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CARACTERÍSTICAS FINANCIERAS QUE DEFINEN UNA INVERSIÓN

Toda inversión, independientemente de su consideración en sentido amplio o


estricto y desligada de su soporte material, puede ser contemplada, tal como lo hace
Couvreur , como «el cambio de una cantidad presente contra la esperanza de unos ingresos
futuros».

Es decir, el acto de invertir inmoviliza un conjunto de recursos financieros durante


un período más o menos largo de tiempo, esperando que los ingresos a obtener a lo largo
del mismo sean superiores a dichas inmovilizaciones de dinero.

Por esta razón, Schneider (1970) considera que toda inversión queda caracterizada
desde un punto de vista financiero atendiendo a las corrientes de cobros y de pagos que
origina en la empresa.

En este contexto, no hacemos referencia a los flujos netos de caja del proyecto sin
más, sino que hablamos de flujos netos de caja incrementales; es decir, todos los flujos que
se generan en la empresa como consecuencia de la realización del proyecto de inversión

De acuerdo con lo expuesto en los párrafos anteriores, podemos decir que las
características financieras de todo proyecto de inversión son cuatro:

a) La duración temporal o vida económica, que podemos considerar


como el período de tiempo durante el cual se van a estar produciendo en la
empresa movimientos de fondos como consecuencia de la realización del
proyecto de inversión.

La determinación efectiva de esta magnitud no es nada fácil. Según Pérez-Carballo y


Monge , en todo proyecto de inversión podemos distinguir tres estimaciones temporales:
Una vida física o vida útil, que se corresponde con el período de tiempo durante el
cual, sin grandes reparaciones, los elementos fundamentales del proyecto de inversión
funcionan sin pérdidas significativas de producción, de calidad o de rendimiento.

Una vida comercial, que puede identificarse con el tiempo durante el cual la
empresa considera serán demandados los productos o servicios que se obtienen con el
proyecto y que se ofrecen en el mercado.

Una vida tecnológica, o período de tiempo durante el cual los activos son
tecnológicamente competitivos.

La aparición de nuevas tecnologías dejarán obsoletos los activos utilizados

Tal y como ya hemos comentado, un proyecto de inversión puede estar integrado


por un conjunto de inversiones principales (en activo fijo) y de inversiones complementarias
o derivadas (en activo circulante).

La vida económica u horizonte temporal de un proyecto de inversión se


corresponderá con la de las inversiones principales, y tendrá una duración igual a la menor
de las tres estimaciones anteriormente descritas.

Este período temporal, que denominaremos n, estará dividido en n-subperíodos


que, a efectos de una mayor comodidad en la exposición de temas posteriores,
consideraremos anuales

Tal y como ya hemos comentado, un proyecto de inversión puede estar integrado


por un conjunto de inversiones principales (en activo fijo) y de inversiones complementarias
o derivadas (en activo circulante). La vida económica u horizonte temporal de un proyecto
de inversión se corresponderá con la de las inversiones principales, y tendrá una duración
igual a la menor de las tres estimaciones anteriormente descritas.

Este período temporal, que denominaremos n, estará dividido en n-subperíodos


que, a efectos de una mayor comodidad en la exposición de temas posteriores,
consideraremos anuales.
Los cobros o entradas de dinero que se producen a lo largo de cada uno de los n-
subperíodos en los que se encuentra dividido el horizonte temporal del proyecto.

Los pagos o salidas de caja soportados por la empresa durante cada uno de los n-
subperíodos como consecuencia de la gestión y desarrollo del proyecto.

En estos pagos no se computan los pagos consecuencia de los gastos financieros


ocasionados por los capitales invertidos en el proyecto ni la devolución del nominal de los
préstamos.

Si denominamos Pj a los pagos o salidas de caja soportados en el subperíodo j.

En este punto es necesario hacer constar que en la representación financiera que


hacemos del proyecto de inversión utilizamos las magnitudes de cobros y de pagos, no de
ingresos y costes.

El ingreso es el derecho que tiene la empresa a percibir una determinada cantidad


de dinero, mientras que el cobro es la materialización efectiva de todo o de parte de ese
derecho, produciéndose como consecuencia de ello una entrada de efectivo en la caja de
la empresa.

El coste es una obligación monetaria que ha contraído la empresa como


consecuencia de la realización del proyecto, mientras que el cumplimiento en todo o en
parte de esa obligación lo denominamos pago, y supone una salida efectiva de dinero.

La diferencia entre los ingresos y los costes en un determinado período de tiempo


constituye el rendimiento (beneficio o pérdida) del mismo, mientras que la diferencia en
ese mismo período de tiempo entre cobros y pagos determina al flujo neto de caja1.

En suma, para la definición de las características financieras de un proyecto de


inversión interesa no tanto los ingresos y costes que su realización origina en la empresa,
cuanto que la materialización efectiva de ellos en entradas y salidas de dinero, es decir, los
cobros y los pagos.
Por otro lado, resulta evidente que, en la mayoría de las ocasiones, es imposible
conocer con exactitud las cuantías de los cobros y pagos que definen el proyecto, así como
el momento exacto en el que se van a producir los mismos; es decir, existe incertidumbre
en su determinación.

En el desarrollo de los próximos capítulos realizaremos el análisis en un contexto de


certeza y, posteriormente, en el capítulo séptimo, relajaremos estos supuestos restrictivos
introduciendo la consideración del riesgo en la valoración de las inversiones.

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