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Sobre táctica y estrategia

Lic. Diego Tortul

Rossi en su libro “Acompañamiento Terapéutico” 1 intenta ubicar coordenadas


sobre táctica, estrategia y política del acompañamiento terapéutico, a partir de tomar como
referencia el texto de Lacan titulado “La dirección de la cura”. En éste, Lacan permite
plantear la distinción entre táctica, estrategia y política en la dirección de la cura analítica.
Rossi a partir de este texto intentara ubicar coordenadas respecto a la táctica, estrategia y
política en el acompañamiento terapéutico.

“En primer término, la táctica se pensará en relación a estas preguntas: qué decir,
qué no decir, cuánto hablar o callar, cómo intervenir en situaciones puntuales del
acompañamiento, en el día a día.” 2

“Con esto, ambos (AT y analista) serán menos libres en su política y en su


estrategia, que en su táctica. Podrá decirse que forzamos los términos al establecer este
paralelo, pero creo que son aproximaciones para sostener una interrogación hacia la tarea
cotidiana, aclarando que partimos de ubicar al analista y al AT bajo registros de trabajos
diferentes”3

Los conceptos Tácticas y Estrategia proviene del campo militar; las palabras en sí
se derivan del griego τακτικός y strategia

El general prusiano Karl Von Clausewitz, historiador especializado en temas


bélicos y destacado profundizador del fenómeno de la guerra, va a trabajar en su tratado,

1
ROSSI, Gustavo Pablo- “Acompañamiento Terapéutico, lo cotidiano, las redes y sus interlocutores” –
Polemos, Buenos Aires, 2007.
2
Ídem pág. 90
3
ROSSI, Gustavo Pablo- “Acompañamiento Terapéutico, lo cotidiano, las redes y sus interlocutores” –
Polemos, Buenos Aires, 2007. pág. 90
titulado “de la guerra”, la idea de que antiguamente el arte de la guerra sólo contemplaba
las ramas del conocimiento en relación a las cosas materiales.
Lo destacable y novedoso que produce este pensador es que no basta con tener
recursos materiales para un combate, sino que además hay que saber usarlos. Las reflexiones
sobre los acontecimientos militares pusieron en evidencia la necesidad de contar con una
teoría que oriente y dirija.

“Surgió entonces el intento de establecer principios, reglas y hasta sistemas para


la conducción de la guerra.”4

Siempre resulta interesante tomar la etimología de las palabras para pensar su


utilización, aunque con el tiempo “táctica y estrategia” fueron abarcando diferentes campos
como la economía, el deporte, el juego, etc. Tomaré dichas palabras como conceptos y resulta
menester contar con la construcción histórica que estas han tenido.

“La dirección de la guerra equivale, por lo tanto, a la preparación y la conducción


del combate. Si éste fuera un acto único, no habría necesidad de ninguna otra subdivisión.
Pero el combate está compuesto de un número más o menos grande de actos
aislados, cada uno completo en sí mismo, que llamamos encuentros… y que forman unas
nuevas unidades. Se derivan de aquí dos actividades distintas: preparar y conducir
individualmente estos encuentros aislados, y combinarlos unos con otros para alcanzar el
objetivo de la guerra. La primera de estas actividades es llamada táctica, la segunda se
denomina estrategia.” 5 (Las negritas son mías)

Hasta aquí podemos entender estos términos de maneras escalonadas. Y uno dentro
del otro.

4
CLAUSEWITZ, Karl Von – “De La Guerra” – La editorial virtual :
http://www.laeditorialvirtual.com.ar/pages/Clausewitz/DeLaGuerra_02.htm - Consultada el 15/5/2012
5
CLAUSEWITZ, Karl von – “De La Guerra” – La editorial virtual :
http://www.laeditorialvirtual.com.ar/pages/Clausewitz/DeLaGuerra_02.htm - Consultada el 15/5/2012
La estrategia la ubicaremos en un lugar más de programación y diagramación donde
se fijen los objetivos y la táctica, tal como lo plantea Clausewitz, la ubicaremos también en
los “encuentros” que en nuestro caso lo serán entre el AT y el paciente.

“La estrategia es el uso del encuentro para alcanzar el objetivo de la guerra.... En


otras palabras, la estrategia traza el plan de la guerra y, para el propósito aludido, añade
la serie de actos que conducirán a ese propósito; es decir, traza los planes para las campañas
por separado y prepara los encuentros que serán librados en cada una de ellas. Como todas
estas son cuestiones que en gran medida sólo pueden ser determinadas sobre la base de
suposiciones, algunas de las cuales no se materializan, mientras que cierto número de
decisiones referentes a detalles no pueden ser tomadas de antemano en forma alguna, es
evidente que la estrategia debe estar presente en el campo de batalla, para concertar esos
detalles sobre el terreno y hacer las modificaciones al plan general, cosa que es en todo
momento necesaria. En consecuencia, la estrategia no puede ni por un instante dejar de
ejercer su tarea.” 6

Táctica y estrategia siempre mantienen una relación reciproca la cual permite


modificaciones a la luz de nuevos acontecimientos.
Para realizar la elaboración de una estrategia tenemos que fijar antes los objetivos.
Entendemos que pensar la inclusión de un recurso como el AT es pensar en la incorporación
de un agente de salud que se inserta en el marco de un tratamiento, por lo tanto la estrategia
estará íntimamente ligada a los objetivos que se pretendan en dicho tratamiento. La
presunción diagnóstica nos demanda pensar en distintos dispositivos y tratamientos.
Diferentes entre la psicosis y neurosis, por ejemplo.
Freud en el texto “iniciación al Tratamiento” nos advierte de la necesidad de
tomarnos un tiempo para evaluar las condiciones del caso.
Análogamente podemos ubicar las mismas advertencias en Lacan a partir de las
entrevistas preliminares donde, entre otras cosas, podamos localizar los “fenómenos
elementales” que se encuentran en la psicosis para saber con qué estructura estamos

6
Ídem.
trabajando, y en caso de una pre psicosis poder prevenir la entrada en análisis que conllevaría
a un brote.
En el texto de Freud “Sobre el psicoanálisis silvestre” vamos a encontrar que el
autor hace hincapié en la necesidad de poder hacer un diagnóstico lo más acertado posible ya
que ello determinara qué tipo de terapia desarrollar. Dependiendo de esto se formularán los
objetivos esperados y posibles en dicho tratamiento.
Un diagnostico para el psicoanálisis siempre es un tema controvertido, ya que como
afirma Joel Dor:

“no hay inferencias estables entre las causas psíquicas y los efectos sintomáticos
en la determinación de un diagnóstico.”7

Pero este autor también nos advierte que:

“Esto no quiere decir que tal articulación no esté sujeta a ciertas exigencias de
rigor. No todo es posible al capricho de las fantasías de cada cual. No todo es posible, so
pretexto de que es preciso desprenderse de la racionalidad lógica habitual. Subsiste una
guía, que es el hilo conductor que debe seguirse: el decir de aquel al que se escucha. Sólo
en el decir es localizable algo de la estructura del sujeto. Ahora bien, para establecer un
diagnóstico debemos contar con la estructura”8

Lacan en el seminario 3 precisa la estructura como coordenadas:

“La noción de estructura merece de por sí que le prestemos atención. Tal como la
hacemos jugar eficazmente en análisis, implica ciertos números de coordenadas, y la noción
misma de coordenadas forma parte de ellas. La estructura es primero un grupo de elementos
co-variante”9

7
DOR Joel – “Estructuras Clínicas y Psicoanálisis” – Amorrortu – Buenos Aires 2006 - Pág. 22
8
DOR Joel – “Estructuras Clínicas y Psicoanálisis” – Amorrortu – Buenos Aires 2006 – Pág. 22
9
LACAN Jacques – Seminario III “Las psicosis” – Paidós – Buenos Aires 1993 – Pág. 261
Rossi en su libro sobre Acompañamiento Terapéutico habla de “coordenadas del
marco en que se inserta su tarea”10, esto podemos localizarlo en el plano de la estrategia, la
cual no puede ser programada sin cierta delimitación propuesta por el psicólogo o psiquiatra
tratante del paciente.

“La modalidad en que se encuentre, su disposición y el uso de su palabra en cada


situación de AT es producto de una decisión del acompañante, la cual será orientada por
las coordenadas del marco en que se inserta su tarea, y la lectura transferencial que se
realice.
Tendrá presente aquel marco al que se remite su inclusión y esto implica a veces
debe ser muy estricto con determinadas pautas” 11 (Las negritas son mias)

Por lo tanto, siempre de acuerdo con nuestra clasificación, la táctica constituye la


enseñanza del uso de las fuerzas armadas en los encuentros (entre AT y el paciente) y la
estrategia, la del uso de los encuentros para alcanzar el objetivo de la guerra. Tareas que se
trazan con quienes dirigen el tratamiento.
Resulta imprescindible diagnosticar la situación y conformar un marco referencial
de acción del AT, ya que toda acción o intervención que el AT realice con un paciente se
introduce en una red de relaciones y referencias ya existentes en cada sujeto, de modo tal que
una nueva articulación a partir de la palabra u acción pone en acción nuevos movimientos,
generalmente mas de los que se pueden prever. Si bien, un resultado exacto de una
intervención es impredecible en sus consecuencias e ilimitada en sus actos, a veces estos
pueden ser irreversibles. Nuestra ética profesional tendría que apuntar a reducir la mala praxis
lo más que se pueda. Saber con que estructura tratamos reduce estos riesgos.
En el seminario numero 3 de Lacan 12, más precisamente en el capitulo VI “El
fenómeno psicótico y su mecanismo”, el autor nos cuenta la anécdota de intervención de un
analista.

10
ROSSI Gustavo Pablo – “Acompañamiento Terapéutico. Lo cotidiano, las redes y sus interlocutores” –
Polemos – Buenos Aires 2007 – Pág. 91
11
Ídem– Pág. 91
12
LACAN Jacques – Seminario III “Las psicosis” – Paidós – Buenos Aires 1993
El caso se trata de un paciente “habitado por la idea de que era un plagiario, y su
culpabilidad aferente”. Este personaje era un escritor que luego de escribir sentía que nada
de lo que escribía era original. El analista hace una intervención en el plano de la realidad,
busca los escritos y los compara con los de sus colegas y se los muestra como prueba
contundente de que no hay plagio. En la siguiente sesión vuelve y cuenta una “linda
historieta: saliendo de la sesión, fue a un restaurante, y saboreo su plato preferido, sesos
frescos”13. Lacan afirma que esta intervención empujo al paciente a un acting-out. Fue una
mala praxis.
Evaluar y medir el tipo de intervenciones y determinar sobre qué planos y registros
se efectúan, ayudan a reducir la mala praxis. Dependiendo de la dimensión que el efecto
tenga puede ser en mayor o menor medida perjudicial al tratamiento del paciente.
De esta manera ubicamos en dos planos diferentes la táctica y estrategia.

13
Ídem – Pág. 116 y 117

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