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ÉTICAS EN LA EVALUACIÓN
Books, Haws y Tirsiber (2003). Ethics in evaluation. Website create to supplement the expert panel
presentation on Ethics in evaluation, November 3.
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Seminario de Planeación y Evaluación de la Educación Superior
Maestría en Educación Superior, FFyL, BUAP 8
Traducción: Lic. Alicia Galán Pérez
Las normas
Las normas del Programa de Evaluación (1981)
Las normas del Programa de Evaluación, desarrollados por la Comisión Mixta o Conjunta sobre
las normas para la Evaluación Educativa (1981), consisten en cuatro dominios: normas utilidad,
normas de factibilidad, normas de propiedad y normas de seguridad/precisión. Mientras que las
preocupaciones éticas cortan a través de los cuatro dominios, las normas de la propiedad son
de interés particular con respecto a las éticas. Hay ocho normas, como sigue:
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Traducción: Lic. Alicia Galán Pérez
Los partidos formales a una evaluación deben asegurarse de que el sistema completo de
resultados de la evaluación junto con las limitaciones pertinentes esté hecho de manera
accesible a las personas afectadas por la evaluación, y cualquier otro con los derechos legales
expresados de recibir los resultados.
Fuente: Comisión mixta sobre las Normas para la Evaluación educativa (1994, p.81-82). Vea
también un resumen de todas las normas de la evaluación de programa.
Juntos, estas normas cubren una gama extensa de situaciones posibles. Sin embargo,
como Mabry (1999) discute, “articulan valores importantes pero no hacen caso de la materia
crucial de la resolución de los valores, que es el corazón de la evaluación” (n.p.). Es decir en la
situación donde están en conflicto estas normas por ejemplo, si el acceso completo de los
resultados (P6) era hacer necesario una violación de la aislamiento del tema humano (P3) – las
normas no proporcionan la dirección de cómo los evaluadores deben tomar una decisión.
Por el contrario, los Principios Guía para Evaluadores, a quienes ahora regresaremos,
proporcionan tal dirección.
Principios
Guía de Principios para Evaluadores (1994)
La Guía de Principios para Evaluadores, desarrollados por la Asociación Americana de
Evaluación (1994), consiste en cinco principios generales para los evaluadores, como sigue:
1. Conocimiento sistemático: La conducta de los evaluadores sistemáticos, investigan datos-
basado sobre lo que se está evaluando.
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4. Respeto a los Derechos de las Personas: Los evaluadores respecto de la seguridad, dignidad
y valor de los demandantes, los participantes del programa, los clientes, y otras partes
interesadas con quienes obren recíprocamente.
Fuente: Asociación Americana de Evaluación (1994, n.p.). Vea también una lista completa de
los principios y de sus principios secundarios (sección III).
En contraste el Programa de las Normas de Evaluación, la Guía de los Principios para
Evaluadores reconocen que los principios pueden estar en conflicto, y sugieren que los
“evaluadores tendrán que elegir entre ellos….los evaluadores deben utilizar sus propios valores
y conocimiento para determinar la respuesta apropiada. Siempre que una línea de conducta sea
confusa, los evaluadores deben solicitar el consejo de los compañeros evaluadores sobre cómo
resolver el problema antes de decidir cómo proceder” (Asociación Americana de Evaluación,
1994, n.p.).
Las amenazas
La evaluación ética puede ser amenazada por fuentes externas al evaluador, o por factores
internos al mismo (a).
que conducir la evaluación usando habilidades pobres debe ser considerada más bien
incompetencia que comportamiento deliberadamente poco ético. Sin embargo, este tipo de
práctica puede cruzar la línea en territorio poco ético si el evaluador está completamente
enterado de su carencia de habilidades o del conocimiento, con todo continúa con la evaluación
sin tomar medidas correctivas y/o el reconocimiento de sus defectos las partes interesadas.
Conflictos
Resolución de Valores
Además de las amenazas internas y externas para la ética de las evaluaciones descritas arriba,
de los conflictos entre los Estándares o Principios presenta otra amenaza. Mientras que el
Programa de Estándares de Evaluación no ofrece ningún consejo en cuanto a cómo los
evaluadores deben manejar tales conflictos, la Guía de los Principios para los Evaluadores
sugiere que los evaluadores resuelven conflictos usando su propio juicio. En palabras de la
Asociación Americana de Evaluación (1994), “los evaluadores deben usar sus propios valores y
serie de conocimientos para determinar la respuesta apropiada” (n.p.).
La capacidad de evaluadores para resolver conflictos entre las Normas y los Principios
es crucial. Como Mabry, (1999) notas de la “resolución de valores.....es el corazón de la
evaluación” (n.p.). No es bastante simple para seguir códigos éticos ocultos; el evaluador debe
ser capaz de poder utilizar su conocimiento y experiencia existentes para tomar decisiones y
crear soluciones dinámica y efectivamente.
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prudentes y sanos de parte del evaluador” (Thomas, 2000, n.p.), más bien que como reglas fijas
que deban ser seguidas terminantemente, al detrimento potencial de la ética de la evaluación.
Responsabilidad
Mientras que los evaluadores deben utilizar su juicio personal y la intuición en tomar decisiones
cuando se presentan los conflictos entre las normas y los Principios, también es verdad que los
evaluadores no deben confiar siempre únicamente en tal juicio subjetivo. A pesar de las
características únicas de cada panorama de la evaluación, las Normas y Principios tienen
valores como prescripción de la conducta, que proporcionan estándares estables, fiables de la
práctica. Como Mabry (1999) afirma, “(porque) la intuición varía entre personas y a través de
tiempo, una ética basada en la intuición será necesariamente inestable.....la inestabilidad con
respecto a práctica ética es altamente poco atractiva” (n.p.). Los códigos éticos proporcionan la
estabilidad que falta en los panoramas de la toma de decisión ética basados solamente en la
intuición.
Además, estos mismos códigos éticos actúan “como palancada con los clientes y partes
interesadas de modo que los evaluadores puedan asegurarse que el trabajo procede según sus
propios juicios profesionales” (Smith, 2002, p.201). Asimismo, en caso de que las decisiones de
un evaluador se desafíen en los argumentos éticos, los códigos éticos “protegen al evaluador
contra censura proporcionando la justificación profesional para las decisiones tomadas” (Smith,
2002, P. 201).
Las Normas y Principios “ofrecen así una medida de protección a los clientes y
evaluadores” en eso los clientes “benefician de un aseguramiento de calidad” mientras que los
evaluadores “benefician de la dirección y ayuda de una comunidad experta y de la credibilidad
de las comunidades consensuadas” (Mabry, 1999, n.p.). Como tales garantías de calidad y de
la ética de los clientes y de la perspectiva del evaluador, los códigos éticos “son muestras
importantes de la profesionalización de la evaluación” (Mabry, 1999, n.p.), y sirven para
proteger y realzar la reputación del campo de la evaluación en su totalidad.
Conclusión
La evaluación no es una tarea simple. Las amenazas para la ética abundan y establecieron
Normas y Principios que pueden estar en conflicto el uno con el otro de maneras numerosas.
Mientras que el evaluador puede atenuar el impacto de estas amenazas y conflictos hasta cierto
punto con timidez y con la toma de decisión prudente, las cuales pueden nunca ser eliminadas
enteramente.
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