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Jesús M.

Fadul García
2015-0001

Análisis de la Medida de Coerción

La medida de coerción es una herramienta que le he solicitada a un juez para que sea
impuesta a un imputado dentro del proceso penal. A tales efectos, hay que definir la
conceptualización de este instrumento. En ese orden, Ortega Polanco afirma que:

es una restricción del ejercicio de los derechos a la libertad (o a la


propiedad) dispuesta por un juez competente, cuyo carácter es
temporal y excepcional, cuyo propósito es asegurar la presencia del
imputado en el procedimiento, así como la protección y defensa de la
víctima1.

De esta manera, en lo que respecta a afectar la libertad del imputado, la


Constitución Dominicana, en su artículo 40, inciso 9, estipula que: Las medidas de
coerción, restrictivas de la libertad personal, tienen carácter excepcional y su
aplicación debe ser proporcional al peligro que tratan de resguardar2. En otras
palabras, es una medida que de ser aplicada llega a restringir la libertad del procesado y
por ello, es indispensable recordar el equilibrio necesario entre los bienes que se
pretenden resguardar y aquellos de los que es privado el imputado, en razón al peligro
que tratan de proteger.

El Código Procesal Penal Dominicano, en el libro V, específicamente en el


artículo 222 del presente Código, muestra una limitante en cuanto a la imposición de
unas de las medidas, al establecer:

Las medidas de coerción tienen carácter excepcional y sólo pueden


ser impuestas mediante resolución judicial motivada y escrita, por el
tiempo absolutamente indispensable y a los fines de asegurar la
presencia del imputado en el procedimiento3.

En ese sentido, se puede deducir que la aplicación de esta herramienta debe ser
la excepción. La imposición de la misma, tiene momentos oportunos para su aplicación,
estos son: La etapa preparatoria o investigativa y en la audiencia preliminar. En virtud
de esto, el indiciado debe de asistir y permanecer dentro mientras continúe todo el
proceso.

En el Código Procesal Penal, en el artículo 227, muestran las condiciones que se


deben identificar, el presente artículo dicta las siguientes situaciones a ponderar:

1) Existen elementos de prueba suficientes para sostener,


razonablemente, que el imputado es, con probabilidad, autor o
cómplice de una infracción;
2) Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por
apreciación de las circunstancias del caso particular, acerca de
que el imputado podría no someterse al procedimiento;

1
ORTEGA POLANCO, Francisco. CÓDIGO PROCESAL PENAL. Por un Juez en Ejercicio. Santo
Domingo, República Dominicana: Editora Corripio, C. Por A., 2006. ISBN: 0002890. Pag.365
2
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DOMINICANA. Art. 40 inciso 9
3
Ley 76-02, CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA REPÚBLICA DOMINICANA. Art.222
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3) La infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa
de libertad4.

En otras palabras, se debe cumplir con estos elementos para la aplicación de este
instrumento, debido a que, si el individuo no cuenta con el arraigo suficiente, para
descartar que pueda huir, a fin de evitar enfrentar el proceso. Finalmente, no sólo se
trata de contar con pruebas que le señalen o que no pueda encontrarse ningún lazo social
o familiar que dé firmeza a su permanencia en una ciudad, se requiere que el hecho por
el que se le señala pueda ser sancionado con prisión.

Es de vital importancia especificar los tipos de medidas existentes dentro del


Proceso Penal Dominicano. En el mismo Código Procesal Penal, en el artículo 226, se
han de encontrar sietes medidas que van organizadas desde la más leve hasta la más
grave. Estas son:

1) La presentación de una garantía económica suficiente;


2) La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad
en la cual reside o del ámbito territorial que fije el juez;
3) La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una
persona o institución determinada, que informa regularmente al
juez;
4) La obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la
autoridad que él designe;
5) La colocación de localizadores electrónicos, sin que pueda mediar
violencia o lesión a la dignidad o integridad física del imputado;
6) El arresto domiciliario, en su propio domicilio o en custodia de
otra persona, sin vigilancia alguna o con la que el juez disponga;
7) La prisión preventiva5.

Cada una de éstas cumple con un fin y es de sujetar al imputado al proceso. La


primera afecta directamente el patrimonio del imputado, mientras las demás, actúan
sobre la limitación de la libertad del procesado, yendo de lo más leve hasta la privación
de libertad.

En ese tenor, debido a la importancia que tienen la libertad y la propiedad en


cuanto a los bienes protegidos por el Estado, la tutela judicial es requerida al hablar de
medidas de coerción. De ahí que, para imponer una medida de coerción contra el
imputado se hace a través de un juez y para ello se requiere presentar una solicitud
escrita, motivada y sustentada. Esta información queda detallada en el Código Procesal
Penal Dominicano, en el artículo 228, al establecer que:

A solicitud del ministerio público o del querellante, el juez puede imponer


una sola de las medidas de coerción previstas en este código o combinar
varias de ellas, según resulte adecuado al caso, y expedir las
comunicaciones necesarias para garantizar su cumplimiento. Cuando se
ordene la prisión preventiva, no puede combinarse con otras medidas de
coerción6.
4
Ley 76-02, CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA REPÚBLICA DOMINICANA. Ob. Cit. Art.227
5
Ibídem. Art.226
6
Ibídem. Art.228
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Retomando la idea sobre las aptitudes necesarias que debe poseer el encartado
para que le imponga una medida de coerción en la etapa preparatoria. Es fundamental
hacer mención del artículo 229 del Código Procesal Penal Dominicano, debido a que en
este artículo detalla el peligro de fuga. Razón por la cual, el juez toma en cuenta para
fundamentar su decisión a la hora de aplicar una medida cautelar. En ese orden, el
código expresa las siguientes circunstancias:

1) Arraigo en el país, determinado por el domicilio, residencia


habitual, asiento de la familia, de sus negocios o trabajo y las
facilidades para abandonar el país o permanecer oculto. La
falsedad o falta de información sobre el domicilio del imputado
constituye presunción de fuga;
2) La pena imponible al imputado en caso de condena;
3) La importancia del daño que debe ser resarcido y la actitud que
voluntariamente adopta el imputado ante el mismo;
4) El comportamiento del imputado durante el procedimiento o en
otro anterior, en la medida que indique su voluntad de someterse
o no a la persecución penal7.

Estas circunstancias son las guías que el juez puede utilizar para sustentar su
fallo. Esto así, ayuda a cumplir con el objetivo de una medida de coerción. Por lo tanto,
dicha decisión aprecia los medios de aptitudes y circunstancias en que el indiciado se
encuentre, para de ese modo, el querellante o el ministerio público exijan una
imposición de medida de coerción contra el imputado.

En definitiva, la medida de coerción es una herramienta esencial para garantizar


la participación del imputado dentro del proceso y de que este no se sustraiga de la
misma. En ese orden, para la imposición de esta, es importante tener en cuenta los
artículos antes descritos y de igual forma, hay que estar consciente que la aplicación de
esta puede suspender y/o afectar algunos derechos del imputado como puede ser la
libertad del mismo y su propio patrimonio.

7
Ibídem. Art.229

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