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Orientación Universitaria
Estudiante
Yacaira Miguelina Báez Lorenzo
Matricula
Sc-2023-03974
Profesor
Marlín Méndez
El aprendizaje es un proceso mental que se produce cuando las personas adquieren nuevos
conocimientos, habilidades o destrezas. La mayoría piensa que los más inteligentes aprenden
mejor y más rápido, cuando en realidad, quienes desarrollan procesos de aprendizaje más
eficientes son los estudiantes con buenos hábitos y técnicas de estudio, que facilitan la
comprensión de la información.
Se cree que: "hábitos" y "técnicas de estudio", son lo mismo, por eso en este artículo te
explicamos, cuál es la diferencia entre ambos elementos del aprendizaje. Identificamos como
hábitos, a los comportamientos rutinarios que realizamos de manera automática y sin mayor
esfuerzo, a veces, inconscientemente, debido a que forman parte de nuestra cotidianidad y los
repetimos continuamente.
En el caso del aprendizaje formal, desarrollamos comportamientos poco saludables en torno a
las actividades de estudio, en las cuales invertimos un valioso tiempo. De allí la importancia de
realizar un trabajo personal y consciente para sustituir los malos hábitos que no generan los
resultados deseados, por otros que permitan mejorar la comprensión de la información
mediante una lectura más eficiente y obtener mejores calificaciones, así como, lograr las
metas académicas que nos hemos trazado.
Es importante distinguir ambos términos, las técnicas de estudio son las diversas herramientas
que facilitan al estudiante comprender la información y aprender mejor. Mientras que los
hábitos de estudio, están más relacionados con las actitudes y las actividades que realiza para
estudiar. Adquirir buenos hábitos, implica identificar las actitudes positivas que se deben
asumir y las actividades productivas a realizar hasta que formen parte de la dinámica de
estudio. En cambio, seleccionar las técnicas efectivas para obtener una visión estratégica de la
información, requiere conocernos.
En ese sentido, aplicar hábitos y técnicas de estudio permitirá al estudiante alcanzar soluciones
eficientes para comprender los temas y asignaturas que les son asignadas por los docentes.
Por otra parte, es necesario identificar qué problemas le impiden al alumno aprender, de esa
forma, la técnica aplicada se ajustará a sus necesidades y con ella se buscará conformar un
hábito de estudio.
El subrayado
Es un método que básicamente consiste en detectar las ideas principales en un texto y,
posteriormente, subrayarlas para que de esta forma sea más fácil identificarlas en el momento
de una lectura o relectura que ayudará al estudiante a realizar un resumen de aquellas ideas o
fragmentos que captaron su atención o que contienen parte importante de la información que
busca.
Mapas mentales
Esta técnica es ideal para organizar las ideas que surgen a partir de una lectura, o que
ayudarán en la construcción de un concepto, proyecto de investigación, entre otros.
El mapa mental es una técnica efectiva que sirve de apoyo cuando los pensamientos se
dispersan y el estudiante no logra cohesionarlos. Este método es uno de los más empleados
por estudiantes en los diversos niveles educativos.
El resumen
Es un método que va de la mano con otras técnicas de estudio como por ejemplo el
subrayado, la lectura, los apuntes, ya que estas permiten la comprensión de un tema de
estudio a partir de la elaboración de una síntesis de las ideas principales.
En otras palabras, el resumen permite a los estudiantes adquirir conocimientos mucho más
precisos sobre cualquier asignatura.
La práctica
Esta puede integrarse dentro de las hábitos y técnicas de estudio, y consiste en el ejercicio
práctico, puesto que la memorización de los mismos es uno de los errores más frecuentes
cometidos por los estudiantes, ya que esto no garantiza el aprendizaje efectivo.
Cuestionarios
Planificar
Es necesario tener orden en el horario y las asignaturas a estudiar. Por ello, lo recomendable
es dedicar más tiempo a aquellas materias más complicadas.
Crear apuntes
Durante las clases es importante tomar nota, esto ayudará al estudiante a realizar los mapas
mentales, resúmenes y cuestionarios.
Si bien hay hábitos y técnicas de estudio que pueden traducirse en logros, hay otros que
pueden significar errores. Ello no quiere decir que todo esté perdido, se puede rectificar e ir
probando con nuevos métodos, hasta alcanzar los resultados deseados.
Los buenos hábitos son las actitudes y comportamientos que mejoran el aprendizaje. Sin
embargo, estos son determinados por situaciones, como las condiciones de salud física o
mental del estudiante y las características o el estado de los materiales de estudio. Otros
aspectos que condicionan los hábitos de estudio, son las estrategias de aprendizaje, así como,
las capacidades o competencias que posee el alumno para mejorar su comprensión de la
información.
Existe la necesidad de implementar programas educativos para fomentar los buenos hábitos
de estudio y técnicas eficientes, porque estos son la pieza clave para generar un aprendizaje de
calidad y un buen rendimiento académico. Además, es importante haber tenido una educación
primaria de calidad que garantice una base sólida sobre la cual sustentar los nuevos
conocimientos del bachillerato o de la carrera profesional. Por eso, te invitamos a informarte
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espacio en el que se encuentran cursos para la especialización de docentes y estudiantes en el
uso de métodos y estrategias de estudio.
La planificación y organización en el estudio es una tarea esencial que debe ser realizada por
los estudiantes para poder superar el curso académico de un modo mucho más sencillo.
Por ello, la planificación y organización del tiempo de estudio es elemental para alcanzar el
éxito académico y conseguir los objetivos marcados por el alumnado. ¿Quieres conocer
algunas técnicas para mantener una adecuada planificación y organización?. Te contamos todo
lo que debes saber en este artículo.
Cuando establecemos una planificación obtenemos un mayor control sobre las tareas que
debemos realizar, lo que nos permitirá alcanzar nuestros objetivos de una forma mucho más
fácil.
Además, reduciremos el tiempo de trabajo ya que todo estará organizado y solo tendremos
que focalizarnos en la realización de nuestras tareas. De este modo seremos mucho más
productivos y eficaces.
Aquellos estudiantes que mantienen una planificación a lo largo del curso obtienen mejores
resultados y consiguen hacer más llevadero el estudio, evitando la sensación de agobio y
estrés.
Para poder gestionar el tiempo de estudio de una forma eficaz debemos establecer cuántas
horas vamos a dedicar al estudio de cada una de las asignaturas. Evidentemente existirán
asignaturas que nos resulten más complejas por lo que habrá que dedicarle un mayor número
de horas.
Lo ideal es comenzar con el temario que nos resulte más difícil ya que estaremos más
concentrados en la fase inicial del estudio y dejar para el final aquellas asignaturas que más
nos gusten.
La primera acción a llevar a cabo para establecer nuestra planificación académica consistirá
en anotar las fechas importantes como exámenes, exposiciones, entrega de trabajos, etc. Esto
nos ayudará a tener siempre presente los días clave y mantener una buena organización de
cara a ellos.
Conforme vayamos superando metas nos sentiremos más motivados y con mayor fuerza para
abordar nuevos propósitos.
Fija un horario
Cuando adoptamos una rutina acabamos acostumbrándonos a ella. Esto hará que nos resulte
mucho más sencillo empezar nuestro estudio diario, evitando así la procrastinación. No
retrasaremos la realización de nuestras tareas y tendremos un hábito de estudio que
favorecerá a nuestras calificaciones. Por ello, es importante fiarnos un horario de estudio.
Todo esto se traducirá en un esquema de trabajo que nos guiará para dedicar el tiempo
necesario para superar los diferentes retos a los que debamos enfrentarnos.
Mantén constancia
La constancia es fundamental durante la vida estudiantil de los jóvenes. Esto no implica tener
que dedicar una gran cantidad de horas durante el día al estudio, sino destinar un tiempo
diario que nos permita ir avanzando poco a poco sin tener que llegar a situaciones de agobio
como consecuencia de una mala organización.
Es importante trabajar para alcanzar las metas establecidas, respetar los horarios marcados y
persistir.
Fija intervalos de 10 minutos entre cada hora estudiada y emplea un tiempo de tu tarde para
practicar deporte, pasear o charlar con amigos. Esto permitirá a tu mente afianzar el contenido
estudiado.
Es cierto que tener un buen hábito de estudio te garantiza tener buenos resultados y por ende
ser un buen estudiante. En cambio, la falta de un buen hábito de estudio te hace no llegar a
conseguir los objetivos que te has marcado. Da igual si estudias la ESO, bachillerato,
universidad o estás preparándote para una oposición. Conseguir un buen hábito de estudio
adecuada para ti te impulsará a conseguir tus objetivos.
Los siguientes tipos de hábitos de estudio te ayudarán a darte una idea de las técnicas que
puedes aplicar en tu vida para obtener los resultados que deseas en la escuela o un curso.
Organiza tiempos
Entre los hábitos de estudiantes exitosos, sin duda alguna el más importante es organizar
tiempos. Esto quiere decir que debes escoger el momento del día en el que te sientes con más
energía y más animado para estudiar, y también debes organizar cuánto tiempo vas a estudiar
por materia (en caso de que tengas varias). Por ejemplo, puedes crear un calendario semanal
de las cosas que tienes que hacer y verás que con la práctica podrás llegarte a organizar
mensualmente.
Establece metas realistas, medibles y comprobables
Para lograr métodos de estudio efectivos procura definir metas a corto, mediano y largo plazo
al estudiar. Además, debes plantearte objetivos claros, es decir, que sean realistas, medibles y
comprobables. De nada sirve un objetivo del tipo Conocer más de Inglés, esto no te ayuda
como estudiante a avanzar en tus conocimientos. Al contrario, un objetivo como Aprender las
conjugaciones de 10 verbos irregulares nuevos para el próximo día 15 te permiten medir
cuánto avanzas, dónde fallas y qué debes mejorar.
Descansa y aliméntate
De nada sirve estudiar durante 10 horas seguidas una noche antes del examen. El cuerpo y el
cerebro se cansan y llega el momento en que el estudio no es significativo. Por eso es
importante que en tus técnicas de estudio establezcas tiempos de descanso. Por ejemplo, por
cada 25 minutos de estudio, puedes descansar 5 minutos.
Este es otro clásico de los hábitos de estudio exitosos. Subrayar textos y realizar apuntes te
permite resaltar visualmente la información más valiosa o que te es más útil de un texto.
También es de gran ayuda gracias a que si días, semanas o incluso años después regresas a
esos textos, el subrayado te señala dónde está la información más importante, sin necesidad
de volver a leer todo.
Como se mencionó antes, el éxito de todas las técnicas de estudio dependen del tipo de
personalidad de cada estudiante, no son universales. Hay personas a las que se les facilita
realizar mapas conceptuales para estudiar semejanzas y diferencias de los temas vistos, otros
prefieren realizar diagramas o dibujos para estudiar visualmente, y también hay personas más
musicales a las que se les facilita adquirir información mediante melodías. Si aún no conoces
qué técnica va mejor contigo prueba con todas estas y las demás que te encuentres hasta
llegar a la que más te ayuda a ti.
Tu área de trabajo debe estar preparada de acuerdo a tus gustos para estudiar, por eso el
primer paso es quitar toda tu ropa sucia del escritorio y pasarla a la cama (o mejor aún, al bote
de la ropa sucia).
Si a ti se te facilita aprender cosas nuevas mientras estás en contacto con la naturaleza, tal vez
lo mejor para ti sea estar en un parque o en un bosque tranquilo. Pero si necesitas silencio
absoluto, lo mejor sería una biblioteca o acondicionar tu cuarto para evitar que los ruidos de la
calle o de los vecinos te interrumpan.
Reduce distracciones
Para mejorar tus técnicas de estudio, el primer paso es identificar qué es lo que te distrae y el
segundo paso es tratar de eliminar dichas distracciones. Por ejemplo, si constantemente
checas las notificaciones de tu teléfono, apágalo, siléncialo o déjalo en otro cuarto. Lo mismo
pasa si revisas a cada rato tus redes sociales, ignóralas.
Pregunta
Ante cualquier duda, pregunta, ya sea a tu maestro o a tus compañeros si estás en una escuela
o curso con otras personas, o pregunta en foros y redes sociales si estudias por tu cuenta. Evita
quedarte con dudas y quítate el miedo a quedar en ridículo “por no saber”, pues todo
conocimiento nace por una pregunta. También es recomendable que además de preguntar,
discutas tus nuevos conocimientos con otras personas para que los pongas en práctica.
Es necesario que la curiosidad por conocer cosas nuevas nunca se te termine. Si bien puede
haber temas o materias que se te dificulten, encontrarles el lado que conecte con tus gustos te
permite que el aprendizaje sea algo más que información para salir bien en un examen. Por
ejemplo, si estudias inglés y odias la habilidad de reading, busca libros o textos en inglés sobre
temas que te gusten, ya sean los videojuegos, las películas o cualquier cosa que leerías en
español por gusto.
Existen malos hábitos de estudio como procrastinar (aplazar tiempos de estudio) o estudiar
rodeado de distracciones (por ejemplo, estudiar sin quitar las notificaciones del celular).
Puedes reducir estos hábitos en tres pasos:
Al momento de estudiar, pon atención en qué es lo que impide que sigas avanzando. Por
ejemplo, si identificas que es la música, ahora estudia sin música. Aquí lo importante es que
debes ser sincero contigo mismo, por más que te guste o estés acostumbrado a tu mal hábito,
no deja de ser malo y disminuye tu calidad de estudio.
No esperes eliminar los malos hábitos desde el primer momento. Al ser hábitos, son rutinas
que puedes tener muy arraigadas, por lo que es necesario ser paciente y no desanimarte. Para
ayudarte en este fin debes ser realista. No te apresures en eliminarlos, es mejor plantearte
metas a largo plazo que puedas cumplir, que metas inmediatas imposibles de alcanzar.
Busca ayuda.
Si notas que no puedes eliminar por tu cuenta los malos hábitos, no hay nada de malo en pedir
a algún familiar, amigo o profesor que te ayude. Una visión externa te puede dar una guía o
platicarte cómo superó este mismo problema.
Supérate a ti mismo
Opinión personal
Para mí las técnicas y planificación son fundamentales para tener un buen rendimiento
académico. Además, los hábitos de estudio regulares ayudan a mantener la concentración y el
enfoque. Es importante encontrar lo que funciona mejor para cada persona y adaptarlo a sus
necesidades individuales.
Conclusión
En conclusión, las técnicas de planificación y los hábitos de estudio son herramientas clave
para alcanzar el éxito académico. Al desarrollar una estrategia efectiva y mantener una rutina
consistente, se pueden maximizar los resultados y reducir el estrés relacionado con los
estudios.