¿POR QUÉ LOS JUGADORES

SE SIENTEN
“TRISTES” O
“FELICES”? Autor: Diego Gutiérrez del Pozo
Coach de Deportistas y Entrenadores de Élite.
Doctor en Ciencias de la Actividad Física y del
Deporte (Universidad Politécnica de Madrid).
Profesor de Ciencias de la Actividad Física
y del Deporte en la Universidad Camilo José
Cela. (Madrid).
Preparador Físico y Coach Deportivo del
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Fotos: Deportivo
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 1.- INTRODUCCIÓN Yo creo que tanto el propietario del club como Phil Jackson están en lo cierto. El jugador de fútbol
puede conseguir grandes resultados y estar motivado por el miedo y la avaricia (ego) o puede
obtener grandes logros y estar motivado por el amor (Ser). (Gutiérrez, 2011).
El presente artículo pretende ser una crítica constructiva y dar luz a diferentes situaciones que
ocurren en el deporte profesional cuando el jugador no está pasando por su mejor momento. No
En este punto es muy importante la educación y las experiencias significativas que hayan tenido los
es una crítica a un determinado jugador o alabanza a otro. Pienso que los jugadores de fútbol son
futbolistas a lo largo de su vida. No es lo mismo un deportista que desde pequeño le han inculcado
magníficos profesionales, personas con buen corazón e individuos que comente errores como el
que lo importante es disfrutar del juego y superarse a sí mismo, que otro jugador que desde su más
resto de los mortales.
tierna infancia ha pensado que para triunfar había que “machacar al contrario y ser mejor que nadie
para triunfar”.
Parece que estas estrellas no tienen derecho a sentirse tristes, ya que tienen todas sus necesidades
básicas cubiertas; pero por encima de ese personaje mediático hay una persona. Y las personas,
En los dos casos se puede conseguir resultados de rendimiento. Pero el primero está alimentando
independientemente de la cuenta corriente, tienen momentos de alegría, tristeza, desesperación y
su Ser y el segundo está alimentando su ego. Alimentar el Ser es sano, peor alimentar el Ego de
relajación.
una persona es una de las cosas más tóxicas que existen.

Es posible que, en ocasiones, deban ser prudentes a la hora de manifestar dichos estados de
Una explicación breve de la diferencia entre identificarte con el Ser o el Ego es que el primero se
abatimiento, ya que pueden herir la sensibilidad de otras personas, e incluso pueden no ser
siente unido a los demás, ve a las personas como facilitadores de su felicidad, le gusta compartir
comprendidos, lo que hace que se frustre más el deportista.
su alegría con el resto de personas, se siente pleno y realizado por hacer lo que más le gusta,
mejorándose a sí mismo cada día. Sin embargo, el Ego se siente separado de los demás (y esto
Recordemos que si yo empiezo a pensar que algo no funciona en mi vida, mis emociones empezarán
nos hace sentir “solos”), ve a los demás como amenazas de su felicidad, es “egoísta” porque quiere
a hacerme sentir triste, desolado y amargado; todo esto hace que empiece a comportarme de una
ser mejor que los demás “cueste lo que cueste”, y se siente “vacío” porque, aún haciendo lo que
manera poco efectiva, tanto en mi vida personal como en la práctica deportiva. Como consecuencia,
más le gusta, no para de compararse con los demás y siempre siente que le falta algo.
los resultados no serán los deseados, ya que al pensar y actuar de forma incorrecta, las cosas no
me saldrán. Es un círculo vicioso del que a veces no se puede salir. Me siento mal, no tengo energía
Cuando alimentamos el Ego de un futbolista estamos invitándole a que deje de disfrutar del fútbol
y no me apetece hacer bien las cosas, y por tanto los resultados son negativos.
e incluso que baje su rendimiento. Además, identificarte con el Ego tiene varios peligros (Gutiérrez,
2012):

2.- ¿POR QUÉ SE SIENTE TRISTE UN
FUTBOLISTA?
En artículos anteriores hablábamos de los enemigos de la mente del futbolista. Y decíamos que la
gestión del “ego” era el mayor enemigo del deportista, durante su carrera e incluso después de su
retirada. (Gutiérrez y Scheele, 2009).
Phil Jackson, ex entrenador de la NBA en los Chicago Bulls y los Angeles Lakers, escuchó decir
al propietario de uno de sus equipos que los jugadores sólo estaban motivados por dos fuerzas:
el miedo o la avaricia. A lo que Phil le respondió que podía ser cierto, pero que él pensaba que la
gente también estaba motivada por el amor. Añadió diciendo que “lo que guía a la mayoría de los
jugadores no es el dinero ni la adulación, sino su amor por deporte. Ellos viven para los momentos
en los que se pueden perder completamente en la acción y experimentar la pura alegría de la
competición. Una de las tareas principales del entrenador es volver a despertar ese espíritu para
que los jugadores puedan combinarse sin esfuerzo”. (Jackson, 2007: 89).
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Peligro 1: identificarme con mis logros.
El futbolista es mucho más que sus victorias. Es una persona con valores e identidad. Cuando me
identifico con los logros tengo varios peligros: primero, que me centre demasiado en la victoria,
despreocupándome de aspectos tan importantes como el mejorar día a día, corregir errores y
obtener aprendizajes significativos tras una derrota; segundo, si dejo de ganar, al desaparecer las
victorias, desaparezco yo. Por tanto dejo de existir, me hundo y me siento triste.
Peligro 2: la necesidad de ser superior a los demás.
Cuando me comparo con los demás es porque de nuevo me siento separado del mundo y veo a
los demás como un peligro. Si necesito ser superior a los demás es que estoy comparándome y
poniendo el foco de atención en los demás, en vez de en mí. De esta forma es posible que me
disperse y empiece a tener resultados negativos. El verdadero campeón no trata de ser mejor que
su oponente, sino mejor que él mismo cada día. De esta forma no se caerá en sentimientos tan
negativos como el resentimiento o la hostilidad.
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 Peligro 3: la fama.
Mucha gente quiere ser famosa, pero no sabe que eso conlleva muchas responsabilidades y pérdida
de libertades. La fama tampoco es que sea negativa, ya que depende de cómo la utilices, puede
ser beneficiosa o perjudicial para ti. Lo que si es un peligro es que te identifiques con tu “fama”. Tú
no eres lo que los demás dicen de ti. Eres mucho más que eso. Si te preocupas demasiado por
cómo te perciben los demás, empezarás hacer demasiado caso a esas personas, dejarás de ser
tú mismo y desaparecerás.
Peligro 4: tener siempre la razón.
El Ego siempre quiere tener la razón. Es una de sus misiones. Pero todos sabemos la perdida de
energía que supone el querer siempre salirnos con la nuestra y lo doloroso que puede llegar a ser
para nosotros y los demás. El ego nos empuja a separarnos de los demás a entrar en conflicto con
los otros y necesita que los demás se equivoquen. Algunos jugadores y entrenadores profesionales
de fútbol no son capaces de dar su brazo a torcer y por eso parece que están siempre amargados,
en conflicto y separados del mundo.
Peligro 5: la necesidad de ganar.
A todos nos gusta ganar. Pero es muy diferente “querer ganar” que “necesitar ganar”. Cuando
quiero ganar trabajo para ello con la mente y el corazón, pero si no lo consigo sigo trabajando con
esfuerzo e ilusión. Cuando necesito ganar estoy dando el poder al ego y volvemos a caer en el
peligro de compararnos y separarnos de los demás. Si necesito ganar, lo haré por encima de todo
y cueste lo que cueste. De nuevo dejo de ser feliz si hago esto.
3.- ¿QUÉ HACER PARA QUE UN
FUTBOLISTA SE SIENTA FELIZ?
Si nos dejamos de comparar con los demás, si dejamos de identificarnos con lo que tenemos y
con nuestros logros, y empezamos a disfrutar cada día para mejorar personal y profesionalmente,
podremos empezar a sentirnos en paz con nosotros mismos y ser felices.
Un futbolista se sienta feliz cuando se identifica con sus valores y su esencia, es decir, cuando se
identifica con su identidad y cuando integra el cuerpo y la mente para disfrutar de la experiencia.
Lo que se pretende por tanto es poder dominar ciertas habilidades y recursos interiores, para dejar
de entorpecernos a nosotros mismos.
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Debemos prestar atención a ciertos hábitos, que normalmente son obviados, y nos juegan malas
pasadas dentro y fuera de la cancha: las excesivas críticas a uno mismo, el nerviosismo cuando no
nos salen las cosas, la falta de concentración en los momentos clave y las eternas dudas sobre la
valía de uno mismo.
Dichos hábitos “negativos” deben integrarse con otros hábitos “positivos” como la confianza en uno
mismo, la concentración relajada y la tranquilidad de saber que el cuerpo y la mente trabajan juntos
para conseguir el objetivo. Y digo integrarse, porque no podemos hacer que desaparezcan: Forman
parte de nosotros. Por ello es interesante realizar esa unión, aceptar que están ahí y establecer un
diálogo interno positivo para obtener el resultado esperado.
Cuando cuerpo y mente se integran descubrimos el verdadero potencial que tenemos todas
las personas, logrando la excelencia deportiva y la paz interior. Se trata de apreciar lo que el
psicólogo humanista Abraham Maslow denominó “experiencias cumbre” y lo que el profesor Mihály
Csíkszentmihályi llamó “fluir”. Cuando ocurre esto, el deportista disfruta de la experiencia, está
tranquilo y relajado, está muy centrado en la tarea, percibe el tiempo de una forma distinta a la
habitual y es consciente de que algo extraordinario está sucediendo.
Y exactamente todo esto ocurre cuando no estamos pensando en ello. De esta forma el deportista
siente que está en racha, que está en la “zona”, en esa zona donde todo le sale bien sin costar
demasiado esfuerzo.
Gallwey escribió cómo se siente el jugador cuando está en la “zona”:
“Está plenamente consciente pero no está pensando, ni tampoco está intentando esforzarse
demasiado. Un jugador en este estado sabe dónde quiere poner la pelota, pero no se esfuerza en
colocarla allí. Esto es algo que simplemente ocurre –y muchas veces con más precisión de la que
hubiese esperado-. Este jugador parece inmerso en un flujo de energía que le proporciona más
poder y precisión. La racha continúa hasta que el jugador se pone a pensar sobre ella e intenta
mantenerla. Apenas intenta ejercer el control, lo pierde”. (Gallwey, 2006:16).
4.- BIBLIOGRAFÍA
• Gallwey, T. (2006). El Juego Interior del Tenis. Editorial Sirio: Barcelona.
• Gutiérrez, D y Scheele, S. (2009). “Anatomía del Coaching Deportivo” en Conde, M. Fútbol.
Camino al éxito III. Editorial Supérate: Pontevedra.
• Gutiérrez, D. (2011). “Coaching deportivo para entrenadores de fútbol (Primera parte)”. Revista
electrónica Fútbol-Táctico, nº 47, pp.55-63.
• Gutiérrez, D. (2012). “Los 5 enemigos de la mente de un jugador de fútbol profesional”. Revista
electrónica Fútbol-Táctico, nº 59, pp.144-149.
• Jackson. S. y Csikszentmihalyi, M. (2002). Fluir en el Deporte. Editorial Paidotribo: Barcelona.
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