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Sustentante.
Roberto Antonio de aza.
Matricula.
LR-19-11234
Asignatura.
Civil v
Asesor.
Nelson candelaria
Temas.
La revocación
Sección.
LR-02.
Martes 12:pm a 200: pm
¿Qué es la revocación?
La revocación es la anulación o cancelación de un acto anterior de la Administración
Pública. La revocación cancela la eficacia jurídica de un acto o fallo.
Las revocaciones relativas a los actos administrativos son una manifestación de la
potestad que tienen las Administraciones Públicas para anular sus propios actos sin
necesidad de que la decisión sea aprobada por ningún tribunal.
Características de la revocación
Las notas esenciales de la figura de la revocación son:
Si se trata de una revocación en el derecho público, solo se pueden revocar los actos
desfavorables o de gravamen.
No se puede revocar actos que hayan sido prescritos (es decir, que se les haya
pasado el plazo para recurrirlos y sean firmes).
Anulabilidad: En este caso a los actos que se revocan sí se les reconoce eficacia
hasta el momento de su anulación, pero quedan anulados o cancelados desde el
momento que se declara su lesividad.
Esto significa que si un acto dictaminó que una persona no tenía derecho a
una subvención y posteriormente se declara ese acto nulo de pleno derecho, la
persona no empezará a recibir la subvención a partir de esa declaración, sino que
deberá recibir la subvención desde el momento en el que se debió dictar el acto
favorable para el ciudadano.
Debe fundamentarse en un vicio de nulidad de pleno derecho. Cabe que sea iniciada
de oficio o a solicitud del interesado. En este sentido, la revisión de oficio, en
principio, se establece como un privilegio de la Administración y una defensa de la
legalidad de la acción administrativa; pero, la LPACAP permite solicitar la revisión de
oficio a los interesados sin límite temporal alguno cuando concurran los
siguientes requisitos:
Y tampoco cabe la revisión de actos que hayan sido confirmados por sentencia
judicial firme (artículo 158 Ley General Tributaria).
Es un concepto que hace referencia al negocio jurídico por el que se deja sin
efecto, mediante declaración judicial, un negocio, contrato o acto jurídico.
También conocida como la acción de nulidad de los contratos o negocios
jurídicos, y en derecho notarial, como acción proforma.
Se entiende principalmente con respecto a los contratos, negocios o actos
jurídicos que están afectados de la nulidad relativa, de la cual, en la mayoría de
las legislaciones anglosajonas, solo le es permitida intentarla a la persona en
cuyo favor se ha establecido, a menos que sea ésta la que reporta un provecho o
enriquecimiento. En consecuencia, la rescisión no se encuentra establecida en el
interés de la moral y de la ley. No protege los superiores intereses de la
colectividad, sino los de ciertas y determinadas personas, en cuyo beneficio el
legislador la establece.
Algunos sistemas jurídicos la consideran como uno de los modos de extinguir las
obligaciones,
Existen tres clases de rescisión:
Voluntaria: debe estar pendiente de cumplimiento y hacerse por mutuo
consentimiento de las partes.
Judicial: por lesión patrimonial o perjuicio sufrido, que traerá una consecuencia
emitida en sentencia por órgano judicial. Para que proceda, la rescisión
necesariamente debe ser declarada por un órgano jurisdiccional, que conocerá y
fallará a petición del interesado.
Fortuita: ocurre a consecuencia de circunstancias ajenas a la voluntad del
obligado por circunstancias forzosas en las cuales el cumplimiento de la
obligación se torna imposible (muerte de uno de los socios, muerte de los
mandatarios, y en el caso que los herederos no deseen mantener la obligación,
renuncia por causa justa). En este caso, sin embargo, tampoco puede hablarse
propiamente de rescisión, puesto que lo mismo no implica necesariamente la
nulidad del contrato, sino la extinción de la obligación.
La rescisión en términos legales consiste en dejar sin efecto un contrato o una
obligación. De acuerdo a esto, la rescisión puede darse a causa de lesión o
alguna causa sobreviniente. En otras palabras, rescindir es la acción que busca
impedir las consecuencias de un acto y cuyo objetivo es poner término de lo
convenido. En otros casos, puede también impedir la ejecución de un contrato.
Si bien la rescisión comparte con la anulabilidad que ambas tienen su origen en una
causa existente al momento de la celebración del contrato, lo cierto es que se trata
de dos figuras distintas. El acto rescindible está válidamente celebrado y no tiene
problemas en su estructura, no es un negocio jurídico inválido, pero por previsión
legal, puede tornarse en ineficaz por producir un perjuicio a alguna de las partes o a
algún tercero.