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TEMA 7

Recurso Jerárquico
El Recurso Jerárquico, también denominado recurso vertical, es la
reclamación que contra un acto administrativo se interpone para ante el superior
jerárquico en el orden administrativo, por estimar que dicho acto lesiona un interés
legítimo o un derecho subjetivo, es aquel medio de impugnación del acto
administrativo ejercido ante el superior jerárquico de la autoridad administrativa
que dictó el acto impugnado. Por su parte, la doctrina administrativa definió el
recurso jerárquico como la solicitud dirigida al superior jerárquico para que éste
revise la decisión impugnada y la revoque o reforme.

La autoridad administrativa que va a decidir si el contribuyente tiene razón o


no en su recurso no es la misma que decidió la primera vez, sino la autoridad más
alta, es decir, la decisión queda en manos de la máxima autoridad de la
Administración Tributaria. Si no se trata de impuestos administrados por el
Ministerio de Finanzas, el Recurso de dirigirá a la más alta autoridad del
respectivo organismo, que puede ser el Presidente del Consejo o el Alcalde si se
trata de impuestos municipales o el Gobernador del Estado.

La Administración Tributaria dispondrá de un lapso de 60 días continuos


para decidir el Recurso, contados a partir de la fecha de culminación del lapso
probatorio. Si la causa no se hubiera abierto a prueba, el lapso previsto en el
Artículo 254 del Código Orgánico Tributario se contará a partir del día siguiente de
aquél en que se hubiere incorporado al expediente el auto que declare no abrir la
causa a pruebas.

Silencio administrativo
La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, entre las instituciones
novedosas que ha establecido, está la del denominado silencio administrativo
negativo, o en otras palabras, el establecimiento de una presunción de negación
de la solicitud o recurso, cuando la Administración no resuelve expresamente en
un lapso de tiempo determinado. Es decir, Lo característico del silencio es la
inactividad de la Administración cuando es obligada a concluir el procedimiento
administrativo de forma expresa y a notificar la resolución al interesado dentro de
un plazo determinado.

El silencio administrativo opera como un mecanismo que permite, en caso


de inactividad por falta de resolución en procedimientos administrativos, imputar a
la administración de que se trata un acto administrativo presunto, que tendrá la
condición de verdadero acto, en caso de que las reglas del silencio lo configuren
como estimatorio y que, por el contrario, será mera ficción jurídica, si se configura
como desestimatorio.

En efecto, la Ley Orgánica en su artículo 2º, concreta el derecho de petición


establecido en la Constitución, y obliga a los funcionarios a decidir las instancias o
peticiones, es decir, a dar oportuna respuesta a los administrados. A tal efecto, la
Ley Orgánica prevé, en varios de sus artículos, lapsos concretos dentro de los
cuales deben resolverse por la Administración, las solicitudes y recursos. Sin
embargo, estas previsiones, no eran suficientes para garantizar la oportuna
respuesta a que tienen derecho los administrados. Era necesario prever medios o
garantías jurídicas de protección a los administrados contra el silencio de la
Administración, el cual hasta ahora, había sido incontrolado e incontrolable.

De allí que el artículo 4º de la Ley haya establecido la figura del silencio


administrativo negativo, a cuyo efecto prevé lo siguiente:
“En los casos en que un órgano de la Administración Pública no resolviere un
asunto o recurso dentro de los correspondientes lapsos, se considerará que ha
resuelto negativamente y el interesado podrá intentar el recurso inmediato
siguiente, salvo disposición expresa en contrario. Esta disposición no releva a los
órganos administrativos, ni a sus personeros, de las responsabilidades que le
sean imputables por la omisión o la demora”.
El único sentido que tiene la consagración del silencio administrativo en la
Ley Orgánica, como presunción de decisión denegatoria de la solicitud o recurso,
frente a la indefensión en la cual se encontraban los administrados por la no
decisión oportuna por la Administración de tales solicitudes o recursos, no es otro
que el establecimiento de un beneficio para los particulares, para precisamente,
superar esa indefensión. La norma del artículo 4º de la Ley Orgánica, por tanto, se
ha establecido a favor de los particulares y no a favor de la Administración.

No están sujetos al régimen de silencio los procedimientos de mediación,


arbitraje y conciliación, así como aquellos terminados por pacto o convenio. Esta
técnica es correlativa, en los procedimientos iniciados a solicitud del interesado, al
deber de dictar resolución expresa en todos los procedimientos y a notificarla, que
pesa sobre la administración pública y ha sido expuesto con anterioridad; deber
que existe en todo procedimiento, cualquiera que sea su forma de iniciación

Revisión de Oficio.
Esto quiere decir que todo acto de la Administración Tributaria, está sujeta
igualmente al principio de legalidad, por ende debe aplicar la llamada Revisión de
Oficio, de aquellos actos que violen una disposición constitucional, o cuando dicho
acto decida sobre algún caso ya sometido a una decisión con carácter definitivo y
que genere derechos subjetivos, cuando el mismo contenga posiciones de
imposible aplicación desde el punto de vista legal, cuando hayan sido emitidos por
autoridades manifiestamente incompetentes, o que los mismos adolezcan del
cumplimiento al procedimiento legalmente establecido para tal fin. El acto de
Revisión de Oficio, está sujeto al hecho de que no es solicitado o requerido por los
particulares, sino que la Administración Tributaria lo aplica a "motu propio", es
decir sin la necesidad de que un particular inste tal revisión.

Son estos casos los que serán revisados y los cuales la Administración
Tributaria, podrá convalidar como actos nulos o anulables, ya que son actos
considerados viciados de nulidad absoluta, es decir, que no pueden ser
convalidados de ninguna manera, tal es el caso de que su ejecución sea ilegal, por
ejemplo: que se pretenda aplicar una sanción distinta a la señalada en la ley; y
que sea emitido por un individuo con credenciales falsas de funcionario público.

Es importante garantizar, que la existencia de un sistema de revisión eficaz


y eficiente debe establecerse con una gran tutela jurisdiccional de los derechos
subjetivos de los contribuyentes, distinguiéndose una primera fase administrativa y
posterior jurisdiccional, que lleva hacia un resultado óptimo y justo. El Código
Orgánico Tributario y las leyes, regulan las acciones tendentes a buscar
resultados, garantizando así la defensa del contribuyente, ante el uso omnímodo
de las facultades administrativas. En este tipo de Recurso la Administración
Tributaria se reserva en todo momento para corregir sus actos, para subsanar
todos los vicios de que adolezcan.

Recurso De Revisión.
Este es un Recurso que sólo se presentará en la práctica en casos muy
excepcionales, tales como si después de haberse dictado la decisión o la
sentencia aparecieran pruebas decisivas en el asunto de que se trate, o se prueba
que hubo soborno o se cometió algún delito que sirvió de base a la sentencia o
decisión.

Supone un acto firme y, por lo tanto, la decisión que eventualmente se dicte


afectará la autoridad de cosa juzgada administrativa. Este recurso procede frente
a cualquier acto que haya quedado firme, no necesariamente ante aquellos que
causen estado.

El lapso para su ejercicio es de tres meses y varía según el motivo de


impugnación de que se trate. En efecto, cuando los motivos de la impugnación
sean documentos o testimonios declarados falsos por sentencia judicial
definitivamente firme, que hubieren influido de manera decisiva en la resolución
del asunto, o cuando la decisión hubiere sido adoptada por cohecho, fraude,
violencia o soborno, y ello hubiere quedado establecido en sentencia judicial
definitivamente firme, el lapso de impugnación será dentro de los tres (3) meses
siguientes a la fecha de la sentencia. Ahora bien, si el motivo hubiere sido la
aparición de pruebas esenciales para la resolución del asunto, no disponibles para
la época de la tramitación del expediente, este lapso comenzará a computarse a
partir del momento en que se haya tenido noticia de la existencia de las pruebas.
Por lo que se refiere al lapso para decidir, éste es dentro de los treinta días
siguientes a la fecha de presentación del recurso. (Artículos 85 al 99 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos).

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