5+1 Falsos mitos sobre el
rendimiento psicológico
en el deporte (1ª parte)
En las numerosas oportunidades que hemos
compartido con entrenadores (conversaciones,
asesorías, clases o talleres), hemos identificado
distintas creencias acerca de las capacidades
psicológicas y sociales vinculadas con el deporte.
Estas ideas son “mitos” que se crean y se
comparten hasta el punto de volverse realidades
apoyadas en la experiencia de años en los
banquillos.
Si bien es cierto que la experiencia es fundamental
en cualquier proceso de aprendizaje, esta
no siempre garantiza que dicho proceso se
desarrolle de forma correcta.
Hay entrenadores que exigen mejora a los
futbolistas pero no a ellos mismos”.
Se pueden aprender hábitos inadecuados y
mantenerlos, hacerlo a un ritmo más lento
o simplemente dejar de aprender cuando la
motivación decrece o el ego lo impide.
Con la poca autoexigencia sufren los jugadores,
los clubes, las aficiones y el entrenador frustrado
siguiendo fiel a sus ideas.
La sociedad y el fútbol reclaman resultados,
y llevados por la inmediatez, la necesidad de
ser prácticos o por cualquier otro motivo, hay
entrenadores que se enfocan exclusivamente
en la aplicación de sus conocimientos y dejan
Autor: Santiago Rivera
Fotos: Shutterstock.com de “reciclarse”.
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Está bien poner en práctica las capacidades
pero creer que éstas son más que suficientes
será siempre un fallo.
Tarde o temprano cualquier situación de
entrenamiento o partido les van a demandar
un nuevo conocimiento o habilidad de la que
carecerán, y dependiendo de sus capacidades
resolverán la situación con mayor o menor
maestría.
Para mejorar el proceso de aprendizaje del
futbolista, y por consiguiente su rendimiento, es
necesario comprender las diferentes variables
mentales que intervienen durante la práctica del
deporte.
“Un entrenador no es psicólogo pero debe
saber de comportamiento humano, y para
preparar mejor a los futbolistas esto es
clave" (Rivera, 2012).
La mejora primero supone conocer qué se
desea trabajar y después comprender su
funcionamiento.
Este artículo busca explicar algunos conceptos
y ofrecer propuestas para enfocar de manera
diferente ciertas creencias que pueden limitar el
rendimiento del entrenador.
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Los siguientes son 5 de los “mitos” o creencias Por su parte, la activación es “una característica
más comunes en los entrenadores, incluyendo del sistema nervioso central, que varía a lo
uno de carácter general y no sólo psicológico: largo de un continuo que va desde el sueño
profundo hasta la excitación intensa”, según
1. Demasiada motivación es mala Gould y Krane (1992).
2. No hay que ponerse nervioso
3. ¡Concéntrate! (Y esperar que así sea) Por lo tanto, la motivación no puede nunca ser
4. El líder nace, no se hace perjudicial ni haber un exceso de la misma.
5. El fútbol no ha sido justo Además, cuanto más se esfuerce y persista un
* En el fútbol todo está inventado deportista en hacer un buen entrenamiento o
partido mucho mejor.
Los dos primeros se desarrollarán en este
artículo y los siguientes en la 2ª parte del artículo El fallo en este “mito” radica en que se desconoce
en la próxima edición (Nº 60). el concepto de activación, o la vaga idea que se
tenga del mismo se confunde con el de ansiedad,
Todos ellos los vamos a analizar en este orden siendo éstas dos variables psicológicas distintas.
de ideas:
a. ¿Cuándo se observa? 1. DEMASIADA La ansiedad es un “estado emocional negativo
que incluye sensaciones de nerviosismo,
b.
c.
¿Por qué sucede?
¿Qué problemas conlleva?
MOTIVACIÓN ES preocupación y aprensión, relacionadas
d. ¿Cómo superarlo? MALA con la activación o el arousal del organismo
(persona); que tiene un componente de
A. ¿Cuándo se observa? pensamiento, es decir de ansiedad cognitiva,
y uno somático, referente a la activación
física percibida" (Weinberg y Gould, 1996).
- En la preparación de un partido difícil
Este estado se presenta como una consecuencia
hay entrenadores que prefieren no motivar
de la percepción inadecuada de una situación,
mucho porque temen sumar más presión de la
normalmente de presión. La obligación de acertar
necesaria al equipo.
o la valoración de otros sobre el rendimiento
- Cuando un futbolista se nota muy inquieto generan ansiedad competitiva y esta se puede
o “revolucionado” se cree que está demasiado ver expresada en una “activación excesiva
motivado. que afecta negativamente al rendimiento del
deportista” (Hardy, Jones y Gould. 1996).
B. ¿Por qué sucede?
De esta forma, cuando se observe que un
En este caso se están confundiendo dos futbolista está más activo o tenso de lo normal,
conceptos diferentes pero complementarios: puede ser que se encuentre ansioso y con un
motivación y activación. nivel de activación por encima del adecuado
para alcanzar un rendimiento óptimo. Si esto
no está claro, es decir, si se desconocen
La motivación en el deporte se define como “el proceso complejo que determina la dirección
las circunstancias y los indicadores de la
e intensidad de un esfuerzo, la persistencia en el objetivo, la continuidad en la realización
comunicación no verbal bajo los cuales el
de la tarea y el resultado” (Weinberg y Gould, 1996). futbolista rinde mejor, el entrenador podrá pensar
que está “demasiado motivado”.
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MARZO Psicología © Artículo publicado en www.futbol-tactico.com Psicología MARZO
 Por su parte, el deportista con niveles adecuados
de motivación puede esforzarse por mejorar
el control o el ajuste del nivel de activación de
acuerdo a un plan de entrenamiento que incluya
este objetivo.
C. ¿Qué problemas conlleva este
“mito”?
- Si se cree que la motivación puede llegara
a ser perjudicial, es probable que se utilicen
de forma inadecuada los diferentes recursos
con que cuenta un entrenador para motivar a
los futbolistas (feedback, refuerzos, castigos,
implicación cognitiva, charlas, establecimiento
de objetivos, consideración individual, etc.)
- Creer que la ansiedad es siempre
negativa. A pesar de que se interprete como una
sensación desagradable, muchos futbolistas
con buen rendimiento hablan del “gusanillo” que
sienten antes de salir al terreno de juego, pero
que una vez comienza el partido esta sensación
desaparece.
Incluso se suele disfrutar este momento.
“Para motivar el contenido y la forma del mensaje del entrenador
debe ser como un traje hecho a la medida de cada deportista”
Así, tener un poco de nervios antes de competir
avisan de la cercanía de un evento importante
(partido) y del inminente peligro (rival al que
superar), por ejemplo.
Todo ello sirve como una señal que indica la
necesidad de prepararse para competir.
- El desconocimiento de la variable
activación y, por ende, del entrenamiento
necesario para que tanto el entrenador como los
futbolistas aprendan a controlarla.
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D. ¿Cómo superarlo?
- Motivar con sentido: Se sabe que el fútbol
2+2 no son 4, por lo que no se puede motivar a
todos los futbolistas con los mismos estímulos
o de la misma forma. Cada persona es distinta
y cada futbolista tiene el “interruptor de la
motivación” en un sitio particular. Conocer sus
necesidades, habilidades e intereses es clave.
Uno necesita una corrección en público y otro
en privado, por ejemplo. De este modo es más
fácil utilizar con eficiencia los distintos recursos
del entrenador.
- Enseñar a controlar la activación:
Encontrar el punto óptimo de activación se
entiende como el proceso de “puesta a punto”
tanto física como mental, donde se reúnen las
vsensaciones ideales para rendir al máximo
nivel. Es un estado particular para cada
futbolista, el cual debe primero identificar y, en
segundo término, desarrollar los medios para
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conseguirlo. En ocasiones deberá amentar la
activación (ante la pasividad) y en ocasiones
reducirla (si se está ansioso). Esto se consigue
utilizando distintas técnicas que se abordarán en
artículos futuros.
2. NO HAY QUE
PONERSE NERVIOSO
A. ¿Cuándo se observa?
Esta es una afirmación recurrente en dos tipos
de entrenadores:
- Aquellos que fueron jugadores de élite y
experimentaron poca ansiedad competitiva.
- Los que creen que motivar es suficiente
para mentalizar a los deportistas.
En ambos casos se reconoce que en el equipo
puede haber nerviosismo y el recurso consiste
en pedir que desaparezca.
B. ¿Por qué sucede?
Normalmente si un jugador llegó a la élite fue
porque supo controlar muy bien sus nervios y
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como entrenador considera que aquello que a
él se le daba bien debería también funcionar
para su equipo. Como ante los retos se venía
arriba y en vez de sentir ansiedad competitiva,
espera que los jugadores reaccionen igual. Y
esta situación no siempre ocurre.
Por otro lado, hay entrenadores que consideran
que el rendimiento mental es principalmente una
cuestión de motivación y no tienen en cuenta
otros aspectos importantes. Preparar a su equipo
para el partido es sinónimo de acelerar a fondo,
y esto resulta insuficiente porque no enseñan a
“frenar en las curvas”.
Un buen ejemplo de autocontrol emocional es
Rafa Nadal, quién reconoce con frecuencia
que se pone nervioso en ciertos momentos
de tensión durante los partidos, e incluso, lo
considera como algo normal.
Lo importante de ello no sólo es que hace frente
a sus temores, sino que pone en práctica los
mecanismos necesarios para tirarse a la piscina
y no ahogarse.
De nuevo la motivación no lo es todo, él es
capaz de controlar su diálogo interior, se felicita
ante aciertos, se anima en los fallos, es fiel a su
rutina, se esfuerza por controlar lo controlable…
C. ¿Qué problemas conlleva este
“mito”?
- Cuando sólo se pide acabar con los
nervios y no se enseña cómo afrontarlos o la
manera de lograrlo, lo más probable es que no
se alcance el rendimiento esperado.
- El futbolista talentoso pero poco fuerte
en el aspecto mental va a encontrar grandes
dificultades para demostrar en competición sus
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habilidades, siendo que esa dificultad se puede
entrenar y mejorar.
- Decir que no hay por qué sentir nervios se
ajusta poco a la realidad de algunas situaciones
y a las necesidades de ciertos futbolistas. Ello
trasmite poca empatía por parte del entrenador
y esto puede amenazar su liderazgo.
D. ¿Cómo superarlo?
- Si bien no hay que recordar lo amenazante
que pueda ser una situación a un jugador
“nervioso”, si hay que comprenderlo y proveerle
de los recursos que necesita para controlar esas
emociones negativas.
Debe entender que sus reacciones dependen
de él y que son controlables con técnicas de
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relajación, control del pensamiento, visualización,
enfocarse en la tarea, ser fiel a su rutina, analizar
al rival, etc.
Por su parte, el entrenador ha de orientarle en lo
que debe hacer cuando se sienta nervioso, pues
es el deportista el responsable de ello. No en
vano, el mister puede ajustar los objetivos a las
capacidades del jugador, ayudarle a identificar
los momentos de riesgo, hacer que el futbolista
no sienta que la presión recaiga sobre él, reducir
la incertidumbre dándole información y feedback,
etc.
- El entrenamiento mental requiere como
cualquier habilidad de la práctica. Por lo tanto,
los resultados en competición sólo se observan
si se aplica a diario, en los entrenamientos,
con esfuerzo y perseverancia. Sus técnicas
son eficaces, y si no funcionan, es porque
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no se aplican con maestría o con un buen
asesoramiento.
En la 2ª parte de este artículo hablaremos
de los siguientes mitos sobre el redimiendo
psicológico:
- ¡Concéntrate! (Y esperar que así sea)
- El líder nace, no se hace
- El fútbol no ha sido justo
- En el fútbol todo está inventado
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Referencias
- Dosil, J. (2008). Psicología de la Actividad
Física y del Deporte. (2 Ed.). Madrid: McGraw
Hill.
- Hardy, Jones y Gould. 1996)
Understanding psychological preparation for
sport: theory and pracrtice of elite performers,
Chichester, UK: Jhon Wiley & Sons.
- Rivera, S. (2012). Preparación mental por
posiciones de juego: Estrategias para aumentar
el rendimiento de tu equipo.
- Weinberg, R.S. & Gould, D. (1996)
Fundamentos de psicología del deporte y el
ejercicio físico. Barcelona: Ariel.
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