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CENIZA

El significado bíblico de ceniza se refiere a al origen del cuerpo humano. Este


término también es usado como expresión de humillación, por eso es frecuente
encontrar la palabra ceniza junto al cilicio, pues denota reconocimiento del propio
pecado y penitencia o bien relacionado al dolor y luto.
En la Biblia se menciona la ceniza también relacionándola con la idea del estado
final en que quedan los huesos de los muertos. Así, junto con el polvo y el cilicio,
es símbolo de humillación, dolor y duelo.
Ceniza, Del latín cinis: Polvo, residuo, que queda de la combustión total de algo.
La ceniza de la víctima inmolada se usaba para las purificaciones, Nm 19, 17; Hb
9, 13.
Echarse ceniza sobre la cabeza, acostarse o revolcarse en ella, era signo de
duelo, penitencia, dolor, 1 S 13, 19; Jdt 4, 11 y 15; 9, 1; Est 4, 1-3 y 15; 1 M 3, 47;
4, 39; Jb 42, 6; Is 58, 5; Jr 6, 26; Ez 27, 30; Dn 9, 3; Jon 3, 6.

En sentido figurado, ceniza es lo asqueroso, Jb 30, 19; la desgracia, Sal 102, 10;
el corazón del que fabrica ídolos es c. Sb 15, 10; la vanidad es c., Is 44, 20. El
hombre es polvo y c., Si 10, 9; 17, 32. Los despojos mortales del hombre, el
cadáver, se llaman c., Sb 2, 3; hondonada de la Ceniza, llama el profeta Jeremías
al cementerio contiguo al torrente del Cedrón, Jr 31, 40.
1. La expresión polvo y ceniza (p. ej, Gen 18,27) es un juego de palabras (afar y
efer) y significa el origen del cuerpo humano de los elementos químicos comunes.
Las cenizas eran rociadas sobre la persona, o la persona se sentaba en medio de
cenizas como señal de duelo (2Sa 13,19; Job 2, 8). La palabra con frecuencia va
acompañada de cilicio para expresar duelo (Jer , 26).
2. La hermosa expresión diadema en lugar de ceniza (Isa 61, 3) es un juego de
palabras. Otra palabra para cenizas, deshen, se usa para referirse a los restos del
holocausto (p. ej., Lév.6, 10, 11).

El hombre es “ceniza”: Gen 3:19, Gen 18:27. Debemos arrepentirnos y hacer


penitencia, vistiéndonos de ceniza: Mat 11:21, Jon 3:6, Job 2:8, Is. 58.

CUARESMA.

La Cuaresma (en latín: quadragesima ‘cuadragésimo día (antes de la Pascua)’) es


el tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de
la fiesta de la Pascua. Se trata de seis semanas de purificación e iluminación
interna,1 celebrado en las Iglesias católicas, copta, ortodoxa, anglicana,
incluyendo algunas evangélicas aunque con inicios y duraciones distintas.

En el rito latino, la Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y se extiende hasta


la hora nona del Jueves Santo, por lo que no incluye la Misa de la Cena del
Señor.23La duración de cuarenta días proviene de varias referencias bíblicas y
simboliza la prueba por la que pasó Jesús al permanecer durante 40 días en el
desierto de Judea, previos a su misión pública. También simbolizan los 40 días
que duró el diluvio universal, además de los 40 años de la marcha del pueblo
israelita por el desierto, y las 40 décadas que duró la esclavitud de los hebreos en
Egipto.4

A lo largo del tiempo de Cuaresma, los cristianos son llamados a reforzar su fe


mediante diversos actos de penitencia y reflexión. La Cuaresma tiene seis
domingos incluyendo el Domingo de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la
conversión, el pecado, la penitencia y el perdón son dominantes. Es, por
excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. Por eso, en la
misa católica no se canta el Gloria en los ritos iniciales (excepto el Jueves Santo,
en la misa de la cena del Señor, con el que inicia la Pascua o en fiestas y
solemnidades: La solemnidad de San José y la Anunciación siempre cae en
Cuaresma), ni el Aleluya antes del evangelio.

El color litúrgico asociado a este período es el morado, asociado a la penitencia y


el sacrificio, a excepción del cuarto domingo que se usa el rosa, mezcla de
morado y blanco. El Domingo de Ramos, llamado Domingo de Ramos de la
Pasión del Señor o 6º Domingo de Cuaresma, se usa el color rojo por ser ya la
celebración en día de precepto de la Pasión de Cristo.
Desarrollo histórico:

Existen evidencias de la existencia de prácticas cuaresmales, en particular del


ayuno como preparación de la Pascua, desde fines del siglo II y principios del siglo
III. Desde el año 322 existen noticias de la Cuaresma en Oriente, mientras que en
Roma se celebró con seguridad al menos desde 385.5 En los primeros tiempos de
la Iglesia, la duración de la Cuaresma variaba. Finalmente en el siglo IV se fijó su
duración en 40 días, con inicio seis semanas antes del domingo de Pascua.6 por
tanto, un domingo llamado precisamente «domingo de cuadragésima».

En los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal,
presentándose un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en domingo
por ser día de fiesta, la celebración del Día del Señor. Para respetar el domingo y,
a la vez, tener cuarenta días efectivos de ayuno durante la Cuaresma, en el siglo
VII, se agregaron cuatro días más antes del primer domingo, estableciendo los
cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto. Eran
exactamente cuarenta los días que van del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo,
sin contar los domingos.

Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II se prefirió excluir del periodo
cuaresmal los días del entonces llamado Triduo Sacro ya que no eran en realidad
una conclusión de la Cuaresma sino ya una celebración de la Pascua entendida
como el paso de la muerte a la vida (y no solo la resurrección) por lo que la
Cuaresma, a pesar de no durar ya los 40 días medievales, termina el Jueves
Santo después del oficio de Nona (Hora intermedia) que suele corresponder a las
3 de la tarde, con lo que las celebraciones de la Cena del Señor no forman parte
de la Cuaresma, sino de la Pascua. A día de hoy, tampoco hay un ayuno tan
estricto: solo se conserva para el Miércoles de Ceniza y el Viernes (y el Sábado si
es posible) Santos, aunque este último no es un ayuno penitencial sino un ayuno
pascual. Los viernes de Cuaresma se tiene abstinencia de carne (salvo en las
solemnidades como San José o la Anunciación).

Calendario

La Pascua tiene mucha relación con el calendario agrícola y el tiempo de


renovación de la tierra. Para calcular su celebración se toman en cuenta el sol y la
luna (sol de primavera y luna llena). En ese sentido, se debe buscar el primer
domingo posterior a la primera luna llena de primavera septentrional (Hemisferio
Norte), que es la fecha de la Pascua de Resurrección. Una vez encontrada la
Pascua, los seis domingos anteriores serán domingos de Cuaresma, empezando
la misma el miércoles anterior al primer domingo.

Práctica

Según el pasaje del Libro de Isaías 58:6-9 utilizado en celebraciones litúrgicas


cuaresmales, el ayuno agradable a Dios consiste en compartir el pan con el
hambriento, dejar entrar en la casa a los pobres sin techo, vestir al que se ve
desnudo y no volver la espalda a los demás.

La práctica de la Cuaresma data del siglo IV, cuando se da la tendencia para


constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con el
ejercicio del ayuno y de la abstinencia de ingesta de carne. Conservada con
bastante vigor —al menos en un principio— en las iglesias de Oriente, la práctica
penitencial de la Cuaresma se aligeró en Occidente, aunque debe observarse un
espíritu penitencial, de conversión y de oración.

En el presente, más que el simple ayuno de comida, se incentivan prácticas que


afectan áreas más personales de la vida: «se trata de ayunar de la comodidad, de
una vida fácil, de la mínima resistencia, de la mentalidad gregaria, del placer por el
placer. Y sobre todo, se trata de ayunar del poder, la autocomplacencia y la gloria,
ayunar de egoísmo, insensibilidad e inhumanidad. Es ayunar de competitividad y
beneficios a costa de otros; de las formas de proceder del mundo y de los reinos
construidos con la acumulación de bienes a costa de las enormes necesidades de
todos los que habitan en la tierra»,7 como forma de interpretar un pasaje bíblico
utilizado en la liturgia de Cuaresma:

Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y para dar de puñetazos a malvados.


No ayunen como hoy para hacer oír en las alturas su voz. ¿No será más bien este
otro el ayuno que yo quiero?

Desatar los lazos de maldad, deshacer las amarras del yugo, dar la libertad a los
oprimidos, y romper toda clase de yugo. Partir tu pan con el hambriento, hospedar
a los pobres sin techo, vestir al que veas desnudo y no apartarte de tu semejante.

Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te


precederá tu justicia, la gloria del Señor te seguirá. Entonces clamarás, y el Señor
te responderá. Pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy». Isaías 58, 4.6-9 .

Según san León, la Cuaresma es “

un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a


sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la
celebración de las solemnidades pascuales con la purificación del corazón y una
práctica perfecta de la vida cristiana (Esta definición es deducida del análisis del
sermón 42).

Se trataba, por tanto, de un tiempo, introducido por la imitación de Cristo y de


Moisés, en el que la comunidad cristiana se esforzaba en realizar una profunda
renovación interior. El Catecismo de la Iglesia católica retoma esta idea y la
expresa de la siguiente manera: “La Iglesia se une todos los años, durante los
cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (n. 540).

En algunas zonas son comunes los besamanos y besapiés, venerando imágenes


que procesionarán en Semana Santa.

Miércoles de Ceniza.
El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma, se realiza el gesto
simbólico de la imposición de ceniza en la frente de los fieles católicos. La ceniza
representa la destrucción de los errores del año anterior al ser estos quemados. Mientras
el sacerdote impone la ceniza dice una de estas dos expresiones: "Arrepiéntete y cree en
el evangelio" (Mc 1, 15) o "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Gén 3,
19).

El Miércoles de Ceniza es un día santo cristiano de oración y ayuno. Está precedido por el
Martes de Carnaval y es el primer día de Cuaresma,1 el periodo de seis semanas de
penitencia antes de Pascua. Es el primer día de la Cuaresma en los calendarios litúrgicos
católico y anglicano, como así también de diversas denominaciones protestantes,
luterana, metodista, presbiterana y algunas bautistas.2
Se celebra cuarenta días antes del Domingo de Resurrección, que marca el final de la
Semana Santa. La ceniza, cuya imposición constituye el rito característico de esta
celebración litúrgica, se obtiene de la incineración de los ramos bendecidos en el Domingo
de Ramos del año litúrgico anterior. 3
El Miércoles de Ceniza es una celebración litúrgica móvil, ya que tiene lugar en diferente
fecha cada año, siempre relacionada con la también móvil celebración de la Pascua. Puede
acontecer entre el 4 de febrero y el 10 de marzo.

¿Por qué miércoles?


En el siglo IV se fijó la duración de la Cuaresma en cuarenta días, esta comenzaba seis
semanas antes de la Pascua —para calcular la fecha de la Pascua se usaba el Computus—
en domingo, el llamado domingo de "Cuaresma". Pero en los siglos VI-VII cobró gran
importancia el ayuno como práctica cuaresmal. Sin embargo, surgió un inconveniente:
desde los orígenes de la liturgia cristiana nunca se ayunó en día domingo por ser "día de
fiesta", la celebración del día del Señor. Entonces, se movió el comienzo de la Cuaresma al
miércoles previo al primer sábado del mes.

Ayuno y Abstinencia.
Muchas denominaciones cristianas enfatizan el ayuno, así como la abstinencia durante la
temporada de Cuaresma y, en particular, en su primer día, Miércoles de Ceniza. El Primer
Concilio de Nicea habló de la Cuaresma como un período de ayuno de cuarenta días, en
preparación para la Semana Santa.9 En muchos lugares, los cristianos históricamente se
abstuvieron de comer durante todo un día hasta la noche y, al atardecer, los cristianos
occidentales tradicionalmente rompían el ayuno cuaresmal, que a menudo se conoce
como el «ayuno negro» o «ayuno rápido».1011 En India y Pakistán, muchos cristianos
continúan esta práctica de ayuno hasta el atardecer del Miércoles de Ceniza y el Viernes
Santo, y algunos ayunan de esta manera durante toda la temporada de Cuaresma.12
En la Iglesia católica, el Miércoles de Ceniza se observa mediante el ayuno, la abstinencia
de la carne y el arrepentimiento; en concreto, es un día de contemplación de las
transgresiones. El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, los católicos de entre 18 y 59
años pueden consumir una comida completa, junto con dos comidas más pequeñas, que
juntas no deberían ser iguales a la comida completa, si su salud les permite hacerlo.
Algunos católicos van más allá de las obligaciones mínimas establecidas por la Iglesia y
emprenderán un ayuno completo o un ayuno de pan y agua hasta el atardecer. El
Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo también son días de abstinencia de carne —
mamíferos y aves—, como todos los viernes durante la Cuaresma.13 Algunos católicos
continúan ayunando durante la Cuaresma, como era el requisito tradicional de la Iglesia,
14 concluyendo solo después de la celebración de la Vigilia Pascual. Donde se observa el
Rito Ambrosiano, el día de ayuno y abstinencia se pospone al primer viernes en la
Cuaresma Ambrosiana, nueve días después.15

Simbolismo y origen de la costumbre.


El simbolismo de la ceniza se relaciona con el hecho de ser el residuo frío y pulverulento
de la combustión, lo que persiste luego de la extinción del fuego.16 17 La ceniza simboliza
la muerte, la conciencia de la nada y de la vanidad de las cosas, la nulidad de las criaturas
frente a su Creador, el arrepentimiento y la penitencia.16 17 De allí las palabras que
Abraham pronuncia en el Génesis:
Aunque soy polvo y ceniza me atrevo a hablar a mi Señor. (Gén 18, 27)
Los griegos, los egipcios, los judíos y los árabes, entre otros pueblos de Oriente Próximo,
acostumbraban a cubrirse la cabeza de ceniza en señal de luto o duelo.17 En la Biblia es
un símbolo característico de penitencia interior o duelo.18 Los ninivitas usaban la ceniza
como gesto de arrepentimiento profundo. Los mensajeros de malas noticias solían cubrir
de ceniza su cabeza.19

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el sacramento de la
reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la
comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de
convertirse.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y
desde el siglo XI, la Iglesia de Roma solía poner las cenizas al iniciar los cuarenta días de
penitencia y conversión.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el
Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus cuarenta días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que recuerda a los que la practican que algún
día vamos a morir y que el cuerpo se va a convertir en polvo.
A diferencia de su disciplina con respecto a los sacramentos, la Iglesia Católica no excluye
de recibir sacramentales, como la colocación de cenizas en la cabeza, a quienes no son
católicos y ni siquiera bautizados.20Incluso aquellos que han sido excomulgados y, por lo
tanto, tienen prohibido celebrar sacramentales, no tienen prohibido recibirlos.21

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