire, aunque no sería hasta 1882 cuando
se reconocería oficialmente como raza con la publicación del primer libro de registro de
orígenes. A lo largo del siglo XIX, la raza Shire fue esencial para la vida comercial inglés por
su papel en la agricultura y el transporte de mercancías, llegando a ser destacada porque
se usaron 20 individuos de esta raza para transportar el ancla principal del RMS Titanic, que
pesaba 15’5 toneladas.

Con el paso del tiempo, los caballos de tiro perdieron protagonismo. Actualmente,
participan en disciplinas ecuestres como doma o enganche, además de exposiciones y
ferias de caballos. Cabe destacar que los caballos Shire tienen presencia en Gran Bretaña y
demás países europeos (aunque en menor medida), Estados Unidos, Canadá, Australia y
Nueva Zelanda.

Raza árabe

Arqueólogos e historiadores no han podido precisar el tiempo y el espacio del nacimiento de

esta raza, aunque existen indicios que indican que estaban domesticados hace 1500 años
a.C. entre el Mar Rojo y el Golfo Pérsico y hacia el norte en la parte de Irán e Irak. También
se ha sugerido que esta raza se originó en el suroeste de Arabia, ya que, con la enorme
sequedad de la Península Arábiga, habría sido prácticamente imposible que los caballos
existieran en ese lugar sin ayuda del hombre.

Los Beduinos fueron los encargados de su crianza con técnicas precisas de

“inbreeding” o consanguinidad y “line-breeding”, aunque aprovechaban las conquistas a
tribus para conseguir yeguas nuevas para renovar la sangre y conseguir no tener efectos
indeseados como infertilidad. Esta población cuidaba tanto la selección de esta raza porque
su supervivencia en el desierto dependía en gran parte del rendimiento de sus caballos, ya
que, siendo nómadas necesitaban caballos con resistencia y velocidad para asegurar el
triunfo en las batallas y largos viajes.

A medida que los Beduinos viajaban y trataban con otras culturas, sus caballos se
exportaban a diferentes regiones del mundo. Los caballos árabes fueron muy extendidos
por otras culturas por su uso en guerras por parte de Egipcios y del Imperio Romano. Este
caballo fue tan importante que hasta se representaba en monumentos, jeroglíficos egipcios
o incluso algunos escritos del Antiguo Testamento. Posteriormente, el Imperio Otomano
comenzó a enviar caballos árabes a los jefes de estado europeos, destacando los
sementales The Byerley Turk (1683), Darley Arabian (1703) y The Godolphin Arabian
(importado a Inglaterra en 1730). Estos caballos sentarían las bases de una nueva raza, la
del pura sangre inglés.

Viendo su historia, queda claro que el caballo árabe ha contribuido a la creación de

todas las razas ligeras de caballos, incluido el Percherón de origen francés o el Orloff Trotter
de Rusia, entre otros muchos ejemplos. Por todo esto, al caballo árabe ha sido nombrado
como el más antiguo y único pura raza que existe, siendo el origen de todas las razas de
caballos modernos de tipo ligero y sangre caliente, y destacando porque dos tercios de las
razas de caballos actuales contienen sangre árabe.

3. Características morfológicas y etológicas de la raza

Raza Shire

Características Morfológicas: Peso pesado (sangre fría)

1. Tamaño: Son caballos de gran tamaño y robustos, teniendo una altura promedio
variable, pero que generalmente se mantiene entre 1,73 y 1,83 metros.
2. Cabeza: Tienen cabezas grandes con un perfil recto o cóncavo. Además, poseen
ojos grandes y orejas cortas.
3. Cuello: Cuello largo y musculoso, a menudo bien arqueado.
4. Espaldas: Cortas y fuertes con una línea superior recta.
5. Corporal: Refieren un cuerpo macizo y bien proporcionado con un pecho profundo y
costillas bien arqueadas.
6. Extremidades: Al igual que las espaldas, son cortas y fuertes con cascos grandes y
sólidos.
7. Pelaje: Los colores de pelaje pueden variar, pero los más comunes son negro, baya
o gris, generalmente con balcones blancos.

Características Etológicas:

1. Temperamento: A pesar de su gran tamaño, los caballos Shire tienden a tener un

temperamento tranquilo, paciente, dócil y valientes, siendo conocidos por su
amabilidad y disposición para trabajar.
2. Trabajo Pesado: Originalmente criados como caballos de tiro pesado, los Shire son
excepcionales en trabajos agrícolas y de transporte.
3. Inteligencia: Son caballos inteligentes y se adaptan bien a la formación, a menudo
usados en demostraciones y exhibiciones de habilidades de tiro.
4. Sociabilidad: Tienden a ser caballos sociales y pueden llevarse bien con otros
caballos y animales de granja.
5. Paciencia: Exhiben una gran paciencia y resistencia, características esenciales para
trabajos que requieren esfuerzo continuo.

Raza árabe
Características Morfológicas: Peso medio (sangre caliente)

1. Tamaño: Son caballos de tamaño mediano con una altura promedio que puede
variar, pero generalmente se encuentran entre 1,45 y 1,56 metros
2. Cabeza: Tienen cabezas pequeñas y expresivas con una frente amplia y ojos
grandes y alerta. Son característicos por su perfil cóncavo.
3. Cuello: SonCuellos largos y arqueados.
○ La inserción del cuello en la espalda es alta.
4. Espalda:
○ Espaldas cortas y fuertes
5. Corporal:
○ Cuerpos compactos y musculosos.
○ Pecho profundo y costillas bien arqueadas.
○ Línea superior recta.
6. Extremidades:
○ Extremidades largas y delgadas.
○ Cascos duros y bien formados.
7. Cola:
○ Inserción alta y llevada en alto.
8. Pelaje:
○ Colores comunes incluyen bayo, alazán, gris y tordillo.

Características Etológicas:
1. Temperamento:
○ Son conocidos por su temperamento amigable y afectuoso.
○ Tienen una fuerte conexión con sus cuidadores.
2. Inteligencia:
○ Son considerados caballos muy inteligentes y fáciles de entrenar.
○ Aprenden rápidamente y son sensibles a las señales del jinete.
3. Resistencia:
○ Poseen una resistencia excepcional.
○ Son capaces de mantener un ritmo constante durante largas
distancias.
4. Agilidad:
○ Son ágiles y tienen una gran capacidad de maniobra.
○ Se destacan en disciplinas que requieren movimientos rápidos y
precisos.
5. Sociabilidad:
○ Suelen ser animales sociales que disfrutan de la compañía de otros
caballos.
○ Forman fuertes lazos con sus dueños.
6. Instinto de Supervivencia:
○ Desarrollaron instintos de supervivencia agudos en su entorno original
en el desierto.
○ Son capaces de conservar energía y adaptarse a condiciones
difíciles.

En resumen, los caballos de raza pura sangre árabe destacan por su elegancia morfológica,
su temperamento amigable, su inteligencia y su capacidad para resistir y adaptarse

RAZA SHIRE
Características Morfológicas: Peso pesado (sangre fría)
1. Tamaño:
○ Son caballos de gran tamaño y robustos.
○ La altura promedio puede variar, pero generalmente se encuentran
entre 1,73 y 1,83 metros
2. Cabeza:
○ Tienen cabezas grandes
○ Perfil recto o cóncavo.
○ Ojos grandes y orejas cortas
3. Cuello:
○ Cuello largo y musculoso, a menudo bien arqueado.
4. Espalda:
○ Espaldas cortas y fuertes.
○ Línea superior recta.
5. Corporal:
○ Cuerpo macizo y bien proporcionado.
○ Pecho profundo y costillas bien arqueadas.
6. Extremidades:
○ Extremidades cortas y fuertes.
○ Cascos grandes y sólidos.
○ Grupas dobles y cernejas.
7. Pelaje:
○ Los colores de pelaje pueden variar, pero los más comunes son
negro, baya o gris, generalmente con balcones blancos

Características Etológicas:

1. Temperamento:
○ A pesar de su gran tamaño, los caballos Shire tienden a tener un
temperamento tranquilo, paciente, dócil y valiente.
○ Son conocidos por su amabilidad y disposición para trabajar.
2. Trabajo Pesado:
○ Originalmente criados como caballos de tiro pesado, los Shire son
excepcionales en trabajos agrícolas y de transporte.
3. Inteligencia:
○ Son caballos inteligentes y se adaptan bien a la formación.
○ A menudo se utilizan en demostraciones y exhibiciones de
habilidades de tiro.
4. Sociabilidad:
○ Tienden a ser caballos sociales y pueden llevarse bien con otros
caballos y animales de granja.
6. Paciencia:
○ Exhiben una gran paciencia y resistencia, características esenciales
para trabajos que requieren esfuerzo continuo.

En general, los caballos Shire son conocidos por su apacible temperamento, fuerte
constitución física y habilidades para el trabajo pesado. A pesar de su tamaño, suelen ser
amigables y dóciles, lo que los convierte en una opción popular tanto para trabajos agrícolas
como para actividades recreativas.

Usos, importancia e impacto a lo largo de la historia y en el periodo actual del Caballo

Árabe y del Shire:
El caballo Pura Sangre Árabe ha ejercido un rol de suma importancia en la cultura islámica
a lo largo de la historia. Es reconocido por su belleza, nobleza y versatilidad, siendo un
caballo ligero, elegante y adaptado perfectamente a las arduas condiciones de la península
arábiga, por su capacidad para sobrevivir en condiciones adversas del desierto y por su
habilidad para transportar a sus jinetes a largas distancias. Originario de este mismo lugar,
su existencia se considera un regalo de Alá y símbolo de estatus incluso en estos días.

El Caballo Árabe es la raza pura más antigua del mundo, su influencia no solo se relega a la
cultura islámica, sino a una gran cantidad de razas de équidos y por ende de culturas del
mundo. Hoy en día la sangre “Árabe” es la más extendida del mundo entre los caballos,
además, estos animales son los únicos que cuentan con una serie específica de
características propias denominada “Arab horse bouquet”, que indica su gracia, belleza y la
armonía perfecta de sus movimientos.

La importancia del Caballo Árabe en la cultura islámica se remonta a los tiempos

preislámicos, donde estos animales eran fundamentales en la vida nómada de los pueblos
árabes, quienes dependían en gran medida de sus caballos para la caza, la guerra y el
transporte en el vasto desierto, por lo que la relación entre el hombre y el caballo era tan
estrecha que se forjó un profundo vínculo de confianza y de respeto.

Durante el siglo 6º d.C., se vivió un periodo de inestabilidad que provocó la creación de

nuevas corrientes y creencias y de los conocidos profetas. Entre ellos destacó Muhammad
Ibn Abd Allah, quien influenció la historia del mundo entero. Durante estos años, se
protagonizaron grandes campañas de conquistas que no hubieran sido posibles sin sus
peculiares caballos, tal fue su importancia que estos animales han sido acompañados de
fábulas y leyendas a lo largo de la historia.

Cuenta la tradición que todos los caballos Pura Raza Árabe descienden de las cinco yeguas
del Profeta, quienes fueron elegidas por un juicio que a continuación se va a relatar: uno por
uno, se ordenó que un grupo de caballos puros fueran encerrados en boxes cercanos a un
arroyo, pero sin acceso al agua, cuando los caballos fueron liberados, cinco yeguas, a pesar
de su sed, obedecieron la llamada del Profeta en vez de ir al arroyo a beber, desde
entonces fueron conocidas como Al Khamsa o “las cinco”.
Debido a su importancia, se tenía muy en cuenta la continuación de una raza pura, por lo
que solo los mejores individuos podían ser usados para la reproducción.

Hasta la fecha los Beduinos llaman a sus caballos “haras”, que significa yeguas, pues se
considera que estas son más valiosas que los machos (probablemente por consideraciones
prácticas como la posibilidad de proporcionar a su dueño descendientes). Los sementales
eran usados la mayoría de las veces para entretenimiento, mientras que las yeguas eran
empleadas para actividades más delicadas como ”saqueos nocturnos” pues era más
probable que los machos revelaran su presencia debido a sus relinchos.

Cabe destacar que además de tener un gran cuidado con la pureza de la raza, también se
prestaba una gran atención al color de la capa: los caballos castaños eran los más rápidos y
los tordos los más resistentes. Los bayos combinaban velocidad con fortaleza, mientras que
los más populares eran los palominos, pues su color era parecido al de los leones y las
gacelas. Otra capa popular era la Kumait, del color de un dátil dorado.
Además, se creía que la capa también estaba asociada con la capacidad del caballo para
soportar las condiciones ambientales, siendo los tordos los más sensibles pues ellos “se
funden como la mantequilla en el Sol, se derriten como el azúcar en la lluvia”.

Además de su utilidad práctica en la guerra, el Caballo Árabe también ha dejado una marca
indeleble en la cultura islámica a través de la poesía y de la literatura. Tal fue su importancia
que podemos encontrar referencias a ellos en el Sagrado Corán:

El amor de los nómadas a sus caballos queda relatado en el diario del explorador polaco
Maurycy Mann (1814-1876):

“El beduino, sin importar cuantas veces al día desmonta de su caballo, ya sea por un
momento o por más tiempo, al instante agarra el borde de su burnous, limpia el sudor de su
compañero con él, lo acaricia constantemente, se queda a su lado, lo acaricia con la mano
sin interrupción, durante mucho tiempo; y cuando llega la noche, comparte con él su pedazo
de pan, si no hay cebada; en él están sus pensamientos cuando se queda dormido, y el
primer pensamiento de la mañana también va hacia él... El caballo es realmente el
verdadero amante del beduino.”

Los poetas árabes han elogiado la belleza y la gracia de estos caballos en innumerables
versos, considerándolos símbolos de honor y nobleza. La poesía árabe clásica está repleta
de descripciones de caballos árabes galopando por el desierto, evocando una sensación de
libertad y majestuosidad que resuena en el corazón de los musulmanes. La razón de esta
adoración es que gracias a sus caballos, los beduinos pudieron conquistar áreas desiertas y
moverse libres: “Los caballos son aves sin alas. Nada está lejos para un caballo”.

En la actualidad, el caballo Pura Sangre Árabe es altamente valorado en el mundo del

caballo, tanto por su importancia cultural como por su excelencia en deportes ecuestres
como las carreras de resistencia y el salto.
Los caballos árabes siguen siendo criados y entrenados con cuidado y devoción,
participando en carreras, exhibiciones y desfiles que celebran su herencia y belleza. Incluso
en tiempos modernos, el caballo árabe continúa siendo un símbolo de estatus y prestigio en
muchas comunidades islámicas.
En conclusión, el Caballo Árabe ha sido una herramienta fundamental para el desarrollo del
pueblo islámico, su resistencia y nobleza permitió a estos animales asumir un importante
papel en las conquistas y travesías de sus jinetes. Tras dicho cometido bélico y práctico, el
caballo árabe ha sido objeto de devoción y protagonista innegable de la cultura musulmana.
No se trata solo de una herramienta y un objeto precioso pues el Pura Raza Árabe está
dotado de velocidad, elegancia y agilidad, ideales para los actuales usos lúdicos del animal.

Conclusión

El Caballo Árabe, venerado por su gracia, resistencia y vínculo ancestral con los beduinos
del desierto, nos transporta a un pasado lejano donde su presencia era sinónimo de libertad
y poder. Su influencia en la cultura islámica y su papel crucial en las hazañas bélicas y las
expediciones nómadas ilustran su importancia más allá de su elegante figura. Su legado
perdura en la actualidad, donde sigue siendo un símbolo de prestigio y excelencia en los
deportes ecuestres, destacando por su habilidad para las carreras de resistencia y el salto,
entre otros.

Por otro lado, el Shire, con su imponente presencia y su historia arraigada en la tradición
británica, nos lleva a las verdes praderas de las Islas Británicas, donde estos gigantes
gentiles han sido compañeros indispensables en la agricultura y el transporte. Aunque su
papel ha evolucionado con el tiempo, su temperamento apacible y su disposición para el
trabajo duro lo han mantenido en el corazón de comunidades agrícolas y entusiastas
ecuestres en todo el mundo.

Al unir las historias del Caballo Árabe y el Shire, emergen temas universales de conexión,
resiliencia y belleza en la relación entre humanos y caballos. Su presencia en la historia y la
cultura refleja la profunda influencia que estas magníficas criaturas han tenido en la
sociedad humana a lo largo de los siglos, y su legado sigue vivo en la pasión y el respeto
que inspiran en el mundo moderno.

En resumen, el Caballo Árabe y el Shire no son simplemente animales, sino símbolos

vivientes de la capacidad del ser humano para encontrar compañerismo, admiración y
asombro en el mundo natural que nos rodea. Su historia compartida y sus destinos
entrelazados nos recuerdan la belleza y la importancia de preservar y celebrar la diversidad
de la vida en todas sus formas.

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