Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Diagnóstico
Y Atención De
Personas Autistas
Unidad 3
Modelos de
intervención
Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
3. Modelos de intervención
Los modelos de intervención son las formas en las que se puede atender a un
sector de la población; en este caso, para las personas con TEA. Después de
que las personas fueron diagnosticadas clínica y psicológicamente con TEA, es
necesario establecer líneas de acción que apoyen el desarrollo integral del paciente,
acompañamiento pedagógico a los padres y estrategias didácticas para los docentes
del menor.
Los modelos antes mencionados son los más comunes, pues con ellos se atiende a
la parte médica, psicológica y educativa. Existen otros modelos de intervención que
son complementarios o alternativos, los cuales no sustituyen a ninguno de los tres
modelos básicos.
2
Las características de las áreas de afectación ―ya descritas en el bloque 1― nos
permiten visualizar posibles líneas de intervención directa. La atención de un niño
con TEA debe ser integral, es decir, poner atención en su interacción social, la
flexibilidad conductual cognitiva y la comunicación. Estos tres campos se pueden
trabajar desde los modelos de intervención psicodinámicos, biomédicos y
educativos.
Pero ¿cómo saber cuál es un buen programa de intervención? Mulas et al. (2010)
sugieren los siguientes indicadores:
Claro, sin olvidar que todo niño debe ser tratado con respeto, dignidad, cariño y
paciencia bajo contextos inclusivos.
3
base en la corriente psicológica viene del psicoanálisis. Esta forma de intervención
se dejó de usar al descubrir que el origen del autismo es biológico y no psicológico.
En el siguiente video encontramos una descripción del tipo de individuos para quie-
nes puede ser indicada la intervención psicodinámica.
Lo anterior no quiere decir que otras ciencias no puedan aportar conocimiento sobre
el autismo.
Vázquez (2015) plantea que el origen del TEA es multifactorial. Las investigaciones
más recientes identifican la etiología del autismo, clarificando que el autismo puede
ser por causas genéticas, metabólicas, toxicológicas y neurológicas (p. 13).
4
No se puede afirmar que existe una sola causa, lo que sí podemos decir es que el
autismo es de origen biológico, descartando con ello la visión psicoanalítica que
afirmaba como origen del autismo el abandono materno y la obsesión paterna.
Sabías que...
La medicación que existe y se ocupa para personas con autismo se dirige a tratar
las afecciones o enfermedades asociadas con el TEA. Un ejemplo de ello sería la
epilepsia, los trastornos conductuales y los trastornos del sueño.
Arróniz-Pérez y Bencomo-Pérez (2018, p. 28) apuntan que los fármacos más comunes
para el tratamiento de individuos con TEA son los siguientes:
- antipsicóticos atípicos,
- estimulantes,
- inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, y
- antiepilépticos.
Los autores antes mencionados también reportan que si los fármacos logran
disminuir el nivel de agresividad que presentan algunos pacientes con autismo, se
podrá tener una mejor intervención psicológica. Si esta relación existe, entonces
podría ser implementada en otros síntomas propios del autismo.
5
3.3. Intervención psicoeducativa
Existen varias estrategias de intervención. Aquí se presentan las más comunes. Ini-
ciamos con la tabla de modelos de intervención en los trastornos del espectro autista
que da Mulas et al. (2010).
6
Figura 2. Modelos de intervención en los trastornos del espec-
tro autista. Fuente: Mulas et al. (2010, p. 580).
7
Intervenciones conductuales
Consiste en la modificación actual de los niños con autismo, para lo cual se cuenta
con varias estrategias.
Intervenciones evolutivas
Este tipo de intervención puede ser aplicada por maestros y por padres de
familia. El trabajo se enfoca en el área cognitiva, comunicativa y socioemocional. Los
resultados de esta intervención mostraron que entre más directiva e intrusiva sea
8
la comunicación del adulto con el niño, se disminuyen la sintomatología del menor.
Es decir, la comunicación debe ser directa, clara y breve para que el niño autista la
comprenda mejor. Por ejemplo, si el adulto quiere pedirle al menos que tome asiento,
deberá pedírselo con amabilidad y tranquilidad, y decirle las veces que sea necesario
"Siéntate"; de esta forma, el niño con autismo no se sentirá abrumado con tanta ex-
plicación ni se perturbará tratando de entender literalmente qué es "tomar asiento".
Este tipo de intervención puede durar casi toda la vida pues, como su nombre lo
indica, se refiere al desarrollo evolutivo de cada persona.
9
• Intervención de integración sensorial: es la terapia sensorial que ayuda a
eliminar los problemas de aprendizaje, ampliando su canal sensitivo con es-
tímulos táctiles, vestibulares y propioceptivos. La finalidad es que el alumno,
a través del juego dirigido, pueda moverse y/o recibir estímulos sensoriales
para que su cerebro los reciba, perciba, procese e integre.
Intervenciones combinadas
10
El modelo TEACCH cobra importancia porque reconoce que el medio debe
adaptarse a las necesidades del autista y no el niño al medio. Se recomienda que
para la adaptación del medio se trate de pensar y sentir tal como lo hacen las
personas con autismo. Es un modelo individualizado que atiende las necesidades
específicas de cada caso. En la actualidad, es el modelo que se ocupa con mayor
frecuencia por su alto nivel de efectividad.
Este primer vídeo nos narra brevemente la historia de un niño con autismo. Describe
cómo era el menor antes de ser diagnosticado y cómo es después de la intervención
educativa especializada.
El segundo video muestra cómo una maestra trabaja de manera individualizada con
un niño con espectro autista. Menciona que parte del éxito con el infante es trabajar
de manera anticipada y visual.
11
El tercer video muestra un testimonio de recuperación de un niño con trastorno de
espectro autista.
Estos tres ejemplos son la muestra de que bajo una buena intervención
educativa y psicológica existen posibilidades de desarrollar las habilidades un niño con
autismo. La próxima semana se abordarán estrategias más puntuales para lograr
casos exitosos.
Si bien el autismo debe ser tratado desde el enfoque clínico, también es necesario
atenderlo desde la educación emocional y el desarrollo de las habilidades sociales,
puesto que las habilidades adaptativas al entorno social son un área indiscutible del
desarrollo humano.
12
esas emociones? ¿Qué sintió y cómo reaccionó la mamá? ¿Cómo reaccionó la
gente que estaba a su alrededor? En este sentido, se cree necesario que las áreas
emocional y social son primordiales para el desarrollo de las personas con autismo.
Es por ello que las personas con TEA no pueden ser empáticos con los demás; no
pueden reconocer, ni interpretar las expresiones faciales o gesticulaciones de las
demás personas.
Sin embargo, se ha logrado que algunos alumnos con autismo aprendan a reconocer
las emociones y sentimientos de sí mismos y de los demás. La estrategia didáctica
que se ocupa son los pictogramas.
13
El texto de Vázquez (2015), muestra una guía detallada para trabajar la empatía y las
habilidades sociales y emocionales. La figura 3 es parte del material didáctico (para
su versión en tablet) que manejan en centros escolares. Con este material se busca
que los niños con autismo aprendan de forma visual el reconocimiento de emociones
y sensaciones, reglas sociales, contenidos académicos.
Con esto damos por concluido el trabajo de esta semana. En la próxima entrega
concluiremos los contenidos de la materia y tendrá un enfoque mucho más práctico
donde se retomarán los conocimientos aprendidos hasta el día de hoy.
14
Bibliografía
Arróniz- Pérez, M. y Bencomo- Pérez. (2018). Alternativas de tratamiento en los trastornos del espec-
tro autista: una revisión bibliográfica entre 2000 y 2016. Revista de Psicología Clínica con niños
y adolescentes, 5 (1), 23-31.
Fuentes- BIggi, J., Ferrari- Arroyo, M., Boada- Muñoz, L., Touriño- Aguilera, E., Artigas- Pallarés, J.,
Belinchón- Carmona, M., Muñoz- Yunta. J., Hervás- Zúñiga, A., Canal- Bedia, R., Hernández, J., Díez-
Cuervo. A., Idiazabal- Aletxa, M., Mulas, F., Palacios, S., Tamarit, J., Martos- Pérez, J. y Posada- De la
Paz, M. (2006). Guía de buena práctica para el tratamiento de los trastornos del espectro autista.
Rev Neurol, 43 (7), 425-438.
Mulas, F.,Ros- Cervera, G.,Millá, M., Etchepareborda, M., Abad, L. y Téllez, M. (2010). Modelos de
intervención en niños con autismo. Rev Neurol, 50 (Supl 3), 577-584.
Paloma G-C. (Productor). (2010). AFANYA- el trabajo con niños con trastorno de espectro autista.
De https://www.youtube.com/watch?v=eoyY6MPOZS8.
Psicología virtual. (Productor). (2016). Psicología caso clínico- trastorno del espectro autista. De
https://www.youtube.com/watch?v=PD1X5LodaiE.
Vázquez, M. (2015). La atención educativa de los alumnos con trastorno del espectro autista. México:
Instituto de Educación de Aguascalientes.
15
Semana 3
Diagnóstico
Y Atención De
Personas Autistas
Lectura
Alternativas de
tratamiento en los
trastornos del
espectro autista
Bibliografía:
Arróniz- Pérez, M. y Bencomo- Pérez. (2018). Alternativas de trata-
miento en los trastornos del espectro autista: una revisión biblio-
gráfica entre 2000 y 2016. Revista de Psicología Clínica con ni-
ños y adolescentes, 5 (1), (pp. 23-31.)
Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes Copyright© 2018 RPCNA
Vol. 5. Nº. 1 - Enero 2018 - pp 23-31 www.revistapcna.com - ISSN 2340-8340
doi: 10.21134/rpcna.2018.05.1.3
Resumen
Bajo el diagnóstico de trastornos del espectro autista (TEA) encontramos una variedad de pacientes que, a pesar de sus diferencias individuales,
presentan principalmente dos fuentes de desajuste: un déficit en la interacción social y un patrón de conductas restringido y repetitivo. Este artí-
culo tiene como objetivo revisar algunas de las estrategias de intervención empleadas dentro del ámbito de los TEA así como mencionar algunas
investigaciones que tratan de poner a prueba su eficacia. Mediante un procedimiento de revisión bibliográfica entre los años 2000 y 2016 y em-
pleando para ello las bases de datos PsycInfo, MEDLINE, Google Scholar, Psicodoc y PsycARTICLES, los resultados obtenidos destacan que las
aproximaciones terapéuticas de corte conductual son las que hasta ahora han recibido un mayor respaldo empírico. Además, el inicio temprano,
el carácter intensivo, la elevada estructuración, la intervención paterna y la actuación sobre el lenguaje constituyen características esenciales de
cualquier intervención que pretenda ser eficaz.
Palabras clave: autismo; intervención; epidemiología; evaluación.
Abstract
Alternative treatments in autism spectrum disorders: A bibliographical review between 2000 and 2016. The diagnosis of autism spectrum disor-
ders comprises a wide variety of patients who, in spite of having individual differences, show two main characteristics: a limited social interaction,
and restricted and repetitive behavioral patterns. The aim of this article is to review different treatments used in the autistic field as well as to men-
tion some findings that intend to prove the efficacy of treatment outcomes. Through a bibliographical review between 2000 and 2016 using the
databases PsycInfo, MEDLINE, Google Scholar, Psicodoc and PsycARTICLES, the outcomes highlight that behavioral treatments are the most
well-supported interventions by the scientific community. Moreover, an early intervention, a high intensity and structuring, parent participation, and
linguistic treatment are essential characteristics of an effective intervention.
Keywords: autism; intervention; epidemiology; assessment.
El DSM-5 (APA, 2013) incluye los Trastornos del Espectro diferencias individuales, mostraban un amplio rango de patrones
Autista (TEA) dentro de la categoría de trastornos del neurode- comunes de comportamiento y conciencia social. Los infantes des-
sarrollo, junto a entidades nosológicas tales como la discapaci- critos por este autor constituyeron durante mucho tiempo el para-
dad intelectual, los trastornos de la comunicación, el trastorno digma del niño autista: manifestaban un mejor ánimo cuando se
por déficit de atención/hiperactividad, los trastornos específicos encontraban solos, solían actuar como si la gente de su alrededor
del aprendizaje y los trastornos motores. Esta misma clasificación no estuviera presente y mostraban dificultad a la hora de establecer
erige como principales características del paciente con TEA la pre- relaciones adecuadas con los demás.
sencia de deficiencias persistentes en la comunicación y en la inte- Más adelante, en la década de los ochenta, Wing (1981) y
racción social en diversos contextos, así como la manifestación de Frith (1989) destacaron entre las características de los niños autis-
patrones restrictivos y repetitivos de comportamientos, intereses tas sus dificultades en el ámbito relacional, sus déficits en el área
o actividades. Fue Kanner (1943) quien describió en su artículo comunicativa y el retraso o ausencia del juego de ficción. Ya en la
Autistic disturbances of affective contact (Kanner, 1943) los casos década actual, el trabajo de Czermainski, Riesgo, Pinto, Fumagalli
de once niños (ocho chicos y tres chicas) que, a pesar de presentar de Salles y Alves (2014) puso de manifiesto la existencia de dife-
Correspondencia:
M. Luz Arróniz-Pérez.
Universidad Miguel Hernández.
Avda. de la Universidad, s/n. C.P. 03202. Elche (Alicante) - España.
E.mail: mariluzarronizpsicologa@gmail.com
Alternative treatments in autism spectrum disorders: A bibliographical review between 2000 and 2016
24 Tratamiento en los trastornos del espectro autista
rencias estadísticamente significativas en las áreas de planifica- seleccionados a partir de las publicaciones obtenidas empleando
ción, flexibilidad cognitiva, inhibición conductual, fluidez verbal los filtros de búsqueda previamente mencionados. Uno de los
y memoria de trabajo entre niños diagnosticados de TEA y niños criterios seguidos para elegir las publicaciones que pasarían a
con desarrollo normativo. formar parte de la muestra estudiada fue que hubieran sido
En lo que se refiere a los datos epidemiológicos, el DSM – divulgadas entre 2000 y 2016, a excepción de artículos que o bien
5 (APA, 2013) señala una prevalencia del autismo del 1% de la suponen un hito en el estudio de los trastornos del espectro
población, siendo más frecuente en niños que en niñas (Díaz & autista o bien arrojan información que resulta de interés para la
Díaz, 2013; Klein & Kemper, 2016; Posada, Ferrari, Touriño, & elaboración de este trabajo, pese a haber sido publicados con
Boada, 2005). Concretamente, la Asociación Americana de Psi- anterioridad a la fecha señalada. Otro criterio de inclusión de los
quiatría (APA, 2013) destaca que los TEA son cuatro veces más estudios fue que, por un lado, la publicación tuviera un carácter
frecuentes en varones que en mujeres. descriptivo y que, por otro, hubiera sido divulgada en lengua cas-
La mayoría de las revisiones publicadas hasta el momento han tellana o inglesa. En contraposición, los artículos basados en
estado centradas en la descripción de un solo método (Doyle & terapias poco estudiadas (por ejemplo, arteterapia) fueron exclui-
McDougle, 2012; Hart & Banda, 2010; Myers & Johnson, 2007; dos de la muestra, así como las publicaciones cuyo objetivo no
Preston & Carter, 2009). El objetivo de este trabajo es hacer un estaba en consonancia con el propósito de esta revisión. La Tabla
recorrido por diferentes intervenciones que hasta la fecha se han 1 nos permite conocer el total de artículos científicos obtenidos,
empleado en el tratamiento de los pacientes con trastornos del así como el número de publicaciones incluidas en la muestra en
espectro autista, y examinar las principales investigaciones que función de los motores de búsqueda empleados. Una presenta-
tratan de poner a prueba su eficacia. ción sintética de los mismos se muestra en la Tabla 2.
Método Tabla 1. Distribución del número total de artículos obtenidos y del núme-
ro final de artículos incluidos en la muestra
Se realizó una búsqueda en las bases de datos Psycinfo, MED-
LINE, Google Scholar, Psicodoc y PsycARTICLES. Las palabras Base de datos Nº de artículos Nº de artículos
obtenidos incluidos
clave empleadas fueron “autismo”, “intervención”, “epidemiolo-
PsycInfo 697 14
gía” y “evaluación”. Para ampliar los resultados de la búsqueda, el
Medline 146 10
término “autismo” fue sustituido por su traducción inglesa
Google Scholar 682 8
“autism”, así como la palabra “intervención” tomó la forma de
Psicodoc 41 2
“treatment”. Esta conjunción permitió componer una muestra
PsycARTICLES 221 15
formada por cuarenta y nueve artículos científicos que fueron
2014 D´Elia et al. Treatment and Education Estudio longitudinal que subraya la eficacia del modelo TEACCH en una
of Autistic and Related muestra de 30 niños de edades comprendidas entre 2 y 6 años. Los autores
Communication Handicapped observaron una disminución de las conductas desadaptativas en los
Children (TEACCH) preescolares sometidos a la metodología del aprendizaje estructurado.
2014 Ganz Sistemas Alternativos Artículo de revista que nos sitúa ante el estado de la cuestión de los SAAC
y Aumentativos de la así como propone futuras líneas de investigación en ese campo.
comunicación (SAAC)
2014 Lerna, Esposito, Conson, & Picture Exchange El objetivo de esta publicación es comprobar los efectos a largo plazo
Massagli Communication System de la metodología PECS trascurrido un año desde la finalización del
(PECS) tratamiento a través de la evaluación de 14 niños de entre 18 y 60 meses.
2013 Díaz & Díaz - Artículo de revisión que estudia los diferentes factores de riesgo
implicados en la aparición de los TEA clasificándolos en función de su
origen genético, epigenético o ambiental.
2013 Ichikawa et al. TEACCH Estudio piloto que puso de manifiesto la eficacia de TEACCH sobre
una muestra de once niños japoneses diagnosticados de autismo de alto
funcionamiento y sus madres. Las edades de los participantes estuvieron
comprendidas entre 5 y 6 años.
2013 Martos & Llorente - Estudio que destaca algunas de las características que debe tener un buen
programa de intervención en autismo. Los autores subrayan, entre otras
particularidades, que este debe ser individualizado, estar basado en la
evaluación previa del paciente y tener en cuenta la generalización de los
aprendizajes a otros entornos.
2012 Doyle & McDougle Farmacoterapia Artículo de revisión acerca del rol de la farmacología en el tratamiento de
la sintomatología autista. Los autores destacan el papel de los Inhibidores
Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS) en el abordaje de las
conductas repetitivas, así como el de los antipsicóticos en la intervención
de la agresividad.
2011 Hartford Responsive Teaching (RT) Estudio que persigue conocer el papel de la RT en la disminución de la
directividad de las interacciones entre 13 niños candidatos al diagnóstico
de TEA y sus cuidadores. Los resultados obtenidos confirmaron la
eficacia del entrenamiento en sensibilidad en la reducción del grado de
directividad de las comunicaciones entre los participantes del estudio.
2011 Matson, Sipes, Fodstad, & ABA, farmacoterapia Estudio sobre las estrategias para disminuir las conductas desafiantes
Fitzgerald en adultos con TEA. Dada la escasez de investigaciones en el campo del
autismo centradas en población adulta, los autores destacan la necesidad
de promover este tipo de estudios.
2011 Nedelcu & Buceta - Manual de atención temprana que dedica uno de sus capítulos al
tratamiento de los trastornos generalizados del desarrollo.
2010 Hart & Banda PECS Metaanálisis de estudios de caso único cuyos resultados destacan la
eficacia de PECS en el aumento de las habilidades comunicativas y el
decremento de los problemas de conducta en niños con trastornos del
desarrollo.
2010 Mulas et al. Intervenciones psicodinámicas, Artículo de revisión que subraya algunos de los tratamientos empleados
intervenciones biomédicas e en los TEA, entre los que destacan la metodología ABA, el modelo
intervenciones psiceducativas TEACCH y el sistema PECS.
2010 Vismara & Rogers ABA Estudio que pone de manifiesto la eficacia de la terapia conductual
en el tratamiento del autismo. Las autoras subrayan que dos de las
características que garantizan la eficacia del análisis conductual aplicado
son su inicio temprano (antes de los cinco años) y su carácter intensivo
(al menos veinte horas de intervención semanales durante, como mínimo,
dos años).
26 Tratamiento en los trastornos del espectro autista
Resultados Koegel, Shoshan, & McNerney, 1999), han dado lugar al análisis
conductual aplicado contemporáneo, ABA por sus siglas en inglés
A continuación, se detallan los resultados obtenidos tras la —Applied Behaviour Analysis— (Mulas et al., 2010). Este tipo de
búsqueda bibliográfica realizada empleando, por cuestiones de intervención persigue, a través del refuerzo positivo, la extinción, el
espacio, una versión adaptada de la clasificación aportada por el tiempo fuera o el castigo instaurar conductas adaptativas y eliminar
Grupo de Mesibov (Mulas et al., 2010). comportamientos problemáticos en los niños con autismo. Además,
defiende la intervención temprana y el entrenamiento de los padres
Intervenciones biomédicas en técnicas de modificación de conducta (Francis, 2005). Fuentes et
al. (2006) destacan que “en todos los estudios revisados se muestra un
En relación a los tratamientos farmacológicos, algunas de beneficio cognitivo y funcional [en los participantes] después de reci-
las prescripciones médicas más comunes entre los pacientes con bir al menos 20 horas de terapia a la semana basada en los principios
TEA son los antipsicóticos atípicos, los estimulantes, los Inhi- de modificación de la conducta (ABA)” (p. 157). En esta misma línea,
bidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS) y los Lindgren et al. (2016) destacan los efectos positivos de la metodolo-
antiepilépticos (Doyle & McDougle, 2012; Myers, 2007; Myers & gía ABA sobre los problemas de comportamiento manifestados por
Johnson, 2007; Roberts, 2004). Es importante destacar que las niños con TEA con edades comprendidas entre los 21 y 84 meses.
conductas agresivas presentes en algunos de los pacientes con Por su parte, Eikeseth et al. (2007) observaron que los participantes
TEA disminuyen la eficacia del resto de aproximaciones terapéu- que habían recibido un tratamiento basado en el análisis conductual
ticas, de lo que se deriva la idea de que un tratamiento farma- aplicado manifestaban una mejora tanto de su inteligencia como de su
cológico que mitigue la intensidad de algunos síntomas propios comportamiento adaptativo. Como consecuencia de los buenos resul-
del autismo, puede actuar como facilitador de la implementación tados obtenidos tras su aplicación, diversas investigaciones concluyen
de una estrategia de intervención de corte psicológico (Fitzpa- que los programas de intervención que tienen en cuenta el análisis
trick, Srivorakiat, Wink, Pedapati, & Erickson, 2016; González, conductual aplicado contemporáneo se configuran en la mayor parte
Williams, & Pérez-González, 2005). de los casos como el tratamiento de elección (Ejiyeh, Abedi, & Beh-
Sin embargo, la evidencia señala que, aunque las intervencio- namnejad, 2015; Handleman & Harris, 2005; Matson, Sipes, Fodstad,
nes farmacológicas consiguen paliar algunos de los síntomas pre- & Fitzgerald, 2011; Vismara & Rogers, 2010).
sentes en los TEA, en la actualidad no se dispone de psicofármacos
específicos que pongan fin a la sintomatología central (González et Intervenciones evolutivas
al., 2005; Mulas et al., 2010; Myers, 2007; Roberts, 2004). Este tipo de estrategias, en el contexto del tratamiento de los tras-
tornos del espectro autista, se centra en la adquisición de habilidades
Intervenciones psicoeducativas de la vida diaria, así como en la mejora de la competencia social del
paciente (Mulas et al., 2010). Dentro de este apartado encontramos
Entre el conjunto de este tipo de intervenciones se integran una diferentes técnicas entre las que destaca la Responsive Teaching (RT)
variedad de estrategias que, partiendo de una base común, presentan o educación en sensibilidad (Mahoney, Perales, Wiggers, & Herman,
ciertas particularidades. 2006). Se trata de una intervención diseñada para ser implementada
por los padres y centrada en tres focos principales: el área cognitiva, el
Intervenciones conductuales área comunicativa y el área socioemocional (Mahoney et al., 2006). En
Dentro de esta categoría destaca el modelo Lovaas (1987). Este un estudio llevado a cabo por Mahoney y Perales (2003) en el que se
psicólogo de origen europeo diseñó una estrategia de tratamiento aplicó la RT durante un periodo medio de once meses a veinte niños
que abogaba por la intervención temprana, a la vez que se carac- de entre dos y cinco años con diagnóstico de autismo y a sus padres,
terizaba por su carácter intensivo (40 horas semanales), así como los resultados obtenidos indicaron una mejora en el funcionamiento
por el empleo de técnicas operantes aplicadas a lo largo de dos años socioemocional de los infantes, así como una disminución en los pro-
(Lovaas, 1987). Transcurridos los veinticuatro meses de interven- blemas de conducta. Además, se observó que los cambios en el com-
ción, Lovaas observó que los participantes sometidos a esta estra- portamiento de la madre explicaban el 20% de la varianza de los cam-
tegia habían aumentado su Cociente Intelectual (CI), indicador que bios observados en la conducta de los hijos (Mahoney et al., 2006).
empleó para validar la eficacia de su intervención (Cautilli, Han- Hartford (2011) confirmó la hipótesis de que los cuidadores de los
cock, Thomas, & Tillman, 2002; Herbert & Brandsma, 2002; Volker niños que presentan una sintomatología autista más severa poseen un
& Lopata, 2008). A raíz de este planteamiento, diversos autores han estilo comunicativo más directivo e intrusivo que los cuidadores de
llevado a cabo estudios similares obteniendo resultados análogos los niños que manifiestan un menor número de síntomas. Tras com-
(Butter, Mulick, & Metz, 2006; Cohen, Amerine, & Smith, 2006; probar que la RT disminuye los niveles de directividad y aumenta el
Eikeseth, Smith, Jahr, & Eldevi, 2007). Sin embargo, la metodolo- grado de sensibilidad en las interacciones entre los menores autistas y
gía de Lovaas no ha estado exenta de críticas sobre todo porque los sus padres, esta autora defiende el empleo de la técnica tanto en niños
logros obtenidos tras la aplicación de su modelo eran difíciles de con TEA como en aquellos que son candidatos al diagnóstico.
generalizar a otros ambientes y sus investigaciones contaban con
errores metodológicos. Por ello, debemos interpretar sus resultados Intervenciones basadas en terapias
con cautela (Alessandri, Thorp, Mundy, & Tuchman, 2005; Lovaas, Dentro de este conjunto de estrategias encontramos las intervencio-
Koegel, Simmons, & Long, 1973; Shea, 2005). nes basadas en la comunicación, las intervenciones basadas en la familia
Las aportaciones iniciales de la corriente conductual al campo y las terapias combinadas:
de estudio del autismo han ido cambiando a lo largo del tiempo y, – Los sistemas alternativos y/o aumentativos de la comunicación,
mediante la incorporación de estrategias tales como el Pivotal Res- también conocidos como SAAC (Ganz, 2014), constituyen herra-
ponse Training (PRT) (Koegel, Koegel, & Harrower, 1999; Koegel, mientas de interacción distintas al lenguaje oral cuya finalidad
M. Luz Arróniz-Pérez & Ricardo Bencomo-Pérez 29
es aumentar y/o compensar los problemas de comunicación que trastornos del espectro autista. En primer lugar, y como se deriva
presentan muchos niños con TEA. Uno de los principales méto- de los planteamientos propuestos inicialmente por Lovaas (1987),
dos que se engloban dentro de esta categoría es conocido como las intervenciones de corte conductual son las que en la actualidad
Picture Exchange Communication System (PECS), un sistema de cuentan con una mayor evidencia empírica (Fuentes et al., 2006;
comunicación por intercambio de imágenes, en castellano (Bondy Lindgren et al., 2016; Mulas et al., 2010; Vismara & Rogers, 2010;
& Frost, 1994). El principal objetivo de este modelo es que el niño Volker & Lopata, 2008). Por ello, se deduce que tres de las caracte-
aprenda a comunicarse con su entorno. Para ello, y aprovechando rísticas de una intervención eficaz para el autismo deben ser a) su
el procesamiento predominantemente visual de los pacientes con inicio temprano, b) su alto nivel de estructuración y c) su carácter
TEA, la metodología PECS combina la palabra con apoyos visua- intensivo, resultados que coinciden con las aportaciones previas de
les (Nedelcu & Buceta, 2011). Son diversas las investigaciones que otros autores incluidos en esta revisión (Fuentes et al., 2006; Mar-
apuntan a que el sistema PECS da lugar a un incremento en el com- tos & Lorente, 2013; Mulas et al., 2010). Además, se ha observado
portamiento sociocomunicativo de los niños con problemas del que existe una relación entre el comportamiento de los progenito-
desarrollo y añaden el número de conductas problemáticas como res, especialmente el de la madre, y la severidad de la sintomatolo-
una segunda variable que puede verse disminuida a través de esta gía autista en sus vástagos, relación que puede verse amortiguada
metodología (Charlop, Carpenter, Le, LeBlanc, & Kellet, 2002; Hart a través de la aplicación de la RT (Mahoney et al., 2006; Hartford,
& Banda, 2010; Lerna, Esposito, Conson, & Massagli, 2014; Preston 2011), del Programa HANEN, More Than Words (Canal et al.,
& Carter, 2009). 2014; McConachie et al., 2005; Girolametto et al., 2007; Sussman,
– El Programa Hanen, More Than Words (Sussman, 1999) consti- 1999) o de la metodología TEACCH (D´Elia et al., 2014; Ichikawa
tuye un claro ejemplo de las intervenciones que consideran a la et al., 2013; Mesibov et al., 2004) como ya apuntaron Martos y Llo-
familia como un elemento clave del tratamiento. Consiste en un rente (2013). Por otro lado, y como consecuencia de los proble-
protocolo de intervención temprana que tiene por finalidad dotar mas de comunicación presentes en muchos de los pacientes con
a los padres de las estrategias necesarias para potenciar las habi- TEA (Mendoza & Muñoz, 2005), se consideró necesario el diseño
lidades comunicativas de sus hijos. Se trata de una combinación de estrategias de intervención centradas en la comunicación. El
de sesiones individuales y grupales a través de las que los progeni- sistema PECS (Bondy & Frost, 1994) no sólo mejora la compe-
tores aprenden a convertir las actividades diarias de los menores tencia lingüística de las personas con discapacidad, sino que ade-
en experiencias de aprendizaje (Roberts, 2004). Son numerosos más da lugar a una disminución de las conductas problemáticas de
los estudios que ponen de manifiesto que la intervención de los los pacientes con TEA (Charlop et al., 2002; Hart & Banda, 2010;
padres de los pacientes con TEA en el tratamiento de sus hijos da Preston & Carter, 2009). Finalmente, las intervenciones farmaco-
lugar a un descenso de las conductas disruptivas en los infantes, lógicas, pese a no ser capaces de acabar con los síntomas centrales
a una mejora en los sistemas de crianza y a una disminución del del autismo (González et al., 2005; Mulas et al., 2010; Myers, 2007;
estrés paterno como consecuencia de un aumento en su senti- Roberts, 2004), pueden actuar como elemento coadyuvante de la
miento de competencia (Canal, García, Santos, Bueno, & Posada, terapia psicológica al disminuir la severidad de una sintomatolo-
2014; Girolametto, Sussman, & Weitzman, 2007; McConachie, gía que dificulta la aplicación de otras intervenciones terapéuticas
Randle, Hammal, & Le Couteur, 2005). (Fitzpatrick et al., 2016; González et al., 2005).
– El método TEACCH, Treatment and Education of Autistic and En resumen, los resultados obtenidos abogan por una inter-
Related Communication Handicapped Children (Mesibov, Shea, vención basada en los principios del aprendizaje y caracterizada
& Schopler, 2004) se engloba dentro de las terapias combinadas. por su inicio temprano, su carácter intensivo, su alta estructura-
También conocido como enseñanza estructurada, tiene la finali- ción, su actuación sobre el lenguaje y la consideración de los padres
dad de adaptar el ambiente al paciente y no a la inversa. Para ello, como agentes esenciales en el tratamiento de sus hijos. A partir de
entre sus componentes principales se encuentran la organización ese momento, la elección de una estrategia u otra dependerá de los
física del medio, la elaboración de una secuencia predecible de objetivos de la intervención, de la idiosincrasia del paciente y de la
actividades y el uso de apoyos visuales como pictogramas (Myers evaluación previa del mismo.
& Johnson, 2007). Además, la metodología TEACCH reconoce la En lo referente a las limitaciones que presenta este artículo pue-
importancia de entrenar a los padres como coterapeutas. Panerai den destacarse que el rastreo bibliográfico no ha sido exhaustivo,
et al. (2009) llevaron a cabo una investigación en la que conclu- así como el procedimiento seguido no ha sido sistemático. Además,
yeron que la aplicación de la enseñanza estructurada daba lugar sólo se han incluido publicaciones en lengua castellana e inglesa.
a una mejora en la imitación, las motricidades fina y gruesa, la Asimismo, por una cuestión de espacio, no ha sido posible revisar
comunicación y el comportamiento adaptativo de los niños con las numerosas estrategias de intervención que a lo largo de los años
autismo. También se ha observado que la implementación del han sido propuestas desde diferentes marcos teóricos. En contrapo-
programa TEACCH produce una disminución del estrés materno, sición, este trabajo puede constituir una breve guía que permita al
lo que se traduce en un aumento de la eficacia de cualquier otro lector forjarse una idea acerca de cuáles son algunos de los progra-
modelo de intervención que se aplique al mismo paciente (D´Elia mas y técnicas de intervención que en muchos casos resultan efecti-
et al., 2014; Ichikawa et al., 2013). vos a la hora de hacer frente a la sintomatología autista. Finalmente,
desde este escrito se propone que una de las líneas de actuación
Discusión futuras en el tratamiento de los TEA podría ir dirigida al estudio de
los cuidados del cuidador, como consecuencia de la relación obser-
La realización de esta revisión bibliográfica, así como el aná- vada entre el estrés de los padres y el progreso de sus hijos. También
lisis de los resultados obtenidos nos permiten conocer qué pers- se destaca la necesidad de revisar estudios longitudinales para reali-
pectiva teórica y qué elementos han recibido mayor respaldo por zar una valoración de las intervenciones no sólo en periodos clínicos
parte de la investigación dentro del área del tratamiento de los sino también a lo largo del tiempo.
30 Tratamiento en los trastornos del espectro autista
Conflicto de intereses *Fitzpatrick, S., Srivorakiat, L., Wink, L. K., Pedapati E. V., & Erickson, C.
(2016). Aggression in autism spectrum disorder: presentation and treat-
Los autores de este trabajo declaran que no existe conflicto de intereses. ment options. Neuropsychiatric Disease and Treatment, 12, 1525-1538.b
doi:10.2147/NDT.S84585
Artículo recibido: 04/03/2017 *Francis, K. (2005). Autism interventions: a critical update. Develop-
Aceptado: 30/05/2017 mental medicine and child neurology, 47(7), 493-499. doi:10.1017/
S0012162205000952
*Frith, U. (1989). A new look at language and communication in
autism. British Journal of Disorders of Communication, 24, 123-150.
doi:10.3109/13682828909011952
Referencias *Fuentes, J., Ferrari, M. J., Boada, L., Touriño, E., Artigas, J., Belinchón, M.,
… Posada, M. (2006). Guía de buena práctica para el tratamiento de los
Los estudios incluidos en la revisión están marcados con * trastornos del espectro autista. Revista de Neurología, 43(7), 425-438.
*Alessandri, M., Thorp, D., Mundy, P., & Tuchman, R.F. (2005). ¿Podemos curar *Ganz, J. (2014). AAC Interventions for Individuals with Autism Spectrum
el autismo? Del desenlace clínico a la intervención. Revista de Neurología, Disorders: State of the Science and Future Research Directions. Augmen-
40, 131- 136. tative and Alternative Communication, 31(3), 203-214. doi:10.3109/07434
*American Psychiatric Association (APA) (2013). Diagnostic and statistical 618.2015.1047532
manual of mental disorders, DSM – 5. Washington: Autor. *Girolametto, L., Sussman F., & Weitzman E. (2007). Using case study methods
*Bondy, A. S., & Frost, L. A. (1994). The Picture exchange communication to investigate the effects of interactive intervention for children with
system. Focus on Autism and other Developmental Disabilities, 9(3), 1-19. autism spectrum disorders. Journal of Communication Disorders, 40(6),
doi:10.1177/108835769400900301 470-492. doi:10.1016/j.jcomdis.2006.11.001
*Butter, E. M., Mulick, J. A., & Metz, B. (2006). Eight case reports of learning *González, A. M., Williams, G., & Pérez-González, L.A. (2005). Tratamientos
recovery in children with pervasive developmental disorders after early eficaces para el autismo. En M. Pérez-Álvarez, J. R. Fernández-Hermida,
intervention. Behavioral Interventions, 21, 227-243. doi:10.1002/bin.225 C. Fernández- Rodríguez e I. Amigo (Eds.), Guía de tratamientos psicoló-
*Canal, R., García, P., Santos, J., Bueno, G., & Posada, M. (2014). Programas de gicos eficaces. Madrid: Pirámide.
cribado y atención temprana en niños con trastornos del espectro autista. *Handleman, J. S., & Harris, S. L. (2005). Douglass developmental disabilities
Revista de Neurología, 58, 123-127. center: An ABA program for children and adults with autism spectrum
*Cautilli, J., Hancock, M., Thomas, C. A., & Tillman, C. (2002). Behavior the- disorders. International Journal of Behavioral Consultation and Therapy,
rapy and autism: issues in diagnosis and treatment. The Behavior Analyst 1(4), 301-311. doi:10.1037/h0100754
Today, 3(2), 229-242. doi:10.1037/h0099972 *Hart, S., & Banda, D. (2010). Picture Exchange Communication System
*Charlop, M. H., Carpenter, M., Le, L., LeBlanc, L. A., & Kellet, K. (2002). With Individuals With Developmental Disabilities: A Meta- Analysis of
Using the picture exchange communication system (PECS) with children Single Subject Studies. Remedial and Special Education, 31(6), 476-488.
with autism: assessment of PECS acquisition, speech, social-commu- doi:10.1177/0741932509338354
nicative behavior, and problem behavior. Journal of Applied Behavior *Hartford, D. F. (2011). A responsive teaching intervention for parents of chil-
Analysis, 35(3), 213-231. doi:10.1901/jaba.2002.35-213 dren identified as at risk for an autism spectrum disorder at 12 months.
*Cohen, H., Amerine, M., & Smith, T. (2006) Early intensive behavioral Recuperado de https://cdr.lib.unc.edu/indexablecontent/uuid:4c00a0e1-
treatment: replication of the UCLA model in a community setting. f89f-4a3e-98f6-7e269bae8d0d
Journal of Developmental and Behavioral Pediatrics, 27(2), 145-55. *Herbert, J. D., & Brandsma, L. L. (2002). Applied behavior analysis for child-
doi:10.1097/00004703-200604002-00013 hood autism: does the emperor have clothes? The Behavior Analyst Today,
*Czermainski, F., Riesgo, R., Pinto, L., Fumagalli de Salles, J., & Alves, C. (2014). 3, 45-50. doi:10.1037/h0099958
Executive functions in children and adolescents with autism spectrum *Ichikawa, K., Takahashi, Y., Ando, M., Anme, T., Ishizaki, T., Yamaguchi, H.,
disorders. Paideia, 24(57), 87-94. doi:10.1590/1982-43272457201411 & Nakayama, T. (2013). TEACCH-based group social skills training for
*D’Elia, L., Valeri, G., Sonnino, F., Fontana, I., Mammone, A., & Vicari, S. children with high-functioning autism: a pilot randomized controlled
(2014). A longitudinal study of the TEACCH program in different settings: trial. Biopsychosocial Medicine, 7, 1-8. doi:10.1186/1751-0759-7-14
the potential benefits of low intensity intervention in preschool children *Kanner, L. (1943). Autistic disturbances of affective contact. Nervous Child,
with autism spectrum disorder. Journal of Autism and Developmental 2, 217-250.
Disorders, 44 (3), 615-626. doi:10.1007/s10803-013-1911-y *Klein, N., & Kemper, K. J. (2016). Integrative approaches to caring for chil-
*Díaz, A., & Díaz, A. (2013). Contribución genética, ambiental y epigenética dren with autism. Current Problems in Pediatric and Adolescent Health
a los trastornos del espectro autista. Revista de Neurología, 57, 556-568 Care, 46(6), 1-7. doi:10.1016/j.cppeds.2015.12.004
*Doyle, C. A., & McDougle, C. J. (2012). Pharmacotherapy to control behavio- *Koegel, L. K., Koegel, R. L., & Harrower, J. K. (1999). Pivotal Response Inter-
ral symptoms in children with autism. Expert opinion in pharmacotherapy, vention I: overview of approach. Research and Practice for Persons with
13(11), 1615-1629. doi:10.1517/14656566.2012.674110 Severe Disabities, 24(3), 174-185. doi:10.2511/rpsd.24.3.174
*Eikeseth, S., Smith, T., Jahr, E., & Eldevik, S. (2007). Outcome for children *Koegel, L. K., Koegel, R. L., Shoshan, Y., & McNerney, E. (1999). Pivotal
with autism who began intensive behavioral treatment between ages 4 Response Intervention II: Preliminary Long-Term Outcome Data.
and 7: A comparison controlled study. Behavior Modification, 31, 264-278. Research and Practice for Persons with Severe Disabities, 24(3), 186-198.
doi:10.1177/0145445506291396 doi:10.2511/rpsd.24.3.186
*Ejiyeh, A. M., Abedi, A., & Behnamnejad, N. (2015). Effectiveness of applied *Lerna, A., Esposito, D., Conson, M., & Massagli, A. (2014). Long-term effects
behavior analysis (ABA) for children with autism spectrum disorders of PECS on social-communicative skills of children with autism spectrum
in Iran, 2005–2013: a meta-analysis. Iranian Journal of Psychiatry and disorders: a follow-up study. International Journal of Language and Com-
Clinical Psychology, 21, 17-25. munication disorders, 49(4), 478-485. doi:10.1111/1460-6984.12079
M. Luz Arróniz-Pérez & Ricardo Bencomo-Pérez 31
*Lindgren, S., Wacker, D., Suess, A., Schieltz, K., Pelzel, K., Kopelman, T., … *Sussman, F. (1999). More than words: helping parents promote communication and
Waldron, D. (2016). Telehealth and Autism: Treating Challenging Behavior social skills in children with autism spectrum disorders. Toronto: Hanen Centre.
at Lower Cost. Pediatrics, 137(2), 167-175. doi:10.1542/peds.2015-2851O *Vismara, L., & Rogers, S. (2010). Behavioral Treatments in Autism Spectrum
*Lovaas, O. I. (1987). Behavioral treatment and normal educational and inte- Disorder: What Do We Know? Annual Review of Clinical Psychology, 6,
llectual functioning in young autistic children. Journal of Consulting and 447- 468. doi:10.1146/annurev.clinpsy.121208.131151
Clinical Psychology, 55, 3-9. doi:10.1037/0022-006X.55.1.3 *Volker, M. A., & Lopata, C. (2008). Autism: a review of biological bases,
*Lovaas, O. I., Koegel, R. L., Simmons, J. Q., & Long, J. (1973). Some generaliza- assessment and intervention. School Psychology Quarterly, 23(2), 258-270.
tion and follow- up measures on autistic children in behavior therapy. Jour- doi:10.1037/1045-3830.23.2.258
nal of Applied Behavior Analysis, 6, 131-166. doi:10.1901/jaba.1973.6-131 *Wing, L. (1981). Language, social and cognitive impairments in autism and
*Mahoney, G., & Perales, F. (2003). Using Relationship-Focused Intervention severe mental retardation. Journal of Autism and Developmental Disorders,
to Enhance the Social-Emotional Functioning of Young Children with 11, 311-344. doi:10.1007/BF01531339
Autism Spectrum Disorders. Topics in Early Childhood Special Education,
23(2), 77-89. doi:10.1177/02711214030230020301
*Mahoney, G., Perales, F., Wiggers, B., & Herman, B. (2006). Responsive
Teaching: Early intervention for children with Down syndrome and other
disabilities. Down Syndrome Research and Practice, 11, 18-28. doi:10.3104/
perspectives.311
*Martos, J., & Llorente, M. (2013). Tratamiento de los trastornos del espectro
autista: unión entre la comprensión y la práctica basada en la evidencia.
Revista de Neurología, 57, 185-191.
*Matson, J., Sipes, M., Fodstad, J., & Fitzgerald, M. (2011). Issues in the manage-
ment of challenging behaviours of adults with autism spectrum disorders.
CNS Drugs, 25(7), 597-606. doi:10.2165/11591700-000000000-00000
*McConachie, H., Randle, V., Hammal, D., & Le Couteur, A. (2005). A contro-
lled trial of a training course for parents of children with suspected autism
spectrum disorder. Journal of Pediatrics, 147(3), 335-340. doi:10.1016/j.
jpeds.2005.03.056
*Mendoza, E., & Muñoz, J. (2005). Del trastorno específico del lenguaje al
autismo. Revista de Neurología, 41, 91-98.
*Mesibov, G., Shea, V., & Schopler, E. (2004). The TEACCH approach to autism
spectrum disorders. New York: Springer.
*Mulas, F., Ros-Cervera, G., Millá, M. G., Etchepareborda, M. C., Abad, L.,
& Téllez de Meneses, M. (2010). Modelos de intervención en niños con
autismo. Revista de Neurología, 50(3), 77-84.
*Myers, S. (2007). The status of pharmacotherapy for autism spectrum
disorders. Expert opinion in pharmacotherapy, 8(11), 1579-1603.
doi:10.1517/14656566.8.11.1579
*Myers, S., & Johnson, C. (2007). Management of children with autism spectrum
disorders. Pediatrics, 120(5), 1162-1182. doi:10.1542/peds.2007-2362
*Nedelcu, D. G., & Buceta, M. J. (2011). Intervención en los trastornos genera-
lizados del desarrollo. En M. J. Buceta (Ed), Manual de atención temprana
(pp. 151-171). Madrid: Síntesis.
*Panerai, S., Zingale, M., Trubia, G., Finocchiaro, M., Zuccarello, R., Ferri, R.,
& Elia, M. (2009). Special education versus inclusive education: the role of
the TEACCH program. Journal of Autism and Developmental Disorders, 3
(6), 874-882. doi:10.1007/s10803-009-0696-5
*Posada, M., Ferrari, M. J., Touriño, E., & Boada, L. (2005). Investigación epi-
demiológica en el autismo: una visión integradora. Revista de Neurología,
40, 191-198.
*Preston, D., & Carter, M. (2009). A Review of the Efficacy of the Picture
Exchange Communication System Intervention. Journal of Autism and
Developmental Disorders, 39, 1471-1486. doi:10.1007/s10803-009-0763-y
*Roberts, J. M. (2004). A review of the research to identify the most effective
models of best practice in the management of children with autism spectrum
disorders. Sydney: Centre for Developmental Disability Studies.
*Shea, V. (2005). A perspective on the research literature related to
early intensive behavioral intervention (Lovaas) for young children
with autism. Communication Disorders Quarterly, 26(2), 101-111.
doi:10.1177/1362361304047223
Semana 3
Diagnóstico
Y Atención De
Personas Autistas
Lectura
Modelos de
intervención en
niños con autismo
Bibliografía:
Mulas, F.,Ros- Cervera, G.,Millá, M., Etchepareborda, M., Abad, L.
y Téllez, M. (2010). Modelos de intervención en niños con autismo.
Rev Neurol, 50 (Supl 3), (pp. 577-584.)
Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
autismo
Introducción. Los trastornos del espectro autista constituyen un grupo de alteraciones del neurodesarrollo que afectan de Sección de Neuropediatría;
Hospital Infantil La Fe (F. Mulas,
manera global distintas funciones cerebrales superiores del individuo, como la inteligencia, la capacidad del lenguaje y G. Ros-Cervera, M. Téllez de
la interacción social. Aunque no existe hoy día ningún tratamiento curativo del autismo, sí hay diversas intervenciones no Meneses). Instituto Valenciano
farmacológicas que pueden modificar el mal pronóstico generalmente asociado a este tipo de trastornos. de Neurología Pediátrica-
INVANEP (F. Mulas). Centro de
Objetivo. Revisar de manera sucinta las diferentes aproximaciones para la neurorrehabilitación de los pacientes afecta- Neurodesarrollo Interdisciplinar
RED-CENIT (M.C. Etchepareborda,
dos de trastornos del espectro autista, lo que se conoce habitualmente como métodos de intervención. L. Abad). Valencia. Centro de
Desarrollo. Desde un punto de vista categórico, se pueden distinguir tres tipos de métodos de intervención, según que Desarrollo Infantil y Atención
Temprana APADIS (M.G. Millá).
la orientación sea psicodinámica, biomédica o psicoeducativa. Existen dificultades para comparar los resultados de los Villena, Alicante, España.
distintos métodos de intervención, pero se han identificado unos elementos comunes que deberían tener para resultar
Correspondencia:
eficaces. Actualmente se prefieren los métodos psicoeducativos, pues son los únicos que han demostrado eficacia en los Dr. Fernando Mulas.
estudios de investigación. Instituto Valenciano de
Neurología Pediátrica (INVANEP).
Conclusiones. La intervención precoz, en el contexto de los centros de diagnóstico y atención temprana, dentro de mode- Artes Gráficas, 23, bajo.
los de intervención psicoeducativa mixtos, aunque con gran presencia de elementos conductuales, ha demostrado poder E-46010 Valencia.
modificar la evolución de los pacientes con trastornos del espectro autista y constituye hoy día el abordaje más indicado. E-mail:
fernando.mulas@invanep.com
Palabras clave. Abordaje interdisciplinar. Atención temprana. Autismo. Diagnóstico precoz. Intervención conductual. In-
tervención familiar. Trastornos del espectro autista. aceptado tras revisión externa:
05.02.10.
Responsive Teaching
Intervenciones evolutivas
Ayudan al niño a desarrollar relaciones positivas y
Relationship Development Intervention significativas con otras personas. Se centran en en-
señar técnicas sociales y de comunicación, en am-
Intervenciones basadas en terapias
bientes estructurados, así como desarrollar habili-
Intervenciones centradas en la comunicación dades para la vida diaria (habilidades ‘funcionales’
Estrategias visuales, instrucción con pistas visuales
y ‘motoras’):
– Floor Time (tiempo suelo) DIR (Developmental
Lenguaje de signos Individual-Difference, Relationship-Based Model):
Sistema de comunicación por intercambio de imágenes modelo de desarrollo basado en las diferencias
individuales y en las relaciones.
Historias sociales (social stories)
– Responsive Teaching (RT): educación en respon-
Dispositivos generadores de lenguaje sabilidad.
Comunicación facilitada – Relationship Development Intervention (RDI): in-
tervención para el desarrollo de relaciones.
Entrenamiento en comunicación funcional
Tiende a no mirar a los ojos Hoy día, el método TEACCH es el programa de edu-
cación especial más usado en todo el mundo y exis-
No mira a los adultos vinculares para comprender situaciones
que le interesan o extrañan ten informes de su eficacia en mejorar habilidades
sociales y de comunicación, reduciendo conductas
No mira lo que hacen las personas maladaptativas y mejorando la calidad de vida y dis-
minuyendo el estrés familiar [64,65]. A pesar de sus
No suele mirar a las personas
bases racionales, actualmente no existen estudios
Presenta juego repetitivo o rituales de ordenar
controlados, aleatorizados y bien diseñados que ha-
yan podido demostrar su eficacia con claridad, por
Se resiste a cambios de ropa, alimentación, itinerarios o situaciones lo que este método, aunque prometedor, precisa
aún de una validación científica [26,66].
Se altera mucho en situaciones inesperadas o que no anticipa
tructurados, pueden incidir de manera positiva en intervention programs for autism spectrum disorders: a
la adquisición de nuevas habilidades en los TEA. critical analysis of measurement issues in learning based
interventions. Res Dev Disabil 2007; 28: 207-18.
Es importante incidir en la importancia de in- 17. Council NR, ed. Educating children with autism.
volucrar a la familia en el tratamiento. El niño vive Washington DC: National Academy Express; 2001.
18. Olley J. Curriculum and classroom structure. In Volkmar
integrado en su ambiente familiar, por lo que una F, Paul R, Klin A, Cohen D, eds. Handbook of autism and
adecuada información y educación redundará en pervasive developmental disorders. 3 ed. Hoboken, NJ: John
un mayor aprendizaje con un menor grado de es- Wiley & Sons; 2005. p. 863-81.
19. Dawson G, Osterling J. Early intervention in autism. In
trés e insatisfacción. La familia no sólo necesita un Guralnick M, ed. The effectiveness of early intervention:
diagnóstico adecuado, precisa también informa- second generation research. Baltimore, MD: Brookes; 1997.
ción, educación para saber cómo tratar a su hijo, p. 307-26.
20. Mastergeorge A, Rogers S, Corbett B. Nonmedical
apoyo por parte de las instituciones y solidaridad y interventions for autism spectrum disorders. In Ozonoff
comprensión por parte de la sociedad. S, Rogers S, Hendren R, eds. Autism spectrum disorders:
a research review for practitioners. Washington DC:
American Psychiatric Publishing; 2003. p. 133-60.
Bibliografía 21. Rogers SJ. Empirically supported comprehensive treatments
for young children with autism. J Clin Child Psychol 1998;
1. McConachie H, Barry R, Spencer A, Parker L, Le Couteur 27: 168-79.
A, Colver A. Dasl(n)e: the challenge of developing a regional 22. Etchepareborda MC. Funciones ejecutivas y autismo. Rev
database for autism spectrum disorder. Arch Dis Child Neurol 2005; 40 (Supl 1): S155-62.
2009; 94: 38-41. 23. Etchepareborda MC. Perfiles neurocognitivos del espectro
2. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical autista. Rev Neurol 2001; 32: 175-92.
manual of mental disorders, 4 ed, text revision (DSM-IV-TR). 24. Lord C, Wagner A, Rogers S, Szatmari P, Aman M,
Washington DC: American Psychiatric Publishing; 2000. Charman T, et al. Challenges in evaluating psychosocial
3. Wing L. The autistic spectrum. Lancet 1997; 350: 1761-6. interventions for autistic spectrum disorders. J Autism Dev
4. Mulas F, Etchepareborda MC, Hernández-Muela S, Abad- Disord 2005; 35: 695-711.
Mas L, Téllez de Meneses M, Mattos L. Bases neurobiológicas 25. Schopler E. Comments on ‘Challenges in evaluating
de los trastornos específicos de la comunicación (espectro psychosocial intervention for autistic spectrum disorders’
autista). Rev Neurol 2005; 41 (Supl 1): S149-53. by Lord et al. J Autism Dev Disord 2005; 35: 709-11.
5. Volkmar FR, Lord C, Bailey A, Schultz RT, Klin A. Autism 26. Eikeseth S. Outcome of comprehensive psycho-educational
and pervasive developmental disorders. J Child Psychol interventions for young children with autism. Res Dev
Psychiatry 2004; 45: 135-70. Disabil 2009; 30: 158-78.
6. Salvadó-Salvadó B, Palau-Baduell M, Rosendo-Moreno 27. Rogers SJ, Vismara LA. Evidence-based comprehensive
N, Orpí-Paluzie C, Valls-Santasusana A, Muñoz-Yunta J. treatments for early autism. J Clin Child Adolesc Psychol
Detección precoz de los trastornos del espectro autista. 2008; 37: 8-38.
In Muñoz-Yunta J, ed. Guía médica y neuropsicológica 28. Roberts J, Prior, M. A review of the research to identify the
del autismo. Cornellà de Llobregat: Fundació Autisme Mas most effective models of practice in early intervention of
Casadevall; 2005. p. 131. children with autism spectrum disorders. Australia: Australian
7. Martos J. Trastornos generalizados del desarrollo. In Government Department of Health and Ageing; 2006.
Millá MG, Mulas F, eds. Atención temprana y desarrollo 29. Best practices for designing and delivering effective
infantil: diagnóstico, trastornos e intervención. Valencia: programs for individuals with ASD. Recommendations
Promolibro; 2005. p. 709-24. of the collaborative Work Group on Autistic Spectrum
8. VV.AA. Libro blanco de la atención temprana. Madrid: Real Disorders. California: California Departments of Education
Patronato sobre Discapacidad; 2000. and Developmental Services; 1997.
9. Millá MG, Mulas F. Atención temprana y programas de 30. Smith T. Are other treatments effective? In Maurice C,
intervención específica en el trastorno del espectro autista. Green G, Luce S, eds. Behavioral interventions for young
Rev Neurol 2009; 48 (Supl 2): S47-52. children with autism. Austin, TX: Pro-Ed; 1996. p. 44-59.
10. Smith T, Groen AD, Wynn JW. Randomized trial of intensive 31. Broadstock M, Doughty C. The effectiveness of pharmacological
early intervention for children with pervasive developmental therapies for young people and adults with autism spectrum
disorder. Am J Ment Retard 2000; 105: 269-85. disorder (ASD): a critical appraisal of the literature. Christchurch:
11. Dawson G, Rogers S, Munson J, Smith M, Winter J, New Zealand Health Technology Assessment; 2003.
Greenson J, et al. Randomized, controlled trial of an 32. Calderón-González R, Calderón-Sepúlveda RF. Terapias de
intervention for toddlers with autism: the early start Denver controversia o polémicas en los trastornos del neurodesarrollo.
model. Pediatrics 2009; Nov 30 [Epub ahead of print]. Rev Neurol 2000; 31: 368-75.
12. Sandall S, Hemmeter M, Smith B, McLean M. DEC 33. Williams KW, Wray JJ, Wheeler DM. Intravenous secretin
recommended practices: a comprehensive guide for for autism spectrum disorder. Cochrane Database Syst Rev
practical application in early intervention/early childhood 2005; 3: CD003495.
special education. Longmont, CO: Sopris West; 2005. 34. Perry A, Condillac R. Evidence-based practices for children
13. Fuentes-Biggi J, Ferrari-Arroyo MJ, Boada-Muñoz L, and adolescents with autism spectrum disorders: review
Tourino-Aguilera E, Artigas-Pallarés J, Belinchón-Carmona of the literature and practice guide. Ontario, Canada:
M, et al. Guía de buena práctica para el tratamiento de los Children’s Mental Health; 2003.
trastornos del espectro autista. Rev Neurol 2006; 43: 425-38. 35. Christison GW, Ivany K. Elimination diets in autism spectrum
14. Howlin P, Magiati I, Charman T. Systematic review of early disorders: any wheat amidst the chaff? J Dev Behav Pediatr
intensive behavioral interventions for children with autism. 2006; 27 (Suppl 2): S162-71.
Am J Intellect Dev Disabil 2009; 114: 23-41. 36. Milward C, Ferriter M, Calver S. Gluten- and casein-free
15. Ospina MB, Krebs Seida J, Clark B, Karkhaneh M, Hartling diets for autistic spectrum disorder. Cochrane Database Syst
L, Tjosvold L, et al. Behavioural and developmental Rev 2004; 2: CD003498.
interventions for autism spectrum disorder: a clinical 37. Demicheli V, Jefferson T, Rivetti A, Price D. Vaccines
systematic review. PLoS One 2008; 3: e3755. for measles, mumps and rubella in children. Cochrane
16. Matson JL. Determining treatment outcome in early Database Syst Rev 2005; 4: CD004407.
38. Madsen KM, Lauritsen MB, Pedersen CB, Thorsen P, Plesner 53. Cohen H, Amerine-Dickens M, Smith T. Early intensive
AM, Andersen PH, et al. Thimerosal and the occurrence of behavioral treatment: replication of the UCLA model in a
autism: negative ecological evidence from Danish population- community setting. J Dev Behav Pediatr 2006; 27 (Suppl 2):
based data. Pediatrics 2003; 112 (Pt 1): 604-6. S145-55.
39. Kern JK, Miller VS, Cauller PL, Kendall PR, Mehta PJ, Dodd M. 54. Eikeseth S, Smith T, Jahr E, Eldevik S. Outcome for children
Effectiveness of N,N-dimethylglycine in autism and pervasive with autism who began intensive behavioral treatment
developmental disorder. J Child Neurol 2001; 16: 169-73. between ages 4 and 7: a comparison controlled study.
40. Findling RL, Maxwell K, Scotese-Wojtila L, Huang J, Behav Modif 2007; 31: 264-78.
Yamashita T, Wiznitzer M. High-dose pyridoxine and 55. Magiati I, Charman T, Howlin P. A two-year prospective
magnesium administration in children with autistic disorder: follow-up study of community-based early intensive
an absence of salutary effects in a double-blind, placebo- behavioural intervention and specialist nursery provision
controlled study. J Autism Dev Disord 1997; 27: 467-78. for children with autism spectrum disorders. J Child Psychol
41. Amminger GP, Berger GE, Schafer MR, Klier C, Friedrich Psychiatry 2007; 48: 803-12.
MH, Feucht M. Omega-3 fatty acids supplementation in 56. Sallows GO, Graupner TD. Intensive behavioral treatment
children with autism: a double-blind randomized, placebo- for children with autism: four-year outcome and predictors.
controlled pilot study. Biol Psychiatry 2007; 61: 551-3. Am J Ment Retard 2005; 110: 417-38.
42. Lovaas OI. Behavioral treatment and normal educational 57. Smith T, Eikeseth S, Klevstrand M, Lovaas OI. Intensive
and intellectual functioning in young autistic children. behavioral treatment for preschoolers with severe mental
J Consult Clin Psychol 1987; 55: 3-9. retardation and pervasive developmental disorder. Am J
43. Lovaas OI. Teaching individuals with developmental delays: Ment Retard 1997; 102: 238-49.
basic intervention techniques. Austin, TX: Pro-Ed; 2003. 58. Howlin P. The effectiveness of interventions for children
44. Myers SM, Johnson CP. Management of children with with autism. J Neural Transm Suppl 2005; 69: 101-19.
autism spectrum disorders. Pediatrics 2007; 120: 1162-82. 59. Smith T, Scahill L, Dawson G, Guthrie D, Lord C, Odom
45. Sulzer-Azaroff B, Mayer B. Behavior analysis for lasting S, et al. Designing research studies on psychosocial
change. Fortworth, TX: Holt, Reihart & Winston; 1991. interventions in autism. J Autism Dev Disord 2007; 37: 354-66.
46. Catania A. Learning. 4 ed. Englewood Cliffs, NJ: Prentice 60. Anderson S, Avery D, DiPietro E, Edwards G, Christian W.
Hall; 1998. Intensive home-based early intervention with autistic children.
47. Francis K. Autism interventions: a critical update. Dev Med Education & Treatment of Children 1987; 10: 353-66.
Child Neurol 2005; 47: 493-9. 61. Bibby P, Eikeseth S, Martin NT, Mudford OC, Reeves D.
48. Salvadó B, Manchado F, Palau M, Rosendo N, Orpí C. Modelos Progress and outcomes for children with autism receiving
y programas de intervención. In Muñoz-Yunta J, ed. Guía parent-managed intensive interventions. Res Dev Disabil
médica y neuropsicológica del autismo. Cornellà de Llobregat: 2001; 22: 425-47.
Fundació Autisme Mas Casadevall; 2005. p. 199-216. 62. Sheinkopf SJ, Siegel B. Home-based behavioral treatment of
49. Koegel R, Rincover A, Egel A. Educating and understanding young children with autism. J Autism Dev Disord 1998; 28: 15-23.
autistic children. San Diego: College Hill Press; 1982. 63. Schopler E, Reichler R, Bashford A, Lansing M, Marcus L.
50. Schreibman L, Ingersoll B. Behavioral interventions to The Psychoeducational Profile Revised (PEP-R). Austin, TX:
promote learning in individuals with autism. In Volkmar Pro-Ed; 1990.
F, Paul R, Klin A, Cohen D, eds. Handbook of autism and 64. Van Bourgondien ME, Reichle NC, Schopler E. Effects of a
pervasive developmental disorders. Hoboken, NJ: John model treatment approach on adults with autism. J Autism
Wiley & Sons; 2005. p. 882-96. Dev Disord 2003; 33: 131-40.
51. Birnbrauer J, Leach D. The Murdoch early intervention 65. Ozonoff S, Cathcart K. Effectiveness of a home program
program after 2 years. Behaviour Change 1993; 10: 63-74. intervention for young children with autism. J Autism Dev
52. Boyd RD, Corley MJ. Outcome survey of early intensive Disord 1998; 28: 25-32.
behavioral intervention for young children with autism in a 66. Howlin P. Autism and intellectual disability: diagnostic and
community setting. Autism 2001; 5: 430-41. treatment issues. J R Soc Med 2000; 93: 351-5.
Introduction. Autism spectrum disorders make up a group of neurodevelopmental disorders that globally affect different
higher brain functions in the individual, such as intelligence, the capacity to use language and social interaction. Today,
although there is still no curative treatment for autism, there are a number of non pharmacological interventions that can
modify the poor prognosis that is generally associated to this type of disorders.
Aim. To briefly review the different approaches to the neuro rehabilitation of patients suffering from autism spectrum
disorders, which are usually known as methods of intervention.
Development. From the categorical point of view, three types of methods of intervention can be distinguished, depending
on whether the orientation is psychodynamic, biomedical or psycho educational. It is difficult to compare the results of the
different methods of intervention, but researchers have identified several common elements that they should have if they
are to be effective. At present, the psycho educational methods are preferred, since they are the only ones that, to date,
have proved to be effective in research studies.
Conclusions. Early intervention by diagnostic and early care centres, with the use of mixed models of psycho educational
intervention that nevertheless also include an important percentage of behavioural elements, has proved to be capable of
modifying the course of patients with autism spectrum disorders and is currently the most suitable approach.
Key words. Autism spectrum disorder. Autistic disorder. Behavioral intervention. Early diagnosis. Early intervention. Patient
care team. Professional-family relations.
Lectura
Las Emociones
en Niños con
Síndrome de
Asperger
Bibliografía:
Almanza, B., Orozco, G., y Cruz, F. (2017). Las Emociones en Niños
con Síndrome de Asperger. Revista Chilena de Neuropsicología, 12
(2), (pp. 28-31. )
Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
Rev. Chil. Neuropsicol. 12(2): 28-31, 2017 DOI: 10.5839/rcnp.2017.12.02.05
www.neurociencia.cl
Artículo de revisión
Resumen
Las peculiaridades que presentan las personas con Síndrome de Asperger (SA) han sugerido el abordaje del mismo desde distintas perspectivas, por un lado,
aspectos epistemológicos y cognitivos, por otro lado, neurobiológicos que tratan de describir este padecimiento. Dentro de las peculiaridades que se han descrito
se encuentran aspectos cognitivos como la memoria, visuoespacialidad, habilidades sociales y emociones. Las emociones son esenciales para el desarrollo de
habilidades sociales y se han encontrado peculiaridades al respecto en las personas con SA. De esta manera, el objetivo es revisar los hallazgos existentes sobre
el estudio de las emociones en personas con Síndrome de Asperger que, a su vez, permitirán desarrollar posibles niveles de abordaje en el área clínica.
Palabras clave: Asperger, emociones, respuestas, peculiaridades, intervención
Abstract
The peculiarities presented among the Asperger’s Syndrome have suggested approaching it from different perspectives; including epistemological, cognitive
and neurobiological, pretending to explain this impairment. Among these peculiarities that have been described are cognitive aspects such as memory, visuospa-
tial skills, social skills, and emotions. The emotion domain is basic to develop social abilities, and there are peculiarities found in the Asperger Syndrome’s
patients respect to this matter. According to this, the aim of this paper is to review the current findings respect to the emotions in people with the Asperger’s
Syndrome, as this allows developing tentative approaching levels within the clinic context.
Keywords: Asperger, emotions, behavioral reactions, peculiarities, intervention
Asperger: peculiaridades y diagnósticos estudio realizado en Finlandia sobre una muestra de 5.484 niños de ocho
años halló que 2,9 de cada 1.000 niños cumplían los criterios establecidos por
El Síndrome de Asperger (SA) es un trastorno del desarrollo descrito la CIE-10 para el diagnóstico del Asperger; 2,7 de cada 1.000 cumplían los
por primera vez por Hans Asperger en 1944, refiriéndose a esta población criterios de Gillbert y Gillbert; 2,5 cumplían los del DSM-IV; y 1,6 cumplían
como “profesores de mente ausente” con un lenguaje diferente, acompañado los de Szatmari (Mattila, Kielinen & Jussila; 2007).
de una mirada y movimientos peculiares, denotando limitaciones en sus rela- Debido a las dificultades de identificación de rasgos del Síndrome de
ciones sociales, haciendo énfasis en sus habilidades especiales y talentos, así Asperger, la nueva clasificación del DSM-V trata de integrar diferentes tras-
como en sus rutinas obsesivas (Frith, 1991; Kato, 2011; Stewart, McAdam, tornos, a su vez suprimiendo el SA. De esta manera, clasifica al Síndrome de
Ota & Joanne, 2012; Pacheco, Sandoval & Torrealba, 2008; Paula-Pérez, Asperger dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), considerando
Martos-Pérez & Llorente-Comí, 2010; Paula-Pérez & Martos-Pérez, 2010; los niveles de severidad, enfatizando la comunicación social, intereses res-
Welchew, Ashwin, Berkouk, Salvador, Suckling, Baron-Cohen & Bullmore, tringidos y conductas repetitivas, y realizando una organización en tres nive-
2005). les: agudo, moderado y severo (American Psyquiatric Association, 2013 &
En cuanto a la epidemiología del SA, se ha realizado una estimación de Kaland, 2011). Sin embargo, es importante vislumbrar la necesidad de una
28 por cada 10.000 niños, según los criterios del CIE-10 (García, Ratera & especificidad del SA en el abordaje de su intervención clínica (Artigas, 2007).
Pallares, 2006). Según la OMS 1 mujer padece este trastorno por cada 12 Además, se debería considerar la individualidad del SA, pues cada niño puede
hombres (Bayonas, 2011). Por otra parte, si bien en México no se ha desa- poseer rasgos de manera diferenciada y expresarlos de forma diversificada
rrollado una estadística especifica de SA, se ha realizado una estimación en (Aoki, 2006).
donde el INEGI (2004) refiere la existencia de alrededor de 45.000 niños.
Gracias a la identificación y caracterización de los rasgos del Síndrome Etiología y neurobiología del Síndrome de Asperger
de Asperger se ha logrado incrementar el número de niños diagnosticados.
Sin embargo, aunque el SA parece mostrar una incidencia superior al autismo, La etiología del SA es desconocida y se han propuesto como posibles
más de la mitad de las personas con dicho padecimiento llegan a la edad causas: factores ambientales, genéticos, metabólicos e infecciosos. En un
adulta sin diagnóstico (Fernández-Jaén, Fernández-Mayoralas, Callejas-Pérez principio, la psicología freudiana postulaba el surgimiento del autismo como
y Muñoz-Jareño; 2007). causa de un rompimiento de lazos afectivos entre los padres e hijos, refi-
La variabilidad de estimaciones del Síndrome de Asperger puede ser ex- riendo así la etiqueta de “madres frigoríficas” o “padres intelectuales gélidos”,
plicada por la diferenciación de los criterios diagnósticos. Por ejemplo, un
por tanto, la familia era considerada como la causa subyacente al padeci- Todo lo descrito hasta este momento ilustra una diversidad de áreas del
miento (Mormann & Koch, 2007). En 1965, Rimland hacía referencia al ori- desarrollo, en niños o personas con SA, que están afectadas o muestran pe-
gen biológico del TEA como consecuencia de la vacuna triple viral, debido a culiaridades, teniendo un impacto en calidad de vida. Una de ellas es el área
que coincidía la edad de la aplicación con la presencia de los rasgos del tras- emocional, donde se describen a estos sujetos como carentes de empatía. En
torno (Welchew et al., 2005), situación que trajo consigo niños sin vacuna- pacientes con SA, se ha descrito una dificultad por discernir las emociones
ción por un periodo amplio, debido a este miedo de poder “contraer au- en los otros e incluso en la poca habilidad para expresar sus propios senti-
tismo”. Otra hipótesis planteada, refería que la causa podría ser algunos mientos (Andrews, Attwood & Sofronoff, 2013). Dicha peculiaridad dificulta
tóxicos como el mercurio, plomo o cadmio, exposición al alcohol, bifenilos la habilidad para relacionarse con el otro, pues el mantener relaciones de
policlorados, sin embargo, no se ha encontrado evidencia confirmatoria de amistad y el poder trabajar con otros depende de la capacidad de reconocer,
lo anterior (Aoki, 2006). De esta manera, recientemente se postula que su expresar y modular las emociones (Kätsyri, Saalasti, Tiippana, Wendt &
causa es poligénica (Zurita, Cruz, Cárdenas, Orozco & Velez, 2013). Sams, 2008).
Investigaciones en pacientes con SA han encontrado afectaciones en cir-
cuitos cerebrales, disminución de las células de Purkinje del cerebelo, hipo- Emociones en desarrollo típico
plasia e hiperplasia del vermis posterior (Deeley, Daly, Surguladze & Page,
2007), aumento del tamaño cerebral total, el volumen del cerebelo, núcleo Los estados emocionales permiten conocer las diferentes formas de ser
caudado, tálamo, amígdala y cuerpo calloso, cambios con la edad en núcleos del individuo, pero al mismo tiempo estos estados emocionales se asocian a
cerebelares y en la oliva inferior, displasia en el tronco encefálico y en la oliva, estrategias que se relacionan con conductas de supervivencia como el ataque,
alteraciones en la neocorteza, orientación anómala de las células piramidales, la huida o la evasión; debido a que fungen como indicadores en la toma de
señales de disgénesis cortical y aumento de la densidad de empaquetamiento decisiones (Damasio, 1999, en Balconi, Amenta & Ferrari, 2012). Al mismo
celular y neuronas más pequeñas en el sistema límbico (Dziobek, Rogers, tiempo, para hacer la toma de decisiones acerca de la estrategia conductual a
Wolf y Convit, 2006), reducción de minicolumnas en las áreas corticales M1, seguir, se tienen que considerar las restricciones sociales y el contexto (Spen-
V1 y en la corteza frontal de asociación, cambios en la densidad sináptica y cer, Holt, Chura, Suckling, Calder, Bullmore & Baron-Cohen, 2011). Todas
en la composición de receptores nicotínicos (Dehaene & Changeux, 2004). estas habilidades facilitarán un funcionamiento adaptativo, con un compro-
También se ha encontrado disfunción en lóbulo frontal izquierdo, registros miso a las demandas físicas y sociales del ambiente (Welchew et al, 2005).
anormales de respuestas auditivas y anomalías en el sistema oculomotor, así Las estrategias conductuales van siendo desarrolladas y adquiridas por el
como un menor diámetro del mesencéfalo (Kana, Libero & Moore, 2011). individuo de manera normoevolutivas. Por ejemplo, en niños típicos se ha
Por otro lado, se han observado cambios bioquímicos, observando una ma- encontrado, por una parte, que el desarrollo de las respuestas emocionales en
yor concentración de N-acetilaspartato, creatinina, fosfocreatinina y colina los primeros 3 meses comprende excitación indiferenciada de forma positiva
en lóbulo parietal (Mormann & Koch, 2007). (relajamiento de tono muscular, gorgoreos, movimientos desordenados), y
de forma negativa (tensión muscular, cambios respiratorios rápidos, enroje-
Alteraciones cognitivas en el Síndrome de Asperger cimiento en la faz, temblores musculares y llorar), conforme se da el desarro-
llo ontogenético, incrementa la capacidad para inhibir reacciones impulsivas
Las afectaciones en distintos circuitos cerebrales tanto subcorticales de acuerdo a normas sociales. Por otra parte, se ha descubierto que, en un
como corticales, han sugerido implicaciones en diversas alteraciones en áreas neonato hasta los 5 meses, el uso de las emociones es exclusivo para la su-
de desarrollo cognitivas en los niños con SA, pues no solo interferirán en el pervivencia y cubrir sus necesidades. Luego, de los 6 meses a los 3 años éste
comportamiento social, sino también tendrían un impacto en el aspecto emo- aprende las emociones básicas (miedo, alegría, enojo, sorpresa), que serán
cional (Hirokazu, Haruhisa, Takashi, Chieko, Hideki, Akira, Nobumasa, consolidadas durante los siguientes dos años, a la par que se va dando un
Shinohara, 2013, Zurita et al., 2013). aprendizaje cultural de las emociones. Así, los años posteriores son conside-
En los niños con SA se han observado alteraciones en el procesamiento rados una especialización de las emociones personales, culturales y sociales
sensorial, señalando una dificultad en la integración de los estímulos de ma- (cómo, cuándo y en qué momento expresarlas) (Falkmer, Bjällmark, Larsson
nera global, independientemente de la modalidad sensitiva. Por consiguiente, & Falkmer, 2011).
se cree que la integración de los estímulos se verá disminuida cuando el aná- Así mismo, las respuestas emocionales tienen que ver desde un recono-
lisis se realiza de manera parcial, así como en tareas auditivas (Kato, 2011; cimiento de expresiones emocionales egocéntricas (en sí mismo) y alocéntri-
Farran, Branson & King, 2011). Al respecto, se ha propuesto un déficit de cas (en los otros), respuestas perceptuales, fisiológicas (frecuencia cardiaca,
coherencia central, haciendo referencia a dicho procesamiento global (Frith, frecuencia respiratoria, sudoración, movimientos de músculos faciales, res-
1991), así como una teoría del déficit en la jerarquización en el procesamiento puestas electrofisiológicas, etc.) y conductuales.
de los estímulos (Mottoron y Belleville, 1993). Además, se requiere de lenguaje y conciencia para poder comunicar las
Por otra parte, se han encontrado alteraciones en funciones mnésicas de emociones, por lo que se espera que un niño en la primera infancia, aún con
pacientes con SA, relacionadas con afectaciones en lóbulo temporal y estruc- un desarrollo típico, tenga dificultades para el reconocimiento y expresión de
turas mediales del encéfalo, concerniente a aspectos episódicos implicados las emociones (Larsen, McGraw & Cacioppo, 2009; Stein & Levin, 2001).
en estrategias de codificación o recuperación (Dehaene & Changeux, 2004). Por el contrario, en un adulto se esperaría que éste logre realizar el reconoci-
Unzueta & Pinto (2009) referían un déficit en las funciones ejecutivas de miento a partir de las experiencias vividas, de acuerdo a la evaluación de
pacientes con SA, evidenciado a través de tareas como el test de Wisconsin, eventos similares antes experimentados. Sin embargo, no todas las emocio-
a partir de perseveraciones y dificultades para elegir estrategias de cambio, nes dependerán de la experiencia vivida, sino que pueden estar disociadas de
denotando alteraciones en la flexibilidad, y haciéndose más evidente con el lo que se puede reconocer de manera verbal (Gazzzaniga & Le Doux, 1978;
incremento la complejidad de la tarea y la demanda de la misma. Lo anterior Bechara, Tranel & Damasio, 2000).
sugiere, por tanto, que la planificación está comprometida y, considerando la Al respecto, se ha comprobado la participación de aspectos amigdalinos
alteración en flexibilidad, los resultados podrían justificar la rigidez en las y corteza prefrontal, así como estructuras subcorticales, en el proceso de ge-
conductas, resistencia al cambio, estereotipias, rituales y falta de espontanei- neración y control de las emociones, así como mecanismos eferentes y afe-
dad de los pacientes con SA. rentes, vicerales y endocrinos. Por tanto, las emociones han sido situadas en
Por otra parte, se sugiere que los sujetos con SA presentan un déficit en distintos niveles, desde reflejos en tallo cerebral, la integración de respuestas
la falta de habilidad para generar ideas del propio juego (son capaces de saber vicerales y somáticas en el tálamo e hipotálamo, la activación y regulación de
qué es lo que quieren hacer, pero no de saber cómo hacerlo), siendo una funciones corticales y subcorticales de los ganglios basales y el sistema lím-
dificultad para desengancharse del contexto inmediato y guiar la conducta bico (Dziobek, 2006).
por reglas internas (Bayonas, 2011).
En lo que se refiere a las dificultades en las conductas de los sujetos con
SA, se enfatiza en las interacciones sociales, ya que carecen de un adecuado
Emociones en Síndrome de Asperger
contacto visual y social. Además, las relaciones sociales de las personas con
SA, son de carácter utilitaria o instrumental (es decir, como objetos, sin aten- Como se mencionó con anterioridad, en personas con SA se observa un
compromiso de dificultad en amígdala, relacionado con las manifestaciones
der a los sentimientos o emociones de otros), mostrando una falta de interés
por lo que le rodea y denotando una evidente dificultad en el reconocimiento propias del síndrome (dificultad en regulación emocional e interacción social)
(Dziobek, 2006). Además, se ha demostrado que la amígdala regula el apren-
de emociones y sentimientos de los demás (Falkmer, Bjällmark, Larsson &
Falkmer, 2011). dizaje emocional e interviene en la expresión emocional (Unzueta & Pinto,
2009). Por otra parte, se ha observado que en el SA se activan las regiones
29
Almanza, Orozco-Calderón y Cruz-Pérez. Rev. Chil. Neuropsicol. 12(2): 28-31, 2017
fronto-temporales, pero no la amígdala, mientras los pacientes realizaban in- Niños con SA parecieran tener mayor dificultad en la discriminación de
ferencias mentalísticas, a lo que se le llama Teoría de la Mente (Hudepohl, una emoción, posiblemente debido a las alteraciones amigdalinas, modifi-
2013). Sin embargo, se ha encontrado una dificultad en la expresión emocio- cando los “disparos emocionales”, e imposibilitando la detección y reacción
nal y comprensión de la expresión afectiva presente en los sujetos con SA en diferentes situaciones, por ejemplo, frente a estímulos nuevos y emocio-
(Falkmer, Bjällmark, Larsson & Falkmer, 2011). Así, estos sujetos pueden nes de valencias positivas o negativas (LeDoux, 2000). Por tanto, en estas
experimentar afectos negativos como la tristeza o depresión, como conse- personas no existiría una imposibilidad de pensar en el otro, sino una dificul-
cuencia de su limitación de la expresión emocional propia del trastorno (Pa- tad en la posibilidad de manifestarlo a través del lenguaje, debido a sus pro-
checo et al, 2008). pias peculiaridades, así como de una falta de estrategia para responder ante
Por ello, se vuelve un proceso complejo la regulación del ajuste de la los diversos cambios situacionales a los que éstos se exponen.
respuesta orgánica con relación al ambiente y las regulaciones en procesos Es importante considerar que un trastorno de regulación emocional no
cognoscitivos, tales como el reconocimiento de estímulos familiares y emo- se constituye hasta que estos desafíos sean tan significativos que afectan la
cionales (Prizant, Wetherby, Rubi & Laurent, 2008). Por tanto, cuando va habilidad del niño para enfrentar sus rutinas cotidianas (Miller et al., 2004).
dándose la madurez en el desarrollo del niño incrementa la capacidad para Esta es una de las dificultades que presentan los niños con SA, al tener difi-
inhibir reacciones impulsivas iniciales de acuerdo a las normas sociales cultad con la expresión de las emociones a través del lenguaje, así como la
(Miller, 2004). regulación emocional, es decir, dificultad en la intensidad de la expresión de
Finalmente, aun cuando se ha referido el proceso de la emoción en el emociones tanto positivas como negativas, generando un impacto en su re-
SA, predominantemente se ha hecho énfasis en estudios del reconocimiento lación con los otros, denotando una falta de habilidad para enfrentar esta
facial emocional. Al respecto, en estos pacientes se ha encontrado un mejor situación (Attwood, 1998). Al respecto, diversos autores señalan que la an-
reconocimiento de emociones ambivalentes (miedo-alegría), así como una siedad y los sentimientos de estrés en los niños con SA son evidentes como
confusión entre el miedo, asombro y asco (emociones negativas) (Rainville, síntoma de la falta de una estrategia conductual (Tantum, 2000; Klin & Volk-
Bechara, Naqvi & Damasio, 2006, Leung, Ordqvist, Falkmer, Parsons & mar, 2003; Attwood, 2005).
Falkmer, 2013, Hudepohl, Robins, King & Henrich, 2013; Jayaro, Vega, Los retrasos en el desarrollo, las dificultades y desafíos en la comunica-
Marsá & Carrasco, 2008; Unzueta & Pinto, 2009; Yang, Savostyanov, Tsai & ción social, y las diferencias neuropsicológicas en los niños con SA y con
Liou, 2011). trastorno del espectro del autismo de alto funcionamiento, claramente pue-
den exacerbar posibilidades de desregulación mucho mayores que en un niño
Discusión común. Además, en conjunto con su limitada capacidad de autorregulación,
contribuyen al desarrollo de conductas idiosincrásicas e inadecuada de autor-
regulación (Laurent & Rubin, 2004).
Como se ha mencionado a lo largo de la presente revisión, las respuestas Tanto las evidencias en de la neurobiología como los modelos teóricos
emocionales entre los pacientes con Síndrome de Asperger pueden variar.
acerca de los trastornos del desarrollo, propuestos a partir de la psicología
Así, la respuesta evidentemente va a ser reflejada en aspectos fisiológicos, cognitiva y la investigación neuropsicológica, proveen de algunas explicacio-
pues, como lo mencionó William James, las emociones están reguladas no
nes acerca de por qué estos individuos tienen mayores dificultades en com-
solamente por factores sociales, sino además por procesos fisiológicos. A prender y manejar las emociones. (Attwood, 2004). Al respecto se han reali-
través de la percepción de un estímulo, éste puede ocasionar cambios visce-
zado investigaciones, en su gran mayoría, basadas en el desarrollo de
rales que conducen a sentir una emoción. Por otra parte, Walter Cannon habilidades sociales (Carter, Meckes, Pritchard, 2012; Kransny, Williams,
menciona que la experiencia emocional depende de la actividad hipotalámica
Provencal, & Ozonoff, 2010). Sin embargo, todas las investigaciones realiza-
del cerebro (López, 2009). das hasta el momento, tienen que ver con el ejercicio de evaluación en el
En ese sentido, se ha propuesto que dichas diferencias están relaciona-
reconocimiento de emociones a través de imágenes fijas, situación que es
das con la atipicidad amigdalina (Dziobek, 2006). Concretamente, en cuanto divergente con la vida cotidiana, ya que el rastreo es diferente en una situa-
a las conexiones tanto hacia frontal como a cerebelo (Hudepohl, 2013). Sin
ción real en comparación con un pictograma o imagen física; el número de
embargo, es importante considerar la historia de vida de cada sujeto, pues es gesticulaciones es mayor en la primera, lo que conlleva a un mayor reto de
a través de la experiencia como se va construyendo la respuesta conductual
rastreo visual en personas con SA, ya que la lectura de la expresión emocio-
emocional. nal, además de ser visual, tiene que ser complementada por el contexto en el
De esta manera, no se deberían generalizar las respuestas ante un mismo
que se desarrolla. Si bien es importante la identificación de emociones, solo
estímulo en personas con desarrollo típico y, por tanto, no debería ser gene- se han quedado en la denominación más que en el reconocimiento. Además,
ralizada tampoco en personas con Síndrome de Asperger. Así, es importante
dicha dificultad de reconocimiento de expresiones de las emociones en un
considerar el contexto y las características de los cuidadores primarios, como contexto, aunado a la dificultad de regulación de expresividad en cuanto a la
personas iniciadoras en este proceso de desarrollo. A saber, el reconoci-
intensidad, conlleva a tener un problema para relacionarse con los otros. De
miento de la expresión emocional va más allá de una denominación, siendo esta forma, no basta con hacer la denominación sino además es necesario
también una forma de respuesta (Deeley et al, 2007; Dziobek, 2006; García,
contextualizar y hacer dinámica la situación para generar un entrenamiento
2006; Kanand, 2011). tanto en expresión como en identificación, así poder hacer una toma de de-
Además, se ha mencionado que las personas con SA tienen dificultades
cisión de la respuesta a ejecutar y no generar un problema social. Aun cuando
en Teoría de la Mente. Al respecto, estos sujetos no tienen, o bien, no man- las personas con SA, después de un entrenamiento, pueden realizar una ade-
tienen un contacto visual, así también presentan peculiaridades en el lenguaje.
cuada denominación de las emociones, en variadas ocasiones no logran des-
Sin embargo, el lenguaje no se limita a la parte verbal, sino que éste puede ser cifrar la causa por la cual el otro realiza tal expresión emocional.
gestual y conductual (Artigas, 2007). Las personas con SA han adquirido a lo
largo de su desarrollo un modelo de regulación donde sus cuidadores prima-
rios les han orientado en esa adquisición. Sin embargo, es evidente en el ám- Conclusiones
bito clínico considerar que las respuestas que generan estas personas no son
por una negación del otro, o la falta de interés por la gente, sino por la manera En cuanto a la regulación emocional de las personas con Síndrome de As-
en cómo aprendieron a responder ante ciertas circunstancias, e incluso es una perger, actualmente existe escasa evidencia, sin embargo, se posee un mayor
peculiaridad en el rastreo visual fragmentado (Balconi et al, 2012). número de información sobre las problemáticas que presentan los niños con
Adicionalmente, es importante considerar a los padres o cuidadores, Síndrome de Asperger en el ámbito del reconocimiento de las emociones en
pues los acontecimientos y circunstancias del entorno próximo (familia) brin- expresiones faciales. Ahora bien, estas investigaciones no consideran aspec-
dan los modelos de reacción emocional y las estrategias de canalización de la tos tanto de oraciones verbales como de contextos emocionales, donde los
emoción. Las reacciones de los niños, por un lado, están condicionadas por niños con SA tendrían que identificar los elementos, y hacer un análisis de
una respuesta fisiológica y, por otro lado, están condicionadas por el seno los mismos, para reconocer qué le sucede al otro.
familiar. De esta manera, son los padres quienes juegan un rol importante, En algunos estudios de emociones en sujetos con SA, se refiere una di-
siendo responsables en gran medida de las expresiones emocionales y signos ficultad en la evaluación de las emociones por las peculiaridades que éstos
de regularización en la respuesta conductual. Además, los padres son funda- presentan, debido a que los niños con SA tienen un mecanismo de rastreo
mentales para proporcionar estrategias que posibiliten una respuesta conduc- segmentado y pueden distraerse con mayor facilidad ante un mayor número
tual asertiva del niño con SA, de modo que éste logre el óptimo estado de de estímulos. Sin embargo, es necesario considerar estos aspectos en próxi-
alerta a través de una serie de emociones (Rumbell et al., 2011). mas investigaciones, pues la emoción en la vida cotidiana no la encontramos
de manera aislada, siempre ira acompañada de elementos contextuales que
permitirán hacer un análisis de la emoción. De tal forma ello dará indicios
30
Almanza, Orozco-Calderón y Cruz-Pérez. Rev. Chil. Neuropsicol. 12(2): 28-31, 2017
para una respuesta conductual emocional asertiva, a través de una toma de Hudepohl, M.B., Robins, D.L., King, T.Z. & Henrich, C.C. (2013). The role
decisión de la estrategia a seguir, de acuerdo al contexto en el que se encuen- or emotion perception in adaptative functioning of people with
tre. autism spectrum disorders. Autism, 0 (0) 1-6. DOI:
El reconocimiento facial emocional es sumamente importante, pero es 10.1177/1362361313512725
el comienzo de una regulación conductual emocional, siendo uno de los as- Jayaro, C., Vega, I., Marsá, M. & Carrasco, J.L. (2008). Aplicaciones del In-
pectos del proceso de las emociones (Baron-Cohen, Golan, Wheelwright, ternational Affective Picture System en el estudio de la regulación
Granader, & Hill, 2010). También sería importante y necesario obtener un emocional en los transtornos mentales. Actas de psiquiatria, 36 (3),
mayor conocimiento sobre el manejo de las emociones en niños con Sín- 177-182
drome de Asperger, así como la metodología de intervención, de modo de Kaland, N. (2011). Brief Report: Should Asperger syndrome be excluded
poder apoyar su salud emocional. Además, sería importante en próximas in- from the forthcoming DSM-V? Research in Autism Spectrum Disor-
vestigaciones desarrollar un programa de intervención que facilite una res- ders, 5, 984-989
puesta asertiva en sujetos con SA, considerando sus particularidades. De esta Kana, R.K., Libero, L.E. & Moore, M.S. (2011). Disrupted cortical connec-
manera, generar un mejor manejo de su regulación emocional, lo que tendría tivity theory as an explanatory model for autism spectrum disr-
una repercusión en el aspecto social, en relación con sus pares, en un mo- ders. Physics of life reviews, 8 (4), 410-437
mento particular de su desarrollo, y pudiendo ser generalizado a la vida coti- Kato, S. (2011) Psychopatologie du syndrome dÁsperger et “aspérigisation”
diana de estas personas. de la sociéte contemporanie. Neurpsychiatrie de lénfance et de l´ado-
lecence. 59 (5), 274-278
Referencias Kätsyri, J., Saalasti, S., Tippana, K., Wendt, L. & Sams, M. (2008). Impaired
recognition of facial emotions from low-spatial frequencies in As-
perger syndrome. Neuropsychologia 46, 1888-1897; DOI:
American Psyquiatric Association (2013). Trastornos del Espectro Autista. 10.1016/j.neuropsychologia.2008.01.005
En Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
Leung, D., Ordqvist, A., Falkmer, R., Parsons, R. & Falkmer, M. (2013). Fa-
(5a ed.). DOI: 10.1176/appi.books.9780890425596.807874 cial emotion recognition and visual search strategies of children
Andrews, J., Attwood, T. & Sofronoff, C. (2013). Increasing the appropriate
with high functioning autism and Asperger syndrome. Research in
demostration of affectionate behavior, in children with Asperger Autism Spectrum Disorders. 7, 833-844. DOI:
syndrome, high functioning autism, and PDD-NOS: A rando-
10.1016/j.rasd.2013.03.009
mized controlled trial. Research in Autism Spectrum Disorders 7, Mattila, M..L..; Kielinen, M..; Jussila, K. (2007). An epidemiological and di-
1568-1578. DOI: 10.1016/j.rasd.2013.09.010
agnostic study of Asperger syndrome according to four sets of
Aoki, A. S. (2006). Autismo, más allá de la discapacidad; la organización de diagnostic criteria. Journal of the American Academy of Child and Ado-
un sistema funcional peculiar. Tesis Inédita. México; Facultad de
lescent Psychiatry 46(5),636–46
Psicología, UNAM. Mormann, F. & Koch, C. (2007). Neural correlates of consciousness. Scholar-
Artigas, J. (2007). Aspectos neurobiológicos del Síndrome de Asperger. Un
pedia, 2 (12), 1740
acercamiento al Síndrome de Asperger: Una guía teórica y Mottoron, L. & Belleville, S. (1993). A study perceptual analysis in a high-
práctica. Sevilla: Asociación de Asperger Andalucía.
level autistic subject with exceptional graphic abilities. Brain and
Balconi, M., Amenta, S. & Ferrari, C. (2012). Emotional decoding in facial cognition, 23, 279-309.
expression, scripts and videos: A comparison between normal,
Pacheco, B., Sandoval, C. & Torrealba, C. (2008); A case of depression in an
autistic and Asperger chidren. Research in Autism Spectrum Disorders. adolescent with Asperger´s Disorder: Clinical Presentation.
6, 193-203. DOI: 10.1016/j.rasd.2011.04.005
Revista Chilena de Neuro-Psiquiatria 46(3),199-206
Baron-Cohen, S., Golan, O., Wheelwright, S., Granader, & Hill A., (2010). Paula-Pérez, B. & Martos-Pérez, J. (2010); Síndrome de Asperger y Autismo
Emotion word comprehension from 4 to 16 years old: a develo-
de alto funcionamiento: comorbilidad cn trastornos de ansiedad
pmental survey. Frontieers in Evolutionary Neuroscience 2, Article 109. y del estado de ánimo. Revista de Neurologia 48 (supl 2): S31-S34.
DOI: 10.3389/fnevo.2010.00109
Paula-Pérez, I., Martos-Pérez, J. & Llorente-Comí, M. (2010); Alextimia y
Bayonas, M. (2011) La ONU aprueba la creación de la convención de De- Síndrome de Asperger. Revista de Neurología 50 (supl 3), S85-90
rechos de Personas con Discapacidad. METIS, 1 (10), 23-24.
Rainville, P., Bechara, A., Naqvi, N. & Damasio, A.R. (2006); Basic emotions
Recuperado de http://www.apna.es/recur- are associated with distinct patterns of cardiorespiratory activity.
sos/Pdf%20METIS%20n%C2%BA%2010.pdf
International Journal of Psycholophysiology 61, 5-18. DOI:
Deeley, Q., Daly, E., Surguladze S., Page L., Toal F., Robertson D., Curran 10.1016/j.ijpsycho.2005.10.024
S., Giampietro V., Seal M., Brammer M., Andrew C., Murphy K;
Spencer, M.D., Holt, R.J., Chura, L.R., Suckling, J., Calder, A.J., Bullmore,
Phillips L.& G.M-Murphy D. (2007); An Event Related Funtional E.T. & Baron-Cohen, S. (2011); a novel functional brain imaging
Magnetic Resonance Imaging Study of Facial Emotion Processi-
endophenotype of autism: the neural response to facial expres-
ong in Asperger Syndrome. Biology Psychiatry 62, 207-217; DOI: sion of emotion. Translational Psyquiatry 1, e19;
10.1016/j.biopsych.2006.09.037
DOI:10.1038/tp.2011.18
Dehaene, S. & Changeux, J.P. (2004). Neural mechanisms of access to Stewart, M., McAdam, C., Ota, M. & Joanne, C. (2012); Emotional Recogni-
consciousness. En M. S. Gazzaniga, The cognitive neurosciences
tion in autism spectrum conditions from voices and faces. Autism
(1ra edición ed. Pp. 1145-1158). Cambridge: the MIT Press. 17 (1), 6-14. DOI: 10.1177/1362362361311424572
Dziobek, I., Rogers, K., Wolf, T. & Convit, A., (2006). The amygdala theory
Unzueta, J. & Pinto, B. (2009) Neuropsicología del reconocimeinto de rost-
of autism revised, linking structure to behavior. Neuropsychologia, ros en niños con sindrome de asperger. Redalyc.org, 7 (1), 47-75.
44, 1891-1899.
Recuperado de http://www.reda-
Falkmer, M.., Bjällmark, A., Larsson, M. & Falkmer, T. (2011). Recognition lyc.org/pdf/4615/461545467003.pdf
of facially expressed emotions and visual search estrategies in
Welchew, D.E., Ashwin, C., Berkouk, K., Salvador, R., Suckling, J., Baron-
adults with Asperger syndrome. Research in Autism Spectrum Disor- Cohen, S. & Bullmore, E. (2005). Funtional Disconnectivity of
ders. 5, 210-217. DOI: 10.1016/jrasd.2010.03.013
the Medial Teporal Lobe in Asperger´s Syndrome. Biology Psychi-
Farran, E., Branson, A., King, B. (2011). Visual serch for basic emotional atry 27,991-998; DOI: 10.1016/j.biopsych.2005.01.028
expressions in autism; impaired processing of anger, fear and sa-
Yang, H., Savostyanov, A., Tsai, A. & Liou, M. (2011). Face recognition in
dness, but a typical happy face advantage. Research in Autism Spect- Asperger Syndrome: A study on EEG spectral power changes.
rum Disorders. 5, 455-462. DOI: 10.1016/j.rasd.2010-06-009
Neuroscience Letters 492, 84-88; DOI: 10.1016/j.neulet.2011.01.061
Fernández-Jaén, A., Fernández-Mayoralas, D.M., Calleja-Pérez, B. & Muñoz- Zurita C., Cruz F., Cárdenas J., Orozco, G. & Velez, A. (2013). Cognición
Jareño, N. (2007). Síndrome de Asperger, diagnóstico y tratami-
Espacial: posiciones egocéntrica y alocéntrica en un grupo con
ento. Revista de Neurología 44,53-55. Síndrome de Asperger. Revista Chilena de Neuropsicología 8 (2), 40-
Frith, U. (1991) Autism and Asperger Sýndrome. New York, USA: Cam-
45. DOI: 10.5839/rcnp.2013.0802.04
bridge University Press
García, N., Ratera, R. & Pallares, J. (2006). Autismo en el síndrome x frágil.
Revista de Neurología 42 (2), 95-98.
31
Semana 3
Diagnóstico
Y Atención De
Personas Autistas
Lectura
Habilidades
sociales y
comunicativas a
través del arte
en jóvenes con
trastorno del
espectro autista
(TEA)
Bibliografía:
Coy, L. y Martín, E. (2017). Habilidades sociales y comunicativas a
través del arte en jóvenes con trastorno del espectro autista (TEA).
Estudios Pedagógicos, XLIII (2), (pp. 47-64).
Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
INVESTIGACIONES
RESUMEN
Esta investigación tuvo como objetivo establecer si es posible mejorar las habilidades comunicativas y la
interacción social en jóvenes con trastorno del espectro autista (TEA), usando actividades artísticas. El método
es etnográfico, longitudinal, con enfoque cualitativo. Se utilizó la técnica de observación participante, haciendo
seguimiento durante talleres de arte. El estudio se desarrolló durante un año, haciendo cortes trimestrales de
evaluación. La información se registró en diarios de campo, y se integró por medio de matrices comparativas
y matrices globales, cotejando los resultados de los tres casos. Los participantes fueron tres estudiantes de
una escuela de artes en Tunja, Colombia. Los resultados mostraron que los jóvenes mejoraron sus procesos de
comunicación e interacción social gracias al aporte del arte como herramienta pedagógica. Se puede concluir que
las técnicas derivadas del arte son útiles para fortalecer y mejorar las habilidades de comunicación y socialización
en jóvenes con TEA.
Palabras clave: autismo, habilidades comunicativas, relaciones sociales, actividades artísticas, etnografía.
ABSTRACT
This research aimed to establish if it is possible improving better communication skills and social interaction
in young people with autism spectrum disorder (ASD) using art activities. We used the technique of participant
observation through following up during art workshops. This is a longitudinal ethnographic method, with a
qualitative approach. The study was conducted during a year, making quarterly cuts of evaluation. The information
was registered in field diaries, and it was integrated through comparative arrays, and global arrays, comparing the
results of the three cases. The participants were three students of an art school in Tunja, Colombia. The results
showed that the young improved the communication process and the social interaction thanks to the contribution
of the art as a pedagogic tool. It can be concluded that the techniques derived from art are useful to strengthen and
improve communication and socialization skills in young people with ASD.
Key words: autism, communication skills, social relationships, art activities, ethnography.
*
Agradecemos a la Universidad de la Sabana por el apoyo en asesoría y fundamentación para el trabajo de investigación para
grado de la Maestría en Psicología de la Salud y la Discapacidad, base para este artículo. Igualmente, se da un reconocimiento
a la Escuela de artes CRE-SER–FUNAVI de la UNAD, por posibilitar el acceso a la muestra de jóvenes participantes.
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
1. INTRODUCCIÓN
Este artículo parte de un interés en abordar el proceso de interacción social de las personas
con trastorno del espectro autista (TEA), lo cual ha representado un reto, tanto para los
padres de los jóvenes TEA, como para sus otros cuidadores, debido a que uno de los
principales impedimentos de las personas con trastorno de espectro autista (TEA) es la
dificultad para comunicarse y expresar sus emociones (Miguel, 2006). Este trastorno
abarca un gran abanico en la sintomatología entre los participantes, dado que el nivel de
funcionamiento intelectual puede variar, encontrándose desde retraso mental profundo
hasta una inteligencia normal o incluso alta en algunas áreas (Rodríguez & Rodríguez,
2002). El recientemente elaborado sistema de clasificación DSM 5 reclasifica los trastornos
generalizados del desarrollo por el Trastorno del Espectro Autista (TEA), eliminando
todas las categorías diagnósticas que se incluían dentro de esta patología como entidades
independientes, tales como el Síndrome de Asperger, el Síndrome de Rett, el Trastorno
Desintegrativo de la infancia y el Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado
(Morrison, 2015); todos estos cambios tratan de dar una mayor dimensionalidad al unirse
las alteraciones sociales con las comunicativas “en un solo criterio definido como un
déficit persistente en la comunicación social y la interacción social en distintos contextos”
(Artigas-Pallares & Paula, 2012, p. 584).
El término autista se introdujo por primera vez por Bleuler, en 1911, en alusión a la
pérdida del contacto con la realidad y a estar ensimismado o encerrado en sí mismo (Cit.
en Talero et al., 2003). Así, el autismo se entiende como un desorden espectro, lo cual
significa que los síntomas, las características, pueden presentarse en una variedad amplia
(o espectro) de combinaciones.
Las personas con TEA presentan un gran déficit en la percepción de las emociones, lo
que constituye un elemento esencial para contribuir al desarrollo afectivo y emocional del
sujeto (Miguel, 2006). Otros estudios refuerzan este tipo de versiones al ratificar que las
personas con TEA presentan una compleja alteración a nivel neurobiológico, que incide
en la interacción social recíproca del lenguaje y del comportamiento, lo cual se encuentra
directamente relacionado con el lóbulo temporal, una de las áreas afectadas y a la que se
le ha denominado cerebro social (Tager-Flusberhg, 1989). No obstante, de acuerdo con
las investigaciones adelantadas en los últimos 20 años, a pesar de que las personas con
TEA presentan déficits emocionales y cognitivos, se ha logrado comprobar que hay un
desarrollo de habilidades de interacción y comunicación (Cuxart, 2000). En este sentido,
se logró determinar que, según el grado de complejidad del trastorno generalizado del
desarrollo, las personas con TEA podían desarrollar múltiples habilidades, respondiendo
al grado de afectación neuronal de la persona, y podrían llegar a ser personas funcionales
si se les direcciona su acción habitualmente mecánica y repetitiva (Organización Mundial
de la Salud [OMS], 2006).
Por esta razón, la discusión sobre el TEA se ha centrado en estudiar el desarrollo de
habilidades comunicativas e interacción social; específicamente, se ha querido establecer
si un déficit cognitivo específico genera o no los síntomas sociales y comunicativos de
los TEA (Baron-Cohen, 1990; Rajendran & Mitchell, 2007). En este sentido, los déficit
cognitivos que impactan en la alteración del lenguaje se constituyen en un importante
factor para la presencia de síntomas en la expresión comunicativa del TEA (Joseph, Tager-
Flusberg & Lord, 2002).
48
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
2. MÉTODO
49
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Esta categoría describe las destrezas para iniciar o sostener una conversación, así como
expresar sus ideas o necesidades con otras personas, aspectos comunicativos que representan
una dificultad en el TEA (Morrison, 2015). Se evalúa la comunicación en su expresión y
comprensión, tanto a nivel verbal (contenido y curso del habla, tono, volumen) como no
verbal (gestos, expresiones corporales, atención) (Watzlawick, Beavin & Jackson, 1986).
En esta categoría se describen y analizan las interacciones que se pueden detectar de los
jóvenes con TEA con su núcleo familiar, así también el proceso de interacción que como
seres individuales y sociales establecen con otras personas diferentes, quienes constituyen
el núcleo social en el que se desenvuelven. Como componentes se evalúan la construcción
de relaciones interpersonales funcionales y la integración e interacción efectivas.
2.2. PARTICIPANTES
Los participantes son tres jóvenes con espectro de autismo TEA, entre 25 y 27 años,
pertenecientes al programa de artes de la Escuela CRE-SER–FUNAVI de la UNAD,
que viven en Tunja, Colombia, de género masculino; no se tuvo en cuenta el estrato
socioeconómico. Se escogieron intencionalmente por su diagnóstico; para el inicio de la
observación se estableció el estado inicial de cada joven (Tabla 1).
2.3. INSTRUMENTOS
2.3.1. Entrevistas
Las entrevistas implican que una persona calificada aplique una serie de preguntas a los
sujetos participantes; estas son preguntas de sondeo, para lograr mayor productividad en la
entrevista (Angrosino, 2012; Hernández, Fernández-Collado & Batista, 2007). El guion de
preguntas de sondeo, utilizado para la entrevista a padres fue el siguiente:
50
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Las biografías, relatadas por los propios participantes, permitieron aportar datos para
analizar la capacidad de comprensión y expresión verbal, así como la percepción de los
participantes sobre sus relaciones familiares y sociales.
Los talleres de arte, realizados por instructores entrenados en la institución, fueron los
siguientes:
Música
51
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Danza
Títeres
Objetivo: Según Russell (2000), históricamente el títere se utilizó como una técnica
terapéutica del psicoanálisis, para tratar la neurosis infantil; la elaboración de un fenómeno
comunicacional logrado por el títere sentó las bases para creer que este posee alguna
cualidad esencial que permite superar barreras y llegar al “yo”. El objetivo de utilizar los
títeres como medio terapéutico es proporcionar un medio de interacción que estimule el
aumento de expresiones y comprensiones de mensajes comunicacionales y sociales, lo que
facilita la respuesta del Participante estimulando su lógica (Lions, s. f.).
Descripción de la actividad: El tallerista inicia una exploración de voces, mediante la
asignación de nuevos amigos para los participantes, quienes le podrían colocar un nombre
preferido, así estos títeres se convierten en la voz de sus amigos favoritos; los jóvenes con
TEA inician su proceso de exploración del funcionamiento del títere. Posteriormente, el
52
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
tallerista utiliza también una muestra de pequeñas fracciones de obras literarias, donde se
evidencia la interacción entre los títeres.
Duración: el ejercicio se realizó durante un año, mediante una sesión semanal de 90
minutos.
Pintura
2.4. PROCEDIMIENTO
FASE 1: Definición de estado inicial: Se hizo una descripción funcional cognitiva (TEA) de
las alteraciones cognitivas de los tres Participantes con trastorno espectro de autismo, a nivel
de desórdenes neurobiológicos crónicos, caracterizados por un patrón de alteraciones en la
reciprocidad social, la comunicación verbal y no verbal, y la flexibilidad a nivel conductual
(Sperber & Wilson, 1986). Para esto se tomó la historia clínica para el diagnóstico, se
solicitó a cada joven participante su biografía y se aplicó el guion de entrevistas a los
padres, para establecer las condiciones iniciales según las categorías establecidas y poder
reportar así los cambios posteriores.
FASE 2: Talleres de arte: Se llevaron a cabo en las aulas de la escuela de artes. Los
grupos en cada taller estaban compuestos por 18 estudiantes, de los cuales una parte tenía
diagnóstico de trastornos diversos, (incluyendo los tres jóvenes del estudio), mientras
que una parte de los jóvenes no tenía condiciones especiales. Estos jóvenes se incluyen
habitualmente en los talleres de la fundación con el objeto de apoyar a los docentes en la
planeación y ejecución de las actividades artísticas, para mantener el equilibrio grupal en
la organización de las mismas; así, se puede hacer un manejo interno en los grupos de los
síntomas de los estudiantes con TEA y otros trastornos.
FASE 3: Evaluación de los cambios: Se elaboró el diario de campo, que fue consignado
en las matrices, donde se colocaron los cambios progresivos en cada caso por resultados de
los talleres y categorías. El estudio se desarrolló durante un año, haciendo cortes trimestrales
de evaluación. La información se registró en los diarios de campo, y se integró por medio
de matrices comparativas y matrices globales, cotejando los resultados de los tres casos.
53
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
3. RESULTADOS
Se estableció el estado inicial obtenido por el reporte de los padres (entrevista) del
Participante (autobiografía) y la descripción funcional consignada en el informe de ingreso
(historia Clínica) (ver Tabla 1).
54
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
comunicación palabras y frases, e incluso utiliza gestos para pedir algunas cosas.
(Entrevista a
padres)
Participante que presenta una familia nuclear con permisividad excesiva, razón
Categoría 2: por la cual suelen tener discusiones con sus padres, pues no hace caso, lo que ha
Relaciones generado que el joven sea voluntarioso y rebelde. Su madre intenta corregirlo,
familiares y pero su padre la desautoriza, de manera que el joven siempre termina haciendo
lo que quiere. Como fortalezas sociales es un joven que manifiesta
sociales permanentemente su efusividad y su alegría con sus padres; le gusta socializar
Entrevista a con todos los visitantes que llegan a su casa, aunque le gusta estar con ellos solo
padres/ en el comedor. El joven relata que antes de dedicarse al arte “me rechazaban de
Autobiografía todo lado porque era muy inquieto y por eso todos me miraban mal”; pero al
destacarse en la música y el estudio ha mejorado sus relaciones sociales.
Participante con TEA en una de las formas más leves de trastornos autísticos,
con alteración en las funciones ejecutivas, trastorno pragmático de lenguaje
comunicación y de interacción social, mutismo selectivo como aspecto más
Descripción típico de la alteración y dificultad en el aprendizaje debido al déficit marcado en
Funcional y las áreas de comunicación y socialización, además de evidenciar ecolalia dado el
uso repetitivo y estereotipado y rígido de las palabras y frases; evidencia
cognitiva problemas de comprensión de lenguaje, normas y rutinas diarias, lo cual genera
(Historia alteración de la conducta. No tiene lenguaje simbólico, su lenguaje es muy literal
Clínica) y obsesivo; no interpreta metáforas y bromas y ríe cuando ve reír. El déficit
cognitivo y problemas de aprendizaje que presenta el participante no le han
permitido culminar su proceso de formación académica: está en básica, por lo
que aún sigue en aula multigrada; le gusta alinear los objetos, es rutinario.
Categoría 1:
Caso 3
Desarrollo de
habilidades de Presenta alteración a nivel cognitivo conductual, no establece contacto ocular,
escaso control de tono, volumen y entonación de voz. Participante que presenta
comunicación movimientos estereotipados, poca empatía y reciprocidad.
(Entrevista a
padres)
Familia monoparental, vive con su madre. El joven permanece solo mucho
Categoría 2: tiempo en casa; esto ha repercutido en repetidos conflictos con su madre, pues el
joven no atiende órdenes inmediatas de ella. Tiene dificultades para comprender
Relaciones situaciones sociales, no entiende las bromas y se retraen ante un abrazo o beso;
familiares y bastante rígido, pues no permite que le cambien las cosas de donde las tiene; por
sociales la misma razón es obsesionado por el orden. El joven relata que “mi mamá
Entrevista a siempre ha estado pendiente de mí; mi papá no se relaciona mucho conmigo,
solamente el saludo. Estuve en el colegio hasta noveno grado, soy muy serio, me
padres/Auto-
gusta la danza y el dibujo y soy feliz en la Escuela” Sin embargo dice que “No
biografía me gustan las personas”, lo que indica mayor interés por los objetos y actividades
que por las relaciones sociales.
55
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Las observaciones de los talleristas en cada una de las actividades artísticas desarrolladas
durante el año se sintetizan así (ver Tabla 2):
Música
A lo largo de los talleres se pudo corroborar el efecto benéfico de la música en los tres
jóvenes con TEA de este estudio, ya que mediante sus gustos musicales se integraron y
aumentaron su participación en el trabajo grupal al montar diferentes obras musicales;
igualmente, la música tuvo un efecto en las emociones, pues los calmaba cuando estaban
ansiosos y los hace más alegres y proactivos al relacionarse con los demás compañeros del
grupo. Se evidenció que la música les genera una alta motivación, lo cual ha generado muy
buen resultado a nivel de interacción y comunicación entre los mismos y su entorno.
Danza
Títeres
En los tres casos se avanzó en que estos jóvenes participaran de forma proactiva a través
de sus títeres, que se convirtieron en sus amigos imaginarios; a través de estos se mejoró
en la expresión verbal y no verbal. Algo realmente impactante en el uso de esta técnica
con los TEA fue la curiosidad que causó en ellos el poder manipular los títeres, los cuales
podían ser animados y movilizados por ellos mismos, lo que les permitía hacer monólogos
y diálogos con sus compañeros, con diferentes respuestas y tonalidades de voz.
Es así como se evidenció que los jóvenes con TEA que no lograban expresar de forma
verbal sus emociones y sentimientos, empezaron a hacerlo por medio de los títeres, a la
vez que fueron mejorando sus niveles de interacción y comunicación con su entorno;
esto último se hizo visible en el cierre del taller con la presentación de una obra a la
comunidad del colegio sobre los cuidados del medio ambiente que mostró los avances en
la comunicación e interacción social logrados a familiares y docentes, quienes confirmaron
con satisfacción los avances en la comunicación de los TEA.
56
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Pintura
Cada participante se asumió como sujeto y pintó lo que sentía en su interior. La imitación
del mundo visible cedió el paso a la expresión de los sentimientos. De esta manera pudimos
evidenciar que estos jóvenes TEA a pesar de no hablar mucho, podían plasmar sus gustos,
preferencias, de acuerdo con su estado emocional.
De otra parte, la experiencia que nos quedó como terapeutas es que definitivamente
la pintura tiene una gran ventaja a nivel terapéutico en aquellas personas que presentan
dificultad de comunicación a nivel de expresión verbal y no verbal, porque logran trasmitir
de esta manera sensaciones y emociones reprimidas.
57
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Al inicio muestra poca co- Participa de forma muy Inicialmente no tiene una
municación con sus com- activa en cada uno de los comunicación directa con
pañeros ya que presenta montajes coreográficos; sus compañeros de grupo;
dificultad para expresarse; siempre quiere ser el rey el sin embargo, se le ha lo-
sin embargo, lo que se ha que manda a todos, es bas- grado identificar una bue-
visto es que ve en los títe- tante saludable con todo el na capacidad de retórica a
res amigos imaginarios. mundo, pero lo hace por través de los guiones que
Por lo tanto, solo habla repetición y si ve saludar se aprende para las obras
Títeres
con ellos y por este medio saluda a todos los que pa- de teatro con los títeres.
expresa emociones y sen- san por su lado. Tiene excelente memoria
saciones a los demás, que y creatividad, y modula la
no suele expresar en la co- voz de acuerdo con el per-
tidianidad. Se desinhibe sonaje. Ha venido presen-
con los títeres y empieza tado bastantes avances en
dialogar cambiando las la interacción con otros
voces y entonaciones. mediante esta actividad.
Bastante disposición para Le agrada pintar y de he- Bastante disposición para
la pintura; sin embargo, cho tiene muy buena dis- la pintura, le gusta pintar
las manualidades en por- posición, aunque siempre carros de fórmula 1.
celanicron y plastilina le hace las cosas con mucho En este sentido es poco
agradan más. Realiza acelere por ende son muy creativo, por lo tanto, se le
obras muy coloridas, pero poco elaboradas, pues está deben poner patrones para
Pintura
poco elaboradas. haciendo varias cosas a la él pintarlos pero lo hace
Disciplinado, constante y vez tiene atención disper- muy bien y tiene memoria
hasta que no termina no se sa. fotográfica.
levanta. Relaciona los
colores con las frutas y
empezó a tomar iniciativa.
Después de analizar las matrices donde se consignaron las observaciones periódicas de los
participantes con TEA, así como las impresiones de los padres, se hizo una consolidación
de resultados para determinar cuáles son los cambios en las destrezas comunicativas que
adquirieron los jóvenes con TEA a través de las actividades artísticas, así como determinar
cuáles son los cambios en su interacción social (Tabla 3).
58
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Tiene una evolución impor- Sigue presentando episo- Han disminuido sus movi-
tante a nivel conductual y dios de hiperactividad; mientos estereotipados, y
han disminuido sus movi- cuando se siente regañado o se han reducido significati-
mientos estereotipados; cuando se le llama la aten- vamente sus monólogos;
han bajado sus niveles de ción, baja la cabeza y des- acata órdenes y comandos,
ansiedad y ha mejorado no- vía la mirada, y a veces su aunque en ocasiones suele
tablemente su comporta- actitud frente al quehacer repetir las órdenes para sus
miento habitual al compar- dirigido por otras personas compañeros a fin de no co-
tir con otros compañeros. se encuentra caracterizado meter errores en los monta-
Conducta no
Ya no se aísla de los demás, por la repetición de órdenes jes coreográficos de las
verbal
pues permite que los otros para poder darle cumpli- danzas. Sigue manifestan-
niños con discapacidad se miento. do obsesión por el orden de
le acerquen y se han reduci- las cosas y por mantenerlas
do sus temores hacia los en el mismo lugar. Ha me-
demás, lo que le ha permiti- jorado su nivel de atención
do mejorar su nivel de co- en tareas asignadas y se ha
municación y convivencia incrementado su participa-
con otros. ción activa en las obras ar-
tísticas (títeres y danza).
59
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
60
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Después de analizar cada caso, se puede dar como resultado global lo siguiente: se
evidenció que el impacto del arte como herramienta comunicacional se dio en mejorar
el nivel de atención, imaginación y creatividad, a la vez que permitió reformar sus
representaciones simbólicas; igualmente, hay un avance en la expresión verbal y no verbal
de los jóvenes, mejorando con ello su desarrollo afectivo, cognitivo y social. Como aspecto
a considerar, los resultados del análisis cualitativo indican que, a pesar de que se notaron
cambios en todos los casos, las características sintomáticas específicas en algunos de los
casos no permitió el avance esperado del participante según los objetivos establecidos.
Igualmente, los padres reportaron que durante el periodo de receso académico, los tres
jóvenes tuvieron una disminución de los cambios positivos logrados durante el periodo
escolar y mostraron retrocesos en las habilidades comunicativas y sociales.
Por categorías en síntesis se observa lo siguiente:
En los 3 casos los participantes con TEA presentan una importante evolución a nivel
de interacción y habilidades comunicativas. Con el apoyo del arte como herramienta
pedagógica e inclusiva, logrando mejorar sus habilidades de comunicación funcional y
cognitiva. Es evidente que el desarrollo de las habilidades de comunicación de los jóvenes
con TEA requiere de un especial apoyo y seguimiento en su entorno social habitual.
En esta categoría encontramos que la mayoría de estas familias con presencia de hijos
con TEA había tenido problemas por la falta de un manejo adecuado de la patología y de
las pautas de crianza, lo cual había repercutido en conflictos y actitudes de agresividad
o aislamiento de los TEA; como resultados de los talleres de arte se evidencia que los
participantes han disminuido las actitudes de agresividad o las manifestaciones de ansiedad
con sus familiares.
4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Un primer resultado del presente estudio fue el poder concluir que hubo avances en las
habilidades de comunicación e interacción social en los jóvenes diagnosticados con TEA,
cuando se utilizan actividades artísticas como herramientas pedagógicas y didácticas. Esto
lleva a corroborar que la danza, la música, los títeres y la pintura son una alternativa para
reforzar los logros de las terapias tradicionalmente utilizadas en este tipo de trastornos,
las cuales aún no demuestran una efectividad comprobada (Mebarak, Martínez & Serna,
2009); así, el arte funcionó como un método pedagógico que utiliza formas de expresión
y comprensión que pueden ser más efectivas que las tradicionales. Se puede decir también
que el mejoramiento de las habilidades de interacción y comunicación social de los jóvenes
con TEA demuestra que los potenciales de desarrollo social y comunicativo en personas
con TEA pueden expandirse más allá de lo que puede sugerir el diagnóstico, dependiendo
claro está, de la severidad de los síntomas; este resultado se puede relacionar con las
afirmaciones de Romañach y Palacios (2008), acerca de que las personas con discapacidad
61
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
no carecen de capacidades, sino que funcionan de una manera que no es la habitual; por
lo tanto, con los medios y apoyos adecuados, pueden desarrollar muchas de las funciones
que desempeña cualquier persona. Por lo tanto, el diseño y aplicación de estrategias y
modos distintos, acordes con estos funcionamientos diversos, puede lograr avances en la
comunicación y la interacción social, capacidades habitualmente comprometidas en el
TEA. Asimismo, se pudo observar que las actividades artísticas lograron estimular procesos
anexos que dificultan el desarrollo de las habilidades de comunicación e interacción, tales
como la comprensión y diferenciación entre el mundo interno y el mundo externo de
los participantes de los talleres o la modulación de emociones e impulsos, confirmando
hallazgos de diversas investigaciones (Arce, 2008; Benavides & Orrego, 2010; Epelde,
2009; Freundlich, Pike & Schwartz, 1989; Moghaddam et al., 2008).
Del mismo modo, se evidenció en la población objeto de estudio un mejoramiento
a nivel de atención y creatividad; Igualmente, el estudio permitió identificar que el arte
refuerza sus representaciones simbólicas, optimizando su expresión verbal y no verbal,
aptitudes necesarias para salir del aislamiento del espectro autista.
De otra parte, se logró evidenciar que, durante el periodo de receso académico, los
jóvenes tuvieron una disminución de los cambios positivos logrados en sus actividades
diarias durante el periodo escolar, y mostraron una disminución en las habilidades
comunicativas y sociales. Esta situación permite evidenciar que se requiere de un trabajo
sostenido en el tiempo, a fin evitar retrocesos (López & Rivas, 2014).
Como limitaciones del estudio, este se enfocó en participantes con una edad específica,
entre 25 y 27 años, sin contemplar diferencias de género, condición socioeconómica,
tipo o grado de la sintomatología, por lo que no se pueden hacer inferencias al respecto.
Igualmente, el estudio se centró en la capacidad del arte como método pedagógico,
pero se recomienda también un estudio más centrado en los efectos de distintas técnicas
asociadas al arte, para poder avanzar en este método como una intervención pedagógica
para esta población específica. Igualmente, el método cualitativo etnográfico no tiene el
propósito de ser repetible o generalizable en sus resultados, los cuales están sujetos a las
características contextuales, a las diferencias personales tanto de los participantes como
de los observadores y las particularidades socioculturales del grupo estudiado. De otra
parte, por la misma condición del método utilizado, tanto las actividades como los efectos
a observar son procesos abiertos, emergentes, guiados por categorías semi-estructuradas
más que estandarizados o tipificados, pues tienen como fin reconocer en cada caso sus
cambios particulares, lo que hace que los resultados en cada caso no permitan hacer
predicciones concretas sobre futuras réplicas de esta experiencia. Además, se reconoce que
otros aspectos externos a la investigación pueden incidir en los cambios reportados a lo
largo del periodo de aplicación de los talleres. Por lo tanto, el aporte está en ver los efectos
y las diferencias en el grupo estudiado al atravesar por este método pedagógico, más que
en demostrar que los cambios se deban exclusivamente al mismo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
62
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
S.R.L.
Artigas-Pallares, J., & Paula, I. (2012). El autismo 70 años después de Leo Kanner y Hans Asperger.
Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 32(115), 567-587. doi:10.4321/S0211-
57352012000300008
Baron-Cohen, S. (1990). Autism: A Specific Cognitive Disorder of & lsquo; Mind-Blindness’.
International Review of Psychiatry, 2(1), 81-90.
Barquero M. S. (2008). Música y Cerebro. Circunvalación del Hipocampo. Recuperado desde http://
www.hipocampo.org/originales/original0002.asp
Benavides, H., & Orrego, P. (2010). Música en un niño con trastorno de espectro de autismo. Revista
de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 147-153.
Betés del Toro, M. (2000). Fundamentos de la Musicoterapia. Madrid: Ediciones Morata.
Brun, J., & Villanueva, R. (2004). Niños con Autismo. Experiencia y Experiencias. Valencia:
Promolibro.
Cuxart, F. (2000). El autismo: aspectos descriptivos y terapéuticos. Málaga: Aljibe Archidona.
Epelde, E. (2009). Terapia por la pintura y psicoanálisis. Avances en Salud Mental Relacional, 8(2),
1-7.
Freundlich, B., Pike, L., & Schwartz, V. (1989). Dance and Music for Children with Autism. The
Journal of Physical Education, 60(9), 50-53.
García, J., & Peñas, J. (2009). Autismo, epilepsia y patología del lóbulo temporal, Neurología,
48(Supl 2), S35-S45.
Hernández, R., Fernández-Collado, C., & Baptista, P. (2007). Metodología de la investigación (4a
ed.). México: Mc Graw-Hill.
Joseph, R. M., Tager-Flusberg, H., & Lord, C. (2002). Cognitive profiles and social-communicative
functioning in children with autism spectrum disorder. Journal of Child Psychology and
Psychiatry and Allied Disciplines, 43(6), 807-821.
Lions, M. (s. f.). Association Marionnette et Thérapie: La elaboración de un fenómeno. Recuperado
de: http://www.teiamoner.com/llicencia/formacioE.htm
López, M., & González, M. (2003). Inteligencia emocional, habilidad social, control de las
emociones, destreza interpersonal, seguridad interior. Bogotá: Gama.
López, S., & Rivas, R. (2014). El trastorno del espectro del autismo: Retos, oportunidades y
necesidades. Informes Psicológicos, 14(2), 13-31.
Martín, M. (2009). Art Therapy and Autism: Overview and Recommendations. Art Therapy, 26(4),
187-190. doi:10.1080/07421656.2009.10129616
Martos, J., & Ayuda, R. (2002). Comunicación y lenguaje en el espectro autista: el autismo y la
disfasia. Revista de neurología, 34, S58-S63.
Mebarak, M., Martínez, M., & Serna, A. (2009). Revisión bibliográfica analítica acerca de las
diversas teorías y programas de intervención del autismo infantil. Psicología desde el Caribe,
24, 120-146.
Miguel A. (2006). El Mundo de las emociones en los autistas. Teoría de la Educación y Cultura en la
Sociedad de la Información, 7(2),169-183.
Ministerio de Educación de Chile. (2010). Educación de estudiantes que presentan trastornos del
espectro autista. Santiago de Chile: Autor.
Moghaddam, K., Zadeh, A., Sharifi, P., & Afrooz, G. (2008). Effect of the family-based art therapy
program on the social interactions, verbal Skills and stereotypic behaviors of Children with
Autism Spectrum Disorders (ASD). Iranian Journal of Public Health, 45(6), 830-832.
Morrison, J. (2015). DSM-5: guía para el diagnóstico clínico. México: Manual Moderno.
Organización Mundial de la Salud [OMS]. (2006). CIE 10, trastornos mentales y del comportamiento:
descripciones clínicas y pautas para el diagnóstico. Madrid: Meditor.
Rajendran, G., & Mitchell, P. (2007). Cognitive theories of autism. Developmental Review, 27, 224-
226. doi:10.1016/j.dr.2007.02.001
63
Estudios Pedagógicos XLIII, N° 2: 47-64, 2017
HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICATIVAS A TRAVÉS DEL ARTE EN JÓVENES CON TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Rodríguez, A. C., & Rodríguez, M. A. (2002). Diagnóstico clínico del autismo. Revista de Neurología,
34, 72-77.
Romañach, J., & Palacios, A. (2008). El modelo de la diversidad: una nueva visión de la bioética
desde la perspectiva de las personas con diversidad funcional (discapacidad). Intersticios:
revista sociológica de pensamiento crítico, 2(2), 37-47.
Russell, J. (2000). El autismo como trastorno de la función ejecutiva. Madrid: Editorial Panamericana.
Sperber, D., & Wilson, D. (1986). Relevance: communication and cognition. Oxford: Basil Blackwell.
Tager-Flusberhg, H. (1989). An analysis of discourse ability and interna1 state lexicons in a
longitudinal study of autisic children. Paper presented at the SRCD, Kansas City, Retrieve from:
http://www.researchgate.net/publication/232042718_Autism_A_Specific_Cognitive_Disorder_
of__lsquoMind-Blindness/file/3deec5173ac60c133e.pdf
Talero. C., Martínez, L., Mercado, M., Ovalle, J., Velásquez, A., & Zarruk, J. (2003). Autismo, Estado
del Arte. Ciencias de la Salud, 68-85.
Watzlawick, P., Beavin, J., & Jackson, D. (1986). Teoría de la comunicación humana. Barcelona:
Herder.
64