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UNIVERSIDAD DEL SIGLO XXI

1. Conceptualización etimológica de la Universidad

El término “universidad” proviene del latín universitas cuyo significado implicaba la


universidad integración del saber, dentro de la indagación limitada de la verdad
(Herrera, 2002).
En un primer momento se le denominaba concretamente “universitas magistrorum
et scholarium”, y también studium generale, aunque esta última acepción sólo era
utilizada por algunos centros de enseñanza que por bula pontificia o por privilegio
imperial tenían derecho a otorgar grados académicos.
2. Orígenes de la universidad

La universidad tiene su nacimiento en el siglo XIII, en el centro de Europa, como


producto inmediato de un movimiento intelectual intenso de pequeños grupos de
maestros y discípulos que empezaron a interrogarse y dialogar sobre los aspectos
profundos del conocimiento relacionados con temáticas definidas de Dios, del
hombre y de las cosas.
Por tanto la universidad es un producto cultural de occidente (véase los modelos de
la universidad en el cuadro siguiente). Las primeras universidades se instalaron en
Italia y Francia. La Universidad de Bolonia es la más antigua de Italia y la
Universidad de París es su contemporánea fechándose dichos acontecimientos
alrededor del año 1200.
La estructura organizativa y funcional de la universidad de París se convirtió, en ese
tiempo, en el modelo de las demás universidades que fueron emergiendo,
comenzando por la universidad de Oxford. En la universidad de París los maestros
se agruparon en cuatro facultades: Tecnología, artes, derecho y medicina; bajo esta
organización académica, se convirtió en el centro intelectual de occidente.
Otras universidades importantes que surgieron en el mismo siglo XIII son las de
Padua y Nápoles en Italia, y la de Salamanca en España; esta última promotora de
ideología y técnica de no pocos centros universitarios del nuevo mundo americano
(Herrera, 2002).
La Monarquía Española al conquistar las tierras americanas se preocupó por la
educación de los nativos y por la temprana fundación de centros educativos. Entre
ellos tenemos a la primera universidad de América, denominada Universidad de
Santo Tomas de Aquino (fundada en 1538).
La Universidad nacional Mayor de San Marcos fue la segunda universidad de
América y la primera de la parte continental fundada en la ciudad de los Reyes,
capital del Virreinato del Perú, una de las principales junto con México, de gran
irradiación sobre muchas otras, especialmente en el cono sur, fiel seguidora de la
universidad de Salamanca desde sus orígenes y a lo largo de su trayectoria
académica. Incorporo sus estilos y legislación. Supo asimilarlos y vivirlos; luego
transmitirlos con fidelidad y fuerza en los distintos puntos hasta donde llegó su
influencia inspiradora (Rodríguez, 1997). Es importante aclarar que en la actualidad
existen dos posiciones acerca de las fechas fundacionales de las universidades
Tomas de Aquino y UNMSM. Algunos consideran que la UNMSM es la primera de
América y otros que es la Universidad de Aquino (Valcárcel, 1990).
Los orígenes del sistema universitario del Perú remontan al siglo XVII, cuando las
dificultades para desplazarse y los costos de mantenimiento en Lima, justificaron la
creación de otras dos universidades: San Cristóbal de Huamanga (1677), de corta
duración y San Antonio de Abad del Cusco (1692), con la correspondiente
autorización real y eclesiástica procedimiento obligatorio en la época.
Luego de la fundación de las universidades en el Perú, se fueron creando más
universidades en las distintas ciudades principales de los países emergentes en
América Latina.
Algunos Modelos de Universidad

Históricamente se puede distinguir algunos modelos de universidad:

 La Universidad Medieval

Se caracterizaba por ser una comunidad de profesores y alumnos, dedicada


al estudio de verdades veladas según eran transmitidas por la iglesia. El
predominio de la teología como ciencia fundamental y reina de todas las
demás, no admitía discusión.
Los métodos didácticos utilizados fueron la “lectio” (lección) basada en la
lectura de un texto de reconocida autoridad y en la “disputio” especie de
torneo dialéctico, en el que participaban activamente los alumnos.

 La Universidad Moderna

Se inicia con la crisis de la iglesia católica, al producirse la reforma


protestante y la ruptura de Enrique VIII de Inglaterra.
La Universidad Moderna parte de la concepción de que los conocimientos
humanos son limitados y provisionales. La función de la universidad consiste
en enseñar a cuestionar lo sabido y a auscultar nuevos caminos y métodos
de investigación.
El método dialéctico más adecuado para este tipo de enseñanza era el
“seminario”, perdiendo vigencia la clase magistral.

En la universidad Moderna se desarrollaron tres modelos diferentes: el inglés,


el francés o napoleónico y el alemán. El modelo Inglés mantiene la tradición
de la universidad medieval, aunque saben adaptarse a las circunstancias de
cada época. El modelo francés fue creado a principios del siglo XIX y puesta
en marcha por Napoleón I. Se caracterizaba por ser nacionalista y
burocrática. El modelo alemán, denominado científico o humboldtiano, busca
la verdad por la verdad, enseñando a hacer ciencia, mediante la investigación
en un ambiente de libertad y plena autonomía. La universidad
norteamericana se considera como una especie de hibrido entre el modelo
inglés y el modelo alemán.

 Universidad Postmoderna

La universidad del siglo XXI busca alentar una cultura del aprendizaje, en la
cual cada persona asume el aprender como tarea permanente. Esto implica
estar motivado para ello, tener información, y capacidad para indicar que es
necesario aprender, desarrollar habilidades, hábitos apropiados para el
autoaprendizaje y para interaprender con otros, así como disponer de
conocimientos actualizados acerca de donde, con quienes, por qué medios
y cómo acceder con calidad a lo que se busca estudiar.
3. ¿Qué es la universidad?

El concepto de “universidad” es complejo y entre nosotros permanece vago e


impreciso, por ello vamos a tratar de presentar algunas conceptualizaciones que
nos parecen esclarecedoras:

Para Alarcón (1980; citado por Rodríguez, 1997), la universidad es “la agrupación
autónoma y libre de maestros y alumnos que, utilizando el pensamiento y la acción
como medios, está interesada en:

 La producción de conocimiento.
 La conservación, transmisión y cuestionamiento del saber producido.
 La difusión del saber y la cultura a favor del hombre, la comunidad y la
humanidad.

Para Alsey (1968; citado por Rodríguez, 1997), “la universidad es una institución
social que tiene unos propósitos o unas misiones a desempeñar respecto a sus
miembros, de otros grupos sociales y de la sociedad misma, considerada en su
conjunto”.

Finalmente, bajo el punto de vista funcional, Gabino Herrera (2002) nos dice: “la
universidad es un organismo, con órganos o estamentos componentes (estudiantil,
docente, administrativo y directivo), todo lo cual determina una serie de funciones
definidas y sancionadas, e incluye unos recursos de todo orden, desde luego, la
infraestructura y las facilidades de operación”.

Teniendo en cuenta unos y otros elementos, se puede hacer la siguiente


aproximación: “la universidad es un fenómeno social que se presenta en forma
institucionalizada y por lo mismo, integrada al conjunto de la sociedad. Esto ha
sucedido a través de su historia y se sucede también en la actualidad, pues la
universidad siempre pretende ser una respuesta a las necesidades típicas del
desarrollo” (Hernández, 1988:4).

De aquí emerge la noción de universidad como entidad promotora del bienestar y


del progreso colectivo, y como unidad dinámica que debe irrigar todos los cambios
de acción.

4. Funciones de la Universidad

Aparentemente las funciones o misiones de la universidad parecieran estar claras y


aceptadas universalmente. Sin embargo, un breve análisis nos mostrará que ella no
es tanto así. En general, existieron opiniones diferentes según los pensadores, los
países y el mismo momento histórico vivido.
Para Ortega y Gasset (1940; citado por Colom, 1997) “la universidad debía no
solamente formar profesionales o especialistas sino también y sobre todo hombres
cultos. Entendiendo por cultura no un conjunto anacrónico de idiomas y sistemas de
pensamientos “clásicos”, sino aquel conjunto de ideas vivas que el hombre necesita
para orientarse en el mundo que le ha tocado vivir.
Propugnaba, a su vez, una clara escisión entre la docencia y la investigación, debido
a que esta estaba reservada a una minoría selecta de estudiantes y a que, en
muchas ocasiones, la capacidad docente e investigadora no marchaba a la par,
dándose el caso de excelentes investigadores que eran pésimos pedagogos y
viceversa (De Juan, 1996:14).

Para Jaspers, la misión fundamental de la institución universitaria sería la creación


de ciencia e investigación pura. Para otros como Newman, la auténtica de la
universidad no es ni cultura ni ciencia, sino social; su finalidad es educar y formar
nuevos miembros de la sociedad.

De lo anteriormente expuesto podemos inferir cuatro grandes misiones atribuibles


a la universidad:

ENSEÑANZA PROMOCION DE
LA CULTURA

UNIVERSIDAD
FUNCIONES

INVESTIGACION SERVICIO A LA
COMUNIDAD
 Misión Docente. La transmisión del conocimiento ha sido la función
originaria de la universidad. Es una creación de la Edad Media y es la única
que se conoció hasta el siglo XIX.
La enseñanza que se imparte en la universidad es de nivel superior, pues en
ella se desarrollan saberes altamente especializados mediante metodologías
y procedimientos didácticos basados en principios científicos y tecnológicos
de avanzada y, vía investigación, contrastados permanentemente con la
realidad circundante.
El reto de toda universidad es brindar una enseñanza de alta calidad que
garantice la formación integral del estudiante a nivel tanto personal como
profesional. De acuerdo con Rodríguez (1997), ser profesional universitario
significa poseer un determinado conjunto de conocimientos óptimos y saber
manejar, con solvencia y con ética, cierto tipo de problemas. Es así como se
crean y se mantienen las condiciones fundamentales del desarrollo integral,
y es por esto que, por sobre todo, la universidad debe proporcionar los
medios adecuados para la preparación de sus estudiantes en este sentido.

 Misión Cultural. La universidad como centro intelectual y de debate de la


realidad nacional, no es ajena la conservación, difusión, estudio y recreación
de todas las manifestaciones culturales. La pluriculturalidad y multietnicidad
existente en nuestro país comprometen la participación de la universidad a
fin de fomentar y consolidar nuestra identidad nacional.

 Misión investigadora. La investigación constituye una de las misiones más


importantes de la universidad. Como entidad generadora de nuevos
conocimientos tanto científicos y tecnológicos como humanísticos, ésta
resulta ser la fragua natural de investigadores, y lugar propicio para el
desarrollo de vocaciones en ese sentido.
La investigación fue incorporada como función de la universidad en el siglo
XIX. Antes de ese siglo, la función que dominaba en la universidad era la
enseñanza.

 Misión Social. La misión social de la universidad está relacionada con la


planificación y desarrollo de programas de proyección social y extensión
universitaria. Es una de las funciones más recientes de la universidad,
incorporada en el siglo XXI.
Dichos programas comprenden una serie de actividades o servicios que se
ofertan a la comunidad en forma permanente o discontinua, algunos con
costos otros gratuitos, que van desde los relacionados con la enseñanza y la
investigación hasta los de tipo sanitario (médico, dental, etc.) pasando por
programas culturales, deportivos, recreativos, sociales, artísticos y por los de
consultoría, actualización y capacitación.
5. La transformación de la educación superior en el siglo XX

5.1 Tendencias de la educación superior

Según el documento de la UNESCO (1995), tres son los desarrollos claves


de la educación superior durante el último cuarto del siglo pasado:

a) La expansión cuantitativa. En términos absolutos, la expansión ha


significado pasar de 13 millones de estudiantes en el nivel superior en
1960, en todo el mundo, a 65 millones en 1991, matriculados en cerca
de 30,000 instituciones reconocidas en el nivel superior. En América
Latina y el Caribe se ha pasado de 270,000 alumnos en 1960 a 8
millones en 1990, que asisten a cerca de 700 universidades (300
estatales u oficiales y 400 privadas) y alrededor de 3,000 instituciones
de nivel superior no universitario, de las cuales más de la mitad son
privadas. En el año 2000, se tuvo en América Latina más de 10
millones de estudiantes de nivel superior. Como se puede apreciar, el
incremento de la población que busca mejores niveles de educación
es constante (se incrementa cada año) y marca un hito frente a las
tendencias existentes en años anteriores.

b) La diferenciación de las estructuras institucionales y de los programas


y formas de estudio. La UNESCO (1995)

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