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El sentido de la Palabra de Dios durante los diferentes tiempos

litúrgicos
Objetivo: Preparar al lector para que conozca, cada uno de los tiempos
litúrgicos el sentido que nos presenta, la primera lectura, salmo, segunda
lectura y el evangelio y así pueda desempeñar y tener un conocimiento las
lecturas de acuerdo al tiempo
Oración:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el
fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todas las cosas será creadas y
renovarás la faz de la tierra.
Espíritu Santo fuente de luz, ilumínanos.
Diagnóstico:
¿Qué es el año litúrgico?
¿Cuántos tiempos litúrgicos hay?
¿en qué tiempo se inicia el año litúrgico?
¿alguna idea que sepas que representa cada tiempo litúrgico?
Exposición del tema:
El año litúrgico está compuesto por cinco tiempos que son: el tiempo de
adviento, navidad, cuaresma, pascua y el tiempo ordinario, también hay ciclos
o años litúrgicos que son: A, B y C, así mismo, existen cuatro evangelios, que
son: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, estos Evangelios se leen cada uno en un
año propio, el Evangelio de Mateo se lee en el año A, de Marcos en el año B,
el de Lucas en el año C y el ultimo Evangelio que es Juan solo se toma en el
tiempo de cuaresma, semana santa y en el tiempo de pascua.
De acuerdo a eso también hay dos momentos en donde se lee las lecturas, en
las misas dominicales y en las misas semanales, lo cual en las misas
dominicales o en las misas importantes se lee la primera lectura, el salmo, la
segunda lectura y el evangelio, y en la misa semanal se lee: la primera lectura,
el salmo y el evangelio, de mismo la primera lectura se toma en los libros de
antiguo testamento a igual que el salmo, y la segunda lectura se toma de las
cartas, de San Pablo, Santiago, porque son exhortaciones. Y por último se lee
el evangelio dependiendo su año.
De acuerdo de cada tiempo se lee diferentes lecturas eso nos da otro sentido
las lecturas de acuerdo cada tiempo:
Tiempo de Adviento:
El Adviento es fundamentalmente el tiempo de la venida del Señor. Eso
significa la palabra latina “adventus”: venida, advenimiento. Una palabra que
se aplicaba especialmente a la llegada de algún personaje importante, y que
ahora nosotros dedicamos al Señor Jesús, el único Salvador del mundo, ayer,
hoy y siempre; principio y fin de la historia, es pues es el tiempo de la espera
de la acción divina, la espera del gesto de Dios que viene hacia nosotros y que
reclama nuestra acogida de fe y amor.
Tiempo de Navidad:
En el tiempo de Navidad, la Iglesia celebra el misterio de la manifestación del
Señor: su humilde nacimiento en Belén, anunciado a los pastores, primicia de
Israel que acoge al Salvador; la manifestación a los Magos, "venidos de
Oriente" (Mt 2,1), primicia de los gentiles, que en Jesús recién nacido
reconocen y adoran al Cristo Mesías; la teofanía en el río Jordán, donde Jesús
fue proclamado por el Padre "hijo predilecto" (Mt 3,17) y comienza
públicamente su ministerio mesiánico; el signo realizado en Caná, con el que
Jesús "manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él" (Jn 2,11).
Es el tiempo de alegría en el cual se celebra el nacimiento de nuestro Señor, de
los cuatro Evangelios que tenemos, tan sólo el de San Lucas se para a narrar el
nacimiento, propiamente dicho, de Jesús: Y sucedió que mientras estaban en
Belén, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo
primogénito. La Epifanía (manifestación de Dios), conocida como la fiesta de
los Reyes Magos, se relata en el Evangelio de Mateo. Y, por último, el
Bautismo de Jesús, en el de Marcos. Las lecturas de los profetas Isaías y
Sofonías ayudan a comprender mejor el significado de la Navidad
Tiempo de cuaresma
Lo primero que debemos decir al respecto es que la finalidad de la Cuaresma
es ser un tiempo de preparación a la Pascua. Por ello se suele definir a la
Cuaresma, "como camino hacia la Pascua". La Cuaresma no es por tanto un
tiempo cerrado en sí mismo, o un tiempo "fuerte" o importante en sí mismo.
Es más bien un tiempo de preparación, y un tiempo "fuerte", en cuanto prepara
para un tiempo "más fuerte" aún, que es la Pascua. El tiempo de Cuaresma
como preparación a la Pascua se basa en dos pilares: por una parte, la
contemplación de la Pascua de Jesús; y, por otra parte, la participación
personal en la Pascua del Señor a través de la penitencia y de la celebración o
preparación de los sacramentos pascuales -bautismo, confirmación,
reconciliación, eucaristía, con los que incorporamos nuestra vida a la Pascua
del Señor Jesús.
La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua.
Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de
memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de
recurso más frecuente a las "armas de la penitencia cristiana": la oración, el
ayuno y la limosna (Mt 6,1-6.16-18).
De manera semejante como el antiguo pueblo de Israel marchó durante
cuarenta años por el desierto para ingresar a la tierra prometida, la Iglesia, el
nuevo pueblo de Dios, se prepara durante cuarenta días para celebrar la Pascua
del Señor. Si bien es un tiempo penitencial, no es un tiempo triste y depresivo.
Se trata de un tiempo especial de purificación y de renovación de la vida
cristiana para poder participar con mayor plenitud y gozo del misterio pascual
del Señor.
Semana santa
La Semana Santa, conocida como Semana Mayor, es un período de ocho días
que comienza con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de
Resurrección, con la Semana Santa, el cristiano conmemora el Triduo Pascual,
es decir, los momentos de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo,
la Semana Santa está precedida por la Cuaresma, en que se recuerda el tiempo
de preparación de 40 días que pasó Jesucristo en el desierto. las celebraciones
centrales de la Semana Santa son Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y
Domingo de Resurrección.

La Semana Santa es un tiempo para dedicarse a la oración y reflexionar sobre


Jesucristo y los momentos del Triduo Pascual, pues Jesús, con su infinita
misericordia, decide tomar el lugar de los hombres y recibir el castigo para
liberar a la humanidad del pecado, además, la Semana Santa es el tiempo ideal
para que el ser humano medite sobre sus acciones y los cambios que debe
realizar para acercarse más a Dios y cumplir con sus mandamientos.

El triduo pascual:

Como Triduo Pascual se denominan los tres días de la Semana Santa en que se
conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo: Jueves Santo,
Viernes Santo y Sábado Santo.

El Jueves Santo celebra la última cena de Jesús de Nazaret con sus discípulos,
la institución de la eucaristía, la orden sacerdotal y el lavatorio de pies. en este
día, se realizan la visita de los siete templos o iglesias, con el objetivo de
agradecer a Dios el don de la eucaristía y sacerdocio, durante el Viernes Santo
se recuerda la pasión de Cristo y el momento de su crucifixión en el Calvario
para salvar al hombre del pecado y darle la vida eterna y el Sábado Santo es el
día que media entre la muerte y la resurrección de Jesús. Se lleva a cabo una
Vigilia Pascual, en la cual se acostumbra bendecir el agua y encender las velas
en señal de la resurrección de Jesús, que acontece la madrugada del domingo.

Con el Domingo de Resurrección, conocido también como Domingo de


Pascua, conmemora la resurrección de Jesucristo al tercer día después de su
crucifixión y su primera aparición ante sus discípulos. Es un día de suma
alegría para los fieles y es interpretado como la esperanza de una nueva vida.

Tiempo de pascua
El tiempo de Pascua es el más importante de todos los tiempos litúrgicos,
puesto que celebramos el centro de nuestra fe cristiana, que es la muerte y
resurrección de Jesús. El término Pascua significa precisamente paso, pues
Cristo muriendo en la cruz ha pasado de la muerte a la vida para hacernos
pasar con él, elevando así nuestra humanidad a una existencia definitiva y
gloriosa. Es la Pascua también de la Iglesia, su Cuerpo, que es introducida en
la Vida Nueva de su Señor por medio del Espíritu que Cristo le dio el día del
primer Pentecostés.
Es importante señalar que el tiempo de Pascua es incluso más importante que
la Navidad. De hecho, la Navidad es un preanuncio de la Pascua.
Tiempo ordinario
Al acabar cada uno de los 2 grandes tiempos del año litúrgico, constituidos por
la Navidad y la Pascua, se extiende el Tiempo Ordinario de 33 o 34 domingos,
en los que se celebra, simplemente, el Día del Señor. Llamados a ser por la fe
hermanos en Jesucristo e iniciados sacramentalmente por el sello del Espíritu,
los cristianos ejercen en el mundo el compromiso de la caridad. Reunidos en
asamblea, dan semanalmente al Padre la gloria que se merece, ya que, "gracias
a Cristo, unos y otros, por un mismo Espíritu, tenemos acceso al Padre" (Ef
2,18).
Las normas universales del año litúrgico dicen que, además de los tiempos que
tienen carácter propio, quedan 33 o 34 semanas en el curso del año en las
cuales no se celebra algún aspecto peculiar del misterio de Cristo, sino que
más bien se recuerda el mismo misterio de Cristo en su plenitud,
principalmente los domingos.
Los domingos que siguen a Pentecostés ayudan a desarrollar el sentido de la
Pascua cristiana y el misterio de Cristo en su totalidad. Es decir, nos recuerdan
la vida histórica de Jesús, especialmente su ministerio público. Por
consiguiente, la lectura principal de este tiempo es el evangelio. Todos
sabemos que la 1ª lectura, del AT, se ha elegido en relación al evangelio, y
que la 2ª lectura, salvo excepciones, es de Pablo o de Santiago, sin que forme
unidad con el texto evangélico. En el tiempo ordinario después de Pentecostés,
la Iglesia acentúa la peregrinación de los cristianos sobre la tierra hasta el día
final, bajo la atenta guía del Espíritu. Pero la Iglesia de la peregrinación es
Iglesia militante, del compromiso, que marcha con caridad hacia el objeto que
le muestra la esperanza.
Dinámica:
En grupos comparta las siguientes preguntas:
¿Cuál es el tiempo donde nace Jesucristo?
¿En qué tiempo se hace la penitencia y la oración?
¿En qué tiempo es donde relata la pasión de nuestro señor Jesucristo?
¿Qué es el triduo pascual?
Diagnóstico:
¿Qué significa el adviento?
¿El tiempo de pascua y el ordinario es lo mismo?
¿Cuál es el tiempo más importante de todo el año litúrgico?
¿Que el año litúrgico?
¿Cuántos días dura la semana santa?
¿En qué día comienza el triduo pascual?
¿Qué significa el viernes santo?
Oración final:
Padre misericordioso,
De amor incondicional,
De honra y dicha eterna,
Te damos gracias por este encuentro,
Por cada palabra que se dijo,
Por cada bendición que recibimos,
Te pedimos por tu guía,
Por tu ayuda en el camino,
Danos la fuerza de continuar siempre,
Y de llevarte en nuestros corazones
Porque tú eres la gloria,
Y en nombre de ello,
Finalizamos esta ofrenda,
Gracias padre,
Amen.
Título: Estructura de la misa. ¿Qué celebramos…?
Objetivo específico:
Identificar los momentos en los cuales el lector tiene una intervención en las
celebraciones eucarísticas, con una comprensión de la estructura que la rige,
para tener una visión de conjunto, resaltando el significa de cada una de sus
partes.
Oración inicial:
Señor,
tú que dijiste: “donde están dos o tres reunidos en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos”,
preside nuestra reunión.
Pon en nuestros labios aquello que, con tu gracia,
hemos vivido en nuestras almas durante la semana.
Que todo sea como la luz puesta en el candelero
para que alumbre a los demás.
Para que viendo las maravillas que haces con los hombres,
demos gloria a nuestro Padre Celestial
Amén.
Preguntas introductorias
¿En cuántas partes se divide una Celebración Eucarística?
¿Qué es la Liturgia de la Palabra?
¿Cuáles son las funciones de un lector en la Misa?
¿Cuál es el significado de una Celebración Eucarística?
Adentrándonos en materia.
En la Misa el pueblo de Dios es convocado bajo la presencia del Sacerdote, a
ser partícipe del memorial del Señor, como lo afirma el Evangelista Mateo
donde están dos o más reunidos en el nombre del Señor, Él está con ellos,
siendo esto parte fundamental ya que, en la Misa, los fieles se congregan en
torno a la Palabra de Cristo, así mismo de una manera sustancial Él se hace
presente bajo las dos especies Eucarísticas el pan y vino.
La Misa consta en cierto sentido de dos partes generales a saber: la Liturgia de
la Palabra y la Liturgia Eucarística, están estrechamente unidas conformando
así un solo acto de culto1. La Misa se conforma por diferentes partes que se
complementan dando así una estructura la cual es: Ritos iniciales, Liturgia de
la Palabra, Liturgia Eucarística y Rito de conclusión; en este apartado solo
nos adentraremos en los dos primeros puntos explicando en qué consisten y en
temas a posteriores visualizar la participación del lector en cada uno.
Ritos Iniciales.
Los ritos iniciales son aquellos que “preceden a la Liturgia de la Palabra: El
canto de entrada, el saludo, el acto penitencial, el Señor ten piedad, el Gloria y
la oración colecta; éstos tienen la función de exordio, introducción, y
preparación2” la finalidad que estos tienen como ya se menciona es
prepararnos y adentrarnos para la para la escucha de la Palabra de Dios y
celebrar dignamente la Eucaristía.
a) Canto de entrada: la finalidad de este una vez reunido el pueblo de
Dios es abrir la Celebración fomentando así la unión de los que se
encuentran presentes teniendo siempre en cuenta el tiempo en el que se
encuentra.
b) Saludo al altar: lo realiza el Sacerdote el Diácono o los ministros
saludando al altar con una inclinación.
c) Acto penitencial: este es efectuado por el Sacerdote realizando una
fórmula de confesión general así mismo en el tiempo pascual se puede
realizar la bendición y la aspersión de agua.
1
Cfr. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium, n. 56; Sagrada CONGREGACIÓN DE Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium, del
25 de mayo de 1967, n. 3: A.A.S. 59 (1967), p. 542.
2
Misal romano, Buena Prensa, México, cuarta edición típica 2018, Praenotanda, n. 46
d) Señor ten piedad: es un canto con el que los fieles aclaman al Señor
pidiendo que derrame su misericordia, toda la comunidad lo canta.
e) Gloria: es uno de los signos más antiguos siendo el himno con el cual
la Iglesia reunida en torno al Espíritu Santo glorifica a Dios Padre al
Cordero, presentando sus suplicas.
f) Oración Colecta: realizada por el Sacerdote invitando al pueblo a orar
permaneciendo un momento en silencio en forma de preparación, esta
oración es dirigida a Dios Padre por Cristo en el Espíritu Santo.

Con esto se da paso a otro momento en la celebración Eucarística, llamado


Liturgia de la Palabra en ella se escucha la Palabra de nuestro Señor
Jesucristo por medio de las diferentes lecturas, estas son tomadas de la
Sagrada Escritura y constituyen la parte principal de la Liturgia de la Palabra;
la homilía, la profesión de fe y la oración universal u oración de los fieles, la
desarrollan y concluyen. La conforman el silencio, las lecturas bíblicas, el
salmo, la aclamación antes del Evangelio, la homilía, la profesión de fe y la
oración universal o de fieles.
a) Silencio: este silencio se da antes de las lecturas invitándonos a la
meditación; se puede utilizar en diferentes momentos a saber: antes que
inicie la misma “liturgia de la Palabra, después de la primera y la
segunda lectura, y terminada la homilía3”.
b) Lecturas Bíblicas: en ellas encontramos la Palabra de nuestro Señor
que se nos presenta y dispone la mesa de la Palabra de a los fieles. Sale
a resaltar la unidad de los testamentos y de la historia de la salvación.
En la Misa celebrada con el pueblo las lecturas se proclaman siempre
desde el Ambon.
Las lecturas son proclamadas por un lector mientras que el Evangelio es
anunciado por un Diácono o un Sacerdote, después de cada lectura con
su respuesta se rinde homenaje a la Palabra de Dios, la proclamación
del Evangelio representa el culmen de la Liturgia de la palabra, las
lecturas y el evangelio van cambiando de acuerdo a los tiempos
litúrgicos y al año es el que se encuentre (tema: De qué manera y para
que están ordenadas las lecturas de la Misa).
3
Cfr. Misal Romano, Ordenación de las lecturas de la Misa, segunda edición típica 1981,
Praenotanda, n. 28.
c) Salmo: va después de la primera lectura responde a demás a cada una
de las lecturas; es preferible que este se cante por lo menos a lo que se
refiere a la respuesta del pueblo.
d) Aclamación: se canta el Aleluya u otro canto establecido por las
rúbricas, según las exigencias del tiempo litúrgico, la aclamación es el
saludo del pueblo al Señor y se dispones a la escucha de su Palabra.
e) La homilía: Es una explicación de algún aspecto particular de las
Lecturas o de la Misa del día, teniendo en cuenta las necesidades del
pueblo, y el ministerio que se celebra.
f) Profesión de fe: También conocido como Símbolo de la fe, busca que
el pueblo responda a la Palabra de Dios escuchando en las lecturas y
profundizando en la Homilía, es a través de una fórmula aprobada que
se confiesan los misterios de fe.
g) Oración Universal: También llamada oración de los fieles, en ella el
pueblo responde a la Palabra donde ejerciendo el Sacerdocio bautismal
ofrece las peticiones por la salvación de todos. El orden es el siguiente:
por la Iglesia, los gobernantes y la salvación del mundo, los que sufren
alguna necesidad, por la comunidad local.

Así es como culmina la primera parte de la celebración Eucarística en la cual


los fieles se disponen al encuentro de nuestro Señor por medio de la escucha
de su Palabra y se dispone además a la parte central que es el encuentro de
nuestro Señor de forma sustancial que se llevara a cabo en la Liturgia
Eucarística
Dinámica.
Comparte con tus compañeros las motivaciones que te llevaron a realizar un
servicio en la iglesia, así como la primera vez que recibiste el cuerpo de cristo
(¿Qué sentimientos te provoco?, ¿aún sigues manteniendo esos sentimientos al
recibirlo?)
Evaluación.
¿Qué de nuevo he aprendido?
¿De qué me sirven estos conocimientos en mi servicio?
¿Qué acciones puedo realizar para vivir de mejor manera la Misa?
Oración (lectura bíblica)
Te doy gracias Señor
porque, a pesar de mi pequeñez y debilidad
te sirves de mí
para ser escuchado en medio de la asamblea
por hacerme digno de proclamar tu mensaje
por regalarme el don de la voz
para pregonarlo
por dejar que me acerque
hasta la huella de tu presencia
que es tu palabra.
Te doy gracias, señor,
porque a pesar de mi fragilidad
tu Palabra puede más que mis pecados
tu gracia más que mis faltas
tu llamada más que mis imperfecciones
tu Espíritu más que la hechura de mi carne
gracias, señor,
por hacerte presente
a través de mis cuerdas vocales
por ser cauce entre ti y mis hermanos
entre el cielo y la tierra
entre el altar y la asamblea.
Por permitirme, en mi torpeza,
ser instrumento de tu perfección divina
humanidad a tu servicio
entrega puntual y comprometida.
Por todo ello
gracias te doy señor

Título: Estructura de la misa. ¿Qué celebramos…? Capítulo 2.


Objetivo específico:
Identificar los momentos en los cuales el Lector tiene una intervención en las
Celebraciones Eucarísticas, con una comprensión de la estructura que la rige,
para tener una visión de conjunto resaltando el significa de cada una de sus
partes.
Oración inicial:
Toma, Señor,
y recibe toda mi libertad,
mi memoria, también mi comprensión y toda mi voluntad.
Todo lo que tengo y poseo me lo has dado con amor:
Todos los dones que me has dado,
con gratitud, vuelvo a ti; disponer de ellos, Señor,
de acuerdo a tu voluntad. Dame solo tu amor, tu gracia.
Eso es suficiente, nada más quiero pedir.
Amén
Preguntas introductorias:
¿Qué recuerdo de las primeras partes de la celebración eucarística?
¿Cómo me dispongo para vivir este encuentro con Jesús a través de su Cuerpo
y de su Sangre?
¿De qué me sirve saber las partes de una Misa?

Adentrándonos en materia.
Llegando a este punto una segunda parte de la estructura de misa la cual es la
liturgia eucarística y el rito de conclusión con el cual se culmina la
Celebración Eucarística para ello describiremos como anteriormente se ha
hecho las partes que conforman.
Liturgia eucarística
Recordar que en la última cena nuestro Señor instituyo el banquete pascual
por el cual la Iglesia recuerda su sacrificio en la cruz, en la Liturgia el
sacerdote representa a cristo el Señor, realizando las acciones que el mismo
realizo y que ha confiado a sus discípulos (Lc 22, 19-20).
De acuerdo con las acciones que se han realizado en la Liturgia se han
establecido ciertos pasos que se deben de seguir a saber, la preparación de los
dones (pan y vino), seguido de la plegaria Eucarística, la fracción del pan que
a continuación describiremos de una forma breve:
Preparación de los dones: estos se llevan al comienzo de la Liturgia
Eucarística los cuales se convertirán en el cuerpo y sangre de nuestro Señor
Jesucristo, puede ser directamente de la credencia o también entrar en
procesión acompañados de un canto de ofertorio.
Oración sobre las ofrendas: terminada la preparación de los dones el
Sacerdote realiza una oración a la cual…
Plegaria Eucarística: a partir de este momento se adentra al centro y culmen
de la celebración, pues la plegaria es una acción de gracias y de santificación
en el cual los fieles elevamos nuestro corazón hacia Dios; el sentido que esta
tiene es que todos los fieles se unan a Cristo reconociendo sus grandezas, los
fieles permanecen en silencio y con reverencia.
Las partes que conforman esta plegaria son: acción de gracias: expresada en
el prefacio glorificando el nombre de Dios Padre y de su obra salvadora; la
aclamación: en el cual se canta el salto; Epíclesis: en ella la Iglesia por medio
de determinadas invocaciones implora el poder del espíritu santo para que los
dones sean consagrados en otras palabras se conviertan en Cuerpo y Sangre de
Cristo4.
Narración de la institución y consagración: en la cual recordamos la
institución de la Eucaristía en la última cena, que por medio del pan y del vino

4
Misal romano, Buena Prensa, México, cuarta edición típica 2018, Praenotanda, n. 79.
ofreció su cuerpo y sangre; anamnesis: recordamos la bienaventurada pasión,
resurrección y ascensión al cielo de Cristo; Oblación: en la cual nos ofreceos
como victimas ante el Espíritu Santo; intercesiones: en ella se celebra a
comunión entre toda la Iglesia celeste y terrena; doxología final: expresa la
glorificación de Dios.
Rito de comunión
En ella los fíeles se disponen para recibir de la mejor manera posible la a
Cristo como alimento espiritual; Oración del señor: en la que se realizando la
oración del padrenuestro.
Rito de la paz: se implora la paz y la unidad de la iglesia, expresando la
comunión eclesial por medio de un gesto (este será establecido por las
conferencias episcopales viendo su conveniencia).
Fracción del pan: el Sacerdote parte el pan significando que los fieles siendo
muchos en la comunión de un solo pan de vida que es Cristo muerto y
resucitado por la salvación del mundo, es acompañado del canto de cordero de
Dios.
Comunión: después de que el Sacerdote muestra el pan eucarístico, así como
el cáliz invitándonos al banquete, los fieles se disponen para recibir el Cuerpo
de Cristo ya sea por el Sacerdote o un ministro. Posteriormente se realiza la
reserva y la purificación de los vasos sagrados.
Rito de conclusión: en esta parte se dan los avisos correspondientes si es que
hubiera posteriormente se da la bendición sobre el pueblo y se da una
despedida, al igual que al inicio el Sacerdote da un beso a altar seguido de una
inclinación.
Es así como termina la Celebración Eucarística, estas son algunas de las partes
esenciales de la Celebración descritas de un modo breve y comprensible para
identificarlas y tener en cuenta lo que significan y lo que en ellas ocurre
puesto que muchos de los fieles e incluso servidores que desconocen de las
partes no adoptando las posturas y sin reconocer su importancia.
Dinámica.
Comparte con un compañero que elementos identificas bien en la misa y
cuáles son los que menos conocías, así como la importancia que estos tienen y
como vivir de mejor manera la celebración eucarística.
Evaluación.
¿Cuáles son las partes más importantes de la Celebración?
¿Identifique cuáles son las partes de la Liturgia en las que participa el lector?
¿Cómo puedo ayudar a la comunidad a que conozca la estructura básica de la
Misa?
Oración (lectura bíblica)
Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, también mi comprensión
y toda mi voluntad. Todo lo que tengo y poseo me lo has dado con amor:
Todos los dones que me has dado, con gratitud, vuelvo a ti; disponer de ellos,
Señor, de acuerdo a tu voluntad. Dame solo tu amor, tu gracia. Eso es
suficiente, nada más quiero pedir. Amén
¿De qué manera y para qué están ordenadas las lecturas
de la misa?
Objetivo: Que el servidor reconozca y entienda la importancia de cada
lectura dentro de una celebración litúrgica y el por qué éstas están
ordenadas de cierta manera, para que así tenga un panorama general de lo que
se está leyendo, al mismo tiempo que sea capaz de localizar la relación que
se mantiene entre ellas, y de este modo llegue a comprender mejor el misterio
pascual desde la liturgia propia de la iglesia.
Oración para pedir el Espíritu Santo
Oh Dios, a quien todo corazón está patente y todo deseo manifiesto, y a
quien ningún secreto se oculta: purifica por la infusión del Espíritu Santo los
pensamientos de nuestro corazón; para que podamos amarte con perfección y
alabarte dignamente.
Te suplicamos, Señor, nos asista la virtud del Espíritu Santo la cual por
su clemencia purifique nuestros corazones y nos defienda contra toda
adversidad.
Te rogamos, Señor, que el Consolador que de ti procede, alumbre
nuestras almas y nos dé a conocer toda verdad, como nos lo prometió tu Hijo.
Te imploramos, Dios omnipotente y misericordioso, que el Espíritu
Santo, que nos creó con su sabiduría y nos gobierna con su providencia, nos
inflame con aquel fuego que nuestro Señor Jesucristo envió a la tierra y con el
que vehementemente quiso se abrasase.
Oh Dios, que diste a tus Apóstoles el Espíritu Santo: concede a tu
pueblo el fruto de su oración; y a los que diste la fe, concédeles también la paz
Amén.
Diagnóstico
Antes de iniciar el tema, es necesario que haya una pequeña valoración sobre
los conocimientos previos que pudieran tenerse, a fin de que traigamos a
nuestra mente todo aquello que antes hemos aprendido en relación al presente
tema, y así, lo pongamos sobre la mesa para aclarar dudas y ampliar nuestro
panorama. Para ello, guiémonos de las siguientes preguntas para realizar una
lluvia de ideas:
o ¿Qué es una lectura?
o ¿Por qué es necesario conocer la importancia de las lecturas en la misa?
o ¿Qué expresan las lecturas en la misa o cuál es su intención?
o ¿Por qué es importante conocer la estructuración de las lecturas en la
misa?
o ¿Cuántas lecturas se realizan en la misa y de qué libros se toman?
Conclusión: es importante que como laicos sepamos reconocer qué lecturas se
proclaman dentro de la misa, así como extraer de ello el mensaje que Dios nos
trae para nuestra vida y tener presente que cada lectura tiene su propia
espiritualidad, pero que todas van encaminadas hacia el acontecimiento pleno
de la revelación divina: el misterio pascual en la persona de Nuestro Señor
Jesucristo.
Tema
En un primer momento, cabe mencionar que la ordenación de las lecturas para
la misa ha sido una iniciativa de orden pastoral que ha surgido como una
realidad importante a partir de la necesidad del pueblo de Dios y siguiendo
desde luego el espíritu del Concilio Vaticano II; este trabajo ha sido fruto de la
ayuda de varias personas experimentadas en materias como la exegética, la
liturgia, la catequética, entre otras.
Sobre esta finalidad, el Concilio Vaticano II nos dice en su Constitución
apostólica Missale Romanum: “Todo esto ha sido ordenado de tal manera, que
estimule cada vez más en los fieles el hambre de la Palabra de Dios y bajo la
acción del Espíritu Santo, impulse al Pueblo de la Nueva Alianza hacia la
perfecta unidad de la Iglesia”. Con ello podemos ubicar una de las
preocupaciones del Concilio Vaticano II y que nosotros muy bien podemos
experimentar desde las distintas realidades parroquiales dentro de nuestra
comunidad: la necesidad de cada persona por conocer más a Dios a través de
las Sagradas Escrituras.
Teniendo en cuenta lo anterior, entendemos que el conocimiento de Dios a
través de su palabra es una necesidad indispensable y primordial dentro de la
vida del cristiano; sin embargo, cabe mencionar que este conocimiento no
debe de quedarse solamente en una escucha, sino que es necesario que se haga
vida a través de nuestro modo de obrar dentro de cada una de nuestras
realidades cotidianas.
Bien, pues ahora es momento de pasar a una breve explicación sobre cada uno
de los elementos o características que componen a la primera lectura, el salmo,
la segunda lectura y el evangelio, esto con el objetivo de adentrarnos un poco
en el sentido y conocimiento de cada una y teniendo en cuenta que no se
puede llegar a un conocimiento pleno de la eucaristía si antes no hacemos un
recorrido por la historia de la salvación y esto se logra a través de la palabra
que toma sentido solamente vista y entendida desde la persona de Nuestro
Señor Jesucristo.
«Cuando se leen las Sagradas Escrituras en la Iglesia, Dios mismo habla a
su pueblo, y Cristo, presente en su palabra, anuncia el Evangelio»
(Instrucción General del Misal Romano, 29; cf. Cost. Sacrosanctum
Concilium, 7; 33)
Primera lectura
Particularidades:
La primera lectura dentro de la celebración litúrgica tiene su momento
después de la oración colecta. El lector, previamente destinado a realizarla,
hace una reverencia frente al altar y después se dirige al ambón (lugar
predestinado para realizar las lecturas) el cual, cabe mencionar, tiene que ser
un lugar dignamente preparado.
Esta lectura es tomada, generalmente, del Antiguo Testamento. En ella
podemos escuchar la voz de los profetas, a través de los cuales Dios nos habla.
El mismo ser de los profetas cumple la misión de anunciar y denunciar y, en
este caso, lo hacen en relación al pueblo de Israel: se anuncia la venida del
Mesías y se denuncian las injusticias.
Es por ello por lo que podemos notar que, dentro de la primera lectura, se ve
claramente la intención que ella tiene: es Dios quien nos demuestra a través de
la historia de Israel, es decir, de nuestra propia historia de salvación, cómo les
ayuda, los corrige, les alienta y los bendice en medio de sus dificultades. Así
es como, en este primer momento, nos encontramos con algunos profetas
como Baruc, Jonás, Malaquías, Joel; u otros libros como el Génesis y
Sabiduría.

Salmo responsorial
Particularidades:
Para este momento, el lector (salmista) se prepara para que, después de que se
haya proclamado la primera lectura, se de paso al salmo responsorial; el cual,
cabe mencionar, puede ser recitado o entonado, dependiendo las exigencias
propias de cada comunidad.
Los salmos son tomados del Antiguo Testamento, y se cree que fue el rey
David quien, en medio de su inspiración, los compuso. Cuando el salmo es
proclamado dentro de la comunidad cristiana, el pueblo es quien responde con
la Palabra Inspirada; es el momento de la “respuesta” y/o meditación por esta
primera lectura.
El salmo, dentro de su carácter propio, puede ser de alabanza, de acción de
gracias, de arrepentimiento, o de petición. Cada uno de ellos contiene una
carga emocional por parte del salmista y una carga espiritual que es en sí el
mensaje de Dios para su pueblo.
A la hora en la que se entona el salmo, la comunidad debe de responder a él de
tal manera que esta respuesta sea una alabanza y, al mismo tiempo, una
participación dentro de la ofrenda ofrecida a Dios. No está de más decir que es
importante que el salmo sea debidamente entonado, ya que cada celebración
litúrgica debería de enriquecerse con el canto.
Segunda lectura
Particularidades:
En primer lugar, es importante tener presente que la segunda lectura solamente
tiene presencia en aquellas celebraciones que se realizan ya sea en domingo o
días festivos, y es tomada del nuevo testamento, específicamente de las cartas
de los apóstoles dirigidas a las primeras comunidades o bien, de los hechos de
los apóstoles.
Los apóstoles son aquellos fieles seguidores de Jesús y, además, los más
cercanos; escogidos por él mismo, destinados a proclamar la Palabra de Dios
por toda la tierra y en quienes el Señor quiso fundar su Iglesia. Dentro de sus
cartas encontramos algunas exhortaciones dirigidas a las primeras
comunidades cristianas y que bien podríamos pensar que están dirigidas
también para nosotros aun en la actualidad.
Esta segunda lectura al ser tomada del Nuevo Testamento, y ubicada como
antecesora del Evangelio, toma una importancia especial, pues es la enseñanza
de Nuestro Señor Jesucristo propiamente estructurada y dada a los apóstoles
para ser proclamada y difundida por toda la tierra. Después de haberle dado
lectura, la comunidad se pone de pie y se entona el Aleluya, que significa
“alabad al Señor” o también “alegría”; este responde como un canto dirigido a
Dios, y como respuesta del pueblo para la segunda lectura. Así mismo, cabe
mencionar, no se canta en tiempo de Cuaresma.
Ante lo dicho propiamente después de cada lectura: “Palabra de Dios” y la
respuesta que se da: “Te alabamos Señor”, estamos afirmando como
comunidad creyente que aquello que se acaba de proclamar y de lo que
nosotros formamos parte como cuerpo místico de la Iglesia mantiene un
carácter fidedigno, pues no es palabra del hombre, sino que es Palabra de
Dios; y, con ello, adquiere un carácter superior.
Evangelio
Particularidades:
Evangelio significa “Buena nueva”, y es el anuncio de Jesucristo, el cual, es la
Palabra de Dios hecha carne. Así es como este alcanza su punto más alto de
revelación divina, pues es Dios Padre quien nos habla (se manifiesta) a través
de la persona y de las palabras de su querido Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.
El Evangelio, tal como lo indica su nombre, es tomado de los evangelios
ubicados dentro del Nuevo Testamento. En este momento, cabe mencionar
que el Evangelio es uno sólo: el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, pero
relatado por cuatro autores o evangelistas.
Durante cada misa del domingo se proclama el Evangelio (ya sea por el
sacerdote o por algún diácono, ministros propiamente designados para dicha
labor) según su división: Ciclo A, el Evangelio según San Mateo; Ciclo B,
Marcos; y, ciclo C, Lucas. En el caso de Juan, este se proclama en días y
tiempos determinados dentro de los tres ciclos o bien, en los tiempos de
Cuaresma o de Pascua.
Dentro de los Evangelios se relata la vida de Nuestro Señor Jesucristo, sus
enseñanzas y sus milagros. Todos ellos, los relatos evangélicos, culminan con
su Pasión, Muerte y Resurrección.
Como ya se mencionaba anteriormente, la persona designada para proclamar
el salmo solamente puede ser o bien el sacerdote, o bien, el diácono. Quienes,
antes de proclamarlo se preparan con una oración especial: “Purifica mi
corazón y mis labios, Dios Todopoderoso, para que puede anunciar
dignamente tu Santo Evangelio”.
Conclusión
Después de haber realizado este pequeño recorrido por cada una de las
lecturas, el salmo y el evangelio; y de haber reflexionado juntos la importancia
de cada uno de estos elementos dentro de la Santa Misa, nos preguntamos:
- ¿Valoro realmente la importancia de la Santa Eucaristía en mi vida de fe
como un católico auténtico?
- ¿Dispongo mi mente y mi corazón para escuchar la Palabra de Dios o más
bien me encuentro disperso y sin interés?
- ¿Me preocupo verdaderamente por hacer vida la Palabra de Dios en mí?
- Si soy lector, ¿me preocupo más por cómo me escucho yo o, en cambio, le
cedo el lugar a Dios quien es la persona que habla a través de mí?
* En base a esta actividad conclusiva, realizo un propósito propio en mi vida
en relación al impacto de la Palabra de Dios en mí y procuro llevarlo a buen
término. *
Evaluación
Al finalizar la sesión, como grupo, se realizan las siguientes preguntas básicas
como modo de meditación, acción y reflexión:
- ¿Cómo llegué aquí y cómo me voy? (sentimientos, actitudes, disposición,
etc.)
- ¿Qué de nuevo aprendí o qué conocimientos reforcé?
- ¿Qué fue lo que más me gustó o llamó mi atención dentro de la sesión?

Oración final
Padre nuestro… Ave María…Gloria al padre…
Iniciación de los lectores en el servicio de la liturgia de la
palabra
Objetivo: Orientar al nuevo lector en el servicio de la liturgia trabajando su
formación inicial en la oración y en la trasmisión de la palabra para poder
tener un mejor conocimiento sobre su servicio.

Oración
Lectura de la carta a los hebreos (4,12-13)
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier
espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las
articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones
del corazón. Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está
desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas.
Diagnostico
Imaginemos el siguiente escenario que faltan 5 minutos para la celebración de
la santa misa y el sacristán nota que no hay lectores, le pide a una persona que
está en la iglesia de visita que lea las lecturas correspondientes, esta persona
no sabe mucho de la biblia ni de los sacramentos. Y acepta leer la palabra ese
día.
 ¿Qué opinas de ese escenario?
 ¿has presenciado algo similar alguna vez?
 ¿Qué está mal con esto?
 ¿a quién se debe escoger?

1. Preparación espiritual
Usted como lector tiene que basar su vida en la palabra de Dios, lea las
escrituras a menudo. La oración basada en los evangelios y los salmos le
ayudara a hacerse más consciente de su responsabilidad de vivir lo que usted
lee y prepararse seriamente a proclamar la palabra de Dios a su gente.
Diariamente hable con Dios como lo haría con un amigo: también puede usar
la devoción popular valiosas dentro de la iglesia católica como los son el rezo
de rosario, la coronilla de la divina misericordia, lleve a Dios a su mente y a su
corazón por medio de la visita diaria al sagrario de su comunidad, a la
participación en la hora santa entre otras muchas otras cosas.
Si usted aspira a ser un buen lector en este mundo tan ruidoso, sea experto en
el silencio, tome tiempo cada tiempo para calmar su corazón, prepárese antes
de que usted lea. Use también pausas mientras lee, dios está presente también
en le silencio.

2. Preparación del texto.


Antes de leer en la Misa, el lector se debe asegurar que tiene una verdadera
familiaridad con los textos bíblicos que él va a proclamar. Esta preparación
tendrá que implicar el estudio de antemano de los textos bíblicos que se van a
proclamar. Si es posible, es bueno leer su lectura en su contexto dentro de toda
la Escritura, y dentro del contexto del año litúrgico y las otras lecturas para ese
día.
Estudie y practique a lo largo de la semana. Piense mucho sobre lo que usted
está leyendo. Se recomienda comenzar a leer la lectura del Domingo que usted
va a proclamar, aproximadamente seis días antes. Simplemente léala algunas
veces, y en silencio confíela a su corazón con una oración al Espíritu Santo
3. Vestuario del lector
La manera como nos vestimos es importante. Debe reflejar la dignidad de la
tarea que estamos realizando al leer la Palabra de Dios. ¿Cómo nos
vestiríamos para visitar el presidente en la Casa Blanca o para ir a una
entrevista para un empleo? Pues, en La Iglesia ¿a quién visitamos? ¡A la
Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Jesucristo, Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad!
La tarea del lector es ayudar a la asamblea reunida a encontrar a Dios en Su
Palabra. Así que todo lo que el lector hace durante la Misa deberá ayudar a los
fieles a enfocarse en la Escritura, y no en el lector mismo. Esto quiere decir
que el vestuario del lector no debe distraer a la audiencia de la lectura de la
Palabra de Dios, sino que deberá expresar la dignidad de la Palabra, y la
importancia que el lector da a su servicio en este ministerio.
4. La respiración
Entonces, ¿cómo debemos respirar para mejorar nuestro hablar y leer? Cuando
nacemos, nuestra respiración es correcta por naturaleza, los bebés pueden
respirar y gritar de una manera efectiva, ya que utilizan sus pulmones sin
pensar conscientemente en lo que hacen. Si observamos a los bebés respirar,
nos parecerá que respiran desde su estómago, pero en realidad utilizan sus
músculos abdominales.
Para nuestro propósito, es suficiente decir que, puesto que el lenguaje de la
Sagrada Escritura es un lenguaje exaltado, a menudo incluye frases muy largas
que pueden desafiar el control de respiración y el aliento del lector. Así que,
como proclamadores de la Palabra, nos interesa y favorece aumentar nuestra
capacidad pulmonar y fortalecer nuestra pared abdominal.
A veces, la proclamación de las Escrituras durante la liturgia de la Palabra
suena sosa, desabrida y monótona. Inclusive, la lectura de un pasaje conocido
nos puede dejar la sensación de haber entrado por un oído y salido por el otro.
Pero, de hecho, las Escrituras están vivas y debemos leerlas de tal manera.
Debemos leer con expresión y evitar una lectura en forma monótona y
aburrida.
5. Postura
En primer lugar, es importante tener una buena postura, ya sea que va en
procesión – caminando- o está de pie ante el ambón.
También cuando esté de pie frente al ambón, permanezca quieto y evite
moverse nerviosamente. El estar cambiando su apoyo de un pie al otro o
moverse ligeramente hacia arriba y abajo distraerá mucho a la asamblea de su
lectura. A menudo, estos son gestos de nerviosismo y no somos conscientes de
ellos.
6. Contacto visual
Mientras se lee desde el ambón, es importante establecer un contacto visual
con la comunidad de fe, o asamblea. Un consejo que frecuentemente es
ofrecido a los oradores públicos es que deben tener contacto visual y mirar a
los oyentes durante la lectura. Esto también es válido para los lectores o
proclamadores de la palabra, aunque hay unos matices distintos. Queremos
que los oyentes sientan que les estamos leyendo directamente a ellos, que
incluye de vez en cuando tener un momento de verdadera conexión con ellos
7. Reverencia
Todo gesto litúrgico que se haga deberá hacerse con cuidado, calma, gracia y
reverencia. Probablemente, el gesto que más haga será inclinar la cabeza, si
pasa frente al altar de camino hacia el ambón o de regreso a la banca.
8. Posición de las Manos
Por lo general, los gestos con las manos no son necesarios cuando se sirve
como lector. Debe encontrar un lugar natural para las manos.
Dinámica.
Se le tendrá que dar a cada lector una hoja con una cita bíblica (por ejemplo:
Tanto amó Dios al mundo...). Ellos tendrán que llevar ese mensaje a amigos,
familiares, etcétera y pedir que lo lean y firmen. Gana el que junte más firmas.
Después pueden platicar cómo los trató la gente, sus experiencias, o cómo
lograban que les firmaran la hoja.
Oración final.
Te doy gracias, Señor, porque a pesar de mi fragilidad, tu Palabra puede más
que mis pecados,
tu gracia más que mis faltas,
tu llamado más que mis imperfecciones.
Gracias, Señor, por hacerte presente a través de mi voz, por dejarme ser cauce
entre ti y mis hermanos,
entre el cielo y la tierra, entre el altar y la asamblea.
Gracias, Señor, por permitirme ser instrumento de tuyo, por confiar en mí y
por dejarme estar a tu servicio, Señor,
para lo cual te prometo una entrega responsable y comprometida.
Por todo ello, gracias te doy, Señor

Importancia de escuchar la palabra de Dios.


Objetivo.
Descubrir la riqueza que contiene la palabra de Dios mediante la exposición
de citas bíblicas y documentos conciliares, para que el lector tome conciencia
de lo que está leyendo.
Oración inicial.
Se recomienda tomar una de las siguientes citas o hacer alguna otra oración
para dar inicio al tema.
Más el respondió: está escrito: no solo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios. (Mt 4,4)
Pues viva es la palabra de Dios y eficaz, y más cortante que cualquier espada
de dos filos. Penetra hasta la división entre alma y espíritu, articulaciones y
medula; y discierne sentimientos y pensamientos del corazón. (hebreos 4,12)
Diagnostico.
¿Porque es importante escuchar la palabra de Dios?
¿A qué se le denomina palabra de Dios?
¿Por qué se escribió la Sagrada escritura?
¿Por qué la Iglesia se rige por la Biblia?
¿Por quién fue inspirada la Biblia?
Exposición del tema.
5
La iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura, como lo ha hecho con el
Cuerpo de Cristo, pues sobre todo en la sagrada Liturgia, nunca ha cesado de
tomar y repetir a sus fieles el pan de vida que ofrece la mesa de la palabra de
Dios y del Cuerpo de Cristo. La Iglesia ha considerado siempre como suprema
norma de su fe la Escritura unida a la Tradición, ya que inspirada por Dios y
escrita de una vez para siempre, nos trasmite inmutablemente la palabra del
mismo Dios; y en las palabras de los Apóstoles y los Profetas hace resonar la
voz del Espíritu Santo. Por tanto, toda la predicación de la Iglesia, como toda
la religión cristiana, se ha de alimentar y regir con la Sagrada Escritura
En los libros sagrados, el Padre, que está en cielo, sale amorosamente al
encuentro de sus hijos para conversar con ellos. Y es tan grande el poder y la
fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia,
firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perene de
vida espiritual. Por eso se aplican a la Escritura de modo especial aquellas
palabras: la palabra de Dios es viva y enérgica (Hebreos 4,12), puede edificar
y dar la herencia a todos los consagrados.
Traducciones bien cuidadas.
6
Los fieles han de tener fácil acceso a la Sagrada Escritura. Por eso la Iglesia
desde el principio hizo suya la traducción del Antiguo Testamento llamada de
los Setenta; y siempre ha honrado las demás traducciones, orientales y latinas;
y entre estas, la Vulgata. Pero como la palabra de Dios tiene que estar
disponible en todas las edades, la Iglesia procura con cuidado materno que se
hagan traducciones exactas y adaptadas en diversas lenguas, sobre todo
partiendo de los textos originales. Si se ofrece la ocasión de realizar dichas
traducciones en colaboración con los hermanos separados, contando con la
aprobación eclesiástica, la podrán usar todos los cristianos.
Citas bíblicas en donde se nos remarca tal importancia.
 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para erguir,
para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se
encuentra religiosamente maduro y preparado para toda obra buena. (2
Timoteo 3,16-17).
 Poned por obra la palabra y no os contentéis solo con oírla,
engañándose a vosotros mismos. Si alguno se contenta con oír la
5
Dei Verbum 21
6
Dei Verbum 22
palabra sin ponerla por obra, se parece el que contemplaba sus rasgos en
un espejo: efectivamente, se contempló, pero, en cuanto se dio media
vuelta, se olvidó de cómo era. En cambio, el que considera atentamente
la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente
olvidadizo, sino como cumplidor de ella será feliz practicándola.
(Santiago 1,22-25).
 La hierba se seca, la flor se marchita, más la palabra de nuestro Dios
permanece para siempre. (Is 40,8)
 Pero él dijo: dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la
guardan (Lc 11,28)
Lectura constante de la Sagrada Escritura.
Los lectores dedicados por el oficio al ministerio de la palabra, han de leer y
estudiar constantemente la Escritura para no volverse Predicadores vacíos de
la palabra, que no la escuchan por dentro y han de comunicar a los fieles,
sobre todo en los actos litúrgicos, las riquezas de la palabra de Dios. Por la
escucha y el estudio de los Libros Sagrados, se difunda y brillen la palabra de
Dios y que el tesoro de la revelación encomendado a la Iglesia vaya llenado el
corazón de los hombres.
Cuanto más sepamos ponernos a disposición de la Palabra divina, tanto más
podremos constatar que el misterio de Pentecostés está vivo también hoy en la
Iglesia de Dios. El Espíritu del Señor sigue derramando sus dones sobre la
Iglesia para que seamos guiados a la verdad plena, desvelándonos el sentido
de las Escrituras y haciéndonos anunciadores creíbles de la Palabra de
salvación en el mundo.
¿Sabías qué? Los documentos conciliares, son los textos oficiales aprobados y
promulgados por el papa Pablo VI, que contienen 16 documentos que pueden
ser enseñanzas doctrinales y morales, normas jurídicas y propuestas de
actuación para los fieles de la Iglesia católica.
Dinámica:
Comparte con tus demás compañeros una cita bíblica con la que te
identifiques o que te haya ayudado en una dificultad de la vida. Y si aun no
tienes alguna, se recomienda que busques una con la que mejor te identifiques.
Evaluación:
Después de haber examinado y conocido la importancia que tiene la escucha
de la palabra de Dios comparte las siguientes preguntas en grupos o parejas
para ver que aprendiste.
¿Qué es lo que leemos en la Sagrada Escritura?
¿El hombre puede vivir sin escuchar la Palabra de Dios?
¿Porque es importante estar en una constante lectura de la Palabra de
Dios?
¿Qué nos transmite la Biblia?
Oración Final.
Se puede recitar la siguiente cita o tomar alguna otra.
No os inquietéis por cosa alguna; mas antes bien, en toda ocasión, presentar a
Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la suplica, acompañadas de
acción de gracias y la paz de Dios, que supera toda inteligencia, custodiara
vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. (Flp 4,6-7)
El papel del lector en la Celebración Eucarística.
Objetivo del tema:
Mostrar al lector que tereas debe desempeñar en la Sagrada Eucaristía, al
enseñándole las funciones que puede desempeñar en la misa, para que las
lleve a cabo correctamente.
Oración inicial:
Ven espíritu Santo llena los corazones de tus fieles
Y enciende en ellos el fuego de tu amor
Envía Señor tu Espíritu y todo será creado
Y se renovara la faz de la tierra.
En tus manos, Señor, ponemos nuestro obrar y nuestro saber, para que siempre
lo encamines a ti y lo moldees a tu parecer, guíame y acompáñame, Por
Jesucristo nuestro Señor. Amen.
Diagnostico:
1. ¿En qué orden se forman quienes participan en la procesión de entrada?
2. ¿Se puede en la procesión de entrada el leccionario en lugar del
evangeliario?
3. ¿En qué momento de la Eucaristía participan los lectores y el monitor?
4. ¿Se puede cantar la aclamación del Evangelio?
5. ¿Quién puede hacer las oraciones universales en caso de que no haya un
diacono en la Misa?
6. ¿Cuántas moniciones se hacen en la Misa?
Tema:
Quien propiamente desempeña el papel de lector dentro de la Sagrada
Eucaristía es un laico que está preparado para vivir la propia misa, de ahí que
en el capítulo ¿Qué celebramos? Estructura de la misa se nos informara sobre
la estructura y los servicios dentro de la misma. Por ello la tarea del lector no
es solamente ir y leer una lectura, sino que puede participar en diversos
momentos de la Eucaristía, ya sea como lector, salmista o monitor, incluso
como colector. Por eso es necesario no sólo enfatizar en el contenido de la
misa, también en la forma de realizar nuestro servicio.
Si la misa se realiza solemnemente los lectores pueden participar de la
procesión de entrada. Todos se forman en la entrada del templo o en la
sacristía en el siguiente orden:
a) El turiferario con el incensario humeante, si se emplea el incienso;
b) Los ciriales y en medio de ellos la cruz alta.
c) Los acólitos, demás laicos que desempeñan un servicio dentro de la
eucaritia (lectura, salmo, colector…) los demás ministros.
d) El lector, detrás de ellos, puede llevar el Evangeliario, levemente
levantado, pero no el leccionario;
e) El sacerdote que va a celebrar la Misa. (CEM 2018)
Estando todos listos para comenzar la Misa hacen una reverencia al crucifijo
y se dirigen a la entrada del templo (de no estar en la sacristía la reverencia se
hace a la cruz alta). Al estar todos en la puerta del templo el monitor dice unas
brevísimas palabras para introducir al pueblo en la liturgia de la Eucaristía y
les invita a ponerse de pie e iniciar con la celebración.
Todos los que conforman la procesión de entrada se dirigen con paso solemne
hacía el altar mientras se entona el canto de entrada o la antífona de entrada.
Conforme se llega altar cada uno de los que integran la procesión de entrada
hacen una inclinación profunda (reverencia) al mismo (si el sagrario forma
parte del altar se realiza una genuflexión –se dobla la rodilla hasta el suelo– y
después se procede a hacer la reverencia) y pasan al lugar que ocupar durante
la Eucaristía.
El Lector que lleva el evangeliario camina directamente al altar y lo “deposita
cuidadosamente sobre el mismo” (CEM 2018).
Después de que el sacerdote hace la Oración Colecta, todos se sientan, se
puede introducir al pueblo a las lecturas con unas breves palabras que estarán
a cargo del monitor.
Mientras el monitor introduce al pueblo a la liturgia de la Palabra el lector se
dirige con paso solemne al frente del altar, hace una reverencia y procede al
ambón para proclamar las escrituras. En caso de que no haya monición el
lector se dirige en silencio. Al llegar al ambón, de la forma que ya fue
explicada en el tema pasado, proclama la primera, al terminar la lectura dice:
Palabra de Dios y todos contestan: te alabamos Señor.
Al terminar la primera lectura el lector y el salmista se dirigen al frente del
altar, hacen una inclinación profunda y el lector pasa a su lugar mientras el
salmista se dirige al ambón. Al llegar al ambón el salmista entona la antífona
del salmo, espera en silencio la respuesta del pueblo y prosigue con la primera
estrofa, después de cada estrofa espera en silencio la respuesta del pueblo y
continua.
Cuando hay una sola lectura: el salmista espera en silencio el canto se
entone o recite el Aleluya, puede entonar la aclamación del evangelio con el
mismo tono del salmo o con otro tono, o en su defecto debe recitarlo, después
de ello se dirige con paso solemne al frente del ambón, hace una reverencia y
regresa a su lugar.
Cuando hay dos lecturas: el salmista se dirige al frente del altar con paso
solemne y espera al segundo lector para hacer una reverencia y pasar a su
lugar. El segundo lector se pone de pie terminado el salmo y se dirige con
paso solemne al frente del altar, hace una reverencia junto con el salmista y se
dirige con paso solemne al ambón.
Estando en el ambón, el lector proclama la segunda lectura, de la forma ya
explicada en los temas anteriores; al terminar la lectura dice: Palabra de Dios
y todos contestan: te alabamos Señor. Es recomendable guardar un pequeño
silencio entre el final de la lectura y la respuesta de la misma para que sea
entendible y claro el final de la misma.
Terminando la segunda lectura se entona o recita el aleluya el lector, es de
alabar que la aclamación del evangelio se pueda entonar por el mismo lector
(con el mismo tono del salmo u otro similar), en su defecto el lector recita la
aclamación del evangelio y al terminar se dirige al frente del altar hace una
reverencia y regresa a su lugar.
Nota: recomendamos acudir a nuestro subsidio sobre tonos de salmos en
nuestras redes sociales (Facebook: Seminario La Sagrada Familia Orizaba).
Después de la homilía se pasa a las oraciones universales. El sacerdote que
preside la eucaristía inicia con una breve oración. Si hay diacono el lee las
preces, en caso de que ningún diacono participe de la Misa y el presidente de
la celebración así lo indique el monitor o algún otro miembro del equipo de
liturgia puede hacer estas pequeñas oraciones. De ser elegido el monitor o
algún otro miembro de liturgia este se pone de pie y se dirige al ambón o a un
lugar específico en el que deba realizar estás oraciones. Si va a subir al altar o
a pasar de un lado al otro del altar, el lector se dirige al frente del altar hace
una reverencia y continúa caminando hacia al ambón o lugar acordado para
realizar las oraciones. Después de realizar las oraciones, de igual forma
regresa de manera reverente a su lugar.
Después de la oración universal viene el momento de preparación de los
dones. Es común, siempre y cuando las condiciones lo permitan, que algunos
miembros del equipo de liturgia colecten las ofrendas de los fieles, mientras el
diacono o el sacerdote prepara las ofrendas. De ser así se debe buscar el
número de colectores necesario para que la colecta se realice durante la
preparación de los dones y no se extienda más allá de la oración sobre las
ofrendas. Estos con toda la solemnidad necesaria, pues están colectando los
dones que son ofrecidos a Dios por sus hijos, los colectaran y los llevaran al
altar o a un lugar designado para los mismos.
Nota: recordemos que siempre que se suba o baje del presbiterio o se pase
frente al altar debemos hacer una reverencia al mismo.
También es de alabar que antes de la comunión se pueda hacer una pequeña
monición. Para ello el monitor se debe dirigir al ambón o al lugar en que se
hará está intervención, como ya se ha explicado, con solemnidad.
Por ultimo después de la bendición los lectores, si así lo ha indicado el
ceremoniero o el celebrante, se forman en el mismo orden de la procesión y
regresan a la sacristía con paso solemne. Al llegar a la sacristía esperarán a
que el sacerdote pase al frente y juntos harán una reverencia al crucifijo.
Nota: es común que el sacerdote diga la expresión latina Prosit a la que todos
deben responder Ad vitam eternam. Esto quiere decir Nos aproveche / para la
vida eterna.
Dinámica: Practica, apoyado de otros lectores y salmistas si te es posible,
cómo sería tu participación como lector o salmista en la Sagrada Eucaristía.
Evaluación:
1. ¿En qué orden se forman quienes participan en la procesión de entrada?
2. ¿Se puede en la procesión de entrada el leccionario en lugar del
evangeliario?
3. ¿En qué momento de la Eucaristía participan los lectores y el monitor?
4. ¿Se puede cantar la aclamación del Evangelio?
5. ¿Quién puede hacer las oraciones universales en caso de que no haya un
diacono en la Misa?
6. ¿Cuántas moniciones se hacen en la Misa?
Oración:
Tu Gracia, Señor, inspire nuestras obras, las sostenga y acompañe; para que
todo nuestro trabajo brote de ti, como de su fuente, y tienda a ti, como a su fin.
Por cristo nuestro Señor. Amen.
Terminología
Tema: ¿Cómo hacer una lectio divina?

Objetivo del tema: Fomentar la devoción de la Palabra de Dios como método


de oración en los lectores parroquiales, con el fin de que profundicen en la
lectura sagrada, disponiéndose para el servicio litúrgico.

1.-Oración introductoria.

Señor Jesucristo, Tú nos dijiste a tus discípulos: “nadie va al Padre sino es por
mí, si me conocen a mí, conocen también a mi Padre”, envía al Espíritu Santo,
Camino, la Verdad y la Vida, para iluminar nuestras mentes al leer tu Santa
Palabra. Amén.

Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada


alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta
las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón
(Hb 4, 12).

2.- Entramos en materia (preguntas introductorias).


¿Qué significa la Palabra de Dios en tu vida?

______________________________________________________________

______________________________________________________________

______________________________________________________________

Intenta escribir 5 libros que pertenezcan a la Biblia:

1.______________________________

2.______________________________

3. ______________________________

4. ______________________________

5. ______________________________

La oración es indispensable en la vida del cristiano, pero ¿sabemos orar? San


Jerónimo decía que “ignorar las Sagradas Escrituras es ignorar a Cristo
mismo”, sí la oración es un diálogo íntimo con Dios tenemos la necesidad de
escuchar su Palabra en las Escrituras, en este tema veremos cómo hacerlo a
través de la lectio divina.

3.- Asimilamos su contenido (exposición del tema).

“Lectio divina”, ¡vaya nombre complicado! La traducción del latín es “lectura


divina”, en un primer momento nos puede llegar a parecer un término difícil
de entender, sin embargo, se trata de una antigua y sencilla práctica que nos
enseña a leer, meditar, y vivir la Palabra de Dios, teniendo un encuentro con
Él a través de las Escrituras.
Comúnmente se suele decir que este modo de oración, fundamental para todo
fiel seguidor del Crucificado, consta de cuatro etapas: 1) la lectura, 2)
meditación, 3) oración y 4) contemplación de la Palabra de Dios. Sin
embargo, es oportuno agregar algunos pasos para que nuestra Lectura divina
sea sumamente de provecho. A continuación, explicaremos cada una de estas
etapas.

1) Disposición del ambiente: Busca un lugar adecuado para pasar un momento


con tu Señor, trata de que no haya tanto ruido evitando distracciones,
identifica en tu mente aquello que no te deja tranquilo para ofrecérselo al
Señor, deja las preocupaciones para después.

2) Oración inicial: Siempre es bueno ponernos en las manos de Dios,


encomiéndale tu proyecto de oración, puedes recitar cualquier oración que te
ayude (Padre nuestro, Ave María, etc.). En este manual te recomendamos la
siguiente:

“Señor Jesús abre mis ojos y mis oídos a tu palabra. que lea y escuche yo tu
voz y medite tus enseñanzas, despierta mi alma y mi inteligencia para que tu
palabra penetre en mi corazón y pueda yo saborearla y comprenderla. Amén.”

3) Lectura de la Palabra de Dios: Selecciona un apartado que quieras meditar


de la biblia, te recomendamos el evangelio del día, recuerda leer
pausadamente disfrutando lo que el Señor te quiere decir el día de hoy, “nada
te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo
alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”.

Posteriormente se recomienda leer la breve reflexión del día si se dispone de


ella, si no es así basta con la lectura bíblica: Dios habla al corazón de diversos
modos, solo basta creer disponiendo el corazón.
4) Oración y contemplación de la Palabra de Dios: Este punto es el más
importante de la lectio divina, nos hemos dispuesto interiormente para
dialogar con nuestro Dios, dispón tu mente y corazón en el silencio para
profundizar en la palabra de Dios, examina aquello que tiene que ver con tu
vida, llévalo al corazón y preséntaselo al Señor.

Las Sagradas Escrituras nos ayudan a transportarnos a un ambiente propio,


piensa en cada uno de los personajes que intervienen en la historia, ¿con quién
te identificas? ¿por qué? Si lo que leíste fue un evangelio contempla la figura
de Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Él tomó nuestra condición para
redimirnos, sigue manifestándose a todo el que lo busca con sincero corazón.

A continuación, te recomendamos responder algunas preguntas que te servirán


como ayuda en tu reflexión personal:

¿Qué dice el texto? (tratemos de responder de forma literal lo que dice el texto
sagrado)

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¿Qué me dice el texto? (pregúntate desde tu interior qué te quiera decir la


Palabra de Dios)

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¿Qué le respondo a Dios que me habla en el texto?

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¿Cómo hago propias en mi vida las enseñanzas del texto?

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¿A qué me comprometo para demostrar el cambio?

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5) Acción de Gracias y oración final: Ya con los frutos que el Señor nos ha
regalado le agradecemos por su infinita gracia, de igual modo le presentamos
nuestras intenciones, preocupaciones y alegrías. Es un momento de intimidad
con Dios, al igual que cuando visitas a un amigo tienes tanto de que platicar
con Él. Preséntale tu corazón a Dios. Recomendamos terminar este bello
momento de oración consagrándonos a María nuestra madre a quien nos
encomendamos para que interceda por nosotros ante su Hijo. Puede ser un
Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
4. Preguntas evaluación.

Después de emprender una tarea siempre es oportuno analizar nuestros


esfuerzos, complicaciones y progresos, para ello te proponemos responder dos
sencillas preguntas:

¿Cómo me fue? ¿Por qué lo digo?

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5. Oración final.

Señor te damos gracias de todo el corazón

Por el gran bien que nos hiciste viniendo a visitarnos

¡Cuánto nos amas! El amor tan grande que nos tienes

Te hizo venir a nosotros pobres pecadores

Señor también te amamos con todo el corazón

Inflama nuestras almas en el fuego de tu amor divino

Para que así continuemos amándote

aquí en la tierra como en el cielo por toda la eternidad.

Amén.

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