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Derecho administrativo

Tema 7. LA POTESTAD REGLAMENTARIA.

La Potestad Reglamentaria: es aquella que permite emitir, válidamente, reglamentos,


Implica una función reglamentaria, que es parte de la función administrativa y por ende
subordinada al principio de legalidad. En este sentido, todo reglamento, y toda potestad
reglamentaria, exigen una norma de base que lo autorice expresa o implícitamente

LOS REGLAMENTOS.
CONCEPTO.

La denominación de reglamento se aplica a todo acto unilateral que emite un órgano de la


Administración Pública, creador de normas jurídicas generales y obligatorias, destinado a
regular situaciones objetivas e impersonales. Estos elementos determinan su carácter como
fuente del derecho para la Administración, aun cuando emanen de ella misma, ya que
integran el bloque de legalidad al cual los órganos administrativos deben ajustar su
cometido.
En sentido estricto, los reglamentos son “normas que emanan de los órganos de la
Administración del Estado, previa habilitación de la Constitución o de las normas con
rango legal, y que tienen en el ordenamiento jurídico un carácter secundario a la ley”. En
ese contexto, podemos sostener que son aspectos esenciales del concepto de reglamento: su
carácter normativo, secundario a la ley, emanado de un órgano o autoridad dotado de una
potestad atribuida expresamente por el ordenamiento jurídico

NATURALEZA JURÍDICA.

La naturaleza jurídica del Reglamento se deduce y precisa contrastándolo con la Ley y el


acto administrativo. Con la ley, coincide sólo en ser norma escrita. Se diferencia en todo lo
demás (procedencia, rango, etc.). La ley procede del poder legislativo, expresión de la
voluntad soberana de la Comunidad y es incondicionada en su contenido e ilimitada en su
eficacia. El reglamento procede de la Administración que no representa a la Comunidad,
sino que es una organización servicial de la misma y su rango está condicionado a un
ámbito específico y limitado por la ley, infraordenado en su rango.

Los Reglamentos son fuentes de Derecho "para la Administración", pero proceden de ella
misma. Esto determina que ofrezcan una doble vertiente: por su procedencia son "actos
administrativos" sometidos al principio de legalidad y susceptibles, en su caso, de ser
fiscalizados por la jurisdicción contencioso-administrativa; su contenido son "normas de
Derecho objetivo", por lo que, vienen a integrarse en el llamado "bloque de legalidad" que
se impone a la propia Administración en su actuación concreta.
Los Reglamentos emanan de los órganos administrativos de mayor jerarquía en los
diferentes niveles de gobierno del Poder Ejecutivo (nacional, estatal y municipal): A nivel
Nacional le corresponde la potestad reglamentaria al Presidente de la República en Consejo
de Ministros (art. 236 ordinal 10 de la Constitución Nacional), a nivel Estadal a los
Gobernadores de Estados y a nivel Municipal le corresponde a los Alcaldes de cada uno de
los Municipios.
Le corresponde al Presidente de la República en Consejo de Ministros reglamentar la ley,
ya que así lo señala la Constitución Nacional en el artículo 236 ordinal 10, donde le
atribuye a él la potestad de reglamentar las leyes sin alterar su espíritu, propósito y razón
Específicamente, en materia de leyes relativas a procesos electorales, la Constitución
dispone: "Articulo 293: El Poder Electoral tiene por funciones: Reglamentar las leyes
electorales y resolver las dudas y vacíos que estas susciten 0 contengan".

En este caso se observa una potestad reglamentaria muy especial, que incluso veta la del
Presidente por especial, contra la de aquel, que es general. Aceptar lo contrario, implicaría
admitir una duplicidad de funciones en materia reglamentaria que la Teoría de la
Organización Administrativa no tolera y, a todas luces, inconveniente para el
funcionamiento general del Estado.

En cuanto a la Fuerza Armada Nacional, posiblemente respondiendo a criterios técnicos


(partiendo del carácter no militar del Presidente de la Republica), establece lo siguiente:
Solo el Estado puede poseer y usar armas de guerra. Todas las que existan, Se fabriquen o
se introduzcan en el Pals pasarán a ser propiedad de la Republica sin indemnización ni
proceso. La Fuerza Armada Nacional será la institución competente para reglamentar y
controlar, de acuerdo con la ley respectiva, la fabricación, importación, exportación,
almacenamiento, tránsito, registro, control inspección, comercio, posesión y uso de otras
armas municiones y explosivos

Fundamento
La doctrina distingue entre la justificación del Reglamento y el fundamento de la potestad
reglamentaria de la Administración Pública. Así:
1. En cuanto a las razones que justifican la existencia del Reglamento, se pueden agrupar en
tres apartados:
a) La composición política y no técnica de las Cámaras Legislativas, que determina
que éstas no sean idóneas para la aplicación de los Reglamentos, sustituyéndose, por
tanto, la solemnidad del poder legislativo por la rapidez y continuidad en la solución
de problemas.
b) La gran movilidad de las normas reglamentarias, que exige que éstas no tengan el
rango de ley formal, lo que facilita su derogación y sustitución.
c) La amplia esfera de discrecionalidad del poder ejecutivo, que determina la
conveniencia de que la propia Administración se autolimite dictando Reglamentos.
2. Respecto a las razones que fundamentan la potestad reglamentaria, si parte de la doctrina
se ha inclinado por señalar que se trata de una auténtica delegación que hace el poder
legislativo en el ejecutivo, la mayor parte de la doctrina entiende, en cambio, que se trata de
un auténtico poder originario de la Administración Pública, es decir, de un poder que
dimana de su propia naturaleza, al considerar que ni las tareas propias de la Administración
ni las

CLASES DE REGLAMENTOS.

I.- Según Su Vinculación a La Ley Formal:


1.-Reglamentos Ejecutivos o Dependientes: Son aquellos que tienen por objeto
establecer los detalles necesarios para la aplicación de una Ley. Las disposiciones
contenidas en el Reglamento Ejecutivo tienen el carácter de normas secundarias respecto a
las primarias que están en la Ley. Fundamento: Artículo 236 numeral 10 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela.
2.-Reglamentos Independientes o Autónomos: Son aquellos que tienen por objeto
regular materia acerca de las cuales no existe Ley, son dictados no con el propósito de
facilitar la aplicación de una Ley sino con el de llenar un vacío legislativo. Los dicta el
Poder Ejecutivo por una necesidad derivada del ejercicio de la función administrativa,
para:
a) Regular el funcionamiento interno de Órganos Colegiados (reglamento del Consejo
Universitario de la Universidad) En este reglamento se puede establecer el Quórum, el
derecho de palabra, el tiempo y como van a ser las votaciones por ejemplo.
b) Crear órganos o reestructurar los ya existentes, asignándoles sus correspondientes
atribuciones y jerarquías. Lo encontramos en los distintos Ministerios que pueden dictar sus
reglamentos para reestructurar ese Órgano del Estado. Son reglamentos Internos, no son
reglamentos que trascienden a la Administración Pública.
c) Dictados por las autoridades para desarrollar competencias que le han sido
asignadas.
Estos Reglamentos Independientes, no tienen subordinación o dependencia de ninguna Ley,
pero si en algún momento el Órgano Legislativo sanciona la Ley que regula esa materia ese
Reglamento queda sin efecto y pasaría entonces si es necesaria la reglamentación a ser
reglamentada, desarrollada, detallada a través de un Reglamento Ejecutivo.
3.-Reglamentos Delegados: Son aquellas decisiones de carácter general dictadas por el
Poder Ejecutivo en virtud de una delegación que le haya hecho el Poder Legislativo o bien
de una ampliación acordada por la Ley al Poder Ejecutivo de su potestad ordinaria de
reglamentación.
4.- Reglamentos De Necesidad: Son aquellos que tienen por objeto las medidas de
carácter extremo acordadas por el Poder Ejecutivo contentivas de nuevas reglas de derecho,
a veces contrarias a las leyes vigentes y que han sido adoptadas sin autorización legislativa.
En cuanto a la aplicación en nuestro país: solamente aplican en nuestro ordenamiento
jurídico: Los Reglamentos Ejecutivos o Dependientes, y los Reglamentos Independientes O
Autónomos
II.- Según el Órgano del cual emanan:
Nacional: el Presidente de la República en Consejo de Ministros tiene la facultad
constitucional para reglamentar las leyes, sin alterar su espíritu, propósito y razón.
(Reglamentos Ejecutivos). En cuanto a los Reglamentos Independientes se debe proceder
de igual forma por razones de analogía, en defecto de texto expreso sobre el particular.
Los cuerpos directivos de los Institutos Autónomos, los Consejos Universitarios de las
Universidades Nacionales, el Fiscal, Contralor y Procurador de la República Bolivariana de
Venezuela tienen la facultad de dictar los reglamentos internos de los organismos bajo su
dirección.
Estadal: le corresponde al Gobernador de cada estado, conjuntamente con sus Secretarios,
reglamentar las leyes estadales emanadas de los Consejos Legislativos
Municipal: Le corresponde al Alcalde de cada Municipio la potestad de reglamentar las
Ordenanzas Municipales que proceden del Concejo Municipal.

REQUISITOS DE VALIDEZ.

Los Reglamentos de toda categoría -Ejecutivos e Independientes- deberán publicarse para


que adquieran eficacia y se hará de acuerdo a los niveles: nacional, estatal y municipal.
1.- si es dictado por el Presidente de la República o de Resoluciones Ministeriales la
publicación deberá hacerse en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela,
si lo dicta un Gobernador, se publicará en la Gaceta Oficial del Estado correspondiente y si
lo dicta un Alcalde de un Municipio se publicará en la Gaceta Oficial del Municipio que es
su instrumento de publicación. Por supuesto, se tomará en cuenta los requisitos de forma
establecidos, si fuese el caso, en las Constituciones estadales y en las leyes municipales.
2.- Si se trata de reglamentos internos, éstos adquieren eficacia cuando el mismo sea
conocido por todos los individuos a quienes estén dirigidos mediante un órgano adecuado
de divulgación

LÍMITES FORMALES:

La potestad reglamentaria no la tienen todos los entes de la administración pública. Solo


aquellos que poseen los elementos necesarios para tal efecto, los cuales son:
1.- La Constitución Nacional: Los Reglamentos no pueden vulnerar lo establecido en la
Constitución Nacional. De tal manera que el límite de mayor jerarquía a la potestad
reglamentaria lo constituye la Constitución Nacional (Art. 7 Constitución Nacional).
2.- La Ley: Desde el ámbito legal los límites a la potestad reglamentaria se encuentran
vinculados al carácter sub-legal de la función administrativa. Según el Art. 236, ordinal 10
de la Constitución Nacional los Reglamentos no pueden alterar el espíritu, propósito y
razón de la Ley reglamentada.
3.- Reserva Legal: La potestad reglamentaria no puede invadir el ámbito de la reserva
legal, es decir, la potestad reglamentaria no alcanza el contenido, la materia que pertenece a
la reserva legal, la cual por disposición constitucional o legal dicha potestad la tiene el
Órgano Legislativo.

LÍMITES SUSTANCIALES O MATERIALES

a) Respecto a los principios generales del derecho: Estos principios, articulan y animan el
ordenamiento jurídico en su totalidad. Es precisamente gracias a ellos que la
Administración se justifica y actúa. Por ello, se afirma que los reglamentos no pueden ser
arbitrarios ni crear normas arbitrarias, inequitativas o injustas.
b) Técnicas de control de la discrecionalidad: Las técnicas de control sobre la
discrecionalidad, son de aplicación en punto a la citada potestad. Entre ellos, la relación
entre los conceptos jurídicos indeterminados (sana administración, justo precio, buen padre
de familia) y la discrecionalidad. Haciendo énfasis en el hecho de que el uso de tales
conceptos no puede ser arbitrario, sino que es una ponderación del enunciado de la Ley, los
elementos reguladores de la realidad social, la ideología jurídica dominante y oficial y el
sano criterio del administrador (o, del Juez, según corresponda); como podría ser el caso de
la aplicación a una situación concreta de las normativas relativas a la expropiación por
causa de utilidad pública.
c) Materia reglamentaria: La materia o el objeto sobre la cual recae la potestad
reglamentaria, es esencialmente la propia organizativa. Organización de las oficinas o entes
administrativos y organización interna del servicio público asignado al ente respectivo, son
materia específica, autónoma, del reglamento. Lo cual no significa, como ya se indicó, que
exista una reserva reglamentaria sobre campos o esferas pre-determinadas.

Irretroactividad: El reglamento no puede ser retroactivo, Su efecto es hacia el futuro, no


hacia el pasado. Se trata de otra limitación sustancial que le impide a la potestad
reglamentaria, ejercida por la función administrativa, afectar situaciones pasadas. Por el
contrario, la Ley formal, emanada por el Parlamento, Poder Legislativo o Asamblea
Legislativa, si puede tener efecto retroactivo, siempre y cuando se respeten derechos
adquiridos, derechos subjetivos y situaciones jurídicas consolidadas. Es decir, la Ley puede
tener efecto retroactivo para favorecer al administrado, al ciudadano, al particular, pero no
para perjudicarlo

LA RESERVA LEGAL Y LA POTESTAD REGLAMENTARIA.


En efecto ¿qué materias están reservadas a su regulación por Ley? En respuesta podemos
señalar que el primer principio de la reserva legal es que forma parte de ella, toda materia
que la Constitución reserve expresamente al Legislador, es decir, cuando hay indicación
expresa de tal reserva en la Constitución. Por tanto, la materia que el texto constitucional
remita a una Ley, no es regulable por reglamento, sino para desarrollar lo que esa ley diga.
A todo lo largo de la Constitución, hay múltiples casos en los cuales la Constitución remite
a la Ley, en cuanto a la regulación de ciertas materias lo cual es particularmente destacable
en el campo de los derechos y garantías los cuales están sujetos a las limitaciones que
establezca la Ley, La Constitución, por tanto, en más de una oportunidad, más de las que
uno se imagina, remite a la Ley para re guiar, limitar, o establecer un determinado régimen.
Este es el primer campo de la reserva legal.

El segundo campo se refiere a la regulación de las garantías constitucionales, las cuales


sólo pueden ser reguladas y limitadas por el Legislador. En estos casos, inclusive, puede
decirse que la verdadera "garantía" constitucional en relación a los derechos fundamentales,
es precisamente la Reserva Legal, pues si esta no estuviese establecida, no habría garantía.
La garantía, cuando la Constitución, por ejemplo establece la inviolabilidad de la
correspondencia, es que ese derecho, además de estar previsto en el texto fundamental, sólo
puede regularlo el legislador, limitándose considerablemente el poder de los órganos
ejecutivos. La verdadera garantía en materia de derechos Constitucionales, por tanto, está
en que hay reserva legal, es decir, en que los ciudadanos tienen la "garantía" de que sólo el
legislador puede regularlos y que no puede otra autoridad limitarlos. Por eso, un área
esencial de la reserva legal es la regulación de los derechos y garantías constitucionales, lo
que además surge del propio texto de la Constitución, Cuando regula los derechos siempre
remite a la Ley, expresamente para la limitación y restricción de los mismos.

El tercer campo propio de la reserva le gal, es el campo tributario, o de las contribuciones:


sólo la ley puede establecer tributos, y exenciones y prever exoneraciones, y esto tiene un
fundamento en la Constitución, al disponer el artículo 224, que "No podrá cobrarse ningún
impuesto u otra contribución que no estén establecidas por Ley".

La cuarta área de materias de reserva legal, es la materia sancionatoria, y la regulación de la


responsabilidad de la cual las sanciones son la consecuencia. El principio tiene basamento
constitucional en relación a la responsabilidad penal, en el sentido de que los delitos y las
penas deben ser establecidos por la Ley. Como lo dice el artículo 60°, ordinal 2°; "Nadie
podrá ser privado de su libertad por obligaciones cuyo incumplimiento no haya sido
definido por la Ley como delito o falta", pero este principio, por supuesto, se extiende a
todo el ámbito de las consecuencias de la responsabilidad, tanto en materia civil como en
materia administrativa y disciplinaria. Por tanto, la regulación de la potestad sancionadora
del Estado, es materia de reserva legal, por lo que en materia administrativa sólo la Ley
puede establecer sanciones, siendo inconstitucionales los reglamentos que establecen
multas.

Por último, también es un campo propio de la reserva legal, la organización de los Poderes
Públicos y el establecimiento de los diversos órganos que ejercen el Poder Público. Las
funciones del Estado asignadas a determinados órganos, por tanto, no pueden transferirse
libremente a otras entidades y ello se confirma por la exigencia del artículo 230 de la
Constitución, de que la creación de institutos autónomos se haga mediante Ley.

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