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Cara y sello: ¿El ingreso a las

universidades debería estar exento de


examen de admisión?
Ingreso libre: el falso logro, por Juan Antonio Trelles
“Un ingreso indiscriminado y libre no será sostenible ni financiera ni
académicamente”.
El actual debate respecto a la agenda educativa pendiente ha incorporado el
ingreso libre a las universidades públicas como una medida que parece
intentar equidad y universalidad en el acceso. A partir de este punto –sin
argumentos claros– se establece una posición sobre la base de la legítima
aspiración de los jóvenes, sin evaluar la pertinencia o utilidad
del examen en el proceso de formación universitaria. En las siguientes
líneas trataré de sintetizar los principales argumentos que avalan la
importancia y necesidad de estos exámenes en general y, en específico, en
la universidad pública, cuando me refiera a ella.
Empecemos por preguntarnos ¿por qué es importante evaluar antes de
ingresar a la universidad? En primer lugar, porque resulta vital identificar
en el postulante las competencias y conocimientos previos que necesitará
en función al perfil de egreso de cada carrera en cada universidad. Esta
medida es una variable que tiene alta incidencia en la permanencia y el
éxito del estudiante para llegar a ser profesional.

En segundo lugar, y específicamente en casos como el del sistema


educativo peruano, el examen de ingreso proporciona, a través de sus
resultados, indicadores respecto a la mejora o deterioro del aprendizaje en
la educación básica. Esto permite no solo la identificación de brechas en
ese proceso, sino en el cambio de los contenidos a evaluar en cada ingreso
y, por supuesto, la adecuación de los programas de estudios, especialmente
en los Estudios Generales, para revertir las diferencias y nivelar
estudiantes, compensando las debilidades de nuestro sistema educativo.
En línea con lo anterior, un examen de ingreso se hace necesario porque las
universidades no tienen la garantía de que el sistema educativo, en su nivel
básico, haya alcanzado efectivamente los logros de aprendizaje necesarios
en cada estudiante para incorporarse a la formación superior. De este modo,
una educación básica dispar y heterogénea, en función al cumplimiento de
resultados y con escasos criterios e indicadores de calidad estandarizados,
abona aún más en la necesidad de mantener el examen.
Los esfuerzos por dejar de lado los procesos de admisión particulares en
cada universidad a cambio de un único y gran examen nacional de salida de
educación básica o entrada a educación superior han fracasado. En ese
contexto, no hay una herramienta de política educativa que sea pertinente
para el reemplazo de lo que hoy propone nuestro sistema universitario.

Ahora bien, respecto a las universidades públicas, habría que añadir que un
ingreso indiscriminado y libre no será sostenible ni financiera ni
académicamente, pues cada vacante cuesta y las Condiciones Básicas de
Calidad que exige el licenciamiento harían imposible la inmediata
aplicación de esta medida si se ve sobrepasada la actual capacidad de
estudiantes en el sistema público.

La educación como derecho y no privilegio, por Luciana Reátegui


“Restringir el ingreso no se traduce necesariamente en una mayor
calidad educativa”.
El candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, propone autorizar el ingreso
libre a las universidades. Si bien la implementación del ingreso irrestricto –
libre o automático– en la educación superior no es un tema nuevo y
tampoco debería sorprender que aparezca como una propuesta electoral,
esta idea ha resonado de forma altisonante en ciertos sectores de la
población.
El debate sobre el ingreso irrestricto a la universidad se sitúa en un clásico
antagonismo educativo entre equidad o calidad, o entre la educación como
derecho o la educación como privilegio. Las miradas a favor de los
exámenes de admisión argumentan que los procesos de selección
promueven la excelencia académica y premian el mérito estudiantil. Bajo
esta lógica, se asume que los estudiantes enfrentan el examen de admisión
en igualdad de condiciones y que, fruto del esfuerzo individual, logran
acceder a la universidad.

Esta premisa, sin embargo, no es del todo cierta. No es novedad que en el


Perú y la región los jóvenes de capas sociales desfavorecidas enfrentan
mayores barreras para el acceso y éxito académico, lo cual se manifiesta en
la subrepresentación de estos estudiantes en el sistema universitario. En
Perú, de acuerdo con un informe de Senaju publicado en 2019, el nivel
universitario es alcanzado solo por el 9% de jóvenes en situación de
pobreza y por el 7% de jóvenes residentes de zonas rurales.

Como señalan distintas investigaciones, los estudiantes enfrentan desafíos y


cuentan con soportes sumamente desiguales en su tránsito hacia la
educación superior. Entre ellos, por ejemplo, la posibilidad de acceder a un
proceso de nivelación por medio de una academia preuniversitaria o contar
con espacios de estudio, libros y tiempo para la lectura en sus hogares.

Por otro lado, el Perú es un buen ejemplo de que los exámenes de ingreso
no garantizan la excelencia académica. De hecho, todas nuestras
universidades cuentan con procesos de admisión y no por ello su calidad
resulta evidente. En contraparte, la Universidad de Buenos Aires (UBA), la
cual cuenta con ingreso libre, es una de las universidades mejor
posicionadas en los rankings internacionales de la región. Es decir,
restringir el ingreso no se traduce necesariamente en una mayor calidad
educativa.

Ahora bien, en Argentina, muchas investigaciones también señalan que el


ingreso irrestricto tampoco ha supuesto una democratización del sistema
educativo superior. Muchos estudiantes, sobre todo los de las capas menos
favorecidas, terminan abandonando la universidad en el primer año. Ello,
principalmente, por las dificultades que enfrentan al adaptarse al sistema
universitario y los recursos con los que cuentan para mantener el ritmo que
demanda la universidad, el cual muchas veces se combina con trabajo
remunerado o no remunerado de cuidado; este último sobre todo para el
caso de las mujeres.

En ese sentido, si bien implementar el ingreso irrestricto a secas tampoco es


el antídoto para revertir la desigualdad, poner en agenda este tema es
necesario para pensar en cómo reestructurar un sistema educativo superior
que actualmente restringe –y excluye– el acceso a muchos jóvenes
motivados a seguir estudios superiores, y que podrían encontrar en la
universidad un espacio para ello.

OPINIÓN

Las consecuencias de un eventual ingreso


libre a las universidades en el Perú
Sin una planificación adecuada, la instauración del ingreso libre a las universidades en el Perú
provocará que disminuya la calidad de la enseñanza y aumente el índice de deserción
estudiantil .
Por Peter Yamakawa
7 de Abril de 2022

El ingreso libre a las universidades es una de las iniciativas que el


Gobierno actual busca hacer realidad. Aunque esta propuesta tiene
buenas intenciones, no asegurará un verdadero acceso de los jóvenes
a una educación de calidad si no existen objetivos claros, un plan
gradual ni los recursos necesarios. ¿Es realmente viable esta
iniciativa?

Un panorama complicado

Las universidades ya licenciadas deben prepararse antes de recibir a


la gran cantidad de alumnos que ingresarían. Según el Ministerio de
Educación, solo el 50 % de universidades públicas podrían recibir
alumnos vía ingreso libre, pero antes deben ampliar su infraestructura
y contratar nuevos docentes para atender la demanda. Si este
proceso se realiza de manera intempestiva, afectará la calidad
educativa.

A su vez, la Superintendencia Nacional de Educación Superior


Universitaria (Sunedu) todavía tiene una ardua tarea pendiente
respecto al licenciamiento de las universidades en todo el país,
así que podemos imaginarnos el problema que se originaría con
el ingreso libre a estas instituciones. Es claro que muchas
instituciones no tienen los estándares de calidad necesarios para
atender a los nuevos estudiantes.

CAPACITACIÓN DEL ALUMNADO


Otro aspecto a tomar en cuenta es la importancia del examen de
admisión para asegurar una enseñanza más efectiva. Para empezar,
debemos preguntarnos por qué en el Perú abundan las
academias preuniversitarias o por qué algunas universidades
brindan este tipo de servicios. Ello responde a que los jóvenes que
terminan su etapa escolar no están preparados para ingresar a la
universidad.

El examen de admisión forma parte de un proceso de selección que


determina si un estudiante posee las aptitudes necesarias para iniciar
su etapa universitaria. Si se pretende instaurar el ingreso libre a las
universidades, es necesario que los recién egresados de la escuela
participen en módulos de acompañamiento para asegurar de que
están listos, pero este aspecto ni siquiera se ha contemplado en la
iniciativa.

Otro aspecto a tomar en cuenta es la importancia del examen de


admisión para asegurar una enseñanza más efectiva. Para empezar,
debemos preguntarnos por qué en el Perú abundan las
academias preuniversitarias o por qué algunas universidades
brindan este tipo de servicios. Ello responde a que los jóvenes que
terminan su etapa escolar no están preparados para ingresar a la
universidad.

El examen de admisión forma parte de un proceso de selección que


determina si un estudiante posee las aptitudes necesarias para iniciar
su etapa universitaria. Si se pretende instaurar el ingreso libre a las
universidades, es necesario que los recién egresados de la escuela
participen en módulos de acompañamiento para asegurar de que
están listos, pero este aspecto ni siquiera se ha contemplado en la
iniciativa.

Ingreso libre a la universidad:


¿una esperanza?
02 Jul 2022Actualizado el 02 de Julio 2022 | 7:11 h
Camila Vera
La República
Periodista piurana

“Para Tony, la lucha por ingresar a una institución de


educación superior es tan urgente como aquella por salir
de la zona rural donde nació, al norte del país”.
Para Tony, la lucha por ingresar a una institución de educación superior es tan urgente
como aquella por salir de la zona rural donde nació, al norte del país, a siete horas de
la ciudad si no hay lluvia. Tiene 17 años, cursa el quinto de secundaria y arrastra las
insuficiencias de dos niveles académicos —2020 y 2021— caracterizados por una
dinámica virtual distinta a la de los colegios de espacios urbanos: una llamada
telefónica cada semana y por cada profesor. Esa comunicación era la pieza clave para
atender las indicaciones y resolver las fichas de trabajo que un administrativo le
alcanzaba solo si las condiciones climáticas se lo permitían.

Valía usar el celular de la madre, vecino o compañero de aula, es decir, cualquiera que
facilitara una conversación más o menos fluida y, con suerte, unos minutos de internet
para enviar una foto, la prueba de que el escueto material de estudio había nutrido un
tanto su ánimo por aprender. Con una débil red móvil y una aguda carencia
tecnológica, las clases remotas no resultaron una modalidad funcional.

Además, la falta de un horario escolar y de un establecimiento de instrucción, a vista


de sus padres, figuraba como una temporada libre para unir esfuerzos y sostener la
trastocada economía de la casa: Tony debía pastorear, reunir la caña de azúcar y
lampear los terrenos familiares. Y así, entre cuestionarios atemporales y ocupaciones
incompatibles con su edad, la ya desmesurada brecha educativa se incrementaba con
el paso de la vida pandémica.

Ahora, la aprobación de un proyecto de ley que dispone el ingreso libre


a universidades, institutos, escuelas tecnológicas y pedagógicas públicas encarna una
esperanza, una perspectiva de futuro más alentadora, una etapa de formación
académica que no cesa con el año promocional. Por eso, frente a la baja posibilidad de
asistir a un centro preuniversitario y de desarrollarse profesionalmente en su propio
pueblo, Tony espera, tal como lo hacía con las llamadas semanales, una luz verde para
desplegar el propósito que sus propias necesidades lo han llevado a formular: estudiar
arquitectura.

Ingreso libre a las universidades


Leon Trahtemberg
En el discurso del 15 de marzo del 2022 el presidente Pedro Castillo anuncio que remitirá al
congreso el proyecto de ley de ingreso libre a las universidades públicas, reiterando una promesa de
campaña que aún no se ha materializado. También la bancada de Perú Libre ha elaborado su propia
versión para la propuesta.

En nuestro país polarizado casi cualquier iniciativa del gobierno arranca con la descalificación
opositora y esta no ha sido la excepción, pero los argumentos en contra no parecen muy sólidos, si
entendemos que ese examen de admisión no tiene valor predictor alguno respecto al desempeño
universitario y profesional futuro del ingresante. Basta ver la infinidad de ingresantes que
desaprueban cursos y ciclos desde el inicio. Tampoco asume la pérdida que significa ser incapaz de
admitir a tantos postulantes que sí están calificados para el mundo universitario pero no calzan con
el entrenamiento para saber responder a ese tipo de exámenes de admisión.   

¿Por qué no abrir el ingreso a las universidades sin examen y que sea la universidad en el primer
ciclo semipresencial la que se ocupe de determinar quiénes son competentes para continuar con los
estudios superiores en esa universidad? Así se eliminarían las  discriminadoras PREs y academias y
especialmente los retrógrados exámenes de ingreso, terminando con el condicionamiento a los
colegios para que entrenen a sus alumnos en función del ingreso universitario, que es lo que los
aparta de su rol educador de adolescentes. Respetaría la identidad de la secundaria sin convertirla
en un mero filtro al servicio de la educación superior. De este modo, una vez admitidos, cada
universidad contextualizaría la evaluación de los estudiantes en función de lo que considera
relevante para que continúen en su seno con los estudios superiores. 

Pienso que valdría la pena aquilatar la propuesta no en función de quién la propone sino en relación
a la independencia de los niveles de educación secundaria y superior que respeten la razón de ser
de cada uno de ellos, sin convertir a una en la sirviente o dependiente de la otra

Ingreso libre a las universidades: ¿este


proyecto de ley beneficiará a la educación
del país?
¿Aún no tienes muy claro de qué se trata este proyecto de ley? Conoce desde
el punto de vista del presidente de la ANUPP y un exministro de Educación
todo lo que implicaría la aprobación de esta medida.

El pasado jueves 30 de junio, el Poder Ejecutivo aprobó el proyecto de ley que


dispone el ingreso libre a universidades, institutos, así como a escuelas
tecnológicas y pedagógicas públicas. Sin embargo, esta medida, la cual se
puso en agenda desde que el presidente Pedro Castillo tomó el poder, siempre
ha generado posiciones opuestas.

Cabe precisar que esta iniciativa, que será debatida la próxima semana en el
Congreso de La República, ya se aplica en otros países, como España,
República Checa, Reino Unido, Portugal, Polonia, Nueva Zelanda y Japón,
inclusive también en América Latina (Argentina). En la siguiente nota de La
República te contamos todo lo que debes saber sobre el proyecto de ley y las
disposiciones que demandaría su aprobación.

PUEDES VER: Proyecto de ley que promueve ingreso libre a universidades


públicas fue aprobado por el Gobierno
Para empezar, se sabe que el proyecto de ley pretende que este acceso
directo se aplique de manera gradual y focalizada y que beneficie a los
egresados de secundaria con un promedio alto o aquellos que estén dentro del
tercio superior. Asimismo, hay que tener en cuenta que esta posible aprobación
tendría efectos recién de manera total desde el próximo año.

Este proyecto de ley que dispone el ingreso libre a universidades, institutos. Foto La
República

En conversación con este medio, el presidente de la Asociación Nacional de


Universidades Públicas del Perú (ANUPP), Américo Guevara Pérez, señaló que
hay que comprender que realmente no es un ingreso libre, sino que el Ministerio
de Educación (Minedu) seleccionará a estudiantes de los distintos centros
educativos para ser distribuidos en alguna casa de estudios de educación
superior.

En esa línea, manifestó que se planea brindarles a los estudiantes que acceden
a este beneficio un “ciclo cero”, que funcionaría como un semestre de
nivelación, para posteriormente seguir con los estudios generales.

“Aparentemente, eso es. No sabemos exactamente cómo lo están planteando,


ya que no hemos revisado el documento, pero, por las conversaciones que
hemos sostenido con ellos, nos entregarían un grupo y nosotros lo que vamos a
hacer es darle un ciclo cero”, agregó.

PUEDES VER: ¿Hay ingreso libre a universidades en Perú este 2022?: las 7


claves para entender el proyecto de ley
Además, señaló que, en nombre del ANUPP, están dispuestos a cumplir con
todo lo dispuesto por el Ejecutivo, pero para que esta medida se desarrolle con
éxito se tiene que asignar un presupuesto adecuado, para no descuidar a las
personas que ingresen mediante el proceso tradicional.

“Nosotros, como universidades, obviamente tenemos que acatar. Sin


embargo, lo que tenemos que exigir paralelamente es el presupuesto para
cubrir todo lo que requiere atender a ese grupo, porque nosotros vamos a
seguir el examen de admisión, tal y como lo venimos llevando a cabo. Nosotros
tenemos la capacidad de poder ampliar la oferta, pero el problema es que
nosotros ya tenemos en este momento un presupuesto de subsistencia
prácticamente para lo mínimo necesario. Entonces, no podríamos atender
nuevos casos”, aclaró.

Igualdad de oportunidades
En esa línea, Daniel Alfaro, líder de Educación de Propuestas del Bicentenario,
señaló que esta medida es positiva y generaría “igualar oportunidades”. Incluso
agregó que, antes de la pandemia, el 35% de los egresados de secundaria
ingresaba a la superior y que, no obstante, durante el 2020 cayó al 20%.

“En principio, es positivo por dos razones. Una es porque el acceso de


secundaria a la superior es muy bajo; antes de la pandemia ya era muy bajo.
Entonces, teníamos que elevar el tránsito del colegio a la universidad, y sobre
todo porque en la pandemia esto también se afectó”, relató a La República.
“Ahorita el acceso libre en Perú si existe, pero solo para los privados, porque,
si tú te das cuenta, alguien que termina en tercio superior de su colegio privado
tiene ingreso a varias universidades privadas, pero ¿qué pasa con los
egresados que provienen de hogares con menores ingresos pero tienen buen
rendimiento? No tienen la oportunidad de ingresar a una universidad o
instituto”, señaló.

Y ¿qué pasa con los institutos?


El exministro de Educación refirió que “el discurso está muy enfocado en
universidades”. En ese sentido, saludó que la medida también alcance a
institutos, ya que la actual demanda laboral pide más técnicos que
universitarios.

“Es importante que le demos más espacio a los institutos para motivar que
haya un acceso mayor a ese tipo de educación, porque ahora la matrícula de la
superior ahora está más concentrada en universidades”, dijo.

Afinar detalles
Los especialistas consultados refirieron que se tiene que ser muy selectivo con
respecto a quiénes podrían acceder a este beneficio para que no exista una
“deserción temprana”.

“En países como Argentina y Uruguay, que tienen esta modalidad de ingreso se
ha visto que en los primeros años, existe una gran deserción. Eso no sería
eficiente, porque el dinero que ya gastaste en esas vacantes de uno, dos o tres
ciclos ya no se puede recuperar si es que el alumno no termina el programa”,
puntualizó Alfaro.
1. ¿Qué implica el proyecto de ley de ingreso libre a
las universidades?
El nuevo proyecto ley aprobado por el Consejo de Ministros tendría como
finalidad apoyar a los jóvenes que no acceden a la educación superior por
temas económicos o no cuentan con las posibilidades de pagar por un examen
de admisión.

Según el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez, tres de


cada 10 jóvenes son los únicos que tienen acceso a la educación superior. Ante
esta situación, se pretende modificar algunos artículos de la Ley Universitaria
para que los estudiantes de secundaria logren una vacante.

2. ¿Qué requisitos se han tomado en cuenta para el


acceso directo?
Según el proyecto de ley, esto va dirigido a los egresados de secundaria con un
promedio alto o aquellos que estén dentro del tercio superior. En declaraciones
pasadas del ministro de Educación, Rosendo Serna, para La República, se
conoció que se verificaría la logística para una inversión mayor.

Por otra parte, sería también orientado solo a la población de bajos recursos y
que no tienen los mecanismos para continuar en una universidad.

3. ¿Habrá un aumento de presupuesto para las


universidades públicas?
Sí. Bajo este nuevo proyecto de ley se tendría una mayor inversión para las
instituciones que vayan sumándose a esta nueva modalidad.

“Hay que hacer estudios con respecto a cuánto va a significar la inversión, qué
universidades son las que estén óptimas o tienen infraestructura que permita el
incremento, cuánta inversión habrá”, dijo también el titular de Educación.
ncluso la rectora actual de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos (UNMSM) mencionó que podrían dejar los exámenes de admisión en
caso aumenten el presupuesto para acoger a más alumnado.

Sin embargo, este proyecto es cuestionables por la cantidad de estudiantes que


se tendría. En una entrevista pasada en Andina, Américo Guevara Pérez,
presidente de la Asociación Nacional de Universidades Públicas del Perú
(ANUPP), precisó que muchos escolares luchan por un promedio de 200 a 300
vacantes y se enfrentan a más de 3.000 postulantes.

Esto cambia de acuerdo a las casas de estudio.

4. ¿Qué dice el proyecto de ley de ingreso libre a


universidades?
De acuerdo a la información que se tiene, el proyecto de ley pretende que
este acceso directo se dé de manera gradual y focalizada. Es decir, no será de
un solo paso y quizás demore unos años. Es decir, no se implementaría de
manera total durante el 2022.

Por el momento, no se ha publicado el proyecto que se enviaría al Congreso de


la República este jueves 30 de junio.

5. ¿Sería el adiós a los exámenes de ingreso en


Perú?
Por ahora, no se ha descartado ello. Como se conoce, este proyecto de ley se
podría implementar de manera gradual, pero no se sabe si se llegaría a aplicar
en todas las instituciones del Perú. Si bien tiene la aprobación del Ejecutivo, aún
falta que el Congreso analice esta nueva propuesta.

6. ¿Cuándo será debatido el proyecto de ingreso


libre a universidades en el Congreso?
El Consejo de Ministros enviará el proyecto para el acceso directo a las
universidades este jueves 30 de junio; sin embargo, se desconoce cuándo los
congresistas lo tendrán en cuenta para debatirlo.

“Este proyecto será trasladado al Congreso el día mañana, invocando a la


prioridad del caso. Ponemos en la agenda pública del país este derecho tan
importante para nuestros jóvenes”, agregó el titular de Turismo y Comercio
Exterior.
7. ¿Desde cuándo se viene debatiendo el ingreso
libre a universidades?
Este proyecto fue anunciado en el discurso presidencial de Pedro Castillo por
28 de julio. Durante todo el 2021 y 2022 se vino aplazando el documento sobre
el ingreso directo. Incluso viene desde la gestión de Juan Cadillo, exministro
de Educación.

Ahora, con Serna se supo que iniciaron un plan piloto en cinco o seis
universidades para ver cómo se desarrollaba la propuesta. Por otra parte,
algunos legisladores de Perú Libre también presentaron proyectos para que el
Parlamento lo debata, pero sin ningún éxito aún.

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