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Clase 1

Autorregulación del aprendizaje. ¿Cuál es tu forma de aprender? 


Más allá de las ventajas que conlleva acceder a estudios de nivel superior, son muchos los desafíos que debe afrontar un
estudiante. El ingreso a los estudios universitarios suele ser un período de cierto estrés que puede llevar a que muchos
alumnos se desalienten. De hecho, se ha observado que, si el estudiante no posee adecuadas competencias para afrontar
estas nuevas demandas, puede ver alterado su desempeño académico, mermar su bienestar psicológico y obstaculizar
una adaptación saludable a la universidad. No todos los estudiantes transitan el ingreso universitario de la misma
manera. Diversas investigaciones señalan que los factores del entorno pueden afectar el curso de la vida, pero la forma
en que las personas aprovechan las oportunidades y manejan las situaciones de presión son los factores que marcan la
diferencia. El sistema educativo ya no debe centrarse en la trasmisión de conocimientos, sino que debe promover en los
estudiantes la capacidad de autorregular su propio estudio. El objetivo primordial de la educación debería ser el de
brindar a los estudiantes las herramientas para educarse de manera autónoma, es decir, los estudiantes deben “volverse
dueños” de su propio proceso de aprendizaje. 

se ha observado que los estudiantes que desarrollan un proceso autorregulado de estudio transitan por tres
etapas:

Planificación: es el momento previo a la realización de las actividades académicas. En esta fase, se establecen metas,
planifica el tiempo y esfuerzo que puede llevar cada actividad.

Ejecución: esta fase comprende la puesta en práctica de estrategias de aprendizaje, la habilidad para direccionar el
esfuerzo y la motivación necesaria para cumplir con las tareas académicas.

Monitoreo: en esta fase, se evalúa y reflexiona sobre los resultados alcanzados, analizando aspectos que pueden
mejorarse para el futuro o la necesidad de pedir ayuda.

Fases en la autorregulación del aprendizaje: la planificación


Durante la fase de planificación, los estudiantes analizan las características de las actividades que van a realizar. En esta
fase, se establecen las metas y se planifica cómo alcanzarlas, es decir, no solo se debe planificar qué quiero hacer, sino
también cómo debo hacerlo. Tener metas claras de resultados y de las acciones que voy a realizar es clave para lograr
una adecuada planificación del proceso de aprendizaje

Componentes implicados en la fase de planificación del aprendizaje

Para que el aprendizaje sea ordenado y bajo control, debe partir de metas claras y con una agenda de trabajo factible de
cumplirse. El aprendizaje autorregulado no depende solo de nuestra capacidad para planificar, sino que también existen
otras fases de la autorregulación que son muy importantes

Fases en la autorregulación del aprendizaje: la ejecución

Ejecutar adecuadamente el proceso de aprendizaje requiere que tengamos la capacidad de regular nuestro
comportamiento para cumplir las metas que habíamos planificado, incluso cuando no tengamos ganas de
hacerlo. tenemos la tendencia a posponer las actividades que no nos resultan agradables. Esta acción de posponer se
denomina procrastinación y es uno de los principales responsables de que no cumplamos nuestras metas académicas. 

Fases en la autorregulación del aprendizaje: el monitoreo

no existe un techo para poder mejorar tu manera de aprender. Mes a mes, año a año, puedes ir logrando que tu proceso
de aprendizaje sea más efectivo y más eficiente. Sin embargo, para lograr una mejoría sustantiva se requiere de tiempo y
reflexión. Es importante que monitorees tu proceso de aprendizaje. La capacidad para monitorear el aprendizaje no es
solo importante porque genera mejoras a largo plazo, sino que es indispensable para saber cuándo debo pedir ayuda. el
monitoreo del aprendizaje es de gran importancia para que pueda ir efectuando paulatinamente cambios continuos que
me lleven a mejorar la manera en la cual aprendo 
¿Qué demuestra la investigación sobre la autorregulación del aprendizaje?
La falta de planificación del estudio es el inicio de una cadena de dificultades que pueden afectar tu proceso de
aprendizaje. Según esta investigación, los alumnos que no planifican suelen dejar las cosas para último
momento, utilizan estrategias superficiales de estudio (sin una adecuada comprensión de los contenidos) y
experimentan menos disfrute de sus actividades académicas. Planificar tu estudio con un calendario y
dedicarle tiempo a la planificación es el primer paso para lograr un proceso eficiente de aprendizaje. se
observó que aquellos estudiantes que generan ideas propias y las articulan con el material que están leyendo
poseen una lectura más comprensiva y satisfactoria. Además, organizar esas ideas mediante mapas o cuadros
ayuda a recordar más los contenidos. Abusar de la repetición y el repaso puede ser un obstáculo para un
aprendizaje adecuado y satisfactorio. : la autorregulación del aprendizaje es algo que puede desarrollarse. En
efecto, se analizaron diferentes programas y actividades que podían desarrollar los alumnos para mejorar su
proceso de aprendizaje. Se observó que la práctica de actividades muy simples permitía que se organizaran
mejor, pudieran entender los contenidos académicos con más facilidad, presentaran menores niveles de estrés
y mayores niveles de satisfacción académica.

Clase 2
No lo dejes para después. ¿Cómo planificas tu estudio?
Muchas veces nos ponemos a estudiar sin tener claridad de lo que vamos a leer ese día o de lo que
deberíamos leer la semana próxima. Muchas veces nos sentamos a estudiar sin tener en claro cuánto tiempo
diario deberíamos dedicar para llegar a leer todos los contenidos antes del examen, o cuántas son las unidades
que nos faltan para llegar en condiciones al examen.  El tiempo es limitado y, necesariamente, debemos
aprender a gestionarlo para usarlo eficientemente. 
existen dos factores clave involucrados en la fase de planificación de tu aprendizaje: formular metas claras y
establecer una agenda

Paso 1. Formular metas claras para planificar tu tiempo

Para hacer una buena gestión del tiempo es muy importante saber cómo formular buenas metas. Tener metas
claras no solo sirve para organizarnos, sino también para saber que son cruciales para que nos sintamos
motivados. Diversos estudios han demostrado que la “percepción de progreso en metas” es clave para la
motivación.Paso 1. Formular metas claras para planificar tu tiempo, ¿Por qué es tan importante contar con
metas claras para autorregular nuestro aprendizaje? Las metas son las que otorgan dirección a nuestro
comportamiento. ¿Imaginas un auto sin volante? ¿O un GPS que sistemáticamente nos da direcciones
equivocadas? Sin metas claras corremos el riesgo de que nuestro proceso de estudio sea desordenado

Las buenas metas se caracterizan por tener cuatro propiedades:

Factibles
es preferible comenzar con metas simples y alcanzables para ir poco a poco aumentando su dificultad. Cabe recordar que
lo que motiva a las personas es la “percepción de progreso en metas” y no solo el logro de un resultado. Aprender a
gestionar la factibilidad de las metas es importante. De lo contrario, corremos el riesgo de frustrarnos y bloquearnos.  es
importante diferenciar las metas de resultados (que quiero lograr) y las metas de proceso (qué cosas debo hacer para
alcanzar dichos resultados). Si nos planteamos metas centradas en los resultados (por ejemplo, “aprobar una materia”),
solo percibiremos un progreso al final del cursado. Por el contrario, si nos planteamos metas centradas en nuestras
acciones, podemos sentir que estamos progresando cada día que cumplamos la meta. Este factor es clave para mantener
nuestro compromiso. Todos los días debemos sentir que estamos progresando en las metas que nos hemos propuesto.

Temporales
Es importante que las metas u objetivos que nos propongamos tengan una fecha de inicio y una fecha de finalización. Si
no lo hacemos, corremos el riesgo de ir posponiendo el objetivo y dejarlo sin cumplir. El establecimiento de una agenda
puede ser de mucha utilidad.

Medibles
Es importante que desarrolles algún método para poder medir el cumplimiento del objetivo. Por ejemplo, cantidad de
tiempo de estudio, cantidad de páginas que vas a estudiar cada día, cantidad de unidades que vas a estudiar, etc.
También podemos desarrollar alguna metodología para determinar si hemos cumplido con el objetivo. Por ejemplo,
“poder explicar a otra persona los contenidos que estudié”, poder desarrollar un cuadro sináptico con las cosas que
aprendí hoy”, entre otras.

Establece una agenda


Retomamos la situación inicialmente planteada. Imagina que te vas de viaje en auto, pero no tienes en claro cuánto
tiempo te va a llevar hacer el camino. Va a ser muy difícil que puedas determinar si te falta poco o mucho para llegar, si
estás haciendo el recorrido correcto o si tienes que revisar el camino que elegiste. Imagina además que tienes un evento
importante y que debes llegar antes de determinada fecha. Va a ser muy difícil que puedas organizarte si no sabes cuánto
tiempo te va a llevar hacer el viaje. hay personas que pasan sus semanas trabajando sobre actividades que deberían
haber hecho en el pasado (“los que miran para atrás”), en vez de estar trabajando sobre acciones que le permiten
anticiparse a lo que va a ocurrir (“los que miran para adelante”).
Lo ideal es que, al momento de gestionar el tiempo, seamos de los que “miran para adelante”, Esto nos permitirá
anticiparnos a trabajar con cierto margen de control y tranquilidad. De lo contrario, corremos el riesgo de tener una
gestión del tiempo típica de los que “miran para atrás”, es decir, personas que dedican su tiempo a resolver las tareas
que no pudieron terminar la semana anterior.
Al momento de hacer una planificación de la semana, es importante jerarquizar las tareas diferenciando entre “lo
urgente” y lo “importante”. Al momento de incluir las metas que vas a realizar en la semana, recuerda las cuatro
características de las metas claras: 1) factibles, 2) centradas en acciones, 3) temporales y 4) medibles.  
 Antes de empezar el día, debes tener un plan, tener claridad de cuáles serán los momentos que vas a destinar a estudiar
y descansar. Para ello, es muy útil trabajar en Bloques de Tiempo (BT). Cada bloque de tiempo debe incluir un momento
para hacer la tarea que tenías prevista, más un momento para descansar y recuperarte del desgaste que implica haber
realizado dicha tarea. Una buena estrategia es la de dividir los BT por horas. Es decir, 40 minutos de estudio y 20 minutos
de descanso. De todos modos, esto es solo una sugerencia. Lo ideal es que puedas adaptar tus BT a tus características
personales. Algunos preferirán BT más cortos que incluyan 20 minutos de estudio y 10 de descanso.

Clase 3
Cuando el resultado sí importa. Estudiar profundo vs. superficial. ¿Cómo estudias?
Sin dudas, planificar el aprendizaje es clave para poder gestionarlo adecuadamente. Sin embargo, luego de la
fase de planificación se inicia la fase de ejecución, etapa en la que suelen aparecer dos obstáculos que pueden
afectar el proceso de aprendizaje: 1) incumplir con la planificación y 2) usar estrategias superficiales de
estudio .

Pautas para superar las dificultades para incumplir la agenda de estudio


2 pautas de comportamiento que pueden ayudarte a combatir la procrastinación: a)
aprender a gestionar tus pensamientos, y b) gestionar la energía. Estas acciones son una
especie de vacuna contra la procrastinación, y cuanto más desarrolles algunas estas
actividades, menos problemas tendrás y mejor será tu proceso de autorregulación del
aprendizaje.
En el caso planteado, Pablo posee dificultades para regular su tendencia a procrastinar. La
procrastinación puede dividirse en dos tipos:

1 procrastinación ansiosa, refiere a la tendencia a posponer cosas por miedo. 2

2 procrastinación hedonista, la cual hace referencia a posponer actividades que no tenemos ganas
de realizar.

La procrastinación no nace de la nada, se inicia en nuestra mente a partir de nuestros pensamientos,


y siempre hay un pensamiento que dispara la procrastinación

Existen “pensamientos permisivos” y son los  que poco a poco nos van convenciendo para que
pospongamos la actividad o tarea desagradable y consisten en minimizar las consecuencias de no
realizar la tarea. Nos autoconvencemos de que no es tan grave si posponemos un poco la tarea con
la que nos habíamos comprometido. Este tipo de postergación se denomina procrastinación
hedonista, ya que la persona pospone tareas importantes pero displacenteras, por otras menos
relevantes, pero más placenteras.

*Para superar la postergación hedonista debes aprender a identificar y modificar estos pensamientos.
A continuación, presentamos un ejemplo que puede servir de ejercicio. La idea es que cada vez que
aparezca un pensamiento permisivo utilices un “pensamiento antídoto”, que te ayude a superar la
procrastinación.

*Por otra parte, para vencer la procrastinación ansiosa es importante gestionar los “pensamientos
amenazantes”, es decir, pensamientos que te convencen de que no eres capaz, que no te va a salir bien y que
no eres lo suficientemente bueno. Estos pensamientos generalmente se caracterizan por “catastrofizar”, es
decir, transformar pequeñas fallas en graves problemas. 

Gestionar tu energía

Realizar muchas  actividades al mismo tiempo  puede ser semejante a no realizar ninguna. Es importante
disminuir la dispersión y darle foco a tu comportamiento, para ello no solo necesitas  tener metas claras, sino
también  una adecuada gestión de tu energía. Si tu energía se dispersa, es probable que no llegues a alcanzar
tus objetivos. Para identificar el momento más productivo, debes reconocer en qué momento te sientes con
más energía o, al menos, con la energía suficiente para hacer las actividades que habías planificado. Lo ideal
es que en las franjas horarias donde te sientes con más energía,  realices las actividades más importantes y
estratégicas, y que las  tareas más rutinarias las ubiques en horarios donde te sientes con menos energía. 

Pautas para superar el uso de estrategias simples de estudio


Estas, centradas en la repetición y el repaso, son necesarias y no tiene nada de malo que las utilicemos. Sin
embargo, el uso excesivo de dichas estrategias en detrimento de  otras más complejas, puede  derivar en que
no obtengamos los resultados que queremos a pesar de  dedicar mucho tiempo y trabajo. Es importante tratar
de utilizar estrategias de aprendizaje que nos permitan hacer un procesamiento más profundo de la
información. 

Resumir información

realizar resúmenes,  que son textos abreviados que contienen las ideas principales. En estos debemos anotar
las ideas más importantes, manteniendo el orden en el que aparecen en el texto original.

Para elaborar un resumen, nuestro papel puede ser más o menos activo, desde reproducir las ideas que
aparecen en el texto como más importantes, hasta resúmenes en los que las ideas están elaboradas de
manera más personal, utilizando nuestras propias palabras, es decir, parafraseando las ideas principales.

Expresar las ideas importantes del autor, pero con nuestras propias palabras se denomina paráfrasis y es una
estrategia muy útil para retener las ideas y recordarlas con mayor facilidad, así la memoria conserva mejor la
información que se logró comprender, y la paráfrasis es un vehículo para ello

Representaciones gráficas

Los esquemas, cuadros y diagramas son muy útiles para lograr un mejor aprendizaje de los contenidos. Al
igual que el resumen, en estos casos también nos valemos de las ideas principales del texto, aunque la ventaja
principal de las técnicas gráficas es que parte de la información es sustituida por trazos o disposiciones
espaciales (ej., flechas, llaves o corchetes) para indicar las relaciones o conexiones entre las ideas.

El esquema y el diagrama

El esquema consiste en una representación que pretende mostrar la estructura lógica de las ideas principales

del texto.

Un aspecto básico del esquema es que las ideas deben estar organizadas según su nivel de generalidad, de
esta forma comenzamos introduciendo el tema general y luego avanzamos desde las ideas o conceptos más
generales hacia los más específicos, representándolos ya sea de arriba hacia abajo, o de derecha a izquierda,
como se muestra en la figura.

Diagrama secuencial

En este caso, ya no se trata –como en el esquema– de ordenar las ideas según su nivel de generalidad, sino
de representar diferentes tipos de relaciones entre los conceptos o ideas, que pueden ser de causa-efecto

El cuadro comparativo
Los cuadros comparativos constituyen representaciones que permiten identificar mediante un “golpe de vista” las
semejanzas, diferencias y/o diferencias entre dos o más datos, hechos, o situaciones
Cómo se elabora un cuadro comparativo?

*Identificar los elementos que se quieren comparar (artesano y obrero).


*Señalar los parámetros a comparar (trabajo).
*Identificar las características de cada objeto o evento.
*Construir afirmaciones donde se mencionen las afirmaciones más relevantes de los elementos comparados.

Lectura compresiva

es importante que al leer el texto intentes vincular los conceptos e ideas que allí se plantean con los
conocimientos que ya posees, con experiencias previas o hechos que ya conozcas. Son estos conocimientos
los que deberás activar mientras estudias, ya que te ayudarán a comprender el texto para  poder darle un
sentido.  

La primera actitud que debes tener para lograr una comprensión profunda, es “descentrarte” del texto. Esto no
significa que dejes de lado lo que dice el texto; sino colocar un espacio entre tú y el texto. Tal vez una buena
manera de imaginar esto es abordar la lectura como un diálogo con   el texto, en el que cada uno aporta sus
conocimientos.

Al leer un texto, es importante articularlo con ideas que provienen de ti, preguntas que te formulas. Esa es la
diferencia entre leer y mirar el texto. Al mirar solo estamos inspeccionando las palabras, repitiendo sin
otorgarle un significado, mientras que  el proceso de lectura implica contrastar lo que dice el texto con lo que
nosotros sabemos o creíamos sobre ese tema.

Otra estrategia válida es hacernos preguntas en relación al texto, como ejemplo: ¿Quién? ¿Dónde? ¿Qué? ¿Cómo?
¿Cuándo? ¿Por qué? Esto también puede facilitarnos la tarea de comprender y elaborar un significado.

Clase 4

Monitorear el aprendizaje: búsqueda de apoyo y pautas para la mejora continua


Se habla de un proceso de mejora continua, ya que siempre podemos ir  perfeccionando nuestra manera de
aprender. Pero mejorar nuestro proceso de aprendizaje no significa reprocharnos de que lo podríamos haber
hecho mejor, el reproche continuo solo nos va a llevar a  sentirnos frustrados y desmotivados. La mejora
continua de nuestro proceso de aprendizaje implica que podamos desarrollar nuestra capacidad de auto-
monitoreo. El auto-monitoreo es la última fase del “proceso de autorregulación del aprendizaje”. La falta
de monitoreo del propio aprendizaje conlleva otro problema. Las personas que no se percatan de sus déficits
generalmente no solicitan ayuda, y  la búsqueda de apoyo es una variable crítica para mejorar el proceso de
autorregulación del aprendizaje. . El apoyo hace referencia a todo tipo de ayuda y consuelo proporcionado por
los demás; contar con personas que estén dispuestas a ayudarte o que simplemente valoren tu esfuerzo,
constituye una gran ventaja. Sin embargo, no es suficiente con contar con apoyo, también es importante saber
pedir ayuda cuando lo necesitas. 

Existen diferentes tipos de apoyo. En la literatura científica se suelen diferenciar tres tipos:

1. Apoyo socio-emocional: es cuando otras personas te hacen sentir valorado, contenido. Son personas
que reconocen tus esfuerzos, te ayudan a sobrellevar obstáculos y te hacen sentir más tranquilo.

2. Apoyo práctico: es cuando las personas te ayudan a enfrentarte a problemas cotidianos como cuidar a
los niños, cocinar o resolver problemas vinculados a tu vida diaria.

3. Apoyo informativo: proviene generalmente de los docentes o tutores, que pueden brindarte información,
orientación o consejo para tomar decisiones o resolver algún problema académico.  Es importante
identificar los miembros de tu red de apoyo para saber a quién recurrir en caso de que lo necesites.
Cinco pautas para la mejora continua
1. Toma conciencia de las “señales de advertencia”
 Si comienzas a observar algunas de estas señales o comportamientos, significa que debes re-activar los nuevos hábitos y
competencias aprendidas. Algunos ejemplos de “señales de advertencia” son:

*Dejar tareas inconclusas. *No organizar tu tiempo. *Incumplir las actividades que habías fijado en tu agenda.

*Posponer actividades o dejar tareas inconclusas. *Retrasarte con tu plan de estudio. *No utilizar estrategias profundas
de estudio.

*Leer y repetir de forma excesiva. *Recibir notificaciones o quejas de profesores. *Sensación de estrés o agobio.

 Cuando identifiques algunas de estas señales es importante que analices qué puede estar pasando con tu
proceso de autorregulación. ¿Acaso estás planificando adecuadamente? ¿Es posible que estés
procrastinando? ¿En qué fase del proceso de autorregulación están ocurriendo fallas? ¿Qué puedes hacer al
respecto? ¿Puedes solicitar ayuda? También es útil analizar qué cosas te funcionaron en el pasado y repetirlas.

2. Desarrolla hábitos 
Recuerda que el esfuerzo disminuye cuando se convierte en hábito. Todos tenemos hábitos (algunos buenos y
otros no tanto...) que se forman mediante la repetición y la práctica. Los investigadores especulan que cada
vez que repites un comportamiento, en tu cerebro se establecen asociaciones entre tu memoria y el contexto.
Por ejemplo, si generalmente fumo cuando estoy en fiestas, o habitualmente me como las uñas cuando estoy
nervioso, se genera una asociación entre el contexto y la conducta. Es decir, que cada vez que estés en ese
contexto automáticamente se desencadenará la conducta que habitualmente ejecutas en ese lugar. Esto
significa que dicha conducta deja de ser un “proceso controlado” y pasa a ser un “proceso automático” y ya no
debes pensar o decidir si vas a realizar o no la conducta, simplemente la ejecutas. Sin una repetición constante,
metódica y disciplinada no hay creación del hábito.  Según la literatura científica si repites un comportamiento
entre los 21 y 60 días, podemos lograr que una conducta se vuelva automática, es decir, se transforme en un
hábito. 

3. Fortalece tus creencias de autoeficacia


 La autoeficacia refiere a las creencias que posees sobre tus propias capacidades para llevar a cabo
exitosamente alguna conducta o tarea. Este es un concepto desarrollado por el psicólogo Albert Bandura, y
para muchos constituye el factor de mayor impacto en la vida cotidiana. los conocimientos como las
habilidades son elementos necesarios pero no suficientes para alcanzar un desempeño adecuado, y esto
ocurre debido a que el pensamiento autorreferente actúa como intermediario entre el conocimiento y la acción.
Es decir, existe una marcada diferencia entre disponer de capacidades y ser capaz de utilizarlas en diversas
circunstancias.  Frente al fracaso las personas que poseen mayor confianza suelen atribuirlo  a factores
situacionales (por ejemplo, “me fue mal en el examen porque no me preparé lo suficiente, la próxima tendré que
estudiar un poco más”), mientras que los estudiantes con baja confianza suelen atribuir el fracaso a problemas
personales y difíciles de modificar (por ejemplo “me fue mal en el examen porque no sirvo y hago todo mal”).
Las creencias de autoeficacia también influyen sobre los niveles de estrés, ya que los estudiantes con menor
confianza suelen estar más ansiosos al momento de hacer un examen o completar una tarea evaluativa,
mientras que los estudiantes con mayor confianza suelen experimentar menos síntomas de estrés y ansiedad.
Finalmente, la autoeficacia puede incidir en el logro alcanzado. Aprender a confiar en nosotros mismos es un
factor crítico e indispensable para el desarrollo saludable y exitoso en la carrera académica.
¿Cómo podemos hacer para mejorar nuestras creencias de autoeficacia? 

La primera fuente son las experiencias previas de éxito las que aumentan las creencias de eficacia, mientras
que fracasos repetidos tienden a disminuirlas.  Para fortalecer nuestras creencias de autoeficacia es
indispensable que recordemos nuestras experiencias previas de éxito. Es de gran utilidad recordar 5
situaciones de éxito, A partir del análisis de dichas experiencias de éxito, tomate un momento para analizar en
qué cosas eres bueno. cuando creas que no puedes, recuerda que cuentas con estas cinco capacidades y que
a partir de ellas podrás afrontar los desafíos que vayan surgiendo a lo largo de tu carrera. Si las capacidades en
las que eres bueno no son del campo académico, es importante que aprendas a llevar dichas capacidades a
otro campo. Para fortalecer tus creencias de autoeficacia también es importante que mejores tus habilidades.
No somos buenos en todas las cosas que hacemos, los motivos pueden ser diversos, hay veces que no hemos
tenido la oportunidad de desarrollar esa capacidad, es algo que hemos evitado, o simplemente no  entrenamos
lo suficiente.

4. Experimenta emociones positivas


Las emociones positivas no solo aumentan nuestro bienestar y motivación, también actúan como protectores
del estrés. El problema de las emociones positivas es que suelen ser efímeras, es decir, durante poco tiempo, y
suele ser difícil que una misma actividad nos genere elevados niveles de emociones positivas de forma
sostenida en el tiempo. La investigación también indica que más que la intensidad, el factor clave es la
frecuencia. Es preferible experimentar pequeños niveles de emociones positivas con frecuencia, que un único
pico de emociones positivas. Las emociones positivas son claves para la desconexión y la motivación, por este
motivo es bueno que luego de haber completado un bloque de estudio dediques algo de tiempo a hacer una
actividad placentera. Esto puede servir como refuerzo o premio por haber cumplido la meta que te habías fijado
y además te ayudará a recuperarte del desgaste lógico que tiene estudiar o hacer una actividad que te
demanda esfuerzo. 

5. Aumenta tu compromiso
Para lograr una motivación a largo plazo es necesario que tengas una visión a largo plazo.  nuestro cerebro
posee una preferencia por actividades que generan una recompensa inmediata. Es por ello que nos resulta
difícil mantener en el tiempo actividades tales como hacer dieta o actividad física, dado que muchas veces no
observamos un efecto inmediato.  Hacer una carrera puede ser muy desafiante y demandante muchas veces
sentiremos pocas ganas de continuar. En ese tipo de situaciones es importante que actives tu visión a largo
plazo. Como mencionamos anteriormente, la motivación a largo plazo requiere de visión a largo plazo. Las
actividades del día a día pueden llevarnos a que olvidemos los motivos que nos hicieron decidir que queríamos
hacer una carrera y acceder a un título. Por ello suele ser muy útil para tu motivación que de cada tanto
recuerdes cuáles son esos motivos.
 
¿Qué es lo que esperas obtener al realizar una carrera universitaria?
En este punto es importante diferenciar las expectativas intrínsecas y las extrínsecas; éstas últimas hacen
referencia a las consecuencias positivas que esperas obtener al hacer una carrera universitaria vinculada con
aspectos externos a la propia persona. Por ejemplo, obtener mejor salario, conseguir un mejor trabajo o tener
un mayor reconocimiento de mis pares o familiares.
Por otra parte, están las expectativas intrínsecas, las cuales hacen referencia a expectativas positivas que
tenemos relacionadas con nuestra experiencia personal. Por ejemplo, sentirme autorrealizado, poder hacer
algo que me gusta, sentir que contribuyo a la comunidad.  Recordar estas expectativas puede inspirarte y darle
un sentido de trascendencia a tus actividades cotidianas. Es importante que las tengas siempre en mente y, de
ser necesario,   escribirlas y ubicarlas en un lugar donde puedas mirarlas cotidianamente para recordarte la
decisión que tomaste, y ayudarte a mantenerte motivado.
Conclusión
la autorregulación involucra una serie de factores tales como establecer metas de estudio, estimar el tiempo y
el esfuerzo que demandará el logro de esas metas, utilizar estrategias de aprendizaje efectivas, ser capaz de
mantener el esfuerzo y solucionar dificultades y dudas, entre otros aspectos. Desarrollar la capacidad de
autorregulación no es algo simple, tampoco es una competencia que podrás adquirir de un día a otro. Poseer la
capacidad de auto-regular tu proceso de estudio, aprender a adueñarte  de tu propio aprendizaje te permitirá
estar a la altura de estos cambios.

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