Está en la página 1de 9

III UNIDAD

DESARROLLO ORGÁNICO PSICOMOTOR

3.1PSICOLOGÍA DEL DEPORTISTA.


3.1.1 - La autoestima del deportista
Existen diversas formas de manifestación de la ansiedad que conocemos en la
actualidad. Distintos grados, ansiedad, angustia, TOC (Trastorno Obsesivo
Compulsivo), TEPT (Trastorno de Estrés Post Traumático)…varias. Pero en el fondo
todas tienen un nexo común que es la capacidad que generan en nuestro ser
para paralizarnos y evitarnos conseguir los objetivos propuestos por nosotros mismos
en nuestra vida. Simplemente, poder afrontar nuestro día a día.
 
 En el deporte,
este punto sucede con una frecuencia ENORME. A pesar de las campanillas que
puedan llegar a nuestros sentidos a través de los medios de comunicación, y la
fastuosidad de algunos deportes, lo cierto es que una gran mayoría de deportistas se
queda en el camino, y otros incluso que se dedican a esta actividad la sufren día tras
día, acostumbrándose a esta sensación y acabando por abandonar su actividad
deportiva.
Un ejemplo claro: ¿Cuántos de vosotros a una edad temprana se os pasado por la
cabeza dedicaros a los que más os gustaba en ese momento? ¿Era el deporte que
practicabais de pequeños, el que os divertía con vuestros amigos de siempre?
¿Os dedicáis a ello en la actualidad?
Si la respuesta a la última pregunta ha sido un SÍ, mi más cordial ENHORABUENA,
pero lo cierto es que NO suele ser así.
 
En muchos casos nos encontramos con deportistas profesionales que tras un trabajo
enorme consiguen alcanzar la cima, el olimpo de los deportistas, y tras un tiempo, de
repente caen estrepitosamente sin entender muy bien las razones que llevan a ello.
 
Bien, esto tiene que ver con la incapacidad que se tiene en ese momento para
poder controlar, su ANSIEDAD, su ANGUSTIA, el MIEDO paralizante que provoca el
hecho de no saber si van a poder mantener su posición actual después de tanto
esfuerzo.
 
Esta situación les lleva a abandonar su foco de trabajo a perder su objetivo, para
pararse a pensar. Y esto definitivamente afecta de manera negativa a su rendimiento
deportivo.
Tim Gallwey en su libro The Inner Game of Tennis (El juego interior del tenis) ya lo
reflejó. Cuando de los dos yoes que existen, el Yo número 1 que es la parte del
cerebro que se encarga de dar órdenes, domina por completo al Yo número 2 que es
el que sabe perfectamente y de un modo natural qué es lo que tiene que hacer.
 

 
En ese momento nos encontramos con circunstancias como que un goleador de
primera división es incapaz de marcar un gol, incluso en las oportunidades más claras.
Véase como ejemplo David Villa,
delantero centro de la Selección Nacional, donde estuvo bastantes partidos sin marcar
un gol. La presión mediática se preguntaba de manera constante por esta situación,
que no provocaba otra cosa que agravar la misma, porque el jugador lo único que
hacía era cuestionarse a sí mismo cómo una faceta natural del juego que ya acabaría,
centrándose en lo que él sabía hacer, podría solucionarse sin aparente problema.
 
De la misma forma un jugador de baloncesto.
La famosa racha del tirador exterior que llaman. Depende exclusivamente de
su confianza. Cuando el jugador tiene la confianza de que va a anotar, en este deporte
los jugadores lo llaman “estar on fire” o “tener la muñeca caliente” coincide
plenamente con un estado de exaltación de la confianza que provoca que todo fluya
con naturalidad. Los entrenadores no gritan, no se producen órdenes a cada
microsegundo, y el deportista puede hacer su trabajo con una sonrisa y sin ninguna
presión encima, más allá de la del propio juego.

Llegar a un punto de conciliación de extremos, mental y físico provoca,


que lo que tu cerebro ya sabe, tu cuerpo lo ejecute.
 
Si por un momento el yo número 1 se apodera de ti diciendo cómo debes mejorar
aspectos técnicos para no fallar, ante el primer tiro que realizas que es fallido, tu
ansiedad por anotar, aparecerá, tus músculos se tensaran, tus preguntas afloraran, y
las cosas no saldrán llevando el grito a los entrenadores de nuevo, y tu cuerpo al
banquillo. Un ejemplo de confianza es la final de la NBA del último anillo de Michael
Jordan, jugándose el último tiro de la serie para ganar la final. Jugó el partido enfermo
y con fiebre.
Aparte de tratarse de un jugador excepcional, hablamos de la confianza de alguien
para hacer lo que de por si ya sabe que domina perfectamente, y el resultado? El
dicho con anterioridad.
 
También en este punto entra en juego la confianza que se genera en los demás para
buscarte en esa situación incluso sabiendo que físicamente puede que no sea tu
mejor momento. Y también el concepto que sus rivales tienen de él generando en los
mismos una determinada actitud.

¿Qué motiva todo este juego de reacciones? La CONFIANZA.

 Y por tanto la eliminación de cualquier concepto de ansiedad por la obtención de un


resultado.
 
Una curiosidad,
a Michael Jordan le descartaron para jugar al baloncesto en sus etapas estudiantiles.
Que gran ojo eh? Lejos de venirse abajo y de dejarse llevar por la ANSIEDAD o la
DEPRESION, decidió que creía en sus posibilidades y que trabajaría más para poder
conseguir su objetivo.
 
Un último ejemplo, aunque podríamos poner infinitos, lo encontramos en el tenis. No
voy a reflejar a Rafael Nadal, de quien todos conocemos su extraordinaria fuerza
mental, clave de su éxito.
Vamos a hablar de Novak Djokovic.
Era un gran jugador, una técnica que mejoraba día a día, joven, con un físico para
aguantar partidos maratonianos, pero ¿cuál era el problema la mayor parte de las
veces? Que su cabeza le jugaba malas pasadas en los puntos clave. No tenía
confianza en sí mismo, y en su juego. Se cuestionaba en voz alta, se hablaba mal así
mismo cuando fallaba un punto, no era capaz de ver más allá de ese error, y entraba
en una espiral de negatividad que le generaba una ANSIEDAD, que no gestionaba
con claridad.
Tras su trabajo en este punto, la fortaleza mental la asunción de determinadas
cuestiones y la armonía consigo mismo, ¿el resultado? NUMERO 1 ranking ATP.
 
Esto son ejemplos de deportistas profesionales muy visibles, pero cómo he dicho
anteriormente, no son los únicos hay más, y sobre todo, muchos de los jóvenes que
ahora mismo practican deporte se verán influidos por esta situación que les maniatará
llevándoles definitivamente al abandono de su practica habitual, haciendo perder el
foco del objetivo.
Cómo te hablas, cómo te hablan, cómo gestionas determinadas cuestiones externas
sobre tu persona, el autoconocimiento, la confianza en sí mismos, y sobre todo
cuestiones claras como saber diferenciar entre lo que deseo y lo que quiero son muy
importantes para no caer en esta patología invalidante.
 
Lo que deseas, si se convierte en una cuestión de carácter vital, no se puede controlar
con las acciones propias, por tanto si no consigue, probablemente devenga en
frustración. Mientras que lo que se quiere, es un objetivo que implica un cúmulo
de acciones o procesos encaminados a la consecución de ese objetivo, que de no
conseguirse ofrece un mensaje de solución en alguna parte del proceso hasta
encontrar la misma y conseguir el objetivo.
 
3.1.2.- El asertividad del deportista.
ASERTIVIDAD:
 Expresar los sentimientos directamente, positivos y negativos de manera eficaz,
sin humillar al otro ni crear vacilación por los sentimientos expresados.
 Escucha activa.
 Establecer control de las emociones.
 Empatizar, reconociendo las emociones y trasmitirlas, lo que es nuestro y lo que
de otro.
 Evaluar, conocer y defender los derechos personales.
 Examen del reconocimiento y discriminación de: Cuándo, Dónde, Cómo, Por
qué emitir una respuesta asertiva. Conscientizando las ocasiones en que la
expresión personal es importante y adecuada, estimando que la manifestación
individual es exponente del conjunto de las relaciones sociales.
    La asertividad es una característica de la personalidad promotora de autoestima
saludable, y contribuye de manera apreciable al desarrollo de relaciones
interpersonales facilitadoras de crecimiento personal y satisfacción emocional en los
individuos. (Zaldivar 2006:1)
    Los elementos componentes de la personalidad que están relacionados con la
aserción, parten de la posición de que su estructura no puede ser descompuesta en
elementos aislados o reducidos al temperamento, la esfera afectiva volitiva,
cognoscitiva instrumental, es necesario verla en sus unidades integrales complejas;
separadas sólo didácticamente para su estudio.
    Las unidades integrales que conforman la estructura de la personalidad son sus
formaciones psicológicas (generales, particulares). ”Llamamos unidades integrales
complejas, un producto del análisis que contrariamente al de los elementos, conserva
todas las propiedades básicas del total y no pueden ser divididas sin perderlas.”
(Vigostki, citado por colectivo de autores)
    Los elementos de la personalidad que están relacionados con la aserción, y que se
ilustran a continuación, parten de la posición anteriormente descrita por esta autora,
porque el afecto y la cognición aunque distintas son inseparables.

    La autoestima es la columna vertebral de la asertividad,...”puede ser


conceptualizada como la valoración que tenemos de nuestra persona, el valor que nos
asignamos; se relaciona con qué tanto nos aceptamos, con el grado de satisfacción
con lo que somos, hacemos, pensamos y sentimos, (Zaldivar 2006: 1) es la
integración de la autoconfianza y el autorrespeto.
    La autoconfianza es conciencia en la evaluación de la eficacia de nuestras acciones
en el manejo de las tareas en nuestras circunstancias y realidades. En cambio el
autorrespeto es la sensación de valor personal, la capacidad de disfrutar de los
recursos de nuestros esfuerzos… La autoestima es la experiencia personal de
sentirse apropiado para la vida y las exigencias y retos que ella representa.
Disposición de vivir de acuerdo a mis posibilidades de crecimiento y desarrollo. (Gíl
Adí, 2001: 110).
    La manera en que un sujeto expresa su asertividad, nos permite inferir como anda
su autoestima. Los sujetos con autoestima adecuada muestran respeto y
consideración para su persona y se valoran positivamente, mientras que los sujetos
con autoestima baja e inadecuada muestran dificultades para expresar su asertividad
y pueden comportarse de manera agresiva o pasiva, al tratarse a sí mismos con
dureza, con exigencias desmedidas y una desvalorización general de su persona y de
todo lo que hacen (Zaldivar 2006: 2). Afín con este autor, la estimulación de las tres
áreas principales: el sentimiento de identidad personal, sentido de pertenencia y el
sentimiento de autoeficacia, nos posibilita mostrar una asertividad adecuada y una
autoestima saludable.
    Estimular el sentimiento de identidad personal implica profundizar en el
conocimiento de sí mismo, aceptarnos como seres únicos e irrepetibles que somos;
aprender a reconocer y valorar positivamente nuestras cualidades personales
positivas, y ocuparnos del mejoramiento de nuestros puntos “anémicos”.
    El yo, sí mismo o autovaloración, se construye como imagen que tenemos los seres
humanos de nuestra persona a lo largo de la vida, de los eventos y circunstancias
concurrentes, de nuestro entorno sociocultural. La representación del sujeto sobre su
propia persona, es una incuestionable realidad psicológica, la cual ha sido estudiada
por diferentes teóricos y escuelas psicológicas (William James, Sigmund Freud, E.
Erikson, J. Nuttin, McDougall, H. Maslow, Carl Rogers, Gordon W. Allport, L. I.
Bozhovich, F. González, Pilar Rico, A. Amador).
    Relevante son los trabajo del psicólogo humanista Gordón W. Allport donde
encontramos un análisis detallado de la formación del sentido de sí mismo y de sus
componentes: corporal, identidad, autoestima, imagen extensión y esfuerzo orientado.
Este autor elige la expresión de propium para significar la integración de dichos
elementos al sistema de la personalidad, como un hito principal de desarrollo. “Si
nuestro trabajo, nuestros estudios y aficiones no entran en la esfera del propium, no
podemos decir que somos personalidades maduras…” (Allport, 1965: 340).
    Las reflexiones de Carl Rogers acerca de la importancia del self (sí mismo), para el
correcto desarrollo personal son de lectura beneficiosas para la ciencia
fundamentalmente en la psicoterapia. Este proceso permitirá al individuo convertirse
en persona que funcionará de manera eficaz e integrada, original y expansiva,
confiada en sus potencialidades y capaz de aceptar mejor a los demás. (Rogers,
1989). De ahí la importancia de esta formación psicológica en la autorregulación y
regulación del comportamiento por ende componente esencial de la aserción.
    Por otro lado, seguidores de la Psicología de orientación marxista, destacan la
célula que distingue a la personalidad como nivel regulador de la subjetividad humana,
a la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, “lo cual permite el estudio de lo psíquico
regulador y su funcionamiento en el contexto de la personalidad del sujeto concreto o
sea con un carácter personológico” (Mitjáns, 1995). Concebir el entrenamiento
asertivo considerando los aportes de este enfoque nos invita a una integración
valorativa; aspecto que a nuestro modo de ver resulta un encuadre más holístico para
la explicación de un fenómeno de la complejidad de la aserción.
    El elemento actitudinal de la asertividad en la personalidad, parte de la
consideración de que la actitud como disposición, al unirse a otros factores que
también se integran al comportamiento, puede provocar acciones, conductas que no
están necesariamente en correspondencia con la disposición actitudinal, es decir esta
relación no es lineal, pues las actitudes no pueden predecir el comportamiento de los
sujetos en todas las situaciones, ya que esta es multifactorial, ejemplo de esto es el
hecho de tener una aceptación de la información acerca de la aserción que por
estereotipos, evaluación de las consecuencias que implicarían para las personas,
manifiestan determinados comportamientos, su creencia personal de lo que debería
hacer en una situación concretas, vivencias, o su opinión acerca del comportamiento
esperado en el grupo de referencia
    Juzgar la asertividad como actitud personalizada del sujeto pone la atención en los
componentes estructurales de la actitud.
    Lo expresado hasta aquí, no niega la importancia que reviste la movilidad del
sistema nerviosos y el tipo predominante del temperamento en los individuos, que por
sus manifestaciones psíquicas son más o menos favorecedoras para el autocontrol en
un estilo de actuación asertiva de la personalidad en situación comunicativa. “Las
Particularidades psicológicas individuales que caracterizan la dinámica de la actividad
psíquica del hombre y permanecen relativamente constantes frente a diferentes
contenidos, motivos y fines de la actividad.”.Pueden ser educadas, a través de
fomentar el desarrollo de rasgos adecuados del carácter; educando el carácter se
atenúa particularidades negativas del temperamento y se desarrolla la personalidad;
esta idea rompe con teorías reduccionistas y biologicistas.
    El deporte es un medio por excelencia para el logro de lo anterior. ”Así la
agresividad que puede sentir una persona con predominio temperamental del
desequilibrio por excitación, puede ser controlada si esta ha sido educada con un
sistema de valores éticos que le indiquen una conducta motivada consciente, lo cual
induce a que afloren cualidades positivas, como la resistencia al estrés, el autocontrol,
la paciencia, necesarios para contrarrestar la violencia que se pudiera generar”
(Fuentes Parra, 2006: 39).
    En la asertividad se expresa la personalidad del sujeto, en situación de
comunicación, se sostiene de todos sus elementos como sistema, a la vez que influye
sobre ellos, es decir, la personalidad se vigoriza con la aserción, al brindarle
mecanismo de autodesarrollo, permitiendo desplegar el potencial psicológico:
autoestima. Autorrespeto, autocontrol. A su vez el grado de desarrollo de estos
procesos pueden ser favorecedores o inhibidores de la expresión asertiva, para evitar
que la angustia interfiera en lo racional (afecto-cognición) es decir culturizar nuestros
instintos.
    La trilogía escuela, familia, comunidad serán facilitadores o bloqueadores de una
personalidad segura, autoafirmativa, capaces de crear para él y los demás un espacio
de interacción desarrollador. La importancia de su formación desde las edades más
tempranas, a partir de las influencias socioculturales es una posición idónea hacia el
aprendizaje de esta herramienta para la vida.; las cuales deben ser fomentadas como
recursos personalizados, cualidades, que ofrecen al individuo armas para enfrentar los
tiempos que le corresponde vivir con mayor éxito intra e interpersonal.
    No obstante a lo anterior, la ciencia reconoce, que el hecho que haya transcurrido el
período sensitivo que a decir de Vigotski, provoca la mayor asimilación por los
individuos de la influencia de la educación, ello no significa que las personas no
puedan aprender en otras etapas de la vida, las investigaciones realizadas así lo
corroboran, debemos trabajar en descubrir y fomentar las potencialidades de
desarrollo que existe en cada individuo, así como las vías para intentarlo.
    Entender la asertividad como una actuación en situación de comunicación, como
proceso y resultado de la influencia e interrelación de múltiples aspectos, nos hacen
pensar en dos dimensiones, condicionantes inseparables en la formación y el
funcionamiento de la personalidad: Psicológico- Personal: factores actitudinales,
rasgos de la personalidad, recursos personológicos. Psicosocial- Ambiental: Macro
entorno y microentorno.

    Cuando se buscan métodos para elevar el desarrollo de la inteligencia del ser
humano, formar y perfeccionar habilidades que orienten en el individuo determinados
sentimientos, cambio de actitud, autoestima sana que les provoque ser mejores seres
humanos, para la profesión y la vida; el deporte y la aserción constituyen fuentes
inagotables como vías nutricias para una personalidad robusta.
3.1.3.- La agresividad del deportista. La violencia en el fútbol
Se reconoce, que tanto la agresividad hostil como la instrumental conllevan la
intención de infligir daño o lesión, aunque la mayoría de lesiones deportivas son
instrumentales ellos nos la hacen más aceptable, a pesar de que los profesionales de
la ciencia del deporte y el ejercicio físico poseen una filosofía, aún en estudio,
respecto a lo que es conducta agresiva instrumental aceptable y otra no aceptable,
independientemente que algunos entrenadores y deportistas piensan que la
agresividad, potencia el rendimiento deportivo, en el nivel tanto individual como de
equipo.
    Una de las cuestiones principales, es que en este aspecto (agresividad) de la
conducta deportiva de un sujeto, sea consciente e inconsciente. Si el deportista tiene
conciencia de lo que quiere y de lo que está permitido, su comportamiento puede ser
altamente competitivo, al tiempo que noble y respetuoso, mientras que si no tiene
conciencia de los elementos que se ponen en juego al competir, de cómo se dispara
su ansiedad, como aparece el miedo, cuando teme al fracaso, etc., aparecen
conductas hostiles y violentas en número y formas variadas: rivalidad con los
compañeros y oponentes, omnipotencia, grandiosidad, no cooperación, instigación y
descontento, incapacidad de disfrute y satisfacción.
    La relación entre agresión y rendimiento es compleja, y ha habido muchas cosas en
que los actos agresivos han merecido la pena, si nos atenemos al resultado. En
consecuencia con esto, psicólogos del deporte coinciden con Widmeyer (1984) en que
la agresión facilita los resultados en cuanto a rendimiento mientras que otros creen
que no (Gill, 1986).
    Teniendo en cuenta los elementos antes expuestos con relación a la tan
polemizada ventaja competitiva de la agresividad tanto en deportes individuales como
colectivos, nos dimos a la tarea de estudiar éste comportamiento en atletas femeninas
del deporte baloncesto, siendo el propósito: el estudio del comportamiento de los
actos de agresión y agresividad en que incurrieron durante la lucha deportiva, las
atletas juveniles del equipo de baloncesto de Santiago de Cuba.

ACTIVIDAD
1.-¿Cómo influye el ejercicio en el autoestima?
2.-¿Qué papel tiene la educación física para elevar la autoestima?
3.-¿Cómo mejorar la autoestima?

También podría gustarte