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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

ESCUELA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y JURIDICAS

ASIGNATURA

DERECHO PROCESAL PENAL II

TEMA
I

PARTICIPANTE

WHARON ESGTIVEN SANTOS 12-0289

FACILITADOR
 DR. ALEXIS SÀNCHEZ VÀSQUEZ. M.A.

Santo Domingo Este, Rep. Dom.


05 DE MARZO 2014.
TEMA I LAS MEDIDAS DE COERCIÓN
1. ELABORACIÓN DE UN PORTAFOLIO CONTENTIVO DE:

a- BUSCAR EN TRES TEXTOS DISTINTOS EL CONCEPTO DE MEDIDAS DE


COERCIÓN, A PARTIR DE LO ENCONTRADO ELABORE UN CONCEPTO
PROPIO.

CONCEPTOS
Medidas de Coerción: conjunto de actuaciones que en el curso de una persecución
penal pueden imponerse al sospechoso, con las cuales se limitan temporalmente sus
derechos fundamentales, y tienden a asegurar el efectivo cumplimiento del proceso en
todas sus etapas y que la decisión judicial que recaiga sea eficaz.
Las Medidas de Coerción han sido definidas por el tratadista Cuéllar Cruz como
"aquellas que pueden adoptarse motivadamente por el órgano jurisdiccional contra un
presunto responsable de un hecho delictivo al estimarse dos aspectos esenciales: por
una parte, la existencia de una imputación basada en la constatación objetiva de un
hecho típico y en la probabilidad razonable de quien sea su autor; y por otra, en la
fundada responsabilidad de ocultación personal o patrimonial del imputado en el curso
del procedimiento penal, teniendo como finalidad única y legítima el garantizar los
efectos penales y civiles de una futura sentencia condenatoria." 

Las Medidas de coerción

Las medidas de coerción, también denominadas por la doctrina como medidas


cautelares, son aquellas injerencias legítimas de la autoridad en los derechos
fundamentales y son instauradas como medios para lograr los fines del proceso.
El artículo 222 del Código Procesal Penal establece que toda persona tiene derecho a
la libertad y a la seguridad personal. Las medidas de coerción tienen carácter
excepcional y sólo pueden ser impuestas mediante resolución judicial motivada y
escrita, por el tiempo absolutamente indispensable y a los fines de asegurar la
presencia del imputado en el procedimiento.

La legislación procesal penal dominicana dividen las medidas de coerción en dos


grandes grupos: personales (recaen sobre las personas) y reales (recaen sobre los
bienes).

Por otro lado, el CPP contempla en el artículo 226, otras medidas de coerción: 1) la
garantía económica (conocida como fianza en el Código de Procedimiento Criminal); 2)
el impedimento de salida; 3) la obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una
persona o institución determinada, que informa regularmente al juez; 4) la presentación
periódica ante el juez o ante la autoridad que él designe; 5) la colocación de
localizadores electrónicos; 6) el arresto domiciliario y 7) la prisión preventiva.

El ciudadano que por primera vez se enfrenta a un proceso penal, se encuentra con
múltiples preguntas y en ocasiones con escasas respuestas e incluso tienden a
confundir las medidas de coerción con las penas.

Las medidas coercitivas, no podrán ser jamás vistas como penas anticipadas, ya que
su función es la de garantizar la presencia del imputado en todos los actos del
procedimiento.

En mi opinión, considero que son un notable avance, ya que en otros tiempos se


abusaba de la prisión preventiva, pues era vista como la única manera de
garantizar la presencia durante todo el proceso.

Concepto Propio
Una medida de coerción es una resolución judicial o administrativa dictada en el
curso de un procedimiento judicial o administrativo que supone una limitación de
los derechos de aquellos sobre quienes recae.

De forma personal puedo definir la medida de coerción como un instrumento


procesal que tiene la finalidad “asegurar la presencia del imputado para que no
se distraiga de acción judicial.
B. ELABORACIÓN DE UN MAPA CONCEPTUAL SOBRE LAS MEDIDAS DE
COERCIÓN Y RESALTE EN COLOR ROJO SUS TEXTOS LEGALES

Las medidas de coerción o cautelares son instrumentos procesales que se


imponen durante el curso de un proceso penal, con el objeto de restringir el
ejercicio de los derechos personales o patrimoniales del imputado o de terceras
personas. 

Las medidas de coerción tienen como propósito asegurar el conocimiento con la


presencia del imputado/a, así como para la ejecutabilidad de la decisión penal.
 TIPOS.
PERSONALES Y REALES
Las medidas cautelares de carácter personal tienen como finalidad asegurar la
presencia del imputado en el juicio y evitar que obstaculice la averiguación de la
verdad. 

Las medidas cautelares de carácter real tienen como finalidad garantizar la reparación
del daño y el pago de costas o multas. Las medidas cautelares sobre bienes sujetos a
confiscación o decomiso tienen como finalidad asegurar que dichos bienes queden a
efectos de prueba en el proceso. 
 CLASES
Clases de medidas de coerción
1) Personales: Entre ellas se señala: 1) El arresto; 2) La conducencia; 3) La
presentación de una garantía económica suficiente; 3) La prohibición de salir sin
autorización del país, de la localidad en la cual reside o del ámbito territorial que fije el
juez; 4) La obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la autoridad
que él designe; 5) La colocación de localizadores electrónicos; 6) El arresto
domiciliario; 7) La prisión preventiva( las más usada).
Exclusión: En las infracciones de acción privada no se puede ordenar la prisión
preventiva, el arresto domiciliario, o la colocación de localizadores electrónicos.
2) Reales: Entre ellas tenemos: 1) Embargos;
2) Inscripción hipotecaria;
3) Medidas conservatorias señaladas por la ley.

Art. 226. Medidas.


El juez, a solicitud del ministerio público o del querellante, puede imponer al imputado,
después de escuchar sus razones, en la forma, bajo las condiciones y por el tiempo
que se explica en este código, las siguientes medidas de coerción:

1. La presentación de una garantía económica suficiente;

2. La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad en la cual reside o del
ámbito territorial que fije el juez;
3. La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o institución
determinada, que informa regularmente al juez;

4. La obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la autoridad que él


designe;

5. La colocación de localizadores electrónicos, sin que pueda mediar violencia o lesión


a la dignidad o integridad física del imputado;

6. El arresto domiciliario, en su propio domicilio o en custodia de otra persona, sin


vigilancia alguna o con la que el juez disponga;

7. La prisión preventiva.

En las infracciones de acción privada no se puede ordenar la prisión preventiva ni el


arresto domiciliario ni la colocación de localizadores electrónicos.

En cualquier caso, el juez puede prescindir de toda medida de coerción, cuando la


promesa del imputado de someterse al procedimiento sea suficiente para descartar el
peligro de fuga.
 PROCEDENCIA.-
Procede aplicar medidas de coerción, cuando concurran todas las circunstancias
siguientes:

1. Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente, que el


imputado es, con probabilidad, autor o cómplice de una infracción;

2. Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación de las
circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría no someterse al
procedimiento;

3. La infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa de libertad.


 CONDICIONES
 Las medidas de coerción tienen carácter excepcional y sólo pueden ser impuestas
mediante resolución judicial motivada y escrita, por el tiempo absolutamente
indispensable y a los fines de asegurar la presencia del imputado en el procedimiento.
La resolución judicial que impone una medida de coerción o la rechace es revocable o
reformable en cualquier estado del procedimiento. En todo caso, el juez puede
proceder de oficio cuando favorezca la libertad del imputado."

Art. 238. Revisión.


Salvo lo dispuesto especialmente para la prisión preventiva, el juez, en cualquier
estado del procedimiento, a solicitud de parte, o de oficio en beneficio del imputado,
revisa, sustituye, modifica o hace cesar las medidas de coerción por resolución
motivada, cuando así lo determine la variación de las condiciones que en su momento
las justificaron.

En todo caso, previo a la adopción de la resolución, el secretario notifica la solicitud o la


decisión de revisar la medida a todas las partes intervinientes para que formulen sus
observaciones en el término de cuarenta y ocho horas, transcurrido el cual el juez
decide.
 APELACIÓN
Cuando las partes intervinientes no están de acuerdo con la resolución que impone o
rechace una medida de coerción tiene abierto el recurso de apelación. Dicho recurso
no suspende la ejecución de la resolución y quien conocerá en audiencia este recurso
es la corte de apelación como tribunal de alzada.
 BASE LEGAL
Este instituto jurídico de persecución tiene su base en la Constitución,
específicamente en el articulo 40, numerales 8 y 9; en los artículos 222, 226-
228,243 hasta el artículo 245, de la ley 76-02, que instituye el código procesal
penal dominicano; sumando también, las resoluciones No. 1731-2005, 1920-2003,
entre otras, que tienen que ver con la tramitación de documentos.

C. ELABORACIÓN DE UN INFORME SOBRE LAS REGLAS DE APLICACIÓN DE


LAS MEDIDAS DE COERCIÓN

Las medidas de coerción proceden se aplicadas cuando concurran todas las


circunstancias siguientes:

1. Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente, que el


imputado es, con probabilidad, autor o cómplice de una infracción;

2. Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación de las
circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría no someterse al
procedimiento;

3. La infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa de libertad. 

Es importante destacar que en ningún caso el juez está autorizado a aplicar estas
medidas desnaturalizando su finalidad ni a imponer otras más graves que las
solicitadas o cuyo cumplimiento resulta imposible. 
Fundamentalmente, las medidas de coerción se aplican cuando existe peligro de fuga,
para decidir acerca del peligro de fuga el juez toma en cuenta, especialmente, las
siguientes circunstancias:

1. Arraigo en el país, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento de la


familia, de sus negocios o trabajo y las facilidades para abandonar el país o
permanecer oculto. La falsedad o falta de información sobre el domicilio del imputado
constituye presunción de fuga;

2. La pena imponible al imputado en caso de condena;

3. La importancia del daño que debe ser resarcido y la actitud que voluntariamente
adopta el imputado ante el mismo;

4. El comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro anterior, en la


medida que indique su voluntad de someterse o no a la persecución penal.

 Además de las circunstancias generales exigibles para la imposición de las medidas


de coerción, la prisión preventiva sólo es aplicable cuando no pueda evitarse
razonablemente la fuga del imputado mediante la imposición de una o varias de
aquellas que resulten menos gravosas para su persona.

No puede ordenarse la prisión preventiva de una persona mayor de setenta años, si se


estima que, en caso de condena, no le es imponible una pena mayor a cinco años de
privación de libertad. Tampoco procede ordenarla en perjuicio de mujeres
embarazadas, de madres durante la lactancia o de personas afectadas por una
enfermedad grave y terminal.

La medida de coerción puede consistir en la presentación de una garantía por el


imputado u otra persona mediante el depósito de dinero, valores, con el otorgamiento
de prendas o hipotecas sobre bienes libres de gravámenes, con una póliza con cargo a
una empresa de seguros dedicada a este tipo de actividades comerciales, con la
entrega de bienes, o la fianza solidaria de una o más personas solventes.
Al decidir sobre la garantía, el juez fija el monto, la modalidad de la prestación y aprecia
su idoneidad. En ningún caso fija una garantía excesiva ni de imposible cumplimiento
en atención a los recursos económicos del imputado.

El juez hace la estimación de modo que constituya un motivo eficaz para que el
imputado se abstenga de incumplir sus obligaciones.

El imputado y el garante pueden sustituirla por otra equivalente, previa autorización del
juez. 

Cuando el imputado no se presenta a las audiencias a las que ha sido citado, se


declare la rebeldía del mismo o cuando éste se sustraiga a la ejecución de la pena, el
juez concede un plazo de entre quince a cuarenticinco días al garante para que lo
presente; y le advierte que si no lo hace o no justifica la incomparecencia, se procederá
a la ejecución de la garantía. Vencido el plazo otorgado, el juez dispone, según el caso,
la ejecución en perjuicio del garante o la venta en pública subasta de los bienes dados
en prenda o de los hipotecados, sin necesidad de embargo inmobiliario previo.

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